Está en la página 1de 35

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS


CARRERA DE DERECHO

CATEDRA:
Derecho Romano – 1000

ASIGNACION:
Periodos del Derecho Romano

PRESENTADO POR:
Ana Elizabeth Donaire Castro ------------- 20091002122
Elvia Margarita Salinas Rodríguez -------- 20161005198
Delma Yessenia Vijil Oviedo -------------- 20201005378
Dany Fabricio Fúnez Rodríguez ----------- 20211000618
Douglas Adonis Andino Vijil -------------- 20201000180

CATEDRATICO:
Abog. José Rogelio Penagos

Tegucigalpa D.C, 14 de Octubre, 2021

CIUDAD UNIVERSITARIA HONDURAS C.A


Índice
Introducción.................................................................................................................3
La Ley de las XII Tablas..............................................................................................4
De la ley de las XII tablas al fin de la Republica.......................................................12
Del advenimiento del Imperio a la muerte de Alejandro Severo (723 a 988 de Roma,
o 235 de la era cristiana)...........................................................................................20
De la muerte de Alejandro Severo a la muerte de Justiniano...................................24
Conclusiones.............................................................................................................34
Bibliografía................................................................................................................ 35
Introducción

El hombre está dotado de una voluntad libre que le permite desenvolver sus
facultades naturales.

El derecho Romano es la etapa del Derecho que inicia con la fundación de la ciudad
de roma en los años 753 a.C. y que culmina con la muerte del emperador Justiniano

El primer período comprende, desde la fundación de Roma hasta la promulgación


de la ley de las doce tablas, el segundo período comienza desde la promulgación de
estas tablas hasta el final de la República, el tercer período comienza con el
advenimiento del imperio hasta el reinado de Alejandro Severo y el cuarto y último
período termina con la caída del imperio a la muerte del emperador Justiniano.

El propósito del estudio del derecho romano es el de dotar a los jurisconsultos,


tratadistas, abogados y estudiantes de leyes de una estructura histórica que les
ayude a entender la fuente de donde nacieron las leyes y la jurisprudencia que rigen
a la mayoría de los países de Europa y de América
La Ley de las XII Tablas

Tres patricios fueron enviados a las ciudades griegas de la Italia meridional, donde
las leyes de Solón y Licurgo estaban en vigor. Un año después regresaron trayendo
las leyes griegas. Un griego, Hermodorus, desterrado de la ciudad griega de Éfeso
(hoy, Turquía) les colaboró en la misión, tanto que los romanos le elevaron una
estatua que Plinio dijo existía aun en su tiempo. La versión según la cual La Ley de
Las XII Tablas está inspirada en las leyes griegas ha sido debatida, pero según
Petit, está apoyada en testimonios precisos, lo que la hace creíble. En el año 303
regresó la legión de Grecia y de común acuerdo se suspendieron las magistraturas
ordinarias para confiar todos los poderes a diez magistrados patricios, elegidos de
los comicios por centurias, llamados los decenviros, que fueron encargados de
hacer la ley.

Los 10 magistrados patricios encargados de hacer las nuevas leyes, publicaron su


trabajo un año después y lo entregaron en escritos contenidos en 10 tablas. Pero
estas leyes parecieron insuficientes y en el año 304, se eligieron otros decenviros,
que redactaron dos nuevas tablas.

Después de escritas las XII Tablas, habiendo querido mantenerse los magistrados
patricios ilegalmente en el poder, fueron derribados. Entonces se restablecieron las
figuras de los cónsules, los tribunos y todas las antiguas magistraturas. Lo que se
ha podido comprobar es que la ley de las XII tablas tiene un carácter esencialmente
romano y por lo tanto no es una copia de las leyes griegas.

La ley de las XII tablas reglamentó el derecho público y el derecho privado. Para los
romanos esta ley fue estimada como la fuente de su derecho. “Es la ley, por
excelencia, y todo lo que de ella deriva es calificado de legitimum".

Solo hasta Justiniano algunas de sus disposiciones fueron revocadas, antes de


Justiniano jamás la ley de las XII tablas fue tocada por nadie. Lo anterior a pesar de
que incluso Cicerón estimó que las dos últimas tablas contenían leyes inicuas.

De todas formas y a pesar de ser un logro de los plebeyos la promulgación de la ley


de las XII tablas, tampoco les brindó a éstos, la protección del derecho a la igualdad
que reclamaban. Los plebeyos quedaron excluidos de las magistraturas y les quedó
prohibido contraer matrimonio con miembros de las familias patricias.

Lo positivo fue que por primera vez tenían una ley pública, aplicable a todos, y, “si
es cierto que una nación está constituida cuando tiene una legislación que rige a
todos los ciudadanos, puede decirse que la ley de las XII tablas muestra realmente
la fundación de la ciudad romana”.

La Ley de las XII Tablas fue un texto legal que contenía normas para regular la
convivencia del pueblo romano. También recibió el nombre de Ley decenviral. Por
su contenido, se dice que pertenece más al derecho privado que al público. Fue el
primer código de la Antigüedad que contuvo reglamentación sobre censura (pena de
muerte por poemas satíricos). La ley se publicó al principio en doce tablas de
madera y, posteriormente, en doce planchas de bronce que se expusieron en el
Foro. Debido a que no queda indicio alguno de su existencia, algún autor ha llegado
a sugerir que no existieron.

No obstante, su desaparición puede explicarse por el saqueo que sufrió Roma hacia
el año 390 a. C. por parte de los galos. Se cree que se destruyeron y, por algún
motivo, no se reprodujeron con posterioridad. Esta teoría parece estar apoyada por
las abundantes referencias que de ellas hacen los autores antiguos. El historiador
Tito Livio dijo de ellas que eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público
como privado. Por su parte, el orador y abogado Cicerón afirmó que los niños
aprendían su contenido de memoria.

Al estar estas leyes expuestas públicamente, estaban libres (al menos teóricamente)
de las malas interpretaciones de sus custodios, pues parece que anteriormente los
pocos que conocían las leyes las interpretaban manipulándolas a su favor. Ya en
época imperial, estas leyes, pensadas para todos los ciudadanos, fueron las bases
jurídicas del Imperio romano, pues todos estaban bajo ellas en cualquier rincón del
Imperio.

Antecedentes

Durante los tres primeros siglos de Roma, el derecho privado tenía su fuente única
en usos vigentes entre los fundadores de la ciudad, que había pasado, por tradición,
de las poblaciones primitivas a la nación nueva. A estas costumbres se les conoce
como mores majorum («costumbres de los mayores», o «costumbres de los
antepasados»). Se puede decir que, en este periodo, el derecho privado solo tiene
una fuente cierta, la costumbre. La falta de precisión y esclarecimiento de sus reglas
favoreció al arbitrio de los magistrados patricios encargados de la administración de
la justicia, y no solamente en el derecho privado, sino también en la represión de
crímenes y delitos. Los tribunos, que fueron los intérpretes de las reclamaciones de
la plebe, pidieron la redacción de una ley que rigiera igualmente para todos los
ciudadanos. Después de diez años de resistencia, los patricios cedieron: el Senado
y los tribunos acordaron redactar una ley aplicable a los dos órdenes. Esta ley fue la
de las XII Tablas.

