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INTRODUCCIÓN
La investigación planteada será el seleccionar y analizar algunos de los cuentos de
Mariana Enríquez Las cosas que perdimos en el fuego con la finalidad de encontrar
elementos de la literatura gótica, sin embargo, tomando en cuenta que es una obra
actual, se intentará dar un enfoque contemporáneo.
Uno de los principales motivos que incentivaron esta investigación es la
relevancia social en cuanto a los temas tratados en el compendio de cuentos que lleva
como título Las cosas que perdimos en el fuego. Mariana Enríquez, autora de esta
obra, transforma la perspectiva del género de terror para abordar temas actuales y
cotidianos como lo son: feminicidios, trastornos psicológicos, el “bullyng” etc. mediante
el abordaje entenderemos el porqué de la presencia de un modo gótico en Las cosas
que perdimos en el fuego. Viendo más de cerca todo el esquema encontraremos
características de gótico en los relatos, sin embargo, denotaremos que el modo gótico
que nos propone Enríquez es mucho más cotidiano, mucho más social, es decir mucho
más contemporáneo.

El presente trabajo halla su punto de partida a través del concepto “gótico”


enfocado en literatura contemporánea. En el primer capítulo, se inserta un marco
teórico, que incorpora una comparación entre algunas definiciones de lo gótico, se
hace un breve recorrido en cuanto a conceptos esenciales para entender la literatura
gótica, definiendo el origen de esta narrativa, mayores exponentes, características e
intenciones lúdicas del gótico. Posteriormente se hace un bosquejo de la literatura
gótica presente en la literatura hispanoamericana.

Cabe destacar que se destina un apartado especial al gótico argentino, es


imprescindible destacar que la literatura fantástica constituye una característica
esencial en la literatura Argentina, para dar respuesta a la hipótesis de esta
investigación es importante también dedicarle un apartado a la literatura fantástica,
para poder entender por qué pesa más “lo gótico” a “lo fantástico”, ya que lo fantástico
latinoamericano tiene sus raíces en la literatura gótica, existe una vinculación entre la
literatura gótica y la fantástica.

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La hipótesis a partir de la cual trabajaremos es sobre la idea de la doble
intención de Mariana Enríquez ya que al parecer el terror es un simple recurso para
abordar temas cotidianos y de índole social, para poder declarar que la realidad es
mucho más terrorífica que cualquier historia de terror ficticia, este hecho se asemeja a
las intenciones de la literatura gótica, que muchas veces intentaba ser didáctica, es
decir, advertía sobre los peligros de la desobediencia o ser la voz antes los problemas
de la época, el gótico que nos planeta Mariana Enríquez se adecúa a las circunstancias
en las que vivimos, es por ello que se considera en este trabajo que lo gótico pesa más
que los fantástico, así mismo la autora, pretende hacer una denuncia social. La
escritora argentina da un nuevo tratamiento al género del terror para causar un mayor
impacto ya que utiliza parte de los miedos actuales, propios de un ser humano y da su
propia interpretación de la realidad, las situaciones planteadas por la argentina
pudieran ser trasladadas a cualquier contexto de Latinoamérica, es decir, por medio
de sus relatos podríamos contextualizar nuestro entorno social actual.

Así mismo es de suma importancia dedicar un apartado a la llamada “Nueva


narrativa Argentina” ya que al trabajar con los relatos de Las cosas que perdimos en
el fuego de Mariana Enríquez es necesario abordar este movimiento literario al cual
ella pertenece, la llamada “Nueva narrativa Argentina” surge en los años noventa y
pervive hasta la actualidad, como característica principal los escritores sienten la
necesidad de interrogar al pasado más reciente para hacer memoria y denuncia,
característica que por excelencia observamos en Mariana Enríquez quien nos trae al
presente la época dictorial ,asesinos seriales, años de crisis económica etc.

El objetivo principal del trabajo es analizar los rasgos góticos presentes en los
relatos de Enríquez, el análisis se orienta mediante tres interrogantes: ¿cómo es que
se recrea lo siniestro?, ¿Qué impacto social tiene la figura de monstruoso en los
relatos de Enríquez? Y ¿Cómo interactúa el locus horrendus en los relatos de
Enríquez? por tal motivo propongo que el título de la investigación sea el siguiente: El
gótico contemporáneo en Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez.
La mujer es la primera figura analizada en este trabajo, ya que desempeña un
papel importante acudiremos a Ann Radcliffe, escritora gótica, inglesa, quien publicó

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varias novelas góticas a finales del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX, Radcliffe
pertenece al enfoque femenino del gótica, la escritora plantea que a la mujer en la
literatura gótica se le asigna el papel de víctima, sin embargo, asimismo puede
representar el rol de la heroína, lo cual emancipa la figura de la mujer. Los dos primeros
cuentos propuestos para analizar llevan por título “Las cosas que perdimos en el fuego
y “La casa de Adela”, en ambos relatos se analiza el funcionamiento de lo monstruoso
en la corporalidad, específicamente desde lo femenino, y la lucha de género, ante la
evidente violencia de género que se ha magnificado en los últimos años.
Cabe destacar que al igual que la mujer, los niños también son figura clave a
analizar, Para su análisis los cuentos elegidos son: “Pablito clavó un clavito” y “La
casa de Adela” en donde se aborda lo siniestro, este rasgo gótico se refiere a todo
aquello que debe permanecer oculto o en secreto, en “La casa de Adela” se aborda lo
siniestro como metáfora ante un problema social, como lo son las desapariciones de
niños, por el contrario, en “Pablito clavó un clavito” se observa la otra cara de la figura
infantil, la fragilidad y la pérdida de la inocencia que se debe a una adultización
temprana de los infantes, debido al tiempo en que vivimos. .
Finalmente, y no mucho menos importante, se plantea el análisis de locus
horrendus(espacio) primero desde la óptica del gótico tradicional para posteriormente
realizar una comparación de los cambios, este análisis de planeta en los cuentos “El
chico sucio” y “Bajo el agua negra”, con el análisis se pretende abordar principalmente
la ciudad como un espacio terrorífico, a la vez que el espacio en el relato es muy
importante ya que es un configurador de las mentalidades y acciones de los
personajes. Es por ello que a través de la investigación planteada trataremos de
analizar qué elementos góticos operan en los cuentos seleccionados previamente y,
aún más importante, reflexionaremos sobre el mensaje que conllevan estos elementos.

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Capítulo 1. Conceptos iniciales, historia y evolución de lo gótico en la literatura
La literatura gótica es un tema de controversia en gran parte del siglo XX, aunque en
los últimos años su estudio se ha desarrollado de manera relevante, especialmente
desde los años setenta y ochenta, estudios recientes se han centrado en diferenciar
los textos góticos de los siglos XVIII y XIX.

La novela gótica (también denominada negra) es sensacionalista,


melodramática, exagera los personajes y las situaciones, se mueve en un marco
sobrenatural que facilita el terror, el misterio y el horror. Abundan bosques oscuros de
vegetación excesiva, las ruinas, los ambientes considerados exóticos para los ingleses
como España o Italia, los monasterios, los personajes y paisajes melancólicos, los
lugares solitarios y espantosos que subrayan así los aspectos más grotescos y
macabros, reflejo de un subconsciente convulso y desasosegado.

Desde sus comienzos, el gótico se impuso como una literatura de estructuras


que se derrumban, de recintos horribles, de sentimientos prohibidos y caos
sobrenatural. Deleitándose en lo maligno sobrenatural, el gótico trataba de revertir las
normas del racionalismo y del autocontrol apelando a la eterna necesidad humana de
elementos inhumanos, una necesidad no satisfecha por el sensato y decoroso arte de
la Edad de la Razón. Walpole abrió la puerta a un universo alternativo de terror, de
confusión psíquica y social cuya mera existencia había sido negada por el sistema de
valores neoclásico. Esplendor en ruinas, hermoso caos, atractiva decadencia,
espectáculo espantoso y extravagancia sobrenatural se convirtieron en los rasgos
definitorios de una nueva estética gótica que tenía en el alivio de la inanición emocional
su meta artística. El recinto fatal, metáfora central de toda la ficción gótica, sirvió al
objetivo implícito del gótico como una respuesta a la inseguridad política y religiosa de
una época agitada.

La acción gótica solía producirse en localizaciones cerradas donde los lectores


se podían sentir tan perdidos y desorientados como los propios personajes. El principal
mecanismo de la trama gótica era un sinfín de proyectos arquitectónicos, efectos
acústicos y accesorios sobrenaturales instalados por todo el castillo gótico, donde

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retratos itinerantes, armaduras peregrinas y otros objetos inanimados se comportaban
de modo humano. El espacio gótico fue modificado más tarde para adaptarse a las
especiales preocupaciones de los lectores victorianos, convirtiendo el secuestro en
mental y social, además de la detención física, con personajes atrapados por mentes,
ciudades, familias y estructuras sociales obsesionadas. Desde Walpole hasta el gótico
moderno, el espacio expone una inteligencia y movilidad malignas y es mentalmente
más poderoso que sus ocupantes humanos. En la novela gótica el escenario
arquitectónico era esencial en el desarrollo de la trama. La importancia fundamental
de la atmósfera es un elemento que se trasladará al cine de tendencia gótica y
expresionista, donde los decorados construyen sombras para sugerir espacios y
estados de ánimo.

La novela gótica es un subgénero del romanticismo debido a sus características.


Anteriormente fue un concepto que se utilizaba únicamente en lo arquitectónico. Como
gótico se conoce al estilo artístico que se desarrolló en Europa entre el siglo XII hasta
el inicio del Renacimiento, hasta fines del siglo XIV. La palabra, como tal, proviene del
latín tardío gothĭcus.También se denomina gótico lo perteneciente o relativo al pueblo
germánico de los godos o a la lengua que hablaban.

En este sentido, el gótico se refiere al estilo característico de la Edad Media, de


influencias de arquitecturas romanas en piedra y una fuerte temática religiosa. Sin
embargo, este concepto se transfiere a lo literario en el año de 1764 con la novela El
castillo de Otranto de Horace Walpole, inaugura este subgénero ya que él mismo
califica su novela como “gótica”, la intención de este autor al comparar su novela con
lo gótico era asociar su novela a lo medieval, pero sin intención alguna Walpole logró
conectar este término con la literatura, abriendo pauta a estudios posteriores.

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1.1 Lo gótico en la literatura

El término gótico comenzó a utilizarse en el siglo XVI, aunque en sus orígenes se


trataba de un calificativo negativo, que vinculaba a este estilo con los godos (los
bárbaros). En las últimas décadas, a partir de mediados de 1970, el movimiento
gótico mutó en una subcultura también conocida como dark, que adoptó la estética
de la literatura de terror, las películas de dicho género y el post-punk. Las historias
narradas por la literatura gótica tradicional solían transcurrir en castillos y
monasterios medievales. Aunque su espectro se amplió con el correr de los años,
los viejos arquetipos nunca desaparecieron. Los cementerios, las criptas y los
páramos desolados son otros de los escenarios donde transcurren muchos relatos
góticos. En cuanto a los personajes, aparecen todo tipo de villanos y seres
malignos, como hombres lobo, vampiros, fantasmas, demonios y distintas clases de
monstruos.

A pesar de las ideas dominantes de orden y sobriedad, la afición por el exceso


gótico pronto captaría el interés de los intelectuales británicos. Desde esta afición
creció una escuela de literatura gótica, frecuentemente derivada de modelos
alemanes. La sucesión de narrativas góticas que proliferaron entre 1765 y 1820, con
un nuevo brote a través de la era victoriana (especialmente en la década de 1890)
estableció una iconografía que todavía nos es familiar a través del cine: húmedas
criptas, paisajes escarpados y castillos prohibidos habitados por heroínas
perseguidas, villanos satánicos, hombres locos, mujeres fatales, vampiros, y hombres
lobo. El terror gótico tal y como lo conocemos hoy en día es en gran medida una
invención de este periodo. Los quisquillosos árbitros de la Era de la Razón no
encontraron ninguna utilidad a los fantasmas y a las atrocidades sádicas que
Shakespeare y sus contemporáneos habían explotado, pero para finales de 1700,
estos fantasmas, reprimidos pero no “muertos”, retornaron con fuerza en forma de
novelas y poesía gótica. Dos siglos más tarde, los films de horror se mantendrían fieles
a esta tradición, reinventando antiguas imágenes de locura, muerte y decadencia, el

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término “gótico “tenía connotaciones negativas, utilizo los miedos que aterraban a la
sociedad de la época, como lo es el honor mancillado, la locura entre otros.

Botting expone: “El Renacimiento del gótico fue la expresión emocional, estética y
filosófica de la reacción contra el pensamiento dominante de la Ilustración” (Botting,
2003,p.34.) en este siglo el gótico era la forma en la que se podía hablar de lo que
estaba prohibido sin embargo, era un aleccionador sobre las normas sociales es decir,
tenía un fin didáctico, el público al que se dirigía principalmente eran mujeres en donde
se les aleccionaba sobre lo que les sucedería si transgredían las normas. El primer
texto que se publicó bajo la denominación “gótica” fue El castillo de Otranto. Una
historia gótica, de Horace Walpole de 1764.

El gótico fue madurando y en las décadas de 1778 y 1780 siguió dos líneas
de desarrollo, una que continuaba el espíritu subversivo de Walpole y otra línea
más conservadora, doméstica y didáctica. Estas tendencias se pueden apreciar
en las novelas de dos de las figuras más importantes de la escuela gótica.

En contraste con la escasa validez de las populares novelas por entregas, la


narrativa gótica psicológica de calidad intelectual seria mantuvo la buena salud del
gótico durante la década de 1820. Frankenstein de Mary Shelley, Melmoth el
errabundo de Maturin y Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado
de James Hogg demostraron el trágico potencial del gótico y dieron una pista sobre
la clase de sofisticación psicológica y metafísica que marcaría las obras de
Hawthorne .La riqueza simbólica y filosófica de estas novelas góticas indica el papel
principal que desempeñaría el goticismo durante el siglo XIX, activando los oscuros
sueños de muchos grandes escritores que se volvieron hacia el gótico para realzar
el carácter trágico de su arte.

