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SECCIÓN

T E M Á T I C A

CULTURA DE LA RESISTENCIA:
UNA VISIÓN DESDE EL ZAPATISMO1

Mely del Rosario González Aróstegui

Introducción condiciones para la democracia real; reclamaba los


derechos de los indígenas desarrollando una pre-

E
l año 1994 marca una sorpresa para el sencia en los medios de comunicación, con un
mundo: cuando ya las utopías parecían discurso novedoso que despertó profundas sim-
olvidadas, y las revoluciones lucían desli- patías en todo el mundo.
ces de la historia, los indios de Chiapas, con el Este trabajo se mueve en lo fundamental den-
mismo silencio en que habían vivido más de 500 tro del discurso de los zapatistas, contenido en
años y con la dignidad de los que no tienen nada comunicados, declaraciones, artículos de opinión,
que perder, empezaron a levantar a México del etcétera, sin desatender la práctica política, porque
profundo letargo en que lo sumió la corrupción reconocemos su necesidad para poder medir real-
del poder y el escepticismo de una sociedad civil mente el alcance de un movimiento. La articula-
cansada de tanto engaño y violencia. Llegaron, ción de la rebelión de los indígenas y campesinos
como dice Guiomar Rovira (1996), bajo el nom- de Chiapas con las modernas tecnologías
bre de Zapata y sin odio en la mirada, “vinieron comunicacionales demostró poseer una fuerza
los tzeltales, tzolziles, choles y tojolabales a dar expansiva extraordinaria. El uso inteligente de los
lecciones de democracia, justicia y libertad”. Vi- medios hizo que los avatares de la guerrilla se in-
nieron además con la convicción de que no había corporaran a la experiencia cotidiana de millones
otra puerta para ellos, la rebelión o la muerte. de personas en todo el mundo. Pensamos que la
El México recién nacido al primer mundo se movilización social que ha provocado el zapatismo
sobresaltó con una revolución inédita en toda ha sido inusitada y requiere de un estudio profun-
América Latina: declaraba no buscar la toma del do, no sólo por la trascendencia que ha tenido el
poder y declaraba la guerra al ejército mexicano; movimiento, sino también por la cantidad de ac-
pedía la renuncia de Salinas y declaraba buscar las tores que han jugado su papel dentro de él. Pero
Mely del Rosario González Aróstegui,
además, si tenemos en cuenta la confluencia de
UCLV, Cuba. factores logrados dentro del movimiento, esto ha-

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ría aún más necesaria la evaluación del fenómeno, ción foránea con fines dominadores abriendo
destacando hacia qué dirección se mueve, si en nuevas perspectivas para la emancipación huma-
una dirección netamente política y cultural o hacia na de todo el continente.
un ataque de las estructuras del poder, si en el or- En toda relación de dominio cultural aparece
den de las reformas o en el de la revolución. Los la dicotomía de esquemas de pensamiento en-
estudios sobre el fenómeno han sido diversos, pero frentados en torno a la valoración del carácter de
no se ha logrado aún su evaluación crítica que la relación entre la cultura dominante y la cultura
resulte de una mirada general que combine y ar- dominada. Una línea de pensamiento, asociada a
ticule lo político, lo cultural, lo histórico y lo eco- los intereses que se benefician con la domina-
nómico en un solo análisis. ción, desarrollará una cultura justificadora de las
Por su proyección como alternativa política, condiciones que la sostienen. Otra línea, que per-
el zapatismo debe ser estudiado por la novedad cibe las inconveniencias y efectos negativos, op-
con que manejan los conceptos vinculados a los tará por recoger del pasado los elementos que le
movimientos sociales y revolucionarios. ¿Cómo permitan negar la situación de opresión. La pri-
se ha desarrollado el concepto de la resistencia mera se constituirá en cultura de la dominación,
dentro del movimiento zapatista de 1994 hasta la manifestándose en expresiones discriminatorias
actualidad? ¿Cuál es en esencia el concepto de la de racismo, de diferenciación social, de fragmen-
resistencia dentro del movimiento zapatista? ¿Qué tación al interior del cuerpo social. La segunda
elementos de una cultura de resistencia se en- podrá constituirse en cultura de la resistencia o cul-
cuentran implícitos en el discurso político del mo- tura de la liberación.
vimiento zapatista contemporáneo? Son Los términos cultura de resistencia y cultura
interrogantes que trataremos de responder en el de liberación son correlativos. Indican aspectos
presente trabajo. diferentes de un mismo fenómeno: el fenómeno
de enfrentamiento a un poder que no se legitima
¿Qué entendemos por cultura de la como propio. Cuando se hace énfasis en el mo-
resistencia? mento de rechazo a las imposiciones que resul-
tan extrañas al normal desenvolvimiento de la
El afán por desarrollar un espíritu abierto a las sociedad, estamos designando una cultura de la
propuestas de cambio, superador del atraso inte- resistencia. Cuando el énfasis se pone en la supe-
lectual que la condición de dependencia fomenta ración de las circunstancias que propician la do-
y sobre la base de una recepción dialéctica del minación, estamos tratando de una cultura de la
pasado histórico, ha impulsado al pensamiento liberación. Los momentos se identifican cuando
latinoamericano a plantearse una y otra vez dife- se comprende que no hay una efectiva resistencia
rentes alternativas y proyectos liberadores soste- si ésta no está encaminada a la liberación total y
nidos por corrientes ideológicas que rechazaron definitiva del yugo opresor. En este sentido “cul-
la dominación económica, política y cultural in- tura de la resistencia” y “cultura de la liberación”
terna y externa que se proyectan como sostén de pudieran considerarse términos idénticos, pero en
una cultura de la resistencia frente a la penetra- realidad se diferencian.

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El concepto de cultura de la resistencia no se en- Por otra parte, hablamos de la resistencia no


cuentra claramente definido en los estudios de como acción espontánea e irreflexiva, sino como
autores cubanos y latinoamericanos, sino diluido elaboración ideológica de profundo contenido
en los análisis de otros problemas como el de la político, transmitida y transmisible culturalmente a
identidad cultural, los procesos de liberación y des- nuevas generaciones. Elaboración ideológica en
colonización, etcétera. Este tema merece un desa- tanto mantiene una estrecha conexión con los
rrollo particular respecto al que ya se ha realizado ideales sociales, con su producción y circulación
en las cuestiones relativas al problema de la identi- en perenne movimiento. La lucha política de li-
dad cultural propiamente o de la cultura de libe- beración nacional y la lucha cultural de
ración y debe expresarse en forma de concepto autoconfirmación nacional expresan la esencia de
independiente, por lo que puede representar en la la cultura de la resistencia y demuestran a su vez
lucha antimperialista contemporánea. La cultura de su relación con el proceso de configuración de
la resistencia se manifiesta como esquema de pensamiento una identidad nacional. La cultura de la resisten-
en la totalidad de las expresiones culturales, las que son cia se forja estrechamente vinculada a procesos
permeadas desde la política (su manifestación esencial). políticos y revolucionarios, pero a la vez se mani-
Por cultura de la resistencia entendemos un pro- fiesta en la secular resistencia del hombre a los
ceso de elaboración ideológica transmitida como modelos culturales ajenos que expresen relacio-
herencia a determinados agentes sociales que la nes de dominación y le impidan la búsqueda de
asumen en forma de rechazo a lo artificialmente un proyecto propio en la diversidad cultural.
impuesto, de asimilación de lo extraño cuando sea Entender el proceso de la resistencia como bús-
compatible con lo propio y, por consiguiente, de queda, como movimiento de ideas, es importante
desarrollo cultural, de creación de lo nuevo por para comprender su alcance. En él se dan ele-
encima de lo heredado. mentos de progreso y retroceso que originan
Planteado así, el concepto pudiera ser identi- múltiples contradicciones, por lo que su desarro-
ficable con el de cultura en general, porque real- llo se muestra muy controvertido y no del todo
mente, desde el punto de vista filosófico se da homogéneo. La penetración colonizadora arrin-
esa identidad, toda cultura rechaza la penetra- cona y desnaturaliza la cultura y la historia con
ción foránea, toda cultura trata de conservar sus modelos y falsificaciones destructoras de todo
valores, asimila valores extraños y crea nuevos cuanto en la conciencia nacional puede ser fuen-
valores. Pero en este caso, estamos tratando de te de autorrespeto y resistencia, convirtiendo los
resaltar sus manifestaciones específicamente en valores histórico-culturales en significaciones aje-
el plano político-ideológico, destacando toda una nas y extrañas a sus propios creadores, acentuan-
tradición de pensamiento que se resiste a una do- do de esa manera su dependencia y enajenación.
minación que se le quiere imponer y se revela a Por eso no siempre fructifican las acciones con-
través de toda la historia de la cultura latinoa- cretas del proceso de resistencia, lo cual no impli-
mericana. Así, ganamos el derecho a tratarlo ca en modo alguno su extinción. Al ser identificada
como concepto específico dentro del concepto como un esquema ideológico, como esquema de
más general de cultura. pensamiento, la cultura de la resistencia se mani-
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fiesta en el permanente movimiento de ideas que Zapatismo y cultura de la resistencia