Elaboración

La elaboración de la Ley de las XII Tablas, se produjo a mediados del siglo v a. C.,
gracias a la insistencia de un tribuno de la plebe llamado Terentilo Arsa a partir del
464 a., y no fue hasta el 454 a. C. cuando el Senado republicano decidió enviar una
comisión de tres magistrados a Atenas para conocer la legislación del gobernante
griego Solón, inspirada por el principio de igualdad ante la ley.

Tres años después a la vuelta de esta comisión, se suspendieron las magistraturas


y el Senado decidió constituir otra comisión integrada por diez patricios que se
llamaría Decenvirato, presidida por un cónsul para la elaboración de la ley. Esta
comisión gobernó y trabajó en la redacción durante un año para las diez primeras
tablas, terminadas en el 451 a. C. Sin embargo, como no había sido terminada la
labor de redactar todo el derecho existente, se conformó un segundo decenvirato
que gobernó de manera tiránica y fue depuesto por un levantamiento, quedando
reinstaurado el consulado. Únicamente redactaron dos tablas.

Finalmente, para que no se dijera que los patricios usaban a su favor la ignorancia
de la plebe sobre el texto de las tablas, pues esta había sido una de las razones por
las que insistieron en la redacción de las Tablas, éstas fueron colocadas en el Foro
romano para que todos las vieran, por orden de los dos primeros cónsules después
de los decenviratos: Lucio Valerio y Marco Horacio.
Influencias

En ellas se recogen por escrito, de manera más o menos ordenada, una serie de
costumbres que tenían carácter de ley, a esto se le denomina derecho
consuetudinario e incluso algunas de las leyes del regnum fueron redactadas por los
decenviratos legislativos (decenviri legibus scribundis). Las influencias externas que
pudieron haber tenido, serían las que viniesen del estudio de las leyes griegas por la
comisión que fue a estudiarlas, a fin de redactar mejor las propias.

Contenido

Aunque no se sabe con certeza el contenido exacto que tuvieron las XII Tablas,
gracias a las referencias que hay de ellas en la historiografía romana se puede decir
que contendrían lo siguiente:

Tablas I, II, III

Contendrían derecho procesal civil.

El procedimiento que regulan es el de las acciones de la ley, acciones judiciales que


en virtud de la Ley de las XII Tablas podrían ejercer los ciudadanos romanos para la
defensa de sus derechos. El proceso se caracterizaba por su excesivo formalismo,
las partes debían pronunciar determinadas palabras, a veces muy complicadas,
obligatoriamente si querían tener posibilidades de ganar el litigio o debían realizar
ritos. Detrás de este formulismo estaba el sentimiento religioso.

Las acciones de la ley a saber eran inicialmente cuatro: dos declarativas y dos
ejecutivas. Las primeras: acción por apuesta (sacramentum) y acción por petición de
un juez o de un árbitro (postulatio iudicis). Estas se caracterizaban por contemplar el
mismo proceso, iniciado ante los pontífices (quienes indicaban la fórmula solemne)
más tarde ante un magistrado (quien se encargaba de mediar la contienda entre las
partes ayudando a determinar un juez privado) y por último ante un juez (quien
recibe la fórmula solemne y las pruebas preparadas). Las dos restantes o
ejecutivas: acción por aprehensión corporal (manus iniectio) y la acción de toma de
prenda o embargo (pignoris capio). Ambas guardaban rezagos pertenecientes a la
venganza privada, ya que en ellas se podía aplicar la fuerza o violencia para
recuperar lo debido.
La intervención del poder público era escasa. El pretor era el magistrado que
presidía el proceso, encauzándolo y fijando la controversia, pero el juez que dictaba
sentencia era un ciudadano elegido de común acuerdo por las partes.

La ejecución de la sentencia condenatoria de un deudor se regulaba muy


detalladamente. Aunque resulta morbosa por ser personal y cruel, es fruto del
consenso que tuvo la elaboración de las XII Tablas por parte de patricios y
plebeyos; como los deudores solían ser los plebeyos, esta regulación constituía un
principio de seguridad jurídica, el plebeyo podía saber lo que le esperaba en el caso
de ser insolvente.

Tablas IV, V

Contendrían derecho de familia y de sucesiones.

Regulan normas relativas a la tutela de menores de edad no sujetos a patria


potestad al haber fallecido su padre. Por igual contenían normas relativas a la
curatela a fin de administrar los bienes de aquellas personas pródigas, enfermos
mentales o discapacitados. También había normas para tutelar a las mujeres
solteras una vez fallecido el padre, de ellas se harían cargo familiar próximos.

En estas Tablas por primera vez se limita legalmente el poder absoluto del
paterfamilias sobre su familia. En relación con la mujer, se estableció el divorcio a
favor de la mujer, la mujer se divorciaba ausentándose durante tres días del
domicilio conyugal con ese propósito. En relación con los hijos, el paterfamilias
perdía la patria potestad de sus hijos si los explotaba comercialmente en tres
ocasiones, ya que el hijo quedaba emancipado.

En materia de sucesiones, se da preferencia a la sucesión testada en relación con la


intestada. Si la sucesión era intestada la ley establecía como primeros herederos a
los herederos sui, de derecho propio, esto es los hijos y la mujer como una hija más.
Si no había herederos sui, heredaba el agnado más próximo al fallecido; aquellos
parientes que estuvieron sujetos con el fallecido a la potestad de un ascendiente
común. Si tampoco existían herederos agnados, heredaban los gentiles, aquellas
personas con el mismo gentilicio o apellido que derivaban de la misma gens que el
fallecido.
Tablas VI, VII

Contendrían derecho de obligaciones (negocios jurídicos de la época) y derechos


reales.

Regulan el negocio jurídico del nexum, en la que el deudor asume la obligación de


hacer la prestación al acreedor, en caso de incumplir quedaría sometido a la
potestad del acreedor sin necesidad de sentencia judicial. El nexum fue derogado
por la Lex Poeteliae-Papiliae. También regulan la stipulatio o sponsi, en la que el
deudor asume la obligación de hacer la prestación al acreedor y en caso de
incumplimiento el acreedor podía ejercitar una acción judicial para obtener una
sentencia tras el juicio.

En el campo de los derechos reales se regularían la mancipatio y la en iure cessio,


negocios jurídicos que hacían posible la transmisión de la propiedad de la res
mancipi (medios de producción; capital, trabajo, fincas, edificios, esclavos, animales
de tiro y carga).

Estos negocios estaban rodeados de solemnidades. El mero contrato de


compraventa no bastaba para transmitir la propiedad de cosas importantes, por lo
que había que realizar uno de estos dos negocios para que la propiedad se
transmitiera de modo pleno. La mancipatio consistía en realizar el negocio jurídico
ante 6 testigos, ciudadanos romanos varones y mayores de edad. La en iure cessio
se realizaba ante el pretor, que actuaba como el actual notario, dando fe pública del
negocio.

La usucapio consistía en la adquisición de la propiedad de buena fe por el paso del


tiempo y con justo título (dos años para bienes inmuebles; un año para bienes
muebles).

