Está en la página 1de 33

EL CONSOLADOR

William Marrion Branham


Octubre 01 de 1961
Jeffersonville, Indiana. E.U.A.
*

G racias Hno. Neville. Buenas noches amigos. Es un privilegio


volver de nuevo en esta noche a la casa del Señor para
servirle en este servicio. Yo creo que lo más grande que me
ha sucedido es tener el privilegio de servirle. Yo sé que sirviéndole a
Uds. le sirvo a Él. “ Por cuánto lo hiciste uno de estos pequeñitos, a
Mí lo hiciste”. Y ninguna de Sus Palabras puede fallar. Deseo
aprovechar este momento para decirles que mi madre todavía está
respirando o por lo menos así estaba cuando salí del hospital hace un
momento. Esta noche, inmediatamente después del servicio de Santa
Cena, mi esposa y yo iremos al hospital para estar con ella.

2.­ Puesto que ella no lo puede hacer, yo quiero expresar por ella la
gratitud que sentimos hacia Uds. por haber estado orando por
nosotros en este momento de dificultad, por sus tarjetas, flores y
demás cosas que le han enviado a mi madre y que son expresiones de
cariño, eso de verdad lo aprecio y ella también. Sinceramente
gracias. Yo trataría lo mejor que pueda en hacer lo mismo por Uds. y
Uds. lo saben. Sabemos eso, tal vez...

3.­ No puedo decir que esté agonizando, a pesar de que el médico así
lo dice. El Domingo pasado él me dijo que ella ya se estaba
muriendo y toda la semana sus hijos han estado en el hospital junto a
ella, turnándose a cada hora y esperando que mamá parta; pero en
estos momentos está más grave que nunca. Creo que el médico ha
hallado veintidós cosas distintas que no están bien en ella; y
comentaban que cuando otro entra dice: “No, yo no creo que sea
eso…” Finalmente uno de ellos dijo: “Lo que pasa es que ella es una
madre agotada, está demasiado cansada para seguir viviendo otros
años más”. Yo creo que eso lo explica muy bien. Cierto. Ella es
madre de diez hijos y pasó por momentos muy duros para ella,
nosotros vivíamos en pobreza y las cosas no eran como debieron
haber sido, creo yo. Así que ella sólo está cansada y agotada, está a
punto de irse a su Hogar.
2 EL CONSOLADOR

4.­ Yo he predicado este gran Evangelio con gozo y todavía lo creo,


no sólo funciona cuando todo anda bien sino que también funciona
cuando todo anda mal. Él es mi consuelo y yo no puedo creer que mi
madre vaya a morir porque ella tiene vida eterna. El que en mí cree
aunque esté muerto vivirá y cualquiera que vive y cree en mí, no
morirá. Ahora, mi Señor dijo eso y yo me aferro a esas Palabras,
aunque todos pasemos por el valle, son aquellas... Como lo dijo
nuestro amado pastor esta tarde al hablar de ella, esas últimas horas
aquí en la tierra, son las agotadoras.

5.­ La señora Fordyce, otra amiga nuestra, está postrada en cama


junto a ella, está muriendo de un problema cardíaco. En muchas
oportunidades… al otro lado de la calle le comprábamos verduras y
cosas a esa señora. Ella vivía fuera de la ciudad en Zurschmeide. Yo
no sabía qué era ella hasta que me fijé bien, ya tiene setenta y cinco o
setenta y seis años de edad, con ella estaban dos hermanas mayores
visitándola y cuando se fueron yo entré al cuarto y ella me dijo: “¿Es
Ud. el Hno. Branham, el evangelista?” Yo le respondí: “Sí, señora”.
Ella comenzó a llorar y me dijo: “Supe que su madre está acá al lado,
sólo nos separa la cortina”. Yo le dije: “Sí”. Y ella dijo:
“Probablemente nos vayamos al mismo tiempo”.

6.­ Entonces le dije: Señora Fordyce, hay una pregunta que quiero
hacerle mi hermana, cuando yo estuve en aquellos lugares instalando
líneas de alta tensión, la vi arrancando hierbas con un azadón y
trabajando duro; luego la vi llevar sus verduras y venderlas de casa
en casa por toda la ciudad y después regresaba. De esa manera logró
vivir honestamente, pero, ¿conoce Ud. a mi Señor como su
Salvador?” Y ella me respondió: “Lo conozco como mi Salvador. En
Su Gracia estoy confiando para que me lleve por el valle de sombra
de muerte”. Yo le seguí diciendo: “Puede que mi madre no camine
con Ud. por allí, pero Él sí caminará”. Nos pusimos a orar y ella
agarró mi mano tan fuerte que prácticamente tuve que halarla para
poderme ir.

7.­ Al otro lado de la habitación estaba la Señora Gaither, otra


anciana madre que partió con el Señor hace solamente unas pocas
horas. Le habían amputado ambas piernas debido a la diabetes. Yo la
conozco desde... su esposo estaba allí postrado en cama con una
pierna amputada. El mundo está lleno de pesares.

No codicies las vanidades de este mundo


3 EL CONSOLADOR

Que fugazmente se acaban


Pon tu esperanza en las cosas eternas
Que nunca dejarán de ser.

8.­ Yo me he parado detrás del púlpito durante treinta y un años y


alrededor del mundo he reclamado el mundo como mi púlpito, he
tratado de darle a la gente esta Palabra de vida eterna. Ella es la única
que puede ayudarle cuando Ud. llegue al fin de su camino. Así que,
¿por qué deberíamos confiar en otra cosa? ¿En qué podríamos
confiar? El otro día cuando mi madre me dijo que ya estaba lista para
partir, fui y hablé con ella, igual que lo hice con la señora Broy, mi
suegra, como un mes antes de que partiera fui y platiqué con ella,
aún cuando yo la había bautizado y demás. A mi propia madre la
bauticé en el Nombre de Jesucristo hace treinta años, allá en el río
cerca de donde estoy viviendo hoy. También bauticé en el Nombre
del Señor Jesucristo a su anciano padre de casi cien años de edad, en
las lodosas aguas y en estos momentos, recuerdo al ancianito
temblando y sosteniendo mi rostro entre sus paralizadas manos,
mirándome a la cara y abrazándome. Lo encontraré otra vez al otro
lado. Oh sí, sí.

Mi esperanza está fundada


Sólo en la Sangre de Jesús con justicia.
Cuando todo alrededor de mí alma se desvanezca
Él es toda mi esperanza y seguridad
En Cristo la Roca sólida me paro
Todo lo demás es arena movediza.

9.­ Hoy por la noche tenemos Santa Cena, prometí estar aquí y Billy
me dijo que muchos han pedido entrevistas y se las iba a dar, pero le
pedí que las cancelara por esta vez. Estoy seguro que Uds. entienden.
Estoy un poco conmovido y Uds. entienden cómo me sentiré. Pero
aún así, estoy creyendo en mi Señor y que Su Gracia es suficiente.
Eso es todo lo que necesito, así que oren por mí porque necesito la
oración. Que Dios los bendiga abundantemente a cada uno de Uds. y
cuando lleguen al final del camino, espero que no intenten hacerlo
sin haber nacido de nuevo.

10.­ Me acordaba Billy, cuando tomé las manos de tu madre, mi


esposa, mientras ella moría en el hospital, unas puertas más allá de
donde mi madre está hoy. Cuando ella me miró… Ella había tenido
4 EL CONSOLADOR

una experiencia antes de morir, era sólo una joven de veintidós años
de edad y madre de dos hijos. Ella me dijo: “Billy, tú has hablado de
esto, has predicado de esto, pero amor, tú no sabes lo que es esto, lo
glorioso que es”. En ese entonces acabábamos de conocer este
Evangelio antiguo y ella me dijo: “Quédate con Él, Billy, quédate
con Él, nunca lo abandones, en este momento es que vale”. Yo le
dije: “Te veré en la mañana junto a los brillantes portales, cuando
todos los pesares hayan desaparecido, estaré junto a esos portales
cuando las puertas se abran, al fin del largo y afanoso día de la vida”.

11.­ Eso es. Yo creo eso con todo lo que está dentro de mí. Yo lo
creo. Esa mañana espero poder encontrarlos a cada uno de Uds. y
Uds. me conocerán en esa mañana por la sonrisa que tendré. Como
canta el Hno. Neville y los otros el himno:

Te veré en la mañana
En esa ciudad cuadrangular.

12.­ Es tan real. En los últimos dos días al venir del hospital me he
dado cuenta que han levantado una carpa aquí en el terreno de
Ferrocarriles Pennsylvania. Me parece que está entre la Calle Novena
y Décima, por aquí, saliendo de la Calle Manantial y subiendo hay
un letrero que dice: “Ministerio con dones y señales”. Yo no conozco
al hermano, no sé si lo he visto, pero es un hermano y está aquí en la
ciudad celebrando una reunión. Yo sé lo que es ir a una ciudad, tal
vez a una ciudad de este tamaño, sin tener a alguien que lo respalde.
Yo no lo conozco y él no me ha pedido que diga esto, pero creo que
sería muy bueno si todos Uds. que deseen ir a alguna parte, fueran y
escucharan a nuestro hermano predicar el Evangelio. Tiene que ser
un hijo de Cristo si no, no estuviera levantando su carpa en este
clima frío de Septiembre, tratando de hacer algo para nuestro Señor.
Así que esta semana vayan y visiten a nuestro hermano allá y
escúchenlo predicar.

13.­ Creo que esos fueron todos los anuncios que les iba a dar. En
verdad quiero decir esto, aprecio la lealtad de todos Uds. en un clima
como éste, en estos tiempos y que Uds. asistan a esta iglesia y se
queden aquí. ¿Qué podría hacer yo sin Uds.? ¿Qué podríamos hacer
el uno sin el otro? Esta es la hora de permanecer unidos.

Oh, vendrán del Este y del Oeste


Vendrán de lejanas tierras
5 EL CONSOLADOR

14.­ Quería que Meda y Mabel lo cantaran en esta mañana, pero


desde luego que no pudieron hacerlo esta vez. Esa fue la alabanza
que cantaron cuando yo di comienzo a mis viajes evangelísticos,
hace quince años más o menos. Uds. han escuchado esa alabanza.

