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DÍA
SARA
Hola… Bienvenido… ¿Quién eres tú?
SARA
¿No me vas a decir nada...? ¿Eres mudito?
Él teclea lentamente:
- “Hola”
Al tiempo que lo escribe, ella lo lee en su pantalla.
SARA
Holaaa. ¿Cómo te lamas?
SARA
Sí, bueno, Yes. ¿Prefieres en inglés?
SARA
(Sigue en inglés) ¿Eres inglés,
norteamericano…?”
- “Porque me gustas”
SARA
(Sonríe) “¿Ah… ¿Te gusta lo que ves?”
- “Sí. Mucho”
SARA
¿Quieres decirme tu nombre…?
No contesta.
SARA
¿… O prefieres que yo te ponga uno?
- “Ponme tú uno”
SARA
Te voy a llamar… ¿Ulises? ¿Te gusta Ulises?
SARA
No sé… Porque se dice igual en inglés y en
español.
SARA
¿No te gusta “Ulises”?
No contesta.
SARA
¿Qué quieres que haga?
SARA
¿Qué quieres que haga… Ulises?... ¿Quieres ir
deprisa… o poquito a poco?
SARA
Tú mandas, mi amor.
SARA
¿Quieres ver lo que hay debajo?
SARA
Los que tú quieras.
- “No”
Cliente raro, como tantos otros. Sara prueba otras maneras.
SARA
Bueno… Soy tu chica, tú me dices lo que
quieres hacer y yo lo hago. Todo.
- “Eres muy bonita”
SARA
Gracias… (Bromea) tú también eres muy
guapo ¿Quieres pedirme algo especial, o
prefieres que improvise… no sé… ¿Cuál es
tu… perversión? Oriéntame… ¿Qué te
gustaría?
La pausa se alarga:
- “Tenerte aquí”
SARA
¿Dónde es ahí?
- “En mi hotel”
SARA
Ah… Eso es otro… negocio, mi amor. Y otro
precio.
SARA
Mira, si te parece vamos a hacer una cosa. Sal
de la webcam y llámame desde tu ordenador a
este número de Skype ¿Vale? ¿Tienes Skype?
- “Sí”
Le muestra la pantalla del móvil, acercándolo.
El cliente abre Skype en el ordenador y marca.
Sara espera suponiendo que lo está haciendo y regalando su mejor sonrisa
dice…
SARA
¿Lo tienes?
- “Lo tengo”
SARA
Hasta ahora…
SARA (OFF)
Hola… ¿Me oyes bien?
ROBERT
Sí, te oigo muy bien. Hola, otra vez.
Sara mira a la cámara fijamente. La voz suena tímida, y se nota que querría
disimularlo.
SARA
Me esperaba otra voz.
ROBERT
¿Otra voz? ¿Por qué?
SARA
Da igual. ¿No vas a conectar tu cámara? ¿No
quieres que te vea?
ROBERT
(Pausa) Ven a mi hotel y me ves.
SARA
No puedo ir a tu hotel; iría, pero no puedo, hoy
no.
ROBERT
Vaya.
SARA
Pero puedes venir tú.
SARA
Aquí también nos lo podemos pasar muy bien,
te lo aseguro. Y es más íntimo, más barato, y
nadie se entera en tu hotel de que has
contratado una chica.
SARA
Es cómodo, limpio… No sé donde estará el
hotel…
ROBERT
Sheraton. Está en el centro.
SARA
Aquí no hay nada lejos, media hora en taxi, y
siempre te saldrá más barato que si voy yo.
ROBERT
Yo no he hablado de dinero.
SARA
Pero hay que hablarlo, mi amor. Si no, luego,
hay malentendidos. Una hora trescientos
dólares, cada media hora más, cien. Y las
salidas a tu hotel, quinientos, más taxi, de ida y
vuelta.
SARA
Estoy mojadita… para ti.
SARA
¿Vienes… o no?
ROBERT
Dame tu dirección.
SARA
Te aseguro que no te vas a arrepentir. ¿A qué
hora quieres venir?
ROBERT
(Pausa) ¿A las seis?
SARA
A las seis.
ROBERT
¿No quieres saber nada más de mí?
SARA
Sí… ¿Cómo quieres que te reciba, desnuda,
con un modelito…?
ROBERT
(Pausa) Sorpréndeme.
Suena tan excitado, que Sara se da por satisfecha, acerca los labios a la
cámara.
SARA
Ven.
Cuelga.
En la pantalla del ordenador se quedan las imágenes que ha ido capturando. El
cliente abre una carpeta a la que nombra “Sara” y las mete allí. Después cierra
las diferentes páginas de escort, porno, sexo, contactos, para dejar el escritorio
con un salvapantallas que, curiosamente, es un dibujo infantil que representa
Nueva York, firmado: “Debbie”
ROBERT (OFF)
Hola. Soy Robert Walton de Richmon y
Asociados… Sí, eso es ¿Podrían enviarme un
taxi? (…) En el hotel (…) Sí, para ahora (…)
Sí, que hable inglés, por favor (…) ¿Podría
mirar si está disponible… Carlos, no sé su
apellido (…) sí, nos ha llevado otras veces (…)
Muy bien, mejor, Carlos (…) Muchas gracias.