G R A N

15TORIA
MÉXICO
ILUSTRADA

1
EL MUNDO PREHISPÁNICO

Lorenzo Ochoa
Coordinador
;:'00.1-

~ PLANETA
UCONACULTA • INAH <$
 ILOS IPIRJM\1E1R.OS IP01BILÁIDOIRJES
,
IDIE M\IEXIICO
Jaime Litvak King y Lorena Mirambell Silva
El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón descubrió el
continente que luego se llamaría América en honor del
navegante florentino al servicio de la Corona de Castilla,
América Vespucio, quien narró sus "cuatro viajes" al
uevo Mundo en una obra titulada Mlllldlls NovlIs.
Aunque la autenticidad de tales viajes ha sido cues-
tionada, la obra atrajo la atención del canónigo
de origen alemán, Martin Waldseemüller, un
apasionado de la cartografía que residía en el
convento de Saint-Oie, en la región de los vos-
gas, a cuyas manos llegó un pequeño opúscu-
lo editado en Florencia. Saint-Oie era un cen-
tro intelectual en el que, bajo el mecenazgo
del duque de Lorena, funcionaba una im-
prenta, con la cual el libro de Vespucio
fue reeditado en 1507 con una introduc-
ción de Waldseemüller, CosmograplJie introductio, en la
cual se bautiza al Nuevo Mundo con el argumento de que
"la cuarta parte del mundo que desde que América la des-
cubrió, merece llamarse América". Así surgió esta fábula,
impostura que descansa en una mentira, pues en su pro-
pio relato Vespucio se atribuye su primer viaje en
1497, esto es, cinco años después que el primero
de Colón.
Cristóbal Colón nunca supo que había
encontrado un nuevo continente pues,
como es bien sabido, sus objetivos eran
llegar a Oriente por Occidente, y se llevó
la gran sorpresa al descubrir que los habi-
tantes de las tierras encontradas no eran
las de Catay, de las Indias, ni sus costum-
bres eran las relatadas por viajeros como
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA

Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxICO

Marco Polo y sus riquezas no extremas, por lo que pensó
que había encontrado un archipiélago, una defensa exte-
rior del continente asiático, de China o de Japón, que al
parecer estaban más alejados.
Sería hasta 15 J 3 cuando Vasco úñez de Balboa des-
cubriría el mar que iba a recibir el nombre de Océano
Pacífico, inicialmente llamado Mar del Sur, cuando se tuvo
la noción de la existencia de un nuevo continente, de que
lo descubierto, tanto islas como tierra firme, no era Asia o
parte de ese continente, sino uno nuevo y desconocido.
Pero esos primeros navegantes, los descubridores y los
posteriores colonizadores, españoles y portugueses, se
enfrentaron al problema de quiénes eran los pobladores,
cómo habían llegado y por qué estaban allí.
Sobre lo relacionado con el descubrimiento del Nuevo
Mundo y sus habitantes y las polémicas entabladas existe
amplia información con distintos enfoques, tomando en
consideración que las discusiones duraron más de 300
años. Pero sobre todo les inquietaba desconocer quiénes
eran estos seres que no se encontraban registrados entre
los pasajeros del Arca de Noé, ¿eran humanos o no?
Este problema suscitó serios y profundos debates,
teológicos y jurídicos, los que tuvieron, entre otras conse-
cuencias, la concepción del derecho de gentes. Nombres
como Palacios Rubios, De Paz, Las Casas, Victoria y De
Soto, unos en pro, otros en contra, llegaron a establecer
jurídica y teológicamente que los naturales del Nuevo
Mundo eran seres humanos, aunque ante la religión ca-
tólica apostólica romana se debían tener bajo tutelaje,
y por su reciente iniciación en la verdadera religión, la
Santa Inquisición no tenía jurisdicción sobre ellos.
Establecido que los aborígenes de América son seres hu-
manos, sobrevino lógicamente otra pregunta: ¿de quién
descienden?, ¿de dónde proceden?, ¿por dónde llegaron?
ALGUNAS TEORíAS SOBRE LOS ORíGENES
DEL HOMBRE AMERICANO
Cristóbal Colón Fue sin duda el jesuita José de Acosta (1540- J 600), quien
en su obra Historia natural y moral de las Indias, publicada en
Sevilla en t 590, libro I capítulo XVI, intitulado "De qué
modo pudieron venir a las Indias los primeros hombres y
que no navegaron a propósito a estas partes", expresa en

POBLAMIENTO DEL CONTINENTE

A partir del descubrimiento
por Cristóbal Colón del
continente que recibiría el nom-
bre de América, surgieron dudas
respecto a quiénes eran esos
habitantes, de dónde y por
dónde habían venido, y otros
cuestionamientos más.
Desde los siglos xv y XVI te-
nemos diversas teorías, entre las
expuestas están las del jesuita
José de Acosta, y posteriormente
do en los estudios de AA Mendes
Correa y otros que sostienen
hasta posibles migraciones desde
África.
Por otro lado, dado que todos
los vestigios humanos encontra-
dos pertenecen a la variedad mon-
goloide de Hamo sapiens sapiens,
es lógico pensar que el hombre
americano es originario del Viejo
Mundo, de Asia concretamente.
Sin embargo, el problema de la
bien establecidos para sustentar-
la. Otros, que lo fue durante el
Wisconsin medio, entre el 65,000-
25,000 a.p., periodo durante el
cual las oscilaciones glaciares
fueron de menor importancia que
al principio y al final de ésta.
Descubrimientos efectuados en
el extremo noroccidental del con-
tinente, como Old Crow y todos
aquellos fechados entre 35,000 y
15,000 a.p. -entre los que tenemos ',- Col

las de distintos investigadores e fecha de su llegada y las rutas los de El Cedral, S.LP., y Tlapacoya,
OCÉANO
interesados en el tema, hasta lle- seguidas es algo que todavía Estado de México, al igual que otros PAcfFlCO

gar al siglo XX, cuando surgen divide a los investigadores de esta en Sudamérica, como los de San
otras, como, por ejemplo, la del etapa cultural. Raimundo Nonato, Brasil- apoyan
origen autóctono, definida por el Algunos sostienen que América esta hipótesis. Otro problema es AMÉRICA

argentino Florentino Amehgino,
un poblamiento desde Australia
y Tasmania, a través de la An-
tártida, hasta alcanzar el Cabo de
Hornos de Paul Rivet, apoya-
fue poblada hacia el inicio de la
glaciación Wisconsin, durante su
primer estadio, o sea entre 72,000-
65,000 a.p. (antes del presente), pe-
ro a esta teoría le faltan hallazgos
el de las rutas seguidas, pudién-
dose resumir en dos:
• La llegada de Asia se efectuó a
pie enjuto por Beringia.
• Alo largo de la costa del Pacífico.

2
 forma lógica la explicación más coherente para esa
época, la que sigue teniendo validez sobre el poblamien-
to. Al respecto nos dice: "por una parte sabemos de cierto
sobre el poblamiento de América que ha muchos siglos hay
hombres en e tas partes y por otra no podemos negar lo
que la Divina Escritura claramente nos enseña, de haber
procedido todos los hombres de un mismo hombre,
quedamos sin duda obligados a confesar que pasaron acá
los hombres de allá de Europa o de Asia o de África, pero
el cómo y el por qué camino vinieron, todavía lo inqui-
rimos y deseamos saber". Porque "no se trata de qué es lo
que puede hacer Dios, sino que es conforme a razón y al
orden y estilo de las ca as humanas... y que no me puedo
persuadir que hayan venido los primeros indios a este
Nuevo Mundo por navegación ordenada y hecha a
propósito, ni aún quiero conceder que los antiguos hayan
alcanzado la destreza de navegar.. pues de cosa tan
grande y tan notable no hallo rastros de toda la An-
tigüedad".
y continúa: lila razón por la que nos hallamos forzados
a decir que los hombres de las Indias fueron de Europa
o de Asia es por no contradecir a las Sagradas Es-
crituras.. de manera como los hombres, así también
para las bestias, no es necesidad buscar camino por donde
hayan pasado del Viejo al Nuevo Mundo y, es ... para
pensar que el Nuevo Orbe... no está del todo diviso y
apartado del otro orbe", yen su opinión, "... Ia una tierra
y la otra se juntan y continúan o por lo menos se aveci-
nan y allegan mucho".
Las partes que nos interesan terminan en el capítulo
XXIV: "Por qué razón no se puede averiguar bien el origen
de los indios", exponiendo que 'Tengo para mí que el
Nuevo Orbe e Indias Occidentales no ha muchos millares
que las habitan y los primeros que entraron en ellas eran
hombres salvajes y cazadores... y que... aportaron al Nuevo
Mundo por haberse perdido en su tierra o por hallarse
estrechos y necesitados de buscar nueva tierra y que ha-
llándola, comenzaron poco a poco a poblarla, no teniendo
más ley que un poco de luz natural, y esa muy oscurecida,
Marco Polo. y cuando mucho algunas costumbres que les quedaron de
su patria primera; aunque no es cosa increíble de pensar
que aunque hubiesen salido de tierras de policía y bien go-

AMERICANO
El poblamiento por Beringia fue
sencillo y la primera oleada de
inmigrantes debió ser poco nu-
EUROPA
merosa, ya que a ambos lados,
tanto en Siberia como en Alaska,
el ambiente era semejante, un
paisaje conocido que sabían ex-
plorar para subsistir. Las posibili-
dades de paso hacia el sur y al este
ÁFRICA dependían de los glaciares que
elevación posglacial del nivel
marino.
El poblamiento a partir de Asia
hecho por Beringia, a nuestro
juicio, es el más lógico. Alo largo de
la costa, aquellos primeros habi-
tantes tarde o temprano encon-
traron barreras constituidas por
los glaciares wisconsinianos y de
nuevo distintas tesis se América Vespucio.

crecían en las etapas que hemos oponen en cuanto a la

denominado estadiales y decrecían
en los interestadiales.
El poblamiento por la costa, ya que
el abatimiento del nivel marino
dejaba una banda costera más
ancha que la actual, descansa por
el momento sobre especulaciones,
pues los testimonios materiales,
si es que existen, deben estar
sumergidos a lo largo del conti-
nente, como consecuencia de la
dinámica del contacto
entre la capa glaciar Lau-
réntida y la de las mon-
tañas Rocallosas. Todas
las hipótesis descansan
sobre la existencia o
inexistencia de un corre-
dor interglaciar, que los
primeros habitantes de-
bieron seguir en su ca-
mino hacia el sur.