Para comer con el Rey


Para cenar como Sus invitados
Benditos son estos peregrinos
Que ven Su Santo rostro
Resplandecen con Divino Amor
Benditos partícipes de Su Gracia
Como joyas que brillan en Su corona.

15.­ Esta mañana tuve que salir de aquí apresuradamente y cuando


llegué al hospital mi madre ya se había recuperado, cuando me
llamaron estaba sofocada y ya casi no respiraba, pero de alguna
forma se recuperó y empezó a respirar de nuevo; ella no lo sabe pero
Él la guardó con vida mientras yo predicaba y la guardó un poco
más... Estoy confiando que lo hará hoy mientras estoy aquí en esta
noche. Gracias, muchas gracias por sus oraciones.

16.­ Ahora inclinemos nuestros rostros por un momento mientras


oramos, mientras tenemos nuestros rostros inclinados quiero hacerles
una pregunta muy solemne y espero que no se ofendan conmigo al
preguntarle esto, pero sabiendo lo que sé hoy, le pregunto esto al
joven y al anciano, a Uds. jovencitos que algún día tienen que llegar
al lugar en el que está mi madre en esta noche, Ud. también
jovencito, todos nosotros sabemos que debemos llegar a ese lugar y
sino está efectivamente seguro de estar listo para encontrarse con
Dios, ¿levantaría sus manos a Dios mientras nadie lo está mirando y
diría: “Dios acuérdate de mí?” Dios le bendiga. Dios le bendiga. Hay
manos por dondequiera. “Acuérdate de mí oh Dios, yo tengo que
llegar a ese lugar y tal vez esté inconsciente también, pero antes de
llegar allí y estando en mi juicio cabal, quiero asegurarme que mi
alma está destinada a irse con Dios. Caminaré por el valle de sombra
de muerte y no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo”.

17.­ Ahora Padre Celestial, mientras esta noche por fe traigo en mis
manos estas preciosas almas que han levantado sus manos, yo las
levanto ante el Trono de Tu Gracia y misericordia sabiendo esto…
Padre, puede que haya gente enferma aquí, puede que hayan
6 EL CONSOLADOR

afligidos, pero Señor, ninguno de ellos está tan necesitado como los
que levantaron sus manos, porque ellos se están dando cuenta que no
importa si son sanados de enfermedades y sus vidas son prolongadas
un poco más, tal vez vuelvan a enfermar; pero oh Dios, una vez que
acepten al Salvador bendito, tengan vida eterna y nazcan de nuevo,
entonces no habrá nada que pueda separarlos de Dios, se convierten
en Hijos de Dios y ya no pueden ser separados jamás. Han pasado de
muerte a vida y no vendrán a condenación. ¡Qué promesa Señor! Allí
podemos anclar nuestras almas. No importa cuán fuerte sople la
tormenta, no importa cuan contrarias parezcan las olas, nuestra fe
mira hacia Ti Cordero del Calvario, Salvador Divino. Recíbelos
ahora en esta noche oh Señor Dios, en Tu misericordia y cuidado,
salva sus almas en este momento y que no abandonen este santuario
esta noche hasta que la paz que sobrepasa todo entendimiento venga
a morar a sus corazones. ¿Qué puedo hacer yo Señor después que
ellos han levantado sus manos sino elevar mi voz a Ti y clamar: Oh
Dios, ten misericordia? Concédelo Padre.

18.­ En todos estos años que Tú me has dado de vida y en los campos
misioneros alrededor del mundo, he visto a los que llegan al fin de su
jornada y no te conocen, los he escuchado gritar por misericordia; y
he visto a los que llegan pero sí te conocen, cantando: Día feliz, día
feliz, desde que Jesús mis pecados lavó. Oh sí. El inicuo se extiende
como un gran árbol verde en muchas ocasiones, pero cuando llega al
fin del camino la situación es distinta.

19.­ No permitas que haya algún pecador en medio nuestro en esta


noche, permite que todos sean perdonados de sus pecados y que cada
uno aquí reciba frescura y novedad de Dios. Porque Padre, estamos a
punto de tomar la Santa Cena, esa ordenanza santa y sagrada que nos
dejaste. “ Este es mi cuerpo que fue quebrantado por ti. Esta es la
Sangre del nuevo pacto, la copa de las bendiciones, todas las veces
que la comieres y bebieres, la muerte del Señor anunciáis hasta que
Él venga” .

20.­ Dios, nosotros creemos que Tú vienes, creemos que Jesús


vendrá y veremos al Gran Glorioso y Único, toda vejez acabará, todo
los pesares y sufrimientos, enfermedades y demás se desvanecerán.
Esa tremenda nueva mañana entraremos Señor, con aclamaciones y
gritos de victoria, agitando palmas con hosannas de alegría mientras
el Rey toma Su Trono. Estamos esperando esa hora. Ahora
confórtanos en esta noche también en Tu Palabra Señor, háblanos
7 EL CONSOLADOR

estas cosas que son de consuelo y podrían confortar nuestros


corazones,

21.­ Pido por mi madre, Señor Dios, ella es la madre que he conocido
y no importa cuan dulce sea una esposa, pudiera ser muy dulce pero
no como mi madre, ese roble viejo y frondoso, Señor, que ha echado
raíces y se ha afirmado en la tierra y podemos sentarnos a su lado y
platicar con ella. Te pido Dios que no la dejes sufrir, porque eso
desgarra mi corazón, Señor, cuando pienso que ella está sufriendo.
Permítele caminar por el valle de sombra de muerte sin ningún
temor. Cuanto te agradezco eso.

22.­ Hace un momento ella no reconocía ni siquiera su propio


nombre, pero cuando yo le dije: Jesús, ella movió su cabeza y
reconoció Su Nombre. Cuánto te agradezco eso Señor. El médico
dice: “Está inconsciente, no conoce nada”. Pero aún sin conocer nada
terrenal, te conoció a Ti Señor y yo estoy muy contento por eso. Eso
le da descanso a mi alma. Tú no le has declarado a Tu siervo su
partida y no tienes que hablarme a mí de eso Señor, pero yo no
desearía saberlo Señor y ruego que Tu voluntad... Sea lo que sea
Señor, lo encomiendo en Tus manos. Hágase Tu voluntad. Ahora
Padre, bendice las palabras de esta noche, el mensaje, la lectura de la
Palabra, los himnos, la Santa Cena. Que todo sea para Tu honra y
gloria, porque lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén.

23.­ Tenemos aquí algunos pañuelos para que se ore por ellos, lo
haré luego cuando estemos en oración. En esta noche continuemos
con la lectura de la Palabra y trataré de ser lo más breve que pueda,
porque algunos están cansados y agotados esperando que yo llegue
allí. Desearía comenzar en el capítulo 14 de San Juan. Comencemos
en el verso doce. Mi tema para esta noche es EL CONSOLADOR.
Ahora mientras leemos, presten mucha atención a las palabras. San
Juan 14, comenzando en el verso 12.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo


hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque
yo voy al Padre.
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Si me amáis, guardad mis mandamientos.
8 EL CONSOLADOR

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con


vosotros para siempre:
El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no
le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros.

Me gustaría, si me perdonan, leer el verso 17 nuevamente:

El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir...

24.­ El mundo. Mientras Ud. ame al mundo, nunca lo recibirá porque


no le ve... No importa lo que Él haga el mundo no lo ve, ellos no le
creen. “Eso es emoción, es psicología…” Para ellos. No le ven ni
tampoco le conocen. Fíjese ahora en este Él a quien se está
refiriendo. Pero vosotros lo conocéis a Él, porque está con vosotros
ahora: Jesús. Y estará en vosotros. ¿No está claro eso? ¿Quién es
entonces el Consolador? Jesús. Él dijo: “ Yo oraré al Padre para que
les envíe otro Consolador, al Espíritu de Verdad, a quien el mundo
no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le
conocéis…” Está hablando de Él mismo. “Pero vosotros le conocéis,
porque vive con Uds. hoy en un cuerpo de carne”. Les está hablando
a los discípulos. “Y estará en vosotros para siempre”. Nunca se irá.

25.­ Oh, ¿no es Él un Dios bueno? Jesús es tan bueno con nosotros y
está bien dicho que nuestro Dios es un Dios bueno. Él es tan bueno
con Sus hijos y ha provisto lo mejor para nosotros. Todo lo que
necesitamos, ya Él lo ha provisto. Verdaderamente Ud. pudiera decir:
“ Padre nuestro que estás en los Cielos…” Porque Él es un Padre y a
pesar de que somos desobedientes, a pesar de que somos arrogantes,
Él todavía nos provee sin hacer distinción, sin importar si somos
buenos o malos, nos da alimento, ropa para vestir y casas donde
vivir. ¡Oh, Él es tan bueno!

26.­ Si tan sólo pudiéramos mirar a nuestro alrededor y contar las


cosas buenas que nos ha dado. Nosotros no nos detenemos a
considerar eso. ¿Qué tal si Ud. no tuviera ojos? ¿Qué si no tuviera
nariz, boca u oídos? ¿Qué si no tuviera piernas ni brazos y no pudiera
caminar? Pero fíjese, Él le proveyó pies. ¿Qué tal si no hubiera
tenido ojos y no pudiera ver y aunque pudiera escuchar sonidos no
supiera de dónde provienen? Ahora, todo eso comprende los cinco
sentidos que nos provee.
9 EL CONSOLADOR

27.­ Pero si vivimos cerca de Él, Él nos proveerá algo más. Existe
una intuición con la que podemos ver lo que la persona ordinaria no
puede ver. Cuando nacemos de nuevo lo vemos a Él. “ Vosotros le
conocéis y le habéis visto; y Él morará con vosotros para siempre” .
Oh, Él es un buen Padre, la Fuente de bondad, el Gran Manantial de
toda bondad y paternidad está en nuestro Dios. Él es tan bueno con
sus hijos que creen, pero tal vez...

