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CATEDRA:
Derecho Romano – 1000
ASIGNACION:
Periodos del Derecho Romano
PRESENTADO POR:
Ana Elizabeth Donaire Castro ------------- 20091002122
Elvia Margarita Salinas Rodríguez -------- 20161005198
Delma Yessenia Vijil Oviedo -------------- 20201005378
Dany Fabricio Fúnez Rodríguez ----------- 20211000618
Douglas Adonis Andino Vijil -------------- 20201000180
CATEDRATICO:
Abog. José Rogelio Penagos
El hombre está dotado de una voluntad libre que le permite desenvolver sus
facultades naturales.
El derecho Romano es la etapa del Derecho que inicia con la fundación de la ciudad
de roma en los años 753 a.C. y que culmina con la muerte del emperador Justiniano
Tres patricios fueron enviados a las ciudades griegas de la Italia meridional, donde
las leyes de Solón y Licurgo estaban en vigor. Un año después regresaron trayendo
las leyes griegas. Un griego, Hermodorus, desterrado de la ciudad griega de Éfeso
(hoy, Turquía) les colaboró en la misión, tanto que los romanos le elevaron una
estatua que Plinio dijo existía aun en su tiempo. La versión según la cual La Ley de
Las XII Tablas está inspirada en las leyes griegas ha sido debatida, pero según
Petit, está apoyada en testimonios precisos, lo que la hace creíble. En el año 303
regresó la legión de Grecia y de común acuerdo se suspendieron las magistraturas
ordinarias para confiar todos los poderes a diez magistrados patricios, elegidos de
los comicios por centurias, llamados los decenviros, que fueron encargados de
hacer la ley.
Después de escritas las XII Tablas, habiendo querido mantenerse los magistrados
patricios ilegalmente en el poder, fueron derribados. Entonces se restablecieron las
figuras de los cónsules, los tribunos y todas las antiguas magistraturas. Lo que se
ha podido comprobar es que la ley de las XII tablas tiene un carácter esencialmente
romano y por lo tanto no es una copia de las leyes griegas.
La ley de las XII tablas reglamentó el derecho público y el derecho privado. Para los
romanos esta ley fue estimada como la fuente de su derecho. “Es la ley, por
excelencia, y todo lo que de ella deriva es calificado de legitimum".
Lo positivo fue que por primera vez tenían una ley pública, aplicable a todos, y, “si
es cierto que una nación está constituida cuando tiene una legislación que rige a
todos los ciudadanos, puede decirse que la ley de las XII tablas muestra realmente
la fundación de la ciudad romana”.
La Ley de las XII Tablas fue un texto legal que contenía normas para regular la
convivencia del pueblo romano. También recibió el nombre de Ley decenviral. Por
su contenido, se dice que pertenece más al derecho privado que al público. Fue el
primer código de la Antigüedad que contuvo reglamentación sobre censura (pena de
muerte por poemas satíricos). La ley se publicó al principio en doce tablas de
madera y, posteriormente, en doce planchas de bronce que se expusieron en el
Foro. Debido a que no queda indicio alguno de su existencia, algún autor ha llegado
a sugerir que no existieron.
No obstante, su desaparición puede explicarse por el saqueo que sufrió Roma hacia
el año 390 a. C. por parte de los galos. Se cree que se destruyeron y, por algún
motivo, no se reprodujeron con posterioridad. Esta teoría parece estar apoyada por
las abundantes referencias que de ellas hacen los autores antiguos. El historiador
Tito Livio dijo de ellas que eran la fuente de todo el derecho romano, tanto público
como privado. Por su parte, el orador y abogado Cicerón afirmó que los niños
aprendían su contenido de memoria.
Al estar estas leyes expuestas públicamente, estaban libres (al menos teóricamente)
de las malas interpretaciones de sus custodios, pues parece que anteriormente los
pocos que conocían las leyes las interpretaban manipulándolas a su favor. Ya en
época imperial, estas leyes, pensadas para todos los ciudadanos, fueron las bases
jurídicas del Imperio romano, pues todos estaban bajo ellas en cualquier rincón del
Imperio.
