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LA EXTRADICIÓN EN COLOMBIA: ¿MANIOBRA POLÍTICA Y SACRIFICIO

DE LA VERDAD?

ANA CRISTINA HENAO BEDOYA

MARCELA VISBAL ACUÑA

Trabajo de grado

Director: Doctor Julio Andrés Sampedro Arrubla


Abogado

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS
BOGOTÁ
2011
NOTA DE ADVERTENCIA

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en
sus trabajos de tesis. Solo velará por que no se publique nada contrario al dogma y a la
moral católica y por que las tesis no contengan ataques personales contra persona
alguna, antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 4
1. LA EXTRADICIÓN .................................................................................................. 6
1.1. Concepto ............................................................................................................. 6
1.2. Elementos de la definición ................................................................................. 8
1.2.1. Acto Complejo ............................................................................................ 8
1.2.2. La existencia de dos o más Estados ............................................................ 9
1.2.3. Que exista un delito y que así sea en ambos Estados................................ 10
1.2.4. Competencia.............................................................................................. 11
1.3. Principios .......................................................................................................... 11
1.3.1. Principio de la doble incriminación .......................................................... 12
1.3.2. Principio de la pena mínima ...................................................................... 12
1.3.3. Principio de reciprocidad .......................................................................... 13
1.3.4. Principio de subsidiariedad ....................................................................... 13
1.3.5. Principio de especialidad........................................................................... 13
1.3.6. Principio de nulla extraditio sine legem.................................................... 14
1.3.7. Principio Aut dedere aut judicare ............................................................. 15
1.3.8. Principio de la subsistencia de la pretensión punitiva............................... 15
1.3.9. Principio non bis in idem........................................................................... 16
1.3.10. Principio de jurisdicción ........................................................................... 16
1.4. Improcedencia de la extradición ....................................................................... 19
1.4.1. Por delitos políticos ................................................................................... 20
1.4.2. Extradición de nacionales ......................................................................... 21
1.5. Fundamento de la extradición .......................................................................... 22
2. HISTORIA DE LA EXTRADICIÓN EN COLOMBIA ......................................... 25
2.1. Los inicios de la extradición en Colombia ....................................................... 25
2.2. Los primeros desarrollos legislativos de la extradición ................................... 26
2.3. La droga, un nuevo factor de Violencia ........................................................... 29
2.4. Un polémico tratado de extradición ................................................................. 31
2.5. Narcotráfico, extradición y el polémico gobierno de Betancur........................ 34

2
2.6. Los pronunciamientos de la Corte luego de los acontecimientos..................... 40
2.7. El asesinato de Galán........................................................................................ 45
2.8. La Constitución de 1991................................................................................... 47
2.9. La influencia de los Estados Unidos en la reforma Constitucional .................. 50
2.10. La expedición de nuevas leyes penales......................................................... 54
3. LA LABOR DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA EN RELACIÓN CON LA
EXTRADICIÓN ............................................................................................................. 57
3.1. Recuento conceptual ......................................................................................... 57
3.1.1. Los primeros casos .................................................................................... 58
3.1.2. Casos de trascendentales advertencias ...................................................... 60
3.1.3. El hito conceptual: se niega la favorabilidad ............................................ 63
3.1.4. Volviendo a la favorabilidad: El caso de “Ramón Mojana” ..................... 65
3.1.5. Conclusiones Parciales .............................................................................. 67
3.2. Análisis coyuntural en épocas de extradición .................................................. 68
3.2.1. La polémica extradición de “Macaco” y una extradición masiva sin
explicación ............................................................................................................... 68
3.2.2. Las explicaciones del gobierno y las consecuentes reacciones ................. 69
3.2.3. Preguntas sin resolver ............................................................................... 71
3.2.4. Dos acontecimientos importantes ............................................................. 73
3.2.5. Las reacciones de la Corte en medio del contexto político ....................... 75
3.2.6. Conclusiones Parciales .............................................................................. 77
4. ANÁLISIS DE RESULTADOS .............................................................................. 78
5. CONCLUSIONES ................................................................................................... 81
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 83
ANEXO ........................................................................................................................... 89

3
INTRODUCCIÓN

El análisis jurídico-político de Colombia, sin lugar a dudas lleva a la necesidad de abordar

el polémico tema de la extradición, institución que en el país ha sido objeto de incontables

controversias, y que origina una polémica que continúa vigente. La discusión no resulta

aislada del marco internacional. Por el contrario, ésta podría ser vista como resultado de su

propio fundamento, el cual no es otro que la cooperación internacional en la búsqueda de la

lucha contra la impunidad.

La antedicha discusión podría entenderse como resultado de situaciones que la aplicación

de la extradición naturalmente desencadenaría, como lo son por ejemplo, el respeto a la

soberanía de los Estados en la ejecución de la misma, la regulación de la figura en el marco

de los tratados internacionales, o el procedimiento sobre el cual ésta debe basarse.

Sin embargo, el estudio de la aplicación de la figura en Colombia lo que demuestra es que

no ha sido así. El disfraz jurídico que a su aplicación se ha dado es lo que ha permitido

ocultar intereses de diferentes actores, los cuales han hallado en la extradición la

madriguera perfecta para resguardar sus crímenes.

Así, en un país en el que gran parte de la población se ha visto obligada a dejar sus tierras,

fertilizadas con la sangre de los muertos que la violencia ha traído consigo, parecería

inaudito pensar que una figura jurídica como la extradición sirve de guarida para preservar

la impunidad. Sin embargo, su estudio demuestra es que ha sido ésta la excusa para

controlar la corrupción -tanto del Estado como de los criminales- y al mismo tiempo, filtro

4
por el cual se ha escapado la verdad por la que claman innumerables víctimas, y una

sociedad que carga el sufrimiento de vivir con el narcotráfico, en las entrañas más

profundas de las instituciones que la gobiernan.

El desasosiego que genera tal realidad no debe ser dejado al devenir sin la ejecución de

acciones contundentes que sean generadoras del cambio. Por eso, en el presente trabajo se

denunciará el inadecuado uso que se la ha dado a la extradición. Esta denuncia se

presentará sobre la base de un estudio en el cual se examinarán los factores a los cuales han

obedecido los giros jurídicos y políticos que ha tenido la figura en Colombia. En el examen

se dará protagonismo a la labor que desempeña la Corte Suprema de Justicia cuando

conceptúa frente a la solicitud de extradiciones.

Para ello, se procederá así: en primer lugar, se estudiará la institución de la extradición

desde el ámbito jurídico, con el objeto de presentar una contextualización general del tema.

Como segunda medida, se examinará cómo se ha desarrollado el tema legislativo de la

institución en Colombia, exponiendo al mismo tiempo la coyuntura social que ha

determinado la labor legislativa. En tercer lugar, se estudiará un caso específico en el cual

la coyuntura política y jurídica han estado estrechamente relacionadas en lo que al tema se

refiere: la extradición de los jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia. Por último, se

presentará un análisis de resultados con sus respectivas conclusiones.

5
1 LA EXTRADICIÓN

1.1 Concepto

Para realizar el presente estudio es fundamental definir el concepto de extradición, teniendo

en cuenta que, sin tener claridad de éste, un estudio sobre la materia no sería viable. Por

ende se procederá a exponer tal definición.

De manera general, la extradición puede definirse como un acto complejo, por medio del

cual un Estado concede la entrega de un individuo a otro Estado, el cual lo solicita por

haber cometido un delito en su territorio. Es así como esta institución es una figura de

cooperación internacional, cuyo fin inmediato es evitar la impunidad e impedir que las

actuaciones judiciales resulten inútiles. De ahí que, a lo largo de la historia, ésta haya

llegado a ser un mecanismo de auxilio entre las naciones para impedir que los sujetos que

cometen delitos burlen la justicia refugiándose en otro Estado diferente de aquel donde los

cometieron, que por ende está llamado a castigarlo.

Desde el punto de vista académico, existen varias definiciones acerca de la figura. Así,

autores como Alfonso Reyes Echandía1 y Marco Gerardo Monroy Cabra2 consideran que la

extradición es la entrega que un Estado hace a otro de un individuo condenado, con el

objeto de someterlo a un proceso o a la ejecución de una pena. Por su parte el profesor

1
REYES Echandía, Alfonso. Derecho Penal General. 11ª ed. Bogotá: Temis, 1987.
2
MONROY Cabra, Marco Gerardo. Régimen jurídico de la extradición. Bogotá: Temis, 1987.

6
Fernando Velásquez desarrolló un significado más complejo de la figura, definiéndola

como “(…) el procedimiento mediante el cual se somete a un delincuente para su

juzgamiento por el país que lo solicita o para el cumplimiento de la condena que se le ha

impuesto. Se trata, en verdad, de un mecanismo de asistencia y cooperación judicial entre

los diversos países para impedir la impunidad del delito cometido en el territorio de otro

Estado, o para lograr que se cumpla la entrega del infractor a la nación en cuyo territorio se

cometió el hecho y de la que logró evadirse.”3

Frente a la definición anterior, se hace necesario agregar una salvedad: en Colombia opera

el principo de presunción de inocencia, en virtud del cual toda persona se presume inocente

mientras que no sea declarada judicialmente culpable,4 razón por la cual se considera que

no es certero afirmar que el individuo solicitado en extradición es un delincuente5.

Para finalizar, la definición del Maestro Bernardo Gaitán Mahecha sintetiza de manera

apropiada lo expuesto anteriormente, de la siguiente manera: “Por extradición se entiende

la entrega que un Estado hace a otro de una persona para que sea juzgada por éste, o

cumpla sentencia dentro del ámbito de su jurisdicción. Extraditar quiere decir, derivado del

latín, entregar –traditio- fuera –ex.”6

3
VELASQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal Parte General. 3 ed. Medellín: Comlibros, 2007.
4
Constitución Política de Colombia 1991. Art. 9: “(…) Toda persona se presume inocente mientras no se la
haya declarado judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un
abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso publico
sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar
la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho”
5
Cfr.: MEJIA Azuero, Jean Carlo. Trámite administrativo de extradición en Colombia. Bogotá: Universidad
Militar Nueva Granada, 2006.
6
GAITÁN Mahecha, Bernardo. Derecho Penal General. 1ª ed. Bogotá: Javegraf, 1999. p. 129.

7
1.2 . Elementos de la definición

Las definiciones anteriores contienen una serie de elementos7 que, analizados

independientemente, llevan a la cabal comprensión de la figura de la extradición, razón que

lleva a exponerlos a continuación.

1.2.1 Acto Complejo

La complejidad de la extradición se atribuye a dos cuestiones básicas8: por un lado, al

hecho de que en su proceso intervengan dos ramas del poder público, siendo éstas la

ejecutiva y la judicial. Como segunda medida, a la existencia de diferentes situaciones a

través de las cuales los Estados manifiestan su voluntad9.

Lo anterior implica que se produzca un proceso que comienza con una solicitud de

extradición por parte del estado requirente10, la cual debe cumplir con unas determinadas

solemnidades. En segundo lugar, el Estado requerido11 revisa tal solicitud. En tercer

término éste realiza una serie de actos formales y solemnes (éstas varían dependiendo de las

7
Esta clasificación se basa en el libro de MEJÍA Azuero, Op. cit., aunque no la sigue taxativamente.
8
Cfr. MEJÍA, p. 69.
9
La Corte Constitucional señaló al respecto: “En el proceso de extradición en Colombia, intervienen dos
ramas del poder público en el desarrollo del trámite de la misma: la Rama Ejecutiva y la Rama Judicial, de
donde resulta que la concesión o no de la extradición es un acto complejo.” Corte Constitucional. Sentencia
C-1106 de 2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra. Exp. D-2859.
10
Es decir, un Estado que solicita a otro la entrega de un individuo que presuntamente cometió un delito en su
territorio, pero se encuentra refugiado en éste.
11
Estado al cual otro Estado le solicita la entrega de un individuo que se encuentra en su territorio, y que
presuntamente cometió el delito.

8
leyes de cada Estado). Por último, el proceso termina con la decisión de la concesión o no

de la extradición del requerido ciudadano.

1.2.2 La existencia de dos o más Estados

La figura de la extradición implica la existencia de dos o más Estados12, los cuales tienen

intereses diferentes: uno desea hacer justicia por un delito que afectó su territorio, y el otro

por su parte, concede la entrega de un individuo que, si bien no lo ha afectado, cometió tal

delito. De igual manera, bajo esta institución los Estados persiguen las mismas finalidades,

que son dos: que el delito cometido no quede en la impunidad y que el individuo reciba un

castigo.

Cabe señalar que puede suceder que más de un Estado se haya afectado con la conducta del

sujeto solicitado en extradición. Así, cuando se presentan este tipo de situaciones, son los

tratados bilaterales y multilaterales los llamados a solucionarlas.

El tratado celebrado entre España y Colombia en 1892, en su artículo décimo sirve de

ejemplo para ilustrar tal solución, al estipular que en caso de haber dos o más Estados

solicitando la extradición de un mismo sujeto, ésta se concederá al que primero se

manifestó13.

12
"(...) la extradición se predica viable principalmente entre sujetos del derecho penal internacional; es decir,
principalmente entre Estados." Ibíd. P. 61.
13
Convenio de Extradición entre el Reino de España y la República de Colombia. Bogotá 23 de Julio de
1892.

9
1.2.3 Que exista un delito y que así sea en ambos Estados

Para que proceda la figura también se exige la existencia de un delito, el cual debe cumplir

ciertas características, que se enunciarán a continuación. Como primera medida, la

extradición no procede por delitos menores, cuyas penas son bajas14. En segundo término,

el delito debe estar previsto como tal en la legislación del Estado requerido. En tercer lugar,

el hecho que motiva su solicitud debe estar previsto en la legislación colombiana como un

delito con una pena privativa no inferior a cuatro años15. Por último, en la Constitución

Política de Colombia se instituye que la extradición no se concederá por delitos políticos16.

En síntesis, para que se produzca la extradición es indispensable la existencia de un delito,

el cual debe cumplir ciertos requisitos para ésta se haga efectiva. Las características del

delito exigidas, varían dependiendo de las leyes internas de cada Estado.

“Artículo 10: Si el acusado ó condenado, cuya extradición se pide, fuese igualmente reclamado por otro u
otros Gobiernos, a consecuencia de crímenes ó delitos cometidos en sus respectivos territorios, dicho
delincuente será de preferencia entregado al Gobierno que hubiere presentado antes la demanda de
extradición. Los Gobiernos de las Partes contratantes se entenderán entre sí, ó por medio de sus agentes, en
materia de extradición, y las resoluciones se tomarán por los mismos gubernativa ó administrativamente.”
14
Al respecto señala Luis Carlos Zárate: “La peculiaridad de la extradición es que ésta se acuerda en relación
con los delitos de cierta gravedad. No se justificaría, en efecto, poner en marcha los comúnmente complicados
mecanismos internacionales respecto de contravenciones o delitos de menor importancia.” ZÁRATE, Luis
Carlos. La extradición en Colombia. Bogotá: Wilches, 1985.p. 11.
15
En Colombia tal elemento está estipulado en el artículo 493 numeral 1 del Código de Procedimiento Penal
(Ley 906 del 2004) así:” Para que pueda ofrecerse o concederse la extradición se requiere, además:
1. Que el hecho que la motiva también esté previsto como delito en Colombia y reprimido con una sanción
privativa de la libertad cuyo mínimo no sea inferior a cuatro (4) años.”
16
Constitución Política de Colombia 1991. Artículo 35: “La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer
de acuerdo con los tratados públicos y, en su defecto, con la ley.
Además, la extradición de los colombianos por nacimiento se concederá por delitos cometidos en el exterior,
considerados como tales en la legislación penal colombiana.
La extradición no procederá por delitos políticos.
No procederá la extradición cuando se trate de hechos cometidos con anterioridad a la promulgación de la
presente norma.”

10
1.2.4 Competencia

En virtud de este último elemento, en materia de extradición, el juez del Estado requirente

que conoce el hecho punible y pretende juzgarlo, debe ser competente para ello. En

palabras de Mejía Azuero, “(...) la competencia es un principio de mayor extensión de la

que se tiene en derecho procesal, por que ésta se aplica siempre a en relación con un juez

determinado y en aquel se contemplan las autoridades judiciales de un país a quien

corresponde juzgar el delito”17.

1.3 Principios

Examinado el concepto de la extradición, y explicados todos sus elementos, se pasará a

exponer los principios sobre los cuales ésta se halla edificada. En el presente texto se han

reunido algunos de estos plasmados por la doctrina y la jurisprudencia18, los cuales se

explicarán a continuación.

17
MEJÍA, Op. cit. p. 54.
18
Para realizar esta clasificación se han tomado principios cuyo conocimiento se considera necesario para la
comprensión del siguiente trabajo, con base en lo expuesto por la siguiente doctrina y jurisprudencia:
VELASQUEZ. Op. cit.; MEJIA AZUERO. Op. cit; MONROY CABRA Op. Cit.; Corte Constitucional.
Sentencia C-621 de 2001. M.P. Manuel José Cepeda; Corte Constitucional. Sentencia C-1189 de 2000. M.P.
Carlos Gaviria Díaz.

11
1.3.1 Principio de la doble incriminación

En palabras del autor Fernando Velásquez, “(…) debe haber identidad de norma (…)”19, lo

que significa que el hecho cometido por el individuo solicitado en extradición ha de

hallarse por un lado, tipificado en la ley interna de ambos Estados como delito y segundo,

contemplado como delito en ambas legislaciones al momento de su ocurrencia.

1.3.2 Principio de la pena mínima

Con ocasión de este principio, en los tratados internacionales celebrados sobre la

extradición, o en las leyes internas de los Estados, debe fijarse una pena mínima para que

ésta pueda concederse. Así, si la pena concebida por la legislación del Estado requerido es

inferior al monto fijado en el tratado, no se extraditará al individuo20. Lo anterior se

sustenta en el hecho de que la comunidad internacional no se interesa por perseguir

delincuencia de poca monta21.

19
Op. cit. VELASQUEZ. p. 162.
20
En Colombia, por ejemplo, el artículo 493 del Código de Procedimiento Penal establece lo siguiente: “Para
que pueda ofrecerse o concederse la extradición se requiere, además: 1. Que el hecho que la motiva también
esté previsto como delito en Colombia y reprimido con una sanción privativa de la libertad cuyo mínimo no
sea inferior a cuatro (4) años” (Ver: Ley 906 de 2004)
21
Cfr. Op. cit. VELASQUEZ. p. 162.