28.­ Algo que Él nos provee es la luz solar. Como ya saben, Uds. no
podrían vivir sin la luz del sol, sólo podrían vivir un poco de tiempo
porque no crecería nada. La luz solar es una cosa tremenda y
necesaria, pero nosotros sólo lo miramos y decimos: “Oh, ese es el
sol”. Como si nada. Pasamos eso por alto. Pero esa luz solar es
importante para nuestra vida. Nos ayuda y nos da fuerza. Ahora, esto
es para el hombre natural; pero existe también un Sol espiritual del
cual podemos vivir. Todo lo natural tipifica lo espiritual, igual que el
buen alimento que comemos en nuestras mesas es un tipo del buen
Alimento que comemos de la Palabra, es sólo un tipo. Es la
expresión exterior, la parte física de lo espiritual, que tiene un
significado mayor para nosotros que la parte física.

29.­ Es igual a un niño, cuando un niño es concebido en la matriz de


su madre, es sólo carne y sangre que salta y palpita. Ud. no lo ve
pero espera su nacimiento, hay un espíritu y un alma cerca de esa
madre, listo para entrar a ese niño tan pronto nazca. Tan pronto ese
niño nace, ya Dios tiene un alma y un espíritu que ha creado,
esperando para entrar en ese niño tan pronto nazca en este mundo.
Ese niño va creciendo y empieza a aprender, entonces llega a ser
alma viviente que conoce lo bueno y lo malo. Entonces tiene delante
de sí, igual que Adán y Eva, el árbol del bien y del mal y hace su
elección. Se hace inteligente y sigue creciendo todo el tiempo. Ese es
el gran plan de Dios.

30.­ Finalmente llega el fin del camino para este cuerpo físico, pero
así como este cuerpo se va deteriorando y muriendo, hay otro cuerpo
preparado para recibir el alma. Tan pronto como ella parte de aquí,
esta alma que está en nosotros en este momento y este espíritu
abandonan este cuerpo y entran a otro cuerpo joven, bueno, mejor,
uno que no envejecerá ni morirá. ¿Por qué? Porque Él es un Dios
bueno. En verdad lo es. Pero tomemos por ejemplo un hombre que
tiene conocimiento de la luz solar y sabe que brilla, pero rechaza
reconocerlo y dice: “Yo no creo eso”. Y se mete en su sótano, cierra
10 EL CONSOLADOR

la puerta y rechaza reconocer que el sol está brillando. “Yo no creo


eso”. Si alguien dice: “Oh, está cálido, es saludable, la gente que vive
donde brilla el sol tiene cierto color y es saludable”. Pero él diría:
“Yo no creo eso”. Y se encerraría. Ahora, ese hombre está en una
condición lamentable, hay algo mal en la mente de un hombre que
haga eso.

31.­ Y si un hombre se aísla de la luz espiritual de Dios, hay algo


malo en su condición espiritual, porque cuando un hombre se niega a
caminar bajo la dirección de un Dios bueno, como nuestro Dios que
es nuestro consuelo y fortaleza… Vivir en Su Luz es crecimiento
espiritual, es fuerza espiritual vivir en Su Luz, en el brillo de Su
Gloria. El mayor privilegio que tenemos es vivir bajo la Luz de la
Gloria de Dios. Fíjese en esos buenos Cristianos saludables.

32.­ Pero tome al hombre o la mujer que se aísla en un sótano y no


ve la luz del sol, la luz natural que Dios le ha provisto sino que se
niega a aceptarlo, se encierra por egoísmo, ese hombre pronto estará
anémico, se pondrá pálido y no tendrá suficiente fuerza ni salud y
pronto... porque se privó del privilegio que Dios le dio, cierto, lo hizo
voluntariamente. Entonces si nos privamos de la Gloria de Dios, del
bautismo del Espíritu Santo o del compañerismo del Espíritu, lo
primero es que nos volvemos Cristianos pálidos y enfermizos,
nuestra experiencia mengua y se va apagando y cuando llegan las
grandes pruebas nos amedrentamos y nos devolvemos.

33.­ Se necesita ese soldado que ha vivido a la Luz de Dios, se


necesita ese espíritu que conoce a Dios, donde no hay sombra de
duda, que puede pararse en medio del problema y clamar: “ ¡Mi
Redentor vive!” Aleluya. Eso es.

34.­ Nosotros nos encerramos, todo lo hacemos automáticamente, lo


hacemos porque queremos hacerlo. Pero Dios es bueno y nos lo
provee. Pero muchos hoy no quieren entrar en ese saludable lugar
con Dios, un Cristiano saludable tiene un espíritu saludable.
Ciertamente Uds. darían todo por tener un cuerpo saludable,
cualquiera haría eso. Bueno, no importa cuanta salud se le ponga a
ese cuerpo, él regresará al polvo. Pero, oh mi hermano, esa alma no
puede llegar a ser muy saludable… cada vez crece y crece en la
fuerza, gracia y poder de Dios. Necesitamos caminar en la Luz de
Dios porque Él es bueno. Nosotros tenemos una gran herencia, una
tremenda encomienda sagrada que nos ha sido dada.
11 EL CONSOLADOR

35.­ Ud. podría preguntarse ahora: “¿Hno. Branham, está Ud.


hablando de la luz solar o de la tremenda Luz de la Gloria de Dios
que crea espíritus saludables y nos hace Cristianos fuertes?” Por eso
es que estamos aquí en esta noche, para averiguarlo. ¿Cómo se
consiguen esas cosas? ¿De dónde provienen? ¿Qué son? Muéstreme
qué es eso Hno. Branham. ¿Lo puedo comprar en la farmacia? ¿Qué
clase de vitamina es esa?” No se compra en la farmacia pero hay en
abundancia cerca de Ud., si tan sólo lo recibe. Se trata de conocer la
fórmula, de cómo se recibe.

36.­ En una farmacia hay medicinas, pero tiene que haber un médico
que diagnostique el caso; porque si no lo hace así, eso podría
matarlo, por lo tanto Ud. debe tener un diagnóstico del caso. No se
puede ir y agarrar a un pecador y darle el Espíritu Santo, primero él
debe arrepentirse, tiene que ser lavado de sus pecados y tiene que ser
preparado para esa gran Vitamina que se le va a dar. Nosotros
tenemos una encomienda sagrada y Uds. saben lo que quiere decir
encomienda. Tenemos un patrimonio, una herencia que heredamos
como hijos creyentes. Esa es una encomienda sagrada y esa
encomienda sagrada y nuestra herencia sagrada, es la Palabra de Dios
que nos ha sido entregada, la plenitud de la Palabra de Dios. La
Palabra misma es la Vitamina, la Palabra misma, la Palabra de Dios.

37.­ Aquí es donde yo soy tan ortodoxo, como diría yo, al quedarme
con esta Palabra. No importa lo que alguien más diga si no
concuerda con la Palabra, entonces no lo creo, si Ud. quiere creerlo,
está muy bien; pero en cuanto a mí, se necesita la Palabra porque
cielos y tierra pasarán, mas mis Palabras no pasarán. Por lo tanto se
necesita esa Palabra. Yo vivo por la Palabra. Jesús dijo: “ Escrito
está, no sólo de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale
de la boca de Dios”. Eso es. Eso nos es dado por herencia, la Palabra
es nuestra herencia. ¡Oh Dios, permítenos meditar en la profundidad
de eso!

38.­ Es nuestro privilegio, es esa responsabilidad sagrada que Dios le


ha dejado a Su Iglesia. Dios le dio Su Palabra a Su Iglesia y esa
herencia sagrada es nuestra, es un regalo de Dios y no es para
comprometerla, quitarle esto, desechar aquello y añadir lo otro para
satisfacer nuestro propio gusto; sino que es para predicar la plenitud
de la Palabra, el Evangelio completo. Como Cristianos nosotros
estamos obligados a aceptarla y creerla. Entendiendo que si nuestro
12 EL CONSOLADOR

corazón no nos reprende, entonces sabemos que tenemos el favor de


Dios. Pero cuando sabemos que estamos dejando de lado algo de esa
gran herencia que nos pertenece, si lo estamos dejando de lado
porque nuestra iglesia dice que ellos no creen en eso hoy, que eso no
es para nosotros hoy; si nosotros lo dejamos a un lado, entonces
dañamos nuestra herencia.

39.­ Creo que todos aquí en la iglesia esta noche somos Americanos,
todos somos ciudadanos Americanos y estamos agradecidos de serlo.
Pero, ¿qué le ha ocurrido a nuestra herencia Americana? ¿Qué pasó?
Comenzamos a comprometerla y tan pronto nos comprometimos
perdimos lo sagrado de nuestra herencia, porque nos
comprometimos. Reelegimos presidentes 4 veces y esto viola la
constitución y hoy hacemos cosas… Ese parquímetro que tenemos
allí en la calle es anticonstitucional, eso no está en la constitución, va
contra la constitución pero de todas formas lo hacemos. Hacemos
muchas cosas que van contra los principios sobre los cuales se fundó
esta nación, hacemos todo lo contrario por lo tanto perdimos nuestra
herencia. ¿Por qué? Comprometimos los principios sobre los que fue
fundada.

40.­ Que Dios me ayude y que Dios lo ayude a Uds. como Cristianos
para nunca comprometer una palabra de la Palabra de Dios. Esta
responsabilidad sagrada le fue entregada a la Iglesia y es algo
glorioso tener este Evangelio, el Evangelio completo y predicarlo sin
compromisos en cualquier lugar. Predíquelo como está escrito y
vívalo como está escrito. ¡Que responsabilidad tan sagrada! Y si
esperamos que esta Palabra se cumpla, si esperamos que Dios
cumpla Su Palabra, debemos permanecer en ella de la forma que
Dios la escribió. Por eso es que si Ud. se queda con ella de la manera
que Dios la escribió sucederá de todo entre Uds., cada Palabra se
cumplirá.

