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RECONOCIMIENTO CONYUGAL MASÓNICO

El RECONOCIMIENTO CONYUGAL MASONICO, hay que resaltar que esta ceremonia no debe
llamarse por ningún motivo "Matrimonio Masónico " o “Boda Masónica”.. Es importante
destacar que ésta celebración no constituye, en ningún grado, una boda o la
realización de
algo parecido, ya que ésta práctica compete exclusivamente a las instituciones
civiles y
religiosas.
Por lo tanto, un Reconocimiento Conyugal Masónico tiene como único objeto que algún
miembro del Taller presente a su nueva esposa al resto de la Membresía, con el
objeto de
que éstos ofrezcan de manera fraternal su apoyo incondicional al cónyuge para
auxiliarla en
los casos necesarios, refrendando así uno de los postulados más altos de la Orden:
el amor
fraternal. Esta ceremonia es también tan antigua como la misma Orden
El RECONOCIMIENTO CONYUGAL, tiene un carácter eminentemente moral y filosófico.
Esta
ceremonia es de una gran belleza y de un alto sentido alegórico inusual. La
Masonería no
celebra Matrimonios, no es lo mismo este reconocimiento conyugal que el contrato
civil que
celebra la pareja ante el Juez o Notario, ni es igual al sacramento celebrado en la
Iglesia, No
tienen nada de común el uno y los otros.
Aquí el masón y su cónyuge, se complacen en ratificar ante sus HH:. Masones el
contrato de
fidelidad y unión reciprocas que han firmado antes, o no lo han firmado aun de
acuerdo a
las leyes del país o preceptos o credos religiosos ya que sin este acto previo y
anterior, no
podrá darse el reconocimiento masónico. La enseñanza moral que reciben los cónyuges
en
esta ceremonia tiene un gran alcance social.

Definición: según el MQH:. PGIGO Guardian del R.E.A.A. y Gran bibliotecario SCG33
Región
Sur de Estados Unidos
DECORACIÓN Y DISPOSICIÓN DEL TEMPLO
Las Tenidas Blancas representan para la Masonería la oportunidad de darse a conocer
y de
mostrar a la sociedad en qué consiste su filosofía fundamentada en el Amor y
la Fraternidad. Por ello, los detalles para celebrar el ritual se cuidan con
esmero. Son pocas
las ocasiones en que los Masones abren las puertas de la Logia a los profanos.
El Templo se decorará con adornos blancos y se distribuirá de la siguiente manera:
Las Paredes del templo deberán estar tachonadas de blanco con adornadas de
gladiolos
blancos y rosas blancas intercaladas
1. Cerca de la gradería de Oriente se colocará una mesa de reconocimiento conyugal
y
sobre ella los siguientes emblemas:
 El cordón conyugal azul y blanco para ligar a ambos esposos.

 Un cordón azul, de adopción, para la esposa.

 Una varilla de cristal, limada en el centro para poderla romper.

 Tres copas: una vacía y las dos restantes con agua y vino.

 Un cestillo con flores y frutas.

 Un candelabro de tres brazos, adornado con flores en el centro.

 Un cestillo con pétalos de flores para ser repartida entre los Masones.

 El anillo conyugal

 Una transcripción de la ceremonia.


2. En lo alto de la gradería de Oriente se colocarán dos mesitas delante de las
cuales toman
asiento el Experto y el Maestro de Ceremonias. Sobre ellas, un cestillo con pétalos
de flores
que será entregado a los profanos.
3. Al centro del recinto, sobre una baja tarima tapizada de color rojo dos sillones
para los
esposos.
PROTOCOLO DEL ACTO
El Maestro de Ceremonia es el responsable de la organización del evento y
dependiendo de
la magnitud y la concurrencia del mismo contará con la ayuda de uno o varios
auxiliares. El
Experto o Guardián del Rito será el responsable de que se cumplan a cabalidad cada
uno de
los pasos de la ceremonia.
El protocolo del acto es el siguiente:
1. Los auxiliares recibirán en la entrada del templo a los asistentes y les
ubicarán de la
siguiente manera (ver plano):

 Las damas del cortejo nupcial se sentarán en los sillones próximos a los
novios. (Fila
1)

 El resto de las damas y caballeros profanos invitados en las filas


siguientes.