12
1.3.3 Principio de reciprocidad

En virtud de este principio, “(…) las naciones se comprometen a actuar de igual manera en

relación con los puntos consignados en el tratado que da lugar a la extradición, o en la

regulación que la posibilita.”22

1.3.4 Principio de subsidiariedad

Relacionado directamente con el principio anterior, con base en la subsidiariedad, en los

casos en que ambos Estados han celebrado tratados internacionales sobre la materia, éstos

se comprometen a hacer cumplir lo estipulado en ellos, antes de remitirse a la regulación

existente en la ley interna sobre la materia23.

1.3.5 Principio la especialidad

Más que un principio, la especialidad es una garantía a favor del extraditado. Con ocasión

de ésta, el Estado requirente se compromete a juzgarlo únicamente por los hechos

específicos que dieron dado lugar a la extradición. Por ende, ningún Estado podrá extender

22
Ibíd.
23
La Constitución Política de Colombia, en el artículo 35, sobre extradición, establece que ésta “(…) se podrá
solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados públicos, y en su defecto, con la ley.” Al respecto,
Mejía Azuero señala lo siguiente: “(…) todas las normas que analizamos tanto del Código Penal, como del
Código de Procedimiento Penal colombiano, solo se aplicarán en caso de que no exista tratado con el Estado
requirente, o cuando los dos Estados no hayan suscrito un tratado multilateral.” MEJIA. Op. cit. p. 85.

13
el juzgamiento más allá de esos hechos que motivaron la entrega del individuo, ni por un

delito diferente24.

1.3.6 Principio de la nulla extraditio sine legem

Como lo explica Mejía Azuero25, este principio hace referencia a otros dos, previamente

explicados: el principio de la doble incriminación y el de especialidad. Con fundamento en

éste, (y con el fin de ofrecerle al sujeto las garantías necesarias para su juzgamiento), debe

garantizarse a la persona solicitada u ofrecida en extradición que, siendo la ley diferente, o

no existiendo tratado o legislación interna que regule el hecho cometido en el Estado

requirente, no se concederá la extradición.

Así por ejemplo, en el caso en que en uno de los Estados se permite la pena de muerte, y en

la legislación del otro está prohibida tal pena, se opta por una de dos salidas: o no se

aprueba la extradición, o ésta se concede, pero con el compromiso que no se le aplicará tal

pena, sino una proporcional a la establecida en el Estado requerido.

24
Al respecto, señala la Convención Interamericana sobre Extradición en su artículo 13: “Ninguna persona
extraditada conforme a esta Convención será detenida, procesada o penada en el Estado requirente por un
delito que haya sido cometido con anterioridad a la fecha de la solicitud de su extradición y que sea distinto
del propio delito por el cual se ha concedido la extradición (…)”.
25
MEJIA. Op. cit.

14
1.3.7 Principio Aut dedere aut judicare

El principio extraditar o juzgar supone la obligación subsidiaria que tienen los Estados de

juzgar al individuo en caso de no conceder la extradición26. Monroy Cabra explica que éste

“Está consagrado en casi todos los tratados y es aceptado en la doctrina y la

jurisprudencia”27. El principio en mención se encuentra en el artículo 828 de la Convención

Interamericana sobre Extradición, y aplica cuando se trata de extradición de nacionales.

Así, como en diversos tratados se prohíbe la extradición de nacionales, éste se pacta para

que la nacionalidad no sea un promotor de la impunidad.

Lo anterior se encamina a salvaguardar el fin principal de la extradición, el cual es la lucha

contra la impunidad por medio de una cooperación internacional.

1.3.8 Principio de la subsistencia de la pretensión punitiva

Con base en la subsistencia de la pretensión punitiva se exige que tanto la acción como la

pena aún estén vigentes, es decir, que no se hayan extinguido por prescripción, amnistía o

indulto, ni se haya entregado beneficios a favor del acusado29. Este caso puede llegar a ser

26
Cfr.: GALICKI, Zdzislaw. LA OBLIGACIÓN DE EXTRADITAR O JUZGAR ("AUT DEDERE AUT
JUDICARE") EN DERECHO INTERNACIONAL. [online] untreaty.un.org. Publicado: febrero 9 de 2006.
http://untreaty.un.org/ilc/reports/2004/spanish/annex.pdf.
27
MONROY Op. Cit. p. 45.
28
Convención Interamericana Sobre Extradición. Artículo 8: “Cuando correspondiendo la extradición, un
Estado no entregare a la persona reclamada, el Estado requerido queda obligado, cuando su legislación u otros
tratados se lo permitan, a juzgarla por el delito que se le impute, de igual manera que si éste hubiera sido
cometido en su territorio, y deberá comunicar al Estado requirente la sentencia que se dicte”.
29
Cfr.: MONROY. Op. Cit. p. 45.

15
complejo, sobre todo si se tiene en cuenta que las leyes sobre prescripción, amnistía,

indulto o beneficios, son diferentes dependiendo del Estado de que se trate. Al respecto,

Monroy Cabra30 señala que en tal caso debe obedecerse a las leyes del Estado requirente,

pues es en razón de éstas que hecho punible se imputa al individuo.

1.3.9 Principio Non bis in idem (Nadie puede ser condenado dos veces

por un mismo hecho)

La extradición procede cuando el individuo no ha sido juzgado por el Estado requerido por

el hecho que dio lugar a la solicitud. Lo anterior tiene por finalidad evitar el doble

juzgamiento por el mismo hecho delictivo.

Dicho de otro modo, “(…) la extradición solo (sic) procede cuando el hecho que motiva la

solicitud correspondiente no ha sido aún juzgado por el Estado requerido, pues se pretende

evitar a toda costa el doble castigo del extraditado o la violación de la cosa juzgada (…)”31.

1.3.10 Principio de jurisdicción

La extradición está íntimamente ligada a la territorialidad32, pues en principio las leyes de

un Estado tienen aplicación únicamente en su territorio. Explicación de esto es el hecho de

30
Ibíd.
31
VELASQUEZ. Op. cit. p. 162.
32
Al respecto, señaló la Corte Constitucional: “El principio de territorialidad se ha entendido tradicionalmente
como la posibilidad de que un Estado aplique las normas de su ordenamiento dentro del territorio bajo su

16
que la ley cobija a la persona que cometió el delito dentro su territorio, sin distinguir si la

misma es nacional o extranjera.

Ahora bien, puede suceder que un individuo cometa el delito en un territorio y acto seguido

se aloje en otro. La solución a tal contrariedad es la figura de la extradición, y la

justificación de ello radica en que no es posible que el Estado afectado ingrese por voluntad

propia a otro, ni lo obligue a castigar a un individuo.

De manera que, en palabras de Mejía Azuero, “(…) para que proceda la aplicación de tan

fundamental figura, se necesita que el delito por el cual se está solicitando a una persona, se

haya cometido dentro del Estado requirente.”33 Así, si un individuo comete un delito en el

Estado requirente, éste cuenta con la jurisdicción para juzgarlo, una vez el Estado requerido

lo haya entregado.

A su vez, el principio de territorialidad tiene tres componentes, sobre los cuales el Estado

ejerce su soberanía34, que son: por un lado, el lugar de la ocurrencia de los hechos, en

segundo término, la nacionalidad del autor de los mismos y por último, la nacionalidad del

bien jurídico afectado. Sin embargo, ésta puede entrar en conflicto cuando los hechos se

dominio, sin interferencia alguna de otros Estados. En el caso de la ley penal, el principio de territorialidad
significa que el Estado podrá aplicar su derecho penal a las conductas ilícitas ocurridas dentro de los límites
de su territorio, o de extensiones jurídicamente aceptadas de éste. Se trata de un criterio relativo al ámbito
espacial de aplicación de la ley, diferente a otros criterios como el estatuto personal o el real”. Corte
Constitucional. Sentencia C-621 de 2001. MP Manuel José Cepeda.
33
MEJIA. Op. cit. p. 76
34
La Corte Constitucional señaló en una oportunidad que la soberanía “(…) consiste en la facultad de ejercer,
dentro de un determinado territorio y sobre sus habitantes, las "funciones de un Estado". (Corte
Constitucional. Sentencia C-1189 de 2000. MP Carlos Gaviria Díaz.)

17
han producido en más de un lugar, como cuando la conducta delictiva se lleva a cabo

parcialmente en el territorio (caso en el cual los bienes jurídicos afectados pertenecerán a

dos o más Estados).

Lo anterior significa que el hecho que motiva la solicitud de extradición se comete

parcialmente en dos territorios, desarrollándose por ejemplo en uno, y ejecutándose en otro.

Es así como en casos como éste el Estado, en virtud de lo dispuesto en compromisos

internacionales, así como por mandato de su legislación interna, tiene la discrecionalidad de

ceder a su soberanía para que el Estado que se ha afectado parcialmente pueda proceder a

juzgar al sujeto.

El principio de territorialidad varía de acuerdo a la ley interna de cada Estado y las

disposiciones contenidas en los tratados celebrados por éste. En Colombia, por ejemplo,

está permitido extraditar a un individuo (nacional o no nacional) que ha cometido un delito

parcialmente en su territorio35. Lo anterior se fundamenta jurídicamente en el artículo 14

del Código Penal actual (Ley 599 de 2000), en virtud del cual la ley penal aplica a toda

persona que viole el territorio nacional. Sin embargo, en concordancia con el principio de

subsidiariedad, frente a lo anterior se prefiere cualquier excepción consagrada en el

Derecho Internacional.

35
Código Penal Colombiano. Ley 599 del 2000. Artículo 14: “La ley penal colombiana se aplicará a toda
persona que la infrinja en el territorio nacional, salvo las excepciones consagradas en el derecho internacional.
(Subrayado por fuera del texto)
La conducta punible se considera realizada:
1. En el lugar donde se desarrolló total o parcialmente la acción.
2. En el lugar donde debió realizarse la acción omitida.
3. En el lugar donde se produjo o debió producirse el resultado”.

18
En relación con la territorialidad se han generado diversas controversias. Por ejemplo, el

ciudadano Hernán José Jiménez Carvajal, interpuso una acción pública de

inconstitucionalidad, argumentando que por medio de una ley tan permisiva, se

quebrantaba la soberanía nacional. Así, para Jiménez el hecho de permitir que un Estado

juzgara a un individuo que había cometido parcialmente un delito en territorio colombiano,

se contraponía al concepto de soberanía.

Sin embargo, en Sentencia C-1189 del 2000 la Corte Constitucional declaró exequible el

aparte de la ley demandada, argumentando que el Estado es soberano y autónomo al decidir

en ciertas circunstancias no aplicar sus leyes por conductas realizadas parcialmente o, por el

contrario, a extenderlas por hechos ocurridas fuera del territorio36. Esta discusión ha

mutado de forma en diferentes ocasiones, siendo motivo de controversias a lo largo de la

historia de Colombia, y repercutiendo en hechos que serán analizados en líneas posteriores

en el presente estudio.

1.4 Improcedencia de la extradición

A continuación se presentarán las circunstancias por razón de las cuales no procede la

extradición.

36
Cfr.: Corte Constitucional. Sentencia C-1189 de 2000. MP Carlos Gaviria Díaz

19
1.4.1 Por delitos políticos

Esta excepción es universalmente aceptada por la comunidad internacional. A pesar de ser

un tema controversial, su finalidad consiste en no involucrarse en los asuntos políticos

internos de los Estados. El problema se centra en identificar en qué circunstancias se está

frente a un delito político, teniendo en cuenta que no existe definición universal frente al

tema.

Al respecto, señala Monroy Cabra: “Son delitos políticos los dirigidos contra la

organización o funcionamiento del Estado, así como los derechos que de la misma se

originen para un ciudadano. (…) Sin embargo de lo dicho no son reputados delitos

políticos, aquellos cuyo autor haya sido únicamente determinado por un motivo egoísta y

vil. Tampoco serán considerados como delitos políticos los que creen un peligro común o

un estado de terror”37.

Como no es objeto de este trabajo resolver qué se entiende por delito político, bastará con

dejar claridad de que el no extraditar por delitos políticos es una prohibición generalmente

aceptada, sobre la cual ha habido unanimidad a lo largo de la historia legislativa en

Colombia.

37
MONROY. Op. cit. p. 46-48.

20
1.4.2 Extradición de Nacionales

La extradición de nacionales ha sido un tema controversial dentro de su desarrollo, tanto en

el derecho internacional como a nivel interno de los países. A continuación se explicarán

las tres diferentes posturas que han surgido al respecto.

En primer lugar existen numerosos tratados que prohíben la extradición de nacionales. Tal

prohibición surge debido a que los Estados prefieren juzgar ellos mismos a sus nacionales

que entregarlos y que otros los juzguen según sus propias leyes, usando como fundamento

la soberanía nacional. Sin embargo, parte de la doctrina y la jurisprudencia consideran que

la nacionalidad no puede ser un pretexto para que prime la impunidad.

Otros tratados dejan el tema a discreción de la legislación del Estado requerido. Así por

ejemplo, el artículo 7 de la Convención Interamericana sobre Extradición estableció: “(1):

La nacionalidad del reclamado no podrá ser invocada como causa para denegar la

extradición, salvo que la legislación del Estado requerido establezca lo contrario.”38

Un tercer grupo de tratados tienen prevista la extradición como una opción facultativa,

dejando a la discrecionalidad del Estado requerido si entrega a su nacional o no. En 1964,

Jiménez de Arsúa escribió: “En algunos Tratados de extradición se empieza a esclarecer

con cláusula taxativa o como fórmula facultativa la entrega de los ciudadanos propios.

(…)Tras la segunda guerra universal de este siglo y al ser ocupada Alemania, el (…)
38
Convención Interamericana sobre Extradición, 1981.

21
Código del Reich que prohibía la entrega de los nacionales (…) fue abolido (Ello) tan sólo

significa una episódica disposición para hacer posible el enjuiciamiento de los alemanes,

autores de crímenes de guerra, dondequiera que sea, e incluso si se encontraban en su

patria. ”39

Frente a este último supuesto, señala también Monroy Cabra: “En general se concluirá que,

actualmente, el principio aplicable en el derecho positivo internacional sería el régimen

optativo para el Estado requerido de entregar a sus nacionales, pero condicionándolo a la

obligación alternativa de aplicar el principio aut dedere, aut judicare y a que no haya

impedimento por parte de la legislación interna de dicho Estado” 40

El presente tema ha sido realmente complejo en Colombia y es objeto de grandes

controversias, así como de radicales e inexplicables cambios en la legislación interna. Tal

situación se expondrá con posterioridad, en el desarrollo del presente estudio.

1.5 Fundamento de la extradición:

Reuniendo el concepto generalizado de la doctrina y parte de la jurisprudencia, es preciso

advertir que, en principio, el fundamento de la extradición es la reciprocidad entre

Estados41. Lo anterior cobra sentido si se tiene en cuenta que el objetivo de la misma es

39
JIMÉNEZ DE Asúa, Luis. Tratado de Derecho Penal. Buenos Aires: Losada S.A., 1964. p. 969.
40
MONROY Cabra, Marco Gerardo. Régimen jurídico de la extradición. Bogotá: Temis, 1987. p. 37
41
“El fundamento de la figura de la extradición ha sido la cooperación internacional con el fin de impedir que
una persona que ha cometido un delito en el exterior burle la acción de la justicia, refugiándose en un país

22
lograr la correcta y eficiente administración de justicia, para que el territorio físico no sea

un límite para la acción penal, y no se convierta en un refugio para la impunidad. Es de esta

manera como se procura evitar que delincuentes se encubran en Estados que no han sido

afectados por el delito cometido, y donde la jurisdicción de los verdaderos afligidos no

llega.

Así, parafraseando a Mejía Azuero, el fundamento de la extradición ha sido históricamente

el de la cooperación de los Estados, lo cual no se puede confundir con la situación y

conveniencia política de éstos, sobre todo si se tiene en cuenta que, en ocasiones, por

razones de conveniencia nacional, se evaden los principios y las garantías de derecho42.

Por cooperación debe entenderse que los Estados, contrario a actuar movidos por sus

intereses individuales, deben obrar de la forma más adecuada para la sociedad. Así, la

extradición puede ser considerada como una herramienta que los Estados tienen para operar

internacionalmente y obtener un beneficio común, de manera que el Estado que no coopere

persiguiendo la impunidad, se considera un cómplice del delito, al prestar mayor

colaboración a los enemigos de la sociedad que a la comunidad de Estados que lo rodean.

En resumen, “(…) la esencia de la extradición consiste en el auxilio que las diversas

naciones se prestan recíprocamente para que la acción y eficacia de la ley penal de los

diversos Estados no resulte inútil al refugiarse un criminal en territorio que no es el del

distinto de aquel en el que se cometió el delito. En efecto, una de las causas que ha dado origen al nacimiento
de esta figura de cooperación internacional, ha sido el interés de los Estados en lograr que los delitos
cometidos en su territorio ya sea total o parcialmente, no queden en la impunidad”. Corte Constitucional.
Sentencia C-1106 de 2000. MP Alfredo Beltrán Sierra
42
MEJÍA. Op. cit. p. 67

23
Estado llamado a castigarlo, llenándose de esta manera las lagunas resultantes de la

limitación del dominio de la ley penal en el espacio.”43

43
ZÁRATE, Luis Carlos. La extradición en Colombia. Bogotá: Wilches, 1985.

24
2 HISTORIA DE LA EXTRADICIÓN EN COLOMBIA

La historia de la extradición en Colombia está estrechamente vinculada con los tres

siguientes aspectos: Por un lado, con la situación política del país y el manejo que los

diferentes Gobiernos le han dado al tema. Por otro lado, con la violencia y la guerra entre

guerrillas, paramilitares, narcotraficantes, políticos y el Gobierno, lo cual ha marcado la

historia de Colombia, y ha repercutido en la materia. Por último, tal historia se vincula al

desarrollo legal interno, que en Colombia ha cambiado de sentido en numerosas ocasiones.

A continuación se realizará un recuento histórico desde los aspectos ya mencionados,

partiendo de los sucesos que han hecho historia, y demostrando cómo estos, entrelazándose,

han afectado el tema de la extradición en Colombia de forma trascendental.

2.1 Los inicios de la extradición en Colombia

Para comenzar a describir la historia de la extradición en Colombia, se hace necesario

remontarse a los últimos años del siglo XIX, época en la cual el pensamiento político

dominante consideraba que si se deseaba evitar la comisión de delitos, en favor del

compromiso internacional de combatir el crimen y evitar la impunidad, el tema debía ser

regulado.

