Está en la página 1de 36

PENSAMIENTO BOLIVARIANO

Unidad III

Integrantes:

Juliairam Echeverría

Annibel González

Endimar Amares

Jesús Fuentes

Raisy García

Jarol Vega

Sección PIU-053

Universidad Politécnica Territorial “José Antonio Anzoátegui”

Cátedra: Venezuela Potencia Productiva (PB-I-C).

Docente: María Alejandra Salazar

El Tigre, 01 de febrero de 2024


INTRODUCCIÓN

El desarrollo de este tema tiene como fin dar a conocer de forma más detallada ciertos aspectos
relevantes en la biografía del más importante prócer y símbolo de nuestra historia como
republicanos; Simón Bolívar “El padre de la patria”.

Al adentrarnos en este tema, se logra impulsar la identidad nacionalista y concienciación política


desde los ideales Bolivarianos y la trascendencia en sus proyectos, los cuales desde hace un tiempo
se vienen tomando en cuenta, adecuándolos a la situación que se presenta e incorporándolos a los
planes socialistas de la patria.
Biografía.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, nace en la Capitanía
General de Venezuela, específicamente ciudad de Santiago de León de Caracas un 24 de julio del
año 1783, sus padres fueron Don Juan Vicente de Bolívar y Ponte-Andrade y Doña María de la
Concepción Palacios y Blanco. Tuvo 3 hermanos de sangre: María Antonia, Juana Nepomucena Juan
Vicente y María del Carmen (esta última murió a poco tiempo de nacer), los tres primeros mayores
que Simón y la última hermana menor que él.

Es importante destacar que, el origen del apellido Bolívar es vasco, específicamente de “La Puebla
de Bolívar” en el Señorío de Vizcaya actual País Vasco, España. También los orígenes genealógicos
de Simón Bolívar se ubican en la región de Galicia, España ya que su tatarabuelo Jacinto de Ponte y
Andrade provenía de Santiago de Compostela. También cabe destacar que, los primeros personajes
de apellido Bolívar que se conoce en Venezuela, fueron Simón de Bolívar “El Viejo” nacido en Vizcaya
y su hijo Simón de Bolívar y Castro “El Joven” (nacido en Santo Domingo, República Dominicana), los
cuales arribaron a Caracas, hacia el año de 1589.

Dentro del mismo orden de ideas, Don Juan Vicente el


padre de Simón Bolívar fallece de tuberculosis en enero
de 1786, dejando en hombros de Doña María, su madre
como responsable de la administración y resguardo de
la cuantiosa fortuna de los Bolívar, además de quedar
como cabeza de familia. Pero la salud de la salud de
Doña María, también es frágil debido a que contrajo
también la tuberculosis lo que condujo a que el niño
Simón Bolívar fue dejado en manos primeramente de
Doña Inés Manceba de Miyares y posteriormente al
cuidado de la esclava Hipólita.
Con estas dos primeras nodrizas el niño Simón desarrollaría un carácter altivo, dominante,
insoportable posiblemente por los mimos y consentimientos otorgados por estas dos cuidadoras.

De esta manera el niño Simón, posteriormente es puesto en manos de sucesivos cuidadores con el
propósito de tratar de moldear su carácter dominante, es puesto primeramente bajo la supervisión
de Miguel José Sanz y sucesivamente bajo la tutela del Padre Andújar, Guillermo Pelgrón, el Doctor
Vídes y finalmente Don Andrés Bello, todos ellos con resultados infructuosos en lo que se refiere en
apaciguar su personalidad de creer se con derecho a mandar y a ser obedecido.

Pero, en la vida del niño Simón Bolívar posterior a las desventuras educativas previas, va a llegar un
personaje: Simón Carreño. Este personaje que llega a la vida del niño Simón en sus primeros años
de vida, será uno de los puntos de inflexión en la manera de
interpretar y enfrentar la vida del futuro héroe americano. Simón
Carreño que posteriormente cambiaría su apellido a Rodríguez,
fungía como escribiente de familia Bolívar y según las crónicas, era
un hombre cínico, amargado e infeliz por la vida dura que le había
tocado llevar desde muy niño, además de su inconformidad con el
sistema social de la época. Pero según Liévano (2011), todo cambió
en Simón Rodríguez una vez que: (…) un día, viajando por Francia,
encontró un libro que habría de cambiar totalmente el rumbo de su
existencia: el Emilio de Juan Jacobo Rousseau. En sus magistrales
páginas adivinó dónde empiezan los caminos que en la vida
conducen al dolor y dónde los que en ella llevan a la felicidad. Su
alma triste entrevió un objetivo para su inútil y pesada existencia: librar a otros de una mala
educación; educar hombres para la felicidad, en cambio de harapos humanos destinados, como él,
al dolor y al fracaso (p.25).

De lo anterior cabe explicar que, la doctrina educativa revolucionaria de Rousseau, transformó la


forma de ver la vida en Simón Rodríguez, otorgándole el objetivo, la determinación y la voluntad de
revolucionar el sistema educativo de la Capitanía General de Venezuela. Proponiendo así, en
primera instancia a las autoridades españolas de la época un cambio para el sistema educativo en
su documento intitulado: “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de
Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”. En respuesta a su propuesta
pedagógica revolucionaria, esta no tuvo la acogida esperada por parte de las autoridades españolas
lo que condujo a Rodríguez a ofrecerse como tutor a las familias ricas Caraqueñas con el objetivo de
subsistir y dar a conocer su nueva doctrina educativa.

Fue así entonces, como el destino lo llevó a encontrarse con el niño Simón Bolívar ya que su
proximidad con la familia materna de Simón (los Palacios) debido sus funciones como escribiente
familiar, propiciaron este determinante encuentro, aceptando ser aceptar ser el tutor educativo del
futuro libertador de Suramérica. La química entre el maestro y el niño, fue inmediata, ya que el
maestro Rodríguez influenciado por los postulados de Rousseau, suprimió los niños de
conocimientos intelectuales (matemáticas, idiomas, religión, etc.) y propició en el niño Simón, el
desarrollo de sus impulsos, con el propósito de que se fueran adaptando fueran naturalmente al
medio ambiente y que las restricciones fueran impuestas por ese mismo medio.
De esta manera, el método de Rousseau aplicado por Rodríguez a su nuevo pupilo fue el de suprimir
en las primeras etapas del proceso de enseñanza- aprendizaje la impartición de conocimientos
relacionados con las ciencias básica y humanísticas. En cambio, lo instó a practicar los juegos y
deportes que le gustaban, a practicar actividad que consistían en largas caminatas en la hacienda
de los Bolívar en San Mateo (actual estado Aragua), aprender a montar a caballo, estudios de
botánica, entre otros. Esta nueva forma de enseñar y aprender al transcurrir del tiempo se fue
transformando en amistad y admiración recíproca entre estudiante y maestro el primero al verlo
como el padre que nunca tuvo y el segundo por la definida personalidad que ya mostraba a tan corta
edad.

Cabe destacar que, uno de los principales postulados de la doctrina de Rousseau y que Simón
Rodríguez compartía es que el hombre en su esencia, es un compuesto de deseos y de facultades
que con la orientación adecuada pueden ser satisfechos.

Ya que lo que diferencia al hombre de los animales es el equilibrio entre esos deseos y esas
necesidades, pero este equilibrio no se alcanza automáticamente en el hombre si no existe un
proceso educativo adecuado a estas necesidades.

En este sentido, el maestro Rodríguez fue sumergiendo paulatinamente al niño, durante los largos
paseos y caminatas a los que lo sometía en San Mateo en las reglas elementales de la higiene, los
conceptos de la libertad, los derechos del hombre y la vida de los grandes hombres de la historia de
la humanidad con el propósito de estimular los instintos de superación de su aprendiz.

Pero, en 1797, Simón Rodríguez se vio


envuelto en una conspiración contra la
corona española lo que lo obligó a salir
del a salir del país. Es así como la
custodia de Simón Bolívar retorna a las
manos de su familia materna, en
específico a la custodia de sus tíos
Carlos y Feliciano Palacios, la relación
entre el niño Simón y sus tíos no fue
buena, debido a la hostilidad de estos
hacia el niño, debido a su carácter rebelde y altivo, lo que les dificultaba
el ejercicio de su autoridad.

En consecuencia y debido a la conducta indisciplinada del joven Simón Bolívar, lo cual representaba
una molestia para sus tíos Feliciano y Carlos, estos deciden enviarlo a las “Milicias de los Valles de
Aragua”, que fue una especie de escuela militar para los jóvenes de familias ricas fundada por su
abuelo don Juan de Bolívar.

En esta etapa de su juventud, Bolívar toma ventaja de su fortaleza física adquirida durante el tiempo
en que estuvo bajo la tutela del maestro Simón Rodríguez, lo que le facilita un rápido progreso como
cadete en la carrera militar, destacándose muy pronto entre sus compañeros como su líder, aunque
su carácter altivo y dominante continua, lo que le causa frecuentes encontronazos con sus
superiores, quienes sólo lo toleran por la excelencia con que ejecuta las misiones que le
encomiendan.

Posteriormente, el joven Bolívar logra obtener el grado de sub-teniente y es enviado al


destacamento de Caracas, es en esta etapa de su vida cuando comienza su vida social con ayuda del
gran círculo de relaciones y de influencias sociales en la que está inmersa la familia Bolívar y Palacios.
En esta nueva etapa de su vida, Simón Bolívar se empapa del cómo funciona el tejido social
mantuano de la época, lleno de intrigas, de envidias, de apariencias, de chismes, pero también del
espíritu de independencia y libertad subyacente de la clase alta criolla. También, su espíritu joven
se influenciado por una vida social que le permitía su posición adinerada llena de placeres, amoríos,
parrandas y despilfarros de dinero, entre otros hedonismos.

Como consecuencia de su comportamiento sus tíos maternos


Feliciano y Carlos Palacios, por lo que deciden enviarlo a España
a petición del propio Simón Bolívar bajo la tutela de su tío
Esteban Palacios, con una pensión mensual signada que le
permitiese vivir dignamente en España, pero sin los lujos ni los
derroches a los que estaba acostumbrado en su desenfrenada
vida social caraqueña.

Es así, como el 18 de enero de 1799 en la embarcación “San


Ildefonso”, Bolívar deja las costas venezolanas y se enrumba
hacía a España, no sin antes hacer escala en Veracruz con el
propósito de reunirse con un convoy de fragatas de guerra, que
escoltarían al navío a España. El 2 de febrero de 1799, llegan a costas mexicanas y Bolívar tiene que
esperar una semana para partir a España, aprovecha su estancia y se dirige a la capital del Virreinato
de Nueva España (actual ciudad de México) con el propósito de conocerla.

