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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

CARRERA: LENGUA Y LITERATURA


CURSO: LITERATURA ESPAÑOLA
PROFESOR: ZORÁN HERRERA MEJÍA
ALUMNA: VANESA VICTORIA VARAS CRUZ0

EL DESARROLLO DE
DULCINEA Y LA EVOLUCIÓN
DE DON QUIJOTE

En el presente trabajo explicaré cuál ha sido el desarrollo de dulcinea y la


evolución de Don Quijote en la primera novela moderna “El ingenioso hidalgo Don
Quijote de La Mancha”, para ello tendré que aclarar un punto que me parece
crucial en el desarrollo de este trabajo, y es el de precisar si dulcinea es o no un
personaje. Con estas acotaciones previas daré inicio.

La gran paradoja del personaje es que se desenvuelve en el ámbito del relato con
la soltura de una persona sin que jamás pueda identificarse con ninguna. “El
personaje come, duerme, habla, se encoleriza o ríe, opina que le ha tocado vivir y,
sin embargo, las claves de su comprensión no residen ni el al biología, la
psicología, la epistemología o la ideología, sino, en las convenciones literarias que
han hecho de él un ejemplo tan perfecto que la realidad objetiva que el lector
tiende a situarlo inevitablemente a situarlo dentro del mundo real” (Foster. 1927,
61-62). Por si fuera poco, bastantes personajes tienen una gran trascendencia
social y el lenguaje los incorpora para aludir a ciertos tipos de personas que
coinciden con los rasgos característicos de aquél, por ejemplo Quijotes o Sanchos
en el preciso caso de esta obra literaria.
Según M. Bal, quien en su enfoque actancial introduce lo hace aparecer asociado
al plano de la historia y es definido como un actor dotado de rasgos humanos
diferenciadores. Así, pues, mientras el actor se remite al nivel funcional de la
estructura (plano abstracto), el personaje se presenta “como una unidad
semántica completa, rodeado de atributos que lo acercan a las personas reales.
Este parecido es el responsable de que con mucha frecuencia se haya acudido a
categorías de la persona para dar cuenta del personaje, haciendo inviable una
teoría comprehensiva de éste” (M. Bal: 1977, 87 - 88).

Con estos conceptos previos podemos entender mejor el papel de dulcinea.

En la siguiente cita extraída de la obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La


Mancha” podemos observar cómo es que ella se origina:

<<Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín
y confirmándose así mesmo, se dio a entender que no le faltaba una cosa sino
una dama de quine enamorarse […] Y fue, a los que se cree, que en un lugar
cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él
anduvo buen tiempo enamorado, aunque según se entiende ella jamás lo supo ni
se dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo y a ésta le pareció ser bien darle
título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no dijese mucho
del suyo y que tirase y se caminase al de la princesa y gran señora, vino a
llamarle Dulcinea del Toboso.>>

Se trataba en realidad de Aldonza Lorenzo; Labradora vecina de Don Quijote, y,


como nos dice la voz narrativa buscó a alguien en sus pensamientos para hacerla
enamorada suya quien la esperaría hasta su regreso y le dedicaría sus triunfos y
hazañas de las aventuras que supuestamente viviría. En toda la obra Dulcinea no
tiene participación alguna como personaje, más aún, si influye significativamente
en el actuar de Don Quijote ese actuar de hace desarrollar en sus pensamientos y
en sus acciones me refiero explícitamente a los siguientes casos:
Para empezar dulcinea cumple un papel utilitario, como algo necesario para
empezar su gran aventura de caballero andante. En el primer libro en el capítulo
21 está dispuesta a reemplazarla por, para conseguir lo que quiere, por la hija de
cualquier “rey de los cristianos de los paganos que tenga guerra y tenga hija
hermosa”. Cuando se le pregunta por la procedencia de dulcinea acota que, es
una hermosa mujer. Es así que Vivaldo quien le hizo la primera pregunta sobre el
origen de dulcinea en el capítulo 13, se quedó insatisfecho con aquella
respuesta, y, volviendo a preguntar exactamente cuál es su linaje, Don Quijote le
responde nombrando a todas las familias de donde ella no pertenece, después
agrega que ella podría ser el inicio de un nuevo linaje ilustre, y cierra la discusión
diciendo: “no me replique en esto”. Hasta aquí podemos observar a un Quijote
que se expresa subjetivamente de su Dulcinea.

Peter Russell afirma que su total entrega a Dulcinea es totalmente egocéntrica.


Siendo así, podemos darnos cuenta que la primera parte de dulcinea se limita a lo
instrumental, lo convencional y lo físico.

Hasta terminar el primer tomo Don Quijote sigue creyendo que su Dulcinea sigue
siendo esa hermosa mujer a la cual ideó desde el primer día de viaje. A partir del
segunda parte Don Quijote cambiara drásticamente haciendo, de esa forma
también, cambiar la idea de Dulcinea.

En la segunda parte la variante del concepto de dulcinea por Don Quijote se


muestra cuando repite la duquesa el interrogatorio de Vivaldo de la primavera,
pidiendo primero “que le deliniase y le describiese […] la hermosura y facciones de
la señora dulcinea”. Es aquí donde empieza a predominar el aspecto físico de su
amada, pero es tanta la insistencia del duque que al pedirle más detalle de tan
hermosa mujer Don Quijote empieza a describirla claramente como es su carácter
con las siguientes palabras: “Dulcinea es hija de sus obras, y […] la virtudes
adoban la sangre, y […] en más se ha de estimar y tener un humilde virtuoso que
un vicioso levantado. Cuando más que Dulcinea tiene un jirón que la puede llevar
a ser reina de corona y cetro; que el merecimiento de una mujer hermosa y
virtuosa a mayores milagros se entiende” (Segunda parte capítulo 32).

Existe un gran cambio y desarrollo en el pensamiento de Don Quijote quien al


hacerla “hija de sus obras” crea un contraste implícito con la obra/linaje de los
duques. También en la forma de expresarse hacia ella; según cambias sus
motivaciones, cambia la dama que la personifica. La arrogancia de la primera
parte es reemplazada por una creciente mesura en la segunda.

La orientación moral de la nueva visión de Don Quijote de la caballería andante en


esta parte va a la par con una nueva orientación del concepto de su Dulcinea.

Aunque Don Quijote sigue siendo igual de loco que en la primera parte, es notable
su cambio sobre lo que piensa de dulcinea y también lo que siente al expresar que
sería capaz de morir a manos del Caballero de la Blanca Luna por afirmar la
supremacía de Dulcinea del Toboso, ello se ve como algo más que una locura sin
sentido, se ve como un notable desarrollo del pensar y sentir hacia Dulcinea.

Bibliografía

Foster, E.M. (1927): Aspectos de la novela, Madrid, Debate, 1983.

Bal, M. (1977): Teoría de la narrativa, Madrid, Cátedra, 1985.

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