Antecedentes
Durante los tres primeros siglos de Roma, el derecho privado tenía su fuente única
en usos vigentes entre los fundadores de la ciudad, que había pasado, por tradición,
de las poblaciones primitivas a la nación nueva. A estas costumbres se les conoce
como mores majorum («costumbres de los mayores», o «costumbres de los
antepasados»). Se puede decir que, en este periodo, el derecho privado solo tiene
una fuente cierta, la costumbre. La falta de precisión y esclarecimiento de sus reglas
favoreció al arbitrio de los magistrados patricios encargados de la administración de
la justicia, y no solamente en el derecho privado, sino también en la represión de
crímenes y delitos. Los tribunos, que fueron los intérpretes de las reclamaciones de
la plebe, pidieron la redacción de una ley que rigiera igualmente para todos los
ciudadanos. Después de diez años de resistencia, los patricios cedieron: el Senado
y los tribunos acordaron redactar una ley aplicable a los dos órdenes. Esta ley fue la
de las XII Tablas.
Elaboración
La elaboración de la Ley de las XII Tablas, se produjo a mediados del siglo v a. C.,
gracias a la insistencia de un tribuno de la plebe llamado Terentilo Arsa a partir del
464 a., y no fue hasta el 454 a. C. cuando el Senado republicano decidió enviar una
comisión de tres magistrados a Atenas para conocer la legislación del gobernante
griego Solón, inspirada por el principio de igualdad ante la ley.
Finalmente, para que no se dijera que los patricios usaban a su favor la ignorancia
de la plebe sobre el texto de las tablas, pues esta había sido una de las razones por
las que insistieron en la redacción de las Tablas, éstas fueron colocadas en el Foro
romano para que todos las vieran, por orden de los dos primeros cónsules después
de los decenviratos: Lucio Valerio y Marco Horacio.
Influencias
En ellas se recogen por escrito, de manera más o menos ordenada, una serie de
costumbres que tenían carácter de ley, a esto se le denomina derecho
consuetudinario e incluso algunas de las leyes del regnum fueron redactadas por los
decenviratos legislativos (decenviri legibus scribundis). Las influencias externas que
pudieron haber tenido, serían las que viniesen del estudio de las leyes griegas por la
comisión que fue a estudiarlas, a fin de redactar mejor las propias.
Contenido
Aunque no se sabe con certeza el contenido exacto que tuvieron las XII Tablas,
gracias a las referencias que hay de ellas en la historiografía romana se puede decir
que contendrían lo siguiente:
Las acciones de la ley a saber eran inicialmente cuatro: dos declarativas y dos
ejecutivas. Las primeras: acción por apuesta (sacramentum) y acción por petición de
un juez o de un árbitro (postulatio iudicis). Estas se caracterizaban por contemplar el
mismo proceso, iniciado ante los pontífices (quienes indicaban la fórmula solemne)
más tarde ante un magistrado (quien se encargaba de mediar la contienda entre las
partes ayudando a determinar un juez privado) y por último ante un juez (quien
recibe la fórmula solemne y las pruebas preparadas). Las dos restantes o
ejecutivas: acción por aprehensión corporal (manus iniectio) y la acción de toma de
prenda o embargo (pignoris capio). Ambas guardaban rezagos pertenecientes a la
venganza privada, ya que en ellas se podía aplicar la fuerza o violencia para
recuperar lo debido.
La intervención del poder público era escasa. El pretor era el magistrado que
presidía el proceso, encauzándolo y fijando la controversia, pero el juez que dictaba
sentencia era un ciudadano elegido de común acuerdo por las partes.
Tablas IV, V
En estas Tablas por primera vez se limita legalmente el poder absoluto del
paterfamilias sobre su familia. En relación con la mujer, se estableció el divorcio a
favor de la mujer, la mujer se divorciaba ausentándose durante tres días del
domicilio conyugal con ese propósito. En relación con los hijos, el paterfamilias
perdía la patria potestad de sus hijos si los explotaba comercialmente en tres
ocasiones, ya que el hijo quedaba emancipado.
