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Historia del feminismo

Wilbert A. Pinto González

INTRODUCCIóN grupos de apoyo a niños, ancianos y


La intención aquí es presentar un minusválidos, y en el plano más amplio
breve recorrido del feminismo y los tomemos como muestra el caso de las
diferentes temas, problemas y pers- mujeres "cacerolistas" chilenas (sectores
pectivas que se han abordado desde medios y altos) que salieron a marchar
él o de los estudios de la situación fe- sonando sus utensilios de cocina para
menina o condición de la mujer y más protestar por las reformas del gobierno
recientemente los de género. Se trata de Salvador Allende o el de mujeres con
de exponer sucintamente los avatares Fox durante su campaña en México. Los
del feminismo y sus aportes conside- movimientos de mujeres suelen culmi-
rados más relevantes, a manera de un nar una vez que logran su cometido.
repaso general para poder llegar con En cambio, las luchas o movi-
conocimiento de causa a la discusión mientos feministas se constituyen por
actual sobre género. mujeres que pretenden a toda costa lo-
Pero, antes de comenzar, es impor- grar la igualdad de derechos sociales,
tante destacar la enorme diferencia civiles, laborales e individuales entre
entre los movimientos de mujeres y los sexos, ahora podría decirse, entre
las luchas feministas. Los primeros los géneros. El feminismo, a diferencia
son aquéllos en donde las mujeres se de los movimientos de mujeres, es
organizan para conseguir bienes y ser- más constante y sólido, generalmente
vicios que no sólo les servirán a ellas, tiene una organización estructurada y
sino que favorecen o involucran a la una base teórica, su presencia se hace
sociedad en su conjunto, sea ésta una sentir en todos los niveles ya sea de
comunidad, un barrio, una colonia, forma directa o indirecta.
un país, etcétera; por ejemplo, coor- Pues bien, primero nos remonta-
dinarse para la introducción de agua remos a los siglos XVII, XVIII y XIX,
potable, energía eléctrica, construcción como un preludio a los movimientos
Wilbert A. Pinto González.
Profesor-investigador titular de calles, escuelas y mercados, entre y quehacer abiertamente feministas y
de la Unidad de Ciencias So- otras demandas, esto en lo aledaño, reconocidos como tales, que tienen su
ciales del Centro de Investiga-
ciones Regionales Dr. Hideyo y en otro nivel, unirse para tratar de inicio en la década de los sesenta del
Noguchi de la Universidad solucionar el problema de drogadic- siglo que nos precede y que da paso
Autónoma de Yucatán.
ción o alcoholismo entre los jóvenes, al feminismo reciente.

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LOS INICIOS
Comencemos por señalar que dado el
carácter androcéntrico de la historia,
las mujeres fueron sujeto de invisibi-
lización, transformándolas en seres
impalpables, salvo unas cuantas que
por su trayectoria lograron destacar
y ser reconocidas por mérito propio,
tales como Cleopatra o Juana de Arco.
Aclarado lo anterior, pasemos a me-
diados del siglo XVII que es cuando
encontramos los primeros registros de
mujeres comunes1 y éstos se refieren
a las "preciosas" francesas (prècieuse)
que se encontraban en dos sitios dia-
metralmente opuestos: los prostíbulos
y la corte. Se trataba de mujeres parti-
cularmente elegantes (cada cual en su
medio) y desenvueltas, que jugaron
un papel de particular importancia al
departir con políticos, intelectuales y
"nobles" que discutían abiertamente
frente a ellas e incluso con ellas, a tal
grado que no resultaba extraño que
los varones se dejaran alentar e influir
sobre sus ideas y planes, es más, las
"preciosas" transmitían la información
y apoyaban según sus inclinaciones
políticas y de pensamiento2. Su pre-
sencia e influjo se prolongó hasta el
siglo XVIII.
Es hasta los inicios de la Revolución
Francesa cuando podemos encontrar
las primeras manifestaciones de lo
que podríamos considerar un femi-
nismo incipiente3 al manifestarse las
mujeres por demandas sociales, que
las beneficiaran y reivindicaran como

