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El Antiguo Testamento es confiablemente la Palabra de Dios.

Ensayo

Jannette C. Negrón Concepción


El Antiguo Testamento es confiablemente la Palabra de Dios. Uno de los datos más
importantes para validar la confiabilidad del Antiguo Testamento es que, de todas las religiones
del mundo, la judeo-cristiana ofrece una epistemología lógicamente defendible. A lo largo de
cuatro mil años de investigación, La Biblia, por consiguiente, el Viejo Testamento, sigue
demostrando su veracidad y su confiabilidad, a diferencia de otros libros sagrados. Diversas
disciplinas del quehacer humano como son la filosofía, las humanidades, la ciencia, la
arqueología y la historia; en unos casos han aportado diversas evidencias de la autenticidad
histórica y narrativa de la Biblia y en otros, por mucho que lo hayan intentado, no han tenido
éxito refutando este hecho.
Siendo el Antiguo Testamento parte de La Biblia, su confiabilidad es importante porque es
reconocida, avalada y aceptada como la Palabra Verdadera de Dios. Son muchos los que, a lo
largo de los siglos, han visto en ella el plan de Dios para la humanidad y siguen sus mandatos,
sus reglas y leyes como norma para la vida. Este tema es relevante para este momento porque se
siguen levantado detractores y críticos que han sido eco de fuertes señalamientos en contra de
ella. Las redes sociales, como método para compartir noticias, datos, críticas y otros de manera
rápida a lo largo del mundo, con solo presionar una tecla; se usa como herramienta para
cuestionar la veracidad y confiabilidad de la Biblia. Como miembros de la Iglesia de Cristo es
imprescindible entender que debemos de estar atentos a los tiempos y sus cambios, a seguir
estudiando, analizando, traduciendo e interpretando la Palabra de Dios para seguir compartiendo
la verdad del Evangelio y trayendo almas al arrepentimiento y al conocimiento pleno de Cristo.
Es imposible debatir la verdad si no la conocemos a profundidad. En nuestro siglo ha aumentado
significativamente el número de ateos, agnósticos y escépticos a la verdad del Evangelio y el
Antiguo Testamento parece estar más en su mira. Estos suelen estar informados y preparados
para atacar, criticar y menospreciar el Antiguo Testamento, no obstante, resta de nosotros estar
igual o mejor preparados para contrarrestar sus argumentos con evidencias históricas,
arqueológicas, científicas, de integridad del texto, entre otras.
De los muchos argumentos de los que podemos plasmar en este pequeño escrito hay tres
que me parecen de suma importancia. El primer argumento es que cientos de profecías se han
cumplido mucho tiempo después de que el escritor falleciera. Cristo, en su primera venida, a
través de él, cumplió con muchas de ellas. El segundo argumento es que muchos
descubrimientos arqueológicos en los últimos cien años han mostrado la exactitud histórica de la
Biblia. En tercer lugar, muchos de los principios de la ciencia moderna fueron registrados en la
Biblia como acontecimientos naturales, siglos antes de que los científicos los confirmaran
experimentalmente.
Ampliemos el primer argumento: cientos de profecías bíblicas han sido cumplidas de
manera específica, detallada y meticulosamente, en la mayoría de los casos, mucho tiempo
después que el escritor de la profecía ha dejado de existir. Tomemos como ejemplo las profecías
sobre Jesús:
a. Isaías profetizo que un niño nacería. Isaías 9:6 "Porque un niño nos ha nacido, hijo
nos ha sido dado, y el principado, sobre su hombro. Se llamará su nombre
Admirable consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz."
b. Que el niño nacería de una virgen. Isaías 7:14 "Por tanto, el Señor mismo os dará
señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel."
c. Moisés profetiza que sería el primogénito. Éxodo 13:2 "Conságrame todo primogénito.
Todo lo que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de
los animales, mío es."
d. Que sería de la tribu de Judá. Génesis 49: 8-10 "Judá, te alabarán tus hermanos; tu
mano estará sobre el cuello de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti.
Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león,
como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro de Judá ni el bastón
de mando de entre sus pies, hasta que llegue Siloh; a él se congregarán los pueblos."
e. Miqueas profetizo que nacería en la ciudad de Belén. Miqueas 5:2 "Pero tú, Belén
Efrata, tan pequeña entre las familias de Judá, de ti ha de salir el que será Señor en
Israel."
Mas de 400 años después estas profecías se cumplieron. (Lucas 2:11-12, Lucas 1:27, Lucas
2:7, Mateo 1:2, Hebreos 7:14, Mateo 2:1). Ningún libro de profecías y ningún otro libro
sagrado puede manifestar una clara evidencia profética, solo la Biblia.
Ampliemos el segundo argumento: muchos descubrimientos arqueológicos en los
últimos cien años han mostrado la exactitud histórica de la Biblia. Cuando se ha pretendido
comprobar que la historicidad del texto bíblico es inexacta y no cuenta con pruebas
irrefutables, los hallazgos arqueológicos, a partir del siglo XIX, han aportado infinidad de
pruebas que han validado la certeza histórica de la Biblia. Otra aportación importante que ha
abonado la arqueología con las excavaciones recientes es demostrar que muchas de las