25
Así, en 1888 el país suscribió el primer tratado de extradición con Estados Unidos, con la

expedición de la ley 66. Fue esta la primera vez que se trató el tema de la extradición en

Colombia, presentándose el tema de tráfico de sustancias como causal de extradición44.

No obstante lo anterior, en el mencionado tratado no se hizo referencia particular al delito

de narcotráfico. La razón de lo anterior no se encuentra aislada de las circunstancias

coyunturales que se presentaban a nivel mundial: en los tiempos que corrían el tema no era

un factor preocupante. En lo tocante con el marco jurídico, el tratado no prohibía la

extradición de nacionales, dejando su posible ejecución a discrecionalidad de las partes45.

2.2 Los primeros desarrollos legislativos de la extradición

Con posterioridad al período señalado anteriormente, comenzaron a desarrollarse debates

sobre la extradición46. La discusión giraba (y se mantuvo, variablemente) en torno a la

posibilidad de extraditar o no nacionales colombianos. No sucedió lo mismo frente a la

extradición de los extranjeros y la no extradición por delitos políticos, temas frente a los

cuales la doctrina se ha pronunciado unánimemente47.

44
Ver: CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA EL TRAFICO ILICITO DE
ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS 20 DICIEMBRE 1988. Arts. 10 y s.s.
45
Cfr. Ibíd. Art. 6.
46
El desarrollo histórico que se realiza en el presente trabajo no menciona la totalidad de tratados celebrados
por Colombia en materia de extradición, sino los que se consideran necesarios para encaminar el tema sin que
se produzca así un desvío en el objeto de estudio.
47
Cfr.: Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Feb. 10 1999. M.P. Carlos Augusto Gálvez
Argote. Expediente No.: 14200.

26
El 26 de diciembre de 1933, hacia finales del gobierno de Enrique Olaya Herrera, el país

suscribió la Convención Interamericana sobre Extradición, conocida también como Tratado

Multilateral de Montevideo. Este tratado se aprobó bajo el primer mandato de Alfonso

López Pumarejo,48 con la ley 74 de 1935. En este mismo gobierno se expidió también, el 5

de febrero de 1936, la Ley 2449, la cual reguló la materia de manera detallada, permitiendo

extraditar nacionales y dejando a discrecionalidad del Gobierno su entrega o no.

Sin embargo con posterioridad, en el año en comento (1936) se promulgó un nuevo Código

Penal (Ley 95 de 1936)50 en el cual, por primera vez en la historia de Colombia, se prohibió

expresamente la extradición de nacionales, dejándose así sin vigencia lo ordenado por la

mencionada ley 24. El cambio se produjo sólo meses antes de la entrada en vigencia del

tratado de Montevideo, el 22 de julio de 1936, en el cual se pactó “(…) que la extradición

48
El gobierno de López Pumarejo tuvo un marco reformatorio, impulsado por lo que se denominó la
“Revolución en Marcha”, la cual incluyó una reforma constitucional bastante controversial para la época. La
descripción de Bushnell al respecto es útil para dimensionar los cambios que se generaron: “(…) López
remató su programa con una serie de reformas constitucionales adoptadas en 1936 y que involucraron tres
puntos principales. Primero que todo, aumentaron explícitamente los poderes del Estado en asuntos
económicos, dejando entrever (…) la doctrina de que los derechos de propiedad deben ser limitados por los
derechos y obligaciones sociales (…) En segundo lugar, la reforma constitucional de 1936 eliminó el artículo
según el cual debía conducirse de acuerdo a la religión católica (…) Finalmente, la reforma constitucional
suprimió el requisito del alfabetismo para votar.” (BUSHNELL, David. Colombia. Una nación a pesar de sí
misma. 12ª ed. Bogotá: 2010, Planeta. p.p. 271-272.)
49
Ley 24 de 1936:
“Artículo 1º. Es permitida la extradición de los sentenciados, procesados o sindicados como responsables de
cualquier acto que constituya delito común según la ley colombiana.
Artículo 3º. Es potestativo del Gobierno entregar o no a los naciones. Cuando el Gobierno decidiere la no
entrega, el individuo requerido deberá ser juzgado con arreglo a las leyes de la República por el hecho que se
le impute, si éste reúne las condiciones señaladas en el ordinal a) del artículo anterior.”
50
Código Penal, Ley 95 de 1936. Artículo 9º: “La extradición se concederá u ofrecerá de acuerdo con los
tratados públicos”, y agregó:”A falta de tratados públicos, el Gobierno ofrecerá o concederá la extradición
conforme a los trámites establecidos en el Código de Procedimiento Penal, y previo dictamen favorable de la
Corte Suprema de Justicia en el segundo caso (…) NO SE CONCEDERA LA EXTRADICIÓN DE
COLOMBIANOS NI LA DE LOS DELINCUENTES POLÍTICOS -SOCIALES”

27
del nacional “(…) (podría) o no ser acordada según lo que (determinaran) la legislación o

las circunstancias del caso a juicio del Estado requerido””51.

Al Gobierno de López Pumarejo le siguió el de Eduardo Santos52, y en éste se expidió un

nuevo Código de Procedimiento Penal (ley 94 de 193853, la cual derogó lo escrito en la

antedicha Ley 24), en el cual se implementó un procedimiento mixto para extraditar,

exigiéndose desde entonces un pronunciamiento favorable de la Corte Suprema de Justicia,

previamente a que el presidente de la República decidiera la extradición54. La ley, sin

embargo, no especificó si tal pronunciamiento debería obedecer a razones formales,

materiales o a éstas dos juntas.

Santos además, en ejercicio de facultades extraordinarias, expidió el Decreto 2200 de

193855, por medio del cual reglamentó íntegramente el tema de la extradición con base en la

derogada Ley 24, la cual no discriminaba entre extradición de nacionales o extranjeros.

51
GAITÁN Mahecha, Bernardo. La extradición tal como está institucionalizada en Colombia vista a través de
su historia. Escrito con ocasión del libro en honor al profesor Rafael H. Gamboa, sin publicar aún.
52
El gobierno de Santos fue denominado por muchos “La pausa de Santos”, pues se caracterizó porque, luego
de la política progresista del anterior, se suspendieran los impulsos de “revolución social” que lo habían
antecedido. Sin embargo, Santos trabajó en estrechar los lazos con el gobierno de Estados Unidos. Al
respecto, Bushnell señala que, durante el tiempo que gobernó, Santos “(…) las relaciones con Estados Unidos
volvieron a ser estrechas. Santos trajo las primeras misiones militares estadounidenses a Colombia, y reanudó
el servicio pleno de la deuda externa, con lo que permitió que el país recibiera nuevos créditos del gobierno
del Norte, a través del Export-Import Bank.” (Ver: BUSHNELL. Op. cit. p. 277).
53
La regulación frente al tema se hallaba desde el artículo 708 hasta el artículo 715 de la ley 94 de 1938.
54
Ley 94 de 1938. Artículo 710: “La oferta o concesión de la extradición es facultativa del Gobierno; pero
requiere concepto previo y favorable de la Corte Suprema de Justicia”.
55
Código que influyó en la elaboración del actual (ley 906 de 2004).

28
En este punto, cabe agregar que la coyuntura social del país presentaba un panorama

desalentador pues, por un lado, las guerrillas campesinas surgían con fuerza,

protagonizando episodios de violencia sobre todo desde la década de los años sesenta. Así

mismo, los conflictos surgidos por razón del narcotráfico marimbero comenzaban a asediar

y, sobre los años setenta, reaccionando frente a los episodios violentos, comenzó a surgir un

nuevo actor que acentuaría la violencia en Colombia, (el cual se denominaría a sí mismo

Autodefensas Unidas de Colombia56), y se conocería en el lenguaje común con el nombre

de “paramilitares”57. El surgimiento de las autodefensas, con posterioridad se convertiría en

una nueva razón para extraditar.

2.3 La droga, un nuevo factor de Violencia

En 1974 ascendió a la presidencia de la República Alfonso López Michelsen, hijo del ex –

presidente Alfonso López Pumarejo. Para la época, el tráfico de marihuana con destino a

los Estados Unidos se incrementaba de una manera acelerada, siendo evidente el

surgimiento del negocio del narcotráfico, y su infiltración en aspectos socio-económicos del

país.

56
En adelante también se denominarán AUC o paramilitares.
57
Al respecto señala Piedrahíta: “En 1964 mediante Decreto 3398 de Diciembre 24 de ese año y ante el
avance de los grupos guerrilleros, el Gobierno Nacional reglamentó lo relacionado con la Defensa Civil, y
dentro de ese contexto se consideró autorizada la creación de los grupos de autodefensa.” PIEDRAHITA
Cardona, Duvardo. Colombia entre guerra sucia y extradición. Bogotá: Ciencia y Derecho, Colección Alfredo
Vázquez Carrizosa. 1990. p. 78

29
Bajo el mandato de López Michelsen, se creó en el Banco de la República lo que se

conoció58 como la ventanilla siniestra59, fenómeno que Reyes Posada describe así:

“El presidente López abrió la puerta de entrada de los capitales del narcotráfico al crear, en
medio de un rígido control a la entrada de divisas establecido por el Estatuto Cambiario de
1968, la que se conoció como la “ventanilla siniestra” del Banco de la República, para
comprar dólares sin preguntar por el origen de los fondos. Al ser interrogado por el ingreso
de lo que se llamó “los dineros calientes” a su campaña de reelección de 1982, López
respondió con cinismo que él no usaba termómetro para tomarle la temperatura al dinero de
los aportes electorales. Esta mentalidad deshonesta facilitó el ascenso de las clases
emergentes y su asociación con amplios sectores de las clases pudientes.”60

De esta manera, la “bonanza marimbera” se confundió con la “bonanza cafetera” y, con el

desconocimiento del origen de los dineros que ingresaban al país, el narcotráfico se

infiltraba exitosamente61.

Fue entonces consecuencia de los factores anteriores el que en Colombia se generaran

grandes carteles de la mafia, los cuales actuaban movidos por controlar el negocio del

narcotráfico, cuyo incremento se hacía más visible aún62.

58
Fue el cafetero Leonidas Londoño quien acuñó el término. Así quedó plasmado en un artículo que sobre él
se escribió en la época: “Pero seguramente muchos de aquellos que "lavaban" dólares de oscura procedencia y
que congestionaban las colas de la "ventanilla siniestra", término acuñado por él, le dieron silenciosamente su
confianza, y los "baretos" probablemente lo hicieron su ídolo. Negociador por excelencia, ha pasado la mayor
parte de su vida pactando las cuotas colombianas de café en las reuniones internacionales, y comprando y
vendiendo fincas, algunas de ellas sin conocerlas. Bastaba que alguien hiciera una descripción de la tierra que
tenía que vender y él a su vez, haciendo gala de sus dotes de buen conversador, adobaba la descripción y
encarretaba al cliente.” (Mejor junto al café. En: Revista Semana. ed. de septiembre 20 a septiembre 27 de
1982.)
59
“Un mecanismo que permitía al Banco cambiar dólares por pesos sin tener en cuenta el origen de este
dinero. Con esta práctica el Estado institucionalizó el lavado de dólares producto de las exportaciones de
marihuana, pero también del contrabando e incluso de la cocaína. ¿Cuando se cerró la Ventanilla siniestra?
Así mismo, una parte de la elite colombiana (instituciones financieras, terratenientes, y constructores) vio con
buenos ojos este emergente negocio y ayudó a lavar sus fortunas por medio de la inversión en negocios
lícitos”. (. PUENTES, Ángela María (2008). “El narcotráfico. La historia - El comienzo”. Verdad Abierta.
http://www.verdadabierta.com/la-historia/139-el-narcotrafico. [02/10/11]
60
. REYES Posada, Alejandro. El despojo de la tierra en Colombia. En: Revista Semana, ed. de abril 9 de
2009.
61
Cfr. PALACIOS, Marco. Entre la legitimidad y la violencia. Colombia 1875-1994. Bogotá: Norma, 2008.
p.p. 276-277.

30
2.4 Un polémico tratado de extradición

Paralelamente al crecimiento del negocio del narcotráfico, el 14 de septiembre de 1979 se

celebró un tratado de extradición con Estados Unidos que, movido por el progresivo

incremento del consumo de cocaína en su país, se afanó en presionar a Colombia para que

le permitiera juzgar a los narcotraficantes colombianos que la llevaban. Así, “A comienzos

de los años 80 el gobierno de Estados Unidos, el principal país consumidor de cocaína,

aumentó la presión sobre el gobierno colombiano para aplicar el tratado de extradición de

1979.”63

Fue el entonces embajador de Colombia en Estados Unidos, Virgilio Barco, quien suscribió

el mencionado tratado, el cual fue aprobado en el país mediante la Ley 27 de 1980. Sin

embargo, el acuerdo “(…) empezó a regir el 4 de marzo de 1982, día del canje de los

instrumentos de ratificación.”64

El tratado y la ley que lo aprobó fueron conflictivos65, fundamentalmente desde dos

perspectivas: en lo tocante a las cuestiones formales, el procedimiento que se siguió para

aprobarlo no obedeció a parámetros legales, pues la mencionada ley 27 fue sancionada por

el entonces ministro delegatario de Gobierno Germán Zea Hernández, y no por el

presidente Julio Cesar Turbay Ayala (1978 – 1982), quien se encontraba en un viaje en el

exterior. Por otro lado, el tratado contaba con serias inconsistencias jurídicas.
62
Ibíd.
63
Ibíd. P. 278.
64
CSJ. Sala de Casación Penal. Junio 3 de 1987. Exp. No. 1851. M.P. Gustavo Gómez Velásquez.
65
Además, cabe aclarar que el tratado en mención es un tratado sui generis, en relación con los tratados
celebrados por el resto de los países latinoamericanos tanto con Colombia como con Estados Unidos sobre la
materia. Ha sido tradición el que Latinoamérica no entregue a sus nacionales, y si se llega a permitir tal
extradición, ésta es facultativa para el Estado requirente.

31
Por las dos razones anteriores, la ley 27 fue demandada por inconstitucional ante la Corte

Suprema de Justicia. En relación con los vicios materiales que ésta contenía, el ciudadano

Fabio Mejía Ochoa solicitó a la Corte que declarara inexequible la señalada ley. Sin

embargo, el ente judicial se abstuvo de decidir frente a la materia, argumentando que los

tratados públicos no podían ser objeto de revisión constitucional66. La revisión por motivos

de forma se produjo unos años después, razón por la cual este punto se desarrollará con

posterioridad.

En lo que tuvo que ver con extradición de nacionales, fue el artículo 867 del tratado el que

desarrolló el tema señalando que, sin importar si el delito motivo de extradición se había

cometido parcialmente en ambos Estados, ésta se generaría si los actos de consumación del

delito se producían en el Estado requirente68.

No sólo los ciudadanos reaccionaron frente al tratado. La doctrina lo hizo también en su

momento. El autor José Joaquín Caicedo, por ejemplo, cuestionó su contenido, expresando

que para los Estados Unidos, Colombia era sinónimo de narcotráfico y, por estar el tratado

66
Cfr. CSJ. Sala de Revisión Constitucional. Septiembre 1 de 1983. Expediente No. 1075. M.P. Luis Carlos
Sáchica.
67
Artículo 8:
“1. Ninguna de las Partes Contratantes estará obligada a entregar a sus propios nacionales, pero el Poder
Ejecutivo del Estado requerido podrá entregarlos si lo considera conveniente. Sin embargo, se concederá la
extradición de nacionales, de conformidad con las disposiciones del presente Tratado, en los siguientes casos:
a) Cuando el delito comprenda actos que se hayan realizado en el territorio de ambos Estados con la intención
de que sea consumado en el Estado requirente; o b) Cuando la persona cuya extradición se solicita haya sido
condenada en el Estado requirente por el delito por el cual se solicita la extradición.
2. Si la extradición no se concede de conformidad con el párrafo 1 de este Artículo, el Estado requerido
someterá al caso a sus autoridades judiciales competentes con el objeto de iniciar la investigación o para
adelantar el respectivo proceso, siempre que el Estado requerido tenga jurisdicción sobre el delito”.
68
En el año 1983, la Corte Suprema de Justicia se pronunció en sentencia de mayo 30 de 1983 negando la
extradición de tres requeridos en extradición, de los cuales dos eran nacionales. Cfr.: CSJ, Sala de Casación
Penal. Sentencia de mayo 30 de 1983. M.P. Gustavo Gómez Velásquez.

32
fundado en los intereses de dicho país, era incompatible con la dignidad del pueblo

colombiano.69

Poco después de celebrado el instrumento internacional, el Gobierno, en ejercicio de

facultades extraordinarias, expidió un nuevo Código Penal (el Decreto 100 de 1980), el cual

daba cabida a la extradición de nacionales, estableciendo que el tema se sujetaría a lo

previsto en los tratados públicos70. Lo anterior coincidió con lo dispuesto en el tratado

celebrado con los Estados Unidos, siendo una evidencia más de que las leyes, en materia de

extradición, obedecían a presiones externas.

Obsérvese cómo el punto anterior coincide la celebración del tratado con los Estados

Unidos el cual, como se mencionó, permitía la extradición de nacionales. Al parecer, las

normas jurídicas que regulaban la extradición, se fundamentaban en los intereses del

gobierno estadounidense.71

69
CAICEDO Perdomo, José Joaquín. Régimen Jurídico de la Extradición. Bogotá: Rosaristas, 1986. p. 53.
70
Código Penal. Decreto 100 de 1980. Art. 17: “La extradición se solicitará, concederá u ofrecerá de acuerdo
con los tratados públicos. A falta de éstos el Gobierno solicitará, ofrecerá o concederá la extradición conforme
a lo establecido en el Código de Procedimiento Penal.
La extradición de colombiano se sujetará a lo previsto en tratados públicos.
En ningún caso Colombia ofrecerá la extradición de nacionales, ni concederá la de los sindicados o
condenados por delitos políticos”.
71
“Aparentemente hemos revisado nuestro Código Penal, única y exclusivamente, para darle piso jurídico al
artículo 8 del tratado con los Estados Unidos de América”. CAICEDO Perdomo, José Joaquín. Régimen
Jurídico de la Extradición. Bogotá: Rosaristas. 1986. p. 57.

33
2.5 Narcotráfico, extradición y el polémico gobierno de Betancur

La celebración del tratado fue un nuevo ingrediente a la violencia que se vivía en el país.

