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PSICOPATOLOGIA

Esquemas y resúmenes complementarios a:


Introducción a la Psicopatología
- 4º Curso de Arteterapia Antroposófica -

DOCENTE: MAGDA FARRÉ


ARTETERAPIA ANTROPOSÓFICA
4º CURSO.- EL PUENTE -

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ÍNDICE1

1- Psicología Evolutiva: Los tres primeros septenios

1.1 Primer septenio


1.2 Segundo septenio
1.3 Tendencias patológicas de los dos primeros septenios
1.4 Tercer septenio
1.5 Esquema

2- Salud y enfermedad desde la Antroposofía

2.1 La enfermedad corporal de origen psíquico


2.2 La enfermedad psíquica de origen corporal

3- Psicopatología

3.1 Depresión y manía


3.2 Esquizofrenia
3.3 Trastorno obsesivo
3.4 Histeria

4- Algunas consideraciones finales

5- Bibliografía

6- Anexos: Material clínico de origen no antroposófico

6.1 Las psicosis


6.2 La esquizofrenia
6.3 Trastorno afectivo bipolar y ciclotimia

1
La mayor parte del material que integra este índice (esquemas, resúmenes y extractos) procede de las
obras de Rudolf Treichler citadas en la bibliografía.

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1- ESQUEMAS DE PSICOLOGÍA EVOLUTIVA: LOS TRES PRIMEROS
SEPTENIOS
Todo el proceso evolutivo es una decisión del Yo.

Los dos primeros septenios se consideran como un estadio preliminar de la evolución psíquica.

ƒ 0 a 21: Desarrollo físico.


ƒ 21 a 42: Desarrollo anímico.
ƒ 42 a 63: Desarrollo espiritual.

1.1 Primer Septenio

Fuerzas anímico-espirituales: CA – YO Fuerzas de individualidad

Paulatina encarnación/descenso del CA-Yo, en el CF. Estas fuerzas se encarnan más


profundamente a medida que el CF se forma y se vuelve apto para recibir al Yo

Fuerzas de la herencia: CF - CE

Estructuración del CF

ƒ El cuerpo va a ser un instrumento anímico/espiritual para la transformación


personal y del mundo.

ƒ La individualidad humana tiene la misión de ir transformando el CF, que cuando


nace no está terminado. Tras el nacimiento se terminan las estructuras de los
órganos esenciales.
El niño acaba de formar su propio cuerpo a partir del modelo proporcionado por la
herencia. Lo va transformando a partir de su individualidad.
Las enfermedades infantiles ayudan a penetrar de individualidad el cuerpo recibido
por la herencia.

Vida del Alma

ƒ En la existencia terrestre la vida del alma empieza con el primer movimiento


respiratorio: Así entra en la vida del CF (autónomo a partir del nacimiento).
ƒ Es a partir de la cabeza que el alma se une a la vida del cuerpo y entra en contacto
con el cuerpo y con el mundo.
ƒ Con su alma el niño vive sobre todo en la cabeza, donde se centralizan los
sentidos y de donde emana la configuración de la forma humana.
ƒ La penetración espiritual del cuerpo a partir de la cabeza conduce al niño a caminar
en postura vertical, que coincide más o menos con la aparición de los primeros
dientes.

Primera vivencia del Yo

ƒ Sobre los 3 años se autonombra como Yo, aparece la conciencia individual lo que
le permite al Yo tener percepción interior (distinguirse del mundo exterior) y
recordar.
ƒ Esta forma de conciencia se acompaña con una necesidad de afirmarse: fase de
oposición (del “no”).

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Ser de imitación

ƒ Inconscientemente imita los movimientos del cuerpo y del alma (aprendizaje del
habla).
ƒ Aprende por imitación y por la actitud de los adultos que le rodean.
ƒ En este septenio recibe la base para la conducta moral del futuro: “El mundo es
Bueno”.

¿Qué necesita el niño para el desarrollo anímico-espiritual en el primer septenio?

ƒ Nido: calor, abrigo, protección, horario, comidas, sueño, amor.


ƒ Importante desarrollar la experiencia de la confianza: el niño viene al mundo con una
confianza pura y natural.
ƒ La influencias estructurantes del entorno actúan sobre el CF del niño. La individualidad
se expande en el cuerpo cuando las impresiones sensoriales que recibe son buenas y
agradables. Si no, se retira del cuerpo y la remodelación corporal queda incompleta.

Fin del Primer Septenio

ƒ Sobre los 7-8 años se alcanza la madurez cerebral. El cerebro ya no presentará


diferencia con el cerebro adulto.
ƒ Segunda dentición: Se cambian los dientes recibidos por la herencia. Dientes para
toda la vida.
ƒ En adelante se dará una reproducción celular (para compensar la destrucción), en
lugar de una nueva creación orgánica.
ƒ A los 7 años la proporción del cuerpo y de la cabeza será tal que el niño podrá
pasar su brazo por encima de su cabeza y alcanzar la oreja del lado opuesto:
prueba de madurez para comenzar la escuela.
ƒ El niño ya está maduro para el aprendizaje.

1.2 Segundo Septenio


Alrededor de los 7 años (segunda dentición) la organogénesis ha llegado a su fin y libera las
fuerzas creadoras (segundo nacimiento: nacimiento del CE) que pueden dedicarse a otro
trabajo.
Las fuerzas del CE se abren al alma. Las fuerzas de crecimiento, forma y regeneración se
transforman en fuerzas del pensamiento: representaciones, encadenamiento de conceptos,
memoria..., (aunque una parte de estas fuerzas seguirán ligadas al CF asumiendo los procesos
de crecimiento y regeneración). Las fuerzas del pensamiento son fuerzas liberadas y
metamorfoseadas del crecimiento.

A nivel de la cabeza el CE se suelta al máximo del CF y permanece más cerca del CF en los
niveles medio e inferior.

ƒ Zona cabeza: Liberación del CE, especialmente en la zona cefálica (Imagen mitológica
del nacimiento de Palas Athenea). Es a nivel de la cabeza que este nacimiento se
aleja al máximo del CF : madurez cerebral, donde la vida se retira al máximo de la
conciencia.
ƒ Zona media: Aquí también se produce una liberación del CE, pero no tan pronunciada
como en la cabeza. Esta liberación es la base del temperamento.
Temperamento: zona intermedia entre cuerpo y alma. Dominio del CE. En el curso del
2º septenio los temperamentos construyen la base de la vida afectiva.
En este septenio el niño se entrega por completo a su experiencia afectiva (1er
septenio vida perceptiva).

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Vida del Alma

En el 2º septenio el alma y el Yo han descendido de la cabeza al dominio medio del organismo:


al Sistema Rítmico.
El niño del 2º septenio se abre a una nueva vida del sentimiento a través del Sistema Rítmico.
El alma se une al fenómeno de la respiración mediante el CE. Se produce la madurez
respiratoria que permite una nueva manera de pensar.
En este septenio se aprecia la vida anímica (“esta particular sensibilidad”) partiendo de la
región media del cuerpo y no sólo de la cabeza.

En el segundo septenio el niño vive más en los procesos rítmicos (zona media): inspiración y
espiración. Maduran los órganos respiratorios, el corazón y el sistema circulatorio. Estos
órganos son la sede de nuestros sentimientos que nos capacitan para distinguir:
simpatía/antipatía, bueno/malo, bello/feo.
Este sistema ha sido preformado en el niño, pero es en el segundo septenio que se va a
desarrollar.
Importancia del ritmo, arte en la educación, que ésta no sea demasiado intelectual.

En el 2º septenio se asiste al desarrollo y transformación de inclinaciones, hábitos y


temperamento recibido por la herencia.

Es entonces el pulmón que deviene el instrumento principal del alma afectiva. En cada
inspiración el CA, viviendo por su naturaleza en el elemento aéreo se mete más profundamente
en el cuerpo físico, donde el CE obra en las estructuras. La formación del organismo hasta los
7 años estaba bajo la dirección del CE. Ahora lo hará el CA.

El niño ya no se siente formando una unidad con el entorno. Ahora se desarrolla una rica vida
interior con una fantasía cada vez más amplia. En nuestra fantasía infantil vivimos una
dramatización de la vida (somos princesas, esclavos, héroes...)

Desarrollo de la afectividad

Antes de los 7 años la afectividad estaba poco desarrollada: no se experimenta compasión. Se


pueden dar pruebas de crueldad pues no experimenta lo que otros. El niño vive en su medio
sin abrirse al de los demás. Con la entrada en juego del CA aparecerá una interiorización y un
intercambio con el mundo exterior. Simpatías y antipatías serán experimentadas en lo más
profundo del alma. Desarrollará su sentido social.
Esta vida del alma está caracterizada por una fluctuación perpetua entre dos sentimientos
primordiales, a los que podemos atribuir todo lo que experimentamos: LA SIMPATÍA Y LA
ANTIPATÍA.

Procesos de encarnación del Yo

Hacia los 3 años el Yo toma posesión del polo neurosensorial.


Hacia los 9 años, se liga estrechamente al metabolismo. Es a partir del centro metabólico que
el Yo va tomando posesión de los músculos y los huesos

9 años: cambio profundo. Experimentamos una segunda vivencia del Yo.

El niño se retira más a su interior y descubre que sus sentimientos son distintos a los de los
demás, o la diferencia entre su familia y la de su amigo, o que ha nacido en una familia pobre,
de que su hermano odia al gato que él adoro. Se despierta la propia vida afectiva. Es
importante que la vida afectiva encuentre un suelo fértil en el que expandirse: puede
encontrarse en el arte, religiosidad, la autoridad cariñosa. Esto es importante para la formación
de los sentimientos. R. Steiner decía que es en esta fase cuando hay que despertar en el
hombre el sentimiento de la Belleza. Importancia del maestro en esta etapa y lo que él piensa,
por como influye en la visión del mundo del niño. Más adelante interesarán las asignaturas
impartidas por los maestros admirados. El mundo afectivo del niño ha de ser tenido en cuenta
en la educación y en clase.
Autoridad afectuosa (amada): cultivar respeto y veneración.

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1.3 Tendencias Patológicas de los dos primeros septenios
El desprendimiento del CE de la cabeza lo habilita para desarrollar la facultad anímica del
pensar imaginativo, capacidad de acceder a las representaciones, desarrollar la memoria, para
empezar el proceso de aprendizaje. Como consecuencia del desprendimiento el tejido nervioso
queda supeditado a las mínimas condiciones de vitalidad .

Un aprendizaje intelectual temprano, de gran exigencia, moviliza la fuerzas vitales y las


desplaza del organismo. Se generan entonces: problemas corporales, dentarios, de
crecimiento, etc.
Como las fuerzas etéreas son desplazadas en exceso a la cabeza para servir al aprendizaje, la
cabeza tiende a un mayor crecimiento y hay un cuadro de astenia corporal. Esto genera un
niño nervioso (hiperexcitabilidad, nerviosismo) cuyas experiencias sensoriales penetran
profundamente en el cuerpo.

Cuando domina la cabeza:

¾ Constitución asténica e hiperexcitabilidad.


¾ Consume muchas fuerzas vitales
¾ Impide que CA y Yo se interioricen adecuadamente en CF
¾ Conciencia exagerada de los acontecimiento corpóreos, espasmos, endurecimiento,
contracturas.
¾ Se produce una exaltación del sistema nervioso en el primer septenio: El niño vibra
intensamente con las impresiones sensoriales que recibe. Esas representaciones
exacerbadas se fijan y aparecen las ideas obsesivas.

Riesgos de estos dos septenios:

¾ Estimular la intelectualidad precoz, mediante la introducción de conceptos agresivos,


que desestructuran la metamorfosis de fuerzas de crecimiento en fuerzas de pensar.
¾ Falta de desarrollo de los sentimientos de reverencia y veneración.
¾ Actividad y comportamiento de los padres. Lo que recibe en esta etapa en el núcleo de
la familia quedará muy impreso en su CE y será determinante en la posibilidad de
ejercer su autoridad, en sus futuras relaciones (matrimonio...).
¾ Adquisición de malos hábitos alimenticios, higiénicos.
¾ Para que las fuerzas etéricas se conviertan en fuerzas de pensamiento es necesario
que el Yo sea suficientemente maduro para poder utilizarlas. Debe adueñarse de ellas.
Estructurarlas. Si no lo hace estas fuerzas tenderán a regresar al estado vegetativo. La
dislexia constituye uno de los aspectos de esta regresión. Desaparece la dislexia
cuando el Yo acierta a encarnarse mejor. Dislexia: caracterizada por irregularidades de
la metamorfosis del CE. Las fuerzas vegetativas deben metamorfosearse en fuerzas
del pensar. (La producción simétrica es una de las propiedades del CE).

En este septenio:

ƒ Algunos niños son aquí hipersensibles (“psíquicamente desollados vivos” según la


expresión de R. Steiner).
ƒ Otros devienen insensibles o indiferentes o apáticos.

Relaciones posteriores con el mundo y los demás

A través de la relación con las personas, nosotros crecemos en nuestra vida anímica. En el
segundo septenio se empieza a encontrar la relación Yo-Tú. Esta fase es decisiva para nuestra

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capacidad de interrelación interpersonal en general, pues se reflejará en nuestra vida posterior
en cuanto a nuestra relación con el mundo y con los demás:

ƒ Si la educación es autoritaria es como si el niño estuviera siempre inspirando y existe


peligro de que se convierta en demasiado introvertido. Más adelante le costará gran
esfuerzo llegar a ser abierto.
ƒ Si la educación adolece de suficiente autoridad, entonces la persona está
constantemente exhalando y en su futura vida desarrollará poca interioridad. No será
capaz de estar consigo mismo y estará completamente entregado al mundo que le
rodea.

Durante este septenio se imprime la marca de la conducta de los que nos rodean

ƒ Muchas normas de conducta se convierten en normas de vida para el individuo.


ƒ Interiorizamos las costumbres que vemos en las personas que nos educan.
ƒ Es la etapa en la que se forman los hábitos alimenticios e higiénicos.
ƒ Expresiones del tipo, por ejemplo, “eres tonto”, tienen profundas repercusiones y dejan
su huella en el alma.
ƒ Corazas de normas: debes y no debes, en forma incisiva y rígida, interfieren el normal
desarrollo del sentimiento: “no debes llorar”, “no debes jugar con chicos”, etc.

La pedagogía de hoy contribuye a desarrollar la predisposición al carácter esquizoide.

En el primer curso a los médicos, Steiner insiste en que la educación de los dos primeros
septenios de vida puede provocar o evitar la demencia precoz o esquizofrenia. Se provoca
cuando no se respeta la necesidad de educar según el principio de imitación en el primer
septenio y de autoridad durante el segundo.
Vemos así como el niño no desarrolla lo suficiente las bases de la vida afectiva y volitiva en los
dominios inferiores y medios del organismo:
ƒ Cuando no puede ejercer la imitación hasta en su metabolismo.
ƒ Cuando no puede amar lo suficiente a las personas de autoridad, en su sistema
rítmico, y tomarlas como modelo.
Así, su encarnación es incompleta en las zonas orgánicas en cuestión.
Se detiene la evolución en la cabeza, acompañada de la derivación de fuerzas formatrices
hacia la cabeza, y se genera la constitución asténica o leptosómica. El término asténica señala
la debilidad vital de este tipo de constitución, actualmente en aumento. Se realiza al precio de
un crecimiento longilíneo y acelerado y la maduración de los órganos internos es insuficiente.
Esta morfología ilustra como, de buenas a primeras las fuerzas de crecimiento del CE son
atraídas hacia la cabeza. El nerviosismo de los escolares revela una constitución de este tipo.
Una encarnación incompleta es susceptible de preparar el terreno a la psicosis, que tiende a la
excarnación.

La tendencia cefalizante de nuestra época favorece tanto la eclosión de las neurosis obsesivas,
como, a la eclosión de la histeria (por fuga del CA), así como la de la esquizofrenia.
En cuanto a las bases corporales, se puede constatar que la enfermedad psíquica o corporal
es tanto más grave como el debilitamiento del cuerpo es mayor y el encajarse al cuerpo se
vuelve más difícil. En el caso de la enfermad obsesiva y de la histeria, este encaje queda
bloqueado en la parte media del hombre, zona que la esquizofrenia, enfermedad psíquica más
severa, no alcanza más que parcialmente.

1.4 Tercer Septenio


A los 7 años el CE se desprende del Polo Neurosensorial, mientras que el CA ha de
sumergirse más profundamente en el metabolismo y en los órganos genitales, para comenzar
a los 14 años su desprendimiento y por ende su nacimiento desde el polo motor.

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El CA nace en el polo metabólico: El CA llega a la parte inferior del organismo y el ser humano
adquiere la madurez terrestre.

ƒ En el tercer septenio nace el CA de los órganos sexuales.


ƒ Se inicia el desarrollo de la personalidad anímica: El Yo vive en el alma.
ƒ Una nueva vida anímica personalizada comienza: Nacimiento del alma: CA
transformado.
ƒ Aquí termina el desarrollo de los animales. La sexualidad en el ser humano es algo
diferente de la procreación en los animales.
ƒ A los 14 años se libera el CA pero todavía no se emancipa totalmente del organismo.
Se libera una parte y la otra penetra aún más en el CE. La parte liberada del CA la vive
el joven como vida anímica y la parte que se compenetra más con el CE determina el
crecimiento de los genitales.
ƒ La menstruación comienza cuando se ha desprendido el CA de los genitales femeninos
(en el hombre aparición de las características sexuales).
ƒ Masculino y femenino tiene diferente penetración espiritual en la materia.

Tras los 14 años comienza la vivencia anímica:

ƒ Alma:
ƒ Pensamiento: Polo Neurosensorial
ƒ Sentimiento: Sistema Rítmico
ƒ Voluntad: Polo Metabólico–Motor

Debe entenderse la vida anímica desde el impulso que recibe desde los dos polos

ƒ Neurosensorial (Quietud)
ƒ Metabólico (Movimiento)

El CA puede vivenciar el mundo y lo hace en forma más inmediata que antes, cuando estaba
sumergido en el CF. Su vida anímica está impregnada de deseo y sensaciones (no sólo las
sexuales). Este deseo puede ser transformado en interés hacia y para el mundo. Las
percepciones que recoge del mundo va a transformarlas en sensaciones (el joven vive en un
mar de sensaciones). De aquí puede nacer el amor.
El Yo que está desarrollándose totalmente en esa alma de 14-21 años forma juicios que están
impregnados de simpatía y antipatía, lo que lleva a la sensación. A partir de los 21 años el Yo
quiere saber cómo son realmente las cosas. A los 21 años nace el Yo y comienza así la
evolución propiamente del alma (4º, 5º y 6º septenios).

La vida anímica movilizada se llama emocional. Toda emoción tiene su origen en la dinámicas
del organismo inferior: sexual-genital. La vida anímica que viene de abajo se enfrenta con las
fuerzas que vienen de la cabeza. El deseo se transforma en amor cordial en el corazón y
deberá convertirse en interés por el mundo. El ser debe aprender a metabolizar las emociones
y de esta elaboración surgirán en el alma los sentimientos.
Hay que ayudar al joven a encaminar este conflicto desde el Yo adulto. En el tercer septenio el
CA se ha desprendido. Comienza una lucha ente deseo y responsabilidad. Entre CA y el Yo
que empieza a manifestarse. Las fuerzas anímicas espirituales desarrollan el pensamiento y
especialmente el juicio crítico. Aquí lo importante es comprender, tal como en el 2º septenio era
sentir y en el 1º el hacer-voluntad.

La sugerencia pedagógica de Rudolf Steiner para el tercer septenio es despertar el interés por
el mundo circundante.
El ideal básico de este septenio es la VERDAD.
Respeta al maestro por lo que sabe.

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1.5 Esquema
0a7 7 a 14 14 a 21

Predominio del Polo Desarrollo del Consolidación del Polo


Neuro-Sen. Sistema Rítmico Metabólico-Motor
Acción intensa de las
Fuerzas Formativas.

