Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Definicióneditar
El estado, que es el conjunto de instituciones que ejerce su gobierno y aplica sus leyes con
soberanía sobre un territorio delimitado, necesita que ese poder de mando ejercido por el
gobierno, se halle organizado de algún modo. Así puede ser monárquico o republicano.
Es necesario considerar que para Aristóteles los fines supremos de las formas de
gobierno deben ser:
La libertad-igualdad (“sólo somos libres entre iguales” [consideración griega de
la época])
La realización de la justicia y del bien común.
o La realización plena del desarrollo de las capacidades cognitivas
humanas (para lo cual considera necesaria la realización de los dos
puntos anteriores siguiendo el concepto fundamental de Sócrates
[BIEN=VERDAD. Según el cual el bien es igual a la verdad y el mal a la
ignorancia. Sócrates explica esto de la siguiente manera: -el humano
busca la felicidad, llenar su vacío existencial -para esto utiliza medios por
los cuales pretende lograr dicho fin -la mayor parte de las veces utiliza
medios que consiguen satisfacciones efímeras, etéreas, superficiales, que
no van más allá de los “deseos pasionales” {como tener sexo,
alimentarse, etc} -de esta manera concluye que busca un fin por medios
que no pueden alcanzarlo; ya que este solo puede ser alcanzado mediante
la contemplación de la verdad, entendida como el conocimiento de la
realidad])
De esto se advierte que si solo somos libres entre iguales no puede haber una clase
gobernante, deben gobernar todas por igual.
Marx va más allá advirtiendo además que: habiendo elementos (individuos y/o clases)
económicamente diferentes unos intentan superponerse sobre otros, estando rota, bajo
dicho supuesto, la relación de igualdad de unos elementos para con los demás y por lo
tanto la de libertad.
Los analistas políticos creen que la Primera Guerra Mundial desató el fin de las monarquías
tradicionales. La forma de Estado republicana (definición tradicional) se impuso en la
mayoría de los estados desarrollados, monarquías o no. Tras la Primera Guerra Mundial,
con el Tratado de Versalles desaparecieron tanto el Imperio Austrohúngaro, como
el Imperio Alemán. Además, los monarcas de los estados ganadores fueron cediendo
poderes y prerrogativas a instituciones democráticas electas.
Jefes de Estadoeditar
Artículo principal: Jefe de Estado
Imagen a la izquierda, George Washington primer presidente de los Estados Unidos de América.
Imagen a la derecha, Carlos Luis Napoleón Bonaparte, primer y único presidente de la II República
Francesa.
Estructuraeditar
Sin un monarca, la mayoría de las repúblicas modernas, el jefe de Estado es llamado
el Presidente de la República (o presidente), que no hay que confundir con el primer
ministro o Presidente del Gobierno. En ciertos países el presidente de la república recibe
una denominación especial, como cónsul, dux, kniaz, archon, etc. Originalmente utilizado
para referirse al oficial que preside un comité u organismo de gobierno en Gran Bretaña, el
uso también se aplicaba a los líderes políticos, incluidos los líderes de algunas de las Trece
Colonias (originalmente Virginia en 1608); en su totalidad, el "presidente del Consejo". La
primera república en adoptar el título fue los Estados Unidos de América. Manteniendo su
uso como jefe de un comité, el presidente del Congreso Continental fue el líder del
congreso original. Cuando se redactó la nueva constitución, se confirió el título de
presidente de los Estados Unidos al jefe de la nueva rama ejecutiva federal.
En las repúblicas democráticas, el jefe de Estado ha de ganar unas elecciones. Estas
elecciones puede ser directas o indirectas (se forma un consejo especial o colegio electoral).
Cuando el presidente es electo, normalmente, desempeña su cargo en un periodo
preestablecido (generalmente, de cuatro a seis años), finalizado este periodo, se celebran
nuevas elecciones. Muchas legislaciones nacionales, limitan el número de Reelecciones a
las que puede presentarse un Presidente cuando ya ha concluido su primer mandato.
Si el Jefe del Estado de una república es al mismo tiempo el Jefe del Gobierno, a este tipo
de República se dice que tiene un sistema de gobierno presidencial. Este es el caso
de Estados Unidos, Colombia, Perú, Argentina, Paraguay y Uruguay, entre otros países.
Por el contrario, en los sistemas de gobierno parlamentario, el jefe de Estado no es la
misma persona que el Jefe del Gobierno. En estos casos, se da la diferenciación entre
presidente de la República y primer ministro (Presidente del Gobierno). En estos casos, el
papel del presidente de la República resulta mayormente ceremonial, aunque tiene tareas
específicas como el papel consultivo en la formación de un gobierno después de una
elección. Por el contrario, es el primer ministro el que cuenta con el poder ejecutivo.
