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Oración inicial:

Creemos, Señor, que Tú eres el camino único que conduce al Padre.


Pero son muchos los hombres, hermanos nuestros, que andan
perdidos sin saber que han sido creados por Dios y para Dios.
Ignoran que Tú los has rescatado con el precio de tu Sangre.
No atinan a dar sentido a su vida, y no aspiran a ocupar el lugar que
Tú les tienes preparado en tu gloria. Por nosotros, los creyentes, y
por los que no te conocen, venimos a rogarte, Señor Te agradecemos
el regalo de la vida y el tesoro de la Fe; la alegría y la Esperanza que
arraigas en nuestros corazones; el don del Amor y la ilusión que nos
das de ayudarte en la salvación de nuestros hermanos

Canto corazón el más puro pág.33

Del Evangelio según San Juan. 14,1-4; 17,24-25.

Les dijo Jesús: "No se turbe su corazón. En la casa de mi Padre hay


muchas mansiones; si no, se lo habría dicho; porque voy a
prepararles un lugar. Y cuando me haya ido y les haya preparado un
lugar, volveré y los tomaré conmigo, para que donde esté yo estén
también ustedes. Y adonde yo voy saben el camino"...
Y dirigiéndose al Padre, dijo: "Padre, quiero que donde yo esté,
estén también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen
mi gloria, la que tú me has dado, porque me has amado antes de la
creación del mundo".

PALABRA DEL SEÑOR.

Canto Hablame, Señor pág. 83

Reflexión

"Mis delicias son estar con los hombres", dice la Biblia sobre la
Sabiduría eterna (Proverbios 8,31). Juan nos asegurará al principio
de su Evangelio, al hablarnos de la encarnación del Hijo de Dios:
"Y echó su tienda de campaña entre nosotros". A Juan y Andrés, que
le preguntan dónde tiene su morada, les contesta: "Vengan y vean".
Jesús está entre nosotros, está con nosotros, pero, a estas horas, aún
seguimos oyendo el reproche del Bautista: "Está en medio de
ustedes, y no le conocen" (Juan 1, 14. 38. 26)
Mirando al Israel peregrino por el desierto vemos cómo Dios habita
en el Arca, colocada en el campamento, signo visible de la presencia
permanente de Dios con su pueblo (Éxodo 40,1 -34)
El instinto cristiano, guiado siempre por el Espíritu Santo, ha
adivinado en todos estos pasajes bíblicos una imagen de la realidad
que vivimos en la Iglesia. El Jesús del Altar que es nuestro
sacrificio, el Jesús del Comulgatorio que es nuestro alimento, ese
mismo Jesús es en el Sagrario el compañero de nuestra
peregrinación.
Sin ningún mandato suyo, la Iglesia ha entendido el querer de
Jesús y mantiene el Sacramento en todas las iglesias con nosotros,
para que nosotros le hagamos constante compañía y sea Él, en todas
las circunstancias de nuestro caminar, el verdadero imán que nos
atraiga a Sí para llenarnos de sus bendiciones y de sus gracias.
El Catecismo de la Iglesia Católica, haciéndose eco de este sentir
cristiano, lo comenta así: "Por la profundización de la fe, la
Iglesia tomó conciencia de la adoración silenciosa del Señor
presente bajo las especies eucarísticas. Por eso, el Sagrario debe
estar colocado en un lugar particularmente digno de la iglesia, de tal
forma que manifieste la verdad de la presencia real de Cristo en el
Santo Sacramento". "La visita al Santísimo Sacramento es una
prueba de gratitud, un signo de amor y un deber de adoración hacia
Cristo nuestro Señor".
Canto: yo te adoro Cristo
PRECES
Señor Jesús, que en tu Sagrario me esperas para llenarme de tu
amistad, de tu gracia y de tu fuerza. Por amor te quedaste con
nosotros, y sólo con amor se corresponde dignamente a tanta
dignación tuya. Atráeme ti. Encadéname a ti. Sólo así haré que mi
vida de la tierra sea como la que tendré en el Cielo.

A cada petición respondemos: ESCUCHANOS SEÑOR


Rogamos ahora, en la presencia del Señor que nos acompaña, y le
pedimos: Aviva nuestra fe, Señor Jesucristo, y escucha nuestras
plegarias: OREMOS: R.

El amor te impulsó a ti a quedarte en el mundo a la vez que te ibas al


Cielo; haznos vivir ya en el Cielo a la vez que estamos en el mundo.
Haz que nuestros corazones estén fijos allí donde están los gozos
verdaderos; a fin de que, por las cosas que perecen, no peligre nunca
nuestra salvación. OREMOS: R.

Tú que gozas en estar con nosotros tus hermanos, que necesitamos


de ti; guía nuestros corazones a los hermanos nuestros más
necesitados, que no desdeñemos su compañía, y que les ayudemos
en su pobreza y en todas sus angustias. OREMOS: R.

Te pedimos oh Dios que ayudes a todos nuestros hermanos más


necesitados, tanto en lo material como espiritual y que podamos ver
tu rostro en ellos. OREMOS: R.
Te rogamos por nuestra Colonia La Reinita para que reine la paz en
cada hogar siempre buscando que seas tú el centro de nuestras vidas.
OREMOS: R.
Por la iglesia nuestro papa Francisco, sacerdotes, diáconos,
religiosas, Laicos porque nos ayudes a tener sabiduría para ser
miembros útiles de tu cuerpo místico en tu Iglesia Peregrina en la
tierra.
OREMOS: R.

Señor Sacramentado, Divinidad escondida, nosotros te adoramos.


Nuestro corazón se te rinde todo entero. En tu contemplación,
desfallecemos de amor. No te ven nuestros ojos, pero te adivina
nuestra fe. El Ladrón te reconoció en la cruz; nosotros te
reconocemos aquí, y como él te decimos: "En tu Cielo, ¡acuérdate de
nosotros, Señor!". Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

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