Conciencia incipiente del Sensación del Yo Época de la realización del


Conciencia del Yo Yo (3 a.): Vivencia del Yo Yo
Empieza a decir Yo
Sentimiento / Pens / Juicio Crítico /
Fuerzas Anímic-Esp Voluntad / Acción / Hacer Sensibilidad / Comprender
Sentir
La Educación trabaja Sist Metabol-Motor Sistema Rítmico Polo Neuro-Sensorial
sobre:
Desarrollo de Caminar / Hablar / Pensar Memoria / Pensar Desarrollo de Pensar Lógico
Capacidades Imaginativo
Desarrollo del Percepción Representación Pensar Abstracto Conceptual
Pensar

Ideal Básico Bondad Belleza Verdad

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2- SALUD Y ENFERMEDAD DESDE LA ANTROPOSOFIA

• Cuando abordamos la enfermedad mental desde la medicina antroposófica, tomamos


como base el modelo de ser humano que nos presenta R. Steiner: Cuatripartito

CF(cuerpo material)
CE (cuerpo vital)
CA (cuerpo psíquico)
Yo (elemento espiritual)

Los procesos relacionados con la conciencia tienen relación con el CA y el Yo. Los que
guardan relación con la vida, son el CE y el CF.

• En la concepción antroposófica entendemos la salud como un delicado equilibrio


entre los procesos que producen al conciencia, que tienen un efecto destructivo sobre
el CF y los procesos constructivos, regeneradores del elemento vital. En cada etapa de
vida hay un predominio distinto de unos u otros cuerpos. Así en la infancia predomina
la vitalidad sobre la conciencia y en la última etapa de vida, lo contrario.

• Steiner también nos presenta un ser humano tripartito y así la medicina antroposófica
nos describe tres sistemas principales:
Neurosensorial: Incluye la actividad de todos los nervios, el cerebro, la espina
dorsal y los órganos de los sentidos.
Rítmico: Incluye la respiración y la circulación sanguínea.
Metabólico-motor: Incluye la asimilación de los alimentos, el metabolismo y la
actividad de las extremidades
No es saludable que predomine uno sobre otro, porque puede desembocar en
enfermedad.

• El mantenimiento de la salud es una cuestión de conservar el equilibrio entre los


procesos metabólicos y neurosensoriales. Debido a que el sistema rítmico está
particularmente involucrado en mantener este equilibrio, tiene un papel especial en la
curación.

La constitución manifiesta también una relación entre las actividades del sistema metabólico y
neurosensorial. Si predomina el sistema neurosensorial, la persona tiende a ser delgada, con
cuerpos más espigados y a aparentar más edad de la que tiene. Si el metabólico, la tendencia
es más redondeada, e incluso obesa y parecen más jóvenes de lo que son. Puede haber
también una tendencia a una relativa inmadurez intelectual y emocional.

La enfermedad ocurre cuando la preponderancia de uno de los dos polos se hace extrema.
Así pueden surgir dos grandes tipo de enfermedades asociadas a cada uno de los dos polos:
enfermedades escleróticas-degenerativas y febriles-inflamatorias (aunque ninguna enfermedad
se puede considerar exclusivamente de un polo u otro, pues sería una simplificación reductiva
ya que, por lo general, ambas tendencias están incluidas).

La Medicina Antroposófica

• Los médicos antroposóficos miran más allá de los síntomas físicos para ver como el Yo
y el CA están involucrados en la causa de la enfermedades y toman estos factores en
cuenta para su tratamiento.
• En las enfermedades mentales se hace a la inversa. Se trata de buscar como el CF y el
CE influyen en el alma y en la expresión de la personalidad, causando síntomas
mentales y emocionales. Las diferentes características de las enfermedades mentales

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pueden ser utilizadas para identificar al órgano asociado con la enfermedad, pues
estas característica señalan las fuerzas etéricas conectadas con el órgano. R. Steiner
identificó al corazón y al pulmón en el sistema rítmico y al hígado y al riñón, en el
sistema metabólico, como los cuatro órganos principales involucrados en la
enfermedad mental.

• En el primer curso de conferencias para médicos Steiner expuso que la psicoterapia


puede ser de mayor valor cuando es utilizada para tratar enfermedades físicas y la
enfermedad mental requiere generalmente de tratamiento médico.

En el marco de la medicina antroposófica se consideran las dos vías siguientes:


1. La enfermedad física de origen mental.
2. La enfermedad mental de origen físico.

ESQUEMA

Existen dos direcciones hacia las que se puede orientar la enfermedad:

1. Engancharse al organismo (del alma al cuerpo): -Enfermedad corporal:

ƒ Neurosis Orgánicas
ƒ Patología Orgánica

2. Liberarse del organismo (del cuerpo al alma): - Enfermedad psíquica (genera


sintomatología psíquica):

ƒ Psiconeurosis
ƒ Psicosis

La enfermedad psíquica tiene su origen a nivel etérico (psiconeurosis) o físico (psicosis).

La enfermedad orgánica tiene su origen a nivel psíquico (astral).


ƒ Si afecta a un nivel funcional tenemos las neurosis orgánicas (previamente tenemos un
estado neurótico).
ƒ Si afecta a nivel orgánico, tenemos la enfermedad orgánica

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2.1 La Enfermedad Corporal de Origen Psíquico
Las neurosis orgánicas son el tipo de enfermedad en las que la relación, entre los síntomas
que corresponden a un nivel corporal y los del nivel psíquico, se vuelve más evidente. De entre
ellas, la más representativa es la neurosis cardíaca (28–35 años, etapa de mayor frecuencia de
aparición). Esta patología no ataca al tejido del corazón, como sí lo hace un infarto de miocardio
cuando existe inflamación del músculo cardíaco y de las válvulas, sino que afecta a la función
de dicho órgano, alterando sus movimientos e irrigación sanguínea.
En otro caso, como en el de la neurosis gástrica, el trastorno altera la función secretora del
estómago, la secreción del jugo gástrico.
La característica general reside en la perturbación de la irrigación sanguínea, de la difusión de
los productos de secreción y del movimiento de un determinado órgano.

Tópica

Este fenómeno nos remite al organismo hídrico, organismo que se halla al servicio de la vida y
de la función de los órganos. Este organismo es el lugar de acción elegida del CE, quien
construye y modela a partir del elemento agua, elemento que contribuye a que la respiración
interior pueda realizarse en la totalidad del organismo. En el organismo aéreo, es el CA quien
opera en primer lugar. Su actividad pasa por el elemento aire del CE al CF. Se ve así la
relación viva que una antropología de estas características establece entre cuerpo y alma. Para
la antropología antroposófica, el cuerpo se halla por entero impregnado de alma. Cuando se
destierra el alma al cerebro, -órgano que, según las teorías actuales, establece el vínculo entre
cuerpo y alma-, se pone en entredicho la comprensión viva de esta relación remitiéndose a las
conexiones abstractas y a mecanismos del cuerpo y del alma, al estilo de los ordenadores.

Dinámica

Las experiencias psíquicas patógenas, no asimiladas por el alma, inciden directamente sobre la
respiración íntima del organismo, sobre los cambios internos de oxígeno y gas carbónico,
mediante la actividad del alma sobre el cuerpo (CA sobre CF). Es allí que el cuerpo etérico,
activo en el elemento agua, sufre el impacto psíquico. De allí, los problemas circulatorios y
secretores, las perturbaciones motrices de los órganos.

La neurosis vegetativa se constituye cuando la perturbación se produce principalmente en el


dominio del organismo hídrico al completo. Se realiza el diagnóstico de neurosis orgánica
cuando las perturbaciones se concentran sobre un sistema orgánico. Afecta a nivel funcional.

Enfermedad orgánica (deformación del órgano por una afección degenerativa, o por
enfermedades inflamatorias). Afecta a nivel orgánico. Se trata de una perturbación más fuertes
que en la neurosis orgánica, pues el órgano está “demasiado sometidos a la actividad astral”.

Neurosis gástrica

ƒ El ardor y la pesadez de estómago son eventualmente el signo de problemas


funcionales neuróticos, de una neurosis gástrica, a menos de esconder el inicio de una
úlcera, que en su evolución, el ardor de estómago aumenta hasta convertirse en un
dolor punzante. Los antecedentes psíquicos son parecidos a los de la neurosis
gástrica. A una actitud infantil frente al mundo puede añadirse una “ambición ardiente”
que ha quedado insatisfecha y que “se traslada al estomago”. La ambición ardiente del
alma se transforma en dolor y en enfermedad física. La dinámica psíquica devenida
consciente es rechazada sobre el cuerpo y conduce a la desestructuración, atrayendo
la pérdida substancial inflamatoria, la úlcera de estómago.

ƒ Así un comportamiento psíquico erróneo puede convertirse en enfermedad corporal.


No hay que ver, únicamente, las consecuencias del pasado, sino también un
acontecimiento cara al futuro. Las dificultades imputables al estómago, los dolores
ulcerosos, hacen descubrir al enfermo que su existencia precisa de un determinado

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cambio. Se hallará más preservado, ante las recaídas frecuentes de su enfermedad, si
madura psíquicamente y si, en su vida psíquica consciente, domina mejor su ambición.

Otra serie de antecedentes psíquicos evolucionan en el mismo sentido:

ƒ Ante algunos estados febriles de origen más o menos conocido, se observa algunas
veces el hecho de “darse demasiado al mundo exterior”, una cierta clase de “fiebre del
alma” que se convierte en fiebre corporal cuando se añaden otras influencias, como un
enfriamiento por ejemplo o una infección.
ƒ Los errores pedagógicos de la infancia, ya mencionados, pueden ser seguidos en
ocasiones de enfermedades orgánicas en el adulto. Nuevamente, la dinámica emana
del alma hacia el cuerpo físico, pero en este caso el error reside en hechos
circundantes. Esta carencia puede traducirse en un primer momento como problemas
de comportamiento en el niño, preveyendo que las consecuencias tardías se presenten
bajo la forma de una enfermedad corporal.

Es necesario considerar como una particularidad característica que no se trata de una


enfermedad psíquica la que conduce a una afectación corporal, sino una actitud psíquica
inadecuada, una influencia nefasta del entorno. El cuerpo físico, de acuerdo con el cuerpo
etérico, genera para finalizar una enfermedad corporal. En la actualidad, la medicina
psicosomática describe numerosas relaciones de este tipo y descubrirá, sin dudarlo, más
todavía. En todas parte se llama hoy la atención de que los factores psíquicos pueden
contribuir a la constitución de cada enfermedad orgánica.

Cuando se tienen en cuenta los acontecimientos de una existencia anterior, se encuentra


de nuevo la dinámica progresando del alma al cuerpo. Pues las actitudes equivocadas, las
experiencias patógenas de una existencia precedente, pueden desembocar en una disposición
de origen hereditario para una enfermedad determinada. Así sucede con ciertas enfermedades
aparentemente accidentales. Su origen puede hallarse en la vida psíquica en el curso de una
encarnación anterior, y el Yo, que trabaja para realizar su destino, rebusca estas
enfermedades. Desde esta perspectiva, toda enfermedad corporal tiene unos antecedentes
psíquicos.

Bajo este ángulo, la enfermedad corporal se presenta como un estado terminal, el estado
último de una sucesión de acontecimientos de los que resultará eventualmente, en el terreno
de lo psíquico, un nuevo comportamiento del sujeto. No obstante, esta enfermedad puede
suministrar igualmente la base de una nueva enfermedad, que también se desarrollará en el
terreno psíquico.

2.2 La Enfermedad Psíquica de Origen Corporal


La psiconeurosis procede de manifestaciones patológicas más ligeras, funcionales, de un
sistema orgánico. Por el contrario la herida más profunda de un órgano se halla en la base de
las psicosis.

Psicosis: enfermedad orgánica con manifestaciones psíquicas, donde el CE transfiere la


“deformación” orgánica del CF a la vida del alma. La disposición orgánica constitucional atrae
de ella misma la atención sobre una existencia anterior.

Para Rudolf Steiner, todas las enfermedades llamadas mentales residen en el hecho que el
psico-espiritual “adopta la estructura física y etérica”. Por otra parte, Rudolf Steiner habla de
las “enfermedades llamadas psíquicas” donde el principio de pesadez del cuerpo físico penetra
en la vida del alma. La experiencia de la melancolía, de la depresión que carga el alma, es a
veces la consecuencia directa de esta invasión.

En los antecedentes psíquicos de las enfermedades corporales, no se encuentra en general


afectaciones psíquicas, pero conductas inadecuadas del sujeto o de su alrededor, provocan
una experiencia no asimilada. Por el contrario, en el caso de las enfermedades del psiquismo,
la anamnesis revela una perturbación funcional u orgánica, ligera o grave, de un sistema

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orgánico. En el primer caso la enfermedad se constituye en el organismo con la participación
del alma. En el caso de la enfermedad psíquica, la enfermedad es transplantada del cuerpo al
alma. “No puede existir en el fondo, enfermedades del espíritu y del alma”. Este tipo de
enfermedades no son debidas a lo que es lo “propio del sujeto”, a su ser de alma y espíritu.
(Para Steiner el elemento espiritual del hombre no puede caer enfermo).

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3- PSICOPATOLOGIA

3.1 Depresión y Manía

En los síndromes típicos de psicología y psiquiatría no debemos olvidar que es el Yo quien ha


dejado que se produzca la enfermedad, que le confiere su nota particular y que se mide con
ella de forma individual. No obstante, está en la misma naturaleza de las enfermedades
psíquicas el hecho de que el Yo se oscurece en mayor o menor medida. Así para acudir en
ayuda del Yo en su lucha con el mal, es necesario tener en cuenta las características típicas
del proceso psicopatológico

La aflicción forma parte de la vida humana. Al entristecernos encontramos la oportunidad de


entrar en nosotros mismos, quizá tras un periodo de superficialidad. Es la oportunidad de
conocernos mejor y sobreponernos a las fuerzas de la tristeza. Entre la tristeza y la
exhuberancia se efectúa el desarrollo del alma de razón-sentimiento.

La psiquiatría moderna denomina cicladores o ciclotímicos a los sujetos que se distinguen del
carácter esquizoide, por una alternancia de los movimientos del humor, que cursa con fases de
alternancia entre la tristeza y la euforia o la depresión y la manía.

ƒ La palabra thymos (ánimo), de origen griego, designa al alma que sufre variaciones
cíclicas. Los enfermos cicladores nos recuerdan al elemento agua, como el elemento
predominante en su alma. El agua no tiende, como el aire, a la disolución, sino a los
movimientos periódicos del alma, a lo que llamamos fases.
ƒ Las tempestades de la agitación esquizofrénica son evocadores del elemento atmosférico
(atmos:aire).

El Hígado

¾ La investigación actual se orienta hacia causas cerebrales, pero se comprende mejor la


depresión si se tiene en cuenta el hígado como instrumento de la vida del psiquismo.
¾ El hígado es el órgano de la voluntad.
¾ Órgano central del intercambio acuoso en el organismo.
¾ El “hombre-hígado” es de una tipología en la que el organismo-agua y el CE tienen una
influencia predominante. Tiende en general a una cierta gordura, a la constitución
pícnica y está caracterizado por el temperamento flemático o linfático.
¾ Constitucionalmente abordamos aquí el CE (el alma de razón y sentimiento resulta de
las transformaciones operadas sobre él).

Cuando el elemento agua del psiquismo hepático (temperamento afectivo flemático) tiende:

¾ Al elemento sólido (temperamento melancólico): depresión, melancolía.


¾ Hacia un polo fuego (temperamento colérico): manía, con los procesos volitivos tan
acusados, puede culminar en la agitación furiosa, la exageración extrema de la
agitación, como en la esquizofrenia.

La Depresión

El psiquismo ha sido invadido por elementos extraños procedentes del CF.

La actividad de elaboración del Yo no se impone. El proceso está bloqueado por la percepción


del peso de las cosas.
El humor deviene pesado. Pesadez ligada al elemento sólido. El temperamento melancólico se
degrada a partir del hígado y la pesadez invade los miembros, los rasgos de la cara, la mirada,
el pensamiento.

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La voluntad del enfermo no sabe entrar en los actos. El obstáculo no reside en el movimiento
de los miembros. La parálisis de los movimientos no se debe a la intervención involuntaria del
CA perturbado, sino a la dinámica de la voluntad: parálisis o freno de la voluntad.

La Parálisis de la Voluntad: Síntoma central del que proceden los demás.

¾ La parálisis de la voluntad conduce al sentimiento de parálisis o inhibición psíquica. La


experiencia de inercia del alma es la fuente de aflicción profunda, del sentimiento de
inutilidad que expresa la depresión.
¾ Fijación en el pasado: La parálisis de la voluntad permite también comprender porque
el enfermo depresivo se fija en el pasado para reflexionarlo sin cesar y constatar que
no ha hecho nada bien.
¾ No puede plantearse el cambiar cosas cara al futuro, porque es incapaz de
relacionarse con el futuro dado que su voluntad está paralizada. Desesperado, se
siente prisionero de su pasado, donde cada imperfección es sentida como definitiva. El
futuro sólo le aporta exigencias que nunca sabrá asumir. Sólo las pensará con
angustia.
¾ Angustia existencial frente a la vida.
¾ Sentimiento de culpa: Cada recuerdo del pasado que atormenta su conciencia se
transforma en autoacusación y pesa sobre su corazón.
¾ A esta situación no le ve salida y de ahí el impulso al suicidio.

La Manía

El enfermo puede pasar de la fase depresiva a:

ƒ La manía (psicosis expansiva diferente a psicosis depresiva).


ƒ La hipomanía.

El impulso volitivo se muestra fuerte

¾ En lugar de la tristeza oscura de la depresión, en su mirada notamos la voluntad


ardiente.
¾ El paciente se vuelve rápido, muy animado y tiende a emanciparse de la pesadez.
¾ El humor se eleva. Es ligero. En vez de sentir miedo a la vida, presenta la pasión de
vivir.
¾ El fuego se libera del lenguaje y de la vida psíquica y sin parar la voluntad busca
realizarse.
¾ Para deshacerse de sus fuerzas de voluntad, el enfermo busca siempre atarse aún
más a la vida por sus actos.
¾ Los actos ceden instantáneamente al deseo del momento, a no importa qué súbitas
ganas.
¾ Se halla entregado exclusivamente al futuro por su voluntad desbordada.
¾ Ha perdido todo contacto con el pasado y desecha las enseñanzas por el fuego de la
acción.

Problemas Metabólicos

El hígado es el órgano de la voluntad, pero es también una base de nuestra vida afectiva (por
la intervención del Yo en el CE). Así la afectividad y la voluntad se relacionan en el sistema
hepato-biliar. Rudolf Steiner expresa: “ Si el hígado está enfermo, la sensibilidad se halla
perturbada”.

En el organismo hídrico se retienen algunas substancias: Los griegos pensaban en este caso
en problemas de flujo biliar, de donde procede el término tan usado de melan-colia (melas:
negra-bilis), cuando la bilis negra es retenida.

16
Si se produce un estancamiento en el flujo del organismo líquido acompañado de
condensaciones substanciales en el sistema hepático y el deshacerse de la bilis, el Yo,
encargado de poner en obra la acción voluntaria, no puede intervenir plenamente en este
sistema, de donde resulta la parálisis de la voluntad, la enfermedad afectiva, la depresión.

El origen de este estancamiento se encuentra en la cabeza, pues la influencia exclusivamente


paralizante ha penetrado, en este caso, hasta el seno del metabolismo desarrollado en este
lugar. La afectividad y la voluntad están encadenadas a la representación de lo acontecido, a la
existencia pasada del Yo y de ellas mismas estas funciones no pueden liberarse de este
ataque orgánico. Así pues, el enfermo no puede pues acceder a la crítica de su estado, no
puede tomar distancia (lo opuesto de la enfermedad obsesiva).

Los éstasis del metabolismo hepático hacen entrar la pesadez en la vida psíquica y conducen a
la parálisis volitiva grave de la depresión endógena (también llamada esencial). La existencia
del éstasis es confirmada por la descarga durante la fase maníaca, que se produce en lugar de
una resolución sana del estancamiento. (Rudolf Steiner habla de un fenómeno similar en los
niños histéricos, en los que su hipersensibilidad –“desollados vivos”- ha conducido a retirarse a
un estado depresivo).

R. Steiner pone la energía voluntaria en relación con la resorción biliar al nivel de intestino:

¾ Una resorción insuficiente nos vuelve indolentes.

¾ Una resorción demasiado intensa nos inflama, nos impulsa a la acción. El deseo de
acción puede degenerar en manía.

El síntoma de la manía puede alternar con el de la depresión en la psicosis maníaco-depresiva.

Nuestra alimentación actual, al sostener un estado de insuficiencia hepática crónica, puede


hallarse en el origen de manifestaciones depresivas de numerosos enfermos, cualquiera que
sea su temperamento.