Los narcotraficantes, temerosos por las rígidas penas a las que podrían ser sometidos en los

Estados Unidos si los extraditaban, se concentraron en amenazar a las autoridades,

ejecutando actuaciones intimidatorias (poniendo, por ejemplo, bombas en ciudades

importantes) buscando evitar que el peso de la “justicia” estadounidense recayera sobre

ellos72.

Lo anterior lo fundamentaban en el lema nacionalista “Preferimos una tumba en Colombia

que una Cárcel en Estados Unidos”. La cabeza del movimiento fue el poderoso

narcotraficante Pablo Escobar73, quien a su vez era el jefe del llamado “Cartel de

Medellín”. Su poderío, por supuesto, se refugiaba en el mismo móvil del narcotráfico: el

dinero.

Con prontitud la situación se trastornó en lo que fue un conflicto entre el Estado y la mafia

colombianos, el cual cobró la vida de políticos, jueces, militares y civiles. Calderón

Villegas lo describe de la siguiente manera: “La mafia estaba en todas partes: en la política,

72
Cfr. MARCO Op. cit. p. 278.
73
“Entre las consecuencias sociales, la más obvia fue el surgimiento de un contingente de narcotraficantes
nuevos-ricos, a cuyas principales figuras se les denominó vagamente “cartel de Medellín”. A pesar de que no
todos provenían de la capital antioqueña. El más poderoso de todos ellos, Pablo Escobar, fue señalado por
Forbes, como el hombre más rico de América latina y como un multimillonario de rango mundial.”
BUSHNELL. Op. cit. p. 370.

34
en los deportes, en los medios de comunicación. Los colombianos asistían impotentes a un

vuelco económico y moral del país y de sus instituciones”74.

Sin embargo, los narcotraficantes se vieron ante una nueva situación: diferentes guerrillas

(en especial el M – 19) comenzaron a secuestrar allegados de los narcotraficantes. Bushnell

presenta los sucesos así:

“El primer escuadrón de la muerte que obtuvo notoriedad fue Muerte a Secuestradores
(MAS), grupo que nació en Medellín luego de que algunos terroristas del M-19 secuestraran
a la hija de una familia importante del cartel de esa ciudad e intentaran retenerla para
obtener un rescate75. El secuestro, crimen muy común en Colombia, era practicado por
bandas profesionales y grupos de izquierda que pretendían manifestarse políticamente o
llenar sus arcas. Las familias de las víctimas normalmente aceptaban pagar los rescates. No
obstante, las de narcotraficantes preferían no hacerlo, y por la amenaza de tomar represalias
extremas ganaron virtual inmunidad."76

El hacer justicia por sus propios medios, implicaba tener dinero. Sin embargo, “Por plata no

había problema. En el comunicado de ese histórico miércoles 2 de diciembre de 1981 se

anunciaba el aporte de "223 jefes mafiosos", quienes decidieron asignar cada uno dos

millones de pesos y 10 de sus mejores hombres para el objetivo. Es decir, nacía un ejército

privado de 2.230 hombres”77.

74
CALDERÓN Villegas, Ricardo. (s.f.) “Rodrigo Lara Bonilla es Asesinado” Colombiamania.
http://www.colombiamania.com/turismo/?q=node/2182. [03/02/11]
75
Posiblemente se refiere a Martha Nieves Ochoa, hija del ganadero Fabio Ochoa. Neira narra el episodio de
la siguiente manera: “En Medellín, tres semanas atrás, Martha Nieves Ochoa, había sido secuestrada (…) Los
miembros de la familia Ochoa se reunieron en su casa en La Loma, cerca de Envigado. Allí, entre azulejos y
orquídeas, tomaron una fría pero trascendental decisión: el rescate no sería pagado. En cambio, pondrían un
fondo de 25 millones de pesos para quien diera informes que permitieran la liberación de la joven. El MAS
comenzaba su gestación.” (NEIRA, Armando. Diciembre 2 de 1981: El comienzo del horror. En: Revista
Semana. Mayo 30 de 2004. ed. 1152)
76
BUSHNELL. Op. cit. p.p. 372 – 373.
77
NEIRA, Armando. El comienzo del horror. Op. cit.

35
De ahí que, para la época, el dilema del narcotráfico no se redujera únicamente a hacer

frente al desmantelamiento de los carteles de la droga, pues los poderosos narcotraficantes

se proponían un nuevo cometido, el cual no era otro que eliminar a quien representara para

ellos una amenaza en su contra.

En relación con la coyuntura política del momento, en 1982 asumió la presidencia el señor

Belisario Betancur Cuartas78, acogiendo como política de gobierno la no extradición de

nacionales.

El período de Betancur estuvo marcado, entre muchos otros episodios, por la muerte de su

ministro de justicia, Rodrigo Lara Bonilla79, quien abogaba por el desmantelamiento de la

mafia y la lucha contra el narcotráfico, apoyando la no extradición de colombianos80.

Betancur entonces, como respuesta al acontecimiento, viró su política de gobierno, y

advirtió que en adelante, comenzaría a extraditar. La reacción del entonces presidente,

estuvo amparada jurídicamente por la declaración del estado de sitio, a través del decreto

1038 de 1984, el cual se expidió al día siguiente de la muerte de Lara Bonilla, y tuvo

vigencia hasta el día 4 de julio de 1991.

78
Su presidencia abarcó el período ubicado entre los años 1982 y 1986.
79
El día 30 de abril de 1984
80
“En 1984 se abrió una nueva fase. Rodrigo Lara Bonilla, uno de los dirigentes del Nuevo Liberalismo, y a
la sazón ministro de Justicia, decidió presionar la extradición. Encontró que algunos clubes del fútbol
profesional y el espectáculo taurino servían para lavar dinero. Con el apoyo de la DEA, la policía destruyó en
la selva del Caquetá el mayor laboratorio de cocaína hasta entonces encontrado, perteneciente a Pablo
Escobar. A los pocos días el ministro cayó asesinado en Bogotá a manos de sicarios.” (PALACIOS. Op. cit. p.
278).

36
El mencionado decreto fue el instrumento a través del cual se legitimó la inmersión del

gobierno en la elaboración de las leyes, lo cual, por supuesto, repercutiría en materia de

extradición. Según lo expuesto en el mismo decreto, el gobierno, para expedirlo, consideró:

“Que por la acción persistente de grupos antisociales relacionados con el narcotráfico,

viene perturbándose gravemente el normal funcionamiento de las instituciones en desafío

criminal a la sociedad colombiana, con sus secuelas en la seguridad ciudadana, la

tranquilidad y la salubridad públicas y en la economía nacional (…) Que al anochecer del

día de ayer fue asesinado el señor Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla.” 81

Desde la función de la Corte Suprema de Justicia cabe precisar que, en el año 1984, ésta

había conceptuado a favor de la solicitud de extradición de dos ciudadanos: los señores

Hernán Botero Moreno82 y Carlos Lehder Rivas83. El primero de estos era el presidente de

un equipo de fútbol84, con gran poderío en el medio, que se encontraba inmerso en el

escándalo del narcotráfico, el cual también se había inmiscuido en el deporte colombiano.

Lehder, por su parte, era uno de los “capos” más poderosos de la época85.

Con posterioridad, Betancur procedió a cumplir su advertencia86, ordenando la extradición

de varios narcotraficantes, entre las que se encontraban las de Lehder (quien fue el primer

81
Decreto 1038 de mayo 1 de 1984. Presidente de la República: Belisario Betancur Cuartas.
82
Cfr. CSJ. Sala de Casación Penal. Sentencia de octubre 2 de 1984. M.P. Édgar Saavedra Rojas.
83
Cfr. CSJ. Sala de Casación Penal. Sentencia de noviembre 29 de 1983. M.P. Alfonso Reyes Echandía.
84
Cfr. Tarjeta roja a Botero. En: Revista Semana, julio 2 de 1984. ed. 109.
85
Cfr. BUSHNELL. Op. cit. p. 371.
86
“(…) el gobierno aplicó la extradición, y uno de los primeros extraditados fue un respetable hombre de
negocios de Medellín, presidente de uno de los clubes locales de fútbol. Para ese entonces era vox populi que
el fútbol profesional estaba penetrado por los grandes narcotraficantes.” (PALACIOS. Op. cit. p. 278.)

37
ciudadano extraditable, y que fue enviado a Estados Unidos sólo hasta 1987, año en el que

fue capturado87) y Botero, el cual fue el primer colombiano entregado en extradición.

El 6 de Noviembre de 1985 el gobierno de Betancur se enfrentó a una nueva dificultad, esta

vez por cuenta del movimiento guerrillero M – 19, el cual se tomó el Palacio de Justicia por

un lapso de 27 horas. Fue así como “Entre las llamas, los gases y la metralla encontraron la

muerte más de un centenar de colombianos, entre ellos 11 magistrados de la Corte

Suprema. De los miembros del comando guerrillero sólo uno salvó la vida. Unas once

personas capturadas por el gobierno engrosaron la lista de desaparecidos.”88

Existen recursos89 que permiten pensar que tal toma estuvo financiada por el narcotráfico,

el cual veía en la Corte Suprema de Justicia una amenaza, pues los narcotraficantes sabían

que ésta, por un lado, debía conceptuar acerca de las solicitudes de extradición que sobre

estos recaían, y por otro, estudiaba una demanda de inconstitucionalidad por razones de

fondo de la ley aprobatoria del tratado de extradición con Estados Unidos.

87
“Ante el alevoso asesinato del Doctor Lara Bonilla, la respuesta fue la expedición de la Resolución
Ejecutiva # 79 de 1984 mediante la cual el Señor Presidente de la República concedía la extradición de Carlos
Lehder Rivas, primer colombiano extraditable.” (CAICEDO. Op. cit. p. 54.)
88
PALACIOS. Op. cit. p. 280.
89
Quizás el de mayor peso jurídico es el informe final presentado por la Comisión de la Verdad sobre los
hechos del Palacio de Justicia, en el cual se expone la participación del narcotráfico en la Toma del Palacio de
Justicia, movida por los deseos de los narcotraficantes de no ser extraditados. Ver: GÓMEZ Gallego, Jorge
Aníbal; HERRERA Vergara, José Roberto y PINILLA Pinilla, Nilson. Informe Final. Comisión de la verdad
sobre los hechos del Palacio de Justicia. p.p. 202 y s.s.

38
Carlos Castaño, máximo jefe de las Autodefensas, por ejemplo, confesó que Pablo Escobar

pronunció a su hermano, Fidel Castaño, jefe máximo también de las Autodefensas, las

siguientes palabras:

““Plantearemos aquí una cosa seria, hombre Fidelio. Como quiera que sea, la
extradición está en camino y nos están jodiendo. Vamos a hacer una vuelta y aquí
todos tenemos que colaborar. Nos encontramos en la obligación de hacer algo para
salvarnos. Existen unos procesos jurídicos muy fuertes contra nosotros en el Palacio
de Justicia. Es necesario borrarlos y no dejar huella ante la ley. Tendrán que
comenzar de cero y al obtener nosotros poder, nadie se atreverá a denunciarnos””.
Fidel contestó: “Listo, yo pongo los fusilitos para lo que necesite”. Y Escobar
replicó: “Yo pongo la plata.””90.

El presente punto ejemplifica con claridad cómo el giro jurídico y político de la extradición

en Colombia ha obedecido a cuestiones coyunturales, en este caso, al narcotráfico. Así,

como consecuencia del asesinato de su ministro de justicia (situación coyuntural), Betancur

decidió extraditar, buscando enviar un mensaje a los narcotraficantes. Frente a ello, estos

respondieron financiando la toma del Palacio de Justicia, patrocinando la quema de los

expedientes en que se sustentarían sus posibles extradiciones.

90
ARANGUREN Molina, Mauricio. Mi confesión. Carlos Castaño revela sus secretos. Bogotá: Oveja Negra,
2001. p. 41.

39
2.6 Los pronunciamientos de la Corte luego de los acontecimientos

En líneas precedentes se hizo alusión a las inconsistencias de fondo que contenía la ley 27

de 198091 y se mencionaron (a grandes rasgos) los vicios de forma que ésta contenía. En el

presente acápite se hará alusión a los pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia que

dejaron sin vigencia la ley aprobatoria del tratado, y la respuesta del gobierno a tales

pronunciamientos.

Fue seis años después de expedida la citada ley, esto es, el 12 de diciembre de 1986, que la

Corte Suprema de Justicia la declaró inexequible, respondiendo a la demanda de

inconstitucionalidad de la misma, presentada por el ciudadano Javier Hernando Hernández.

El argumento del demandante se fundaba en advertir (como se señaló previamente) que

ésta, cuando fue expedida, no había sido sancionada por el presidente de la República.

Contrario a ello, quien sancionó tal ley había sido el entonces ministro delegatario, función

presidencial indelegable, por hacer parte de la dirección de las relaciones internacionales,

cuya competencia se reservaba exclusivamente al presidente de la República, en calidad de

jefe de Estado.

La Corte concluyó el análisis con los siguientes argumentos:

1. “(…) el Presidente titular al viajar a la República Dominicana en su calidad de tal,

no podía despojarse de una atribución que, como la contemplada en el numeral 20

91
Por medio de la cual, se recuerda, se aprobó el tratado de extradición celebrado con los Estados Unidos.

40
del artículo 120 de la C. N., le era necesaria para cumplir la misión de representar

como Jefe del Estado colombiano al País, en esa visita oficial”.92.

2. “(…) es forzoso concluir que la sanción que el Ministro Delegatario doctor Germán

Zea Hernández le impartió a la Ley 27 de 1980, objeto de la presente impugnación,

no se cumplió "con arreglo a la Constitución” como lo exige el artículo 118 numeral

7º de la Carta Fundamental y por consiguiente, es necesario que el proyecto pase al

Presidente para que se cumplan los trámites que aún faltan para que sea la ley de la

República”.93

Obsérvese cómo, a pesar de que la decisión de la Corte fue declarar inexequible la

mencionada ley, el órgano judicial, al no especificar qué debía entenderse por “los trámites

que aún faltan para que sea ley de la República”, abrió la posibilidad a que con una nueva

numeración, y la sanción del presidente de turno, la ley recobrara su vigencia, “(…)

quedando lo demás – el trámite surtido en las comisiones y plenarias del Congreso –

intacto.”94

Fue así como, con fundamento en lo expresado en el párrafo anterior, pasadas cuarenta y

ocho horas desde el pronunciamiento de la Corte95, el entonces presidente de la República

Virgilio Barco96 sancionó la Ley 68 de 1986, la cual contenía las mismas disposiciones que

la antigua ley 27, dejando vía libre a la aplicación del tratado. Con posterioridad, el mismo

92
Corte Suprema de Justicia. Sala Plena. Sentencia 12 de Diciembre de 1986. MP Jairo E. Duque Pérez.
93
Ibíd.
94
PEREZ ORTIZ, Herminio. Exequibilidad de la Ley 68 de 1986 Aprobatoria del Tratado de Extradición. En:
Revista Areópago. 1987. No. 1. p. 11 – 13.
95
Esto es, el 14 de Diciembre de 1986.
96
Cuyo gobierno se dio entre los años 1986 y 1990.

41
gobierno de Barco expidió, bajo el estado de sitio que lo cobijaba, un nuevo Código de

Procedimiento Penal97 el cual, en el artículo 658 advertía (por vez primera), que el concepto

proferido por la Corte Suprema de Justicia, previo a la decisión presidencial de extraditar,

habría de ser formal.98

La participación de la Corte Suprema de Justicia no se agotó en su pronunciamiento del

último mes del año 1986. Por el contrario, el año siguiente (1987) estuvo marcado por lo

que fue una contienda entre la Corte, el Consejo de Estado y el gobierno de Barco, lo cual

se explicará a continuación.

El 17 de febrero de 1987, la Corte Suprema de Justicia conceptuó frente a la solicitud de

extradición del ciudadano Víctor Eduardo Mera Mosquera, la cual se había realizado el 25

de agosto de 1986, esto es, con anterioridad a la sentencia en la cual la Sala Plena de la

misma Corte hubiera declarado la inconstitucionalidad de la ley 27 de 1980.

Como respuesta a tal solicitud, el máximo órgano advirtió: “(…) las solicitudes de

extradición antes del doce (12) de diciembre de mil novecientos ochenta y seis (1986), se

tramitan y definen conforme a las regulaciones de los convenios de 1988 (ley 66/88) y de

1940 (ley 8ª/43), en los cuales no se ha previsto para nada la intervención de esta sala.”99

97
Decreto 050 de 1987.
98
Código de Procedimiento Penal. Decreto 050 de 1987. Artículo 658: “La Corte fundamentará su concepto
en la validez formal de la documentación presentada; en la demostración plena de la identidad del solicitado;
en el principio de la doble Incriminación; en la equivalencia de la providencia proferida en el extranjero y
cuando fuere el caso, en el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos”.
99
CSJ, Sala de Casación Penal, Sentencia de febrero 17 de 1987, radicado No. 1290. M.P. Jaime Giraldo
Ángel.

42
Lo anterior se fundamentaba en que, frente a las solicitudes realizadas por el gobierno

estadounidense, deberían regir los tratados de extradición celebrados previamente, en los

cuales la participación de la Corte Suprema de Justicia no estaba contemplada, dejándose la

totalidad del trámite de extradición en cabeza del presidente de la República.

Frente a tal pronunciamiento, la presidencia acudió a la Sala de Consulta y Servicio Civil

del Consejo de Estado, solicitándole que respondiera si, en materia de extradición, el

pronunciamiento previo de la Corte era necesario. La pregunta de la presidencia fue

absuelta de la siguiente manera: “El Gobierno sólo puede conceder la extradición previo

concepto favorable de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.”100

Con el aval del Consejo de Estado, el gobierno envió entonces una nueva solicitud de

extradición a la Corte101 por parte del gobierno de Estados Unidos, para que profiera

entonces su concepto. En respuesta a ello, el máximo órgano, indignado ante las

actuaciones del gobierno y del Consejo de Estado, se abstuvo de rendir concepto, aludiendo

que sus decisiones debían ser respetadas, y que por ende, competía al gobierno decidir

sobre la extradición.

En su pronunciamiento, la Corte además enfrentó al Consejo de Estado así:

“Pero lo extraño, y conviene resaltarlo, es que en el Consejo de Estado cursan, que


se sepa, varias demandas contra resoluciones sobre extradición, tales las de Hernán
Botero Moreno, (…) Carlos Lehder Rivas (…), sin que tal Corporación, para lo que
sí es competente, las haya resuelto pese a llevar varios años de instauradas (…)
Resulta paradójico, que el Consejo de Estado, cuando puede y está obligado a

100
Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. Consulta de marzo 31 de 1987. Radicado No. 105.
C.P. Humberto Mora Osejo.
101
La del ciudadano Rodolfo Donado Suárez.