El público se ocuparía de los crimina o ilícitos penales que eran atentados contra el
pueblo romano, como el perduelio o traición al pueblo romano y de los ilícitos más
graves como el parricidium. Los crimina eran perseguibles de oficio y sancionados
con la pena capital o en su caso el exilio.
Tabla X
Derecho Sacro
Recoge una serie de normas que se refieren al orden de la vida interna de la ciudad.
Se prohíbe la incineración e inhumación de los cadáveres en la ciudad, se intenta
así evitar incendios, o que la presencia de un cadáver atente contra la salubridad
pública. Se prohibía también el excesivo lujo en los funerales.
Tablas XI, XII
Lo que contiene este "cajón de sastre" entre otras cosas, es la prohibición del
connubium (matrimonio desde el punto de vista jurídico, entre patricios y plebeyos).
Posteriormente con la Lex Canuleia esta prohibición queda abrogada. Los cónsules
eran magistrados. Estas dos tablas no llegaron a presentarse a los comicios. Las
tablas XI y XII no se las puede agrupar bajo el mismo derecho. La tabla XI se
relaciona con el derecho penal, con especial hincapié en lo criminal, y la tabla XII
con el derecho privado.
La verdadera importancia de las leyes o Ley de las XII Tablas reside en que esta
codificación constituye la conclusión del proceso de consolidación del Estado
ciudadano romano, de la civitas. La decisión de elaborar este código legal escrito
hay que considerarla como un triunfo de la plebe.
Se dice que las tablas originales quedaron destruidas cuando los galos quemaron la
ciudad de Roma en el año 390 AEC.
De la ley de las XII tablas al fin de la Republica
Durante este periodo, los plebeyos, por un progreso lento pero continuado, obtienen
por fin lo que habían esperado inútilmente de la ley de los decenviros: la igualdad
con los patricios, tanto en el derecho público como en el derecho privado. Al final del
siglo v es una conquista definitivamente acabada.
Después del año 309, el tribuno (Canuleyo obtiene, tras largos debates, el voto de
121 ley Canuleia, que permite el legítimo matrimonio entre patricios y plebeyos. Esta
fue una de las victorias más importantes; ella sola debía traer al cabo de cierto
tiempo la mezcla completa de razas y la fusión de las dos ordene. Hacia la misma
época, los patricios comprenden que no podían imponer por más largo tiempo a los
plebeyos el acceso a la más alta magistratura: el consulado. Acaso por este motivo,
y también porque los cónsules, retenidos con demasiada frecuencia a la cabeza del
ejército, no tenían lugar de emplear el tiempo en sus funciones administrativas,
ciertas atribuciones son sucesivamente separadas del poder consular y erigidas en
dignidades distintas, que quedan largo tiempo todavía reservada a los patricios.
Así es como en 307 se crea dos cuestores, a los que se confía la gestión del
Tesoro público; en 311, dos censores, encargados de las operaciones del censo,
guardianes de las costumbres públicas y privadas; en 387, el pretor, a quien
pertenece en lo sucesivo la administración de justicia y el mismo año, los altos
curules, encargados de la alta policía de !a ciudad . Desde el año 333, los plebeyos
pueden ser cuestores, y el número de estos magistrados fue elevado a cuatro. Pero
en el mismo año de la creación del pretor fue cuando, merced a los esfuerzos de los
dos tribunos Licinio Stolo y Lucio Sexto, los plebeyos llegaron al consulado. Desde
entonces, las demás magistraturas no tardaron en ser abiertas para ellos, y llegan a
la dictadura en 398, a la censura en 403, a la pretura en 417. Por último, en 454 los
plebeyos se colocan entre los pontífices y los augures, y en 500, uno de ellos,
Tiberio Coruncanio, es elevado a la dignidad de gran pontífice. Por consecuencia de
estos cambios, la composición del senado fue modificada.
Según una ley Ovinia, cuya fecha es incierta, los censores tenían el derecho de
nombrar los senadores y debían escogerlos desde luego entre los antiguos
magistrados. Resulta, pues, que los plebeyos el día en que tuvieron acceso a las
magistraturas, llegaron al senado y no tardaron en figurar en él con mayoría.