En la Tabla VII además se contendrían normas relativas a relaciones de vecindad


entre fincas colindantes.Contiene disposiciones referidas a las siguientes
cuestiones: solares y vías de comunicación; anchura mínima de las vías en las
rectas y en las curvas; límites entre fundos (terrenos); obligación de cortar las ramas
del fundo colindante; posibilidad de recoger frutos, etc.
Tablas VIII, IX

Contendrían el derecho penal de la época.

Se caracterizan porque contienen tanto normas muy arcaicas como normas


modernas, lo que refleja un periodo de transición. En estas Tablas aparece
implícitamente la distinción entre dos ámbitos del derecho penal, el derecho público
y el derecho privado.

El público se ocuparía de los crimina o ilícitos penales que eran atentados contra el
pueblo romano, como el perduelio o traición al pueblo romano y de los ilícitos más
graves como el parricidium. Los crimina eran perseguibles de oficio y sancionados
con la pena capital o en su caso el exilio.

El privado se ocuparía de los delicta, ilícitos privados, de menos gravedad y de


persecución a instancia de la víctima o de sus familiares. Estos ilícitos eran
castigados con pena pecuniaria a favor de la víctima, siempre dependiendo de la
gravedad del mismo. Delicta serían delitos de daños a bienes de terceros, el furtum
y la iniuria o delito de lesiones. En la Tabla IX se establece la prohibición de
concesión de privilegios por lo que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.

Tabla X

Derecho Sacro

Recoge una serie de normas que se refieren al orden de la vida interna de la ciudad.
Se prohíbe la incineración e inhumación de los cadáveres en la ciudad, se intenta
así evitar incendios, o que la presencia de un cadáver atente contra la salubridad
pública. Se prohibía también el excesivo lujo en los funerales.
Tablas XI, XII

Son las Tabulae Iniquae (Tablas de los injustos)

Lo que contiene este "cajón de sastre" entre otras cosas, es la prohibición del
connubium (matrimonio desde el punto de vista jurídico, entre patricios y plebeyos).
Posteriormente con la Lex Canuleia esta prohibición queda abrogada. Los cónsules
eran magistrados. Estas dos tablas no llegaron a presentarse a los comicios. Las
tablas XI y XII no se las puede agrupar bajo el mismo derecho. La tabla XI se
relaciona con el derecho penal, con especial hincapié en lo criminal, y la tabla XII
con el derecho privado.

La verdadera importancia de las leyes o Ley de las XII Tablas reside en que esta
codificación constituye la conclusión del proceso de consolidación del Estado
ciudadano romano, de la civitas. La decisión de elaborar este código legal escrito
hay que considerarla como un triunfo de la plebe.

Se dice que las tablas originales quedaron destruidas cuando los galos quemaron la
ciudad de Roma en el año 390 AEC.
De la ley de las XII tablas al fin de la Republica

Durante este periodo, los plebeyos, por un progreso lento pero continuado, obtienen
por fin lo que habían esperado inútilmente de la ley de los decenviros: la igualdad
con los patricios, tanto en el derecho público como en el derecho privado. Al final del
siglo v es una conquista definitivamente acabada.

Después del año 309, el tribuno (Canuleyo obtiene, tras largos debates, el voto de
121 ley Canuleia, que permite el legítimo matrimonio entre patricios y plebeyos. Esta
fue una de las victorias más importantes; ella sola debía traer al cabo de cierto
tiempo la mezcla completa de razas y la fusión de las dos ordene. Hacia la misma
época, los patricios comprenden que no podían imponer por más largo tiempo a los
plebeyos el acceso a la más alta magistratura: el consulado. Acaso por este motivo,
y también porque los cónsules, retenidos con demasiada frecuencia a la cabeza del
ejército, no tenían lugar de emplear el tiempo en sus funciones administrativas,
ciertas atribuciones son sucesivamente separadas del poder consular y erigidas en
dignidades distintas, que quedan largo tiempo todavía reservada a los patricios.

Así es como en 307 se crea dos cuestores, a los que se confía la gestión del
Tesoro público; en 311, dos censores, encargados de las operaciones del censo,
guardianes de las costumbres públicas y privadas; en 387, el pretor, a quien
pertenece en lo sucesivo la administración de justicia y el mismo año, los altos
curules, encargados de la alta policía de !a ciudad . Desde el año 333, los plebeyos
pueden ser cuestores, y el número de estos magistrados fue elevado a cuatro. Pero
en el mismo año de la creación del pretor fue cuando, merced a los esfuerzos de los
dos tribunos Licinio Stolo y Lucio Sexto, los plebeyos llegaron al consulado. Desde
entonces, las demás magistraturas no tardaron en ser abiertas para ellos, y llegan a
la dictadura en 398, a la censura en 403, a la pretura en 417. Por último, en 454 los
plebeyos se colocan entre los pontífices y los augures, y en 500, uno de ellos,
Tiberio Coruncanio, es elevado a la dignidad de gran pontífice. Por consecuencia de
estos cambios, la composición del senado fue modificada.

Según una ley Ovinia, cuya fecha es incierta, los censores tenían el derecho de
nombrar los senadores y debían escogerlos desde luego entre los antiguos
magistrados. Resulta, pues, que los plebeyos el día en que tuvieron acceso a las
magistraturas, llegaron al senado y no tardaron en figurar en él con mayoría.

26.-De otra parte. en 468, la ley Hortensia habla dado fuerza legal a los plebiscitos
desde el año 305 en una época que el tribunado es la sola magistratura plebeya, y
en que la lucha es ferviente entre los dos órdenes, la plebe haya obtenido una
ventaja tan importante. Sin duda, estas tres leyes, que se han sucedido en largos
intervalos, presentan entre ellas diferencias importantes que nosotros ignoramos.
Los plebiscitos tienen definitivamente fuerza de ley sin ser sometidos a la autoridad.
La misma resolución debe aplicarse con más razón a las leyes votadas por el
pueblo en los comicios por tribus. Mientras que esta transformación se realizaba,
veamos cuales eran las fuentes que nutrían el derecho.

En principio, las hipotecas se clasifican según la fecha de su constitución, la más


antigua aventaja a todas las demás.

Los peligros para los acreedores que obtenían una hipoteca sobre una cosa ya
hipotecada se atenuaban solamente de dos maneras:

El que hipoteca o enajena una cosa debe declarar si está ya gravada con hipoteca.

Los acreedores hipotecarios inferiores en clase pueden aún hallar un recurso en el


jus offerendae pecuniae. Se llama así el derecho que asiste al acreedor hipotecario
de desinteresar de ello a otro y tomar el puesto de aquel cuyo crédito se ha
extinguido.

Del poder de enajenar y de adquirir

No se puede transferir a otro más derecho que el que uno tiene por sí mismo De
esta regla evidente resulta que, para enajenar es preciso ser propietario, y que todo
propietario puede, en general, enajenar.
Excepciones:

1. ciertas personas pueden enajenar sin ser propietarios:

a. Los tutores de los impúberos y los curadores pueden enajenar, pero solo a título
oneroso, los bienes de los incapaces cuyo patrimonio tienen la misión de
administrar. Este poder fue limitado por el senadoconsulto de Severo y de Antonino
prohibiendo enajenar los praedia sub urbana de los pupilos y de los menores de
veinticinco años

b. El mandatario puede enajenar un bien que pertenezca a otro cuando se le ha


encargado especialmente por el propietario.

c. El acreedor pignoraticio O hipotecario puede, en la época clásica, vender la cosa


dada en prenda, si no ha sido pagado al vencimiento, y transferir su propiedad al
comprador. A título de mandatario expreso o tácito, ejerce este poder.

