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¿EMPRESARIO INDIVIDUAL o

SOCIEDAD MERCANTIL?
María Godoy Pérez
Índice:
● Introducción
● Argumentos
➢ A favor
➢ En contra
● Conclusión

La elección a la hora de formar una empresa puede ser difícil ya que entran muchos factores a
juego, que afectan tanto su vida laboral como personal. La primera cuestión comienza por
decidir la forma jurídica que quiere adoptar. Para ello debe saber que es una forma jurídica y
cuántas existen. Una forma jurídica es como se identifica legalmente una empresa ante
terceros (una administración, los clientes y los proveedores); existen dos tipos, Persona Física
o Sociedades mercantiles. En ellas hay varios tipos, pero de la Persona física solo nos vamos
a centrar en el empresario individual (coloquialmente llamado autónomo).

Ser autónomo tiene sus partes positivas y sus partes negativas, por ello no siempre debe
cerrar la puerta y no pensar en las sociedades, que en ellas también existe la forma
unipersonal pensada para un solo socio. En ella tenemos la ventaja de elegir si queremos ser
Sociedad Limitada o Sociedad Anónima.
Pero tendrá que preguntarse también qué tipo de actividad va a realizar, no debe existir un
peligro de envolverse en deudas elevadas que puedan poner en peligro el patrimonio
personal, al elegir ser autónomo, ya que el empresario individual responde con todos sus
bienes. Punto a favor al elegir ser una sociedad, ya que estos solo responden con el capital
aportado. Otra oportunidad que se da al elegir ser sociedad sobre ser autónomo es la imagen
corporativa y de estabilidad de cara al cliente. Otro punto a favor de las sociedades es a la
hora de pagar impuestos, ya que el impuesto de los empresarios individuales llamado IRPF
(Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) es impositivo progresivo, es decir cuanto
más beneficio, más tributa; mientras que el de las sociedades es impositivo fijo. Otro
beneficio de elegir formar una sociedad en lugar de ser un empresario individual es la
facilitación de acceso a financiación bancaria, cuando es necesaria.

Sin embargo, no siempre es ventajoso elegir ser una sociedad mercantil. Hay otras en las que
es todo lo contrario, por ejemplo, al iniciar mi negocio, debo aportar un capital mínimo de un
euro si es S.L. o de 60.000e. sí es S.A. mientras que siendo autónomo no existe ese mínimo.
El inicio y la creación de una sociedad también es complicado, no puede operarse bajo una
forma flexible y rápida, y que puedes darte de alta como empresario individual en 24 horas
mientras que una sociedad necesita de un proceso que puede demorar entre 10 y 30 días. El
siguiente inconveniente es la división de beneficios, ya que estos se dividen entre los socios
de acuerdo con lo establecido, lo que puede llegar a ser menos equitativo en comparación con
el autónomo que se atribuye todas las utilidades. Esto puede generar problemas si no están
claras las reglas de repartición de beneficios desde el inicio.

En conclusión, a mi juicio las libertades que te da formar una empresa frente a ser autónomo
no tienen precio. Su vida no está condenada al fracaso y la pobreza si un negocio no va bien,
si su inicio es más complicado y caro, pero la trayectoria es más liberadora. Tiene acceso a
más recursos, el potencial de crecimiento es más rápido y hay mayor flexibilidad en la
gestión.

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