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INTRODUCCIÓN
La investigación planteada será el seleccionar y analizar algunos de los cuentos de
Mariana Enríquez Las cosas que perdimos en el fuego con la finalidad de encontrar
elementos de la literatura gótica, sin embargo, tomando en cuenta que es una obra
actual, se intentará dar un enfoque contemporáneo.
Uno de los principales motivos que incentivaron esta investigación es la
relevancia social en cuanto a los temas tratados en el compendio de cuentos que lleva
como título Las cosas que perdimos en el fuego. Mariana Enríquez, autora de esta
obra, transforma la perspectiva del género de terror para abordar temas actuales y
cotidianos como lo son: feminicidios, trastornos psicológicos, el “bullyng” etc. mediante
el abordaje entenderemos el porqué de la presencia de un modo gótico en Las cosas
que perdimos en el fuego. Viendo más de cerca todo el esquema encontraremos
características de gótico en los relatos, sin embargo, denotaremos que el modo gótico
que nos propone Enríquez es mucho más cotidiano, mucho más social, es decir mucho
más contemporáneo.
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La hipótesis a partir de la cual trabajaremos es sobre la idea de la doble
intención de Mariana Enríquez ya que al parecer el terror es un simple recurso para
abordar temas cotidianos y de índole social, para poder declarar que la realidad es
mucho más terrorífica que cualquier historia de terror ficticia, este hecho se asemeja a
las intenciones de la literatura gótica, que muchas veces intentaba ser didáctica, es
decir, advertía sobre los peligros de la desobediencia o ser la voz antes los problemas
de la época, el gótico que nos planeta Mariana Enríquez se adecúa a las circunstancias
en las que vivimos, es por ello que se considera en este trabajo que lo gótico pesa más
que los fantástico, así mismo la autora, pretende hacer una denuncia social. La
escritora argentina da un nuevo tratamiento al género del terror para causar un mayor
impacto ya que utiliza parte de los miedos actuales, propios de un ser humano y da su
propia interpretación de la realidad, las situaciones planteadas por la argentina
pudieran ser trasladadas a cualquier contexto de Latinoamérica, es decir, por medio
de sus relatos podríamos contextualizar nuestro entorno social actual.
El objetivo principal del trabajo es analizar los rasgos góticos presentes en los
relatos de Enríquez, el análisis se orienta mediante tres interrogantes: ¿cómo es que
se recrea lo siniestro?, ¿Qué impacto social tiene la figura de monstruoso en los
relatos de Enríquez? Y ¿Cómo interactúa el locus horrendus en los relatos de
Enríquez? por tal motivo propongo que el título de la investigación sea el siguiente: El
gótico contemporáneo en Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez.
La mujer es la primera figura analizada en este trabajo, ya que desempeña un
papel importante acudiremos a Ann Radcliffe, escritora gótica, inglesa, quien publicó
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varias novelas góticas a finales del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX, Radcliffe
pertenece al enfoque femenino del gótica, la escritora plantea que a la mujer en la
literatura gótica se le asigna el papel de víctima, sin embargo, asimismo puede
representar el rol de la heroína, lo cual emancipa la figura de la mujer. Los dos primeros
cuentos propuestos para analizar llevan por título “Las cosas que perdimos en el fuego
y “La casa de Adela”, en ambos relatos se analiza el funcionamiento de lo monstruoso
en la corporalidad, específicamente desde lo femenino, y la lucha de género, ante la
evidente violencia de género que se ha magnificado en los últimos años.
Cabe destacar que al igual que la mujer, los niños también son figura clave a
analizar, Para su análisis los cuentos elegidos son: “Pablito clavó un clavito” y “La
casa de Adela” en donde se aborda lo siniestro, este rasgo gótico se refiere a todo
aquello que debe permanecer oculto o en secreto, en “La casa de Adela” se aborda lo
siniestro como metáfora ante un problema social, como lo son las desapariciones de
niños, por el contrario, en “Pablito clavó un clavito” se observa la otra cara de la figura
infantil, la fragilidad y la pérdida de la inocencia que se debe a una adultización
temprana de los infantes, debido al tiempo en que vivimos. .
Finalmente, y no mucho menos importante, se plantea el análisis de locus
horrendus(espacio) primero desde la óptica del gótico tradicional para posteriormente
realizar una comparación de los cambios, este análisis de planeta en los cuentos “El
chico sucio” y “Bajo el agua negra”, con el análisis se pretende abordar principalmente
la ciudad como un espacio terrorífico, a la vez que el espacio en el relato es muy
importante ya que es un configurador de las mentalidades y acciones de los
personajes. Es por ello que a través de la investigación planteada trataremos de
analizar qué elementos góticos operan en los cuentos seleccionados previamente y,
aún más importante, reflexionaremos sobre el mensaje que conllevan estos elementos.
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Capítulo 1. Conceptos iniciales, historia y evolución de lo gótico en la literatura
La literatura gótica es un tema de controversia en gran parte del siglo XX, aunque en
los últimos años su estudio se ha desarrollado de manera relevante, especialmente
desde los años setenta y ochenta, estudios recientes se han centrado en diferenciar
los textos góticos de los siglos XVIII y XIX.
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retratos itinerantes, armaduras peregrinas y otros objetos inanimados se comportaban
de modo humano. El espacio gótico fue modificado más tarde para adaptarse a las
especiales preocupaciones de los lectores victorianos, convirtiendo el secuestro en
mental y social, además de la detención física, con personajes atrapados por mentes,
ciudades, familias y estructuras sociales obsesionadas. Desde Walpole hasta el gótico
moderno, el espacio expone una inteligencia y movilidad malignas y es mentalmente
más poderoso que sus ocupantes humanos. En la novela gótica el escenario
arquitectónico era esencial en el desarrollo de la trama. La importancia fundamental
de la atmósfera es un elemento que se trasladará al cine de tendencia gótica y
expresionista, donde los decorados construyen sombras para sugerir espacios y
estados de ánimo.
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1.1 Lo gótico en la literatura
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término “gótico “tenía connotaciones negativas, utilizo los miedos que aterraban a la
sociedad de la época, como lo es el honor mancillado, la locura entre otros.
Botting expone: “El Renacimiento del gótico fue la expresión emocional, estética y
filosófica de la reacción contra el pensamiento dominante de la Ilustración” (Botting,
2003,p.34.) en este siglo el gótico era la forma en la que se podía hablar de lo que
estaba prohibido sin embargo, era un aleccionador sobre las normas sociales es decir,
tenía un fin didáctico, el público al que se dirigía principalmente eran mujeres en donde
se les aleccionaba sobre lo que les sucedería si transgredían las normas. El primer
texto que se publicó bajo la denominación “gótica” fue El castillo de Otranto. Una
historia gótica, de Horace Walpole de 1764.
El gótico fue madurando y en las décadas de 1778 y 1780 siguió dos líneas
de desarrollo, una que continuaba el espíritu subversivo de Walpole y otra línea
más conservadora, doméstica y didáctica. Estas tendencias se pueden apreciar
en las novelas de dos de las figuras más importantes de la escuela gótica.
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1.2 Características de lo gótico en la literatura
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un lugar relevante por la alternancia entre realidad e irrealidad, otro elemento es el
marco en que se desarrollan suelen ser épocas pasadas o inexistentes que alejan al
lector del presente, Elementos escenográficos llamativos: luces y sombras, goznes
chirriantes, manuscritos ocultos, ruidos extraños, animales exóticos, etc., Atmósfera
de misterio y suspenso (el autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz,
muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror).
Ahora bien los Personajes tienen como característica ser dominados por sus
pasiones, inteligentes y enigmáticos, siempre atractivos. A veces, castigados por la
culpa habitualmente aparece un noble malvado que simboliza el peligro y una doncella
inocente perseguida por él. En contrapunto, el héroe valeroso, también de alto linaje,
que intentará salvarla del terror. El amor también es un rasgo imprescindible también
las emociones son desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones
desenfrenadas, accesos de pánico, agitaciones del ánimo tales como depresión
profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo).
