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Tema:
Alumno:
Garcia Barrón Enrique Daniel
Profesora:
Thalía Michelle Domínguez
Granillo
17 DE DICIEMBRE DE 2023
Introducción
Civilizaciones enteras han sido objeto de campañas organizadas para borrar su legado
cultural mediante la demolición o alteración de templos, esculturas, códices y otras
expresiones materiales.
Los motivos para ello han sido diversos, desde la intolerancia religiosa y cultural,
pasando por disputas políticas, hasta la codicia desmedida y el afán de borrar del mapa
los símbolos de regímenes derrocados. Lo cierto es que, más allá de las razones
puntuales, estas oleadas iconoclastas han dejado una estela de embrutecimiento,
empobrecimiento intelectual y trauma social del que ninguna sociedad sale bien librada.
En el caso de México, el vandalismo contra el patrimonio cultural ha tenido causas tan
variadas como conquistas, revoluciones, conflictos armados y movimientos sociales.
Desafortunadamente, en años recientes este problema se ha agudizado en la forma de
protestas radicales, provocaciones anárquicas y operativos de sabotaje.
Por si esto no fuera poco, la creciente ola de vandalismo patrimonial en México ocurre
en un contexto de corrupción e impunidad generalizadas, en el que las autoridades
poco o nada hacen para investigar, castigar y reparar los severos daños a nuestro
legado histórico. Tan solo en la última década, organismos como el INAH han registrado
sociedad
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más de 100 actos de vandalismo tan solo contra zonas arqueológicas a lo largo del
país. Y se estima que, sumando museos, monumentos históricos y edificaciones
virreinales, el número ascendería a varios cientos. La gran mayoría permanecen en la
absoluta impunidad.
Desarrollo
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Asimismo, en el marco de recientes marchas feministas y en protesta por casos de
feminicidios en Ciudad de México y otros estados, grupos radicales han atacado
edificios históricos y monumentos como una forma extremista de manifestación. Entre
los bienes dañados destacan el Ángel de la Independencia, el Hemiciclo a Juárez y el
Antimonumento +43 en la capital del país.
"Y aunque algunas personas podrían caer en la tentación de comparar estos actos con
el vandalismo; es importante tener muy clara la diferencia entre este término y la
iconoclasia, pues en asuntos vinculados al feminismo y otros movimientos sociales,
iconoclasia es la nomenclatura apropiada."2
Es decir, no todos estos casos pueden catalogarse llanamente de vandalismo, sino que
reflejan formas de expresión política y social, por muy cuestionables que sean sus
métodos.
Si bien el reclamo social puede ser legítimo, la destrucción del patrimonio termina
opacando las demandas y siendo contraproducente, además de ser aprovechada por
grupos políticamente interesados para descalificar al movimiento. De nueva cuenta, la
impunidad ante estos actos abona al círculo vicioso de confrontación y pérdida de
valores cívicos. En el caso del ataque al Ángel de la Independencia en agosto del 2019,
incluso se detectó la participación de grupos de choque infiltrados como Provoca y
Pesadilla Colectiva, vinculados a partidos políticos.
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Jadra, A, Iconoclasia: la destrucción de símbolos políticos y su significado en nuestra
sociedad
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designados, pegar carteles, escribir canciones de protesta, representar obras de teatro
callejeras y un sinfín de acciones para alzar la voz, condenar injusticias y demandar
cambios, todo ello SIN DAÑAR monumentos, museos, zonas arqueológicas y demás
expresiones de nuestra herencia ancestral.
Los monumentos y obras de arte no tienen voz ni voto en las decisiones políticas.
Destruirlos no cambiará a los gobernantes ni hará que automáticamente mejoren las
leyes o políticas públicas. Sólo conseguirá enfrentar más a unos mexicanos contra
otros, radicalizar posturas y debilitar la cohesión social.
Conclusión
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Problema realmente grave por sus consecuencias negativas a varios niveles: Primero,
la pérdida irreparable de piezas históricas únicas que hacen imposible recuperar
cabalmente nuestro legado y nuestras raíces como pueblo.
Segundo, abona a una espiral de radicalismo y violencia política, que divide y confronta
severamente a la sociedad, haciendo imposible un cambio trayendo consigo el
descontento ciudadano.
Fuentes de consulta
3
Ricardo Adrián Vergara Duran, Centros Históricos: El Patrimonio como herramienta del
Desarrollo Social
5
Del, S. (s/f). Indicadores centrales Descripción. Unesco.org. Recuperado el 17 de
diciembre de 2023, de https://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital-library/
cdis/Patrimonio.pdf
Salvador, M. V., de Leon, M. A. G., Soler, R., & Pazos, P. (s/f). DESTRUCCIÓN DEL
PATRIMONIO CULTURAL: UN HECHO DE NUESTRO TIEMPO. Revista-critica.es.
Recuperado el 9 de enero de 2024, de https://www.revista-critica.es/2017/05/03/la-
destruccion-del-patrimonio-cultural-un-hecho-de-nuestro-tiempo/
Vista de Centros Históricos: el Patrimonio como herramienta del Desarrollo Social. (s/f).
Edu.co. Recuperado el 9 de enero de 2024, de
https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/memorias/article/view/509/5114