ciudades nombradas en la Biblia existieron y relatos mencionados en el Antiguo Testamento
son verdad. En su libro Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testamento, Gleason
L. Archer (1987) nos dice: “Un autor más reciente, John Elder, afirma: “No resulta mucho
decir que el surgimiento de la ciencia arqueológica fue lo que rompió el desacuerdo
insuperable entre los historiadores y los cristianos ortodoxos. Poco a poco, cuidad tras
ciudad, civilización tras civilización, cultura tras cultura, que no pasaban de ser reliquias
bíblicas, ocuparon el sitio que les correspondía en la historia antigua, por obra y gracia de
los arqueólogos…Se han desenterrado relatos contemporáneos de sucesos bíblicos por
contraste y comparación con religiones de antiguos pueblos recientemente descubiertas. En
ningún caso los descubrimientos arqueológicos han logrado refutar a la Biblia en cuanto a
hechos históricos.”” (págs. 183-184) Veamos algunos ejemplos:
a. Schaeffer en 1929, encontró las tabillas de arcilla de Ugarit o Ras Samrah. Estas se
remontan hacia el año 1400 a.C. Su escritura es cuneiforme, consta de treinta letras,
expresadas en un lenguaje emparentado con el hebreo. Estas nos hablan de la vida de
los cananeos en los días de la conquista israelita, relata su forma de adorar a muchos
dioses (politeísmo), incluyendo la celebración de sacrificios. Ofrece muchos paralelos
o dichos proféticos y características expresiones halladas en porciones poéticas del
Pentateuco y en los Salmos. Hablan de la morada de Baal, casi igual como aparece en
Éxodo 15:17.
b. Leonard Woolley excavó totalmente la ciudad de Ur, en el sur de Sumer (1922-1934).
Las evidencias recolectadas mostraron que esta ciudad floreció convirtiéndose en una
ciudad muy avanzada, alrededor del 2000 a.C., coincidiendo con el periodo que vivió
Abram, según el relato bíblico.
c. El Código Babilónico de Hammurabi, descubierto por Morgan y Scheil en Susa, en el
año 1901, muestra muchas similitudes con relatos del Éxodo, Levítico y Números,
referente a castigos por delitos y la indemnización por agravios y rompimientos de
contratos. Este hecho es importante porque muestra que antes del siglo V a.C., el
pueblo hebreo ya había formulado e implementado su código legal, contario a los que
creían que era imposible elaborar leyes de este tipo tan temprano en la historia.
Ampliemos el tercer argumento: muchos de los principios de la ciencia moderna fueron
registrados en la Biblia como acontecimientos naturales, siglos antes de que los científicos los
confirmaran experimentalmente. La Biblia no contradice los hechos científicos. Robert Jastrow,
director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA dijo: “El científico ha
escalado las montañas de la ignorancia; está a punto de llegar a la cima más alta; y cuando sube a
la última roca es recibido por una banda de teólogos que han estado sentados allí durante siglos”.
Veamos algunos ejemplos:
a. La tierra suspendida sobre nada. Job 26:7 dice que Dios “Cuelga la tierra sobre
nada”. Job ya sabía que la Tierra no estaba suspendida por algo que fuese material, sino
sobre un vacío, tal como los satélites. Un reciente estudio de la Universidad de
Wisconsin-Madison (Estados Unidos) confirma que la Vía Láctea está situada en un
enorme vacío galáctico dentro del universo. Destaca Benjamin Hoscheit, de la
Universidad de Wisconsin-Madison, durante la rueda de prensa en la que presentaron los
resultados de su investigación: "El vacío que contiene la Vía Láctea es al menos siete
veces más grande que el vacío más grande conocido por la ciencia hasta hoy".
b. El hombre está formado del polvo. En la Biblia encontramos que el hombre fue
formado del polvo de la tierra (Génesis 2: 7) y de arcilla (Job 33: 6). Este dato fue usado
por mucho tiempo por los académicos y los ateos para señalar que el relato de la creación
del hombre a manos de Dios era una fábula, afirmando que el hombre es producto de la
evolución. En el 1982, los científicos descubrieron que entre los ingredientes necesarios
para hacer un ser humano se puede encontrar la arcilla. Según el Reader’s Digest, “el
escenario descrito por la Biblia, en cuanto a la creación de vida, no está lejos del
objetivo”. En el polvo de la tierra encontramos sodio (Na+), potasio (K +), cloruro (Cl-),
calcio (Ca2 +), magnesio (Mg2+), bicarbonato (HCO3-), fosfato (PO42-), sulfato
(SO42-) y hierro (Fe). En el cuerpo humano encontramos los mismos elementos: sodio
(Na+), potasio (K +), cloruro (Cl-), calcio (Ca2 +), magnesio (Mg2+), bicarbonato
(HCO3-), fosfato (PO42-), sulfato (SO42-) y hierro (Fe). Cabe señalar que los elementos
en el polvo de la tierra y en el cuerpo humano tienen las mismas propiedades atómicas.
c. Descendientes de una sola mujer. La Biblia también indica que toda la humanidad
desciende de una sola mujer (Eva). En 1986, los investigadores de la Universidad de
California concluyeron que todos los humanos eran descendientes de una única mujer. Se
basaron en el análisis de ADN extraído de las mitocondrias, que se transmite solo por el
linaje femenino. Compararon el ADN mitocondrial de mujeres de varios grupos étnicos,
encontrando que todos son iguales, “lo que significa que todos tienen el mismo
antepasado”, lo que llamaron “Eva Mitocondrial”. La Biblia ya lo había establecido en el
1450 a.C.

