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Los Estudios Visuales.

Un
estado de la cuestión *

El discurso de la apropiación, las teorías


IAn na María Guasch postestructuralistas de la muerte del autor y
Profesora de Arte Contemporáneo en de la deconslnlcción. el cuestiona miento de
la Universidad de Barcelona. Como la representación y el discurso de la diferen-
crítico de arte colabora en numerosas cia fueron decisivos para cuestionar algunos
publicaciones, entre ellas las revistas de los valores asociados a la modernidad ,
Lápiz, Materia, ExitBooks, ArcoNews y Pero la desactivación del valor de la autono-
Estudios Visuales. así como en el mía 1 ligado a las me lanarrativas hegelianas y
suplemento cultural del periódico ABe. marxistas y entendido como antídoto a la alie-
Es directora de la colección AkaVArte nación y al fetichismo tiene su origen en el
Contemporáneo de Madrid. En tre sus arraigo de l campo de la de Culturo Visual o
recientes publicaciones destacan: Los de los Estudios Visuale s . un proyecto
manifiestos del arte posmoderno. interdisciplinar y relativista que surge como
Textos de exposiciones 1980-1995 alternativa al carácter "disciplinar" de buena
(Akal, Madrid, 2000), El arte último del parte de las d iscipli nas académicas, entre
siglo XX. Del posminimafismo a lo ellas, la historia del arte.' Y por Culturo Vi-
mufticultural (Alianza. Madrid, 2000) y sual o Estudios Visuales entendemos un cam-
La crítica de arte. Historia, teoría y bio fundamental en el estudio de la historia
praxis (Serbal, Barcelona, 2003). Ha tradicional del arte en el que, tal como apun-
sido Visiting Scholar en el Getty ta Foster aunque desde una perspectiva ne-
Institute de Los Angeles y Visiting galiva,3 el concepto "historia" es sustituido
Fellow en las Universidades por el de "cultura" y el de "arte" por lo "vi-
norteamericanas de Princeton, Yale y sual" jugando a la vez con la "virtualidad"
Columbia (Nueva York). implíci ta en lo visual y con la "materialidad"
propia del término cultura. En este sentido,
tal como también sostiene Foster, la imagen
es para los Estudios Visuales lo que el texto
para el disc urso crítico postestruc luralista.
Además . al igual que en la teoría fílmica y en
los estudios de los media y la publicidad, la
imagen es tratada como proyección, casi como
un doble inmaterial, tanto desde el punto de
vista de l registro psicológico de la imagen
como del registro tecnológico del simulacro.·

