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Sinopsis
Él la ha salvado. La ha amado. Ha matado por ella.
Archer de dieciocho años no pudo proteger a su mejor amiga, Vivian, de
lo que sucedió cuando eran niños, así que nunca ha parado de intentar
protegerla de todo lo demás. No importa que Vivian sólo lo utilice cuando salta
de una relación tóxica a otra, Archer siempre está ahí, esperando a ser notado.
Entonces llega Evan, la única persona que alguna vez se preocupó por
Archer sin ningún compromiso. Cuanto más se enamora de Evan, Archer cada
vez mira a Vivian como el desastre manipulador que realmente es.
Pero Viv tiene garras profundas, y cuando se entera de los asesinatos que
Archer cometió y de su relación con Evan, lo amenaza con delatarlo si no
consigue lo que quiere… Y lo que quiere es la muerte de Evan, y que Archer
pierda su última oportunidad de redención.
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Domingo, agosto 31
Traducido por Soulless
Corregido por Nanis
―Siento‖que‖las‖notas‖de‖suicidio‖pierden‖su‖chispa‖cuando‖se‖prolongan‖
demasiado.‖―Archer‖hizo‖hincapié‖en‖la‖declaración‖con‖un‖golpe‖de‖su‖pie―.‖
¿No‖te‖parece?‖¿Qué‖le‖pasó‖al‖“adiós,‖mundo‖cruel”?
En ese momento, Brody Hilton había llenado cuatro páginas de arriba a
abajo de garabatos inestables. Se cernía en la última página, con la mano
temblorosa. Junto a él se hallaba una botella abierta de vodka y una flota de
frascos de pastillas, alineados en una pequeña fila ordenada.
No era la primera vez en la última hora que Brody giraba en su silla para
mirar a Archer, suplicando. Sus ojos inyectados en sangre arruinaban el efecto.
―Archer…‖no‖me‖hagas‖hacer‖esto,‖hombre.‖No‖entiendes.‖Yo‖no…
―No quieres morir. ―Archer lo rodeó, subió una cadera en el borde de la
mesa y agitó su arma. Los ojos de Brody siguieron el arma―. Ni que decir.
¿Pero honestamente? No me importa. Te la has pasado los últimos veinticinco
4 años jodiendo a todos los que se han preocupado por ti. El Karma es una
amante cruel.
―Voy a cambiar. ―Una gota de sudor se deslizó por su frente, por la línea
de su mandíbula tensa, hasta el papel. Archer arrugó la nariz.
―Díselo‖ a‖ tu‖ hermana.‖ “Lamento que tu vida sea una mierda por mi
culpa,‖ Vivian,‖ pero‖ te‖ prometo‖ que‖ ahora‖ seré‖ un‖ buen‖ chico”. ―Gritar le
hubiera hecho sentir mejor. No había palabras suficientes para meter en la
cabeza de Brody el impacto de sus decisiones―. Ahora, firma tu carta.
Brody sollozó como ningún hombre adulto debería, pero hizo lo que le
dijeron. No importaba que Brody lo sobrepasara por unos dieciocho kilos.
Aunque Archer no era presa fácil, Brody tenía la complexión de un toro y
podría haberlo derribado si lo intentaba.
Brody simplemente estaba demasiado drogado como para darse cuenta de
ello.
Cuando terminó, Archer le echó un vistazo a la carta, que se podría
resumir en: “Lo siento, es mi culpa, todo era verdad”. Sí, sí lo era. Lástima que le
llevó una amenaza de muerte inminente para que Brody se diera cuenta de ello.
―Suficientemente buena. Ahora, vamos a ver lo que tenemos aquí. ―Tiró
los papeles sobre la mesa. Brody lo miró con ojos aletargados detrás de la gran
muralla de medicamentos que los separaba. Archer recogió una de las botellas
con una mano enguantada―. Tenemos tu flujo estándar: Klonopin, Valium,
Norco, Stilnox… Podrías abrir tu propia farmacia con todo esto.
―Medicamentos que ni siquiera le fueron prescritos a Brody. Cosas que le
había robado a sus amigos, a su familia. Lo que no tomaba para sí mismo, lo
vendía. La mandíbula de Archer se tensó. Azotó la botella en la mesa delante de
Brody, las pastillas repiqueteando―. Un consejo: en cuanto más tomes, más
rápido se acabará.
Bajo el peso de su mirada, Brody, lento y mecánico, comenzó a quitar las
tapas.
¿El problema con las pastillas? Tardaban mucho. Quién dijo que la
sobredosis era una forma rápida e indolora para morirse, nunca observó a
alguien intentarlo. Se estaba haciendo tarde y Archer tenía clases en la mañana,
pero esperó.
Brody ingirió la mayor parte del gabinete de medicamentos con licor antes
de irse tambaleando a su habitación. Murmurando todo el camino:
―Archie, Archie, por favor…
Dios, odiaba ese nombre.
Aunque lo quisiera o no, Archer se obligó a mirar a Brody arrastrarse a su
cama. Lo vio entrar y salir de un estado de inconsciencia. Lo vio girar y
moverse. Cualquier cosa que hiciera antes de que los efectos reales de las
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drogas afectaran su sistema, la forma en que vomitó y procedió a ahogarse con
él, a lo que Archer también se obligó a ver.
Estaba tomando una vida. Lo menos que podía hacer era sufrir al ser
testigo de ello.
Pronto Brody se había ido y Archer trató de no sentir náuseas.
El apartamento estaba en silencio. No del tipo de silencio cuando uno
estaba solo en casa, sino el silencio asfixiante que seguía después de una
muerte. Una sensación que lo abarcaba todo, una pesadez. Instintos humanos,
tal vez. Las campanillas de advertencia en la parte posterior de su cabeza en
silencio susurrando huye porque la muerte significaba peligro.
Pero Archer no se fue. No hasta que comprobó, y no encontró pulso. Pudo
tomarse su tiempo para salir a escondidas del edificio de apartamentos.
Pasarían días o semanas antes de que los vecinos se quejaran del olor y
derribaran la puerta. Ni siquiera nadie lloraría su muerte. Tal vez algunos
dirían que lo veían venir. Sólo otro suicidio. Qué trágico.
Con Brody ya eran tres caídos… y quedaban tres más por caer.
Domingo, septiembre 7
Traducido por Dianna K
Corregido por Nanis
Vivian‖ llamó‖ en‖ la‖ oscuridad‖ de‖ la‖ noche‖ para‖ decir:‖ “Archer, Brody está
muerto”.
Sí, lo sabía. También sabía que ella lo llamaría al segundo en que se
enterara.
Ella sorbió y gimió. Le llevó un par de intentos antes de poder decir:
―¿Puedes venir?
Pregunta estúpida. Por supuesto que lo haría. Treinta minutos después
llegó a la casa de Vivian con dos cafés en la mano, medio dormido. Viv abrió la
puerta con su cabello hecho un desastre, sus ojos rojos e hinchados. Algunas
chicas podían lucir preciosas cuando lloraban. Vivian era una de ellas.
Archer se deslizó dentro y dejó el café en una pequeña mesita esquinera
en la sala.
―¿Dónde está Mickey?
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Vivian mordió su labio, hundiéndose en el sofá de cuero. Su silencio era
suficiente. Mickey, un novio tan amoroso y preocupado, no parecía estar por
ningún lado. Fue por eso que llamó a Archer. Él no era el imbécil que siempre la
abandonaba.
―Está trabajando hasta tarde. ―Ella resopló, bajando la mirada a los
dedos de sus pies mientras los contoneaba contra la alfombra.
Correcto. Como si Mickey pudiera mantener un trabajo.
Mickey era un imbécil. Uno ni siquiera atractivo, bueno, a menos que te
gustara el look de drogadicto. Cuando la gente los veía a él y Vivian caminando
por la calle, miraban sólo porque se preguntaban qué diablos estaba haciendo
una chica tan hermosa como ella con un desperdicio como Mick.
Ella podía haberlo hecho mejor. Mucho mejor. ¿Por qué no él? El chico que
nunca la abandonaría, nunca la lastimaría. Dios sabía que él había esperado el
tiempo suficiente para que ella lo notara. Había estado tentado en añadir a
Mickey a su lista hace meses, pero había una línea que Mick no había cruzado
para empujar a Archer tan lejos. Era un imbécil, pero no la había lastimado
físicamente. Aún.
Archer abrió la boca, pensó mejor decir algo que pudiera dar lugar a una
discusión, y se sentó junto a ella en su lugar. Ahora no era el momento.
―¿Vas a decirme que pasó? ―No es que tuviera que hacerlo. Era difícil
olvidar sostener una pistola en la cabeza de alguien, mientras lo forzaba.
Vivian rasgó un pañuelo de papel entre sus dedos, con los ojos llenos con
una nueva arremetida de lágrimas.
―Fui a su casa esta mañana. Su auto estaba allí, pero él no respondió. Hice
que su casero abriera la puerta…
Su estómago dio un vuelco. ¡No, no, no, no! Eso no era lo que se suponía
que debía pasar. Se suponía que los policías encontraran a Brody. Demonios,
incluso un vecino. No Vivian. No después de todo lo que había pasado.
Se acercó a su lado, deslizando sus brazos alrededor de ella. Viv se giró y
envolvió sus delgados brazos alrededor de su cuello y enterró la cara en su
pecho. Una posición familiar. ¿Cuántas veces desde la escuela primaria Vivian
había llorado sobre él?
Como siempre, le acarició su cabello y la dejó llorar hasta que los sollozos
disminuyeron a resoplidos y gemidos. Durante todo el tiempo con sus ojos fijos
en la pared opuesta a un viejo retrato familiar. Vivian, Brody, sus padres. Antes
de que su padre se largara y su madre, Marissa, enfermara. Antes de que Brody
comenzara a tomar pastillas como caramelos mientras dejaba que sus amigos
manosearan a su hermanita.
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El pensamiento hizo que su mandíbula se tensara.
―No lo has visto en meses. ¿Qué hizo que fueras allí?
Viv resopló.
―Él sacó un par de cientos de dólares de la cuenta de mamá de nuevo.
Ella está demasiado enferma para lidiar con él, y yo solo he… tenía que hacerlo,
¿sabes? ―Su cuerpo se estremeció―. Se suicidó. Dejó esta larga carta sobre
cuánto lamentaba haberle mentido a todo el mundo, robarle a mamá… Todo
estaba allí. No pensé que le importara nada de eso.
En realidad no.
―Lo siento, Viv.
Sólo así, ella se había ido. Alejándose de él como un fantasma, al otro lado
de‖la‖habitación‖a‖los‖ventanales.‖Después‖de‖millones‖de‖años‖de‖silencio…
―¿Puedo contarte un secreto?
―Claro.
Ella respiró hondo, se secó los ojos.
―Todo el camino a casa de Brody… seguí deseando que estuviera muerto.
Con la esperanza, de que, no sé, se emborrachara y se saliera de un puente.
Archer deseó que ella se diera vuelta para que así pudiera ver su rostro.
Sus ojos decían muchas cosas que su lenguaje corporal no. Su culpa, su
vergüenza, su felicidad.
―No es tu culpa, si eso es lo que estás pensando.
―Sé que no lo es.
Parecía segura de eso. Bien. Parte de la razón por la que había pospuesto
matar a su hermano durante tanto tiempo era porque le preocupaba cómo lo
tomarían Vivian y su madre. El propósito era ayudar a Viv, no joderla aún más.
―Entonces, ¿por qué es un secreto?
Vivian se volvió.
―Porque no es la parte mala. La parte mala ―dijo, y su voz bajó mientras
se apoyaba en la ventana y miraba fijamente sus pies―, es que no me
arrepiento de ello. Me alegro. Él nunca va a hacer llorar a mamá otra vez. No
utilizará ni herirá a nadie más. Está muerto, y estoy feliz. ¿No hay algo de malo
en eso? ¿No me hace la peor persona del planeta?
Ella era hermosa. Oh, siempre había sido hermosa, desde la primera vez
que la vio en el patio. Pero nunca tanto como en ese preciso momento. Con esas
palabras. Con la luz de la luna envuelta alrededor de su cuerpo en dulces
8 caricias blancas y azules que hacían brillar su cabello. Debería exudar confianza
en sí misma, pero Brody y sus amigos habían arruinado eso para ella. La
profundidad de las cicatrices que dejaron atrás nunca había sido más evidente.
Su hermano estaba muerto, y todo lo que ella podía expresar era alivio. Eso era
todo lo que había esperado mientras observaba a Brody morir.
Archer estaba un paso más cerca de liberarla.
Se permitió una sonrisa torcida y se levantó.
―No, Vivian. No hay nada de malo en ello. No hay nada de malo con eso
en absoluto.
Miércoles, septiembre 10
Traducido por AnnaTheBrave
Corregido por sabrinuchi
12
Domingo, septiembre 21
Traducido por flochi
Corregido por sabrinuchi
No leídos (7)
Bueno, alguien estaba ansioso por ponerse en contacto con él. Archer
exhaló. Casi las dos de la mañana. ¿Estaba realmente dispuesto para el drama
sea cual fuere que Viv estaba pasando ahora? A veces, deseaba tener la
habilidad de excluirla e ignorarla.
Tan reciente como el comienzo del mes, había sido posible ir a nadar todas
las horas de la noche. Ahora, sin embargo, el frío se había arrastrado desde el
océano y el otoño se acercaba rápidamente.
Entonces ahí estaba Evan, haciendo la caminata de su departamento con
una toalla sobre su hombro. La piscina cierra a las diez, pero nadie estaba cerca
para llamarle la atención por colarse.
Alrededor del recinto enrejado se extendía hierba cubierta de rocío, arena,
un parque infantil, junto con el complejo del club, y un kiosco. La piscina estaba
iluminada, sus luces subacuáticas iluminan cada ondulación con un resplandor
misterioso. Todo lo demás estaba envuelto en sombras.
Mejor para Archer. Podía sentarse y observar desde el mirador sin ser
visto. Sin verdadera razón que no sea la curiosidad. Querer ver a Evan en su
propio elemento.
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Viernes, septiembre 26
Traducido por Apolineah17
Corregido por Nanis
1 Juego‖ de‖ palabras‖ entre‖ “completedness”‖ que‖ no‖ existe‖ como‖ tal‖ y‖ “completeness” que hace
referencia a integridad, totalidad, plenitud.
Él dudó. Si Gonera tenía razón en una cosa, esa era el aspecto metafórico
de su ensayo. Ella no podía atar cabos, pero Vivian podría.
―La tiré a la basura ―mintió.
―Estúpido, ¿por qué harías eso? ―Se inclinó hacia atrás en un su silla,
cruzando sus largas piernas y cruzando las manos sobre la mesa―. Tu material
es realmente bueno, Archer. No dejes que la Sra. Gonorrea te haga pensar lo
contrario.
Una sonrisa tiró de su boca ante el apodo.
―No lo hago. No es gran cosa. Lo reescribiré de nuevo y me la quitaré de
la espalda. ―Antes de que ella pudiera molestarlo más, le preguntó―: ¿Qué era
lo que querías decirme, de todos modos?
La expresión de Vivian se puso seria de inmediato.
―Tuve una charla con Mick anoche.
El corazón de Archer se hundió.
―¿Y?
―Y…‖est{‖de‖acuerdo‖en‖ir‖a‖ver‖a‖un‖terapeuta.‖Comenzar‖algunas‖clases‖
de manejo de ira. ―Se mordió el interior de su labio inferior―. Él realmente me
quiere‖de‖regreso,‖se‖disculpó‖una‖y‖otra‖vez…
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―Viv.
―…‖y me gustaría darle una oportunidad.
¿Por qué? ¿Por qué, por qué, por qué? Después de todo lo que Mickey le
hizo pasar, después de golpearla ―repetidamente―, después de romper su
espíritu un poco más con cada pelea, ¿por qué quería regresar?
Sus músculos temblaban como heridas tensas recién salidas y eso era todo
lo que podía hacer para evitar golpear su mesa a un lado, agarrar a Vivian, y
sacudirla.
―¿Permanecer conmigo es realmente tan malo? ―Se refería a ello como
una broma. Algo así. En realidad no. Vivian no lo tomó como una. Su expresión
se suavizó.
―Sabes que no es eso. Has sigo grandioso para mí. No sé qué haría sin ti.
―Eres mi mejor amigo, haces todo mejor… Podía recitar todo lo que le diría de
memoria.
Se sentía enfermo.
Vivian suspiró, bajando la mirada hacia sus manos.
―Es‖ sólo‖ que…‖ realmente‖ me‖ gusta‖ Mick,‖ ¿sabes?‖ Y‖ siento‖ que‖ se‖ lo‖
debo…‖―Su voz se apagó.
―No le debes ni una maldita cosa. ―Se puso de pie bruscamente,
enviando su silla hacia atrás y entonces se volcó sobre el suelo. Todos en el café
se quedaron inmóviles. A Archer no le importaba. Déjenlos ver―. No le debes
nada, Vivian. Nada. ¡Nunca lo dejes que te haga pensar eso! No le debes a nadie
en este mundo una maldita cosa. ―El calor lo recorrió desde su pecho hasta las
puntas de cada nervio de su cuerpo.
Vivian se sentó allí, con los ojos muy abiertos. No se movió cuando Archer
dio un portazo al salir por las puertas delanteras y se dirigió a la calle.
Traicionado. Así es como se sentía. ¿Por qué ella haría esto? Después de
todo lo que él había intentado hacer por ella, después de que le abrió su casa, le
dio todo lo que necesitaba. ¿Era demasiado estúpida para ver que el único chico
en su vida que alguna vez se preocupaba verdaderamente por ella era él?
―¿Archer? Archer espera.
Sus botas de tacón sonaron sobre la pasarela detrás de él. Archer no tenía
interés en detenerse, pero ―maldita fuera ella― lo hizo. Se detuvo, pero no se
dio la vuelta.
Vivian se detuvo detrás de él, sin aliento.
―Realmente lo siento,‖¿de‖acuerdo?‖Sabía‖que‖no‖estarías‖feliz…
34 Archer se giró para enfrentarla.
―¿Feliz? ¿Por qué demonios estaría feliz?
Ella se humedeció los labios, aferrándose a las palabras.
―Porque es algo verdaderamente importante para mí. Amo a Mick, así
que si puedo hacer que funcione entonces malditamente voy a intentarlo.
Él resopló y no se molestó en tratar de ocultar cuán atrás rodaron sus ojos.