41.­ Yo mismo espero ahora que descienda un Poder estremecedor


que sacuda a las naciones muy pronto. Dios puede tomar a un pueblo
bajo Su control, si Él llegara a tener un hombre o una mujer que no
comprometa Su Palabra sino que se pare allí como la Roca de los
Siglos, que crea cada Palabra, que crea que Él está tras Ella… un
hombre que la crea debe comportarse de acuerdo a Ella, si no se
comporta así no la cree; pero si la cree compórtese conforme a Ella.
La puede poner a funcionar y la Palabra está en Ud..
13 EL CONSOLADOR

42.­ Nosotros perdimos nuestra herencia porque nos comprometimos


y cuando nos comprometemos no podemos esperar que Dios nos
cumpla Su promesa, porque hemos violado esa comisión sagrada,
hemos profanado la responsabilidad que Dios nos dio. Guardemos
esa comisión, mantengámosla sagrada, guardémosla santa. Sostenga
cada palabra de Ella y no se comprometa en nada. Acepte a Dios en
Su Palabra y créala, compórtese de acuerdo a Ella, permanezca en
Ella sin moverse. Eso es lo que debemos hacer, eso es lo que Dios
espera.

43.­ Como dije esta mañana en nuestro mensaje, hablando de que nos
es necesario o nos conviene cumplir toda justicia. Nos toca a
nosotros a quiénes ha sido traída la Palabra, nos conviene a nosotros
permanecer con esa Palabra y mientras nos quedemos con ella,
veremos a Dios obrando entre nosotros. Así que nos conviene
permanecer con ella. Es una herencia que Dios nos ha dado.

44.­ Regresemos por un momento y encontremos a esos hombres que


guardaron la gran comisión sagrada de Dios que fue Su Palabra. Lo
que nosotros heredamos es la Palabra y en el momento de lucha, en
el momento de incertidumbre, en la hora del sufrimiento y en los
momentos de peligro ellos encontraron consuelo guardando la
Palabra. La Palabra es el consuelo de Dios. Ud. aún puede transitar el
valle de sombra de muerte, pero al saber que Dios lo dijo, ya eso es
suficiente. Dios lo dijo. Ud. no puede decir: “El pastor lo dijo o lo
dice la iglesia”. Pero si puede decir: “Dios lo dijo”. Ese es el
consuelo que recibimos, allí es donde ahora yo puedo hallar
consuelo, es allí donde Ud. encontró consuelo. Dios lo dijo. El que
en mi cree, aunque esté muerto, vivirá. Y cualquiera que vive y cree
en Mi no morirá, ¿crees esto?” Eso es consuelo. Ese es el consuelo
que nosotros tenemos.

45.­ Noé, creo que hablé de él esta mañana. Ciertamente él debió


haber recibido consuelo en medio de la crítica. Jesús lo dijo: “ El
mundo no puede recibirlo porque no le conoce; pero vosotros le
conocéis y le habéis visto porque está con vosotros y estará en
vosotros”.

46.­ Noé se había encontrado con Dios, había oído a Dios y tenía la
Palabra de Dios, así que lo que otro dijera no importaba, Noé tenía la
Palabra de Dios y fue un consuelo para él cuando llegaron los
críticos en lo que andaban, criticándolo; y la ciencia decía: “¿Cómo
14 EL CONSOLADOR

puede descender agua de los cielos cuando allá arriba no hay nada?
Nosotros podemos probar que allá no hay agua, tú eres un fanático
Noé, te podemos probar que eres un fanático. Fíjate, ¿dónde está el
agua? Enséñanos”. Ellos pudieron haber tenido telescopios con los
que podían ver ciento veinte millones de años luz en el espacio, igual
que hoy; y Uds. saben que nunca había llovido pero Noé estaba
confortado, porque tenía la promesa de Dios. Amén.

47.­ ¿Qué hizo él? Comenzó a construir un arca. ¡Qué cosa sin
sentido! Tal vez allá no había barcos, no había lagos, ríos ni nada en
aquellos días y por lo tanto no necesitaban barcos. Pero allí estaba él
construyendo una cosa de aspecto extraño y todos se reían de él. Eso
era suficiente para desanimarlo. Todo el que pasaba decía: “Miren
hacia la montaña, vean a aquel fanático, ¿qué clase de casa es esa que
está construyendo? ¿Qué cosa es esa? Vean de qué la está haciendo,
eso no tiene sentido”. Sin embargo, Noé tenía consuelo porque tenía
la Palabra de Dios y Ella era un consuelo, él sabía que Dios lo había
dicho. Amén. Dios lo había dicho y eso era suficiente. Dios lo dijo.
“¿Cómo sabes que va a llover?” “Porque Dios lo dijo”. “¿Cómo
sabes que va a caer agua de allá?” “Porque Dios lo dijo”. Ese era el
consuelo que él tenía en la Palabra.

48.­ Observemos el arca por unos minutos, la manera de construirla


fue alocada, ¿se dieron cuenta allá en Génesis que Dios le dijo:
Hazla de madera de gofer? Ahora, si Uds. tomaran y estudiaran la
madera de gofer, eso es algo casi igual a la balsa, es una madera muy
liviana y parece esponja, está toda formada por celdas y cuando el
árbol esta vivo, éstas contienen la savia; pero tan pronto como se
corta el árbol, la savia sale de ellas y entonces se convierte como una
esponja. Él le dijo: “No la hagas de roble bueno y sólido, no la hagas
de sicómoro o alguna otra madera sólida; sino hazla de madera de
gofer”. La madera más liviana y esponjosa que existe, si se pone en
el agua se hundiría en un instante. “Hazla de madera de gofer y
arréglala de esta manera…” Le dio las medidas y le dijo: “Hazle
compartimientos, tres compartimientos”.

49.­ ¡Que tipo tan hermoso! Justificación, santificación y bautismo


del Espíritu Santo, los tres aposentos. Y recuerden que Él le dijo:
“ Hazle una ventana” . La ventana no estaba a un costado sino en el
techo. ¿Entienden? Justificación, Lutero; Santificación, Wesley;
Bautismo del Espíritu Santo y resplandece la Luz, esa es la Luz de
Dios en la que debemos vivir y andar. Amén. Recuerden que en el
15 EL CONSOLADOR

piso de abajo estaban los animales que se arrastraban, en el segundo


piso estaban las aves, pero en la parte superior estaban Noé y su
familia, en la parte de arriba para que ellos pudieran ver y la luz
entrara.

50.­ Él le dijo: “Cuando la construyas de madera de gofer, cuando la


acabes y la arregles, entonces quiero que la calafatees por dentro y
por fuera”. Un día estuve estudiando qué era esa brea, brea para
nosotros es el asfalto; tomamos ciertas substancias químicas y
hacemos asfalto y lo usamos para las carreteras, las grietas y otras
cosas. Pero en aquellos días era diferente, había cierto árbol de resina
que ellos tomaban y cortaban, como no tenían las cosas que tenemos
hoy para sacar la resina, golpeaban el árbol y lo hacían hasta sacarle
la savia y la resina. Después la calentaban y la vaciaban sobre esa
blanda madera de gofer que tenía muchas… era como una esponja y
eso la rellenaba completamente. Cuando se endurecía no se podía
clavar un clavo en ella, ¿se dan cuenta? Estaba lista para recibir. Así
es Cristo, así es la Iglesia, la Iglesia debe vaciarse y volverse muy
liviana, Uds. deben sacarse toda la denominación, todo el mundo,
toda la incredulidad y rendirse.

51.­ Hubo Otro que fue distinto a nosotros, fue cortado en su


juventud, molido y golpeado, herido por nuestras transgresiones y
molido por nuestras iniquidades, fue golpeado hasta que Su vida
salió de Él igual que la resina del árbol. Oh, un Cristiano puede
absorberlo, si está vacío, pero primero hay que vaciarse y el
problema es que nosotros no queremos vaciarnos; vaciémonos de
todos nuestros pensamientos, credos y libros, luego absorbamos el
Espíritu Santo que es Dios en Su Palabra.

52.­ Entonces sí podía navegar en la tormenta y podía surcar los


mares porque era más fuerte que ninguna otra madera, nada podía
comparársele, nada. Todavía están los restos del arca y eso hace seis
mil años, han encontrado sus restos porque todavía perdura, su
cubierta exterior era tan fuerte que los juicios quedaron por fuera y
las aguas eran los juicios. Cuando nosotros venimos a Cristo por
medio de Su vida golpeada y lo absorbemos en nuestro sistema,
quedamos tan inoculados de las cosas del mundo que podemos
soportar la ira y cuando las tormentas se desaten y el mar sea
contrario, la barquilla no naufraga sino que se desliza entre las olas
hacia la Roca de los siglos.
16 EL CONSOLADOR

53.­ Noé recibió consuelo mientras la estuvo construyendo, mientras


estuvo haciendo el arca, él sabía que era consolado porque tenía la
Palabra del Señor que le había dicho: “Esas son las instrucciones”. Si
alguien le hubiera dicho: “Oye Noé, ¿cómo es eso que la estás
construyendo de madera de gofer? Tú conoces esa madera y si es que
viene agua, ella sería la primera en hundirse”. Pero fíjense, Noé
estaba siguiendo las instrucciones, él tenía la Palabra de Dios que era
su consuelo, la Palabra era su consuelo. “Yo no entiendo por qué
Dios me hace construirla de esta manera, pero eso fue lo que Él dijo
que hiciera”.

54.­ Yo no entiendo por qué Dios me hace comportarme de la


manera que lo hago, no entiendo por qué no me deja cooperar y
hacer todas esas otras cosas, andar conforme a la iglesia; pero esta
son Sus instrucciones y de esa manera fue que Él dijo que la
construyera. ¿Qué hará Él con eso? Yo no sé, se supone que yo sólo
debo poner la madera allí y clavarla; esa madera es la Palabra de
Dios y en ella está mi consuelo. Cierto. Porque ella está siendo
construida como Dios lo dijo: “ Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia
y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” . Correcto.

55.­ ¿Y qué es eso? La revelación espiritual de saber quién es


Jesucristo, no la tercera persona de la trinidad porque allí no hay
trinidad. Él es Dios y sólo Dios manifestado en carne. Allí es donde
Él edifica Su Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán
contra ella . Aunque deja ver que las puertas del infierno estarían
contra ella, pero no podrían prevalecer.