Así, ya pesar de las críticas de las que el


proyecto de los Estudios Visuales ha sido
objeto por parte de distintos autores como
Rosalind Krauss' y el ya cilado Hal Foster'
que ven en él el origen de la pérdida de las
habilidades o destrezas (skills) propias del
historiador -connoiseu r- académico, es de do" (la imagen visual) llevan a Mitchell a con-
destacar el auge que el ámbito de lo visual cebir una teoría de la visualidad que aborda
ha experimentado en las últimas décadas, el hecho de la percepción no sólo desde el
auge constatable en la gran cantidad de li- punto de vista fisiológico sino en su dimen-
bros, antologías y ensayos sobre diversos sión cultural. Cada realidad visual -inclu-
aspectos de la visualidad y que responde al yendo los hábitos diarios de percepción vi-
deseo de dar respuesta a distintas cuestio- sual- hay que entenderla como una construc-
nes formuladas desde el campo de la histo- ción visual "( ... ) con un interés igualo mayor
ria del arte, la estética, la teorla cinematográ- para los estudiosos de la cultura como lo fue-
lica, la literatura, la antropología o los me- ron tradicionalmente los archivos de la pro-
dia, cuestiones como: ¿cuáles son las vías ducción verbal y textual". ¿Qué es lo que
con las que proveer una perspectiva analíti- quieren las imágenes?, se pregunta Mitchell,
ca y crítica de la cultura visual? O, ¿cómo para responder:
acotar, poner límites conceptuales a un cam-
po tan expansivo como éste? Lo que las imágenes quieren es no ser inter-
Haciendo historia del problema, uno de pretadas, decodificadas. desmitifica- das. ve-
los primeros teóricos inleresados en el cam- neradas ni tampoco embelesar a sus observa-
po de los Esludios Vis uales es el profesor de dores. Posiblemente no siempre quieren ser
la Universidad de Chicago y editor de la re- merecedoras de valor por "interpretadores" que
vista Critical Inquiry W.¡.T. Mitchell que en piensan que toda imagen debe ser portadora
el artículo "Interdisciplinarity and Visual de rnsgos humanos. Las imágenes pueden pro-
Culture"7 consideró la cultura visual como yectarnos a aspectos inhumanos o no huma-
un campo "interdisciplinar", un lugar de con- nos (... ) Lo que en último término quieren las
vergencia y conversación por medio de dis- imágenes es ser preguntadas por lo que quie-
tinlas líneas disciplinarias. También el pro- ren, con el sobree ntendido do que incluso
pio Mitchell en Piclure Theor¡' había formu- puedo no haber respues la.lI
lado un concepto que creemos fundamental
para el desarrollo de los estudios visuales. La visión -<:onc!uye Mitchell- es tan im-
Tras proceder a cuestionar el "giro lingüísti- portante como el lenguaje, como mediador
ca", tal como había sido expuesto por Richard de las relaciones sociales y por lo tanto no se
Rorty' e incluso al "giro semiótico" propues- puede reducir a lenguaje, a signo o a discur-
to por Norman Bryson y Mieke Bapo por ver so. Las imágenes aspiran a los mismos dere-
en estos modelos de "textualidad" una Jingua chos que el lenguaje. y renuncian a ser si-
franca que reducía el estudio del arte y tam- tuadas al mismo nivel que una "historia de
bién de las formas culLurales y sociales a una las imágenes" o elevadas a una 'thistoria del
cuestión de "discurso " y de It lenguaje", arte", Por el contrario, quieren ser vistas como
Mitchell apostó por su particular giro: el de complejos individuales que recorren y atra-
la imagen (!he piclorial lUro), un giro que le viesan múltiples identidades.
llevó a proponer una transformación de la Este desplazamiento de la visualidad ha-
historia del arte dentro de la "historia de las cia lo cultural propuesta por Mitchell, que se
imágenes", poniendo énfasis en el aspecto repetirá en su introducción a la antología
social de lo visual, así como en los procesos Landscope and Power,ll tendrá continuación
cotidianos de mirar a los otros y ser mirados en un segundo grupo de estrategias o de tra-
por ellos. En lúngún caso este giro de la ima- diciones intelectuales que aportarán nuevos
gen significaría, a juicio de Mitchell, un re- métodos para entender y explicar la Cullura
torno a las cuestiones naives de parecido o Visual. Entre éstas destacarlamos las lideradas
mímesis ni a las teorías de la representación: por Chris ¡enks y su defensa de una "sociolo-
se trata más bien de un descubrimiento gía de la cultura visuar'.14 La idea de la visión
posliguístico y possemióLico de la imagen como una práctica social. como algo construi-
(picture). una compleja interacción entre la do socialmente o localizado culturalmente, a
visualidad, las instituciones, el discurso, el la vez que libera las prácticas del ver de todo
cuerpo y la liguralidad y, sobre todo, es el acto mimético, las eleva gracias a la interpreta-
convencimiento de que la mirada, las prácti- ción. Lejos queda un sociologismo centrado
cas de observación y el placer visual, unidas en lo positivista y empírico y atrás quedan
a la figura del espectador pueden ser alterna- también ViSiones de un estricto
tivas a las formas tradicionales de lectura jun- perceplualismo. Y es en este sentido que ¡enks
to a los procesos de desciframiento, se sitúa del lado de Bryson, cuando afirma
decodificación o interpretación. 11 que en relación a la historia del arte es crucial
Estas nuevas relaciones entre un "sujeto que la visión se asocie más con la interpreta-
que mira" (el espectador) y un "objeto mira- ción que con la mera percepción. En efecto,

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Los EstudÚJs Visuales. Un estado de la westión