3
 GRAN HISTORIA
Los PRIMEROS
bernadas, se les olvidase
todo con el largo tiempo y
poco USO; pues es notorio que
aún en España y en Italia se hallan ma-
nadas de hombres que si no es el gesto y
figura, no tienen otra cosa de hombres;
así que por este cam ino vi no a
haber una barbaridad infinita en
...
el uevo Mundo".
Cada párrafo de esta obra es digno
de un comentario; todos tratan temas
importantes en relación con el conti-
nente americano, sus características,
posibles rutas de acceso, así como as-
pectos sociopolíticos y tecno-econó-
micos de los habitantes del uevo Mundo.
Lo escrito por este jesuita presenta la única posibilidad
que satisface las condiciones requeridas, la llegada por el
Estrecho de Bering, y la claridad con la que presentó sus
ideas sobre el poblamiento original de América, expre-
sando dudas y posibilidades, sigue estando vigente.
Pero es hasta el siglo XVIII cuando
se manifiesta cierto interés sobre el
origen del hombre americano,
como está patentizado en la obra de
Josef Antonio Constantini, Sobre el
origeJl de los americaJlos, publicada en
Madrid en 1788-1789.
También podemos mencionar al
jesuita mexicano Francisco Javier
C1avigero, quien en su obra abor-
dará el tema sobre el poblamiento y
aprovechará para refutar las opinio-
nes de científicos de su época que
habían atacado y menospreciado
todo lo americano¡ presentó un eru-
dito debate con base en estudios
bíblicos encuadrados en el Diluvio
Universal, la Torre de Babel y fuen-
tes semejantes, para, lamentable-
mente, no llegar a nada concreto.
El impacto del descubrimiento de
América sobre las sociedades euro-
peas fue profundo; el hecho hacía
que la definición del mundo y su
origen tuviera que ser reconsidera-
da, lo que se debía hacer sin violar
los patrones religiosos existentes
4
DE MÉxICO ILUSTRADA
POBLADO" /) DE MÉxICO
OCÉANO ÁRTICO
ASIA
que no mencionaban grupos
AI\lÉRICA humanos distintos a los del
Viejo Mundo De hecho, en
la Biblia se debía encontrar
una explicación.
Estas fueron numerosas, ya
Mar que no había fechas que vali-
d,
&ri1l9 dasen tal suceso, y así la población primigenia
debió tener distintos orígenes, todos ligados a
Cl
O
acontecimientos históricos planteados como sig-
OCÉANO PAcfFICO
ni ficativos para la sociedad de la época Así, en el
Platafonna Benng-Chukch. siglo XIX y como parte de la doctrina expresada en el Libro
Zona del estrecho de Benng del MonJlóJl, Joseph Smith asignaba a los indígenas ame-
ricanos un origen bíblico Su explicación estaba basada
Zona del estrecho de Bering.
en la historia de las diez tribus que habían constituido
el reino de Israel, en la parte del dominio de los reyes
hebreos que se había separado y que después de la muerte
de Salomón, sucumbió al ataque asirio y fue sacada de su zo-
na de habitación, sin indicarse su destino. Smith, al igual
Paleogeografía de Beringia central entre que otros anteriores a él, suponía que habían llegado a
20,000 y 14,000 años antes del presente. América donde su religión original se había perdido, aun-
que quedaban ciertos restos de ella.
Punta
Barrow Incluso para algunos, santo Tomás
Apóstol había visitado el continente
americano y su presencia había que-
dado señalada en leyendas locales
La presencia de grupos étnicos no
indígenas en América y la posibili-
dad de que fueran la población origi-
nal del continente fue tema de impor-
,,
tancia por diversas razones, algunas
hasta políticas Celtas, hebreos, grie-
I
'.~4..,q i gos, chinos, cartagineses han sido
,.~,
vistos como colonizadores.
'\
\ A mediados del siglo XIX empiezan
a consolidarse las teorías clásicas,
sobre bases científicas, acerca del
poblamiento del continente america-
no. En éstas hay dos claras tenden-
cia : una que sostenía que el hombre
americano se había originado en el
propio continente y otra que afirma-
Árcas glaciadas
ba que procedía del Viejo Mundo.
Zona del mar de Bering
• entre las isobatas 90-100 m Algunos científicos, al examinar
Lagos de la Plataforma Continental
restos óseos humanos en la región
del Río de la Plata, advirtieron rasgos
Costa actual
muy primitivos, por lo que el investi-
_ . _ - Cursos de agua
_. _. -+ Cursos de agua Interferidos o alterados gador argentino Florentino Ameghi-
no planteó la posibilidad de que el origen de la huma-
nidad había tenido lugar en la región meridional de
América del Sur De ello sólo queda un recuerdo históri-
co, pues investigaciones posteriores han demostrado la
imposibilidad de estas teorías.
Aprincipios del siglo xx aparece en la discusión sobre
el poblamiento del continente americano y la antigüedad
del mismo la figura de Ales Hrdlicka. La rigidez de este
personaje le hacía rechazar todo resto humano descu-
bierto por no tener, según él, una edad geológica consi-
derable y no presentar rasgos primitivos. En cuanto a los ar-
tefactos localizados, ya fuesen de piedra o de hueso, los
consideraba de manufactura reciente, con una antigüedad
de pocos miles de años.
La rigidez analítica es necesaria, pero las investigacio-
nes sobre este tema que habían empezado a esbozarse a
ines del siglo XIX, sufrieron un fuerte retroceso por te-
mor al Juicio crítico de éste y de algunos otros
investigadores.
Para Hrdlicka las primeras migraciones
al continente americano tenían un máxi-
mo de antigüedad de unos diez
mil años, y aceptaba que vinieron de
Asia, por el Estrecho de Beri ng, ba-
sando su teoría en el tardío pobla-
miento del extremo noreste del con-
tinente asiático. Esta posición de un
poblamiento tardío, de entre doce mil
ydiez mil años a.p. (antes del presente),
la sigue conservando un reducido grupo
de prehistoriadores de Estados Unidos,
que no aceptan un poblamiento anterior,
como se ha venido demostrando, a través de
sistemáticas excavaciones, a lo largo y ancho del
continente.
De esta misma época y debido al descubrimiento de
cráneos humanos en los sal1lbaquis del Brasil, cuyos ras-
gos osteológicos son de carácter australoide, el portugués
AA Mendes Correa expone la hipótesis de un pobla-
miento por grupos humanos procedentes de Australia.
Desde un principio esta teoría presentó puntos débiles, a
los que se añade un simple razonamiento lógico y basta
verun mapamundi, ya que un viaje así sólo podía efectuar-
se durante una glaciación, una época en la que el nivel
de los mares hubiese descendido aproximadamente unos
cuatro mil metros, lo que nunca sucedió. Por qué ir a zo-
nas desconocidas, alejadas y extremadamente frías como
lo es la Antártida, continente que ocupa el mismo lugar
Margen hipotético del máximo
de la glaciación Wisconsin, en la costa
noroesre de orreamérica (según Fladmark).
Ruta hipotética del poblamiento del
continente americano de Tasmania
a lIerra del Fuego.
desde el Mioceno, y desde en-
tonces es un gigantesco congela-
dor que envía frío a su periferia por
la atmósfera y por el Océano Pacífico
a zonas tan alejadas como la península
de Kamchatka. Asimismo, por el Océa-
no Atlántico, las corrientes frías llegan
hasta la latitud de Río de )aneiro, don-
de se encuentran las provenientes de
Croenlandia
Por otro lado, ni australianos, ni tasma-
nianos pueden ser considerados expertos na-
vegantes para recorrer largas distancias, a
través de una zona de tempestades, con un clima
cada vez más frío, para después caminar sobre terri-
torio congelado, desprovistos de vegetación leñosa,
sin posibilidades para encender fogatas y una fauna
compuesta sólo de pájaros, mamíferos marinos y
peces, para continuar hacia el norte y llegar a
la Patagonia. Estimamos que para sustentar
hipótesis como ésta no hay que olvidar el
nivel tecnológico de los grupos que,
supuestamente, pudieron llevar a cabo
esta larga travesía a lo desconocido y
tener en cuenta las fechas en las que
se efectuó el poblamiento de Austra-
lia y Tasmania y las existentes al mo-
mento, en el extremo sur del continen-
te y las de otros lugares más al norte.
También se ha expresado una teoría de
un posible poblamiento desde Melanesia.
Años más tarde, con base en estudios com-
parativos entre las lenguas australianas y las
de la Tierra del Fuego, y por la presencia de algunos
elementos de cultura material típicamente americanos,
en la zona de Polinesia, el antropólogo francés Paul Rivet
postula nuevamente la teoría de un origen australiano y
melanopolinesio del hombre americano. Sus conoci-
mientos sobre la etnografía australiana le hacían advertir
las dificultades de un contacto por navegación, quedan-
do sólo un movimiento por la Antártida que fijaba en un
óptimo posglacial, cuando las tierras por las que debieron
transitar presentaban condiciones de habitabilidad y el
mar no alcanzaba los niveles actuales.
Esta teoría fue impugnada por distintos investigadores,
entre ellos Pablo Martínez del Río, quien, hacia el año de
la primera edición de la obra de Rivet, ya había publica-
do su estudio sobre Orígmes del hombre americano. No
s
 4
. .
G_R_A_N_H_I.;..S_TO.::....-R_I

Los PRIMEROS
A~D:. . :. E
POBLADORES
_M....;..;É__X__I__
C__

DE MÉxICO
A~
o----:.I__L__U__S_T__R.;..A__D__ _

obstante las bien fundamentadas críticas, la obra de Rivet
ha tenido amplia difusión desde su primera publicación
en 1943, que a los pocos meses fue traducida y publica-
da en español. En 1957 apareció una segunda edición revi-
sada por el autor, misma que en 1960 se publicó en espa-
ñol. No negamos la importancia de la obra de Paul Rivet,
pero sus teorías no pudieron demostrarse.
Sin duda, una de las obras mejor fundamentadas sobre
el tema es la de Pablo Martínez del Río (1936), estudio
amplio para su época, pero desalentador Descubrimien-
tos recientes en Brasil (Toca do Boqueirao da Pedra
--- Furada) con fechamientos muy antiguos han revivido
....-- , la vieja hipótesis del antropólogo Van Wuthenau:,
la
\ hipótesis acerca de que habitantes de Africa
\... habían llegado a América, ya que
...------....(' algunos rasgos en esculturas
'"\
,,
........ ,
\ ..... _-
l'
...
I.._J
ASIA
Extensiones territoriales cuando el sido interpretados como la evidencia de que una pobla-
mar descendió a menos de 90 metros. ción africana muy antigua había tenido una función civi-
lizadora en América.
Los africanos nunca se han distinguido como buenos
navegantes e ignoramos sus conocimientos tecnológicos
al respecto en fechas tan remotas.
Teóricamente, una arribada forzosa, accidental fue po-
sible y el punto de partida pudo haber sido el Golfo de
Guinea, donde se inicia la corriente de Benguela de direc-
ción sur-norte, que gira al oeste y se prolonga parcial-
Beringia en el Pleistoceno superior. mente como corriente ecuatorial del sur y más al norte la
corriente de las islas Canarias, y aún más al norte la co-
rriente ecuatorial norte. La primera aproximación se tiene
al noreste de América del Sur, la segunda por la costa ca-
ribe sudamericana, alcanzando las Pequeñas Antillas y la
tercera llega a las Grandes Antillas.
Existen otras teorías, como la del investigador R.F.
y figuri lIas han
Greenman, que sugieren la llegada de grupos del Paleolí-
OCÉANO
tico superior europeo, concretamente magdalenienses
ÁRTICO
(+ 18,000-11,000 ap) a las costas de América del Norte.
Habrían navegado en kayaks, quizá en umiaks y hasta en
icebergs. Esta teoría se basó en la comparación de ele-
AMÉRICA mentos artísticos que se encuentran principalmente en
Alaska
Estados Unidos.
A pesar de los años transcurridos entre las distintas
teorías expuestas, podemos constatar que una de las me-
jor fundamentadas, la más lógica y factible la presentó Jo-
sé de Acosta a fines del siglo XVI.
En la actualidad son numerosos los investigadores que
están llevando a cabo estudios, y los hallazgos de restos
de actividad humana a lo largo y ancho del continente
indican una curiosa distribución, junto con gran pobreza
y una cronología disímbola, aunque de gran valor cientí-
fico en diversos campos, pues no hay que olvidar que las
 Alaska

CANADÁ

Límite de los hielos en el noroeste de

Norteamérica, en el máximo estadial
Woodfordiense (según Rutter).

