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Adaptacion El Principe Feliz Oscar Wilde
Adaptacion El Principe Feliz Oscar Wilde
“EL PRINCIPE
FELIZ”
DE: Oscar Wilde (Irlanda, 1854 - Francia, 1900)
ADAPTACION LIBRE PARA TEATRO: Rodrigo Sánchez Carbajal
NARRADOR: Cuenta esta historia que los habitantes de una ciudad pequeña
y lejana admiraban a una estatua, una estatua de un príncipe. La estatua del
Príncipe Feliz se encontraba sobre una columna alta, desde donde se
observaba toda la ciudad. Era dorada y estaba cubierta por finas láminas de
oro. Sus ojos eran dos brillantes diamantes, zafiros para ser exactos y en el
puño de su espada brillaba un enorme rubí. El resplandor del oro y los
diamantes hacían que los habitantes de la ciudad admiraran al Príncipe Feliz
más que a cualquier otra cosa.
2
GOLONDRINA: Que bien se siente, tal vez sea mejor que ver las pirámides
La golondrina regresa con el Príncipe.
GOLONDRINA: Sabes, ahora que estás ciego, me quedare a tu lado para
siempre.
PRINCIPE: No, golondrinita .Ahora tienes que ir a Egipto.
GOLONDRINA: Me quedare a tu lado para siempre, dormiré entre tus pies.
Sabes te puedo contar de todos lugares que he visto, nosotras siempre
viajamos y nuestros ojos ven; verdes paisajes, aguas claras, el sol reflejado en
un amanecer lleno de paz. Y nosotras cantando. Es como una canción, todo es
una bella canción.
PRINCIPE: Querida golondrina, me cuentas cosas maravillosas, pero es más
impresionante todavía lo que pueden sufrir los hombres. No hay misterio más
grande que la miseria. Vuela sobre la ciudad, y cuéntame todo lo que veas.
La golondrina vuela y ve miseria
GOLONDRINA: Pude ver a los ricos en sus palacios, mientras los mendigos
están en las calles, los niños que tienen hambre.
PRINCIPE: Mi estatua está recubierta de oro fino llévalo a los pobres. Los
hombres siempre creen que el oro podrá darles la felicidad.
Se comienza a regar oro por toda la ciudad. Podemos escuchar voces de
alegría.
GOLONDRINA: ¡Adiós, mi querido Príncipe! Esta vez sí me voy
PRINCIPE: Me alegro que por fin te vayan a Egipto, golondrinita .Has
pasado aquí demasiado tiempo y mira todo lo que hicimos, dame un abrazo.
GOLONDRINA: No es a Egipto donde voy. Voy a la casa de la muerte. La
muerte es hermana del sueño, ¿verdad? Y también es mensajera.
Cae la golondrina y se quiebra la estatua hasta quedar inmóvil.
Entra el alcalde del pueblo
OSCURO FINAL