Está en la página 1de 1

refiriéndose a este como si ya hubiera ocurrido.

El contexto exige claramente


el uso del presente para tal uso, porque el suceso que se les traerá ocurrirá
cuando Jesucristo sea manifestado (apokalupsei, “develado”): su Segunda
Venida. Pedro insta a sus lectores a esperar esto como si fuera una realidad
presente (véase también 1:7; 4:13; cp. 1 Co. 1:7). Esta frase, cuando
Jesucristo sea manifestado, es exactamente la misma que inicia el libro del
Apocalipsis, el cual desarrolla la culminación futura de la historia redentora,
según la resume Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes, y todo
ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán
lamentación por él. Sí, amén”. A continuación, el libro describe las
asombrosas, maravillosas y sobrecogedoras visiones asociadas con el regreso
de Cristo.
Los creyentes tienen la obligación de vivir en razón de la Segunda Venida.
En esperanza aguardan aquel día en que Cristo regresará a por su pueblo para
luego premiarlo y glorificarlo (Ro. 8:23; Fil. 3:20-21; Col. 3:4; 2 Ti. 4:8;
1 Jn. 3:2; Ap. 22:12). Pablo se refiere a este privilegio en su carta a Tito:
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo
por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un
pueblo propio, celoso de buenas obras (Tit. 2:11-14).
Pedro no manda a los cristianos fijar su atención en los asombrosos
fenómenos de la Segunda Venida, como se describen para que los entiendan
en el Apocalipsis, en las profecías del Antiguo Testamento, y en el sermón
del Monte de los Olivos (Mt. 24—25). Tampoco reitera aquí las recompensas
que los creyentes recibirán, según se estableció anteriormente en 1:3-4 (cp.
Ap. 22:12). Más bien Pedro los exhorta, y exhorta a todos los creyentes, a ver
todas estas cosas desde el punto de vista de la total falta de mérito que tienen,
y a ver el cumplimiento de todas estas promesas en gloria eterna como la
gracia que se les traerá. El punto del apóstol es que así como la salvación
inicial fue enteramente por la gracia de Dios (Ef. 2:5, 8; 2 Ti. 1:9; cp. Hch.
15:11), también lo será su culminación en la glorificación y vida eterna que

También podría gustarte