2. Ciertos propietarios No pueden enajenar (vender):

a. El pupilo y en esta época también la mujer.

b. Juriosus no puede proceder por sí mismo a una enajenación valida mientras esté
en estado de locura.

c. El menor de 25 años en curatela necesita el consentimiento del curador para


enajenar

d. Por último, el marido, propietario de los bienes que le han sido dados en dote, ha
perdido completamente. Bajo Justiniano, el derecho de enajenar o de hipotecar los
inmuebles dotales

Por quien se adquiere

Según el antiguo Derecho civil, un ciudadano sui juris puede adquirir la propiedad y
los derechos reales, no solamente por sí mismo, sino también por las personas que
tiene bajo su potestad; es decir, por los esclavos, los hijos e hijas de familia, las
mujeres in manu y las personas in mancipio, porque la personalidad de estos se
confunde con la suya. Por el contrario, no se puede adquirir nada por una persona
libre e independiente.

1. De la adquisición por el esclavo: El esclavo no puede tener nada propio, todo lo


que adquiere pertenece al dueño.

a. El esclavo fue propietario siendo libre, el dueño del esclavo la adquiere sin
saberlo y contra su voluntad, pero si es una sucesión el esclavo no puede aceptarla
sin consentimiento del dueño ya que esta comprende bienes y deudas. El dueño no
puede ser deudor sin saber lo pero puede adquirir el legado sin deudas del esclavo
sin saberlo.

2. De adquisición por los hijos de familia: El jefe de familia adquiere por los hijos
sometidos bajo su potestad, como por los esclavos, pero a partir del reinado de
Augusto, se admite que los hijos de familia sean propietarios de los bienes que han
adquirido con ocasión del servicio militar, y que forman para ellos un verdadero
patrimonio, con el nombre de pedium cartense

De los derechos de crédito u obligaciones

Los derechos que componen el patrimonio de los particulares se dividen en


derechos reales y en derechos de crédito.

Los derechos de crédito. Se les llama también obligaciones. El derecho de crédito


es, en efecto, una relación entre dos personas, de las cuales una, el acreedor,
puede exigir de la, otra, el deudor, un hecho determinado, apreciable en dinero.
Ahora bien; esa relación puede ser considerada desde dos puntos de vista
diferentes: del lado del acreedor, es un derecho de crédito que cuenta en el activo
de su patrimonio; del lado del deudor, es una obligación, una deuda que figura en su
pasivo.

Las Instituciones de Justiniano definieron así la obligación: es un lazo de derecho


que nos contribuye con la necesidad de pagar alguna cosa conforme al Derecho de
nuestra ciudad. La obligación esta así comparada a un lado que une una a otra a las
personas entre las cuales ha sido creada; es, por otra parte, un lazo puramente
jurídico. Pero si sujeta al deudor, si limita su libertad, no hemos de sacar de ahí la
conclusión de que sea una molestia en la sociedad. El hombre no puede bastarse a
sí mismo.

La definición de la obligación surge los tres elementos de que se compone:

a) Un sujeto activo, el acreedor; puede haber uno o varios.

b) Un sujeto pasivo, el deudor

c) El objeto de la obligación consiste siempre en un acto que el deudor debe realizar


en provecho del acreedor.

De las obligaciones nacidas de los contratos

En todo contrato hay una convención cuando dos o más personas se ponen de
acuerdo respecto a un objeto determinado, se dice que hay entre ellas convención o
pacto.

Las partes que hacen una convención destinada a producir un efecto jurídico
pueden proponerse crear, modificar O extinguir un derecho. No tenemos que
ocuparnos aquí más que de las convenciones que tienden a crear un derecho: son
las únicas que forman el género cuya especie es el contrato.

Desde fines de la República se ha determinado el número de los contratos, y se


distinguen cuatro clases de ellos, según las formalidades que deben acompañar a la
convención:

Los contratos verbis se forman con la ayuda de palabras solemnes. No citaremos


aqui más que el principal: la estipulación; 2. El contrato litteris exige menciones
escritas; 3. Los contratos re no son perfectos sino por la entrega de una cosa al que
viene a hacerse deudor. Son el mutuum o préstamo de consumo, el comodato o
prestamo de uso, el depósito y la prenda; 4. Por último, los contratos formados solo
consensu, por el solo acuerdo de las partes. Son: la venta, el arrendamiento, la
sociedad y el mandato. Toda convención que no figura en esta enumeración no es
un contrato.
Los contratos son derechos estrictos de buena fe.

De los elementos generales de los contratos. Hay unos elementos que les son
comunes, y que son esenciales a su existencia. Estos elementos son:

1. El consentimiento de las partes;

2. Su capacidad;

3. Un objeto válido.

El consentimiento es el acuerdo de dos o varias personas que se entienden para


producir un efecto jurídico determinado; es este acuerdo el que forma la convención,
base de todo contrato

De la capacidad de las partes.

Para que un contrato sea válido es preciso que esté hecho entre personas capaces.
No debe confundirse la incapacidad con la imposibilidad de consentir. El loco y el
infante no pueden contratar, porque no tienen voluntad y porque no pueden
consentir.

Del objeto

El contrato, formado por el acuerdo de personas capaces, debe aún, para ser válido,
tener un objeto que reúna ciertos caracteres. En principio, el objeto de un contrato
consiste en la creación de una o varias obligaciones. Pero si una de esas
obligaciones es nula, por defecto de un objeto válido, el contrato mismo está
afectado de nulidad. Se puede, pues, de hecho, confundir sin inconveniente el
objeto del contrato y el objeto de la obligación.

Condiciones que debe tener el objeto:

1. Debe ser posible

2. Debe ser lícito.

3. Debe constituir para el deudor una ventaja apreciable en dinero

4. Debe estar suficientemente determinado.


De la estipulación.

La estipulación es una manera de contratar, que consiste en una interrogación al


efecto de obligar hecha por el que quiere hacerse acreedor seguida de una
respuesta afirmativa y conforme a la pregunta hecha por el que consiente en
hacerse deudor.

La estipulación puede ser pura y simple; puede tambi6n estar sometida a ciertas
modalidades, es decir, que puede contener ciertas cláusulas particulares que
afecten bien a la existencia, bien a los elementos bien a la ejecución de la
obligación. Enire estas modalidades, las más importantes son el término y la
condición.

Contratos formados

Reglas comunes.

Los otros tres contratos reales, el comodato, el depósito y la, prenda Se distinguen
del mutuum por caracteres muy diferentes, y tienen entre sí, por el contrario, una
gran afinidad. He aquí los principios que les son comunes

Mientras que, en el mutuurn, la tradición, necesaria a la perfección del contrato,


debe ser traslaticia de propiedad, en el comodato, el depósito y la prenda no se
cambia la propiedad

Comodato o préstamo de uso es útil contrato por el cual una persona, el comodante,
entrega gratuitamente una cosa a otra persona, el comodatario ario, para servirse
de ella, y devolverla después de haber hecho el uso convenido.