Existen muchos argumentos en contra de su confiabilidad del Antiguo Testamento. Tres de


esos argumentos y que considero son los más difíciles para debatir son: Los treinta y nueve libros
del Antiguo Testamento no están inspirados por Dios; el Antiguo Testamento se contradice,
carece de unidad y consistencia; y el Dios del Antiguo Testamento es cruel, sanguinario y con
una marcada preferencia por un pueblo en particular.

Mostrar que el Antiguo Testamento, está inspirado por Dios, es un reto constante que
enfrenta el seguidor de Cristo y otras comunidades de fe como la judía. Cabe destacar que lo
primero que necesitamos es reconocer que la Biblia contiene la revelación de Dios para los
hombres y estar dispuestos a recibir esa revelación para encontrar las respuestas a las grandes
interrogantes que todos nos hacemos. Esta búsqueda debe ser consciente, constante, honesta y
cimentada en la fe. La escritura sostiene su inspiración. Veamos algunos textos:

a. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir,
para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16
b. Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de
Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 Pedro 1:21

El texto bíblico muestra una perfecta unidad y consistencia, por lo tanto, no se contradice.
La estructura del texto bíblico es extraordinaria; es una colección de 66 libros, escritos por más
de 40 diferentes autores, en un período de 2,000 años, y a su vez, es un solo libro, con perfecta
unidad y consistencia. Todos los libros de la Biblia ofrecen su único propósito y características
únicas; sin embargo, una vez ensamblados, cada uno cae perfectamente en su lugar y secuencia.
Aquellos que se dedican al estudio detallado, sistemático y profundo de la Biblia son capaces de
notar “una extraordinaria estructura y patrones matemáticos ensamblados a través de su tejido,
con una complejidad y simetría incapaz de deshacerse por casualidad o colusión”. El tema
central de la Biblia es el hilo conector principal de todos los libros, desde el Genesis hasta el
Apocalipsis: la redención de todas las cosas y el plan de salvación para toda la humanidad a
través de su Hijo Jesús. Es fascinante saber que las diferentes copias o versiones de los
manuscritos hebreos más antiguos no afectan en absoluto los principios doctrinales. Generación
tras generación con la transmisión verbal y posteriormente con la escritura y traducción, el texto
bíblico no ha sufrido cambios, a diferencia de otros textos sagrados como el Corán, que a lo
largo de los años han sufrido infinidad de cambios hasta perderse el texto original. En el caso del
Antiguo Testamento se puede deducir que todos los libros del Antiguo Testamento muestran una
conexión natural y orgánica que muestra una notable unidad en propósito y programa y se
mantiene sin variantes a lo largo de los siglos, dando por hecho que solo una mente maestra lo
pudo inspirar.