en "Semiolic and Art History",I' Bryson, jun- los estudios culturales y de los media, como
to con Mieke Bal, se vale de la semiótica como es el de Nicholas Mirzoeff y de Jessica Evans
una herramienta crítica para hacer de la histo- y Sluart Hall, éste último una de las principa-
ria del arte una práctica significante y proce- les figuras del desarrollo de los Estudios Cul-
der a su expansión, en una línea que unos turoles en Gran Bretaña y uno de los funda-
años después se afianzaría en el texto Visual dores del Birmingham Centre for
Culture. Images and Interpretations." En éste, Coutemporary Cultural Stu,lies. Los tres han
Norman Bryson, Michael AfUl Holly y Keilh publicado respectivos readers de Culturo Vi-
Moxey, en su defensa de una "historia de las sual" en los que la reivindicación de la
imágenes" en lugar de una historia del arte, visualidad se entiende como una disciplina
proponen un doble objetivo. Por un lado, pri- táctica que busca dar respuesta al rol de la
mar el "significado cultural" de la obra más imagen como portadora de significados en un
allá de su "valor artistico" [lo cual supone rei- marco dominado por los discursos horizon-
vindicar trabajos que tradicionalmente babían tales, las perspectivas globales, la democrati-
sido excluidos del canon de las "grandes obras zación de la cultura, la fascinación por la tec-
de arte", como las imágenes fílmicas o las nología y la ruptura de los límiles alto-bajo
televisivas) y, segundo, explicar las "obras ca- más allá de lada jerarquizada memoria visual.
nónicas" según diferentes vías a sus inheren- La Cultura Visual se entiende eu ambos casos
tes valores estéticos, aunque sin eliminarlos. (con las matizaciones que comentaremos) como
Lo importante ya no es buscar el valor esléli- un cajón de sastre en el que las cuestiones de
ca del "arte elevado", sino examinar el papel género, de raza, de identidad, de sexualidad e
de la imagen "en la vida de la cultura" o, rucho incluso de pornografía o ideología conviven
en otras palabras. considerar que el valor de con cuestiones más específicas de visualidad.
una obra no procede -() no sólo procede- de En este sentido, mientras Evans y Hall ponen
sus características intrínsecas e inmanentes el acento en las metáforas visuales y las termi-
sino de la apreciación de su significado [y aquí nologías del "mirar" y del "ver", las que deri-
es tan importante una imagen televisiva como van de la sociedad del espectáculo y el simu-
una obra de arte en mayúsculas), tanto dentro lacro, de las políticas de la representación, de
del horizonte cu ltural de su producción como la mirada masculina, del fetichismo y del
en el de su recepción. Este paso de la historia voyerismo, con un espedal hincapié en las
del arte a la historia de las imágenes siguien- reflexiones sobre la visualidad de BarLhes,
do desarrollos teóricos y metodológicos com- Benjamín, Lacan o Foucault, la propuesta de
partidos por otTas disciplinas como la litera- Mirzoeff se sitúa más cerca de los Estudios Cul-
tura hace referencia a un tipo de conocim.ien- lurales que de los Visuales. Así, y aun citando
to comprometido por las actitudes y valores a Mitchell y su "giro de la imagen" [del "mun-
implicadas en la producción de las imágenes. do como texto al mundo como imagen"), la
Este mismo énfasis en la "interpretación" in- reivindicación de lo visual por parte de
voca otra noción especialmente revelan te: la M.irzoeff se desplaza hacia el campo más a111-
noción semiótica de la representación. por la plio de los estudios culturales que incluyen
que de cada imagen lo que cuenta no es el desde la teoria queer, la pornografía, los estu-
concepto de parecido o de mÍmesis sino el dios afro-americanos, los estudios gay y
entramado del discurso semiótico por el que lésbicos hasta los estudios coloniales y
cada obra contribuye a eslnlcturar el entorno poscoloniales. y es desde el punto de vista
cultural y social en el cual está localizada, en de esta trans o posdisciplinareidad,
una opción que se quiere alejada de una tra- cuestionadora de la indiferencia de la retórica
dicional historia social de connotaciones marxista hacia la cultura visual, que la reivin-
marxistas. dicación de la visualidad por parte de Mirweff
debe ser considerada más una táctica frulo de
Esta versión "académicamente reivindicati- una amplia libertad epistémica que una herra-
va" de los /:.studios Visuales protagonizada por mienta metodológica. Una táclica más cercana
"historiadores del arte" ansiosos de renovar la de un relativismo antropológico cuya
vieja disciplina desde fórmulas de reescritura de las estrategias de la moderni-
interrusciplinareidad," más allá de las alter- dad pasaría inevitablemente por este "pensar
nativas hermeneúticas de análisis eslilístico, en lo visual".20
iconografía e historia social,11 cuenta con otra Es esta palimséslica multi-naturaleza del
estrategia más en la linea de lo políticamente arte que opera dentro y a través de culturas lo
correcto y de las "guerras culturales" que ani- que ha llevado a otro de los estudiosos del
maron el ámbito cultural anglosajón en los tema, Malcolm Barnard, a considerar dentro
años ' 90, cuyos defensores proceden del cam- del campo de la cultura visual dos sentidos:
po de la crítica cultural, de la sociología, de uno ruerte y olro débil. Usado en su sentido