persiste en la búsqueda de otras alternativas ante
cualquier fracaso o retroceso. El zapatismo es ya secular porque tiene sus raí-
El carácter activo que le imprime a la cultura ces en el pasado siglo, pero en este trabajo nos
la actividad práctica del hombre en sus relacio- referimos al movimiento surgido después de 1994
nes sociales, siempre en los marcos de determi- como consecuencia del levantamiento en armas
nadas relaciones de producción, es un elemento del EZLN. El subcomandante Marcos ha plantea-
fundamental para comprender a la cultura de la do, “el zapatismo en 1994 tiene detrás tres gran-
resistencia como un proceso cultural en construc- des componentes principales: un grupo político
ción y desarrollo y no como una actividad pasiva militar, un grupo de indígenas politizados y muy
del hombre, de autodefensa y atrincheramiento. experimentados y el movimiento indígena de la
La cultura de la resistencia se manifiesta en todas selva” (Le Bot, 1997:123), pero nos referiremos
las esferas de la vida social: en lo político, en lo más al zapatismo como concepto y no sólo al
económico, en las diferentes formas de la cultura EZLN o a estos otros componentes que señala
artística y literaria, en la religión, etcétera, pero es Marcos. El zapatismo hoy escapa a lo indígena,
en la esfera socio-política donde se profundiza lo mexicano o lo latinoamericano, trascendiendo
más, a partir de todo el movimiento de ideas que como un enfrentamiento de los sectores históri-
se genera en ella, a través de corrientes, tenden- camente excluidos a un orden de dominación que
cias y concepciones ideológicas. Se trata en este se expresa fundamentalmente a través del
caso de la resistencia cultural, el intento de pre- neoliberalismo, con sus múltiples manifestacio-
servar y conservar valores, tradiciones, costum- nes de discriminación y totalitarismo.
bres que tienen que ver con la idiosincrasia de un Para entender qué es hoy el zapatismo, hay que
pueblo, pero vista a través del prisma de un fenó- partir de su propia identidad, de las transiciones
meno socio-político: el rechazo a la dominación que en su seno se han ido realizando. Según Mar-
externa e interna, como una constante en la bús- cos, antes del 1 de enero de 1994 el zapatismo “no
queda de la emancipación y dignidad. Por eso, era el pensamiento indígena fundamentalista y
hacemos la precisión, este ensayo estará dirigido milenarista, y no era la resistencia indígena [...] era
en lo fundamental hacia la esfera política dentro un coctel que se mezcla en la montaña y que cris-
de la cultura de la resistencia, analizando la pro- taliza en la fuerza combatiente del EZLN” (Le Bot,
puesta que los zapatistas han lanzado como al- 1997:198). Ya en 1993 el discurso zapatista inclu-
ternativa al poder dominante, para subvertirlo, no ye con más fuerza el elemento indígena, las de-
para apoderarse de él, una propuesta que supera mandas indígenas empiezan a ser traducidas a la
el atrincheramiento de las comunidades ante la tropa que van a ser los encargados de mostrar a la
dominación para superarse constantemente en la luz pública qué es el EZLN.
búsqueda de un espacio real para construir una El día del levantamiento, el zapatismo ya se
sociedad donde quepan todos. define como “una primera síntesis muy vaga [...]
de lo que fueron las guerrillas en Centro y
Sudamérica, los Movimientos de Liberación Na-

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cional” (Le Bot, 1997:200). Se produce así un pro- así, pero lo cierto es que se presenta en torno al
ceso de continuidad y ruptura, continuidad en zapatismo, tomándolo como pretexto, apuntando
tanto dentro del movimiento siguen expresándo- a encontrar una serie de valores universales que le
se las ideas de los zapatistas de la revolución de impulsen a luchar, a resistir a la dominación
1910, de las guerrillas de los sesenta, etcétera, y neoliberal.
ruptura en la medida en que la cuestión indígena No debe llevarse a efecto el estudio de este mo-
se hace más fuerte, modelando todo el discurso vimiento asumiéndolo como algo exótico, hablar
zapatista hacia nuevos derroteros que le enrique- del zapatismo no es un problema de esnobismo.
cen y le adaptan a los nuevos tiempos históricos. Los zapatistas, incluso, están abogando por robus-
La organización sufre un proceso de transforma- tecer en cada momento su práctica política y no
ción: todos tienen que subordinar su pensamiento sólo quedarse con el membrete de “zapatista”, di-
al interés de una jefatura indígena. Y más tarde fundiendo la autenticidad del movimiento ante el
se redondea este proceso de transformación por abuso de la terminología y de las citas para justificar
el vínculo creado con la sociedad civil, de Méxi- posiciones personales. En su carta de convocatoria
co y el mundo, y de esta forma el zapatismo se va al Encuentro Intergaláctico, Marcos ofrece una defini-
creando, construyendo. Es a partir de la Conven- ción del zapatismo donde enfatiza en la idea de pre-
ción Nacional Democrática donde puede hablar- sentarlo como “puente”.
se de un zapatismo que ya no es el EZLN o no se Pablo González Casanova (1995) ubica a los
reduce al EZLN. pueblos indios (fundamentalmente mayas) como
Las dimensiones que adquiere el zapatismo, la base social más importante del movimiento
teniendo en cuenta todo este proceso de transfor- zapatista, pero también agrega a los curas y cate-
mación operado en su seno desde su surgimiento, quistas y a quienes ya han participado en otros
puede resumirse en tres componentes: el zapatismo intentos revolucionarios. Sobre estos últimos se
del EZLN, en el que están las comunidades y las refiere Enrique Semo, cuando analiza la presen-
fuerzas combatientes, el zapatismo civil, que se cia de sobrevivientes de la izquierda marxista
construye en San Cristóbal, desde el diálogo de la dentro de los zapatistas y la importancia de la
Catedral y la Convención Nacional Democrática, acción pastoral que se inició en la década de los
(una especie de tránsito de comité de solidaridad a 60 para el desarrollo del movimiento rebelde.
una organización política), y luego un zapatismo Los objetivos centrales de los zapatistas lo-
más disperso, más amplio donde confluyen gente gran conjugar la problemática local y global de la
que no está organizada ni pertenece a ninguna or- acumulación capitalista. Se declaran herederos de
ganización política, pero que ve con simpatía a los las tradiciones de los primeros forjadores de la
del EZLN y está dispuesta a apoyarlos. En el ámbi- nacionalidad mexicana, y reclaman la suspensión
to nacional serían entonces tres componentes: del saqueo de las riquezas naturales en los lugares
el zapatismo armado, el zapatismo civil y un controlados por el EZLN. Se proponen la recupera-
zapatismo social, mientras que a nivel internacio- ción de la nación, y de esta forma logran la movi-
nal se desarrolla un zapatismo más autónomo, más lización de gran parte de la sociedad civil. Se
independiente. Quizás este último no deba llamarse levantan contra el Tratado de Libre Comercio,
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contra la dictadura del partido de Estado, contra En esta propuesta ética, los momentos que con-
el racismo y el régimen caciquil. tiene el proceso de conformación de una cultura
A diferencia de movimientos guerrilleros ante- de la resistencia —la conservación, la asimilación y la
riores, inspirados en las ideas de la revolución y la creación— son la expresión dialéctica de esa rela-
toma del poder, el EZLN dejó claro desde el princi- ción entre lo general y lo particular que se da en
pio que “en su posición, las experiencias de las todo proceso cultural verdadero. Expresan una sín-
guerrillas nicaragüense, salvadoreña e incluso ve- tesis y, por tanto, no deben verse separados en el
nezolana y cubana en materia de democracia se proceso. En determinadas circunstancias no todos
hicieron teoría y programa” (Semo, s/f); su objeti- tienen el mismo nivel de madurez, ni tienen las
vo era la creación de condiciones democráticas que mismas manifestaciones (no podemos olvidar que
aseguraran la libertad para las mayorías trabajado- la cultura de la resistencia es un proceso en construc-
ras. Por otra parte, el EZLN no se considera a la ción desde el punto de vista histórico). Aún así hay
vanguardia del movimiento popular, ni ha visto en que observarlos en estrecha relación, sin olvidar
su forma de lucha la única posible. La creación de que estos momentos dan coherencia a este proce-
un frente amplio de la sociedad civil mexicana (FZLN) so: por ellos transita el pensamiento que rechaza la
bajo su influencia pero no bajo su dirección de- dominación y la opresión tanto externa como in-
muestra que el EZLN se concibe como interlocutor terna. Este será un proceso ascendente, donde cada
de un movimiento popular extraordinariamente momento depende necesariamente del anterior,
diverso, y ve la lucha armada como respuesta a dando lugar, asimismo, de manera necesaria e
una situación local, como algo complementario de inevitable al posterior.
todo un programa de lucha. La fuerza del EZLN se El momento de conservación incluye la defensa
encuentra no en las armas, sino en el diálogo y la de lo autóctono, la defensa de los valores cultura-
colaboración política con la sociedad civil. Estas les, tanto los “propios” como los “culturalmente
tres diferencias —plantea Enrique Semo—, ale- apropiados”. Esta defensa no significa
jan al EZLN de experiencias guerrilleras anteriores, enquistamiento, todo lo contrario, aspira al enri-
que se proponían el derrocamiento de los gobier- quecimiento constante, y esto está implícito en el
nos establecidos y lo acercan a la nueva ola de los momento de asimilación. Para defender lo propio
movimientos sociales de los últimos 20 años que no hay que negar lo ajeno, lo diferente, sino sólo
tienden a asociar la solución de sus problemas par- aquello que represente un orden de dominación,
ticulares cada vez más con la autonomía frente al por eso, en cuanto aparece una cultura de resisten-
Estado y la ampliación de los espacios democráticos. cia, la asimilación de todos aquellos valores foráneos
Ante condiciones tan adversas como las actuales en virtud de la superación cultural están plena-
a escala mundial, y ante la carencia de condiciones mente justificados. Sobre todo se aboga por la asi-
favorables para aspirar a radicalizaciones en el seno milación de valores universales que se convierten
de las sociedades latinoamericanas estos objetivos en patrimonio de la humanidad. El momento de
adquieren cierto nivel de racionalidad, son ante todo la creación es el ascenso a un escaño superior den-
una propuesta ética frente al neoliberalismo y la tro de la resistencia, es la creación de una alterna-
globalización. tiva emancipadora que enfrente el orden dominante,