―Tú vas a intentarlo. Él te molió a palos, y tú eres quien tiene que hacerlo
mejor. Fantástico.
Su rostro se enrojeció.
―Estás siendo un idiota. ¿No se supone que eres mi mejor amigo?
Sólo cuando era conveniente para ella. El comentario lo molestó de todas
las formas equivocadas. Empujó su rostro a un par de centímetros del de ella.
―Siempre recuerdo eso ―dijo―. ¿Y tú?
Los ojos de Vivian se abrieron, luciendo afectada.
Él no se preocupó en esperar una respuesta. Esta discusión no terminaría
como las otras siempre lo hacían, con Vivian llorando y él disculpándose
profusamente por molestarla. Esto no era su culpa. Nunca era su culpa. Y lo
único que él quería era su felicidad, y ella estaba decidida a ser miserable.
Irrumpió por el paseo marítimo y esta vez, Vivian no lo siguió.
Sus cosas ya se habían ido para el momento en que llegó a casa. Ella le
dejó una nota en la encimera, escrito en su pequeña y delicada letra:
Te quiero.
Te extraño.
Archer dudaba eso. Hizo bola el papel y lo envío volando al bote de
basura. ¿Cómo se suponía que iba a salvarla cuando ella hacía mierda como
esa?
* * *
37
Martes, septiembre 30
Traducido por Jenn Cassie Grey
Corregido por Nanis
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Miércoles, octubre 1
Traducido por LunaRowe
Corregido por Nanis
Fly estaba mucho más lleno de lo que Archer creyó que estuviera. Dos
concursos se estaban llevando acabo ese día, de acuerdo a un volante que
alguien le había empujado en la mano. La categoría de dieciocho y menos había
sido más temprano. Ahora el grupo consistía principalmente en universitarios y
cuarentones que no tenían nada mejor que hacer un miércoles por la tarde.
Odiaba las multitudes.
La camiseta verde cegadora de Evan que lo estaba marcando como un
competidor era la única manera de no perderlo de vista en la multitud. Ellos no
podían escucharse sobre el sonido, así que no se habían molestado
intentándolo.
Al menos cerca de las barras había más espacio para respirar. Estaba
marcado para competidores únicamente. Uno de los empleados empezó a decir
algo acerca de él cruzando la barrera, pero Evan dijo:
* * *
Alrededor de una hora después, ellos había comprador comida china para
llevar de un lugar en la calle y se habían instalado en el sofá de Evan para ver
una película de terror, a través de su consola de videojuego. Evan tomó los
palillos en una forma algo encantadora, infantil. Verlo ayudaba a Archer a
distraerse de pensar demasiado en Richter y lo que tenía que hacer.
Archer suspiro.
―Lo estás haciendo mal ―lo instruyo―. Posiciona tus dedos de esta
manera, para controlarlos, así dejas de tirar las cosas. ―Después de unos pocos
minutos de ajustarse, Evan fue capaz de recoger una pieza de pollo a la naranja.
La boca de Archer siguió torciéndose, viéndolo mientras los tomaba con
cuidado,‖lenta,‖lentamente‖levant{ndolo‖hasta‖su‖boca‖y… se cayó fuera de su
agarre de nuevo dentro de la caja. Él intento no reírse―. Sigue practicando.
Evan gruño e intentó de nuevo. Esta vez llevó el pollo a su boca.
―Así que, estaba pensando ―dijo después de que terminó de masticar y
lamió la salsa de su labio inferior―,‖si‖aún‖no‖has‖hablado‖con‖Vivian…
Archer se detuvo a mitad del bocado. Un solo fideo se resbaló de sus
palillos.
―No lo he hecho ―dijo y empujó la comida en su boca. Masticar le dio
unos pocos segundos para escoger sus palabras―. La llamaré. Solo que aún no
he decidido qué decirle. ―No podía admitirle a Evan que la había llamado.
Repetidamente. Ella no lo había llamado de vuelta.
Evan golpeó los palillos contra su caja.
―No lo sé, hombre. Ella es la que te hizo enojar, así que tal vez no dolería
esperar a que ella te llamara. ―Cuando Archer le dio una mirada escéptica,
Evan‖continuó―. Siempre podrías tener a alguien más que hablara con ella. Ella
está en una de mis clases, así que podría sacar el tema.
Bueno,‖si‖eso‖no‖había‖matado‖su‖apetito… Suspiró y dejó su comida en la
mesita de café, recargándose contra el apoyabrazos del sofá y mirando hacia el
techo.
―Ella sabrá lo que estás haciendo. Siempre ha sido así con Viv y conmigo.
Apruebe o no al imbécil con el que decida salir no me da el derecho a decir lo
que dije.
46
Evan miro a su cena, picándola con poco interés.
―Por lo que me has dicho suena como que ella se merece el tratamiento
del silencio‖por‖un‖tiempo…
―Ella no lo merece ―espetó Archer―. Vivian es una chica dulce. Nunca
quiere hacer enojar a nadie. Solo…‖ es‖ demasiado‖ confiada y perdona
demasiado fácil. Si no lo fuera, probablemente me hubiera botado hace mucho
tiempo. ―¿Cuántas veces habían peleado a lo largo de los años? ¿Y cuantas
veces lo había perdonado por decir cosas estúpidas, empujando sus opiniones
donde no era necesitada? Él podía odiar sus decisiones pero no podía odiarla.
Evan le envió una mirada preocupada, pero él se había retraído en sí
mismo y, lo que fuera que estuviera pensando Archer era un secreto para él.
Pero podía adivinar la idea general.
―Tú no la conoces como yo ―musitó.
―No. Pero pienso que se supone que los amigos pueden decirse lo que
están sintiendo, aun si la persona no lo quiere escuchar. Ella no debería de
condenarte por eso.
Tensión vibro por cada musculo de su cuerpo y se sentó derecho.
―No puedes decir eso. Tú nunca le dices a nadie lo que estás pensando.
Evan se desinfló un poco.
―Lo siento. Tienes razón. ―No sonó como si lo dijera en serio.
El silencio puso un millón de kilómetros entre ellos donde, hace unos
momentos, eran solo unos pocos centímetros. Archer se sentía enfermo. No
había querido enojarse. Tenía que salir de ahí antes de que dijera algo más.
Algo peor. No podía soportar la mirada de cachorrito pateado.
Se puso de pie.
―Si has acabado, debería irme a casa. ―Debería‖de‖haber‖dicho‖“gracias‖
por‖la‖cena”‖pero‖no‖pudo‖encontrar‖las‖palabras.‖Estaban‖m{s‖all{‖ahora,‖justo‖
como Evan parecía estar. Ni tan pronto se había puesto sus zapatos, Evan había
puesto su comida a un lado y se levantó abruptamente.
―No…‖¿Sabes‖qué? No he terminado. ―Había una distintiva arruga entre
sus cejas, una terca, dura mirada en su cara que Archer no estaba seguro que
hacer con ella. Él se paró más cerca. Reflexivamente, Archer se hizo hacia atrás,
hombros levantándose, tenso, listo para pelear. Evan inclinó su barbilla.
―Vivian es realmente muy afortunada de tenerte, sabes. Cuando todos
sus otros amigos están hablando mierda detrás de su espalda en The Grove, tú
eres el que se mantiene con ella y la defiende. Ella está tomando una decisión
estúpida, una peligrosa, y tú quieres protegerla. Estás dejando caminar sobre ti y
volver por más. Ella no debería olvidar eso, y no creo que tú deberías, tampoco.
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Con el parándose tan cerca, Archer estaba dolorosamente consciente,
mientras que eran similares en estatura, Evan se veía mucho más largo. Y
mientras Evan lo miraba, sus facciones lentamente se relajaron hasta que fueron
familiares, los ojos inciertos y la boca pequeña a la que Archer estaba
acostumbrado.
―¿Somos amigos, cierto? Así que siento que necesitabas escuchar eso.
La tensión hizo a sus músculos temblar, todo tan apretado y listo para
escapar.
“La dejas caminar sobre ti”.
Necesitaba salir de ahí. Poner distancia entre ellos antes de que Evan
pudiera escoger y cortar más en sus inseguridades, su orgullo herido.
Necesitaba aprender cómo respirar.
―Nadie camina sobre mí ―gruñó―. Nadie.
Archer no se molestó con su chaqueta. Salió como una tormenta por la
puerta con Evan llamándolo detrás de él.
* * *
Una experiencia cercana a la muerte no había cambiado los hábitos de
limpieza de Richter. El lugar aún olía a basura, comida podrida, y Dios sabía
qué otra cosa. Archer mantuvo su cuello de tortuga sobre su nariz y boca como
filtro para el olor. Pateó a un lado la canasta de ropa doblada ―¿regalo de la
mama de Richter?― dentro de la puerta de enfrente y se deslizó dentro.
Richter se encontraba tirado sobre el sillón en su bóxer con una película
porno en la televisión. Sus ojos estaban inyectados de sangre y con los parpados
pesados. Drogado. O borracho. O ambos. Pero no lo detuvo de lentamente
mirar hacia Archer desde el otro lado de la mesa de café. Le sonrió lentamente.
―Archer…‖amigo,‖¿cómo‖entraste?‖Eres‖como… eres como un ninja. ― Se
sentó como un video en movimiento lento―.‖ Ven… ven aquí, tienes que ver
esto, es perverso.
Las palabras sonaban en la cabeza de Archer, trayendo memorias hacia el
frente de su cerebro.
Ustedes chicos, vamos, vamos, cubran su boca. Ella está siendo muy ruidosa.
No había parado de temblar desde que dejó a Evan.
Nadie entendía. Esto era todo por Vivian. Todo lo que hacía era por ella.
Su felicidad. Su bienestar. Sus sonrisas.
48 Alguien cállela. Brody, hombre, deja de reírte.
Él no pensó en eso. No hasta que la pistola estaba en su mano y la empujó
contra la frente de Richter. No hasta que jaló el gatillo y el resonante crack lo
trajo de nuevo a sus sentidos.
Richter se cayó hacia atrás. Su sangre por todas partes; en el sillón, en las
cortinas, la ventana detrás de él, en la televisión.
Sobre él. Todo sobre él.
No podía respirar. Había roto la única regla que tenía para sus asesinatos:
siempre hacerlo parecer un accidente. Se supone que parecería otro suicidio.
Lo he jodido. Y si no salía de ahí, perdería cualquiera y todas las
oportunidades de salirse con la suya. Alguien en el parque de remolques
tendría que haber escuchado el disparo.
Salió disparado por la puerta de enfrente, piernas amenazando con ceder
debajo de él. Su estómago giró. Los árboles borrosos mientras corría pasándolos
hacia su coche que estaba estacionado un kilómetro arriba de la calle, casi
colapsando afuera de su puerta, mientras luchaba por entrar. Se quitó los
zapatos para evitar llenar el tapete con sangre.
Sin sonidos de sirenas todavía. Pero no podía perder el tiempo. Sus manos
sin guantes estaban pegajosas con la sangre de Richter, dejando manchas
oscuras sobre todo el volante mientras se alejaba. Lento y fácil. Sin sobresalir,
sin atraer atención.
Cada curva, cada parte del camino, esperó luces parpadeantes en su espejo
retrovisor. Nada. Llegó a casa sano y salvo, de alguna manera subiendo las
escaleras e irrumpiendo en el apartamento con pasos inestables.
Abandonó sus zapatos en el lavabo del baño después de cerrar y ponerle
seguro a la puerta. Ni tan pronto se quitó la chaqueta y la camisa, se deshizo
frente al retrete, vomitando. Perdiendo todo lo que había comido ese día.
Temblando, se arrastró a la regadera y puso el agua tan fría como pudo
soportarlo. Fría. Porque la sangre de Richter se sentía tan impíamente caliente
en su piel y cada nervio de su cuerpo estaba en flamas y gritando.
Se talló hasta que el agua corrió limpia y su cabeza se aclaró. Pudiendo
pensar de nuevo. Procesar. Cuando salió de la ducha, aventó su ropa
ensangrentada hacia la chimenea y la quemó, no satisfecho hasta que solo
quedaron cenizas.
Entonces colapsó en la cama, desnudo, con frío, mirando hacia el techo
mientras su mente reproducía la escena una y otra vez en su cabeza.
Richter.
49 Las palabras de Richter. Reverberantes. Haciendo eco. Mordaces. Agudas.
El cerebro de Richter esparcido por toda la sala. Sobre él. En la barata
película porno reproduciéndose en la pantalla plana que probablemente había
robado. La había jodido. Jodido tanto, y ¿cómo es que iba a terminar a las
últimas personas de su lista, si no podía siquiera hacer esto bien?
Y su mente lo llevó un paso más allá. La policía llegando a su puerta para
llevárselo. Arrojándolo en una celda. Dejando que se pudra ahí. Lejos de
Vivian, lejos de su apartamento, lejos de Evan.
Evan.
Archer se agarró de esa imagen, cálidos ojos y aún más cálidas palabras.
“Ella es afortunada de tenerte”. No podía respirar. No podía parar de temblar.
Jueves, octubre 2
Traducido por LizC
Corregido por Nanis
50
Viernes, octubre 3
Traducido por AnnaTheBrave
Corregido por Nanis
* * *
52
El edificio de Vivian era un poco más elegante que el de él. Marcó el
código para entrar, subiendo por las escaleras hasta su piso, con flores en la
mano. Fuego y hielo: sus favoritas, las que nunca había fallado en llevarle en su
cumpleaños o festividades. Ahora, eran su intento de parchar la fractura en su
amistad. En todos los años en los que se habían conocido, nunca había tenido a
Vivan simplemente dejando de devolverle las llamadas. Ella podía ser distante,
distraída, pero nunca lo ignoraba abiertamente.
Golpeó la puerta y escuchó dos voces en el interior, una femenina y una
masculina, y se preparó mientras la puerta se abría. Mickey lo miró, sin camisa,
con el cabello mojado, indicando que acababa de salir de la regadera. Se
adelantó con un brazo contra el marco sin hacer ningún movimiento para dejar
a Archer entrar.
―Hola, Archie. ¿Cómo estás?
Civilizado. Cortés.
Forzó una sonrisa tensa.
―¿Está Viv en casa?
―Ella está algo indispuesta en este momento. ―Observó sobre su hombro
mientras lo decía, luego dio un paso hacia el pasillo y cerró la puerta detrás de
él―. Mira, estaba‖planeando‖hablar‖contigo…
Los ojos de Archer se estrecharon.
―Todas esas llamadas a Viv, están molestándola. ―Mick inclinó la
cabeza, luciendo demasiado contento y para nada como si le importara una
mierda los sentimientos de Vivian―. Tuvieron una pelea, y realmente la
lastimaste. Creo que sería mejor si la dejas sola hasta que sienta que quiere
hablar.
No quería lastimarla. Quería empujar la puerta y demandar que Vivian le
dijera en la cara que no quería verlo.
Hizo contacto visual con Mick y lo mantuvo, negándose a apartar la vista.
―De alguna manera, pienso que no fue su decisión dejar de hablarme.
¿Qué harás, Mick? ¿Tomarás su teléfono? ¿Encerrarla por comunicarse con sus
amigos?
La sonrisa de Mickey cayó lentamente.
―Est{s traspasando una delgada línea. Ella es mi chica. No tienes que
forzarla cuando aún está rota por la muerte de Brody. Cuidaré de ella, y ahora
jodidamente vete de aquí.
Archer‖frunció‖los‖labios.‖Asintió.‖Si‖así‖sería…
Agarró los hombros de Mickey y lo golpeó con la rodilla en el estómago.
53 Mick se dobló con un gemido sin aliento.
―¿Cómo es eso de jodidamente indispuesta? ―Archer entró al
departamento. Vivian estaba sentada en la mesa del comedor, pasando los
dedos por el borde de una taza de café. Lo vio y se sobresaltó, poniéndose de
pie.
―Archer…
Arrojó las flores sobre la mesa.
―¿Qué está ocurriendo, Vivian? ―La lastimaste, había dicho Mickey.
¿Cómo se atrevía él? ¿Cómo se atrevía ella? De todos los hombres a los que
conocía, ¿quién había sido el único que nunca había levantado una mano contra
ella? ¿Que nunca la había forzado a ir a la cama? ¿Que nunca la había empujado
a ninguna decisión que ella no quisiera tomar?―. Así que, ¿no estás interesada
en hablar conmigo?
Los ojos de Vivian se lanzaron detrás de él. Podía oír Mickey recuperar la
compostura, pisando fuerte a través de la sala de estar.
―No‖es‖así.‖Yo‖solo…‖por‖favor.
―Él está haciéndote hacerlo, entonces. Cortándome de tu vida porque
Dios prohíbe que tengas una vida aparte de él ―habló rápidamente. Mickey no
sería tomado con la guardia baja de nuevo, e iba hacia ellos―. O tal vez no
quiere que le reporte a los policías las magulladuras que deja detrás, ¿es eso?
Vivian puso una mano sobre su boca con horror mientras Mickey agarraba
un puñado de cabello de Archer y lo alejaba de ella. La parte posterior de su
cráneo crujió contra la pared y por un momento, su visión se blanqueó.
―¡Déjalo! Mick, no lo lastimes, ¡detente!
Mickey lo levantó por la parte frontal de la chaqueta, y era sólo vagamente
consciente de ser empujado de nuevo al pasillo, por el suelo, contra la pared
opuesta. Su cabeza le daba vueltas. Cuando su visión se aclaró, Mickey estaba
inclinado sobre él.
―Si te acercas a ella de nuevo, te mataré ―dijo entre dientes. La puerta se
cerró un momento después.
Silencio.
Un bulto se estaba formando en la parte posterior de su cabeza, incluso
mientras caminaba hacia el coche. No era de extrañar qué el impacto hubiese
agrietado el yeso de la pared.
Estaba temblando de nuevo.
54
Lunes, octubre 6
Traducido por NataliCQ
Corregido por Nanis
60
Miércoles, octubre 8
Traducido por Adaly y Ateh
Corregido por Nanis
66 ―No, pero hay más que hacer allí y todo el punto es lograr estar lejos de
este lugar. Vamos, no voy a aceptar un no por respuesta.
Observó a Evan salir de la silla y ponerse de pie. Archer tuvo el extraño
impulso de alcanzarlo y tocarlo, sólo para ver si se sentía tan frío como parecía.