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1.2 Características de lo gótico en la literatura

Una de las característica del gótico en la literatura es la invasión del pasado en el


presente como si existiera un miedo al retorno de los tiempos salvajes, esta
particularidad es muy latente en los relatos de Las cosas que perdimos en el Fuego ya
que Enríquez, recurre en sus relatos a personajes históricos, como lo fue “El petiso
orejudo “un importante asesino serial de Argentina o hablar de la época de dictadura
en la que ella creció en “Los años intoxicados”. Este retorno del pasado como recurso
fundamental en la evocación del miedo se mantiene en el gótico contemporáneo, una
de las características que diferencian al gótico tradicional del contemporáneo es, por
ejemplo, el uso de espectros los cuales van a denunciar alguna fechoría, sin embargo,
se ve esta se va a relacionar con algún hecho que aconteció en el pasado, esto con el
fin de exponer las tiranías, pero aún más para evitar que estas regresaran a ser reales.

Otra característica principal es el espacio en donde ocurren los


acontecimientos, en el gótico tradicional uno de los principales espacios por excelencia
era el castillo en donde se encontraban fantasmas, espectros etc.

Contrario del gótico tradicional el gótico contemporáneo trabaja con espacios


más urbanos y en decadencia, otra característica recurrente que encontraremos en la
narrativa de Enríquez, sin embargo, algo que incorpora este nuevo gótico es la
reinvención del espacio ya que muchas veces se nos plantea un espacio no físico en
muchas ocasiones el espacio se encuentra en la mente de los personajes, en donde
tienen la misma sensación de desamparo, miedo, mortificación.

Así mismo las localizaciones góticas son fundamentales: bosques sombríos,


mazmorras, granjas abandonadas, calles oscuras, casonas vacías, criptas etc. Las
descripciones son abundantes para crear una atmósfera que acongoje al lector es de
vital importancia este hecho, la localización en estas narraciones es la protagonista
misma del género por otra parte algo recurrente es la aparición de cadáveres,
espectros, muertos vivientes y otros elementos sobrenaturales. Otras características
son los Viajes en el tiempo o en el espacio. Algunos autores eligieron la Europa del
Este como marco de sus obras, el mundo de los sueños y las pesadillas también tiene

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un lugar relevante por la alternancia entre realidad e irrealidad, otro elemento es el
marco en que se desarrollan suelen ser épocas pasadas o inexistentes que alejan al
lector del presente, Elementos escenográficos llamativos: luces y sombras, goznes
chirriantes, manuscritos ocultos, ruidos extraños, animales exóticos, etc., Atmósfera
de misterio y suspenso (el autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz,
muchas veces por sí mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror).

Ahora bien los Personajes tienen como característica ser dominados por sus
pasiones, inteligentes y enigmáticos, siempre atractivos. A veces, castigados por la
culpa habitualmente aparece un noble malvado que simboliza el peligro y una doncella
inocente perseguida por él. En contrapunto, el héroe valeroso, también de alto linaje,
que intentará salvarla del terror. El amor también es un rasgo imprescindible también
las emociones son desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones
desenfrenadas, accesos de pánico, agitaciones del ánimo tales como depresión
profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo).

Algo también de suma importancia es la Profecía ancestral (una maldición pesa


sobre la propiedad o sobre sus habitantes, presentes o remotos) que culminan con
eventos sobrenaturales o de difícil explicación. Finalmente tiene un fin didáctico en el
tema del erotismo larvado (bajo la atmósfera de misterio laten conflictos amorosos mal
resueltos y oscuros impulsos sentimentales. El paradigma de la doncella en apuros es
muy frecuente; los personajes femeninos enfrentan situaciones que producen
desmayos, gritos, llanto y ataques de nervios. Se apela al sentido de compasión del
lector presentando a una heroína oprimida por angustiosos terrores que, normalmente,
se convierte en el foco de la trama. Otro paradigma insoslayable es el de la figura
masculina tiránica; suele tratarse de un padre, rey, marido o guardián que requiere de
la doncella una acción indigna o inadmisible, sea el casamiento forzado, el sacrificio
de su castidad o alguna acción todavía más siniestra).

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1.2.1 Lo fantástico

Investigaciones recientes coinciden que la literatura fantástica es algo que identifica a


la literatura argentina sin embargo, se apela que el gótico es el género de donde se
ramifica el fantástico. Para ello López Santos aborda este tema en su artículo “El
género gótico. ¿Génesis de la literatura fantástica?

[…] su principal objetivo para provocar terror era polemizar sobre los temas tabú,
aquellos que tenían que ver con los deseos anulados por la religión, los que eran
reprimidos por la luz de la Ilustración o simplemente los que no encajaban en los
esquemas mentales al uso del lector neoclásico (la maldad humana, los deseos
ocultos, las perversiones sexuales, el contacto con el más allá, desarrollados
ampliamente en las novelas de Lewis y Maturin) (López Santos, 2010, p.50.).

En su obra Ficción gótica americana: una introducción (2004), Lloyd-Smith


realiza una conexión entre literatura gótica y literatura fantástica, diciendo que: “Se
han hecho distinciones cognitivas entre lo sobrenatural o lo maravilloso, lo fantástico
y lo extraño "(Lloyd-Smith, 2004, p. 6).El decir lo que él intenta explicar es que tanto
como lo gótico y lo fantástico incorporan concepciones monstruosas a su vez hace
una diferenciación entre estas dos (literatura gótica y fantástica) la primera según
Lloyd es se centra en tratar más el horror y la otra a desarrollar lo sobrenatural.
Por otra parte Todorov menciona que “es preciso decir que un género se define
siempre con relación a los géneros que le son próximos” (Todorov, 2005, p.24). Aquí
claramente se refleja que el fantástico se definió en base a su género próximo, es
decir, el gótico. Para el autor, lo fantástico solo dura mientras persista la vacilación del
lector frente al hecho sobrenatural y desaparece cuando este se explica (lo
sobrenatural explicado) o cuando el lector está finalmente persuadido de que el origen
de los hechos ominosos no será aclarado en la narración. Es necesaria, por tanto, la
vacilación del lector, que debe estar integrado en el mundo de los personajes. Para
que esta integración sea posible debe también darse la condición de que la realidad
que se presenta en el texto pueda ser reconocida por el lector y que los hechos
sobrenaturales no se interpreten de manera alegórica.

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Por otra parte Eugenio Roas menciona que el miedo es la característica de la
literatura fantástica, se basa para realizar esta afirmación en el libro .Se basa en el
libro El miedo en Occidente (1989) de Jean Delumeau:“Como advierte Delumeau, el
miedo (individual), en el sentido estricto y restringido del término, es una emoción,
frecuentemente precedida de sorpresa, provocada por la toma de conciencia de un
peligro presente y agobiante” (Roas, 2011,p. 82).
También retoma de este autor la distinción entre el miedo y la angustia “El temor,
el espanto, el pavor, el terror pertenecen más bien al miedo; la inquietud, la ansiedad,
la melancolía, más bien a la angustia” (Roas, 2011, p.82). Esto con el fin de apelar que
el miedo es una condición para crear el ambiente fantástico.
Por otra parte viene la opinión de Todorov quien va a diferir de la opinión de
Roas, este autor considera o separa el miedo de lo fantástico, menciona que “el género
de una obra depende de la sangre fría de su lector” (Todorov, 2005, p. 31)
En fin ambos autores tiene una concepción distinta de lo que es el miedo, para
Roas el miedo es recíprocamente ligado a la literatura fantástica mientras que para
Todorov esta relación no es necesariamente ligada. De manera a las tres condiciones
que, para el autor, debe cumplir todo texto que se deba considerar fantástico:
En primer lugar, es necesario que el texto obligue al lector a considerar el mundo
de los personajes como un mundo de personas reales y a vacilar entre una explicación
natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados Finalmente,
es importante que el lector adopte una determinada actitud frente al texto. La mayoría
de dichos estudios, más contemporáneos, aciertan en criticar la visión de Todorov por
considerarla muy restrictiva. David Roas, por ejemplo, plantea una visión mucho más
extensa de la literatura fantástica, que entiende como la expresión de lo sobrenatural
en un mundo cotidiano y reconocible por el lector. Esta definición se opondría a lo que
el autor considera lo maravilloso, caracterizado por la presencia de mundos totalmente
inventados en los que lo extraordinario es la norma.

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1.2.2 Lo siniestro
“Lo siniestro “o lo “Ominioso”acuñado por Sigmund Freud”. Este término se relaciona
con la capacidad de evocar el miedo.

“(…)unheimlich es todo lo que estando destinado a permanecer en secreto, en lo oculto,


ha salido a la luz. (…) Desde la noción de lo entrañable, lo hogareño, se desarrolla el
concepto de lo substraído a los ojos ajenos, lo oculto, lo secreto, plasmado también en
múltiples contextos…” (Freud, 2009, p 40)

Para Freud este concepto está ligado a la realidad, algo clave para el análisis
de los cuentos de Mariana Enríquez ya que sus cuentos es lo que hacen, evocar
miedos, sólo que miedos más cotidianos, cosas que se encuentran en el
subconsciente de un colectivo, sin embargo, esa realidad puede ser trasladada en
diferentes contextos. Lo “Ominoso” es un concepto clave para el análisis de lo gótico,
Freud afirma que lo siniestro es innegablemente unido a la realidad. Los estudios de
lo gótico han retomado a Freud para considerar que lo siniestro es un elemento clave
para lograr un efecto de terror.

Esta perspectiva busca explorar lo ominoso en los nuevos sistemas económicos


y políticos que regulan los intercambios mundiales, de manera que se centra más en
las cualidades góticas del orden mundial, y su reflejo en la literatura y el cine, que en
la universalización del propio modo gótico. Este prisma también convierte al gótico en
un lenguaje especialmente interesante para tratar la propia globalización. La propia
realidad se articula de acuerdo a los mismos parámetros que regulan la literatura
gótica: la manifestación del terror es una presencia constante en el discurso político,
así como el constante retorno de un pasado ominoso que reclama atención

“Lo siniestro” o “lo ominoso”. Como ya se sugirió más arriba, este es un concepto
al que acuden de manera regular tanto los análisis de lo gótico como los de lo
fantástico. La capacidad de esta obra para apelar a argumentos de las dos vertientes
críticas tiene que ver con la necesaria conexión entre lo siniestro freudiano y Para el
autor, los cuentos de hadas no contienen elementos siniestros, pero tampoco las
ficciones que aceptan la presencia de un ser sobrenatural en un mundo que “si bien

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menos fantástico que el de los cuentos, se aparta, sin embargo, del mundo real, al
admitir seres sobrenaturales, demonios o ánimas de difuntos” lo siniestro está
indefectiblemente unido a la realidad ya que, para Freud, contiene su propio significado
,no es de extrañar, por tanto, que la crítica de lo fantástico haya recurrido a los análisis
de Freud para apoyar sus propios razonamientos.
La sensación de lo siniestro nace, como la del miedo generado por lo fantástico,
de un punto de partida que necesariamente es el mundo real. La capacidad de estas
representaciones de lo siniestro es central para la evocación del terror que reproduce
la literatura gótica, por lo que es perfectamente comprensible que los críticos de este
modo hayan recurrido sistemáticamente a los análisis de Freud. Lo siniestro freudiano
se diferencia de lo sublime en que el terror que produce no surge de una realidad
externa o desconocida, sino que se esconde en lo familiar. El término no se puede
traducir a otros idiomas en su totalidad, y Freud juega con las diferentes acepciones
de cada una de sus partes para explicar el concepto en su totalidad. De esta manera,
lo terrorífico que esconde lo siniestro es precisamente la combinación del adjetivo y su
negación.

1.2.3 Lo abyecto

Lo “abyecto” Comúnmente y según el diccionario de la RAE, lo abyecto, es algo “bajo


y vil”. Kristeva, en torno al concepto de lo abyecto, y en su obra Poderes del horror
redefine este término, extrayéndolo de un uso vulgar de la palabra Para Kristeva
En 1982 Julia Kristeva publica Poderes de la perversión, en el que introduce una
definición de lo abyecto y explora su reflejo en situaciones y elementos determinados.
Este concepto, al estar directamente relacionado con el horror, ha sido utilizado de
manera recurrente por los estudios del gótico y, debido a su especial conexión con la
realidad corporal femenina, también por gran parte de la crítica feminista. Lo abyecto
se sitúa en estrecha relación con lo sublime:
(…) lo abyecto está emparentado con la perversión (...). Lo abyecto es perverso pues
no abandona ni asume una prohibición, una regla o una ley; pero las altera, corrompe;
se sirve de ellas, las usa para mejor negarlas (...) se lleva a cabo una travesía de las

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categorías dicotómicas de lo Puro y lo Impuro, de lo Prohibido y del Pecado, de la Moral
y lo Inmoral.(Kristeva, 1982, p.36)

Así es como este concepto está muy relacionado ampliamente con el horror y
en estudios y análisis de lo gótico es usado con frecuencia, lo abyecto, según Kristeva,
está relacionado con lo corporal femenino y la crítica feminista, para esta investigación
la figura de la mujer es muy importante ya que una de las principales características
de Las cosas que perdimos en el fuego, es que todos los personajes principales son
femeninos, es por ello que se desarrollará en amplitud posteriormente. “La creación
de lo abyecto como torsión de la cotidianeidad, provoca el horror y el asco, “una de las
especies de lo siniestro” (Trías, 1982, p. 24)

Ya sea en forma de individuo de otra raza, de representante de la oscuridad, de


peligro ateo, comunista o inmigrante, o como parte desconocida de la propia psique,
el “otro” se convierte en lo abyecto definido por Kristeva, lo que necesariamente debe
expulsarse de la esfera de lo propio. Lo abyecto de Kristeva: se relaciona como los
organismos representantes de la abyección, el cuerpo grotesco es una unidad abierta
que transgrede sus propios límites en su monstruosa combinación de lo vivo y lo
muerto, y la abyecta representación de estos dos conceptos que representa la idea de
un muerto putrefacto que todavía camina, el zombi es, también, una representación de
lo grotesco.