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tales, en contra de la desigualdad, Pero no sólo en lo político se observa


opresión, discriminación y explota- el temor viril del menoscabo de sus
ción de las que eran sujetas. Ahora, si privilegios, los científicos se dan a la
bien las mujeres francesas ocupan un tarea de demostrar que la mujer es
lugar de suma importancia durante la biológicamente inferior al hombre a
Revolución y ésta determinó que efec- tal grado que establecen con "eviden-
tivamente y en contra del pensamiento cias" que la primera es un varón in-
anterior ellas sí podían desempeñar acabado al tener sus órganos sexuales
papeles que en otras épocas les habían por dentro (el útero es al pene, como
sido negados y que efectivamente po- los ovarios a los testículos), mientras
dían ocupar lugares en los que habían tanto los filósofos fundamentan la
sido vetadas; también, el exponerlo, no masculinidad como principio natural,
significó necesariamente un cambio, universal y permanente.
la consigna de igualdad, libertad y La frontera de los siglos XVIII y
fraternidad no las incluyó y tan es así XIX hasta principios del XX, marca
que en 1793 la diputación4 de la nueva otro hito de la causa femenina. La
República les negó los derechos que industrialización, la democracia y la
se habían ganado a brazo partido, educación conllevan grandes cambios
veamos. en prácticamente todos los aspectos.
Un par de años antes se habían La primera, atrae población rural a
inaugurado los "clubes femeninos" los centros urbanos, cambiando las
donde se leían textos referentes a su formas de organización económico-
condición (generalmente escritos por social y arreglos familiares (las fami-
mujeres) y se discutían todo tipo de lias extensas tienden a desaparecer,
cuestiones, desde la situación fami- convirtiéndose en nucleares proleta-
liar hasta la política; poco después se rizadas), incorpora a un sinnúmero
aprueba la ley del divorcio y la que de mujeres a la producción fabril y
permite que las mujeres puedan ser la maquinización disminuye la dife-
testigos en el Registro Civil, en fin rencia de fuerza física entre hombres
todo esto se viene abajo a pesar de y mujeres, además de que tiende a la
su trascendencia antes y durante la disolución de la especificidad. Ya no
Revolución. Como podemos apreciar, se es solamente hombre o mujer y dis-
la respuesta masculina frente a los tintos entre sí, ahora se es proletario/
avances de las mujeres no se hizo es- proletaria, dentro del mismo sistema
perar y el "Código Napoleónico" llega de explotación, con mayor rigidez
a reforzar estas reacciones que, entre para unas que para otros.
otros retrocesos, exige a la mujer la Bajo este nuevo régimen inicia la
obediencia incondicional al marido. apertura democrática y en las postri-

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merías del siglo XIX y principios del diferente y se cae en la cuenta de que
XX, mujeres de Inglaterra, Portugal, tal realidad varía según el medio y
Suecia, Francia, Italia, Alemania y región, la condición económico-social
Estados Unidos5, se dan a la lucha por y las especificidades culturales. En
los derechos sociales, civiles, económi- fin, se comienza a evidenciar que la
cos y educativos. Es en este contexto condición de la mujer es y está social
cuando el movimiento propiamente e históricamente determinada y, por lo
feminista inicia su fortalecimiento con tanto, que su problemática es compleja
el surgimiento y desempeño de las su- y diversa.
fragistas y la incorporación de jóvenes Ante esa complejidad y diversidad
mujeres solteras de clase media a las fue necesario abastecerse de las herra-
universidades y sectores laborales que mientas para aprehender y explicar
eran coto masculino. esa múltiple realidad y el por qué de
Ante las transformaciones eco- ella. Así es, ya en los años setenta se
nómicas, políticas y sociales, la vida origina y extiende la construcción de
cambia, los hombres se ven despo- diferentes marcos conceptuales sobre
seídos del control de la organiza- la mujer, además de que es cuando
ción y resultado de su trabajo y no realmente comienza la acumulación
encuentran nada que les sirva para sistemática de evidencia empírica so-
valorar sus cualidades tradicionales. bre su participación y lugar en la socie-
La fuerza, la iniciativa y la inteligencia dad. Lo anterior no significa soslayar
ya no son imprescindibles, atributos los sucesos y productos de la década
ancestralmente masculinos, y de ahí de los sesenta y anteriores; supone
que las mujeres lograran durante la resaltar las diferencias cuantitativas y
primera mitad del siglo XX avances cualitativas entre lo escrito y hecho en
substanciales en cuanto a la protección los sesenta y posteriormente.
de sus derechos sociales, políticos, Es posible encontrar un cúmulo de
civiles, económicos y educativos. trabajos dedicados al estudio sobre el
lugar que ocupa la mujer en la socie-
LA DETONACIóN dad, el por qué de la subordinación,
DEL FEMINISMO de su situación y de sus formas de
Es hasta los años sesenta del siglo XX participación, tanto en lo que se refie-
cuando da inicio un verdadero y ge- re al transcurso del desarrollo social
neralizado movimiento feminista que (conforme a las fases, etapas o modos
manifiesta, según el lugar donde surge que se distingan o enfaticen) o bien,
y la intensidad con que lo hace, que la considerando las formas de organiza-
realidad de la mujer, que el nivel de ción según la actividad predominante
opresión y desigualdad, es múltiple y en ciertos grupos, tales como la mujer

