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PARROQUIA LOS SAGRADOS CORAZONES

EL PLAYÓN SANTANDER
CAPILLA SAN FRANCISCO JAVIER. LA CEIBA
El
CATEQUESIS DE PRIMERA COMUNIÓN
Santo
Nombre:
Fecha:
Rosario

El Santo Rosario está compuesto de veinte decenas de Avemarías, o


sea de 200 Avemarías, cada decena va predicada de un
Padrenuestro y se termina con el Gloria.

Se llama Rosario porque las oraciones, que se enlazan con las


meditaciones de los misterios (Gozosos, Luminosos, Dolorosos y
Gloriosos), forman una corona de rosas que se ofrece a María
Santísima.

El mes dedicado a la Virgen es el mes de mayo y el mes dedicado al Santo Rosario es octubre. Así lo dispuso la Iglesia. El
día dedicado a la Virgen, por una tradición antiquísima, es el sábado. En este día podemos tener presente a Nuestra
Madre de forma especial, ofreciéndole algún pequeño sacrificio y dirigiendo una oración en su honor, por ejemplo, La
Salve.

El Ave María

El Ave María es, junto con el Padre Nuestro y el Credo, seguramente una de las oraciones más utilizadas en el
cristianismo católico. Esta oración forma parte del Rosario.

PRIMERA PARTE

“Dios te ____________________________________,

llena ______________________________________,

el _________________________________________.

Aquí se cita el momento de la Anunciación del Nacimiento de Jesús por el Arcángel Gabriel a María. Está

extraído del Evangelio según San Lucas: ¡Alégrate! Llena de gracia, el Señor está contigo. (Lc 1:28). La parte

inicial de la oración en el latín comenzaba con el María... que en español se tradujo como” Dios te salve

María”

Bendita_______________________________________________________,

Bendito _______________________________________________, Jesús”.

Esta parte hace referencia al saludo de Isabel (inspirada por el Espíritu Santo) a María cuando va a visitarla.

¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! (Lc 1:42)

SEGUNDA PARTE

Santa María, ___________________________________,

ruega _____________________, ___________________,

ahora y en la hora _______________________________. Amén.


Es una breve oración de petición en el que se pide la intercesión de María ante Dios.

¿ES BÍBLICO REZAR EL SANTO ROSARIO?


Rezar el Santo Rosario es contemplar la vida de Cristo guiados por las mejores manos, las manos de
María. Es como entrar en un edificio, y que el mejor guía turístico sea quien nos explique. Cuando meditamos
el Santo Rosario, lo hacemos desde los ojos de la que amó más a Jesús, su Madre. Pero, ¿es bíblico el Santo
Rosario? A continuación, te presento el fundamento de las principales oraciones que en él recitamos.
Lo primero: ¿es bíblico eso de «repetir oraciones» ?, que es lo que hacemos en el Santo Rosario. Veamos Mc
14,39: «se alejó de nuevo a orar, repitiendo las mismas palabras «. Es decir que el primero que «repetía»
oraciones fue Jesús.
El santo Rosario se compone de 20 misterios, divididos en 4 secciones: los misterios gozosos, los gloriosos,
los dolorosos y los luminosos. Cada misterio es meditar un episodio de la vida de Jesús (o de María),
seguido de un padre Nuestro y 10 ave María. Veamos el fundamento bíblico.
El Padre Nuestro lo encontramos en Mt 6,9-14: «Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el
Cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. Danos
hoy el pan que nos corresponde; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno».
El Ave María se divide en dos partes: desde “Dios te salve María…” hasta “bendito es el fruto de tu vientre”,
es la parte primera y más antigua, y está compuesta por las palabras del evangelio de Lucas de la Anunciación
(Lc 1, 28) y la bendición de Isabel (Lc 1, 42). La segunda parte corresponde a una petición elaborada por la
Iglesia Católica, mediante la cual quien ora solicita la intercesión de María ante el Señor: «Santa María, madre
de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte».
El «Gloria» lo encontramos en Mt 28,19, en donde Jesús envía a sus discípulos con una misión específica, y
les pide que «hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo».
Los Misterios Gozosos.
1. La encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel. (Lc 1, 39-45)
3. El nacimiento del Hijo de Dios. (Lc 2, 1-7)
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo. (Lc 2, 22-34)
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo. (Lc 2, 41 en adelante)
Los Misterios Dolorosos.
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní. (Mc 14, 32-38)
2. La Flagelación del Señor. (Mc 15, 15)
3. La Coronación de espinas. (Mc 15, 16-19)
4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz. (Mc 15, 21-22)
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. (Jn 19, 18-30)
Los Misterios Luminosos.
1. El Bautismo en el Jordán. (Mc 1, 9-10)
2. La autorrevelación en las bodas de Caná. (Jn 2, 1-11)
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. (Mc 1, 15)
4. La Transfiguración. (Mc 9, 2-8)
5. La Institución de la Eucaristía en la Última Cena (Lc 22, 19)
Los Misterios Gloriosos.
1. La Resurrección del Señor. (Mt 28, 1-6)
2. La Ascensión del Señor. (Mc 16, 19-20)
3. La Venida del Espíritu Santo. (Hch 2, 1-4)
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos. (Cant 6, 10; Sal 132, 8; Ap 12, 1)
5. La Coronación de la Santísima Virgen. (Ap 12, 1; Lc 1, 32; Jr 13, 18)
De los veinte misterios contemplados, dieciocho son directamente sobre la vida de Jesús, y aun los dos
sobre María son totalmente cristocéntricos: La Asunción (Ap 12, 1; Sal 132, 8) y la coronación como Reina
de todo lo creado (Ap 12, 1; Lc 1, 32; Jr 13, 18), pues sólo tienen su fundamento en Cristo. De no ser así, no
habría ni Asunción ni Coronación. Debemos comprender que no existe nada que la Iglesia enseñe sobre María
que no tenga su fundamento en Cristo, pues cualquier virtud, papel o atributo en María lo tiene por los méritos
de su Hijo.
Por lo visto anteriormente, rezar el Santo Rosario es estar recordando distintos momentos de Jesús o de
María, todo a la luz de la Sagrada Escritura.

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