De esta manera, es en la capital es recibido por el oidor Aguirre un influyente funcionario público
del Virreinato amigo de la familia Bolívar, el cual le ofrece su casa como hospedaje en cuya casa se
hospedó. Bajo la guía del oidor Aguirre, Simón Bolívar conoce por primera vez en su vida una gran
ciudad en comparación de su ciudad natal Caracas la cual era una ciudad pequeña. Después de
permanecer una semana en la Ciudad de México, Bolívar retorna al puerto de Veracruz, donde
continúa su viaje a España. Entonces, el 5 de mayo de 1799, Bolívar arriba al puerto de Santoña,
España e inmediatamente se enrumba hacia Bilbao a la “Puebla de Bolibar”, en la región de la
Anteiglesia de Cenarruza, de la cual provenían sus ancestros siglos atrás. La emoción que embargaba
en un principio debido al recuerdo de las historias contadas por sus familiares del glorioso pasado
de los Bolívar peninsulares, se vio trastocada al constatar que del antiguo castillo de los Bolibar
ancestrales, solo quedan ruinas debido a su destrucción en 1470 por la corona castellana debido a
la rebeldía de no pagar nuevas cuotas impositivas al rey provenientes de sus molinos de cebada.

En consecuencia, de lo vetusta y derruida estaba la “Puebla Bolibar”, que Simón Bolívar se vio
obligado a alojarse en una aldea vecina, esta situación de incomodidad lo obligó rápidamente a
trasladarse a Madrid en busca de su tío Esteban Palacios. Su tío Esteban, en comparación de sus
otros tíos maternos era un hombre simpático, comprensivo y consentidor, pero también era un
cortesano hábil e influyente en la corte del rey Carlos IV, donde lo unía una gran amistad con el
amante de la reina María Luisa, Manuel Mallo, el cual, desempeñaba el cargo bien remunerado de
ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor.

De esta manera, Simón Bolívar llegó a sus 16 años y es recibido por su tío Estaban y Manuel Mallo
con generosidad, simpatía y consideración. El joven Bolívar, guiado primeramente por su
generosidad sigue a estos dos cortesanos en sus aventuras dentro de la corte de Carlos IV,
rápidamente Bolívar desarrolla una gran aversión por la forma de vida decadente e indigna de estos
dos personajes, pero sin quedarle más remedio que disimular tal incomodidad y seguirles la
corriente a sus anfitriones.

Pero no todo era color de rosa, en la época en que Bolívar estuvo viviendo en España surgen graves
dificultades económicas ya que la corona de España al haber perdido el dominio de los mares, se
vio obligado el reino español a reorganizar el comercio colonial escoltando los navíos comerciales
con fragatas de guerra para protegerlas de ataques de piratas y corsarios, solamente dos veces al
año en un principio y finalmente un solo viaje comercial de ida y vuelta. Creando así una merma en
los importadores del nuevo mundo debido a la disminución del volumen de los viajes comerciales
al viejo continente, lo que afectó las importaciones de cacao de los Bolívar y por ende la periodicidad
en la recepción de su mesada en España.

Con el tiempo, Simón Bolívar se


independiza de sus tíos y de Manuel y se
instala en una casa situada en la calle de
Atocha, bajo el ala del marqués de Ustáriz,
un criollo de clase alta que había conocido
en su reciente vida cortesana y con el cual
le unía una vieja amistad con la familia
Bolívar. El marqués de Ustáriz, no tarda en
sentir una gran empatía por el joven
Bolívar y pone a su disposición su extensa
biblioteca además de contratarle tutores
de matemáticas, literatura, historia,
filosofía y lenguas vivas.

Es así como, Bolívar devora los libros con un hambre de aprender que
sorprende a su protector, por lo que el mismo no duda en invertir
también en clases de danza y esgrima. También el joven Bolívar en la
casa de calle de Atocha, es en donde escucha por primera vez de la
Revolución Francesa y de la Masonería, es allí también donde conoce
a María Teresa Rodríguez y Alaiza, hija de don Bernardo Rodríguez del
Toro, rico criollo caraqueño.

Como resultado de este fugaz encuentro, Bolívar no tarda en


enamorase y empezar a cortejar a María Teresa y al poco tiempo pide
su mano a don Bernardo, lo que desencadena un rotundo rechazo por
parte del padre debido a la impetuosidad del joven Bolívar, por lo que
resuelve separar a la joven pareja trasladándose con su hija a Bilbao.
Esto sume a Bolívar en una gran tristeza y depresión, por lo que retoma la parranda y la vida
nocturna, pero ahora en la movida nocturna madrileña de la época.

De esta forma, es como el joven Bolívar continua con su vida desenfrenada, hasta que tiene un
altercado con un pelotón de la Guardia del Reguardo cuando estos le ordenan detenerse en su
caballo e intentan registrarlo, debido una ordenanza real que prohibía el uso de brillantes sin haber
pagado los respectivos impuestos y como Bolívar llevaba en los puños de su traje botones de
diamante, precipito la requisa por parte de los soldados. Esta esta acción enfureció a Bolívar por lo
que desenvainó su espada y cargó contra la patrulla haciéndoles huir. Este suceso, lo obliga
precipitadamente a salir de Madrid por consejo del marqués de Ustáriz hasta que se olvidara el
asunto con la autoridad.

Una vez ya en Bilbao, se reúne con María Teresa reafirmando así su amor y compromiso mutuo pero
este encuentro duró muy poco ya que don
Bernardo tuvo que retornar al poco tiempo a
Madrid. Bolívar al no poder retornar a Madrid y
de nuevo con el despecho a flor de piel, decide
viajar a Paris. Cuando Simón Bolívar llega a París
en 1802 Francia yace bajo el embrujo de
Napoleón Bonaparte, aclamaba delirante a
Bonaparte, de esté fenómeno histórico nace en
Bolívar una gran admiración, no por Bonaparte,
sino por la gloría de sus victorias y no pudo
escaparse entonces a la seducción de este
hombre excepcional.

Después de este encuentro, Bolívar regresa a


España el 29 de abril de 1802 sin resistencia
alguna de las autoridades españolas, lo que se
traduce en el olvido del desafortunado
encuentro con la autoridad. Fue al encuentro de
María Teresa en Madrid con el propósito de
pedir nuevamente su padre don Bernardo, por
lo que una vez logrado el consentimiento
Bolívar, en su calidad de oficial de la corona
española solicita una licencia de matrimonio y la
misma es concedida el 15 de mayo de 1802.
Posteriormente, el 26 de mayo de 1802, Simón Bolívar y María Teresa
contraen matrimonio en la parroquia de San Sebastián, de allí parten al
puerto de La Coruña, donde esperaba parte hacia América. Al llegar a
Caracas, Bolívar y María Teresa pasan pocos días en la capital después
se hacia la hacienda de San Mateo. Pero el 22 de enero de 1803 María
Teresa muere inesperadamente, posiblemente de una enfermedad
tropical recientemente adquirida. De esta manera la vida del futuro
Libertador de América da un vuelco inesperado, lo que lo coloca de
nuevo sin rumbo ni propósito en la vida.

Como se indicó anteriormente, la prematura muerte de su esposa María Teresa, sume a Bolívar en
una profunda tristeza y depresión, por lo
que resuelve partir, primeramente, a
Madrid para entregar a su padre Don
Bernardo algunas posesiones personales de
su difunta hija, seguidamente parte a Paris
para seguir huyendo de recuerdo de María
Teresa.

Una vez establecido en Paris e instalándose


a todo dar de en la Rue Vivienne, comienza
de nuevo una vorágine de vida nocturna y
despilfarro de dinero con sus amigos de
juerga los criollos Fernando Toro, Carlos
Montufar y su amante Fanny de Villars. Un
día en una de las tantas fiestas en casa de
Fanny de Villars, Bolívar conoció al barón
Alejandro de Humboldt y a Bompland los
cuales habían regresado recientemente de
América, en uno de sus interminables viajes
para estudiar su geografía y naturaleza.

En relación a este encuentro con los dos


sabios y deseoso de conocer noticias de su tierra natal, Bolívar tiene un altercado con Humboldt
debido a que el mismo una vez concluidos sus relatos y anécdotas por las regiones equinocciales,
añade que: “la América es maravillosa, pero desdichada bajo la opresión del yugo español”. Por lo
que Bolívar añadió que: “sería una empresa sublime liberar a América de tal yugo opresor”, por lo
que Humboldt refutó: “que sería una empresa, pero faltan hombres en América para tal empresa”,
estos dimes y diretes propiciaron una amarga enemistad entre Bolívar y Humboldt la cual nunca
puso ser superada.
De este modo, un ejemplo de la antipatía que sentía Humboldt por
Bolívar se evidencia en un extracto de una carta que el sabio envía al
edecán O’Leary en 1853: “Jamás le creí llamado a ser el jefe de la
cruzada americana. Lo que más me asombró fue la brillante carrera
de Bolívar a poco de habernos separado”. Una vez superado el
desafortunado encuentro con Humboldt y Bompland, ocurre otro
hecho histórico en la vida de Bolívar, el cual al encontrarse en París el
día de la coronación de Napoleón Bonaparte a la cual asiste en la catedral de Notre Dame, lo hace
reflexionar y construir el siguiente argumento: “La corona
que se puso Napoleón sobre la cabeza la miré como cosa
miserable y de moda gótica. Lo que me pareció grande fue
la aclamación universal y el interés que despertaba su
persona”, lo que evidencia su aversión a la monarquía, pero
a la vez su amor a la gloria. Influencia de Simón Rodríguez
y su importancia en la vida del Libertador, culminando con
su juramento en el Monte Sacro. En contraste con estos sinsabores, al mismo tiempo Bolívar se
entera de una noticia que lo llena de esperanzas, su antiguo maestro de la infancia

Simón Rodríguez se encontraba en Viena, por lo que decide dejar rápidamente Paris e ir a su
encuentro.

Una vez realizado este encuentro Viena, Bolívar invita a Rodríguez a retornar a Paris para preparar
un viaje hacia Italia ya el primero quería asistir a la coronación de Napoleón Bonaparte como
Emperador de Italia en Milán, se quedan por poco tiempo en parís e inician su viaje europeo el 6 de
julio 1805 partiendo primeramente hacia Chamberí vía hacia Milán.

Es así que, al llegar a Milán se dirigen inmediatamente a la llanura de Montesquiaro donde se llevaría
a cabo una nueva coronación de Bonaparte, Bolívar nuevamente siente ante este hecho histórico la
mezcla de admiración por la gloria, el reconocimiento y el poder en contraste con un profundo
rechazo a la monarquía y al totalitarismo. Posterior a la estadía en Milán, Bolívar y Rodríguez viajan
por Venecia, Verona, Bolonia, Florencia, hasta llegar a Roma. Su maestro lo satura de conocimientos
sobre los sitios que van visitando con fechas, hechos, personajes y sucesos históricos que van
acrecentando en Bolívar sus deseos de grandeza, gloria y el florecimiento de su deseo expresado en
su discusión con Humboldt en Paris poco tiempo atrás de libertar a la América del yugo español, es
así como al llegar al Monte Sacro en Roma el 15 de agosto de 1805 con tan solo 22 años.