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en "X" o "Y" modo de producción,


la mujer en sociedades recolectoras,
cazadoras, agrícolas, industriales,
etcétera.
En ese conjunto es posible distin-
guir dos grandes tendencias: aquella
que se aproxima al tema de la condi-
ción de la mujer a través del estudio
de la sociedad y de la familia, pero la
mujer en sí no es el objetivo principal
del conocimiento, y dos, en los que la
mujer representa el interés primordial,
pero mediando su conocimiento con
la comprensión de la familia y de la
sociedad en que vive, es decir, bajo el
contexto de su entorno desde la pers-
pectiva de su condición de mujer.
En ambos casos, se da por sentado
que el medio en el que se desenvuelve
corresponde a las relaciones familiares
y su rol se revela a través de ellas, ad-
quiriendo distintas formas que están
en relación directa con la época, tipo
de sociedad y el medio, así como el
lugar que ocupe la mujer en las rela-
ciones sociales, aunque todo esto no
siempre se haga explícito y por ello
la labor de análisis ha necesitado es-
carbar en la información para obtener
los datos pertinentes según el enfoque
empleado.
También se encuentra una amplia
bibliografía en donde se puede ver que
la participación y desenvolvimiento
de la mujer en los procesos sociales
es bastante amplio, a tal grado que
no sólo resulta posible sino necesario
realizar estudios desde distintas pers-

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pectivas y disciplinas, ocupándose en
cada caso de ciertos aspectos en lo par-
ticular y de problemas concretos. Así,
por ejemplo, se hallan investigaciones
que se han enfocado al análisis de la
fecundidad como fenómeno biológico
y otras han abordado los niveles de
fecundidad condicionados por facto-
res demográficos, socioeconómicos y
culturales; los problemas de salud de
la madre han sido objeto de estudio;
las repercusiones de los programas de
planificación en la mujer y hacia su
familia, también han sido abordadas6.
Los movimientos de mujeres en
procesos políticos y en movimientos
de la sociedad civil, su participación
en la vida sindical, con relación a la
legislación y los derechos que le ata-
ñen directamente, incluyendo los de-
rechos de los niños y de los ancianos7;
la mujer y la educación, las políticas
educativas y culturales; mujer y vida
cotidiana; mujer, arte, literatura, cul-
tura popular, cultura política, religiosa
y de elite; estudios históricos sobre la
mujer; la mujer en las religiones, etcé-
tera. Todos son temas y problemas que
de una forma u otra se han cubierto en
mayor o menor medida, con un mayor
o menor grado de éxito y respuesta.
La integración de la mujer a los
procesos de desarrollo es un tema
que ha recibido atención especial;
asimismo, se han realizado esfuer-
zos para explicar el comportamiento
económico femenino con relación a
la oferta y demanda de trabajo, los

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sectores ocupacionales y las carac- presentara una síntesis de la polémica


terísticas sociodemográficas. Otros e iniciara la elaboración o reelabora-
puntos de interés lo conforman el es- ción de conceptos que tuvieran un
tudio de la división social del trabajo contenido común y que su sentido se
en las "esferas" pública y privada; la mantuviera a través del debate para
función social que cumple la mujer imprimirle un orden y una lógica.
ya sea como participante del mercado Ahora y después de más de cua-
laboral, como integrante de una uni- renta años de múltiples y variados
dad doméstica o bien, cuando cumple intentos de explicación, de polémicas y
con ambas funciones, cuando realiza debates8, la cuestión continúa girando,
la "doble jornada", la de trabajadora principal y mayoritariamente, en tor-
remunerada y la de "ama de casa". no al reconocimiento de la diferencia
Ante todo esto, valga subrayar que entre hombres y mujeres, a la vez que
la contribución de la mujer en las es- se sigue luchando por la igualdad.
trategias de sobrevivencia familiar ha Esto es, reconocer las diferencias
sido estudiada con cierta profundidad, sin que ello implique desigualdad y
lo que ha dado pie, junto con los tra- sojuzgamiento, de tal forma que el
bajos de participación en la actividad análisis de las causas de la opresión
económica remunerada y con los de la y de la desigualdad sigue siendo de
división social del trabajo, a reconocer suma importancia para tratar de con-
la importancia del trabajo doméstico seguir una sociedad que no establezca
y su función en donde el punto nodal jerarquía por géneros, de manera que
es la función de la mujer como repro- masculino y femenino no signifiquen
ductora de la fuerza de trabajo. En fin, disparidades sociales y que las dife-
en la búsqueda del esclarecimiento del rencias biológicas no se aprecien o per-
por qué de la condición de la mujer ciban simbólica y materialmente como
se han dado infinidad de respuestas, elementos para establecer rangos,
algunas complementarias y otras, categorías o escalas socioculturales.
contradictorias. Entramos aquí a la renovada vieja
Pues bien, en el feminismo halla- discusión sobre la definición sexo/
mos posiciones que parten de diferen- género9, que en América Latina tiene
tes supuestos, tratando de encontrar y día a día una mayor validez y no son
esclarecer el por qué de la condición pocas las investigaciones sobre con-
de desigualdad y opresión de la mujer dición de la mujer que ya adoptan
frente al hombre. Hay tesis claramente esta categorización, previendo sus
opuestas y otras complementarias, posibles obstáculos y tratándola con
pero hasta ahora no se encuentra las salvedades del caso. Por eso, es
alguna que mediara entre ellas, que cada vez más frecuente la realización

