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Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada

Crónica de una muerte anunciada fue publicada en 1981, cuando García Márquez (1927-2014)
era ya un escritor de fama universal y llega después de un período de seis años de silencio
narrativo (su obra anterior, El otoño del patriarca es del año 1975).
La novela está inspirada en hechos reales sucedidos en 1951, en Sucre, Colombia. García
Márquez era entonces un escritor en ciernes que había publicado algunos cuentos y trabajaba
como periodista en Barranquilla; conoció la historia de primera mano ya que algunos de los
protagonistas tenían lazos familiares con él, y la contó muchas veces de viva voz antes de
escribirla, pero tardará casi treinta años en recrear los acontecimientos en su crónica novelada.

La historia
El suceso real que inspiró la obra es el siguiente: en enero de 1951 se casaban en Sucre Margarita
Chica Salas y Miguel Reyes Palencia. En su noche de bodas el esposo descubre que su mujer no
es virgen y en la madrugada siguiente la «devuelve» a casa de su suegra. A las pocas horas, Víctor
Chica Salas, hermano de la esposa repudiada, mata a Cayetano Gentile Chimento, considerado el
causante de la deshonra de Margarita. La prensa colombiana dio noticia detallada del suceso, un
crimen debido a la violenta venganza de una familia que considera su honor ultrajado.
En la novela de García Márquez los hechos son los siguientes: en un pequeño pueblo de la costa
caribeña se casan Ángela Vicario y Bayardo San Román. La noche de bodas, al darse cuenta de
que su esposa no es virgen, Bayardo San Román la lleva a casa de sus padres, donde Ángela
responsabiliza de lo sucedido a un vecino del pueblo, Santiago Nasar. Los hermanos de la novia,
los gemelos Pedro y Pablo Vicario, movidos por la defensa del honor familiar, matan a cuchilladas
a Santiago Nasar.

Estructura
Desde el punto de vista externo, la historia se organiza en cinco partes de extensión similar. La
primera sirve de despliegue al conjunto, sabemos a quién matan, cómo y cuándo, y está centrada
en la figura del asesinado, Santiago Nasar. La segunda tiene como eje a otro de los protagonistas,
Bayardo San Román, un forastero a quien se retrata a partir de su llegada al pueblo. Luego el
discurso gira hacia la figura de Ángela Vicario y su familia. La tercera parte desarrolla las
circunstancias y detalles previos al asesinato de Santiago Nasar y su eje son los hermanos Vicario
en su itinerario de búsqueda y castigo. La cuarta parte se centra en la descripción de la autopsia de
Nasar y del entierro posterior, y es cronológicamente posterior a la quinta y última que nos narra
el itinerario de persecución, encuentro y muerte de Santiago Nasar.
Punto de vista narrativo
El narrador es un habitante del pueblo que reconstruye la historia veintitantos años después de
acaecidos los hechos y lo hace apoyándose en tres elementos fundamentales: su incompleta
memoria de lo sucedido aquella noche, las entrevistas que realiza a diversos testigos de los hechos
y la consulta del sumario judicial que recoge el proceso a los hermanos Vicario. En su tarea de
reconstrucción de los hechos, el narrador juega con diversos planos temporales, despliega varios
puntos de vista y alterna su voz con las de los personajes entrevistados. Así, el narrador-cronista
alterna la primera con la tercera persona y construye una suerte de puzzle argumental con
continuos quiebros y rupturas. El discurso narrativo se estructura a base de avances y retrocesos,
de recurrencias y superposiciones y se da un constante entrecruzamiento de distintos puntos de
vista: el del narrador, el de los protagonistas, el de los testigos y los datos tomados de las fuentes
escritas —sean informes o cartas—. Es la técnica que se conoce como perspectivismo narrativo.

Temas
• La violencia. Descarnada y atroz, es el único recurso que permite mantener el código de
honor y se manifiesta con evidencia en el asesinato de Nasar. Pero hay otras formas de
violencia, como el agresivo machismo omnipresente o el telón de fondo de guerras y
actividad de la guerrilla.
• La religión, revestida de fetichismo y milagrería, se trata de manera paródica o irónica.
Incluso se ve acompañada por la intensa presencia de la superstición.
• El honor, concebido como un mecanismo de venganza implacable que restaura la moral
colectiva.
• El destino es otro de los temas destacados de la novela. Un fatum trágico preside el
asesinato de Nasar. Todo confluye para que su muerte sea inevitable. En el colmo de la
fatalidad, será su propia madre la que le cierre la puerta de casa impidiendo que se proteja de
sus asesinos.