Cabe destacar, que si bien la fecha del juramento de Simón Bolívar, tuvo lugar el 15 de agosto de
1805, lo cual fue corroborado por Simón Rodríguez en sus bitácoras de viaje. Aun es del no del todo
claro, el contenido total del juramento pronunciado, debido a que Simón Rodríguez no
acostumbraba inmediatamente a asentar datos en su bitácora, solo lo hacía cuando tenía
“tranquilidad de viaje” y pudo haber olvidado parte del contenido de este hecho histórico.
También, cabe destacar que, la ubicación geográfica donde
tuvo lugar el juramento de Simón Bolívar, no es exacta ya
que según las bitácoras de viaje de Simón Rodríguez se sabe
que fue una de las tantas colinas que conforman el paisaje
de la capital italiana, la cual él mismo describe como el
Monte Sacro. Pero, Caracciolo Parra Pérez, un gran
estudioso de la vida de Bolívar sostiene que el suceso haya
ocurrido en el “Monte Aventino” o el “Monte Palatino” los
cuales son los de mayor altura y que el contenido del famoso
juramento rezaba con el siguiente contenido así: "¡Juro
delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por
ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré
descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya
roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder
español!"

Posteriormente, Bolívar y Rodríguez se dirigen a


Nápoles, y después allí se dirigen a París, donde a
Bolívar lo espera nuevamente su amante Fanny de
Villars. Tanto Fanny como Rodríguez, notan en Simón
Bolívar un notable cambio en su personalidad se
encuentran ante un Bolívar más maduro y obsesionado
con la libertad de América. Esta madurez repentina en
Bolívar, se debió principalmente a la influencia de la
filosofía Rousseliana en el discurso y argumento de
Rodríguez, incitándolo subjetivamente al pensamiento
crítico hacia las sociedades y a la educación
tradicionalista y a la búsqueda de la justicia social a través de la libertad de los pueblos oprimidos
por las monarquías.

También Rodríguez indirectamente siembra en Bolívar con los relatos de los grandes personajes de
la historia antigua y moderna la búsqueda de la gloria a través de las grandes empresas humanas lo
que el futuro Libertador concibe como su destino.

Nuevamente los caminos del pupilo y el maestro se cruzarían, Simón Rodríguez regresa a América
en 1823, específicamente a Colombia después de su largo exilio europeo, esta vez con ideas más
revolucionarias sobre la educación y la política, influenciado esta vez por el pensamiento de
Montesquieu.

En consecuencia, Bolívar al enterarse del regreso de su maestro, lo manda a buscar con su guardia
de honor y lo trasladan hasta Bogotá donde se encuentran de nuevo. Una vez n Bogotá, fundan la
Casa de Industria Pública para habilitar con el propósito de formar maestros en carpintería, herrería,
zapatería, sastrería, entre otras artesanías.
Posteriormente viaja con Bolívar a Lima Simón Rodríguez donde diseña y le presenta al Libertador
sus planes pedagógicos para implantarlos en las escuelas y que estaría bajo su dirección,
planteamiento que Bolívar no duda en aprobar y apoyar incondicionalmente.

También, en abril de 1825 inicia Simón Rodríguez junto con Bolívar un recorrido por Perú y Bolivia.
Donde organizan su sistema educativo fundando primeramente un colegio para varones en Cuzco y
otro para niñas, un hospicio y una casa de refugio para discapacitados. En consecuencia, Bolívar
nombra a Rodríguez como Director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y Artes, y
también director general de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana.

En resumen, lo que atrajo a Bolívar del original modelo educativo de Simón Rodríguez era que se
agrupaban a los alumnos y se mezclaba la técnica y el espíritu (influencia de Rousseau). Los niños
eran observados por personal docente para identificar las inclinaciones de cada alumno, es decir, el
sistema educativo que diseño Simón Rodríguez se basaba en un sistema que detectaba la vocación
temprana del niño para luego ser ubicado en un plan educativo acorde con su inclinación de vida.

Para determinar la influencia de Simón Rodríguez sobre Simón Bolívar se puede resumir a través
de las siguientes categorías:

• En lo político: Superar toda forma de representatividad construyendo la participación


protagónica.

• En lo social: Superar toda forma de exclusión, desigualdad e injusticia, construyendo la Suprema


Felicidad Social.

• En lo económico: Superar toda forma de sometimiento y dependencia, construyendo nuestra


soberanía e independencia endógena y sustentable.

• En lo cultural: Superar toda forma de Colonización y Neocolonización, construyendo nuevas


formas societarias de convivencia, retomando nuestras raíces originarias.

• En lo territorial: Superar toda forma de políticas aéreas, construyendo la Toparquía, topo: lugar,
arquía: gobierno. Es decir, gobierno del lugar: comuna.

Bolívar militar y político: Del Monte Sacro a Libertador.


La Batalla de Cúcuta.

La batalla de Cúcuta fue el primer enfrentamiento bélico entre


las tropas independentistas de Simón Bolívar y las realistas
españolas. El objetivo principal de esta batalla fue la
independencia de la ciudad colombiana de Cúcuta, la cual se
logró debido a la victoria patriota después de 4 horas de arduo
combate. También otra de las consecuencias de la Batalla de
Cúcuta, fueron el inicio de la Campaña Admirable y la posterior
liberación del occidente de Venezuela.

Específicamente, la batalla comenzó a las 9 de la mañana del 28 de febrero de 1813 terminado esta
confrontación al mediodía, las tropas patriotas partieron desde el cuartel general de San Cayetano,
cruzaron el rio Zulia y tomaron las elevaciones circundantes que dominaban el valle de la Villa
Capital de Cúcuta.

Fue así como, 400 hombres al mando de Simón Bolívar incluidas tropas de los capitanes y 126
hombres, al mando de los Capitanes Uzcátegui, Ramírez Vidal en la retaguardia. En contra de más
de 800 tropas realistas al mando del General Ramón Correa los cuales tuvieron el primer
enfrentamiento con 100 hombres de las tropas realistas alrededor de la 9 de la mañana que
quisieron tomarlos por sorpresa en la cima del monte que las tropas patriotas habían tomado en
consecuencia, las tropas realistas fueron repelidas a fuego de fusil y después a carga de bayoneta
siendo desalojados violentamente de las alturas de Cúcuta.

Del mismo modo, la vanguardia de la batalla con tropas


comandadas por el coronel Francisco José Ribas, derrotó
a las tropas realistas con infantería, artillería y caballería,
tomando así la ciudad de Cúcuta y las tropas realistas
llenas de terror por lo violento y rápido del ataque
escapan precipitadamente de la ciudad dejando atrás
artillería, pertrechos, fusiles y víveres. El parte final de la
batalla, según Simón Bolívar fue: la completa victoria, el
completo sometimiento de las tropas realistas con
numerosos muertos y heridos la muerte del general
realista Correa, dos hombres muertos y 14 heridos en las
filas patriotas.

La Batalla de Taguanes.

La Batalla de Taguanes fue otro de los


enfrentamientos bélicos de la Guerra de
Independencia de Venezuela y en donde
participó el Libertador Simón Bolívar. Esta
batalla se llevó a cabo el 31 de julio de
1813, inició tras una campaña en la
localidad de Los Pegones y culminó en
Taguanes, localidad ubicada en Tinaquillo.
Esta batalla, fue otra contundente victoria
de las tropas patriotas sobre las tropas
realistas que da por culminada la Campaña Admirable de Simón Bolívar, siendo una de sus
principales consecuencias la huida del famoso general realista la huida de Domingo de Monteverde
a Puerto Cabello el 1 de agosto de 1813, la posterior caída de Valencia el 2 de agosto de 1813 y la
toma de Caracas el 4 de agosto 1813.
Según la bitácora de Simón Bolívar, las tropas
patriotas superaban los mil hombres las cuales
partieron desde la localidad de “Los Pegones”
el 31 de julio de 1813 con una persecución
hasta la llanura de Taguanes a las tropas
realistas que se vieron sorprendidas ante la
presencia de las tropas patriotas, los resultados
de esta batalla fue la toma de 200 prisioneros
realistas, la muerte de 6 de sus mejores
oficiales incluido el prestigioso general
Izquierdo y el apoderamiento de numerosos
fusiles, municiones y pertrechos de guerra, con
nulas bajas entre las tropas patrióticas debido a la sorpresa y rapidez del ataque produciendo solo
pocos heridos patriotas.

La Batalla de Araure.

La batalla de Araure ocurrió el 5 de diciembre de


1813, comandadas por Simón Bolívar. Es así como el
bando patriótico participaron las tropas de infantería
siguientes: el Batallón Barlovento del coronel
Vicente Campo Elías con 1000 hombres, el Batallón
Valerosos Cazadores del coronel Manuel Manrique
con 600 hombres, el Batallón Veteranos de Vigirima
del coronel Manuel Villapol con 500 hombres, el
Batallón sin nombre del coronel Florencio Palacios
con 600 hombres, el Batallón Barinas del coronel
Manuel Antonio Pulido con 400 hombres, el Batallón Valencia del coronel Manuel Gogorza Lechuga
con 400 hombres y el Batallón La Guaira con 400 hombres.

También participaron las tropas de caballería: Escolta Soberbios Dragones de Caracas del coronel
Luis María Rivas Dávila, el Escuadrón Escolares, el Escuadrón Agricultores, los Escuadrones de San
Carlos y Calabozo del comandante Teodoro Figueredo, el Escuadrón de Barinas del coronel Pedro
Briceño Pumar y el Escuadrón de Caracas del comandante Francisco Piñango. Por su arte del bando
realista comandados por José Ceballos y José Antonio Yáñez participaron: el Batallón de Ramón
Correa con 600 hombres, el cuerpo guerrillero del coronel Remigio Ramos con 800 hombres, el
Cuerpo guerrillero del teniente coronel Pedro Luis Inchauspe con 300 hombres, el Regimiento
Segundo del coronel José Antonio Yáñez con 800 hombres, el Batallón Numancia con 600 hombres,
la Unidad de infantería del comandante José Antonio Puy con 600 hombres.
De igual forma, participaron las tropas realistas de caballería:
los Escuadrones del coronel José Antonio Yáñez, los
Escuadrones del comandante Antonio Puy y los Escuadrones
de El Tocuyo. Las fuerzas patriotas ganaron esta lo que
significó la alargar un poco la vida de la denominada “Segunda
República”. Las bajas patriotas fueron de alrededor de 800
hombres y del lado realistas patriotas las consecuencias de la
batalla dieron como resultado 1000 muertos y 800 prisioneros.

La segunda Batalla de la Puerta.