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aunque no llegue a cambiarlo del todo. Es el im- de la historia adquiere gran relevancia, y con ella la
pulso hacia las transformación, la construcción de recuperación del pasado, un regreso a las raíces
un proyecto para crear nuevos espacios a la espe- que no implique enquistamiento. Marcos entien-
ranza de una sociedad sin excluidos. de este intento en dos sentidos: no puede voltearse
A continuación pasamos a analizar la forma en atrás la historia, ni con nostalgia ni con arrepenti-
que estos momentos están presentes en el discurso miento, “hay que voltear atrás para retomar lo que
zapatista portador de una cultura de la resistencia. fuimos, sin golpes de pecho, pero tampoco sin
entusiasmo. Ver realmente qué fuimos, y poder
La resistencia vista desde su momento de construir pues hacia adelante” (Vázquez, 1999:160).
conservación La lucha por la identidad cultural adquiere dentro
del esfuerzo por conservar lo propio una nueva
Proteger y conservar los valores propios de las resonancia, porque en este caso se trata de entender,
culturas indígenas son parte de la lucha de los articular la afirmación y superación simultánea de
zapatistas. Por su carácter, por sus métodos, el la identidad, de ir más allá de las identidades sin
movimiento zapatista se acerca a la defensa de lo suprimirlas. John Holloway observa la lucha por
más autóctono de la región. Apela a viejos valores los derechos indígenas en el marco del zapatismo
y enarbola una concepción del mundo que recu- no como una lucha por la autonomía indígena ni
pera el pasado como experiencia y raíces para la por la soberanía mexicana, sino como algo más
construcción del presente: el derecho a una cultu- allá que eso. No es una lucha para crear una nueva
ra propia, el derecho de las minorías, la defensa de identidad ni para afirmar una vieja, sino la afirma-
la identidad cultural. ción y superación simultánea de una identidad. Es
El rescate de la memoria histórica es parte de la en este contexto en que Holloway2 aprecia la ma-
lucha zapatista, es vista como patrimonio funda- yor resonancia del zapatismo.
mental del ser humano, como “la llave del futuro” Marcos alerta, en algunas de las entrevistas que
al decir de Marcos. El rescate de esta memoria, la le han realizado, del peligro que implica este fenó-
exigencia de dignidad y la recuperación del orgu- meno para la lucha que libran los zapatistas en el
llo se funden en los relatos de Durito, personaje interior de las comunidades, contra los lastres de la
estrechamente ligado a la mística zapatista (Fisas, dominación patriarcal presente en las mismas. No
1998). Hay una constante apelación a “los de abajo”, es nada positivo que algunas costumbres se con-
una constante búsqueda de “lo propio”. serven para la construcción de una sociedad más
Ante el efecto desbastador de las políticas incluyente, y en ellas es que en muchos casos se
neoliberales contra el indio, los zapatistas han de- apoyan las políticas de “reconocimiento” de las
nunciado todos los planes que intentan continuar comunidades.
el etnocidio con diferentes modalidades. La con- Los zapatistas buscan combinar, sin confun-
versión de los indígenas en mini-microempresarios dirlos, lo comunitario y lo nacional, la identidad
o en empleados del empresario fue vista por los étnica y la identidad nacional, la indianidad y la
zapatistas como un proyecto enemigo de la con- mexicanidad, logrando una especie de síntesis que
servación de las culturas indígenas. El problema se apoya en el reconocimiento del carácter
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multicultural de la nación. Esto permite que los sino como ciudadanos con sus diferencias
miembros de las minorías étnicas luchen contra la (1997; 96).
obligación de abandonar su identidad para ser igua- La cuestión indígena, vista a través de las
les a los demás mexicanos (Le Bot, 1997:94). Es luchas y aspiraciones del zapatismo, es un intento
ésta la medida del reconocimiento que se da en el de conservación de “lo propio” frente a los meca-
discurso zapatista del vínculo entre lo “propio” y nismos totalizadores del imperialismo. Antes del 1
lo “culturalmente apropiado”, entre lo autóctono, de enero de 1994 jamás en México se había
lo propiamente étnico y lo mexicano. Los zapatistas problematizado la cuestión indígena con tanta in-
se identifican como indígenas mexicanos y en nin- tensidad. Marcos ha hecho declaraciones donde
gún momento se pronuncian por un separatismo ha quedado clara la sensibilidad del zapatismo so-
o por la formación de la nación sobre una base bre la problemática indígena que se ha desatado
étnica. Por eso su rebelión quiere impulsar el rena- en términos culturales, étnicos, morales, políticos,
cimiento de la nación mexicana e invocan a las económicos y sociales. “El asunto está en la agen-
grandes figuras de la revolución, ondean la bande- da nacional e internacional como punto a resolver.
ra, hacen suyos todos los símbolos nacionales. Es- Si estos siete años no hubieran transcurrido, el rubro
tán clamando por la redefinición de la nación en la pueblos indígenas estaría archivado en la “P” de
era de la globalización, por la construcción de una pendientes”. (Monsiváis, s/f).
sociedad que se abra al mundo sin eliminar las di- Se parte del memorialismo maya para darle
ferencias, por impedir la conversión de la identi- sentido en el presente a esa demanda de libertad,
dad cultural indígena en un elemento folclórico y justicia y democracia con la que los indígenas dan
mercantilizado. Como señala la V Declaración de su sentido ético a la llamada modernidad. Y es
la Selva Lacandona, (julio de 1998) “lo indígena ya que el EZLN, desde la hora en que se da el contac-
no es turismo o artesanía, sino la lucha en contra to con las comunidades, cuando ya el elemento
de la pobreza y por la dignidad”. indígena es mayoritario en la organización político
La afirmación y desbordamiento de la iden- militar, comienza a asumir la cosmogonía indí-
tidad implica una política de diálogo, un enfo- gena: aprender el dialecto, el manejo del lenguaje,
que que reconozca otras identidades, que re- de los símbolos, etcétera. Este proceso se vino
conozca las diferencias porque detrás de las dando desde la mitad de los años 80. Es allí don-
afirmaciones de identidad se esconden deman- de aparece el personaje-símbolo, pero que es real:
das más profundas que no se limitan a lo polí- el viejo Antonio. A través de él el EZLN empieza a
tico y que tienen que ver con la afirmación del entender su historia de fundación política, su con-
sujeto, individual y colectivo (Le Bot, 1997:97). ciencia, su conciencia histórica. El uso de los sím-
Al respecto, y coincidiendo con otros autores bolos, sobre todo aquellos que tienen que ver
Ivon Le Bot señala: “los zapatistas exigen ser con la cosmogonía indígena están presentes en
reconocidos en su identidad y en su subjetivi- el discurso zapatista, un discurso que se ha de-
dad. No piden ser tratados como ciudadanos sarrollado con los aportes culturales indígenas,
iguales a los demás (ideal de la democracia for- que ha incorporado cada vez más elementos en
mal) ni como ciudadanos diferentes de los demás, este sentido.