 Los hombres ocuparán las demás filas ( 3) , con excepción de las últimas que
serán
para los Masones ( 4 y 5).
2. El Maestro de Ceremonias y el Experto
conducen a los hermanos masones en dos columnas o hileras una enfrente de la otra,
deteniéndose en la primera grada del Oriente.
3. Los primeros compases de una marcha musical anuncian al Venerable Maestro y a su
cortejo. Los hermanos masones dispuestos en hileras forman la “Bòveda de Acero”
destinada sólo para honrar a los más altos cargos de la hermandad. El Venerable
aparece
avanzando entre columnas y las espadas son cruzadas y elevadas hasta que llega al
trono.
Le precede el Portaestandarte con su insignia y el Portaespada con esta al brazo.
4. En el caso de que asistieran miembros del Supremo Consejo del Grado 33, estos
marcharán al lado del Venerable Maestro bajo la “Bóveda de Acero”. Pero si
asistiera su
presidente el Soberano Gran Comendador la bóveda de acero será reservada para él.
Lo
recibirá el Venerable Maestro y le ofrecerá el Mallete (símbolo masónico de
autoridad). En
el caso de que rehuse presidir la ceremonia, se sentará al lado del Venerable.
5. Finalizado el recorrido del Venerable Maestro o el Soberano Gran Comendador, los
hermanos masones rompen la bóveda de acero y en estricto orden sin desorganizar las
filas
ocupan sus puestos.
Así mismo, enumeraba los emblemas que se utilizan para el Ritual. Está claro que el
carácter
simbólico de la Masonería se refleja en las herramientas del “Arte de la
Construcción”,
pero también en elementos como flores, frutas, agua y vino.
Cada de detalle de la ceremonia requiere especial atención. Por ello, en las
alocuciones
del Orador y del Venerable Maestro, se utilizará una retórica acorde al acto y a
los
asistentes. La elaboración de los discursos se encomienda a los hermanos masones
más
intelectuales. La música también es parte importante del evento, puesto que se
utiliza en
puntos claves de la ceremonia.
El guion que a continuación se describe fue extraído
del DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE
LA MASONERIA, Tomo V, página 701 a 708. Y corresponde al Rito Escocés Antiguo y
Aceptado.
Guión del Ritual
El Venerable Maestro (V.M.) da inicio a la ceremonia con un golpe de Mallete. Este
instrumento es símbolo de autoridad, se utiliza en la apertura y cierre de los
trabajos. Cada
golpe o golpes indican momentos importantes en los Ritos. Es la herramienta del
Maestro
Masón y a través de él expresa su voluntad de construir y ejecutar.
V.M. – Señoras y Señores: La Francmasonería abre las puertas de sus templos a todas
las
creencias y aspiraciones honestas, para protegerlas en su seno de fraternidad
laboriosa. […]
Gracias, señores por haber venido a oír la palabra, tan modesta como sincera,
de la Francmasonería, en esta solemne ceremonia de RECONOCIMIENTO CONYUGAL.
El Venerable da un golpe de mallete y los hermanos masones se ponen en pie.
V.M. – Hermano Primer Vigilante podéis hablar sin reserva desde ya vais a ser
escuchado
por selectos espíritus y generosas almas.
El Primer Vigilante (P.V.) se pone de pie y mantiene esta postura durante el
siguiente
diálogo con el Venerable. Éste se sienta.
P.V. – En el vestíbulo del templo se encuentra nuestro hermano (nombre del esposo),
acompañado de una señora de bondadoso aspecto, con la cual acaba de unirse en
matrimonio bajo la ley del Estado y solicita para ella la protección de
la Francmasonería.
V.M. – Nuestro excelente hermano (nombre del esposo) ejercita un derecho; pero como
todo
derecho implica un deber correlativo, ambos definidos en la noción de justicia […]
P.V. – Reconozco la sabiduría de vuestras previsiones y el alto interés crítico,
que el acto
debe despertar en quienes van a recibir sus efectos […] Dadnos, pues,
vuestras órdenes Venerable Maestro.
V.M. – Hermanos Gran Experto y Maestro de Ceremonias, conducid a los esposos.
— Hermano 2º Maestro de Ceremonias, que la luz, el más bello y comprensivo de
nuestros
símbolos, irradie la mesa de Reconocimiento Conyugal.
