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El documento establece que los seres humanos están creados para alabar y servir a Dios, lo que les permite alcanzar la plenitud y la salvación eterna. Las demás cosas en la Tierra están creadas para servir a las personas en su camino hacia la salvación, por lo que deben usarlas o alejarse de ellas según la voluntad de Dios. Concluye que las personas solo deben desear aquello que más las conduce al fin para el que fueron creadas.
El documento establece que los seres humanos están creados para alabar y servir a Dios, lo que les permite alcanzar la plenitud y la salvación eterna. Las demás cosas en la Tierra están creadas para servir a las personas en su camino hacia la salvación, por lo que deben usarlas o alejarse de ellas según la voluntad de Dios. Concluye que las personas solo deben desear aquello que más las conduce al fin para el que fueron creadas.
El documento establece que los seres humanos están creados para alabar y servir a Dios, lo que les permite alcanzar la plenitud y la salvación eterna. Las demás cosas en la Tierra están creadas para servir a las personas en su camino hacia la salvación, por lo que deben usarlas o alejarse de ellas según la voluntad de Dios. Concluye que las personas solo deben desear aquello que más las conduce al fin para el que fueron creadas.
Por amor, la persona humana es creada para alabar,
hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y de esta manera llegar a la plenitud humana en esta vida y a la salvación eterna. Las demás cosas sobre la superficie de la tierra son creadas en relación a la persona y para que le sirvan en el camino de la salvación. De ello se sigue que la persona TANTO debe usar de ellas CUANTO le ayuden según la voluntad de Dios; y tanto debe apartarse de ellas cuanto le sean obstáculos.
Por lo cual, debemos tener desprendimiento interior
respecto a todas las cosas de la manera que nos enseñó Cristo, de tal modo que no estemos de nuestra parte, más apegados a salud que a enfermedad, a riqueza que a pobreza, a honor que a deshonor, a vida larga que a vida corta, y así en todas las cosas en que no tengamos claro conocimiento de la voluntad de Dios.
En conclusión, debemos solamente desear y elegir lo
que MÁS (magis) nos conduce al fin para el que somos creados.