Columbia
Británica

_ . _ Límites nacionales

- - - Límites de provincias

Borde de casquete lauréntido

Borde del hielo cordillerano

El Pleistoceno se caracterizó por las - - Cursos de agua y lagos

glaciaciones edicine Hat
• Población

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

investigaciones en yacimientos prehistóricos requieren
de equipos interdisciplinarios, por ejemplo, especialistas
en palinología, paleozoología, sedimentología, geomor-
fología y geología del Cuaternario en fechamiento, entre
muchos más.
El paso por el Estrecho de Bering
Con la información disponible se puede precisar la forma
y fecha del paso de Asia a América, de aquellos primeros
colonizadores que llegaron a ocupar los nuevos territo-
rios, semejantes a los que dejaban atrás. Pero anali-
cernas este paso, que por el Estrecho de Bering es
relativamente fácil¡ puesto que la distancia entre
Cabo Dezhnev, el extremo más oriental de la penín-
sula de Chukotka, Siberia y el Cabo Príncipe de
Cales, la punta más occidental de la península
de Seward, Alaska, es de sólo 90 kilómetros.
Hacia la parte media de este trecho emergen
unas islas, dos de las cuales, la Gran y la Pequeña
Diómedes, son buenos paraderos y ahí el mar ape-
nas alcanza unos cuarenta metros de profundidad.
En el Estrecho de Bering la cubierta de hielo inver-
nal dura de noviembre a junio, aunque su mayor
grosor lo tiene de noviembre a marzo, por lo que
la travesía a pie enjuto no resulta imposible,
aunque con riesgos. En los meses sin hielo la tra-
vesía por agua es imposible si no se dispone de un
medio de navegación de cierta categoría, ya que
durante esos meses corre hacia el sur una corriente
marina y por la costa de Alaska otra hacia el norte.
Aunque las condiciones de navegación
I J I (desde 125,000 a.p.
son factibles, no debemos olvidar el nivel ·100 ·75 ·50 ·25 o
cultural y tecnológico de la gente que la Metros bajo el nivel del mar
realizó.
Geológicamente tene-
mos que el tiempo transcurrido está dividido en unidades
y nos encontramos en el Holoceno, cuya antigüedad es
de diez mil años. Anterior a éste, el Pleistoceno, de una
duración aproximada de tres millones de años, se carac-
teriza por glaciaciones, o sea que en las altas latitudes del
planeta y en las montañas de latitudes medias y bajas se
desarrollaron grandes casquetes de hielo. Durante esas
Oscilaciones del nivel del mar de Bering glaciaciones ocurrieron avances y retrocesos de los hie-
durante la glaciación Wisconsin. los, esto es, entre glaciación y glaciación hubo periodos
con mejorías climáticas. En América hubo cuatro conoci-
Glaciaciones Años a.p.
Nivel actual de Alaska das, presentadas cronológicamente: Nebraska, con un
o
periodo de deglaciación, el Aftoniense¡ Kansas, a la que
Estadial
siguió una mejoría climática, el Yarmutiense¡ IIlinois, con
Valderense 10,000 la mejoría climática conocida como Sangamón, y final-
mente la cuarta y última, Wisconsin. La cronología de
Estadial
A Woodfordiense
estos movimientos de hielo es algo insegura, excepto
¡
20,000
a
I para la última, la que más nos interesa, ya que durante su
y Interestadial transcurso llegó el hombre al continente americano.
A Fanndaliense
'r 30,000 Hace unos cien mil años estaba en su apogeo el inter-
r
c
1
glacial Sangamón, pero de 90,000 a 70,000 vino un
a
c fuerte enfriamiento que terminó con el establecimiento
o 40,000
n
e de un largo estadio glacial, el Altoniense, que duró hasta
c
t
32,000, aunque su intensidad en cuanto a la cubierta de
~
Estadia!
Altoniense
50,000 hielo generada no fue grande. Luego, entre 32,000 y
23,000, siguió un estadio interglacial de gran intensidad,
el Farmdaliense, que cubrió mayores extensiones territo-
60,000
riales. Siguió el Woodfordiense, entre 23,000 y 12,500, a
continuación el interglacial Two Creeks, del que algunos
70,000
investigadores dudan por ser muy localizado y de corta tem-
Interglaciar
Sangamón poralidad (12,500 a 11,000) Seguidamente el subestadio
glacial Valderense, de 11,000 a 7,000, todos a.p. Después
sólo se tienen pequeños avances y retrocesos de hielo,
a.p.= antes del presente que marcan un retroceso continuo hasta nuestros días. El

7
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA

Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉXICO

.......
OCÉANO sen orillado a uno o varios grupos a una periferia igual-
.....
ÁRTICO mente inhóspita.
Río Kolyma Isla Wrangel
El territorio factible de explotación durante una
ASIA
glaciación mayor se reducía. La orografía del sureste
siberiano hacía que las cadenas montañosas Cydan Koli-
ma y Oryak del sur, unidas a sistemas montañosos meno-
res, se cubrieran de hielo, al igual que las de Yukaghersk y
Anadir, aislando el noreste siberiano más extremo, pues
esa reducción se compensaba con el territorio que dejaba
libre el descenso de los niveles del mar
Isla En el otro extremo del puente, en Alaska, la cadena
~San
Mateo Golfo de montañosa de Brooks, hacia el norte, y el sistema mon-
\) \1 Mar de Berillg Alaska tañoso del Pacífico sur también se cubrirán de hielo en el
extremo este, y la cabecera del río Yukón se unía a la
punta noroeste del continente americano. Durante el
Altoniense
° ° Islas Aleutianas máximo avance de una glaciación es imposible que seres
°0 000
fue de menor <:::,0 ooo0c:?ooo - Costa actual humanos puedan desplazarse a zonas con mejores climas.
intensidad que el que Costa en 18,000 a.p.
Respecto al posible paso, hay otras teorías. Algunos
Ríos actuales
le sucedió, el Woodfordiense. investigadores sostienen que el hombre pudo desplazarse
Glaciares en 18,000 a.p.
Como ya lo señalamos, el fondo del Estrecho de al sur por la costa, ahora sumergida, entonces expuesta
Lagos
Bering es de unos cuarenta metros. Yhay pruebas de que por el descenso del nivel del mar Esto es prácticamente
Ríos inferidos seguros
cuando el nivel del mar descendió alrededor de cincuen- Ríos inferidos posibles imposible, por la presencia de un tipo de glaciar carac-
ta metros, ambos continentes -Asia y América'- quedaron terístico de esta zona, el Malaspina, que es producto de
unidos por una llanura en la que sobresalían unas mon- Beringia durante el Woodfordiense, 18,000 una alta pluviosidad en la región, por lo que en las mon-
tañas, las islas Diómedes Cuando el mar alcanzó su nivel a.p. (según Lorenzo y Plumer). tañas abundan inmensos glaciares que se expanden por la
más bajo, entre 100 Y 110 metros, afloró una masa te- llanura costera en forma de abanicos.
rrestre de más de mil kilómetros, conocida como Beringia Así, los valles que descienden a la
Con esto se advierte que no hubo tantas dificultades costa presentan gigantescos glacia-
para cruzar a pie; los habitantes del extremo noreste de res, los que se anas-
Siberia eran gente habituada a vivir en condiciones árti-
cas, existentes en ambos lados. Así, el desplazamiento de
grupos de cazadores-recolectores dentro del hábitat
que explotaban, al que estaban acostumbrados y del que
Los habitantes del
obtenían los recursos para subsistir, fue normal; es extremo noreste de
imposible pensar en presiones demográficas que hubie- 5iberia eran gente
habituada a vivir en
condiciones árticas,
existentes en ambos
lados.

OCÉANO
ATlÁNTICO
Golfod,
Extensión del casquete glacial Mixico
lauréntido y de los glaciales
cordilleranos durante la glaciación
Wisconsin (Woodfordicnse),
según José Luis Lorenzo