Encendido el candelabro, se inicia una marcha nupcial. Los hermanos se ponen en
pie. Los
esposos y su cortejo son introducidos “entre columnas”. La marcha continua por
algunos
momentos en tono suave, para no ahogar la voz del Venerable.
V.M. – ¡Bienvenidos seáis, esposos! La Francmasonería ha escuchado vuestra demanda
de
hospitalidad, hondamente conmovida por la confianza y respecto de sus principios y
de su
carácter.
Con un gesto de la mano invita a los esposos a sentarse. La marcha cesa. El
Experto y el
Maestro de Ceremonias hacen tomar asiento a los esposos y al cortejo. El Venerable
continua su alocución.
V.M. – Joven esposa: no me sorprenderia, si multitud de interrogantes han asaltado
a
vuestra mente al entrar en este recinto, envuelto en espeso misterio para quienes
no han
podido ser aquellas satisfechas…Voy pues a descorrer el velo por completo […]
(Descorrer el
velo significa acceder al verdadero conocimiento, dejar de ver lo aparente para
conocer su
esencia).
— ¿Os comprometeis, en consecuencia, a organizar con tales fines vuestra sociedad
de
esposos sobre la base del amor y la justicia, orientados hacia la fraternidad
solidaria de
todos los hombres?
ESPOSOS — ¡Aceptamos el compromiso!
V.M. — ¿Contraéis formal compromiso de educar a vuestros hijos como elementos
útiles de
conservación y mejoramiento de la sociedad civil, esto es, educarlos posiblemente
en la
ciencia, en la justicia y el trabajo?
ESPOSOS — ¡Nos comprometemos!
V. M. – Bajo tales promesas voy a proceder al reconocimiento de vuestra unión, por
un
himno, cuyas notas llegarán a vuestros oídos a manera de un concierto de vida
universal.
— Hermano Portaestandarte cubrid con la insignia simbólica de la Orden la cabeza de
los
esposos, como sello tutelar de los votos que van a pronunciarse.
— Hermano Experto levantad el velo de la mesa de Reconocimiento Conyugal. Tened
sobre
ellos el CORDÓN simbólico, en signo de que su existencia debe constituir siempre
una sola,
para que así fundidas por el afecto y el sano criterio, por la franqueza y la
sinceridad
puedan transmitirla a sus hijos, como el más precioso de los patrimonios.
— Entregad al hermano (nombre del esposo) el ANILLO CONYUGAL, y que él mismo lo
coloque en el dedo de su gentil esposa como una consagración visible de aquella
exquisita
afinidad recíproca, que ahora feliz unió por primera vez sus almas (el esposo en
pie, coloca
en anillo y se sienta)
— Depositad en sus manos la VARILLA DE CRISTAL. Ella posee la pureza inmaculada, la
transparencia y el brillo de un rayo de luz; tal debe ser también el cariño
compartido en aras
de la naturaleza y bajo la salvaguardia de la moral social […]
— Retomad la varilla simbolica Hermano Experto ( Éste la toma, la eleva en lo alto
y la
rompe a la vista de los esposos).
EXPERTO. — ¡Ved cuan fácil puede quebrarse!
V.M. – Estoy muy lejos de temer ese desastre para vuestra unión […]
— Hermano Experto ofrecedles el VINO, como emblema de la salud y la fuerza,
resultantes
de una higiene sabía, consecuencia de costumbres morales, porque éstas envuelven la
condición impuesta por la naturaleza, no solo para la dicha personal, sino también
para
la de los hijos. Presentadles también el AGUA, para que en un tercer receptáculo
mezclen
ambas sustancias, en significación de que, en el hogar, deben fusionarse sus
caracteres, sus
ideas, sus sentimientos, para que, por la herencia y la educación el hijo resulte
la unidad
armónica de sus mejores calidades.
— Quitadles el CORDÓN CONYUGAL y sustituirlo por el de ADHESIÓN uniendo sus cuellos
a
fin de que les recuerde el lazo que les va a ligar a nuestra institución y a la
Humanidad
personalmente y a sus descendientes.
— Ahora hermano Maestro de Ceremonias y Hermano Experto conducid las columnas de
hermanos al centro del recinto, para que formen la CADENA DE UNIÓN, símbolo vivo
de la
comunidad palpitante, que en este como en todos los actos masónicos existe entre
los
cerebros y los corazones de tantos miles de hermanos esparcidos por el planeta.