43
hacerlo, no se pronuncie; y cuando es notoria su intromisión, lo haga mediante una
consulta que, so pretexto de fijarle derroteros al Gobierno en asunto administrativo,
le determina una competencia a la Sala de Casación Penal (…)”102.

En aquel momento, uno de los tres Consejeros que hacía parte de la sala era el señor Jaime

Betancur Cuartas, hermano del anterior presidente de la República.

Para cerrar el período, el 25 de noviembre de 1987 la Corte se pronunció nuevamente,

respondiendo a una demanda de inconstitucionalidad de la ley 68 de 1986, en la cual el

demandante consideró que ésta debía ser declarada inexequible por no haber surtido, para

su existencia, su cabal trámite legal en el Congreso.

La respuesta del organismo se fundamentó así: “En efecto la Corte, en su sentencia de 12

de diciembre de 1986, declaró inexequible la Ley 27 de 1980, como una unidad jurídica

inescindible, y no una parte de ella, por un vicio de forma. No importa que en su parte

motiva haya dicho que “es necesario que el proyecto pase al presidente para que se

cumplan los trámites que aun (sic) faltan para que sea ley de la república”, considerando

que llevó al Gobierno a estimar que con una nueva sanción revivía la ley.”103

El pronunciamiento de la Corte fue polémico, incluso al interior de ella, considerando que,

como lo expresaron los diez magistrados que salvaron su voto, cuando el máximo

organismo declaró la inconstitucionalidad de la ley 27, “(…) no profirió un fallo puro y

simple de inexequibilidad, sino que puntualizó el motivo concreto que dio lugar a tal

declaración y señaló que era necesario que el proyecto volviera al Presidente de la

102
CSJ. Sala de Casación Penal, junio 3 de 1987, referencia No. 1851. M.P. Gustavo Gómez Velásquez.
103
CSJ, Sala Plena, junio 25 de 1987, Expediente No. 1558. M.P. Fabio Morón Díaz

44
República para que se cumpliera el trámite de la sanción, que quedaba faltando por llenar

en virtud de la providencia tomada por esta corporación.”104

Lo expuesto en el presente aparte, pone de presente la realidad que presenciaba la Corte

Suprema de Justicia, la cual optó por evitar al máximo su participación en los procesos de

extradición. Lo anterior no es de extrañar, si se tiene en cuenta el acontecimiento de la toma

del Palacio de Justicia, ocurrido sólo meses atrás. Nuevamente, la coyuntura política alteró

el equilibrio jurídico, y fue detonante para que la extradición en Colombia no obedeciera al

fundamento que expone su propia definición.

2.7 El asesinato de Galán

El 18 de Agosto de 1989 fue asesinado el líder neo-liberal, candidato a la presidencia de

1990, Luis Carlos Galán, quien se caracterizó por ser un fuerte combatiente en contra de la

mafia105. A pesar de que el responsable de su muerte no se conoce con exactitud, “Lo más

probable es que la orden haya provenido de Pablo Escobar y se conjeturara la existencia de

104
Ibíd.
105
El polítólogo Rafael Guarín, por ejemplo, lo describe como “(…) el único político contundente en la lucha
contra las mafias (…) Su posibilidad de gobernar atentaba no solamente contra las cabezas de los carteles,
sino contra una red económica, social y política que sustentaba gran parte del poder, legal e ilegal”.
(GUARÍN, Rafael. ¿Quién mató a Galán? En: Revista Semana. Julio 8 de 2006. Ed. 1262.)

45
un complot de políticos clientelistas. El magnicidio canceló cualquier posibilidad de

diálogo con los narcos.”106

De ahí que, como respuesta al mencionado hecho, el primer mandatario, auspiciado por el

estado de sitio que lo continuaba cobijando (declarado en 1984 durante el gobierno de

Betancur) dictara el Decreto 1860 de 1989, cuyo artículo primero disponía:

“Mientras subsista turbado el orden público y en estado de sitio el territorio nacional,

suspéndese la vigencia del inciso 2º, del artículo 17 del Código Penal, para todo lo

relacionado con los delitos de narcotráfico y conexos y, en consecuencia, para efectos de la

extradición de nacionales colombianos y extranjeros requeridos por estos delitos, podrá

aplicarse el trámite previsto en el Código de Procedimiento Penal, con las modificaciones

que en el presente Decreto se establecen.”107

Para entonces, fue consideración que llevó al gobierno a expedir el decreto, “Que el delito

del narcotráfico ha adquirido modalidades nuevas y crecientemente peligrosas, que

amenazan el núcleo de la sociedad y ponen en peligro la estabilidad institucional del país,

exigiendo una legislación especial, ágil y eficiente que detenga su acción nociva y los

terribles efectos que sobre el orden público genera;”108

Obsérvese cómo en la práctica, el nuevo artículo no hacía diferencia alguna, teniendo en

cuenta (como se demostró en el anteriormente) que la Corte Suprema de Justicia había

advertido que no conceptuaría las solicitudes de extradición que realizaran los Estados

106
PALACIOS. Op. cit. p. 285.
107
Decreto 1860 de 1989.
108
Ibíd.

46
Unidos. Sin embargo, lo que sí dejaba el nuevo decreto, era un claro mensaje a los

narcotraficantes: su accionar, en adelante, sería castigado con la extradición, abriéndose

simultáneamente la posibilidad de dejar a los grandes “capos” en cabeza de la justicia

estadounidense, y reconociendo implícitamente que las instituciones colombianas carecían

de legitimidad109.

2.8 La Constitución de 1991

En 1990 asumió la presidencia el candidato liberal César Gaviria. El mandato de Gaviria

comenzó con la expedición del decreto 2047, el cual sería el primero de ocho que le

seguirían, y con éste comenzaba su estrategia de entregar nacionales. La extradición

entonces, se llevaría a cabo por la vía administrativa.110 Simultáneamente, Gaviria propuso

que “(…) todo narcotraficante que se entregara a la justicia y se declarara culpable de uno o

más cargos, no sería extraditado a los Estados Unidos, sino que permanecería en Colombia,

donde las sentencias eran más ligeras y predecibles.”111

109
Valencia Villa escribió al respecto (en 1989): “La incapacidad de tribunales y juzgados para asegurar la
solución de las controversias ciudadanas y el castigo de los delitos mediante la aplicación de la ley, en efecto,
pone en evidencia no sólo la ineficacia sino también y sobre todo la ilegitimidad de las instituciones y las
autoridades.” (VALENCIA Villa, Hernando. “La reforma constitucional de Barco: Entre el terror blanco del
narcotráfico y el agujero negro del referéndum”. Análisis Político, Universidad Nacional de Colombia,
septiembre a diciembre de 1989, No. 8.)
110
Cfr.: TOKATLIAN, Juan Gabriel. “Entorno a la extradición. Una opinión expresamente polémica”,
Análisis Político, Universidad Nacional de Colombia, enero a abril de 1997, No. 30.
111
BUSHNELL. Op. cit. p. 376.

47
Para ese momento, la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 trabajaba en la

elaboración de una nueva Constitución. En ésta, la cuestión de la extradición cobró especial

relevancia, hasta el punto que el tema llegó a ser considerado objeto de regulación

constitucional, que terminó en la prohibición expresa que de ésta se realizó en el artículo 35

de la misma. Pero la aparente calma que se presentaba en la Constituyente no era gratuita.

Al parecer, el hecho era indiscutible, y la presión del narcotráfico, evidente112.

Así, la nueva Constitución señalaba:

“Se prohíbe la extradición de colombianos por nacimiento.

No se concederá la extradición de extranjeros por delitos políticos o de opinión.

Los colombianos que hayan cometido delitos en el exterior, considerados como tales en la
legislación nacional, serán procesados y juzgados en Colombia.”113

Frente a esto, dos puntos cobran vital importancia. Por un lado, el hecho de que por primera

vez en la historia de Colombia el tema de la extradición fuera elevado a nivel

constitucional. Por otro lado, la prohibición expresa de la extradición de nacionales.

La respuesta del narcotráfico fue inmediata, y de esta manera se produjo “(…) la entrega

definitiva del jefe máximo del cartel de Medellín y de los extraditables (…) Ese mismo

día114 Escobar se somete a la justicia colombiana”115.

112
Frente al tema escribió Tokatlian: “Lo interesante es que el marco de la Asamblea Constituyente tampoco
dio lugar a una necesaria e incisiva discusión política sobre el tema. Se eludió nuevamente el conflicto. De las
1374 votaciones entre el primero y el segundo debate de artículos completos y parciales, 1258 fueron
ordinarias, 83 nominales y 33 secretas. Obviamente, el voto sobre el artículo 35 fue secreto. Los
constituyentes reflejaban, de algún modo, la mezcla de cansancio, desdén y amedrentamiento que vivía la
sociedad colombiana, como un todo, frente al asunto de la extradición.” (TOKATLIAN, Juan Gabriel.
“Entorno a la extradición. Una opinión expresamente polémica”, Análisis Político, Universidad Nacional de
Colombia, enero a abril de 1997, No. 30.)
113
Constitución Política de Colombia de 1991. Artículo original.

48
Con posterioridad, obedeciendo a la necesidad política de adecuar la legislación a la nueva

Constitución, en noviembre del mismo año se expidió un nuevo Código de Procedimiento

Penal (Decreto 2700 de 1991), siendo el artículo 546 del mismo el que se refirió al tema.

Sin embargo, contrario a regular la materia, éste pareció ser más una reproducción del

artículo 35 de la nueva Constitución.116

En lo que respecta a este punto, cabe entonces señalar que la presión del narcotráfico se

inmiscuyó nuevamente en la extradición. Sin embargo, para el momento tal inmersión no

era una cualquiera: se trataba de la Constitución.

La nueva Constitución trajo también el fin del estado de sitio permanente, dictando

disposiciones en las cuales se señalaba expresamente las circunstancias que generarían lo

que ahora sería denominado “Estados de excepción”117. Por ende, el permanente estado de

sitio que había perdurado desde 1984, y que había permitido a los presidentes dictar normas

que debían ser “excepcionales”, el 4 de julio de 1991 el que paradójicamente pareció un

“eterno Estado de sitio” llegó a su final, con su levantamiento118.

114
El 19 de Julio de 1991.
115
RAQUEJO, Inés Elvira “La metamorfosis política del narcotráfico y las autodefensas/paramilitarismo”.
Perspectivas Internacionales, julio a diciembre de 2007, Vol. 3 No. 2 p. 78.
116
Decreto 2700 de 1991. Artículo 546: “Se prohíbe la extradición de colombianos por nacimiento.
No se concederá la extradición de extranjeros por delitos políticos o de opinión.
Los colombianos que hayan cometido delito en el exterior, considerado como tal en la legislación nacional,
serán juzgados en Colombia”.
117
Cfr.: Arts. 212 y s.s. de la Constitución Política de Colombia de 1991.
118
Ver: Decreto 1686 de 1991.

49
2.9 La influencia de los Estados Unidos en la reforma Constitucional

La aparente calma en la que se hallaba el narcotráfico con el nuevo “ajuste” constitucional

no duró mucho tiempo pues, sólo un año después de su entrega, Escobar y unos de sus

secuaces se escaparon de la elegante prisión en donde se encontraban detenidos119. La

violencia se incrementó nuevamente, y en el último mes de 1993 el “capo”, en un intento de

fuga, fue abatido por la policía120.

Al gobierno de Gaviria le siguió el de Ernesto Samper Pizano, quien ascendió a la

presidencia en el año de 1994. El gobierno de Samper estuvo marcado por el escándalo que

aconteció desde el momento en que resultó presidente electo y el vencido candidato,

Andrés Pastrana Arango, denunció que la campaña presidencial de su vencedor en las

urnas, había sido financiada por el “Cartel de Cali”. Pastrana divulgó entonces una carta

dirigida a Samper, “(…) en la que le pedía que jurara que su campaña no había recibido

aportes del narcotráfico, y se comprometía él a hacer el mismo juramento.”121

Una vez posesionado, el presidente Samper declaró: “Los colombianos pueden tener la

seguridad de que, de comprobarse cualquier filtración de dineros, su ingreso se habría

119
Cfr. BUSHNELL. Op. cit. p. 376.
120
La versión de que fue únicamente la policía la que ubicó al capo es bastante controversial. Existen
versiones que hacen pensar que fueron un grupo de narcotraficantes (“Los Pepes”, o “Perseguidos por
Escobar”) que, temeroso de que Escobar los asesinara en la guerra entre las mafias, los que dieron con su
paradero. Sin embargo, como el tema no es asunto que competa estudiar al presente trabajo, éste no será
ahondado.
121
VARGAS, Mauricio, Jorge Lesmes y Édgar Téllez. El presidente que se iba a caer. Bogotá: Planeta, 1996,
p. 18.

50
producido a mis espaldas”.122 La respuesta del presidente generó reacciones inmediatas. La

más famosa quizás, fue la ejecutada por el entonces arzobispo primado de Colombia,

Monseñor Pedro Rubiano, quien frente al tema declaró: “Si a uno le meten un elefante a la

casa tiene que verlo”123.

Para entonces, circulaban los que se llamaron “narcocasetes”, los cuales acrecentaron la

sospecha del ingreso de dineros provenientes del “Cartel de Cali” a la campaña de Samper.

Tales elementos contenían conversaciones telefónicas sostenidas por el señor Alberto

Giraldo, las cuales habían sido “(…) grabadas, en especial las que sostuvo con los

hermanos Rodríguez Orejuela. Este material, divulgado horas después de la elección

presidencial, sugería que las campañas habían recibido fondos del cartel de Cali. En sus

declaraciones a la Fiscalía, Giraldo reconoció su voz y la de sus interlocutores.”124

Por ende, como consecuencia de lo señalado con anterioridad, el 25 de abril de 1995, “La

Fiscalía envía a la Corte Suprema de Justicia una copia del documento fichado con el

número 8.000 que busca establecer si nueve congresistas y dos funcionarios recibieron

pagos de empresas de fachada del cartel de Cali.”125

Posteriormente, el tesorero de la campaña presidencial, Santiago Medina, confesó su

conocimiento del dinero ilícito en la mencionada campaña. A tal confesión le siguió la del

122
“Si se recibió plata de narcos, fue a mis espaldas: Samper” Periódico El Tiempo. Julio 28 de 1995.
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-375661. (02/20/11)
123
LONDOÑO Hoyos, Fernando. La parábola del elefante. Bogotá: Planeta, 1996. p. 4.
124
“El hombre de los narcocasetes” Revista Semana. Enero 23 de 1995. http://www.semana.com/noticias-
especiales/hombre-narcocasetes/44904.aspx. (2/20/11). Véase también: VARGAS, Mauricio, Jorge Lesmes y
Édgar Téllez. El presidente que se iba a caer. Bogotá: Planeta, 1996, p.p. 105-107.
125
“El 8.000 día a día”. Revista Semana. Enero 8 de 1996. http://www.semana.com/noticias-nacion/8000-dia-
dia/44895.aspx. (2/20/11).

51
jefe de la campaña, ministro de defensa del Presidente Samper, Fernando Botero, quien el

primero de enero de 1996 declaró el conocimiento de Samper frente a lo ocurrido126. La

reacción de la opinión pública frente al hecho condenó al presidente, solicitándole a lo

largo del año, en diversas ocasiones, que dejara el mando. Santos Calderón, por ejemplo,

escribió: “(…) el presidente Samper debe irse. En condiciones dignas y decorosas que

desjudicialicen su salida y que seguramente implicarán una negociación y un amplio

consenso político.”127

En ese momento, el narcotráfico había dejado cualquier tipo de distancia que lo separara

del gobierno, y al parecer, se había infiltrado en aquel sector en el cual era indignante que

se ubicara: en las elecciones presidenciales. En razón de los acontecimientos, en el mes de

agosto de 1996, el gobierno de Estados Unidos, constante acusador del narcotráfico,

canceló la visa del presidente Samper. La razón de ello la fundamentó en que éste había

“(…) ayudado y sido cómplice conscientemente del tráfico ilegal de narcóticos (…)”128.

La actuación del gobierno norteamericano no se agotó allí; por el contrario, en lo que restó

del año éste se esmeró en presionar al Congreso de la República para que reformara la

Constitución, y se abriera así la posibilidad de que los Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel

de Cali, fueran extraditados Tal imposición generó el efecto deseado, y en el año de 1997

el artículo 35 de la Constitución quedó reformado.

126
Cfr. SANTOS Calderón, Enrique. Un presidente en contraescape. Bogotá: Planeta, 1997, p. 108-111.
127
Ídem.
128
La historia sin fin. Revista Semana. Agosto 12 de 1996. http://www.semana.com/noticias-nacion/historia-
fin/29154.aspx. (2/20/11)

52
Sin dudarlo, la decisión obedecía a la presión del gobierno estadounidense. Como lo señaló

en 1996 el ex -constituyente Carlos Gaviria: “(…) ahora, cuando (…) la actividad terrorista

de los narcos ha disminuido sensiblemente, es la presión externa la que pone de nuevo el

tema sobre el tapete, a tal punto que lo que se vuelve tabú es su exclusión de los discursos

oficiales (…) Qué lejos estamos de la autonomía, tan deseable. ¡Prohibimos la extradición a

los narcotraficantes y vamos a restablecerla, muy probablemente, porque no resistimos la

presión de los Estados Unidos!”129

La Constitución había sido cambiada, y la extradición, una vez más, obedecía a los

intereses de un gobierno ajeno: los Estados Unidos de América.

El artículo reformado establece:

“La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo con los tratados públicos y, en su
defecto, con la ley.

Además, la extradición de los colombianos por nacimiento se concederá por delitos cometidos en el
exterior, considerados como tales en la legislación penal colombiana.”130

Por ende, actualmente, en virtud de lo dispuesto en el artículo 35 de la Constitución, se

“(…) permite que los colombianos por nacimiento que han cometido un delito en el exterior

que sea delito también en Colombia, puedan ser extraditados (…)”131.

129
GAVIRIA Carlos, Adolfo Salamanca y Carlos Alonso Lucio. ¡De eso no se habla! Análisis Político.
Universidad Nacional de Colombia, mayo a agosto de 1996. No. 28. p. 93.
130
Constitución Política de Colombia, artículo 35, modificado por el Acto Legislativo número 1 de 1997.
131
GAITÁN Mahecha, Op. cit.