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de estudios sobre género o sobre su en donde histórica y culturalmente
construcción social, en tanto que poco diferencia ha significado inferioridad.
antes se habían preferido los "estudios Pero, para hablar de género, resulta
sobre la condición femenina" o de la necesario contextualizar los orígenes
"situación de la mujer" con los que de esta categoría y hacer, cuando
se aludía a la índole, causas y conse- menos, un breve recuento de la tra-
cuencias de la posición que ocupa la yectoria que siguieron los "estudios
mujer en la sociedad, sin establecer de mujeres" o los de la "condición de
reducciones a lo biológico-sexual/ la mujer" o los de "antropología de la
social, pero aceptando sin mayores re- mujer", para llegar en esta búsqueda
servas la existencia de las desventajas a su/s conceptualización/es. Para
económicas, sociales y culturales de hacerlo, se encuentra un cúmulo de
tal condición. literatura en donde es posible seguir
Ahora se ha caído en la cuenta que la pista de este recorrido; sin embargo,
en tal posición la intervención del por la magnitud del acervo sobre este
género es determinante y que si bien tema se recurrirá tan sólo a aquellos
éste se define y determina a partir de que sintetizan el recorrido y que a la
la interpretación de características vez nos dan un panorama más general.
biológicas, éstas a su vez representan Mary Goldsmith 10 nos dice que
un significado que les ha sido cul- antes de finalizar la década de los se-
turalmente atribuido. Es cierto que senta, la condición femenina se trataba
se parte de que existe desigualdad como un elemento más del contexto de
social y opresión entre mujer y hom- otros trabajos y que si bien a raíz de
bre; desigualdad que de principio ello es que surgen los llamados estu-
se origina en una división social del dios sobre las mujeres y que éstos dan
trabajo que a su vez se establece por paso a la revisión de grandes premi-
la diferencia sexual, pero se reconoce sas antropológicas, que presentaban
que esta situación no es uniforme, que una orientación etno y androcéntrica,
varía en el tiempo y en el espacio, de también es cierto que material de estos
acuerdo con la sociedad que se trate trabajos se utilizó para interpretarlo
y dentro de ella en los diferentes y sistematizarlo desde la perspectiva
grupos sociales que la conforman. Y de los nuevos estudios de la mujer.
valga decir que ya aquí se considera Por ejemplo, destaca que los trabajos
la edad, la posición de parentesco, la de Mead sirvieron para cuestionar el
actividad, etcétera, a diferencia de las papel de la biología en cuanto a los
discusiones estrictamente feministas papeles sexuales y que de Friedl y
y radicales que establecían un mun- Riegelhaupt se retoman las categorías
do dicotómico masculino/femenino, de las esferas privada y pública. Acota

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que son tres los intereses centrales de como de la legitimación de un nuevo


la docencia e investigación en este sujeto de estudio en la antropología:
campo: describir el significado de ser las mujeres11.
mujer; comprender por qué ser mujer En ese sentido, Teresita De Bar-
va aunado a la opresión, y buscar es- bieri12 sostiene que el resurgimiento
trategias para erradicarla. de los movimientos feministas de los
La misma Goldsmith enumera años sesenta exigió nuevas formas de
tres distintas posiciones dentro del comprender y explicar la condición de
feminismo: el feminismo reformista, subordinación de las mujeres y esto
el feminismo radical y el feminismo significaba en aquel entonces olvidar
socialista. Sin embargo, la subordina- lo aprendido y construir una nueva
ción no se da sólo en el capitalismo y la teoría, rechazando todas las propues-
autora da cuenta de numerosos traba- tas anteriores, "una primera actitud
jos que han abordado, desde distintas parricida", le llama ella. Actitud que se
perspectivas teórico-metodológicas, modificaría con el tiempo, como bien
a sociedades de recolectores, caza- apunta Goldsmith, coincidiendo con
dores y sociedades estratificadas no De Barbieri:
occidentales. El caso es que en estos
intentos se reconoce la búsqueda tanto Sería absurdo pensar que las femi-
de respuestas del orden transcultural, nistas podrían formular un marco