El depósito es un contrato por el cual una persona, el depositante, entrega una cosa
a otra persona, el depositario, que se obliga gratuitamente a guardarla y devolverla
al primer requerimiento.

La prenda pignus es un contrato por el que el deudor o un tercera entrega una cosa
a un acreedor para seguridad de su crédito, con cargo para este acreedor de
sustituirla después de haber obtenido satisfacción.
De los contratos consensuales.

Los contratos consensuales se forman por el solo acuerdo de las partes. Hay cuatro:
la venta, el arrendamiento, la sociedad y el mandato.

Hay venta, en la época clásica, cuando dos personas convienen que una debe
procurar a la otra la libre posesión y el disfrute completo y pacífico de una cosa
determinada mediante pago de un precio fijado en dinero.

El arrendamiento: es un contrato por el cual una persona se compromete con otra a


procurarle el goce temporal de una cosa, o a ejecutar por ella cierto trabajo
mediante una remuneración en dinero, llamada mercea

Sociedad: Se aplica a toda reunión de personas que se proponen conseguir un fin


común.

Mandato: es un contrato por el cual una persona da encargo a otra persona, que
acepta, de realizar acto determinado o un conjunto de operaciones.
Del advenimiento del Imperio a la muerte de Alejandro Severo (723
a 988 de Roma, o 235 de la era cristiana)

Este tercer período marca su apogeo. Felizmente extendido al contacto de las


legislaciones extranjeras, coordinado y adaptado conforme a la práctica por los
ingenios eminentes, alcanza, bajo los Antoninos, su más alto grado de perfección. A
partir de Diocleciano y durante todo el Bajo Imperio, se estaciona los emperadores
buscan la manera de poner las leyes en relación con las costumbres de una
sociedad nueva, y se sancionan algunas excelentes constituciones.

Del advenimiento del Imperio a la muerte de Alejandro Severo, el poder proconsular,


que le da el mando de todos los ejércitos del Imperio; la potestad tribunicia, que
hace sil persona inviolable y le otorga el derecho de velo sobre todos los
magistrados; la potestad cenamial, que le permite completar el senado y proceder a
si depuración, y, por último, el poder religioso, del modo que le tenían los reyes en
tiempos pasados.

Por otra parte, ninguna de las antiguas magistraturas fue suprimida, y existen, cuino
en tiempos de la república, los cónsules, pretores y tribunos, compañeros del
emperador. Asimismo fueron establecidas las nuevas dignidades. Después de
Augusto, sus sucesores recibe los mismos poderes, no ya por concesiones
sucesivas, sino de una sola vez, por efecto de una ley, renovarla a cada
advenimiento, y denominada ley regia o lex de imperio. Entre otros privilegios, esta
ley otorgaba al emperador el derecho de hacer todo lo que el juzgara útil para el
bien del listado: es decir, el poder absoluto. Votada por el senado, dicha ley era en
seguida ratificada por el pueblo.

Bajo el imperio el derecho continúa progresando hasta la muerte de Alejandro


Severo. La costumbre (diuturna, inveterada consuetudo) es siempre una fuente
activa de derecho no escrito. Los jurisconsultos de este periodo atestiguan su
autoridad.

En cuanto al derecho escrito, el cambio en la forma de gobierno trae consigo


modificaciones en el ejercicio del Poder legislativo. Aunque los emperadores
estaban investidos de un poder absoluto, conservan, durante los primeros años del
Imperio, la apariencia de las antiguas formas republicanas, y hacen votar las leyes
en los comicios, después de haber sometido los proyectos al senado.

Con el Poder legislativo, los comicios conservan el poder electoral. Pero, según el
testimonio de Tácito, Tiberio les quita la elección de los magistrados para dársela al
senado. Bajo su reinado, y después de él, votaron todavía las leyes, también bajo
Claudio, encontrándose un último vestigio bajo Nerva al fin del siglo I de nuestra era.
Después cesaron poco a poco de reunirse, sin que ninguna decisión los haya
expresamente suprimido. Este desuso se explica, sobre todo, por la extensión dada
al derecho de ciudad.

Era difícil llegar a hacer votar la ley a todos los ciudadanos que tenían el derecho de
sufragio en Roma y en Italia entera: de hecho, los comicios se redujeron a una débil
minoría. Además los emperadores reemplazaron desde luego el voto de los
comicios por la resolución del senado; después ellos hicieron directamente la ley.
Los senadoconsultos y las constituciones imperiales suceden, por consiguiente, en
este periodo, a las leyes y a Ios plebiscitos; de otra parte, el edicto de los
magistrados y las respuestas de los prudentes llegaron a hacerse, a partir de
Adriano.

Todas las Constituciones no tienen el mismo carácter. Se distinguen tres clases: a)


Los edicta, verdaderos edictos publicados por el emperador, en calidad de
magistrado, teniendo el jus edicendi. Contenían, en general, las reglas de derecho
aplicables a todo el Imperio.

b) Los decreta, decisiones judiciales dadas por el emperador en las causas


sometidas a su jurisdicción, en primera instancia o en apelación.

c) Los rescripta, consultas dadas bajo forma de carta a un magistrado (epístola) o


de nota escrita debajo de la demanda de un particular (subscriptio). Son numerosos
en este período a partir de Adriano.

Es probable que la fuerza obligatoria de los edicta fuese desde luego limitada a la
vida de su autor. Así es como frecuentemente los edictos de un príncipe fueron
renovados por sus sucesores. Pero acabaron más tarde por conservar su autoridad,
en tanto que no hablan sido objeto de una revocación especial. En cuanto a los
decreta y a los rescripta, existían los que aplicaban simplemente el derecho
existente y permanecían sin influencia sobre su desarrollo. Los demás no tenían
más que un carácter personal, un efecto restringido a un caso particular: cuando
otorgaban un favor o aplicaban una pena. Solo podían tener fuerza de ley los que
contenían reglas nuevas.

El derecho honorario.-Edicto de Salvio Juliano.-Desde el principio del Imperio, el


derecho honorario alcanzó todo su desarrollo; la obra de los pretores concluye al
final del siglo I de nuestra era, y sus edictos ya no se hacen notar por ninguna
reforma importante. Además, el emperador Adriano quiere fijar y codificar los
principios del derecho pretoriano. Salvio Juliano, uno de los más ilustres
jurisconsultos de la época, fue encargado de esta misión. Reúne en un solo cuerpo
las reglas publicadas cada año por el pretor urbano y los ediles curules después su
obra fueron ratificados por un senadoconsulto. Este fue el edictum perpetuum por
excelencia, el que, en lo sucesivo, se cuenta entre las fuentes de derecho escrito,
pero sin que el jus honurarium se confundiese, sin embargo, con el jus civile.