Lo abyecto está necesariamente situado fuera del orden simbólico, y


enfrentarse a ello necesariamente implica una experiencia traumática similar al
enfrentamiento con suciedad, deshechos o un cadáver. Es un objeto que una vez fue
sujeto, pero que ha sido expulsado de la realidad cultural de una manera violenta

Además, la concepción de lo sublime comparte con lo siniestro freudiano y lo


abyecto de Kristeva una doble caracterización que repugna y atrae, y que se asienta
sobre una destrucción esencial de las fronteras que separan conceptos absolutos de
la misma manera, así como el subconsciente transfigura todo lo que considera
aceptable, para mostrar una serie de imágenes que representan los deseos más
oscuros, los elementos de lo sublime se trasforman para ser placenteros aunque
terroríficos. De esta manera, el gótico utiliza el sentimiento de lo sublime (así como de
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lo siniestro y lo abyecto) para mostrarnos la intrínseca indeterminación de nuestras
supuestas identidades, y es así cómo se convierte en un concepto relevante para el
estudio del gótico contemporáneo
Con lo siniestro, lo abyecto comparte un elemento de familiaridad, una ominosa
cualidad dual entre lo propio y lo ajeno. De la misma manera que el subconsciente
freudiano, lo abyecto tiene su origen durante el nacimiento y en la infancia en el
momento en el que el niño comienza a comprender el mundo y organizar sus diferentes
realidades y significados y, por tanto, comienza a separarse de su identidad anterior,
estrechamente conectada con el cuerpo de la madre. Este cuerpo, que en un momento
fue todo para él, empieza a ser una amenaza, un elemento que debe ser expulsado,
que es extraño pero cuya ausencia produce miedo.

1.2.4 Lo monstruoso

La literatura fue desacreditada por la crítica durante gran parte del siglo XX, aunque
en los últimos años su estudio se ha desarrollado de manera relevante, especialmente
desde los años setenta y ochenta, y desde la aparición de trabajos, desde su creación
la literatura gótica ha propuesto diferentes términos que han sido adoptados y
estudiados por otros entre los cuales se encuentra “Lo monstruoso” termino a trabajar
en ese apartado. A pesar de que el subgero gótico, proviene de épocas remotas, es
importante recordar que con el gótico ya se prefigura en la era moderna, en la que el
hombre poco a poco deviene un yo, un individuo, entender esto es de suma
importancia ya que de ahí parte el concepto monstruoso, el monstruo, es aquel ser
que irrumpe en una colectividad en donde no lo reconocen como parte de ella. El
término “monstruo” puede ser abordado desde diferentes perspectivas por una parte
ya que se considera que los monstruos que genera el gótico son representaciones
reconocibles de rasgos psicológicos, y funcionan como una forma de represión ante
un trauma. Lo monstruoso va de la mano al de la “otredad” ese otro es a lo que
llamamos monstruo se le considera a aquello que transgrede las normas de la
colectividad. El monstruo amenaza la unidad del grupo social en su conjunto,
cuestionando las jerarquías. En este caso se abordará el terminó desde la perspectiva
de la mujer.

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Lo monstruoso es uno de los ámbitos más importantes de toda la formación humana,
por un lado lo monstruoso es la cristalización de nuestros miedos, de nuestros
temores, pero simultáneamente lo monstruoso es la insinuación de un espacio de
libertad. El monstruo tanto nos evoca el miedo como aquello que va más allá de la
realidad inmediata, aquello que va más allá de las fronteras, diríamos. El término de
“monstruo” bastante dice al respecto. Desde el verbo latino monstrare, el monstruo es
una muestra; el monstruo se muestra bajo la condición de lo monstruoso. En cuanto
a historia están desde los monstruos fantásticos, medievales o míticos, hasta las
epidemias de virus zombis, los monstruos son el gran tema de las expresiones gráficas
desde el siglo XX y hasta el XXI. Los monstruos no son más temidos: son objeto de
fascinación, de culto y de apropiación; el espectador encuentra en el monstruo un
espejo fascinante que refleja su propia identidad y que acaso, la moldea. Sin embargo,
no siempre fue así, tuvo que pasar un largo período de apropiación y aceptación
histórica. Es así que el monstruo como ícono no es una invención contemporánea
Podemos encontrar en la historia muchas formaciones que analicen el tema de lo
monstruoso en el cine o en la plástica, a nivel discursivo, sin embargo, el presente
trabajo pretende ahondar en la figura, a manera de encontrar presupuestos sociales.
Se trata de hacer una revisión de lo monstruoso a través de lo psicológico, y lo social.
En un sentido no literal, la terminología de lo monstruoso se desplaza también hacia
los procesos psicológicos susceptibles de producir imágenes anómalas y
consideradas inexistentes desde el punto de vista empírico, al tiempo que opera en el
campo de las artes plásticas y de la literatura.
Según José G Cortés, “Los modelos monstruosos existen para pacificar las
conciencias”. Lo monstruoso que ha sido representado desde tiempos iniciales como
aquello que nos da pavor, una suerte de tabú, se visibilizan, se representan en la forma
de la escritura, así las alteridades se unen y se proyectan, porque están, existen en la
sociedad y entre nosotros están latentes como un virus y el poder intenta inmunizarnos
de ellos, las comunidades deben permanecer quietas, inalterables.

18
1.2.5 El locus horrendus

El género gótico que nació en Inglaterra mostro un creciente interés por el uso del
Continente europeo (en especial España e Italia) como espacio de las narrativas
góticas del siglo XVIII. Sin embargo, si los acontecimientos tenían lugar en Inglaterra,
la trama se desarrollaba en las regiones cercanas al centro inglés, tales como Escocia,
Irlanda y Gales. Así pues, el locus residía en espacios marginales al centro inglés,

“Locus” proviene del latín que significa prácticamente “Lugar” en cualquier relato o
historia la escenografía o lugar donde se desarrolla la historia es de suma importancia ya que
imprime grandes cualidades e impacto en quien lo lee. Las novelas góticas en sus inicios se
caracterizaban por tener de escenografías castillos tenebrosos o mansiones antiguas, este
es un escenario que se repite en multitud de historias, antiguos castillos, mansiones
abandonadas, fortalezas en ruinas. En ocasiones el castillo parece estar deshabitado, otras
con misteriosos personajes que moran en ellos con mayordomos siniestros, o personas
normales que por circunstancias acaban allí. Castillos con pasajes secretos, candelabros que
dan paso a habitaciones ocultas, estanterías que esconden un laboratorio, palancas ocultas,
mazmorras con historias sangrientas y un sinfín de posibilidades, pues la antigüedad de esas
construcciones da mucho juego al desarrollo del relato.
El castillo puede estar situado en lo alto de una montaña, y parte de su construcción
ser una estructura dentro de la roca, donde reina la oscuridad, habitaciones desiguales,
sensación claustrofóbica, ecos y sobre todo cargado de mucho misterio. Y en la literatura
gótica precisamente estas ubicaciones parecen ser las zonas donde las criaturas más
terroríficas habitan; vampiros, zombis u hombres lobos.

En la novela gótica moderna o películas más recientes del género, los


escenarios suelen ser casas o mansiones antiguas, incluso edificaciones modernas,
pero manteniendo ángulos de cámara, primeros planos mantenidos durante el
transcurso, oscuridad y elementos misteriosos nos crean la misma sensación
tenebrosa. Normalmente la casa tiene una historia oscura, fue abandonada en
extrañas circunstancias, ocurrieron hechos fatídicos o durante la noche cobra vida, con
ruidos y hechos extraños, son típicos paisajes góticos. Diálogos que te alertan todo

19
con la finalidad de crear un estado de ansiedad a sus habitantes, en un estado de
alerta constante, con un presentimiento que algo pasa en una atmosfera de miedo y
temor.

1.3 El gótico contemporáneo

Es importante señalar que el género gótico es, por su propia naturaleza, un género
genéricamente inestable y, como tal, la crítica a veces ha tenido ciertas dificultades a
la hora de categorizar dicho género .Sin embargo, si consideramos al gótico como
literatura de terror la cual parte de generar miedo, es necesario tener en cuenta el
cambio en las concepciones sobre el miedo que han tenido lugar a lo largo de los años
y en los diferentes territorios donde aparece este modo. No es el mismo miedo que
causaban los monstruos desconocidos que rondaban las mansiones
Victorianas, que amenazaban con mancillar la honra de sus mujeres, por el contrario
el gótico contemporáneo tiende a trabajar con los miedos actuales ajustándose a los
tiempos de la tecnología, la corrupción, desapariciones, es decir, refleja los miedos
del mundo globalizado en el que vivimos actualmente, con esto nos queda muy claro
que la literatura gótica es un recurso que utilizan los escritores y lectores para moldear
sus ansiedades, miedos etc.
La inversión básica del gótico en la devastadora historia y la fragmentación del pasado
se mezcla con nuestras propias inversiones ahora, cuando intentamos reinventar la
historia como una forma de curar la pérdida perpetua en la existencia moderna (Bruhm,
2000, p.274)

Steve Bruhm relaciona el gótico contemporáneo con la historia, este autor


entiende a la literatura de terror contemporánea como un reflejo tanto de las
atrocidades históricas de los dos últimos siglos como del trauma social que generan.
Esta idea servirá de base para rastrear y describir las características de los relatos de
la escritora Mariana Enríquez tratando de localizar esos traumas sociales generados.
Así mismo Steve Bruhm hace conexión entre el gótico contemporáneo con la aparición
de movimientos sociales de igualdad como el feminismo, las reivindicaciones, esto es
de suma importancia ya que la narrativa de Mariana Enríquez, con mucha obviedad

20
trabaja con estas temáticas ,sobre todo el feminismo al introducir en su mayoría
personajes femeninos.

La voz que el gótico contemporáneo ofrece a aquellos que no han podido contar
su historia embona con los rasgos esenciales del posmodernismo sudamericano,
caracterizado por “su capacidad reactiva, contestataria y subversiva y su compromiso
con unos contextos devastados por crisis económicas, inestabilidad democrática,
injerencias “neocolonialistas” externas y sistemática marginación de los pueblos
indígenas”. Frente al uso que se venía haciendo de la mujer vampiro como recipiente
de los miedos patriarcales, las doncellas perseguidas y los villanos góticos con la
tecnología y las imaginaciones futurísticas, una aproximación más detallada, desde la
perspectiva del gótico contemporáneo, nos muestra que la colaboración entre ambos
modos no es solo posible, sino bastante común. La literatura de terror, como intento
defender con este trabajo, es mucho más que castillos, doncellas y villanos, y una de
sus actualizaciones contemporáneas es, sin duda, la del muerto viviente. Tanto la
ciencia ficción como el gótico se construyen sobre concepciones de monstruosidad,
otredad y lo grotesco, exploran la combinación entre un pasado que no ha muerto y un
futuro contaminado y reflejan los miedos de su época mediante su traducción a figuras
abyectas.

La mutabilidad del gótico contemporáneo dificulta en gran manera el


reconocimiento de rasgos que permiten desarrollar una definición única e invariable.
Sin embargo, los textos que considero góticos se asientan sobre dos constantes que
los definen como tales: la presencia de la evocación del miedo (ya sea al “otro”, a la
muerte, al futuro o a nosotros mismos) y la opción del elemento sobrenatural. Estas
dos características separan este modo de otras representaciones de lo insólito literario
y cinematográfico.

21
1.3.1 El gótico hispanoamericano

Si bien el gótico estadounidense ha sido tratado de manera muy extensa por varios
críticos, el estudio de la presencia del terror literario en el continente latinoamericano
es ciertamente escaso. El reducido número de investigadores que han analizado el
gótico hispanoamericano ofrecen una serie de teorías diversas acerca de la poca
popularidad de este tipo de análisis en el territorio, que comprenden desde razones
históricas y sociales de carácter cultural, hasta explicaciones más universales. El
reducido número de investigadores que han analizado el gótico hispanoamericano
ofrecen una serie de teorías diversas acerca de la poca popularidad de este tipo de
análisis en el territorio, la principal teoría se centra a que el gótico surge como producto
de una revolución industrial, caso que en América se ve afectada ya que muchos
países no tuvieron una revolución industrial como tal en la época en la que surgió en
Inglaterra, es decir, actualmente la están teniendo o en proceso.

La literatura gótica no suele tratarse de la misma forma que en el pasado es


decir, ya no se utilizan recursos como monasterios, selvas, monstruos, en
Hispanoamérica existe una representación más sutil, las obras de Hispanoamérica
tienden a evocar miedo tal como lo menciona López
La ficción gótica, en su pretensión última, recurrió a todo el repertorio conocido de
elementos para representar lo horrible, lo sangriento, lo doloroso y el resultado fue una
literatura hecha de atmósfera, atmósfera irrespirable: espacios tenebrosos, paisajes
sublimes, descripciones horribles y agobiantes, escenas macabras, […] (López Santos,
2010: s.p.).