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de análisis totalmente novedoso, que de sus observaciones deriva que la
dado que al construir la teoría y la división sexual del trabajo no puede
metodología, siempre se parte de ser explicada únicamente a través de
un estado dado del conocimiento. las diferencias sexuales, especialmente
Las categorías utilizadas a menudo en lo que se refiere a la producción de
por estas investigadoras, tales como objetos, en tanto que éstos serán clasi-
género, reproducción y patriarcado, ficados como femeninos o masculinos
ya existían desde antes; pero lo sig- de acuerdo con su uso, independiente-
nificativo de este uso más reciente mente de que lo haya hecho un varón
reside en la reconceptualización, la o una mujer y explica que tal división
elaboración y el refinamiento que se está más relacionada con las asignacio-
ha dado de estos términos13. nes dadas desde la niñez, que con las
características biológicas. En cuanto a
Por ejemplo, encuentra que Marga- Ralph Linton, destaca que a partir del
ret Mead concluye que las diferencias concepto status, él señala que las per-
de conducta y temperamento entre mu- sonas aprenden los comportamientos
jeres y varones son creaciones cultura- definidos como los apropiados para
les más que hechos naturales ya que la cada sexo y que éstos se convierten
naturaleza humana es increíblemente en identidades psicológicas para cada
maleable; en cuanto a Murdock, señala persona.

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Encontramos tres grandes orien- mientos sociales precedentes al


taciones del movimiento feminista14, feminismo, pero yendo más lejos,
orientaciones en donde lo teórico y dado que se constituye como una
político van de la mano de una forma fuerte crítica interna al trato que re-
u otra, tenemos así: cibían de los varones que militaban
a) Al feminismo liberal (también co- y dirigían los grupos de izquierda
nocido como feminismo burgués ("las reinas del mimeógrafo"). Este
o reformista). Es el primero en movimiento muestra un esfuerzo
agrupar a las mujeres en función sistemático y de mayor profun-
de reivindicaciones de género y didad teórica (su enfrentamiento
considera al varón como el enemigo es con el patriarcado siguiendo el
principal, de ahí que su plantea- esquema de Engels16) para dar res-
miento principal sea que el origen puestas a los problemas de la mujer
de la opresión y desigualdad ra- desde la perspectiva de las mujeres
dique en lo biológico15 ligado a la mismas. Su análisis se centra en las
procreación que deriva en la divi- clases sociales y las relaciones de
sión sexual e ignora cualquier otro producción-reproducción, de tal
tipo de división, la de clases por forma que su posición deriva en
ejemplo. No presenta un desarrollo una importante aportación al fe-
teórico elaborado, pero no obstante, minismo: destacar la reproducción
de esta propuesta surge la teoría de social (cotidiana y generacional) y
las esferas separadas (la pública do- cómo de ella, al incorporarse la mu-
minada por el hombre y la privada jer a las fuerzas productivas17, surge
en donde se confina a la mujer) y la "doble jornada", la doméstica o
sus demandas principales giran y se la del hogar y la asalariada. En el
fundamentan en torno a la igualdad terreno de la praxis, se preocupan
de los sexos y en conquistas legales por el aborto, la maternidad, la vio-
(sin que éstas lleguen a alterar el lencia y la violación, el lesbianismo,
orden predominante) en cuanto a la prostitución y la pornografía,
la discriminación laboral, legal y como temas de reflexión, investiga-
administrativa; su logro principal ción y solución y cabe señalar que
en Estados Unidos fue la despe- en cuanto a su acción política se da
nalización del aborto en algunos sólo entre mujeres y no establecen
estados. relaciones o alianzas con ningún
b) En segundo lugar encontramos al otro movimiento.
feminismo radical o socialista, que c) Finalmente tenemos al feminismo
se presenta como una respuesta socialista de vanguardia que, al
al anterior y abreva en los movi- igual que el radical, parte de los