Al ritmo de la música, se forma en semicírculo la Cadena hasta la penúltima grada


de
Oriente. Al final de la misma, en ambos extremos, se encuentra El Maestro de
Ceremonia y
el Experto, pero sin unirse. Los hermanos se mantienen con los brazos cruzados y
las
espadas, en la diestra, pendientes hacia abajo. El Primer y Segundo Vigilante
permanecen en
pie en sus puestos. La música cesa una vez formada la Cadena.
Ritual de Reconocimiento Conyugal explicaré la simbología de la Cadena de
Unión, que en
la filosofía masónica tiene diversos significados. El primero, está relacionado
con la Logia
como representación del universo. En este sentido, la Cadena es el “marco” que
mantiene
todos los elementos del cosmos en su lugar. El segundo, se refiere al concepto de
“unión”
sobre el cual se construyen los lazos de hermandad entre masones.
Buscando una definición de “cadena” desde el punto de vista simbólico, lejos del
concepto
masónico, me encontré con el análisis que hace Manuel Antonio Arango (1998) en su
libro: SÍMBOLO Y SIMBOLOGÍA EN LA OBRA DE FEDERICO GARCÍA LORCA:
“En general la cadena es el símbolo de la unión de la comunidad, de coordinación,
de unión
y en consecuencia, del matrimonio, de la familia, de la ciudad, de la nación, de
toda
colectividad y de toda acción común. En un sentido socio-psicológico, la cadena
simboliza
la necesidad de una adaptación a la vida colectiva y a la capacidad de integración
del grupo.
Ella marca una fase de la evolución y de la evolución personal, y nada es
más difícil quizá
desde el punto de vista psíquico, que sentir la indispensable unión social, como
una cadena
pesada e impuesta del exterior, pero como una adhesión espontánea”(p. 351).
Nada más lejos de la realidad, cada etapa de nuestra existencia crea una adhesión
espontánea con los grupos con los que interactuamos: familia, amigos de profesión,
de
infancia, personas con las que compartimos creencias y aficiones. Solo, que no
tenemos
conciencia, que al formar parte de “algo” somos un eslabón más de una cadena.
“La Cadena de Unión Fraternal” –el segundo concepto— la forman los hermanos
masones
cruzando los brazos y estrechando las manos. Es un rito que se utiliza antes del
cierre de los
trabajos. Ningún otro símbolo masón personifica el principio de “fraternidad” como
la
Cadena, pero esta pierde toda validez si no está acompañada de una plegaria al Gran
Arquitecto del Universo (G.A.D.U.).
Al formarse la Cadena durante el Ritual de Reconocimiento, el Venerable Maestro, en
pie,
manifiesta:
– ¡Nuestra Cadena está rota! ¿Es que uno de sus eslabones vivientes se ha perdido o
retrasado? Explicadme este desagradable suceso.
El Primer Vigilante, responde:
Hermano Venerable, sería un accidente pasajero, porque los extravíos de uno de
nuestros
hermanos no puede afectar sustancialmente al conjunto de los que como veis,
permanecen
fieles en sus puestos. Por consiguiente, la Cadena simbólica no se disolverá nunca.
De acuerdo al protocolo del ritual el Esposo deberá responder al Primer o Segundo
Vigilante, esto dependerá de la columna a la que pertenezca.
VIGILANTE – La causa, Venerable Maestro, no es la traición intencional o
deliberada, sino la
ausencia, pero momentánea de un hermano perteneciente a la columna de obreros que
habeis puesto bajo mi vigilancia.
Se inicia un diálogo entre el Venerable Maestro y el Vigilante sobre quien ha sido
la culpable
de la ruptura de la Cadena.
VIGILANTE – Es, sin embargo, indudable que Ella ama a su esposo, nuestro hermano
(nombre), y que acepta la solidaridad de sus destinos.
V.M. — ¿Pero por qué ha ocurrido este hecho, que importa un ataque a la Orden y a
la
sociedad civil?
VIGILANTE — Ese hermano se halla retenido bajo el encanto de la mujer, que Él
eligió como
esposa.
V.M. — Pero, entonces, no acojamos en nuestro seno, a una joven que emplea la
seducción
para que su esposo, su otro yo, infrinja los deberes contraídos.
Los hermanos protestan por el peligro que supone la Esposa para la hermandad. El
Esposo
procede a su defensa.
ESPOSO – ¡Oh, sí Venerable Maestro! Desde luego, os lo afirmo: si mi esposa no
hubiese poseído todas las cualidades de bondad activa y de rectitud enérgica, que
nuestra
Orden y la estabilidad social exigen de la mujer no importa la humildad de la clase
a la que
pertenezca, en el orden aleatorio de la fortuna, creedme, Venerable Maestro y
hermanos
míos, que, aun amándola por sus atractivos físicos con toda la pasión que le
profeso, yo no
la hubiera destinado a compartir mi existencia, y menos aún a ser la madre de mis
hijos. […]
Tranquilizaos hermanos míos: ¡Ella va a ofreceros una prueba de que es digna de mi
defensa.

