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LA ESPADA DE ELOHÎM

Corona del Divino Rostro de Jesús, unida al Brazo del Omnipotente, para desenvainar la Espada de Dios.

EXORDIO
Santísima Trinidad, Un Solo Dios, con humildad te pedimos en esta corona, que se haga Tu Voluntad
en la conversión o la caída de Tus enemigos, en especial (la Masonería, el Comunismo, el Satanismo,
etc.). Oh Divino Rostro de Jesús, Invencible Gloria, que el Resplandeciente Filo de Tu Boca corte y
aniquile toda maldad de este mundo. Tú que vives y reinas a la Diestra del Padre, en la unidad del
Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Rezar en el crucifijo.
Dios Mío, ven en mi auxilio; Señor, apresúrate en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar en cada una de las 3 cuentas pequeñas.
SANTO, SANTO, SANTO, ES EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS.

EL BRAZO D†E SHADDÂI


Para formar la Espada de la Boca de Dios, este Salmo del Todopoderoso, se reza en el crucero del rosario.
Los Salmos y sus versículos que conforman el Brazo de Shaddâi, son (Biblia de Jerusalén): 118, 26; 74,
22; 89, 14; 94, 1; 83, 3; 118, 16; 68, 34; 29, 4; 94, 2; 69, 25 y 26; 83, 14, 15, 16 y 19.

¡Bendito el que viene en el Nombre de YaHWêH!


Levántate, oh Dios; defiende Tu causa. Acuérdate de cómo te injuria el vil todo el día.
Tuyo es el Brazo Poderoso; fuerte es Tu Mano, exaltada Tu Diestra.
Oh YaHWêH, Dios de las venganzas, oh Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!
Porque he aquí que rugen Tus enemigos, y los que te aborrecen han levantado la cabeza.
¡La Diestra de YaHWêH se levanta en alto! ¡La Diestra de YaHWêH Hace proezas!
Cantad al que cabalga en los cielos, los cielos milenarios; Él emitirá Su Voz, Su Poderosa Voz.
Voz de YaHWêH con potencia, Voz de YaHWêH con gloria.
¡Exáltate, oh Juez de la Tierra!, da su recompensa a los soberbios.
Derrama Tu Ira sobre ellos, y el furor de Tu Enojo los alcance.
Quede desolada su casa, y en sus tiendas no haya morador.
Oh Dios Mío, hazlos como remolino de hojas, como paja ante el viento.
Como fuego que se quema en el bosque, como llama que abrasa las montañas.
Persíguelos con Tu tempestad; aterrorízalos con Tu huracán.
Conozcan que Tu Nombre es YaHWêH ¡Sólo Tú Eres Altísimo sobre toda la Tierra! Amén.
Rezar en las cuentas grandes.
Jesús Mío: Misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Invocar al Altísimo en las 30 cuentas pequeñas (Números 10, 35).
Levántate, ¡oh Señor!, y que Tus enemigos se dispersen,
y que aquellos que te odian huyan ante Tu Rostro.
MARANATHÂ
Palabra aramea que significa: Ven, Señor Jesús. Esta es una invocación a Jesús, como Él fue contemplado
por el Apóstol San Juan en el Apocalipsis, Capítulo I, versículos 10 al 20. Se reza en el crucero.

He aquí el Principio de la Divina Creación; El Testigo Fiel y Verdadero; El Amén; Poseedor de la llave
davídica, que si abre nadie cierra y si cierra nadie abre; El Santo y Veraz; Señor de los Siete Espíritus
Deíficos y los Siete Astros; El Hijo de Dios; Rey de reyes y Señor de señores. He aquí Aquel cuya Voz de
Shofâr, como estruendo de muchas aguas, dice: “Yo Soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el
Viviente, Muerto estuve, más he aquí que Vivo por los siglos de los siglos. Amén. Y tengo las llaves de la
Muerte y del Sheôl.” He aquí Aquel en medio de Siete Candelabros Áureos, semejante al Hijo del
Hombre, que como lana y nieve es la blancura de Sus Cabellos ornando Su Cabeza, y ceñido por el pecho
con cinto de oro, lleva ropaje revistiéndolo hasta Sus Pies, parecidos al bronce bruñido, refulgente como
un horno. He aquí Aquel que en Su Diestra sostiene Siete Estrellas, cuyo Rostro es la plenitud del Sol, y
como llama de fuego Sus Ojos. He aquí que de Su Sagrada Boca surge la Fulminante Espada de dos filos.
He aquí la Omnipotente Palabra de Dios. Maranathâ. Maranathâ. Maranathâ. Amén.
Invocar al Altísimo en las 3 cuentas pequeñas (Números 10, 35).
Levántate, ¡oh Señor!, y que Tus enemigos se dispersen,
y que aquellos que te odian huyan ante Tu Rostro.
Rezar en la medalla de la Santa Faz el Salmo 84, 10, y santiguarse.
Míranos, oh Dios, Escudo Nuestro; y vuelve Tu Mirada en el Rostro de Tu Ungido (Mesías - Cristo).
En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

LA OMNIPOTENTE ESPADA DE DIOS DEL APOCALIPSIS


Esta es una corona compañera de la devoción al Divino Rostro de Jesús. Se trata de la unión del Brazo de
Shaddâi a la Corona de la Santa Faz. Haciendo esto, surge la Refulgente Espada de la Boca del Divino
Rostro. Se realiza con el mismo rosario de la Santa Faz, revelado por Jesús a sor María de San Pedro.
Antes de comenzar la devoción, debe
fijarse un objetivo, que son los
enemigos de Jesucristo y la Santa
Iglesia Católica: la Masonería, las
sociedades secretas, el Satanismo, el
Comunismo, etc. Dios decidirá cómo
manifestar Su Fuerza. Nunca ha de
emplearse esta corona, de ninguna
otra forma ni con otro propósito, que
no sea la Mayor Gloria del Altísimo y
la salvación de las almas. El Señor es
Misericordioso antes que Justiciero,
por lo tanto, hay que esperar la
conversión de Sus adversarios antes
que el castigo por su iniquidad. La
Espada de Elohîm aumenta la virtud
de la devoción al Divino Rostro,
acompañando y no sustituyendo a la
Corona de la Santa Faz y las demás
oraciones existentes dentro de la
misma. En la Invocación Maranathâ,
Shofâr es el equivalente en hebreo de
trompeta, y Sheôl es el Hades. En
cada oración, las palabras en negrita,
indican hacer una reverencia.

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