8

tomosaban, dando origen a
un borde de hielo casi continuo
desde las montañas has-
ta el mar, por lo
que el paso de seres
humanos por la zona resulta difícil. Este borde de
hielo iba prácticamente desde Alaska hasta la altura
de Portland, en Oregón
También se ha considerado la existencia de un
corredor entre el casquete lauréntido y los glacia-
res que descendían de las Rocallosas por su flanco
oriental, ya que, al parecer, en algunos lugares la
cubierta de hielo no fue total, pero no existen pruebas
fehacientes de que dicho corredor existiera en toda su
longitud. Entre cada una de las zonas sin cubierta de hie-
lo, la posibilidad para sobrevivir era difícil, pues estaban
ocupadas por lagos formados por las aguas de deshielo OCÉANO
que fluían al frente de los glaciares.
El poblamiento del continente americano se llevó a
cabo dentro de una dimensión espacial y un tiempo de-
terminados, por lo que es necesario entender el m€dio en
el que esto sucedió, cuyo aprovechamiento fue el modo
para solucionar la sobrevivencia de aquellos primeros
pobladores Los medios de que se valieron para manufac-
turar artefactos para mejorar y suplir sus pobres capaci-
dades físicas, inicialmente en forma elemental, fueron
cada vez más elaborados, produciendo aquello una carac-
terística humana: la civilización. Este no fue un proceso
continuo de acumulación, ni un progreso permanente,
sino que hubo cambios, avances y retrocesos.
En las etapas culturales que nos ocupan, uno de los ele-
mentos más significativos y
,, , fundamentales
,
,
Ala~ka
,,
I
, américa. Esta gran extensión territorial hace que América
-<..
,,
/ ·l)n,'Ofl
, Terntorlos del Noroeste
,
I
,,
ColumbIa
Brnánlca
-Ilordeddh,do
Rí~aCluale~
• L;agO'lK1Uill«
_ _ _ _ ESTADOSUN100SDEAJ\ltRICA
• hacia 60,000-50,000 a.p.
fue sin duda el clima.
Así, veremos brevemente
el escenario en que se
movieron esos pri-
meros pobladores, tenien-
do en consideración que el continente ame-
ricano muestra diferencias respecto a los ya
existentes, siendo la más importante su disposición
en un eje norte-sur que va desde el paralelo 38° de
latitud norte en el Cabo Columbia, Tierra de Crut, Isla
Ellesmere hasta el 56° de latitud sur, el Cabo de Hornos,
OCÉANO sin interrupciones por unos 16,000 kilómetros, disposi-
• 33,000 a.p. ATLÁNTICO ción que conlleva a que una parte quede a una distancia
• de poco más de 10° del Círculo Polar Ártico.
• 21,000 a.p.
Esta distribución de las masas terrestres merece espe-
cial atención, pues existen dos bloques, uno en el hemis-
• 16,000 a.p. ferio norte y otro en el sur, dos subcontinentes unidos
PAcfFfCO por una zona istmeña, conocida como Centro-
américa. Como entidad geográfica inde-
·IB,OOOa.p. pendiente, pero con nexos tectónicos y
estructurales con Centro y Sudamérica
Septentrional, están las islas que forman el
a. p. = afias antes
del presente cierre del Colfo de México y el Mar Caribe
respecto al Océano Atlántico, las Antillas
• I 1,000 a.p. Mayores y Menores.
Poblamiento del
En la geografía del continente algo que resulta
continente americano. impresionante es la cadena de montañas, que con distin-
tos nombres va prácticamente de norte a sur. Las dos
grandes masas continentales, Norteamérica y Sudamé-
• 11 ,000 a.p. nca,
. presentan II anuras que se ext1en
. den d e asi '
estn-
·_9,500 a. p.
baciones bajas de esta gran cadena montañosa con
rumbo al este y que se unen en el Istmo de Tehuantepec,
hasta el de Panamá, por una serie de sierras y serranías en
las cuales se sitúan el sureste de México y toda Centro-
CANADÁ
presente climas diversos, desde los tropicales lluviosos,
los secos y templados, hasta los boreales carentes de vege-
tación arbórea, lo que conlleva a la gran variedad f1orísti-
ca y faunística existente a través de los tiempos.
¿Cuándo se dio el paso por Bering?
Tomando en consideración las fechas de los hallazgos
más antiguos, vemos que el paso no pudo efectuarse
durante el Woodfordiense (23,000-12,000 a.p.), pues
Límite de los hielos en el noroeste de desde épocas anteriores ya hay grupos humanos en
América durante el máximo del estadial
Norteamérica, en México y en Sudamérica. Queda sólo
Woodfordiense (según Rutter)
la posibilidad de que el paso se efectuase entre 70,000 y
23,000, desde los inicios del Altoniense hasta el
_
9
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO
Los PRIMEROS POBLADORES DE
Woodfordiense.
Ahora bien, era
gente acostumbra-
da a vivir en condi-
ciones árticas, que
tenía la capacidad
de explotar su lugar de
origen, el extremo nores-
te de Siberia, el territorio emergi-
do de Beringia o la Cuenca del Yukón en
Alaska, territorios que presentaban las mismas
condiciones, por los que podrían deambular. Al penetrar
más al sur, todo iba cambiando paulatinamente, territo-
rio, clima, flora, fauna, por lo tanto desconocidos, a cuyo
aprovechamiento tuvieron que adaptarse, y como siem-
pre sucede, pasan años, siglos, milenios, pues no hay que
olvidar que los movimientos de grupos de cazadores-
recolectores son siempre lentos, sobre todo si merodean
por una zona con abundantes recursos explotables y estos
grupos, ante los nuevos territorios, no tenían por qué ini-
ciar largos recorridos, sino hasta después de agotar los de
la zona, por lo que el desplazamiento hasta el extremo sur
del continente llevó milenios. Los movimientos de oeste
a este, a lo largo de la franja subártica, no tuvieron cam-
bios mayores en el patrón cultural; el medio era seme-
jante al que estaban habituados. Se trató de una penetra-
ción lenta pero continua hacia el sur, transgrediendo
diversos eco istemas junto con el aprendizaje para
explotarlos, pues el movimiento humano en espacio y
tiempo se unía a un factor considerado normativo, el
cambio climático y la adaptación al mismo, junto con la
modificación de técnicas para la adquisición de bienes.
o sólo fue el natural cambio climático unido al
desplazamiento hacia el sur, primero hacia la zo-
na de mesoclimas, luego la tropical hasta lle-
gar a la ecuatorial y continuando hacia el
sur, en sentido contrario, sino los acon-
tecimientos registrados, aquellos que
durante esos milenios se sucedieron, Lago Boí""/
cambios climáticos mayores y paralela-
mente alteraciones geográficas de
importancia.
Sin duda, los primeros coloniza-
dores del continente americano pro-
cedían del noreste asiático, pero en el
transcurso de milenios y alejados de la
zona de origen, pasaron por muchos y sus-
tantivos cambios, logrando en cierta forma
10
ILUSTRADA
MÉxICO
Corrient
e ecuatorial del norte
Corriente de
Canarias
Corrientes marinas en el Golfo de México.
un desarrollo independiente, lo que está demostrado a lo
largo y ancho del continente.
En la caracterización de las primeras culturas, loca-
lizadas en Norteamérica, aquellas que tienen como base
una "industria lítica", sin dejar de reconocer que también
fueron usadas otras materias primas, ha participado un
criterio tipológico, basado en las puntas de proyectil,
Paleogeografía del Ártico entre 20,000
y 14,000 años antes del presente desconociendo otros tipos de artefactos, aquellos simple-
(según Hopkins). mente funcionales.
Áreas no glaciadas Para Norteamérica se tienen pruebas fehacientes de
Hielo permanente
ocupación en numerosos sitios, aunque sólo citaremos
algunos con sus correspondientes fechamientos en años
Áreas glaciadas
ante~ del presente Trail Creek, en Alaska, 13,000 y
Hielo estacional
15,300; en las planicies de üld Crow, Yukón, 29,000
y 25,750; en las Cuevas Blue Fish, Yukón, en la 1/,15,500.
En Canadá, en Taber, 40,000; en Sheguiandah,
30,000. En Estados Unidos: American Falls, Ida-
ho, más de 40,000; en Santa Rosa, California,
más de 37,000, y cuatro fechas de más de
40,000; Meadowcroft, Pennsylvania,
19,650.
En México: Laguna Chapala, Baja
California orte, 14,650í El Cedral,
San Luis Potosí, 33,000; Tlapacoya,
Estado de México, 22,000; Caula-
pan, Puebla, 21,850. En Centroamé-
rica: Nicaragua, en El Bosque, más de
32,000
En Sudamérica: Venezuela, Taima-
Taima, 16,000, y Muaco, 14,000; en Co-
lombia, El Abra, 12,400. En Perú: Cueva de
 hizo necesario establecer un sistema que permitiese,
Pintura rupestre en manejando conceptos básicos y sencillos, incorporar
Baja California.
toda esta larga etapa en un proceso evolutivo, junto con
los aspectos climáticos, que se modifican según las
regiones y los aspectos geográficos.

Guitarrero, 12,560¡ Cueva de Pikimachay, 14,150; Cueva
Huarco, 13,460. En Brasil Alice Boer, 12,350¡ Pedra
Furada, más de 35,000¡ Arroyo dos Fósseis, 12,350; Do
Meio, 12,200; en Chile, Tagua-Tagua, 11,380, y en
Argentina Los Toldos, 12,600.
Todos estos yacimientos deniegan la postura de al-
gunos investigadores que consideran que el poblamiento
se efectuó hace 12,000-11,500 años.
En esta lista hay unos yacimientos más débiles que
otros, pero es interesante el modo en el que de norte a sur
se ordenan cronológicamente las fechas, las más antiguas
al norte, las más recientes al sur, y si bien es cierto que en
Alaska las hay más recientes, recordemos cuál era la
PERIODIZACIONES
DEL DESARROLLO CULTURAL
En casos como el que nos ocupa es importante establecer
sistemas de periodización, arbitrarios como éstos, pero
que dan la situación temporal y espacial de estadios cultu-
rales que en este caso llegan a abarcar milenios y amplios
territorios.
Se han establecido varias periodizaciones -con las que
se ha pretendido sistematizar el proceso del desarrollo
cultural de la sociedad en una región o área- y también
una metodología, según los elementos que se 'empleen
para establecerla y el valor jerárquico
que se les atribuya
Raedera empleada
durante el Arqueolítico.

situación ecológica en el área. Todas estas fechas nos

plantean la pregunta: ¿cuándo se realizó la llegada a
través de Bering y quiénes eran estos primeros poblado-
res? Nos aventuramos a decir que, debido a las condi-
ciones ecológicas, fue entre 70,000 y 65,000 a.p.¡ tam-
bién algo más tarde, hacia 50,000 y 45,000. Estudios de
ADN sobre estas migraciones, ya que fueron varias, lo
están demostrando con claridad.
Con las pruebas del temprano poblamiento del conti-
nente americano, pasemos a ver la forma en la que a
través de milenios pudieron sobrevivir, aprovechando los OCÉANO
recursos locales, mientras se iban adentrando en el conti- Límites actuales PAcIFICO

nente, adaptándose y modificando sus sistemas de

Sitios con las fechas de ocupación más antiguas
explotación, para conseguir mejores resultados, evolucio-
1 Trail Creek (Alaska), E.UA
nando culturalmente mediante el lento proceso de acu- 2 Old Crow Flats, Canadá
3 Blue Fish, Canadá
mulación de conocimientos, patentizado en los restos de 4 Taber, Canadá
cultura material. 5 Sheguiandah, Canadá
6 American Falls, E.U.A.
Esta etapa, conocida cOmo de cazadores-recolectores, 7 Wilson Butte, E.U.A.
8 Selby-Dutton, E.UA
que incluía la pesca y la recolección de mariscos, fue 9 Lamb Springs, E.U.A
10 Meadowcroft, E.U.A.
larga y para su estudio fue necesario establecer un sistema 11 Shriver, E.UA
12 Coopertowll, E.U.A.
de periodización, manejando conceptos sencillos, en 13 Isla Santa Rosa, E.UA
forma integrada orgánicamente, dentro de un proceso 14 Laguna Chapala, México
15 El Cedral, México
evolutivo, que se denomina etapa lítica. Los resultados de 16 Zacoa1co-Chapala, México
17 Tlapacoya, México
este proceso están patentes en los artefactos que, como 18 CaulaiJan, México
19 Loltún, México
restos de cultura material, nos han llegado. Por ello se
20 Teopisca-Aguacatenango, México
21 Río Pasión, Guatemala
22 Richmond Hill, Belice
23 El Bosque, Nicaragua
24 Turrialba, Costa Rica
25 Taima-Taima, Venezuela
26 Muaco, Venezuela
27 El Abra, Colombia
28 Guitarrero, Perú
29 Huargo, Perú
30 Pikimachay, Perú
31 Toca do Boqueirao da Pedra Furada, Brasil
32 Quereo, Chile
33 Alice Boer, Brasil
34 Arroyo dos Fósseis, Brasil
35 Tagua- Tagua, Chile
36 Monte Verde, Chile
37 Los Toldos, Argentina
38 Las Buitreras, Argentina

11
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA
Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxICO

Una de las primeras fue la definida por Ales Hrdlicka

José Luis Lorenzo
estableció una
periodización basada
en los conocimientos
y materiales existentes
en México.
Punta empleada 10,000 años
antes del presente.
como del "Hombre temprano", refiriéndose a una presen-
cia humana, no probada, aunque de acuerdo con su crite-
rio los hallazgos no eran muy antiguos y esta expresión,
que fue aplicada sólo a restos óseos humanos, ha queda-
do como un calificativo general en la literatura en inglés
para la etapa cultural más antigua.
También se han acuñado términos como "paleoindio" y
después el de "neoindio" y hasta "mesoindio", mismos que
estimamos indeseables, y tal vez sólo pueda darse validez
al de "paleoindio" para referirse acazadores de fauna extin-
ta, para aquellos grupos que ocuparon el oeste de Estados
Unidos hará unos seis mil años. Los de "mesoindio" y
"neoindio" son innecesarios.
Tendrían que transcurrir décadas para que Willey y
Phillips dieran a conocer en 1955 una periodización en la
que es posible ver un proceso de cambio cultural a través
de los años A la etapa más temprana desarrollada en
orteamérica la denominaron "Lítico temprano", que
abarca dos categorías mayores de tecnología lítica:
• Industrias de lasca y núcleo, sin especificación alguna,
talla básica por percusión, única técnica empleada
• Industrias con técnicas más desarrolladas de "navaja" y
talla de puntas lanceoladas especializadas, con acanaladu-
ra o sin ella.
Los autores citados, en obra posterior (1958), sólo se
quedan con "Etapa lítica", e indican que cuando existiesen
más evidencias se podrían establecer diferenciaciones,
presentando un subsecuente nivel superior al que lla-
maron "Etapa arcaica"; si se encuentran dificultades para
darle una situación espacial se deberá indicar que, con
base en algunos autores, ésta debería dividirse en "inferi-
or" y "superior" Definen en forma general la "Etapa
arcaica" como un estado en el que perduran las culturas
nómadas de cazadores-recolectores, pero en una fase
climática semejante a la actual, por la extinción de la
megafauna. La cacería es de animales de tamaño menor y
es factible que se haya ampliado el número de especies
aprovechadas. Existe, al parecer, un aumento en la
recolección, lo que se deduce por el incremento de arte-
factos de piedra útiles para la preparación de alimentos
vegetales silvestres. Aparecen instrumentos de piedra
pulida aptos para el trabajo de la madera. Los morteros de
piedra son precursores de piezas de cerámica posteriores.
Krieger, considerando los antecedentes, publica un
artículo en el que replantea y analiza el problema,
enfocándolo a todo el continente americano y anexa el
arcaico a la etapa lítica, redefiniendo a este último, y se-
Mar de Bering
0°
ñala que además de los instrumentos de
molienda, debe considerarse la diversidad
de puntas de proyectil como elementos "tipo".
6 El límite inferior debe situarse, para hallazgos
no asociados con fauna pleistocénica y el supe-
rior, justo al momento del surgimiento de la cerámica.
Esto hizo que la etapa lítica perdurase en muchos lugares
hasta casi el siglo XIX.
Aiíos más tarde, José Luis Lorenzo estableció una pe-
riodización basada en los conocimientos y materiales
existentes en México y que son claro reflejo de lo suce-
dido en nuestro territorio en aquellas remotas fechas.
El criterio fundamental empleado fue el tecnológico,
ya que con base en él se podrían hacer inferencias econó-
micas, pues, en general, los sitios excavados y los mate-
riales recuperados atestiguan la vida económica, aunque
los aspectos sociopolíticos son imperceptibles. La crono-
logía presentaba dificultades, sólo se disponía de escasas
fechas, los materiales asociados eran pocos y los estudios
dignos de confianza aún menos. Esto obligó a que la pe-
riodización establecida tuviese gran Aexibilidad, para
poder incorporar futuros hallazgos, partiendo del princi-
pio de que lo encontrado en México no tenía el mismo
encuadre cronológico que lo de Norteamérica, por don-
de habían pasado previamente los primeros habitantes,
pero que en ese largo periplo los cambios y las adap-
taciones a los nuevos climas, floras y faunas eran lógicos
Esta etapa lítica internamente fue dividida en hori-
zontes, los que tenían como elemental diferencia las téc-
nicas de manufactura de los materiales líticos, con sus
resultantes económicas y sociales. La nomenclatura de
éstos fue producto de un proceso selectivo, con base en
aquellos que entre sí tuviesen un denominador común
¡iibas y un calificativo que señalase el grado de diferen-
cias. Así, al más antiguo se le denominó Arqueolítico, al
siguiente Cenolítico y al último Protoneolítico.
La propuesta de Nelken-Terner y MacNeish
Una periodización más reciente se debe a Nelken-Terner
y MacNeish, aunque consideramos que la terminología
lítica empleada es confusa.
La divide en fases: la primera, caracterizada por la pre-
sencia de artefactos líticos grandes (percutores sobre
lasca), para llegar a los de lascas percusionadas en los que

12
 el bifacialismo se debe al uso y/o a una preparación pre-
via, así como la presencia de artefactos monofaciales de
talla grande, con bordes cortantes y perfil cóncavo y con-
vexo. Las lascas delgadas son escasas, lo cual elimina la
posibilidad de cualquier tipo de puntas de proyectil. Por
el contexto en que estos materiales han sido localizados
es posible asociarlos con actividades de destazamiento de
cacería y preparación de pieles, lo que indica poca espe-
OCÉANO
cialización en el modo de subsistencia, al igual que en las
ATLÁNTTCO
técnicas de estos primeros habitantes del continente. La
cronología de esta fase para Norteamérica es de 70,000 a
40,000 ap, y para Sudamérica de más de 20,000 a.p.
OCÉANO
Consideran que los artefactos más comunes son tajaderas
PACfFTCO
bifaciales y tajadores grandes, posibles hachas unifaciales
de lado cóncavo y lascas retocadas.
La segunda fase está caracterizada por la presencia de
piezas unifaciales, retocadas por percusión controlada y Artefacto denticulado usado
presión, aunque persisten los toscos artefactos de la ante- durante el Arqueolítico

rior. Estiman que las piezas unifaciales pueden estar aso-

ciadas con la manufactura de artefactos de hueso, pre-
Rutas de los pobladores
del continente americano.
sente en número reducido. Algunas puntas de proyectil
de hueso y lascas del mismo material podrían indicar una

"~
ebido a la ca"~~ ~
D rencia de un cri-
terio uniforme en la definición de
artefactos líticos, es difícil conservar
las nomenclaturas empleadas por los
distintos autores. Hay gran hetero-
geneidad, y a fin de clarificar la si-
tuación, estimamos -para hablar
de los primeros habitantes del ac-
tual territorio mexicano- adoptar la
establecida por José Luis Lorenzo,
aquella creada con base en hori-
zontes y hacer frecuente referencia
ala tecnología lítica. Por lo tanto, se
requiere presentar elementos míni-
mos para familiarizar al lector con
los procesos de talla de la piedra, así
como de la materia prima usada
preferentemente (ya que reúne las
propiedades adecuadas) Sabemos
que desde etapas tempranas hubo
un criterio selectivo, a través de
TECNOLOGÍA LÍTICA
pruebas, y con aciertos y errores se
obtuvo un conocimiento preciso
sobre las materias primas. Así, hubo
una clara predilección por rocas de
cierta dureza y fractura concoidea
para algunos artefactos y las cohe-
rentes, resistentes al impacto para
otros. No siempre fueron accesibles
ciertas materias primas, lo que llevó
al hombre a emplear las que había
en su entorno, aunque los artefac-
tos llegasen a resultar de menor
calidad.
Las técnicas empleadas en la
etapa lítica son, fundamentalmente,
cuatro: pertusión, presión, corte y
desgaste.
No hay reglas específicas para la
elaboración de un artefacto y las
variantes del proceso de talla depen-
den de] nivel tecnológico alcanzado
por e] grupo cuyos restos se están
analizando. Las materias primas más
usuales fueron: pedernal, obsidiana,
riolita, dacita, cuarcita, basalto yal-
gunas más.
Tuvieron que transcurrir milenios
para advertir una clara evolución tec-
nológica, concretamente para llegar
al corte y el desgaste, acciones tras-
cendentales para el progreso de la
humanidad.
La herramienta que se emplea
para el corte debe tener una dureza
mayor o semejante a la del material
que se va a cortar.
Las herramientas empleadas para
cortes lineales por desgaste fueron:
tiras de bambú, cordeles de fibras
vegetales y tiras de metal (cobre) en
etapas más recientes, junto con
abrasivos (arenas de cuarzo), siendo
éstos los que realizan el trabajo al
ser puestos en movimiento por las
herramientas mencionadas, además
de agua.
Para un corte puntiforme se uti-
]izaron perforadores sólidos puestos
en movimiento con una o ambas
manos, rodándolos entre las palmas
sostenidos con el puño, o emplean-
do cuerdas o correas enrolladas que
giran cuando son jaladas, y hasta un
arco, si la cuerda es enlazada a una
varilla.
Los cortes circulares y semicircu-
lares por desgaste se lograron usan-
do herramientas tubulares, como
huesos largos de aves silicificados,
tubos de cobre, etcétera. Otra técni-
ca empleada para la manufactura de
artefactos líticos, los conocidos
comúnmente como pulidos, es el
desgaste, proceso que tiene tres
modos básicos: abrasión, pulido y
bruñido.

13
 • .
. .
" __ - =G~R. :. :A. :. :N . :. .- :. H~I.: S. :. :T.: O. :. :R. :. :I. :. :A- =-D.: E~M É:. :.X :. I. :C. :o . . . :I. :L. :U. :S. :. :T. :. :R~A. :. :D~A. :.-
Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxICO
___

Artefactos característicos del Arqueolítico (de 33,000 a 14,000 Tajador o chopper, artefacto típico del Tajadera o chOPPil19 tool, artefacto típico del Arqueolítico.
años ap.). De izquierda aderecha: artefacto bifacial (cuchillo), Arqueolítico. De izquierda aderecha: cara De izquierda aderecha: cara dorsal, corte
uno más bifacial y otro denticulado. dorsal, corte longitudinal y cara ventral. longitudinal y cara ventral.

