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​11 Febrero

Virgen de Lourdes, «Patrona de los enfermos»

Historia y oración para acudir a su intercesión

Virgen de Lourdes

El sacerdote Salvador Espinoza ofrece este artículo sobre la


advocación de la Virgen de Lourdes, “patrona de los enfermos”,
cuya fiesta se celebra hoy, 11 de febrero.

Hoy, 11 de febrero, celebremos a María, en la advocación de la


Virgen de Lourdes, “patrona de los enfermos”. Todos los días del
año van peregrinos a orar con fe a la Virgen de Lourdes para que
ella interceda ante Dios y les haga un milagro de curación, sobre
todo que tenga que ver con la salud, física, mental y espiritual.
Algunos otros peregrinos van en búsqueda de respuestas
existenciales sobre sus vidas, desde la fe. También hay gente que va
en plan de turismo religioso. Hay personas que se pronuncian
abiertamente como ateos o agnósticos y van a Lourdes para
verificar, ellos mismos, la veracidad de tales milagros; en algunos
casos hay conversiones.

Existe gran diversidad de peregrinos, que vienen de distintas


partes del mundo al Santuario de Lourdes. A todos ellos, se les
atienden, en la parte espiritual y religiosa, con Misas en distintos
idiomas; procesiones con velas dentro de una liturgia procesional
antes de algún culto en la tarde-noche; rosarios rezados en
distintos idiomas; atención sacramental de la reconciliación. Así
mismo, se cuenta con ayuda especial para atender a las personas
que quieren ser curadas con: “el agua que brota de la gruta”, lugar
donde se apareció la Virgen María a Bernadette. Para mí, visitar a
la Virgen en Lourdes fue una experiencia religiosa inolvidable. A
algunas personas les cambia la vida para siempre, pues Dios, a
través de la intersección de la Virgen María, obra milagros.

No podemos olvidar el testimonio de tantas Congregaciones


religiosas, que tienen como patrona y modelo de vida a la Virgen de
Lourdes; a tantos laicos, sacerdotes, comunidades religiosas y
eclesiales que van en peregrinación con mucha fe para tener una
experiencia religiosa con la oración comunitaria.

Dios toca los corazones de quienes se dejan guiar por el Señor


(Ezequiel 11, 19-20), por medio de la intersección de María en la
Virgen de Lourdes, tantas personas que atienden a los enfermos y
adultos mayores, que constatan los muchos milagros que han
sucedido al experimentar la fe y la oración en Lourdes; y tantas
personas que sin poder haber estado físicamente en Lourdes se
encomendaron a la Virgen María y, por la misericordia de Dios, les
cambio la vida.

Un poco de historia

En el año 1858 en la gruta de Massabielle, Lourdes, Francia, la


Virgen se aparece a una humilde mujer, Bernardette Soubirous
(1844-1879). Tenía apenas 14 años de edad y era analfabeta. Junto
con sus hermanas, tenían como tarea de la casa buscar leña.

Una mañana, a orillas del río Gave de Pau, cuando buscaban leña,
Bernadette es escogida por la Virgen María para ser su mensajera.
Le confía varias encomiendas, como también secretos. La Virgen se
presenta como “la Inmaculada Concepción” ante la joven
Bernardette y le transmite su petición de construir un santuario y
realizar una procesión, entre otras cosas.

También le pide orar por las personas para su conversión y perdón


de sus pecados. En una de las 18 apariciones, la Virgen María le
solicita a Bernardette que se lave y beba del agua de la fuente, que
coma la hierba de ese lugar para ser curada de sus dolencias. La
joven así lo hace. Al cavar en la gruta, surge un manantial, (desde
entonces ese lugar se volvió lugar santo y milagroso) y con el
tiempo se convierte en lugar de peregrinación. Ahí se erigió
el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.

Pero, como en todas las apariciones de la Virgen, se cuestionó la


verdad de la aparición, y también a su portavoz. Si hicieron varias
comisiones para confirmar los milagros. Esto fue así hasta que el
mismo obispo Tarbes (18/01/1868) da fe de que Bernardette dice la
verdad. Lo que le conmovió especialmente es que una joven
analfabeta pronunciara el nombre de María tal como ella se
presentó así misma: “Yo soy la Inmaculada Concepción” (tres años
antes de proclamarse este mismo dogma de fe sobre María).

Oración de intercesión a la Virgen de Lourdes para la curación de


los enfermos

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre


nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos
en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón,
para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu
misericordia sobre nosotros.

Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches, Pero


acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han
acudido a ti haya sido abandonado.

¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!


Ya que Dios obra por tu mano curaciones sin cuento en la Gruta
prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda
también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo…
(se dice el nombre).
Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha
de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más, alcánzanos a todos, el perdón de nuestros
pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y, sobre todo,
un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en
los Sagrarios. Amén.

Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.


Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.
Salud de los enfermos, rogad por nosotros.

Rezar tres Avemarías.

De EXAUDI

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