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8 El suplemento de los chicos del Diario Hoy en la Noticia La Plata, martes 6 de marzo de 2007

Cuento de contratapa

Epaminondas
abía una vez una mujer que Cuando la madre lo vio se aga- encontró. No pasó mucho tiempo y

H sólo tenía un hijo, llamado


Epaminondas. Se llamaba
así porque era un nombre muy
rró la cabeza.
-¡Epaminondas! ¿Qué te pasó?
-Nada mamá, la madrina me
Cuando llegó a su casa el perro
estaba estornudando y tiritando,
medio muerto de frío, pobrecito.
Epaminondas volvió a visitar a su
madrina. Esta vez le regaló un
pan grande, recién sacado del
importante. regaló manteca. -¡Epaminondas, hijo mío! ¿Qué horno crujiente y dorado.
Un día, Epaminondas fue a visi- ¡Epaminondas! ¿Cuándo vas a traes ahí? Epaminondas buscó una cuerda,
tar a su madrina y la madrina le aprender? -Un perrito mamá. puso el pan en el suelo, lo ató y
regaló un bizcocho. A la manteca se la envuelve con ¡Ay Epaminondas, así volvió a su casa, tirando de la
-No lo pierdas, -le recomendó-, hojas frescas y se la moja, cuan- Epaminondas!¿Cúando vas a cuerda con cuidado.
llevalo bien apretado para que no tas veces se pueda en las fuentes aprender? Cuando llegó, el pan ya no esta-
se te caiga. que se encuentran en el camino. -Le dijo la mamá mientras seca- ba tan crujiente. ¡Y mucho menos
-No te preocupes. No lo voy a ¿Entendiste? ba al perrito y lo acercaba al tan dorado!
perder, -dijo Epaminondas-. -Sí, mamá, respondió, fuego para darle calor. Si te dan ¿Y a qué no adivinan lo que le
Pero apretó la mano con tanta A la semana siguiente, cuando un perrito le atás una cuerda al dijo la mamá?
fuerza que cuando llegó a su casa Epaminondas fue visitar a su ma- cuello y lo vas llevando así, tiran-
tenía un montón de miguitas. drina, la madrina le regaló un pe- do con cuidado para que el ani- Cuento popular de
-¿Qué traes ahí, Epaminondas? rrito muy lindo. malito ande. ¿Entendiste, Estados Unidos de América
-Un bizcocho, mamá. Epaminondas, muy decidido, lo Epaminondas?
-¡Ay, hijo mío! ¿Cuándo vas a envolvió en hojas frescas y por el -Sí, mamá -dijo Epaminondas.
aprender? Para llevar un bizcocho camino lo fue mojando en
se lo envuelve en un papelito, se todas las fuentes que
lo pone debajo de la gorra y se
camina derechito y despacito,
para que el bizcocho no se
caiga. ¿Entendiste?
-Si, mamá -contestó
Epaminondas.
Pocos días después
Epaminondas volvió a casa
de su madrina y ésta le
regaló un gran pedazo de
manteca. Epaminondas
tomó la manteca, la
envolvió en un papel,
la puso debajo de la gorra y
caminó para su casa.
Esa tarde el sol brillaba
muy fuerte y la manteca
empezó a derretirse y a
gotearle por la cara y por el
cuello.

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