técnica de cacería más especializada, dentro de un mo- lización en la cacería, ya son más hábiles en la explotación
delo de subsistencia algo impreciso. Los artefactos sig~en de sus territorios y los artefactos han mejorado Se con-
asociados a actividades como destazamiento de animales tinúa trabajando el hueso, la madera y las pieles. Fase no
y la preparación de pieles y artefactos de madera. Para bien definida, sólo caracterizada por la presencia de pun-
esta fase los grupos humanos todavía no han alcanzado tas bifaciales foliáceas, navajas, tajadores, buriles, ras-
una especialización, aunque se advierten mejorías tecno- padores plano-convexos y aquillados, grabadores y unifa-
lógicas. Se tienen fechamientos de Carbono 14 (04), ciales semilunares.
por lo que cronológicamente queda situada para Nortea- En la cuarta fase seda una mejoría técnica en la manu-
mérica en 40,000-25,000 a.p., para Centroamérica en factura de puntas de proyectil, que están más adaptadas a
25,000-20,000 ap, y para Sudamérica hacia 16,000- las distintas zonas ecológicas. Dichas técnicas se aprecian
12,000 a.p. en artefactos bifaciales puntiagudos, para ser enmanga-
Esta fase está mejor definida que la anterior, y hay dos, en la presencia de piezas monofaciales (para ser
presencia de puntas de proyectil, unifaciales, puntas bu- Durante el Arqueolítico enmangadas o no), retoque por presión, que hace a los
rilan tes, lascas planas con bordes retocados y plano- se observan artefactos de artefactos aptos para tareas más especializadas, como
convexas con retoque denticular en los bordes y en la in- los raspadores con pequeños retoques para el raído de pieles
dustria ósea: puntas de proyectil, tajadores, raederas y
piedra realizados sobre y otros polivalentes que pueden haber sido útiles para
l. artefactos unifaciales, con cierta especialización lascas de grandes coser, aserrar, cortar, raspar y raer. Todo parece indicar
La tercera fase está representada en más sitios que la que en esta fase los grupos están mejor adaptados, por
dimensiones, tal1ados lo que se asegura una mejor subsistencia básica mediante
anterior y los elementos de diagnóstico más abundantes
y mejor caracterizados, como los artefactos bifaciales, por percusión directa. la explotación de fauna pleistocénica, puesto que las
entre los que hay unas puntas de proyectil foliadas, nava- mejorías tecnológicas facilitaban las actividades. Está fe-
jas manufacturadas mediante técnicas de talla de "golpe chada para todo el continente entre 13,000-10,000 a.p.
de buril" y troncaduras. Las puntas de proyectil bifaciales
aparecen en áreas definidas como de muerte y destaza- El Arqueolítico
miento, lo que sugiere progreso y una mayor especia- Después de este paréntesis sobre tecnología, abordamos
la periodización presentada por José Luis Lorenzo, quien
realmente unificó y sistematizó los estudios de la etapa
lítica en México. El primer horizonte, el Arqueolítico, se
puede fechar hacia 33,000-14,000 a.p. Durante este lapso
se observan artefactos de piedra realizados sobre lascas
de grandes dimensiones, tallados por percusión directa,
así como cantos rodados a los que sólo se les quitaron
Cueva del Indio, panel sur, en El Diablo, . dos o más lascas, ya sea por una cara, tajadores (chopper),
Baja California o por las dos, tajaderas (chopping lools), artefactos muy
burdos, manufacturados por percusión directa o indirec-
ta, empleando la materia prima local. También aparecen
artefactos de tamaño mediano trabajados por percusión
alterna, presentando un burdo bifacialismo incipiente.

14
 Laguna Chapala,
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _BlajaCalifornia

El material de tamaño chico consiste en lascas gruesas

Cueva del Diablo,
y anchas con las que se manufacturaron raederas, ras- Tamaulipas Golfo de Mfxico
padores y artefactos denticulados. o hay presencia de Loltún,
El Cedral, San Luis Potosí
puntas de proyectil de piedra (pudo haberla de otros Yucatán

materiales). En términos generales, la tipología es redu-

••••••• Límites estatales actuales
cida y los artefactos denotan un mínimo de especialización.
En el aspecto económico y con base en el conjunto de
artefactos, se advierte una total ausencia de especia-
lización, lo que nos lleva a pensar en el aprovechamiento
de todas las posibilidades, dependiendo ello de regiones
y estaciones, lo que hacía que en ciertas etapas hubiese
una preponderancia de caza y en otras de recolección,
pero no lo podemos afirmar con certeza. La cacería y la re-
colección eran actividades practicadas paralelamente¡
si era posible se capturaba un animal de tamaño pequeño
omediano, junto con la recolección de vegetales (raíces,
tallos, hojas, frutos), de huevos y larvas, de insectos, etc,
sin eliminar el posible consumo de carroña, todo basado
en los mínimos restos de actividad humana existentes,
pues el menaje casero era escaso. Sin duda sabían ade-
cuar, según sus necesidades, una cueva para habitación o
preparar un simple techo o mampara para protegerse de
las inclemencias del tiempo. Dado que ya conocían el
fuego, el cual les servía para calentarse durante los días y
noches con bajas temperaturas, dependiendo de la latitud
en la que se encontraban, para preparar alimentos y,
desde luego, como arma defensiva y ofensiva. Con
seguridad usaban las pieles de los animales que cazaban,
presumiblemente sin preparación alguna o tal vez una
mínima para suavizarlos.
Es probable que sólo hayan existido grupos reducidos:
una familia nuclear doméstica o un sistema a nivel de
Sitios fechados con Carbono 14
Algunas localidades del horizonte
Arqueolítico: 33,000 a 14,000 años
antes del presente.
Es probable que sólo
hayan existido grupos
reducidos: una familia
nuclear doméstica o un
sistema a nivel de banda
con mínimas relaciones.
Tlapacoya,
Estado de México
Caulapan, Teopisca, Mar
Puebla Chiapas r Caribe
banda con mínimas relacio-
nes. La unidad social debió estar normada por el
sistema de apropiación directa.
Las localidades conocidas en México correspondientes
a este horizonte son: Laguna Chapala, Baja California;
Cueva del Diablo, Tamaulipas; Rancho La Amapola, El
Cedral, San Luis Potosí¡ Zacoalco y Laguna de Chapala,
Jalisco¡ Tlapacoya, Estado de México, y Caulapan,
Puebla. Hallazgos semejantes se han efectuado también
en Teopisca, Chiapas, y en Loltún, Yucatán, sitios que
incluimos aunque sea tentativamente, por las característi-
cas tipológicas, aunque hay que llevar a cabo un mayor
número de estudios.
En Baja California, en el sitio Laguna Chapala, sobre
las terrazas se observan pasadas fluctuaciones de nivel,
donde se han encontrado artefactos de piedra Una de
esas terrazas ha sido fechada hacia 14,500 a.p. Los mate-
riales líticos son grandes bifaciales y lascas grandes, junto
con tajadores y tajaderas. No hay presencia de restos
óseos de fauna pleistocénica, pero hay que reconocer que
las investigaciones han sido mínimas.

LAS TÉCNICAS EN LA ETAPA LÍTICA

• PERCUSIÓ : es una acción pri-
maria en la transformación de la
materia prima; es el golpear un
objeto contra otro para conseguir
una fractura o disgregación me-
diante golpes sucesivos y contro-
lados, hasta obtener un artefacto
que cumpla una función. La per-
cusión presenta variantes: directa
e indirecta. La primera puede ser
lanzada o apoyada y para la
segunda es necesario un agente
intermedio. Por lo regular la materia
prima se desbasta mediante per-
cusión lanzada directa, perpendicu-
lar u oblicua, para obtener una
matriz o forma primaria, empleando
un percutor de piedra. La forma pri-
maria se va modificando, hasta llegar
a obtener un acabado en forma
específica, en cuanto a determinada
función.
• PRESiÓN: agrupa técnicas de
lasqueo y retoque. Los retoques son
las huellas dejadas por la acción de
presionar. Se considera una evolu-
ción en el proceso de manufactura
que se patentizó en una mayor efi-
ciencia, puesto que retoques muy
regulares sólo se logran por presión,
empleando herramientas de hueso,
asta, cuerno, madera, y a lo largo
de los siglos incluso puntas de
cobre.
• CORTE (UN DESGASTE): es una
acción fundamental para la transfor-
mación de la materia prima; es la
separación hecha mediante el uso de
una herramienta provista de un filo
capaz de producir cortes lineales o
los representados por un vértice.
También puede definirse como la
acción humana mantenida, aplicada
sobre la materia prima con el fin de
hacer que ésta se separe producien-
do dos partes o una zona de trabajo
en un solo punto, un corte pun-
tiforme, una perforación.

15
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA

Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxICO

HORIZONTE ARQUEOLÍTICO
• CRONOLOGíA. Es el más antiguo de la etapa lítica en
México y va del 33,000 al 14,000 a.p.
• CARACTERíSTICAS CULTURALES. Se observan artefactos
grandes (de más de 10 centímetros de longitud), muy
burdos, manufacturados por la técnica de percusión
directa o indirecta, usando percutores de piedra. Están
presentes artefactos de mejor tamaño, tallados por per-
cusión alterna, manifestándose un bifacialismo inci-
piente. Además de abundantes lascas y navajas, hay arte-
factos como raspadores, raederas y denticulados. No hay
presencia de puntas de proyectil de piedra, aunque tal
vez las hubo de hueso o madera. Para la manufactura de
estos artefactos se empleaba la materia prima local,
aunque preferían el pedernal, la obsidiana, el basalto,
entre otros. Tienen conocimiento del fuego, pero no se
Raspador, artefacto del Arqueolítico.
sabe si lo producen o sólo lo conservan.
• Eco OMfA. Al parecer hay una preponderancia de la
recolección de productos vegetales y de origen animal,
--como huevos, larvas, insectos, etcétera, sobre la caza o
la pesca.
• ORGANIZACiÓN SOCiAL. Grupos nómadas cuya unidad
social debió de ser la familia nuclear doméstica o tal vez
un sistema de banda con débiles relaciones, normada por
un sistema de apropiación directa.

Pinruras rupestres. Baja California Sur.
En el rancho La Amapola, próximo al poblado El
Cedral, San Luis Potosí, se ha encontrado un hogar
fechado por C 14 en 31,500 a.p., y un raspador discoidal
en 33,300 a.p. Alo anterior se añaden artefactos de hueso
y piedra de fechas hacia 20,000-17,000 a.p, quince de la
Laguna Chapala y 15 de Zacoaleo. Todos presentan huel-
las de trabajo por corte, pulido y perforaciones. Por la
mineralización presente en todos los casos y por proce-
der de la misma región puede atribuírseles una edad pleis-
tocénica, con el riesgo que ello implica.
En una playa pleistocénica localizada en Tlapacoya,
Estado de México: en las orillas del antiguo Lago de
Chaleo, en la cuenca de México, se tienen fechamientos
de C 14 (24,000 y 21,000 ap) realizados sobre carbones
procedentes de hogares localizados sobre una vieja playa
pleistocénica, los que aparecen en asociación directa con
restos de animales extintos, junto con tres lascas de
obsidiana, material alóctono y varios en la roca local, una
andesita rosa de lamprobolita y dos huesos trabajados.
Para apoyar esta investigación se tienen numerosas
fechas de 04, dándonos la certeza de que se trata de un
sitio perteneciente a este horizonte.
Al norte de la conocida presa de Valsequillo, Puebla,
en la barranca de Caulapan, en una capa aluvial, se loca-
lizó una raedera, fechada por los moluscos contenidos en
la capa, que procedía de 21,000 a.p.
En las tierras altas de Chiapas, en la zona de Teopisca-
Aguacatenango, se localizó en la superficie un conjunto
de artefactos líticos, lo que llevó a realizar excavaciones
en el área, gracias a las que se pudieron establecer dos
horizontes de ocupación, con casi el mismo tipo de
industria, pues las diferencias son mínimas, apareciendo
la inferior asociada con fauna pleistocénica.
En las cuevas de Loltún, Yucatán, en uno de los cenotes
secos del lugar, el de Huechil, se ha localizado fauna
pleistocénica, entre otros, fqlHlS cO~lVersidfl1s y Biso~1 bisOH, a
lo que se unen restos indicadores de ocupaciones
humanas con una industria de pedernal. No se han
encontrado materiales susceptibles de fechamiento.