La enfermedad y el curso de la vida

ƒ La depresión endógena pasa por estadios preliminares durante la infancia: Los trastornos
del humor que sobrevienen a los 9 años revelan una predisposición, aunque no es una
enfermedad comparable a la del adulto. Esta puede manifestarse a partir de la pubertad.
ƒ La frecuencia máxima se sitúa de los 30 años en adelante.
ƒ Lo más a menudo es que la enfermedad se declare entre 40 y 50 años.
ƒ La alternancia de la depresión y de la manía, ciclotimia, se encuentra a menudo entre los
20 y 30. Es sobre esta edad que se prepara y evoluciona el alma de razón y sentimiento
cuyo desarrollo puede quedar a veces inacabado durante toda una existencia.

Las oscilaciones del humor, la razón fijada sobre el pasado y el oscurecimiento de la


afectividad en el caso del sujeto depresivo muestran que el obstáculo a la evolución reside en
el alma de razón y sentimiento. En este caso, el corazón –que permite al alma abrirse- es
afectado directamente, no como en el caso de la neurosis cardíaca por el contragolpe de las
fuerzas afectivas del corazón, sino por el proceso psíquico de la depresión.

Existe una relación entre el corazón y la depresión endógena, por naturaleza

Afectando al corazón la depresión toca su punto culminante y será claramente percibida por el
entorno.

La afectación central del corazón se expresa por:

ƒ La tendencia exigente, de origen orgánico.

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ƒ Los sentimientos de culpabilidad, los reproches que se dirigen contra sí mismo. El ser
humano siente los remordimientos en su corazón.
ƒ Esta inclinación puede ir hasta el delirio: “Yo soy el peor..., no tengo derecho a la
vida...”
ƒ La enfermedad depresiva encuentra en el corazón razones nuevas, que pueden ser
muy peligrosas, de suicidio.

Es a través del corazón que habla el Yo superior interviniendo en el la vida del hombre. Es del
corazón que resuena la voz de la conciencia moral. Pero el enfermo afectado de depresión
endógena no oye por el corazón más que la voz de su Yo terrestre separado del espíritu.

En la agitación furiosa de la excitación maníaca también reconocemos la participación del


corazón.

Imagen Prometeica

Vemos elevarse la imagen de Prometeo encadenado al que el águila de Zeus devora de día el
hígado, que vuelve a crecer por la noche. En la pesadez de la depresión, por su hígado, el SH
se siente encadenado al cuerpo y a la tierra, como Prometeo fijado a una roca del Caucaso,
tras haber, por su temeridad, aportado a la tierra el fuego del sol. Antaño pleno de actividad
creadora y ahora, cada día trae un nuevo dolor y sobre cada mañana se extienden las tinieblas
de la noche. Es esta la pena cuando el sol de su Yo puede traspasar el límite de su vida
terrestre; y en la luz poniente (sol en declive) la sombra de sus actos pasados se proyecta,
inmensa.

Formas y sentido de la depresión

Depresión reactiva: Aquí el hígado es un resonador de la vivencia del alma.

Depresión endógena: Es el alma que resuena a las emanaciones patógenas que del hígado
suben a la vida psicológica.

Entre ambos polos las tendencias interfieren y producen formas más o menos próximas a uno
u otro extremo:
ƒ Componentes endógenos de la depresión reactiva
ƒ Aspectos reactivos de la depresión endógena.

El hígado se halla más implicado en la endógena, lo que se traduce por la agravación matinal.
En la depresión reactiva reactiva la vivencia anterior incide mas que en la endógena pura.
Cuando los problemas de humor y de la depresión reactiva aparecen, a veces el componente
endógeno ya estaba presente.
Aunque el componente endógeno no se manifieste, toda depresión reactiva, en tanto que
enfermedad psicológica, debe hacernos pensar en una inclinación del hígado que sobrepasa la
simple resonancia a la tristeza.

La depresión y nuestro tiempo

El aumento de la depresión es conmovedor.

Además del sentido individual de la enfermedad también hay un sentido antropológico: Son
contraimágenes que nos sirven de advertencia.

ƒ La esquizofrenia se presenta en contrapartida del intelectualismo del espíritu de


nuestra época.
ƒ La depresión, que lleva a la profundidad, es la contrapartida a la superficialidad
psíquica.
ƒ Tomarla en consideración puede estimular al alma de razón-sentimiento y evitar así la
depresión a un buen número de nuestros contemporáneos.

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3.2 La Esquizofrenia

En la base de toda “vida psíquica anormal” se encuentra una “vida corporal anormal”.
Y a la inversa, la enfermedad corporal representa la metamorfosis del problemas psíquicos.

En la enfermedad psíquica, la enfermedad empieza en distintos sistemas orgánicos del cuerpo,


con afinidad con alguna región y fuerzas del alma y acaba en el alma.

En la esquizofrenia la base patológica reside sobre todo en el sistema renal.

R. Steiner manifiesta que el espíritu no está nunca enfermo y que actúa sobre el alma y cuerpo
del SH a partir del dominio espiritual divino, el cual confiere la naturaleza espiritual al hombre.

La educación y el entorno favorecen la constitución del carácter esquizoide.

La educación escolar, en la civilización moderna, le da mucha importancia al intelecto:

¾ Esto agota los niños


¾ Hace que el escolar en el 2º septenio se vuelva critico y abstracto.
¾ Se adelanta la distancia del entorno que debería darse en la pubertad (en el momento
de la entrada total en la vida psíquica individual), y esta distancia deviene excesiva tras
la pubertad:
Así se acentúa más la disociación entre el polo racional y el polo emocional -->
Esto hace que el joven se rebele de manera emocional e impulsiva contra lo
adquirido en vez de hacerlo desde su sentimiento y voluntad.
¾ Predisposición esquizoide con el desarrollo --> tras la pubertad --> aumenta la
tendencia a desarrollar una esquizofrenia.

Los estudios sobre la esquizofrenia ponen atención en la falta de calor en el hogar familiar/nido,
pero ignoran la influencia de la educación en la génesis de la esquizofrenia.

Desde 1920 R. Steiner ha observado que el hecho de no tener en cuenta los principio
educativos de la imitación y la autoridad durante los dos primeros septenios de la vida, pueden
conducir a la eclosión de la esquizofrenia.

Imitación
¾ Gracias a ella el niño se encuentra unido a su entorno.
¾ Si la imitación es débil --> es insuficiente la base que gracias a ellas se forma
en su CE y CF para su voluntad.
Autoridad
¾ Si el niño no puede ofrecer su afecto a un modelo carece de la base para su
afectividad en desarrollo

La Pedagogía Waldorf es una profilaxis contra la esquizofrenia.

Acentuar los procesos de transformación intelectual hace que se desvíen fuerzas etéricas del
cuerpo, lo que genera un debilitamiento corporal y una constitución asténica. La puesta en
marcha precoz del crecimiento de tipo longilíneo, señala la derivación de crecimiento del CE
hacia hazañas intelectuales de la cabeza.

Tras la pubertad una situación de stress (intelectual/afectivo) puede generar un efecto


desestructurante y puede alterar la estructura proteínica (problemas del metabolismo protídico
vinculados en la esquizofrenia al proceso renal) y activar así la psicosis.

Algunos síntomas hacen pensar en deficiencias sutiles de la estructura proteínica de los


órganos, mencionados por Rudolf Steiner desde 1921. Los órganos que son "defectuosos" son
incapaces de retener las fuerzas orgánicas de los elementos constitutivos, sobre todo las
fuerzas formadoras del cuerpo etérico.

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Un CF acabado deficientemente retiene peor la fuerzas etéricas (que le son continuamente
sustraídas). Estas entran en el psiquismo de manera elemental ( 4 elementos) de modo que su
transformación en fuerzas del pensamiento permanece incompleta. Cuando el psiquismo
resulta invadido por las fuerzas formativas del CE, aparece el delirio.

El CF vive en el mundo material. El Yo en el mundo espiritual, desde donde irradia, desde el


nacimiento, sobre el CF y el mundo. Gracias al Yo la realidad espiritual se encarna de forma
individual en la vida del hombre. E igual que al servicio del pensamiento, las fuerzas del CE se
derraman hasta el dominio del espíritu, así el Yo activa, por intermedio del CE, sobre el CF,
que recibe así su forma individual. Las posibilidades del SH de conocer un desarrollo
armonioso son tanto mayores, cuanto más el Yo puede incorporarse más al cuerpo, al alma y
al mundo.

Es un hecho reciente, que la incorporación del Yo, acompañada del alma, encuentra una mayor
dificultad que en el pasado. La influencia patológica del mundo actual, no se ejerce sólo sobre
las fuerzas vitales del alma y del cuerpo, sino también traba la penetración del cuerpo por el Yo
y por el alma. Se produce una conformación patológica del cuerpo, resultado precisamente de
esta penetración insuficiente por el Yo y por el alma. Lo que quiere decir que el
hiperintelectualismo no priva sólo al cuerpo de las fuerzas del CE en beneficio de lo que hace
la cabeza, sino que retiene también en la cabeza al Yo y al alma. Es este el otro aspecto del
retraso en la evolución afectiva y volitiva que permite comprender la tripartición según R.
Steiner. En la infancia el sentimiento y la voluntad sólo pueden evolucionar de manera sana si,
gracias a la autoridad y a la imitación, el Yo y el alma penetran a partir de la cabeza al sistema
rítmico y al metabólico. El Yo no puede cumplir su tarea individual en el mundo si su ser psico-
espiritual no está plenamente encarnado. La condición de la encarnación en el cuerpo y el
mundo es que el Yo y el alma sean recibidos por el cuerpo y el mundo.

La psicosis esquizofrénica 2

ƒ La esquizofrenia es, por excelencia, la psicosis del hombre joven.

ƒ En la mayor parte de los casos, la psicosis se declara entre la pubertad y los 25 años, 30
para las mujeres.
ƒ La anticipación que presenta la esquizofrenia en la infancia es excepcional. Aunque esta es
una edad muy importante para la predisposición a esta enfermedad bajo la influencia del
medio.
ƒ Se favorece su aparición cuando en la infancia se da:
o Ausencia de calor familiar
o Exceso de estimulación intelectual.
ƒ Una predisposición hereditaria no es un fatalidad inevitable, sobre todo cuando se
considera que ha sido buscada por la individualidad. Es para el interesado y su entorno,
una forma de componer su destino.
ƒ El medio puede favorecer que la enfermedad se produzca de una forma más atenuada. La
responsabilidad del medio concierne también a la educación.
ƒ La constitución leptosómica guarda una afinidad particular para el carácter esquizoide.
ƒ El enfriamiento de la vida de sensibilidad es un síntoma característico y precoz de una
esquizofrenia.
ƒ Los choques afectivos, las situaciones de stress, emocional o intelectual, donde la
tensión del CA es excesiva, son factores que pueden determinar el inicio de una psicosis
esquizofrénica

2
Consultar anexos para una ampliación clínica de la esquizofrenia.

20
Se distinguen tres formas principales en la psicosis esquizofrénica

Cuando dominan los cambios de la percepción y del pensar con ideas delirantes y
alucinaciones, se habla de una forma paranoide y alucinatoria.
Si las modificaciones tocan más a la vida afectiva que hunde en la necedad y la ineptitud, se da
el diagnóstico de hebefrenia, forma clínica muy particularmente ilustrada por el exceso de
sintomatología de pubertad.
Se trata de catatónica cuando la enfermedad esquizofrénica se manifiesta sobre todo a nivel de
la vida volitiva y motriz y conduce a estados de tensión o de relajamiento, a la agitación furiosa
o al estupor.

Los síntomas

La disociación constituye el fenómeno fundamental. “Esquizoide" proviene del verbo griego


squizo (separo). Según E. Kretschmer, el carácter esquizoide puede producir una
predisposición a la psicosis esquizofrénica. Se trata de la disociación del pensar, sentir y de la
voluntad. La vida psíquica personal está disociada y caótica, mientras que el Yo parece estar
"alterado" en el sentido propio de la palabra, apartado de su vida en el alma. No se trata de la
disociación de la individualidad, la cual es indivisible. Para una mejor comprensión podemos
tomar como ejemplo la imagen del sol reflejada en el mar agitado, imagen "disociada" por las
olas. No es el Yo, sino sólo su actividad la que puede estar sujeta a disociación en el alma,
pues ésta se disocia, y relaja su estructura. El Yo superior, el Sol, no es afectado por este
fenómeno. Pero, es la irradiación en el Yo inferior, el Yo terrestre, centro del alma, lo que más o
menos se pierde. Cuando sentimos que un enfermo de este tipo está fuera de sí, sentimos que
su Yo, el Yo inferior, de alguna manera ha abandonado la vida psíquica y que no están las
fuerzas del Yo permaneciendo activas tras la disociación psíquica. El Yo, como elemento
espiritual que es, no puede enfermar, hablamos entonces de luxación del Yo. En una luxación,
por ejemplo de la cabeza del húmero, la cabeza se sale de la cavidad articular y pasa a los
tejidos vecinos, que se contracturan alrededor de la cabeza ectópica. Algo similar ocurre en los
procesos esquizofrénicos. La cabeza luxada corresponde al Yo volitivo que se ha soltado, los
tejidos contracturados alrededor del hueso corresponden a la actividad perceptiva bloqueada
del Yo.

La luxación es el resultado de un golpe y en la esquizofrenia antes de que se produzca se


precede muy a menudo de un accidente, un choque afectivo. Pero el choque no es por si solo
la causa, hay anomalías constitucionales: las fuerzas formatrices de cuerpo etérico. El Yo
puede sentirse como extraído de golpe fuera de su mundo, a partir de lo cual se siente
completamente cambiado (disociación).

Antes del inicio de la psicosis, la afectividad sufre a menudo modificaciones patológicas: se


observa la rigidez afectiva y la hiperexcitabilidad.

Cuando se declara la esquizofrenia, y el enfermo presenta el Cuadro Agudo:

Constatamos una acentuación de los fenómenos disociativos: La agitación es más fuerte, lo


mismo que la frialdad intelectual y la tendencia al rumiar abstracto.

Cuando la situación se agrava, la agitación puede transformarse en bruscos accesos


de locura furiosa en los que el enfermo está fuera de sí y se vuelve extremadamente
peligroso para sí mismo y para su entorno.

La observación fría e impasible, así como la tendencia a abstraer pueden desembocar


en estados de estupor, en que el enfermo, ya insensible, permanece, si no se
interviene, durante semanas sino meses en su cama sin manifestar ni sentimiento ni
voluntad, completamente inmóvil. En ese estado, sin embargo, casi siempre está
plenamente consciente, percibiendo todo lo que ocurre a su alrededor y dedicándose a
sus pensamientos patológicos.

21
El enfermo llega a estar fuera de sí tanto en el acceso de agitación furiosa, como a nivel de la
afectividad y de la voluntad, cuando se halla estuporoso. Sólo está presente en el pensar y la
percepción de su cabeza. A esta excarnación parcial corresponde el fallo de la vida corporal de
su organismo medio e inferior, de su respiración, de su circulación y de su metabolismo.

Caotización de la vida psíquica. Confusión.

Se introduce la emotividad en el pensar y en la percepción. En el delirio persecutorio el


pensar y la percepción se desarrollan bajo golpes acelerados de las emociones
ansiosas.

El principio de inmovilidad de la cabeza puede fijar y bloquear las manifestaciones del


polo inferior. Un enfermo catatónico que se encuentra en estado estuporoso, sólo se
haya vinculado al mundo por su sistema neurosensorial. No se observa en él ningún
movimiento ni del humor ni de los miembros.

La reacciones volitivas pueden aumentar en la locura furiosa. Se dan estados de


excitación. Esto da la impresión de que el polo inferior del sujeto se defiende del
apresamiento del polo superior. En la agitación paroxística, llamada locura furiosa de la
catatonia aguda, la voluntad lucha con todas sus fuerzas contra la rigidez creciente que
se extiende a partir del polo superior y que sin tratamiento terminaría en la muerte.

En la zona media del psiquismo esquizofrénico:

ƒ Si los procesos representativos penetran demasiado en la afectividad, las


manifestaciones afectivas se muestran rígidas y frías. La afectividad se
congela.
ƒ Si penetran excesivamente los procesos del polo inferior, se dan
manifestaciones expansivas y agitadas. La sensibilidad intima se disuelve a
causa de la agitación paroxística llamada locura furiosa.

La ambivalencia consiste en la simultaneidad de representaciones antagónicas, de


sentimientos e impulsos volitivos de este tipo. Se manifiesta sobre todo en el dominio
afectivo: Ríe y llora, ama y odia. Va y viene.

En el negativismo estéril las fuerzas de antipatía se desplazan de las operaciones de la


representación hacia la afectividad.

Progresa el proceso de disolución del psiquismo, la tendencia del metabolismo esquizofrénico


a disociar y a disolver:

Conduce a la incoherencia del pensar y del lenguaje. Algunas representaciones están


encadenadas, en parte o en totalidad, sin ninguna relación con nuestra lógica, a veces
tras simples elementos de vocabulario. En esta ocasión, algunas palabras, algunas
sílabas a veces se confunden, de ahí las neoformaciones verbales.

Y como señal de vuelta a la rigidez, algunas palabras están retenidas, así como
algunos gestos, cuya repetición monótona y perpetua constituyen las estereotipias.

Las fuerzas "digestivas" contribuyen a la disolución de la vida psíquica, mientras que las
fuerzas de crecimiento hacen crecer ideas delirantes y alucinaciones.

22
La pérdida del Yo hace difícil, si no imposible

La realización del equilibrio entre lo de arriba y lo de abajo.


Entorpece o anula la relación que se establece con el entorno. Esto es lo que sucede en el
delirio persecutorio del enfermo. Por ejemplo, en nosotros una falta pasajera de seguridad,
puede hacernos pensar cosas como que la gente hable mal de mí..., pero el sentido común no
nos permite ir más allá. El sentido común sano de la realidad, es al mismo tiempo un
sentimiento social que permite "identificarse" con el otro, ponerse en su lugar. El enfermo
esquizofrénico, cuya constitución de la medianidad sensitiva ha sido débil desde la infancia, ha
perdido completamente esta fuente, debido a la psicosis.

En la vida psíquica, como en la corporal, el Yo tiende siempre a realizar la unidad. Para esto él
se esfuerza en establecer un equilibrio individual entre las diferencias de fuerzas del alma y del
cuerpo. Este equilibrio es sentido por nosotros como la unidad individual del psiquismo y se
rompe con la esquizofrenia. Esta situación es el debilitamiento del centro de la personalidad,
disociación primitiva del carácter. El centro no puede afirmar su existencia y está librado a la
influencia de los dos polos. El Yo no es, como en el caso normal el centro de todo lo que pasa
en el alma. El Yo del alma esquizofrenia está privado de la unión de la representaciones y de la
vivencia.

El delirio

Cuando el psiquismo resulta invadido por las fuerzas formativas del CE, aparece el delirio.

Delirio: Irrupción en el psiquismo de las fuerzas de crecimiento del CE:


ƒ Que no se hallan más activas en el CF.
ƒ Que no pueden ser transformadas plenamente en facultades psicológicas de
pensamiento.

Estas fuerzas ya no se hallan más dominadas:


Por los principio de forma del cuerpo
Por la lógica del pensamiento humano

De esto procede el paso de representaciones a representaciones delirantes. En la psicosis el


enfermo no puede dominar el crecimiento orgánico de las fuerzas formativas que se gastan en
el psiquismo. Son las fuerzas formativas del CE que invaden el psiquismo. Esta claro que ellas
son sentidas como extrañas e inquietantes, pues ellas suscitan en este lugar una proliferación
psíquica incomprensible e incontrolable.

En el desarrollo del psiquismo normal también asistimos al crecimiento del “complejo


representativo”. Una parte del complejo se transforma en órganos de percepción, gracias a los
cuales podemos asimilar otros datos. El aprendizaje es debido al crecimiento de nuevos
órganos de percepción. El complejo delirante también parece ser un tipo de órgano de
percepción, pero en el que su actividad modifica de manera patológica todo lo que el enfermo
aprende sobre el mundo (como la percepción e interpretación de los movimientos de otros).