53
2.10 La expedición de nuevas leyes penales

Al gobierno de Ernesto Samper le siguió el de Andrés Pastrana Arango, quien asumió la

presidencia en 1998. Bajo su gobierno se expidió el actual Código Penal (Ley 599 del

2000), cuyo artículo 18 menciona la extradición132. El mismo año nació también a la vida

jurídica un nuevo Código de Procedimiento Penal (Ley 600), dictaminando un

procedimiento para extraditar que no difería de lo ordenado por las leyes que al respecto se

pronunciaban con anterioridad (incluso era el mismo que el dispuesto en decreto 50 de

1987, el cual cuando se expidió, no contemplaba la extradición de nacionales).

Cuatro años después de expedida la ley 600, esto es, en el año 2004, durante el gobierno de

Álvaro Uribe Vélez, se tomó la decisión de instaurar un Sistema Penal Acusatorio, cuestión

que demandó la elaboración de un nuevo Código de Procedimiento Penal (Ley 906). En

esta ley, el procedimiento de la extradición se consagró entre los artículos 490 y 514. Si se

observa, éste no representó cambio alguno frente a la extradición, manteniéndose la

transcripción del procedimiento para extraditar inerte.

Sale en este punto a relucir un comportamiento que al parecer, ha sido constante en el

desarrollo de la ley procesal penal: en lo que se ha referido al tema de extradición, en

Colombia ésta se ha mantenido particularmente rígida. Para explicar lo anterior no es

132
Bastante polémica ha resultado la mención que el nuevo Código hace de la extradición pues, ésta parece
ser una transcripción de lo señalado en la Constitución. Cfr. Corte Constitucional. Sala Plena. Mayo 2 de
2001. M.P. Alfredo Beltrán Sierra.

54
necesario acudir a elaborados estratagemas: en el país, el tema se ha vuelto tan sensible,

que no se cambia. ¡De la extradición es mejor no hablar!133

Por último, en el año 2005 (durante el mismo gobierno de Uribe) fue expedida la Ley 975,

la cual se conoce también como ley de justicia y paz. Tal ley tenía por objetivo la

desmovilización de los integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia. Sin embargo,

ésta fue criticada por muchísimos motivos. La Comisión Colombiana de Juristas, por

ejemplo, advirtió que sus “(…) normas fueron diseñadas para favorecer la legalización de

los paramilitares (…)”134. Las dudas que se generaron frente a la mencionada ley, fueron

expuestas a la Corte Constitucional, por medio de una demanda de inconstitucionalidad que

un grupo de ciudadanos presentó en contra de la misma. El organismo respondió a tal

demanda en sentencia C-370 de 2006, determinando los alcances de la ley, y declarando la

inconstitucionalidad de parte de su articulado135.

La discusión y crítica acerca de la polémica ley de justicia y paz podrían ser generadoras de

cuantiosos estudios. Por ende, en el presente trabajo, se expondrán únicamente dos

cuestiones cuyo entendimiento se considera de trascendencia para su comprensión. Por un

lado, es preciso advertir que a partir de la mencionada ley, y con “(…) fundamento en el

principio de alternatividad, (se) permite que las personas desmovilizadas (…) reciban una

133
Cfr. GAVIRIA Carlos, Adolfo Salamanca y Carlos Alonso Lucio. ¡De eso no se habla! Análisis Político.
Universidad Nacional de Colombia, mayo a agosto de 1996. No. 28. p. 92.
134
Comisión Colombiana de Juristas. Anotaciones sobre la ley de justicia y paz. Una mirada desde los
derechos de las víctimas. Bogotá: Opciones Gráficas Ltda., 2007. p. presentación.
135
Cfr. Corte Constitucional, sentencia C-370, mayo 18 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime
Córdoba Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis y Clara Inés
Vargas Hernández. Referencia No. D-6032.

55
sustitución punitiva considerable respecto de los delitos graves que hayan cometido durante

y en razón a su pertenencia al grupo armado desmovilizado. Así, se dispone el

cumplimiento de una pena privativa de la libertad de 5 a 8 años y un tiempo de libertad a

prueba equivalente a la mitad de la pena privativa de libertad.”136

Por otra parte, también debe dejarse plasmado el hecho de que la ley en cuestión dictó lo

que sucedería en caso de que los desmovilizados continuaran delinquiendo. Así, en el

artículo 72 de ésta se advirtió: “La presente ley (…) se aplicará únicamente a hechos

ocurridos con anterioridad a su vigencia y rige a partir de la fecha de su promulgación.”137

De lo anterior puede inferirse lo siguiente: como primera medida, que aquel desmovilizado

que continúe delinquiendo con posterioridad a su desmovilización NO obtendrá los

beneficios que señala la ley. La segunda inferencia que tiene lugar en este punto es que,

como consecuencia de lo mencionado, si el caso señalado en el punto anterior se presenta,

el paramilitar deberá ser juzgado por la ley ordinaria, haciéndose merecedor de las penas

contempladas por ésta.

Con esto se da paso al siguiente capítulo, el cual demostrará la realidad de la extradición

para la época en el que el presente estudio ha sido realizado, en un caso específico: la

desmovilización de los miembros de las AUC.

136
Comisión Colombiana de Juristas.Op. cit. p. presentación.
137
Ver: Ley 975 de 2005.

56
3 LA LABOR DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA EN RELACIÓN CON

LA EXTRADICIÓN

El presente acápite se centrará en estudiar qué ha sucedido con la extradición de los jefes

paramilitares en Colombia entre septiembre de 2004 y noviembre de 2010, sobre la base los

conceptos de extradición proferidos por la Corte Suprema de Justicia. Para ello se

procederá de la siguiente manera: en primer lugar, se realizará un recuento en el que se

ubicará la tendencia conceptual que han tenido las providencias emanadas de tal organismo;

como segunda medida, se efectuará un análisis de la coyuntura política existente al

momento de generarse las extradiciones, y tales circunstancias serán confrontadas con las

consecuentes reacciones de la Corte Suprema de Justicia al conceptuar sobre futuras

extradiciones. A continuación se presentará la problemática de fondo que en relación con la

extradición se encontró en la elaboración del estudio. Por último se demostrará la

dificultad legal que no permite que la Corte Suprema de Justicia, al emitir concepto de

favorabilidad previo a la decisión del presidente de la República de extraditar a un nacional,

garantice el cabal funcionamiento del Estado de Derecho.

3.1 Recuento conceptual

El presente estudio conceptual se enmarcará entre las fechas de Marzo 28 de 2006 y

Noviembre 18 de 2010. El mismo comienza por el concepto del señor Eduardo Enrique

Vengoechea Mola y termina en el del señor Éder Pedraza Peña. El que principie en Marzo

28 de 2006 tiene por motivo que el primer concepto proferido por la Corte en el que la

57
anteriormente estudiada ley 975 de 2005 se encontraba en funcionamiento. Así mismo, el

examen se basará en los conceptos que sobre las solicitudes extradición de los jefes de las

AUC profirió la Corte Suprema de Justicia a lo largo de este período138.

3.1.1 Los primeros casos

Los primeros casos se ubican en el período comprendido entre Marzo 28 de 2006 y Julio 29

de 2008. En esta fase se puede observar cómo la Corte en reiteradas ocasiones enmarca su

campo de acción, circunscribiéndolo exclusivamente a las cuestiones formales que en su

decir, señalan la Constitución y la Ley, advirtiendo además que las mismas han atribuido la

competencia de decidir sobre la concesión de la extradición en un determinado caso al

Presidente de la República.

Un ejemplo ilustrativo de la afirmación anterior139 se encuentra en el concepto que profirió

la Corte sobre la solicitud de extradición del ciudadano Eduardo Enrique Vengoechea

Mola, en el cual establece que “(…) dentro de las facultades con que cuenta no se incluye la

necesidad de establecer si el requerido es investigado o no por la justicia colombiana, o si

los hechos por los que se le procesa son los mismos por los que se solicita su extradición,

ya que dichas eventualidades no afectan el trámite ni determinan el sentido en que habría de

138
Ver el cuadro que se presenta en el anexo al final del documento.
139
Véanse también el auto de mayo 23 de 2007, radicado No. 27019, M.P. Marina Pulido de Barón y los
conceptos de Noviembre 14 de 2007, radicado No. 26689, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés y de abril 2 de
2008, radicado No. 28504, M.P. Augusto Ibáñez Guzmán.

58
conceptuar.”140 Así mismo, en líneas posteriores se argumenta que “(…) es el Presidente de

la República, como supremo director de las relaciones internacionales, la autoridad que

tiene a su cargo la decisión final frente al pedido de extradición, definir si la concede o la

niega, o eventualmente concederla difiriendo la entrega del solicitado, ya que se halla

facultado por la ley para seguir las conveniencias nacionales (…)”141.

La estricta sujeción de la Corte a la ley se mantiene, repitiéndose aseveraciones como la

siguiente: “(…) las razones de la defensa, de tratarse en este evento de un delincuente

político y ser un desmovilizado de un grupo al margen de la ley, le corresponde valorarlas

al Gobierno Nacional en cabeza del señor Presidente de la República, como supremo

director de la política exterior y de las relaciones internacionales.”142

A pesar de lo anterior, el día 2 de abril de 2008 la Corte, al manifestarse frente al pedido de

extradición del señor Carlos Mario Jiménez Naranjo (Alias “Macaco”) deja a la luz el

comienzo de un giro en su comportamiento, al señalar: “(…) la Sala llama la atención del

Presidente de la República para que se tenga en cuenta la filosofía de esta ley y los

compromisos en materia de verdad, justicia y reparación (…)”143, siendo ésta la primera

vez que la Corte Suprema de Justicia advierte al Gobierno que, previamente a la extradición

de un jefe de las AUC, se debe velar porque los derechos de las víctimas no se vean

menoscabados.
140
CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de marzo 28 de 2006, radicado No. 24188, M.P. Mauro Solarte
Portilla.
141
Ibíd.
142
CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de abril 2 de 2008, radicado No. 28504, M.P. Augusto Ibáñez
Guzmán.
143
CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de abril 2 de 2008, M.P. Julio Enrique Rocha Salamanca.

59
Sin embargo, la advertencia anterior es vaga, y se opaca aún más por el enfoque que a la

desprotección de los tratados públicos se le da, al señalarse que

“ (…) la expresión “tratados públicos” contenida al final del artículo 502 de la ley 906 de
2004 de ningún modo implica que el concepto emitido por la Corte tenga que estar sujeto a
la verificación, respeto y observancia de las garantías judiciales contempladas en los
convenios sobre derechos humanos ratificados por Colombia, tal como lo ha planteado el
defensor del requerido, pues la extradición no se trata de un proceso judicial en el que se
constate la concurrencia de requisitos legales y constitucionales para conceptuar de manera
favorable o no a su procedencia y, por tal razón, a la Sala no le compete realizar actos de
índole jurisdiccional.
La expresión en comento se refiere, simplemente, a que el trámite deberá estar regido por
los requerimientos señalados en los tratados públicos de extradición suscritos entre
Colombia y el estado (sic) solicitante, cuando ello fuere del caso (…)”144.

3.1.2 Casos de trascendentales advertencias

A escasos tres meses del concepto de alias “Macaco”, en el que puede ser uno de los

conceptos más controversiales proferidos en el tema objeto de estudio, la Corte gira la

posición que ha tenido hasta entonces, y dejando de lado sus actuaciones precedentes (que

más parecían una labor notarial), procede a realizar claras advertencias al Presidente de la

República. Tal giro deja a la vista dos preocupaciones fundamentales del órgano judicial:

por un lado, el hecho de que como consecuencia de la extradición se vean menoscabados

los derechos de las víctimas que esperan verdad, justicia y reparación y de otra parte, la

ausencia de testimonios frente a los procesos de la denominada “para-política”.

Es así como en el concepto de Julio 31 de 2008 el órgano judicial se pronuncia de la

siguiente manera: “(…) este evento, se trata de uno de aquellos en que son de perentoria

observancia los tratados internacionales, tanto al momento de emitir la Corte el concepto


144144
Ibíd.

60
que le compete, como al adoptar el Ejecutivo la decisión que le corresponde, no sólo los

vinculados con dicho mecanismo de cooperación internacional, sino todos aquellos que se

refieren a los derechos y garantías, tanto de los extraditables como de los asociados.”145

No se requiere ser muy calculador para notar el abrupto cambio de opinión de la Corte

frente al tema de los tratados públicos. Así, si en el concepto de alias “Macaco” se había

manifestado que los tratados públicos a los que se refiere la ley son aquellos que tienen que

ver con los que ha firmado Colombia con otros Estados, unos meses después se argumenta

que cuando la ley hace alusión a los tratados públicos, se refiere también a los tratados que

tienen que ver con los que garantizan el efectivo cumplimiento de los derechos de los

ciudadanos.

En el mismo concepto anteriormente citado, en líneas siguientes se establece:

“De otra parte, la Corte estima que es su deber constitucional, al emitir concepto en casos
como el presente, recordar al Gobierno Nacional, la vigencia de los tratados públicos
ratificados por Colombia, particularmente los que se refieren al cumplimiento del derecho
internacional de los derechos humanos, en los que hallan respaldo las garantías
fundamentales de las víctimas en materia de verdad, justicia, reparación y no repetición,
para que conforme a la filosofía de la Ley de Justicia y Paz, se adopten medidas
compatibles con los compromisos del Estado en materia de derechos humanos y los
estándares internacionales.146”

El salvamento de voto del Magistrado Alfredo Gómez Quintero da lugar a sospechar que

para ese entonces, las discusiones al interior de la Sala Penal de la Corte Suprema de

Justicia se ponían más pesadas de lo normal. Así, según queda sentado en éste, el día 12 de

junio de 2008 la Corte había solicitado al presidente de la República que señalara si la


145
CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de julio 31 de 2008, radicado No. 28513, M.P. Javier Zapata Ortiz.
146
Ibíd.

61
extradición de catorce ex -jefes de las AUC (ocurrida el día 13 de mayo de 2008) se había

llevado a cabo porque estos se encontraban delinquiendo luego de su desmovilización. Pero

advierte el Magistrado: “(…) la respuesta de la presidencia de la República no ha llegado

aún y en mi criterio el concepto de fondo en este trámite de extradición no ha debido

rendirse hasta tanto no se conocieran las razones a que se aludió al comienzo.”147

Para entonces el mensaje de la Corte al Presidente parecía bastante claro: si al extraditar a

un ciudadano se perjudica a las víctimas, a tal ciudadano NO se extradita. La nueva línea

conceptual de la Corte se fortaleció en el concepto que siguió (el cual se refería a la

extradición del ciudadano Norberto Quiroga Poveda) con aseveraciones como la siguiente:

“(…) las potestades del gobernante ya no están sometidas exclusivamente a las reglas

impuestas por el constituyente y el legislador del país, sino que igualmente encuentran

restricciones como consecuencia de los tratados y convenios internacionales que en materia

de derechos humanos se ha comprometido a cumplir el Estado a que pertenece.”148

Sin embargo, en esta última ocasión no todos los Magistrados parecieron convencidos de

que con sólo realizar las señaladas advertencias a la presidencia de la República sería

suficiente, y tres de estos salvaron su voto. La conclusión a la que se llega en uno de los

mencionados salvamentos es bastante diciente: “Para los suscritos no hay duda que el

verdadero sendero por el cual se aseguraría el respeto integral por los derechos de las

víctimas habría sido el del concepto negativo, pues entendemos, con apoyo en los negativos

147
Ibídem.
148
CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de septiembre 23 de 2008, radicado No. 29298, M.P. María del
Rosario González de Lemos.

62
precedentes citados, que no basta un condicionamiento, cuando ni siquiera mención a él se

ha hecho en casos anteriores.”149

Obsérvese entonces la diferencia que se puede dilucidar entre las dos etapas que en el

presente estudio se han trazado. Si en un principio la Corte Suprema de Justicia había

optado por refugiarse en la ley para efectuar un trabajo meramente formal, en esta segunda

fase el órgano jurisdiccional comienza a tener protagonismo en materia de extradición,

dejando un nuevo mensaje: la extradición de nacionales no puede obedecer al capricho de

un gobernante.

3.1.3 El hito conceptual: se niega la favorabilidad

El día 19 de agosto de 2009, al conceptuar la Corte acerca de la extradición del ciudadano

“Luis Édgar Medina Flórez”, en lo que fue un acto sin precedentes en materia de

extradición de jefes de las AUC, el órgano judicial le dice NO por unanimidad a la

extradición del mencionado ciudadano. Tal decisión se fundamenta en que de llevarse a

cabo tal extradición del proceso en referencia se vulneraría el espíritu de la Ley 975 de

2005, se desconocerían los derechos de las víctimas y se traumatizaría el funcionamiento

de la justicia colombiana. A lo anterior se añadió que la gravedad de los delitos cometidos

149
Ibídem.

63
por el ciudadano pedido en extradición era menor respecto de los delitos que se le

imputaban en Colombia150.

En otras palabras, para la Corte Suprema de Justicia, por cuenta de las extradiciones se

sacrifican: primero, los derechos de las víctimas, en segundo lugar, la verdad acerca de los

nexos de las AUC con muchísimos políticos colombianos, como tercera medida, los

procesos que se están llevando por ausencia de testigos y, por último, el derecho de

Colombia de juzgar a sus nacionales por haber cometido delitos de lesa humanidad.

Así mismo, la Corte advierte que “En los eventos en que el postulado requerido en

extradición (i) no contribuya con el esclarecimiento de la verdad y la reparación de las

víctimas que de él se reclama, (ii) incurra en causal de exclusión del trámite y beneficios de

la ley de justicia y paz, (iii) resulte absuelto por los delitos que se le imputan, (iv) incumpla

las obligaciones y compromisos derivados de la pena alternativa, u ocurra cualquier

supuesto similar a los anteriores, quedan sin sustento los argumentos que ahora han llevado

a emitir un concepto desfavorable a la petición de extradición.”151

150
Cfr. CSJ, Sala de Casación Penal, concepto de agosto 19 de 2009, radicado No. 30451, M.P. Yesid
Ramírez Bastidas.
151
Ibídem.

64
El concepto anterior se repite en tres ocasiones seguidas152, referentes a la solicitud de

extradición que sobre los ciudadanos Edward Cobos Téllez, Daniel Rendón Herrera y

Fredy Rendón Herrera eleva el gobierno de los Estados Unidos153.

