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A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

L:.I:.F:.
“IN DEO FIDUCIA NOSTRA”

La Conciencia como factor de desarrollo y evolución del Maestro Secreto


V.·. H.·. David León Chiang 4°

Es siempre necesario iniciar un texto con la definición de sus ‘palabras


clave’, es por eso que, definiremos como Conciencia como el conocimiento que
un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral o
a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior por parte de un
organismo.
La conciencia (del latín conscientia, «conocimiento compartido», y este
de cum scientĭa, «con conocimiento», el mismo origen que tiene consciencia,
ser conscientes de ello) se define, en términos generales, como el
conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno.
Entrando un poco más hacia el ámbito filosófico, la conciencia se refiere
al saber de sí mismo, al conocimiento que el humano tiene de su propia
existencia, estados o actos. Por ende, para considerarnos ‘humanos’. Debemos
tener conciencia, pues esta nos diferencia de los otros seres que habitan el
terráqueo, ya que nosotros somos conscientes de nuestra existencia, es decir,
que sabemos que estamos aquí, pero ¿por qué? O ¿para qué? Esa es la gran
duda que ha venido aquejando a la humanidad desde los principios de su era
racional, la respuesta es tan difícil y compleja que no podemos manifestar que
hay una sola respuesta, sino que hay billones de respuesta, pues cada actor
dentro de este inmenso teatro juega un rol diferente, y ninguno es igual a otro;
pues asi tenemos que dentro de los que hoy me oyen hay: Abogados,
protectores y vigías de las leyes del país en que residen; tenemos maestros,
que educan, no solo con conocimiento, sino que con valores y moral a aquellos
bajo su tutela desde sus primeros años; médicos, odontólogos y otros
profesionales de la salud, cuya misión loable es la atención desinteresada a los
enfermos en la ayuda de la lucha contra la enfermedad y la recuperación de la
salud; los arquitectos e ingenieros son los que diseñan, calculan y construyen
todo lo que actualmente vemos a nuestro alrededor… y de esta manera
podríamos hablar acerca de cada uno de los oficios y profesiones que
tenemos, pero es importante recalcar que cada una de estas personas tiene un
motivo laboral, en su existencia; pero más allá de ello también habrá una
singularidad en su motivo de vivir… pues sí, todos, más allá de nuestra labor
en el mundo profano hemos sido invitados a iniciarnos en la francmasonería,
porque alguien en nuestro círculo ha visto o ha notado altas expectativas en
nosotros virtudes que muchas veces pueden pasar desapercibidas, pero ¿para
qué hemos sido convocados?. Pues siendo la definición de la masonería como
“una escuela peculiar de moralidad, ilustrado por símbolos y velado por
alegorías” y lo que busca la masonería en sus prospectos y HH:. “que sean
Hombres libres, de buenas costumbres, edad madura y severa moral”
retomamos a lo que ya venimos atendiendo, La Moral!, hemos sido llamados
para desarrollar nuestra moral, más allá de la conocida fuera de los muros que
nos rodean. Es porque mientras más conozcamos e interiorizamos la moral,
también estaremos trabajando sobre nuestra propia conciencia.
A medida que pasa el tiempo y nos adentramos en el simbolismo y la
alegoría del 1er grado, o del Aprendiz Masón, se nos da la oportunidad de
seguir el camino al adelantarnos al grado de Compañero Francmasón, en
donde, además de seguir estudiando sobre lo ya antes mencionado,
empezamos a crecer y a desarrollarnos mediante el conocimiento y estudio de
las artes o ciencias liberales, las cuales nos proporcionan herramientas
importantes para seguir trabajando en nosotros mismos, y de esta manera
seguir modelando nuestra conciencia, pero la masonería no ha concluido allí,
pues, más adelante y luego de un debido examen, pasamos a ser exaltados al
Sublime Grado de Maestro Masón, en donde se nos muestran los orígenes de
la masonería, a través de la leyenda hiramita, aprendemos acerca de la vida y
la muerte y nos encontramos frente al Sancta Santorum. Muchas veces hemos
llegado a pensar de que hemos llegado al pináculo de nuestra evolución
masónica, pero al irnos adentrando en el estudio del 3er grado, nos damos
cuenta que el bagaje de información que debemos estudiar es cada vez mayor,
y más aun, es de gran importancia su interiorización, pues los grandes
maestros serán capaces de formar grandes aprendices y mejores compañeros.
A todos nosotros se nos ha abierto un gran pórtico, más allá de la
masonería simbólica y es la de pertenecer a los altares de masónería filosófica
del Supremo Consejo del Grado 33º . Cuando nos adelantamos al grado 4, de
Maestro secreto somos introducidos a un templo completamente renovado,
donde, a la distancia podemos observar al arca de la alianza, como una caja de
oro coronado por dos ángeles que se miran entre sí. Pero al centro del Templo,
observamos al Ara, sobre el cual está la urna de oro que contiene las cenizas
de nuestro Gran Maestro Iram Abiff, pero que todo esto estára resguardado por
una balaustrada cuadrangular, cuya única entrada se encuentra en el
occidente, sobre el cual se presta el sagrado juramento de este grado sobre el
triángulo de oro, donde se nos manifiesta que “el Maestro Secreto nos rebela
los principios de la justicia y dirige a la razón extraviada, la Conciencia es el
guía que buscamos y la inteligencia apoyada en él, hará marchar
conjuntamente el progreso moral y material para que logremos concluir el
magnífico Templo que levantamos”.
Masónicamente entendemos que la masonería continúa su rumbo en la
historia, y no se ha detenido en la construcción inconclusa del Templo de
Jerusalén, pues una obra cumbre de la humanidad no debe detenerse, es por
ello que el Maestro Secreto tiene el nombre de Conciencia, y su estudio, tan
indispensable para que podamos conocernos a nosotros mismos es el que
constituye el misterio que vamos a profundizar.