56.­ Noé tenía esas palabras y fue consolado porque lo sabía, sin
importar lo que dijera el mundo. Tal vez pasó por allí un contratista y
le dijo: “Hno. Noé, como Ud. dejó la iglesia y se ha metido en ese
capricho, permítame mostrarle algo. Si está construyendo, ¿por qué
no usa madera buena y sólida de roble?” “Porque el roble no sirve”.
Ud. podría decir: “Bueno, yo puedo probar que la madera de roble es
más fuerte que ésta”. No importa lo fuerte que sea el roble, la
exigencia de Dios fue madera de gofer y Dios va hacer algo con esa
madera, Él tiene algo qué añadirle.

57.­ Algunos por allí dicen: “¿Por qué no buscas una iglesia donde
asiste mucha gente inteligente, bien vestidos, bien aseados, pueden
pagarte bien y demás y así predicas el Evangelio? ¿Por qué le
predicas a un grupo de gente pobre y tú andas en necesidad?” Eso es
17 EL CONSOLADOR

lo que les dicen a los predicadores que se paran por la Verdad. Pero
oh hermano, yo no se los puedo decir. “¿Por qué no buscas un grupo
intelectual, gente que tenga educación?” El tipo de gente que sea no
hace ninguna diferencia, Cristo hace algo en aquellos que están
dispuestos a recibirlo. Ese grupo, esa persona que tal vez no se sepa
el alfabeto, pero aunque no se lo sepa conoce a Cristo y eso marca la
diferencia; no es su posición ni la sangre azul que afirma tener, es la
Sangre de Jesucristo la que nos ancla y nos asegura en Él.

58.­ Mientras estamos aquí mencionemos otro, a Job, me gusta


hablar de Job y cómo ese hombre tuvo un consolador. ¿Quién fue su
consolador? La Palabra de Dios. Dios le dijo que él sería justo
mientras ofreciera aquella ofrenda quemada y Job descansó
solemnemente sobre aquella ofrenda quemada. No importó cuan
fuerte fueron las tormentas, cuantas llagas le brotaron y cuantas
cosas le quitaron, aún así él se sostuvo en la Palabra de Dios, Ella fue
consuelo para Job.

59.­ Cuando llegaron sus amigos, la iglesia, tratando de reconciliarlo


y diciéndole: “Mira Job, mira, tú sabes que has pecado, tú sabes que
has hecho mal, ¿cómo podría Dios castigar a un hombre justo así,
quitándole todo lo que tiene, quitándole los hijos y destruyendo su
hogar y todas esas cosas, quitándole la salud? Allí estás sentado, das
lástima. ¿Job, cómo te puedes justificar a ti mismo diciendo que no
eres un pecador?”

60.­ Pero Job sabía que él no era un pecador porque estaba parado en
la Palabra. Amén. Dios demandaba aquella ofrenda quemada y una
confesión; y Job había hecho su confesión y había permanecido en la
Palabra. En medio de su angustia clamó diciendo: “ Yo sé que mi
Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo. Y aún después de
deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios” . Fíjense, su
consuelo fue la Promesa de Dios, la Palabra de Dios. Esa es la
herencia que nosotros tenemos, la Palabra de Dios, es la Promesa. Sí,
señor.

61.­ Abraham, de él hablamos esta mañana. Pero me gustaría traerlo


de vuelta nuevamente en esta noche como otro testigo. ¿Qué
consuelo tuvo Abraham cuando la gente lo pudo haber llamado
fanático? Cuando todo le salía mal a Abraham, ¿qué le dirían?
“¿Adónde vas con ese niño Abraham?” “Voy a ofrecerlo”. “¿Por
qué?” “Bueno, si Él es Jehová, el que me habló, el Dios
18 EL CONSOLADOR

Todopoderoso, el Shaddai, el Pecho… cuando yo tenía cien años de


edad y mi esposa noventa Él me dio este hijo. Si ese mismo Dios
demanda la vida de este joven, a quien yo recibí como de entre los
muertos, tengo confianza que Dios puede levantarlo de los muertos”.
¿Por qué? Ése era su consuelo.

62.­ Job dijo en su momento: “ Aunque me matare, todavía confiaré


en Él”. Estaba anclado en la Palabra, él conocía lo que decía la
Palabra y eso fue su consuelo, esa fue su fe para recibirlo y asirlo.
Abraham sabía que Él era Dios. Así que si su hijo... la matriz de Sara
estaba muerta y en su condición de hombre estaba muerto, sin
embargo Dios le dio aquel hijo porque se lo había prometido y si Él
mismo que se lo había prometido le decía que sacrificara a su hijo, él
sabía que Dios podía levantarlo de entre los muertos.

63.­ Ahora, si Dios que me levantó de entre los muertos, siendo yo


un pecador muerto en pecados y transgresiones, Él vivificó mi alma e
hizo algo conmigo, hizo algo por Ud., quitó de mí ese espíritu del
mundo, quitó ese deseo del mundo y me levantó por encima de las
sombras dándome el bautismo del Espíritu Santo. Si mi Dios puede
hacer eso, la muerte no puede separarme de Él. Así es. No hay nada
que pueda separarme. Ese es el consuelo. “ El que en mi cree aunque
este muerto vivirá” . Cierto. Yo lo sé. “El que come mi carne y bebe
mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el día postrero” .

64.­ Si Dios me pudo tomar cuando yo estaba en el lodo del pecado y


me levantó para convertirme en un Cristiano, si Dios pudo tomarme
cuando yo estaba en incertidumbre y angustiado, en esa condición
que estaba, un infeliz, me levantó para darme esperanza de vida
eterna, para bautizarme con el Espíritu Santo y llenarme con Su
Poder y Gloria, entonces puede llevarme a través del valle de sombra
de muerte y recibirme en Gloria al otro lado. Porque Él Lo prometió
y ese es nuestro consuelo.

En Cristo, La Roca sólida me paro


Todo lo demás es arena movediza

65.­ Cuando los jóvenes Hebreos iban rumbo al horno de fuego para
dar sus vidas, como dijimos esta mañana, ellos tomaron su decisión,
pero, ¿qué fue lo que ocurrió con ellos? Ellos dijeron: “ Nuestro Dios
puede…” Amén. Se afirmaron en eso, ¿se afirmaron en qué? ¿Cuál
era su consuelo? En pocos minutos serían incinerados porque el
19 EL CONSOLADOR

horno había sido calentado siete veces más de lo acostumbrado, pero


ellos tenían consuelo, ¿por qué? Sabían: nuestro Dios puede librarnos
de ese fuego devorador. La confianza de ellos descansaba en la
capacidad del Dios a quien servían. Oh Dios.

66.­ Descansar en Su capacidad es mi esperanza y sostén, yo


descanso en Su capacidad. Yo descanso en Su Gracia, no en lo que
yo soy sino en lo que Él es, descanso en Su promesa porque Él hizo
la promesa y le hizo juramento. Yo sé que tenemos Vida Eterna.
Cierto. Él descansó en eso… Los jóvenes Hebreos dijeron: “ Él
puede librarnos y aunque no lo haga, no nos inclinaremos ante tu
imagen” . Me gusta eso. Sí señor.

67.­ Aunque al final del camino Él me deseche, cada Cristiano podría


decir: aunque Él me eche a la separación eterna, aún así, lo amo y
todavía Él es mío, aún en el infierno podría seguir pensando como lo
hago ahora, todavía lo amaría. Mientras pasan los años lo sigo
amando porque algo sucedió en mi corazón, algo aconteció. “Si
tuviera una vida o tuviera tres, como el Señor Jesucristo desearía
ser”. Eso es verdad, porque algo sucedió, Él es mi vida, Él vino a mí.

68.­ Cuando Moisés tuvo aquella responsabilidad de dos millones de


personas, cuando los sacó de Egipto, ¿cómo iba a alimentar a dos
millones de personas incluyendo mujeres que cargaban encima de
sus cabezas un poco de masa para pan? Durante cuarenta años de
viaje, ¿cómo los iba a alimentar? ¿Cuántos niños podían nacer todas
las noches en un grupo de gente así? ¿Cuántos ancianos y enfermos
habría? ¿Cuánta ropa gastarían? “¿De dónde voy a sacar ropa? ¿Con
qué los voy a alimentar? Yo me les he presentado como un líder,
¿cómo podré hacerlo?

69.­ Moisés descansó sobre esto que Dios había dicho: “ Ciertamente
Yo seré contigo” . Amén. Ese fue su consuelo. “ Ciertamente Yo seré
contigo” . Eso era todo lo que necesitaba. Moisés descansó sobre el
consuelo de la promesa de Dios: “Ciertamente Yo seré contigo
Moisés”. Así que no era asunto de Moisés saber cómo se iban a
alimentar. Moisés no preguntó: “¿Cómo lo vas a hacer Señor?” Yo
no tengo que hacer preguntas, Ud. no tiene que hacer preguntas,
nosotros debemos creerle y obedecerle y sentirnos consolados
mientras descansamos en Su promesa. Dios lo dijo y eso es
suficiente.
20 EL CONSOLADOR

70.­ Una vez alguien me dijo: “Hno. Branham, ¿Ud. no siente temor
cuando sube al pulpito y es confrontado? ¿No siente temor algunas
veces cuando está parado en esa línea de oración y que ocurra un
error?” No señor. No siento temor porque descanso completamente
en Su Palabra: “ Yo seré contigo” . Aquella noche cuando Él me dijo:
“ Nadie te podrá hacer frente todos los días de tu vida. Yo seré
contigo” . Y Él ha acabado con todos los enemigos y se ha parado a
mi lado cuando yo no lo merecía; Pero por cuanto Él lo prometió y
por Su Gracia, yo he descansado solemnemente en esa Palabra. ¿Por
qué? Él lo prometió, Él lo prometió y puede guardar lo que ha
prometido. Cierto. Moisés sabía eso. “¿Cómo vas a cruzar el mar?”
Moisés respondió: “Yo no sé, pero Él prometió que estaría
conmigo”.