En los sistemas semipresidenciales, puede darse el caso (dependerá de los sistemas y
calendarios de elección de cada país) de que el presidente de la República y el primer
ministro pertenezcan a diferentes partidos políticos con ideologías diferentes. Esta
cohabitación suele darse a menudo en Francia.
En otros países, como Alemania o India, sin embargo, el presidente de la República, tiene
que permanecer estrictamente independiente a la dinámica gobierno/oposición.
Por último, en otros países, como Suiza, Bosnia-Herzegovina y San Marino, la presidencia
de la República no la ejerce una persona, sino que lo hace un Consejo o Comité. En este
caso, la cabeza visible del Estado va rotando entre los miembros del Consejo. En el caso de
San Marino, cada seis meses. En el caso de Bosnia y Herzegovina la presidencia es
rotatoria entre sus tres miembros para garantizar la igualdad. En el caso de Suiza, cada Año
Nuevo. Estos sistemas son una herencia de la Antigua República Romana donde también
rotaba este cargo. Los Comicios designaban a dos cónsules que ocupaban el cargo durante
un año por los comitia centuriata, que consistía en todos los hombres adultos, nacidos
libres, que podían probar la ciudadanía. La rotación era mensual. En cada semiperíodo, un
cónsul ejercía el poder real (cónsul maior), mientras que el otro lo supervisaba.
Ambigüedadeseditar
La distinción entre una república y una monarquía no siempre es clara. Las monarquías
constitucionales del antiguo Imperio Británico y la Europa Occidental hoy tienen casi todo
el poder político real investido en los representantes electos, con los monarcas solo
teniendo poderes teóricos, sin poderes o poderes de reserva raramente usados. La verdadera
legitimidad para las decisiones políticas proviene de los representantes electos directamente
por el pueblo. Mientras las monarquías hereditarias permanecen en su lugar, el poder
político se deriva del pueblo como en una república. Por lo tanto, a estos estados a veces se
los denomina repúblicas coronadas.[38]
Términos como "república liberal" también se usan para describir todas las democracias
liberales modernas.[39]
También hay repúblicas auto-proclamadas que actúan de manera similar a las monarquías
con poder absoluto conferido al líder y transmitido de padres a hijos. Corea del Norte y
Siria son dos ejemplos notables donde un hijo ha heredado el control político. Ninguno de
estos estados son oficialmente monarquías. No existe un requisito constitucional de que el
poder se transmita dentro de una familia, pero se ha producido en la práctica.
También hay monarquías electivas donde el poder máximo recae en un monarca, pero el
monarca es elegido por algún tipo de elección. Un ejemplo actual de tal estado es Malasia,
donde Yang di-Pertuan Agong es elegido cada cinco años por la Conferencia de
Gobernantes compuesta por los nueve gobernantes hereditarios de los estados malayos y la
Ciudad-Estado del Vaticano, donde el papa es seleccionado por los cardenales electores,
actualmente todos los cardenales menores de una edad específica. Aunque es raro hoy en
día, los monarcas electivos eran comunes en el pasado. El Sacro Imperio Romano
Germánico es un ejemplo importante, donde cada nuevo emperador fue elegido por un
grupo de electores. Los estados islámicos rara vez empleaban la primogenitura, sino que
dependían de varias formas de elección para elegir al sucesor de un monarca.
La Mancomunidad de Polonia-Lituania tenía una monarquía electiva, con un amplio
sufragio de unos 500,000 nobles. El sistema, conocido como Libertad Dorada, se había
desarrollado como un método para que poderosos terratenientes controlaran la corona. Los
defensores de este sistema miraron a los ejemplos clásicos, y los escritos del Renacimiento
italiano, y llamaron a su monarquía electiva una Rzeczpospolita, basada en res publica.
Dictaduraseditar
En algunas repúblicas sometidas a regímenes dictatoriales se han producido transferencias
dinásticas del poder de padres a hijos, estableciendo prácticas muy similares a las de las
monarquías, que se suelen denominar dictaduras familiares.[40] Ejemplos de ello han sido
el Haití de los Duvalier, o la Nicaragua de los Somoza.
Un caso particular es la dinastía comunista de Corea del Norte. La sustitución en 2006,
en Cuba de Fidel Castro por su hermano Raúl Castro se ha interpretado en el mismo sentido
por parte de la oposición.[41] Aunque dicha sucesión estuvo amparada constitucionalmente,
puesto que Raúl era el Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, y está
previsto en la carta magna que la persona que ostenta este cargo asuma la presidencia
interina en caso de muerte o enfermedad del jefe de Estado como ocurrió en esta ocasión.
Luego en 2008, Raúl Castro fue elegido presidente por el parlamento cubano.
República y religióneditar
Una de las principales motivaciones por las que se cambiaba del régimen monárquico al
republicano era el aspecto religioso.