Los casos anteriores dejan al descubierto el freno que le pone la Corte Suprema de Justicia

al gobierno nacional en materia de extradición de los jefes de las AUC. En esta ocasión no

parece ser suficiente para el máximo órgano advertir sobre el fangoso terreno sobre el que

se transita cuando se decide extraditar a un cabecilla de las AUC y, contrariando incluso sus

conceptos anteriores, señala que en este caso la favorabilidad de la extradición NO es

posible, y no por motivos de forma –como lo señala la ley- sino por razones de interés

nacional, mencionadas éstas en líneas precedentes.

3.1.4 Volviendo a la favorabilidad: El caso de “Ramón Mojana”

A pesar de los mencionados precedentes conceptuales, se presenta un caso en el cual la

Corte conceptúa acerca de la favorabilidad de extradición del ex –jefe de las AUC Éder

Pedraza Peña, alias “Ramón Mojana”. Sin embargo, en este caso las razones que dieron

152
Cfr. CSJ, Sala de Casación Penal, conceptos de febrero 17 de 2010, radicado No. 32568, M.P. José
Leonidas Bustos Martínez; marzo 17 de 2010, radicado No. 32786, M.P. Javier Zapata Ortiz; mayo 4 de 2010,
radicado No. 32794, M.P. Augusto Ibáñez Guzmán.
153
En los conceptos a los que se está haciendo referencia la Magistrada María del Rosario González de Lemos
salvó su voto, argumentando que los conceptos de la Corte deberían basarse en las facultades que
expresamente le otorga la ley, y la responsabilidad frente a los derechos de las víctimas está en cabeza del
presidente de la República. Cfr. CSJ, Sala de Casación Penal, conceptos de febrero 17 de 2010, radicado No.
32568, M.P. José Leonidas Bustos Martínez; marzo 17 de 2010, radicado No. 32786, M.P. Javier Zapata
Ortiz; mayo 4 de 2010, radicado No. 32794, M.P. Augusto Ibáñez Guzmán.

65
lugar a lo conceptuado por la Corte son sustancialmente diferentes a las expuestas en los

que en este estudio se han denominado los “primeros casos”.

En esta ocasión la Corte argumenta la favorabilidad de la extradición del mencionado

ciudadano, exponiendo que éste ha mostrado a través de diversas conductas desinterés en

contribuir a los objetivos por razón de los cuales en oportunidades anteriores, el máximo

órgano negó la favorabilidad de extradición. Dichas conductas se traducen en que primero,

Pedraza Peña se postuló tardíamente a la Ley de Justicia y Paz y lo hizo luego de conocer la

solicitud de extradición que sobre él había elevado el gobierno de Estados Unidos. En

segundo término, no estaba contribuyendo al esclarecimiento de la verdad y, por último,

reincidió en el delito154.

En otras palabras, para la Corte el nuevo precedente que estaba sentando no podía ser usado

como medio de los postulados a la extradición para esquivarla, argumentando que “(…) el

repentino interés de PEDRAZA PEÑA por ser postulado al esquema de justicia y paz carece

del serio propósito de contribuir a alcanzar la verdad, justicia y reparación anejas a él y para

considerar inaplicable, en su caso, la causal de improcedencia de la extradición fundada en

aquella condición.”155

154
CSJ, Sala de Casación Penal, Concepto de julio 28 de 2010, radicado No. 33306, M.P. María del Rosario
González de Lemos y Augusto Ibáñez Guzmán.
155
Ibídem.

66
3.1.5 Conclusiones parciales

En este punto resulta conveniente señalar unas conclusiones parciales frente al tema objeto

de estudio.

En primer término, es preciso advertir que la Corte Suprema de Justicia ha dejado de ser un

agente pasivo en la extradición de jefes de las AUC a ser protagonista en los procesos de

extradición de los mismos.

En segundo lugar, cabe señalar que el punto anterior ha sido posible porque ésta, al

momento de conceptuar, ha pasado de tener en cuenta únicamente las facultades legales

(que sólo le permiten basarse, para emitir su concepto, en el cumplimiento de requisitos

formales que señala la ley), a considerar razones de fondo. Son ejemplo de tales razones de

fondo los derechos de las víctimas y de la sociedad colombiana, el respeto a los procesos

judiciales y el derecho del Estado colombiano de juzgar a sus nacionales por delitos de lesa

humanidad, dándole prevalencia a estos sobre los delitos que por narcotráfico también se

puedan haber cometido.

Por último, del estudio de los conceptos proferidos por la Corte se puede deducir que el

giro de los mismos obedece a una coyuntura política especial, razón por la cual se considera

de trascendental importancia estudiarla. De ahí que a continuación, el presente análisis se

enfoque en exponer las circunstancias políticas que acontecían mientras que la Corte

conceptuaba.

67
3.2 Análisis coyuntural en épocas de extradición

En este punto se realizará una breve contextualización sobre hechos de trascendental

importancia, que se desarrollaban al tiempo que la Corte Suprema de Justicia estudiaba

solicitudes de extradición de muchos de los ex – jefes de las AUC, que por influir en la

extradición de tales ciudadanos se hace necesario señalar.

3.2.1 La polémica extradición de “Macaco” y una extradición masiva

sin explicación

El 2008 fue un año en el cual se desarrollaron innumerables sucesos políticos. Uno de estos

fue la extradición de catorce ex –jefes de las AUC que se llevó a cabo el día 13 de mayo de

2008, y que el entonces Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, ordenó

repentinamente. La señalada extradición estuvo antecedida por la también extradición del

ciudadano Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias “Macaco”, y ambas desataron reacciones

tanto a nivel nacional como internacional.

Por un lado, en relación con Jiménez Naranjo, parecía inexplicable su ejecución, cuando

habían transcurrido menos de dos meses desde que la Corte había proferido su concepto,

sobre todo si se tiene en cuenta que en éste se había advertido al presidente que debía

proteger la filosofía de la Ley 975 de 2005. Por otro lado, no era menos sorpresivo que

abruptamente se extraditara a catorce ex jefes de las AUC, que no sólo no habían terminado

68
de resarcir a las víctimas, sino que además, estaban empezando a contar los nexos que el

grupo al que pertenecían tenía con muchos políticos Colombianos.

3.2.2 Las explicaciones del gobierno y las consecuentes reacciones

El 13 de mayo de 2008, el entonces presidente de la República presentó en alocución

presidencial los fundamentos que lo habían llevado a tomar tal decisión. Así, el presidente

se pronunció de la siguiente manera:

“Esta madrugada fue extraditado un grupo de ciudadanos porque algunos de ellos


habían reincidido en el delito después de su sometimiento a la Ley de Justicia y Paz,
otros no cooperaban debidamente con la justicia y todos incumplían con la
reparación de las víctimas al ocultar bienes o demorar su entrega. El Gobierno debe
mantener la facultad de postular y revocar postulaciones a la Ley de Justicia y Paz.
También el Gobierno debe mantener la facultad de apreciar si una persona
beneficiada con la suspensión de envío en extradición ha cumplido o incumplido
con las condiciones exigidas.
Lo anterior, por la profunda relación tanto de la Ley de Justicia y Paz como de la
extradición con el orden público, cuya recuperación y mantenimiento es
responsabilidad primordial del Gobierno. (…) El Gobierno considera que esta
decisión es garantía para la reparación de las víctimas, contribuye a la verdad sin
deformaciones, es una advertencia a todas las personas sometidas a la Ley de
Justicia y Paz, establece un antecedente para futuros procesos de paz y notifica que
la ley tiene que ser respetada y el terrorismo superado.”156

La decisión del presidente abrió paso a una serie de cuestionamientos que se quedaron sin

resolver. Como primera medida, quedó sin explicación cuál había sido el Acuerdo

celebrado entre el gobierno colombiano y los Estados Unidos, en el cual este último se

obligaba a que la justicia colombiana tuviera acceso a los ciudadanos llevados en

156
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/paz/colusa2.html. Equipo Nizkor. Texto oficial del discurso
de Uribe Velez explicando la extradición masiva de paramilitares. Mayo 13 de 2008.

69
extradición. De otra parte, no quedó claro cómo se garantizaría a las víctimas el acceso a

sus victimarios. Tampoco se estipuló de qué manera se tendría acceso a los testimonios que

los ex – jefes de las AUC venían dando en relación con la denominada “para-política”. En

cuarto lugar, no quedó expresado por qué el gobierno del presidente Uribe dio preferencia a

juzgar el narcotráfico sobre los delitos de lesa humanidad, delitos por los que se acusaba a

los ex –jefes extraditados. Por último, quedó sin respuesta el cuestionamiento que se

pregunta por qué la presidencia de la República, ante la negativa de los ex –jefes

paramilitares extraditados de cumplir sus compromisos adquiridos al acogerse a la Ley de

Justicia y Paz, no optó por castigar a los incumplidos con la justicia ordinaria, y usó la

amenaza de la extradición.

Diversas organizaciones157 reaccionaron frente a la extradición masiva158 rechazándola

categóricamente. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo,

presentó un comunicado el 14 de Mayo de 2008 señalando:

157
Ver: Programa Contravía. Capítulo de Mayo 13 de 2008. Extradición de jefes paramilitares. Contravía TV.
Cfr. También: http://www.colectivodeabogados.org/COMISION-ETICA-OBJETA-DECISION-DE.
Comisión Ética Objeta Decisión de Extradición. Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo. Mayo 21 de
2008; http://www.ictj.org/es/news/features/1680.html. Extradición: El error de Colombia y de Estados
Unidos. Centro Internacional Para la Justicia Transicional (ICTJ). Mayo 14 de 2008.
158
Resulta curioso que el día 14 de Mayo de 2008, la Corte Constitucional, en sentencia C-460 de 2008, se
pronunciara acerca del concepto que la Corte Suprema de Justicia debe hacer frente a la extradición. Para la
mayoría el pronunciamiento debe ser exclusivamente por motivos de forma, pero el Magistrado Jaime Araujo
Rentería salva su voto argumentando lo siguiente: “(…) la Corte Suprema de Justicia para emitir su concepto,
además del tratado, debe darle cumplimiento a la Constitución Nacional. A mi juicio, además de hacer
efectiva la prohibición de la extradición por delitos políticos, la Corte podría mirar los derechos de las
víctimas. Por ello, está llamada a realizar un análisis no simplemente formal sino también sustancial de las
solicitudes de extradición.
De otra parte, en opinión de este magistrado la extradición no puede ser un chantaje para llevar a cabo un
proceso de paz o una forma para eludir la competencia de la Corte Penal Internacional.
Por último, debo reiterar aquí mi posición expresada en Sala Plena durante el debate de este asunto, en cuanto
a que estimo que la Corte Constitucional, en su función de última y suprema guardiana del orden
constitucional debe definir clara y expresamente estos asuntos.” Cfr. Corte Constitucional. Sentencia C-460
de 2008. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.

70
“La Comisión observa que esta extradición afecta la obligación del Estado
colombiano de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la
reparación de los crímenes cometidos por los grupos paramilitares. La extradición
impide la investigación y el juzgamiento de graves crímenes por las vías
establecidas por la Ley de Justicia y Paz en Colombia y por los procedimientos
criminales ordinarios de la justicia colombiana. También cierra las posibilidades de
participación directa de las víctimas en la búsqueda de la verdad sobre los crímenes
cometidos durante el conflicto y limita el acceso a la reparación del daño causado.
Asimismo, este acto interfiere con los esfuerzos por determinar los vínculos entre
agentes del Estado y estos líderes paramilitares.”159

De ahí que se pueda afirmar que la extradición masiva de los ex –jefes de las AUC dejó

inquietantes preguntas sin respuesta, realizadas por varios sectores de la población, entre

los que se encontraban en las víctimas, la opinión pública –tanto nacional como

internacional- y los mismos ciudadanos colombianos que, finalmente, no tuvieron claridad

acerca de las razones por las cuales se extraditaba a quienes conocían la verdad acerca del

paramilitarismo.

3.2.3 Preguntas sin resolver

En el punto anterior se mencionaron ciertas preguntas que quedaron sin respuesta. En el

presente acápite se hará referencia a dos puntos específicos sobre los cuales cabe ahondar.

En primer lugar, en este contexto político no quedó claro por qué si con anterioridad se

sabía que los “ex –jefes” de las AUC continuaban delinquiendo, y habían sido capturados

159
http://www.cidh.oas.org/Comunicados/Spanish/2008/21.08sp.htm. Comunicado de prensa número 21 de
2008. Washington. Mayo 14 de 2008.

71
en tiempos diferentes, se elige una fecha precisa para extraditar a catorce de ellos

simultáneamente, y no se tomó ninguna decisión para frenar tal acontecimiento

precedentemente. Lo anterior cobra especial sentido si se tiene en cuenta que la

delincuencia de los mencionados jefes de las AUC era de público conocimiento. La revista

Semana, por ejemplo, el día 12 de mayo de 2007 publicó un artículo en el que denunció

públicamente, probando con grabaciones, cómo los ex-jefes de las AUC delinquían desde

la prisión160.

Como segunda medida, no queda tampoco claro por qué la presidencia de la República

renunció a la posibilidad que tenía de castigar el incumplimiento de los compromisos de

los ex – jefes de las AUC con las herramientas que le otorgaba la misma Ley de Justicia y

Paz, pues con el desacato de la ley se pierden los requisitos que permiten los beneficios que

ésta otorga a los desmovilizados161 y como consecuencia de ello, los asuntos de

investigación deben ser llevados por la justicia ordinaria, cuyas penas en ciertos casos,

pueden ser incluso más rígidas que las impuestas en los Estados Unidos por el delito de

narcotráfico162.

160
Cfr. http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=103556. “Te llamo desde la Prisión”. Revista
Semana. Mayo 12 de 2007.
161
Cfr: Artículo 10 de la ley 975 de 2005.
162
La afirmación anterior se explicará con un ejemplo simple. El día 17 de junio de 2008, un tribunal de
Nueva York, impuso a Diego Fernando Murillo (alias “Don Berna”), por motivos de narcotráfico, una de las
penas más altas que se han impuesto contra los narcotraficantes extraditados: 375 meses, es decir, 31 años de
prisión.
A su vez, sobre los crímenes que ha cometido alias “Don Berna”, en Colombia se han hecho afirmaciones
como la siguiente: “Ni a "don Berna" le tembló la voz para decidir el sometimiento a sangre y fuego de
bandas, combos, milicias y otros paramilitares, ni a los hombres bajo su mando les faltaron arrestos para
retener, torturar, desterrar, descuartizar o desaparecer a todos aquellos sobre los que se tuviera la más mínima
sospecha de su relación con las milicias de la subversión o se opusiera a las órdenes de su "patrón".” (Ver:
http://www.semana.com/noticias-on-line/terror-mecanismo-dominacion-don-berna/105030.aspx. El terror,
mecanismo de “Don Berna”. Revista Semana, julio 16 de 2007).

72
Los anteriores son sólo dos de los muchos cuestionamientos que se generaron ante la

extradición masiva de los ex – jefes de las AUC, pero resultan bastante ilustrativos para

cuestionarse acerca de las razones de fondo que motivaron el estudiado suceso.

3.2.4 Dos acontecimientos importantes

La tan mencionada extradición masiva de ex -jefes de las AUC estuvo precedida por dos

acontecimientos de gran trascendencia Nacional. Por un lado, el día 22 de abril de 2008 se

realiza la captura del ex - senador Mario Uribe Escobar163, pues la Corte Suprema de

Justicia sospecha de sus nexos con el grupo de las AUC. Este es sólo uno de los muchos

casos de “parapolítica” que por esas fechas se presentaban en el Congreso, pero tiene

especial importancia si se tiene en cuenta que el ex –congresista era primo del entonces

Presidente Álvaro Uribe Vélez164.

Por otro lado, el día 27 de abril de 2008 la ex – Representante a la Cámara Yidis Medina

Padilla se entregó ante las autoridades, porque al parecer había recibido favores del

Si se observa, en Colombia la pena que se le podría imponer al paramilitar, de ser ciertos los delitos que se
mencionan, superaría la pena impuesta por la justicia estadounidense.
163
Ver: http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=111210. Capturado el ex -senador Mario Uribe.
Revista Semana, abril 22 de 2008.
164
Ver: http://www.semana.com/noticias-nacion/papa-caliente/110965.aspx. La papa caliente. Revista
Semana, abril 12 de 2008.

73
gobierno, en el año 2004, a cambio de votar a favor de la reforma constitucional que

permitía la reelección del presidente Uribe165.

Los dos sucesos anteriores (que por cierto, a la fecha del presente estudio fueron resueltos

por la justicia, comprobándose la ejecución de los delitos en ambos casos166) fueron

precedentes inmediatos a la extradición de alias “Macaco” y a la posterior extradición

masiva de paramilitares.

De ahí que quepa entonces preguntarse las repercusiones que las extradiciones pueden tener

en los dos acontecimientos anteriores. La respuesta puede orientarse en dos vías: por un

lado, el mensaje que se envía es que el presidente no tiene nexos con el paramilitarismo, a

tal punto que en nombre de la justicia está extraditando a los Estados Unidos a sus

máximos cabecillas, para que cumplan largas condenas. De otra parte, si alguno de los

extraditados conocía de los nexos de los políticos con el paramilitarismo, la confesión se

trasladó a los Estados Unidos.

Por ende puede afirmarse que los dos acontecimientos anteriores no deben pasar

desapercibidos cuando se estudia la coyuntura política que circundaba las extradiciones de

165
Cfr. http://www.semana.com/noticias-nacion/yidis-tras-rejas/111367.aspx. ¿Yidis tras las rejas? Revista
Semana, Abril 26 de 2008. Ver también: http://www.semana.com/noticias-opinion/historia-no-
contada/110739.aspx. CORONELL, Daniel. La historia no contada. En: Revista Semana, Abril 5 de 2008.
Cfr. También: http://www.semana.com/noticias-on-line/caso-yidis-para-bailar-necesitan-dos/111422.aspx. El
caso Yidis, para bailar se necesitan dos. Revista Semana, Abril 28 de 2008.
166
Cfr. Sentencias condenatorias de CSJ, Sala de Casación Penal, junio 26 de 2008, proceso No. 22453 y
febrero 21 de 2011, proceso No. 27918.

74
jefes paramilitares que se presentaron en el mes de mayo de 2008, y que dejan lugar a

pensar que obedecieron a motivos diferentes a los señalados por el gobierno.

3.2.5 Las reacciones de la Corte en medio del contexto político

Como reacción a las extradiciones realizadas por el gobierno la Corte Suprema de Justicia

respondió (como se señaló en el recuento conceptual realizado en el presente estudio)

advirtiendo al mismo que debía tener en cuenta los derechos de las víctimas antes de llevar

a cabo extradiciones.