Extendió una mano. Desde esta distancia, lo único que podía hacer era trazar el
contorno‖de‖Evan‖con‖un‖dedo.‖Tan‖lejos…
―Si no vas a aceptar un no por respuesta, entonces mis opciones‖son‖“sí”‖
y‖“sí”.
―Más o menos. ―Podía oír la sonrisa en la voz de Evan―. Iremos el
viernes por la tarde. Si necesitas algo antes de eso…
No terminó, pero Archer sabía. La invitación estaba allí. Hablar. Tener
compañía. El deseo de estar cerca de Evan era lo suficientemente fuerte para
hacerlo sufrir por ello. Lo ponía nervioso, casi le daba miedo. La idea de
necesitar‖alguien‖que‖no‖sea…‖no sabía si retirarse o rendirse a ello.
Cerró los ojos, respiró profundo. Trató de fingir que podía oler el océano
desde allí.
―Lo sé.
―Una cosa, sin embargo.
Archer parpadeó sus ojos abiertos.
―¿Qué? ―Miró y esta vez, Evan estaba en la valla de la piscina, mirando
directo a él.
―No tienes que esconderte de mí.
67
Viernes, octubre 10
Traducido por Ateh
Corregido por sabrinuchi
Archer llenó su bolsa con ropa limpia, todo prolijamente doblado, cepillo
de dientes, pasta de dientes, calcetines extra y cualquier otra cosa que se le
ocurrió que podría ser necesario en caso de emergencia. Viéndola, tuvo que
preguntarse si estaba un poco demasiado preparado. No recordaba la última vez
que estuvo lejos de casa. Debería haberlo pensado antes; no sólo estar lejos de casa
lo ponía ansioso, nunca dormía bien en una cama que no fuera la suya.
No había tiempo para echarse atrás, sin embargo. Evan se sentó en el
borde de su colchón, lo observaba con una ceja levantada.
―Eres tan lento. ―Se inclinó para mirar dentro de la bolsa―. ¿Cuántos
pares de calcetines necesitas?
―Uno nunca sabe. ―Archer frunció el ceño y empujó otro par de bóxers
en el interior, también―. Más vale prevenir que lamentar.
―Ajá. Te debería cobrar una tarifa de exceso de equipaje. ―Evan puso los
68 ojos en blanco―. Ahora que ya tienes suficiente material para que dure todo el
invierno, ¿estás listo para ir?
Archer le dirigió una mirada siniestra y empujó otro par de calcetines en la
bolsa antes de pasar con velocidad arriba. Su mirada se deslizó al celular en su
mesita de noche, pero cuando se trasladó a agarrarlo, Evan se estiró sobre la
cama y puso una mano sobre la suya. Archer hizo una pausa. La mirada en los
ojos de Evan era nada menos que súplica; realmente eran una sombra cálida de
color marrón. Y sus rostros estaban tan cerca que estaban casi compartiendo
una respiración.
―¿Déjalo? ―pidió Evan suavemente―. ¿Por favor?
Por un segundo, los dedos de Archer se apretaron alrededor de su
teléfono. Lo necesitaba. ¿Qué pasa si Vivian lo llamaba? ¿Y si era una
emergencia? Pero, ¿qué obligación tenía de correr a su lado y echar a perder su
tiempo fuera? Trató de decirse eso, pero sus ojos se movieron del rostro de
Evan a sus manos y viceversa. Evan apretó suavemente.
―Quiero tenerte para mí por un tiempo. Déjame ser egoísta.
Excepto que no era egoísta, y Archer lo sabía. Evan quería ayudar, y
ayudar significaba impedirle que esperara junto al teléfono por una llamada
que nunca llegaría. Él estiró sus dedos y retiró la mano. La boca de Evan se
curvó en una sonrisa cálida.
―Gracias.
Diez minutos más tarde, Archer cerró su apartamento y tiró sus cosas en la
cajuela de Evan. No le importaba que otras personas condujeran, pero tampoco
quería a Evan en su coche, que todavía le recordaba demasiado a la sangre de
Richter. Y no tenía idea de a dónde iban.
―Es una sorpresa ―dijo Evan cuando preguntó―. Espera dos horas y lo
verás por ti mismo.
La costa estaba llena de ciudades turísticas. Sería imposible deducirlo
hasta que se acercaban. Que era exactamente por lo que Archer miraba por la
ventana mientras conducían, señalando la autopista que tomaron y la dirección
en la que se dirigían.
Evan no era muy hablador mientras conducía, lo que Archer apreciaba.
Vivian le hubiera molestado en una conversación durante todo el camino,
queriendo compañía para ayudar a evitar que se quedara dormida al volante.
En tanto la música estuviera encendida, Evan parecía estar bien. De vez en
cuando Archer lo escuchó tarareando, y cerró los ojos, la cabeza apoyada contra
la ventana mientras escuchaba. Antes de darse cuenta, Evan lo estaba
empujando para despertarlo.
―Oye, estamos aquí.
Los ojos de Archer se abrieron y se enderezó. ¿En serio se había dormido?
69 ¿Cuándo fue la última vez que había tomado una siesta en un coche?
“Aquí”‖ era‖ un‖ edificio‖ situado‖ entre‖ {rboles‖ con‖ un‖ telón‖ de‖ fondo‖ del‖
océano. Las letras de oro en la puerta de cristal frontal decían Santuario Cove. A
su derecha, caminos de cemento estrechos llevaban a grupos de cabañas con
vista al agua. El típico resort encontrado en la zona, pero no quiere decir que no
fuera hermoso. Con la puesta de sol, el horizonte tenía un cálido resplandor
naranja brillante fuera del agua. Archer respiró profundamente mientras salía
del coche, saboreando el pesado aroma del océano.
Evan se acercó a su lado, empujándolo con un hombro.
―Servicio de habitaciones, paz y tranquilidad, sin preocupaciones, ni
teléfonos… ¿Qué te parece?
En realidad no era un cambio de escenario, pero a Archer no le importaba.
Le encantaba el océano.
―Creo que no voy a querer volver a casa. ―Se apartó de la vista para
conseguir sus cosas de la cajuela.
Se registraron y les dieron la llave de la habitación, instruyéndolos a dejar
su coche en el estacionamiento. Algo sobre este tramo de playa siendo un
santuario de vida silvestre y no permitiendo vehículos. Su habitación no estaba
muy lejos, de todos modos. Habitación, casa de campo, lo que fuera.
Tan pronto como Evan abrió la puerta y dio un paso a un lado para dejarlo
entrar primero, Archer supo que era más grande que cualquier habitación de
hotel en la que hubiera estado. Una pantalla plana colgada de una pared a la
vista perfecta de la cama y sofá. Una chimenea se ubicaba en la esquina, una
zona de cocina con una mini-nevera en la otra. Tenía un gran cuarto de baño
con dos lavamanos y ducha. Las puertas dobles se abrían a un pequeño patio,
escaleras que conducían a la arena. El aire del océano impregnaba toda la
habitación e hizo a Archer querer fundirse en el suelo.
Sabía que no podría haber sido barato.
Evan depositó su mochila sobre la cama, mirando a su alrededor.
―Se habían acabado las habitaciones más grandes así que, ya sabes, una
cama. Pero puedo dormir en el sofá.
Los ojos de Archer lo siguieron.
―Vas a dejar que te pagué la mitad de esto.
―Nop. ―Él abrió la cremallera de su maleta―. Soy yo el que te invitó. Por
lo que soy el que paga. ―Cuando Archer abrió la boca para protestar, él levantó
un dedo―. No discutas. Viniste conmigo; eso es todo lo que quería.
Archer cerró su boca, suspirando. Se volvió hacia su propia bolsa,
70 levantándola en el lado opuesto de la cama.
―¿Cuáles son nuestros planes, entonces?
―Lo que quieras. Tenemos un menú de servicio de habitación para la
cena. Mañana podemos ir a la ciudad y mirar alrededor, ir hasta algunas de las
tiendas. Y… hay algunos cruceros por día que van allí.
Archer sacó su ropa de salir, frunció el ceño, y decidió no admitir que
Evan había estado en lo cierto acerca de traer demasiados calcetines. Una
estancia de dos noches en realidad no merecía desempacar todas sus cosas, pero
lo que sea.
―De acuerdo. ¿Qué clase de cruceros por día?
Evan levantó la vista.
―Bueno, como… los que salen sólo un par de kilómetros. Barcos y cosas
de avistamiento de ballenas.
Ah, eso era todo. Archer no sabía nada acerca de observación de ballenas o
lo que sea, pero un curso en biología marina le resultaría divertido. No es que
sonara como una mala idea, pero no era algo que habría pensado por su cuenta.
―Déjame pagar por los boletos, y vamos a ir ―dijo una vez que sus cosas
estaban escondidas en un cajón. Captó la expresión brillante de Evan en el
reflejo de la pantalla de televisión, todo sonrisas.
―Trato.
* * *
Archer se despertó con Evan en su rostro. Aspiró tan rápidamente que casi
se atragantó con su jodida lengua.
―Duermes como una roca ―dijo Evan, cantarín, mientras que Archer se
empujaba sobre sus codos. Las puertas estaban cerradas, pero la habitación
todavía estaba helada. Evan estaba de pie a su lado, ya vestido con vaqueros,
jersey, chaqueta y una sonrisa. Archer parpadeó adormilado, empujando una
mano por su cabello.
―¿Qué hora es?
―Casi las diez. ―Inclinó la cabeza hacia el reloj en la mesa al lado del
sofá. No que el sofá se hubiese utilizado anoche… pero si Evan no quería hacer
comentarios al respecto, Archer no lo haría tampoco.
¿Cómo había dormido hasta las diez? El crucero de Evan partía pronto.
Significaba que tenía que mover el culo o se lo perderían. Se sentó con un
73 gruñido, balanceando las piernas de debajo de las mantas ―¿cuándo se había
metido debajo de ellas?― y obligándose a salir de la cama.
―Cierto, cierto… estoy levantado.
Hizo un trabajo rápido en vestirse; vaqueros, camisa de manga larga,
chaqueta… a la que Evan le agarró la capucha cuando él hizo ademán de salir
de la habitación.
―Vamos a estar en un barco, te congelarás ―insistió, hasta que Archer a
regañadientes se puso una segunda camisa.
Se saltaron el desayuno para llegar al embarcadero diez minutos antes de
la salida programada del barco y, por suerte, no estaba lleno. Evan cumplió su
promesa y lo dejó pagar.
Al instante en que estuvieron en cubierta, la temperatura pareció caer diez
grados; no quería admitir que fue una buena idea que Evan lo hubiese
convencido de ponerse una capa adicional de ropa. Se acurrucó sobre sí mismo,
siguiendo a Evan, quien no parecía preocupado por congelarse hasta morir. Era
un barco pequeño para un reducido grupo de turistas. Se aferró al brazo de
Evan brevemente cuando se separaron del muelle, inestable sobre sus pies.
Evan le sonrió.
―¿Acaso no creciste por aquí? ¿Nunca has estado en un barco?
―Cállate ―dijo entre dientes, esperando a que pasara la oleada inicial de
náuseas.
El barco se deslizó sin esfuerzo lejos de puerto, y Archer logró encontrar
sus piernas marinas y relajarse lo suficiente como para soltar a Evan. La
humedad le hacía cosquillas en el rostro si se asomaba sobre la baranda lo
suficiente como para que el rocío se levantara hacia él. El agua se extendía en el
olvido, y cada metro lejos de tierra era otro nudo de tensión que se esfumaba.
Poco a poco, llevado por el viento.
Esto era lo más lejos que había estado alguna vez de casa. De su madre, de
Vivian.
Evan agarró su mano, sacándolo de su aturdimiento.
―¡Mira!
Archer estiró la cabeza para seguir la mirada de Evan. Algo rompió
brevemente la superficie del agua y desapareció de nuevo. Evan dio un paso
atrás desde el borde para arrastrar a Archer delante de él, con las manos
puestas en la barandilla a ambos lados de su cuerpo. No un abrazo, pero sabía
que habrían conseguido miradas fijas si todo el mundo no hubiese estado tan
obsesionado con el agua.
Evan se inclinó. El calor de él en la espalda de Archer era hermoso en
74
comparación con el aire frío. El susurro contra su oreja envió un pequeño
escalofrío extraño por su columna.
―Espéralo…
Momentos más tarde, no menos de una docena de aletas surcaron el agua
de nuevo, de arriba abajo, siguiendo el rastro justo al lado del barco en perfecto
unísono. Delfines. Algunos soltaban un chorro de agua cuando salían a la
superficie. Uno saltó por los aires en un arco suave y se sumergió con apenas un
salpicón. Su guía turístico siguió hablando de algo por los altavoces, pero
Archer no le prestó ninguna atención. Su atención estaba en los delfines, en el
entusiasmo infantil de Evan. Y en tratar de no gruñirle a la gente
amontonándose a su alrededor para ver mejor. Los brazos de Evan a cada lado
de él le daban cierta distancia.
―¿No son increíbles? ―dijo Evan.
Definitivamente había una extraña belleza en observarlos. Una sensación
de tranquilidad. Archer se resistió a la tentación de inclinarse hacia atrás.
―No hay ballenas.
―Eso está bien. Podría ver esto durante horas.
―Podrías hacerlo algún día ―señaló. La idea de Evan graduándose,
saliendo en algún barco durante semanas a la vez… hacía que su pecho se
constriñera―. ¿Me dejarías visitarte?
―¿En mi barco metafórico en un viaje de investigación metafórica?
―Evan rió―. Podrías ir conmigo en cualquier momento que quisieras. Escapar
de la tierra firme, lejos de la vida.
La idea de eso… Dejar atrás las tensiones de la vida cotidiana, de
comprobar los mensajes de textos y de voz, escuchando severas reprimendas
seguir y seguir por todo lo que hacía mal… ¿Escapar y nunca mirar atrás,
desapareciendo en el horizonte de un océano que amaba?
Se consumía con la idea de ello.
―Me gustaría eso.
Nunca iba a pasar, sin importar lo mucho que lo deseara.
* * *
* * *
Encargaron de nuevo, pero esta vez llevaron su comida a la terraza trasera
con vistas a la playa. Las sillas del patio estaban apretadas más cerca, con la
pequeña mesa redonda entre ellas por lo que la comida podría ser compartida.
Buena comida, buena compañía y una hermosa puesta de sol reflejándose en el
agua significaba que Archer pudo mantener su mente alejada de Vivian, y
alejada del pequeño delfín de cristal yaciendo encima de la cómoda esperando
ir a casa con Marissa.
Evan desapareció en el interior durante unos minutos y cuando regresó, lo
hizo con dos copas y una botella de vino. Archer levantó una ceja.
―¿Cómo siquiera conseguiste eso? ―Evan era de su edad, y no había un
lugar en los alrededores que no se fijara en la identificación.
Él sonrió tímidamente.
―Hay un mini-bar en la habitación. Simplemente lo cargarán a mi cuenta
cuando nos vayamos. ¿Quieres un poco? ―Archer no era un bebedor. La idea
de emborracharse, arruinando voluntariamente su capacidad para tomar
decisiones coherentes, nunca tuvo sentido para él. Miró la botella con cautela.
Evan se dejó caer en su silla―. No tienes que hacerlo. Sólo… recuerda que no
tienes nada de qué preocuparte esta noche.
Nada de qué preocuparse. Ni Vivian. Ni su madre. Nada.
77
Archer suspiró.
―Sólo un poco. ―Evan le entregó una copa y él la sostuvo en alto,
observando la decreciente luz hacer trucos a lo largo de la superficie del líquido
al igual que lo hacía en el océano.
Evan levantó su propia copa.
―Por las vacaciones y la relajación.
―Por los brindis cliché y el consumo de alcohol en menores de edad.
Se sintió cálido al tragar, pero era mejor que algunas otras porquerías que
había probado en los últimos años. Vivian podía beber tragos de whisky y ron
como nadie, pero él lo odiaba.
Se quedaron en silencio de nuevo, absorbiendo el calor remanente a
medida que la temperatura descendía de manera constante. Archer se terminó
su bebida, dejó que sus ojos se cerraran, y podría haberse quedado dormido así.
Podía sentir a Evan observándolo. El silencio de repente era pesado.
―¿Qué es?
Evan vaciló.
―¿Sabías que un policía pasó por mi apartamento el otro día?
Los ojos de Archer se abrieron de golpe. Dejó la copa a un lado para no
dejarla caer.
―¿El detective Patterson?
―Ese mismo. ―Evan se recostó. Su mirada deambuló sobre el agua.
Archer estaba agradecido de evitar el contacto visual, por el momento―. Él
quería preguntar acerca de nuestro encuentro con ese sujeto Richter en el centro
comercial.
―Sí. ―¿Qué le había dicho Evan? ¿El detective ahora sabía que había
mentido acerca de permanecer allí durante la noche? ¿Siquiera lo había
preguntado? ¿Era incluso un sospechoso?
―Le dije que sólo lo saludamos al pasar. ―Evan se encogió de
hombros―. Y que estuviste conmigo toda la noche.
Un motivo de placer y pena. Su coartada ahora estaba confirmada a los
ojos de la policía, pero Evan sabía que había mentido. Y que él podría haber
tenido una razón para mentir. Más que eso, odiaba la idea de que ahora Evan
fuera una parte de su embrollo, porque había mentido por él. Sus dedos se
clavaron dolorosamente en los brazos de la silla. Debería decir algo, pero no
podía. No sabía qué decir.
―¿A dónde fuiste cuando saliste de mi casa, Archer? ―Esa voz… tan
engañosamente suave y gentil. Más curioso que preocupado o asustado. ¿No
debería tener miedo? Si pensaba que Archer era un asesino, ¿por qué llevarlo
78 todo el camino hasta aquí? Y, ¿cómo le respondía? Podía mentir. Decir que fue a
su casa, se quedó dormido…‖pero eso no habría respondido a la pregunta de:
¿por qué le mentirías sobre eso a un policía? No pudo conseguir que su lengua
cooperara.
Evan exhaló.
―Bueno. Entonces dime esto… ¿Sabes por qué alguien lo mataría?
Eso lo podía responder.
―Drogas. Dinero. ―Mantuvo la mirada al frente, trató de frenar el
temblor de sus manos. No funcionó―. Él era un ser humano inútil. Tú mismo lo
dijiste: él no era exactamente un santo.
―Eso no quiere decir que piense que él merecía morir.
―Lastimaba personas…
―¿Cómo? ―presionó Evan―. ¿Cómo lastimaba personas, Archer? ¿Qué
hizo que lo convirtió en semejante monstruo que merecía morir?