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movimientos y grupos de izquier- las más fuertes tendencias dentro del
da, pero en este caso reivindicando feminismo y de las investigaciones so-
la causa de las mujeres apoyándose bre la condición de la mujer, es partir
teóricamente en el marxismo (En- de las formas de estudio anteriores,
gels, de nuevo) y políticamente, pero reformuladas bajo la óptica de la
en el socialismo utópico. Parte del formación social del género, en donde
reconocimiento de que la opresión destaca que ya se le presta particular
y desigualdad tiene un origen his- importancia a la identidad femenina y
tórico, aceptando que la condición su construcción en la vida cotidiana.
de clase es de suma importancia, Actualmente y en lo concerniente
pero se centra en el análisis de la tan sólo a México18 se hallan varios
situación y condición de la mujer intentos de respuesta y en este proceso
contemporánea, de tal manera que se han tenido que formular visiones
agrega múltiples factores a sus de- particulares que intentan dar cuenta
terminantes conforme los grados de la mujer latinoamericana en con-
de desarrollo del capitalismo y su traste con las propuestas anglosajonas
avance regional, incluyendo en y europeas. Así encontramos que la
sus estudios elementos culturales, incorporación de mujeres y de varones
étnicos, de organización familiar y en la creación de marcos teórico-meto-
arreglos de parentesco, privilegian- dológicos y en la investigación empí-
do su articulación con el patriarca- rica, que tratan de conocer y explicar
do y el sistema sexo/género. Entre esta realidad específica coordinando
la temática que aborda destacan el sus esfuerzos a través de la creación
trabajo doméstico y su conceptua- de grupos especializados en esa tarea
lización, la participación de las mu- y la literatura que se ha generado para
jeres en la producción económica y dar una respuesta ya representa un
la forma en que se reproducen los cúmulo importante.
procesos de desigualdad entre los Partamos de que en un plano filosó-
géneros. Las feministas socialistas de fico los grandes niveles de abstracción
vanguardia mantuvieron sus propios son de gran utilidad para dar cuenta
espacios, pero sin aislarse de otras de temas que por su amplitud y com-
propuestas y organizaciones. plejidad requieren de ellos y que es
necesario elucidar, pero también es
Entonces, se debe decir que para cierto que en la práctica antropoló-
llegar a hablar de investigaciones gica esos niveles pueden deformar
sobre género debieron pasar varios la realidad, impidiendo diferenciarla
años y ocurrir un debate que aun hoy como concreta, cotidiana y múltiple.
no ha terminado. Actualmente una de Un claro ejemplo de lo que ocurre en

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la abstracción filosófica nos lo plantea opresión es común a todas las mujeres,


Eli Bartra: independientemente de que presenten
realidades particulares. Reafirma que
Se trata más bien de entender que sí la identidad genérica es el conjunto
hay algo que se llama identidad fe- de características que se construyen
menina e identidad masculina, y que culturalmente a partir del sexo de las
quiere decir que las personas crece- personas y contribuyen a que un sujeto
mos y nos hacemos con particulari- sea lo que es. Pero estas construcciones se
dades genéricas que corresponden a constituyen como la identidad genérica
lo que somos y a lo que devenimos femenina frente a la identidad genérica
física, psíquica, económica, sexual masculina y en relación a esto ha habido
y racialmente, o sea, a lo que somos cierto descuido ya que se trata de cono-
biológica y culturalmente. Ese ser cer cómo se cimientan y edifican en un
mujer en el mundo es claramente proceso dinámico las relaciones sociales
distinto a ser varón porque distintos entre los géneros.
nos crea la biología y la cultura. Lo anterior nos lleva a una reali-
[...] No podemos negar que existen dad insoslayable que es la de que el
elementos fundamentales que hacen contenido del género es recreado y
a unos sujetos ser hembra y a otros refuncionalizado constantemente con-
machos. A partir de ahí se da todo forme circunstancias y ámbitos especí-
un conjunto de procesos sociales que ficos, en donde intervienen prácticas,
crean también elementos fundamen- costumbres, normas e identidades
tales en las personas y las convierten diferenciadas, en fin, la organización
en unas pertenecientes al género y cultura de cada grupo y los sectores
masculino y otras al género femeni- que lo conforman en estrecha relación
no. [...] Nuestro interés radica en el con la experiencia de vida individual.
conocimiento del ser y el hacer de las Y valga preguntar, hasta qué punto
mujeres, o del hacer de los varones las características particulares de cada
con respecto a las mujeres, y no en grupo, con sus respectivas representa-
el estudio del género humano ni del ciones respecto al género, influyen en
género masculino19. lo que el grupo acepta o rechaza.
Y esto viene a cuento porque aún
Bartra misma complementa su argu- ahora y después de un gran número de
mentación señalando que las mujeres intentos de explicación, con sus respec-
como grupo social (agrupadas por la tivas polémicas, la cuestión del cómo
identidad de género), son oprimidas, y del por qué de la desigualdad entre
marginadas y discriminadas, sin impor- varones y mujeres continúa vigente, lo
tar momentos históricos o lugares. La que ha dado por resultado diferentes