Una dificultad añadida radica en la asociación del término “literatura gótica” con
lo popular y de baja calidad literaria, esencialmente prescindible dentro de un discurso
considerado culto. Este rechazo puede conllevar un intento de evitar el término a la
hora de describir narraciones particulares que muestran rasgos de la literatura de
terror. Además, es posible que en ciertos países, especialmente hispanoamericanos,
se perciba como un discurso extranjerizante, que poco tiene que ver con las realidades
territoriales reflejadas, desde esta perspectiva, en otros modos de lo insólito como “lo
real maravilloso”. Sin embargo, si entendemos el gótico contemporáneo como un

22
género heterogéneo y universal, y consideramos su intrínseca hibridación con otras
formas literarias de distintos territorios, encontramos que ciertos elementos de las
ficciones de terror aparecen de manera insistente en diferentes manifestaciones de las
letras hispanoamericanas, si bien pueden variar las etiquetas que las acompañan.
Quizás debido a este reiterado rechazo de sus formas, la literatura de lo insólito ha
sido considerada como reflejo de los miedos y las preocupaciones de aquellos a los
que se les ha negado una participación activa en la sociedad.
Desde esta perspectiva, la literatura hispanoamericana contemporánea se
inscribe en el ir y venir de las corrientes literarias globales, y es en este contexto en el
que podemos comenzar a entender la presencia del gótico en el territorio. Sólo en este
contexto de apertura a otras tradiciones, y de aceptación de la necesaria
intertextualidad de la literatura contemporánea a nivel global podemos entender y
teorizar la presencia del gótico en Hispanoamérica. A grandes rasgos, se puede
afirmar que en Gran Bretaña y en Estados Unidos el gótico tradicional que Bioy
Casares desprecia experimenta una progresiva evolución y un desarrollo más allá de
las primeras y manidas formulaciones, que desemboca en una nueva y rica literatura
que refleja una serie de realidades sociales a través del uso del terror, y en una inédita
ola de estudios críticos del modo. Sin embargo, este avance se vio frenado en
Hispanoamérica porque el panorama literario y crítico estaba dominado por análisis
históricos y apologías del realismo mágico.

1.3.2 El gótico argentino


El panorama literario argentino no dista mucho del mexicano en relación a la
publicación de ficciones góticas contemporáneas. Podemos encontrar volúmenes de
cuentos de terror y horror, generalmente publicados en editoriales de poco
reconocimiento, así como algunas ficciones aisladas de autores reconocidos, entre los
que destaca Julio Cortázar.
El gótico en Argentina aparece por medio de la cultura en la Argentina entre
1976 y 1983 ya que esta estaba infestada por la censura y la represión de la dictadura,
se apela que la literatura gótica aparece un recurso, para narrar la realidad. Ahora bien
el gótico contemporáneo específicamente de Argentina, que en las últimas dos

23
décadas se ha producido masivamente en este país, no se ha modificado en su
mayoría sigue siendo un recurso pero ahora enlaza en pasado y el presente en uno
solo.
Julio Cortázar. , en su artículo “Sobre lo gótico en el Río de la Plata”, subraya la
importancia del género de terror y de sus personajes en autores como Quiroga, Bioy
Casares, Silvina Ocampo o él mismo: “Creo que los escritores y lectores rioplatenses
hemos buscado lo gótico en su nivel más exigente de imaginación y de escritura”
(Cortazar, 1985, p.151)
Para los autores, la realidad argentina es substancialmente interesante para el estudio
del terror, ya que su sociedad se antoja especialmente rica en factores de presión
fóbica: miedo a los extranjeros, a los vecinos, a las mujeres, etc. El terror argentino
contiene relatos escritos por autores que presentan situaciones estremecedoras
utilizando temas muy diversos. Destaca la insistente presencia de una violencia
implacable y salvaje que reproduce desde lo terrorífico el debate sobre la realidad
argentina, a medio camino entre la civilización y la barbarie. La relación entre el pasado
del país y la presencia de un tipo de horror de carácter realista.”(Cortazar, 1985, p.12)

Es muy importante analizar marcar una ardua diferencia entre el gótico y el


gótico contemporáneo situándolo en las características de la narrativa Argentina, la
ciudad de Buenos aires es considerada por muchos escritores una ciudad cargada de
excesos y transgresiones que es algo característico del gotico,tiene barrios en la zona
Porteña que son barrios compuestos por villas, son marginales, oscuras etc.es decir,
espacios perfectos para desarrollar un ambiente gótico, insertando personajes de las
mismas cualidades. El terror argentino contiene relatos escritos por autores que
presentan situaciones estremecedoras utilizando temas muy diversos. Destaca la
insistente presencia de una violencia implacable y salvaje que reproduce desde lo
terrorífico el debate sobre la realidad argentina, a medio camino entre la civilización y
la barbarie. La presencia optativa de lo sobrenatural no disminuye la insistente
violencia que se repite en los relatos y las novelas, quizás como una manera de
representar la temida barbarie como monstruo intrínseco a la propia nación. Como las
ficciones de lo insólito mexicano, la literatura de terror argentina se proyecta hacia lo
global y hacia lo local, acepta y aprovecha los movimientos transculturales y reivindica
24
un lugar propio en la literatura gótica contemporánea. La presencia optativa de lo
sobrenatural no disminuye la insistente violencia que se repite en los relatos y las
novelas, quizás como una manera de representar la temida barbarie como monstruo
intrínseco a la propia nación. Como las ficciones de lo insólito mexicano, la literatura
de terror argentina se proyecta hacia lo global y hacia lo local, acepta y aprovecha los
movimientos transculturales y reivindica un lugar propio en la literatura gótica
contemporánea.

25
CAPÍTULO 2 Mariana Enríquez; Escritora post dictadura

Mariana Enríquez se ha desempeñado profesionalmente como periodista y columnista


en medios gráficos, como el suplemento Radar del diario Página/12 y las revistas TXT,
La Mano, La Mujer de mi Vida y El Guardián. También participó en radio, como
columnista en el programa Gente de a pie, por Radio Nacional. Mariana Enríquez se
ha convertido en los últimos años en una de las mayores exponentes de terror en
Argentina, ya que inclusive se le conoce con el seudónimo de “La princesa del terror”
Antes del lanzamiento de Las cosas que perdimos en el fuego, contaba con otra
compilación de relatos de este género, Los peligros de fumar en la cama (2009), e
incluso participó en una colección de cuentos que rinde tributo a Stephen King, No
entren al 1408 (2014). Además, ha publicado dos novelas, Bajar es lo peor (1995) y
Cómo desaparecer completamente (2005)

En la Argentina post dictatorial, el pasado está más presente que nunca,


Yolanda Batallé menciona algo relacionado a este tema, en una entrevista al diario El
País haciendo referencia a la escritura femenina de este siglo.

Las latinoamericanas, quizás por las sociedades en las que han nacido, mantienen un
vínculo más salvaje con aspectos de la existencia. Echa un vistazo a la geografía, a la
economía o a la historia de América Latina y por todas partes te darás de bruces con
realidades durísimas. Ese dolor, sumando a una sólida tradición literaria (sobre todo
masculina) más el talento de tantas escritoras, acaba destilando buena literatura.

Mariana Enríquez, sabe reconocerse como mujer latinoamericana, para esto ella
menciona:
(…) crecer en Argentina en la época en la que lo hice y escuchar descripciones de
torturas en las noticias, y leerlas en los periódicos, vivir con ese terror presente y
posible, un terror que ya no era cosa de novelas, que era real. Un terror real, palpable,
que entronca con un miedo atávico, infantil, y que además estaba viviendo mientras
era aún una niña. A la vez, el hecho de que yo no tuviera cerca ningún caso de
desaparecidos, nada tan horrible, me permitía verlo desde fuera, contarlo, con una
distancia que quizá no hubiese tenido de otra manera.

26
Mariana Enríquez nace en el preámbulo de la dictadura militar argentina,
Mariana tenía tres años en 1976, año del suceso, el contexto en el que ella nació es
muy importante ya que indudablemente marco su estilo narrativo-Naturalmente,
Mariana Enríquez ingresa a la lista de escritores de la generación de post dictadura,
no solo por su edad, por su ubicación en el campo literario, sino también por los rasgos
de su escritura. Algo fundamental que se plantea trabajar en esta investigación son las
características de lo gótico, específicamente en lo contemporáneo que es donde
ponemos situar a Mariana Enriquez,una de ellas es la invasión del pasado en el
presente como si existiera un miedo al retorno de los tiempos salvajes ,esta
particularidad es muy latente en los relatos de Las cosas que perdimos en el Fuego ya
que Enríquez, recurre en sus relatos a personajes históricos, como lo fue “El petiso
orejudo “un importante asesino serial de Argentina o hablar de la época de dictadura
en la que ella creció en “Los años intoxicados”. Este retorno del pasado como recurso
fundamental en la evocación del miedo se mantiene en el gótico contemporáneo, una
de las características que diferencian al gótico tradicional del contemporáneo es, por
ejemplo, el uso de espectros los cuales van a denunciar alguna fechoría, sin embargo,
se ve esta se va a relacionar con algún hecho que aconteció en el pasado, esto con el
fin de exponer las tiranías, pero aún más para evitar que estas regresaran a ser reales.

2.1 Surgimiento de la llamada “Nueva narrativa Argentina”


Existe un auge literario en Argentina vista principalmente en los últimos años , la
narrativa de estos autores jóvenes catalogados dentro de La “Nueva narrativa
Argentina” quienes tienen por característica ser profesionistas en medios de
comunicación como radio y revistas de gran renombre en Argentina, periodistas y
profesores de Letras. La “Nueva narrativa Argentina”, toma fuerza con la publicación
de La Joven Guardia (Norma, 2005), una Antología de cuentos a cargo del periodista
Maximiliano Tomas, esta antología al momento de su edición apostaba a promocionar
en el mercado editorial y ante el mundo literario a una serie de jóvenes narradores
argentinos nacidos a partir de 1975, seleccionados con el único requisito de tener al
menos una obra publicada. El libro reunió a autores como Samanta Schweblin,

27
Germán Maggiori, Mariana Enriquez, Juan Terranova, Gabriela Bejerman, Washington
Cucurto, Pedro Mairal u Oliverio Coelho, por nombrar solo algunos.
La narrativa publicada a partir de los años ’90, escrita por personas nacidas
desde los ’60. Ambas denominaciones refieren a un idéntico objeto pero aportan
caracterizaciones distintas y en cada caso fundamentales. La denominación “nueva
narrativa argentina” alude a características textuales novedosas que diferencian
estéticamente este corpus de obras de la narrativa anterior Hablamos de una literatura
que se comienza a publicar durante los años ’90. En esa década, sin embargo, no eran
jóvenes solamente quienes escribieron en la franja estaría entre 20 y 40 años
coexistían dos generaciones distintas: por un lado, quienes entraron a la conciencia
ciudadana antes del en general nacidos durante la década del ’50; y por el otro,
quienes nacieron apenas después pero se formaron a una distancia abismal de estos
otros, y cuya conciencia cívica recién llegó con la guerra de Malvinas o con el
alfonsinismo, en 1983. No obstante, como la generación es un hecho
fundamentalmente cultural y no biológico, hay excepciones, zonas ambiguas donde
queda claro que lo que define la pertenencia a la última generación (afectada de
diversos modos por la fiebre militante), o a la primera generación de pos dictadura (que
no fue testigo consciente de ella) está determinado por la fuerza de ciertas
experiencias vitales
En los últimos años se ha debatido en diversos blogs y revistas la supuesta
aparición de una nueva narrativa en Argentina, para ello tenemos a Drucaroff quien
menciona o define a lo “Nuevo” como una forma diferente de vincular el pasado y a
su vez reelaborarlo, de esto se parte con la teoría de que la última dictadura en
Argentina creo un trauma social por lo tanto la generación quienes eran adolescentes
o niños durante esos años de dictadura reelaboran en sus escritos el pasado.
En Argentina, las narrativas de entre los años noventa hasta la actualidad
surgen este tipo de narrativas que se interesan por hablar y centrar su atención en el
pasado no sólo para hacer memoria y denuncia ante problema sociales, al realizar esto
indudablemente lo trasladamos a nuestro contexto es decir, hablamos nuestros
barrios, de la gente que nos rodea y obviamente de nuestros miedos. Un común
denominador que se encuentra en esta generación de jóvenes escritores es que son
28
grandes lectores de literatura de terror, principalmente de la parte de Norteamérica, su
influencia también viene del gusto por el cine. Para Drucaroff esta literatura es “Nueva”
como tal ya que estos escritores toman conciencia como generación, Drucaroff define
a la Nueva narrativa de esta manera: “La narrativa que empezaron a escribir entrada
la democracia, y publicaron a partir del menemismo personas que vivieron la dictadura
en una edad en la que no habían llegado a la conciencia ciudadana, o que no la
vivieron nunca porque nacieron en democracia “(Ducaroff, 2011, p. 17).

2.2. Las cosas que perdimos en el fuego: trama y contexto

Las autodenominadas mujeres ardientes, que protestan contra una forma extrema de
violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y
las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el
gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte
las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve
años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios
abandonados o encantados.
En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para
seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen
en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía
turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles,
indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la
convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil.
El simple título Las cosas que perdimos en el fuego nos lleva a pensar en algo
simbólico es decir ¿Qué es lo que queda después de un incendio?, la respuesta
instantánea sería, cenizas y destrucción. Las cosas que perdimos en el fuego
Publicado en 2016 por la escritora y periodista argentina Mariana Enríquez es un
compendio de 12 relatos considerados dentro del género fantástico, tratan temas de
relevancia social como lo son la violencia de género ,desordenes psicológicos y
alimenticios en adolescentes. La propia autora, en una entrevista, declarara que para
ella, los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego son realistas pero con
29
elementos sobrenaturales: “Estos son cuentos realistas que tienen, algunos, muy
pocos, un pequeño rulo sobrenatural, pero me parece que el miedo es más la policía,
el barrio, la pobreza, la violencia, los hombres” (Enríquez, 2016).
Los cuentos que la escritora nos presenta involucra principalmente a personajes
femeninos que van desde adolescentes angustiadas que se cortan las muñecas, se
arrancan uñas, cabello y pestañas sin embargo, también aborda temas como la
contaminación ambiental que genera cáncer, el espectro de un asesino serial,
fantasmas de la dictadura quienes asolan una hostería de provincia construida sobre
un cuartel de policías, andenes de Constitución, narcos y brujos que hacen sacrificios
humanos en altares, un cura villero y una fiscal judicial que quedan atrapados en un
ritual pagano de los mutantes del riachuelo.