―Él lastimó a Vivian ―dijo bruscamente, levantándose de su silla―. Él y
sus malditos amigos… La tocaron y la follaron y Brody se quedó ahí sentado y
se echó a reír, ¿de acuerdo? ―Y nadie sabía. Nadie sabía, porque no había
habido ninguna prueba y era la palabra de Brody contra la de Vivian, y parecía
tan cruel que nadie quiso creer que un par de chicos adolescentes le harían algo
así a una niña.
El patio se sentía demasiado encerrado. Tenía que escapar.
La arena era helada bajo sus pies descalzos mientras se alejaba de la casa.
No había nadie a la vista en ninguna dirección, y la oscuridad estaba llegando
rápido, el sol una sola franja de color amarillo anaranjado en el horizonte. Se
detuvo en el borde del agua, dejando la punzante marea lamiera sus pies.
Evan lo siguió, pero se detuvo a unos metros detrás de él. No dijo nada.
Tal vez no sabía qué decir; tal vez estaba enojado u horrorizado. Tal vez a los
ojos de Evan, él era el monstruo por tomar una vida. Pero él no entendía, no
podía entender. No había visto a Vivian después del hecho. Los moretones
donde ellos la habían sujetado, la mirada muerta en sus ojos… Si lo hubiera
hecho, tal vez lo entendería.
―¿Me dirás qué pasó? ―dijo tan suave que casi se perdió bajo el sonido
de la marea.
Archer se volteó, entrecerrando los ojos a través del cabello que la brisa
seguía sacudiendo en los ojos.
―¿Por qué debería?
―Porque lo pregunté. ―Evan lo miró fijamente―. Y porque merezco
saber por qué mentí por ti.
79 El pecho de Archer dolía. Su cabeza dolía. Se abrazó a sí mismo y se dio la
vuelta de nuevo. Sus secretos eran suyos. Para no ser compartidos, porque nadie
lo entendería. Pero Evan había mentido por él, posiblemente condenándose a sí
mismo a las consecuencias si la verdad de la muerte de Richter alguna vez
surgía. Sí, se lo debía a él.
―… Cuando éramos niños, Marissa, la mamá de Viv, salió de la ciudad
por un par de semanas en un viaje de negocios. Brody era mayor, fue dejado a
cargo. ―Sin importar que él fuera un completo idiota. Incluso Archer tenía que
admitir, que en ese entonces no había sido tan malo―. Él hizo una fiesta. Nada
grande, sólo un grupo de sus amigos. Ellos se drogaron, se emborracharon, se
volvieron‖mierda…‖lo‖que‖sea.
»Vivian le dijo a Brody que lo iba a acusar con su mamá. Algunos de los
chicos pensaron que la clave de su silencio era tomar las manos de ella y
empujarlas bajo sus pantalones. Burlarse de ella con amenazas de decirle a su
mamá que eso le gustaba. Lo encontraron gracioso. Se intensificó a partir de ahí.
Y Brody simplemente… se quedó sentado allí. Se quedó sentado allí y se rió
como si ver a su hermana siendo violada no fuese gran cosa.
Archer se quedó en silencio, en parte tratando de calmar sus nervios, en
parte tratando de evaluar la reacción de Evan. Ojalá pudiera encontrar las
palabras para expresar que matar a Brody y a sus amigos nunca lo haría sentir
tan culpable como lo había hecho el no proteger a Vivian.
El silencio no fue muy revelador, por lo que continuó.
―La mantuve en mi casa el resto de la semana hasta que su madre llegó a
casa. Ella estaba… Dios, estaba… destrozada. Si la hubieses visto… Fue la peor
semana de mi vida. Ella no quería salir de la casa. No podía dormir, no comía.
Tuve que obligarla a decirle a su mamá. Ella temía que si lo hacía, los amigos de
Brody lo harían todo de nuevo. Para entonces, sin embargo… no había nada.
Sin evidencia. Los moretones ya se habían ido. Por supuesto Brody lo negó y
trató de volverlo en nuestra contra, diciendo que él vio a Viv metiéndome a
hurtadillas en su habitación por la noche o algo así.
Evan no habló, pero se acercó más. Archer podía sentir el calor en su
espalda.
―Marissa fue la única que le creyó a Viv. Echó a Brody de la casa. Trató
de meter a Vivian en terapia por un tiempo, pero ella se negó a ir.
―Richter era uno de los chicos ―murmuró Evan.
―Sí. ―Su voz vaciló―. Si la hubieras visto… Era una chica tan dulce.
Nunca quiso herir a nadie, nunca quiso nada salvo ser la niña de mamá. Antes
de esa noche, la única persona que siempre quiso era yo. Después, todo cambió.
Ella cambió. ―Intentó agarrar su pecho. Quería hundir sus dedos y arrancar su
corazón para que dejara de doler―. Nunca nada de lo que hacía era lo
80 suficientemente bueno. Como si ella no pudiera mirarme porque yo sabía lo
que le pasó.
Evan lo rodeó para pararse frente a él. Archer no podía mirarlo a los ojos.
No cuando los suyos se enturbiaron y todo su cuerpo se estremeció con la furia
embotellada. Lo había mantenido escondido tan hondo, y Evan no tenía
derecho a hacerlo revelarlo todo de nuevo.
No. No es su culpa. Nadie me obliga a hacer algo que no quiero.
Una mano tocó su hombro. Luego se elevó hasta su mejilla, apartando
hacia atrás algo del cabello de su rostro. Los dedos de Evan eran cálidos aun
cuando el resto de Archer se estremecía por el frío.
―Hiciste todo lo que pudiste por ella, Archer. ―La mano en su rostro lo
hizo levantar la barbilla y encontrarse con los ojos de Evan ya sea que le gustara
o no―. Pero no puedes ayudarla si ella no quiere ser ayudada. No puedes
lastimar a otras personas; está mal sin importar desde qué ángulo lo veas. Y
seguro como el infierno que no puedes matarte tú mismo tratando de hacerla
feliz para siempre. ―Sus ojos no eran nada salvo preocupación. Nada como los
de Vivian o los de su madre… No había fría distancia. Ni renuencia.
Archer no podía soportar la idea de él apartando la mirada. Necesitaba
esto: la última cuerda manteniéndolo conectado a tierra.
―No sé qué hacer.
Evan sonrió renuentemente.
―Un terapeuta podría contestar ese tipo de cosas mejor que yo. Pero odio
verla haciéndote esto una y otra vez: atraerte, rechazarte. Sé que dejar ir a
alguien no es fácil cuando ha sido todo tu mundo durante tanto tiempo.
¿Deja ir a Vivian? Archer no podía empezar a comprender cómo hacer eso.
Claro, ella dijo que no quería volver a verlo nunca más, pero él realmente no
creía que eso fuera a durar. Con el tiempo, ella tendría suficiente de Mick o
―más probablemente― Mickey se aburriría y la dejaría, y ella volvería
arrastrándose para que Archer recogiera los pedazos. Cuando ella viniera a
pedirle su ayuda, ¿cómo le decía que no?
―Estás temblando. ―Evan tocó su rostro de nuevo. Archer agachó la
cabeza. Tal contacto fugaz, pero cuando Evan comenzó a alejarse, tuvo que
luchar contra el impulso de agarrar su mano y mantenerla allí―. Ven. Vamos a
llevarte adentro.
Se permitió ser llevado por la playa. En el interior, le dolieron los pies al
segundo en que empezaron a calentarse. Caminar tomaba un poco de esfuerzo,
sus entrañas todavía hirviendo a fuego lento por la ingesta de alcohol. No
estaba borracho, no creía, sino achispado. Definitivamente achispado. Qué
apropiado término para ello. El mundo parecía una pequeña chis-pi-ta.
81 Evan no parecía peor por el desgaste a pesar de que había bebido el doble.
Retiró los cobertores de la cama, esperó mientras Archer se quitaba su chaqueta
y la camisa y se metió debajo.
Archer enterró su rostro en una almohada, respirando profundo. Esperaba
que Evan no cerrara las puertas. Una parte de él quería abrir los ojos y ver lo
que estaba haciendo, moviéndose alrededor de la habitación, pero toda la
energía se había drenado de él. El vino al que su cuerpo estaba tan poco
acostumbrado, la ráfaga de pensamientos y emociones… Todo lo que quería era
sacarlo todo de sí mismo y esconderse debajo de las mantas y la calidez de
Evan…‖que‖ya‖echaba‖seriamente‖en‖falta.
El colchón se movió con el peso añadido y Evan se deslizó en la cama
junto a él. Archer oscilaba en ese hermoso lugar de ensueño entre dormido y
despierto, donde nada parecía real y sin embargo demasiado real al mismo
tiempo. Se dejó llevar más cerca, buscando más de ese calor confortable, y Evan
le dio la bienvenida con los brazos abiertos. Las yemas de sus dedos se
arrastraban por la longitud de su columna vertebral, desde la parte baja de su
espalda hasta la nuca de su cuello y de vuelta nuevamente. Cómodo.
Reconfortante.
―No te vayas ―murmuró.
No‖ fue‖ hasta‖ que‖ Evan‖ susurró‖ “No‖ lo‖ haré”‖ que‖ Archer‖ finalmente‖ fue‖
capaz de dormir.
Domingo, Octubre 12
Traducido por Danny Lowe
Corregido por Nanis
83
Lunes, octubre 13
Traducido por Mae
Corregido por Nanis
84 ―Neumonía‖ ―dijo‖ aturdida―.‖ ‖ Su‖ cuerpo‖ no‖ puede‖ luchar‖ contra‖ ella.‖
Est{n‖tratando,‖pero‖simplemente…‖no‖sé.‖Si‖no es la neumonía lo que la mate,
será su corazón o riñones.
Si Marissa no estaba bien cuando los médicos se mostraban optimistas,
¿qué podía pasar cuando no lo sabían? Su vientre se retorció bruscamente. Se
pasó una mano por la cara.
―¿Puedo‖entrar?
―Est{n‖ tratando‖ de‖ mantenerla‖ aislada‖ tanto‖ como‖ les‖ sea‖ posible.‖ A
cuanta‖ m{s‖ gente‖ que‖ esté‖ expuesta…‖ ―Vivian‖ inhaló‖ y‖ se‖ secó‖ los‖ ojos,‖ la
mirada fija en el suelo.
La mandíbula de Archer se apretó.
―¿Por‖qué‖me‖llamaste‖si‖ni‖siquiera‖estoy‖autorizado‖a‖verla?‖―Fue‖una‖
estupidez preguntar. Sabía por qué, pero quería oírselo decir. Mickey no se
encontraba allí. Probablemente no podía molestarse en venir.
―Porque‖ yo…‖ no‖ quería‖ estar‖ sola.‖ ―Tuvo‖ la‖ decencia‖ de‖ parecer‖
avergonzada. Archer quería sentirse satisfecho, pero no lo hizo. Se sentía
miserable.
―Estabas‖ bien‖ con‖ estar‖ sola‖ cuando‖ dejaste‖ que‖ Mick‖ tomara‖ tu‖ mano‖
―dijo‖fríamente‖y‖se‖volvió para alejarse.
―Archer.‖―Sus‖zapatos‖resonaron‖sobre‖el‖linóleo‖mientras‖se‖apresuraba‖
a‖alcanzarlo―.‖¿Ni‖siquiera‖me‖vas‖a‖dar‖la‖oportunidad‖de‖explicar?
―¿Qué‖ hay‖ que‖ explicar?‖ ―Él‖ no‖ se‖ detuvo.‖ Forzando‖ sus‖ pies‖ a‖
mantenerse en movimiento, impulsado‖por‖su‖ira―.‖O‖decidiste‖que‖no‖querías‖
verme más, o Mickey decidió por ti. De cualquier manera, perdona mi falta de
respeto a tus deseos.
―Archer.‖―Vivian‖tomó‖su‖abrigo‖y‖él‖se‖dio‖la‖vuelta‖tan‖r{pido‖que‖se‖
tambaleó hacia atrás, encogiéndose. No hizo nada por su temperamento.
―No‖te‖encojas‖―dijo‖entre‖dientes―.‖Yo‖podría‖ser‖el‖único‖hombre‖que‖
nunca te ha levantado una mano, ¿y tienes el descaro de actuar como si te
asustara? Dejaste claro lo que querías, Vivian. Me voy de aquí.
―Lo siento, ¿está bien?‖―Cerró‖los‖ojos,‖pero‖no‖evitó‖que‖las‖l{grimas‖los‖
atravesaran‖ y‖ se‖ deslizaran‖ por‖ sus‖ mejillas‖ sonrojadas―.‖ Tenía‖ razón.‖ Tenías‖
totalmente la razón en todo. Mickey era agradable al principio. Fue maravilloso
los‖primeros‖días‖y‖luego…‖enloqueció‖por completo. Tomó el teléfono y lo tiró
a la piscina. Tuve que conseguir uno nuevo y esconderlo de él. ¡De mi propio
novio! Me dijo que si quería que las cosas funcionaran entre nosotros tenía que
sacrificar algo, también.
―Y‖ese‖sacrificio‖fui‖yo.‖Vaya,‖gracias.‖―Qué pensaría ella, se preguntó, si
85 supiera de todo lo que había sacrificado por ella. Una conciencia limpia, por ejemplo.
―Fue‖una‖estupidez‖y‖lo‖siento.‖―Sus‖pequeñas‖manos‖se‖aferraron‖a‖su‖
camisa, sus uñas se enterraron en la piel debajo. No podía mirarla mientras
lloraba.‖ Vivian‖ se‖ apoyó‖ contra‖ él‖ y‖ apretó‖ la‖ cara‖ contra‖ su‖ pecho―.‖ ¿Qué‖
hago, Archer? ¿Qué hago si mamá muere? ¿Cómo mantengo a Mickey
apartado?‖ Estoy‖ tan‖ perdida,‖ es‖ que…‖ ―Se‖ interrumpió,‖ dejando‖ que‖ sus‖
lágrimas empaparan su camisa, su corazón.
Archer cerró los ojos, tratando de volver el tiempo hace veinticuatro horas,
en una habitación de hotel a kilómetros de distancia.
―Por‖favor.‖Por‖favor,‖necesito‖tu‖ayuda‖―suplicó.
No sabía cómo decirle que no. ¿Era posible que esta vez fuera diferente?
―Estoy‖cansado‖de‖ser‖el‖héroe,‖Vivian.‖―Toda‖la‖energía‖que‖tenía‖para‖
sonar‖ enojado‖ lo‖ había‖ abandonado.‖ Estaba‖ tan‖ cansado―.‖ Si‖ te‖ ayudo…‖ ser{‖
con‖tu‖promesa‖de‖que‖esta‖sea‖la‖última‖vez‖que‖vayas‖a‖él.‖―Vivian‖lo‖miró.‖
Su labio inferior temblaba. Archer endureció su resolución lo mejor que
pudo―.‖Lo‖digo‖en‖serio.‖Voy‖a‖ir‖a‖casa‖contigo‖y‖voy‖a‖cambiar‖las‖malditas‖
cerraduras si tengo que hacerlo.
Al principio, él pensó que no estaría de acuerdo. Que le diría que no
importaba y seguiría su camino. Pero Vivian inhaló y se secó los ojos, asintiendo
una vez. Y por un momento, le pareció ver la misma adoración infantil en su
mirada que solía tener… un fuerte recordatorio de lo que él pensaba que había
perdido.
Pero cuando Vivian puso sus brazos alrededor de él, se sintió mal.
* * *
* * *
* * *
Cenaron en un lugar a treinta minutos cerca a The Grove, Archer
intentando no toparse con alguien que conocieran. Vivian ordenó langosta,
como siempre lo hacía. Ninguna sorpresa. Luego, la llevó a la ciudad, donde
vagaron por las calles y el centro comercial. Cuando pasaron por Fly´s, Archer
no pudo evitar la punzada de culpa. Tenía que llamar a Evan, pero no podía
dejar de sentirse mal. Quería que las cosas funcionaran con Vivian para así
poder demostrarle que estaba tratando, que ella estaba mejorando. Incluso si
tenía miedo de creer en sí mismo.
Vivian tomó su mano y tiró de él fuera de la sala de juegos hacia una
joyería cercana, admirando un par de pendientes. Archer no podía ver nada
especial sobre ellos.
―¿No‖tienes‖suficientes‖diamantes‖ya?
Le dio una mirada de incredulidad.
―Una‖chica‖nunca‖puede‖tener‖demasiados‖diamantes.
Se las arregló para engañarla de alejarse con la promesa de un helado sin
que ella derrochara en joyería que indudablemente perdería. No fue hasta que
tuvo un cono de helado de vainilla en las manos y se estaban dirigiendo fuera
que lo sorprendió con:
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―Entonces,‖¿qué‖est{‖pasando‖contigo‖y‖Evan?
Hola, fuera de la nada. Archer frunció el ceño.
―¿Qué‖quieres‖decir?
Viv pasó su lengua sobre el helado y lamió sus labios.
―Saliste‖de‖la‖ciudad‖con‖él‖la‖semana‖pasada.‖Y‖no‖estuviste‖devolviendo‖
mis llamadas. Ya sea que dejaste el celular en casa, o estabas muy ocupado.
―Mantuvo‖su‖mirada‖al‖frente,‖su‖tono‖calmado.‖
Y esta conversación se sentía como un déjà vu de su llamada con Evan el
otro día. Hizo una mueca.
―El‖ teléfono‖ estaba‖ en‖ casa.‖ Nosotros‖ solo…‖ queríamos‖ escapar‖ unas‖
cuantas noches.
Cuando Vivian se dio la vuelta y lo miró fijamente, podía sentir el calor
arrastrándose en su rostro.
―¿Así‖que‖ustedes‖dos‖son…‖como…‖una‖pareja?‖
Los familiares pequeños tentáculos de tensión se arrastraban entre sus
omóplatos, pero no estaba seguro porqué. ¿Qué razón tenía para estar a la
defensiva sobre esa pregunta?
―No‖he‖dicho‖eso.
―No‖lo‖negaste, tampoco.
―Él‖es‖un‖buen‖amigo,‖Vivian.‖¿Es‖eso‖malo?
―No,‖no.‖―Tomó‖otro‖bocado‖de‖su‖postre―.‖Es‖solo‖extraño.‖No‖es‖raro‖
que‖tengas‖un‖amigo,‖es‖raro‖porque…‖bueno,‖est{‖bien,‖es‖raro‖que‖tengas‖un‖
amigo. Normalmente no lo haces bien con la gente que no sea yo.