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enfoques que se contraponen o se com- sentativos se pueden mencionar: la teoría
neoclásica de la oferta de mano de obra,
plementan, incluyendo y excluyendo las teorías sobre desarrollo económico y
elementos para su explicación, buscan- la teoría marxista; en cada una se pueden
encontrar variantes y metodologías dis-
do encontrar una definición de género tintas y hallar combinaciones de las tres
que dé cuenta de las semejanzas y de posiciones más comunes del feminismo.
En cuanto a los estudios empíricos cabe
las disimilitudes que se encuentran en destacar aquellos que analizan las determi-
distintos contextos y tenemos así a las nantes de la participación de la mujer en el
mercado laboral, tales como edad, estado
diferencialistas o feministas maximalis- civil, número de hijos, ciclo familiar, nivel
tas, las maternalistas y ginecocéntricas de educación o grado de capacitación, etcé-
tera; los estudios de caso se han inclinado
con la sororidad, las etnometodólogas, hacia la industria maquiladora, la maquila
las ecofeministas y el desarrollo susten- domiciliaria, la asalariada campesina y el
trabajo de la mujer en la producción rural.
table, las constructivistas y las decons- No podemos pasar por alto los estudios so-
bre mujer y cultura que analizan los mitos
tructivistas o el feminismo posmoder-
culturales de la mujer, imágenes de la mujer
no; pero hablar de ellas implicaría un en la narrativa mexicana y en los libros de
texto, la situación de la mujer frente a la
buen número más de páginas. educación formal e infomal, etcétera. Lo
que importa subrayar es que la abruma-
dora mayoría de ellos soslayan el análisis
NOTAS de la cultura, y en caso de que lleguen a
1 Para mayores referencias sobre este pe- tratarla lo hacen desde la perspectiva de lo
ríodo ver: Aguiar Paz Mirna Rubí y José cultural, entendida como todos los modos
Gamboa Cetina, 1997. También, Badinter, de comportamiento derivados de la activi-
Elisabeth, 1992, da cuenta de estos hechos. dad humana, resultado de una particular
2 Aguiar y Gamboa, 1997, apuntan que la relación con el medio ambiente natural y el
Madame Geofrin fue célebre por patrocinar social o, en su defecto, la tratan en el sentido
a los enciclopedistas, p. 4, en pie de página. más coloquial con el que generalmente se
3 De Barbieri, 1986 (pp. 6-11), sostiene, apo- comprende: como el campo de las bellas
yándose Hester Einsenstein, que la raíz artes. Interesantes exposiciones sobre esto
profunda del movimiento feminista y de se encuentran en: Wainerman Catalina y Z.
sus distintos planteamientos teóricos, "más Reicchini de Lattes, 1981 Nueva antropología,
allá de sus diferentes orientaciones expresa, 30, noviembre de 1986; León Magdalena,
condensa y se nutre de tres corrientes del 1982; SEP-Setentas-Diana, 1981; INEGI-
pensamiento contestario de Occidente", a SPP, 1982 y 1985; Galeana de Valadés,
saber: el pensamiento liberal de los siglos Patricia, 1989; Sociológica (Mujeres. Historia,
XVIII y XIX; el pensamiento socialista utó- Identidades y sujetos sociales), año 4 número
pico y el marxista y finalmente la base que 10, mayo-agosto, 1989.
se sustenta en la liberación sexual y en los 7 Resulta frecuente que en las organizaciones
teóricos del psicoanálisis. feministas, en sus actos, movimientos y
4 Los diputados se preguntaron: 1. ¿Debe publicaciones, se incluyan temas sobre la
permitirse la reunión de mujeres en París? niñez, la ancianidad, el homosexualismo,
2. ¿Pueden las mujeres ejercer los derechos los "minusválidos", etcétera, en estos casos,
políticos y tomar parte activa en los asuntos las mujeres de vanguardia se solidarizan en
del gobierno? y 3. ¿Pueden las mujeres deli- una lucha común con las "otras minorías re-
berar, reunidas en las asociaciones políticas lativas" y se subraya esto último porque no
o en sociedades populares? Ver Aguiar y obstante su número, su escasa participación
Gamboa, 1997, p. 7. efectiva y notoria en los asuntos y decisio-
5 En Yucatán tuvo lugar el "Primer Congreso nes de carácter público, les arrincona en el
Feminista de México" en 1916 y es posible carácter de "minoría".
aventurar que fue el primero en América 8 Como bien dice Graciela Hierro en una en-
Latina. trevista (Fem, núm. 127, año 17, septiembre
6 Entre los enfoques teóricos más repre- 1993): Creo que debemos tender más hacia

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Wilbert A. Pinto González

la teoría, en casos más concretos, en hacer 11 Ibid.


