Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
https://www.laverdad.es/murcia/ue-abre-puerta-campo-pueda-vender-capturas-
20240129004336-nt.html?vli=su-not-s-9&vca=1200-320-
buenos_dias_susc_0376&vso=nw&vmc=buenos_dias_susc_0376&vus=f9d6b007c0844
0c69ff0a9213cbdba1b&j=603724&sfmc_sub=106416720&l=140_HTML&u=3948727
5&mid=510002928&jb=8
Manuel Buitrago
Los agricultores pueden obtener una segunda renta con la captación de CO2 en sus
plantaciones, una vía de ingresos que puede traducirse en 80 euros por tonelada, según
manifestó recientemente en Murcia el excomisario europeo de Acción por el Clima y la
Energía, Miguel Arias Cañete. Es una vía de negocio que se abre para la actividad
agrícola y que se desarrollará con fuerza los próximos años, ya que la Comisión
Europea está por la labor y trabaja actualmente para elaborar un marco normativo. El
sector agro regional apuesta por aprovechar esta oportunidad y propone incluso que se
abra un mercado específico para algunos productos, como los cítricos.
Arias Cañete destacó que la agricultura es el único sector que fija y secuestra CO2 a la
atmósfera, que actúa como sumidero de carbono, y que dicha función debe ser
retribuida, según prevé el protocolo europeo de La Granja a la Mesa. Para ello es
necesario que haya certificadores y modelos de medición fiables para actuar en el
mercado de emisiones. Existen experiencias piloto para un negocio en ciernes
estrechamente vinculado a las prácticas agrícolas sostenibles y regenerativas. Un doble
beneficio, en definitiva. La mitad de la superficie de la Región es tierra de cultivo
(566.000 hectáreas), con un 67% de secano.
Marcos Alarcón no duda de que los agricultores pueden obtener una renta adicional en
el mercado de emisiones y subraya que la UE ya está preparando un marco normativo
para certificar las captaciones con criterios homogéneos, aunque apunta que no irá por
la vía de ayudas directas. «La fiabilidad de las mediciones no está contrastada», señala
en referencia a las empresas certificadoras privadas que ponen en el mercado de
emisiones el CO2 capturado. Estos pasan a unos comercializadores o agregadores que
venden esos derechos a grandes empresas que necesitan reducir sus balances de
carbono.
El dirigente de UPA señala que lo que más se aproxima ahora a esta figura son los
ecorregímenes de la PAC, en concreto aquellos que subvencionan al agricultor por la
instalación de cubiertas vegetales, aunque hay que justificar qué tipo de prácticas
agronómicas contribuyen a la captación de dióxido de carbono.
El director general de Ailimpo, José Antonio García, explica que, hasta ahora, «la
agricultura está excluida como secuestradora de CO2 en el llamado mercado regulado,
pero existe una última comunicación de la Comisión Europea, de hace un mes, que abre
una puerta». Apunta que otra opción son los mercados voluntarios, en la cual están
trabajando.
UPA, Asaja, Coag y Ailimpo coinciden en que la fijación de CO2 será una
nueva fuente de ingresos para los agricultores
«Estoy convencido de que dentro de poco el agricultor obtendrá una doble renta: una
por la venta de los limones y otra por la venta de los derechos de crédito asociados a sus
limoneros. Ojo, por el mero hecho de ser productor no se es titular de derechos de
crédito en un mercado voluntario serio o de alta calidad. Hay que cumplir el principio
de adicionalidad, es decir, ser capaz de demostrar que se hacen prácticas de cultivo que
permiten secuestrar más CO2. Por esa razón, uno de los proyectos estrella de Ailimpo
es fomentar la agricultura regenerativa, que es un conjunto de prácticas que mejoran la
calidad del suelo, su retención de agua, su biodiversidad y, en última instancia, permiten
que el suelo secuestre más CO2», añade García.
Considera que esa doble renta «vendrá pronto, ya que nuestros clientes, como los
supermercados, tienen que compensar sus emisiones, y lo coherente es que compren
créditos de CO2 que estén asociados a su cadena de suministro. En definitiva, hay una
gran oportunidad si se hace de forma seria y profesional». Ailimpo apuesta por «una
acción disruptiva para crear ofertas de crédito de CO2 y fomentar un mercado
voluntario específico para los cítricos». Para ello, cuenta con «un bosque de 14 millones
de limoneros para el secuestro de CO2 a largo plazo», indica García.
«Objetivos superados»
Se estima que la aportación de carbono al suelo de todas las fincas para la mitigación
del cambio climático es de 1.781 toneladas de CO2 con un valor global de 80.145 euros
durante el periodo de ejecución del proyecto. La tasa media de CO2 secuestrada ha sido
de 27 toneladas por hectárea, con un valor de 1.214 euros. «Los objetivos del proyecto
se han superado con creces en todas las fincas», señala el informe.