Los Esposos se acercan a la gradería de Oriente. La Esposa une las manos del Esposo
a los
hermanos ubicados en los extremos de la cadena.
V.M. – Noble Esposa: Sed siempre la inspiración profunda de vuestro amado esposo,
para
que nunca rompa los eslabones de la fraternidad humana, pensando que su fuerza será
también la de vuestros hijos […]
La Cadena se abre y quedan los hermanos dispuestos en dos filas.
V. M. —¡Hermanos! ¡Levantad vuestras espadas protectoras! Esposos, ¿Prometéis
ayudaros
con abnegación y solicitud en todas las circunstancias, adversas o felices,
confundir nuestras
penas y alegrías en una común ternura?
ESPOSOS – ¡Lo prometemos!
V.M. – ¡Y yo recojo esos solemnes votos en nombre de la Francmasonería de este
Oriente!
Los hermanos bajan las espadas. El Experto y el Portaestandarte conducen a los
cónyuges a
la última grada de Oriente. El Venerable se acerca hasta los Esposos. El Maestro
de
Ceremonias le entrega al Venerable el canastillo con flores y frutas. Este a su
vez, se lo
entrega a la Esposa.
V.M. – Hermana: en nombre de la Logia recibid este canastillo con flores y frutas,
en
testimonio de nuestro afecto respetuoso y de nuestro anhelo por veros feliz y
considerada en
el circulo encantador de la familia. En algunas culturas la flores son símbolo de
lo pasivo y lo
femenino, se asocia a la belleza y a la juventud. Las frutas, por su parte,
simbolizan la
fertilidad e inmortalidad, puesto que contiene la semilla de la próxima generación.
Bajo un himno masónico, los esposos son conducidos lentamente por el Experto y el
Portaestandarte hasta sus asientos. Mientras continúan la marcha, son cubiertos por
pétalos de flores. Una vez sentados, los hermanos pasan delante de los esposos sin
romper
las filas y ocupan su lugar. La música cesa y el Orador da inicio a su discurso.
Concluido el discurso del Orador, el Venerable manifiesta:
La beneficencia es uno de los corolarios de nuestra doctrina de fraternidad
solidaria […].
Jamás se reúnen los masones sin depositar su óbolo para los vencidos en la lucha
oscura,
tan cruel a veces, que la ignorancia de las leyes de la vida, y en su consecuencia,
que la
fatalidad de un orden de cosas imperfecto impone desigualdad a los seres humanos
[…].
Hermano Hospitalario que nuestra nueva hermana tan dichosa y tranquila, inicie el
acto
entre los masones; que la acompañe su esposo, como una recomendación que ambos no
deben olvidar nunca al menesteroso, sino que además deben proveer de cuidado con el
propósito de que sus hijos nunca necesiten de la limosna.
El Maestro de Ceremonia entrega a la Esposa la “bolsa del hospitalario” y al Esposo
un
cestillo con flores. Cada hermano irá depositando en la bolsa la ofrenda y en
retribución la
Esposa le dará una flor, que este colocará en la solapa del traje. En el mismo
instante que se
inicia la colecta los auxiliares entregarán a los invitados un cestillo con flores.
Terminada la
colecta los Esposos entregan la bolsa del Hospitalario al Venerable.
V.M. – Hermanos míos, hago entrega de lo producido del Tronco de la beneficencia a
nuestra hermana (nombre de la esposa) para que lo distribuya entre los más
desfavorecidos
y un impreso de la ceremonia. No solo como un feliz recuerdo para ella y para
nosotros,
sino también para que se lo explique a sus hijos.
El Venerable da un golpe de mallete y agradece a la concurrencia profana su
asistencia. Se
dirige a los esposos y pronuncia unas palabras.
Se inicia la marcha musical, el Venerable estrecha la manos de los Esposos. Estos
precedidos
por el Experto y el Maestro de Ceremonias abandonan el templo, bajo pétalos de
flores. Le
siguen los invitados.
El Venerable concluye el Ritual con estas palabras:
¡Hermanos míos: retirémonos en paz, satisfechos por este nuevo triunfo de
la Francmasonería para la Ciencia, para la Justicia y para el Trabajo.

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