―Evan‖es‖diferente.‖Hay‖algo‖sobre‖él…‖es‖difícil‖que‖no‖te‖guste.‖―¿Qué‖
lo avergonzaba más, la manera en la que Vivian lo miraba fijamente o tener que
admitir algo así?
Los ojos de Viv se arrugaban en las esquinas cuando sonreía.
―Eso‖es‖bueno. Me preocupa que‖no‖tengas‖suficientes‖amigos,‖así‖que…‖
sí. Es algo bueno.
Archer no sabía por qué ella sentía la necesidad de decirle eso como si
tuviera que convencerlo. Él lo sabía. Pero la manera que ella tomó su mano y no
lo soltó, comenzó a preguntarse si ella realmente lo hacía.
―Sabes…‖―Ella arrojó el resto de su cono del helado en un bote de basura
cercano―. En vez de ir a una película,‖ pidamos‖ algo‖ en‖ tu‖ casa‖ ―dijo.
Inmediatamente, un nudo se formó en su estómago. Algo no estaba bien. Se
detuvo y la miró. Vivian encontró su mirada con facilidad, levantando su mano
92 hasta su cara. Su piel era increíblemente suave bajo sus dedos.
Esto‖no‖estaba‖bien‖en‖lo‖absoluto.‖Esta‖clase‖de‖encanto…‖era‖lo‖que‖ella‖
hacía cuando quería la atención de un chico. No la de él, sin embargo. Nunca la
suya. Pero maldita sea, tenía el efecto deseado. Su pulso vibraba y estaba sin
duda pensando en cosas que sabía no debería. Hizo que sus ojos bajaran hasta
su garganta, hasta su pecho. Vivian tiró en su mano.
―¿Por favor?
No. No, no, no. Mala idea. Tragó saliva y pensó en Evan, pensó en el océano
y las puestas del sol en la playa. Pensó en Vivian de pie allí, sin hacer nada,
mientras Mickey lo arrojaba fuera del apartamento.
―No hay nada bueno que podamos ver desde casa ―mintió. Bien, quizá
era una mentira; honestamente no sabía qué estaba pasando en la televisión―.
¿Pensé que realmente querías ver esa película de terror en el cine?
Vivian se inclinó hacia atrás y lo miró fijamente, alzando sus cejas. Al
principio, esperaba que discutiera y lo presionara más. Pero suspiro y dejó caer
sus brazos, aunque se quedó sosteniendo su mano.
―Está bien, está bien. Vayamos antes de que lleguemos tarde.
Archer exhaló. Posible crisis evitada. ¿Era una crisis? ¿No era esto lo que
quería? Toda la atención y afecto de Vivian. Dar la bienvenida a las
posibilidades que estar a solas con ella traería. No era la situación de lo que
estaba asustado; era de lo que sucedería después.
Pero para ahora, no tenía que preocuparse por ello. Él y Vivian fueron al
cine de la calle, y no soltó su mano ni una sola vez.
La lista. Necesitaba terminar la lista. Ninguno de ellos jamás sería libre
hasta que lo hiciera.
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Sábado, octubre 18
Traducido por Leogranda y AnnaTheBrave
Corregido por Nanis
* * *
98
Domingo, octubre 19
Traducido por AsheDarcy
Corregido por Nanis
* * *
104 Marissa tenía una caja de música de un delfín saltando sobre un arcoíris
hecho de rojo, azul y amarillo. Faltaban unos pocos colores, obviamente. Archer
le dio cuerda y rebobinó, dejando que se repitiera su interpretación perezosa de
Over the Rainbow. Cuando se sentó en el borde de la cama y se quedó mirando la
caja de música en sus manos, se acordó de breves destellos de Marissa
revoloteando sobre su cuarto. Arreglando su cabello, maquillándose,
poniéndose pendientes. Todo mientras la caja de música sonaba, y tarareaba
junto con ella en un tono suave, un suave tono que hizo que su corazón doliera.
Su propia madre nunca cantaba o tarareaba. Era algo tan pequeño, tan
normal. ¿Qué dirá mamá sobre todo esto cuando la vea?
Marissa había sido amiga de su madre mucho antes de que el padre de
Vivian saliera corriendo lejos de ellas y su propio padre hubiera muerto, pero
no eran realmente cercanas hasta después de todo eso. Dentro de su pérdida,
unidas, dos mujeres tratando de adaptarse a la vida criando a sus hijos solas.
Pero no podían ser más diferentes en todo, desde sus gestos hasta al estilo de
crianza de sus hijos.
La sombra de Vivian se derramó por el suelo en el parche de luz que
entraba desde el pasillo. Él no levantó la vista.
―Salvo cualquier metedura de pata con el papeleo, todo se debe ir para el
miércoles ―dijo. Había gastado su mañana en el teléfono, trató con funerarias y
el hospital. Tomando las decisiones que Vivian debería haber hecho, pero no
pudo recomponerse lo suficiente como para hacerlo.
Roxy también había llamado, después de haber oído las noticias. Se sentía
un poco mal porque no le hubiera dicho él mismo. Ella no estaba tan cerca de
Marissa como lo había estado, pero todavía estaba molesta.
―¿Qué puedo hacer? ―le había preguntado.
Archer contestó honestamente.
―Cuando sepa, te lo haré saber.
Vivian asintió lentamente.
―Sabes, no lo entiendo.
Archer no levantó la vista.
―¿Entender qué?
―Ella. Querer ser enterrada. Empujada en una caja y meterse dos metros
bajo tierra.‖ ―Por‖ el‖ rabillo, pudo ver a Vivian mirando alrededor de la
habitación, decidiendo si quería entrar o no―. Pasó gran parte de su tiempo
atrapada en esta casa, y luego‖atrapada‖en‖un‖hospital…
―¿Cuáles eran sus alternativas? ―Suspiró―. ¿Ser incinerada, atrapada en
105 una urna?
―Podría esparcir sus cenizas. Eso es lo que yo quiero.‖ ―Ella limpió los
ojos―. Flotar sobre el océano…‖libre.
Archer levantó la cabeza. La observo. No dijo nada. Los deseos de Vivian
no eran los de Marissa, y los de Marissa eran los que importaban ahora.
Viv suspiró y empujó el tema de lado.
―¿Realmente no te vas quedar otra vez? ¿Ni siquiera una noche más?
―No.‖ ―Paso la yema de su pulgar sobre la nariz del delfín―. Tu tía y
abuela estarán aquí, por no hablar de cualquier otro que vuele. No hay lugar
para mí.
―Podrías dormir en mi habitación.‖ ―Vivian se acercó a los delfines, de
espaldas a él―. Me sentiría mejor si estuvieras aquí.
Archer sintió una punzada de resentimiento por ese comentario. Sí, claro
que lo haría. Pero ella también tenía a toda su familia. ¿Qué hay de él? ¿No se le
permitía su propio tiempo de duelo?
―Quiero ir a casa, Vivian. Ya te dije que eras bienvenida a venir conmigo,
pero yo no puedo quedarme aquí.
Ella se dio la vuelta. La expresión de su rostro no era feliz, pero la miró a
los ojos y se negó a dejar flaquear su voluntad. Podía oír la voz de Evan en su
cabeza, su mantra personal ayudando a mantenerse firme y no ceder a lo que
Vivian quería. Tienes que pensar en ti mismo, también.
Un golpe en la puerta rompió el silencio. Archer suspiró. Gracias a Dios.
Podría haber besado a Evan por darle un escape de una conversación que sabía
que no quería tener. La expresión de Vivian cayó, pero no lo detuvo mientras se
deslizaba fuera de la habitación y se dirigía escaleras abajo.
Evan sonrió cuando Archer abrió la puerta. Sus ojos se movían pasando de
Archer a Vivian detrás de él.
―Oye. Um… ¿Cómo estás? ¿Vine demasiado temprano?
―No, en absoluto.‖ ―Él estaba temprano. Lo suficientemente temprano
para que Archer sospechara que se había saltado una clase sólo para llegar allí.
―Iba a hacer el almuerzo ―dijo Vivian―. Si quieres entrar un rato.
Archer se puso tenso.
―No,‖eso‖es…
―Me parece injusto hacerle conducir hasta aquí sólo para girar y conducir
de vuelta.‖―Ella agarró la parte posterior de la camisa de Archer y le apartó de
la puerta. Evan parecía a punto de arrebatarlo y arrastrarlo fuera, pero después
de un momento, de mala gana entró.
106 Siguieron a Vivian a la cocina. Archer sintió un breve roce de los dedos de
Evan contra su espalda y se obligó a relajarse. Esto no será tan desastroso como
crees que será. Él y Evan se sentaron en la mesa del comedor, mientras que
Vivian fue a través de los armarios y nevera. El viaje de compras de Archer en
la mañana dio lugar a un montón de comida para mantener a su familia
durante unos días, y una cuenta más grande de lo que le hubiera gustado. Pero
al menos eso significaba que ella no iba a darles de comer en el almuerzo carne
expirada con pan duro.
Evan cruzó las manos sobre la mesa. O bien no era ni un poco incómodo, o
estaba haciendo un buen trabajo ocultándolo.
―Yo, uh, Roxy sabe lo que pasó. Ella estaba preguntando sobre ti esta
mañana.
Vivian frunció el ceño.
―Oh. ¿En serio? Ni siquiera ha llamado.
―Ella‖me‖llamó‖―señaló‖Archer suavemente.
Evan lo miro, obviamente, tratando de ir con cuidado.
―Estaba preocupada de que tuvieras demasiado en tu plato… pero ella
quería que te dijera que si necesitas algo, se lo hagas saber.
Eso sonó como Roxy. Era una buena chica. Hace años había esperado que
fuera una buena influencia para Vivian, o más bien, sobre el gusto de Vivian en
los hombres, pero no hubo suerte. Roxy nunca fue una chica que dejara que
caminaran sobre ella como Viv lo hacía.
―Siempre se puede ver si ella quiere quedarse unas pocas noches.
Cuando se volvió para sacar platos de la alacena, Archer no podía
distinguir su expresión.
―Hay espacio para ella para compartir una cama conmigo, ¿por qué no?
Lo hiciste muy bien anoche.
Sus ojos se abrieron.
¿Había‖ realmente‖ sólo…? Sí, ella lo hizo. Ya sea a propósito o no, no
estaba seguro. No podía decir por la mirada en el rostro de Evan si su intento
de golpear un nervio había funcionado.
Los ojos de Evan se centraron en Vivian bruscamente mientras terminaba
de hacer sus sándwiches y los colocó sobre la mesa, junto con refrescos y una
bolsa de papas. Su voz se entrelazó con tensa cortesía, pero Archer podía decir
que su paciencia se estaba agotando.
―Puedes llamarla si cambias de opinión. Archer necesita un tiempo para
ordenarse a través de todo esto, también.
Archer arrancó un poco de su sándwich y bajó los ojos. No quería ver qué
107 tipo de mirada intercambiaban los dos.
―Razón de más ―Vivian apartó la silla para sentarse y tiro hacia atrás
con más fuerza de la necesaria―,‖para que no esté en su apartamento solo.
Evan no salto de un golpe, pero sonrió, casi demasiado dulce.
―Oh, él no estará solo. Voy a estar con él.
La mirada de Vivian se ensombreció. Justo así, Evan había ganado. Ella no
podía decir otra palabra sin aparentar ser una perra completa. Archer no sabía
si reír o comenzar a temer cómo esto podría volver más tarde a morderle el
culo. Tal vez por ahora, se conformaría con comer su bocadillo, sonriendo para
sus adentros.
* * *
* * *
Tomaron un rápido almuerzo en el restaurante por el camino antes de
dirigirse a casa de Marissa. Nadie había regresado de la visita y el auto de
Vivian tampoco estaba ahí. Nadie en casa. Mejor de esa manera. Archer tenía
una llave y entró.
Se deslizó escaleras arriba con Evan detrás de él. Luz de sol calentaba el
resto de la casa, pero la habitación de Marissa estaba envuelta en oscuridad, en
sombras y la luz captada sobre la superficie de los globos de delfines, hacían
trucos. Se dirigió directo al armario, pasando a través de los ganchos. El
abrumador olor conocido a lluvia y gardenias llenaba sus pulmones y hacía que
la necesidad de ver que se cumpliera la última voluntad de Marissa fuera más
desesperada
El vestido rojo destacaba entre los verdes y marrones. Lo sacó, demasiado
delicado en sus movimientos y lo sostuvo a la altura del brazo. Evan merodeaba
cerca de su costado, observando silenciosamente.
―Es lindo
Archer torció una sonrisa. Era plano, honestamente. Nada especial sobre
él. Pero era lo que Marissa quería.
Cuando bajaban las escaleras y se dirigían hacia la cocina, la puerta del
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frente se abrió.
Llegó a casa. Archer juró internamente. Los ojos de Evan se abrieron.
¿Corrían? ¿Saludaban a Vivian casualmente, como si no estuvieran husmeando
en la casa de su madre? ¿La enfrentaba por no aparecer en la visita? No sabía
cómo explicárselo, así que hizo la única cosa en que pudo pensar. Tomó la
mano de Evan y corrió.
Se deslizaron silenciosamente a través de la puerta trasera antes de que
Vivian los viera, bajando los escalones traseros, alrededor del costado de la casa
y a través de la puerta. Tan pronto como habían entrado al auto Evan los tenía
saliendo de la cuneta. Archer sostuvo la respiración. Esperando que Vivian
abriera la puerta del frente y los viera. Gritara y preguntara qué demonios
hacían.
Pero llegaron al final de la calle sin incidentes y pudo respirar de nuevo.
Evan empezó a reírse.
―Creo que nunca antes me había escabullido de la casa de alguien.
Archer se sonrojó, sin aliento.
―No sabía qué decir si nos atrapaba “¿Hola, solo tomamos prestado el vestido
de tu madre fallecida?”.
―Podrías‖haberle‖dicho‖la‖verdad‖―caviló Evan.
―Podría‖ haberlo‖ hecho.‖ ―Archer no pensó que eso hubiera terminado
bien. “¿Por qué le dijiste a él sobre el vestido y no a mí? ¿Por qué mi mamá te diría algo
así?”. Un millón de cosas que no quería escuchar―. Demasiado tarde para eso.
Regresemos a la funeraria y veamos qué podemos hacer.
* * *
Archer ignoró las protestas de Evan y se fue a clases. La vida tenía que
continuar. No podía detener su mundo debido a la muerte de Marissa, y estaba
cansado de escuchar sonar su teléfono. La distracción que las clases ofrecían lo
mantuvo alejado de Vivian sólo un poco más.
Terminó cerca de las cuatro, deteniéndose por casa para conseguir un par
de cosas, y se fue de nuevo.
Todavía había dos nombres en su libro. De los que se encargaría esta
noche, le gustara o no.
Héctor y Bobby eran las últimas cosas que él le debía a Vivian Hilton, y
cuando se hayan ido, podría seguir adelante con su vida. Así ella lo quisiera a
él o no, él quería, necesitaba esto hecho. Hector Barnes vivía a tres horas de
distancia y había sido bastante escurridizo como para que Archer no pudiera
llegar hasta él sin llamar la atención sobre sí mismo. ¿Qué le hizo decidirse a
hacerlo ahora? No lo sabía. Podría dejar correr el tiempo. Con el tiempo, el
126 asesinato de Richter podría estar vinculado de nuevo a él y su trabajo estaría sin
terminar.
Pero más que eso, estaba Evan. Se estaba haciendo cada vez más difícil
mirar a Evan a los ojos sin querer derramar todos los detalles de lo que había
estado haciendo. Sólo para escapar de allí, sólo para que alguien sepa la verdad.
Hector bien podría haber desaparecido de la faz de la tierra después de la
noche de la violación de Vivian. Tomó algo de investigación para Archer
imaginar siquiera a dónde había ido. Había empezado a entrenar para
convertirse en un bombero, lo que le dijo a Archer que debió limpiarse a sí
mismo. Consiguió su cabeza en orden.
Pero se preguntaba, ¿Héctor jamás pensaba en Vivian y lo que hizo con
ella? ¿No se daba cuenta del daño que había hecho?
El edificio de apartamentos de Héctor era de clase alta; Archer nunca
llegaría más allá del portero. Así que tuvo que pensar en algo más. Estacionó en
la calle de atrás entre algunos viejos edificios y el parque, bajó las ventanas para
escuchar, esperó. Miró. Justo a tiempo, el ritmo constante de los pasos de
Héctor viniendo desde el sendero del parque. En su traje de correr, salía a correr
a la medianoche. Un hombre de rutina. Archer sabía esto desde meses
conduciendo hasta aquí y observando.
Pero a diferencia de las otras muertes, no tenía nada planeado. Hector
cruzaría la calle justo enfrente de su auto. ¿Tenía que salir, agarrarlo pistola en
mano? ¿Dispararle? ¿Tenía que hacer que se viera como un atropello con fuga o
un atraco que salió mal? Ambos podrían remontarse a él, pero, ¿qué otras
opciones tenía?
El arma se sentía pesada en el bolsillo de su abrigo.
¿Crees que nadie más va a morir?, había preguntado Evan.
Cerró los ojos. La cara ensangrentada de Richter vino a su mente y con
ella, las náuseas abrumadoras que había sentido esa noche. El entumecimiento
de la punta de los dedos de los pies a la cabeza. Los pasos de Hector
acerc{ndose‖y‖él…
No se pudo mover.
¿Lo había dejado Evan completamente incapaz de matar? ¿Había sido su
desliz con Richter? ¿O era Vivian, y el abismo cada vez mayor entre ellos? ¿Por
qué era tan difícil ahora, después de tanto tiempo, después de las otras vidas
que había tomado?
Hector estaba en camino. Archer tomó un respiro. El ruido de las
zapatillas golpeando y dejando la acera. Pasó delante del coche y cruzó la calle.
Archer no podía moverse. Hector desapareció en una esquina de la carretera.
Monstruo. Eres un monstruo.
127 Sus manos se apretaron en el volante. Eso no evitó que temblara.
Un policía llamó a su ventana veinte minutos más tarde, haciéndole saltar.
La bajó y se quedó mirando a la señora uniformada. Ella se inclinó,
inspeccionando su coche antes de mirarlo a la cara.
―¿Te has perdido, hijo?
Siempre estoy perdido.
