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EL TERRORISMO

El texto habla sobre cómo el gobierno de Bush reaccionó después de los ataques del 11 de
septiembre de 2001, centrándose en la lucha contra el terrorismo y la creación de un
sistema de defensa de misiles balísticos.
A pesar de la insistencia de algunos expertos en contraterrorismo, las autoridades
consideraron que el terrorismo no era una prioridad.
El gobierno adoptó una política de autodefensa anticipatoria, lo que llevó a la guerra en
Afganistán e Irak. Además, la administración Bush apoyó los mercados libres, la
liberalización del comercio y el desarrollo económico, y se convirtió en el donante más
importante del Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis. En
general, la Estrategia de Seguridad Nacional de 2002 estableció las políticas de
anticipación, unilateralismo, supremacía militar, democratización, libre comercio,
crecimiento económico y cohesión de las alianzas y asociaciones de grandes potencias.
En resumen, el 11-S impulsó al gobierno de Bush a cambiar su centro de atención y a
buscar la supremacía y seguridad de EE. UU. Después de los ataques del 11-S, la
administración Bush inició una guerra mundial contra el terrorismo, centrándose en la
amenaza terrorista en todo el mundo y no solo en Al Qaeda.
Se adoptó una política de autodefensa anticipatoria, que condujo a la guerra en Afganistán
e Irak. También se hizo hincapié en la democratización y en la idea de una paz
democrática. La Estrategia de Seguridad Nacional de 2002 resumió estas políticas, que
incluían la anticipación, el unilateralismo, la supremacía militar, la democratización, el libre
comercio y el crecimiento económico.
Además, se creó un sistema de defensa de misiles balísticos para prevenir la proliferación
de armas de destrucción masiva y se aumentaron los compromisos estadounidenses en
ayuda exterior.

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