¿Cuál es la diferencia entre el crecimiento de un complejo delirante y el de los órganos


normales de percepción psíquica?. En la vida psíquica normal, las fuerzas de crecimiento
liberadas del CF están sometidas a las leyes existenciales del dominio espiritual. Es decir, que
ellas están por entero transformadas en fuerzas adecuadas a este dominio. En el psiquismo
patológico, las fuerzas de crecimiento conservan, al menos en parte, la dinámica del
crecimiento orgánico, pero estas fuerzas ya no están dominadas por las leyes del crecimiento
físico, a las cuales se han sustraído, ni tampoco son por completo transformadas en fuerzas de
pensamiento, por eso la lógica tampoco las controla. Estas fuerzas extrañas se gastan en un
estado intermedio y destructivo, ellas han perdido su lazos normales. Sobre un terreno que no

23
es el suyo sufren una degeneración patológica, como lo hacen las fuerzas de crecimiento del
tumor canceroso, que estarían en su sitio a nivel espiritual. Según R. Steiner, los tumores
cancerosos nacen a partir de fuerzas formadoras dejadas sin cultivar, cuando estaban
destinadas a transformarse en fuerzas de memoria y conocimiento.

Diferentes estados pueden ser distinguidos en el brote de estos procesos de crecimiento que
van de abajo a arriba:

1. En un primer estado estas fuerzas aún no han invadido el psiquismo.


Evolucionan sin demasiado ruido, pero polarizan sobre un complejo mental el
primer plano o el centro el psiquismo.
2. En un segundo estado, estimulan el crecimiento del complejo. Pero delimitado
aún por la relación con zonas sanas del psiquismo, el complejo se comporta
aún como tumor benigno.
3. El tercer estadio es el de la infiltración, donde la locura y el deliro no
encuentran fronteras.

Para comprender mejor esas neoformaciones del psiquismo, hay que estudiar otro proceso:
El complejo ocupa cada vez mayor parte dentro de la vida psíquica.
Se trata aquí de fuerzas de crecimiento que el pensar ya no somete a sus propias leyes, que
han dejado de servir al Yo pensante. Éstas introducen en el alma el estilo de su propia
dinámica de crecimiento, dejándola vegetar en el delirio. Así, se constituye una especie de
tumor maligno del psiquismo, un cáncer del alma cuyo crecimiento tiende a llenar y modificar el
psiquismo, así como el cáncer actúa en el cuerpo físico. La formación delirante muy
circunscrita, como a menudo se la encuentra en los enfermos delirantes no esquizofrénicos,
corresponde por el contrario a un tumor benigno.

Las alucinaciones

Cuando las fuerzas formadoras del cuerpo físico no invaden sólo la esfera de las
representaciones, sino también el dominio de las percepciones, la ilusión en el dominio de los
sentidos se junta con la ilusión en las representaciones, con la idea delirante.

La ilusión consiste en que el enfermo es persuadido de tener una percepción que viene del
exterior con apariencia de ser real. O bien, a las percepciones propiamente dichas, ya
modificadas se junta otras nuevas y patológicas.
Lo que es primordial que el proceso de desencarnación proyecta fuera los fenómenos que se
tendrían que desarrollar en el seno del psiquismo y en el cuerpo. Esta evaginación conduce al
enfermo a aquello que su vida interior sensible se presenta como el mundo exterior. Así todos
los sucesos interiores proyectados fuera, también algunos subconscientes hasta ese momento,
se vuelven hacia él. Son vividos como situaciones del mundo nuevamente vistas, oídas,
tocadas y concerniendo de nuevas a primeras al enfermo. Pero el nacimiento de estas
percepciones patológicas y su estructura psíquica provienen de las fuerzas formadoras que
invaden el alma. Las alucinaciones son el resultado de enviar a la conciencia las fuerzas que
deberían ser utilizadas en la digestión, el crecimiento.

Se puede pensar que se juntan fuerzas del CE, los recuerdos y las experiencias interiores del
enfermo se transforman en fenómenos luminosos y sonoros. Una fuerza de este tipo se libera a
partir del riñón, bajo la forma de éter de luz. Al respecto, Steiner ha hablado de “fulgores,
resplandores renales”. Cada alucinación auditiva, debe de hacernos pensar en la fuerzas del
éter de sonido que residen en el hígado.

"Las alucinaciones, no son otra cosa que la emisión en la conciencia de fuerzas que el cuerpo
etérico debería utilizar para digerir, para crecer ". Según Rudolf Steiner, hay que pensar en un
proceso análogo respecto a las formaciones delirantes, ligadas también a los órganos del
cuerpo físico. Las fuerzas "digestivas" contribuyen a la disolución de la vida psíquica, mientras
que las fuerzas de crecimiento hacen crecer ideas delirantes y alucinaciones.

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A diferencia de la separación de la vida psíquica del enfermo histérico, aquí es también el
cuerpo etérico el que se emancipa, de ahí el hecho de que la hipersensibilidad se transforme
en percepción de fenómenos elementales.

La esquizofrenia y el mundo espiritual

El ser humano que se siente “tirado al mundo”, puede que busque escaparse. Huir del mundo
es finalmente huir del cuerpo por el cual el SH está unido al mundo. En la toxicomanía la fuga
es actuada conscientemente por el alma, donde el Yo va a hundirse. En el caso de las psicosis
es en el cuerpo que residen las causas directas de la fuga.

¿A dónde conduce la huída por la droga o del enfermo psicótico cuando se halla “fuera de sí”,
es decir, cuando el lazo del Yo y del alma con el cuerpo y el mundo se debilitan?. Si el enfermo
se desprende de una cierta relación, él contrae otras. Abandonando en parte el mundo
sensible, entra en el suprasensible. Se retira a su patria cósmica. Para nosotros la realidad de
ese mundo esta garantizada por el conocimiento, para el enfermo se verifica por la experiencia
del espíritu, según las indicaciones de RS, el espíritu del enfermo mental en éxtasis en el
sentido propio del término es susceptible de tener una cierta percepción del mundo
suprasensible. En este momento se produce una cierta disociación entre el espíritu y al vida
del alma, del que el caos sólo permite percibir el reflejo deformado de las percepciones
intelectuales. Se trata de un encuentro real perturbado y deformado por la realidad, que se
transparente en lo que recuerda.

Cuando el sujeto cae enfermo se libra a las bacterias o a los demonios y sufre entonces su
influencia eventual; o bien, le opone su Yo que lleva su alma y su cuerpo, aprendiendo
entonces a reconocer sus influencias y a entrar en una relación más libre con ellas, así como
con las entidades seguras.

Una de las condiciones de contacto interior con el enfermo psicótico, es el hacerle sentir,
aunque de forma subconsciente, que el terapeuta está convencido de la realidad espiritual de
la que el enfermo hace una cierta experiencia. Esto no hay que confundirlo con que se le
anime a ir en este camino. En la medida de lo posible hay que explicarle que sus experiencias
corresponden a una realidad, pero que ellas son, no obstante, patológicas en su forma y
consecuencias y que le desvían de lo que debe hacer en el mundo. Debe aprender a renunciar
a estas experiencias en el presente y a probar que la terapia haga todo lo posible por
reprimirlas. No transmitir contenidos antroposóficos que sólo sirven para alimentar delirios y
alucinaciones. De lo que él tiene necesidad es de la medicina antroposófica.

La psicosis toma raíz en los problemas somático a menudo menores y que ella se desarrolla
sobre todo, sobre el plano psíquico. Parece una planta que sólo está atada a la tierra por raíces
delicadas para desviarse principalmente hacia el espacio aéreo. No obstante, para atacar la
raíz del mal, el conocimiento y la terapia deben interesarse precisamente al alcance
fundamental de problemas corporales tan discretos. Tal es el marco en el que se justifica la
búsqueda de causa somáticas, cuyos límites residen en el hecho que los factores psíquicos
(stress o shock afectivo) se extienden igualmente al dominio físico por sus efectos agravantes.

¿Cuál es en última instancia el origen de estas disposiciones?

La individuales tiene su propio equipaje hereditario, que sólo ha podido constituir sobre la tierra,
es decir durante una existencia anterior. La herencia legada por los ancestros a la
individualidad que se encarna sólo provee el material que sirve para dar forma a la vida y al
cuerpo. Por naturaleza el cuerpo y la vida reciben su forma de la metamorfosis de una vida
terrestre anterior. La individualidad busca en la corriente hereditaria las condiciones que le
permiten proseguir encarnándose para su evolución psico-espiritual propia. La enfermedad
mental forma pare de este diseño. Ella no es un castigo por los pecados cometidos en una vida

25
precedente, al contrario, ofrece la ocasión de encarnar sobre las insuficiencias desarrolladas de
una existencia terrestre precedente y adquirir así nuevas facultades.

Esta concepción no se aleja mucho de la formulada por Jung, Fromm y otros sobre las
neurosis. En las neurosis se ve un intento de conocerse más y de realizarse. Por qué no aplicar
este principio la psicosis?. Por el hecho de que la psicosis no se explica completamente a partir
de una sola vida terrenal.

En el futuro, el concepto moderno de reencarnación confiere un sentido a la terapia, también


cuando se trata de enfermedades incurables. Lo que en el presente haga el enfermo llevará los
frutos a una existencia posterior.

Pero también el entorno tiene un papel decisivo en las psicosis y neurosis. Para su encarnación
la individualidad elige también un entono específico, que representa por extensión su cuerpo
social, en el que el individuo quiere encarnarse, como lo ha hecho en el cuerpo físico.

26
3.3 El Trastorno Obsesivo
Cuadro Clínico

Un maestro de primaria acude a la consulta del médico. Tiene entre veinte y treinta años, pero
parece más mayor. Es alto, esbelto y grácil, de hábitos asténicos. Parece ansioso, deprimido y
un poco tímido. Desde que se le pregunta porqué acude a la consulta, él enuncia un
diagnóstico. Declara sufrir de una neurosis obsesiva que no ha podido superar. No puede
desembarazarse de la impresión de tener las manos sucias, así que en todo momento del día
debe lavárselas durante largos minutos. Antes, en los recreos de la escuela era suficiente, pero
ahora llega a tener que dejar la clase para ir al lavabo. Si reprime este impulso, se resiente de
la dificultad de respirar, así como una inquietud y ansiedad tal que apenas puede proseguir su
clase. Durante ésta, también procura tocar poco las cosas que puede, sobre todo los bancos y
los pupitres sucios. Sus alumnos, una clase relativamente fácil, se han dado cuenta en el
presente, de lo cual derivan las dificultades evidentes para enseñar.

En sus antecedentes, se nota que él tenía una madre severa. Ésta, según los recuerdos del
paciente, ha vigilado siempre, también reforzado con castigos, que todo aquello que concernía
a su persona estuviera “en orden”, y sobre todo que él pusiera atención en su aseo. Pronto, se
habituó a ordenar bien su ropa en el orden en que la encontraba la volvía a dejar. Más tarde, se
obligó a hacer entrar primero la pierna derecha, después el brazo derecho en sus envolturas
respectivas. A veces él no podía librarse de la representación “calcetín” o “pantalón”. No podía
hacer otra cosa que pensar sin cesar o pronunciar en él mismo estas palabras. Ya en su
infancia, estaba ansioso de hacer las cosas “como es debido”, pero él experimentaba también
la angustia en presencia de algunas personas. Era muy sensible cuando jugaba con sus
compañeros, y se contrariaba por nada. Más tarde apareció la tendencia a fantasear sin poder
traspasar las vejaciones sufridas y las injusticias en el mundo. A menudo estaba triste, pero
ambicioso al mismo tiempo, y era uno de los mejores de clase. Con todo, recelaba casi siempre
la escuela y no podía desembarazarse de las impresiones que recibía. En el camino hacia la
escuela debía procurar alcanzar mediante un determinado número de pasos una cierta casa o
una cierta esquina de calle, a fin de que nada fastidioso se produjera en clase.

Desde su infancia la suciedad le resultaba desagradable. Evitaba tanto como podía el salir, y
siempre se lavaba minuciosamente. Los fenómenos corporales de la pubertad le parecieron
sucios; así mismo los placeres correspondientes. Cuando un día él amó a una joven muy
platónicamente y de forma muy romántica, como él se empeña en decirlo, la gente habló de
esta amistad en términos obscenos. Esto le trae lo que fue el shock de su juventud, fuente de
inseguridad profunda y de tristeza. En esta época, soñaba a menudo con serpientes en un mar
sucio. A partir de este momento, se retira aún más de su entorno humano, buscando – con
éxito- consolarse a través de la naturaleza y del arte.

La frecuencia de la costumbre de lavarse las manos ha aumentado poco a poco. En el


presente, el médico de la familia le ha dado la baja porque él no puede continuar dando clase
en estas condiciones. Sufre mucho de haberse atascado en su profesión, al mismo tiempo que
sabe muy bien que sus lavados de manos son insensatos. Esto no le resultaba tan claro antes
de ahora, pero él se ha documentado en manuales especializados. Así ha aprendido que, así
lavadas en tanto que unas horas, las manos no están nunca limpias, razón por la que los
cirujanos se ponen los guantes de caucho tras lavarse las manos. El ser humano debe
acomodarse a una cierta dosis de suciedad. Todo esto él lo sabe muy bien, pero no puede
desembarazarse de la sensación de suciedad ni de la incomodidad de lavarse las manos.

27
El Pulmón

ƒ Este órgano ofrece la condición para la base de la afectividad sensitiva.


ƒ Por su función respiratoria parecería ser un órgano aire, pero lo que aquí importa es el
rol que el pulmón tiene en el organismo. Es ante todo un órgano que nos pone en
relación directa con el mundo físico exterior.
ƒ Comienza a funcionar cuando venimos al mundo, cuando nos volvemos seres
terrestres. Es pues un órgano de la encarnación.
ƒ En la primera inspiración el CA-Yo se liga al complejo físico etérico. En la muerte lo
abandona. Y en cada inspiración este vínculo entre complejo superior e inferior se
intensifica y en cada espiración se relaja.
ƒ Es un órgano tierra. Estrechamente ligado al sistema nervioso (órgano frío) lo que nos
permite modificar voluntariamente el ritmo respiratorio. Por su función de regulación de
CO2 actúa en el metabolismo de los carbonatos (elemento tierra).
ƒ Como órgano tierra ha de permanecer entre unos límites fisiológicos, pues su
exageración conduce a afecciones tales como el asma, en donde se producen
manifestaciones espasmódicas de la función respiratoria, debido a que el aire es
retenido en los alvéolos pulmonares porque el CA se liga demasiado intensamente al
órgano. La retención de aire impide la inspiración. Esta unión demasiado intensa del
CA ejerce una presión sobre el órgano. Asistimos en el asma al desplazamiento de un
proceso que, siendo normal en el polo cefálico, se vuelve patológico cuando descienda
al pulmón. En el asma vemos un proceso de mineralización: el pulmón se vuelve
demasiado tierra.
ƒ En la tuberculosis sucede lo inverso, a lo que sucede en el asma. Aquí el polo
metabólico tiende a invadir el pulmón. El tuberculoso se caracteriza por su fantasía, por
su apatía. El asmático por su ansiedad, su repliegue sobre sí mismo. El tuberculoso
parece más joven. El asmático más viejo.
ƒ Este órgano tiende, mucho más que otros, a endurecerse, a mineralizarse hasta
calcificarse o asimismo osificarse, lo que permite comprender que el pulmón es el
órgano central de la fuerza primordial del CE que es el éter de vida, fuerza que
conduce la formación del CF en el elemento sólido y que le permite soltarse.
ƒ El tuberculoso se caracteriza por su fantasía, por su apatía, el asmático por su
ansiedad, su repliegue sobre si mismo. El tuberculoso parece más joven, el asmático
más viejo.
ƒ Cuando pensamos, cristalizamos una idea, la retenemos, la estructuramos gracias a la
actividad del CA. Es anormal que tales procesos aparezcan a nivel de pulmón, donde
el intercambio con el medio exterior debe hacerse rítmica y armoniosamente.

La función del pulmón constituye un intercambio permanente con el mundo físico. Su papel
sobre el plano psíquico es realizar el contacto afectivo con nuestro entorno. El contacto social
es también una forma de respiración.

Una deformación superficial del órgano, al impedirle cumplir su papel de espejo del ama,
dificultará las relaciones normales con su entorno. Una deformación así puede tener un origen
constitucional y manifestarse en el temperamento. Puede también no aparecer sino
posteriormente y convertirse entonces en la causa de trastornos psíquicos.

Cuando el pulmón, órgano tierra, tiende a tomar una cierta preponderancia sobre los otros
órganos, el organismo entero tiende a ser dominado por el principio “tierra”. Entonces el cuerpo
se vuelve más denso, más físico de lo que debería ser, y el complejo Yo-CA, experimenta una
cierta dificultad en encarnarse.

28
Temperamento melancólico

ƒ El CF del hombre pulmón es realmente pesado, denso, poco móvil. Su forma de


caminar es como si arrastrase pedazos de barro en sus zapatos. Su cabeza es a
menudo baja y su espalda encorvada, como si estuviera atraído por el suelo. Tener que
cargar con un cuerpo del que no llega a ser enteramente su dueño es para el
melancólico una fuente de pesar, de sufrimiento y tiene por ello tendencia a replegarse
sobre sí mismo.

ƒ Tiene miedo del ambiente y recela de la muchedumbre. Cuando esta tendencia se


acentúa y toma un carácter patológico vemos aparecer síntomas psíquicos tales como
la agorafobia, donde se sienten privados de todo refugio. Su inmovilidad se traduce
sobre el plano de pensamiento en ideas fijas, de las que no puede liberarse pese a ser
consciente de su carácter absurdo (nos recuerda a la retención del aire en el asma).
Finalmente lo veremos perderse en una melancolía profunda o en un delirio sistemático
Hay que interesar a los sujetos melancólicos en el sufrimiento de los otros.

La enfermedad obsesiva

La mayoría de las enfermedades obsesivas se declaran antes de los veinticinco años y su


comienzo a menudo se remonta a la infancia.

Entre las causas de la enfermedad obsesiva no sería justo generalizar en la existencia de una
madre severa, una educación represiva, exigente, rígida en el orden, etc. Aunque, en todos los
enfermos obsesivos hay que pensar en la concurrencia de impresiones fuertes y desfavorables,
debidas al entorno socio-cultural, también existen enfermos que han crecido en circunstancias
familiares favorables, pero donde la hipersensibilidad y la ansiedad son congénitas.
Hay niños que reciben impresiones poco intensas, pero que entrañan en ellos experiencias
traumatizantes, mientras que no tocan sino superficialmente a otros niños o jóvenes.

Es en razón de la hipersensibilidad congénita o adquirida, que las representaciones que se


forman por la percepción del entorno y del mismo cuerpo, se transforman en representaciones
obsesivas. E. Kretschmer ha destacado al “tipo de personalidad sensitiva” como fundamento
de la enfermedad obsesiva. Las primeras representaciones obsesivas se presentan y el niño
sólo lentamente puede desembarazarse de ellas. Deviene hipersensible y ansioso respecto a
algunas impresiones (suciedad, miedo a la escuela...). Su comportamiento (lavado de manos,
contar números...) toma valor de símbolo.

En el primer septenio podemos encontrar una disposición obsesiva causada por el medio. Pero
aquí no se trata tanto de la hipersensibilidad, sino del hecho de que las impresiones
procuradas por la cabeza son, por naturaleza, cuerpos extraños para la futura vida psíquica del
niño. Estas impresiones no pueden ser "incorporadas" en el organismo, transformadas en
"impresiones orgánicas" y de esta forma no estimulan la constitución del cuerpo. Hay que tener
en cuenta el "modo de vida contra natura" de nuestra civilización tecnológica, que genera la
formación de cuerpos extraños psíquicos y la construcción deficitaria del CF. Esto repercute
principalmente en la parte inferior del organismo: En el niño con enfermedad obsesiva el
sistema metabólico-motor es de constitución débil. Esta insuficiencia se traduce físicamente por
la constitución asténica del adulto.

Un sistema metabólico-motor débilmente constituido es lo que impide que la substancia


proteica, en el organismo humano, contenga la correcta cantidad de azufre. Se trata de un

29
sistema metabólico que produce albúmina pobre en azufre. Así las impresiones de esta edad
no pueden ser olvidadas, desaparecer. Estas suben sin cesar hacia la cabeza.

En este caso, las impresiones no son sólo la causa de la representación obsesiva, sino también
el organismo, que bajo el efecto añadido de las impresiones contra-natura, se constituye para
rehusar, más o menos, las impresiones que tienen que desaparecer en él. Si no se logra
reforzar la débil organización metabólico-motora, está debilidad se convierte en
representaciones obsesivas fijas y consolidadas3.