La mayoría de monarquías tenía una religión oficial de Estado de la que no se podía
disentir, mientras que las repúblicas –sobre todo desde que la francesa y
la estadounidense establecieran las bases para el derecho que actualmente recogen la
mayoría de constituciones–, con la libertad de culto dejan este aspecto a la libre elección
del ciudadano.
Repúblicas laicistaseditar
Artículo principal: Países laicos
Muchas veces, las revoluciones que han propiciado el cambio de monarquía a república han
sido altamente laicistas, lo que en ocasiones ha despertado un importante
sentimiento anticlerical a raíz del apoyo y el simbolismo que algunas confesiones religiosas
como el catolicismo han prestado al Antiguo Régimen, o por su estrecha vinculación con
las oligarquías, así como el papel eminentemente reaccionario que las jerarquías
eclesiásticas han tendido a desempeñar en su complicidad o defensa activa del orden
establecido. En los casos de mayor exacerbación, o de mayor acumulación histórica de
frustración y sufrimiento por parte de las clases populares y oprimidas, a raíz del statu quo,
esto ha llegado a provocar quemas de iglesias, persecución de religiosos y destrucción
de arte sacro, etc. Casos de ello se dieron en Francia, durante la revolución francesa, o en
algunas revoluciones socialistas, como las que dieron paso a las distintas Repúblicas de la
Unión Soviética (algunas de corta duración), así como las de Vietnam, Corea del
Norte, República Popular China, México o la inconclusa Revolución social española de
1936, que tiene lugar en el seno de la Segunda República Española tras el frustrado golpe
de Estado por parte de los militares sublevados, que dio lugar al estallido de la Guerra
Civil, siendo los intentos o afiliaciones revolucionarias duramente reprimidas desde el
bando sublevado. Aunque también la imposición de monarquías o estados totalitarios han
fomentado en ocasiones la persecución o ataque a minorías religiosas como a los judíos, o a
los cristianos en el Japón Tokugawa, o han legitimado su poder en la religión, como la
dictadura del general Francisco Franco y su nacionalcatolicismo.
En los Estados Unidos, no sucedió esto, probablemente, porque la suya más que revolución,
fue ante todo una Guerra de Independencia para librarse de los abusos de la corona
británica. No obstante, la joven nación no eligió ninguna religión de Estado en especial,
aunque sí hace referencia en ocasiones a la Biblia o a Dios, por ejemplo en su
constitución. Francia, pionera en la independencia de la religión y el estado, asumiría la
laicidad del estado finalmente a principios del [[siglo XX]].
Repúblicas confesionaleseditar
Artículo principal: Países confesionales
Si bien es cierto que muchas veces se ha esgrimido el sentimiento antirreligioso para
favorecer la implantación de un régimen republicano, otras tantas veces, ha sido al revés, se
ha utilizado un sentimiento religioso (en ocasiones, incluso fundamentalista), con idéntico
objetivo.
El sentimiento religioso jugó un importante papel, por ejemplo, en el derrocamiento del
Régimen del Sah en Irán, que fue substituido por una república dirigida por los líderes
espirituales islámicos, los ayatolá. De hecho, Irán tiene como nomenclatura oficial la
de República Islámica de Irán.
Algunos países se han organizado como una república, para establecer una religión estatal
en su constitución. El ejemplo más evidente son las repúblicas islámicas, aunque no son las
únicas, lo mismo sucede el polo opuesto, en el Estado de Israel.
Históricamente, muchas repúblicas se han definido en función de una religión, como
la República Dominicana (nombre obtenido por la predominante presencia de la orden
católica de Los Dominicos), la República Católica de Irlanda o la República Protestante de
los Países Bajos.
En este caso, al dotar a la república de una determinada religión oficial, lo que se busca es
impedir injerencias en el culto estatal, provengan dichas injerencias de dentro del propio
estado o del exterior.
República y democraciaeditar
La república, a menudo, se asocia con la democracia. Esto no ha causado problemas,
siempre que se cumplieran las características antes descritas, hasta el desarrollo de las
teorías de las democracias. En este sentido, por ejemplo, una república delegada, en la que
no haya participación del pueblo en lo público más allá del voto cada ciertos años, se
parecería más a una oligarquía que a una democracia.
El derecho a voto ha sufrido una larga evolución. De hecho, no se generalizó el sufragio
universal (derecho a voto solo limitado por la mayoría de edad) hasta mediados del
[[siglo XX]]. Antes, este derecho estaba bastante restringido. Solo determinados estratos
sociales podían votar, o se discriminaba por cuestiones de origen, color de piel, sexo, etc.
Actualmente, a muchas formas de democracia de la antigüedad (incluyendo la Democracia
ateniense) se las denomina plutocracias, pues solo permitía votar a la oligarquía dominante.