El argumento que más he escuchado es que el Dios del Antiguo Testamento es cruel,
sanguinario y con una marcada preferencia por un pueblo en particular. Este argumento es el que
se me hace más difícil refutar. Reconozco que es un tema que debo seguir estudiando y
investigando. Un hecho importante que debemos señalar es que en los casos de Sodoma y
Gomorra y del pueblo cananeo en los años de la conquista, fue necesario que fueran destruidos
porque el pecado de estos pueblos había “llegado al colmo”. En su libro Reseña crítica de una
introducción al Antiguo Testamento, Gleason L. Archer (1987) sobre el caso cananeo nos dice:
La subsiguiente historia de Israel sirve para demostrar señaladamente el grave peligro que corría
Israel mientras se permitiera a los cananeos vivir entre ellos. Dados, como lo eran, a las más
degeneradas formas de politeísmo e impureza sexual, estos depravados habitantes del territorio
hubieran ejercido sin duda alguna una nefasta influencia y esparcido un mortífero contagio entre
el pueblo del pacto de Dios.” (pág. 302) “En vista de la corruptora influencia de la religión
cananea, especialmente en lo relativo a la prostitución religiosa… y al sacrificio de niños, era
imposible que pudiera mantenerse en Israel la pureza de la fe y del culto, a menos que hubiera la
completa destrucción de los cananeos, por lo menos en las regiones que habrían de ocupar los
hebreos.” (pág. 303) Desde el principio Dios había considerado a todas las naciones en su plan
de redención, por tanto, el argumento de que tiene preferencia por un pueblo en particular no
puede mantenerse. Veamos algunos versículos:

a. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi
voz. Génesis 22:18

b. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia
de separación. Efesios 2:14

Las profecías que se han cumplido a lo largo de los siglos, la arqueología y la ciencia dan
prueba irrefutable de la confiabilidad del Antiguo Testamento. En su libro Arqueología bíblica,
la exactitud de la Biblia, Marcos L. Howard (2010), nos invita a confiar en la veracidad del
Antiguo Testamento y de toda la Palabra de Dios porque “hay muchas evidencias descubiertas
por los arqueólogos que confirman su veracidad” y es “científicamente intachable”. Podríamos
abundar añadiendo a estas páginas muchas otras pruebas de profecías que se han cumplido y
muchas más evidencias arqueológicas, científicas e históricas; pero la mayor prueba de la
confiabilidad del Antiguo Testamento está en que nos muestra la realidad de Dios. Para todo lo
creado hay una causa y efecto, la creación da evidencia de un orden y un universo complejo y
funcionando de manera exacta. La causa de todo lo creado, del orden, de la complejidad y de su
funcionamiento exacto; solo puede comprenderse porque hay un Dios poderoso, grande y sabio
que lo creó todo desde el principio del tiempo. Otro dato que afirma la veracidad del Antiguo
Testamento está en el testimonio de millones de personas a lo largo de la historia, que se dieron
la oportunidad de conocer y relacionarse con Dios y como su Palabra ha transformado sus vidas.
Demos gracias, gloria y honra a nuestro Dios por haber inspirado a docenas de hombres para
escribir el Antiguo Testamento, para que su plan para con el hombre haya llegado hasta nuestras
manos para transformar nuestras vidas. Sin lugar a duda podemos concluir, que el Antiguo
Testamento está inspirado por Dios, es verdad, es consistente y es confiablemente la Palabra de
Dios.
Bibliografía
Archer, Gleason L. (1987) Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testamento. (12va ed.)
Grand Rapids, Michigan. Editorial Portavoz.
Howard, Marcos L. (2010) Arqueología bíblica, la exactitud de la Biblia. Maitland, Florida.
Xulon Press.
https://cadenaser.com/ser/2017/06/07/ciencia/1496828448_528473.html
https://www.recursos-biblicos.com/2020/09/la-biblia-y-la-ciencia-evidencias.html

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