La enfermedad obsesiva característica, a menudo sólo se manifiesta en el transcurso del


segundo septenio en esos niños “superiormente inteligentes". En esta edad, el CA entra, a
partir del pulmón, en contacto afectivo diferenciado con el mundo, lo cual puede conducir a
hipersensibilidad y a actos obsesivos con significado simbólico. Para el niño, la ansiedad
desbordante hace que le confiera a algunas impresiones un significado particular. Así, algún
número de pasos significa, por ejemplo, que todo irá bien en la escuela. El enfermo intenta
alejar la angustia realizando esta representación con actos simbólicos.

Si la hipersensibilidad ya se presenta en el primer septenio, se trata de una anticipación


evolutiva. Los niños de esta edad que presentan obsesiones, habitualmente parecen mayores
de lo que realmente son. De manera general, la enfermedad obsesiva da la impresión de
anticiparse a las tendencias de los niveles de edad aún no alcanzados en realidad. La
inclinación por el orden, tal y como aparece en el septenio de los veintiocho a los treinta y cinco
años o en una edad más avanzada, se transforma en pedantería obsesiva en el síndrome
psíquico.

Una vez más, la época crítica de los nueve años parece jugar un papel particular en el segundo
septenio. Si, en esta época, el Yo del niño no se encarna totalmente en el terreno inferior de
débil constitución orgánica, es la vida afectiva la que predomina, volviéndose hipersensible a
partir de la cabeza. Si la vida representativa de la cabeza la lleva al polo inferior, se constituye
la enfermedad obsesiva, con su debilidad volitiva característica y su pasividad con respecto a
las representaciones formadas en contacto con el mundo.
A la constitución de la primera infancia se le une la situación del segundo septenio. A la
incapacidad de olvidar, incapacidad relacionada con el sistema metabólico-motor, se asocia la
hipersensibilidad psíquica ligada a pulmón. El cuerpo físico absorbe insuficientemente las
impresiones, por otra parte, retenidas en exceso por el CA.

El proceso patológico

El CA, encargado de sentir, contrae un vínculo demasiado consciente con el mundo, y antes de
emanciparse, en el momento de la pubertad, se siente liberado. En esta situación el CA no
puede desprenderse de las impresiones recogidas alrededor, no puede olvidarlas. El
movimiento “inspiratorio”, que interioriza las impresiones, está alterado y el CA, devenido
hipersensible, se agarra de manera “espasmódica” para retenerlas más o menos en la vida
sensitiva de la parte media del ser humano. A partir de este dominio semiconsciente, ellas no
cesarán de buscar imponerse en la conciencia.

En razón de esta situación, el CA no está en simpatía con la representación. En antipatía


permanente, busca desembarazarse de ella. La representación es vivida como un cuerpo
extranjero (o extraño), y como defensa el CA toma alguna distancia de ella aunque no pueda
desprenderse plenamente. La distancia crítica que toma, la lucidez de su estado, es un síntoma
determinante para el diagnóstico de la enfermedad obsesiva en el adulto, ya que es lo que
diferencia la representación obsesiva, de la representación delirante (en la delirante el enfermo
se identifica con la representación). R. Steiner describe en el ciclo Grenzen der Natrerkenntnis
(Los límites del conocimiento espiritual) el aspecto del Yo arrastrado por el CA.

3
Por el contrario, si el niño presenta exceso de azufre en la sustancia proteica, las impresiones se absorben en la
región volitiva sin poder salir de nuevo y el niño quedará sujeto a estados depresivos, a estados melancólicos. Le
atormentan las impresiones ocultas que están en su interior. Hemos de elevarlas a la superficie.

30
La hipersensibilidad reside en la aportación excesiva de conciencia a la vida sensitiva (el CA no
está bastante distanciado) y puede desembocar en hiperexcitabilidad . Así como la falta de
sensibilidad procede de un repliegue hacia la cabeza (donde la vida sensitiva se enfrió), la
hipersensibilidad, al contrario, desplaza la conciencia hacia la vida sensitiva (representación
obsesiva y, por ejemplo, miedo al contacto) y este proceso puede llegar hasta la voluntad. Es
entonces cuando en la vida volitiva, acontece la actividad obsesiva, por ejemplo, del lavado de
manos (en el caso de una fobia al contacto) en donde, a pesar de la lucidez del enfermo acerca
del sinsentido de este comportamiento, la voluntad pasando a la acción debe someterse a la
representación obsesiva.

La distancia crítica distingue el acto obsesivo, de la acción simbólica que representa. Pero la
autocrítica a este comportamiento se sitúa en un segundo plano. Estos son los confines de la
superstición donde, junto al componente obsesivo, se reconocen rasgos ilusorios: en un
determinado acto simbólico se aferra, por ejemplo, a la ilusión que éste será saludable4.

El sentimiento del cuerpo extraño encoge la vida afectiva y de él resulta la ansiedad


característica del enfermo obsesivo: miedo al entorno respecto a las impresiones exteriores,
tanto antiguas como nuevas. Si la ansiedad se desprende de la representación, resulta de ello
los estados de ansiedad que se han cualificado como neurosis de angustia. Estas quedan de
las reacciones excesivas a las experiencias exteriores más o menos antiguas dominadas por
una representación subyacente presente o pasada. Si en las neurosis de angustia la ansiedad
deviene miedo, se trata de la fobia, clasificada entre las neurosis de angustia.

El aspecto orgánico

En lo que concierne a la respiración psíquica, el gesto de la espiración está bloqueado y no


aporta la impresión de liberación que se experimenta al final de la fase de espiración, tanto a
nivel del alma como de cuerpo. Entre estos enfermos se encuentran, a menudo, perturbaciones
físicas en la respiración, opresión, que pueden combinarse con la opresión en la zona cardíaca.

Existe una relación entre la enfermedad obsesiva y el asma bronquial. En ambos casos se
produce una impresión de cuerpo extraño interior, con el que la espiración no tiene lugar.
ƒ En el caso del asma, las vías respiratorias retienen por el espasmo el aire que ha
entrado por la inspiración y no pueden espirar.
ƒ En la enfermedad obsesiva es el CA que se engancha como por un espasmo a la
representación espasmódica, procurando en vano desembarazarse de ella.
En cada uno de los dos casos, la espasmocidad es debida al CA, incapaz de soltarse de las
vías respiratorias y del flujo aéreo en el asma; y de la representación, en la enfermedad
obsesiva. También se puede decir que la enfermedad obsesiva es del asma psíquico. Las
representaciones obsesivas son una de las formaciones psíquicas más “consistentes” que
conoce la psiquiatría.

Rudolf Steiner nos cuenta como las fuerza que provienen del CF se liberan en el seno del
pulmón y se extinguen, llegado el caso, para entrar en la formación de las representaciones
obsesivas. Por el hecho de esta liberación, se considera que la enfermedad obsesiva no forma
parte de las neurosis obsesivas o ansiosas, sino de las psicosis; y sólo se menciona aquí, a
modo de apunte, la relación de que estas fuerzas no deberían contribuir más que en la
existencia siguiente a la formación de la cabeza. Es un aspecto suplementario de la
cefalización de la vida afectiva en el caso del enfermo obsesivo.

Respecto al niño hipersensible

R. Steiner usó para este tipo de niño la imagen de ”psíquicamente desollado vivo" y explicó que
si no mejora esta hipersensibilidad, su " forma femenina ", la histeria, podría declararse en la
pubertad. Además, declaró que se podría también describir la "forma masculina" de esta

4
A propósito de las ilusiones ver el apartado que trata sobre la histeria.

31
afección. Respecto de esta forma masculina, se puede pensar que debe de tratarse de la
enfermedad obsesiva, donde los antecedentes del enfermo, como en los del histérico, están
marcados en todo momento por la hipersensibilidad.

Aunque se manifiestan en los dos sexos el carácter más masculino de la enfermedad obsesiva
aparecerá antes, en comparación con el histérico. La clara tendencia del proceso patológico a
endurecerse es indicativo del organismo masculino, donde la tendencia a la encefalización
psíquica es más pronunciada que en el organismo femenino. La representación obsesiva
revela por naturaleza la esclerosis. Es sólo en la edad adulta cuando la toma de distancia
crítica, que hemos descrito, se afirma frente a las representaciones obsesivas endurecidas. En
la infancia, está aún escondida en las representaciones obsesivas, más maleables y más en
los actos simbólicos.

Profilaxis
No es extraño constatar en uno mismo determinados aspectos de la enfermedad obsesiva. Por
ejemplo, cuando se sucumbe a la manía del orden. Si el deseo de orden rebasa cierto límite, o
si, por ejemplo, se pasa la mano por la hendidura del buzón de cartas tras haberla echado,
para asegurarse de que verdaderamente ha caído al fondo. Si, repitiendo esta operación, se
desconfía de la suerte de la carta, se debería de tratar para remediar la afección obsesiva.

32
3.4 La Histeria
Cuadro Clínico

El neuropsiquiatra es llamado para acudir junto a un enfermo que está en la cama, una
empleada de oficina de poco más de veinte años. Ella le explica que desde hace dos semanas
se le ha paralizado la pierna derecha al mismo tiempo que se le ha anestesiado (dormido) ese
miembro. Un día, se despertó con dolores en ese lado, dolores pasajeros pero seguidos de
parálisis.
Buscando conocer sus antecedentes, se sabe que ha tenido disputas en la oficina. Algunos
colaboradores se quejaban de que al hablar mucho ella se atacaba de los nervios. Sin embargo
nadie pensó que ella a su vez podría estar nerviosa por algo. Ahora bien, fue convocada por el
jefe de servicio y debe confesar que teme esta entrevista. Puede ser que la despidan. Justo la
víspera de este encuentro, cayó enferma. Seguramente, se diría que no está enferma, que
disimula para no presentarse ante el jefe. Pero esto es falso, pues su pierna está
verdaderamente paralizada, lo que el examen no dejará de revelar.

En efecto el examen confirma que la pierna no está en su estado normal. La pierna derecha
está entumecida con relación a la izquierda y parece más fría. La sensibilidad táctil está
disminuida y la enferma declara que por debajo de la rodilla sólo siente confusamente el
contacto con la piel. Es una enferma rellenita, algo opulenta a nivel del tronco, y durante el
examen llamaba la atención sin cesar sobre su pierna de la que aseguraba que estaba como
muerta y como que no formaba parte de ella.

Para empezar, se calma a esta enferma, muy agitada por el hecho de que ella no es una
simuladora. La anamnesis revela detalles relativos a una infancia inestable, con muchos
cambios de lugar. Más particularmente ha sufrido un cambio de escuela a los ocho años. En la
nueva escuela los otros niños se han burlado mucho de ella, la han causado tristezas, lo cual le
ha deprimido mucho. También se ha replegado en sí misma, para contarse sus "historias" para
sí, como cuentos en los que ella era princesa. Un día había hablado con una amiga contándole
también que en su genealogía había habido nobles y que en efecto ella era de origen
aristocrático. De lo cual resultaron muchas habladurías, pero debió confesar que esto le daba
placer. Después tuvo "amigas formidables" con las que se sentía un "solo corazón". Sin
embargo las decepciones no faltaron, a continuación de las cuales se la ha "detestado
realmente". Reconoce estar interesada en los chicos y más tarde en los hombres, pero no ha
tenido "intimidad" con nadie. Siempre ha buscado la sociedad sintiendo por otro lado una gran
necesidad de compañía cuando era adulta. Se encontraba bien con sus padres que
verdaderamente la "mimaron". Queda un estrecho contacto con ellos. Pero con los asuntos de
la oficina no pueden serle de ninguna ayuda.

En cuanto al terreno corporal, tenía problemas digestivos, pesadez tras las comidas y
resfriados. Es friolera, suda mucho y tiene las manos y los pies muy fríos. Las reglas le llegaron
tarde y son escasas. De niña era eneurética. Siempre había tenido fiebre alta al menor dolor de
garganta y a la menor tos.

El Proceso Patológico

Entre los antecedentes de la enferma histérica se hallan, como en el ejemplo citado sobre el
enfermo obsesivo, la hipersensibilidad y los traumas afectivos, pero la reacción psíquica es
muy diferente. En lugar de replegarse en el rumiar furioso, asediado por las representaciones
obsesivas, la enferma histérica se confina al ensueño, hecho de deseos ilusorios que proyecta
sobre el mundo exterior. Este repliegue puede ser calificado de "huida hacia delante".

El niño en el que su CA se expande, el contacto con el entorno es muy fuerte, de ahí que haya
un aumento de consciencia, debido a la sensibilidad. La hipersensibilidad sin embargo

33
concierne menos a las impresiones sensoriales mismas, que al psiquismo transparentado en
ellas. También los niños histéricos perciben en su entorno, por el sentimiento, muchas
realidades psíquicas inexpresadas. Es por esto su sensibilidad a las influencias climáticas, a
los cambios de la temperatura ambiente. Por nada tienen demasiado frío o demasiado calor.

En la base de la eneuresis, como en otros síntomas de la histeria infantil, se encuentra, según


la aportación de Rudolf Steiner, la "efusión del cuerpo astral", que puede manifestarse también
en la secreción de sudores fríos. Cuando uno se pregunta sobre la causa de esta efusión, se
puede pensar en unos padres que han mimado excesivamente a su hijo. A diferencia del
ejemplo anterior, aquí el niño no busca escapar al exceso de calor del fuego paternal. Ha
gozado al ser mimado y así es como se manifiesta a su alrededor. Sin embargo, el hecho de
que la efusión y la hipersensibilidad se manifiesten también en el caso de otras influencias
domésticas, desfavorables o incluso felices, señala una disposición congénita

La enferma goza con el remolino que crea a su alrededor, al igual que otros niños histéricos
que siempre buscan llevar el entorno a su juego. Las personas de este tipo, para sentirse vivas,
siempre tienen que mirarse en el entorno. Es comprensible que, opuestamente al miedo al
entorno sentido por los enfermos obsesivos, los sujetos en cuestión presentan a veces un
verdadero frenesí de estar rodeados. Aunque sepan los problemas que resultan desde el punto
de vista social.

El psiquismo obsesivo se observa en muchos seres sensibles. En el sujeto histérico se ve


como se constituye un psiquismo ilusorio, cuyos estados iniciales, a su vez, no son
necesariamente patológicos. En el psiquismo obsesivo, la vida interior está encerrada en las
realidades del mundo. El psiquismo ilusorio transforma la vida interior según los deseos. De
ahí, por otra parte, el componente ilusorio de los actos simbólicos y las supersticiones. El ser
obsesivo adopta una actitud antipática, mientras que el ser ilusorio se abandona a su simpatía.
Con esto, el ser histérico, puede incluso llegar hasta a gozar del dolor.

El Aspecto Orgánico

Según Rudolf Steiner, la producción de ilusiones también remite al pulmón:


Las representaciones obsesivas se imponen al elemento sólido. Las ilusorias hacen pensar
más bien en el elemento aire (“Construir castillos en el aire”).

El psiquismo obsesivo descubre una relación con el asma, mientras que el psiquismo ilusorio
corresponde más bien a las afecciones inflamatorias de las vías respiratorias. Como hemos
dicho, el abandono ilusorio al mundo puede acabar en "fiebre psíquica". El alma puede
inflamarse abandonándose a representaciones ilusorias respecto al mundo. Desde el punto de
vista corporal, a veces se observa la inflamación de las vías respiratorias (relaciones que han
sido menos estudiadas que las relativas al asma). Están afectados de psiquismo ilusorio los
enfermos de tuberculosis pulmonar, inflamación crónica del pulmón.
Desde el punto de vista antropológico se observa, frente al exceso de antipatía del proceso
respiratorio, donde el CA se ensancha de manera espasmódica, el exceso de simpatía en el
proceso inflamatorio. Éste es como una "inspiración" patológica demasiado profunda del CA.

Este proceso puede llegar a ser febril, como es el caso del ejemplo.
Al igual que el psiquismo obsesivo, el psiquismo ilusorio no desemboca en una enfermedad
psíquica característica, más que cuando el comportamiento psíquico aberrante se vuelve un
principio determinante al que se someten el alma y el Yo. Cuando el alma se halla afectada por
una enfermedad obsesiva está únicamente determinada por el mundo exterior; pero cuando se
constituye la histeria, intenta no regular su relación con el mundo más que desde el fondo de sí
misma. Es decir, se esfuerza por cumplir la representación de los deseos ilusorios.

En el ejemplo, el deseo de no rendirse a la entrevista que tanto teme, se combina gracias al


recuerdo, con la representación de la parálisis de una pierna. La combinación de un deseo con
una representación de este tipo reemplaza la vida psíquica normal donde, en su fuero interno
desearía, por espacio de un instante, ser afectada por una parálisis que impediría tener la
reunión en cuestión. Ante esta veleidad ilusoria, el sujeto equilibrado puede normalmente
separar las cosas, pero el enfermo de histeria es incapaz de poder hacerlo.

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Las oleadas emocionales del organismo se apoderan rápido de la enferma. Gracias al CA,
portador de deseos y que desea la parálisis, la veleidad ilusoria se hace realidad y se produce
efectivamente un tipo de parálisis.

En un principio, la parálisis histérica, cumple el fenómeno ya mencionado de la neurosis


orgánica . Por mediación del CA, un hecho psíquico se combina de manera patógena con la
función de un órgano, es decir, con los procesos de la motricidad en el flujo del organismo
hídrico. La vivencia del enfermo, cede a ese problema funcional, implicando también la piel,
hasta que la pierna esté inerte e insensible. A diferencia de una parálisis de causa orgánica,
por una inflamación del nervio o del músculo, la sustancia sólida del nervio o del músculo
permanece intacta. Sin embargo, se produce una congestión circulatoria en la pierna, que se
enfría, y en sus nervios. Además, la parálisis se manifiesta siempre tal y como el enfermo se la
imagina. Esto es patente sobre todo en la insensibilidad del miembro inferior, que no
corresponde a la topografía ordinaria en un caso de afección neurológica orgánica.

Aquí, a diferencia de la parálisis orgánica y de la neurosis orgánica no histérica, es el deseo, el


anhelo del CA el que conduce a la enfermedad. La angustia se disuelve por la huida en la
enfermedad creada por el mismo enfermo. En vez de la parálisis, una enfermedad de este tipo,
puede generar también crisis de agitación motriz en que la actividad del CA se inclina al polo
inferior, al sistema renal. A partir de ahí, pueden producirse espasmos y crisis convulsivas no
epilépticas. Aquí no se trata de querer disimular, pues disimulando sólo se quiere engañar a los
otros, mientras que la enferma histérica se engaña también a sí misma.
En otros casos de histeria, el enfermo recurre a importantes puestas en escena para cumplir
los deseos, las representaciones ilusorias.
Finalmente, el enfermo histérico busca organizar el mundo según los deseos de su naturaleza
astral.
El comportamiento demostrativo, casi teatral, es tomado en parte por una llamada al entorno a
participar en la puesta en escena. Por otra parte, la tendencia a exagerar puede resultar de la
falta de seguridad del histérico que aumenta más de lo que siente, el carácter artificial de su
comportamiento.
Esta sintomatología forma parte también de lo que se califica como "reacción histérica".
Muchos sujetos están predispuestos a esta reacción en situaciones traumatizantes o
turbadoras, sin estar realmente enfermos. Pero esta no es una razón para no curarse. Se
descubre aquí el esbozo de la histeria en el ser humano, en su CA, en el que la reacción
predomina en las situaciones en cuestión. Síntomas de este tipo se arraigan a veces en el
hecho permanente del carácter histérico, del que va eventualmente a proceder un proceso
histérico patológico. Aquí, el enfermo no está obligado a refugiarse únicamente en la patología
física, puede también confinarse en estados crepusculares. En estados de este tipo, toda la
vida psíquica esta llena de un estado de conciencia onírica que, de ordinario sólo está en su
sitio en la vida afectiva.
Uno se pregunta entonces de donde viene la predominancia del CA, la fuerza creativa en
apariencia verdaderamente genial en algunas puestas en escena histéricas. Una vez más, hay
que interrogarse y responder a partir de la evolución de la enfermedad en el curso de la vida.