La Segunda Batalla de La Puerta ocurrió el 15 de junio


de 1814 y fue una decisiva batalla entre el ejército
patriota de la Segunda República venezolana y el
ejército realista español durante la Guerra de
Independencia de Venezuela, siendo derrotado el
ejército patriota en la misma. Simón Bolívar en su cargo
de “Jefe Supremo del Estado de Occidente” se
encontraba sitiado por Boves a mediados de marzo de
1814, el Libertador Simón Bolívar, lo que lo obligó a
solicitar ayuda al General Santiago Mariño, que marcho
desde Cumaná y Boves derrotado se ve obligado a huir
a Boca chica cerca de la quebrada de La Puerta, donde fue derrotado el 31 de marzo.

Es así como derrotado nuevamente por el ejército patriota de Mariño, Boves huye nuevamente esta
vez hacia Calabozo, donde recibe ayuda realista desde el rio Apure proveniente de Coro y desde el
rio Orinoco proveniente de las Antillas españolas. El 2 de abril es atacado por el coronel Tomás
Montilla en el Magdaleno, sufriendo fuertes bajos, para dar tiempo al General Mariño de reunirse
con Bolívar en la Victoria para planear la liberación de la ciudad de Valencia.

Debido a que Valencia era asediada por 3.000 soldados del brigadier José Ceballos, también el 4 de
abril se unen 2.000 llaneros de Boves. Aunque tenían los patriotas una clara ventaja sobre los
realistas, Mariño no acepta ceder el mando de sus tropas a Bolívar, pero si acepto que Urdaneta
fuera su jefe de Estado Mayor, que debitó la oportunidad de tomar Valencia por sorpresa. Bolívar
para apaciguar a Mariño, lo deja al mando de Valencia y parte hacia Puerto Cabello, Mariño confiado
de la primera derrota proporcionada a Boves, enfrenta solo a Ceballos en la sabana de Arao y es
vencido el 16 de abril.

En consecuencia, la moral de las tropas del ejército oriental comandado por Mariño queda muy
afectada lo que se traduce en deserciones masivas. También obliga a Bolívar a retornar a Valencia
tres días después. El ejército realista que había tomado posición San Carlos para esperar a Boves,
Bolívar aprovecha esta oportunidad y los increpa a batalla en la sabana de Carabobo, donde vence
a los españoles el 28 de mayo.
El único peligro que quedaba para los ejércitos patriotas de era José Tomás Boves, pero Bolívar
decide en vez de ir a enfrentarlo en Guárico donde el caudillo había logrado avanzar y esperaba por
mas pertrechos realistas. Bolívar decide dividir a su ejército en dos una mitad para resguardar a
Valencia y la otra mitad para asediar a Puerto Cabello. Pero Boves, lo tenía todo para vencer debido
a que el retorno al trono de Fernando VII debido a la derrota de Napoleón y también en Waterloo
deslegitimaba a las juntas independentistas significaba él envió de tropas, armas y pertrechos para
los realistas de Venezuela ya los españoles dominaban las vías fluviales del Orinoco y el Apure.

Otra de la decisión y ordenes de Bolívar, fue el de enviar a Urdaneta perseguir a Ceballos al oeste
con 700 infantes y al coronel José Félix Ribas a ir por refuerzos a Caracas, mientras que Boves con
tres mil tropas avanza rápidamente haciendo estragos desde
Guárico, en San Juan de los Morros vence a Campo Elías siguiendo
su avance y venciendo en Villa de Cura. El 14 de junio Mariño
ocupaba la entrada a la quebrada de La Puerta para detener el
avance de Boves hacia los valles de Aragua, pero es vencido
debido a que es superado en número de tropas y huye con los
sobrevivientes hacia Valencia a un nuevo encuentro con Bolívar,
de este modo Boves tiene el camino libre hacia Guacara y
Maracay, donde da la orden de ejecutar a los prisioneros de
guerra y a la mayoría de la población. Fue así, como Boves toma
Guacara el 18 de junio y posteriormente a Valencia con su ejército
numeroso dividido en dos, pero se percata que al llegar a Valencia
que la ciudad estaba desierta (solo con la resistencia ofrecida por
Ribas) ya que Bolívar y Mariño había tomado la previsión días
antes de huir a Caracas con 400 sobrevivientes, que gracia a la heroicidad de Ribas de detener a los
realistas en Valencia, Boves hubiese perseguido y alcanzado a Bolívar y Mariño en su huida a Caracas
evitando así la posterior emigración a oriente.

La Batalla del Pantano de Vargas.

Este enfrentamiento armado ocurrió


en lo que hoy se conoce como
Pantano de Vargas, municipio de
Paipa, Boyacá, Colombia, entre el 24
y el 25 de julio de 1819. Los bandos
enfrentados fueron las tropas
patriotas y las tropas realistas en la
campaña libertadora por la
independencia de la entonces Nueva
Granada.

El propósito principal de esta batalla fue, que el ejército de la Gran Colombia al mando de Simón
Bolívar pretendía cerrar el paso a las fuerzas de apoyo de José María Barreiro que se dirigía a la
ciudad de Bogotá. Fue una dura batalla en donde el ejército debido al cansancio y desorganización
tras el difícil ascenso al páramo de Pisba.
El ejército de Simón Bolívar conformado en su mayoría por llaneros, solo sobrevivió menos de la
mitad debido al clima, las enfermedades y aun así se mantuvieron fieles al Libertador.

Cabe destacar la heroica acción del coronel Juan José Rondón, el cual a la vanguardia del ejército
patriota ejecuta un ataque sorpresa con catorce lanceros a todo galope rompiendo las filas del
ejército realista que huyeron despavoridos, por lo que una carga de caballería al mando del coronel
James Rooke los siguió y
después la carga de
Simón Bolívar con el
resto de ejército,
cambiando así el
desenlace de esta batalla
a favor de los patriotas.
Después de esto, las
tropas realistas huyeron
a los Molinos de Bonza
en Paipa. Las
consecuencias a corto
plazo fueron enormes, ya
que sirvieron de estímulo
militar y psicológico a las
fuerzas libertadoras,
desmoralizando y
poniendo en retirada a
los españoles.

La Batalla de Boyacá.

La batalla de Boyacá, es también conocida como la batalla


del “Puente de Boyacá”, fue la acción bélica más importante
de la guerra de independencia de Nueva Granada. Esta
batalla consolidó el éxito de la Campaña Libertadora de
Nueva Granada y tuvo lugar el día 7 de agosto de 1819 en el
cruce del río Teatinos, en inmediaciones de Tunja. La batalla
finaliza con la rendición en masa de la división realista, y fue
la culminación de 78 días de campaña iniciada desde
Venezuela por Simón Bolívar para independizar la Nueva Granada, y finalizada por Francisco de
Paula Santander.

En este sentido, como consecuencia directa fue que de todas las batallas, esta fue la más efectiva
contra el ejército realista ya que la misma por su contundente victoria del ejército patriota abrió
paso a la unificación de Venezuela para luego llamarse La Gran Colombia a pesar de que los realistas
todavía mantenían fuertes plazas como Santa Marta y Pasto, en donde resistirían varios años, la
capital del Virreinato cayó en manos de los patriotas neogranadinos.
La Batalla de Carabobo.

La Batalla de Carabobo fue una de las principales


acciones bélicas de la Guerra de Independencia de
Venezuela comandadas por Simón Bolívar, la cual
se llevó a cabo en el Campo de Carabobo el 24 de
junio de 1821, entre tropas patriotas y tropas
realistas. Esta batalla fue decisiva en la liberación
de Caracas el día 29 de junio de 1821, así como del
resto del territorio venezolano tras la expulsión
definitiva de las tropas españolas en la posterior batalla naval del Lago de Maracaibo.

Si bien, con la batalla de Boyacá se había logrado liberar a la Nueva Granada, Venezuela todavía
estaba sitiada por las tropas realistas en el centro del país y esta batalla terminaría por expulsarlos
de nuestro territorio, es decir la batalla de Carabobo destruyó lo que quedaba del poderío español
en el centro del país y la batalla del Lago de Maracaibo terminó por consolidar su derrota.

También cabe destacar que, a pesar de lo contundente de la derrota propinada al ejército realista
en Carabobo, todavía quedaban focos
de resistencia realista que fueron
destruidos en campañas posteriores,
entre las que se pueden nombrar: la
campaña de Cumaná la cual fue
recuperada por los patriotas el 16 de
octubre del mismo año, de igual manera
tras las derrotas realistas, en la batalla
naval del Lago de Maracaibo del 24 de
julio de 1823 y el asedio del general
Páez en Puerto Cabello la situación
realista se hizo insostenible y tuvieron
que evacuar la plaza el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo de San Felipe fue
tomado, acabando así la guerra de independencia en Venezuela después de más de trece años.

La Batalla de Bomboná.

Después de la Batalla de Carabobo, Simón


Bolívar inicia la “Campaña del Sur” con el primer
propósito de liberar a Pasto y Quito, cuyos
habitantes se habían declarado enemigos de la
independencia, y defensores de los derechos del
rey Fernando VII. Para lograrlo dividió las tropas
enviando al general Sucre a Guayaquil por vía
marítima y él marchó desde Popayán con 2400
hombres, pero fueron derrotados en el intento,
con muchas bajas, deserciones y prisioneros
tomados por parte de ejército realista, además de la captura General Neogranadino Antonio Nariño.

Posteriormente una vez reagrupado el ejército patriota comandado por Bolívar y listos la ofensiva y
la noticia de la derrota propinada por Sucre a Aymerich en Pichincha. Bolívar con su astucia hace
entrar rápidamente a su ejército en Pasto donde el comandante Basilio García se rinde ante Bolívar
el 8 de junio de 1822 tras una corta batalla. En consecuencia, gran parte de la población hacia las
montañas y Bolívar ofrece la paz a los habitantes de Pasto, con la condición de pagar impuestos y
servicio militar a la causa libertadora.

En consecuencia, queda despejada de realistas la vía


entre Quito y Bogotá, el ejército de Bolívar marcha
acabando con los realistas desde el norte, mientras
que el General San Martin lo hace desde el sur
aplastando así al ejército realista acantonado en la
Sierra Baja Peruana y en el Alto Perú.

La Batalla de Pichincha.

La batalla del Pichincha se llevó a cabo el 24 de mayo de


1822 en las faldas del volcán Pichincha, a más de 3000
metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de
Quito y sus principales consecuencias fueron la
liberación de Quito y a la proclamación de Simón Bolívar
como Libertador del Sur, anexando además este
territorio a la Gran Colombia.
Los principales comandantes de esta batalla fueron el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de
Sucre por parte del ejército patriota y el comandante Melchor Aymerich. La derrota de las fuerzas
españolas condujo a la liberación de Quito y aseguró la independencia de las provincias que
pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, la
jurisdicción administrativa colonial española de la que finalmente emergió la que hoy conocemos
como República del Ecuador.