Él flexionó los dedos, obligándolos a relajarse. Le ofreció una pequeña
sonrisa.
―Sí, ¿en qué dirección está la autopista?
La policía le apuntó en la dirección correcta. Su motocicleta lo siguió hasta
que llegó a la rampa.
Cuando llegó a casa, apagó el motor y no se molestó en dirigirse arriba.
Era muy pasada la hora del baño diario de Evan, pero se sentó en el mirador y
se quedó observando la piscina oscura de todos modos, imaginándose allí.
¿Qué diría si supiera dónde estuve esta noche? ¿Si le dijera lo que estuve a punto
de hacer?
Lo que no debía hacer. Primero sus muertes se habían vuelto frenéticas y
descuidadas, ¿y ahora no podía realizarlas? No tenía sentido. Tenía que
terminarlo. Si no lo hacía, estaría atado a Vivian para siempre. Cuanto más
colgaba ella, cuando más se ahogaba él, empujado bajo el agua una y otra vez
por el peso de su culpa por no mantenerla a salvo cuando había sido más
importante. Ella no sería así si él la hubiera protegido.
Se recostó en uno de los bancos y se quedó mirando el cielo nocturno,
tocando la botella de la prescripción del Dr. Romero en su bolsillo. No había
tomado ni una a pesar de que sabía que debería. Marissa tomaba medicamentos
para la ansiedad; ella probablemente le hubiera dicho que lo intentara.
Archer se preguntó qué le diría Marissa que hiciera con todo lo demás. ¿Le
diría que se quedara con Vivian hasta el final? Él había llegado tan lejos con
ella, ni una sola vez la había decepcionado. ¿O Marissa le diría que se liberara y
cambiara? Aprovechar esta segunda oportunidad en la vida y ser el sol en el
mundo de Evan, ¿incluso si eso significaba dejar a Vivian atrás?
Quedarse o irse. Seguir adelante y ver a dónde lo llevarían sus decisiones
pasadas, o tratar de agarrar esta segunda oportunidad.
¿Los monstruos consiguen segundas oportunidades?
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Domingo, octubre 26
Traducido por SoleMary
Corregido por Nanis
* * *
* * *
139
Martes, octubre 28
Traducido por LizC
Corregido por Nanis
140
Jueves, octubre 30
Traducido por flochi
Corregido por sabrinuchi
143
Viernes, Octubre 31
Traducido por Jenn Cassie Grey y martinafab
Corregido por sabrinuchi
―¡Dulce o truco!
Archer miró fuera de la puerta principal a un fantasma, un duende y a lo
que asumió era alguna clase de Pokémon. Ni siquiera estaba oscuro fuera aún,
entonces ¿Por qué estaban pidiendo dulces?
―Lo‖ siento…‖ chicos‖ llegaron‖ temprano.‖ No‖ tengo‖ nada.‖ ―Porque no
había planeado estar ahí para Halloween. Se suponía que estaría con Evan, no
sentado en casa, esperando a que Vivian se arreglara para salir. Los niños le
dieron miradas de reproche pero se fueron sin decir nada.
―Debimos de haber conseguido caramelos ―dijo Vivian mientras salía
del pasillo. Se había atado su cabello hacia atrás en una coleta, vestía pantalón
negro y una camiseta que hacía juego tal como él le había pedido. Era tan lejano
a sus colores rojos brillantes y rosa bebé, pero mientras menos atención
atrajeran a ellos mismos, mejor.
* * *
El edificio de departamentos donde Mick vivía descansaba entre una
espesa cubierta de árboles por todo un lado de la calle. Archer le indicó a Viv
que se estacionara detrás del complejo donde los árboles eran más gruesos. Ella
prácticamente saltó en la punta de sus pies mientras él le colocaba la capucha.
Le sonrió y eso hizo que se sintiera mal del estómago.
―Tienes que prometerme ―dijo con voz temblorosa―, que escucharás
todo‖lo‖que‖diga.‖Si‖digo‖“v{monos”, nos vamos, ¿entendido?
Vivian asintió y rodó sus ojos. Él jaló los cordones lo suficientemente
fuerte para hacerla tambalearse.
―¿Entendido?
―Sí, sí, entendido. ¿Te estás asustando? ―Ella jaló la capucha para
aflojarla. Archer la ignoró. Sacó la pistola de su chaqueta, la revisó dos veces
para asegurarse que el seguro estaba puesto. Sería estúpido usarlo en un
complejo de departamentos, pero la necesitaban. Solo por si acaso.
¿Asustado? Tal vez lo estaba. No quería hacer esto. No quería dejar
plantado a Evan. No quería abandonarse él mismo.
Ya no quiero ser un monstruo.
Pero, ¿eso importaba? Evan no lo quería, y sus opciones eran limitadas. Se
145 podía quedar con Vivian y hacer esta última cosa por ella, o podía quedarse
solo. Solo era la más terrorífica de sus opciones.
Vivian se comportó y lo siguió cerca y en silencio con sus tacones mientras
caminaban alrededor del complejo. Había estado ahí solo una vez, para el
cumpleaños de Mick un par de veces atrás. Archer no se había quedado más
tiempo del que había sido forzado, pero recordaba donde estaba.
Los departamentos estaban repartidos en grupos de ocho. Cuatro en el
primer piso, cuatro en el segundo. Desafortunadamente, Mick estaba en el
segundo.‖ Afortunadamente…‖ el‖ balcón‖ trasero‖ estaba‖ escondido‖ por‖ m{s
árboles. Ellos podrían saltar si era necesario e irse por la parte trasera del
complejo. Era una ruta más larga pero se aseguraría que nadie los viera. Se
detuvo cerca del borde donde cubrían los árboles, mirando hacia ambos al
balcón de Mick y hacia las escaleras del porche de su vecino. Las luces estaban
apagadas. Con suerte, no había nadie en casa.
Pero, ¿qué hay si sí estaban? ¿Qué hay si los veían? ¿Qué si Evan se
enteraba?
Vivian le dio un codazo. Sus pies se quedaron aferrados a la acera.
Mirando arriba hacia el balcón, imaginando a Mick descansando en su sucia
casa…‖‖muriendo.‖Muerto.‖Fuera‖de‖la‖vida‖de‖Archer‖para‖siempre.‖Fuera‖de‖la‖
vida de Vivian. ¿Alguien lo extrañaría? ¿Realmente extrañarlo?
¿Alguien me extrañaría si yo me fuera?
Era un monstruo. Nadie lo extrañaría. ¿No era igual de digno de vivir
como las personas cuyas vidas había tomado? No tenía nada que ver con Vivian
o Evan. Absolutamente nada que ver con los deseos de Vivian, o la aprobación
de Evan; se dio cuenta.
Todo eso lo llevó a una cosa.
―No quiero hacer esto.
Vivian se giró lentamente. Sus ojos se clavaron en él.
―… ¿Qué?
No podía moverse. Diablos, no podía siquiera mirar a Vivian. Sus ojos
estaban fijos en la ventana de Mickey.
―No quiero hacerlo. No está bien.
Vivian tomó su brazo, tan fuerte hasta el punto que fue doloroso.
―¿Qué es lo que estás diciendo? Ya vinimos hasta acá, ¿cuál infiernos es el
punto de regresar ahora?
Archer se forzó a mirarla.
―Traté‖ yendo‖ tras‖ Héctor.‖ Traté,‖ y‖ yo…‖ no‖ pude.‖ No‖ quiero‖ herir‖ a‖
nadie…
146 Ella siseó.
―Un poco tarde para eso, ¿no crees?
―No quiero herir a nadie más. ―Deslizó la pistola de su bolsillo y la
miró―. No quiero ser un monstruo. ―Sólo tenía que ser mejor que esto.
Atemorizante, pero mejor.
Vivian se quitó la capucha, pasando sus manos sobre su cabello echado
hacia atrás.
―Jesucristo,‖Archer…
Por un segundo, pensó, esperó, que ella hubiera cambiado de idea. Que
estaría de acuerdo con él, como la Vivian que había conocido siempre y que
amó lo había estado. Ellos regresarían al auto e irían a casa, pasarían su
Halloween con películas estúpidas y muchos caramelos.
Sólo por un segundo.
Entonces Vivian tomó la pistola de sus manos, la ocultó en su chaqueta y
salió corriendo.
―¡Vivian!
Ella lo ignoró y desapareció alrededor de la esquina.
¿Qué debía hacer? Se podía quedar ahí, esperar a que ella regresara. Pero,
¿qué si alguien la veía? ¿Agitando una pistola (¡su pistola!) hacia Mickey
mientras él se reía y llamaba a los policías? No podía quedarse ahí en el frío, y
no podía irse sin ella. Maldiciendo entre dientes, Archer se aseguró que su
capucha estuviera puesta y la siguió.
Vivian aún tenía una llave del departamento de Mick y estaba
desbloqueando la puerta principal cuando Archer alcanzó las escaleras. No
pudo hacer nada más que susurrar su nombre. Ella apenas le dio una mirada
antes de desvanecerse dentro.
El aroma a pizza podrida y comida china fresca lo golpeó mientras
cruzaba el umbral y cerraba la puerta despacio detrás de él. Su corazón latía tan
fuerte que era imposible que todo el complejo no lo hubiera escuchado. Todas
las luces estaban apagadas. Una ligera luz brillante flotaba desde el pasillo de
una de las habitaciones traseras y Vivian estaba de pie, su capucha echada hacia
atrás, una silueta en el marco de la puerta.
―¿Qué demonios, Viv?
La voz de Mickey. Archer patinó hasta detenerse detrás de Vivian,
mirando sobre ella. Mick se echaba hacia atrás en la cama, desnudo, apenas
cubierto modestamente por una sábana. Vivian alzó la pistola hacia él, segura y
firme, como si realmente fuera a disparar.
Archer confiaba en que ella no vacilaría.
147
―¿Qué demonios estás haciendo? ―espetó Mickey. Tomó la sábana
fuertemente contra su cintura mientras salía de la cama. Algo estaba mal. Ropas
estaban en el suelo que no se veían como las de Mick.
La puerta del baño se abrió y una bonita pelirroja salió, tan poco vestida
como Mick. Ella se congeló, abrió la boca, la cerró de nuevo, como si no supiera
entre estar confundida o aterrorizada. En el espejo detrás de la cabeza de Mick,
Archer podía la expresión de Vivian cambiando.
Confusión
Sorpresa.
Furia desenfrenada.
―Dulce o golosina, Mick ―dijo en una voz, increíblemente calmada y
oscura.
Ella jaló el gatillo.
La bala impactó a Mick en el pecho. La pelirroja gritó. Ella gritó incluso
después que Vivian le disparara en el estómago. Viv despejó la habitación,
prácticamente saltando sobre la cama. La pistola se presionó directamente en el
bonito cabello rojo de la chica y disparó de nuevo. El grito se detuvo. Hizo eco
dentro de su cráneo como una alarma. Miedo. Dolor.
Desde la cama, Mick dejó salir un largo y burbujeante gemido y trató de
sentarse. Vivian soltó dos disparos más y él se quedó quieto.
Archer era un fantasma. Mirando. Sin poder ayudar, incapaz de parar la
cadena de eventos desenvolviéndose frente a sus ojos. Tal como antes, excepto
que esta vez necesitaba proteger a Vivian de sí misma.
Nada de esto podía ser real. Nada de esto estaba bien. Sangre salpicaba el
espejo, pareciendo negra sobre la piel desnuda de Mick bajo la luz parpadeante
del televisor.
La cabeza de Vivian giraba de la chica a Mick una y otra vez, pareciendo
darse cuenta de lo que había hecho. Abandonó a la chica en el piso,
arrastrándose hasta la cama al lado de Mick para buscar su pulso. Al menos hizo
una cosa bien. Pero sin guantes. Maldita sea.
Archer se movió sin pensar, envolvió sus brazos alrededor de su cintura y
la arrastró fuera de la cama mientras trataba de no pararse sobre la sangre en la
alfombra. Viv se estremeció en su agarre. ¿El sonido que hizo fue una risa o un
sollozo? No podía ver su cara para decirlo. Tenía medio pensamiento de dejarla
ahí. Él nunca había matado a un completo extraño. Ella no se había merecido
morir. Tal vez Mickey tampoco.
―Vivian, tenemos que irnos.
148
Cuando dejó de arrastrarla. La sacó de la habitación. Se dirigieron a la
puerta principal, Vivian aún mantenía un agarre de muerte en él mientras
tomaba la manija. Alguien la sacudió, gritando desde el otro lado. Archer se
echó hacia atrás. Se apresuró por la cocina y abrió de un tirón la puerta
deslizante de cristal. Sólo entonces la dejó ir, deslizando una pierna por el
balcón, dejándose caer en el piso de abajo.
Parpadeó por el impacto, apenas recordando girar al último segundo para
evitar un borde. Cuando se puso de pie miró hacia arriba, Vivian estaba
mirando sobre su hombro.
―¡Muévete!
Ella giró y no perdió tiempo deslizándose sobre el borde. Archer medio la
atrapó mientras caía para suavizar el aterrizaje. Su mano estaba en la suya de
nuevo, y ambos se internaron en la oscuridad mientras el mundo detrás de ellos
cobraba vida con gritos y alaridos desde el departamento de Mickey.
Él corrió hasta que pensó que no podía correr más. Los pulmones le
ardían, la garganta dolía, y el pulso tronaba en sus orejas. No podía dejar de
pensar a lo que se estaba enfrentando; si lo hacía, sus piernas cederían. Vivian
se volvió dura de jalar detrás de él. Sólo cuando pensó que su camino a través
de los árboles nunca terminaría, el auto apareció a la vista. Archer casi se
estrella contra él en su desesperación de entrar, arrastrando a Vivian sin
contemplaciones en el asiento de copiloto. Tomó las llaves cuando ella las sacó
de su abrigo.
Manejaron lejos a no más de tres kilómetros sobre el límite de velocidad,
con Vivian suplicándole a cada paso del camino:
―Acelera, acelera. ―Eso llamaría la atención. No. Archer siguió hasta que
estuvieron a dos, cinco, diez cuadras lejos del complejo. Cuando estuvieron a
una distancia segura, se tranquilizó. Mientras más espació había entre ellos y el
apartamento, más se relajaba.
Si Vivian no hubiera sido una chica, la habría golpeado en la boca. Si no
podía golpearla, seguro que podía gritarle.
―¿En qué carajos estabas pensando?
Vivian se giró hacia él sorprendida. El aire en el auto prácticamente
zumbaba con su adrenalina. Había sangre secándose en sus manos, rostro, y la
parte frontal de su abrigo.
―No ibas a hacerlo.
―Así que en su lugar decidiste tomar los asuntos en tus manos, ¿eh?
―Presionó el pedal más fuerte, acelerando en la avenida―. Dejar que todos en
el edificio te escucharan. Tus huellas dactilares, todas sobre Mick, huellas de
149 pisadas en la sangre del piso, entonces ellos incluso sabrán que usaste tus
bonitos zapatos nuevos para asesinar a tu novio en un ataque de celos.
Realmente inteligente, Vivian. ―Cuando le lanzó una mirada, sabía que tuvo
éxito en asustarla. Sus ojos estaban amplios y brillantes por las lágrimas―.
¿Alguien te vio antes de que saltaras?
Vivian apartó la mirada. Archer golpeó el acelerador hasta casi el suelo del
auto y ella contuvo la respiración, sosteniendo la manija de la puerta
fuertemente.
―Archer…
―¿Alguien te vio, Vivian?
―Yo‖ no…‖ ―Su voz se atoró en su garganta. Bajó la velocidad mientras
ella exhalaba, temblando en su asiento―. Si lo hicieron, fue sólo la parte trasera
de mi cabeza.
―Entonces cuando le pregunten a las persones alguien que conociera a
Mickey con cabello largo y rubio, ellos nunca sabrán que eres tú. ―¿Qué tan
tonta podía ser? ¿Qué estúpido fue él por haber accedido a esto en primer
lugar? ¿Por qué no pudo haber salido con él desde el principio antes de que las
cosas se salieran de control?
Vivian se hundió en su asiento, sollozando calladamente.
Archer no la consoló. Ella era un monstruo ahora, también.
* * *
* * *
* * *
* * *
―¿Por qué no me llamaste? ―Vivian exigió después del desayuno―. He
estado volviéndome loca. Podrías haber al menos contestado el teléfono.
Archer se paró frente a la ventana del dormitorio de Evan, mirando fuera.
Nubes grises inundaron el cielo en furiosas muestras oscuras, amenazando
163 lluvia. Imitando el estado de ánimo de Vivian. No tenía ganas de conducir de
vuelta a casa mañana y enfrentarse a ella. Tratar con ella por teléfono era una
cosa, en persona era otra.
―Estaba agotado. Espero que no hayas ido casa.
―Me alojé en un hotel ―dijo malhumorada―. Y antes de que preguntes,
sí, he usado un nombre falso. No soy estúpida.
Cerró los ojos.
―¿Pagaste con una tarjeta de crédito que tiene tu nombre en él? ―No
hubo respuesta. Suspiro―. Olvídalo. Sólo… trata de mentir. Si alguien te
hubiera visto me imagino que te habrían arrestado para ahora, así que tal vez
tienes suerte.
―¿Por qué lo dices que como yo soy la única que lo tiene? ―Su voz
adquirió un tono defensivo.
Archer quería decirle que era porque él no había sido lo suficientemente
estúpido como para tocar los cuerpos o disparar a alguien en un edificio de
apartamentos ocupado. Pero tenía que jugar bien, como Evan le había
ordenado. Al menos hasta que supieran cómo manejaría Vivian esto. Así las
cosas, cada palabra de su boca la hizo más y más un extraño para él.
Respiró.
―No debería haberte llevado allí. Lo siento.
―¿No le has dicho a nadie sobre mí, cierto, Archer? Quiero decir, ambos
estamos en problemas. Pero no me delatarías, ¿verdad?
No. No, no quería hacer eso. No quería verla tras las rejas. Lo destrozaría.
Podía imaginarse a Marissa dando vueltas en su tumba ante la sola idea de su
pequeña Vivi encerrada.
―Mira, necesito que escuches lo que te estoy diciendo y espero tengamos
suerte. Si encuentran tu ADN en la cama o lo que sea, podrían señalar que
ustedes dos estuvieron juntos recientemente. Siempre y cuando no haya nada
en su cuerpo…
―¡Pero lo toqué!
