Egresos y gastos públicos

Los egresos y gastos públicos se refieren a la erogación de dinero realizada por una entidad
gubernamental, autorizada por la autoridad competente, con el propósito de cumplir intereses
colectivos y funciones estatales. Estos gastos son una parte esencial de la actividad financiera del
Estado y se planifican en el presupuesto. Existen diversas divisiones y clasificaciones de los egresos
públicos:

1. División según el aspecto económico o forma de pago:

 Gastos en especie: pagos hechos en forma de bienes o productos.

 Gastos en dinero: pagos en moneda local.

2. División según el fin que persiguen:

 Gastos públicos o de gobierno: relacionados con la administración del Estado.

 Gastos de explotación: relacionados con el mantenimiento de empresas estatales y

servicios.

 Gastos según la periodicidad: ordinarios (necesidades regulares) y extraordinarios

(circunstanciales).

3. División según la inversión instrumental:

 Gastos personales: destinados a retribuir el trabajo humano.

 Gastos materiales: para adquirir medios materiales como instalaciones y máquinas.

4. División según el aspecto psicológico o necesidad que satisfacen:

 Gastos necesarios: fundamentales para el funcionamiento y desarrollo del Estado.

 Gastos superfluos: pueden eliminarse sin afectar el servicio público.

 Gastos útiles: impulsan el progreso estatal.

 Gastos indispensables: necesarios para la supervivencia del Estado.

5. División según los bienes objeto de gastos:

 Gastos reales: destinados a adquirir productos necesarios.

 Gastos personales: asignaciones a empleados públicos por sus servicios.

En Guatemala, los gastos públicos se establecen legalmente en el presupuesto nacional, que

organiza los ingresos y gastos del Estado. La estructura del gasto incluye la clasificación por objeto
específico, objetivos específicos, función, institución y clasificación económica.

Además, los gastos del Estado se pueden clasificar en gastos corrientes (asignaciones para
financiamiento de la administración y transferencias corrientes), gastos de consumo (incluyendo
remuneraciones y servicios de deuda), y gastos de inversión (inversión real y financiera).
Para justificar los gastos públicos, es necesario que cumplan ciertos requisitos, como una
distribución equitativa, satisfacción de necesidades generales, proporcionalidad con las
capacidades económicas del Estado y beneficio para el mayor número de ciudadanos, entre otros.
Esto asegura la transparencia y eficiencia en el uso de los recursos públicos.