'1 A¡rte
nveSl.lgaclon
I
~ .. R,,~útn Ci(1f1tffiru rir {::¡ faC'lIl:ad de S"lItu Arw
m
Anna Maria Guasch

fuerte -sostiene Barnard- pone éruasis en el mas privados de lo cotid iano.U


aspecto "cultural" de la frase y hace referencia
a los valores, identidades y cuestiones de cla- 2) Junto a esta aproximación deconstructiva
se construidas en el ámbito de la cultura vi- del dilema arte elevado/arte bajo, el proyecto
sual, mientras que el sentido débil pone énfa- de Es/udios Visuales supone a su vez un desa-
sis en el componente "visual de la frase",21 Pero fío a las tradicionales compartimentaciones y
incluso en su versión "débW, la cultura vi- especialidades dentro de la historia del arte.
sual es una concepción inclusiva, que hace Analizado desde este punto de vista, la mi-
posible la incorporación de todas las formas sión de los departamentos de Historia del Arte
de arte y diseño, o fenómenos visuales rela- no consistiría en formar a los mejores
cionados con el cuerpo tradicionalmente ig- medievalistas, los más destacados especialis-
norados por los historiadores del arte y del tas en el arte del Renacimiento o en arte con-
diseño. Según Barnard, este sentido débil in- temporáneo, o incorporar nuevas disciplinas
cluiría loda la ampUa variedad de cosas visi- como la teona fílmica, o la fotografía, por sólo
bles (de dos y tTes dimensiones) que el ser poner unos ejemplos. La interdisciplinareidad
humano produce y consume como parle de la que conllevan los estudios visuales no sólo
dimensión social y cultural de sus vidas. Y responde a la necesidad de expandir los li-
aquí entrarían el campo de las bellas artes o ntitados conceptos de "historial! y de "arte" más
arles canónicas (pintura, escuILura, dibujo), allá de sus específicas fronteras sino de estu-
del diseño, del film , de la fotografía, de la diar lo visual bajo la óptica de una general
publicidad, del video, televisión o Internet. metodología. y aquí es importante constatar
En realidad. no creemos que lo más rele- el cueslionamienlo que un proyecto como el
vante del proyecto d e los Es /udios Visuales de los Es/udios Visuales supone respecto de
sea la indiscriminada ampliación de los obje- las tradicionales metodologías aplicadas a la
tos de es ludio,22 sino algunas de las cuestio· historia del arte. incluyendo, aparte del for·
nes que pasamos a resumir brevemente: malismo (asociado a la anticuada "historia de
1) El extender la historia del arte a la histo- los estilos"), la iconología, la sociología e in-
ria de las imágenes no sólo supone una de· cluso a la semiótica, aunque ésta puede con·
mocratización de la imagen, "liberada" de su siderarse la disciplina que mejor encaja con
densidad histórica y enmarcada en una pers· los estudios culturales. El estudio de la
pecliva horizontal, sino que, si bien no elinti· visualidad, de la visión y de los media ha de
na, sí propicia el debate arte elevado/arte bajo, entenderse de la manera más inclusiva posi-
más allá de las diferencias establecidas por ble, casi como un "colapso", convergencia o
Adorno en torno a estos concep tos. La defen· solapanliento entre distintos medios, los tra·
sa por parte de Adorno del "arte elevado" y su dicionales junto a los nuevos, como lo s
crítica contra "la industria cultural"ZJ que le digitales, un colapso a modo de táctica con la
llevó a ver en la cultura popular una nueva que estudiar la genealogía, definición y fun·
forma de mercancía y a formular su "teoría de ciones de la vida cotidiana "pos moderna" do-
la negación" aplicada al arte elevado y al arte minada por la globalización de la visión: IIEsta
de vanguardia es uno de los caballos de ba/a- disconexa y fragmentaria cultura que califica-
110 para aquellos que, como Frederic Jameson, mos de posmoderna -sostiene Mirzoeff- se
defienden la expansión de la esfera de la cul· imagina y se entiende mejor "visualmente '.
tura como uno de las conquistas de la de la misma manera que el siglo XIX quedó
posmodemidad: adecuadamente representado en el periódico
y en la novela".z5
Lo que caracteriza la posmooernidad en el aroa Algunos programas universitarios -como
cultural -afirma Jamoson- es la supresión de el The Visual and Cultural Studies Prograrn
cualquier cosa fuera do In culturn comercial. la de Rochester , el Visual Studies de la Univer-
absorción do cualquier forma do arto elevado y sidad de California, Irvine, una colaboración
arte bnjo, junto con el proceso de producción entre los departamentos de Historia del Arte
de la imagen. La verdadera esfera de la cultura y de Film y Media o el Centre for Visual
se expand o y se hace colindante con la sociedad Studies de la Universidad de Oxford- así lo
del mercado on una vía en la que lo cultura l ya han entendido; partiendo hasta cierto plmto
no está limitado por sus formas tradicionales o de la base de que ya que es imposible formar
experimontales, sino que apareco consumido a "especialistas" de todas las materias vincula·
través de la vida cotidiana. en el flclo de com- das a los Esludios Visuales, lo más importante
prar. en las actividades profesionales y en diver- es crear el marco de referencia teórico, en el
sas y a menudo lelcvisunles formas de pasa- cual tengan cabida las "culturas de lo visual":
tiempo, en la producción para el mercado y en la retórica de la imagen, el panopticismo, las
el consumo de estos productos en los ámbitos relaciones entre ¡nirada y subjetividad, el feti-