La clasificación de época clásica es aplicada. En general, al Periodo que se


extiende de Augusto a la muerte de Alejandro Severo, Y de una manera más
especial a los reinados de los Antónimos y de los Severos; es decir, al siglo II y a los
primeros años del III de nuestra era. Porque es entonces cuando los jurisconsultos
romanos han llevado la ciencia del Derecho a su apogeo y han demostrado en sus
escritos esa unión perfecta entre la teoría y la práctica, esa precisión de lenguaje,
esas cualidades de análisis y de deducción lógica que de ningún modo han sido
sobrepujadas. El estudio del derecho levantó cuestiones delicadas, y en todos
tiempos dio lugar a disidencias entre los jurisconsultos romanos. Bajo el reinado de
Augusto, estas divergencias de opiniones motivaron la formación de dos escuelas o
sectas bien distintas: los Proculeyanos y los Sabinianos. Esta división se remonta a
dos jurisconsultos igualmente celebres: Antisio Labeón y Ateyo Capiton. El primero,
enemigo declarado de la autocracia imperial y fiel a las instituciones republicanas,
rehúsa las dignidades que le ofreció Augusto, y muestra en el dominio del derecho.

La distinción de las dos sectas se prolonga hasta mediados del siglo II de nuestra
era. Bajo Antonino el Piadoso, Pomponio, por medio del Digesto, nos ha conservado
un fragmento importante sobre la historia del Derecho Romano; es considerado
como sabiniano, y Gayo. Que ha visto el principio del reinado de Marco Aurelio,
profesa todavía las opiniones sabinianas. Pero después de él se borra
completamente la distinción, y los grandes jurisconsultos que se suceden hasta la
muerte de Alejandro Severo no pertenecen a ninguna escuela.

Entre los más célebres es necesario citar, bajo Marco Aurelio, Marcelo y Cervidio
Scévola. Un poco más tarde, al fin del siglo II, vivió Papiniano, que los antiguos y
modernos le han considerado como el príncipe de los jurisconsultos romanos.

Fué amigo de Septimio Severo. Prefecto del pretorio en 205, pereció asesinado en
212 por orden de Caracalla. Paulo y Ulpiano, más jóvenes que Papiniano, le
sobreviven después de haber sido sus rivales, y llegan a prefectos del pretorio, bajo
Alejandro Severo. Ulpiano tiene por contemporáneo a Marciano, y por discípulo a
Modestino. Quien vivió a mediados del siglo II y fué el último gran jurisconsulto de la
época clásica.
De la muerte de Alejandro Severo a la muerte de Justiniano.

Después de la muerte de Alejandro Severo comienza el período del Bajo Imperio


que se extiende hasta el reinado de Justiniano. Esta es la etapa donde las guerras
intestinas por el trono, y las invasiones de los bárbaros, consumen poco a poco en
desorganización a la sociedad romana. La llegada al trono de una infinidad de
emperadores carentes de talento para gobernar da comienzo a la caída de la ya
muy corrompida sociedad romana. Con la firmeza de algunos como Constantino,
quién oficializa al Cristianismo como religión oficial, se logra por un tiempo frenar el
proceso de disolución del imperio, pero no duran mucho los barberos para volver a
invadir la península itálica.

Durante tres siglos se sucedieron múltiples emperadores, algunos por su habilidad y


firmeza detuvieron la lenta pero firme decadencia en la que terminó cayendo el
derecho romano y le dieron al Imperio una apariencia de solidez.

Con Constantino, el cristianismo llega a ser la religión oficial, y la sede del gobierno
fue trasladada de Roma a Constantinopla. Desde entonces la unidad del Imperio no
podía subsistir largo tiempo.

Luego de la muerte de Teodosio, el imperio seide en dos partes; el Occidente y el


Oriente. El imperio de Occidente desaparece en el 476 d.c invadido por los
bárbaros. Arrinconado cada día por sus ataques, vuelve a encontrar en 535, con el
emperador Justiniano algunos años de prosperidad.

El de Oriente, situado en lo que es hoy Turquía, llamado Nueva Roma vuelve a


encontrar con Justiniano alguna prosperidad, pero Italia cae al fin en manos de los
bárbaros y luego de la muerte de Justiniano, el imperio de Oriente no es más que un
imperio griego.
1-La decadencia del derecho; y la ley de las citas.

DECADENCIA DEL DERECHO:

Es una época de decadencia del derecho, solo queda la costumbre y las


constituciones imperiales, los emperadores eran asesorados por los jurisconsultos,
pero primaba la decisión del emperador “Quod principis placuit Tegis habet vigorem”
(lo que el pincipe quiere tiene fuerza de ley).

La ley de citas de 426 es una norma que regulaba la recitatio de las obras de los
juristas romanos ante los tribunales, es decir, establecía qué juristas podían ser
invocados y los criterios para la decisión del juez cuando éstos habían expresado
opiniones diversas.

Esta ley era propiamente una constitución imperial de 7 de noviembre de 426,


redactada en Rávena por el emperador de occidente Valentiniano III y dirigida al
Senado de Roma. Por ello, con la expresión ley de citas se hace referencia sólo a la
parte en que ésta se refiere a la cita de las obras de los juristas, puesto que su texto
era más extenso y se refería a otras materias, como derecho sucesorio y
donaciones.

Establecía que sólo podían citarse las obras de Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y
Modestino. Si sus opiniones eran distintas, prevalecía la mayoritaria. En cambio, si
no existía mayoría en un sentido o había empate, prevalecía la opinión de
Papiniano. En caso que este último no se hubiera manifestado al respecto, el juez
quedaba libre de elegir entre las opiniones presentadas.

Respecto a otros juristas de relieve como son Escévola, Sabiniano o Juliano,


quedaron desautorizados dado que no fue posible determinar la antigüedad de sus
obras.
2-Los trabajos de codificación anteriores a Justiniano.

Antes de Justiniano, dado el gran número de Constituciones Imperiales, se


codificaron las sancionadas desde Dioclesiano hasta Septimio Severo, la obra del
jurisconsulto Gregorio se llamó “Código Gregoriano”. Como complemento de la
anterior y también de carácter privado aparece bajo Constantino el “código
Hermogeniano”, obra de Hermógenes. El Código Teodosiano, obra de Teodosio II,
es el primer cuerpo de leyes oficial ya que fue aprobado por el Senado.

Obra de Justiniano:

Código Antiguo: Obra de diez jurisconsultos nombrados por Justiniano para revisar
los Códigos anteriores y sus constituciones, eliminando las caídas en desuso y
agregando las posteriores.

Digesto o Pandectas: Compilación y resumen de las obras de los jurisconsultos


antiguos, el encargo fue hecho al “questor sacri palatti” Triboniano e integrada por 4
profesores, 11 abogados de Constantinopla y un funcionario denominado “comens
sacrum largitarium”. Más de 2.000 libros fueron reducidos a 50, divididos en títulos y
estos en fragmentos, numerados y con el nombre de los autores.

La Institutas: Encomendada también a Triboniano, con el objeto de facilitar el


estudio a los alumnos de Derecho de la Universidad de Constantinopla, consta de
cuatro libros y contiene fragmentos del Digesto y de la obra de Gayo.

Código Nuevo: Es la edición revisada del antiguo Código, nutrido por la agregación
de las Constituciones posteriores a su publicación, son 12 libros y el trabajo
correspondió a Triboniano acompañado de 4 jurisconsultos.

Novelas: Recopilación de constituciones dictadas por Justiniano, con posterioridad a


los trabajos precedentes, fueron hechos a la muerte de Justiniano y no fue oficial.