El Cenolítico
Este horizonte se ha dividido en dos: inferior y superior
El primero al norte del Istmo de Tehuantepec, va del
14,000 a.p. al 9,000, y el segundo del 9,000 al 7,000 a.p.
Dentro del largo periodo que cubre este horizonte,
 II

inimaginables. Esta situación conlleva a descartar la

19 Golfod, teoría de que la megafauna americana desapareció por
21 20 Mfx,co
causas de actividad humana.
1 Cultura de las Palmas,
Baja Caldornia Sur Pero volviendo al Cenolítico inferior, advertimos ]a
23
II Complejo Cazador, Chihuahua presencia de puntas de proyectil manufacturadas en
III Complejo Ciénegas, Coa huila 24 25
27 piedra, que conforman su existencia y su uso, pues hay
1 El Plomo. Sonora
26
2 Sásabe Sonora
28
29
indicios desde contextos arqueolíticos.
3 Rancho Colorado, Ch,huahua Las puntas de proyectil son de cuerpo foliáceo, bifa-
4 La I\lota Samalayucan, Chihuahua
5 La Playa, Sonora ciales, con acanaladuras tanto en cara dorsal como en
6 El Bajío, Sonora ventral, producidas por uno o varios levantamientos por
7 Huásabas, Sonora
8 Laguna Chapala, Baja California percusión, que van desde la base hasta aproximadamente
9 Pozo Valdés, Baja California
10 La Chuparrosa, Coahuila 22 'Cueva del Diablo, Tamaulipas un tercio o la mitad de la pieza, para producir un adel-
23 San Sebastián Zacoaleo, Jalisco
11 Los .lanas Sonora gazamiento que facilite el enmangado. Sin duda, las más
n Cerro Izábal, Sonora 24 San 1arcos, Jalisco
13 Rancho P,mas y Algame, Sonora 25 Cueva del Tecolote, Hidalgo características son las denominadas Clovis, en las que la
1-1 Tostlota Sonora 26 'San Bartola Atepehuacan, Distrito Federal
27 'San Juan Chaucingo, Tlaxcala
acanaladura fue lograda por levantamiento de dos o tres
15 Las Peñltas, Sonora
16 San .Ioaquín, Baja California Sur 28 'EI Riego, Puebla lascas. Son por lo regular medianamente gruesas, su ta-
17 Cerro Prieto, Sonora 29 'Coxcatlán, Puebla
18 Cerro Guaymas, Sonora 30 'Cueva Blanca, Oaxaca maño va de los 4 a los 12 centímetros de longitud máxi-
31 *Guila aquitz,Oaxaca
19 Puntlta Negra, Nuevo León
32 'Los Grifos, Chiapas
ma y quizá las más grandes fueron empleadas como
20 La Calzada, uevo León
21 Rancho We,ker Durango cuchillos. Este tipo de puntas es característico, como ya
• Sitios fechados por Carbono 14
se dijo, al igual que las posteriores puntas Folsom.
encontramos que algunos investigadores han definido un Cenolítico inferior (14,000-9,000 ap.). Cronológicamente, las primeras C10vis están fechadas
estadio cultural que llaman de "cazadores de megafauna", hacia 11,500 ap, y las Folsom hacia 11,000 a.p, perdu-
refiriéndose a hallazgos de sitios de matanza y destaza- rando las primeras en Norteamérica hasta aproximada-
miento de mamuts y mastodontes, con asociación oca- mente 11,000 a.p., mientras que las segundas perma-
sional de artefactos. Son frecuentes los hallazgos de necieron hasta 9,800 a.p. En México, puntas Clovis han
restos de mamuts o mastodontes con indicios de haber sido encontradas en numerosos sitios, aunque su gran
Ido carneados por el hombre, pero la cacería de grandes mayoría son de superficie. En Sonora, hasta ahora, te-
mamíferos implicaba la posesión de armas capaces de nemos alrededor de quince localidades y parecen confor-
uficiente penetración y fuerza como para llegar a los mar una extensión de las de Arizona. En cuanto a las
órgano vitales de la presa, lo que es imposible con las Folsom, sólo ha sido encontrada una en Samalayucan,
existentes en este horizonte cultural. Es posible obtener Chihuahua. Persisten artefactos tales como raederas, ras-
una presa por otros medios; entre los que consideramos Anefactos característicos del Cenolítico padores denticulados, lascas retocadas y algunas navajas
inferior (14,000-9,000 a.p.). 01 izquierda
más razonables está la merma de capacidad de defensa prismáticas, sacadas de núcleos poliédricos. Se advierte
a dmclJn: raspador, punta Clovis, punta
del proboscideo, por estar herido o enfermo, sin dejar a acanalada, punta Folsom, punta una incipiente técnica de retoque por presión, y el uso de
un lado la posibilidad de un empantanamiento con inter- Lerma, y punta sandía. percutores blandos (madera, hueso, asta). El terminado
vención humana o sin ella, ya que es frecuente encontrar de los artefactos es de mejor calidad.
restos en lugares que fueron pantanosos, a los que se une El Cenolítico superior, fechado de 9,000 a 7,000 a.p,
que en ocasiones una o dos patas del animal se encuen- es una etapa en la que aparecen numerosos artefactos de
tran en relación anatómica, es decir, enterradas profun- piedra tallados por percusión, con un claro
damente, por lo que el animal quedaba inmovilizado, retoque por presión; las piezas pre-
siendo así fácil ultimado. Estos sitios de matanza y
destazamiento producen cierto número de restos de cul-
tura material, aquellos que se emplearon para las acciones
conducentes a la obtención de carne, vísceras, artefactos
que durante estas actividades se fracturaron o fueron
abandonados u olvidados, pero de ahí a que e] hombre
haya sido cazador de mamuts como único sustento es una
teoría insostenible; no obstante, ha alcanzado categorías

17
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA

Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxICO

I ·CompleJo San DICgullO.

I1
Baja California
·CompleJo Cochlse,
El que una agricultura incipiente haya tenido sus ini-
Baja California, Sonora y norte de Chihuahua
111 Cultura Comondú, Baja California Sur cios en el Cenolítico superior no significa que el hombre
IV -Penodo Forrajero, Chihuahua
V Cultura Las leves, Chlhuhua y CoahUlla en la etapa anterior se haya dedicado sólo a la caza, y
VI "Complejos Jora y Mayrán, Coahulla
VII ·Culturas Caracoles y Las ChIvas, Durango y Zacatecas menos aún de grandes ejemplares, lo cual sí sucedió, pero
VIll ·CompleJos Nogales, Ocampo y La Perra, Tamaul.pas
IX Complejo Costero, Tamaulipas de manera esporádica, no olvidemos el nivel tecnológico,
1 "'San ISidro. uevo León
2 San Icolás. Querétaro
el cual limitaba muchas actividades. Es difícil suponer que
3 ·Ccnlro de Veracruz
4 Cueva del Tecolote, HIdalgo se haya basado la economía en una caza esporádica,
5 ·Santa lsabellztapan r y [1, Estado de MéXICO
6 "'El RIego, Puebla que ponía en peligro la vida de algunos miembros del
7 "'Abejas. Puebla
8 ·Coxcallán, Puebla grupo. Es más lógico pensar en la caza de animales de
9 *Tecpan, Guerrero
10 ·GUlla Naqullz, Oaxaca
11 ·Cueva Blanca, Oaxaca
tamaño medio y pequeño (venados, conejos, tuzas, entre
01 12 "Los Grifos y Santa Marta, ChIapas
13 "Aguacatenango. ChIapas
otros). Se inicia la domesticación de algunas especies,
VII' 14 ·Chantuto, ChIapas
por ejemplo del guajolote, y del perro, que al parecer ya
·Siuos fecharlos por Carbono 14

,,--el
lo estaba.
Correspondientes a esta fase cultural son probable-
sentan un 6 mente la mayor parte de los concheros localizados en las
8
mejor acabado. Se .11 12 13' I
costas del Pacífico, del Mar de Cortés y del Golfo de
Cenolítico superior (9,000-7,000 a.p.)
observan puntas de
proyectil con pedúncu-
---- 1f - -
I
I
México, y estos grupos que durante largos o cortos perio-
dos dependían de los productos marinos, plantean
lo y aletas. Se advierten técnicas de pulido problemas culturales y cronológicos de interés que aún
de la piedra, en artefactos tales como hachas, azue- no se han esclarecido.
las y de molienda. Se observa gran avance tecnológico en Corresponden a este horizonte, tanto en su fase infe-
todos los artefactos. Esta etapa se desarrolla ya durante rior como superior, numerosos sitios y áreas, entre los
el Holoceno (que dio inicio hace diez mil años) y está en vías primeros tenemos: la Cultura Las Palmas, Baja California
de total desaparición la fauna pleistocénica. Empieza a Sur; los Complejos Cazador, Chihuahua, y Ciénegas,
tomar auge la recolección, iniciándose los primeros pasos Coahuila; Laguna Chapala, Baja California; San Joaquín,
a la domesticación de plantas: calabaza, chayote, chile, Baja California Sur; El Plomo, Sásabe, La Playa, El Bajío,
amaranto, maíz y tal vez frijol, así como algodón. Huásabas, Pozo Valdés, Los Janos, Cerro Izábal, Rancho

HORIZONTE CENOLÍTICO, INFERIOR y SUPERIOR

• 00 OLocíA. Va del 14,000 al
9,000 a.p., el inferior, y del 9,000
al 7,000, a.p. el superior
• CARAcrERíSTICAS CULTURALES Co-
mo rasgos característicos tenemos en
el inferior la aparición de las puntas
de proyectil con acanaladuras y en el
superior las de forma foliácea. Entre
las que presentan acanaladura te-
nemos como las más típicas las del
tipo Clovis y las Folsom y entre las
foliáceas las Lerma.
Durante este horizonte, a fin de
facilitar el enmangado, se empiezan
a desbastar los bordes del tercio
inferior de las puntas de proyectil,
lo que les da forma pedunculadas,
pero sin aletas.
Como técnica de manufactura se
continúa usando la percusión directa
o indirecta, sin abandonar el uso de
percutores de piedra y se inicia el
empleo de percutores blandos (hue-
so, asta, madera).
Como una evolución tecnológica,
aparece la presión, empleando para
ello un asta de venado o un hueso
previamente preparados.
Estas mejorías en la talla dan
como resultado una mayor calidad
y un incremento en el número de
artefactos.
Las navajas se obtienen de núcleos
prismáticos, lo que exige una prepa-
ración previa del núcleo.
Aparecen las técnicas de corte y
desgaste en sus fases de abrasión
y pulido, así como los primeros arte-
factos de molienda: muelas y mor-
teros (metales y molcajetes).
Se sigue empleando la materia
prima local, al igual que durante el
Arqueolítico, aunque ya hay una cui-
dadosa selección
En este horizonte también se em-
piezan a elaborar objetos con fibras
vegetales, tales como redes para
carga, bolsas, cordeles.
• ECONOMíA. Tiene como base la
cacería, sobre todo de animales de
talla pequeña y mediana -conejos,
venados, berrendos- y la recolec-
ción de aguacate, maíz, teosintle,
frijol, calabazas mixta y moshata;
ciertas especies de acacias, pencas
de maguey y frutos de cactáceas.
• ORCANIZAClÓN SOCIAL. A fines
de este horizonte, hacia 7,000 a.p.,
se inician los primeros cultivos. La
unidad social posiblemente sigue
siendo la familia nuclear o domésti-
ca, aunque ya existen bases para
poder considerar una agrupación
en bandas.

