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El Nuevo Periodismo Tom Wolfe
El Nuevo Periodismo Tom Wolfe
del
licenciado
Juan
Carlos
Ruiz
Calderón
0
Para
usos
pedagógicos
del
curso
Práctica
Profesional
Supervisada
Teseoensulaberinto.blogspot.com
juanca_63@hotmail.com
Tom Wolfe
El Nuevo
Periodismo Traducción de José Luis Guarner
Fuente: The New Journalism
Portada: Julio Vivas
Primera edición: 1977
Séptima edición: 1998
© Tom Wolfe, 1973
Editorial Anagrama, S. A., 1976, Barcelona
ISBN: 84-339-1202-X
Depósito Legal: B. 1888-1998
4. El hombre de letras
Muchos hombres de letras norteamericanos a mitad de los años sesenta abrigaban de
hecho esperanzas de acceder a la clase alta de la literatura, o por lo menos situarse a la par
con los novelistas, una idea que probablemente desconcertaría hasta al sofisticado público
lector de la época. Su apreciación de la frase «hombre de letras» se acercaba
probablemente a la de T. S. Eliot, quien les llamó en una ocasión «mentes de segundo
orden» (y lo puso peor al explicar que necesitamos mentes de segundo orden para llevar
los libros y contribuir a la circulación de las ideas de los demás) o a la de Balzac, quien
6. Trabajo de preparación
No existe una historia de cómo ha evolucionado el trabajo de preparación de un
reportaje, que yo sepa. Dudo que se le haya ocurrido siquiera a alguien, incluso en las
escuelas de periodismo, que el tema pudiese tener fases históricas. El modo de recoger el
material que ahora se da en el Nuevo Periodismo arranca probablemente con la literatura
de viajes de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX (y, como ya digo, con la figura
singular de Boswell). Muchos de los escritores de viajes parecen haber sido inspirados por
el éxito de las autobiografías. Su idea era de crear una autobiografía ellos mismos a base
de dirigirse a países extranjeros en busca de color y de aventura. Melville, por ejemplo,
inició su carrera en el filón del viaje y la aventura como Omoo y Typee.
Desde un punto de vista histórico el rasgo interesante es cuán pocas veces se les
ocurrió a los escritores de no-f icción que podían conseguir ese material de otras maneras
que no fuesen la autobiografía. Me refiero al tipo de preparación amplia que permite
recoger escenas, diálogo extenso, vida social y vida emotiva además de los datos usuales
del ensayo-narración. En el siglo XIX los novelistas hacían mucho más uso de esa
preparación que los periodistas. He citado ya los ejemplos de Balzac y Dickens. El tipo de
investigación que Dostoyevsky llevó a cabo para Los endemoniados es otro ejemplo. Un
En los ensayos que forman la primera parte de este libro, Tom Wolfe realiza un
provocativo análisis de un fenómeno surgido hacia la mitad de la década de los sesenta,
que convulsionó el panorama literario norteamericano: la aparición del llamado Nuevo
Periodismo, que según Wolfe arrebata el centro a la esterilizada y agonizante Novela y se
convierte en el género literario más rico de la época. Para los Nuevos Periodistas, que se
sumergían donde «pasaban las cosas», había que «tomar contacto con completos
desconocidos, meterse en sus vidas de alguna manera, hacer preguntas a las que no tenías
derecho natural a tener respuesta, pretender ver cosas que no se tenían por qué ver, etc. »
y ante la incapacidad de los novelistas para enfrentarse al cambio vertiginoso
experimentado por la sociedad norteamericana «tuvieron, para ellos solos, los locos años
sesenta, obscenos, tumultuosos, maumau, empapados en droga, rezumantes de
concupiscencia».
Y de este modo el Nuevo Periodismo retomó la tradición de la gran novela realista de
siglos precedentes, dice Wolfe, aunque «lo único que pretendía decir al empezar era que
el Nuevo Periodismo no puede ser ignorado por más tiempo en un sentido artístico. Del
resto me retracto... Al diablo con eso... Dejemos que el caos reine... Más alta la música,
más vino... Al diablo con las categorías... » La antología de textos de Rex Reed, Terry
Southern, Nicholas Tomalin, Barbara L. Goldsmith, Norman Mailer, Joe McGinnis, John
Gregory Dunne y el propio Tom Wolfe, en la segunda parte del libro, ¡lustran
espléndidamente las tesis del autor.
Tom Wolfe, nacido en Richmond (Virginia) se reveló en los años sesenta como genial
reportero y agudísimo cronista. En Anagrama se han publicado las siguientes obras de
este autor: La Izquierda Exquisita & Maumauando al parachoques, La banda de la casa
de la bomba y otras crónicas de la era pop, Los años del desmadre, El Nuevo Periodismo,
Lo que hay que tener, La palabra pintada, ¿Quién teme al Bauhaus feroz?, Las Décadas
Púrpura, En nuestro tiempo, La hoguera de las vanidades y Ponche de ácido lisérgico.