CORPUS JURIS CIVILIS: Formado por la obras de Justiniano, algunos antecesores,


esencialmente Gayo, Paulo y Ulpiano y la obra de los sucesores Justino II y Tiberio
II.
La expresión Corpus Juris Civilis fue usada por primera vez en 1583 por Dionisio
Gotofredo, especialmente para distinguirlo del “Corpus Juris Canonici” según criterio
de los glosadores. La agrupación de la obra tiene un carácter científico.

3-Las leyes romanas de los Bárbaros

¿Cómo se presentan con anterioridad el siglo XIII, el cuadro del Derecho Europeo?
Los elementos existentes, sobre los cuales se construía el sistema presentan en
esta época un carácter esencialmente consuetudinario. El imperio romano ha
desarrollado una brillante civilización y el genio romano ha construido un sistema
jurídico sin precedentes en el mundo. No nos interesa aquí describir ni el sistema
romano ni su historia. Desde la perspectiva del siglo XIII, hace ya siglos que el
imperio romano ha cesado de existir.

Al producirse las invasiones bárbaras, tanto los pueblos romanizados como los
barbaros han continuado viviendo, durante algún tiempo, bajo su propia ley.
Después de la conversión de los barbaros al cristianismo, los diferentes pueblos han
visto como, poco a poco, se aproximaban a sus modos de vida; se han ido
produciendo gradualmente su fusión y se han ido imponiendo, con el feudalismo,
costumbres territoriales que excluían el principio primitivo de la personalidad de las
leyes.

No faltan documentos a través de los cuales podemos conocer tanto el Derecho


romano de la época como los Derechos Barbaros. Las compilaciones de
JUSTINIANO (código, digesto, institutas, publicaciones entre 529 y 534 y
completaos, más tarde, por una seré de Novelas) en Oriente y, en alguna medida,
en Italia, la lex Wisigothorum o Breviario de Alarico (Promulgado en 506) en Francia
y en la península ibérica representaban, en teoría, el Derecho Romano. A partir del
siglo VI, se elaboran leyes bárbaras en la mayor parte de la tribus germánicas; el
proceso continua hasta el siglo XII, por lo que se refiere a las leyes de las diferentes
tribus mordicas o eslavas.
4-Los trabajos legislativos de Justiniano; 12

La Obra Legislativa de Justiniano:

Justiniano rigió el Imperio Romano de Oriente desde el año 527 al 565. Su gobierno
puede calificarse de esplendoroso. Los esfuerzos de su política se encaminaron a
restablecer el antiguo Imperium romanum, y para ello dirigió su atención a
reconquistar los territorios de Occidente que habían caído

En poder de los bárbaros. Paralelamente, su obra legislativa no obedece más que a


esta restauración del antiguo Imperio romano.

En Oriente, ya Teodosio, en la primera mitad del siglo V, había intentado una


codificación del derecho, obteniendo por resultado el Codex Theodosianus. También
en Occidente, los Estados germánicos habían realizado intentos de codificación. La
misión que se impuso Justiniano era semejante a la de éstos.

En la legislación justinianea destacan dos características principales:

1ª.-En ella se observa la tendencia a construir un Derecho en consonancia con los


tiempos.

2ª.-Los compiladores, y, por tanto, la legislación resultante, se hallan sometidos a la


autoridad de todos los elementos de la época clásica.

La obra de Justiniano, que a partir de la Edad media se denominó Corpus Iuris


Civilis, a pesar de su carácter unitario, estaba compuesta por los siguientes
elementos: Código, Digesto, Instituciones y Novelas.

Código de Justiniano:

Es una compilación legislativa llevada a cabo por el emperador de Bizancio


Justiniano I (527-565). Bajo sus auspicios se realizaron cuatro importantes obras
que, a partir de la edición completa publicada en 1583 por Dionisio Godofredo en
Ginebra, se denominaron Corpus Iuris Civilis. En esta obra podemos distinguir
cuatro partes.
Las Instituciones

Etimológicamente significa instituciones. Contienen una síntesis de preceptos y


doctrina en cuatro libros de reducida extensión que abordan las siguientes materias:
el primero, de las personas; el segundo, de la división de las cosas, de la propiedad,
de los demás derechos reales y del testamento; el tercero, de la sucesión intestada
y de las obligaciones que proceden del contrato; y el cuarto, de las obligaciones ex
delito y de las acciones, con un apéndice de publicis iudiciis. La obra es fruto del
encargo que Justiniano hizo a los juristas Triboniano, Teófilo y Doroteo: realizar una
obra de lenguaje accesible que pudiera sustituir a las Instituciones de Gayo en las
escuelas. Así fue promulgada el 21 de noviembre de 533 dedicada a la juventud
estudiosa y más tarde, el 30 de diciembre del mismo año, adquirió fuerza de ley.

El Código:

Justiniano dictó el 13 de febrero del año 528 una constitución denominada “ Haec
quae necesrio” , por ser estas las palabras iníciales de su texto, en la cual designó
una comisión a la que encomendó la tarea de proceder a la recopilación de las
leyes, o sean las constituciones imperiales vigentes en la época, que habrían de
tomar de los códigos Gregorianos, Hermogeniano y Teodosiano, agregándole las
constituciones posteriores del mismo Teodosio II y las llamadas novelas post-
teodosianas.

Existió una comisión que recibió el encargo de reunir las constituciones imperiales;
el emperador dio su autorización para proceder a una recopilación de las que
tuvieran en vigencia en ese momento, pudiendo modificar su redacción y hasta su
contenido, a fin de adaptarlas a las necesidades actuales, ya que la obra perseguía
una finalidad: facilitar la aplicación del derecho, transcurrido unos meses la comisión
presentó su proyecto al emperador. Quién el 7 de abril del año 526 publicó una
constitución que fijaba el día 16 de abril de ese mismo año la entrada en vigencia
del “ Novus Iustiniano Codex” , o sea el “ Nuevo Código” , que fue nuevo con
relación a los códigos que se habían tenido en cuenta, pero que dejó de serlo ,
cuando posteriormente el mismo Justiniano ordenó en el año 534 la redacción de
una nueva recopilación, que fue aprobada por el emperador con el título de “
Codees repetitae praelectionis” y que es, el “ Nuevo Código Justinianeo” .
El texto del primitivo código Justiniano (529), al que se le denomina “ Codex Vetus” ,
no ha llegado hasta nosotros y sólo se conserva en un manuscrito conocido por “
Papiro de Oxyrrinco” , publicado en 1922 un fragmento de su índice en que figuran
los “ inscripciones” de las constituciones incluidas en los títulos II, que no fue
incluida en el nuevo del año 534, circunstancia ésta que demuestra que en el
momento en que Justiniano ordenó la redacción del primer codees no había
concebido todavía la idea de hacer compilar un cuerpo de doctrina jurídica como el
Digesto, ya que, de lo contrario, no se explicaría aquella inclusión.

El Digesto

Nombre tomado en tributo al anterior Digesto, que etimológicamente significa


enciclopedia, compuesto por Juliano. Dividido en 50 libros, es la parte más
voluminosa del Corpus y está formada por una reunión de fragmentos procedentes
de las obras de los grandes juristas, armonizando una edición oficial de los más
selectos de la jurisprudencia romana.