26.-De otra parte. en 468, la ley Hortensia habla dado fuerza legal a los plebiscitos
desde el año 305 en una época que el tribunado es la sola magistratura plebeya, y
en que la lucha es ferviente entre los dos órdenes, la plebe haya obtenido una
ventaja tan importante. Sin duda, estas tres leyes, que se han sucedido en largos
intervalos, presentan entre ellas diferencias importantes que nosotros ignoramos.
Los plebiscitos tienen definitivamente fuerza de ley sin ser sometidos a la autoridad.
La misma resolución debe aplicarse con más razón a las leyes votadas por el
pueblo en los comicios por tribus. Mientras que esta transformación se realizaba,
veamos cuales eran las fuentes que nutrían el derecho.
Los peligros para los acreedores que obtenían una hipoteca sobre una cosa ya
hipotecada se atenuaban solamente de dos maneras:
El que hipoteca o enajena una cosa debe declarar si está ya gravada con hipoteca.
No se puede transferir a otro más derecho que el que uno tiene por sí mismo De
esta regla evidente resulta que, para enajenar es preciso ser propietario, y que todo
propietario puede, en general, enajenar.
Excepciones:
a. Los tutores de los impúberos y los curadores pueden enajenar, pero solo a título
oneroso, los bienes de los incapaces cuyo patrimonio tienen la misión de
administrar. Este poder fue limitado por el senadoconsulto de Severo y de Antonino
prohibiendo enajenar los praedia sub urbana de los pupilos y de los menores de
veinticinco años
b. Juriosus no puede proceder por sí mismo a una enajenación valida mientras esté
en estado de locura.
d. Por último, el marido, propietario de los bienes que le han sido dados en dote, ha
perdido completamente. Bajo Justiniano, el derecho de enajenar o de hipotecar los
inmuebles dotales
Según el antiguo Derecho civil, un ciudadano sui juris puede adquirir la propiedad y
los derechos reales, no solamente por sí mismo, sino también por las personas que
tiene bajo su potestad; es decir, por los esclavos, los hijos e hijas de familia, las
mujeres in manu y las personas in mancipio, porque la personalidad de estos se
confunde con la suya. Por el contrario, no se puede adquirir nada por una persona
libre e independiente.
a. El esclavo fue propietario siendo libre, el dueño del esclavo la adquiere sin
saberlo y contra su voluntad, pero si es una sucesión el esclavo no puede aceptarla
sin consentimiento del dueño ya que esta comprende bienes y deudas. El dueño no
puede ser deudor sin saber lo pero puede adquirir el legado sin deudas del esclavo
sin saberlo.
2. De adquisición por los hijos de familia: El jefe de familia adquiere por los hijos
sometidos bajo su potestad, como por los esclavos, pero a partir del reinado de
Augusto, se admite que los hijos de familia sean propietarios de los bienes que han
adquirido con ocasión del servicio militar, y que forman para ellos un verdadero
patrimonio, con el nombre de pedium cartense
En todo contrato hay una convención cuando dos o más personas se ponen de
acuerdo respecto a un objeto determinado, se dice que hay entre ellas convención o
pacto.
Las partes que hacen una convención destinada a producir un efecto jurídico
pueden proponerse crear, modificar O extinguir un derecho. No tenemos que
ocuparnos aquí más que de las convenciones que tienden a crear un derecho: son
las únicas que forman el género cuya especie es el contrato.
De los elementos generales de los contratos. Hay unos elementos que les son
comunes, y que son esenciales a su existencia. Estos elementos son:
2. Su capacidad;
3. Un objeto válido.
Para que un contrato sea válido es preciso que esté hecho entre personas capaces.
No debe confundirse la incapacidad con la imposibilidad de consentir. El loco y el
infante no pueden contratar, porque no tienen voluntad y porque no pueden
consentir.