La Enfermedad y el Curso de la Vida

Mientras que la enfermedad obsesiva conduce a buscar su origen en el primer septenio de


vida, la histeria infantil se constituye sobre todo entre los siete y los catorce años. Apenas se
observan síntomas (propiamente) histéricos antes de los cuatro años. Tan sólo la eneuresis
nocturna un poco antes, pero sin el carácter histérico y demostrativo que se manifiesta
después. A primera vista, "la mayoría de los histéricos" se diagnostican en los años "entorno a
la pubertad". Es significativo porque en este periodo evolutivo el CA pasa de la forma femenina
de vulnerabilidad patológica, a la histeria del adulto. Y esto se manifestará "sobre todo en el
transcurso del tercer decenio".

Hay que distinguir la histeria infantil del segundo septenio, que el entorno prepara a veces
durante el primer septenio, de la histeria pubertaria y la del adulto.

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Cuanto más se aproxima la pubertad, más se observan "comportamientos y problemas
corporales de naturaleza histérica". A veces, parece que esos niños anticipan psíquicamente la
pubertad, que a partir de los órganos de reproducción, el CA empieza demasiado pronto a
llevar una vida autónoma

Desde el punto de vista psíquico, el nacimiento prematuro del CA, conduce a la precocidad de
la vida afectiva. Los niños se creen más mayores y por ello tienen la pinta de tener más edad.
La precocidad erótica y sexual del psiquismo no está excluida. Rudolf Steiner subrayó que, por
naturaleza, la sexualidad no forma parte de la histeria infantil. Sin embargo, en el marco de la
anticipación a la pubertad, a veces se manifiesta durante el segundo septenio como un
elemento psíquico, pero en algunos casos inducido por el entorno.

Desde el punto de vista corporal, a la premadurez del CA, se le puede añadir el retraso local de
los procesos específicos de madurez genital. Entonces, tras la pubertad, se ve formarse, en los
casos típicos, como en nuestra enferma, una estructura corporal informe, displástica, con la
tendencia a proliferar, a expandirse mientras que la estatura del niño histérico es más grácil, de
aspecto endeble, casi escuchimizado. Esta diferencia también ilustra la acción de la pubertad
en el enfermo histérico. Antes de la pubertad, el CA está instalado en el terreno inferior del
organismo, de donde va a surgir en la pubertad. Por esto, el cuerpo se vuelve más relleno,
comparado con la estatura del niño histérico cuyo crecimiento es debilitado por la efusión del
CA a partir del entorno. En el enfermo histérico sin embargo, la abundancia de volúmenes se
queda sin forma, es decir, que la influencia formadora del CA y del Yo es insuficiente y que la
efusión del CA, se prosigue ahora, a partir del terreno inferior del cuerpo. Encontramos en el
síndrome que Rudolf Steiner llamó "histeria", en el sentido amplio de la palabra, una dinámica
del proceso y constitución en que " la emancipación excesiva de los procesos metabólicos"
puede llevar hasta " síntomas sexuales y problemas digestivos".

De una constitución histérica de este tipo a veces puede resultar, junto a problemas
corporales tales como la inflamación, la histeria psíquica preparada por la efusión del CA en la
época infantil. Encontramos una vez más el fenómeno arquetípico de la excarnación. Los
órganos de reproducción presentan un retraso cuando no anatómico, y por el contrario se
observa la presencia de fuerzas sexuales en la vida psíquica. Para esta situación es apropiado
el concepto hipocrático de la histeria, tras el cual el útero (en griego hystera) vagabundea en el
cuerpo. He aquí, ciertamente una noción dinámica, una imagen. Pero se trata de las fuerzas
del CA que no están completamente encarnadas en la conformación corporal de los órganos
de reproducción, debido a su efusión durante la infancia, a la carencia educativa, a
traumatismos afectivos, etc. En lugar de su nacimiento normal, se asiste a la retirada de las
fuerzas que deberían dispensarse en los órganos. Según Rudolf Steiner, en el sujeto histérico,
muchos fenómenos psíquicos, deben ser "llevados a los procesos metabólicos de los órganos
sexuales". Así, "deseos sexuales reprimidos" a veces se expresan en "dibujos y pinturas
profundamente místicas". La actividad de las fuerzas sexuales que no pueden dispensarse en
el cuerpo y contribuir a la formación de un cuerpo nuevo, se vuelve creadora en el terreno más
elevado hacia el cual son desplazadas.
Ese fenómeno adelanta ampliamente la sexualidad. La imaginación activa, que se libera en la
pubertad, tiende a la transformación de las fuerzas de crecimiento de las regiones inferiores del
organismo, sobre todo los órganos de reproducción. Se trata aquí de fuerzas formadoras que,
inicialmente no tienen nada en común con los deseos sexuales. En la pubertad, esas fuerzas
orgánicas de la imaginación activa, surgen en el psiquismo. Una parte de ellas se liga a las
fuerzas del deseo sexual del CA y sirven a la creatividad a nivel de la reproducción.
La otra parte se realiza transformándose en la imaginación activa del arte. En el sujeto histérico
esta transformación no se produce o es incompleta.

Al igual que las fuerzas sexuales, las fuerzas formadoras de la imaginación conservan su nota
de creatividad corporal y sirven a la realización de deseos egoístas del CA, en el entorno del
enfermo, en su "cuerpo social". Es a la "genialidad" de esas fuerzas inicialmente activas en el
terreno corporal, a lo que se deben las puestas en escena "geniales" del histérico. Estas se
deben a una perturbación del nacimiento de la imaginación, es decir, a la metamorfosis
incompletas de las fuerzas corporales en fuerzas psíquicas. En la biografía del sujeto histérico,
constatamos que éste se queda bloqueado en esta situación. El carácter histérico, conserva
"reliquias de la pubertad" durante toda la existencia. El niño histérico presenta durante su

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segundo septenio, trazos de comportamiento de tipo juvenil, en lugar de ser todavía niño. El
adulto histérico, se queda en este estado más o menos durante toda su vida.

Esta manera de expresarse recuerda que la histeria afecta sobre todo al sexo femenino, lo
cual se comprende por el acento afectivo del carácter de la mujer. Existen también hombres
histéricos, pero su carácter presenta desde ese momento trazos femeninos.

A diferencia de la enfermedad obsesiva originaria de la cabeza (procesos patológicos


neurasténicos), la histeria procede de la región abdominal. Surge sobre todo en los órganos de
la reproducción, cuyas fuerzas suben al psiquismo ilusorio del pulmón, donde son patógenas.
Rudolf Steiner indicó que, en el niño histérico, la superficie de los órganos es muy permeable y
que el CA se escapa de alguna manera, indicación que remite al principio de estructura del
pulmón. Este órgano no sólo tiende a la mineralización, sino que por otra parte, su superficie
interior está prevista para la permeabilidad del elemento atmosférico. Se puede imaginar que la
naturaleza permeable del pulmón, en el estado evolutivo en el que el sujeto histérico se ha
detenido más o menos, puede transmitirse algo a la estructura de otros órganos. Sobre todo es
el caso del sistema uro-genital, a partir del cual, y pasando por el pulmón, el CA, portador de
deseos y ansias, se expande en el mundo. A este respecto, se puede observar la acentuación
patológica del temperamento sanguíneo con su excitabilidad y su labilidad.

Debido al predominio del CA, el núcleo del sujeto histérico es demasiado débil. Se halla
“carente de Yo (centro)”, característica que orienta del pulmón hacia el órgano del Yo, que es el
"corazón". Así se puede comprender la "insuficiencia cardiaca" afectiva del sujeto histérico,
cuyo humor es lábil, en su alma y en su cuerpo, siempre caliente o frío, nunca a una igual
temperatura. A partir del corazón, el sujeto histérico se une al Yo del otro y se expande en el
mundo-ambiente por su pulmón. Su "amor" no concierne al otro tal y como es, sino la imagen
que su deseo crea del otro. Una vez decepcionado, lo que él llama amor puede volverse odio.

Además, el comportamiento obsesivo puede volverse comportamiento histérico y viceversa, sin


contar con los eventuales estados mixtos. Lo más común es que la tónica repose en uno de los
polos.

Respecto a la evolución psíquica, la diferencia debe resumirse como sigue. El sujeto histérico,
inclinado a ilusionarse, conserva, en la edad adulta en su psiquismo y a veces en su persona
física, un resto de la juventud de su pubertad. En el enfermo obsesivo, o en el sujeto obsesivo,
se fija un proceso de envejecimiento, partiendo de la cabeza y a veces repercutiendo hasta en
el primer septenio así como en la manera de ser de ese momento.

Sobre la Anorexia Mental

Considerada en relación al curso de la vida, la delgadez pubertaria o anorexia mental revela


enseguida una relación con la histeria. Desde el punto de vista constitucional, esta relación
está ilustrada por la tendencia a la delgadez, al contrario de la constitución desbordante de la
histeria en el adulto. La tendencia pubertaria va hacia el tipo grácil, etéreo, tan característico
del niño histérico. Este proceso se declara en la pubertad y es a menudo una reacción a la
gordura pubertaria, que se observa a la edad de 12 a 14 años en muchos adolescentes
afectados de anorexia mental. La reacción alude igualmente a la obesidad familiar, frecuente
en el medio de estos jóvenes delgados. Considerando estos datos, la delgadez patológica de
estos enfermos reacciona con aversión a las modificaciones corporales que acontecen en la
pubertad, y a la sexualidad. El enfermo querría regresar al segundo o al primer septenio, donde
a menudo estos problemas denotan ya una encarnación insuficiente. El antiguo vínculo
parental persiste a menudo inconscientemente. No es extraño que en un medio familiar
perturbado, un personaje dominante, paternal o maternal, traba la encarnación completa del
niño.

La preferencia de la delgadez pubertaria por el sexo femenino es más neta aún que la de la
histeria. El ser femenino penetra menos profundamente en el organismo inferior y le resulta
más difícil realizar la relación con esta parte de su persona. Tampoco es extraño que aspire a
regresar al estadio donde dominaba el sistema rítmico. Este estado puede ser un tipo de
transición en el momento de la pubertad femenina. Si conduce a la enfermedad, el deseo

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pasajero del alma se transforma en una búsqueda patológica del CA, retrocediendo ante la
madurez terrestre. El deseo inconsciente, ilusorio, de regresar a la infancia repercute incluso
sobre el cuerpo. La relación con la histeria aparece claramente, y se expresa a menudo
también en los rasgos de carácter histérico. En el conjunto predomina una actitud autista y
obsesiva, conjugada con un proceso patológico que tiende a la rigidez.

El adelgazamiento es a menudo precedido por la parada de las reglas. A menudo el inicio de


las reglas habrá sido precoz, lo que es signo de una pubertad prematura, el CA se emancipa
demasiado pronto del organismo inferior. De este hecho el CA se desprende en este momento
del organismo cuya maduración insuficiente afecta también a la función de los órganos de
reproducción. Las reglas llegan a faltar y al mismo tiempo se instala un estreñimiento tenaz. En
cuanto al adelgazamiento, el joven lo consigue por la purgación y el vómito provocado tras las
comidas. La pérdida de peso puede llegar a alcanzar los 25 kg., y en casos extremos la vida
llega a ponerse en peligro.

La mayoría de jóvenes afectadas por esta delgadez rechazan bastante sistemáticamente


alimentarse en las comidas, para comer con avidez a escondidas. El asco por esta glotonería y
el miedo a engordar conducen siempre a provocar los vómitos y a recurrir a los purgantes.
Después el deseo voraz de alimentarse regresa Se desarrolla una tragedia en el CA,
desgarrado entre el placer y la aversión y arrastrado así en un círculo vicioso.

Así se acentúa más la tendencia disociativa de la pubertad y, en el caso de algunos enfermos,


desemboca mismamente en la esquizofrenia. Por un lado la inteligencia despunta a menudo
sobre el promedio de edad, por otra parte se observa agitación emocional viniendo de abajo del
cuerpo, transformándose a menudo en una expansión hipersocial, aunque quedando toda
exterior, del alma al nivel medio. A este nivel del ser humano, la respiración psíquica parece
igualmente disociada. En efecto se observa junto al desahogo y de la tendencia a la ilusión una
necesidad de orden obsesivo. Como en el caso de la histeria y de la enfermedad obsesiva, la
hipersensibilidad puede constituir el último nivel de este cuadro. Todo es sin embargo
dominado por el temor de incorporarse plenamente al mundo. De encontrarse en la angostura
del propio cuerpo, y este miedo puede entrañar para la joven gravemente enferma el
adelgazamiento mortal.

En los casos severos, siempre es necesario el tratamiento en un medio hospitalario. Se recurre


a la medicación y a la euritmia curativa. Desde el punto de vista psíquico, uno se inspira de
algunos datos dados a propósito de la enfermedad obsesiva, sobre todo en materia de terapia
artística. El ejercicio de diálogo terapéutico estimula la madurez. Importa ante todo, que frente
al deseo patológico del CA de escapar del cuerpo, se reclame el deseo de encarnación del Yo.
Al respecto, es importante ofrecer modelos de compromiso profesional, una estimulación
afectiva susceptible de despertar la voluntad. En lo que concierne a la profesión de “esposa y
madre”, se recomienda el contacto con los hijos. Son sobre todo los niños enfermos que
pueden suscitar, en la joven anoréxica, las fuerzas maternales provechosas para su madurez.

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4- ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES

El organismo comporta numerosos sistemas orgánicos susceptibles de enfermar, y diferentes


enfermedades psíquicas pueden surgir de los sistemas orgánicos. Se puede preguntar acerca
de la relación entre los sistemas orgánicos y las enfermedades psíquicas respectivas, lo que
conduce a la cuestión de la relación entre la vida psíquica y del cuerpo físico. La tripartición del
organismo humano proporciona la base sistemática de un principio de respuesta. El sistema
neurosensorial, centrado en la cabeza, se halla al servicio del pensamiento. El sistema rítmico,
que se halla centrado en la región torácica, está al servicio del sentimiento. El sistema del
metabolismo y de los miembros, con centro en el abdomen, se halla al servicio de la voluntad
del alma.

Rudolf Steiner ha procedido a una subdivisión suplementaria relacionando -en la zona inferior
del organismo el sistema riñón-vejiga y el sistema hígado-bilis, y en la región media el pulmón y
el corazón-, algunas fuerzas con las actividades psíquicas. Desde este punto de vista, se
reclama para la psiquiatría un “conocimiento psíquico de los órganos”. Estudiando la
sintomatología psíquica, se debería encontrar “donde se sitúan algunas deficiencias del
organismo”. “A partir de tales síntomas, el diagnóstico puede ser mucho más seguro que aquel
que procede de los medios tan empleados actualmente”. Algunos signos de la enfermedad
psíquica son también indicadores de perturbaciones localizadas en algunos sistemas orgánicos
definidos. Se debería entonces constatar, en lo que cabe, por el examen físico del enfermo. Es
en todo caso a partir de los problemas orgánicos que la terapia debe intervenir.

En el curso del desarrollo, la relación de la vida psíquica con los órganos del cuerpo se
transforma. Durante la infancia, una fuerza psíquica trabaja en edificar el sistema orgánico
correspondiente. Más tarde ella se separa en parte y hace de esto su instrumento. Sabemos
que existe un vínculo entre la fuerza del amor y el corazón. Rudolf Steiner ha designado el
cuerpo físico como el “instrumento del alma de conciencia”. Más tarde W. Bühler ha presentado
el cuerpo físico tripartito como un “instrumento del alma”. Al respecto, los diferentes órganos
del cuerpo pueden ser considerados como unos instrumentos insertados en el gran instrumento
del cuerpo físico, así como cada uno de los instrumentos de música se juntan con otros
instrumentos en el gran instrumento de la orquesta. Es el Yo el jefe de orquesta, quien en el
caos de la enfermedad baja los brazos. Pero se sabe también que el ser humano no puede
comprar los órganos como adquiere los instrumento de música. Él trata una parte esencial de
su constitución, y debe de mantenerlos con vida.

La imagen de los instrumentos de música conduce a una noción de síntesis del resultado de
las dos orientaciones patológicas. Cada músico sabe que, para tocar bien un instrumento, es
necesario liberarse. Es lo mismo para los órganos como instrumentos de la vida psíquica.

En la neurosis orgánica y, yendo más lejos, en la enfermedad orgánica, el músico utiliza mal su
instrumento. No está suficientemente distanciado, o al tocar, ha sido molestado por su
alrededor. Si toca un instrumento sensible, su mala música lo habrá desafinado. Él sufre. El
enfermo resiente los problemas de su órgano. Él se preocupa e intenta reponer el buen estado
de su instrumento. Si él no puede, tiene necesidad del médico para el tratamiento de su
neurosis o de su afección orgánica.

En las psiconeurosis y las psicosis, el músico produce igualmente unas disonancias sobre su
instrumento desafinado, pero él no es consciente de su origen. Quizá habrá tenido de repente
poca relación con el instrumento, o algunas experiencias ocurridas en este sentido alrededor le
habrán conducido a resignarse. En el presente, las disonancias son para él fuente de
inseguridad, angustia y cólera. Se reprocha tocar mal, de ser un mal músico. Es la depresión
que se desarrolla. La desarmonía orgánica ha alcanzado el alma. Así mismo, el sujeto no se
libera de su instrumento en la psiconeurosis y la neurosis.

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Las enfermedades corporales y psíquicas tienen en común el hecho que los problemas
desaparecen o mejoran en el dominio respectivo de origen, cuando la enfermedad se declara.
Es el caso de los problemas psíquicos que preceden la enfermedad física y a la inversa, de los
problemas físicos que preceden a la enfermedad psíquica, donde los problemas pasan a un
estado menos grave y crónico. También Steiner habló, en repetidas ocasiones, de
perturbaciones corporales “sutiles” que preceden a las enfermedades psíquicas. La causa es,
en el caso de las enfermedades psíquicas, que el alma y el Yo se retiran del dominio corporal
que corresponde a la penetración demasiado profunda de las fuerzas psíquicas en el caso de
las enfermedades físicas.

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5- BIBLIOGRAFÍA

Bibliografía utilizada para la preparación del curso:

BIBLIOGRAFÍA ANTROPOSÓFICA

¾ Treichler, Rudolf. PSYCHIATRIE OU ANTI-PSYCHIATRIE?. L’APPORT DE


L’ANTHROPOSOPHIE À LA PSYCHIATRIE MODERNE. Ed.: Triades

¾ Treichler, Rudolf. BIOGRAPHIE ET PSYCHOLOGIE. Evolution, troubles et maladies de


l’âme humaine. Ed.: Triades.

¾ Treichler, Rudolf. DYNAMIQUE DE LA SCHIZOPHERÉNIE, Pour une psychiatrie


différente. Ed.: Triades

¾ Treichler, Markus. PSYCHOPATHOLOGIE ET VIE QUOTIDIENNE. Collection


“nouvelles recherches”, nº 2. Aethera pour Triades SA.

¾ Steiner, Rudolf. PSYCHOPATHOLOGIE ET MEDICINE PASTORALE. Editions


Anthroposophiques Romandes.

¾ Steiner, Rudolf. CURSO DE EDUCACIÓN ESPECIAL. Editorial Rudollf Steiner.

¾ Lievegoed, Bernard. EL HOMBRE EN EL UMBRAL. El reto del desarrollo interior.


Editorial Rudolf Steiner S.A.

¾ Lusseyran, Jacques. CONTRA LA CONTAMINACIÓN DEL YO. Edición privada.

¾ Burkhard, Gudrun. BUSCANDO EL HILO DE LA VIDA. Ed.: Rudolf Steiner

¾ Bott, Víctor. MEDICINA ANTROPOSÓFICA. UNA AMPLIACIÓN DEL ARTE DE


CURAR. Tomos I y II. Luis Cárcamo Editor.

¾ Evans, Michael. Rodger, Iain. CÓMO CURAR EL CUERPO ALMA Y ESPÍRITU. Ed.:
Rudolf Steiner

¾ Glöckler, Michaela. Denger, Johannes. Schmidt-Brabant, Manfred. SE NOS EXIGE


DEMASIADO?. VÍAS DE AUTOEDUCACIÓN EN PEDAGOGÍA CURATIVA Y TERAPIA
SOCIAL ENTRE EL ENCUENTRO CONSIGO MISMO Y EL SERVICIO A LOS
DEMÁS. Sección Médica del Goetheanum. Ponencias de trabajos. Ed.: del
Goetheanum

¾ Strauss, Michaela. EL LENGUAJE GRÁFICO DE LOS NIÑOS. Editorial Rudolf Steiner.

¾ Crottogini, Roberto. LA TIERRA COMO ESCUELA.