―…‖ o si las huellas dactilares son demasiado borrosas para que ellos
sepan, tendremos una mejor oportunidad. Simplemente no llames la atención
sobre ti en este momento, ¿lo entiendes? No mirar la noticia en línea o compres
un periódico. No se los menciones a nadie. ―Hizo una pausa, esperando hasta
Vivian hizo un pequeño ruido de reconocimiento antes de continuar―. Si viene
la policía, no les digas que tú y Mick estaban discutiendo. Inventa una historia
sobre los moretones en tu cara…‖y ten cuidado con decir demasiado. A ellos les
gusta mantener limitada la información que dan a los medios, por lo que los
pequeños detalles pueden ser utilizados para vincular el asesinato con el
164 asesino. ¿Tienes todo eso?
―Sí. ―Vivian sollozó. Estaba llorando―. Sí, tengo todo eso. ¿Cuándo
podré verte?
Se pellizcó el puente de su nariz.
―Estaré en casa mañana. Voy a llamar cuando esté allí y hablaremos más.
Hasta‖entonces,‖sólo…‖trata de actuar con normalidad. Eso incluye no explotar
mi teléfono.
Se despidieron y Archer apagó su celular por completo. Se lo metió en el
bolsillo y se volvió para encontrarse con los ojos comprensivos de Evan. Era
difícil para él hacerle frente a Vivian. Era difícil para Evan tener que verlo tratar
con Vivian.
―Siento que no hay fin a todo esto ―dijo Archer.
―Lo habrá. ―Evan se levantó―. Lo averiguaremos. Sólo tienes que tomar
un poco de tiempo y dejar que el polvo se asiente. Al igual que le dijiste a ella,
no vamos a llamar la atención sobre nosotros. ―Envolvió sus brazos alrededor
de los hombros de Archer y lo apretó.
Él gruñó, incómodo con el cariño, pero no estaba mal. Tocó una mano en
el brazo de Evan.
―Actúa normal, bien. Entonces vamos a salir de aquí; dijiste que quería
que te llevara a hacer turismo. ―Qué había para ver en una ciudad como esta,
no sabía. Pero sería interesante tener una mejor sensación por el lugar donde
Evan creció. Se dirigieron a la planta baja, donde Sam los atrapó antes de
escapar por la puerta principal.
―Vas a tener que decirle a mamá y papá finalmente, ya sabes.
Evan se quedó inmóvil con la mano en el pomo, girando para mirar a su
hermana.
―¿Qué?
Sam se apoyó en el arco que conectaba la puerta de entrada a la sala de
estar.
―No me preguntes qué a mí; sabes de lo que estoy hablando. ―Ella los
miró de reojo―. Traes a tu novio a casa y ni siquiera adecuadamente se lo
presentas a la fam… van a saltar sobre ti por eso.
El rostro de Archer quemó. Así que ella lo sabía.
―Entonces, ¿por qué lo cubriste en el desayuno?
Ella se encogió de hombros.
―¿Debido a lo incómodo que eso podría haber sido? Ellos descubriendo
que su hijo es un hada…
165 ―¿Discúlpeme?
―…‖ y que el tipo sentado al lado de él es su novio. Estaba tratando de
salvarte más que a él. De lo contrario hubiera sido muy divertido.
Evan frunció el ceño.
―Así que no eres realmente…
―Dije que me gustan los chicos ―dijo Sam con un encogimiento de
hombros―. Lo dije en serio. No puedo decir que he estado con una chica, pero
no lo golpees hasta que lo pruebes, supongo.
La boca de Archer se torció en una sonrisa irónica. Un espectáculo extraño
de bondad, pero estaba agradecido por ello. No podría decir que ser marginado
en frente de un grupo de desconocidos puedo haber sido la peor parte de su fin
de semana, pero seguro que no habría sido lo más destacado, tampoco. Tal vez
hubiera sido más por el bien de Evan que por el suyo. Pero de cualquier manera
las palabras estaban atrapadas en el interior de su garganta, y tuvo que trabajar
en liberarlas, con la esperanza que transmitieran su significado tan fuerte como
él las quería.
―Gracias.
Sam se enderezó y se volvió para irse con un gesto frívolo y una sonrisa
igualmente ligera.
―No me des las gracias. Sólo cuida de mi hermanito, mantenlo fuera de
problemas, y nos llamaremos incluso.
Problemas. Archer no pudo evitarlo; se rió.
166
Domingo, noviembre 2
Traducido por Mae
Corregido por Nanis
―No lo sé. Ella no quiere estar sola. Tal vez no confía en mí. ―Archer
miró por la ventana del frente por enésima vez, siempre preparándose para ver
a Vivian de pie en su porche. No había rastro de ella. Sólo podía esperar que
estuviera ocupada en The Grove o con la escuela. Tal vez no se presentaría en
absoluto.
―No lo sé. Tal vez. ―Evan suspiró en la otra línea―. Me gustaría tener
algún‖tipo‖de‖respuesta‖para‖esto.‖Sigo‖tratando‖de‖pensar‖en‖una,‖pero…
―Es mi lío. ―Archer dejó que la cortina se extendiera a través del vidrio
otra vez―. Debería decirle que está por su cuenta. De lo contrario, va a
empeorar. Tal vez fue la muerte de Marissa, pero ella sólo…
―¿Perdió el control por completo?
Cerró los ojos. ¿Vivian estaba loca? ¿Algo se había roto en su cabeza?
―No lo sé. Tal vez. ―Quizás, quizás, quizás. Ella nunca había sido la
171 persona más estable emocionalmente, pero esto era diferente―. Nunca ha
actuado de esta forma conmigo. ―Vivian tampoco había matado a nadie nunca
antes. Archer sabía por experiencia que quitar una vida cambiaba a una
persona, retorciendo algo en sus cerebros.
―Tampoco alguna vez va a tener un cierre, teniéndote a su lado sacándola
adelante ―dijo Evan suavemente―. Eso es lo que es, ¿no lo ves? Marissa y tú
eran las dos constantes en su vida. Ella hará lo que pueda para conseguir
engancharte de nuevo.
Con Marissa fuera, él no tenía a nadie para encargarse de Vivian. Nadie
para pedir consejo. Roxy no sería capaz de manejarla, no en esta situación. No
con Vivian tan perdida. Evan solamente reafirmaba sus propios pensamientos,
y esa no era una buena cosa.
Cuando abrió la boca para responder, alguien llamó. Se quedó paralizado.
Llamaron de nuevo.
―Me tengo que ir. ―Colgó sin despedirse adecuadamente. Vivian no
hubiera golpeado. Incluso antes de abrir la puerta, había medio esperado ver al
detective Patterson de pie en su porche.
No era Patterson. Archer no reconoció al hombre de cabello oscuro que le
devolvía la mirada, pero por la forma en que vestía, era un investigador de
algún tipo. Por supuesto que no sería el mismo tipo. Diferentes asesinatos. Forzó una
sonrisa tímida.
El hombre se rascó la mandíbula. No sonrió.
―Buenas tardes. ¿Es Archer Pond? ―Él no esperó una respuesta y sacó
una identificación. Detective Larry Stevens. ¿Qué pasaba con estas unidades de
investigaciones que tienen los nombres más aburridos del mundo?―. ¿Te
importa si entro?
El aire de confianza vaga que este sujeto despedía no hizo que se sintiera
tan cómodo como el demasiado esforzado Patterson. Archer se hizo a un lado.
―¿Puedo ayudarle?
Larry Stevens miró a su alrededor cuando entró. No es que hubiera algo
interesante para ver. El apartamento de Archer estaba lejos de ser interesante.
―Gracias.‖¿Conoce‖a‖un‖tal‖Mickey‖Du…‖Dumb-ant, señor Pond?
Archer se mordió la lengua, tratando de no reírse.
―¿Mickey Dumont?
―Ese mismo.
―A veces salía con mi grupo de amigos. ―No tiene sentido mentir al
respecto. Cuanto menos mintiera, menos podían captar en él―. Estaba en una
relación intermitente con alguien que conozco. ¿Por qué?
172 Stevens se puso cómodo y se sentó a la mesa del comedor, donde podía
garabatear mejor en su bloc de notas. ¿Estaba diciendo algo que realmente fuera
digno de escribir? Quizás cómo se pronuncia correctamente el apellido de Mick.
―¿Es usted consciente de que Mickey fue asesinado?
Archer frunció el ceño. Una vez más, no tenía sentido fingir sorpresa, o
actuar como si estuviera devastado. Cualquier persona que lo conociera, y a
Mick, podía dar fe de que se odiaban.
―No, no lo había oído.
―No suenas muy perturbado. ―Larry levantó una ceja tupida.
Se dejó caer en la silla frente al detective.
―Estoy sorprendido. Quiero decir, Mickey no era muy querido, pero no
creí…‖Ya‖sabe,‖que‖alguien‖lo‖odiara‖tanto.
La pluma de Larry tocó su bloc. Una vez. Dos veces.
―Entonces, ¿tenía un montón de enemigos?
Territorio traicionero.‖ Si‖ decía‖ que‖ “sí”,‖ ¿Larry‖ grandes‖ cejas le pediría
nombres?
―Él es, era, en cierto modo un hombre de chicas. Si se le podría llamar así.
Pero no las trataba muy bien. ―Archer se quedó mirando el movimiento de la
pluma. No podía distinguir la escritura―. Bebía mucho. De vez en cuando
consumía drogas.
―Y cuando dices que no las trataba muy bien, ¿conoces a alguien en
concreto? ―Otra mirada larga. El estómago de Archer dio un vuelco. ¿Actuar
inocente? Eso era fácil. Al distanciarse de la persona. Despojándose de toda
sospecha. Pero, ¿cómo hacía para no involucrar a Vivian? Cualquier cosa
honesta que pudiera decir solamente la condenaría.
Se reunió con la mirada penetrante del detective y encontró que no podía
decir una palabra. Atrapado. No podía decir nada. Si él incriminaba a Vivian,
ella se aseguraría de hundirlo con ella.
―No‖creo‖que‖sea‖realmente‖mi‖lugar…
―Es cercano a Vivian Hilton, ¿cierto?
Deslizó poco a poco sus manos fuera de la mesa y en su regazo para
ocultar el temblor.
―Más o menos.
―Más o menos.
―Hemos tenido un poco de mala racha últimamente. Ella dejó de
hablarme así como la mayoría de sus amigos.
―Debido a Mickey.
Él ya sabe todo esto. ¿Quién le dijo? ¿Ya había hablado con Vivian? ¿Algunos
173 de los otros en The Grove?
―Sí, debido a Mickey.
Larry asintió. Garabateando más.
―Me gustaría oír más, si quieres seguir hablando.
En otras palabras, él podía continuar, o podía ser llevado a un
interrogatorio, con abogado y todo. No podía retener demasiado, y no podía
estar más que dispuesto a ayudar. Menos curiosidad. Si los detectives estaban
aquí, tal vez no tenían evidencia física para vincular a Viv a la escena. Si es así,
entonces su honestidad no le haría daño alguno.
―Vivian ha estado en bastantes malas relaciones. Mickey fue peor que la
mayoría. La golpeaba a menudo, la manipuló para sacar a las personas de su
vida. ―Sus ojos se clavaron en esa pluma de nuevo en movimiento. ¿Qué
estaba escribiendo? Culpable, culpable, culpable―. Ella y yo tuvimos una pelea
por‖eso.‖Se‖quedó‖aquí‖por‖un‖tiempo,‖pero‖finalmente‖regresó‖a‖él,‖así‖que…‖
decidí que no me molestaría nunca más. Solo puedes estar ahí para alguien
tanto tiempo antes de que sus malas decisiones llegan a ser demasiado, ¿sabes?
―Distanciarse. Mejor así. La culpa roía sus entrañas despiadadamente.
El detective le dedicó una lenta inclinación de su cabeza.
―¿Y te ha contactado de alguna forma recientemente?
Más de lo que no podía mentir. Alguien podría dar fe de verla en el
apartamento. Sus registros telefónicos mostrarían cuántas veces había llamado.
―Estuvo‖aquí…‖la‖noche‖del‖viernes,‖brevemente.‖ Pero‖salí‖de‖la‖ciudad
para visitar a un amigo, así que no hablamos mucho. Y llamó el fin de semana,
se‖detuvo‖de‖nuevo‖la‖noche‖del‖domingo…
Ahora tenía toda la atención del detective. La pluma dejó de moverse.
―¿Estaba actuando en absoluto extraño cuando la viste o hablaste con
ella?
Culpable. Su corazón se retorció y se rompió en las costuras. Después de
todo lo que había hecho mal, la vida que quitó, ¿cómo podía dejar que la
acorralaran por un solo asesinato?
Pero no fue solo uno. Esa pobre chica no se merecía nada. Sólo estuvo en el lugar
equivocado en el momento equivocado.
―No ―dijo, y su voz sonó firme a pesar de su voluntad vacilante―.
Sólo…‖ como‖ Vivian.‖ Ella‖ ha‖ estado‖ en‖ cierto‖ modo‖ un‖ poco‖ en‖ las‖ nubes‖
últimamente, desde que su madre murió. La pena y todo eso. ¿Sabe?
Larry pareció salir de su mirada paralizada y anotó una cosa más. Una
pequeña sonrisa tiró de su boca. ¿Había dicho demasiado? ¿Había delatado
174 algo? Archer quería arrancarle el bloc de notas de sus manos y averiguarlo.
―Gracias. Sólo unas pocas preguntas más y puedo dejar que vuelvas a tu
tarde…
Archer cerró los ojos y trató de no suspirar. Por lo menos no podría ser
peor.
* * *
Tan pronto como el detective Stevens se fue una hora más tarde, Archer
cerró la puerta y tomó un trozo de papel y lápiz, tratando de recontar todo lo
que le había preguntado y lo que había contestado. Para memorizar. Para
mantener su historia en orden. Todo lo que podía esperar era que cualquier
cosa de lo que dijo no contradiga nada de lo que Vivian podría haberles dicho si
ya habían hablado con ella.
Cuando terminó, la llamó. Se cortó al segundo timbre y lo mandó al buzón
de voz. O ella estaba en la otra línea o había presionado el botón de declinar.
Apretó los dientes y colgó. No dejó mensajes de voz. No envió un texto. Nada
que pudiera ser monitorizado. Infierno, su línea podía estar intervenida.
Tendría que verla en persona.
Viv no había llamado en respuesta para el momento en que llegó a su
apartamento, pero Archer vio su carro en el estacionamiento. Razón de más
para estar irritado. Aparecerse ahí era lo suficientemente arriesgado; le había
dicho al detective que él y Vivian no hablaban mucho. Pero podría formular
una excusa fácil. Quería asegurarse de que ella estaba bien. Debería oír sobre Mickey
de un amigo.
Le tomó cuatro o cinco golpes antes de que ella contestara, sus ojos
llorosos y el cabello revuelto de dormir. Archer abrió la puerta y se deslizó más
allá de ella.
―Tienes que devolverme mi arma, Viv.
Ella se frotó los ojos, cerrando la puerta detrás de él.
―¿Qué…?
―Mi arma. Tienes mi arma. ―Él no la vio en ningún lugar a la vista. ¿Por
qué no se la había devuelto a estas alturas? No era como si ella la necesitara―.
Un‖detective‖vino‖a‖hablar‖conmigo‖hoy,‖y‖yo…
―Lo sé, estuvo aquí. ―Ella cruzó los brazos sobre su pecho, manteniendo
la modestia ya que su camiseta demasiado delgada no lo hacía―. Le dije que
Mick y yo rompimos hace un rato y no lo he visto desde entonces.
175 Archer trató de calmar su aluvión de pensamientos a un lento punto
muerto. Necesitaba respirar. Mantener la compostura.
―¿Por‖ cu{nto‖ tiempo‖ es‖ “hace‖ un‖ rato”?‖ Todo‖ el‖ mundo‖ en‖ The‖ Grove‖
sabe que estuvieron juntos hace sólo unos días. Si encuentran parte de tu ADN
en el apartamento, pero les dijiste que no has estado allí en un par de
semanas…‖ ―Cuando Vivian frunció el ceño y se encogió de hombros, él
entrecerró los ojos―. Esto es importante, Vivian. Nuestras historias tienen que
coincidir, o van a saber que pasa algo.
―No les podía decir que él y yo tuvimos una gran pelea el día antes de
que muriera, ¿verdad? Cuando preguntaron por las contusiones, les dije alguna
tontería de caer de la cama. ―Ella resopló y se deslizó por delante de él hacia su
dormitorio. Él la siguió. El arma no estaba en la parte superior de su mesita de
noche o en la cómoda. Debe haberla escondido.
―¿Qué le dijiste sobre nosotros?
―Que eres mi mejor amigo. ¿Qué más podría decir? ―Ella se arrojó sobre
la cama―. Les dije que te vi el viernes por la noche antes de salir de la ciudad.
El hotel en el que me quedé es un lugar al que mamá y yo viajamos una vez,
quería‖honrar‖su‖memoria,‖bla,‖bla,‖bla…‖―dijo y agitó una mano con ligereza.
Algo en su tono le dio ganas de golpearla.
No utilices a Marissa para tu beneficio.
Se hundió a los pies de la cama, suspirando.
―Tal vez fue suficiente. Tal vez ahora nos dejarán en paz.
El colchón se movió detrás de él y los brazos de Vivian se deslizaron
alrededor de su cintura. Sus manos frías vagaron debajo de su camisa, las
palmas planas contra su estómago. Archer inhaló bruscamente, su espalda
poniéndose rígida. Ella acarició la cara contra la curva de su cuello.
―Dijiste que no me preocupara, ¿verdad? ―tarareó contra su oreja―. No
soy estúpida. Sé cómo hacer que los tipos como el detective crean en mí.
Sí, lo sabía, ¿no? Has estado haciéndomelo a mí todos estos años. Pero ella
seguía siendo sólo una niña asustada debajo de toda esa fachada. A la primera
señal de que sus juegos no funcionaban, se vendría abajo. Ella le dejaría todo
para‖arreglarlo…‖y‖esta‖vez‖no‖estaba‖seguro‖que‖pudiera.‖O‖que‖quisiera.
Se quitó sus manos de debajo de su camisa y se levantó.
―Tengo que ir a casa.
Los grandes ojos azules de Vivian parecieron perdidos de tal manera que
casi se sintió mal. Casi. Pero se endurecieron un segundo más tarde y la Vivian
a la que no reconocía estaba de vuelta.