Del objeto
El contrato, formado por el acuerdo de personas capaces, debe aún, para ser válido,
tener un objeto que reúna ciertos caracteres. En principio, el objeto de un contrato
consiste en la creación de una o varias obligaciones. Pero si una de esas
obligaciones es nula, por defecto de un objeto válido, el contrato mismo está
afectado de nulidad. Se puede, pues, de hecho, confundir sin inconveniente el
objeto del contrato y el objeto de la obligación.
La estipulación puede ser pura y simple; puede tambi6n estar sometida a ciertas
modalidades, es decir, que puede contener ciertas cláusulas particulares que
afecten bien a la existencia, bien a los elementos bien a la ejecución de la
obligación. Enire estas modalidades, las más importantes son el término y la
condición.
Contratos formados
Reglas comunes.
Los otros tres contratos reales, el comodato, el depósito y la, prenda Se distinguen
del mutuum por caracteres muy diferentes, y tienen entre sí, por el contrario, una
gran afinidad. He aquí los principios que les son comunes
Comodato o préstamo de uso es útil contrato por el cual una persona, el comodante,
entrega gratuitamente una cosa a otra persona, el comodatario ario, para servirse
de ella, y devolverla después de haber hecho el uso convenido.
El depósito es un contrato por el cual una persona, el depositante, entrega una cosa
a otra persona, el depositario, que se obliga gratuitamente a guardarla y devolverla
al primer requerimiento.
La prenda pignus es un contrato por el que el deudor o un tercera entrega una cosa
a un acreedor para seguridad de su crédito, con cargo para este acreedor de
sustituirla después de haber obtenido satisfacción.
De los contratos consensuales.
Los contratos consensuales se forman por el solo acuerdo de las partes. Hay cuatro:
la venta, el arrendamiento, la sociedad y el mandato.
Hay venta, en la época clásica, cuando dos personas convienen que una debe
procurar a la otra la libre posesión y el disfrute completo y pacífico de una cosa
determinada mediante pago de un precio fijado en dinero.
Mandato: es un contrato por el cual una persona da encargo a otra persona, que
acepta, de realizar acto determinado o un conjunto de operaciones.
Del advenimiento del Imperio a la muerte de Alejandro Severo (723
a 988 de Roma, o 235 de la era cristiana)
Por otra parte, ninguna de las antiguas magistraturas fue suprimida, y existen, cuino
en tiempos de la república, los cónsules, pretores y tribunos, compañeros del
emperador. Asimismo fueron establecidas las nuevas dignidades. Después de
Augusto, sus sucesores recibe los mismos poderes, no ya por concesiones
sucesivas, sino de una sola vez, por efecto de una ley, renovarla a cada
advenimiento, y denominada ley regia o lex de imperio. Entre otros privilegios, esta
ley otorgaba al emperador el derecho de hacer todo lo que el juzgara útil para el
bien del listado: es decir, el poder absoluto. Votada por el senado, dicha ley era en
seguida ratificada por el pueblo.
Con el Poder legislativo, los comicios conservan el poder electoral. Pero, según el
testimonio de Tácito, Tiberio les quita la elección de los magistrados para dársela al
senado. Bajo su reinado, y después de él, votaron todavía las leyes, también bajo
Claudio, encontrándose un último vestigio bajo Nerva al fin del siglo I de nuestra era.
Después cesaron poco a poco de reunirse, sin que ninguna decisión los haya
expresamente suprimido. Este desuso se explica, sobre todo, por la extensión dada
al derecho de ciudad.
Era difícil llegar a hacer votar la ley a todos los ciudadanos que tenían el derecho de
sufragio en Roma y en Italia entera: de hecho, los comicios se redujeron a una débil
minoría. Además los emperadores reemplazaron desde luego el voto de los
comicios por la resolución del senado; después ellos hicieron directamente la ley.
Los senadoconsultos y las constituciones imperiales suceden, por consiguiente, en
este periodo, a las leyes y a Ios plebiscitos; de otra parte, el edicto de los
magistrados y las respuestas de los prudentes llegaron a hacerse, a partir de
Adriano.