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1.2.1 Lo fantástico
[…] su principal objetivo para provocar terror era polemizar sobre los temas tabú,
aquellos que tenían que ver con los deseos anulados por la religión, los que eran
reprimidos por la luz de la Ilustración o simplemente los que no encajaban en los
esquemas mentales al uso del lector neoclásico (la maldad humana, los deseos
ocultos, las perversiones sexuales, el contacto con el más allá, desarrollados
ampliamente en las novelas de Lewis y Maturin) (López Santos, 2010, p.50.).
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Por otra parte Eugenio Roas menciona que el miedo es la característica de la
literatura fantástica, se basa para realizar esta afirmación en el libro .Se basa en el
libro El miedo en Occidente (1989) de Jean Delumeau:“Como advierte Delumeau, el
miedo (individual), en el sentido estricto y restringido del término, es una emoción,
frecuentemente precedida de sorpresa, provocada por la toma de conciencia de un
peligro presente y agobiante” (Roas, 2011,p. 82).
También retoma de este autor la distinción entre el miedo y la angustia “El temor,
el espanto, el pavor, el terror pertenecen más bien al miedo; la inquietud, la ansiedad,
la melancolía, más bien a la angustia” (Roas, 2011, p.82). Esto con el fin de apelar que
el miedo es una condición para crear el ambiente fantástico.
Por otra parte viene la opinión de Todorov quien va a diferir de la opinión de
Roas, este autor considera o separa el miedo de lo fantástico, menciona que “el género
de una obra depende de la sangre fría de su lector” (Todorov, 2005, p. 31)
En fin ambos autores tiene una concepción distinta de lo que es el miedo, para
Roas el miedo es recíprocamente ligado a la literatura fantástica mientras que para
Todorov esta relación no es necesariamente ligada. De manera a las tres condiciones
que, para el autor, debe cumplir todo texto que se deba considerar fantástico:
En primer lugar, es necesario que el texto obligue al lector a considerar el mundo
de los personajes como un mundo de personas reales y a vacilar entre una explicación
natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados Finalmente,
es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto. La mayoría
de dichos estudios, más contemporáneos, aciertan en criticar la visión de Todorov por
considerarla muy restrictiva. David Roas, por ejemplo, plantea una visión mucho más
extensa de la literatura fantástica, que entiende como la expresión de lo sobrenatural
en un mundo cotidiano y reconocible por el lector. Esta definición se opondría a lo que
el autor considera lo maravilloso, caracterizado por la presencia de mundos totalmente
inventados en los que lo extraordinario es la norma.
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1.2.2 Lo siniestro
“Lo siniestro “o lo “Ominioso”acuñado por Sigmund Freud”. Este término se relaciona
con la capacidad de evocar el miedo.
Para Freud este concepto está ligado a la realidad, algo clave para el análisis
de los cuentos de Mariana Enríquez ya que sus cuentos es lo que hacen, evocar
miedos, sólo que miedos más cotidianos, cosas que se encuentran en el
subconsciente de un colectivo, sin embargo, esa realidad puede ser trasladada en
diferentes contextos. Lo “Ominoso” es un concepto clave para el análisis de lo gótico,
Freud afirma que lo siniestro es innegablemente unido a la realidad. Los estudios de
lo gótico han retomado a Freud para considerar que lo siniestro es un elemento clave
para lograr un efecto de terror.
“Lo siniestro” o “lo ominoso”. Como ya se sugirió más arriba, este es un concepto
al que acuden de manera regular tanto los análisis de lo gótico como los de lo
fantástico. La capacidad de esta obra para apelar a argumentos de las dos vertientes
críticas tiene que ver con la necesaria conexión entre lo siniestro freudiano y Para el
autor, los cuentos de hadas no contienen elementos siniestros, pero tampoco las
ficciones que aceptan la presencia de un ser sobrenatural en un mundo que “si bien
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menos fantástico que el de los cuentos, se aparta, sin embargo, del mundo real, al
admitir seres sobrenaturales, demonios o ánimas de difuntos” lo siniestro está
indefectiblemente unido a la realidad ya que, para Freud, contiene su propio significado
,no es de extrañar, por tanto, que la crítica de lo fantástico haya recurrido a los análisis
de Freud para apoyar sus propios razonamientos.
La sensación de lo siniestro nace, como la del miedo generado por lo fantástico,
de un punto de partida que necesariamente es el mundo real. La capacidad de estas
representaciones de lo siniestro es central para la evocación del terror que reproduce
la literatura gótica, por lo que es perfectamente comprensible que los críticos de este
modo hayan recurrido sistemáticamente a los análisis de Freud. Lo siniestro freudiano
se diferencia de lo sublime en que el terror que produce no surge de una realidad
externa o desconocida, sino que se esconde en lo familiar. El término no se puede
traducir a otros idiomas en su totalidad, y Freud juega con las diferentes acepciones
de cada una de sus partes para explicar el concepto en su totalidad. De esta manera,
lo terrorífico que esconde lo siniestro es precisamente la combinación del adjetivo y su
negación.
1.2.3 Lo abyecto
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categorías dicotómicas de lo Puro y lo Impuro, de lo Prohibido y del Pecado, de la Moral
y lo Inmoral.(Kristeva, 1982, p.36)
Así es como este concepto está muy relacionado ampliamente con el horror y
en estudios y análisis de lo gótico es usado con frecuencia, lo abyecto, según Kristeva,
está relacionado con lo corporal femenino y la crítica feminista, para esta investigación
la figura de la mujer es muy importante ya que una de las principales características
de Las cosas que perdimos en el fuego, es que todos los personajes principales son
femeninos, es por ello que se desarrollará en amplitud posteriormente. “La creación
de lo abyecto como torsión de la cotidianeidad, provoca el horror y el asco, “una de las
especies de lo siniestro” (Trías, 1982, p. 24)
1.2.4 Lo monstruoso
La literatura fue desacreditada por la crítica durante gran parte del siglo XX, aunque
en los últimos años su estudio se ha desarrollado de manera relevante, especialmente
desde los años setenta y ochenta, y desde la aparición de trabajos, desde su creación
la literatura gótica ha propuesto diferentes términos que han sido adoptados y
estudiados por otros entre los cuales se encuentra “Lo monstruoso” termino a trabajar
en ese apartado. A pesar de que el subgero gótico, proviene de épocas remotas, es
importante recordar que con el gótico ya se prefigura en la era moderna, en la que el
hombre poco a poco deviene un yo, un individuo, entender esto es de suma
importancia ya que de ahí parte el concepto monstruoso, el monstruo, es aquel ser
que irrumpe en una colectividad en donde no lo reconocen como parte de ella. El
término “monstruo” puede ser abordado desde diferentes perspectivas por una parte
ya que se considera que los monstruos que genera el gótico son representaciones
reconocibles de rasgos psicológicos, y funcionan como una forma de represión ante
un trauma. Lo monstruoso va de la mano al de la “otredad” ese otro es a lo que
llamamos monstruo se le considera a aquello que transgrede las normas de la
colectividad. El monstruo amenaza la unidad del grupo social en su conjunto,
cuestionando las jerarquías. En este caso se abordará el terminó desde la perspectiva
de la mujer.
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Lo monstruoso es uno de los ámbitos más importantes de toda la formación humana,
por un lado lo monstruoso es la cristalización de nuestros miedos, de nuestros
temores, pero simultáneamente lo monstruoso es la insinuación de un espacio de
libertad. El monstruo tanto nos evoca el miedo como aquello que va más allá de la
realidad inmediata, aquello que va más allá de las fronteras, diríamos. El término de
“monstruo” bastante dice al respecto. Desde el verbo latino monstrare, el monstruo es
una muestra; el monstruo se muestra bajo la condición de lo monstruoso. En cuanto
a historia están desde los monstruos fantásticos, medievales o míticos, hasta las
epidemias de virus zombis, los monstruos son el gran tema de las expresiones gráficas
desde el siglo XX y hasta el XXI. Los monstruos no son más temidos: son objeto de
fascinación, de culto y de apropiación; el espectador encuentra en el monstruo un
espejo fascinante que refleja su propia identidad y que acaso, la moldea. Sin embargo,
no siempre fue así, tuvo que pasar un largo período de apropiación y aceptación
histórica. Es así que el monstruo como ícono no es una invención contemporánea
Podemos encontrar en la historia muchas formaciones que analicen el tema de lo
monstruoso en el cine o en la plástica, a nivel discursivo, sin embargo, el presente
trabajo pretende ahondar en la figura, a manera de encontrar presupuestos sociales.