71.­ Así que no cruce el puente antes de llegar a él, quédese con la
Palabra de Dios y Dios abrirá el camino, porque Él es el Camino. Sí.
Moisés fue consolado por la Palabra que Dios le había hablado. Juan,
creo que lo mencionamos esta mañana, no estoy seguro pero creo
que nos referimos a Juan el Bautista. Cuando él apareció allá en el
desierto, si alguien le hubiera dicho: “Fíjate, hoy hay más de dos
millones de personas en Israel, ¿cómo conocerás al Mesías? ¿Cómo
lo sabrás?” ¿“Será Él un hombre común, será hijo de David”? ¿Cómo
vendrá por el linaje de David? Hay miles y miles de ellos, ¿cómo lo
conocerás? ¿Cómo podrás presentárselo al mundo y saber que es
Él?” Y Él respondió: “Yo tengo la Palabra de Dios y lo conoceré”. Y
dijo: “ Entre vosotros está (Amén) a quien Uds. no conocen. Él os
bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

72.­ “¿Cómo lo conocerás Juan?” “Yo descanso en la Palabra de


Dios, porque estando yo en el desierto Dios me dijo: ve y bautiza en
agua y sobre quien veas descender y reposar el Espíritu, ése es quien
bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Juan dijo: “Allí estaba Él y yo
no le conocía. Era un Hombre común, andaba vestido como hombre
y tenía aspecto de hombre. Era un Hombre”. Juan dijo: “Yo no le
conocía, pero Alguien me habló en el desierto y me dijo: “Verás una
señal, el Espíritu reposando sobre Él. Ése será el que lo hará”. Juan
ya no tenía temor de cometer un error, porque ya lo conocía. Amén.

73.­ Entonces, ¿cómo podemos cometer errores cuando Jesús dijo:


Estas señales seguirán a los que creen, en mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en sus
manos y si bebieren cosas mortíferas no les hará daño, sobre los
21 EL CONSOLADOR

enfermos pondrán las manos y sanarán? Los hombres de hoy niegan


ese Poder. Teniendo apariencia de piedad, pero niegan el poder del
Espíritu Santo. Seguro, eso ha sido aclarado para que lo veamos.

74.­ Nosotros somos consolados porque la Palabra de Dios habló y


nos ha dicho: “ Estas señales seguirán a los que creen” . Él dijo que
se levantarían críticos y que hablarían cosas, así que eso debería
consolarnos más… Él fue consolado cuando… Alguien pudo haber
dicho: “Espera, el sumo sacerdote está del otro lado”. Sumo
sacerdote o no, obispo o no, rey o no, allí estaba Herodes reinando y
Juan le dijo: “ No te es lícito tener la mujer de Felipe y vivir con
ella” . Amén. ¿Qué tenía él? La Palabra de Dios. Amén. A él no le
importó, él la predicó sin compromisos. Él tenía la Palabra y ese era
su consuelo. Dios le había dicho quién sería aquel Mesías.

75.­ “Bueno, si va a venir un Mesías, ¿no crees tú que ése sería uno
de nuestros sumos sacerdotes? ¿No crees tú que él lo sabría?” “Yo no
sé, pero Dios me dijo que yo vería el Espíritu descender y reposaría
sobre Él. Ése sería Él. Amén. Ése sería mi Mesías”. Juan dijo: “Yo
tengo un consuelo en mi corazón mientras espero, porque conozco la
promesa de Dios y cuando lo vea, lo conoceré”. Y un día, bajando
por la ladera venían Lázaro y Jesús, entró directamente al agua y
Juan dijo: “He aquí, allí está, ése es Él”. Todos voltearon pero no
pudieron distinguir al uno del otro, se veían iguales con sus barbas y
mantos, pero Juan dijo: “Yo lo conozco porque hay una señal que lo
sigue; yo lo conozco y ése es Él. He aquí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” .

76.­ Jesús nunca levantó la cabeza sino que entró en el río para ser
bautizado. “ Nos conviene cumplir toda justicia” . Él sabía que era el
Mesías porque en su corazón tenía la Palabra y promesa de Dios. Oh,
¡cómo podemos descansar en esta noche! Cuando el médico se retira
del lecho y dice: “El corazón le está fallando, ya no tiene pulso, le
está fallando la respiración, se está muriendo…” Pero, “yo sé en
quien he creído y estoy completamente convencido que puede
cumplir lo que le confié en aquel día”. Aleluya. Seguro, Ud. tiene la
promesa de Dios: “ El que en mi cree, aunque esté muerto vivirá y
cualquiera que vive y cree en mi, no morirá jamás… Estas señales
seguirán a los que creen…” Nosotros tenemos la Promesa, la
Palabra de Dios y es un consuelo para nosotros permanecer con la
Palabra de Dios.
22 EL CONSOLADOR

77.­ Ahora, todos esos grandes héroes, de los cuales tengo muchos
anotados aquí, pero para ahorrar tiempo… Nosotros sabemos que
ellos fueron consolados por la Palabra de Dios y aquí está lo que
hicieron: Ellos miraron hacia atrás como uno ve hacia atrás para ver
cómo guardó otro la Palabra, fue consolado y salió bien. Éste miró
hacia atrás y vio lo que aquel hizo, siguió la Palabra y salió bien, fue
consolado al saber que tenía la promesa de Dios. Luego vino el otro
y sintió el Espíritu en él y lo supo, siguió la Palabra de Dios y recibió
el consuelo que tuvo aquel. Cada uno de ellos siguió la Palabra de
Dios y eso fue un consuelo.

78.­ Oh hermano, préstele atención a esto ahora. Un día esa Palabra


fue hecha Carne. Eso es. Esa Palabra fue hecha Carne en la forma de
un Hombre. La Palabra de Dios que había traído consuelo fue
convertida en un Hombre aquí entre nosotros y pudimos palpar la
Palabra de Dios con nuestras manos, pudimos estrechar manos con la
Palabra de Dios.

79.­ Él era la Palabra. En el principio era la Palabra, y la Palabra


era con Dios, y la Palabra era Dios. Y la Palabra fue hecha carne y
habitó entre nosotros. Esa Palabra de Dios fue hecha carne, el
Consolador. Él vivió aquí en la tierra y nosotros vimos que Él era la
Palabra, se comportó como Dios, se parecía a Dios, predicó como
Dios, sanó como Dios, Él fue Dios, en todos los aspectos Él fue
Dios. Habló conforme a la Palabra, se parecía a la Palabra, predicaba
como la Palabra, era la Palabra. Amén.

80.­ Oh, ¡qué consuelo debió haber sido sentarse junto a Él! ¿No le
hubiese gustado poder hacerlo? Ud. dirá: “Oh, seguro que sí Hno.
Branham”. Un momento, yo hubiera corrido hasta Él y me hubiera
sentado a Su lado, cuando estuvo aquí en la tierra. Jamás hubo un
hombre en la tierra que pudo pararse en Su lugar, que pudo
levantarse y decir estando junto a la tumba de Lázaro: “Yo soy la
resurrección y la vida”. “ El que en Mi cree, aunque esté muerto
vivirá” . Oh Dios. ¿Quién era Ése? ¿Quién era Ése? Era la Palabra, Él
era la Palabra. Con razón pudo pararse allí y limpiarse las lagrimas
de Sus ojos como un Hombre; y luego hablarle a un hombre que
había estado por cuatro días muerto en un sepulcro y decirle:
“ Lázaro, ven fuera” . ¿Qué era eso? La Palabra. Amén. Ésa era la
Palabra en acción, Él era la Palabra y ésa fue la Palabra que vino a
los profetas. Ésa fue. Todos los profetas hablaron anticipadamente de
Él.
23 EL CONSOLADOR

81.­ Esteban le dijo a la corte del Sanedrín: “¿Cuál de vuestros


padres no ha perseguido aquellos que lo vieron venir, los que vieron
al Justo de antemano, los que dijeron que Él vendría? ¿Cuál de
vuestros padres no lo persiguió? Ahora Uds. tomaron al Príncipe de
Vida y le han dado muerte”. Oh Dios. “Tomaron la Palabra de Vida,
porque Él era la Palabra”.

82.­Allí estaba Él, la Palabra estaba entre ellos y lo vieron dirigirse


hacia el sepulcro, lo vieron detener a la mujer de Naín, cuando
pasaba el cortejo fúnebre; y su único hijo era un cadáver
embalsamado que era llevado al sepulcro, pero aquel cadáver hizo
contacto con la Palabra y a pesar de estar muerto, vivió. “ Aunque
esté muerto vivirá”. Un cadáver volvió a la vida porque hizo
contacto con la Palabra. Oh, lo que hará cuando haga contacto con
esa Palabra. Ése es el consuelo.

83.­ Oh, en una ocasión unos hombres Galileos, tal vez pescadores,
tenían a un pobre anciano que estaba tan enfermo que ya no podía ni
levantarse de su cama y trataron de llevarlo ante la Palabra. No
pudieron encontrar un lugar porque había muchos con hambre de
Dios y la casa estaba atestada, la cabañita, una casita de pescadores
junto al rio. En el techo había algunas tejas y para hacer llegar a este
hombre ante la Palabra, no pensaron en el precio que deberían pagar.
Rompieron el techo para poder hacer contacto con la Palabra. Tan
pronto Él, la Palabra, vio descender el catre, dijo: “ Tus pecados te
son perdonados hijo, recoge tu lecho y vuelve a casa” . ¿Por qué?
Hizo contacto con la Palabra. La creyó.

84.­ Ahora, si él hubiera dicho: “Pero tú sabes que yo he estado


postrado aquí todos estos años y no puedo hacer eso”. Aquello no le
hubiera hecho ningún bien. Pero cuando hizo contacto con la Palabra
recibió la Palabra, recibió la Palabra con gozo: “Yo la creo, yo sé que
es así, yo sé que Él es la Palabra”. Por lo tanto, tan pronto hizo
contacto con la Palabra levantó su catre y se fue caminando. Los
Fariseos dijeron: “ Ese Hombre está blasfemando, anda perdonando
pecados. Él les respondió: ¿Qué es más fácil decir: tus pecados te
son perdonados o decir toma tu lecho y anda?” Oh Dios, ellos no
pudieron ver quién era Él, Él era la Palabra.