Es importante destacar que, el 24 de mayo de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito,
donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el territorio que el gobierno
de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la República
de Colombia desde su creación el 17 de diciembre de 1819. Asimismo, cuando Sucre recapturó
Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual se proclamaba la
integración de su ciudad y provincia a la República de Colombia.

Fue así entonces, que con la rendición


de Quito se pone fin a la resistencia
realista en la provincia norteña de
Pasto y Bolívar pudo entrar en la
ciudad el 16 de junio de 1822
anexando por decreto las provincias
de Quito y de Guayaquil a la República
de Colombia el 13 de julio de 1822.

La Batalla de Junín.

La batalla de Junín ocurrió el 6 de agosto de 1824 fue


uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron
los ejércitos realistas y patriotas por independencia
del Perú, esta batalla también significó la última
victoria independentista para la liberación del Perú
por parte de Simón Bolívar, debido a que el ejército
patriota a obtuvo una importante victoria cuyo
resultado fue el de 254 muertos y heridos y 80
prisioneros para el bando realista y de 148 soldados
muertos y heridos para el bando independentista.
El enfrentamiento duró aproximadamente
cuarenta y cinco minutos a una altura de
4100 metros sobre el nivel del mar siendo
el ejército realista había sido sorprendido
en su contramarcha desde cerro de Pasco
al Cusco y la destrucción de la caballería
realista en las pampas de Junín forzó una
retirada desordenada del Ejército del
Norte, con las consecuentes pérdidas
masivas en hombres y material y en
consecuencia se produjo en la retirada a
consecuencia de la campaña de Junín la
práctica destrucción de sus unidades militares a su llegada a la ciudad de Cuzco.

La Batalla de Ayacucho.

La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento de las


guerras de independencia y significó el final definitivo del dominio
administrativo virreinal español en América del Sur, esta batalla se
desarrolló en la Pampa de Quinua en Ayacucho, Perú, el 9 de
diciembre de 1824.

El triunfo de los patriotas supuso la desaparición del


contingente militar realista más importante que seguía en
pie, y selló la independencia del Perú con una capitulación
militar que puso fin al Virreinato del Perú. Pero España no
renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones sino
fue hasta 1836 con el tratado de paz, amistad y
reconocimiento con el Perú el 14 de agosto de 1879 en
París.
Oposición política y armada de José Tomás Boves.
La Primera República.

Está “República Teórica” era


débil, ya que contaba con un
cabildo sin ninguna
experiencia representativa y
que era netamente una copia
heredada del imperio español
en cuanto a modos y formas,
es decir, todavía Venezuela
seguía siendo una colonia
española por costumbre.
Venezuela era un territorio
compuesto por pequeñas
ciudades aisladas con un crecimiento económico lento, una sociedad desigual y dividida en castas.

A esto aunado, a una constitución recientemente proclama y basad en los principios de la Republica
de Francia, la cual otorgaba a los funcionarios públicos sin experiencia algunas libertades absolutas
de toma de decisiones y manejo del erario público. Esta avanzada constitución y sus principios
fueron entendidos, interpretados y valorados por los funcionarios de las recientes instituciones
públicas, lo que generó la debilidad estructural del estado recién creado, lo que condujo a la
anarquía y a la oposición de los antiguos funcionarios españoles que trataron de derrocar el nuevo
orden social establecido por los criollos, provocando enfrentamientos entre bandos que casi
desemboca en una guerra civil.

Esta situación de descontento se agrava, con el terremoto de 1812 que arrasa a la cuidad de Caracas
y ante la impotencia de las nuevas autoridades criollas para atender la emergencia sobrevenida,
sumado a la superstición de que el terremoto fue un castigo divino por haberse sublevado a la
corona española, muchos ciudadanos criollos descontentos se pasan al bando realista, debilitando
aún más el recién nombrado gobierno. La Primera Cae ante la toma de Caracas por parte del General
Domingo Monteverde, el cual fue enviado por la corona para acabar con la insurrección
independentista criolla, esta caída se consolida con la capitulación del Generalísimo Francisco de
Miranda en Coro ante las tropas realistas que les superaban en número y recursos.

Como consecuencia de la caída de la Primera República, el joven oficial Simón Bolívar, huye hacia
Curazao y luego a Cartagena de Indias. Se pone en contacto con las autoridades de la Nueva Granada
al llegar a Cartagena con el propósito de solicitar ayuda a la causa independentista venezolana. A
través de un documento conocido como “El Manifiesto de Cartagena”, en el cual expone la situación
actual de Venezuela una vez invadida por Monteverde, también da las razones del fracaso de la
“Republica Aérea”, plagada de sabios y filósofos pero desconectados totalmente de la realidad y
necesidades de la mayoría de los ciudadanos venezolanos. También Bolívar critica, la falta de una
unidad de mando para las instituciones públicas y militares de la Primera República, la falta de
descentralización para el manejo de los recursos básicos, además de los enfrentamientos internos
de funcionarios que anteponían sus intereses personales antes que los del colectivo.
De este modo, a través del “Manifiesto de Cartagena”, el joven Simón Bolívar logra ayuda económica
y militar que solicitaba por parte de Congreso de la Nueva Granada, con la única condición de que
se incorpore a las filas del ejército neogranadino en condición de oficial, Bolívar acepta e
inmediatamente prepara la invasión a Venezuela la cual será conocida como “La Campaña
Admirable”.

La Campaña Admirable.

Fue una de las hazañas más grandes conocidas de Simón Bolívar,


empieza en 1813 la misma dura 5 meses y es aquí en donde da a
conocer sus principales rasgos como militar: rapidez de decisión,
audacia, tenacidad, firmeza, entereza, imaginación y resistencia
frente a la adversidad. Fue una campaña rápida y audaz que
empieza en Cúcuta y culmina en Caracas, pasando por San
Cristóbal, La Grita Mérida (proclamado como “Libertador”, 23 de
mayo), Trujillo (proclama el decreto de guerra a muerte, 14 de
junio), Boconó (1 de julio), Barinas (6 de julio), Guanare, Araure, San Carlos (27 de julio), Valencia (2
de agosto), La Victoria y Caracas (6 de agosto).
La Segunda República.

Simón Bolívar después de culminar “La Campaña Admirable” en Caracas el 6 de agosto de 1813 y ya
como proclamado como Libertador, Jefe Supremo y Capitán General de los Ejércitos. Además,
asume un nuevo gobierno centralizado, ya que asume que esa fue una de las principales causas de
la caída de la Primera República, la falta de un gobierno centralizado que permita la rápida toma de
decisiones.

La experiencia de la Segunda República, no va a ser exitosa para Bolívar ya que el país se encontraba
destruido y desorganizado como consecuencia de la invasión de Monteverde, lo que obliga a Bolívar
a asumir el papel de dictador, con el propósito de dar orden al desorden. Sumado a esto surge otro
agente perturbador en la reciente “normalidad” adquirida en la recién nombrada república: José
Tomás Boves.

El fin de la Segunda República.

La desigualdad social, el sistema de casta y latifundismo, fueron las razones de


intempestiva aparición de José Tomas Boves en la escena independentista
venezolana. Nace en Oviedo en 1782 y llega a Venezuela en 1803 en un barco
pirata, trasladándose posteriormente a Calabozo donde se dedica al robo y
contrabando de ganado a los latifundistas. Boves logra que lo sigan más de 12
mil llaneros y comete a atrocidades y crímenes de guerra por cada población
que pasan en su marcha a Caracas para tomarla con un salvajismo y crueldad
nunca antes visto, entre las batallas en que venció al ejercito patriota se pueden
nombrar: Santa Catalina (septiembre de 1813), Mosquiteros (octubre de 1813),
La Puerta (1814), San Mateo (1814) y la toma de Caracas (1814) que hace huir a
Bolívar hacia el oriente del país con la mayoría de la población caraqueña y se
precipita así la caída de la Segunda República. Boves es asesinado en la Batalla
de Úrica en (1814) a manos de las tropas de otro personaje emergente en la
historia independentista venezolana, José Antonio Páez.

La trascendencia de Bolívar como legislador y estadista.

Una vez que Bolívar logra huir de Caracas,


partiendo el 7 de julio de 1814 con una
caravana rumbo a Cumaná empieza la
emigración de oriente con más de 15 mil
refugiados que huyen de la invasión de Boves
a la ciudad capital, debido a las derrotas
sufridas por el ejército a patriota a manos de
Francisco Tomas Morales y José Tomás Boves
en batalla La Puerta el 3 de febrero de 1814,
la batalla de San Mateo el 25 de marzo y por
último en la segunda batalla de la puerta el
15 julio de 1814, lo que deja abierta la puerta
a los realista al centro y oriente del país.
De esta manera, Boves parte desde Valencia el 10 julio de 1814 y llega a Caracas el 16 de julio de
1814, desconociendo el gobierno caraqueño de José Manuel Cajigal, impuesto por las autoridades
españolas y envía a Morales a perseguir a Bolívar en su emigración a oriente, Bolívar y la caravana
llega a Barcelona después de 23 días donde se les unen el general Santiago Mariño y otros oficiales
orientales para escoltarlo hasta Cumaná. La caravana llega a la ciudad de Cumaná el 25 de agosto
de 1814, pero la paz no llegaría ya que Morales se aproxima desde Caracas con el propósito de
eliminar a Bolívar y los jefes militares de oriente.

Sumado a esta amenaza, Bolívar el 26 de agosto de 1814 se entera en Cumaná a través de un


informe suministrado por el coronel Mariano Montilla, el comandante de la flota marítima patriota
el marino italiano Bianchi, pretende huir de las costas cumanesas con los fondos patriotas que
resguarda en sus buques que comprendían en 28 mil onzas de plata contenidos en 24 cajones, como
pago a sus servicios a la causa patriota. Rápidamente Bolívar y Mariño toman una embarcación e
interceptan a Bianchi al poco tiempo de dejar las costas cumanesas en su camino a la isla de
Margarita.

De esta forma, cuando Bolívar y Mariño logran interceptar a Bianchi y abordar su buque, luego de
largas horas de negociación con siguen recuperar parte de los fondos patriotas no sin antes pactar
con Bianchi dejándole 16 cajones de plata. El 28 de agosto de 1814, intentan desembarcar en
Pampatar, pero Piar al no reconocer el mando de Bolívar como jefe supremo no les permite a Bolívar
y a Mariño desembarcar, por lo que se ven obligados a navegar hasta Carúpano.

También los jefes militares orientales, reunidos en Cariaco el 2 de septiembre de 1814 reafirman su
desconocimiento de Bolívar como Comandante en Jefe de los ejércitos patriotas, además de
acusarlo de huir con los fondos de guerra patriotas, asunto que no es más que un mal entendido, ya
que el 3 de agosto de 1814 Bolívar, Mariño y otros oficiales llegan al puerto de Carúpano en los
buques de guerra “La Culebra” y “El Arrogante” con los cajones de plata restantes de las
negociaciones con Bianchi, los cuales son puestos bajo resguardo de los capitanes de los buques los
hermanos Esteves y posteriormente entregadas a las autoridades de Carúpano.