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También ha sido definitoria la relación del EZLN practicarse en un contexto de resistencia. Se ha


con el movimiento indígena —plantea Luis pensado que con la autonomía los zapatistas quie-
Hernández—, cuyo ascenso fue un hecho después ren balcanizar el país, que quieren encerrarse, que
de la realización en 1996 del Congreso Nacional sólo quieren gobernantes indígenas, y no es así.3
Indígena. La lucha por la identidad cultural indí- Con la libre determinación, como la llaman
gena en México avala el vínculo entre el movi- cuando son recibidos en el Congreso el 28 de mar-
miento indígena y el EZLN. Se ha debido mantener zo de 2000, dentro de la Marcha por la tierra4, no
en todo este tiempo el más recio rechazo a aque- quieren vivir fuera de las leyes mexicanas, sino
llas opiniones que son mezcla de desconocimien- dentro de la Constitución. No quieren dejar de ser
to e intolerancia sobre la realidad de los pueblos mexicanos, sino formar parte de la construcción
indios, y sobre todo aquellas que temían se identi- del país: la patria en “donde quepamos todos”.
ficara al movimiento zapatista exclusivamente con
el problema indígena, pidiendo que se disminuye- La resistencia vista desde la asimilación
ran las demandas indígenas para envolver la cues- de los valores universales
tión en un gran tema nacional. Pero finalmente se
reconoce que era la esencia indígena lo que daba Las aspiraciones de los zapatistas van más allá
más fuerza al movimiento, la que podía recuperar de los círculos de intereses estrechos, así lo de-
con más dignidad un discurso arrebatado durante muestran sus demandas que se integran a la lu-
años, el de la patria y lo nacional. “En esta lucha cha secular por el mejoramiento de lo humano,
de símbolos —plantea Marcos— logramos recu- por un mundo más digno, y por el logro en fin de
perar palabras que estaban totalmente prostitui- los valores universales que se insertan en la cul-
das: patria, nación, bandera, país, México...” tura de la humanidad. En sus pensamientos y dis-
(subcomandante Marcos, 2001:5). cursos, a la defensa de los valores propios han
Pero a pesar de los intentos de los zapatistas de añadido los valores universales: dignidad, sobe-
mantenerse afines al movimiento indio, hay que ranía, libertad. En el desarrollo del movimiento,
aclarar su posición de rechazo respecto a los “in- por ejemplo, se da una importante transforma-
dígenas profesionales”, “políticos profesionales”. ción de lo indígena en lo nacional y lo universal
El indigenismo oficial había demostrado gran ca- (González, 2001:5).
pacidad para absorber y neutralizar las En el Encuentro Mundial por la Humanidad
reinvindicaciones indígenas, agotando sus posibi- y contra el Neoliberalismo el veterano dirigente
lidades de credibilidad. campesino Hugo Blanco, de Perú, agradece a los
Un elemento importante que brindaría más zapatistas la universalidad de su pensamiento y
posibilidades para enfrentarse a la destrucción de su convocatoria. Refiriéndose a este mismo tópi-
los valores nacionales es la autonomía indígena. co Alain Touraine reconoce que el zapatismo re-
La autonomía puede ayudar mucho al manteni- presenta uno de los grandes esfuerzos sociales
miento de una identidad cultural indígena. Gra- que pertenecen a toda la humanidad, como
cias a ella se pueden conservar y engrandecer sus Nelson Mandela y Martin Luther King” (La Jor-
lenguas y culturas indígenas, pero ha tenido que nada 02/08/1996).
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Pablo González Casanova es del criterio de Para los zapatistas la dignidad es la lucha con-
que no es difícil entenderse con ellos aun y cuan- tra el sometimiento, la humillación, la
do no pertenecen directamente a la cultura occi- deshumanización, el conformismo, por el dere-
dental, teniendo formas de expresión y concep- cho a la vida. Es una afirmación, una exigencia al
tualización propias, también dominan la cultura derecho a ser persona, “la reafirmación de su exis-
nacional y universal, conocen el derecho nacio- tencia como colectivo, de su organización comu-
nal y las ideas universales, no piensan resolver sus nitaria como fuerza básica de resistencia y cons-
problemas como “indios”, ni son racistas pobres, trucción” (Ceceña, 1999).
partidarios de una supuesta limpieza étnica Los objetivos de la lucha zapatista combinan
(González, 1995:35). los más altos anhelos democráticos de carácter
La motivación de “la dignidad”, base moral universal con una serie de demandas de carácter
de la lucha zapatista, se convierte en una piedra social, referidas a los derechos humanos más ele-
de toque para la asunción de un valor universal. mentales como vivienda, educación, salud y ali-
En la cultura mexicana las razones morales no mentación. El lema “Democracia – Libertad –
tienen tanta fuerza como la dignidad, que desata Justicia” del zapatismo remite a la trilogía origi-
una dinámica más poderosa. El “respeto” y la nal de la Revolución Francesa de 1789, según la
“dignidad” se han convertido en productos cul- opinión de Susan Street, que observa aquí una
turales de afirmación de los dominados, repre- continuidad muy cuestionable con los viejos
sentan la aspiración a conquistar el derecho de movimientos obreros y los nuevos movimientos
“ser persona”. La investigadora Susan Street (s/f) sociales. Está claro que hay un intento de expre-
afirma que “es así como la centralidad de la cate- sar el lenguaje político universal de “los derechos
goría de la dignidad en el discurso zapatista está humanos, donde la democratización se entiende
muy lejos de ser una simple afirmación discursiva. como la extensión de los derechos de toda la
Tampoco es una abstracción de un deber ético humanidad y comunica a la cosmovisión cultural
racional universal”. Por eso opina que debe de un pueblo amerindio concreto, con un plan-
profundizarse más sobre el contenido mismo de teamiento milenario y formas organizativas
la dignidad como sustancia ética del planteamien- “institucionales” referidas a una manera de ser y
to zapatista. “Poco se ha debatido sobre la posi- gobernarse” (Ceceña, 1999).
bilidad de comprender el zapatismo como una Otra de las grandes aportaciones del movi-
nueva nacionalidad sustentadora de otro tipo de miento en la asimilación de los valores universa-
comunidad-sociedad”. Por su parte, John les cae dentro del tema del racismo. Se considera
Holloway también describe la dignidad como una el viaje de la delegación del EZLN al Distrito Fe-
categoría central en el levantamiento zapatista, deral como la primera manifestación antirracista
como el rechazo a la desilusión, (Holloway; 2001) de la historia de México. Todo lo que amplíe,
y se apoya en los mismos textos del EZLN y sobre desarrolle y enriquezca al movimiento en su inte-
todo en éste que habla de la resistencia y la espe- gridad es bienvenido en la práctica política del
ranza más allá de las frustraciones en la lucha por zapatismo.
la dignidad humana.