Es probable que la fuerza obligatoria de los edicta fuese desde luego limitada a la
vida de su autor. Así es como frecuentemente los edictos de un príncipe fueron
renovados por sus sucesores. Pero acabaron más tarde por conservar su autoridad,
en tanto que no hablan sido objeto de una revocación especial. En cuanto a los
decreta y a los rescripta, existían los que aplicaban simplemente el derecho
existente y permanecían sin influencia sobre su desarrollo. Los demás no tenían
más que un carácter personal, un efecto restringido a un caso particular: cuando
otorgaban un favor o aplicaban una pena. Solo podían tener fuerza de ley los que
contenían reglas nuevas.
La distinción de las dos sectas se prolonga hasta mediados del siglo II de nuestra
era. Bajo Antonino el Piadoso, Pomponio, por medio del Digesto, nos ha conservado
un fragmento importante sobre la historia del Derecho Romano; es considerado
como sabiniano, y Gayo. Que ha visto el principio del reinado de Marco Aurelio,
profesa todavía las opiniones sabinianas. Pero después de él se borra
completamente la distinción, y los grandes jurisconsultos que se suceden hasta la
muerte de Alejandro Severo no pertenecen a ninguna escuela.
Entre los más célebres es necesario citar, bajo Marco Aurelio, Marcelo y Cervidio
Scévola. Un poco más tarde, al fin del siglo II, vivió Papiniano, que los antiguos y
modernos le han considerado como el príncipe de los jurisconsultos romanos.
Fué amigo de Septimio Severo. Prefecto del pretorio en 205, pereció asesinado en
212 por orden de Caracalla. Paulo y Ulpiano, más jóvenes que Papiniano, le
sobreviven después de haber sido sus rivales, y llegan a prefectos del pretorio, bajo
Alejandro Severo. Ulpiano tiene por contemporáneo a Marciano, y por discípulo a
Modestino. Quien vivió a mediados del siglo II y fué el último gran jurisconsulto de la
época clásica.
De la muerte de Alejandro Severo a la muerte de Justiniano.
Con Constantino, el cristianismo llega a ser la religión oficial, y la sede del gobierno
fue trasladada de Roma a Constantinopla. Desde entonces la unidad del Imperio no
podía subsistir largo tiempo.
La ley de citas de 426 es una norma que regulaba la recitatio de las obras de los
juristas romanos ante los tribunales, es decir, establecía qué juristas podían ser
invocados y los criterios para la decisión del juez cuando éstos habían expresado
opiniones diversas.
Establecía que sólo podían citarse las obras de Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y
Modestino. Si sus opiniones eran distintas, prevalecía la mayoritaria. En cambio, si
no existía mayoría en un sentido o había empate, prevalecía la opinión de
Papiniano. En caso que este último no se hubiera manifestado al respecto, el juez
quedaba libre de elegir entre las opiniones presentadas.
Obra de Justiniano:
Código Antiguo: Obra de diez jurisconsultos nombrados por Justiniano para revisar
los Códigos anteriores y sus constituciones, eliminando las caídas en desuso y
agregando las posteriores.
Código Nuevo: Es la edición revisada del antiguo Código, nutrido por la agregación
de las Constituciones posteriores a su publicación, son 12 libros y el trabajo
correspondió a Triboniano acompañado de 4 jurisconsultos.
¿Cómo se presentan con anterioridad el siglo XIII, el cuadro del Derecho Europeo?
Los elementos existentes, sobre los cuales se construía el sistema presentan en
esta época un carácter esencialmente consuetudinario. El imperio romano ha
desarrollado una brillante civilización y el genio romano ha construido un sistema
jurídico sin precedentes en el mundo. No nos interesa aquí describir ni el sistema
romano ni su historia. Desde la perspectiva del siglo XIII, hace ya siglos que el
imperio romano ha cesado de existir.
Al producirse las invasiones bárbaras, tanto los pueblos romanizados como los
barbaros han continuado viviendo, durante algún tiempo, bajo su propia ley.
Después de la conversión de los barbaros al cristianismo, los diferentes pueblos han
visto como, poco a poco, se aproximaban a sus modos de vida; se han ido
produciendo gradualmente su fusión y se han ido imponiendo, con el feudalismo,
costumbres territoriales que excluían el principio primitivo de la personalidad de las
leyes.