Se trata de hacer una revisión de lo monstruoso a través de lo psicológico, y lo social.
En un sentido no literal, la terminología de lo monstruoso se desplaza también hacia
los procesos psicológicos susceptibles de producir imágenes anómalas y
consideradas inexistentes desde el punto de vista empírico, al tiempo que opera en el
campo de las artes plásticas y de la literatura.
Según José G Cortés, “Los modelos monstruosos existen para pacificar las
conciencias”. Lo monstruoso que ha sido representado desde tiempos iniciales como
aquello que nos da pavor, una suerte de tabú, se visibilizan, se representan en la forma
de la escritura, así las alteridades se unen y se proyectan, porque están, existen en la
sociedad y entre nosotros están latentes como un virus y el poder intenta inmunizarnos
de ellos, las comunidades deben permanecer quietas, inalterables.
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1.2.5 El locus horrendus
El género gótico que nació en Inglaterra mostro un creciente interés por el uso del
Continente europeo (en especial España e Italia) como espacio de las narrativas
góticas del siglo XVIII. Sin embargo, si los acontecimientos tenían lugar en Inglaterra,
la trama se desarrollaba en las regiones cercanas al centro inglés, tales como Escocia,
Irlanda y Gales. Así pues, el locus residía en espacios marginales al centro inglés,
“Locus” proviene del latín que significa prácticamente “Lugar” en cualquier relato o
historia la escenografía o lugar donde se desarrolla la historia es de suma importancia ya que
imprime grandes cualidades e impacto en quien lo lee. Las novelas góticas en sus inicios se
caracterizaban por tener de escenografías castillos tenebrosos o mansiones antiguas, este
es un escenario que se repite en multitud de historias, antiguos castillos, mansiones
abandonadas, fortalezas en ruinas. En ocasiones el castillo parece estar deshabitado, otras
con misteriosos personajes que moran en ellos con mayordomos siniestros, o personas
normales que por circunstancias acaban allí. Castillos con pasajes secretos, candelabros que
dan paso a habitaciones ocultas, estanterías que esconden un laboratorio, palancas ocultas,
mazmorras con historias sangrientas y un sinfín de posibilidades, pues la antigüedad de esas
construcciones da mucho juego al desarrollo del relato.
El castillo puede estar situado en lo alto de una montaña, y parte de su construcción
ser una estructura dentro de la roca, donde reina la oscuridad, habitaciones desiguales,
sensación claustrofóbica, ecos y sobre todo cargado de mucho misterio. Y en la literatura
gótica precisamente estas ubicaciones parecen ser las zonas donde las criaturas más
terroríficas habitan; vampiros, zombis u hombres lobos.
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con la finalidad de crear un estado de ansiedad a sus habitantes, en un estado de
alerta constante, con un presentimiento que algo pasa en una atmosfera de miedo y
temor.
Es importante señalar que el género gótico es, por su propia naturaleza, un género
genéricamente inestable y, como tal, la crítica a veces ha tenido ciertas dificultades a
la hora de categorizar dicho género .Sin embargo, si consideramos al gótico como
literatura de terror la cual parte de generar miedo, es necesario tener en cuenta el
cambio en las concepciones sobre el miedo que han tenido lugar a lo largo de los años
y en los diferentes territorios donde aparece este modo. No es el mismo miedo que
causaban los monstruos desconocidos que rondaban las mansiones
Victorianas, que amenazaban con mancillar la honra de sus mujeres, por el contrario
el gótico contemporáneo tiende a trabajar con los miedos actuales ajustándose a los
tiempos de la tecnología, la corrupción, desapariciones, es decir, refleja los miedos
del mundo globalizado en el que vivimos actualmente, con esto nos queda muy claro
que la literatura gótica es un recurso que utilizan los escritores y lectores para moldear
sus ansiedades, miedos etc.
La inversión básica del gótico en la devastadora historia y la fragmentación del pasado
se mezcla con nuestras propias inversiones ahora, cuando intentamos reinventar la
historia como una forma de curar la pérdida perpetua en la existencia moderna (Bruhm,
2000, p.274)
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trabaja con estas temáticas ,sobre todo el feminismo al introducir en su mayoría
personajes femeninos.
La voz que el gótico contemporáneo ofrece a aquellos que no han podido contar
su historia embona con los rasgos esenciales del posmodernismo sudamericano,
caracterizado por “su capacidad reactiva, contestataria y subversiva y su compromiso
con unos contextos devastados por crisis económicas, inestabilidad democrática,
injerencias “neocolonialistas” externas y sistemática marginación de los pueblos
indígenas”. Frente al uso que se venía haciendo de la mujer vampiro como recipiente
de los miedos patriarcales, las doncellas perseguidas y los villanos góticos con la
tecnología y las imaginaciones futurísticas, una aproximación más detallada, desde la
perspectiva del gótico contemporáneo, nos muestra que la colaboración entre ambos
modos no es solo posible, sino bastante común. La literatura de terror, como intento
defender con este trabajo, es mucho más que castillos, doncellas y villanos, y una de
sus actualizaciones contemporáneas es, sin duda, la del muerto viviente. Tanto la
ciencia ficción como el gótico se construyen sobre concepciones de monstruosidad,
otredad y lo grotesco, exploran la combinación entre un pasado que no ha muerto y un
futuro contaminado y reflejan los miedos de su época mediante su traducción a figuras
abyectas.
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1.3.1 El gótico hispanoamericano
Si bien el gótico estadounidense ha sido tratado de manera muy extensa por varios
críticos, el estudio de la presencia del terror literario en el continente latinoamericano
es ciertamente escaso. El reducido número de investigadores que han analizado el
gótico hispanoamericano ofrecen una serie de teorías diversas acerca de la poca
popularidad de este tipo de análisis en el territorio, que comprenden desde razones
históricas y sociales de carácter cultural, hasta explicaciones más universales. El
reducido número de investigadores que han analizado el gótico hispanoamericano
ofrecen una serie de teorías diversas acerca de la poca popularidad de este tipo de
análisis en el territorio, la principal teoría se centra a que el gótico surge como producto
de una revolución industrial, caso que en América se ve afectada ya que muchos
países no tuvieron una revolución industrial como tal en la época en la que surgió en
Inglaterra, es decir, actualmente la están teniendo o en proceso.
Una dificultad añadida radica en la asociación del término “literatura gótica” con
lo popular y de baja calidad literaria, esencialmente prescindible dentro de un discurso
considerado culto. Este rechazo puede conllevar un intento de evitar el término a la
hora de describir narraciones particulares que muestran rasgos de la literatura de
terror. Además, es posible que en ciertos países, especialmente hispanoamericanos,
se perciba como un discurso extranjerizante, que poco tiene que ver con las realidades
territoriales reflejadas, desde esta perspectiva, en otros modos de lo insólito como “lo
real maravilloso”. Sin embargo, si entendemos el gótico contemporáneo como un
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género heterogéneo y universal, y consideramos su intrínseca hibridación con otras
formas literarias de distintos territorios, encontramos que ciertos elementos de las
ficciones de terror aparecen de manera insistente en diferentes manifestaciones de las
letras hispanoamericanas, si bien pueden variar las etiquetas que las acompañan.
Quizás debido a este reiterado rechazo de sus formas, la literatura de lo insólito ha
sido considerada como reflejo de los miedos y las preocupaciones de aquellos a los
que se les ha negado una participación activa en la sociedad.
Desde esta perspectiva, la literatura hispanoamericana contemporánea se
inscribe en el ir y venir de las corrientes literarias globales, y es en este contexto en el
que podemos comenzar a entender la presencia del gótico en el territorio. Sólo en este
contexto de apertura a otras tradiciones, y de aceptación de la necesaria
intertextualidad de la literatura contemporánea a nivel global podemos entender y
teorizar la presencia del gótico en Hispanoamérica. A grandes rasgos, se puede
afirmar que en Gran Bretaña y en Estados Unidos el gótico tradicional que Bioy
Casares desprecia experimenta una progresiva evolución y un desarrollo más allá de
las primeras y manidas formulaciones, que desemboca en una nueva y rica literatura
que refleja una serie de realidades sociales a través del uso del terror, y en una inédita
ola de estudios críticos del modo. Sin embargo, este avance se vio frenado en
Hispanoamérica porque el panorama literario y crítico estaba dominado por análisis
históricos y apologías del realismo mágico.