Los cuentos se desarrollan principalmente en acciones cotidianas y es lo que


más causa miedo, los escenarios son principalmente urbanos e icónicos y marginales
de Buenos Aires. Las mujeres y los niños son los principales protagonistas de los
relatos ya que sólo en dos cuentos del compendio los protagonistas son masculinos,
por otra parte pareciera que los personajes masculinos son aborrecidos, los pocos
personajes que se incluyen son personajes violentos, abandonados por sus parejas
sentimentales etc. Principalmente en el último relato del compendio pareciera que
existe una protesta en contra del género masculino. En el caso de los personajes
infantiles son imprescindibles en las narraciones ya que imprimen una sensación
estremecedora, los victimiza o los hace victimarios.
Llama poderosamente la atención uno de los recursos utilizados por Enríquez:
los finales. Algo difícil de manejar y que, sin embargo, en este libro son decisivos para
provocarte desasosiego. Lo que hacen los finales de estos relatos es abrir puertas.
Una elección meditada por parte de la autora, y que solventa con acierto. Cada relato
finaliza con una puerta abierta a un relato que, entonces, empieza o continúa en la
mente del lector. Finales que abren puertas. Lo que convierte a cada historia en una
historia eficaz es precisamente que sea inacabada y abierta, además de la
“naturalidad” de las situaciones que presenta Enríquez, situaciones y acciones que
debieran ser desconcertantes, pero que nos presenta de tal forma que asumimos como

30
“normales”. Bien es verdad que mi frontera entre lo normal y lo que no lo es está muy
desdibujada, pero es mérito de la autora, qué duda cabe, que convierta cada historia
en algo hipnótico, pese a que eres consciente de lo que de insano e inquietante hay
por debajo.
La mayoría de los relatos están envueltos en una atmósfera oscura, como
corresponde al género en el que se mueven estos relatos. Un terror realista a veces,
con matices de cotidianeidad con los que se construyen. Que algunos de estos relatos
transcurran en el interior de casas nos provoca esa sensación de que no estamos
seguros en ningún sitio.
2.3 Escritura femenina actual en Argentina
Para realizar un análisis de la obra de Mariana Enríquez, es importante realizar
primeramente un breve repaso en la escritura propiamente femenina de Argentina ya
que es el lugar de donde procede la escritora, como característica principal de las
escritoras del siglo XXI, encontramos a escritoras que fijan la mirada ante lo que nadie
quiere ver ya sean injusticias, problemas económicos, psicológicos y sociales. Tal es
el caso de Mariana Enríquez, en su escritura encontramos a la Argentina pos
dictatorial, en donde el pasado está más presente que nunca.

Para comprender mejor la escritura femenina de América Latina, primeramente


debemos de situar a la mujer en Latinoamérica, muchas veces la mujer fue objeto de
marginación, Sara Castro Klarén menciona que hay factores que han operado en
cuanto a la posición de la mujer, entre los que destacan: la violencia, el sistema
patriarcal, cuestiones políticas y sociales.

El primer factor, la violencia en todas sus formas- se la considera „inherente‟ a la


identidad latinoamericana porque ya ha estado presente desde los principios del Nuevo
Mundo. Generalmente se refiere a la sucesión de violencia, iniciada por la colonización
que a veces tuvo lugar de manera violenta, continuada por las guerras de
independencia, y rematada más recientemente por las dictaduras militares terroristas.
(Castro-Klarén 2003, p. 277).
Es importante recordar que en Latinoamérica en general se considera que las
sociedades han vivido bajo el sistema patriarcal desde épocas inmemorables, la figura
masculina han tendido a predominar en cuanto a cuestiones de poder, por lo tanto es

31
importante recordar lo difícil que fue la inserción de las mujeres al mundo literario, ya
que muchas veces grandes escritoras publicaban con seudónimos masculinos o bien
por medio de su cónyuge, en tanto a Argentina se nota que las mujeres argentinas
tuvieron que luchar para poder entrar en el mundo literario.

La escritura femenina del gótico ha sido narrada por mujeres con diferentes
trasfondos sociales y pasados diversos (desde esposas, madres infelices, lesbianas
reprimidas víctimas de violencia machista, hasta mujeres locas y brujas) desde su
lugar en la posmodernidad, la escritura de Enríquez explora esta tradición y reconoce
sus intertextualidades de tal manera que esta reescritura ya no es inconsciente, sino
que responde a un afán premeditado y revolucionario de desarmar las estructuras
heredadas.

32
CAPÍTULO 3 Análisis de rasgos góticos (contemporáneo) en los cuentos Las
cosas que perdimos en el fuego

Cuando se habla de literatura Argentina es imprescindible no hablar del género


fantástico ya que se considera un rasgo característico de la literatura nacional, como
se vio en los anteriores capítulos un subgénero de lo fantástico es el gótico, también
se acotó en apartados anteriores que muchas de las características de la literatura
gótica, fueron adquiridas por la llamada “Nueva narrativa Argentina”. Los rasgos
góticos en los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego se encuentran en
elementos como: lo monstruoso, abyecto, siniestro, locus horrendus, entre otros.
Estos elementos se crean en los relatos a partir de situaciones cercanas y cotidianas
para el lector, lo fantástico ya no habla de lo ficcional si no de lo real.

Mariana Enríquez es considera una autora representativa del género fantástico,


en su país Argentina es conocida como “La princesa del terror”, englobada dentro de
la segunda generación de la ya mencionada “Nueva narrativa Argentina”. Al clasificar
a Mariana Enríquez en el subgénero “Gótico” es importante preguntarse, ¿Qué da
miedo en los cuentos de Mariana Enríquez? Para contestar esta interrogante basta
con recorrer cada uno de los doce relatos en donde los protagonistas son llevados al
límite de cada situación, desde adolescentes que se cortan la muñecas de las manos,
se arrancan las uñas y cabellos, hasta fiscales denunciando la contaminación
ambiental que genera cáncer, con ello nos damos cuenta que cada historia que
plantea Enríquez es verosímil y aporta ese efecto de terror se realiza esa mezcla
,entre lo que por obvias razones debe permanecer separado: lo real y lo sobrenatural.
Al igual que las novelistas góticas de siglos pasados, Mariana Enríquez explora
nuestros miedos en todas sus dimensiones.

Es por ello que en este capítulo, analizaremos rasgos góticos como; lo monstruoso,
siniestro y el locus horrendus en los relatos que llevan por nombre “Las cosas que
perdimos en el fuego”, “Pablito clavo un clavito”, “La casa de Adela”, “El chico sucio”
y “Bajo el agua negra.
33
3.1 La mujer; víctima o heroína

Es importante destacar la importancia de la figura de la mujer en los relatos de Mariana


Enríquez, ya que el compendio de relatos Las cosas que perdimos en el fuego, se
caracteriza por tener en su mayoría protagonistas femeninas. Esta cuestión resulta
ser un recurso muy llamativo. En el universo de Las cosas que perdimos en el fuego,
encontramos mujeres misteriosas, salvajes y hechizantes sin embargo, también
hayamos mujeres cohibidas, abnegadas y sumisas.

(…) adolescentes; como las morochas de pueblo que conectan con espíritus y tiran
las cartas. Aparecen también las de tipo realista: villeras embarazadas consumidas
por la droga; madres primerizas de clase media que pierden la cabeza por el miedo a
la muerte; amigas que juran pactos de sangre contra los hombres; adolescentes que
deben ocultar su lesbianismo; colegialas que experimentan la autoflagelación; mujeres
violadas por los militares de Stroessner; ancianas que desaparecen en situaciones de
trata(…)Una joven clase media vive en el corazón de Constitución para desafiar a su
familia; una abogada persigue policías corruptos; Paula planea abandonar a su pareja
y Natalia tiene varios novios y amantes, aunque la acusen de puta. Incluso aparece
un hotel perdido en Formosa, atendido únicamente por mujeres que vengan
misteriosamente a los maridos infames. (Enríquez, 2016, p. 4).

Es por ello que es esencial realizar un análisis sobre la importancia de la mujer


dentro de los relatos de Enríquez y su relación con la literatura gótica. Realizando un
breve repaso sobre protagonistas en la novela gótica encontramos a mujeres que
eran acosadas por demonios, obligadas a matrimonios sin pasión, esclavizadas etc.
La mujer que la literatura gótica nos presentaba era el vivo reflejo de las damas que
existían en la época, debido a que eran reprimidas por la sociedad, la moral y las
buenas costumbres, inclusive el simple hecho de leer este tipo de novelas, era algo
prohibido para ellas, quienes tenían poco acceso a este tipo de novelas, por el
contrario de los caballeros quienes podían leer abiertamente este tipo de textos. Es

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importante referenciar que dentro de la literatura gótica existen dos tipos de enfoques,
el femenino y el masculino.
En el gótico masculino alguno de los mayores representes son Horace Walpole,
Matthew Lewis, y William Beckford (escritores literatura gótica masculina), la principal
característica de las narraciones góticas masculinas son el hecho que visualizan al
hombre como un individuo independiente, quien está alienado y que le es imposible
integrarse en sociedad. Por el contrario el gótico femenino representado
principalmente por Eliza Parsons, Mary Shelley y principalmente Ann
Radcliffe(escritoras del gótico femenino), el enfoque femenino gótico tiene como
característica colocar la figura femenina como una víctima perseguida sin embargo,
también le otorga el papel de heroína,enmancipaandola haciéndola independiente.
Como se ha mencionado, una de las precursoras de la novela gótica, fue Ann
Radcliffe, reinventando la novela gótica desde la perspectiva femenina, consideraba
que existe una conexión lógica entre el género del escritor y la clasificación del gótico.
Radcliffe tuvo una gran influencia en el cambio del papel de las mujeres en el género
ya que el gótico tradicional planteaba la figura de la mujer como simple víctima, sin
embargo, la imagen de la mujer como heroína que propuso la literatura innovadora
de Radcliffe a lo que Robert Miles comenta ha llamado la atención sobre algunos
puntos.
Una primera observación, según Robert Miles“(…) el punto de partida de lo
gótico femenino parece ser la codificación de expresiones reprimidas de las
experiencias de las mujeres, dentro de la historia” (Miles.2000, p. 79).
Esto se refiere a la superioridad medieval patriarcal de la que las heroínas, esto
nos lleva a la premisa acerca de que la figura heroica en el gótico sirve para romper
los limites sociales, morales y éticos, así mismo la figura tiene otros objetivos en los
que se destacan reflexionar acerca de la igualdad de la mujer y la construcción social
que se da de la mujer, el gótico femenino sirvió en su momento para darle voz a
aquellas mujeres que no podían exigir.
Se debe mencionar que la violencia de género es el tema central del relato “Las
cosas que perdimos en el fuego” esa violencia de la que se habla en el cuento de

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Enríquez no es algo ajeno, ni algo presente sólo en la ficción, es algo que vemos en
los periódicos,televisión,internet etc.es un problema social vigente.
De esta forma, en este capítulo se analizará la figura femenina que se presenta
en los relatos de Enríquez, lo analizado será el papel de víctima, heroína.
Comenzando el análisis tenemos el relato más transgresor en cuanto a la figura
femenina es el que lleva por título “Las cosas que perdimos en el fuego”, el cuento
nos relata la historia de Silvina narrando la historia de la chica del subte, quien cada
día subía al tren a contar su historia y a perturbar indiscriminadamente a cada
pasajero que tocase, con su cara desfigurada y su cuerpo quemado, la chica cuenta
la historia de cómo su marido la quemó e intentó culparla, la chica del subte como la
mencionan, subía a incomodar a los pasajeros le daba cierto placer ofenderlos con su
sola presencia, cierto día un joven intercepta a la chica del subte y hace burla de ella,
la madre de silvina reacciona de forma violenta con él y lo golpea, posteriormente una
serie de casos de mujeres quemadas, en donde los hombres las culpan de haberse
auto incendiado bajo estos hechos nace una comunidad de mujeres que decide auto-
inmolarse para revertir esta situación y por sobre todo a modo de protesta, el cuerpo
violentado de las mujeres.
Con lo contextuado anteriormente, observamos que en este relato la mujer se
presenta como una víctima, al ser objeto de violencia, por medio del fuego “Tenía la
cara y los brazos completamente desfigurados por una quemadura extensa, completa
y profunda” (Enríquez, 2016, p. 185).
El relato alega que los son hombres son los victimarios,” Las quemas las hacen
los hombres, chiquita. Siempre nos quemaron. Ahora nos quemamos nosotras. Pero
no nos vamos a morir: vamos a mostrar nuestras cicatrices.” Enríquez, 2016, p. 93).
Sin embargo, a pesar de que la trama gira en torno a la violencia a la que es
sometida la mujer, también se denota un empoderamiento por parte de la mujer, es
ahí donde la figura de la heroína se hace presente, van en contra de la violencia,
quemándose voluntariamente se queman y que son miembros de un movimiento que
está en contra de estos, las quemaduras, para ellas representan un acto heroico, una
auto salvación, y aún más importante se connota con una cierto orgullo al llevar sus

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quemaduras, con esto podemos crear una hipótesis la cual es que el orden de la figura
femenina en el gótico, no tiene orden, ya que la protagonista femenina puede ser
víctima o heroína.
3.1.1 La mujer y lo monstruoso en “La casa de Adela”
“La casa de Adela “narra la historia de Adela una joven con un brazo amputado, es
de clase alta, vive en una casa cercana a la de Pablo y Clara quienes son hermanos,
Adela entabla una amistad cercana con ambos chicos, la chica cuenta la versión del
cómo perdió el brazo sin embargo, nunca cuenta una sola versión sobre cómo sucedió
el hecho, la versión que más repite es aquella en la que fue mordida por un perro al
cual su padre disparó con una gran puntería ya que aún llevaba a Adela entre sus
colmillos al momento de apuntarle, la relación de los tres chicos se entablan
básicamente en platicar historias sobre fantasmas sin embargo, Adela sufre junto con
Pablo constantes burlas por ser muy cercanos, la describen como una “monstrua”.