Justiniano rigió el Imperio Romano de Oriente desde el año 527 al 565. Su gobierno
puede calificarse de esplendoroso. Los esfuerzos de su política se encaminaron a
restablecer el antiguo Imperium romanum, y para ello dirigió su atención a
reconquistar los territorios de Occidente que habían caído
Código de Justiniano:
El Código:
Justiniano dictó el 13 de febrero del año 528 una constitución denominada “ Haec
quae necesrio” , por ser estas las palabras iníciales de su texto, en la cual designó
una comisión a la que encomendó la tarea de proceder a la recopilación de las
leyes, o sean las constituciones imperiales vigentes en la época, que habrían de
tomar de los códigos Gregorianos, Hermogeniano y Teodosiano, agregándole las
constituciones posteriores del mismo Teodosio II y las llamadas novelas post-
teodosianas.
Existió una comisión que recibió el encargo de reunir las constituciones imperiales;
el emperador dio su autorización para proceder a una recopilación de las que
tuvieran en vigencia en ese momento, pudiendo modificar su redacción y hasta su
contenido, a fin de adaptarlas a las necesidades actuales, ya que la obra perseguía
una finalidad: facilitar la aplicación del derecho, transcurrido unos meses la comisión
presentó su proyecto al emperador. Quién el 7 de abril del año 526 publicó una
constitución que fijaba el día 16 de abril de ese mismo año la entrada en vigencia
del “ Novus Iustiniano Codex” , o sea el “ Nuevo Código” , que fue nuevo con
relación a los códigos que se habían tenido en cuenta, pero que dejó de serlo ,
cuando posteriormente el mismo Justiniano ordenó en el año 534 la redacción de
una nueva recopilación, que fue aprobada por el emperador con el título de “
Codees repetitae praelectionis” y que es, el “ Nuevo Código Justinianeo” .
El texto del primitivo código Justiniano (529), al que se le denomina “ Codex Vetus” ,
no ha llegado hasta nosotros y sólo se conserva en un manuscrito conocido por “
Papiro de Oxyrrinco” , publicado en 1922 un fragmento de su índice en que figuran
los “ inscripciones” de las constituciones incluidas en los títulos II, que no fue
incluida en el nuevo del año 534, circunstancia ésta que demuestra que en el
momento en que Justiniano ordenó la redacción del primer codees no había
concebido todavía la idea de hacer compilar un cuerpo de doctrina jurídica como el
Digesto, ya que, de lo contrario, no se explicaría aquella inclusión.
El Digesto
Del libro 5 al 11: Doctrina general sobre las acciones de protección judicial de la
propiedad y de los demás derechos reales.
Las Novelas
El auténtico esplendor del trabajo de Justiniano se produjo unos seis siglos más
tarde de la publicación de estas obras, cuando la cultura europea adoptó su legado
como una referencia cargada de autoridad y muy útil para la formación de los
nuevos juristas en un Derecho común. El gran mérito de la obra de Justiniano fue
condensar el saber jurídico de Roma y actuar como el eslabón de continuidad para
que ese pensamiento pasara a la conciencia jurídica europea suponiendo, sin duda,
el segundo gran momento de expansión del Derecho romano.
Las “ Novellae Leges” se clasificaron en:
La legislación de Justiniano.
El derecho privado era así, el que regía a los particulares; sus normas podían ser
modificadas por voluntad de los individuos quienes estaban dirigidas, y de hecho, en
sus orígenes este derecho emanaba de las agrupaciones familiares con el objeto de
regular únicamente las relaciones entre particulares, las cuales podían ser de
carácter familiar o patrimonial, de aquí que se diga que el derecho privado fue la
fuente del derecho romano.
https://es.scribd.com/doc/86126210/De-La-Fundacion-de-Roma-a-La-Ley-de-Las-
Xii-Tablas
https://www.derechoromano.es/2015/04/fundacion-roma-leyes-xii-tablas-origenes-
derecho.html