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El Conocimiento de Dios

Por el Dr. H. Spencer Lewis, F.R.C.

Si me preguntaran cuál es el beneficio más importante, en sentido general, que


se obtiene con los estudios y prácticas de los principios Rosacruces, sin
vacilación contestaría que es el principio de una vida nueva y mejor debido a
un concepto nuevo y mejor acerca de Dios.

Aunque es cierto que la fraternidad Rosacruz ha sido una organización muy


práctica de verdaderos trabajadores en el mundo, no pueden olvidar que los
principios fundamentales que permiten que el Rosacruz llegue a ser más feliz y
a tener mejores resultados en su vida terrenal están relacionados con verdades
espirituales que nos conducen a un despertar de los conceptos espirituales.

Hasta quienes están atareados con los problemas materiales de la vida y creen
que tienen poco tiempo para meditaciones o pensamientos espirituales, com-
prenden muchas veces que necesitan un conocimiento mejor y más íntimo de
las cosas espirituales de la vida, y especialmente un mejor concepto de Dios y
de las leyes de Dios. Es inútil, excepto para el tonto ateo o las mentalidades
deficientes, tratar de discutir que un hombre cualquiera no resulte beneficiado
gracias a un conocimiento mejor de la Mente Suprema que rige este universo.
Es un hecho fácilmente demostrable que en la misma relación en que un
hombre esté en armonía con una mejor comprensión de Dios, así cambiará
toda su vida hacia el bien.

Afortunadamente, las enseñanzas Rosacruces se han mantenido al día con el


progreso en evolución del concepto del hombre acerca de todas las cosas. Si
dentro de cinco, diez o cincuenta mil años de evolución humana y de lucha
humana hacia ideales más altos, el hombre no ha llegado a estar más cerca de
Dios, gracias a una mejor comprensión de lo que es Dios, entonces tendríamos
que admitir que la evolución humana está fracasando y que la perfección de la
raza humana es imposible; pero me atrevo a decir que habrá pocos seres
racionales que se atrevan a sostener esa idea.

Mientras más se aproxima el hombre a Dios en su comprensión, tanto más


evoluciona y tanto más incluye en su conciencia a Dios y a los principios de
Dios. Los conceptos que hace siglos satisfacían al hombre, o le proporcionaban
una comprensión satisfactoria de Dios, son ya insatisfactorios. La mejor
comprensión que tiene hoy el hombre ha producido un gran cambio en el con-
cepto de Dios, y la experiencia que tiene el hombre acerca del funcionamiento
de muchas de las leyes de Dios, aún aquí en nuestros asuntos diarios, ha
producido la tendencia de cambiar el concepto que el hombre tiene de Dios y de
sus principios.

El funcionamiento general de las leyes del amor, de la misericordia y la justicia


en todos nuestros asuntos humanos ha modificado igualmente el concepto que
el hombre tiene acerca de lo que deben ser las leyes y principios de Dios. Hasta
la evolución continua del amor humano y del amor de los seres humanos entre
sí y especialmente del amor humano y del amor de los seres humanos entre sí y
especialmente del amor de los padres hacia los hijos, en el desarrollo de la
civilización, ha enseñado al hombre que el Padre de todos nosotros debe ser
más amoroso de lo que creíamos en nuestros conceptos anteriores.

Las enseñanzas Rosacruces se han conservado a la par con esos conceptos en


evolución dentro de la mente del hombre, y continuamente se han anticipado a
nuevas preguntas, nuevos problemas y nuevas explicaciones en las que el
hombre medita en aquellos períodos en que se eleva por encima de las cosas
materiales de la vida y trata de elevar su conciencia hasta un plano superior.

Ante todo, hallamos que las enseñanzas Rosacruces nos revelan a Dios como
un ser no solamente amoroso, misericordioso y justo, sino como un ser a quien
hay que amar más bien que temer. Es fácil para muchos de nosotros recordar
que en nuestra juventud era una expresión común el decir que ésta o aquella
persona procedía mal porque no tenía en su corazón el temor de Dios. Parecía
un concepto común y aceptado el que era necesario concebir a Dios como
alguien a quien había que reconocer con terror y pavor.

