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«El pecador que dijese la oración siguiente ´Padre eterno, yo os ofrezco las
Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras almas´ obtendrá su
conversión.»
«No habrá muerte para el alma que expire en mis Llagas. Ellas dan la verdadera
vida.»
«Un alma que durante su vida ha honrado y aplicado las Llagas de Nuestro Señor
Jesucristo, ofreciéndolas al Padre Eterno por las almas del Purgatorio, será
acompañada en el momento de su muerte por la Santísima Virgen María y los
Ángeles, y Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz, resplandeciente de gloria, la
recibirá y la coronará.»
V.- Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.
R.- Amen.
Señor mío crucificado, adoro las Sagradas Llagas de tus pies. Por
el dolor que en ellas sufriste y por la sangre que derramaste, concédeme la gracia
de evitar el pecado y de seguir constantemente, hasta el fin de mi vida, el camino
de las virtudes cristianas.
Al finalizar la decena se repite tres veces: Padre Eterno, te ofrezco las Llagas
de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las de nuestras almas.
En las cuentas del Avemaría: Jesús mio, piedad y misericordia por los méritos
de tus santas Llagas.
Al finalizar la decena se repite tres veces: Padre Eterno, te ofrezco las Llagas
de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las de nuestras almas.
En las cuentas del Avemaría: Jesús mio, piedad y misericordia por los méritos
de tus santas Llagas.
Al finalizar la decena se repite tres veces: Padre Eterno, te ofrezco las Llagas
de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las de nuestras almas.
En las cuentas del Avemaría: Jesús mio, piedad y misericordia por los méritos
de tus santas Llagas.
Al finalizar la decena se repite tres veces: Padre Eterno, te ofrezco las Llagas
de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las de nuestras almas.
En las cuentas del Avemaría: Jesús mio, piedad y misericordia por los méritos
de tus santas Llagas.
Al finalizar la decena se repite tres veces: Padre Eterno, te ofrezco las Llagas
de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las de nuestras almas.
Oración a la Virgen
Dolorosa
Oh Madre afligida, Oh
corazón virginal
desgarrado, por las
llagas de tu hijo,
dígnate admitir este
pequeño recuerdo de
sus sufrimientos en
unión con lo que tu
misma has padecido.
Ofrezco este homenaje
a tu hijo Jesús y por tu
santa y poderosísima
intercesión espero que
mis oraciones y
suplicas sean
escuchadas por Él.
Amén.
Se recomienda finalizar
rezando tres Aves
Marías