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BIOGRAFÍA DE LEONARDO DA VINCI

Leonardo Da Vinci, pintor, arquitecto, ingeniero, escritor y escultor, Leonardo da Vinci (1452-1519)
no termina de fascinarnos por la envergadura de sus investigaciones y por la profusión de su obra.
La cantidad de manuscritos, notas y dibujos que han llegado hasta nosotros y que se refieren a asuntos
tan diversos como fortificaciones militares, hidráulica, mecánica, óptica, botánica, geología,
anatomía, y hasta el vuelo de las aves, es impresionante.

Su personalidad asombra y seduce. La tradición lo muestra como un hombre investido de majestad,


de gran vivacidad, sobresaliente en el arte de la conversación y sobre todo inventivo y
extremadamente curioso. Pero antes que nada, el genio de Leonardo se basa en la libertad. En una
época en que el talento necesitaba del favor de un mecenas, Leonardo dio pruebas de una
independencia reveladora.
Pasó del servicio de Ludovico el Moro al de su vencedor, el gobernador francés; siguió después a
César Borgia; en Roma se puso al servicio de Giuliano de Medici, hermano de León X, y terminó sus
días en Francia como invitado de Francisco I. Arte y conocimiento se unieron en la ejecución de su
obra: el artista escogía con libertad las vías de sus investigaciones. Su autonomía pasaba por el libre
uso del lenguaje: dejando de lado el latín —lengua de los eruditos- Leonardo redactó sus trabajos en
italiano. Era la primera vez que el anhelo de un conocimiento total se completaba con la voluntad de
difundir ese saber del modo más amplio posible.
Con La Gioconda Leonardo da Vinci permanece en la memoria como un gran pintor. Pero es
también el ejemplo por excelencia del artista del Renacimiento, por su afición a la técnica y los
lazos que lo unieron a los príncipes.

Leonardo Da Vinci (1452-1519)


La imagen de un sabio. Leonardo tenía alrededor de sesenta años cuando dibujó este autorretrato.
La sanguina, que él fue uno de los primeros en utilizar en sus estudios de anatomía y en sus diversos
dibujos, le permitió obtener una gran precisión en el trazo, especialmente en las líneas del rostro, así
como plasmar una expresividad notable: ¡qué cantidad de sentimientos mezclados aparecen en esa
mirada! Este dibujo es revelador también de la imagen que el artista quería proyectar de sí mismo:
este rostro barbudo es el de un sabio, un filósofo que contempla serenamente el umbral de la muerte.
Leonardo Da Vinci (1452-1519): Uno de los exponentes del Renacimiento es Leonardo Da Vinci,
pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Fue un personaje que se destacaba por su profunda
pasión por el conocimiento y la investigación, claros principios que destacaban su obra. Se constituyó
en un claro innovador en el campo de la pintura dando lugar a la evolución del arte italiano durante
mas de un siglo después de su muerte. Por otra parte, también se destacó en el campo de la ciencia,
sus investigaciones en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica, anticiparon muchos avances de la
ciencia moderna.
Hacia el siglo XV la península itálica estaba dividida en varios estados independientes, gobernados
por diferentes familias que luchaban entre sí por el ejercicio del poder. Por ese entonces, Italia no era
un país unificado como observamos en la actualidad. Las ciudades más importantes estaban
constituidas por Nápoles en el Sur, Roma en la parte del centro (controlada por los Papas de la Iglesia
Católica Romana) y , al norte, Florencia, Milán yVenecia.
MAS IMPORTANTES OBRAS PICTÓRICAS DE LEONARDO DA VINCI