El desenlace del cuento se halla dentro de una Casa “Embrujada” en donde


los tres niños presencian la desaparición de Adela dentro de la casa ,Adela es
absorbida por una habitación y la puerta se cierra para siempre, Clara y Pablo quedan
estupefactos, nadie puede explicar lo que pasó, los adultos no creen la versión de los
niños, les parece que mienten, les exigen la verdad, creen que están jugando, la
policía dice que la casa nunca tuvo nada dentro, estaba vacía, era pura cáscara, la
familia de Clara y Pablo, por petición de este, se mudan, los niños del lugar crean un
mito en torno a Adela y su desaparición, quedó dentro de la casa y nunca salió,
finalmente Pablo, a pesar de su petición, cae en una suerte de locura obsesiva al no
poder explicar lo que sucedió, se culpa por haber incitado a Adela a esta aventura
fatal, nadie creyó nunca lo que para él realmente sucedió, Pablo terminó por
suicidarse en un tren, paradójicamente también pierde su brazo izquierdo, su hermana
sueña constantemente con el hecho, la imagen de los tres frente a la casa ese día
lluvioso.

Con este relato Mariana Enríquez introduce “Lo monstruoso” por medio del
personaje de Adela, lo monstruoso tiene su origen en el gótico del siglo XIX se
considera que los monstruos que genera el gótico son representaciones reconocibles
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de rasgos psicológicos, y funcionan como una forma de represión ante un trauma.
Adela al ser un ser monstruoso tiene un fin social, tal cual como lo menciona Cortés
“El monstruo, es el vehículo por fortuna y un reflejo crítico, casi instantáneo, de la
condición social de cada momento histórico que nos rodea” (Cortes, 1997, p.45).
En este caso el personaje de Adela es una figura monstruosa por el simple
hecho de ser diferente fiscalmente, Adela es concebida a través de los personajes de
su alrededor, su monstruosidad radica en su cuerpo anormal, principalmente por su
brazo amputado “una pequeña protuberancia de carne que se movía, con un retazo
de músculo, pero no servía para nada” (Enríquez, 2016, p.66).Aun más evidente
desde las primeras líneas del relato se describe físicamente con rasgos monstruosos
“las pecas, los dientes amarillos, el pelo rubio demasiado fino, el muñón en el hombro,
las botitas de gamuza” (Enríquez, 2016,p. 65).
También observamos que la actitud de Adela también es monstruosa, al
personaje no le incomoda su condición, al contrario la utiliza como un mecanismo de
defensa ante las burlas de sus compañeros “Si veía la repulsión en los ojos de alguien,
era capaz de refregarle el muñón por la cara o sentarse muy cerca y rozar el brazo
del otro con su apéndice inútil” (Enríquez, 2016, p.66).También porque lo monstruoso
en el gótico transgrede las normas de la colectividad, y por lo tanto suele ser
representado bajo la imagen de lo monstruoso.
Sin embargo, la monstruosidad de Adela no sólo radica en la cuestión corporal
más evidente esta se refleja en aspectos sociales y culturales, por ejemplo las
constantes burlas a Adela por parte de sus compañeros puede traducirse a lo que
menciona José G Cortes “Los modelos monstruosos existen para pacificar las
conciencias” (Cortes, 1997, p.45). Las constantes burlas se traducen en una cierta
satisfacción de sus compañeros por ser “Normales”, “Muchos otros chicos le tenían
miedo, o asco. Se reían de ella, le decían monstruita, adefesio, bicho incompleto;
decían que la iban a contratar en un circo, que seguro estaba su foto en los libros de
medicina”. (Enríquez, 2016, p.32).Estas constantes burlas a Adela no son un hecho
que cause extrañez en el lector, ya que por obvias razones como seres humanos las
figuras monstruosas no son algo que se implantado culturalmente y socialmente, al

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contrario observar algo fuera del estándar “Norma” es intolerable, ya que por
cuestiones estéticas, revela aquello que no queremos ver ni ser.
3.3.2 Lo monstruoso de cuerpo femenino en “Las cosas que perdimos en fuego”
A continuación se analizará lo monstruoso nuevamente, sin embargo, el análisis se
enfocará en el cuerpo femenino, debido a que se observa desde el inicio del relato
que el cuerpo femenino es muy importante para la autora Mariana Enríquez, por
ejemplo aunque la cara de la chica del subte está quemado se menciona lo siguiente:
"Que su cuerpo fuera sensual resultaba inexplicablemente ofensivo"(Enríquez, 2016,
p. 186).
Tratando de encontrar significado en el por qué, qué significado tiene el cuerpo
en el relato “Las cosas que perdimos en el fuego”. Retomando ciertas ideas G. Cortés
la idea central del relato es la creación de un mecanismo de defensa mediante la
figura del monstruo(mediante la auto inmolación del cuerpo) ya que es esta figura la
que se vuelca contra el sistema, se unen en colectividad contra todo lo que se les ha
reprimido, les otorga cierta libertad, esta idea se expresa mediante las palabras de la
“La chica del subte” quien es sobreviviente y seguidora fiel del movimiento
denominado “Mujeres ardientes ” , “Si los hombres nos quieren quemadas, pensaban,
entonces vamos a instalar un nuevo tipo de belleza: el de la mujer deformada,
ultrajada, violentada, colmada de cicatrices”.(Enriquez,2016,p.92).
Con esta idea se sintetiza la idea del por qué se queman, se queman para
negarse a ser víctimas, el cuerpo monstruoso implica una resistencia, también
claramente se apela a la idea de una nueva concepción corpórea de la mujer a
encontrar, tal como lo menciona Jeffrey Jerome Cohen, una belleza monstruosa como
la que plantean este grupo de mujeres sostiene que “una proyección y una
construcción de la cultura representan el momento en el que viven de tal manera que
subvierten la violencia opresora resignificando sus cuerpos, inscribiéndose como una
corporalidad perturbadora, prohibida, inconcebible”(Cohen,2005 p.13).
El relato protesta ante las concepciones convencionales de lo bello en la mujer,
ya que aspectos como el peso y la deformidad, son elementos que no entran en
características aceptables o agradables de la belleza femenina por parte del
patriarcado, por lo tanto la mujer siempre está al acecho de esos estándares de
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belleza que la mayoría de veces son inalcanzables, podemos inferir que otro
simbolismo del cuerpo auto inmolado, radica en la liberación de estos estándares
absurdos de belleza. Aún más evidente en esta re significación del cuerpo femenino,
tiene como fin fundamental, lanzar una protesta y denuncia social ante la violencia
contra las mujeres, lo monstruoso en los cuerpo radica en la ruptura de la imagen
que se tiene sobre el cuerpo femenino en el patriarcado (sistema de dominación) se
combate la violencia mediante la violencia, al quemar sus cuerpos la mujeres
establecen que sus cuerpos son prohibidos, además de intentar estandarizar la figura
monstruosa en las actividades cotidianas.
Hacía apenas semanas, las primeras mujeres sobrevivientes habían empezado a
mostrarse. A tomar colectivos. A comprar en el supermercado. A tomar taxis y
subterráneos, a abrir cuentas de banco y disfrutar de un café en las veredas de los
bares, con las horribles caras iluminadas por el sol de la tarde, con los dedos, a veces
sin algunas falanges, sosteniendo la taza. ¿Les darían trabajo? ¿Cuándo llegaría el
mundo ideal de hombres y monstruas? (Enríquez, 2016, p 94)

“Algunas chicas dicen que van a parar cuando lleguen al número de la caza de
brujas de la Inquisición” (Enríquez, 2016, p 94). Esta alusión a la cacería de brujas
también es de suma importancia ya que al organizarse para auto inmolarse por
decisión propia, tienen como fin destruir el orden y la tranquilidad social. Ahora esta
cacería de brujas en el siglo XXI se ve aludida en feminicidios, es importante recordar
que el relato de Mariana Enríquez fue publicado en 2016, un año con cifras
alarmantes en donde doscientas noventa mujeres fueron víctimas de feminicidio en el
país (La Nación, 2017).
Por otra parte el relato tiene gran relación con lo que menciona Moers “la
ferocidad de las experiencias infantiles de las niñas explica, en parte, la persistencia
del gótico en la era contemporánea, así como el odio a lo propio y el ímpetu a la
autodestrucción, que han sido temas prominentes en la literatura escrita por mujeres
en el siglo xx” (Moers, 1977, P.107).Con esto explicaríamos porque Mariana Enríquez
adopta esta temática en su relato más importante del compendio Las cosas que
perdimos en el fuego. Aunque también podría pensarse que la auto inmolación es
sólo la representación cultural de la mujer y su adiestramiento ante el “Dolor por haber
nacido mujer”. Finalmente y a manera de idea final, por medio de su relato Mariana

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Enríquez manifiesta un discurso feminista, en donde muchas mujeres se sienten
identificadas y las hogueras representan la voz de las víctimas, la aniquilación ante el
sexismo.
3.2 La recreación de lo siniestro en “La casa de Adela”
La recreación de lo siniestro en el relato “La casa de Adela” se da por medio de la
personificación de la casa, quien adquiere en relato vida propia, “La casa dejó de
zumbar” (Enríquez, 2016, p.38), a su vez, la casa es la representación del secuestro
infantil. Recordemos que para Freud, lo siniestro se refiere a todo aquello que debe
permanecer oculto o en secreto, la puerta es el medio por el cual lo siniestro se hace
presente.
La puerta que se había llevado a Adela (…) Los policías decían que no quedaba
una sola puerta dentro de la casa. Ni nada que pudiera ser considerado una
habitación. La casa era una cáscara, decían. Todas las paredes interiores
habían sido demolidas. Recuerdo que los escuché decir «máscara», no
«cáscara». La casa es una máscara, escuché. Nosotros mentíamos. O
habíamos visto algo tan feroz que estábamos shockeados. Ellos no querían
creer siquiera que habíamos entrado en la casa. Mi madre no nos creyó nunca.
Ni siquiera cuando la policía rastrilló el barrio entero, allanando cada casa (…)
(Enríquez, 2016, p.38).
Adela al entrar a esa puerta desaparece, e inclusive se piensa que se vuelve
parte de la casa, que en si es sólo un cascarón, “Acá vive Adela, ¡cuidado!, dice.
Imagino que la escribió un chico del barrio, en chiste o desafío. Pero yo sé que tiene
razón. Que ésta es su casa. Y todavía no estoy preparada para visitarla” (Enríquez,
2016, p.38).

Es muy importante el hecho que Mariana Enríquez le atribuya cualidades


humanas a la casa ya que como lector este hecho causa ansiedad, como ejemplos
de esta personificación, encontramos frases como “La casa nos cuenta historias”
(Enríquez, 2016,p. 73), “La casa se sentía más grande de lo que parecía desde afuera.
Y zumbaba, como si vivieran colonias de bichos ocultos detrás de la pintura de las
paredes” (Enríquez, 2016, p.75).Ahora al referirse a la casa como cáscara o máscara

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tiene connotaciones similares “Recuerdo que los escuché decir “máscara”, no
“cáscara”. La casa es una máscara, escuché” (Enríquez, 2016, p.78). Ambas palabras
definen lo siniestro, ocultan algo, son un medio por el cual se oculta la verdad, en este
caso; el posible secuestro de Adela.

En aspectos generales, si hablamos de la casa, esto podría confundirse con


aspectos que le corresponden al “Locus horrendus” sin embargo, este elemento se
abordará en apartados posteriores, aquí lo siniestro reside en aspectos políticos y
sociales “Nunca la encontraron Ni viva ni muerta.”(Enríquez, 2016, p.40), esta frase
engloba la condición de Adela, no está muerta, y al no ser hallada se convierte una
cifra más, Adela es una desaparecida.
Con este aspecto se comprende que lo ominoso sale de la ficción para hablar
de lo real, como ya es sabido Mariana Enríquez nos propone una literatura que hala
de lo cotidiano, retomado temáticas sociales vigentes en este caso, “La casa de Adela”
es una metáfora ante todas las desapariciones no justificadas.
En contraparte con lo ya mencionado lo “Siniestro” también tiene otra finalidad
la cual es salir a la luz, en el relato es muy claro, después de la desaparición de Adela
hay un cambio totalitario, en primera instancia, su desaparición se vuelve foco en los
noticiarios. Sin embargo al no encontrar nada material, no hay garantías vida de igual
manera no hay garantías de justica.
El caso estuvo en televisión: nos dejaban ver el noticiero. Nos dejaban leer las revistas
que hablaban de la desaparición. La madre de Adela nos visitó varias veces y siempre
decía: «A ver si me dicen la verdad, chicos, a ver si se acuerdan…» Nosotros
volvíamos a contar todo. Ella se iba llorando. Mi hermano también lloraba. Yo la
convencí, yo la hice entrar, decía. (Enríquez, 2016, p.38).