BIBLIOGRAFÍA NO ANTROPOSÒFICA

¾ Van Gogh, Vincent. CARTAS A THEO. Editorial Labor SA

¾ Vallejo Ruiloba & col. Julio. INTRODUCCIÓN A LA PSICOPATOLOGÍA Y A LA


PSIQUIATRÍA. Ed.: Elsevier Masson.

¾ DSM-IV-TR. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS. Breviario. 2005. Ed.: MASSON, S.A.

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6- ANEXOS: MATERIAL CLÍNICO DE ORIGEN NO ANTROPOSÓFICO

6.1 LAS PSICOSIS

DEFINICION DEL TERMINO

El término psicosis se emplea para referirnos a aquellos trastornos de la mente caracterizados


por una cierta pérdida de contacto con la función de realidad.

TIPOS DE PSICOSIS
Las psicosis afectan a cada persona de distinta manera.
Durante las etapas iniciales no siempre se pueden diferenciar y en el primer episodio es difícil
determinar de qué tipo se trata.

• Psicosis inducida por drogas:


El consumo de droga o alcohol, así como la abstinencia tras un largo periodo
prolongado, pueden provocar síntomas psicóticos. En algunos casos los síntomas
se resuelven al pasarse los efectos de la sustancia, pero en otros, aunque
comenzó como una psicosis por drogas, se hace más prolongada.
• Psicosis orgánicas:
Los síntomas psicóticos aparecen como consecuencia de lesiones de cabeza,
enfermedades orgánicas que afectan al funcionamiento del cerebro (encefalitis,
SIDA, tumor...)
• Psicosis reactiva breve:
Los síntomas psicóticos surgen de repente como respuesta a una situación de
mucha tensión, tales como cambio importante de circunstancias personales o
muerte de un familiar. Aunque los síntomas pueden ser agudos, la persona se
recupera en pocos días.
• Trastorno delirante:
El síntoma principal es la firme creencia en cosas que no son ciertas. Estas ideas
están bien estructuradas y persistentes en el tiempo por largos periodos, a veces
hasta el fin de la vida (ideas de persecución, hipocondríaco, de grandeza, delirio
de celos...)
1. La Paranoia: Son locos que parecen cuerdos mientras no se les toca el “punto
flaco”. Delirio sistematizado alrededor de una idea falsa o absurda. Interpreta los
hechos y encadena los juicios con una lógica asombrosa. La premisa de la que
parte es falsa, pero los razonamientos en sí, desde un punto de vista estrictamente
formal, son perfectos. Los franceses la han llamado la “locura lúcida”
2. El deliro de grandeza: Megalomanía. Orgullo descomunal disimulado bajo falsa
modestia: Profeta, millonario, inventor.. , es una persona muy importante pero la
gente no lo reconoce.
3. Delirio de celos: se piensa que su pareja es infiel y desarrolla agresiones
importantes y hasta crímenes pasionales.
4. Manía persecutoria: No logra entenderse con nadie. Suele creerse perseguido
“porque su lucidez e inteligencia le hacen peligroso”. (Para defenderse fabrica
amuletos...)

• Esquizofrenia:
Este término se emplea para referirse a enfermedades psicóticas en que los cambios
de conducta o los síntomas persisten durante un periodo no inferior a 6 meses. La
estudiaremos más adelante.

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• Trastorno esquizofreniforme:
No se distingue de la esquizofrenia salvo que los síntomas han persistido menos
de 6 meses.

• Trastorno bipolar (maníaco-depresivo):


En este trastorno la psicosis se presenta como parte de una alteración afectiva más
generalizada, caracterizada por alternancias violentas entre la gran excitación (manía)
y la melancólica (depresión).
En caso de presentarse síntomas psicóticos, suelen corresponder al estado anímico de
la persona:
Si está depresiva oye voces que le dicen que se suicide.
Si está excitada: se cree un ser excepcional capaz de realizar grandes hazañas.

• Trastorno esquizoafectivo:
Se presentan síntomas de una esquizofrenia, acompañados simultáneamente por
síntomas de un trastorno afectivo (oscilaciones graves del estado de ánimo: manía
y/o depresión)
(Ciclotimia: con fases de hipomanía)

Nota: Trastornos psicóticos: el diagnóstico diferencial entre los trastornos psicóticos


(p.ej., trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia y trastorno delirante) y el trastorno
bipolar I es a veces difícil (especialmente en adolescentes), porque estos trastornos
pueden compartir algunos síntomas en su presentación (p.ej. ideas de grandiosidad y
persecución, irritabilidad, agitación y síntomas catatónicos) y en el inicio de su curso.

Al contrario que en el trastorno bipolar I, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo y


el trastorno delirante están caracterizados por períodos de síntomas psicóticos que se
presentan en ausencia de síntomas afectivos importantes.

• Depresión psicótica:

Consiste en una depresión aguda combinada con síntomas psicóticos, sin que en
ningún momento de la enfermedad se lleguen a producir períodos de manía o
excitación (por lo que se distingue del trastorno bipolar).

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6.2 LA ESQUIZOFRENIA

6.2.1- TIPOS

Considerar el carácter individual del cuadro de la enfermedad (la subordinación a uno de


los diversos tipos de la patología significa a menudo una simplificación).
Con frecuencia se presentan cuadros mixtos, difíciles de clasificar.
Muchas veces el cuadro de la enfermedad varía a lo largo del tiempo.

6.2.1.1 Tipo paranoide

• La más frecuente.
• Predominan: Ideas delirantes fijas y estables.
• Las ideas más frecuentes son las de ser controlado, perseguido (“complot”...)...
• También son frecuentes las alucinaciones, sobre todo de tipo auditivo.
• Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad.
• Suele iniciarse entre los 20 y 30 años.
• Pronóstico: Es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.

6.2.1.2 Tipo hebefrénico o desorganizado

• Predominan los trastornos afectivos, un afecto absurdo, no apropiado, el


comportamiento irresponsable y las conductas extravagantes (se suelen reír
cuando se les da una mala noticia, reír sin motivo, realizar muecas, conductas
infantiles, desinhibición en los sentimientos).
• Aquí son poco importantes las ideas delirantes y las alucinaciones.
• En la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar
en edades tempranas, como es la pubertad (esquizofrenias juveniles) e incluso hay
casos en los que la enfermedad viene de la infancia (psicosis infantil).
• Los desarrollos hebéfrenicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se
califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de
reconocerla, los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias...
• El pronóstico suele ser desfavorable, debido a la personalidad inmadura del enfermo.

6.2,1.3 Tipo catatónico

• Presencia de trastorno psicomotrices graves que van de la hipermotricidad al quietismo


absoluto.
• Síntomas:
o El enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Rostro
inmóvil e inexpresivo.
o Inmovilidad motora manifestada por catalepsia (incluida la flexibilidad cérea) o
estupor.
o Actividad motora excesiva (que aparentemente carece de propósito y no está
influida por estímulos externos)
o Negativismo extremo (resisitencia aparentemente inmotivada a todas las
órdenes o mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de ser
movido) o mutismo. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni
comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que
peligre su vida.

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o Adopción de posturas extrañas, movimientos estereotipados, manierismos
marcados o muecas llamativas.
o Ecolalia (repetición de sonidos del interlocutor) o ecopraxia (repetición de
gestos).
o En el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos,
que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso.
o Los cuadros de extrema gravedad (por ejemplo, un enfermo que se mantiene
sobre una pierna durante unas semanas) solo se observan muy raras veces
gracias a las posibilidades actuales del tratamiento.

El pronóstico: suele ser malo.

6.2.1.4 Tipo indiferenciado

Es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el


diagnóstico, es como la mezcla de los otras anteriores.

6.2,1.5 Tipo residual


En estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia
anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la
fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los
enfermos.

6.2.2- SINTOMATOLOGÍA

6.2.2.1 Trastornos del pensamiento, lenguaje y comunicación

6.2.2.1.1- Conjunto de alteraciones formales del pensamiento

Lo observamos cuando hablamos con estos pacientes

• Asociaciones inconexas del pensamiento. Las ideas abarcan temas no


relacionados.
• Pensamiento pobre: Escasa información a pesar de un discurso abundante.
• Pobreza del contenido del habla.
• Circunstancialidad
• Habla afectada.
• Capacidad disminuida de abstraer y generalizar (concreto y personal).
• Bloqueo: interrupción brusca del discurso.
• Filosofía barata.

Nivel de mayor gravedad

• Descarrilamiento.
• Tangencialidad.

Todavía más grave apreciamos


• Lenguaje incoherente: Alteraciones de las reglas semánticas y gramaticales.
• Ecolalia: Repetición en eco de palabras o frases de otros.
• Producción de neologismos.
• Faltas elementales de lógica en las deducciones e inducciones, etc

6.2.2.1.2- Errores del contenido del pensamiento

Las ideas delirantes están a menudo relacionadas, cuando no provocadas, por


alucinaciones

45
Alteración del contenido del pensamiento:

Delirio: ideas imaginarias que el enfermo vive con total convicción de que son reales.
No se corrigen racionalmente. El enfermo busca una explicación al enredo de su
nueva situación y de repente todo cuadra, se hace un argumento que sirve para
explicar sus ideas y pensamientos.

ƒ Deliro de persecución: Hay un complot. CIA, KGB. Le quieren perjudicar y agredir.


ƒ Deliro de celos o celotipia. Que su pareja le engaña. Saca datos de su entorno.
Interpreta miradas, sonrisas..
ƒ Delirio de culpa: Convicción inamovible de haber hecho algo imperdonable. Atribuye
todo el enredo de su estado a algo que ha hecho mal según su criterio. Que ha
llevado una vida llena de excesos, promiscuidad, portarse mal con sus padres... El
tiempo de vida que le queda por vivir sólo será un infierno merecido. Riesgo de
suicidio.
ƒ Delirio de ruina. Creencia delirante de que las posesiones se han perdido y que él y
su familia están totalmente arruinados.
ƒ Delirio de grandeza: Es un persona elegida por un ser superior y como tal está por
encima de los mortales. Ser el más inteligente, tener un mensaje útil para la
humanidad. Hijos de un rey que han sido secuestrados.
ƒ Delirio místico: Entra en una fase de misticismo religioso importante y ve en
cualquier acción la posibilidad de pecado. Hace penitencia, oración. Esto se ha
observado en muchos seminaristas.
ƒ Delirio somático: Piensa tiene alguna deformidad de tipo físico. (brazos largos...) y
que por este motivo la gente se los mira y se ríe. Adopta una actitud rígida defensiva
y a veces se enfrenta a la gente que le mira por la calle, porque considera que lo
miran mal.
ƒ Delirio de referencia: Aquí todo lo que pasa alrededor del enfermo tiene un
significado para él. Él es el centro del universo y no hay ninguna cosa que pase por
casualidad. Lo que se dice por la tele hace referencia a los actos suyos. Las
conversaciones de los otros, las miradas, todo está dirigida a él.
ƒ Delirio de control: Cree que su pensamiento está dirigido por terceras personas, que
pueden ser reales o imaginarias, extraterrestres o seres superiores y la forma de
ordenarle el pensamiento puede ser mediante aparatos que tiene en casa, satélites
espaciales
ƒ Sensación de que le roban los pensamientos, que lo que él piensa otros lo conocen
por algún aparato o influencias extrañas.

ƒ Estas ideas se pueden estructurar poco a poco o de repente. Una vez que la persona
se ha recuperado se queda sorprendida de aquello que pensaba.

6.2.2.1.3- Componentes no verbales que intervienen en la comunicación


interpersonal

• Expresión facial inexpresiva.


• Mirada perdida en el infinito, a menudo sin ningún o poco contacto visual con el
interlocutor.
• Sonrisa inadecuada, con frecuentes risas inmotivadas (incongruencia afectiva),
causa del delirio que les está hablando a la vez que el interlocutor.
• La postura se destaca por su rigidez motora, con posiciones que difícilmente
podemos considerar como cómodas.
• La orientación no existe. No dirigen su cuerpo y su mirada al interlocutor.
• La distancia y contacto físico tienen dos extremos:
ƒ Lo invasivo, ocupando el denominado espacio vital del interlocutor, en
una distancia extremadamente próxima e íntima.
ƒ La lejanía, con continuas alusiones al receptor a larga distancia, con un
distanciamiento total.

46
• Los gestos son inexistentes. Las manos permanecen inmóviles, reflejo de su
apatía y a menudo más como contestación a sus "voces" internas que como
refuerzo de lo que quieren comunicarnos.
• La oportunidad de los refuerzos a los otros no se da en ningún momento, con
nulas gratificaciones hacia el compañero.

6.2.2.1.4- Componentes paralingüísticos

• No utilizan un volumen adecuado para el interlocutor, descendiendo el volumen


cuánto mayor es la longitud del mensaje. Casi no se les oye.
• Entonación plana, monótona y aburrida.
• No hay continuidad en el discurso, se dan muchas perturbaciones o pausas
embarazosas
• La velocidad tiene dos posibilidades (dependiendo del grado de deterioro cognitivo
del paciente y de su tipología de su enfermedad):habla muy lenta, o logorrea (que
habla extremadamente deprisa y no se le entiende nada).
• La claridad es confusa, teniendo que pedir continuas aclaraciones sobre los
neologismos empleados y el significado que le quieren dar a la frase.
• El tiempo de habla es corto, con grandes períodos de silencio, concluyendo con la
contestación a lo que se les pregunta.

6.2.2.2 Trastorno atencional

Dificultad para mantener la concentración y atención: Problemas para mantener el curso de


una conversación. No puede concentrarse en una simple lectura, o en una película...

6.2.2.3 Trastorno de la percepción

Alteración de la sensopercepción: De la información que llega por los sentidos

• La alucinaciones:
Percepciones sensoriales sin estímulo externo, siendo características las
"alucinaciones auditivas": que dan órdenes, los insultan, murmuran sobre el paciente,
les invitan al suicidio, los vecinos hacen comentarios o dicen cosas criticas cuando
ellos pasan.
Visuales: Se perciben imágenes o personas inexistentes, animales raros, monstruos,
cuerpos geométricos.

• Las Ilusiones: Percepciones alteradas de estímulos reales (cambios en tamaño, forma,


color, fragmentación...).

6.2.2.4 Trastornos de la afectividad

Aplanamiento afectivo: Notan un deterioro o una perdida de su vida emotiva (anhedonia:


pérdida general de aficiones), mostrando un semblante apagado, falta de expresividad
corporal, ausencia de "conexión" y simpatía
Inestabilidad emocional. Depende al máximo de unos padres a los que idolatra y contra
los que muestra periódicamente brotes de agresividad y odio incontenible: Ambivalencia.
Incongruencia afectiva: Los sentimientos de alegría y tristeza pueden no coincidir con los
sucesos reales. El afecto se disocia del discurso o ideas.
Emociones inusuales: Éxtasis religioso, temor a la fragmentación corporal, sensación
física de ser uno con el universo, etc.
El sentimiento de angustia, a menudo acompaña estos síntomas.

6.2.2.5 Trastornos de la volición y de la actividad

• El desinterés emocional se imbrica muy a menudo con la "abulia" y la "apatía". Flojo,


cansado, sin capacidad de decidirse y hacer cosas. Pierden la iniciativa y la capacidad

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para proyectar su vida. No se levantan por la mañana. y guardan cama hasta la hora
de comer. Es incapaz de mantener una actividad por mucho tiempo.

6.2.2.6 Trastornos de la conducta

• Ecopraxia: Imitación de la conducta de otros.


• Conducta estereotipada: Patrón repetitivo de un discurso, movimiento o marcha.
• Negativismo: actitud de no cooperación, sin motivo aparente.
• Entrar en constante disputa con los vecinos.
• Vestirse de manera extravagante, o mezcla colores extraños, lleva ropa de invierno y
verano. A veces va disfrazado y lleva collares, abalorios, objetos mágicos, colgando.
• Descuidar la higiene.
• Pretender salvar el mundo y obrar en consecuencia.
• Infringir normas sociales de convivencia o las leyes; más raramente, cometer faltas
de "sentido común", agredir, violar, matar.
• Comportamientos extraños a la hora de guardar objetos cotidianos.
• Fumadores compulsivos.
• Su comportamiento social puede ser de asilamiento y cerrazón en sí mismo, pero
también se puede comportar como una persona habladora y que se engancha, que
cuando ve a alguien se acerca para darle la tabarra.
• Puede existir un incremento de la libido, pero a menudo su sexualidad está inhibida
por la medicación.
• La agresividad: En las primeras fases de la enfermedad o en la aparición de nuevos
brotes o recaídas. Al ser víctimas de sus delirios Æ respuestas agresivas verbales
(insultos..) o contra los objetos o dirigidos a otras personas. Estas reacciones se
producen de manera no premeditada, en un cortocircuito.
• Dentro de los actos extravagantes están los comportamientos repetitivos. El enfermo
tiene la intención de realizar una acción, pero nunca acaba de hacerla. Va a algún sitio
y al poco vuelve a casa.

6.2.2.7 Trastornos psicomotores


• Envaramiento, rigidez muscular, posturas extrañas, movimientos disarmónicos.
• Inhibición psicomotriz Æ Estupor catatónico: Inmovilidad de días y semanas.
• Flexibilidad cérea: El cuerpo o las extremidades pueden mantenerse durante horas
en la posición en las que se les coloque.
• Agitación nerviosa.

6.2.2.8 Funcionamiento del Yo

• Alterado.
• Relación alterada con la realidad.- desrealización, despersonalización y confusión de la
imagen personal.
• Alteración de la regulación y control emocional y de impulsos.
• Alteración del pensamiento.
• Relaciones interpersonales deformadas: Retraimiento y solitario o exigente y vehemente.
• Función de Síntesis alterada: No diferencia lo importante de lo trivial. Objetivo de
subjetivo...

6.2.2.9 Experiencia subjetiva

• Perplejidad: No sabe con certeza de donde vienen las voces, ni las razones por lo que los
pensamientos aparecen o desaparecen.
• Aislamiento: Tendencia a aislarse, por ideas o alucinaciones.
• Terror: Basado en las alucinaciones o delusiones.
• Hipersensibilidad a los estímulos: Se siente fácilmente herido por rechazos leves.
• El paciente puede notar cierta evolución de sus síntomas.

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6.2.3- CLASIFICACION DE SINTOMAS

1. Psicóticos o positivos o por exceso de estimulación: Alucinaciones, delirios,


alteraciones del pensamiento y del lenguaje, alteraciones de la conducta.
2. Por pérdida de capacidades o negativos o por déficit de estimulación: Alteración del
afecto, empobrecimiento del pensamiento, falta de energía, dificultad para disfrutar,
dificultades en la atención, dificultades para relacionarse, enlentecimiento.
3. Otros síntomas:
• Depresión (o por la situación o por los efectos secundarios de los
medicamentos)
• Agresividad
• Alteración del control de hábitos: comer compulsivamente, tabaquismo,
cafeína...
• Insomnio
• Alteración del ritmo del sueño
• Suicidio: De cada 100, 10 se suicidan, 50 lo intentan y casi todos lo piensan.
El deseo de muerte puede relacionarse con la depresión tras el brote, con las
voces alucinadas, con las ideas persecutorias...

Mayor frecuencia de suicidio en:


• Alto número de recaídas
• Alto nivel educativo
• Tras salir de una hospitalización
• Soledad
• Depresión tras el brote.

6.2.4- ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA ENFERMEDAD?

• No todas las E son iguales ni empiezan de la misma manera.


• Al principio cada psiquiatra puede dar un diagnóstico distinto (como un sarampión que
al principio se puede confundir con la gripe).
• No se puede diagnosticar por pruebas de laboratorio.
• Cuando la enfermedad no comienza con un brote, lo normal es que empiece siendo
diagnosticada de otra cosa y que sólo después de un tiempo llegue al diagnóstico
definitivo.

• Dos diagnósticos frecuentes al principio son los “Trastornos de personalidad” y las


“Reacciones de adaptación” (que no son psicosis). También puede confundirse con
una depresión o un trastorno obsesivo.

Los “Trastornos de personalidad” son formas de ser que por sus características
pueden crear problemas a la persona.

Las “Reacciones de adaptación” son conductas extrañas que aparecen después de un


estrés o cambio importante en la vida.
Desaparecen con el tiempo en la medida en que la persona se adapta a la nueva
situación.
Algunas reacciones de adaptación durante la adolescencia pueden tener
características psicóticas.

