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Según el experto Pablo Mendieta, Director del CEBEC (Centro Boliviano de Economía), la

calidad del empleo bajó mucho en Bolivia desde el 2017 y empeoró en 2019. Si bien se suman
más empleos, casi todos son informales y precarios.
Según el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, gracias a las
medidas del Gobierno la tasa de desempleo urbano se redujo de 8,1% en 2021 a 5,3% al primer
trimestre de este año. Sin embargo, el dato no es tan positivos como parece puesto que la
mayoría de los nuevos empleos son informales. Bloomberg Línea entrevistó a Pablo Mendieta,
Director CEBEC (Centro Boliviano de Economía), quien explica que no se trata solo de contar
números de trabajadores sino de analizar la calidad del empleo.
Los datos compartidos por Mendieta desde la Cámara de Industria y Comercio, hacen referencia
al sector urbano donde hacen periódicamente encuestas sobre empleo. “Como comparación,
según datos de diciembre de 2015 había 460 mil personas que estaban en empresas con empleos
formales. Dos años después, en 2017 el dato subió a 500 mil empleos formales en empresas.
Ahora se está muy debajo de esos 500 mil empleos. Eso quiere decir que aún no nos
recuperamos de la pandemia como se indica en datos oficiales.
Además hay que tomar en cuenta que antes de la llegada del Covid 19 ya había caído el nivel de
empleo formal en el país”, resalta el experto. Pero ¿dónde se fue todo se empleó perdido
formal? No fueron al sector público porque el Estado ha mantenido en el mismo número de
empleos según CAINCO. “Una parte se va a las empresas familiares, entendiendo que son
pequeños emprendimientos familiares. Este tipo de empleos ha tenido un crecimiento explosivo
y hoy día suman 800 mil fuentes de trabajo. Cuando el gobierno habla de que subió el nivel de
empleo, lo que ha aumentado es el autoempleo o el trabajador por cuenta propia”, agrega.
Existen 4 millones y medio de empleos sólo el ámbito urbano del país. Esto es inédito, antes no
existía esa cantidad de empleos. Pero según Mendieta, “debemos entender que vienen con una
gran caída de salarios y si bien se ha recuperado la cantidad total de empleo, la explicación está
en la caída de ingresos que han tenido las familias. Cuando el jefe o jefa de hogar gana menos,
otros miembros de las familias se incorporan al mundo laboral pero de manera muy precaria. Es
un fenómeno que en economía lo conocemos como el trabajador adicional y aumentan las
personas que trabajan en cada familia porque necesitan subsistir de alguna forma”.
La cantidad de empleos ha aumentado pero porque hay más auto empleo y más empleo en
emprendimiento familiares pequeñitos de los cuales solo un tercio es formal. “Bolivia tiene un
alto porcentaje de empleo informal, en 2019 teníamos un 85 % de trabajadores en la
informalidad. Las cifras actuales indican un 90 %. Entre los trabajadores formales, el 66% tiene
acceso a la caja de salud, mientras que solo el 10% de las personas con trabajos informales
tienen un seguro de salud. Esa es la diferencia principal entre formal e informal”, dice
Mendieta. Otro dato que preocupa es que en el sector informal apenas el 20% ahorra para su
jubilación. “Las brechas se ven de muchas otras formas en la sociedad porque tenemos menos
de medio millón de trabajadores que tienen empleos formales y pueden dar un buen futuro a sus
hijos. Y por otro lado, hay alrededor de 4 millones de trabajadores que no tienen esa esa
posibilidad porque viven de la informalidad”, resalta. Según un análisis de Cainco sobre la
disminución del empleo en empresas pequeñas, antes había 200 mil puestos de trabajo en
empresas pequeñas. Hoy hay menos de 100 mil. Estas empresas con poco colchón económico
son las más golpeadas por medidas como el aumento salarial o los llamados doble aguinaldo
que suelen ser dados por mandato gubernamental. Todo esto impacta en despidos del sector
formal.

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