Como también se estudió en líneas precedentes, entre los condicionamientos más fuertes

impuestos por la Corte Suprema de Justicia se encuentran el de Hébert Veloza García

(Alias H.H.) y el de Norberto Quiroga (Alias Beto Quiroga o 5/5). Sin embargo, en el mes

de marzo de 2009167 el presidente envió en extradición a tres ex –jefes paramilitares más.

Vuelve entonces a surgir el cuestionamiento acerca de la razón que llevó a la presidencia a

desacatar lo señalado por la Corte.

El caso de alias “H.H.” es especial. El ex –jefe paramilitar había hecho parte de los altos

mandos de las AUC en el Bloque Bananero en el Urabá Antioqueño y en el Bloque Calima

en el Cauca y el Valle del Cauca168, y por ello conocía las secretas relaciones del

167
Ver anexo.
168
Cfr. http://www.verdadabierta.com/victimarios/los-jefes/658-perfil-jose-ever-veloza-alias-hh. “H.H.” José
Éver Veloza. Verdad Abierta.

75
paramilitarismo con varios miembros del gobierno. Dentro de sus confesiones169 se

destacan los vínculos del paramilitarismo con multinacionales bananeras, con miembros del

ejército como el general Rito Alejo del Río y con las denominadas Convivir170 las cuales,

según señaló, eran entidades que captaban dinero para el paramilitarismo.

A lo anterior se añade que, la semana siguiente a su extradición, Veloza estaba citado para

declarar en el juicio que se seguía contra el ex – senador Mario Uribe171, citación a la cual

por razón de su extradición, no asistió.

Obsérvese cómo estos nuevos episodios dejan lugar a pensar que, cuando en la presidencia

se ha enviado a ex –jefes de las AUC en extradición, concomitantemente se han presentado

sucesos políticos que comprometen las posibles relaciones existentes entre miembros del

gobierno y el paramilitarismo.

Las acciones ejecutadas por el presidente de la República generaron entonces una reacción

por parte de la Corte Suprema de Justicia la cual, indignada ante el desacato de sus

advertencias, opta por negar las nuevas solicitudes de extradiciones, como previamente se

explicó.

169
Confesiones importantes de Veloza se pueden ver en los dos siguientes documentos:
http://www.semana.com/noticias-nacion/destape-jefe-para/105404.aspx. Destape de un jefe “para” Revista
Semana, agosto 4 de 2007. http://www.contravia.tv/capitulos/2008/Entrevista-con-H-H-Parte-I. Entrevista
con “H.H.”. Programa Contravía (Partes 1-6), Hollman Morris, Canal 1, septiembre 28 de 2008.
170
Cfr. http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=102193. Convivir y paras: amor a primera vista.
Revista Semana, Abril 14 de 2007. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-536725. Uribe
responde a críticas sobre las convivir. Periódico El Tiempo. Febrero 8 de 1997.
171
http://www.semana.com/noticias-enfoque/quedo-faltando-hh/121509.aspx. Qué le quedó faltando a
“H.H.”. Revista Semana, marzo 7 de 2009.

76
3.2.6 Conclusiones Parciales

Frente a la relación existente entre las circunstancias políticas y la extradición de los ex –

jefes paramilitares, pueden señalarse dos conclusiones fundamentales.

Como primera medida, es posible afirmar que la extradición de los ex –jefes paramilitares

en la época estudiada nunca estuvo desligada de los intereses personales de los encargados

de decidir acerca de ella. Así, se presentó un modelo repetitivo en el cual, cuando la

coyuntura política amenazaba la legitimidad del gobierno, por relacionarlo con sus nexos

con el paramilitarismo, se presentaba la extradición.

En segundo término, aunado a lo anterior, cabe advertir cómo en estos casos la extradición

fue usada como un método de silenciamiento al servicio de quienes encontraban una

amenaza para el conocimiento de la verdad.

Por último, puede observarse cómo el pronunciamiento de fondo por parte de la Corte

Suprema de Justicia al conceptuar sobre la extradición, ha funcionado como un freno frente

a las acciones caprichosas por parte del ejecutivo.

77
4 ANÁLISIS DE RESULTADOS

En el presente estudio se realizó un examen en el cual se estudiaron los factores

coyunturales que han determinado los giros jurídico-políticos frente al tema de la

extradición en Colombia.

Tal estudio coyuntural ha servido para ilustrar un modelo repetitivo en la historia de la

extradición en Colombia, que ha contado con cuatro características principales, las cuales

se expondrán a continuación.

En primer lugar, ante la posibilidad de que ésta se generara, la violencia se reprodujo con

mayor intensidad. Así sucedió cuando el ministro de justicia de la época, Rodrigo Lara

Bonilla, defendió la extradición, hecho que pagó con su vida. Lo mismo ocurrió a los

magistrados de la Corte Suprema de Justicia quienes, por cuenta de estudiar cuestiones

relativas a la extradición, resultaron asesinados. La cuestión cobró también la vida del

dirigente liberal, Luis Carlos Galán.

En segundo lugar, pudo observarse cómo ha sido la presión del gobierno estadounidense la

que, en su búsqueda por combatir el narcotráfico, ha permitido el desarrollo del mismo.

Dos situaciones particulares lo demuestran: por un lado, cuando el país norteamericano vio

en Colombia una amenaza por la producción de droga, presionó al gobierno Colombiano

para que celebrara un tratado de extradición, logrando su cometido. Así, el tratado fue

celebrado e incorporado a la ley colombiana obedeciendo a la presión del gobierno

extranjero. Por otra parte, cuando en Estados Unidos se pensó que desde el gobierno

78
colombiano no se ofrecían garantías para combatir el narcotráfico, por considerar que el

presidente de la República (Ernesto Samper) tenía nexos con éste, presionó para que se

permitiera la extradición, hasta el punto de generar un cambio constitucional.

En tercer lugar, la extradición se ha utilizado como un instrumento para hacer cumplir la

ley (declarándose el gobierno impedido para usar su propio aparato judicial), y no como un

mecanismo de cooperación internacional que, como se mostró al comienzo de este estudio,

es su finalidad. Lo anterior lo ejemplifican dos gobiernos particulares: por un lado, el del

presidente Belisario Betancur, durante el cual la extradición fue utilizada de comodín para

amenazar a los narcotraficantes con ser juzgados en los Estados Unidos. Por otro lado,

durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe, la señalada institución jurídica se usó

como amenaza aparente172 a los miembros de las AUC que no cumplieran sus

compromisos.

Por último, puede observarse cómo los gobiernos de turno se han escudado en los

conflictos que se generan por razón de la extradición, para así tomar funciones que

corresponden a otras ramas del poder público, trastornando una característica esencial del

Estado de Derecho: la distribución del poder en tres ramas de poder público. Así, la

presidencia elaboró la ley penal hasta 1991 (desde por lo menos 1984, tras el asesinato de

Lara Bonilla) amparada por el estado de sitio. Esta situación terminó con el nacimiento de

la Constitución de 1991. Por otro lado, como la ley penal señaló que el concepto emitido

por la Corte Suprema de Justicia debía ser de forma, y no de fondo, se ha dejado en cabeza

172
Amenaza aparente porque en este caso, las penas que pagarían los paramilitares en Colombia serían mucho
más fuertes que en los Estados Unidos.

79
del Presidente gran discrecionalidad para decidir la extradición, permitiendo que ésta la use

para favorecer sus propios intereses (como lo fue por ejemplo, el extraditar para evitar el

desmantelamiento de la para-política).

80
5 CONCLUSIONES

En Colombia, la extradición no ha obedecido a la razón de ser que su concepto señala, la

cual es servir como instrumento de cooperación internacional para evitar la impunidad. Por

el contrario, ésta ha estado sometida a la voluntad de tres agentes fundamentales: por una

parte, la del gobierno de Estados Unidos que, en su lucha contra el narcotráfico, ha

sometido al gobierno colombiano a su parecer. Por otro lado, al capricho de los

narcotraficantes colombianos, los cuales, generando temor por medio de actos violentos,

han manipulado su aplicación. Por último, la señalada institución jurídica ha sido dejada

también a la voluntad de los gobiernos de turno los cuales, en aras de amenazar al

narcotráfico, o de evitar los nexos que pudieran tener con el mismo, han hecho uso de la

figura a su antojo.

Como segunda medida, puede observarse cómo a lo largo de la historia de Colombia, los

gobiernos han demostrado un escapismo y simultáneo escepticismo constante por la

aplicación de justicia colombiana a los narcotraficantes. Así, en un principio, el hecho

obedecía a usar la institución como un mecanismo para amenazarlos con la aplicación de

rígidos juicios en Estados Unidos que condenaban su actuar, ante lo cual los

narcotraficantes respondían “Preferimos una tumba en Colombia que una prisión en

Estados Unidos”. Ahora, la extradición se ha convertido en la disculpa perfecta para que

con los narcotraficantes se vayan las verdades acerca de los nexos que tienen muchos

políticos con el narcotráfico, y al mismo tiempo, en la salvación de los criminales que han

cometido delitos de lesa humanidad en Colombia, los cuales ahora prefieren una cárcel en

Estados Unidos que una tumba en el país.

81
Por último, debe señalarse que las anteriores situaciones han desnaturalizado por completo

el concepto de extradición. Frente a ello cabe resaltar que, si éste quisiera ser restaurado, la

salida que queda frente al tema es la protección de la separación del poder en tres ramas del

poder público, principio propio del Estado de Derecho. La Constitución de 1991 ofreció

una primera solución, evitando la instauración del estado de sitio como política permanente

de gobierno. Sin embargo, lo anterior no ha sido suficiente. Aún falta el aval de la ley para

que la Corte Suprema de Justicia, al emitir conceptos de extradición, pueda realizar un

pronunciamientos de fondo sobre estos, en los cuales se estudien materias tales como: la

afectación de la extradición a los derechos de la verdad de las víctimas y la sociedad

colombiana, la garantía del derecho del non bis in idem cuando se va a extraditar y el

respeto por la ley penal colombiana. Sólo de esta manera, se evitarían las nefastas

consecuencias que ha dejado para un país, la inconveniente aplicación de la extradición.

82
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 “Te llamo desde la Prisión”. Revista Semana. Mayo 12 de 2007.
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=103556
 Capturado el ex -senador Mario Uribe. Revista Semana, abril 22 de 2008.
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=111210

86
 Convivir y paras: amor a primera vista. Revista Semana, Abril 14 de 2007.
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=102193.
 CORONELL, Daniel. La historia no contada. En: Revista Semana, Abril 5 de 2008.
http://www.semana.com/noticias-opinion/historia-no-contada/110739.aspx.
 Destape de un jefe “para” Revista Semana, agosto 4 de
2007.http://www.semana.com/noticias-nacion/destape-jefe-para/105404.aspx.
 El caso Yidis, para bailar se necesitan dos. Revista Semana, Abril 28 de 2008.
 El terror, mecanismo de “Don Berna”. Revista Semana, julio 16 de 2007.
http://www.semana.com/noticias-on-line/terror-mecanismo-dominacion-don-
berna/105030.aspx
 GUARÍN, Rafael. ¿Quién mató a Galán? En: Revista Semana. Julio 8 de 2006. Ed.
1262.
 La historia sin fin. Revista Semana. Agosto 12 de 1996.
http://www.semana.com/noticias-nacion/historia-fin/29154.aspx.
 La papa caliente. Revista Semana, abril 12 de 2008.
http://www.semana.com/noticias-nacion/papa-caliente/110965.aspx.
 Mejor junto al café. En: Revista Semana. ed. de septiembre 20 a septiembre 27 de
1982.
 NEIRA, Armando. Diciembre 2 de 1981: El comienzo del horror. En: Revista
Semana. Mayo 30 de 2004. ed. 1152.
 PEREZ ORTIZ, Herminio. Exequibilidad de la Ley 68 de 1986 Aprobatoria del
Tratado de Extradición. En: Revista Areópago. 1987. No. 1.
 Qué le quedó faltando a “H.H.”. Revista Semana, marzo 7 de 2009.
http://www.semana.com/noticias-enfoque/quedo-faltando-hh/121509.aspx.

Tomados de publicación física:

 RAQUEJO, Inés Elvira “La metamorfosis política del narcotráfico y las


autodefensas/paramilitarismo”. Perspectivas Internacionales, julio a diciembre de
2007, Vol. 3 No. 2.
 REYES Posada, Alejandro. El despojo de la tierra en Colombia. En: Revista
Semana, ed. de abril 9 de 2009.
 Tarjeta roja a Botero. En: Revista Semana, julio 2 de 1984. ed. 109.
 TOKATLIAN, Juan Gabriel. “Entorno a la extradición. Una opinión expresamente
polémica”, Análisis Político, Universidad Nacional de Colombia, enero a abril de
1997, No. 30.
 Uribe responde a críticas sobre las convivir. Periódico El Tiempo. Febrero 8 de
1997.

87
 VALENCIA Villa, Hernando. “La reforma constitucional de Barco: Entre el terror
blanco del narcotráfico y el agujero negro del referéndum”. Análisis Político,
Universidad Nacional de Colombia, septiembre a diciembre de 1989, No. 8.

MEDIOS AUDIOVISUALES

 Programa Contravía, Entrevista con “H.H.”. Hollman Morris, capítulo de


septiembre 28 de 2008.
 Programa Contravía. Extradición de jefes paramilitares. Hollman Morris. Capítulo
de mayo 13 de 2008.

PÁGINAS DE INTERNET

 “H.H.” José Éver Veloza. Verdad Abierta.


http://www.verdadabierta.com/victimarios/los-jefes/658-perfil-jose-ever-veloza-
alias-hh.
 CALDERÓN Villegas, Ricardo. (s.f.) “Rodrigo Lara Bonilla es Asesinado”
Colombiamania. http://www.colombiamania.com/turismo/?q=node/2182.
[03/02/11]
 Comisión Ética Objeta Decisión de Extradición. Colectivo de Abogados José Alvear
Restrepo. Mayo 21 de 2008 http://www.colectivodeabogados.org/COMISION-
ETICA-OBJETA-DECISION-DE
 Comunicado de prensa número 21 de 2008. Washington. Mayo 14 de 2008.
http://www.cidh.oas.org/Comunicados/Spanish/2008/21.08sp.htm.
 Equipo Nizkor. Texto oficial del discurso de Uribe Velez explicando la extradición
masiva de paramilitares. Mayo 13 de 2008.
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/paz/colusa2.html.
 Extradición: El error de Colombia y de Estados Unidos. Centro Internacional Para la
Justicia Transicional (ICTJ). Mayo 14 de 2008.
http://www.ictj.org/es/news/features/1680.html.
 GALICKI, Zdzislaw. LA OBLIGACIÓN DE EXTRADITAR O JUZGAR ("AUT
DEDERE AUT JUDICARE") EN DERECHO INTERNACIONAL. [online]
untreaty.un.org. Publicado: febrero 9 de 2006.
 PUENTES, Ángela María (2008). “El narcotráfico. La historia - El comienzo”.
Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/la-historia/139-el-narcotrafico.
[02/10/11]

88
ANEXO

Favorabilidad
del
Nombre Alias Fecha Concepto Concepto Radicado Fecha de Extradición

Juan Carlos Sierra Ramírez El Tuso o El Ojón 2004‐Sept. 15 Sí 22244 2008‐Mayo 13

Salvatore Mancuso El Mono‐Santander Lozada 2004‐Nov. 24 Sí 22245 2008‐Mayo 13

Diego Fernando Murillo Don Berna, Don Bernardo, Adolfo Paz 2005‐Sep. 7 Sí 23912 2008‐Mayo 13

Eduardo Enrique Vengoechea Mola El Flaco, Diego 2006‐Marzo 28 Sí 24188 2008‐Mayo 13

Víctor Manuel Mejía Múnera Chespirito 2007‐Mayo 16 Sí 25905 Baja por ejé. (04‐30‐08)

Francisco Javier Zuluaga Lindo Gordo Lindo 2007‐Mayo 16 Sí 26768 2008‐Mayo 13

Ramiro Vanoy Murillo Cuco Vanoy o Marcos 2007‐Mayo 30 Sí 26766 2008‐Mayo 13

Diego Alberto Ruíz Arroyave El Primo o Andrés 2007‐Julio 27 Sí 26372 2008‐Mayo 13

Hernán Giraldo Serna El Patrón, El Viejo 2007‐Mayo 23 Sí 27019 2008‐Mayo 13

Ricardo Tovar Pupo Jorge 40 2007‐Junio 13 Sí 27020 2008‐Mayo 13

Guillermo Pérez Alzate Pablo Sevillano 2007‐Junio 20 Sí 26814 2008‐Mayo 13

Nodier Giraldo Giraldo El Cabezón 2007‐Junio 20 Sí 26686 2008‐Mayo 13

Edwin Gómez Luna Mello Pobre, El Repetido 2007‐Octubre 3 Sí 26778 2008‐Mayo 13

Martín Peñaranda Osorio El Burro 2007‐Nov. 14 Sí 26689 2008‐Mayo 13

Manuel Enrique Torregrosa Chang 2007‐Diciembre 5 Sí 28505 2008‐Mayo 13

Miguel Villarreal Archila Salomón 2008‐Abril 2 Sí 28504 2008‐Septiembre 1

Carlos Mario Jiménez Naranjo Macaco 2008‐Abril 2 Sí 28643 2008‐Mayo 6

José Gregorio Terán Vázquez Terán o El Pipón 2008‐Julio 29 Sí 29299 2008‐Noviembre 20

Hebert Veloza García HH 2008‐Julio 31 Sí 28503 2009‐Marzo 5

Norberto Quiroga Poveda Beto Quiroga o 5/5 2008‐Sep. 23 Sí 29298 2009‐Marzo 18

Miguel Ángel M. Mejía Múnera Pablo Arauca 2008‐Diciembre 2 Sí 30140 2009‐Marzo 3

Luis Édgar Medina Flórez Comandante Chaparro 2009‐Agosto 19 No 30451 NO

Edward Cobos Téllez Diego Vecino 2010‐Febrero 17 No 32568 NO

Daniel Rendón Herrera Don Mario 2010‐Marzo 17 No 32786 NO

Fredy Rendón Herrera El Alemán 2010‐Mayo 4 No 32794 NO

Éder Pedraza Peña Ramón Mojana o Don Ramón 2010‐Julio 28 Sí 33306 2010‐Noviembre 18

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