Pero, al desembarcar Bolívar y Mariño son detenidos por José Félix Rivas que había llegado con 50
carabineros por órdenes de los jefes militares acantonados en Cariaco. Bolívar y Mariño son
encarcelados y puestos bajo la custodia del capitán Pedro Villapol, el cual es convencido por Bolívar
para que lo deje en libertar pocas horas después, huyendo estos a Cartagena, no sin antes dejar
redactado el Manifiesto de Carúpano el 7 de septiembre de 1814 en donde justifica sus actos en
Cumaná y Carúpano, con estos hechos se termina de sepultar la Segunda República.

Entonces, Bolívar llega a Cartagena alrededor del 19 de septiembre de 1814 con el propósito de
obtener ayuda de la Nueva Granada, con el apoyo del Gobierno neogranadino fue reconocido jefe
por todos los venezolanos que se encontraban en Nueva Granada. Posteriormente a petición Camilo
Torres Tenorio, presidente del Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, Bolívar
acepta el mando general de la guerra en la Nueva Granada después de la derrota del General
Antonio Nariño en la campaña del Sur en julio de 1814. El 10 de diciembre de 1814 Bolívar tomó a
Santa Fe, y obligó Cundinamarca a reconocer la autoridad del Congreso de las Provincias Unidas de
la Nueva Granada.
Pero a través de una drástica decisión, Bolívar renuncia a su mando debido a la oposición del
gobernado de Cartagena Camilo Torres que no reconoce su mando como nuevo jefe del ejército y
parte hacia Jamaica, con el propósito de buscar apoyo para una nueva invasión a Venezuela,
llegando a la isla el 14 de mayo de 1815. Una vez en esta isla el 6 de septiembre de 1815 escribe la
Carta de Jamaica, en la cual justificaba la rebelión de los Criollos y llamaba a la lucha para la
independencia, y exponía el proyecto de Francisco de Miranda de confederación de Colombia.

Esto debido a que, desde su exilio se entera que a los patriotas solo le han propinado derrotas como
por ejemplo a Bermúdez el 9 de noviembre de 1814 (por Boves) en la batalla de Los Magueyes y a
Rivas, Monagas, Cedeño y Zaraza en la batalla de Úrica (donde muere Boves) el 5 de diciembre de
1814 y el 11 de diciembre de 1814 a Ribas y Bermúdez en la batalla de Maturín, lo que trae como
consecuencia la huida de los jefes militares patriotas unos a las Antillas y otros al interior del país,
mientras tanto Ribas es apresado y ejecutado el 31 de enero de 1815.

Ahora es el turno del nuevo jefe realista del oriente Morales que ejecuta masacres peores que la de
Boves en Cumaná el 16 de octubre de 1814. Morales arrasa con Carúpano, Cariaco, Rio Caribe y
Güiria, las cuales saquea y arrasa.

Sumado a esta tragedia, el 3 de abril de 1815 desembarca en el Morro de Puerto Santo Carúpano,
el general pablo Morillo con 9 mil hombres, 25 navíos de guerra y 60 barcos con pertrechos el cual
se reúne en Carúpano el 5 de abril de 1815. El 7 de abril Morillo y Morales llegan a Pampatar la cual
someten el 10 de abril con la rendición de Arismendi, pero Bermúdez que hallaba en la isla huye a
Cartagena.

Ahora, Morillo enfurecido por la quema y el hundimiento del buque San Pedro (el más grande de su
flota) por la población de la isla de Coche y en donde murieron 300 tropas elite. Parte hacia Cumaná
donde llega el 2 de mayo de 1815, dejando a Juan Cinis como gobernador y posteriormente a la
Guaira donde deja a Salvador Moxo como gobernador. Seguidamente parte el 12 de julio de 1815
hacia Nueva Granada con 16 mil hombres a darle caza a Simón Bolívar, no sabiendo que este ya se
encontraba ya en Haití preparando la Invasión de los Cayos.

Una vez que Pablo Morillo, llega a Santa Marta el 24 de julio de 1815, este se entera de la huida de
Bolívar primero a Jamaica y luego a Haití, descarga toda su ira a la ciudad de Cartagena a la cual
aplica un sitio desde1 el de septiembre hasta el 5 de diciembre de 1815 para matar a su población
de hambre y sed y acabar con la resistencia de los generales Castillo, Bermúdez y Soublette. Estos
dos últimos logran escapar hacia las Antillas, pero Castillo es apresado y ejecutado, lo mismo ocurre
con Manuel castillo en Bogotá por haber nombrado a Bolívar Jefe de los Ejércitos Neogranadinos.

Después de estos trágicos y sangrientos eventos de los últimos meses en Venezuela y la Nueva
Granada, la retoma de este territorio por parte de la cruel embestida de Pablo Morillo se consolida.
No es hasta el 30 de marzo de 1816, cuando Bolívar logra reunir con ayuda de Alejandro Petión una
flota de 7 buques y 300 hombres, dando inicio a la Expedición de los Cayos, no sin antes enfrentar
la oposición de Bermúdez, Piar y Mariño los cuales querían ser también los comandantes de dicha
expedición, imponiéndose Bolívar por encima de estos generales por deseos expreso de sus
financistas Petión y Brión. Esto trae como consecuencia la insurrección de Bermúdez que no
participa debido a que no reconoce el mando de Bolívar.
De este modo Bolívar y los demás genérales patriotas, excepto Bermúdez, llegan a la bahía de Juan
Griego el 3 de mayo de 1816 siendo recibidos por Juan Bautista Arismendi y Francisco Esteban
Gómez. El 6 de mayo de 1816 Simón Bolívar es reconocido en Margarita como Jefe Supremo de los
Ejércitos Patriotas, zarpando posteriormente hacia Carúpano, donde llega el 1 junio de 1816.

Una vez en Carúpano, Bolívar decreta la libertad de los esclavos, envía a Mariño hacia Guiria y Piar
es enviado a Maturín.

En Carúpano, Bolívar es nuevamente ratificado como Jefe Supremo de los Ejércitos, pero se entera
que el nuevo gobernador de Cumaná nombrado por Morillo, Tomas de Cires ordena invadir a
Carúpano por mar y tierra. Esta acción bélica, hace que Bolívar ordene una huida hacia Ocumare de
la Costa con 600 hombres de tropa. Bermúdez que se encuentra fondeado en las costas cercanas
proveniente de Haití solicita a través de un mensajero unirse a las filas de Bolívar, lo que el
Libertador rechaza rotundamente al saber que Bermúdez no lo reconoce como Jefe Supremo de los
Ejércitos Patriotas.

Una Vez en Ocumare de la Costa, el 10 de julio Bolívar y Soublette son derrotados, perdiendo este
ultimo la vida a manos de las tropas de Morales, aunado a esto se suma el abandono de todos los
pertrechos y recursos que habían traído de Haití debido a su rápida huida. Esta huida de Bolívar y
sus pocas tropas sobrevivientes los hace navegar hasta Bonaire donde llega el 16 de julio de 1816
para buscar la ayuda de su amigo el almirante Brión. Apertrechado con provisiones y armamento,
Bolívar regresa a Guiria el 16 de agosto de 1816. Ya en Guiria, se enterará de la presencia de
Bermúdez y sale a su encuentro, teniendo un gran altercado por el desconocimiento de Bermúdez
su autoridad como Jefe Supremo y el rencor del mismo hacia Bolívar por no haberlo aceptado a
participar en la Expedición de los Cayos. Los dos se culpan recíprocamente de sus fracasos hasta
llegar el punto de desenvainar sus espadas y a que gracias a la rápida intervención del general
Mariño no termina el hecho en tragedia. En consecuencia, Bolívar se ve obligado a partir
nuevamente hacia Haití para recomponer a otro ejército leal su mando.

Los años clave para el reconocimiento de Bolívar como Jefe Supremo (1816 y 1817).

Pasados ahora los “años terribles” es a partir de 1816, en las filas


patriotas se empiezan a vislumbrar más triunfos que derrotas. El 2
de agosto de 1816 el general Mac-Gregor de la legión inglesa y José
Tadeo Monagas propinan sendas derrotas a los españoles en los
sectores de Quebrada Honda en Anzoátegui el 2 de agosto de 1816
y Los Alacranes en el estado Monagas, también liquidan al general
Rafael López en Píritu.

Con esta victoria Mc-Gregor se apodera de Barcelona el 13 de


septiembre de 1816, en donde con Monagas, Piar, Arismendi y
Freites, establecen una alianza con más de mil soldados, sumado a
más de 700 soldados con los que contribuyo Santiago Mariño desde
Cautaro, siendo nombrado este último Jefe Supremo de los Ejércitos
Patriotas en sustitución de Simón Bolívar, asegurando así el total dominio patriota en el oriente del
país con la batalla de El Juncal el 26 de septiembre de 1816, donde expulsan a Morales que sale
huyendo a Clarines.

Por otro lado, Piar con 1.500 soldado se reúne con Cedeño en Guayana, dejando a Freites encargado
de la plaza de Barcelona. Pero, muchos oficiales solicitan la presencia de Bolívar ya que permanecen
fieles a su mando entre ellos Pedro Zaraza y Francisco Antonio Zea, los cuales parten a su encuentro
a Haití el 28 de noviembre de 1816, convenciendo al Libertador el cual regresa a Venezuela con la
Segunda Expedición de los Cayos, la cual desembarca en la bahía de Juan Griego el 28 de diciembre
de 1816.

Desde allí, Bolívar se traslada a Barcelona donde el 8 el enero de 1817, intenta invadir a Caracas
para su liberación, pero a medio camino hacia la capital, es derrotado en la batalla de Clarines el12
de enero de 1817, lo que lo hace retroceder a Barcelona. Después se dirige a Guayana el 25 de marzo
de 1817, dejando a cargo a Freites de Barcelona y a Mariño dirigirse a Aragua de Barcelona, pero
este no le obedece retirándose a Cumanacoa por no tener clara aun la línea de mando.

Posteriormente, Pedro María Freites pierde la plaza de Barcelona el 7 de abril de 1817 a manos de
José Aldama quien destruye la Casa Fuerte o el convento de San Francisco.

Cabe destacar también que el 8 de mayo de 1817, se lleva a cabo el “Congreso Disidente de Cariaco”,
promovido por el sacerdote José Cortes Madariaga con el propósito de crear un gobierno que
represente unidad y cohesión, para atraer la atención de Inglaterra y otros países enemigos de
España. En este congreso se establece un gobierno federal, cuya capital era La Asunción y Santiago
Mariño es proclamado Jefe Mayor de Venezuela, estas decisiones son rechazadas de inmediato por
Bolívar al enterarse de ellas ya que las considera ilegales y no representativas a los intereses de la
república.