A partir de ese momento los personajes sufren una metamorfosis inminente,


hay un quiebre en el tiempo y el espacio, nada es como el narrador nos lo plantea al
inicio, ni el barrio es como lo imaginábamos, ni existe una casa abandonada, en su
lugar sólo se encuentran ruinas, en cuanto al final, la última frase de Clara nos da pauta
a un sinfín de posibilidades, hipótesis y posibles desenlaces. Lo que nos deja como
conclusión final acerca de lo siniestro “La casa de Adela” es que lo siniestro al ser

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expuesto ya sin existencia material (el hecho siniestro) pervivirá en el imaginario en
donde sucedió. Esto lo constatamos con la frase “Acá vive Adela ¡cuidado!”
3.2.1 Lo siniestro en los personajes infantiles “Pablito Clavo un clavito”

Es importante destacar la importancia de los personajes infantiles en Las cosas que


perdimos en el fuego, ya que al igual que los personajes femeninos, observamos que
abundan en cada relato, y es aquí que enlazamos lo siniestro con la figura infantil, en
esta caso lo siniestro esta enlazado con miedos infantiles como la soledad, el silencio
y la oscuridad sin embargo, en conjunto lo siniestro tiene una finalidad mucho más
social. Los niños que nos presenta cada relato son niños con características infantiles
físicas sin embargo, pareciera que existe en ellos una pérdida de la inocencia.
Concuerda con lo que menciona Zapata “entre risa y horror: dos cuentos de
Silvina Ocampo”, en donde habla sobre la gran influencia de los adultos en los niños
“(…) referirme al mundo de los niños supone en un primer momento caracterizar sus
relaciones con los personajes adultos” (Zapata, 1997p.348). Aquí observamos cómo
el mundo de los adultos determina a los niños, ya que de alguna forma imitan sus
conductas.
En este apartado analizaremos la figura infantil siniestra hallada en el relato
“Pablito clavo un clavito”, tras el infantil título “Pablito clavo un clavito” se esconde un
trasfondo terrorífico, en este relato se hace mención a Cayetano Santos Godino,
conocido en su país de origen por ser un asesino en serie de niños en el siglo XIX
conocido como el Petiso Orejudo, es un personaje bastante peculiar de la historia
argentina. Cayetano Santos Godino era un adolescente que se convirtió en uno de los
mayores psicópatas de la historia argentina. Tuvo un historial bastante preocupante.
Cuatro asesinatos de niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.
Todos estos crímenes cometidos antes de cumplir 18 años., murió a los 48 años y
nunca sintió ningún remordimiento por sus actos, esto hizo que se convirtiera en uno
de los asesinos más trágicamente célebres de la historia del país.
El relato que ficcioná Mariana Enríquez con este emblemático personaje narra
la historia de Pablo un guía turístico que se gana la vida realizando el “tour de asesinos
de la ciudad”. Este tour consiste en llevar a los turistas a los lugares donde hubieron

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asesinatos famosos y los que más le gustaban a Pablo eran los del Petiso Orejudo,
este macabro personaje generaba reacciones increíbles en los turistas y Pablo
disfrutaba contándolo. El problema es que el fantasma del Petiso se le empieza a
aparecer entre los turistas y esto genera una inestabilidad emocional importante en el
protagonista y su vida familiar.

Lo siniestro del personaje infantil del relato de Enríquez, se reconoce en la


maldad que al principio él pretendía mantener oculta del grupo social en el que vivía,
cuando en el fondo su ser tenía intenciones de asesinar a sus víctimas, aunque de
manera universal la figura infantil se relaciona con fragilidad e inocencia observamos
que Cayetano era todo lo opuesto.
“El Petiso la llevó al baldío, la golpeó con una piedra y, una vez que la niña estuvo
inconsciente, trató de enterrarla. Un policía lo encontró en medio de la tarea y él
rápidamente mintió una coartada: dijo que estaba intentando ayudar al bebé, que había
sido atacada por otra persona. El policía le creyó, quizá porque el Petiso Orejudo
también era un niño: tenía, entonces, nueve años.” (Enríquez, 2016, p.41).

Ahora bien es importante preguntarse el porqué del comportamiento del petiso


Orejudo, qué hay de siniestro tras este personajes tal y como menciona Zapata
“Debido a esta influencia por la sociedad, por los adultos y por los padres, el niño
puede sufrir un cambio y perder su inocencia. (Zapata, 1997p.348).Tal vez el petiso
orejudo sólo es la representación metafórica de un problema social en Argentina, como
lo es la violencia familiar o infantil. Aún más importante, el petiso es el refuljo de la
estructura social, adultos creando niños violentos, se convierten en adultos violentos,
Dicho de otro modo, los adultos que forman parte de la mala sociedad pueden causar
una transformaciones dando lugar a niños siniestros ya sea en sentido figurado o
literal.
El Petiso era distinto. Era raro. No tenía más motivos que su deseo y parecía una
especie de metáfora, el lado oscuro de la orgullosa Argentina del Centenario, un
presagio del mal por venir, un anuncio de que había mucho más que palacios y
estancias en el país, una cachetada al provincianismo de las élites argentinas que
creían que sólo cosas buenas podían llegar de la fastuosa y anhelada Europa. Lo
más hermoso era que el Petiso no tenía la más mínima conciencia de esto: a él sólo
le gustaba atacar niños y encender hogueras. Porque también era pirómano; le
gustaba ver las llamas y observar el trabajo de los bomberos, «sobre todo, cuando

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se caían al fuego», como le había dicho a uno de los interrogadores. (Enríquez,
2016, p.43).

3.3. El locus horrendus presente en “El chico sucio” y “Bajo el agua negra”

El espacio en la literatura gótica es de suma importancia ya que es una de las


principales características de este tipo de literatura, en el espacio gótico del siglo XVII
y XIX se destacaban espacios como lo son bosques, monasterios, castillos, abadías
etc. El espacio que recreaba la literatura gótica tenía como objetivo crear un ambiente
y sensación de miedo al dotar estos espacios con oscuridad, soledad y misterio,
recordemos que un fin que tenía la literatura gótica en ese entonces era didáctico ya
que al recrear estos espacios tan lúgubres se advertía de los riesgos de la
desobediencia tal como lo menciona Amícola “las coordenadas espacio-temporales
en las narraciones góticas (…)venían a quebrar, de este modo, las expectativas
racionales(…) conducían a generar estremecimiento ante lo desconocido”. (Amicola,
2003, p. 63). El espacio gótico fue modificado más tarde, especialmente sobre fines
del siglo XIX, para adaptarse a las especiales preocupaciones de los lectores
victorianos

Los espacios en la literatura gótica fueron elementos que se utilizaron en


máxima expresión sin embargo, con el tiempo nuevos espacios empezaron a tener
gran relevancia conforme al avanzar del tiempo, la ciudad cobró gran importancia en
los relatos, el cambio de los espacios comunes ya mencionados (Castillos, bosques,
monasterios) se debió a la revolución industrial, este hecho llevó a desplazarlos por
espacios como ciudades, hospitales psiquiátricos, orfanatos, también se incluyen
barrios, en donde el lector puede identificar características reales del Conurbano en
Argentina, en cuanto a espacios como el campo o el bosque se eliminan, el espacio
del gótico clásico se modifica, optando por un espacio mucho más contemporáneo que
encaja perfectamente con los tiempos actuales en que vivimos. Conviene decir que
Enríquez elimina la naturaleza típica del gótico clásico, y que opta por una
escenografía más moderna y contemporánea que encaja perfectamente dentro de la
corriente de lo gótico hispanoamericano.

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En Las cosas que perdimos en el fuego podemos contrastar estos espacios ya
que observamos que los personajes transitan por calles donde la miseria se deja ver,
se observa la gran contaminación de la naturaleza por desechos tóxicos, el espacio
gótico influye en los personajes quienes lo habitan dotándoles características
similares.
Ahora bien, es importante destacar la gran importancia de la ciudad de Buenos
aires en los relatos de Mariana Enríquez ya que se puede obtener de la ciudad
muchas características del gótico. La escritora describe muchas veces a Buenos
Aires como un lugar con barrios marginales y deformes e inclusive ha llegado a
considerar que la ciudad en sus relatos es un personaje más “(…), la ciudad como
protagonista. (…) No soy porteña. Es un lugar que sigo descubriendo de a poco. Tiene
algo inquietante, ni un lugar que me parezca sencillo de transitar, ni del que me sienta
orgullosa.” (Enríquez, 2016), cuando Mariana Enríquez hace referencia a lo “Porteño”
se refiere a lo que está apartado de la Capital de Buenos Aires, muchos periodistas
concuerdan que Buenos aires no es lo que los extranjeros tienen como estereotipo,
es decir, el argentino orgulloso y engreído no es la realidad del país, así como lo es
la ciudad perfecta e impoluta. En los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego,
el espacio en donde se desarrollan las historias, tiende a tener influencia en los
hechos que se suscitan, ya que la villa, la ciudad, lugares hostiles, que uno como
lector puede identificar y puede inclusive constatar su verosimilitud, además de
trasladarlo hacia un contexto cotidiano.
3.3.1 El locus horrendus como configurador de personalidad en el cuento “El
chico sucio”
El primer cuento a analizar es el locus horrendus(espacio gótico)en relato “El chico
sucio “la trama gira en torno a una diseñadora gráfica quien decide habitar una vieja
casa perteneciente a su familia, esta casa se encuentra ubicada en la zona sur de la
capital, la chica describe la zona como un lugar olvidado por el tiempo, en donde se
observa la miseria y la decadencia en cada callezuela.Frente a su casa vive un niño
muy sucio quien duerme en colchones desgastados, junto a su madre drogadicta
quien además está embarazada.

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Constitución es el barrio de la estación de trenes que vienen del sur a la ciudad. Fue,
en el siglo XIX, una zona donde vivía la aristocracia porteña, por eso existen estas
casas, como la de mi familia (…). En 1887 las familias aristocráticas huyeron hacia el
norte de la ciudad escapando de la fiebre amarilla. Pocas volvieron, casi ninguna. Con
los años, familias de comerciantes ricos, como la de mi abuelo, pudieron comprar las
casas de piedra con gárgolas y llamadores de bronce. Pero el barrio quedó marcado
por la huida, el abandono, la condición de indeseado (…) También vive mucha gente
en la calle (…) (Enríquez, 2016, p.10).

Por narración de la protagonista se observa que el barrio Constituyentes tiene


un pasado bastante turbio, la protagonista relata que sabe moverse por Constitución,
es decir, conoce cuales son los lugares seguros de transitar y por lo tanto también
conoce los lugares peligrosos, especialmente los lugares en donde se vende drogas,
se prostituyen entre otras actividades ilícitas. La narradora describe el barrio
Constituyentes especialmente enfocándose en una época muy especial para
Argentina, la celebración al conocido “Gauchito Gil” una importante figura religiosa
(aunque no aprobada por la iglesia) objeto de devoción popular en Argentina. Su
fundamento histórico está en la persona del gaucho Antonio Gil Núñez, de quien se
sabe poco con certeza, pero se le atribuye ser uno de los libertadores de Argentina,
en el relato se narra cómo Constituyentes está lleno de altares a este santo, en donde
la gente reza y pide favores a esta figura de devoción.
Un santo popular de la provincia de Corrientes que se venera en todo el país y
especialmente en los barrios pobres —aunque hay altares por toda la ciudad, incluso
en los cementerios. Antonio Gil, se cuenta, fue asesinado por desertor a fines del siglo
XIX: lo mató un policía; lo colgó de un árbol y lo degolló. Pero, antes de morir, el gaucho
desertor le dijo: «Si querés que tu hijo se cure, tenés que rezar por mí.» El policía lo
hizo porque su hijo estaba muy enfermo. Y el chico se curó. Entonces, el policía bajó
a Antonio Gil del árbol, le dio sepultura y, en el lugar donde se había desangrado, se
fue levantando un santuario, que existe hasta hoy y que todos los veranos recibe a
miles de personas.(Enriquez,2016,p.10)

En contraparte de ese espacio se hace alusión a “allá atrás “haciendo


referencia a otro barrio el cual no se menciona, sin embargo, se ofrendan y sacrifican
animales a la Pomba Gira (patrona de las mujeres de la calle), a la Santa La Muerte
e inclusive se habla de sacrificios a niños.
Ahí estaba el santo de yeso, con la camisa celeste y el pañuelo rojo al cuello (…)
Había varias telas rojas y alguna bandera chica roja: el color de la sangre, el recuerdo

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de la injusticia y el degüello. Pero nada era macabro o siniestro. El gaucho trae suerte,
cura, ayuda y no pide mucho a cambio, apenas que se le hagan estos homenajes y, a
veces, un poquito de alcohol. O la peregrinación al santuario de Mercedes (…). Le
encendí una de las que se habían apagado y con la llama prendí un cigarrillo. El chico
sucio parecía inquieto (…) En el barrio, «allá atrás» es una referencia al otro lado de
la estación, pasando los andenes, ahí donde las vías y sus terraplenes se pierden
hacia el sur. Ahí suelen aparecer altares para santos menos amables que el Gauchito
Gil. Sé que Lala lleva hasta el terraplén —siempre de día porque pueden ser peligroso
sus ofrendas para la Pomba Gira, sus platos coloridos y sus pollos comprados en el
supermercado porque no se anima a matar una gallina. Y ella me contó que hay
montones de San La Muerte «allá atrás», el santito esqueleto con sus velas rojas y
negras. Pero no es un santo malo le dije al chico sucio, que me miró con los ojos muy
abiertos, como si le estuviera diciendo una locura (…) (Enriquez.2016, p.11)

Hablando de espacios observamos que la narradora nos acerca a dos, en el


primero se observa la marginación social, mientras que el de “allá atrás “nos muestra
un espacio mucho más sobrenatural, sin embargo, con hechos posteriores se
observará la estrecha relación que tienen ambos. La protagonista narra un
acontecimiento en el cual una noche “El chico sucio” que vivía enfrente suyo llamo a
su puerta, el niño le menciona que no sabe dónde estaba su madre, la chica lo invita
a pasar, le da algo de comida e incluso lo lleva a una heladería cerca, en el camino a
la heladería, al salir de allí, se topan con la madre y, por su actitud, la narradora la
compara con una perra que ruge y gruñe enloquecida. Al niño lo describe como un
chiquito mugriento, malagradecido a pesar de sus buenas acciones, no mueve ni un
dedo para defenderla de la furia de su madre. Un hecho terrorífico acontece, al día
posterior encuentran a un chico amarrado, torturado y violado enfrente de la casa de
la diseñadora, quien a partir de entonces comenzará a sentir culpa por no hacer nada
por aquel pobre chico, al final de la narración no intuimos qué fue del chico sucio, no
se confirma si fue torturado y asesinado, debido a la poca confiabilidad de la narradora
quien se rige por la culpa y el nerviosismo.

Analizando el espacio en donde habita la diseñadora, observamos que es el


cambio de castillo abandonado se da a la casona abandonada.