revistas, escribir artículos, etcétera. Creo 12 De Barbieri, Teresita, 1992: 147-174.
que estamos en el momento intelectual más 13 Ibid.
importante porque hay las posibilidades de 14 Ver entre otras a: De Barbieri, Teresita, 1986.
que se dé esta lucha teórica del feminismo. 15 Abundando, De Barbieri (1992: 148) apunta
Y nada más te digo una cosa para terminar, que en los movimientos feministas resurgi-
cuando Marx cambió la visión de la socie- dos en los sesenta se planteó un problema
dad, no fue porque hizo una revolución, difícil: ¿Cómo contruir teóricamente una
sino porque escribió El capital. diferencia de orden de la naturaleza y objeto
9 Concepto acuñado por Gayle Rubin: El de estudio de las disciplinas biológicas en un
tráfico de mujeres: notas sobre la "economía fenómeno social, objeto de estudio de las ciencias
política" del sexo. La publicación original sociales y las humanidades? una vez más se
en inglés se remonta a 1975. Cabe mencio- volvió a plantear la relación entre naturaleza
nar que este trabajo es considerado como y cultura y a revitalizar las hipótesis del de-
una de las más importantes aportaciones terminismo biológico en la explicación de la
para el desarrollo de la perspectiva de desigualdad social y política. Y una vez más
estudios de género, pero volveremos con se llegó a la conclusión de que la variación de
esto más adelante, la versión en español se los comportamientos sociales están más allá
encuentra en Nueva Antropología núm. 30. de las diferencias biológicas, porque entre los
10 Goldsmith, Mary (1986, 63-164) nos propor- seres humanos hasta la satisfacción de las ne-
ciona una extensa bibliografía en relación cesidades más elementales de la sobrevivencia:
con el recorrido de la antropología de la alimentación, vivienda, vestuario, etcétera,
mujer, especialmente en el caso de Esta- están determinadas por construcciones sociales.
dos Unidos, que es el que ella misma dice 16 El origen de la familia, la propiedad privada y
conoce mejor y en donde además se dio el el Estado, cualquier edición.
debate principal en torno de la condición 17 Estrategia planteada como fundamental
femenina. Valga decir que el número 30 de para lograr la emancipación unida con el
Nueva Antropología es referencia obligada hombre, en términos de una revolución
sobre el tema, tanto por los problemas que proletaria.
aborda como por las referencias citadas. 18 El debate en torno al género es reciente en

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Historia del feminismo
U
Latinoamérica y México; se desarrolla for- Universitarias Latinoamericanas. Liderazgo
malmente a partir de la segunda mitad de y desarrollo, México, UNAM-Coordinación
los años ochenta. Por ello no es de extrañar de Humanidades, 1990.
primero, la creciente creación de grupos Goldsmith, Mary, Debates antropológicos en
organizados para su estudio, y segundo, torno a los estudios de la mujer, en: Nueva
el gran número de artículos, revistas mo- Antropología, Estudios sobre la mujer: Pro-
nográficas y libros que abordan el tema. blemas teóricos, núm. 30. Vol. VIII, México,
19 Bartra, Eli, 1994: 10 y 11. noviembre de 1986.
INEGI-SPP, Estudios sobre la mujer, publicados
en tres tomos, México, 1982 y 1985.
BIBLIOGRAFíA León Magdalena, ed., II. Las trabajadoras del
Aguiar Paz, Mirna Rubí y José Gamboa Cetina, agro, III. Sociedad, subordinación y femi-
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el siglo XVIII", en: Revista de la universidad Nueva Antropología, Estudios sobre la mujer: Pro-
Autónoma de Yucatán, octubre/noviembre/ blemas teóricos, núm. 30, Vol. VII, México,
diciembre, núm. 203, Mérida, Yucatán, noviembre de 1986.
México, 1997. Pinto González, Wilbert y Gina Villagómez
Badinter, Elisabeth, X Y. La identidad masculina, Valdés, 1993, "Perspectivas sobre la mujer",
Madrid, Alianza Editorial, 1992. en: Gaceta universitaria. Mujer: liberación y
Bartra Eli, "Género: mujer… ¿ganando espa- realización, núm. 17, verano, Asociación de
cios? en: Doble Jornada, 4 de abril, 1994. Personal Académico, Universidad Autóno-
De Barbieri, Teresita, Movimientos feministas, ma de Yucatán, México.
México, UNAM/Coordinación de Huma- SEP-Setentas- Diana, ed., 1981 y 1982. La
nidades, 1986. Mujer y el desarrollo, tres tomos, México,
De Barbieri, Teresita, "Sobre la categoría géne- Sociológica, Mujeres. Historia, identidades
ro. Una introducción teórico metodológi- y Sujetos Sociales, año 4 número 10, mayo-
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Galeana de Valdés, Patricia (compiladora),

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