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T E M Á T I C A

Hacia una alternativa emancipatoria. sincréticamente en el devenir del neozapatismo para


La creación dentro de la resistencia alcanzar una síntesis de heterogeneidades muy sim-
bólica.5 Votán, con su fuerte carga en las creencias
El zapatismo ha demostrado ser muy creativo a de los indígenas de Chiapas encarna en Zapata,
la hora de hacer propuestas y también en el mo- héroe de la Revolución mexicana que regresa con
mento que ha sido necesario un cambio de tácti- un proyecto político nacional, sin desear tampoco
ca. Las propuestas del EZLN se han desarrollado esta vez hacerse del poder. Al decir de Antonio
en la medida en que las circunstancias y los mo- García de León, el resultado es una nueva alianza:
mentos de la lucha han cambiado. Eso lo demues- el zapatismo. Hay un curso de continuidad en toda
tran los cambios de discurso que se han producido esta historia. El antropólogo Andrés Aubry publi-
a lo largo de estos siete años, en los cambios den- có en el diario Tiempo de San Cristóbal un estudio
tro de las cinco declaraciones que ya han lanza- comparativo entre las leyes que las huestes de
do, en la forma en que se reeducan a sí mismos. Emiliano Zapata defendían en 1917 y las que el
Una de las potencialidades del zapatismo ha ra- actual EZLN promulgó con la entrada del año 1994
dicado en hacer propuestas y tomar iniciativas. (vid. Rovira, 1996:274-276). El Ejército Libertador
“El zapatismo —ha dicho Marcos— como cual- del Sur, como el actual EZLN, basaba su fuerza en
quier fuerza, tiene que lanzar iniciativas constan- milicias territoriales, la gente de la zona, a la vez
temente para hacerse presente en el espacio político que campesinos y guerrilleros, el pueblo en armas.
y para ampliar su horizonte” (Vázquez, 1999:304). Cuando entraron a Ciudad México en 1914 la
De esa forma la resistencia implícita en el conmoción fue general, a nadie se le hubiera ocu-
zapatismo adquiere una dimensión creativa, logrando rrido, al mirarlos con esa indumentaria, armados
transitar por los momentos que caracterizan una con machetes y escopetas, con sandalias o descal-
cultura de la resistencia: la conservación, la asimila- zos, negar la justicia popular o dejar de entender el
ción y la creación. El proceso se supera a sí mismo, porqué de la violencia revolucionaria. Fue el mis-
el rechazo a la dominación cristaliza en una cons- mo efecto de la Marcha zapatista por la ruta de
tante búsqueda de alternativas, trasciende, rompe Emiliano y su irrupción en Ciudad México en fe-
esquemas, y aunque no logra la liberación real que brero de este año.
definitivamente suprimiría todo tipo de dominio En las entrevistas realizadas por Vázquez
cultural, abre un camino para alcanzarla, despeja Montalbán a Marcos éste comenta cómo el pro-
escepticismos, considera la esperanza. yecto de revivir el ejército de Zapata o la evoca-
El zapatismo es continuidad y ruptura, parte ción de la famosa División del Norte de Francisco
de una tradición que supera constantemente. No Villa, podían considerarse en los 80 como fantas-
sólo heredan su propia lucha, sino las de todo el mas románticos de algunos intelectuales alejados
pueblo mexicano y la historia de México, de la realidad chiapaneca. Marcos refiere a través
recreándola y haciéndola. La referencia central es de qué intermediarios, sobre la base de cuáles rup-
la de Votán - Zapata, dos figuras legendarias de la turas y conversiones pudo lograrse este sueño, so-
historia de México que tienen en común la defen- bre todo en la mayor parte de la población de
sa de las tierras de las comunidades y que se unen Chiapas, viendo un principio de realización al to-
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T E M Á T I C A

mar la forma de la resistencia y el levantamiento militar ficticio, muchas armas sin nadie que las
indígenas. Y también cómo se transformó el use, optan por crecer conforme crecía su gente.
zapatismo con ese encuentro, antes de ocurrir una Deciden que sus recursos vendrán de su gente,
segunda transformación después de su confronta- nada más. No recurren a secuestros, ni a expro-
ción con la sociedad nacional (1999:74). Se produ- piaciones, ni a recuperaciones, ni a ningún hecho
ce entonces un proceso de apertura dentro del delictivo.6
zapatismo, de construcción de relaciones con otros El zapatismo va más allá de los zapatistas.
movimientos sociales. Porque sus aspiraciones están más allá de los cír-
En su intención de lograr una nueva forma culos e intereses estrechos. Y con el reconoci-
de hacer política, los zapatistas trascendieron el miento de las diferencias puede crearse el marco
problema indígena, y allí también se produce una propicio para la mejor comprensión del zapatismo
ruptura. Colaborar en la construcción de esa nue- dentro de la sociedad mexicana, una mayor com-
va política implica una consulta constante con la prensión de los derechos de las minorías y los
gente, más allá de los marcos de lo indígena, se marginados. El propio Marcos especula alrede-
trata de las grandes decisiones nacionales, de los dor de la posibilidad de que el movimiento indí-
problemas que afectan el país. El problema se gena pueda ser el detonador de una iniciativa muy
complejiza, requiere de más tiempo, y es así como “incluyente”, porque pudieran sumarse otros sec-
Marcos alega que se preparan para una lucha lar- tores: “Este debe ser el siglo de las diferencias, y
ga, con la tradición de resistencia indígena sobre esas no sólo no se pueden reconstruir na-
avalando cualquier esfuerzo, esa resistencia que ciones sino realidades, el mundo” (subcomandante
se mantiene hasta hoy con un viso de esperanza, Marcos; 2001).
apostando por objetivos de emancipación que
convierte la pobreza de las comunidades Superación constante de su discurso.
zapatistas en un estado de dignidad, no de resig- Reeducación en el zapatismo
nación, una pobreza con sentido de futuro
(Vázquez, 1999:179). Según el escritor Carlos Fuentes, el lenguaje del
También se produce un hilo de continuidad EZLN ya no es el petrificado y dogmático, es un
con los ideales de los movimientos guerrilleros lenguaje fresco, nuevo, en la voz del subcomandante
anteriores. El zapatismo retoma símbolos, discur- Marcos (De la Grange y Rico, 1997:32). Los
sos, siglas, consignas que vienen de la tradición zapatistas rompen con una terminología tradicio-
revolucionaria de liberación nacional de la revo- nal y aportan a la izquierda conceptos de un len-
lución cubana o la guerrilla del Che. Marcos re- guaje realmente novedoso. Baste leer los discursos
conoce que esto también es herencia (Vázquez, de Marcos, y no solo de él, también de otros líde-
1999:128). La ruptura en este caso se da cuando res zapatistas para darse cuenta de que se está ante
los zapatistas empiezan a marcar diferencias con un discurso crítico que se forma de abajo hacia
guerrillas anteriores. Deciden que su crecimiento arriba a partir de la necesidad de describir y atacar
militar debe ser proporcional a su crecimiento un orden/desorden muy concreto. Es el resultado
político, renuncian a formar un aparato logístico de una interacción, del choque tradicional de la