6.2.5- ¿COMO EMPIEZA LA ENFERMEDAD?

• Mayor sensibilidad a las situaciones tensas y estresantes: servicio militar, entrar en la


universidad, separación, drogas...

49
• Es posible que antes se hayan tenido problemas de atención, carácter demasiado
tímido, problemas escolares, cierta inestabilidad afectiva.

• 3 formes de comienzo:
• De forma brusca: Brote esquizofrénico: aparece en unas horas, cuando antes había
una normalidad total. Aquí predominan las alteraciones afectivas: llanto, miedo y los sentimientos
de despersonalización (sensación de extrañeza de su entorno, cuando se mira al espejo...)
• Insidiosa y progresiva: Menos aparatosa y más frecuente que la anterior.
Acostumbra a presentarse en individuos de personalidad esquizoide (personas tímidas, retraídas,
con poco contacto social, que acostumbran a pensar mucho...)
• De forma brusca, pero avisando antes

6.2.6- CURSO DE LA ENFERMEDAD

Episodio esquizofrénico o psicótico: Cuando los síntomas de una esquizofrenia se


presentan por primera vez en la vida de una persona y desaparecen por completo después de
poco tiempo.
Después de este episodio no quedan síntomas negativos.

Se puede hablar de una esquizofrenia cuando:


En la primera ocasión que se presentan los síntomas se mantienen durante un tiempo más o
menos largo.
Cuando los síntomas vuelven a aparecer al cabo de algún tiempo.
Cuando la enfermedad desemboca en sintomatología negativa.

Se pueden distinguir tres fases:

1ª fase prodrómica:
• Fase que se produce antes del desencadenamiento de la enfermedad.
• Hay una serie de síntomas que nos pueden ayudar en algunos casos ha detectarlas:
tensión y nerviosismo, pérdida del apetito o desorganización en las comidas, dificultad
para concentrarse, dificultad en dormir, disfruta menos de las cosas, no recuerda con
precisión, depresión y tristeza, preocupado con una o dos cosas, ve menos a sus
amistades, piensa que se ríen o hablan mal de él, pérdida de interés en las cosas, se
siente mal sin motivo claro, se siente muy agitado o emocionado, se siente inútil, otros
cambios...
• Algunas personas que sufren la enfermedad ya habían sido diferentes en la niñez y en
la juventud: solitarios, callados, rendimiento bajo. Pero hay casos en los que no se
detecte ninguna anomalía en la persona.

2º fase activa:
• Fase donde se desencadena la enfermedad. Son los llamados brotes o crisis, los
síntomas que se producen son los positivos: alucinaciones, delirios, trastornos del
pensamiento...
• Es la fase en la cual la familia se alarma y suele pedir ayuda médica.
• Estas crisis pueden brotar repentinamente y desarrollar el cuadro completo en unos
días.
• La duración de los brotes varía según la persona y puede extenderse desde unas
semanas hasta un año. Un mismo enfermo suele tener brotes de duraciones parecidas.
• Lo mismo ocurre con los intervalos entre brotes, según las características de las
persona puede oscilar entre meses y varios años y son generalmente de la misma
duración en una misma persona.

3ª fase residual:
• No la sufren todos los enfermos.
• En esta fase los síntomas negativos llegan a su culminación y el deterioro personal,
social y laboral es grave.

50
• Teoría de los tres tercios: 1/3 se recupera, 1/3 sigue teniendo ciertas limitaciones
después de un brote. , 1/3 curso grave de la enfermedad y no pueden vivir de forma
autónoma.

6.2.7- EVOLUCION DE LA ENFERMEDAD

A partir del primer brote puede haber una recuperación total o parcial con tratamiento.
Los cinco años que siguen al inicio de la enfermedad son muy importantes para predecir lo que
va a haber en el futuro:
• Los primeros años son especialmente difíciles.
• Es la etapa en que el enfermo y la familia deben asimilar lo que está ocurriendo para
aceptar la enfermedad
• Es la etapa en la que el enfermo se resiste a creer lo que está ocurriendo, intenta lo
que ya no puede hacer, fracasa, vive su situación con gran angustia y recae. Se repite
el círculo de intento-estrés-recaída y nuevo intento.

6.2.8- RECAÍDAS

• Cada nuevo brote es una recaída.


• Durante una recaída el enfermo puede empeorar los síntomas que ya tenía o tener
nuevos síntomas.
• Durante las recaídas suele ser necesario aumentar transitoriamente la medicación y,
en ocasiones, ingresar al enfermo en la unidad de agudos.
• Después de cada recaída el enfermo empeora su forma de funcionar.
• Después de cada recaída suele haber una depresión que cede con tratamiento
antidepresivo

Factores de riesgo para las recaídas:


• Baja conciencia de la enfermedad: Los que la conocen, aceptan y hablan de ella,
recaen menos.
• Abandonar la medicación.
• Crítica del entorno.
• Sobreprotección del entorno
• Alto nivel de estrés
• Cambio brusco de medicación
• Aparece una situación nueva (matrimonio de un hermano, inicio de talleres..)

Cómo detectar que se acerca una recaída:


En cada uno se detectan factores distintos: Uno cambia la mirada, otro la sonrisa, fuma más,
se viste de forma distinta... Para saberlo es importante conocer al enfermo.

Si se detectan los signos Æ se anticipa la recaída Æ se ajusta la medicación Æ se evita el


brote o los signos duran menos.

Signos más frecuentes:


• Empieza a comportarse de una forma que recuerda a como lo hacía antes del primer
brote: habla sólo o mueve los labios como si hablara en voz baja con alguien...
• Cambio inexplicable en el ritmo de sueño, en general con insomnio.
• Aumento repentino de su aislamiento social.
• Deterioro brusco en su higiene personal y cuidado de sí.
• Empieza a escuchar música demasiado alta con auriculares.
• Le da por llevar gafas de sol, incluso por la noche.
• Está más irritable que de costumbre, se mete en peleas.

51
• Empieza a consumir alcohol o drogas que antes no hacia.
• Niega que está enfermo y antes lo aceptaba.
• Se le ve más alegre que de costumbre sin motivo aparente.

6.2.9- INDICADORES DE PRONOSTICO

De buen pronostico De mal pronostico


Inicio tardío Inicio precoz
Factores precipitantes obvios No hay factores precipitantes
Inicio agudo Inicio insidioso
Buena adaptación social y laboral premórbida Escasa adaptación social y laboral premórbida.
Aislamiento, conducta autista
Casado Soltero, divorciado o viudo
Historia familiar de Trastornos de ánimo Historia familiar de Esquizofrenia
Buenos sistemas de apoyo Pocos sistemas de apoyo
Síntomas positivos Síntomas negativos
Múltiples recaídas
Ninguna remisión en 3 años y múltiples
recaídas

Ausencia de embotamiento afectivo Embotamiento afectivo


Buen cumplimiento del tratamiento Mal cumplimiento del tratamiento
Larga evolución antes del primer contacto
médico
Ambiente social y familiar favorable Ambiente social y familiar desfavorable
Abuso de drogas
Esq paranoide Esq de tipo desorganizado

6.2.10- EN TORNO A LA RECOGIDA DE DATOS EN LOS CASOS DE PSICOSIS

OBSERVACIONES GENERALES

• Edad aparente, en contraste con la declarada.


• Orden, desorden o excentricidad en el vestir. Higiene, arreglo, maquillaje.
• Constitución. Temperamento.
• Si existe evidencia de problemas somáticos, tales como palidez, diaforesis
(sudoración), cianosis, disnea, adelgazamiento, etc.
• Expresión facial (alerta, preocupada, inexpresiva, triste, irritable, etc.) y gestos
desusados (tics, temblores). Mirada.
• Conciencia, orientación, atención.
• Lenguaje: Velocidad del discurso y sus fluctuaciones (aceleración o retardo), fluidez,
bloqueos, orden o desorden de las asociaciones.
• Pensamiento: Coherente, incoherente, con asociaciones laxas. Delirios de contenido
persecutorio, de daño, místico, religioso, demoníaco, mesiánico, erótico, celotípico, de
ruina, culpa, acusación, minusvalía...

52
• Percepción: Pseudopercepciones auditivas y visuales; las referidas al propio cuerpo,
táctiles y olfatorias.
• Funciones mentales superiores: Memoria inmediata, reciente y remota. Capacidad de
cálculo, información general, comprensión y razonamiento verbal, juicio y formación de
conceptos. Esto da una estimación muy cercana del nivel de inteligencia.
• Afectividad: Aplanamiento afectivo. Ambivalencia. Anhedonia.
• Voluntad: Abulia, hipobulia; impulsividad. Negativismo.
• Conciencia de enfermedad: Capacidad del paciente de penetrar y entender la
naturaleza general, causas y consecuencias de su enfermedad o problema.

DATOS FORMALES

• Nombre, edad, sexo, estado civil, religión, procedencia y profesión/ocupación.


• Estudios realizados
• Historia laboral
• Dónde y con quién vive.

LA ENFERMEDAD

• Historial Clínico: Enfermedades previas.


• Antecedentes familiares con la misma u otra enfermedad grave.
• Inicio de la enfermedad.
• Primeros episodios.
• Síntomas principales.
• Medicación que recibe.
• Otros tratamientos
• Otros episodios y recaídas.
• Ingresos hospitalarios. Causas
• Estresores precipitantes actuales y previos.

TIPO DE VIDA

• Analizar el grado de contención.


• Evaluar el grado de conciencia que el paciente tiene de su enfermedad.
• Evaluar la capacidad de colaborar con el tratamiento.
• Evaluar nivel de contención y soporte familiar y social.
• Nivel de funcionamiento actual y previo: ¿qué hace durante el día?...
• ¿Cómo se relaciona?
• Alimentación
• Sueño
• Hábitos compulsivos...

ANAMNESIS

BIOGRAFIA

• Datos pre-peri-postnatales: Complicaciones en el parto, duración...


• Lactancia.
• Analizar la infancia en general: cualidad del sueño, nerviosismo, gateo, andar, primeras
palabras, pensar, relación con los otros...
• Etapa escolar: inicio de la escolaridad, adaptación, rendimiento, relación con los
compañeros, juego...

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• Etapa adolescente: pubertad, menstruación, imagen corporal, primeras relaciones...
• Otros septenios: anímicos, etc.

6.3 TRASTORNO AFECTIVO BIPOLAR Y CICLOTIMIA


Definición

Se llama trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar a un trastorno depresivo de larga


evolución, en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros
episodios caracterizados por un estado de ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo
(hiperactividad anómala) o irritable. Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o irritabilidad
y grosería, alternan con otros episodios en que la persona está con depresiones intensas, con
bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas negativas y, en casos
graves, ideas de suicidio. El periodo de exaltación se llama “episodio maníaco.

El concepto de psicosis maníaco-depresiva ha evolucionado hasta su moderna acepción de


trastornos bipolares. Así, de clasificarse entre las psicosis, distinguiéndola de las formas
crónicas y deteriorantes, a las que Bleuler llamó esquizofrenias, ha pasado a formar parte de
los trastornos del estado de ánimo. Los estudios clínicos y de seguimiento han aportado
nuevos conceptos, entre ellos destacan las formas leves y moderadas de la enfermedad:

ƒ Ciclotimia
ƒ Trastorno bipolar tipo II (depresión-hipomanía)

La existencia de formas leves o atenuadas de la enfermedad ha quitado el protagonismo


jerárquico a los síntomas psicóticos, desterrando el término psicosis maniaco-depresivas. Los
síntomas psicóticos actualmente se consideran un término de gravedad, pero no el núcleo de la
enfermedad, ya que, en este trastorno, muchos pacientes no los presentan nunca.

Una de las claves para el diagnóstico diferencial de la esquizofrenia es el curso cíclico, con
intervalos asíntomáticos, del trastorno bipolar.

Clasificación de los Trastornos Bipolares (o Trastornos afectivos bipolares)

Según que los episodios de exaltación sean “maníacos” o “hipomaníacos”, tenemos:

Trastorno afectivo bipolar tipo I, con episodios depresivos y maníacos.


Trastorno afectivo bipolar tipo II, con episodios depresivos e hipomaníacos.

Trastorno ciclotímico: Alteración crónica y con fluctuaciones, con periodos que


comportan síntomas hipomaníacos y periodos que comportan síntomas
depresivos. Ni unos ni otros tienen la gravedad ni la cantidad suficiente como para
hablar de una fase hipomaníaca o de una fase depresiva.

54
SINTOMATOLOGÍA

Un Trastorno Bipolar es una enfermedad en la que se alternan tres tipos de situaciones:

Episodios depresivos - Episodios de normalidad o eutimia - Episodios maníacos (o


hipomaníacos en el tipo II)

No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen todos los síntomas
y signos que figuran a continuación.

EPISODIO MANÍACO

FORMA DE PRESENTACION

ƒ Contacto fácil y jovial, pero es difícil mantener una relación con él por su tendencia a la
indiscreción y a invadir el terreno ajeno.
ƒ Frecuentemente se viste de forma llamativa o extravagante, abusando de colores
chillones y numerosos abalorios y amuletos. Cuando la manía es más intensa puede
mostrarse desarreglado, sucio o incluso desnudo. Algunos pacientes son proclives a
vestir ropa deportiva, aprovechando cualquier momento para realizar ejercicio físicos.
ƒ En pacientes muy irritables el paso de la afabilidad a la agresión física es muy sutil.
ƒ Casi siempre intenta dirigir la entrevista, dificultándola con su distraibilidad y locuacidad

AFECTIVIDAD

ƒ Sensación de euforia expansiva rodeada de cierta ironía.


ƒ Sonríe, hace bromas, chiste de todo.
ƒ Parece dotado de un gran optimismo que puede resultar contagioso.
ƒ Algunos pacientes consiguen aumentar su productividad durante las fases
hipomaníacas.
ƒ La falta de autocrítica impide la corrección de los errores cometidos.
ƒ El señalamiento de estos por terceros, así como pequeñas frustraciones o
contrariedades, pueden desembocar en reacciones hostiles, pasando fácilmente de la
alegría a la ira.
ƒ Marcada labialidad emocional, intercambiando la euforia con el llanto.

ATENCION Y CURSO DEL PENSAMIENTO

ƒ Pensamiento acelerado, lo que se traduce en un aumento de la locuacidad y de la


velocidad de verbalización, también de la característica verborreica.
ƒ En la manía aguda puede haber logorrea e incoherencia, dando lugar a cuadros de
manía confusa.
ƒ Desorientación temporo-espacial.
ƒ En algunos casos la velocidad del pensamiento es tal que el paciente se muestra
bloqueado o catatónico.
ƒ La aceleración del curso del pensamiento puede dar lugar a descarrilamientos, que se
expresan en forma de fugas de ideas.
ƒ Distraibilidad, cualquier estimulo aparta el discurso de su objetivo inicial.
ƒ La asociación rápida puede dar lugar a rimas, juego de palabras y chistes, de
significado a veces oscuro para el entrevistador, pero obvio para el paciente.

55
CONTENIDO DEL PENSAMIENTO

ƒ Elevada autoestima que hace sentirse al paciente omnipotente y capaz de cualquier


empresa, repleto de poderes y sin limitaciones.
ƒ Inversiones arriesgadas, salvar a la humanidad a través de alguna supuesta invención
o acto altruista.
ƒ En la hipomanía nunca hay síntomas psicóticos; en la manía alrededor de un 75% los
presentan.
ƒ Algunos pacientes muestran una megalomanía jovial y aceptan cualquier propuesta de
buen grado, incluso el ingreso, pero también es frecuente cierto tono paranoide, en el
que la megalomanía conduce al paciente a considerarse un ser especial y por
consiguiente envidiado o perseguido por sus enemigos.
ƒ Cuando estas ideas son delirantes el cuadro psicótico puede enmascarar hasta cierto
punto las alteraciones del afecto, planteando dificultades diagnósticas.
ƒ Si el delirio es congruente con el estado de ánimo, es decir reviste carácter de
grandiosidad, megalomanía o mesianismo, el diagnóstico es más evidente.
ƒ En la manía puede aparecer todo tipo de síntomas psicóticos, incluso los más
característicos de la esquizofrenia.

SENSOPERCEPCION

ƒ Pueden haber trastornos sensoperceptivos, aunque son menos frecuentes que en otras
psicosis.
ƒ Las alucinaciones auditivas pueden presentarse en hasta un tercio de los casos,
guardando generalmente cierta relación con el delirio y el estado de ánimo.

PSICOMOTRICIDAD Y CONDUCTA

ƒ Existe una hiperactividad que va desde la inquietud hasta la agitación motriz, en que la
actividad se convierte en improductiva. El paciente parece no poder detenerse y viene
y va, gesticula, canta, vocifera, baila, involucra a los demás y realiza constantes
llamadas de atención.
ƒ El comportamiento social es bastante característico, pues existe un aumento de la
sociabilidad, embarcándose en citas, compromisos y fiestas a las que invita a todo el
mundo, incluso a desconocidos. Esta falta de rigor en el trato social también se traduce
en indiscreciones y actitudes osadas.
ƒ Puede aumentar el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas enmascarando
el diagnóstico.
ƒ La sociabillidad se acompaña de una exagerada generosidad, malgastando el dinero
en costosos regalos e invirtiendo en negocios ruinosos, en los que involucra a
familiares y conocidos, generándole todo ello notables dificultades cuando se recupera
del episodio.
ƒ El deseo y la actividad sexual están, generalmente, aumentados, dando lugar a
actitudes e indumentarias provocativas, promiscuidad y en algunos casos,
modificaciones del objeto sexual.

ESTADO SOMÁTICO EN GENERAL

ƒ Casi siempre insomnio, aunque habría que hablar más propiamente de la disminución
de la necesidad de dormir. No va acompañado de sensación de fatiga.
ƒ Hambre y sed pueden estar incrementados, pero con frecuencia adelgazan debido a la
hiperactividad.

CONCIENCIA DE LA ENFERMEDAD

ƒ Lo más frecuente es que el paciente rechace estar enfermo e incluso asegure


encontrarse mejor que nunca. Sin embargo la conciencia de enfermedad puede
adquirirse a través de una adecuada psicoeducación del paciente cuando se encuentre
en remisión, informándole del carácter recurrente de su enfermedad y enseñándole a

56
reconocer precozmente los síntomas iniciales de manía, cuando aún hay cierta
conservación autocrítica.
ƒ Las principales fuentes de error en el diagnóstico diferencial entre trastorno bipolar y
esquizofrenia son la sobre valoración del cuadro clínico transversal, sin atender al
curso de la enfermedad, la confusión de la sintomatología depresiva por síntomas
negativos o residuales de la esquizofrenia y la atribución de la especificidad
esquizofrénica a los síntomas psicóticos más floridos, que como ya hemos visto
pueden aparece en la manía delirante o en la depresión psicótica en pacientes
bipolares.

EPISODIO HIPOMANÍACO

Se llama episodio “hipomaniaco” si lo que hay es un episodio como el anterior, pero sin llegar a
provocar un deterioro laboral o social.

EPISODIO DEPRESIVO

Cursan con:
ƒ Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
ƒ Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
ƒ Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
ƒ Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban,
incluyendo la actividad sexual.
ƒ Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar en “cámara lenta."
ƒ Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
ƒ Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
ƒ Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento
de peso.
ƒ Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
ƒ Inquietud, irritabilidad.
ƒ Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores
de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos

EPISODIO MIXTO

Una forma grave de manía son los estado mixtos, en los que es frecuente la combinación de
ánimo deprimido con aceleración del curso del pensamiento y ansiedad, lo que comporta un
elevado riesgo suicida. Son episodios en que aparecen, al mismo tiempo alteraciones propias
de la fase depresiva y alteraciones propias de la fase maníaca. Es decir: al mismo tiempo
depresión y exaltación, hiperactividad, insomnio, ideas negativas. Especialmente complejos
son los episodios mixtos que cursan don ideación depresiva, pues existe una mayor posibilidad
de que el paciente pase a la acción y realice tentativas de especial letalidad, buscando incluso
la espectacularidad en su autolisis.

Las características más comunes en los episodios mixtos son (al menos tres):

ƒ Alternancia rápida de distintos estados de ánimo (depresión, euforia, irritabilidad)


ƒ Predominio de la disforia (mal genio)
ƒ Agitación.
ƒ Insomnio.
ƒ Alteración del apetito.
ƒ Ideación suicida.
ƒ Síntomas psicóticos (delirios, alucinaciones).

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