Se enseñaba a los niños que no debían hacer ciertas cosas y que debían
abstenerse de hacer otras cosas pecaminosas, porque debían tener miedo a
Dios y a su misterioso poder de castigarlos por el mal que cometían. La idea del
t error se desarrolló de tal manera que la gente no se atrevía a pensar en Dios
cuando estaban riendo, ni a hablar de Dios de manera casual, ni con ninguna
otra actitud que no fuera la del extremo temor. Nada de extraño tiene que los
niños llegaran a creer que a Dios sólo podía uno tratar de acercarse cuando se
iba a acostar, o los domingos en la iglesia, teniendo doblada la rodilla y con las
manos elevadas en la actitud pagana típica de la adoración temerosa.

Las citas erróneas de la Biblia que indican que la venganza es un poder


exclusivo de Dios, y también que Dios visitaba con su cólera, odio, envidia y
dura retribución a hombres y mujeres, y que El era celoso y suspicaz, eran
ideas comunes promulgadas por muchos guías religiosos que basaban sus
conceptos en pasajes aislados y mal traducidos de la Biblia. No es extraño que
durante siglos los hombres hayan pensado en la naturaleza amorosa y
misericordiosa de Dios y se hayan preguntado por qué El ha permitido que
muchos pecadores triunfen en la vida mientras que quienes procuran ser
piadosos y honestos son desgraciados.

Este razonamiento que parte de una base falsa ha sido causa de dudas que
gradualmente han surgido en la mente de millones de personas acerca del amor
y de la suprema sabiduría y de la misericordia de ese Dios. Podemos decir con
seguridad que los argumentos más fuertes que emplean los ateos hoy al
asegurar que no hay Dios se basan en que se ha expuesto un concepto falso de
Dios a millones de personas, o se le ha presentado como un ser que nos
justificaría en nuestra duda de que fuera El un Padre amoroso y
misericordioso.

Nuevo concepto de la vida

El concepto Rosacruz de Dios es tan completamente diferente a todo esto y sin


embargo tan de acuerdo con lo que Jesús enseñó y con lo que los mayores
discípulos y Luces entre los hombres han revelado en el pasado, que vemos que
los Rosacruces entran en una nueva vida debido a una mejor comprensión de
Dios y de las vías de Dios. Esa comprensión trae paz y contento a los cansados,
a los que han padecido rudas pruebas en su cuerpo físico, a los que tienen la
mente perpleja; trae esperanza, nueva vida, nuevas energías y firme convicción
de que la justicia prevalecerá y de que la verdad será demostrada.

Esa comprensión abre una nueva fase de la vida y un horizonte más amplio
aquí en la tierra; trae a Dios más cerca del hombre, lo hace más íntimo, más
personal y más amigo en todo sentido humano de la palabra. Hace que las
leyes de Dios aparezcan en su verdadero aspecto, como no solamente
inmutables y no solamente justas, sino también racionales, razonables y
completamente comprensibles; acaba con todas las aparentes contradicciones e
injusticias, y aparta por completo de este cuadro la idea de que Dios es un amo
arbitrario, que es celoso o que tiene en su conciencia cualquier elemento de
cólera y de venganza.

Hace también que el hombre comprenda que es él mismo y no un Dios falto de


misericordia quien trae a su vida el desgraciado resultado de sus errores y que
en vez de sentirse Dios alegre y feliz por los sufrimientos que tenemos, El nos
tiene simpatía y está deseoso de perdonarnos, si se lo pedimos y nos hacemos
dignos de ello.

El cambio del concepto de Dios es el cambio mayor que puede llegar a la vida
de cualquier hombre o mujer, porque como ya hemos dicho es fundamental
para todo nuestro pensamiento y todas nuestras acciones en todas las fases de
nuestra existencia. Pero no podemos comprender ni probar la verdad de esto
mientras nuestro concepto de Dios no haya cambiado y entremos en la nueva
vida y en la nueva manera de vivir que resultan de ese cambio.

Las enseñanzas Rosacruces, por lo tanto, son de suma importancia desde un


punto de vista puramente religioso o espiritual, ya que este gran cambio de
concepto con respecto a Dios y sus leyes produce aquella regeneración y aquel
renacimiento que toda religión dice que es el fin y propósito de sus doctrinas y
prácticas.

Tengamos esto presente para decirlo a quienes nos pregunten acerca de las
enseñanzas Rosacruces y acerca de la relación de estas enseñanzas con cues-
tiones religiosas y espirituales. No es necesario tener un credo religioso o una
exposición dogmática de principios religiosos para llegar a ser más finos y
espirituales, para tener una comprensión mejor y más estrecha de Dios y de
sus vías de acción, y para permitir al hombre comprender y adoptar las
verdaderas leyes divinas, que son el único credo necesario para una vida
perfecta.

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