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Josué 6:1-4 CUANDO DIOS PELEA MIS BATALLAS

1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie
entraba ni salía.
El antiguo testamento nos muestra las batallas espirituales con realidades
físicas.
Hay muros que nos detienen de conseguir las bendiciones de Dios.
Bendiciones que están tan cercas y al mismo tiempo parecen estar tan lejos.
Muros que el enemigo ha construido para mantenernos en el desierto.
¡Muros que hoy necesitan derrumbarse!

I. La batalla de Jericó no es ninguna guerra carnal; es una guerra entre Dios y


Satanás, que al igual que Israel fue la mano de Dios quien te saco de Egipto.
Fue Dios quien dividió las aguas. El que te abrió la puerta, el que te dio la
oportunidad para que vinieras a El.
Es el Santo Espíritu de Dios quien nos ha guiado en tu desierto.
Aun en tu rebeldía te cubre con una nube, aun en tu rebeldía te alumbra con
columna de fuego.

Ha sido Jehová quien te ha dado mana del cielo y ha mantenido tu espíritu vivo.

Las batallas espirituales se luchan en cielo. No en la tierra. Mas poder tiene


una oración que toda tu inteligencia y astucia.

II. Y aun en medio de tus luchas el se ha glorificado


Fue en el desierto que Moisés recibió la revelación para escribir los primeros cinco
libros de la Biblia.
Fue en el desierto donde Moisés recibe la Ley de mano de Dios.
Fue en el desierto donde Moisés vio las Espaldas de Dios.
Ha sido en tu desierto donde el ha quebrantado tu espíritu, donde tu has aprendido
a depender de El.

III. Esta batalla es importante, todos están mirando.

Los demonios miran para ver si serás derrotado. 1Pedro 5.8 Como León rugiente
está esperando para que tú le des la oportunidad para destruirte. Santiago.
El mundo mira, y del resultado de tus acciones otros se pueden salvar.
Aunque pienses que a la gente del mundo no le importan los resultados de tu fe,
ellos están mirando para ver si tu Dios es poderoso.
Los Ángeles del cielo miran, están a la expectativa de que va hacer Dios con la
creación que mas ama, contigo.

Porque tú eres una importante parte del plan celestial. Josué 5:1

“Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán al occidente,
y todos los reyes de los cananeos que estaban cerca del mar, oyeron como Jehová había
secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado,
desfalleció su corazón, y no hubo mas aliento en ellos delante de los hijos de Israel.”

Fíjate, el pueblo de Israel que estaba tan preocupado de lo que sus enemigos le
podían hacer a ellos y estos estaban temblando por causa de Israel. Tú andas tan
temeroso, y tan preocupado cuando son tus enemigos los que andan temblando
porque saben que eres un hijo del Dios viviente y que tu Padre es todopoderoso.

IV. Llega el día en que los muros de Jericó tienen que caer.

No importa cuan fuerte esos muros que impiden tu bendición luzcan, estos se van
a caer.

Esta es la voluntad de tu Dios desde el comienzo. Dios quiso derrumbar estos


muros y darle a Israel la victoria desde el principio. La demora vino a causa del que
el pueblo de Israel no siguió sus instrucciones.

Debemos entender que somos el fruto de la victoria de Cristo. Tú eres el trofeo de


Dios!
Muchas veces lo único que esta impidiendo la victoria eres tú, al igual que Israel
fue quien detuvo la victoria por tanto tiempo.

Los demonios te temen y tú ni lo sabes. Filipenses 4:13:” Todo lo puedo en Cristo


que me fortalece”
V. Instrucciones para la victoria.

V. Reconocer contra quien es la guerra.


La guerra no es contra una persona. No es a la persona a la que tienes que
destruir.Las batallas espirituales se luchan en cielo.

Efesios 6:10-13 Cuando meditamos en Él, oramos, buscamos sabiduría celestial


en su presencia, los problemas se van cayendo. Cuando realizamos delante de
quien nos encontramos el poder se empieza a manifestar, y no hay principado que
pueda seguir peleando contra nosotros. 2 Corintios 10:3-5 Efesios 3:20-21

Debemos ver nuestra batalla del punto de vista del cielo.Satanás te quiere hacer pensar
que tu batalla es contra otra persona que tu batalla es entre tu y el. ¡Que equivocado esta! Mis
batallas las pelea mi Cristo por mí, ¡y la gran noticia es que ya El venció hace 2000 años atrás!
Todo lo que tú tienes que hacer es mirar la victoria y no la derrota.

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