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décadas se ha producido masivamente en este país, no se ha modificado en su
mayoría sigue siendo un recurso pero ahora enlaza en pasado y el presente en uno
solo.
Julio Cortázar. , en su artículo “Sobre lo gótico en el Río de la Plata”, subraya la
importancia del género de terror y de sus personajes en autores como Quiroga, Bioy
Casares, Silvina Ocampo o él mismo: “Creo que los escritores y lectores rioplatenses
hemos buscado lo gótico en su nivel más exigente de imaginación y de escritura”
(Cortazar, 1985, p.151)
Para los autores, la realidad argentina es substancialmente interesante para el estudio
del terror, ya que su sociedad se antoja especialmente rica en factores de presión
fóbica: miedo a los extranjeros, a los vecinos, a las mujeres, etc. El terror argentino
contiene relatos escritos por autores que presentan situaciones estremecedoras
utilizando temas muy diversos. Destaca la insistente presencia de una violencia
implacable y salvaje que reproduce desde lo terrorífico el debate sobre la realidad
argentina, a medio camino entre la civilización y la barbarie. La relación entre el pasado
del país y la presencia de un tipo de horror de carácter realista.”(Cortazar, 1985, p.12)
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CAPÍTULO 2 Mariana Enríquez; Escritora post dictadura
Las latinoamericanas, quizás por las sociedades en las que han nacido, mantienen un
vínculo más salvaje con aspectos de la existencia. Echa un vistazo a la geografía, a la
economía o a la historia de América Latina y por todas partes te darás de bruces con
realidades durísimas. Ese dolor, sumando a una sólida tradición literaria (sobre todo
masculina) más el talento de tantas escritoras, acaba destilando buena literatura.
Mariana Enríquez, sabe reconocerse como mujer latinoamericana, para esto ella
menciona:
(…) crecer en Argentina en la época en la que lo hice y escuchar descripciones de
torturas en las noticias, y leerlas en los periódicos, vivir con ese terror presente y
posible, un terror que ya no era cosa de novelas, que era real. Un terror real, palpable,
que entronca con un miedo atávico, infantil, y que además estaba viviendo mientras
era aún una niña. A la vez, el hecho de que yo no tuviera cerca ningún caso de
desaparecidos, nada tan horrible, me permitía verlo desde fuera, contarlo, con una
distancia que quizá no hubiese tenido de otra manera.
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Mariana Enríquez nace en el preámbulo de la dictadura militar argentina,
Mariana tenía tres años en 1976, año del suceso, el contexto en el que ella nació es
muy importante ya que indudablemente marco su estilo narrativo-Naturalmente,
Mariana Enríquez ingresa a la lista de escritores de la generación de post dictadura,
no solo por su edad, por su ubicación en el campo literario, sino también por los rasgos
de su escritura. Algo fundamental que se plantea trabajar en esta investigación son las
características de lo gótico, específicamente en lo contemporáneo que es donde
ponemos situar a Mariana Enriquez,una de ellas es la invasión del pasado en el
presente como si existiera un miedo al retorno de los tiempos salvajes ,esta
particularidad es muy latente en los relatos de Las cosas que perdimos en el Fuego ya
que Enríquez, recurre en sus relatos a personajes históricos, como lo fue “El petiso
orejudo “un importante asesino serial de Argentina o hablar de la época de dictadura
en la que ella creció en “Los años intoxicados”. Este retorno del pasado como recurso
fundamental en la evocación del miedo se mantiene en el gótico contemporáneo, una
de las características que diferencian al gótico tradicional del contemporáneo es, por
ejemplo, el uso de espectros los cuales van a denunciar alguna fechoría, sin embargo,
se ve esta se va a relacionar con algún hecho que aconteció en el pasado, esto con el
fin de exponer las tiranías, pero aún más para evitar que estas regresaran a ser reales.
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Germán Maggiori, Mariana Enriquez, Juan Terranova, Gabriela Bejerman, Washington
Cucurto, Pedro Mairal u Oliverio Coelho, por nombrar solo algunos.
La narrativa publicada a partir de los años ’90, escrita por personas nacidas
desde los ’60. Ambas denominaciones refieren a un idéntico objeto pero aportan
caracterizaciones distintas y en cada caso fundamentales. La denominación “nueva
narrativa argentina” alude a características textuales novedosas que diferencian
estéticamente este corpus de obras de la narrativa anterior Hablamos de una literatura
que se comienza a publicar durante los años ’90. En esa década, sin embargo, no eran
jóvenes solamente quienes escribieron en la franja estaría entre 20 y 40 años
coexistían dos generaciones distintas: por un lado, quienes entraron a la conciencia
ciudadana antes del en general nacidos durante la década del ’50; y por el otro,
quienes nacieron apenas después pero se formaron a una distancia abismal de estos
otros, y cuya conciencia cívica recién llegó con la guerra de Malvinas o con el
alfonsinismo, en 1983. No obstante, como la generación es un hecho
fundamentalmente cultural y no biológico, hay excepciones, zonas ambiguas donde
queda claro que lo que define la pertenencia a la última generación (afectada de
diversos modos por la fiebre militante), o a la primera generación de pos dictadura (que
no fue testigo consciente de ella) está determinado por la fuerza de ciertas
experiencias vitales
En los últimos años se ha debatido en diversos blogs y revistas la supuesta
aparición de una nueva narrativa en Argentina, para ello tenemos a Drucaroff quien
menciona o define a lo “Nuevo” como una forma diferente de vincular el pasado y a
su vez reelaborarlo, de esto se parte con la teoría de que la última dictadura en
Argentina creo un trauma social por lo tanto la generación quienes eran adolescentes
o niños durante esos años de dictadura reelaboran en sus escritos el pasado.
En Argentina, las narrativas de entre los años noventa hasta la actualidad
surgen este tipo de narrativas que se interesan por hablar y centrar su atención en el
pasado no sólo para hacer memoria y denuncia ante problema sociales, al realizar esto
indudablemente lo trasladamos a nuestro contexto es decir, hablamos nuestros
barrios, de la gente que nos rodea y obviamente de nuestros miedos. Un común
denominador que se encuentra en esta generación de jóvenes escritores es que son
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grandes lectores de literatura de terror, principalmente de la parte de Norteamérica, su
influencia también viene del gusto por el cine. Para Drucaroff esta literatura es “Nueva”
como tal ya que estos escritores toman conciencia como generación, Drucaroff define
a la Nueva narrativa de esta manera: “La narrativa que empezaron a escribir entrada
la democracia, y publicaron a partir del menemismo personas que vivieron la dictadura
en una edad en la que no habían llegado a la conciencia ciudadana, o que no la
vivieron nunca porque nacieron en democracia “(Ducaroff, 2011, p. 17).
Las autodenominadas mujeres ardientes, que protestan contra una forma extrema de
violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y
las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el
gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte
las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve
años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios
abandonados o encantados.
En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para
seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen
en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía
turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles,
indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la
convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil.
El simple título Las cosas que perdimos en el fuego nos lleva a pensar en algo
simbólico es decir ¿Qué es lo que queda después de un incendio?, la respuesta
instantánea sería, cenizas y destrucción. Las cosas que perdimos en el fuego
Publicado en 2016 por la escritora y periodista argentina Mariana Enríquez es un
compendio de 12 relatos considerados dentro del género fantástico, tratan temas de
relevancia social como lo son la violencia de género ,desordenes psicológicos y
alimenticios en adolescentes. La propia autora, en una entrevista, declarara que para
ella, los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego son realistas pero con
29
elementos sobrenaturales: “Estos son cuentos realistas que tienen, algunos, muy
pocos, un pequeño rulo sobrenatural, pero me parece que el miedo es más la policía,
el barrio, la pobreza, la violencia, los hombres” (Enríquez, 2016).