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Los Eshldios Visuales. Un estado de la Ctlestión

chismo, así como un estudio cullural de la Princelon University Press, 1m, habla concluidosu histona de
la filosofía con 10que~lllamóel·glro hngülstico· quesuponia cl
mirada (gazr).
triunfo de los "modelos de textualidad" por encima de tooo com-
y es en este sentido que nos gustaría recu- ponente visual.
perar a la vez el doble sentido estratégico de 10 Nonnan Bryson y Mieke Bal,en ,,1 artírulo"Scmioticsand ArI
los estudios visuales: como disciplina acadé- J-lislory",Art Bulld;lI, 73,2,junio 1991, pp. 174-2C8, dcfiende el
mica renovadora del campo de la historia del "giro semiótico" como el que puede garantizar una -teoría
transdisciplinaria" y evitar la leOO('I\("i.1 a privilcgiarellenguaje
arle. usando leorfas procedenles de distinlos en los aspeclosde la rultura visual.
campos de las humanidades y enfatizando el 11 En este.senlido, las teoriasde MitchelJ sccomplementan con
proceso de "ver" a través de disUntas épocas y las de ]onathan Crary en el le",to 1i.-chmljl/es af Ilie Observer
períodos, y C0l110 estrategia táctico-política con (Cambridge, Mass., MIT Press, 1990) en el que estudia la trans-
formación histórica del conceplo de visión partiendo del su-
un mayor impaclo en el ámbilo de la política
pues!odeqlle nuestra experiencia ctlllural delmundoestá his-
cultural. y dando por sentido en ambos casos tóricamentedelerminada por las teorías de la visión.
el papel cltlvc de lo IIvisual" y de las condicio- 12 WJ.I MltchelJ, "What D:l PicturesReallyWant!',Ckto/\'T, n,
nes del receptor en la constnlCción de cues- verano 1996, p.81
liones sociales. Como afirma Mirzoeff: "( ... ) 13 WJ .1: Mltchell,LamL<:roIlt:lIIld fb¡nrChicago y Londres, lhe
para la cultura visual. el objelo de esludio siem· UnivelSity of Chicago Prcss, 2002. Hemos consultado la segun·
da edición (1.1 pnmera esde 1~) yell concrelo,el prefacio litu-
pre busca la intersección entre visibilidad y ladO"Sp.1CC, P!.lCt.',and L.andscape" ene! qllcUlsisteen UI"!.lrues--
poder social", O C0l110 sostiene también Moxey: li6n de podcr cultural como dave en la significación del "paisa-
"( ... ) los est udi os visuales están interesados je", entendido el paisaje no camoun lug.lr para "ser visto" sino
en su diálogo negoci<ldo entre esP,100 y 11Ig.1r.
en cómo las imágenes son prácticas culturales
14 Chris Je!lk.s (ed.), Vis ual Cr/I/llr.:, Londres y Nueva Yo rk,
cuya importancia delata los valores de quie-
RouUedb'C,I99S.
nes las crearon, manipularon y consumie-
lS Norman Bryson y Mieke B.11. "Semiotics and Art Ilistory',
ron".26 P:!1 Art Bul/di", vol. 73, n. 2, junio 1991, pp. 174-208.
16Norman Bryson, Michael Ann ¡loUy y Kclth Moxey, \'i.QUll
Cu/lllrl? fmas;,s Il"d fllterpre/alioll_', Il.1nnovef y Londres,
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Vi.mal~o¡;_ f/ISIlyt', /~'Oríu ym'/ica ¡J.. lanlll.lm Vl5111l1 y'" urf(amkm- 17 El mis reciente de los trabajos publicados al respecto está
1-U"i7l<'O, N91. Noviembre 2003, pp.8-16. coeditado por MichaelAnn HoUy y Kcith Moxey,Arl History,