18
 ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Pi mas
y Algame,
Tosti ata,
."IÉXICO
Las Peñitas,
Cerro Prieto, Ce- OCÉANO
PAcfFICO
rro Guaymas, Sono-
ra; Rancho Colorado
y La Mota Samalayucan, Chihuahua¡
La Chuparrosa, Coahuila¡ Puntita Negra, *La
Calzada, Nuevo León; Rancho Weiker, Durango¡
*Cueva del Diablo, Tamaulipas; San Sebastián Zacoalco
ySan Marcos, Jalisco; Cueva del Tecolote, Hidalgo¡ *San
Bartola Atepehuacan, Distrito Federal; *San Juan
Chaucingo, Tlaxcala; *EI Riego y *Coxcatlán, Puebla;
*Cueva Blanca y *Guila Naquitz, Oaxaca; *Los Grifos,
Chiapas, donde se localizaron puntas tipo l/cola de pesca-
do" de filiación suramericana, y que aparece en aso-
ciación con puntas C1ovis. '
A la segunda: el *Complejo San Dieguito, Baja
California; *Complejo Cochise, Baja California, Sonora
y norte de Chihuahua; *Cultura Comondú, Baja Califor-
nia Sur; Periodo Forrajero, Chihuahua; Cultura Las ieves,
Chihuahua y Coahuila; *Complejos Jora y Mayrán,
Coahuila; *Culturas Caracoles y Las Chivas, Durango y
Zacatecas; *Complejos ogales, Ocampo y La Perra,
Tamaulipas y Complejo Costero, Tamaulipas; Cueva de
la Golondrina, Chihuahua; *San Isidro, Nuevo León; San
Nicolás, Querétaro; *Centro de Veracruz; Cueva del
Tecolote, Hidalgo; *Santa Isabel Iztapan I y 11; Chico-
loapan, Tlapacoya 11, IV y XVIII, en el Estado de México;
*Cueva del Texcal; *Coxcatlán; *Abejas, Puebla; *Tecpan,
Guerrero; *Cueva Blanca y *Guila Naquitz, Oaxaca;
*Santa Marta, *Los Grifos, *Aguacatenango y Chantuto,
Chiapas.
Antes de proseguir queremos indicar que el paso de un
hOrizonte aotro no se efectuó con la simplicidad presen-
tada puesto que los límites marcados entre unos y otros
no fueron rígidos, ya que existen largos periodos de
tranSICión.
En un territorio como el que ocupa México es difícil
delimitar con exactitud el tiempo que ocupa un horizon-
te. Los cambios debieron iniciarse en un momento y
lugar determinados, y de ahí propagarse a distintos rit-
mos y velocidades, debido a los diferentes ambientes y
posibilidades de obtención de materias primas; así te-
nemos que en algunas partes comenzó una muy incipiente
I LOI 11110\ con "tensco 1') han s,do fechados por la téCnica del Carbono 14 ICI4).
[ 19
Golfo dt Atixl(o agricultura, mientras que en otras los grupos continuaron
con la habitual caza-recolección.
EL PROTONEOLíTICO
Tras esta breve revisión del Cenolítico inferior y supe-
rior, pasamos al horizonte cultural siguiente, el Pro-
toneolítico, que se sitúa temporalmente entre 7,000-
4,500 a.p. y se ha definido como una transición cultu-
ral. Durante su transcurso empezaron a consolidarse
cultígenos como el maíz, la calabaza, el frijol, ya que con
anterioridad estos vegetales eran usados como una
Sitios correspondientes al Horizonte Protoneolítico
en México recolección preferencial, para lo cual se les brindaba un
I Cueva de la Golondrina, Chihuahua
2 ·CompleJo Repelo, Tamaul1pas cuidado especial, mediante la limpieza de otras plantas,
3 ·CompleJo Nogales, Tarnaulipas
4 ·CompleJo La Perra, Tamaullpas posibles competidoras. En sus inicios, esta incipiente
5 ""Guadiana, Durango
6 *Matanchcl, Nayant agricultura era de volumen escaso y la dieta seguía te-
7 San Nicolás, Querétaro
8 ·Cenlro de Veracnlz, Veracruz
niendo como base la recolección y la caza. Esta naciente
9 Cueva del Tecolote, Hidalgo
10 Chlcoloapan, Estado de México
11 *Tlapacoya 11 IV y XVIII, Estado de México
agricultura obligaba a una residencia fija, próxima a los
12 *Texcal. Puebla
13 ·Coxcalián. Puebla
campos de cultivo, al menos durante algunos meses del
14 ·AbeJas. Puebla
15 -Yfecpan. Guerrero año, quizá sólo por una parte del grupo, continuando la
16 ·Yanhunlán. Oaxaca
17 ·Cueva Blanca Oaxaca otra con su habitual nomadismo por el entorno más o
18 ·Guila Naqullz Oaxaca
19 ·Santa tarta Chiapas menos próximo. Es posible que hubiera aldeas de ocu-
20 ·Chantuto, ChIapas
pación permanente y campos periféricos, para la explo-
·SltlOS fechados por Carbono 14
- - • Límites naCionales actuales tación de recursos locales estacionales.
....... Límites estatales actuales en México
Entre los cambios más radicales ocurridos durante este
Protoneolítico (7,000-4,500 a.p.). horizonte, tenemos que en el aspecto lítico se advierte
una disminución de tamaños de los artefactos, y un gran
cuidado en la terminación de los mismos. En cuanto a la
piedra pulida tenemos magníficos ejemplares de morteros
y muelas que son funcionales, y regularidad en las formas.
Conejo mexicano. La técnica de pulido de la piedra también se utiliza para
otras piezas, tales como cuentas, pipas, hachas y azuelas.
Aparecen como nuevas técnicas las de tejido: cestería,
cordelería y textiles, además de piezas manufacturadas
con materia prima orgánica -hueso, cuerno, asta, madera,
concha-, así como el teñido de hilos para tejer, emplean-
Venado cola blanca.
 GRAN HISTORIA DE MÉxICO ILUSTRADA
Los PRIMEROS POBLADORES DE MÉxIco

• CRONOLOGíA. Del 7,000 al 4,500
a.p.
• CARACITRíSTICAS CULTURALES. Se ha
considerado un horizonte de transi-
ción, pero durante los milenios que
duró, se perfeccionaron las técnicas
de manufactura de artefactos líticos:
percusión, presión, y corte/desgaste,
con sus variantes. Es notoria la dis-
minución del tamaño de los artefac-
tos líticos tallados.
• ECONOMíA. El paso de la recolec-
ción al cultivo incipiente es una fase
que queda dentro de la etapa lítica,
HORIZONTE PROTONEOLÍTICO
previa a la Revolución neolítica que
indudablemente marca uno de los mo-
mentos más importantes en el desarro-
llo cultural, social y económico de la
humanidad.
Se perfeccionan las técnicas de
recolección, buscando nuevos y
mejores productos. Al parecer ya
hay una cierta fijación terrjtorial, lo
que conduce a un mejor cono-
cimiento de la flora y la fauna locaL
Con la aparición de la agricultura y
la domesticación de algunas espe-
cies, como el guajolote, y la cerá-
mica, entre otras actividades, se cie-
rra una etapa cultural y se inicia otra
con grandes innovaciones, avances
tecnológicos y culturales.
• ORGANIZACIÚ SOCIAL Queremos
hacer hincapié que el paso de un
horizonte a otro en la etapa lítica no
fue en forma simple ni sencilla como
la hemos presentado, fue un proceso
de asimilación y desarrollo. En un
territorio como el de México es difí-
cil marcar estos horizontes de ma-
nera tajante, ya que los cambios
serían propagados en formas distin-
tas, dependiendo de condiciones
geográficas, ecológicas, climáticas,
entre otras.
La incipiente fijación territorial
lleva a un sedentarismo con movi-
mientos estacionales organizados y
a un sentido de propiedad territorial,
situación que da lugar a relaciones
humanas intergrupales y hasta con-
flictos provocados por las fuentes de
aprovisionamiento o, en su caso, a
compartir algunas, cuando eran su-
periores a la capacidad de consumo
de un solo grupo.

do colorantes vegetales. El incremento en la manufactura Los sitios localizados en México correspondientes al

de algunos objetos indica un acrecentamiento de objetos horizonte en cuestión son: Cueva de la Golondrina,
ornamentales, lo que trasciende a la muerte, ya que Chihuahua¡ *Complejo Repelo, *Complejo ogales,
muchos de éstos pasan a formar parte del ajuar funerario. *Complejo La Perra, Tamaulipas¡ *Guadiana, Durango;
Como fin de este horizonte, se tiene la total sedenta- *Matanchén, Nayarit¡ San Nicolás, Querétaro¡ *Centro
rización, el cultivo estable y permanente de campos que de Veracruz¡ Cueva del Tecolote, Hidalgo; Chicoloapan,
conforman un territorio, quizá ya tribal, y el comienzo de *Tlapacoya 11, IV y XVIII, Estado de México¡ *Texcal,
la alfarería o cerámica, sin abandonar algunas técnicas *Coxcatlán, *Abejas, Puebla; *Tecpan, Guerrero¡ *Yan-
que vienen desde el Arqueolítico y el Cenolítico, como la huitlán, *Cueva Blanca, *Guila aquitz, Oaxaca; *Santa
cestería, cordelería, textiles, mismas que se perfeccionan. Marta, Chiapas
Respecto al importante fenómeno que es la aparición Es importante señalar la pobreza de los pocos sitios
de la cerámica, aún no se ha localizado el lugar de su ini- hasta ahora trabajados, pues la investigación de la etapa
cio, y aunque se han encontrado cerámicas muy burdas y lítica en México ha estado abandonada, sin duda, por la
primitivas, ya están consolidadas tecnológica y mor- magnificencia de los hallazgos correspondientes a las
fológicamente. Es posible que la plasticidad del barro, el altas culturas, sobre todo las mesoamericanas, que como
dominio del proceso tecnológico, unido al del control bien se sabe son y serán objeto de estudios, pero consi-
del fuego, hayan dado lugar a avances rápidos. Es factible deramos importante no olvidar que tuvieron sus orígenes
que este avance tecnológico se haya iniciado en más de en la etapa lítica, la más larga de la historia de México.
un lugar, sin otra relación que la comunicación de la idea.
Estos cambios -que en muchos grupos proseguirían en
línea evolutiva hasta alcanzar la plena neolitización-, ese
/-
gran cambio en la historia de la humanidad, la llamada
Revolución neolítica, con su agricultura altamente desa-
rrollada tuvo como consecuencia concentraciones hu-
manas de tipo urbano y estados incipientes¡ en otros,
quizá por condiciones mediales, quedaron como comu-
nidades aldeanas alcanzando cuando más el rango de
Mortero de piedra del Protoneolítico.
cacicazgos. Sin duda, en la larga historia de la huma-
nidad, el paso de la etapa de depredación a la de produc-
ción de alimentos es de las más importantes.
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