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El sistema penitenciario de Guatemala ha sufrido un largo abandono por parte del estado y
actualmente es la rama del sistema de justicia que más debilidad presenta, todo esto debido a la
causa de la sobrepoblación y el hacinamiento en los centros penales, que las estadísticas muestran
un alto índice de porcentaje día tras día. Esto ha tenido como repercusiones principales lo siguiente:
La institución del procurador de los Derechos Humanos, mantiene un monitoreo constante a los
centros de detención, el cual incluye verificaciones, en su mayoría por las denuncias que recibe por
situaciones particulares de vulneración y violación de los derechos de personas privadas de su
libertad.
Las situaciones denunciadas han sido diversas, entre ellas por las condiciones degradantes en las que
se encuentran los privados de libertad, y esto conlleva a ocasionar el hacinamiento, abusos y
violaciones sexuales, hechos que atentan contra la vida humana, dignidad e integridad personal; por
ambientes y prácticas insalubres.
Estas situaciones han dado lugar a pronunciamientos del Procurador de los Derechos Humanos, en el
sentido de expresar su preocupación por los problemas de hacinamiento y deterioro de la
infraestructura del sistema penitenciario, y por la vulneración de derechos de las personas privadas
de su libertad. Se ha señalado que en vez de pensar en derechos humanos fundamentales, como el
de la salud, educación y vivienda, tristemente hay que preocuparse por hacer cárceles de mayores
dimensiones. A su vez ha realizado recomendaciones a las autoridades a efecto de que éstas
atiendan pertinentemente y de forma integral la situación, para cambiarla.
En noviembre de 2019 el Procurador de los Derechos Humanos también declaró la violación del
derecho humano a la dignidad, integridad, seguridad y salud de las personas privadas de libertad en
el sistema carcelario del país, tanto en centros de detención preventiva como de cumplimiento de
condena, señalando como responsable al Estado de Guatemala, a través del Ministerio de
Gobernación y la Dirección General del Sistema Penitenciario. También exigió a las entidades
señaladas dar cumplimiento a las observaciones de los órganos internacionales, especialmente a la
recomendación del Comité de Derechos Humanos, en cuanto a fortalecer los esfuerzos ya iniciados,
para mejorar las condiciones de las personas privadas de libertad, en observancia a las reglas
mínimas para el tratamiento de los reclusos, abordando prioritariamente la situación de
hacinamiento, así como la debida separación de los reclusos, según sexo, edad y situación jurídica y,
en especial, adoptar medidas específicas para proteger los derechos de las mujeres detenidas.
Maneras de solventar las situaciones del hacinamiento y su efecto para los derechos
humanos.
Previo a su aprobación, el Procurador de los Derechos Humanos señaló la importancia que revestía
la aprobación de una política penitenciaria, pero también la disposición de los recursos para
garantizar su implementación y los resultados proyectados.
La privación de libertad para los adolescentes en conflicto con la ley penal en Guatemala se
desarrolla en cuatro centros básicos, administrados por la Secretaría de Bienestar Social de la
Presidencia, a través de la Subdirección de Reinserción:
Además, los adolescentes que son puestos a disposición de juez y posteriormente obtienen una
sanción privativa de libertad, son enviados al Centro Juvenil de Privación de libertad para Varones,
en donde quienes ingresan por primera vez son ubicados en una celda de 4 x 3 metros, área donde,
además, se encuentra el baño y una sola litera. Se pudo constatar que conviven hasta 23
adolescentes mientras se desarrolla el proceso de investigación correspondiente, lo que podría
constituir el delito de tratos crueles e inhumanos.
Dicho monitoreo identificó que no existe una implementación adecuada de la Ley de Protección
Integral de la Niñez y la Adolescencia Decreto 27- 2003, que establece claramente un proceso
diferenciado para la atención específica de niñez y adolescencia amenazada o violada en sus
derechos, cuyo objetivo principal es la restitución de los mismos, y otro para la atención específica
de los y las adolescentes en conflicto con la ley penal, que se encamina a la reinserción y al
cumplimiento de sus garantías procesales.
En ese sentido resulta necesario hacer una recapitulación sobre el análisis general de la situación
actual del sistema penitenciario en Guatemala, para ilustrar la gravedad de la crisis humanitaria y de
salud derivada de la pandemia del COVID-19 y otras causas prexistentes, lo cual está causando una
alta tasa de mortalidad entre las personas privadas de libertad.
Se ha señalado las deficiencias a las que el Sistema Penitenciario se enfrenta. Las cuales se refieren
no solo a la falta de Presupuesto, personal especializado y asignado sino también a la falta de
infraestructura adecuada para la cantidad de personas privadas de libertad. Asimismo y más
importante, a la falta de protocolos adecuadas para la atención médica y cuidados preventivos de
salud de los privados de libertad.
Los hombres privados de libertad suman un total de 22,081 a octubre de 2021, y 12,059 se
encuentran en prisión preventiva y 10,023 se encuentran cumpliendo condena. Esto representa el
88.83% del total de personas privadas de libertad a cargo del sistema de penitenciario guatemalteco.
A pesar de que la población carcelaria que las mujeres representan el 11% de la población total
privada de libertad, actualmente existen solo tres centros exclusivos para ellas, dos de los cuales
están altamente hacinados: un preventivo con una ocupación del 583% y un centro para cumplir
condena que funciona al 718%, sin contar a sus hijos que viven con ellas en los centros de privación
de libertad, lo cual evidencia que la población femenina sufre más hacinamiento que la población
masculina. Es importante reiterar que los centros de privación de libertad tienen la capacidad de
albergar a 6,800 personas en total. Y la cantidad de personas privadas de libertad sugiere que es
necesario contar con al menos tres veces la cantidad de espacios disponibles en los centros para
evitar el hacinamiento.
Bibliografía.
Corte IDH, Sentencia de Fondo Caso Fermín Ramírez v Guatemala, 20 de junio de 2005,
Punto resolutivo 12. Disponibilidad y acceso:
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_126_esp.pdf