Los cuentos que la escritora nos presenta involucra principalmente a personajes
femeninos que van desde adolescentes angustiadas que se cortan las muñecas, se
arrancan uñas, cabello y pestañas sin embargo, también aborda temas como la
contaminación ambiental que genera cáncer, el espectro de un asesino serial,
fantasmas de la dictadura quienes asolan una hostería de provincia construida sobre
un cuartel de policías, andenes de Constitución, narcos y brujos que hacen sacrificios
humanos en altares, un cura villero y una fiscal judicial que quedan atrapados en un
ritual pagano de los mutantes del riachuelo.
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“normales”. Bien es verdad que mi frontera entre lo normal y lo que no lo es está muy
desdibujada, pero es mérito de la autora, qué duda cabe, que convierta cada historia
en algo hipnótico, pese a que eres consciente de lo que de insano e inquietante hay
por debajo.
La mayoría de los relatos están envueltos en una atmósfera oscura, como
corresponde al género en el que se mueven estos relatos. Un terror realista a veces,
con matices de cotidianeidad con los que se construyen. Que algunos de estos relatos
transcurran en el interior de casas nos provoca esa sensación de que no estamos
seguros en ningún sitio.
2.3 Escritura femenina actual en Argentina
Para realizar un análisis de la obra de Mariana Enríquez, es importante realizar
primeramente un breve repaso en la escritura propiamente femenina de Argentina ya
que es el lugar de donde procede la escritora, como característica principal de las
escritoras del siglo XXI, encontramos a escritoras que fijan la mirada ante lo que nadie
quiere ver ya sean injusticias, problemas económicos, psicológicos y sociales. Tal es
el caso de Mariana Enríquez, en su escritura encontramos a la Argentina pos
dictatorial, en donde el pasado está más presente que nunca.
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importante recordar lo difícil que fue la inserción de las mujeres al mundo literario, ya
que muchas veces grandes escritoras publicaban con seudónimos masculinos o bien
por medio de su cónyuge, en tanto a Argentina se nota que las mujeres argentinas
tuvieron que luchar para poder entrar en el mundo literario.
La escritura femenina del gótico ha sido narrada por mujeres con diferentes
trasfondos sociales y pasados diversos (desde esposas, madres infelices, lesbianas
reprimidas víctimas de violencia machista, hasta mujeres locas y brujas) desde su
lugar en la posmodernidad, la escritura de Enríquez explora esta tradición y reconoce
sus intertextualidades de tal manera que esta reescritura ya no es inconsciente, sino
que responde a un afán premeditado y revolucionario de desarmar las estructuras
heredadas.
32
CAPÍTULO 3 Análisis de rasgos góticos (contemporáneo) en los cuentos Las
cosas que perdimos en el fuego
Es por ello que en este capítulo, analizaremos rasgos góticos como; lo monstruoso,
siniestro y el locus horrendus en los relatos que llevan por nombre “Las cosas que
perdimos en el fuego”, “Pablito clavo un clavito”, “La casa de Adela”, “El chico sucio”
y “Bajo el agua negra.
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3.1 La mujer; víctima o heroína
(…) adolescentes; como las morochas de pueblo que conectan con espíritus y tiran
las cartas. Aparecen también las de tipo realista: villeras embarazadas consumidas
por la droga; madres primerizas de clase media que pierden la cabeza por el miedo a
la muerte; amigas que juran pactos de sangre contra los hombres; adolescentes que
deben ocultar su lesbianismo; colegialas que experimentan la autoflagelación; mujeres
violadas por los militares de Stroessner; ancianas que desaparecen en situaciones de
trata(…)Una joven clase media vive en el corazón de Constitución para desafiar a su
familia; una abogada persigue policías corruptos; Paula planea abandonar a su pareja
y Natalia tiene varios novios y amantes, aunque la acusen de puta. Incluso aparece
un hotel perdido en Formosa, atendido únicamente por mujeres que vengan
misteriosamente a los maridos infames. (Enríquez, 2016, p. 4).
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importante referenciar que dentro de la literatura gótica existen dos tipos de enfoques,
el femenino y el masculino.
En el gótico masculino alguno de los mayores representes son Horace Walpole,
Matthew Lewis, y William Beckford (escritores literatura gótica masculina), la principal
característica de las narraciones góticas masculinas son el hecho que visualizan al
hombre como un individuo independiente, quien está alienado y que le es imposible
integrarse en sociedad. Por el contrario el gótico femenino representado
principalmente por Eliza Parsons, Mary Shelley y principalmente Ann
Radcliffe(escritoras del gótico femenino), el enfoque femenino gótico tiene como
característica colocar la figura femenina como una víctima perseguida sin embargo,
también le otorga el papel de heroína,enmancipaandola haciéndola independiente.
Como se ha mencionado, una de las precursoras de la novela gótica, fue Ann
Radcliffe, reinventando la novela gótica desde la perspectiva femenina, consideraba
que existe una conexión lógica entre el género del escritor y la clasificación del gótico.
Radcliffe tuvo una gran influencia en el cambio del papel de las mujeres en el género
ya que el gótico tradicional planteaba la figura de la mujer como simple víctima, sin
embargo, la imagen de la mujer como heroína que propuso la literatura innovadora
de Radcliffe a lo que Robert Miles comenta ha llamado la atención sobre algunos
puntos.
Una primera observación, según Robert Miles“(…) el punto de partida de lo
gótico femenino parece ser la codificación de expresiones reprimidas de las
experiencias de las mujeres, dentro de la historia” (Miles.2000, p. 79).
Esto se refiere a la superioridad medieval patriarcal de la que las heroínas, esto
nos lleva a la premisa acerca de que la figura heroica en el gótico sirve para romper
los limites sociales, morales y éticos, así mismo la figura tiene otros objetivos en los
que se destacan reflexionar acerca de la igualdad de la mujer y la construcción social
que se da de la mujer, el gótico femenino sirvió en su momento para darle voz a
aquellas mujeres que no podían exigir.
Se debe mencionar que la violencia de género es el tema central del relato “Las
cosas que perdimos en el fuego” esa violencia de la que se habla en el cuento de
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Enríquez no es algo ajeno, ni algo presente sólo en la ficción, es algo que vemos en
los periódicos,televisión,internet etc.es un problema social vigente.
De esta forma, en este capítulo se analizará la figura femenina que se presenta
en los relatos de Enríquez, lo analizado será el papel de víctima, heroína.
Comenzando el análisis tenemos el relato más transgresor en cuanto a la figura
femenina es el que lleva por título “Las cosas que perdimos en el fuego”, el cuento
nos relata la historia de Silvina narrando la historia de la chica del subte, quien cada
día subía al tren a contar su historia y a perturbar indiscriminadamente a cada
pasajero que tocase, con su cara desfigurada y su cuerpo quemado, la chica cuenta
la historia de cómo su marido la quemó e intentó culparla, la chica del subte como la
mencionan, subía a incomodar a los pasajeros le daba cierto placer ofenderlos con su
sola presencia, cierto día un joven intercepta a la chica del subte y hace burla de ella,
la madre de silvina reacciona de forma violenta con él y lo golpea, posteriormente una
serie de casos de mujeres quemadas, en donde los hombres las culpan de haberse
auto incendiado bajo estos hechos nace una comunidad de mujeres que decide auto-
inmolarse para revertir esta situación y por sobre todo a modo de protesta, el cuerpo
violentado de las mujeres.
Con lo contextuado anteriormente, observamos que en este relato la mujer se
presenta como una víctima, al ser objeto de violencia, por medio del fuego “Tenía la
cara y los brazos completamente desfigurados por una quemadura extensa, completa
y profunda” (Enríquez, 2016, p. 185).
El relato alega que los son hombres son los victimarios,” Las quemas las hacen
los hombres, chiquita. Siempre nos quemaron. Ahora nos quemamos nosotras. Pero
no nos vamos a morir: vamos a mostrar nuestras cicatrices.” Enríquez, 2016, p. 93).