Así como Iram Abiff, cuyo genio acometía a los elementos y domaba a la
naturaleza; es nuestro deber como Maestros Secretos trabajar en nosotros
mismos, dominar a nuestros demonios interiores e iluminar poco a poco
nuestra conciencia, a partir de los conocimientos que cada día nos son
entregados, de esta manera labramos nuestra piedra bruta, que en un futuro
será un majestuoso templo espiritual.

Es así que para continuar la obra dejada por el Gran Maestro Iram Abiff,
el Rey Salomón, dispuso que de los maestros más duchos y prudentes se
eligieran siete para desempeñar la Gran Maestría, es decir la dirección de los
trabajos para la construcción del Templo, pero entre los Maestros del Capítulo,
sólo se encontraron seis, y fue necesario someter a durísimas pruebas de
suficiencia y discreción a los maestros restantes para escoger a uno de ellos.
De estas pruebas, Jorobam fue el más idóneo, por lo que fue elevado al Grado
de Maestro Secreto; es así que de esta prueba entendemos que La moral del
4º Grado, o del Maestro Secreto es El Silencio y el secreto.

Mediante el trabajo intenso y bajo el Signo Del Silencio, que es el signo


de este grado, y significa el trabajo silencioso y secreto que debe realizar en
busca de su yo interior. Y como una recompensa, como un premio a su
progreso en sus conocimientos iniciáticos, místicos y mágicos encontrará a su
propio Maestro Secreto, el que le enseñará a distinguir el bien del mal, el que lo
premiará o lo castigará con el remordimiento. Maestro al que no se le puede
engañar jamás, ese Maestro Secreto el que la propia Conciencia, fuente de
justicia y vínculo que une al Creador con su criatura.

Bibliografía y Fuentes:
Liturgia del Grado IV del Supremo Consejo del Grado 33º para la República del
Perú del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Manual del Maestro Secreto. Aldo Lavagnini
Cuarto Grado - Maestro Secreto. André Cassard
https://es.wikipedia.org/wiki/Conciencia
El debate sobre la conciencia en el pensamiento moderno y en la ciencia
actual: otras perspectivas. Santiago Cusella Mor. Universitat de Barcelona.

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