[
cita requerida]
El referéndumeditar
Artículo principal: Referéndum
Un instrumento de democracia directa son los referendos, pero estos solo son convocados,
normalmente, por algún motivo extraordinario. Pocos países, entre los que está Suiza,
convocan varios referendos al año.
Países declarados como regímenes o estados socialistas o comunistas, en cambio, suelen
tener un alto índice de participación del pueblo, de lo que denominan proletariado, pero en
cambio, las decisiones que ahí se toman, no son de gran alcance o bien no cuentan con una
base realmente democrática donde se puedan discutir y plantear por toda la sociedad las
ventajas o inconvenientes al apoyarlos.
En otros estados considerados democráticos como México, sin embargo, esto se puede
comparar, según algunas opiniones, con los famosos plebiscitos que toman la opinión del
pueblo pero sin que la sociedad en sí tome parte activa en la legislación, y la cámara de
diputados
República o Monarquíaeditar
Evolución históricaeditar
En la antigüedadeditar
En la Antigüedad, las repúblicas no se entendían como entiende la ciencia política el
concepto de república.
Aunque República significara la cosa pública, no todos podían participar de esa cosa
pública. La llamada democracia ateniense no lo era en el mismo sentido ni forma que
tomamos actualmente. En realidad, las polis griegas estaban gobernadas por
la aristocracia (aristoi, “los mejores”) y sólo los ciudadanos (y no todos los miembros del
pueblo eran ciudadanos) participaban en las discusiones del ágora.
Pocos textos antiguos sobrevivieron a la Edad Media, entre estos pocos está La
República de Platón. No obstante, pese a los elevados ideales de ésta, cuando Platón puso
sus ideas política en práctica en la polis de Siracusa el resultado fue un completo fracaso.
También Cicerón intentó algo parecido en tiempos de la Antigua Roma y tampoco logró
reforzar el gobierno de la República romana, muy a su pesar, solo logró un preludio de lo
que luego sería la Roma imperial.
En el Renacimientoeditar
Durante el Renacimiento se fomentó la revisión del mundo antiguo, no solo de su arte, sino
también de su cultura, de su pensamiento político y de su literatura y, la mayoría de los
pocos escritos que lograron sobrevivir a la Edad Media fueron traducidos. Entre estos los
que hacían referencia a las Repúblicas de la Antigüedad que fueron rebautizadas como
Repúblicas clásicas.
Italia era la zona más densamente poblada de Europa en esa época y con el gobierno central
más débil, por lo que se desarrollaron muchas ciudades-estado italianas y se creó una
ideología republicana. Las dos más poderosas eran la República de Venecia y su rival
la República de Génova que controlaban gran parte del Mediterráneo.[42]
La filosofía renacentista vio en la república una especie de Estado ideal y los Estados que
surgieron en ese periodo como Países Bajos adoptaron esta forma de organización política.
Aunque más que los ideales republicanos, pesó en su decisión su sentimiento anticatólico
(por ello, se autodenominaron República Protestante de los Países Bajos) y el hecho de que
no encontraron a ningún candidato que les convenciese como monarca.
En Europa Central fue la república, aristocrática federal formada en 1569 por el Reino de
Polonia y el Gran Ducado de Lituania. República de las Dos Naciones duró hasta
las reparticiones de Polonia en 1795.
Durante el período barroco se inició con el mundo antiguo, no sobre arte sino de una
cultura polifónica, y pensamientos filosóficos.
Republicanismo ilustradoeditar
La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix),
alegoría de la libertad, el eslogan Liberté, égalité, fraternité y del republicanismo junto al gorro
frigio.
La Ilustración trajo consigo toda una nueva generación de políticos y filósofos ilustrados
que se replanteó los principios de la ciencia política que habían estado vigentes hasta el
momento. Locke, por ejemplo, se había planteado la división de poderes y la Separación
Iglesia-Estado cuando el Absolutismo aún era moneda de cambio. Estos planteamientos
políticos serían los que se establecerían no mucho después en
las constituciones promulgadas tras la Revolución francesa y la Guerra de Independencia de
los Estados Unidos. De hecho, la Ilustración definió el estándar de lo que había de ser una
república y de las monarquías constitucionales que empezarían a consolidarse en el
[[siglo XIX]].
Los principios más importantes establecidos por la Ilustración fueron:
La autoridad de la ley.
La exigencia de que los gobiernos se interesen por los ciudadanos a los que afecta
dicha ley.
La necesidad de que los gobiernos establezcan el llamado interés nacional, de tal
modo, que fuesen comprensibles por el pueblo en general.
Que existiese algún modo de autodeterminación (En el sentido de consulta
popular de tipo referéndums, elecciones, etc).
República islámicaeditar