85.­ Un día lo vieron ir al Calvario, lo oyeron decir: “ Un poquito y el


mundo no me verá más. Yo soy el Hijo del Hombre y debo ir a
Jerusalén para ser puesto en manos de hombres pecadores, para ser
24 EL CONSOLADOR

crucificado y morir”. ¿Cómo pudieron ellos soportar eso? Sus


corazones estaban quebrantados, estaban deprimidos y abatidos.

86.­ ¿Cómo pudieron ellos dejarlo ir? Porque era la palabra que los
profetas habían hablado, las palabras que los sabios y todos los
hombres santos desde el principio del mundo hablaron de esa Palabra
y allí estaba entre ellos. Pero fíjense en la promesa que Él hizo: “ Yo
no los dejaré huérfanos… Yo rogaré al Padre y Él les enviará otro
Consolador que es el Espíritu Santo, Él morará con Uds. para
siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir
porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque está
con vosotros y estará en vosotros”.

87.­ Allí está. ¿Pero por cuánto tiempo va a morar? Para siempre.
Entonces, ¿qué es la Palabra de Dios? ¿Cuál es nuestro consuelo
hoy? Cuando recibimos el bautismo del Espíritu Santo y el Poder del
Dios Viviente en nosotros; y es en esa Palabra del Dios vivo en la
que nos paramos, en esa Palabra que se hizo carne y habitó entre
nosotros. Ahora esa misma Palabra que fue hecha carne y habitó
entre nosotros, se ha encarnado en nosotros. “Él está con Uds. hoy,
pero estará en Uds.”. Ahora esa misma Palabra de la que el profeta
habló, la misma Palabra que fue hecha carne, es esa misma Palabra
que habita en la Iglesia. Así que si nosotros no comprometemos esa
Palabra y permanecemos con ella, si no la comprometemos, esa
misma Palabra Viviente que está en Ud., producirá lo mismo que
hizo cuando Él fue hecho carne, porque su carne la contiene.

88.­ Por eso es que las visiones pueden atravesar la barrera del
sonido, por eso es que una visión puede atravesar la barrera del
tiempo y decir: ASÍ DICE EL SEÑOR, será así y así. Así es como es.
¿Qué es? Es la Palabra que proviene del Espíritu. Ud. no me ve a mí,
ve mi cuerpo pero no me ve a mí; yo no lo veo a Ud. porque sólo veo
su cuerpo. Ésta es mi mano, ¿pero quién soy yo a quien esa mano
pertenece? Éste es mi cuerpo, ¿pero quién soy yo? Soy un espíritu. Si
yo he nacido de nuevo y Uds. han nacido de nuevo, es el Espíritu
Santo de Dios, la Palabra de Dios la que vive en Uds., pero si
nosotros comprometemos esa Palabra y decimos que tenemos el
Espíritu de Dios, ¿cómo podemos pretender tener el Espíritu de
Dios? Cuando el Espíritu de Dios testifica de Su propia Palabra, Él
no se apartará ni una pulgada de Ella. No importa lo que las
denominaciones digan, ¿cómo se apartará Él de Ella cuando es la
misma Palabra?
25 EL CONSOLADOR

89.­ La promesa: “ Yo estaré con vosotros. El Consolador” . Él dijo:


“ Yo enviaré al Consolador” . Ellos se reunieron en el aposento alto y
esperaron allí hasta el día de Pentecostés y cuando el Espíritu Santo
vino, hizo exactamente lo que decía la Palabra que haría. Hizo
exactamente lo que Dios dijo que haría. En Isaías 28:10 y 11, dice
así: “ Precepto sobre precepto, línea sobre línea, un poquito aquí y
otro poquito allá. Aférrense a lo bueno porque en lengua de
tartamudos y en extraña lengua hablaré a este pueblo” . Eso era lo
que decía que haría. Pablo se refirió a eso en las Epístolas, en extraña
lengua le hablaría al pueblo y cuando el Espíritu Santo descendió,
vino exactamente con la Palabra.

90.­ Gloria. Cuando Él venga otra vez y cuando entre a una iglesia
que ha nacido de nuevo, vendrá con el poder y la demostración de Su
Ser. La Palabra de Dios, el Consolador en nosotros trayendo
exactamente lo mismo. Recientemente conversaba con un sacerdote
y me decía: “Tú eres sólo otro maestro de la Biblia. Tú sólo te
quedas con la Biblia y esa es la historia de la iglesia Católica”. Yo le
respondí: “Entonces, ¿Uds. afirman ser más poderosos hoy?” Él
respondió: “Seguro, nosotros cambiamos lo que queremos, porque es
hecho por una iglesia, por una autoridad dada a la iglesia”.

91.­ Yo le dije: “Entonces algo pasó, porque en los días primitivos


Uds. tenían señales, maravillas y milagros y enseñaban que el
Espíritu Santo estaba con Uds. La iglesia Católica primitiva habló en
lenguas, profetizó, tuvo profetas, hizo todos aquellos milagros,
sanaron enfermos, levantaron muertos, gritaron y se comportaron
como fanáticos, danzaron en el Espíritu y los llamaron locos”. Pero
Uds. los Católicos se han vuelto muy almidonados hoy día, han
tomado una ruta nueva.

92.­ Es tiempo de que la iglesia Católica regrese a los días cuando


caminaba con Jesús de Nazareth y la Palabra fue hecha carne. Uds.
tienen muchos sacerdotes, papas y demás cosas que han cambiado
esa Palabra y la han pervertido, ya no hay más poder en la iglesia,
ella es sólo una organización igual que la Metodista, la Bautista, la
Presbiteriana y la Pentecostal, son iguales, una organización.
Apartémonos de la organización.

93.­ No se encierren en las celdas de alguna organización, en un


sótano de incredulidad en alguna parte para negar la Palabra de Dios.
A mí no me interesa lo que algún obispo ó alguien diga, dejen que la
26 EL CONSOLADOR

Palabra entre en Uds. y se haga carne por el Poder del Espíritu Santo,
que tome control de su carne y lo controle a Ud., que testifique a
través de Ud. de las obras y los grandes poderes del Dios Vivo.
Correcto.

94.­ No importa lo que digan las iglesias, esas denominaciones, ellos


únicamente lo meten a Ud. en el sótano y así queda privado de la
bendición de la Luz del Sol. Yo sé que esto es la verdad. ¿Quieren
permanecer en el sótano? Nadie quiere eso. No se metan en ese
sótano, salgan a la Luz del Sol, salgan a la Palabra donde pueden
tomarla y creerla, Ella misma se les manifestará, se manifiesta a sí
misma a través de Uds. Él manifiesta Su Palabra y hace que se
cumpla.

95.­ Si nosotros esperamos que Dios cumpla Su Palabra, si


esperamos que Dios nos conceda lo que pedimos, nunca podremos
lograrlo hasta que regresemos y obedezcamos lo que Dios dijo.
Nosotros tenemos que volver a donde lo dejamos. Tenemos que
regresar a Pentecostés, al Consolador; tenemos que regresar al
Espíritu Santo que es nuestro consuelo. Cuando el Espíritu Santo
venga no negará ninguna Palabra que Él haya dicho sino que se
quedará con la Palabra, porque Él es la Palabra. Amén.

96.­ Con razón... A Fanny Crosby, la invidente que nunca vio la luz
del día, le preguntaron qué pensaba ella de Cristo y contestó:

Fuente viva de consuelo


Eres para mí
A quién tengo en este suelo
Sino sólo a Ti
O a quién en el Cielo, sino a Él.
El Consolador está aquí.
El Consolador ha venido.
Oh, lleva las nuevas
Donde haya hombres
El Consolador ha venido

97.­ ¿Qué es eso? La Palabra de Dios anclada en su carne, que le da


Vida Eterna y Poder de resurrección para sacarlo de las cosas del
mundo y las tradiciones ciegas de hombres, para andar en la Luz de
la salvación de Dios. Eso es lo que hace el Consolador, lo saca de esa
condición de aislamiento y lo eleva a la Presencia de Dios, dándole
27 EL CONSOLADOR

una experiencia con Dios para que junto a Job pueda exclamar: “ Yo
sé que mi Redentor vive” . Entonces, si vemos Su Palabra y nos
negamos a andar en la Luz, como Él está en Luz, nuestro
compañerismo con Dios se acaba; pero cuando vemos la Luz y
andamos en luz, como Él está en luz, entonces tenemos
compañerismo unos con otros y la Sangre de Jesucristo, el Hijo de
Dios, nos limpia de todo pecado.

98.­ Nos estamos preparando para dentro de poco partir ese pan, ese
pan que representa esta Palabra. No lo olviden. El consuelo, la fuente
de todo mi consuelo, la fuente de mi consuelo en esta noche es saber
que Dios cumple Su Palabra. Yo sé que algo me ocurrió, sé que he
pasado de muerte a vida. Yo sé que guardo Sus mandamientos. “ Si
me amáis, guardad Mis mandamientos” . Él dijo: “Si me aman,
hagan lo que Yo les mando hacer, que toda palabra de hombre sea
mentira, más la Mía verdadera”. No sigan lo que el hombre haya
dicho, sigan lo que Dios dice, allí encontrarán al Consolador y el
consuelo les da la satisfacción de saber que es un Así dice el Señor.
Inclinemos nuestros rostros.

99.­ Grande y Poderoso Jehová, como dijo Fanny Crosby, a quien


cité hace unos momentos, ella dijo: “Tú, fuente de mi consuelo…”
Ciertamente Señor, junto a esta iglesia, yo me uno a ella en esta
noche para decir: “Tú, fuente de mi consuelo”. Bajo mis manos
tengo algunos pañuelos de enfermos, Señor; éstos llegarán a los que
están afligidos y yo te ruego Padre que Tú los sanes. Tú eres la
Palabra y la Palabra ha venido entre nosotros, la Palabra mora en
nosotros. “ Yo no los dejaré huérfanos, vendré a vosotros. Un
poquito y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis, porque
estaré en vosotros hasta el fin del mundo”. ¡Cómo te agradecemos
eso Señor!