Es así como, entre los asistentes a este “Congreso


Disidente” se pueden nombrar: Mariño, Cortes
Madariaga, Brión, Zea, Francisco Javier Mays, Francisco
Javier Alcalá, Diego Vallenilla, Antonio Alcalá, Manuel
Isaba, entre otros. En Angostura Bolívar invalida a este
congreso creando la Junta de Angostura, la cual lo nombra
jefe supremo dando inicio así a la Tercera República, esta
se consolida al igual que el reconocimiento de Bolívar
como único líder patriota con el fusilamiento de Manuel
Piar el 16 de octubre de 1817 en Angostura, acusado por
un Consejo de Guerra por sedición y deserción. Esta fue
una de las más duras decisiones que le tocó tomar a
Bolívar durante la guerra de independencia, ya que si bien
admiraba y reconocía los méritos de Piar (solo perdió una
batalla de las 14 en las que comandó) como héroe de
guerra y excelente oficial, este nunca reconoció a Bolívar
como Comandante en Jefe de los Ejércitos Patriotas.
Colombia la Grande y la Creación del Poder Nuestro americano, la importancia del Gran Mariscal
Antonio José de Sucre. Cabe recordar que, en el año 1816 Simón Bolívar, Urdaneta, Piar, Páez,
Mariño, Nariño, Monagas, entre otros, consiguió una serie de victorias sobre los realistas.

Después de liberar Guayana y Nueva Granada, proclamó la fundación de la Gran Colombia el 17 de


diciembre de 1819 en Angostura (actual Ciudad Bolívar). También es válido recordar que los últimos
reductos realistas en Venezuela fueron derrotados en la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821,
también el 28 de noviembre de 1821 se da la independencia de Panamá y voluntariamente se une
al sueño de Bolívar firmando con España un pacto de no agresión, para esa fecha la Gran Colombia
constaba con una superficie de 2.417 millones km².

El nombre Colombia se otorga al ideal de integración de toda Suramérica propuesto por Simón
Bolívar en 1815, en la Carta de Jamaica, donde Bolívar expone la idea de Francisco de Miranda de
establecer el nombre de Colombia .La idea de una gran nación hispanoamericana de Francisco de
Miranda surgió en su decisión de llamar Colombia, en honor a Cristóbal Colón, en los planes
desarrollados desde 1790, que presentó a la opinión pública latinoamericana y a los gobiernos
británico y norteamericano, recogidos en su obra Colombeia.

Es necesario aclarar también que, La Gran Colombia al ser creada en 1819 por el congreso reunido
en la ciudad de Angostura, mediante la Ley Fundamental de la República, fue ratificada después por
su contraparte reunida en Cúcuta en 1821, por la unión de Venezuela y la Nueva Granada en una
sola nación bajo el nombre de República de Colombia, a la que luego se adhirieron Panamá (1821),
Quito y Guayaquil (1822).

De aquí que, La Gran Colombia existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se configuró a partir de la
unión de las anteriores entidades administrativas del Virreinato de la Nueva Granada, la Capitanía
General de Venezuela, la Real Audiencia de Quito y el Gobierno de Guayaquil. Su superficie
correspondía a los territorios de las actuales repúblicas de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela
incluyendo la Guayana Esequiba, y otros territorios que pasaron a Brasil, Perú, Nicaragua y Honduras
por acuerdos internacionales celebrados entre estos países y las repúblicas surgidas después de la
disolución de esta gran nación.

Es conveniente explicar que,


la Gran Colombia fue creada
mediante la Ley Fundamental
de la República de Colombia,
durante el Congreso de
Angostura (1819), el Estado
como fruto de la unión de
dichos territorios no vio la luz
hasta el Congreso de Cúcuta
(1821), donde se redactó la
Constitución nacional con la
cual se implementó y
reglamentó su creación, al igual que la vida política e institucional del nuevo país. El sistema político-
administrativo adoptado por la república fue el centralismo unitario.
Dentro de otro orden de ideas, el reconocimiento internacional de la Gran Colombia, se inscribió en
un contexto diplomático que en Europa fue adverso al reconocimiento formal de la independencia
de los países americanos.

Es así que Austria, Francia y Rusia solo reconocían las independencias en América si los nuevos
estados se sometían a un sistema monárquico nombrando como soberanos a miembros de las
dinastías europeas. Además, Colombia y las potencias internacionales enfrentaban sus posiciones
en cuanto a la extensión del territorio colombiano y su delimitación fronteriza. En contraposición
John Quincy Adams, por ese entonces secretario de Estado y futuro presidente de los Estados
Unidos, la vislumbraron como una de las naciones más poderosas del planeta, este prestigio,
sumado a la figura de Bolívar, atrajeron hacia la nación ideas unionistas de movimientos
independentistas de Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico, Haití que pretendían formar un
estado asociado con la república. Pero, La Gran Colombia se disolvió a inicios de los años 1830, por
las diferencias políticas que existían entre por rencillas entre federalistas y el centralistas, así como
por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.

Antecedentes de la muerte de Simón Bolívar.

Debido al profundo debilitamiento de la estructura política de la Gran Colombia, Simón Bolívar


emprendió una serie de medidas contundentes para salvaguardar la integridad de esta.
Declarándose él mismo como dictador el último día de febrero de 1828, consiguió las herramientas
políticas para modificar la constitución de la confederación con el objetivo de apaciguar las
diferentes revueltas generadas por la debilidad política en la que se encontraban muchas regiones
de la recién creada República de Colombia.

Tales eventos reforzaron entre los oponentes de Bolívar la convicción de que debía ser neutralizado
a toda costa, teniendo incluso en numerosas oportunidades de intentos de poner fin a su vida, como
lo fue la conspiración en el Teatro de Variedades en Lima, Perú, el 28 de julio de 1826, o lo ocurrido
el 25 de septiembre de 1828 en la Noche Septembrina, donde un grupo de hombres armados
irrumpieron en el Palacio Presidencial de San Carlos en Santa Fe de Bogotá con el fin de asesinar a
Bolívar, logrando éste salvar su vida al ser alertado por Manuela Sáenz y escapar por una ventana
pasando la noche bajo un puente en las cercanías. También tiene una especial relevancia la
insurrección liderada por el general José María Córdova en 1829, quien luego de dos horas de batalla
fue derrotado y al final abatido por el coronel Rupert Hand, en una operación realizada por cerca de
ochocientos hombres de la Legión Británica en el Batallón Rifles, al mando del general colombiano
nacido en Irlanda, Daniel Florencio O'Leary, por mandato del Consejo de Gobierno ante lo
considerado por la ley colombiana un acto de altísima traición.

Con el paso de los acontecimientos se vio como muchos de los representantes políticos y militares
de más alta jerarquía en las Guerras de Independencia del norte, de América del Sur fueron girando
su espalda a los ideales iniciales, lo cual terminó en diversas confrontaciones y ejecuciones entre
quienes antaño eran miembros de un mismo bando, como lo fue el asesinato del Gran Mariscal de
Ayacucho, Antonio José de Sucre, en un complot llevado a cabo en las montañas de Berruecos al
suroeste de la confederación, a su vez el departamento de Venezuela negó la entrada de Simón
Bolívar a sus tierras y rompió relaciones con el departamento de Cundinamarca, mientras Bolívar se
encontrara en su territorio. Esto desembocó en la decisión de Simón Bolívar de renunciar a la
presidencia el 27 de abril de 1830, exiliarse y dejar a la Gran Colombia en manos del gobierno de
turno.

Emprendiendo un penoso viaje por el río Magdalena con el fin de llegar a Cartagena de Indias y de
allí partir con rumbo al exilio en Europa, dan inicio los últimos episodios de la vida de Simón Bolívar.

Llegada a Santa Marta.

La llegada de Simón Bolívar a Santa Marta obedece a un desvío no programado en su itinerario de


viaje en el cual debió llegar a Cartagena de Indias, pero debido a un agravamiento de su estado de
salud su séquito se vio obligado a realizar una pausa en Santa Marta para no empeorar el ya delicado
estado de Bolívar.

A su llegada en horas de la noche el general fue recibido de


manera cordial por la población local, actitud que generó grata
impresión en su séquito, dado que había rumores de que los
lugareños tenían aversión a Bolívar. Allí, luego de ser
presentados por el general colombiano Mariano Montilla,
Bolívar tuvo la oportunidad de conocer a quien sería su médico
de cabecera, el cirujano de guerra colombiano nacido en
Normandía, Francia, Alejandro Próspero Révérend. Luego de
mantener una conversación en francés con el galeno, Bolívar le
transmitió las buenas referencias que tenía de él, y que pese a
ser bastante reticente a la medicina confiaba en que sería su
nuevo médico, quien era trece años menor, el encargado de
propiciar una pronta mejoría mediante el uso de todo el
conocimiento y tratamientos médicos disponibles en la zona y la época.

En primera instancia el pronóstico médico realizado por el doctor no fue nada alentador, dado que
tras interrogar al general sobre su padecimiento éste le puso al tanto sobre el poco cuidado y
desinterés que había tenido respecto al tratamiento de su enfermedad, por lo que tras reunirse con
el doctor Mac Night, cirujano del barco de guerra norteamericano Grampus, el cual escoltó al
general en la última parte de su viaje por el río Magdalena, con el fin de obtener una segunda
opinión médica, se llegó a un común acuerdo sobre qué tratamiento seguir respecto a la
enfermedad diagnosticada a Bolívar.

En un inicio el general fue hospedado en la Casa de Aduanas, antigua sede del consulado español
ubicada en el centro de la ciudad, pero a instancias de su médico de cabecera y de un antiguo amigo,
fiel a la causa independentista, el español nacido en Cádiz, Andalucía, Joaquín de Mier, el general
necesitaba un traslado a un sitio más tranquilo, por lo que este último cedió su hacienda ubicada en
San Pedro Alejandrino a las afueras de la ciudad, a la vez que puso a su disposición todas sus
instalaciones y servidumbre.

La llegada a la Quinta de San Pedro Alejandrino se realizó el 6 de diciembre, en una berlina tirada a
caballo en un viaje que tardó más de lo habitual ya que el estado de salud del General no permitía
viajes con mucho movimiento.
Últimos días.

Una vez instalado en la Quinta de San Pedro


Alejandrino, Bolívar se encontró
plenamente en manos de su médico de
cabecera, quien realizó un minucioso
registro diario de la evolución de la salud de
Bolívar en una serie de boletines médicos
los cuales luego fueron publicados en su
libro La última enfermedad, los últimos
momentos y los funerales de Simón Bolívar,
Bolívar de Colombia y del Perú, publicado en
París en 1866, treinta y seis años después de los acontecimientos por petición personal de un
pariente de Joaquín de Mier al ya octogenario galeno .