Leonardo de Vinci: Anunciación – Florencia, Galería de los Oficios – Leonardo entró muy joven
en el taller de Verrocchio y aprendió mucho de este genial artista. Aunque en seguida se
manifestó como un destacadísimo discípulo, no se limitó a copiar fielmente el estilo de su
maestro, ya que, en su opinión, ningún pintor podía llevar a cabo verdaderas obras de arte si
no hacía otra cosa que copiar a los nacidos antes que él. “Triste discípulo aquel que no aventaja
a su maestro”, escribió en su» agenda. Su personalísimo estilo se pone de manifiesto ya en las
primeras obras, ejecutadas cuando estaba aún en el taller de Verrocchio. Esta “Anunciación”
viene a demostrarlo. Las figuras están en un bello patio, adornado por un prado en flor. El
joven artista ha pintado, junto a la Virgen, un bellísimo sarcófago de mármol, copia del labrado
por Verrocchio para la tumba de Pedro de Médicis. Pero a esto se limita la influencia del
maestro. El paisaje del fondo, con la sugestiva esbeltez de los árboles y la mágico luz que
inunda todo el cuadro, son elementos absolutamente nuevos en el arte florentino del siglo XV.
Leonardo y Verrocchio: Bautismo de Cristo (detalle del ángel pintado por Leonardo) –
Florencia, Galería de los Oficios – Este bellísimo ángel, pintado por Leonardo en una tabla de su
maestro, Andrés Verrocchio, motivó —según la tradición— una grave decisión de éste:
abandonar definitivamente el pincel, ya que, como pintor, no conseguía igualar la destreza de
su discípulo. En esta figuro se apuntan ya algunas características del estilo del Leonardo adulto:
la delicadeza de los rasgos de la cara, el sutil y habilísimo juego de claroscuros, y el atento,
amoroso y preciso cuidado de todos los detalles destinados a aumentar la expresividad de la
figura pintada.
Leonardo de Vinci: Virgen de las Rocas – París, Louvre – En 1482, Leonardo fue llamado a la
corte milanesa de Ludovico el Moro. Uno de los primeros cuadros de este período es la “Virgen
de las Rocas”. En la gruta que sirve de techo a los personajes, desde la que se ve un esbozo de
paisaje rocoso envuelto en una neblina azulada, se filtra una suave luz que acaricia a las figuras
sin necesidad de contrastes violentos. La gradación de las sombras es tan sutil, que los límites
de las cosas y la atmósfera circundante parecen fundirse. Se trata de un prodigio debido al
célebre “sfumato” de Leonardo.
Leonardo de Vinci: Adoración de los Reyes Magos (detalle) – Florencia, Galería de los Oficios –
En marzo de 1482, cuando ya Leonardo había dejado a su maestro, se le encargó un retablo
que representase la adoración de los Reyes Magos. Leonardo esbozó el cuadro, pero no llegó a
terminarlo. A pesar de ello, incompleto como está, constituye una perfecta obra de arte. Es,
además, un interesante documento para estudiar la técnica utilizada por el artista. Como
puede percibirse en este detalle del fondo, la pintura se halla todavía en una fase preparatoria.
Se ven los esbozos de las figuras (a las que Leonardo empezaba por pintar desnudas, para que
su anatomía resultara perfecta), ligeramente sombreadas de gris. Sobre la madera había
extendido un barniz amarillento que servía de “aislante” a los colores.

Leonardo de Vinci: La cabeza de Cristo (detalle del , “Cenáculo”) – Santa María de las Gracias,
Milán –
Cuando Leonardo se comprometió a pintar, en la pared del Refectorio de Santa María de las
Gracias, su “Última Cena”, no recurrió a la técnica del fresco. Ésta exige una ejecución rápida,
contraria al temperamento de Leonardo, que necesitaba largas meditaciones y que “retocaba”
continuamente sus figuras. El pintor utilizó un temple graso de su invención, que no tardó en
deteriorarse a causa de la humedad. Las constantes reflexiones sobre la pintura
proporcionaron a Leonardo importantísimos descubrimientos. En su “Tratado de la Pintura” se
lee, por ejemplo: “la sombra del blanco, vista al sol y al aire, tiende al azul. . .”. Es decir: al aire
libre, las sombras no son estrictamente negras, sino azuladas. He aquí algo que los pintores
impresionistas “descubrirían” tres siglos después.

Leonardo de Vinci; Santo Ana, te Virgen y el Niño París Louvre La ejecución de esta obra que
Leonardo realizó en Florencia ciudad a la que había regresado en 1500, se esperaba con interés
y aumentó enormemente la fama ya muy grande del pintor. El breve Angulo del paisaje, que
muestra al fondo las características montañas azules de Leonardo, se halla dominado por las
figuras de los protagonistas: Santa Ana, que sostiene en las rodillas a la Virgen, mientras ésta
se inclina hacia el Niño, Los rostros tienen, la inconfundible expresión “leonordesco”, dulce y
misteriosa. La disposición de las figuras —una verdadera pirámide humana— era, en aquella
época, revolucionaria.
La Gioconda – París, Louvre – Este retrato es demasiado famoso para que nos sintamos la
necesidad de examinarlo más atentamente. Sin embargo, no podía faltar en esta rapidísima
exposición de las obras maestras de Leeonardo. El rostro de Monna Lisa, tocado de sombras
delicadísimas, que le confieren una expresión llena de dulce misterio, fascinó, antes que a
nadie, a su creador Leonardo. En efecto, no quiso separarse nunca de este cuadro: lo llevó
consigo cuando invitado por Francisco I, fijó su residencia en Francia, y no se apartó de él hasta
su muerte, en 1519.

FECHAS IMPORTANTES

1452 Nace en Vinci, cerca de Florencia, Leonardo di Ser Piero, llamado Leonardo da Vinci.
14Í9 Entra al taller del pintor florentino Andrea del Verrocchio.
1472 Se inscribe en la Academia de San Lucas.
1481 la Adoración de los Magos (inconclusa). Parte de Florencia a Milán, donde se pone al
servicio de Ludovico Sforza, llamado Ludovico el Moro.
1483 La Virgen de las rocas.
1495-1498 La Ultima Cena.
1499 Caída de los Sforza. Leonardo permanece en Mantua y en Venecia. Acompaña a César
Borgia a Umbría. Dibujos topográficos y militares.
1503 En Florencia. Comienza La Gioconda.
1506 En Milán, al servicio del gobernador francés Charles d’Amboise.
1513 En Roma, al servicio de Giuliano de Medici.
1517 Huésped de Francisco I. Leonardo es nombrado “primer pintor, arquitecto y mecánico del
rey”.
1519 Muere cerca de Amboise.

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