100.­ Al ver Tu Poder entrar a la vida de un pecador, en una mujer


desdichada, en una joven que cruzó la línea de la moral, pasó de lo
moral a lo inmoral, en un joven que pasó de la decencia a un estado
de embriaguez y consumo de cigarrillos, en una mujer inmoral que
tiene un espíritu y se pone ropa inmoral para lucirse delante de los
hombres. Al ver a esa mujer convertirse en una dama, al ver a ese
joven dejar los cigarrillos y la bebida, dando un paso hacia delante
para llegar a ser un santo de Dios, un predicador en el púlpito. Señor
Dios, sabemos que Tu gran Poder puede hacerlo todo. Al ver esa
sombra de hombre que yace allí, comido por el cáncer, muriendo;
28 EL CONSOLADOR

aquel hombre ciego que está allá, al verlos volver a la vida y vivir,
oh, esa Palabra del Dios Viviente, ¡cómo te lo agradecemos!

101.­ Tú eres la Fuente de todo nuestro consuelo y yo me alegro en


esta noche de que el Consolador haya venido con una promesa:
“ Estaré con vosotros para siempre” . El gran apóstol a quien le
fueron entregadas las llaves del Reino, dijo el día de Pentecostés:
“ Para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, para los que
están lejos y para cuántos el Señor nuestros Dios llamare”.
Entonces sabemos que ese mismo Consolador es el que viene y
sabemos en esta noche que Él es nuestro Salvador, porque se ha
manifestado entre nosotros igual que en aquel entonces. Así es como
lo conocemos, porque Él creyó y obró basado en cada palabra que Él
había hablado. No puede retractarse porque es Dios. Te damos
gracias por eso Padre.

102.­ Ruego que consueles cada corazón aquí en esta noche.


Conforta a esta gente y dales de Tu Espíritu. Sana a los enfermos y
afligidos. Oh, toma a esa mujer y ese hombre deprimidos, joven o
jovencita; y que ellos aparten su mirada de sus pecados en esta
noche, que vean más allá de las cosas del mundo a Jesús, quien
prometió morar en nosotros y que las obras que Él hizo, nosotros
también las haríamos, porque vendría en la forma del Espíritu Santo,
para ser el Consolador permanente que está con nosotros. Padre,
concede esas bendiciones, te ruego que sanes a los enfermos
nuevamente, Padre. Muchos de ellos están afligidos y necesitados.

103.­ Ahora nos preparamos para la Santa Cena, para tomar esos
mandamientos que nos fueron dejados, una ordenanza: “ Haced
esto… hasta que vuelva” . Estamos agradecidos por estas cosas
Padre; y pedimos que en el Nombre de Jesús, si hay alguna persona
enferma entre nosotros esta noche, que al venir a esta mesa de la
Santa Cena… Señor, puedo ver a mi anciana madre temblorosa
viniendo por el pasillo la última vez que estuvo aquí para participar
de la Santa Cena, sus trémulas manos temblaban sobre el plato. Yo
estaba parado aquí y la observé, derramando lágrimas en mi corazón.

104.­ Pero allí está ella en esta noche frente al Calvario. Oh Dios,
¡cuán agradecido estoy! Tú dijiste: “ El que come mi carne y bebe mi
Sangre, tiene Vida Eterna y yo lo resucitaré en el día postrero”.
Señor, esa es la Palabra. Por eso es que puedo levantarme y decir:
“Creo en Dios”.
29 EL CONSOLADOR

105.­ Ahora Padre, nos damos cuenta que cuando esto fue ordenado
por primera vez, allá en el desierto, allá en Egipto, el cordero pascual
fue sacrificado y ellos peregrinaron cuarenta años sin haber enfermo
entre los dos millones que salieron. Tú los guardaste en salud
mientras participaron de la pascua. Oh Dios, sana a todo enfermo que
pase adelante. Concédelo Señor. Salva a todo pecador y llena a cada
creyente con el Espíritu Santo. Y que el Consolador more hasta que
se convierta en carne entre nosotros, nuevamente en la Persona de
Jesucristo. Porque lo pedimos en Su Nombre. Amén.

Yo le amo, yo le amo
Porque Él a mí me amó
Y me compró mi salvación
Allá en la cruz.

¿Lo aman? Cerremos nuestros ojos, levantemos nuestras manos y


cantémoslo con nuestros corazones.

Yo le amo, yo le amo
Porque Él a mí me amó
Y me compró mi salvación
Allá en la cruz

106.­ Sentado junto a Ud. hay un soldado peregrino, un hermano o


hermana que va por el camino, van por la misma senda que va Ud. y
aman al mismo Dios que ama Ud. Mientras cantamos, yo le amo,
permitamos que sea un testimonio. Estrechen la mano, den
adoración, Uds. saben. Me gusta esto después de un mensaje. Pablo
dijo: “ Si canto, cantaré en el Espíritu” . Estreche la mano de alguien,
alcáncelo y dígale: “Dios le bendiga”.

Yo le amo, yo le amo
Porque Él a mí me amó
Y me compró mi salvación
Allá en la cruz
Yo le amo

(Cántenlo en el Espíritu)

Yo le amo
Porque Él a mí me amó
Y me compró mi salvación
30 EL CONSOLADOR

Allá en la cruz

107.­ Todos juntos ahora, con nuestros rostros inclinados.


(El Hno. Branham y la congregación oran juntos la oración que se encuentra
en el Evangelio de San Mateo capítulo 6, versos 9 al 13. ­ Editor)

108.­ Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu


nombre. Venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo, así
también en la tierra. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona
nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, el poder y la gloria, por los siglos. Amén.

109.­ Oh Dios Eterno, Autor de la vida y Dador de toda buena


dádiva, santifica nuestros corazones impuros Señor. Que el Ángel
pueda venir desde el altar con las tenazas y el carbón encendido para
tocar nuestros labios y corazones, para purificar nuestros
pensamientos, nuestras mentes y nuestras almas; y que al participar
de este pan que lo hagamos en memoria de nuestro Señor. Porque
escrito está: “ El que come y bebe de él indignamente, es culpable…”
Oh Dios, que no seamos condenados con el mundo sino que seamos
santificados y separados del mundo para que podamos ser luces
resplandecientes mientras la Palabra de Dios se manifiesta en
nuestras vidas. Úsanos como Tus siervos Señor; úsanos a todos
juntos, porque lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amen.

110.­ Ahora, para aquellos que deben marcharse y tienen que


conducir largas distancias, los despediremos. Entonces pasaremos de
inmediato a la Santa Cena, para los que quieran quedarse y tomarla
con nosotros. Pero si tienen que marcharse... De acuerdo a mi reloj sé
que faltan veinticinco para las diez. Probablemente ya sean las diez
antes que terminemos de tomar la Santa Cena. Luego,
inmediatamente después de eso, pasaremos al lavamiento de los pies.
Si desean quedarse y participar con nosotros, nos encantaría tenerlos
aquí. Gracias de nuevo por todo lo que han hecho por el Reino de
Dios, por mí y los míos. Que Dios sea siempre con Uds.

111.­ Quiero agradecerle a ese pequeño vaquero, un pequeño niño


como así, que traía puesto un sombrero vaquero y que en esta
mañana se me acercó a mí y me regaló una billetera, una cartera con
mí nombre grabado: Reverendo William Branham; y un regalito. No
31 EL CONSOLADOR

sé quién es ese pequeño. Esta mañana estaba tan afligido que olvidé
darle las gracias. Pero te las doy en estos momentos hijo. Billy me
dijo que mucha gente de aquí le entregó regalos para que me los
diera. Billy lo hará. Así que gracias, muy amables. Que Dios siempre
los bendiga ricamente. Recuerden esto: “ Por cuánto lo hiciste a uno
de estos pequeñitos, a mí lo hiciste” .

112.­ Que Dios siempre los bendiga, es mi oración. Si tienen que irse
en estos momentos, deseamos que Dios los bendiga sobremanera; si
pueden quedarse con nosotros, estaremos contentos de tenerlos aquí.
Pongámonos de pie y cantemos una estrofa del himno: Lleva el
Nombre de Jesús Contigo. Luego, los que tengan que marcharse,
serán despedidos en oración inmediatamente después de eso.

De Jesús el nombre invoca


Búscale con vivo afán
Dulce hará tu amarga copa
Tus pesares cesarán

Suave luz, manantial


De esperanza, fe y amor
Sumo bien, Celestial
Es Jesús el Salvador.

113.­ Cantaremos una estrofa más y le voy a pedir a un ministro,


creo que es Griego, lo conocí hace cierto tiempo. No recuerdo su
nombre en estos momentos. Es el Hno. Bothma. Él está con nosotros
en esta noche y nos alegra tenerlo aquí. Creo que es estudiante de
algún colegio. Creo que lo conocí aquí no hace mucho y es un
hermano verdaderamente sincero, que está ocupado en su salvación
con temor y temblor. Él viene de Grecia pero habla el idioma con
fluidez. Así que nos alegra tener al hermano con nosotros en esta
noche. Creo que todos Uds. vienen de Oregón, California o Los
Ángeles. Estamos contentos de tenerlo con nosotros. Vamos a cantar
una estrofa más para que Ud. se tranquilice y entonces nos despedirá
en oración, si así lo desea mi hermano. Muy bien.

De Jesús el nombre adora


Que te sirva de broquel
Alma débil perturbada
Hallarás asilo en Él
32 EL CONSOLADOR

Suave Luz, manantial


De esperanza, fe y amor
Sumo bien, Celestial
Es Jesús el Salvador

Ahora inclinemos nuestros rostros. Muy bien hermano. +

Nº 152
EL CONSOLADOR
COLECCIÓN LA PALABRA HABLADA VENEZUELA
Este Mensaje fue predicado por el hermano
William Marrion Branham
33 EL CONSOLADOR

En Octubre 01 de 1961, en Jeffensonville, Indiana. E.U.A.


Traducción íntegra del Inglés al Español en Junio de 2009, en el
Tabernáculo de Cabimas, Venezuela.

También podría gustarte