Espacio y tiempo
Con respecto a la época, sabemos que los hechos en los que se inspira la novela sucedieron en
1951, pero en la obra no hay ninguna referencia temporal concreta. Algún dato de la época
resuena muy al fondo: se nos habla de pasadas guerras civiles, de la actividad de la guerrilla, pero
todo ello, en un contexto como el colombiano, poco aclara.
En lo que atañe al tiempo interno o de la historia, podemos hablar de tiempo abreviado, de
condensación temporal que abarca desde la mañana del domingo de la boda hasta el alba del lunes
en que Nasar es «destazado como un cerdo». Además de esa condensación, el narrador es
sumamente escrupuloso en fijar la cronología de los hechos centrales, detallada hasta el minuto:
Nasar se levantó a las 5:30 —se había acostado a las 4:20, tras la juerga de la boda—, salió de
casa a las 6:05 y fue asesinado a las 7:05. Estas precisiones aporta el narrador-cronista cuando
más de veintisiete años después reconstruye los hechos.
El tiempo del discurso fluye irregularmente, anticipando y haciendo retroceder las partes de la
historia con el empleo de analepsis y prolepsis constantes. El ritmo narrativo se caracteriza por su
agilidad y viveza.
Con respecto al marco, hay toda una serie de referencias geográficas al Caribe colombiano:
Riohacha, Manaure, la península de la Guajira. La historia se sitúa en un pequeño pueblo cuyo
nombre se omite. Está cercano a la costa y el río es su fundamental y casi única vía de
comunicación. Las actividades cotidianas, sobre todo las relacionadas con la preparación de
comidas, marcan el ritmo de vida del pueblo.

Lenguaje narrativo
En la Crónica conviven dos usos lingüísticos bien diferenciados. Por un lado, el registro coloquial
colombiano (lo oral popular) y por otro, una lengua literaria sometida a un intenso tratamiento
retórico. Entre los principales recursos de lengua y estilo que García Márquez utiliza en la novela
podemos destacar los siguientes:
• Elementos coloquiales. De acuerdo con el marco rural en el que discurre la historia, la obra
muestra todo un caudal léxico y fraseológico relativo a la designación de elementos de la
flora, la fauna o la comida. Dentro de ese material abundan, como es lógico, los
americanismos: calabazo, yuca, guayabo, aura, gallinazo, plata, panocha, conduerma,
aflojarse la pasta, a la topa tolondra.
• Símiles.
Santiago Nasar fue destazado como un cerdo.
Lo dejó clavado en la pared como a una mariposa con su dardo certero.
Una mano que sintió helada y pétrea como una mano de muerto.
• Metáforas
El espejo roto de la memoria
Una madre de hierro
Las últimas luces de la vejez
El fogaje de su cuerpo
• Personificaciones y zoomorfizaciones
Santiago Nasar es un gavilán carnicero
El cuchicheo de la lumbre
Las ciénagas tristes
Las veleidades del río
La hermanas de Bayardo son dos potrancas sin sosiego
• Hipérboles
Las balas de la magnum de Nasar podían partir un caballo por la cintura
La muerte de Nasar dejó a su madre un dolor de cabeza eterno
María Alejandrina Cervantes arrasó con la virginidad de mi generación
Nasar era de piel tan delicada que no soportaba el ruido del almidón
A veces la hipérbole se dinamiza y las cosas y los seres adquieren una movilidad de corte
fantástico, característica del realismo mágico:
La trayectoria de la bala de la pistola de Ibrahim Nasar cuando se dispara
accidentalmente al hacer la cama.
El recorrido tambaleante de Santiago Nasar, ya prácticamente muerto.
• Desplazamiento calificativo o hipálage. Recordemos que este recurso consiste en una
traslación mediante la cual una cualidad pasa de su soporte natural en un sustantivo a otro
más o menos cercano:
El talante rechoncho del coronel
Olor peligroso de la bestia
Puso fiero de matarife
• Fraseología enumerativa, que encierra estructuras paralelísticas. Hay una evidente
preferencia por las enumeraciones de tres elementos:
Cristo Bedoya atravesó el dormitorio en silencio, pasó de largo frente al baño y
entró en el dormitorio de Santiago Nasar.
Las hermanas de Ángela Vicario eran maestras en velar a los enfermos, confortar a
los moribundos y amortajar a los muertos.
Santiago Nasar aprendió de su padre el dominio de las armas de fuego, el amor por
los caballos y la maestranza de las aves de presa altas.
• Inmersiones en lo fantástico. Para García Márquez lo desmesurado y maravilloso forman
parte de la realidad y en todas sus obras hay un mundo personal poblado de presagios,
supersticiones y elementos fantásticos que se ha etiquetado como lo real maravilloso o
como realismo mágico: la dimensión de lo fantástico se instala en el mundo cotidiano de
los personajes y es un elemento más de la realidad. En la Crónica hay varios pasajes que
ejemplifican este mundo:
El insólito Palacio de Justicia de Riohacha es un vetusto edificio cuya «planta baja se
inundaba con el mar de leva, y los volúmenes descosidos flotaban en las oficinas
desiertas».
Tras la muerte de su esposa, el viudo Xius cae enfermo y al auscultarlo «se le sienten
borboritar las lágrimas dentro del corazón».

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