Sin embargo, a pesar de que la trama gira en torno a la violencia a la que es
sometida la mujer, también se denota un empoderamiento por parte de la mujer, es
ahí donde la figura de la heroína se hace presente, van en contra de la violencia,
quemándose voluntariamente se queman y que son miembros de un movimiento que
está en contra de estos, las quemaduras, para ellas representan un acto heroico, una
auto salvación, y aún más importante se connota con una cierto orgullo al llevar sus
36
quemaduras, con esto podemos crear una hipótesis la cual es que el orden de la figura
femenina en el gótico, no tiene orden, ya que la protagonista femenina puede ser
víctima o heroína.
3.1.1 La mujer y lo monstruoso en “La casa de Adela”
“La casa de Adela “narra la historia de Adela una joven con un brazo amputado, es
de clase alta, vive en una casa cercana a la de Pablo y Clara quienes son hermanos,
Adela entabla una amistad cercana con ambos chicos, la chica cuenta la versión del
cómo perdió el brazo sin embargo, nunca cuenta una sola versión sobre cómo sucedió
el hecho, la versión que más repite es aquella en la que fue mordida por un perro al
cual su padre disparó con una gran puntería ya que aún llevaba a Adela entre sus
colmillos al momento de apuntarle, la relación de los tres chicos se entablan
básicamente en platicar historias sobre fantasmas sin embargo, Adela sufre junto con
Pablo constantes burlas por ser muy cercanos, la describen como una “monstrua”.
Con este relato Mariana Enríquez introduce “Lo monstruoso” por medio del
personaje de Adela, lo monstruoso tiene su origen en el gótico del siglo XIX se
considera que los monstruos que genera el gótico son representaciones reconocibles
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de rasgos psicológicos, y funcionan como una forma de represión ante un trauma.
Adela al ser un ser monstruoso tiene un fin social, tal cual como lo menciona Cortés
“El monstruo, es el vehículo por fortuna y un reflejo crítico, casi instantáneo, de la
condición social de cada momento histórico que nos rodea” (Cortes, 1997, p.45).
En este caso el personaje de Adela es una figura monstruosa por el simple
hecho de ser diferente fiscalmente, Adela es concebida a través de los personajes de
su alrededor, su monstruosidad radica en su cuerpo anormal, principalmente por su
brazo amputado “una pequeña protuberancia de carne que se movía, con un retazo
de músculo, pero no servía para nada” (Enríquez, 2016, p.66).Aun más evidente
desde las primeras líneas del relato se describe físicamente con rasgos monstruosos
“las pecas, los dientes amarillos, el pelo rubio demasiado fino, el muñón en el hombro,
las botitas de gamuza” (Enríquez, 2016,p. 65).
También observamos que la actitud de Adela también es monstruosa, al
personaje no le incomoda su condición, al contrario la utiliza como un mecanismo de
defensa ante las burlas de sus compañeros “Si veía la repulsión en los ojos de alguien,
era capaz de refregarle el muñón por la cara o sentarse muy cerca y rozar el brazo
del otro con su apéndice inútil” (Enríquez, 2016, p.66).También porque lo monstruoso
en el gótico transgrede las normas de la colectividad, y por lo tanto suele ser
representado bajo la imagen de lo monstruoso.
Sin embargo, la monstruosidad de Adela no sólo radica en la cuestión corporal
más evidente esta se refleja en aspectos sociales y culturales, por ejemplo las
constantes burlas a Adela por parte de sus compañeros puede traducirse a lo que
menciona José G Cortes “Los modelos monstruosos existen para pacificar las
conciencias” (Cortes, 1997, p.45). Las constantes burlas se traducen en una cierta
satisfacción de sus compañeros por ser “Normales”, “Muchos otros chicos le tenían
miedo, o asco. Se reían de ella, le decían monstruita, adefesio, bicho incompleto;
decían que la iban a contratar en un circo, que seguro estaba su foto en los libros de
medicina”. (Enríquez, 2016, p.32).Estas constantes burlas a Adela no son un hecho
que cause extrañez en el lector, ya que por obvias razones como seres humanos las
figuras monstruosas no son algo que se implantado culturalmente y socialmente, al
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contrario observar algo fuera del estándar “Norma” es intolerable, ya que por
cuestiones estéticas, revela aquello que no queremos ver ni ser.
3.3.2 Lo monstruoso de cuerpo femenino en “Las cosas que perdimos en fuego”
A continuación se analizará lo monstruoso nuevamente, sin embargo, el análisis se
enfocará en el cuerpo femenino, debido a que se observa desde el inicio del relato
que el cuerpo femenino es muy importante para la autora Mariana Enríquez, por
ejemplo aunque la cara de la chica del subte está quemado se menciona lo siguiente:
"Que su cuerpo fuera sensual resultaba inexplicablemente ofensivo"(Enríquez, 2016,
p. 186).
Tratando de encontrar significado en el por qué, qué significado tiene el cuerpo
en el relato “Las cosas que perdimos en el fuego”. Retomando ciertas ideas G. Cortés
la idea central del relato es la creación de un mecanismo de defensa mediante la
figura del monstruo(mediante la auto inmolación del cuerpo) ya que es esta figura la
que se vuelca contra el sistema, se unen en colectividad contra todo lo que se les ha
reprimido, les otorga cierta libertad, esta idea se expresa mediante las palabras de la
“La chica del subte” quien es sobreviviente y seguidora fiel del movimiento
denominado “Mujeres ardientes ” , “Si los hombres nos quieren quemadas, pensaban,
entonces vamos a instalar un nuevo tipo de belleza: el de la mujer deformada,
ultrajada, violentada, colmada de cicatrices”.(Enriquez,2016,p.92).
Con esta idea se sintetiza la idea del por qué se queman, se queman para
negarse a ser víctimas, el cuerpo monstruoso implica una resistencia, también
claramente se apela a la idea de una nueva concepción corpórea de la mujer a
encontrar, tal como lo menciona Jeffrey Jerome Cohen, una belleza monstruosa como
la que plantean este grupo de mujeres sostiene que “una proyección y una
construcción de la cultura representan el momento en el que viven de tal manera que
subvierten la violencia opresora resignificando sus cuerpos, inscribiéndose como una
corporalidad perturbadora, prohibida, inconcebible”(Cohen,2005 p.13).
El relato protesta ante las concepciones convencionales de lo bello en la mujer,
ya que aspectos como el peso y la deformidad, son elementos que no entran en
características aceptables o agradables de la belleza femenina por parte del
patriarcado, por lo tanto la mujer siempre está al acecho de esos estándares de
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belleza que la mayoría de veces son inalcanzables, podemos inferir que otro
simbolismo del cuerpo auto inmolado, radica en la liberación de estos estándares
absurdos de belleza. Aún más evidente en esta re significación del cuerpo femenino,
tiene como fin fundamental, lanzar una protesta y denuncia social ante la violencia
contra las mujeres, lo monstruoso en los cuerpo radica en la ruptura de la imagen
que se tiene sobre el cuerpo femenino en el patriarcado (sistema de dominación) se
combate la violencia mediante la violencia, al quemar sus cuerpos la mujeres
establecen que sus cuerpos son prohibidos, además de intentar estandarizar la figura
monstruosa en las actividades cotidianas.
Hacía apenas semanas, las primeras mujeres sobrevivientes habían empezado a
mostrarse. A tomar colectivos. A comprar en el supermercado. A tomar taxis y
subterráneos, a abrir cuentas de banco y disfrutar de un café en las veredas de los
bares, con las horribles caras iluminadas por el sol de la tarde, con los dedos, a veces
sin algunas falanges, sosteniendo la taza. ¿Les darían trabajo? ¿Cuándo llegaría el
mundo ideal de hombres y monstruas? (Enríquez, 2016, p 94)
“Algunas chicas dicen que van a parar cuando lleguen al número de la caza de
brujas de la Inquisición” (Enríquez, 2016, p 94). Esta alusión a la cacería de brujas
también es de suma importancia ya que al organizarse para auto inmolarse por
decisión propia, tienen como fin destruir el orden y la tranquilidad social. Ahora esta
cacería de brujas en el siglo XXI se ve aludida en feminicidios, es importante recordar
que el relato de Mariana Enríquez fue publicado en 2016, un año con cifras
alarmantes en donde doscientas noventa mujeres fueron víctimas de feminicidio en el
país (La Nación, 2017).
