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Wayra, la venada de cola blanca

Wayra, la venada de cola blanca

Por el pajonal salta Wayra sin parar. Corre, brinca y de rato se detiene
a sentir los olores que el viento lleva y trae de todo lugar.

Pequeña y juguetona, con manchas blancas que le ayudan a


camuflarse de cualquier depredador que la quiera asechar.

Cuando tiene hambre, como flecha regresa donde su mamá, y un


buen sorbo de leche caliente esperándola está.
¡Aprovecha Wayra! pronto dejarás la leche de mamá y tendrás que
aprender a comer brotes y frutos que en las montañas y pajonales
puedas encontrar.

¡Pronto crecerás! tus blancas pecas desaparecerán, y de un hermoso


pelaje marrón tu cuerpo se cubrirá, menos tu vientre y parte de tu
cola que blanco permanecerán.

Adulta ya estás, y sola quieres andar, de vez en cuando otros amigos


y amigas buscarás, también un compañero encontrarás.

Wayra ahora preñada estás, en siete meses serás mamá, un


cervatillo pequeño con sus manchas blancas pronto a tu lado estará.
Feliz vives con tu pequeña cría, entre los árboles, arbustos y
enmarañados pajonales que más arriba del bosque están.

Wayra, prometo cuidar los bosques y pajonales donde te gusta


habitar, para que seas mi amiga y allí encontrarte cuando te vaya a
visitar.

En este, ¡tu hábitat! hasta diez años o un poco más vivirás, porque
esta es la edad que un venado de cola blanca como tú, puede
alcanzar en libertad
Este cuento es una creación de Sandra Criollo Morocho.
Las imágenes son realizadas a través de inteligencia artificial.

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