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Caracterizar la propuesta poética de César Vallejo en el contexto de la vanguardia

latinoamericana, a partir de su poemario Trilce en cuanto a los procedimientos

utilizados y a la concepción de “poesía nueva”.

Este trabajo apunta a realizar una caracterización de la poética de César Vallejo a partir de

su obra Trilce. Para abordar dicho objetivo, en primer lugar, se hará un acercamiento a la

mencionada obra, que permitirá comprender el contexto en el que ella se enmarca y el

modo en que se inserta. Posteriormente, serán tomados en cuenta diferentes fragmentos de

diversos poemas, mediante los cuales se realizará un análisis de los procedimientos

utilizados y el significado que adquieren.

La primera cuestión que es primordial conocer es el carácter inestable y cambiante de su

poética. El lugar de Trilce es un lugar inestable porque el contexto es un lugar inestable.

Trilce muestra la imposibilidad de la unidad en un mundo fragmentado, la orfandad, la

imposibilidad de conciliación.

Presente y futuro

La modernidad: perdida de la unidad del sujeto. Fragmentación. Choque con la ciudad.

Polifonía de voces, proliferación. Fragmentación del cuerpo.

Imposibilidad de decir todo lo nuevo.

Foffani dice, acerca de la oralidad de Trilce, lo siguiente: “…será una oralidad deshecha e

imposible, deshecha en otras voces e imposible de constituirse. La oralidad de Trilce es la

oralidad de una polifonía de voces. De esas voces doradas y percudidas habla Trilce a

través de la memoria de un sujeto fragmentado”.


Crisis del sujeto

“El dialogismo frustrado de Trilce representa otra destitución: la del diálogo a monólogo.

Pero un monólogo como desesperado intento de diálogo, el anhelo de encontrarse con el

Otro” (Foffani, 136)

“El cuerpo trílcico desplaza la experiencia del ser a la experiencia del estar. El cuerpo está

pero destituido, huérfano, falto” (Foffani, 137)

POEMAS

PROCEDIMIENTOS

Cada poema de Trilce es, como dice Jean Franco, un minidrama diferente que representa la

crisis del pensamiento metafísico y la imposibilidad de romper con la fragmentariedad del

mundo moderno.

Trilce es la imposibilidad de contar el mundo: lo inefable: el intento de poner en palabras

experiencias que sobrepasan los límites del cuerpo y lo llevan hasta un extremo.

“Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos, se encontró

indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro,

en un campo de fuerzas de explosiones y corrientes destructoras estaba el mínimo,

quebradizo cuerpo humano”. (Benjamin)

Porque “Y la más aguda tiplisonancia/ se tonsura y apeálase, y largamente/ se ennazala

hacia carámbanos/ de lástima infinita” (en el Poema XXV de Trilce). Vallejo desentraña las

palabras: remueve sus vísceras y se vuelve capaz de excarcelar a la poesía de la prisión del

lenguaje. En algún punto, toda poesía huele a justificación del aullido de Ginsberg o del
grito de Artaud. Vallejo se retira hasta azular y se aprieta el alma; la más aguda

tiplisonancia: el grito de lástima infinita. Su poesía deletrea los enredos: se inmiscuye en el

lenguaje y se acerca al grito. Si es capaz de romper con la arbitrariedad de la relación entre

el significado con el significante, es porque es capaz de quebrar el significante y acercarnos

un significado.

El grito de un tiempo al que le cuesta encontrar su lugar en el tiempo y de un lugar sin

asilo, de un cuerpo a la intemperie de un mundo que no ofrece refugio, de un tiempo que no

ofrece presente, con un pasado que huele a mañana.

“El sujeto se fragmenta porque recuerda”

“…una figura que lucha por su constitución paradójicamente en la destitución”

Poemas:

II: “Gallos cancionan escarbando en vano/ Boca del claro día que conjuga/ era era era era./

Mañana Mañana./ El reposo caliente aún de ser./ Piensa el presente guárdame para/ mañana

mañana mañana mañana”.

