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EL PODER DE LA HONRA AL PADRE (Por

Guillermo Maldonado)

Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra”. Romanos 13.7 ¿Qué es honra? En griego, es el
verbo “timao”, que significa tener una actitud de honra hacia alguien; tenerle una gran
estima, considerarlo preciado, con gran valor. La honra expresada con palabras y sin
hechos, no es honra. La honra es una elección voluntaria que nace del corazón. Si es
impuesta tampoco es honra (Isaías 29.13). A través de toda la Escritura, existe mucha
evidencia de que la honra no solamente es de labios, sino que debe ir acompañada de
riquezas, oro, plata y bienes materiales. En el Antiguo Testamento, Dios demanda su
honra pidiendo los diezmos y las ofrendas (Malaquías 1.6). En el Nuevo Testamento,
Pablo nos manda a honrar a los ministerios y a las viudas con dinero (1 Timoteo 5.3; 1
Timoteo 5.17).

¿A quiénes debemos mostrar la honra primordialmente?


1. A nuestro Padre celestial
“6El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi
honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh
sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu
nombre? 7En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo…”. Malaquías 1.6

Algunos principios de la honra hacia nuestro Padre celestial son:

* Todo lo que Dios está buscando es un pueblo apasionado por honrarlo.

* La obediencia hecha con el deseo de agradar al Padre es de mayor calidad que la hecha
por necesidad o para evitar las consecuencias del castigo de Dios.

* Nuestra obediencia a Dios, en medio de crisis, extiende gran honor a Dios.

*El buen hijo está dispuesto a pagar un alto precio por dar honra al Padre.

* La falta de interés por los asuntos del Padre es deshonra.

* Luchar y pagar el precio de llevar a cabo su propósito en nuestra vida, es una forma de
honrar a Dios, nuestro Padre.

* El honor es la garantía que mantiene encendida la llama del amor en nuestra relación
con el Padre celestial.
2. A nuestro padre espiritual

Un padre espiritual es uno que invierte su vida, dones, habilidades, dinero y recursos
para sacar a un hijo del abandono y conducirlo al crecimiento espiritual; además, le da
identidad, lo endosa y lo lleva a encontrar su propósito en Dios. Es la persona que Dios
usa como fuente para darnos los recursos necesarios para crecer. Es aquel que,
continuamente, nos enseña los caminos de Dios; es la persona que Dios usa para
alimentarnos y dar vida continua a nuestro espíritu. En la Biblia, este último se conoce
como el alfolí. Por eso, el diezmo personal de un pastor o ministro debe ser para su
padre espiritual o cobertura. El diezmo siempre debe ser dado hacia una autoridad
mayor (Hebreos 7.1, 2). El aceite (la unción) fluye siempre de arriba hacia abajo. Si el
hijo no diezma directamente a su padre espiritual o cobertura, no hace la conexión en el
espíritu para recibir la unción que hay sobre su padre. La honra al padre que se expresa
a través de los bienes naturales, es uno de los factores que produce que el hijo reciba la
misma bendición y unción del padre (Salmos 133.1-3).

3. Nuestro padre natural o terrenal

“2Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa…”.


Efesios 6.2 La honra a nuestro padre natural no depende de lo bueno o malo que haya
sido; es un mandamiento de Dios, el cual trae maldición cuando lo desobedecemos, y al
mismo tiempo, trae bendición cuando lo obedecemos. La honra que se expresa a través
del dinero, no depende de que nuestro padre natural o espiritual tiene o no muchos
recursos, pues, de todas maneras, tenemos que honrarlos de esa manera.

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