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El documento es una historia corta sobre un perro callejero rojo que vivía de forma agresiva en las calles. Un día, una niña se acerca al perro sin miedo y en lugar de gritarle o lanzarle piedras, le dice que algo raro le pasa. Al día siguiente, la niña regresa y camina por el bordillo de la acera cerca del perro, diciendo que si se cae es que el perro es malo, pero si no se cae, no lo es.
El documento es una historia corta sobre un perro callejero rojo que vivía de forma agresiva en las calles. Un día, una niña se acerca al perro sin miedo y en lugar de gritarle o lanzarle piedras, le dice que algo raro le pasa. Al día siguiente, la niña regresa y camina por el bordillo de la acera cerca del perro, diciendo que si se cae es que el perro es malo, pero si no se cae, no lo es.
El documento es una historia corta sobre un perro callejero rojo que vivía de forma agresiva en las calles. Un día, una niña se acerca al perro sin miedo y en lugar de gritarle o lanzarle piedras, le dice que algo raro le pasa. Al día siguiente, la niña regresa y camina por el bordillo de la acera cerca del perro, diciendo que si se cae es que el perro es malo, pero si no se cae, no lo es.
PERRO CALLEJERO Traducción de Virginia López-Ballesteros
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Había un perro rojo.
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Perro callejero_INT.indd 5 3/3/22 8:39 PM Vivía en la calle, a base zarpazos y dentelladas. La gente decía: “Es un perro malo”.
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Era un perro rojo. Rojo ira, rojo quemadura. Rojo sangre.
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Un día, cerca de la basura, apareció alguien. El perro rojo gruñó sonoramente, dispuesto a atacar.
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—A ti te pasa algo raro —dijo la niña tranquilamente. No le tiró piedras. No le gritó para que se fuera. No le lanzó patadas. Se quedó ahí.
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Al día siguiente, volvió. La vio llegar desde lejos y caminar haciendo equilibrios por el bordillo de la acera. Ella no lo miraba. —Si me caigo, es que eres malo. Si no me caigo, es que no eres malo —dijo en voz alta.