VI: “EL TRAJE que vestí mañana”

VII: “RUMBÉ sin novedad por la veteada calle/ que yo me sé. Todo sin novedad,/ de veras.

Y fondeé hacia cosas así,/ y fui pasado”.

XXXIV: “Y se acabó el diminutivo, para/ mi mayoría en el dolor sin fin/ y nuestro haber

nacido sin causa”.


Mignolo:

“…la disonancia de la categoría de la persona tiene por función volatilizar la figura del

poeta…”

“…el objeto se construye en la propia escritura y se funde con el sujeto”.

“…la figura del poeta se forja en relación al acto mismo de escritura…”

“Cuerpo y mundo, en suma, soportan una constelación de signos; el espacio celeste es el

teatro del erotismo cósmico, así como también lo es el cuerpo. Ir por el cuerpo, así como ir

por el mundo, es al mismo tiempo escribir. Nuevamente, la figura del poeta se resume en el

acto de escritura”.

“Figura que tiene a evaporarse”

El paso a la modernidad implicó la readaptación a un tiempo impropio. Las velocidades, la

luz y las grandes masas, las fábricas, las ciudades y las grandes guerras. En medio de todo

aquello, el frágil cuerpo humano intentando concebir el espacio. Los tiempos no son los

mismos. Y el lenguaje debe adaptarse para intentar decir lo que nunca antes había dicho.

En ese contexto de incertidumbre es en el que surge Trilce. Y es por eso que allí, mediante

diversos procedimientos y distintas rupturas con poéticas predecesoras, es posible ver la

crisis en la que se encuentra sumergido el sujeto.


A continuación se mostrarán algunos ejemplos que permitan ver diversos procedimientos

utilizados por Vallejo y el modo en que ellos se inscriben en esta búsqueda de la unidad que

persigue el sujeto moderno.

VII: “RUMBÉ sin novedad por la veteada calle/ que yo me sé. Todo sin novedad,/ de veras.

Y fondeé hacia cosas así,/ y fui pasado”.

En el mundo moderno, que no haya novedades es una novedad, una novedad poco creíble.

Por eso el yo poético debe insistir que todo de veras estaba sin novedad. Tan carente de

primicias se encuentra la calle, que el yo poético se vuelve pasado.

Dos aspectos importantes que es necesario resaltar de este fragmento. Por un lado, la

quietud en un tiempo en el cual no domina precisamente la quietud. Se sitúa en un espacio

en el que se tensiona la relación con el contexto moderno, dice más adelante el mismo

poema: “Son los grandores,/ el grito aquel, la claridad de careo,/ la barreta sumersa en su

función de/ ¡ya!”.

Pero también “y fui pasado”: un yo poético que no se corresponde gramaticalmente con lo

que de él se predica. Y que tampoco se corresponde semánticamente con esto que se está

diciendo. En la medida en que recuerda es que el sujeto se encierra en una paradoja, en una

imposibilidad: la de no poder afirmarse en el mundo moderno. Volviendo a ese verso del

poema VII, allí el yo poético dice haber sido pasado. En el recuerdo quizás pueda afirmar

su yo, pero no. Precisamente es allí donde se fragmenta, donde el lenguaje ya no puede

decir. La tensión que produce la expresión es la de un yo que cree ser por recordar, pero

que se encuentra en un mundo que no puede concebir. Recordó y fue pasado, pero ese
pasado ya no es. No encuentra el lugar, lo busca en la memoria, y la memoria lo único que

hace es recordarle su orfandad de estar. Como dice Foffani, se trata “una figura que lucha

por su constitución paradójicamente en la destitución”.

Entonces la poética de Vallejo en Trilce es fragmentaria, tensionante e innovadora.

En relación a sus fragmentariedad: el yo poético da testimonio, a través de frases complejas

e incluso agramaticales, de la experiencia del sujeto de la era moderna.

Tensionante:

Innovadora:

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