Por otra parte el relato tiene gran relación con lo que menciona Moers “la
ferocidad de las experiencias infantiles de las niñas explica, en parte, la persistencia
del gótico en la era contemporánea, así como el odio a lo propio y el ímpetu a la
autodestrucción, que han sido temas prominentes en la literatura escrita por mujeres
en el siglo xx” (Moers, 1977, P.107).Con esto explicaríamos porque Mariana Enríquez
adopta esta temática en su relato más importante del compendio Las cosas que
perdimos en el fuego. Aunque también podría pensarse que la auto inmolación es
sólo la representación cultural de la mujer y su adiestramiento ante el “Dolor por haber
nacido mujer”. Finalmente y a manera de idea final, por medio de su relato Mariana
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Enríquez manifiesta un discurso feminista, en donde muchas mujeres se sienten
identificadas y las hogueras representan la voz de las víctimas, la aniquilación ante el
sexismo.
3.2 La recreación de lo siniestro en “La casa de Adela”
La recreación de lo siniestro en el relato “La casa de Adela” se da por medio de la
personificación de la casa, quien adquiere en relato vida propia, “La casa dejó de
zumbar” (Enríquez, 2016, p.38), a su vez, la casa es la representación del secuestro
infantil. Recordemos que para Freud, lo siniestro se refiere a todo aquello que debe
permanecer oculto o en secreto, la puerta es el medio por el cual lo siniestro se hace
presente.
La puerta que se había llevado a Adela (…) Los policías decían que no quedaba
una sola puerta dentro de la casa. Ni nada que pudiera ser considerado una
habitación. La casa era una cáscara, decían. Todas las paredes interiores
habían sido demolidas. Recuerdo que los escuché decir «máscara», no
«cáscara». La casa es una máscara, escuché. Nosotros mentíamos. O
habíamos visto algo tan feroz que estábamos shockeados. Ellos no querían
creer siquiera que habíamos entrado en la casa. Mi madre no nos creyó nunca.
Ni siquiera cuando la policía rastrilló el barrio entero, allanando cada casa (…)
(Enríquez, 2016, p.38).
Adela al entrar a esa puerta desaparece, e inclusive se piensa que se vuelve
parte de la casa, que en si es sólo un cascarón, “Acá vive Adela, ¡cuidado!, dice.
Imagino que la escribió un chico del barrio, en chiste o desafío. Pero yo sé que tiene
razón. Que ésta es su casa. Y todavía no estoy preparada para visitarla” (Enríquez,
2016, p.38).
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tiene connotaciones similares “Recuerdo que los escuché decir “máscara”, no
“cáscara”. La casa es una máscara, escuché” (Enríquez, 2016, p.78). Ambas palabras
definen lo siniestro, ocultan algo, son un medio por el cual se oculta la verdad, en este
caso; el posible secuestro de Adela.
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expuesto ya sin existencia material (el hecho siniestro) pervivirá en el imaginario en
donde sucedió. Esto lo constatamos con la frase “Acá vive Adela ¡cuidado!”
3.2.1 Lo siniestro en los personajes infantiles “Pablito Clavo un clavito”
43
asesinatos famosos y los que más le gustaban a Pablo eran los del Petiso Orejudo,
este macabro personaje generaba reacciones increíbles en los turistas y Pablo
disfrutaba contándolo. El problema es que el fantasma del Petiso se le empieza a
aparecer entre los turistas y esto genera una inestabilidad emocional importante en el
protagonista y su vida familiar.
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se caían al fuego», como le había dicho a uno de los interrogadores. (Enríquez,
2016, p.43).
3.3. El locus horrendus presente en “El chico sucio” y “Bajo el agua negra”
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En Las cosas que perdimos en el fuego podemos contrastar estos espacios ya
que observamos que los personajes transitan por calles donde la miseria se deja ver,
se observa la gran contaminación de la naturaleza por desechos tóxicos, el espacio
gótico influye en los personajes quienes lo habitan dotándoles características
similares.
Ahora bien, es importante destacar la gran importancia de la ciudad de Buenos
aires en los relatos de Mariana Enríquez ya que se puede obtener de la ciudad
muchas características del gótico. La escritora describe muchas veces a Buenos
Aires como un lugar con barrios marginales y deformes e inclusive ha llegado a
considerar que la ciudad en sus relatos es un personaje más “(…), la ciudad como
protagonista. (…) No soy porteña. Es un lugar que sigo descubriendo de a poco. Tiene
algo inquietante, ni un lugar que me parezca sencillo de transitar, ni del que me sienta
orgullosa.” (Enríquez, 2016), cuando Mariana Enríquez hace referencia a lo “Porteño”
se refiere a lo que está apartado de la Capital de Buenos Aires, muchos periodistas
concuerdan que Buenos aires no es lo que los extranjeros tienen como estereotipo,
es decir, el argentino orgulloso y engreído no es la realidad del país, así como lo es
la ciudad perfecta e impoluta. En los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego,
el espacio en donde se desarrollan las historias, tiende a tener influencia en los
hechos que se suscitan, ya que la villa, la ciudad, lugares hostiles, que uno como
lector puede identificar y puede inclusive constatar su verosimilitud, además de
trasladarlo hacia un contexto cotidiano.
3.3.1 El locus horrendus como configurador de personalidad en el cuento “El
chico sucio”
El primer cuento a analizar es el locus horrendus(espacio gótico)en relato “El chico
sucio “la trama gira en torno a una diseñadora gráfica quien decide habitar una vieja
casa perteneciente a su familia, esta casa se encuentra ubicada en la zona sur de la
capital, la chica describe la zona como un lugar olvidado por el tiempo, en donde se
observa la miseria y la decadencia en cada callezuela.Frente a su casa vive un niño
muy sucio quien duerme en colchones desgastados, junto a su madre drogadicta
quien además está embarazada.
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Constitución es el barrio de la estación de trenes que vienen del sur a la ciudad. Fue,
en el siglo XIX, una zona donde vivía la aristocracia porteña, por eso existen estas
casas, como la de mi familia (…). En 1887 las familias aristocráticas huyeron hacia el
norte de la ciudad escapando de la fiebre amarilla. Pocas volvieron, casi ninguna. Con
los años, familias de comerciantes ricos, como la de mi abuelo, pudieron comprar las
casas de piedra con gárgolas y llamadores de bronce. Pero el barrio quedó marcado
por la huida, el abandono, la condición de indeseado (…) También vive mucha gente
en la calle (…) (Enríquez, 2016, p.10).
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de la injusticia y el degüello. Pero nada era macabro o siniestro. El gaucho trae suerte,
cura, ayuda y no pide mucho a cambio, apenas que se le hagan estos homenajes y, a
veces, un poquito de alcohol. O la peregrinación al santuario de Mercedes (…). Le
encendí una de las que se habían apagado y con la llama prendí un cigarrillo. El chico
sucio parecía inquieto (…) En el barrio, «allá atrás» es una referencia al otro lado de
la estación, pasando los andenes, ahí donde las vías y sus terraplenes se pierden
hacia el sur. Ahí suelen aparecer altares para santos menos amables que el Gauchito
Gil. Sé que Lala lleva hasta el terraplén —siempre de día porque pueden ser peligroso
sus ofrendas para la Pomba Gira, sus platos coloridos y sus pollos comprados en el
supermercado porque no se anima a matar una gallina. Y ella me contó que hay
montones de San La Muerte «allá atrás», el santito esqueleto con sus velas rojas y
negras. Pero no es un santo malo le dije al chico sucio, que me miró con los ojos muy
abiertos, como si le estuviera diciendo una locura (…) (Enriquez.2016, p.11)
A lo mejor tenía que mudarme. A lo mejor, como me había dicho mi madre, tenía una
fijación con la casa porque me permitía vivir aislada, porque ahí no me visitaba nadie,
porque estaba deprimida y me inventaba historias románticas sobre un barrio que, la
verdad, era una mierda, una mierda, una mierda. (…) Que no era la princesa en el
castillo sino la loca encerrada en la torre. (Enríquez, 2016, p. 32).