―¿Qué, vas a ver a Evan? Pensé que te que quedarías conmigo esta noche.
Archer dejó pasar lo del nombre de Evan con cautela.
176 ―Dijiste que tú querías que viniera. Así que vine. Pero necesito mi arma.
Ella resopló y miró hacia abajo, recogiendo una pelusa en su camisa.
―No la tengo.
Se quedó sin respiración.
―Lo siento. ¿Qué?
―No la tengo ―repitió―. La arrojé.
―La‖ arrojaste…‖ ―Él se pasó una mano por el cabello, agarrándolo con
demasiada fuerza―. De acuerdo. Bien, ¿dónde?
―En el océano, duh. No pueden atraparnos a ninguno de nosotros con
ella, ¿cierto? Por lo menos si la encuentran, no sabrán de quién es.
Le temblaban las manos. No de ansiedad. No de nerviosismo. Enfado.
―Vivian…‖esa‖arma‖estaba‖registrada‖con‖el‖nombre‖de‖mi padre. La tomé
cuando me mudé. Será mejor que no la encuentren, porque si lo hacen van a
vincularla directo a mí.
―Directo a ti. ―Por la forma en que Vivian lo miró, se dio cuenta que no
le importaba. Él. No había dicho nada acerca de ella. Pero ella realmente dejaría
que él cargara con todo, y tal vez el lamento que tendría era que no iba a estar
para cumplir sus órdenes nunca más.
―Tengo que irme. ―Él se apartó. A mitad de camino hacia la puerta,
Vivian gimió detrás de él.
―Archer…
―¿Qué?
―Te amo.
Sus palabras fueron como una cadena alrededor de su garganta,
haciéndole detenerse en seco, estrangulándolo y dejándolo sin aliento. Plantó
sus manos contra el marco de la puerta. Su cabeza baja.
Todavía duele. ¿Por qué? ¿Por qué no podía sacar a relucir algún tipo de
enojo resistente hacia ella? Incluso la apatía hubiera sido mejor que esto.
Cuando dijo esas palabras, tan abiertas y crudas, pudo recordar por qué los
había metido en este lío en primer lugar.
Quería que me ames. Lo quería más que nada.
Él había arruinado todo. Incluyéndola a ella.
―Lo sé. Yo también te amo.
Pero se fue, porque no podía soportarla ver llorar nunca más.
177
Viernes, noviembre 14
Traducido por âmenoire
Corregido por Nanis
179
Sábado, noviembre 15
Traducido por Mae
Corregido por Nanis
181
Martes, noviembre 18
Traducido por scarlet_danvers
Corregido por Nanis
* * *
Archer no había estado en casa desde que salió de la universidad. Por qué
su mamá no se movió, él no tenía idea. Parecía un desperdicio mantener una
casa hundida en malos recuerdos. Especialmente una con tantas habitaciones y
nadie para ocuparlas. Evan esperaba en el auto. No preguntó por qué Archer
quería que viniera. Simplemente parecía correcto tenerlo allí.
Él medio esperaba que su llave ya no funcionara. Su mamá estaba
aterrorizada de él, ¿entonces por qué no habría de cambiar las cerraduras? Pero
la llave se deslizó y chasqueó, y Archer se deslizó en el interior después de una
última, mirada triste al auto.
El aroma de canela y especias de calabaza lo saludó en el interior, y los
platos se sacudieron desde la cocina. La lavadora zumbo. Cerró la puerta más
fuerte de lo necesario, y el grifo de la cocina se cerró. Su madre salió a la puerta
de entrada lentamente, secándose las manos con una toalla.
¿Cómo habría sido volver a casa con un abrazo y un beso? Olvidado por
187 una madre quien se preocupaba demasiado por cosas que no importaban, como
su cabello rizado o la ropa que llevaba. En su lugar se encontraban allí, ambos
torpes. Ambos cautelosos.
―Hola, mamá.
Ella frunció sus labios, giró, y desapareció en la forma en que llegó.
―¿Qué‖est{s‖haciendo‖aquí?‖No‖llamaste.
Archer la siguió. La cocina había sido pintada recientemente de ese
aburrido ladrillo rojo a blanco brillante, como si el sol se hubiera levantado en
las paredes. Se preguntó qué más había cambiado ella, o si había limpiado su
habitación. No es que hubiera dejado mucho atrás.
―Lo‖ siento.‖ Solo‖ quería‖ verte.‖ ―Su voz no salió tan firme como hubiera
querido.
Su madre tiró el trapo sobre el mostrador y se giró con los brazos
cruzados. ¿No podría sonreír? ¿No se supone que las madres son felices de
escuchar ese tipo de cosas?
―¿Por‖qué?‖¿Qué‖quieres?‖¿Necesitas‖dinero?
Una recepción fría no era inesperada, pero si cualquier comentario podría
haberlo molestado, era ese. Nunca le había pedido dinero. Ella lo quería fuera
de la casa, entonces le dio fondos mensualmente. Después de cuentas no era
mucho, pero nunca le había pedido más.
―No.‖No‖quiero‖nada.
―¿Entonces qué es esto?
Pensó en Marissa, siempre feliz cada vez que la visitó. Pensó en la señora
Bishop, dándole un fuerte abrazo y enderezando el cuello de su camisa antes de
que él y Evan se fueran. Su madre había sido así, erase una vez. A ella no le
gustaría lo que él tenía que decir, pero quería decirlo. Quería que ella lo
conociera. Sus razones. Sus motivaciones. Tal vez esto era más su culpa por
ocultar todo de ella durante tanto tiempo.
―He estado viendo a alguien ―dijo.
Las cejas de mamá se juntaron en un ceño fruncido. Pero no sonaba del
todo desinteresada cuando preguntó:
―¿Estás bien?
Él metió las manos en su pantalón, se encogió de hombros, asintió
lentamente.
―Es‖un‖chico.
―Lo‖supuse.‖―Pausa―.‖¿El del funeral?
Ella‖ recordó.‖ Algo… que casi le da un ataque de nervios. Otro
asentimiento.
188
―Su‖ nombre‖ es‖ Evan.‖ Me‖ gustaría‖ que‖ te‖ reunieras con él en algún
momento.‖―Una‖reunión apropiada, no lo que había sido antes. Y tal vez ella
no querría. Tal vez Evan no querría. Archer no se hacía ilusiones de que una
reunión entre ellos fuera bien, pero estaba allí para tratar no obstante. Tratar de
llegar a ella. Para asegurarse de que no importaba lo que paso, ella recordaría
que era su madre. La amaba. Incluso si él no sabía cómo demostrarlo.
Ella dio unos golpecitos con los dedos en el mostrador. Uno, dos, tres,
cuatro. Una variedad de emociones se deslizó más allá de sus ojos, nunca
logrando asentarse entre la incertidumbre y la confusión.
―No‖conduces‖hasta‖aquí‖para‖decirme‖que‖tienes‖un‖novio,‖Archer.
No. No, lo había hecho.
―Maté a papá.
La confusión se desvaneció. Sus ojos se abrieron, su boca se abrió pero las
palabras no salían. Archer no quería molestarla. Quería abrazarla y decirle que
la amaba, que por supuesto nunca podría hacerle daño. Ella había estado
distante. Hiriente. Pero nunca lo había herido, nunca lo dejó ir sin las cosas que
necesitaba en la vida. Nunca podría haberle hecho a ella lo que le había hecho a
su padre.
Pero tan pronto como vio esa mirada en su cara, quería explicarse, decirle
todo y las palabras salieron a borbotones. Había escatimado los detalles de
cómo había llegado a casa después de la escuela para encontrar a su padre
desmayado en el sofá, una jeringa llena aún sobre el cojín a su lado. Archer ni
siquiera lo había inyectado con la intención de matar; solo un crudo, abrumador
deseo de querer vengarse de él por todo lo que su madre había sufrido.
―Él‖nos‖hizo‖daño.‖―Archer‖dio‖un‖paso‖adelante―.‖Lloraste‖mucho.‖Oí‖
que le decías a alguien por teléfono que la razón por la que te quedaste con él
era porque tenías miedo a abandonarlo. Y nadie te habría ayudado. Papá
parecía‖tan… tan normal para todos los demás.
Ella negó con la cabeza lentamente, incrédula.
―Mataste‖a‖tu‖propio‖padre,‖Archer.‖―Como si ella no lo supiera ya. La
negación era algo muy poderoso, y él era muy consciente de lo diferente que
era pensar algo y realmente escucharlo.
―Quería‖ protegernos.‖ ―Su barbilla se hundió. Los paramédicos habían
llevado a su padre en una camilla a una camioneta estacionada al lado de la
casa―.‖Tuvimos‖la‖póliza‖del‖seguro‖de‖vida,‖finalmente‖podrías‖ir‖a‖la‖escuela‖
y trabajar como siempre dijiste que querías. Y lo hiciste. Y parecías más feliz,
solo no conmigo a tu alrededor.
Los ojos de su madre eran ilegibles. Odiaba esa mirada. Odiaba que fuera
una desconocida para saber lo que estaba pensando.
189
―¿Por‖qué‖me‖dices‖esto‖ahora?
―Necesitabas‖ oírlo.‖ Necesitaba‖ decírtelo.‖ Y‖ decirte… que nunca te haría
daño. Nunca dejaría que alguien te hiciera daño.
Sus ojos brillaban. Si ella lloraba, él no sabía lo que haría. Nunca fue bueno
con las lágrimas.
―¿Por‖qué…?
―Porque‖sé‖que‖sólo‖me‖odias‖porque‖hice‖lo‖que‖querías‖hacer‖y‖estabas
demasiado asustada para hacerlo.‖ ―Se‖ encogió‖ de‖ hombros―.‖ Y‖ porque‖ eres‖
mi‖ madre,‖ y‖ puede‖ que‖ no‖ te‖guste‖ la‖ mayor‖ parte‖ del‖ tiempo… pero te amo.
―Eso fue todo. Era el corazón de todo lo que siempre había querido decirle.
Ella no dijo nada. Archer no esperaba que lo hiciera. Los dos eran
culpables; podía aceptar eso. Pero no fue del todo su culpa y él no la dejo ―o‖a‖
Vivian― pensar lo contrario.
Dejó el silencio ensordecedor atrás. Incluso sabiendo que no lo seguiría,
una pequeña parte de él había tenido la esperanza de que lo haría. Esa misma
parte de su corazón se rompió cuando salió y en la cocina podía oír el ruido de
platos reanudándose.
Archer dejó el porche, rápidamente en dirección al auto mientras el
mundo se volvió borroso a su alrededor.
* * *
191
Sábado, noviembre 22
Traducido por Danny Lowe
Corregido por G.Dom
La tengo.
194 ―Mi‖ arma‖ ―bufó‖ Archer―. Me dijo que se había deshecho de ella.
Mintió.
Pudo haber sido la imaginación de Archer, pero el rostro de Evan pareció
palidecer mientras bajaba lentamente el papel. De repente las probabilidades no
parecían estar mucho a su favor. ¿Trataría algo? Archer no quería ser dramático
y decir que sí, pero pensando en los mensajes, la preocupación carcomió sus ya
crispados nervios. ¿Qué pudo haber dicho o hecho si hubiera estado aquí
cuando apareció antes? Necesitaba cambiar las cerraduras.
Evan suspiró, pasando una mano por su cabello.
―Dijiste algo acerca del detective…
―La‖est{n‖buscando.‖―Mientras Evan se sentaba, Archer no podía dejar
de moverse. Caminó arriba y debajo de un extremo de la sala al otro, cruzando
sus brazos, descruz{ndolos,‖jalando‖su‖cabello―. Dijo que alguien más apareció
muerto. Puede ser Hector o Bobby. Saben que mató a Mick; solo que no tienen
algo sólido con lo que probarlo todavía. El hecho de que haya estado
molestándonos no va a hacer que se vea bien.
―Deberíamos darles‖ lo‖ que‖ sea‖ que‖ quieren.‖ ―Los ojos de Evan lo
siguieron―. Se ve bien para‖ti‖ahora…‖Jesús,‖Archer,‖siéntate.
Archer inhaló. Agarró la carpeta del mostrador de la cocina y la lanzó al
sillón. Se forzó a hundirse en la mesa de café frente a Evan.
―No haría nada. ¿Verdad?
Casi mecánicamente, Evan abrió la carpeta y miró fijamente la lista dentro.
Silencio. Entrecejos fruncidos. La cerró de nuevo y respiró profundamente.
―Tal vez, tal vez no, pero no lo sabemos de fijo. ¿Te quedarás en mi casa
hasta que esto se aclare?
―Sabe dónde vives.
―Pero no tiene una llave.
―Cierto.‖―Las uñas de Archer‖se‖enterraron‖en‖sus‖palmas―. Lo siento.
―No sé por qué te estás disculpando.‖ Superaremos‖ esto,‖ solo…‖ ―Evan
suspiró. Sus manos‖ahuecaron‖el‖rostro‖de‖Archer―, solo quédate conmigo por
ahora. Iremos a la estación mañana y les diremos lo que está pasando. Inclusive
si Vivian les dice que fuiste tú, ¿qué pruebas tiene? Obviamente está fuera de sí,
tiene el arma homicida, y ahora te está acosando. No tienes un motivo, y tienes
coartadas.
Todo eso estaba bien y era verdad, pero todavía acechaba en la mente de
Archer: ¿Y si? ¿Y si tiene pruebas? Asintió mudamente.
Los pulgares de Evan acariciaron sus pómulos antes de retirarse.
―¿Cómo‖te‖est{s‖sintiendo?‖Acerca…‖de‖todo‖esto.
201 Vivian le besó. Solo una vez. Sólo brevemente. Con gusto a lágrimas.
―Tal‖vez‖debía‖ser‖así‖―susurró contra su boca. El mundo fue silenciado,
amortiguado. Tal vez era el sonido del disparo aún reverberando en su cráneo.
Tal vez era la sangre corriendo fuera de él―. Ya no queda nada.
Mientras miraba, ella puso la pistola en su pecho. Él sólo miró. Un
espectador, fuera de su propio cuerpo mientras ella le decía que lo amaba. No
podía corresponderla.
El arma se disparó de nuevo. Su cuerpo no se hundió, se arrugó. Archer
no pudo llegar a ella. Se dejó caer lentamente a su lado y se quedó allí, uno
frente al otro. El cuerpo de Vivian tembló y rojo burbujeó fuera de su boca
cuando ella trató de hablar, sus ojos azules mirándolo. Mirando, viendo,
observando. Asustada y torturada.
Rota. Como él.
Eran iguales, después de todo, se dio cuenta vagamente. Sin él, sin Marissa,
Vivian era una concha. Tan sólo huesos.
Tocó sus labios con dos dedos.
―Silencio, todo estará bien…
Vivian abrió la boca para decir algo, pero las palabras no llegaron. Su
temblor se detuvo. Nada de eso importaba. Archer no podía protegerla. No
podía salvarla.
Vivian estaba en lo cierto. Tal vez ninguno de ellos valía la pena de salvar.
202
???
Traducido por Mari NC
Corregido por Nanis
208 ―También tienen nuestros registros telefónicos. Copias de los textos que
envió.‖ ―Sus ojos se posaron en Archer, pero los apartó de nuevo
r{pidamente―. Te dije que era inteligente no responder a cualquier cosa que
ella enviara.
La mente de Archer se tambaleó por las posibilidades. Evan había mentido
por él, ¿pero iría tan lejos como para incriminar a Vivian? Archer trató de
imaginarlo: Evan tropezando de la cama, todavía drogado y fuera de sí,
tratando de pedir ayuda mientras plantaba la lista en casa de Vivian.
―Evan…
―No me malinterpretes‖ ―dijo rápidamente. Por último, se encontró con
la mirada de Archer, su boca‖dibujada‖en‖una‖delgada‖línea―. Les voy a decir
la verdad en un latido del corazón si no te aplicas y obtienes ayuda. No me
importa si me cobran por mentir a la policía.
No había nada en su voz que sugiriera que no hablaba en serio. Eso
significaba terapia y psiquiatras y decirles cosas que nunca había dicho a nadie
y él…
―Todo lo que quieras.
…‖ no estaba de acuerdo porque tuviera miedo de ir a la cárcel. ¿Qué
importaba eso? Estuvo de acuerdo porque era su lío. Su desorden al que había
arrastrado a Evan. Lo había arruinado de por vida con el peso de sus secretos
compartidos.
Toda la compostura de Evan se relajó. Levantó una mano, alisando el
cabello de Archer hacia atrás.
―Gracias. Eso es todo lo que pido.
Ese simple toque fue suficiente para confirmar que estaba haciendo la
elección correcta. ¿Qué eran los secretos si podía mantener a Evan a salvo de los
errores que él había cometido? Y hablando de eso, no quería preguntar. Ya lo
sabía,‖por‖supuesto,‖pero…
—¿Vivian…?
La sonrisa se escapó de la boca de Evan.
No, no, no importa. No quiero oírlo.
Evan se llevó una mano a su mandíbula.
―Archer, ella… murió antes de que los paramédicos llegaran allí.
Escucharlo lo hizo real.
Y a medida que Evan limpió suavemente las lágrimas en su rostro, lo
único que sintió fue alivio.
209
Sábado, diciembre 6
Traducido por Mae
Corregido por Nanis
Fin.
Kelley York
Había una vez, Kelley York nació en el centro
de California. Y aún reside allí con su esposa,
hijastra, y demasiado animales domésticos. Kelley es
una fanática de la ficción oscura. Le encanta escribir
personajes retorcidos, trágicos acontecimientos, y los
finales agridulces que te dejan con preguntas y
llorando. El desarrollo del carácter ocupa un lugar
central en sus libros, porque los límites del carácter
de una persona y el funcionamiento de su mente son
ilimitadas.
218
Créditos
Moderador: Soulless
Traductoras Correctoras
SOULLESS
DIANNA K NANIS
ANNATHEBRAVE
SABRINUCHI
FLOCHI
BOOKLOVER;3 G.DOM
NATALICQ
APOLINEAH17
JENN CASSIE GREY Recopilación y
219 LUNAROWE
LIZC
ATEH
Revisión
OTRAVAGA Nanis
DANNY LOWE
MAE
ASHEDARCY
Diseño
ÂMENOIRE
Cecilia.
ADALY
SOLEMARY
MARTINAFAB
BUTY_CIPRI
MALU_12
SCARLET_DANVERS
SHILO
MARI NC
LEOGRANDA
¡Visítanos!
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