Los primeros días de estancia en la hacienda se vieron marcados por el optimismo que mostraba
Bolívar respecto a su salud y futuros planes que llevaría a cabo, como lo era la obsesión con
trasladarse a las cercanías de la Sierra Nevada de Santa Marta, para lo cual había dado instrucciones
al general colombiano nacido en Navarra, España, José Sardá, de construir una cabaña en Masinga,
Magdalena,3 o la organización de un viaje junto a su médico con el fin de explorar Francia,4 pero
este optimismo se veía considerablemente disminuido en cuanto algún quebranto propio de su
enfermedad hacía efecto en él.

Con el transcurso de los días y ante un pronóstico médico poco favorable, los miembros de su
séquito instaron a Alejandro Próspero Révérend de informar al general de la gravedad de su estado
de salud con el fin de que fuese preparando todos los asuntos legales de relevancia e instrucciones
de cómo proceder en caso de su muerte, por lo que, luego de un fallido intento debido a que Bolívar
entró en cólera al momento de insinuarle la realización de estos procedimientos, y posteriormente
terminar siendo convencido por su médico, el 10 de diciembre en horas de la noche, estando
presentes los generales colombianos Mariano Montilla, José María Carreño y José Laurencio Silva,
el dueño de la casa, varios amigos de Bolívar y el notario Catalino Noguera, tuvo lugar uno de los
hechos más simbólicos de estos acontecimientos: la redacción de su testamento y posteriormente
de la última proclama dirigida a los Colombianos, donde Simón Bolívar da una visión personal del
estado político de Colombia, de su tristeza, de sus medidas para apaciguar las rebeliones y de la
esperanza que tiene en la continuidad de la confederación.

"Colombianos: Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la
tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad.”

“Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos
abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la
libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo
los perdono.”

“Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis
últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar
por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la
anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su
espada en defender las garantías sociales.”

“¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que
cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro."
Simón Bolívar.

La última semana de Bolívar se caracterizó por un constante ir y venir entre un pronóstico


relativamente favorable y el menos favorable, dónde se realizaban desde salidas al aire libre por la
Quinta de San Pedro para permitirle respirar aire fresco e interactuar con la naturaleza, teniendo al
paciente en total lucidez y con una buena capacidad de sus facultades, hasta noches eternas en las
que los diferentes síntomas de lo que su médico consideraba un catarro pulmonar crónico,
desencadenante de una tisis tuberculosa, no dejaban dormir a Bolívar, lo cual sumado a la final
reticencia del general para aceptar los diversos medicamentos y tratamientos propuestos por su
médico, terminarían resquebrajando aún más su delicado estado de salud.

El 16 de diciembre se vio marcado por la


máxima y más grave manifestación de los
síntomas de la enfermedad padecida por
Bolívar, los cuales empezaron a presentarse a
finales de la mañana teniendo su momento
más álgido en horas de la noche, estos eventos
generaron una extrema preocupación en su
médico, la cual expresa en los últimos dos
boletines expedidos este día:

La muerte de Simón Bolívar se produjo en Santa Marta el 17 de diciembre de 1830.


Funerales.

Los restos de Bolívar reposaron en la Catedral Basílica de Santa Marta antes de ser trasladados a
Caracas.

Tras la muerte de Bolívar se dio inicio al protocolo médico


para determinar la causa de esta mediante la realización de
una autopsia, su traslado y posterior embalsamamiento
para realizar la exposición de los restos mortales en capilla
ardiente al pueblo local, y tres días después realizar la
inhumación en una tumba cedida por la familia Díaz
Granados en la catedral basílica de Santa Marta.

Inhumación.

La inhumación de los despojos mortales se realizó en la


Catedral Basílica de Santa Marta el 20 de diciembre de 1830,
pese a la última voluntad de Bolívar de ser enterrado en
Venezuela, la situación política de la Gran Colombia hacía enormemente difícil la realización de los
trámites burocráticos y diplomáticos necesarios para realizar el traslado a territorio venezolano, por
lo que tras el limitado cumplimiento del protocolo militar para el traslado y honores funerarios de
altos mandos debido a los limitados recursos económicos, Bolívar fue inhumado en la tumba de un
panteón familiar cercano a la nave central de la catedral, cedida por la familia Díaz Granados. En un
inicio sus restos no contaron con una lápida marcada, con el fin de evitar vandalismo y
profanaciones.

Cobertura de la prensa.

La muerte de Simón Bolívar generó una fuerte repercusión regional la cual afectó los cimientos
políticos más profundos de todos los países del norte de América del Sur, el eco de esta repercusión,
el cual atravesó continentes, fue reflejado en los periódicos de la época. Medios regionales como la
Gaceta de Venezuela, la cual en su edición del lunes 31 de enero de 1831, cuando aún no había
llegado la noticia de la muerte del General, publicó un rumor difamatorio en el cual se le atribuía a
Bolívar el padecimiento de una penosa enfermedad, lo cual generó una corriente informativa en
contra de Bolívar por parte de los medios fieles a personajes adversos a la figura del General y que
tuvieron que rectificar una vez se hizo pública la carta que el general Rafael Urdaneta escribió al
general José Antonio Páez donde le narraba lo sucedido en Santa Marta.

Traslado de los restos a Venezuela

Traslado de los restos


mortales de Simón
Bolívar desde la
Catedral de Caracas
hasta el Panteón
Nacional en 1876.
Fotografía de la
colección del Museo
Bolivariano en Caracas,
Venezuela.

A los pocos meses de su


muerte la Gran
Colombia recibió unos
golpes internos, los
cuales desencadenaron
su disolución oficial en noviembre de 1831, el impacto inicial de la separación del departamento de
Venezuela y del departamento de Quito a mediados de 1830 fueron los principales detonantes para
la extinción de la confederación sudamericana, agravando terriblemente la situación interna la
muerte de Simón Bolívar. El restablecimiento de un mínimo contacto entre los integrantes del
extinto país se dio de manera lenta, siendo uno de los momentos más destacados el que tuvo lugar
en 1842 cuando el gobierno venezolano presidido por José Antonio Páez en su segundo mandato,
realizó la reclamación de los restos de Bolívar, para de esta manera dar cumplimiento a su última
voluntad.
Realizados los contactos con el gobierno colombiano, se envió al doctor José María Vargas como
líder de la comitiva para realizar el traslado de los restos a la goleta Constitución, escoltado por el
bergantín El Caracas y la fragata francesa Circe.

Una vez exhumado el cuerpo se procedió a la identificación de éste, para lo cual se contó con un
envejecido Alejandro Próspero Révérend, su médico de cabecera, quien identificó los restos del
general gracias a las marcas de sierra y los puntos de sutura hechos por él mismo en el cráneo del
cuerpo al momento de realizar la autopsia, también se contó con la presencia del dueño de la casa
donde murió Bolívar, el señor Joaquín de Mier, el general colombiano Joaquín Posada Gutiérrez,
Manuel Ujeta y el doctor Luis José Serrano.

Una vez realizados los procedimientos para asegurar la conservación y embalaje de los restos se
procedió a embarcarlo en la goleta Constitución, la cual junto a sus dos embarcaciones escolta
dejaron en medio de salvas de cañón la ciudad de Santa Marta el 21 de noviembre de 1842. A
petición de los delegados de la República de la Nueva Granada, en el lugar del sepulcro sólo quedó
el recipiente que contenía el corazón de Bolívar, guardado por el doctor Alejandro Próspero
Révérend luego de realizar la autopsia, actualmente este recipiente se encuentra desaparecido.

Honores póstumos.

Tras la muerte de Simón Bolívar las diferentes muestras de exaltación popular cobran un papel de
especial interés en la historia referente a estos acontecimientos, la creación de incontables estatuas,
obras de arte y literarias, composiciones musicales y monumentos, el nombramiento de ciudades,
calles, plazas e instituciones tanto a nivel regional como internacional demuestran el especial interés
que generó la figura del general tras su muerte.

Inmediatamente fue conocida la noticia de su deceso se dio inicio a la organización de los honores
protocolarios que exigía la ordenanza y pese a no contar con los suficientes recursos económicos
para su correcta y completa realización, se llevaron a cabo en la mayor y más justa medida de las
posibilidades. En el momento de la exposición de sus restos mortales en la capilla ardiente realizado
en la Casa de Aduanas en el centro de Santa Marta, la afluencia de una cantidad elevada de personas
de los más variados orígenes fue algo que hasta su mismo médico de cabecera, Alejandro Próspero
Révérend, junto a otros personajes que vivieron los acontecimientos habrían de registrar en sus
memorias. Tras el advenimiento de la estabilidad política de las nuevas naciones que pertenecieron
a la Gran Colombia, paradójicamente se estableció como una prioridad el enaltecimiento de la figura
de quien antaño era uno de los principales motivos de confrontaciones internas, pero qué, más
paradójicamente aún, esta prioridad fue un punto en común de elevada importancia el cual
favoreció el restablecimiento de las relaciones entre los nuevos países. Dentro de los honores
destaca el cambio de nombre de la República de Venezuela por República Bolivariana de Venezuela
mediante referéndum en 1999, a la vez que las referencias hechas al general en el Himno de
Colombia, y dentro de los honores internacionales tienen una especial relevancia las numerosas
estatuas de Bolívar, así como plazas y calles nombradas en su honor en países como Ecuador,
España, Estados Unidos, Irán, Bélgica, Egipto, Australia, Francia, Alemania, Austria, Italia, Reino
Unido, Portugal, Hungría, Canadá, Rusia, México, Guatemala, El Salvador, Cuba, Costa Rica,
Argentina, Perú y Chile.
CONCLUSIÓN

Para concluir, podemos agregar que Simón Bolívar nos ha legado un método de pensar al conectar
ética, educación y política para la vida del hombre americano actual y ¿porque no?, de cualquier
continente, dados sus planteamientos y visión a futuro, basado en el riesgo y es un ejemplo a seguir
con respecto a la política, ya que el hombre ha de distinguirse por su educación, por la fuerza de sus
costumbres y la naturaleza de sus modales.

Fue nombrado por sí mismo como el “Hombre de las dificultades”, debido a que a pesar de sufrir
importantes derrotas y reveses militares y políticos; aun así consiguió reorganizar sus fuerzas y
regresar con mayor poder y contundencia.

Este trabajo, además de esperar ser del agrado de la evaluadora, tiene como finalidad acercarnos
más hacia el ideario Bolivariano, avanzar en el estudio de las facultades históricas de nuestras raíces
libertarias, inclinarnos hacia el “saber de saberes” para así comprender y aplicar las cadenas de
valores que tenemos como personas individuales y/o profesionales, resaltar las aptitudes y
actitudes que tuvieron nuestros primeros próceres, que valga la pena cada gota de sangre
derramada por ellos por la conformación integral de nuestra patria.

Y como dijo Bolívar en su momento:

“Un ser sin estudios, es un ser incompleto…”

“La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción.”

También podría gustarte