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3.3.2 El locus horrendus como generador de monstruos y zombis en el relato
“Bajo el agua negra”
En “Bajo el agua negra” la autora argentina, enlaza elementos propios de gótico
como el locus horrendus, para hacer alusión al contexto social de Argentina,
principalmente para realizar una ardua crítica ante el empobrecimiento de un cierto
sector social marginado en la actual época, en donde nos vemos sumergidos en el
modelo económico capitalista, la crítica social es algo esencial dentro de la narrativa
de Mariana Enríquez. En una entrevista dirigida a Enríquez constatamos esta
premisa “A mí eso me interesaba marcarlo, que entre los monstruos apareciera la
miseria y su causa, en un sistema económico que no puede sobrevivir sin la
desigualdad, sin los ricos cada vez más ricos” (en Ramírez, 2018).
Es por ello que se puede llegar a inferir que en el relato de “Bajo el agua
negra” Enríquez inserta lo que podríamos llamar “Monstruos sociales
contemporáneos” estos seres son creados o surgen a partir de este sistema
capitalista en donde los ricos se vuelven más ricos y los pobres se vuelven más
pobres. “Bajo el agua negra” describe a grandes rasgos cómo es el vivir de los
habitantes en ese lugar, en donde las empresas vierten sus desechos en la villa, en
donde la contaminación afecta de manera significativa a toda su población, a lo
largo del relato observamos como el locus los transforma, los absorbe, los aniquila,
los va matando poco a poco, el monstruo que vive en el lago no es más que una
metáfora, se puede observar en la siguiente cita cómo es el declive de los habitantes
que viven cerca de este lago contaminado.
Los hijos de las familias que vivían cerca de esa agua, que la tomaban, aunque sus
madres intentaran quitarle el veneno hirviéndola, se enfermaban, morían de cáncer
en tres meses, horribles erupciones en la piel les destrozaban brazos y piernas. Y
algunos, los más chicos, habían empezado a nacer con malformaciones. Brazos de
más (a veces hasta cuatro), las narices anchas como las de felinos, los ojos ciegos
y cerca de las sienes (Enríquez, 2016: 159).
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lugar ignorado, olvidado por el resto de la población que goza necesidades
básicas(como el agua potable).La historia a grandes rasgos se centra en una fiscal,
Marina Pinat, es quien investiga una serie de desapariciones, la fiscal está
comprometida con su trabajo, algo peculiar es la forma en que describe a Argentina
espacio también se caracteriza por ser marginal (villa Moreno) la historia se desarrolla
en un Riachuelo, en donde se hace alusión a que vive un ente que se alimenta de
adolescentes que son arrojados ahí por policías, todo cambia cuando arrojan a
Emanuel y a Yamil y el ente despierta. La fiscal intenta resolver este crimen, sin
embargo, se ve frenada debido a que no aparece el cuerpo de un joven, al igual que
el relato de “El chico sucio” existe una zona que es prohibida la cual es Villa Moreno.
El espacio gótico que se denota en este relato es mucho más evidente, la
descripción que se hace es muy específica en adjetivos como: “narices anchas como
las de felinos”, “ojos ciegos”, desdentados, “dedos con ventosas y de aspecto similar
a las colas de calamar”, se describen habitantes que consumen Paco, una droga
popular en Argentina:
Y en las dos orillas del Riachuelo miles de personas habían construido sus casas en
los terrenos vacíos, desde precarios ranchos de chapa hasta muy decentes
departamentos de cemento y ladrillos. (…) ese olor a podrido del Riachuelo (…) lo
causaba la falta de oxígeno del agua. La anoxia (…) el río negro que bordeaba la
ciudad básicamente estaba muerto, en descomposición: no podía respirar. (, Enríquez,
2016, p. 164).
Estaban tapando algo, ¡no querían dejarlo salir y lo cubrieron con capas de aceite y
barro! (…) ¿Sabés qué viene acá? La mierda de las casas, toda la mugre de los
desagües, ¡todo! Capas y capas para mantenerlo muerto o dormido (…) hasta que
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empezaron a hacer lo imposible: nadar bajo el agua negra. Y lo despertaron. ¿Sabés
qué quiere decir Emanuel? Quiere decir Dios está con nosotros. De qué Dios estamos
hablando es el problema. (Enríquez, 2016, p. 170).
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CONCLUSIONES
Antes de proceder a la conclusión final, se debe de retomar la pregunta que orientó la
investigación, la cual es ¿Qué rasgos de literatura gótica se encuentran en los relatos
de Mariana Enríquez Las cosas que perdimos en el fuego?, primeramente debemos
de afirmar que existen elementos góticos en la narrativa de Mariana Enríquez ya que
al igual que la tradición gótica clásica, intenta ser lúdica y hablar de problemas sociales
de la época, sin embargo, no excluimos que la obra es considerada literatura fantástica
y más aún, considerando lo que se ha enfatizado en toda la investigación, la literatura
fantástica constituye una característica esencial de la literatura Argentina, lugar de
procedencia de Mariana Enríquez.
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locus horrendus (espacio), rasgo diferente del género fantástico que no
necesariamente depende de evocar miedo.
Otro elemento gótico trabajado en Las cosas que perdimos en el fuego es “Lo
monstruoso” o la figura del “monstruo” en donde la mujer es la figura indicada para
trabajar este concepto clásico del gótico, primeramente la mujer es la protagonista de
todos los relatos de Enríquez, en muchas ocasiones se le adjudica el papel de víctima
o heroína, de forma simultánea, sin embargo, lo monstruoso en la mujer radica
principalmente en aspectos corpóreos como es el caso del cuento “La cosas que
perdimos el fuego” aquí la escritora argentina utiliza y crea una bruja contemporánea
en donde, a diferencia de las brujas que eran quemadas, este nuevo tipo de brujas se
auto inmolan, esta referencia histórica a Enríquez le llama la atención, siendo
innegablemente el relato más representativo de la obra. Es muy significativa la idea
plantada en donde el cuerpo es lastimado, ya que mediante la investigación
observamos que la auto violencia femenina es un mecanismo para hacer una denuncia
social ante la violencia de género magnificada en estos últimos años, también se
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destaca que la mujer “monstruo” lucha contra los estereotipos de belleza a los que se
ve sometida y que son inalcanzables.
¿Se puede escribir narrativa gótica en el siglo XXI? con esta pregunta pretendo
realizar una reflexión en el lector, ante este subgénero de lo fantástico, que a simple
vista pareciera remitir, ya desde su mismo nombre, al pasado. Sin embargo,
inminentemente es un subgénero que está implícitamente en la literatura
latinoamericana, basta con explorar en la narrativa de Borges o Cortázar, con lo cual
yo recomendaría a futuras generaciones seguir explorando la estética gótica y su
presencia en la literatura latinoamericana contemporánea.Tambien,es muy importante
que por medio de esta investigación en donde se retoma el “cuerpo” desde una
temática político y estética, se volteé a ver que la figura está siendo tema de
investigación en otras áreas de expresión artística, desde el cine, teatro y hasta
literatura, ya que el cuerpo viene a ser un medio de rebelión, un mecanismo ante la
violencia, una metáfora ante la inminente globalización en Latinoamérica. Por otra
parte, ahondar en escritoras como Mariana Enríquez da pauta a estudios de género,
es importante resaltar que este tipo de investigaciones están cobrando gran
popularidad en latinoamericana igual que Enríquez, escritoras están ahondando en
problemáticas sociales en donde la mujer es la protagonista, denunciando y
protestando por medio de la palabra escrita.
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Finalmente, como conclusión final, aunque pareciera que la obra Las cosas que
perdimos en el fuego tiene tintes feministas, considero que debe ser una perspectiva
que debe matizarse ya que aunque a simple vista denota feminismo no es la intención
primordial de la obra, la intención principal es hacer una crítica ante la violencia de la
mujer y de cualquier individuo social, los cuentos de Enríquez son un arma para hablar
de los problemas sociales de Argentina y Latinoamérica en general y aún de más
importancia , la literatura gótica es de gran importancia para mantener la atención,
puesto que el miedo generado por los relatos deja un impacto enorme en los lectores
y espectadores.
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