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T E M Á T I C A

izquierda con un nuevo interlocutor insumiso que mental indígena. Pero igualmente el lenguaje tuvo
no forma parte de esa tradición. “Eso da lugar a que abrirse a otras fuerzas, a las que a través de
un nuevo lenguaje que en realidad está tan estos años han hecho suya la lucha zapatista, las
interrelacionado con una nueva manera de pensar fuerzas pujantes y contradictorias de la sociedad
que no se pueden separar y desembocan en una civil latinoamericana disidente del orden capita-
nueva manera de entender la política, una manera lista, y es que, como enfatiza Marcos, más que
plenamente participativa en la que el poder ha de seguidores lo que buscan los zapatistas es
mandar obedeciendo” (Vázquez, 1999:227). interlocutores.
El discurso zapatista ha estado evolucionan- El zapatismo sufre un proceso de reeducación
do constantemente a través de estos años. A prin- constante, así lo demuestra su paso de movimien-
cipios de los 80 era mucho más ortodoxo, se to social a movimiento armado y de allí a fuerza
apelaba a la terminología propia de las guerri- social, los cambios producidos de una declaración
llas latinoamericanas de esa etapa. A finales de a otra. De la primera declaración a la quinta hay
los 80, se produce una transformación hacia la toda una evolución del lenguaje. La primera co-
causa indígena, lo que muchos han llamado la mienza con un llamado a los compañeros y com-
“indianización del zapatismo”. A principios de pañeras, en la quinta se invoca a los hermanos y
los 90 el EZLN se convierte en un ejército de las hermanas, se une al indígena ante tanto dolor y
comunidades, y luego del 94 en una fuerza políti- miseria. En el video “Un puente a la esperanza”,
co social - neozapatismo. En la medida en que se donde se entrevista a Marcos, hace una descrip-
fue desarrollando el discurso se tornó más afín ción de todo este tránsito. En efecto la primera
con las comunidades. declaración es toda una declaración de guerra al
El mensaje político en ocasiones se trasmite a gobierno mexicano, una declaración de que “yo
través de los mitos indígenas, a través de fábulas, existo porque me defiendo y no me voy a dejar
cuentos, poesía. De aquí en gran medida la comu- aniquilar”. La segunda se dirigió a la sociedad ci-
nicación que han logrado con las amplias masas. vil, porque se dan cuenta que más que el gobierno,
Marcos reconoce que el recurso de la fábula es la el receptor fundamental, el que podía convertirse
herencia de la forma en que usan para comunicar- en fuerte factor de cambio era esa parte de la so-
se y para entenderse, pero más que nada el objeti- ciedad mexicana ajena al poder y a todas sus
vo de los cuentos, el mensaje político que llevan es corruptelas. Un movimiento armado como el
provocar la reflexión, provocar preguntas más que zapatista reconoce que su lucha no es sólo arma-
provocar respuestas. da, que es sólo el brazo armado de una lucha. En
La transformación del lenguaje zapatista, en la tercera hay aún más apertura, se llama al pueblo
el caso del núcleo inicial que formó el EZLN fue a luchar por todos los medios, a luchar por la de-
una cuestión de supervivencia, si no se lograba el mocracia, la libertad y la justicia. Es un llamado a
contacto con las comunidades indígenas no se la Convención Nacional Democrática y a Cárde-
sobrevivía, pero además, también por cuestiones nas a encabezar este movimiento nacional. La so-
políticas, había que organizar un movimiento re- ciedad civil con la que ha estado en contacto el
volucionario cuya base social sería en lo funda- zapatismo en estos años, no toda la sociedad civil,
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T E M Á T I C A

se incluye ya en ese puente. La cuarta declaración paración a momentos de mayor radicalización,


marca una nueva etapa de la lucha de liberación donde los actores cada vez sean más heterogéneos
nacional, es un llamado a participar en una nueva y numerosos.
fuerza política: el Frente Zapatista de Liberación A través no sólo de su praxis, sino de la praxis
Nacional, que nace el 1 de enero de 1996, y se de toda la sociedad civil, los zapatistas reclaman
invita al pueblo a participar en él. Es una nueva ser un poder de resistencia para obligar al gobierno
fuerza política que va a producir algo nuevo, una a crear relaciones tales que permitan la prepara-
nueva relación política y una nueva cultura políti- ción de toda la sociedad hacia metas más eleva-
ca. La quinta trasmite una reafirmación de la identi- das en cuanto a justicia, democracia, libertad. Se
dad indígena de los zapatistas. Todos estos cambios trata de organizar a la sociedad para resistir,
y transformaciones conllevan a una reeducación abriendo espacios, puertas, siendo así una nueva
constante del zapatismo. forma de entender la resistencia. Esta concep-
ción zapatista implica tantas aristas, tantos mo-
Los nuevos espacios: mentos, la síntesis de tantas instancias, que no
una sociedad donde quepan todos puede verse al margen de una cultura de la resis-
tencia, se va de los marcos de acciones aisladas
El profesor Franz Himkelammert sostiene la tesis, de atrincheramiento o simple defensa, es un im-
compartida por muchos estudiosos de las Cien- pulso a la creación y a la superación constante.
cias Sociales, de que un proyecto de liberación hoy Construir un movimiento ciudadano lo más am-
tiene que ser un proyecto de una sociedad en la plio posible, que obligue a quien vaya a ejercer el
cual quepan todos, y de la cual nadie sea excluido. poder a realizar su ejercicio de gobierno de acuer-
Es una concepción de sociedad que está surgien- do con lo que dice la mayoría, “organizar una
do en América Latina, que se distingue de concep- inversión del poder” —dice Marcos.
ciones anteriores y se vincula claramente con Rechazar un orden de dominación sin excluir a
nuevas formas de praxis social (Himkelammert, nadie, he ahí el reto de la concepción zapatista de
1996:363). El proyecto zapatista se inserta en esta una sociedad donde quepan todos. Es una lógica
concepción, como la manifestación de una ética que sólo puede entenderse en los marcos de un
universal, sin llegar a dictar principios éticos ni re- contexto mundial que ha hecho de la exclusión un
laciones de producción universalmente válidos. prisma para ver y hacer el mundo, en el contexto
Coincidimos entonces con el profesor en que se da este movimiento de base fundamen-
Himkelammert de que al no tener los zapatistas talmente indígena, que ya no es sólo indígena, es
ningún proyecto definitivo que pretenda impo- mexicano y latinoamericano, y por eso siente so-
ner nuevos principios de sociedad, al no exigir el bre sí un sistema de dominación múltiple. Por eso
poder político, sino más bien un cambio en la los zapatistas asumen que la resistencia tiene que
sociedad que produzca una nueva forma de ha- organizarse a partir de ese entendimiento, con la
cer política, su proyecto se entiende más bien participación de todos y sin excluir a nadie, aun-
como resistencia (Himkelammert, 1996:364). Es que por eso no se pierda la perspectiva clasista del
la idea de la resistencia como tránsito, como pre- rechazo a la dominación, cuya profunda base ellos

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reconocen, y así lo demuestra su lucha frontal y ñalar desde abajo que el proceso de globalización
abierta contra el neoliberalismo. Una sociedad don- es reversible, existe un espacio creciente para ape-
de quepan todos, no todo. Donde quepan todos lar a alternativas, pueden hacerse propuestas por
los seres humanos, donde nadie sea excluido, don- un mundo más justo y solidario (Dierckxsens,
de no se convierta en divisa la idea de que “si no 2000:161).
estás conmigo estás contra mí”. En la relatoría final de la Mesa número 2 del
El investigador Hugo Assmann alerta de pos- Encuentro Mundial por la Humanidad y contra el
turas simplistas a la hora de entender el sentido de Neoliberalismo, organizado por los zapatistas, se
la concepción de una sociedad donde quepan to- describen las posibilidades de difusión global de
dos, entendimiento que se obstaculiza por asumir las luchas y de la emergencia de motines y revolu-
esquemas más simples aún, con los cuales se ope- ciones en todo el mundo. La universalidad de la
ra el clima ideológico creado por la globalización: estrategia neoliberal provoca una exacerbación de
la visión de que el mercado contendría una lógica conflictos y antagonismos. Hay que reconocer que
incluyente, llegando prácticamente a eliminar las la resistencia se sustenta en el rechazo a la
tendencias de exclusión que todavía contiene; el homogeneización y en el hecho de afirmar la au-
hecho de reducir la tensión organizadora de la es- todeterminación que se construye de tantas ma-
peranza a niveles de acomodación en lo que hay; y neras distintas como lo demanda la diversidad de
por último, el peligro que implica limitarse a las luchas. El objetivo político consiste aquí en lo-
denunciar los males sociales y desde allí saltar di- grar la confluencia y solidaridad entre esos múlti-
rectamente a la exigencia de un mundo completa- ples proyectos, en tender puentes entre ellos. La
mente distinto del hoy existente, mostrando una mayor Ana María recoge este sentir al plantear:
incapacidad de desarrollar propuestas alternativas “Detrás del pasamontañas estamos los ustedes
prácticas, de entender las mediaciones transitorias que somos nosotros”. La resistencia es puente
hacia un mundo totalmente nuevo (Assman, 1996). para que se encuentren todos los que luchan con-
Ante las políticas neoliberales y el desarrollo de tra la dominación neoliberal, a pesar de sus dife-
la globalización es preciso globalizar la resistencia. rencias (subcomandante Marcos, 1999).
Otro espacio en la búsqueda de esa sociedad en Las alternativas políticas, económicas, y sociales
donde quepan todos. Las redes globales de domi- se desarrollarán en la medida en que, tanto desde
nación crean simultáneamente las condiciones para el punto de vista teórico y práctico, sean reconoci-
la existencia de redes globales de antagonismo, re- das la variedad de formas y objetivos en las luchas
sistencia y lucha. En todos los lugares del planeta, sociales emancipatorias y democráticas y las dife-
los pueblos se resisten a los embates neoliberales rencias locales y nacionales debidas a diferentes
por imponer la lógica del capital, la lógica del mer- procesos históricos. El enfrentamiento a las rela-
cado y la subordinación alienada de la vida al tra- ciones de dominación entre el capital y el trabajo
bajo, y estas luchas se difunden hoy a través del tiene que ser integral, incorporando otras formas
movimiento transfronterizo o de las comunicacio- de la lucha de la sociedad capitalista. Las luchas
nes y solidaridad cada vez más globalizadas. Por emancipatorias de hoy no solamente tienen que
primera vez hay una coyuntura favorable para se- ser anticapitalistas, también antipatriarcales e
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internacionalistas. Es otra forma de globalizar la ja el gobierno, no destruye ni mata, construye puen-


