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AL:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

V:.MU:.
QQ:.HH:. :. S:.F:.U:.

LA ENSEÑANZA INICIÁTICA DE MATEO 7:7

Desde que nos iniciamos en la Masonería, muy probablemente habremos


escuchado que Mateo 7:7 contiene una enseñanza iniciática propia de
cualquier rito de iniciación en milenarias culturas, por cuanto se dice que Jesús
de Nazaret fue un maestro iniciado en los antiguos misterios de los esenios
y que tanto la doctrina de cristo como los evangelios de San Lucas y de San
Mateo son una manifestación completa de los secretos y doctrinas de dicha
sociedad secreta.
Si leemos el evangelio según san Mateo, encontramos que en el capítulo 7
versículos 7 y 8 se dice lo siguiente: “7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá”.
¿Qué mensaje encierra entonces esta simple cita bíblica de Mateo 7:7?
A simple vista, resulta claro para un hombre al cual se le ha sembrado en su
pensamiento ese germen de sabiduría que le permite someter al crisol de la
razón aquello que no se le ha enseñado; que Mateo 7:8 no contesta de fondo el
interrogante de lo que quiere en si significar Mateo 7:7. Por tanto, en busca de
dicha respuesta, debemos proceder a desglosar ésta cita bíblica tratando de
darle una interpretación por separado a cada uno de los tres momentos en ella
descritos, conforme a las vivencias y enseñanzas de nuestra ceremonia de
iniciación, obteniéndose el siguiente resultado:
Pedid, y se os dará: Con estas palabras se nos recuerda que al iniciarnos
buscamos, pedimos y efectivamente se nos da la luz inmortal que emana de la
virtud y de la ciencia, para que con ella cumplamos nuestra obligación de
combatir sin tregua contra el error, el egoísmo y el vicio, contra el mal en todas
sus formas, y en general contra todo aquello que oscurece la inteligencia,
pervierte el sentimiento y esclaviza la voluntad, para así cumplir con nuestros
deberes para con el G:.A:.D:.U:., con nuestros semejantes y con nosotros mismos.

Buscad, y hallaréis; Con estas palabras se nos recuerda que para cumplir con el
deber que tenemos para con nosotros mismos, es necesario instruirnos a fin de
combatir sin tregua contra el error, el egoísmo y el vicio, contra el mal en todas
sus formas, y en general contra todo aquello que oscurece la inteligencia,
pervierte el sentimiento y esclaviza la voluntad. Por tanto, surge para nosotros
la obligación de investigar, estudiar, aprender y sobre todo preguntar a
nuestros maestros lo que no comprendamos, con el fin de llegar a descubrir la
verdad, para con ella libertar a la humanidad de añejas preocupaciones y de
falsas ideas, convirtiéndonos entonces en obreros del pensamiento y de la
libertad.

Llamad, y se os abrirá: Con estas palabras recordarnos que al


iniciarnos tocamos las puertas del templo en busca del camino que nos lleve a
alcanzar el perfeccionamiento de nuestros actos, en donde debemos luchar con
nosotros mismos para así dominar nuestras pasiones malsanas y desechar todo
móvil egoísta de conducta para dedicarnos siempre al bien, toda vez
que nuestra aspiración como iniciados es hacer de nosotros
mismos, hombres nuevos, que mueran para todo vicio y renazcan ávidos de
adquirir toda virtud

QQ:.HH:. cada vez que toquéis las puertas del templo y posteriormente
ingreséis al mismo, recordad al hacer vuestra marcha estas enseñanzas, y que
a la masonería no le seducen las riquezas y poderes del mundo profano, pues
en ella se valoran y estiman sólo el Saber, Honor y la Virtud de sus miembros.

FRATERNALMENTE

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