El 15 de diciembre de 530 Justiniano encargó a Triboniano que seleccionara unos


colaboradores que juzgara con la capacidad necesaria para acometer la
abrumadora tarea de compilar con carácter oficial los precedentes jurisprudenciales
que integraban el ius, pero que no estaban recogidos en leges. Para darle un
carácter unitario se procedió también a ordenar y eliminar las repeticiones, y
resolver los aspectos contradictorios de la ley existente e incluso variar el tenor
literal de todos los documentos, si hacía falta para lograrlo.

El Derecho de juristas recogido en el Digesto es el fruto de la aplicación profesional,


y por su propia naturaleza es fragmentaria, por lo que resulta indudable el enorme
esfuerzo que conllevó esta empresa, que además se caracterizó por la tremenda
riqueza por su contenido, que todavía resulta actual. Los 50 libros de que consta se
encuentran divididos en títulos, dentro de los cuales se incluyen los fragmentos,
cada uno con la inscripción que indica el nombre del jurisconsulto, el número del
libro y el título de la obra originaria de la que proceden, no contándose con una
sistemática práctica en la ordenación interna de cada título.
Cabe señalar que el digesto es dividido por Justiniano para servir a fines didácticos
en 7 partes, siguiendo el esquema de los comentarios del edicto. Estas partes son:

Del libro 1 al 4: Principios generales sobre el derecho y la jurisdicción.

Del libro 5 al 11: Doctrina general sobre las acciones de protección judicial de la
propiedad y de los demás derechos reales.

Del libro 12 al 19: De rebus, obligaciones y contratos.

Del libro 20 al 27: Umbilicus, obligaciones y familia.

Del libro 28 al 36: De testamentis et codicilis, herencia, legados y fideicomisos.

Del libro 37 al 44: Herencia pretoriana y materias referentes a derechos reales,


posesión y obligaciones.

Del libro 45 al 50: Stipulatio, derecho penal, apellatión, derecho municipal.

Las Novelas

Nombre cuyo origen es el de Novellae constituciones post Codicem. Contienen las


constituciones promulgadas por Justiniano después de publicar la compilación
integrada por las tres secciones ya descritas. A diferencia de las partes anteriores,
las Novelas no están recopiladas como unidad formal que responda al designio de
un soberano, sino que se conocen a través de colecciones particulares.

El auténtico esplendor del trabajo de Justiniano se produjo unos seis siglos más
tarde de la publicación de estas obras, cuando la cultura europea adoptó su legado
como una referencia cargada de autoridad y muy útil para la formación de los
nuevos juristas en un Derecho común. El gran mérito de la obra de Justiniano fue
condensar el saber jurídico de Roma y actuar como el eslabón de continuidad para
que ese pensamiento pasara a la conciencia jurídica europea suponiendo, sin duda,
el segundo gran momento de expansión del Derecho romano.
Las “ Novellae Leges” se clasificaron en:

Epidome Iuliani: Es una colección de 124 novelas que se encuentran en orden


cronológico y escritas en latín, estas se le atribuyen a un profesor de
Constantinopla, llamado Juliano. Se cree que fue compuesta en tiempos de
Justiniano, aproximadamente en el año 555. Estas se transmitió en manuscritos
en el siglo VII.
Las Auténticas (Authenticum): Esta es una colección de 134 novelas, que fueron
publicadas entre los años 535 y 556, estas están ordenadas cronológicamente
hasta el No. 124. Su traducción al latín no se realizó de manera fiel, y su nombre
proviene por haberse otorgado autenticidad por los juristas de Bolonia, tras
tenerlas por falsas, se hicieron aproximadamente en el siglo XI.
Colección Anónima: Es una colección de 168 novelas que originalmente se
redactaron en griego y fueron llevadas a cabo bajo Tiberio II. En su mayoría
pertenecen a Justiniano, otras a Justiniano II y Tiberio II.

La legislación de Justiniano.

Tenemos las instituciones, el digesto, el código y las novelas. El texto de estas


colecciones nos ha sido conservado por cierto número de manuscritos, cuya
comparación ha sido objeto de varias ediciones, sobre todo para las instituciones y
el digesto. Las ediciones más notables de las instituciones son:

La de cujas. En 1595.-b) la de Schroeder, de 1836.-c) la dekrueger, en 1867-1872;


según la edición, 1899. En cuanto a digesto, se distingue tres clases de ediciones,
con arreglo a las diversas lecciones adoptadas, que son:

La lectio florentina y littera pisana.

Es la reproducción de un célebre manuscrito conteniendo solo las pandectas y


escrito en pergamino, hacia el siglo VII, por los dos copistas griegos. Según la
tradición, Lotario II lo había hallado en Amalfi en 1135, en el momento de tomar esta
villa, y lo había entregado. De aquí lo transportaría a Florencia en 1406, donde aún
hoy se conserva en la biblioteca laurentiniana. Está considerado como el más puro,
aunque presenta algunas incorrecciones (1). B) la lectio vulgata, establecida por los
glosadores, según un manuscrito que reproducía generalmente la florentina, y otro
manuscrito original hoy perdido ya.-c) la lectio no rica, obra del haloander. Esta
lección se publicó en 1529, en Núremberg, de donde le viene el hombre. Las
diversas partes de la obra de Justiniano se han impreso a menudo, separadamente,
aunque también han sido publicadas en una sola obra, bajo el nombre de corpus
juris civiles.

Objeto del Derecho privado.

El derecho privado era así, el que regía a los particulares; sus normas podían ser
modificadas por voluntad de los individuos quienes estaban dirigidas, y de hecho, en
sus orígenes este derecho emanaba de las agrupaciones familiares con el objeto de
regular únicamente las relaciones entre particulares, las cuales podían ser de
carácter familiar o patrimonial, de aquí que se diga que el derecho privado fue la
fuente del derecho romano.

En síntesis, el Derecho privado se interpone al Derecho público y son normas que


regulan los actos y las relaciones de los particulares entre sí. Por ejemplo: cuando
dos personas contratan, surge la obligación de cumplir con los términos del contrato,
cuando se casan, o cuando inician una actividad comercial, de tal forma que ellos
establecen las relaciones que mejor convenga a sus intereses.
Conclusiones

Como conclusión leer y estudiar en detalle todos los periodos históricos


romanos, podemos observar sus lentos cambios, ya que tomó muchos años
el paso de un período a otro, fue un proceso largo. Después de leer podemos
saber que vimos las luchas entre las clases sociales que estuvieron en la
gran mayoría de los períodos, pero los plebeyos obtuvieron lo que pedían, ya
que en cualquier sociedad tarde o temprano aparecerían nuevas clases
sociales, pero para algunos las nuevas la división era mejor que la había. Y
podemos centrarnos en un gran evento, el Corpus Iuris Civile, que el
emperador Justiniano decidió compilar toda la ley romana hasta ese día, para
que fuera ordenada y tuviera un mejor ejercicio. Esta compilación llegó a gran
parte del mundo, estudiando esta ley y siendo la base de muchos países.
Bibliografía

https://es.scribd.com/doc/86126210/De-La-Fundacion-de-Roma-a-La-Ley-de-Las-
Xii-Tablas

https://www.derechoromano.es/2015/04/fundacion-roma-leyes-xii-tablas-origenes-
derecho.html

También podría gustarte