resistencia al capitalismo abriéndola a todas las tes y esperanzas. Para los zapatistas los símbolos y
esferas, es la manera de buscar formas múltiples las palabras son más importantes que las armas.
de resistencia que respondan a los variados espa- Construir la esperanza es un objetivo de la re-
cios que el capitalismo domina en su etapa sistencia zapatista. Han logrado esa visión en
neoliberal, tanto a nivel individual, como local, re- Chiapas, inexistente antes de 1994. La única ex-
gional, nacional o mundial. Ahora bien, hay un ele- pectativa para el indio, su horizonte político, cul-
mento de dominación que subyace en todo este tural y social era la Iglesia. Hoy sus condiciones de
panorama y que los zapatistas no han olvidado, a vida pueden seguir siendo pésimas, (aunque no más
pesar de reconocer la amplitud de demandas que que antes) pero en su horizonte se ha producido
requiere el enfrentamiento al actual orden: el ata- un cambio, hay un sentido por el cual luchar, hay
que a su política de base, a través de su cara actual: esperanzas de que puede construirse un cambio.
el neoliberalismo. Muchos antes que ellos ya lo ha- El indio ha dejado de estar solo, la resistencia que
bían hecho, pero nunca con un brazo armado y en le toca tiene un porqué. El zapatismo propone una
la voz excluida de los indígenas latinoamericanos. sociedad de sujetos que se reconozcan y que pue-
Marcos aboga por construir “una red de voces”. dan respetarse en su diversidad, propone construir
El uso de Internet y la construcción de redes de un espacio público donde los diferentes puedan
comunicación contra el neoliberalismo es una de comunicarse, la confianza queda depositada en la
las formas de lucha que ha enseñado el zapatismo palabra, como acto comunicativo. Marcos señala el
a las fuerzas progresistas. valor de la palabra hablada en numerosos textos,
Una palabra sintetiza el accionar de callado he- como en la parábola del murciélago, en la “historia
roísmo que han protagonizado durante estos años del aire de la noche” (marzo 2000). (cfr. Fisas, 1998).
decenas de miles de indígenas, hombres, mujeres, De una forma muy creativa se recurre a la
niños, ancianos: resistencia. Es, sin duda, una forma metáfora en el discurso zapatista, como es la del
muy novedosa de concebir la resistencia al cons- significado de las máscaras, que paradójicamente
truirla como propuesta de paz. El zapatismo apela sirven para desenmascarar. Entre ellas la “máscara
a la resistencia, no a la guerra o a la violencia. Es un de la resistencia” que combina silencio y palabra.
movimiento armado que dice NO a la guerra, que
ha entendido que su fuerza radica en la no violen- Nuevas formas de lucha van creando sus propias
cia. El uso de la armas ha sido casi simbólico, para máscaras y van forjando sus silencios. Poco a
poder participar en un espacio público y desarticu- poco crece y se fortalece la digna máscara de la
resistencia, el “no me dejo”, el “no me rindo”,
lar la violencia del poder. Una guerra, dice Marcos,
el “sigo luchando”, el “no claudico”, el “órale”.
no se derrota con iniciativas de guerra, sino con ini- Detrás de la misma máscara del anonimato,
ciativas de paz, pero oponiéndose a la rendición que indígenas, trabajadores, campesinos, amas de
sería el fin del movimiento, y mucho menos a una casa, colonos, sindicalistas, estudiantes, maestros,
paz simulada o una guerra entre pobres. El uso de cristianos de base, jubilados, discapacitados,
la palabra se convierte así en arma de la resistencia choferes, comerciantes, militantes de
zapatista, con una gran ventaja sobre las que mane- organizaciones políticas y sociales, mujeres,

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jóvenes, niños y ancianos, todos los que la guerra, como organización política aboga por
descubre uno día a día, se resisten a quedarse una política con un profundo sentido ético, que se
así-como-si-nada-mano-mana-y-ora-pos-no- convierta en el espacio posible de acuerdo con un
hay-que-dejarse-hay-que-luchar-y-organizarse-y- mundo formado por diferentes, una nueva forma
voltear-todo-y-rehacerlo-de-nuevo [...] Y con la
de hacer política que comprenda las diferencias.
resistencia camina y se levanta un silencio
Desde el inicio de sus luchas, los zapatistas han
terrible: el silencio que acusa y señala
(subcomandante Marcos, 1998:21). mantenido una posición inédita en los movimien-
tos políticos y han contribuido al desarrollo de una
El zapatismo conjuga la propuesta de cambiar nueva cultura política. La democracia, en su senti-
el mundo con la improvisación de hacerlo, sin mie- do más amplio y profundo es la vía con la cual los
do a lo nuevo, a sorprender, a tomar iniciativas zapatistas asumen el arribo a una sociedad sin ex-
poco convencionales. Su crítica agrupa y cristaliza clusiones, de aquí la importancia que le han otor-
numerosos temas debatidos a nivel mundial. Critica gado al Congreso de la Unión.
y a la vez apuesta por la búsqueda de alternativas, La forma de política que defienden incluye una
se supera a sí mismo constantemente. nueva visión sobre el problema del poder: los
zapatistas luchan contra un orden de dominación
Una última reflexión: rechazando rotundamente sus mecanismos políti-
una nueva forma de hacer política cos, por eso dentro de su quehacer político no in-
cluyen la toma del poder, todo lo contrario, lo que
Los zapatistas han roto con una terminología tra- tratan es de subvertir esa relación. Cuando las “bol-
dicional a la hora de llevar adelante su proyecto sas de olvido” están tratando de abrirse, cuando
político, hay que ubicar su discurso como algo to- están tratando de no permanecer aisladas, de en-
talmente nuevo que se escapa de los marcos tradi- frentarse a este mundo de bolsas de valores, el
cionales. El lenguaje se ha ido adaptando en cada zapatismo pensó que había que replantear el pro-
caso a las nuevas condiciones, las formas de lucha blema del poder, “no repetir la fórmula de que
se combinan. Abandonan la idea de la toma del para cambiar el mundo es necesario tomar el poder
poder, en el intento por buscar otras formas de y ya en el poder entonces sí lo vamos a organizar
articular las luchas. El diálogo se convierte en como mejor le conviene al mundo, es decir, como
método obligado de lucha. En este sentido el co- mejor me conviene a mí que estoy en el poder”.
mandante Tacho plantea: “Que vamos por la vía De nada sirve la conquista del poder si su cen-
pacífica, bueno pues, encuentros y diálogos y tro ya no está en los Estados nacionales. Los
ahí vamos buscando la manera de hacer una nue- zapatistas aspiran a replantear la cultura política
va política. Por ejemplo, los encuentros de en el sentido de una inversión de la pirámide del
Aguascalientes no son tristes, no, son de alegría, poder. Su concepto de democracia es una socie-
pues es una forma de hacer política, esa es una dad en la que el poder estaría situado en la base y
nueva forma” (Vázquez, 1999:132). las instituciones, los representantes, los elegidos,
El EZLN es simultáneamente un ejército y una estarían al servicio de esa base, conforme al prin-
organización política. Como ejército lucha contra cipio de “mandar obedeciendo”. Desde el Zóca-
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lo de la Ciudad de México el subcomandante Mar- organizar a la sociedad abriendo puertas, tendien-


