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Contabilidad de Sociedades
Liquidación de Sociedades
Extinción de Sociedades
Integrantes:
LIQUIDACION DE UNA SOCIEDAD
1.¿Qué es la Liquidación?
La disolución puede ser definida como un proceso en virtud del cual la sociedad sigue
subsistiendo con su misma personalidad jurídica, pero padece una modificación de su fin o
actividad, pues abandona la explotación empresarial De su objeto social para dedicarse a una
actividad meramente conservativa y Liquidataria.
Podríamos indicar que la disolución es a las personas jurídicas como lo es la muerte a las
personas naturales. Una vez que ocurre, cesan en Sus relaciones jurídicas, aun cuando los
efectos de dichas relaciones jurídicas, Puedan subsistir en el tiempo.
Es un proceso que tiene por finalidad poner término a las relaciones jurídicas en ejecución,
pagar a los acreedores de la sociedad, cobrar saldos insolutos a los deudores, y, finalmente, en
caso de que quede un remanente de capital, repartir dichos dineros, denominados “cuota de
liquidación”, entre los socios.
En las últimas dos obligaciones que reconoceremos al liquidador, el cumplimiento de las deudas
sociales y la repartición entre los socios del remanente. Antes de llegar hasta esa etapa, el
liquidador debe cumplir con otras obligaciones, siendo la más importante la finalización de las
operaciones pendientes, es decir, dar cumplimiento a todas las obligaciones y relaciones
jurídicas a que se haya dado origen dentro de la vida de la sociedad disuelta.
Es en razón de lo anterior, que cobra tanta importancia la frase “poner fin a las
operaciones pendientes”.
Con todos estos datos, deberá ser inscrita en el Registro Mercantil Provincial correspondiente,
procediendo al asiento de cancelación registral. Será el último acto que aparezca en la hoja
registral de la sociedad.
A partir de este momento, no se podrá proceder a realizar movimiento alguno puesto que ya ha
quedado extinguida la sociedad y por tanto deja de existir la posibilidad de inscripción.
Ten en cuenta que, en la medida en que exista una cuota de liquidación a repartir entre los
socios, existirá también la obligación de abonar un 1% en concepto de operaciones tributarias
ante el organismo correspondiente de la Hacienda autonómica.
El balance final de liquidación y la propuesta de división del haber social deben someterse a la
aprobación de la junta general y no se repartirá hasta que todos los acreedores estén satisfechos
o se haya consignado el importe de sus créditos. Debido a la importancia que entraña la
aprobación de dichos documentos, la ley reconoce la posibilidad de que los socios disconformes
puedan impugnarlo en el plazo de dos meses. liquidadores deberán solicitar la cancelación en el
Registro Mercantil de los asientos.
En el caso de que aparezcan bienes que no se hubieran repartido, los liquidadores se adicional a
los antiguos socios. Si lo que existe son pasivos sobrevenidos, es decir, deudas no satisfechas, se
prevé que los antiguos socios responderán frente a los acreedores pero solo hasta el límite de la
cantidad que hubieran recibido como cuota de liquidación. Además, los acreedores podrían
ejercitar una acción de responsabilidad por daños contra los liquidadores, considerando que la
existencia de pasivos sobrevenidos puede ser indicativa de una negligencia en el ejercicio de sus
funciones.