1 Como sostiene ¡lall'.Jster,aunquelaautonomlacs una mala .A.'sllteti~, VisUIII S/l/dies. Se lrata de una antologia de ensayos
palabra,se hende a olvIdar que su USOl'S políticamente situado: publicados con motivo de una conferencia llevada a cabo en el
"Autonomla lOS una mala palabra, como también lo es Oark Inslitute en la que se intentó responder a cuestiones romo:
C5(-'fIO.lll!>fl"lO, f-"'«O no sit:>mpre es una mala e::.triltcsia- UamémosJa ü:-nqu~l1ledida puede la rustO",1 del arteenriqucccrsus propios
"autonomía estratégica". Hal Foster, "The Archive Without temas y Justificar sus protocolos disoplin.1rios al n.'CUrrir al tipo
!vIu¡;cums",O:/t.II\T, n, veraJlt' 151.l6, pp. l1B-I 19. Ibrel conlrano, decul'Stioncs que animanlosestud l~ Visuales? ¿El campo de
Keith !vIoxcy sostlt'ne: "Yo argumentarfa que las oposiciones loesludiosv\SUalesse ha expandido ha.sta el puntode la inrohe-
blllaria:> aulonomí.Vsomell miento y arle/Visual son, de hecho, renda? mxlemos todavía defirur los parámelrOSde loque pro-
1001propladas (... ) El enfoque de la producCl6n artistica dentro pmmenledcbcrian constituir losobjelosde la historia del arte?
del con textodc 1,1cultura visual nos permite observar tanto la 18 K. Moxey, "Nostalgla de [o real. Ll problemáticil situación de
cspecifiddad SOCIal como la maleabllidad ,listórica de las ;:afirma- la historiadd arte con los estudios visuale:;",ol,.cil., p. 199.
CIones de valor cslt-tico". Keith Moxey, "Nost,llgia de lo real. La 19Véanseal n.."SJX"IO las antologías de Nicholas Mir/.oclf, Visual
rroblemática relación de la historia del arteron los estudios vi- Culture Reader, Londres)' Nueva York, ROUllcdge, 1998( oo.
suales", ('n r.'oríll, Imíe/icll y l\trsrlll,;iórr, B.1rcelona, FdKionesdel cas\.: U/III illlrodllccióll ti In Cl/lluml1i..<rllll, Barcelona, Paidós, 2CXI3)
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51ill..ilind Krau."",''WeICOlllelolheCultural Re\-'olution",O:toh-r. elUllller¡¡dón de 11X10 lo quesupuest.--¡rncnte podría enlrar eoc!
77,I99t:l. "nuevo canon" de la CulJr/U1 Vi5rml. Como ejemplos: fotogra-
6A Rosalind Krauss y ¡lal Foster se debe la miciativa del cues- Has, anuncios publicit;:al"Íos, gráficos por ordenador, moda,
tionarill:,obrc 1.\ Cultura Ve,ual pul.>liwJ~len li! rcvi$tn October graffili, diseño de jardines, perfonnances rack/pop, tatuajes,
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CUriOSOS . James Elkms, VLSrml Stullres: A SIccI,/ica/I/lIm.JIIt:ti(JII,
de las respuestas favorables de destacados autOre!i directaflK'n-
te relaCionados con el estudio de lovisual, se llegó a la condu- en wwwjalllcscll,ms.com.
sión d ... que el hecho de pnortl.ill" las "imágenes" Sll\ valor eslétiro 23lcodor Adorno, "Culture Indu ~t r y Re<:onsidered",en TI!.>
por COdlllol de las oorasdc arte contribuia a un nu('Yo estadiode CI/I/ure /mfuslry: Sd.:ckrl f."-"-fl'jSOll Ala..;,s ÜIItIlTl?, (lay I3crnslein,
capItalismo gl00.1I. La obra de arte asegurarla en este sen tido un oo.), Londres, Routledgc, 2001, pp. 98-93
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