cos señaló: “¡México!: No venimos a decirte qué do puentes, no con un programa de gobierno,
hacer, ni a guiarte a ningún lado. Venimos a pe- sino con un programa transformador, un progra-
dirte humildemente, respetuosamente que nos ma revolucionario que abra el espacio para una
ayudes. Que no permitas que vuelva a amanecer profunda revolución. Esta concepción zapatista
sin que esa bandera tenga un lugar digno para implica tantas aristas, tantos momentos, la sínte-
nosotros los que somos el color de la tierra”. sis de tantas instancias, que no puede verse al mar-
Los investigadores Atilio Boron y John gen de una cultura de la resistencia, se va de los
Holloway mantienen una interesante polémica al- marcos de acciones aisladas de atrincheramiento
rededor de la posición de los zapatistas ante el o simple defensa, es un impulso a la creación y a
poder.7 Las dudas de A. Boron alrededor de si los la superación constante. Construir un movimiento
zapatistas hacen bien en asumir una postura to- ciudadano lo más amplio posible, que obligue a
talmente reacia a la toma del poder político son quien vaya a ejercer el poder a realizar su ejerci-
enfrentadas por Holloway que defiende esta po- cio de gobierno de acuerdo con lo que dice la
sición por considerarla la respuesta más correcta mayoría, “organizar una inversión del poder”. El
a la lucha del capital. Esto significa pensar en la fin es una sociedad donde quepan todos, recha-
lucha como una “antipolítica”, es una especie de zando un orden de dominación sin excluir a nadie,
experimento, parte de la búsqueda de nuevas for- con una nueva manera de concebir poder, la de-
mas de luchar que no sean el espejo en ningún mocracia y la política.
sentido de las del capital. Holloway subraya que En su proyecto de resistencia, los zapatistas
criticar a los zapatistas por “su desinterés, tanto entienden la necesidad de la “globalización de la
teórico como práctico, por las imprescindibles me- resistencia”, la necesidad de rechazar la domina-
diaciones políticas que requiere un movimiento ción múltiple con múltiples formas de enfrenta-
interesado en construir un mundo nuevo”, es re- miento, que respondan a los variados espacios
petir lo que han dicho todos los gobiernos mexi- que el capitalismo domina en su etapa neoliberal,
canos. Y termina asegurando que la gran belleza tanto a nivel individual, como local, regional, na-
del movimiento zapatista es haber evitado las “im- cional o mundial. Pero a pesar de reconocer la
prescindibles mediaciones” políticas que nos han amplitud de demandas que requiere el enfrenta-
sorprendido una y otra vez. miento a este orden, los zapatistas enfatizan en el
En realidad hay que entender, y en esto coin- rechazo a su política de base: el neoliberalismo.
cidimos con Holloway, que si participamos en lo La resistencia es construida como propuesta de
político sin cuestionar lo político como forma de paz, a través de un movimiento armado que dice
actividad social, entonces estamos participando NO a la guerra, que entiende que su mayor fuerza
activamente en el proceso de separación que es radica en la no violencia, en la construcción de la
el capital contra el cual estamos luchando. esperanza, en la exigencia de transformaciones y
La resistencia, entonces, es vista como tránsi- no simples reformas.
to, como espacio para construir la posibilidad de Estamos frente a un movimiento que hay que
momentos de mayor radicalización. Se trata de seguir en su desarrollo. Muchos de sus plantea-
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T E M Á T I C A

mientos son polémicos y cuestionables, pero es Ver: Héctor Díaz Polanco. “La autonomía indígena y la
innegable que se hace cada vez más necesario se- reforma constitucional en México”, en: Observatorio Social de
América Latina, núm. 4, junio, 2001, p.5.
guirle de cerca y estudiar con detenimiento todas y 4
El 28 de marzo del 2001, 17 días después de la “Marcha por
cada una de sus propuestas. Se han insertado con la tierra” a la Ciudad de México, delegados del EZLN y del
todo derecho dentro de la cultura de la resistencia Congreso Nacional Indígena son recibidos en el Congreso
latinoamericana con una alternativa de rotundo re- de México en la reunión de trabajo de las comisiones unidas
chazo al totalitarismo y la dominación imperialista. de puntos constitucionales y asuntos indígenas. En
Penetrar en la dialéctica del desarrollo del representación del Congreso Indígena habló Adelfo Regino
Montes. Ver: Documentos del conflicto. En: Observatorio Social
zapatismo en la actualidad es mostrar también la
de América Latina, núm. 4, junio, 2001, pp. 33-36.
vigencia de la lucha de clases y su tendencia hacia 5
En carta enviada a Marcos, Carlos Monsiváis se regocijaba
la revolución anticapitalista en América Latina, es de que un logro indiscutible de los zapatista era el haberle
asumir la posibilidad de un mundo mejor (nuevo) quitado al gobierno el monopolio de Emiliano Zapata. Con
donde se respeten identidades y diferencias, don- esto expresaba así su aversión hacia la vieja práctica del poder
de quepamos todos, donde el consenso sea la que consiste en apropiarse de los héroes de la historia nacional
para fines demagógicos. Las reinvindicaciones del EZLN son
clave, no la unanimidad.
sin duda universales, pero para los mexicanos se inscriben en
En un mundo donde a todo se le quiere dar un la más pura tradición zapatista: democracia, justicia, libertad,
valor mercantil, los zapatistas demuestran cada día trabajo, tierra, vivienda, alimentación, salud, educación,
con su proyecto de resistencia ético y político que independencia y paz. Ver: De la Grange y Rico; 1997.
hay algo a lo que no puede ponerse precio: la dig- 6
Marcos explica que debido a esto le resultó tan difícil a
nidad del ser humano. los servicios de inteligencia detectar el movimiento. Fue
una organización sana políticamente, muy modesta, pequeña
en su equipo y en sus recursos. Sin muchos recursos
Notas financieros, no sólo porque no opta por obtenerlos por
medios delictivos, sino porque tampoco recibe ayuda del
1
Partes de este trabajo fueron presentadas en el Seminario de exterior. (Vázquez; 1999:129).
Investigadores y Formadores, del Departamento Ecuménico de 7
Vid. Holloway (2001) y Boron (2001).
Investigaciones de la Universidad Nacional de Costa Rica,
San José de Costa Rica, en noviembre de 2001. Bibliografía
2
En este análisis John Holloway hace alusión a una frase del
poeta revolucionario William Blake, “la cisterna contiene, la Assmann, Hugo, 1996, “Por una sociedad donde quepan
fuente desborda”, el zapatismo es la lucha de la fuente. Eso todos”, en: Por una sociedad donde quepan todos, DEI, San José,
es de importancia fundamental, ya que la fuente no es una Costa Rica.
cisterna que desborda, más bien el desbordamiento Boron, Atilio A, 2001, “La selva y la polis. Interrogantes en
transforma la cisterna en algo muy diferente”. torno a la teoría política del zapatismo”, en: Revista Chiapas,
3
Muchos participantes en la controversia, cuyo denominador núm. 12, ERA-UNAM, México, pp. 89-114.
común parece ser su deseo de que no cambie nada en materia Ceceña, Ana Esther, 1996, “Universalidad de la lucha
de derechos indígenas, procuran exhibir la autonomía como zapatista. Algunas hipótesis”. Revista Chiapas, núm. 2, ERA-
una especie de bestia negra; esto es, como una gran amenaza UNAM , México, pp. 7-19.
de la nación, para la convivencia entre los mexicanos, para la —, 1999, “La resistencia como espacio de construcción del
vigencia de las garantías individuales y los derechos humanos, nuevo mundo”, en: Revista Chiapas, núm.7, ERA-UNAM, Méxi-
e incluso como un estorbo para el progreso general del país. co, pp. 93-114.

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