A lo mejor tenía que mudarme. A lo mejor, como me había dicho mi madre, tenía una
fijación con la casa porque me permitía vivir aislada, porque ahí no me visitaba nadie,
porque estaba deprimida y me inventaba historias románticas sobre un barrio que, la
verdad, era una mierda, una mierda, una mierda. (…) Que no era la princesa en el
castillo sino la loca encerrada en la torre. (Enríquez, 2016, p. 32).
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3.3.2 El locus horrendus como generador de monstruos y zombis en el relato
“Bajo el agua negra”
En “Bajo el agua negra” la autora argentina, enlaza elementos propios de gótico
como el locus horrendus, para hacer alusión al contexto social de Argentina,
principalmente para realizar una ardua crítica ante el empobrecimiento de un cierto
sector social marginado en la actual época, en donde nos vemos sumergidos en el
modelo económico capitalista, la crítica social es algo esencial dentro de la narrativa
de Mariana Enríquez. En una entrevista dirigida a Enríquez constatamos esta
premisa “A mí eso me interesaba marcarlo, que entre los monstruos apareciera la
miseria y su causa, en un sistema económico que no puede sobrevivir sin la
desigualdad, sin los ricos cada vez más ricos” (en Ramírez, 2018).
Es por ello que se puede llegar a inferir que en el relato de “Bajo el agua
negra” Enríquez inserta lo que podríamos llamar “Monstruos sociales
contemporáneos” estos seres son creados o surgen a partir de este sistema
capitalista en donde los ricos se vuelven más ricos y los pobres se vuelven más
pobres. “Bajo el agua negra” describe a grandes rasgos cómo es el vivir de los
habitantes en ese lugar, en donde las empresas vierten sus desechos en la villa, en
donde la contaminación afecta de manera significativa a toda su población, a lo
largo del relato observamos como el locus los transforma, los absorbe, los aniquila,
los va matando poco a poco, el monstruo que vive en el lago no es más que una
metáfora, se puede observar en la siguiente cita cómo es el declive de los habitantes
que viven cerca de este lago contaminado.
Los hijos de las familias que vivían cerca de esa agua, que la tomaban, aunque sus
madres intentaran quitarle el veneno hirviéndola, se enfermaban, morían de cáncer
en tres meses, horribles erupciones en la piel les destrozaban brazos y piernas. Y
algunos, los más chicos, habían empezado a nacer con malformaciones. Brazos de
más (a veces hasta cuatro), las narices anchas como las de felinos, los ojos ciegos
y cerca de las sienes (Enríquez, 2016: 159).

En “Bajo el agua negra” encontramos temas variados como lo es la ecología, la


desigualdad, la violencia policiaca(desapariciones forzadas).El locus horrendus se nos
presenta por medio de la villa, el cual es un espacio secreto y al mismo tiempo es un

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lugar ignorado, olvidado por el resto de la población que goza necesidades
básicas(como el agua potable).La historia a grandes rasgos se centra en una fiscal,
Marina Pinat, es quien investiga una serie de desapariciones, la fiscal está
comprometida con su trabajo, algo peculiar es la forma en que describe a Argentina

“donde el crimen siempre [esta] mezclado con la desdicha”(Enríquez, 2016,p.155) . El

espacio también se caracteriza por ser marginal (villa Moreno) la historia se desarrolla
en un Riachuelo, en donde se hace alusión a que vive un ente que se alimenta de
adolescentes que son arrojados ahí por policías, todo cambia cuando arrojan a
Emanuel y a Yamil y el ente despierta. La fiscal intenta resolver este crimen, sin
embargo, se ve frenada debido a que no aparece el cuerpo de un joven, al igual que
el relato de “El chico sucio” existe una zona que es prohibida la cual es Villa Moreno.
El espacio gótico que se denota en este relato es mucho más evidente, la
descripción que se hace es muy específica en adjetivos como: “narices anchas como
las de felinos”, “ojos ciegos”, desdentados, “dedos con ventosas y de aspecto similar
a las colas de calamar”, se describen habitantes que consumen Paco, una droga
popular en Argentina:

Y en las dos orillas del Riachuelo miles de personas habían construido sus casas en
los terrenos vacíos, desde precarios ranchos de chapa hasta muy decentes
departamentos de cemento y ladrillos. (…) ese olor a podrido del Riachuelo (…) lo
causaba la falta de oxígeno del agua. La anoxia (…) el río negro que bordeaba la
ciudad básicamente estaba muerto, en descomposición: no podía respirar. (, Enríquez,
2016, p. 164).

Posteriormente se muestra otro elemento gótico importante, al igual que la


figura del monstruo, la figura del zombi es parte del locus horrendus, con esto
podemos deducir que el locus transforma a los habitantes que accedieron de forma
voluntaria o involuntaria en ese espacio, tal es el caso de Emanuel, el protagonista
desaparecido, quien reaparece pero transformado por el locus (riachuelo
contaminado).

Estaban tapando algo, ¡no querían dejarlo salir y lo cubrieron con capas de aceite y
barro! (…) ¿Sabés qué viene acá? La mierda de las casas, toda la mugre de los
desagües, ¡todo! Capas y capas para mantenerlo muerto o dormido (…) hasta que

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empezaron a hacer lo imposible: nadar bajo el agua negra. Y lo despertaron. ¿Sabés
qué quiere decir Emanuel? Quiere decir Dios está con nosotros. De qué Dios estamos
hablando es el problema. (Enríquez, 2016, p. 170).

Como se mencionó al principio del apartado, Mariana introduce “Monstruos


contemporáneos” para hacerlo alude a Lovecraft, cuando la fiscal Pinat, va en busca
del joven en la villa, observa en las paredes de una iglesia se lee una extraña
inscripción”YAINGNGAHYOGSOTHOTHHEELGEBFAITHRODOG” (Enríquez,
2016,p. 168). Esta frase corresponde con la invocación de Yog-Sothoth, una entidad
cósmica imaginada por H. P. Lovecraft, a grandes rasgos pareciera que esta
intertextualidad no tiene que ver nada con el gótico, sin embargo, esta frase está
ampliamente relacionado con el Yog-Sothoth (ritual para resucitar a una persona
fallecida).
3.4 Lo gótico en Las cosas que perdimos en el fuego

Mariana Enríquez intenta relacionar aspectos sombríos en sus relatos, relacionando


con contextos sociales de Argentina, enfocándose en el siglo XXI, por lo tanto podría
afirmarse que se declara que “La realidad Argentina es gótica” Drucaroff, 2011, p. 297).
Es apartado tiene como finalidad de realizar un breve análisis de la obra en
general para poder declarar que las ficciones de Las cosas que perdimos en el fuego
son representativas de un tipo de gótico que es contemporáneo, sin embargo, es
transgresor y es generado por medio de una realidad que es transformada en literatura,
de igual manera es importante saber que esta realidad es reconfigurada por medio de
elementos terror y elementos de perspectiva feminista(al igual que el gótico con
perspectiva femenina).
Todas estas narraciones al igual que el gótico, tiene algo de subversivo como
mecanismos del modo gótico y realidades que son fracturadas en sus relatos. Entre
las realidades fracturadas se encuentran entornos monstruosos y estos rodean a los
protagonistas de los cuentos (pobreza, contaminación en los barrios marginales,
sexismo, y violencia contra las mujeres).Enríquez crea un tipo de gótico femenino que
tiene como finalidad poner a la vista estas realidades de Argentina y Hispanoamérica
en general.

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CONCLUSIONES
Antes de proceder a la conclusión final, se debe de retomar la pregunta que orientó la
investigación, la cual es ¿Qué rasgos de literatura gótica se encuentran en los relatos
de Mariana Enríquez Las cosas que perdimos en el fuego?, primeramente debemos
de afirmar que existen elementos góticos en la narrativa de Mariana Enríquez ya que
al igual que la tradición gótica clásica, intenta ser lúdica y hablar de problemas sociales
de la época, sin embargo, no excluimos que la obra es considerada literatura fantástica
y más aún, considerando lo que se ha enfatizado en toda la investigación, la literatura
fantástica constituye una característica esencial de la literatura Argentina, lugar de
procedencia de Mariana Enríquez.

Sin embargo, el gótico desempeña un papel muy importante en la narrativa de


Enríquez ya que es el medio por el cual la argentina intenta dar un mensaje acerca de
los problemas sociales vigentes en Latinoamérica. Es importante mencionar que el
compilar doce cuentos en Las cosas que perdimos en el fuego, no es algo aleatorio
más bien tienen una finalidad estratégica la cual es, abordar diferentes problemáticas
e incluso captar la atención del lector a través de cada uno de los doce cuentos,
también, Enríquez aborda de forma sutil el pasado oscuro de Argentina en cuanto a
cuestiones políticas y deficiencias sociales.

A lo largo de la investigación constantemente relacionamos los temas de la


tradición gótica (necrofilia, incesto, ocultismo) con las problemáticas sociales actuales,
que, viéndolo desde una perspectiva nueva, producen más terror en el lector porque
se relacionan con la cotidianeidad. Entre los temas abordados en los doce cuentos,
destacan; feminismo, contaminación ambiental, desaparición de niños, aislamiento
adolescente, drogadicción entre otros. Ahora bien, el por qué Mariana recurrió a lo
gótico, se sintetiza en una idea sencilla, para Enríquez, lo gótico representa la
oportunidad para evocar miedo acerca de lo cotidiano, este miedo se evoca a través
elementos de la literatura gótica como, por ejemplo, lo siniestro, lo monstruoso y el

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locus horrendus (espacio), rasgo diferente del género fantástico que no
necesariamente depende de evocar miedo.

Como se mencionó anteriormente, Mariana Enríquez hace uso de diversos


elementos góticos, el primero es el locus horrendus, es decir, el espacio donde se
desarrolla la historia o bien la escenografía. Enríquez actualiza el espacio gótico en
donde las abadías, monasterios ,bosques, del gótico clásico, se transforman en
ciudades, barrios abandonados de Argentina, psiquiátricos, estos espacios son de
suma importancia para los personajes que inserta Mariana Enríquez ya que los
configura en aspectos físicos y mentales, y muchas veces, el locus horrendus es el
propiciador o creador de figuras clásicas del gótico clásico como lo son; el zombi y el
vampiro, sin embargo, en los relatos de Mariana Enríquez estos personajes son
alusiones metafóricas, como ejemplo de ello tenemos el relato que fue trabajado “Bajo
el agua sucia” en donde las desapariciones en un lago contaminado causa que los
individuos regresen, sin embargo, no vuelven siendo los mismos, el mensaje central
que intenta dar Mariana Enríquez es más una condena al gobierno ante la negligencia
ambiental, que utilizan barrios pobres como tiradero de desechos tóxicos.

Otro elemento gótico trabajado en Las cosas que perdimos en el fuego es “Lo
monstruoso” o la figura del “monstruo” en donde la mujer es la figura indicada para
trabajar este concepto clásico del gótico, primeramente la mujer es la protagonista de
todos los relatos de Enríquez, en muchas ocasiones se le adjudica el papel de víctima
o heroína, de forma simultánea, sin embargo, lo monstruoso en la mujer radica
principalmente en aspectos corpóreos como es el caso del cuento “La cosas que
perdimos el fuego” aquí la escritora argentina utiliza y crea una bruja contemporánea
en donde, a diferencia de las brujas que eran quemadas, este nuevo tipo de brujas se
auto inmolan, esta referencia histórica a Enríquez le llama la atención, siendo
innegablemente el relato más representativo de la obra. Es muy significativa la idea
plantada en donde el cuerpo es lastimado, ya que mediante la investigación
observamos que la auto violencia femenina es un mecanismo para hacer una denuncia
social ante la violencia de género magnificada en estos últimos años, también se

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destaca que la mujer “monstruo” lucha contra los estereotipos de belleza a los que se
ve sometida y que son inalcanzables.

El elemento gótico “siniestro” es trabajado de diversas formas, aquí es donde


las figuras del niño también representan un papel importante lo siniestro en ellos radica
en la maldad oculta a pesar de que los niños aluden a ser inocentes, puros etc. Sin
embargo, podría afirmarse que los niños son simples víctimas del tiempo en que viven
aludiendo a una temprana adultización, lo que sí es cierto es que al insertar personajes
de niños el impacto en el lector es mucho mayor, en segundo plano Enríquez introduce
lo siniestro por medio de la “personificación” de lugares por ejemplo en “La casa de
Adela” en donde una niña desaparece, es devorada por la casa, lo siniestro (lo que
debe mantenerse oculto) es una metáfora de las desapariciones de los niños, Mariana
Enríquez evoca al miedo para hacer cuenta de un crimen que está vigente.

¿Se puede escribir narrativa gótica en el siglo XXI? con esta pregunta pretendo
realizar una reflexión en el lector, ante este subgénero de lo fantástico, que a simple
vista pareciera remitir, ya desde su mismo nombre, al pasado. Sin embargo,
inminentemente es un subgénero que está implícitamente en la literatura
latinoamericana, basta con explorar en la narrativa de Borges o Cortázar, con lo cual
yo recomendaría a futuras generaciones seguir explorando la estética gótica y su
presencia en la literatura latinoamericana contemporánea.Tambien,es muy importante
que por medio de esta investigación en donde se retoma el “cuerpo” desde una
temática político y estética, se volteé a ver que la figura está siendo tema de
investigación en otras áreas de expresión artística, desde el cine, teatro y hasta
literatura, ya que el cuerpo viene a ser un medio de rebelión, un mecanismo ante la
violencia, una metáfora ante la inminente globalización en Latinoamérica. Por otra
parte, ahondar en escritoras como Mariana Enríquez da pauta a estudios de género,
es importante resaltar que este tipo de investigaciones están cobrando gran
popularidad en latinoamericana igual que Enríquez, escritoras están ahondando en
problemáticas sociales en donde la mujer es la protagonista, denunciando y
protestando por medio de la palabra escrita.

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Finalmente, como conclusión final, aunque pareciera que la obra Las cosas que
perdimos en el fuego tiene tintes feministas, considero que debe ser una perspectiva
que debe matizarse ya que aunque a simple vista denota feminismo no es la intención
primordial de la obra, la intención principal es hacer una crítica ante la violencia de la
mujer y de cualquier individuo social, los cuentos de Enríquez son un arma para hablar
de los problemas sociales de Argentina y Latinoamérica en general y aún de más
importancia , la literatura gótica es de gran importancia para mantener la atención,
puesto que el miedo generado por los relatos deja un impacto enorme en los lectores
y espectadores.

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