Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/343501349
CITATIONS READS
0 5,957
2 authors:
All content following this page was uploaded by Roberto Bernárdez Vázquez on 07 August 2020.
CURSO 2019/2020
Alumno:
Roberto Bernárdez Vázquez
UNIVERSIDAD ISABEL I
1. Resumen ............................................................................................................... 5
2. Introducción .......................................................................................................... 6
2.2 Objetivos............................................................................................................. 15
2.2.1 Objetivo general ........................................................................................... 15
3. Métodos .............................................................................................................. 15
4. Resultados........................................................................................................... 18
5. Discusión ............................................................................................................ 34
3
5.3 Intensidad ........................................................................................................... 37
4
1. Resumen
5
2. Introducción
En relación con el rendimiento deportivo, el aumento de la masa muscular parece ser una
de los factores determinantes en la mejora de la la fuerza explosiva (o RFD del anglosajón
“Rate of Force Development”) (Rodríguez-Rosell, Pareja-Blanco, Aagaard y González-
Badillo, 2018), definida por González-Badillo y Gorostiaga-Ayestarán (1995) como “la
producción de fuerza en la unidad de tiempo”. La RFD está considerada como un factor
clave en movimientos con tiempos de contracción cortos que no permiten alcanzar niveles
máximos de fuerza, como en la mayoría de acciones deportivas o en el mantenimiento de
6
la estabilidad frente a perturbaciones inesperadas especialmente relevante en población
atlética y anciana.
7
relacionados con la glucólisis o la generación de ATP (Haun, Vann, Roberts, et al., 2019).
Tradicionalmente denominada “no funcional” por implicar un mayor volumen muscular
sin mejoras de fuerza (menor densidad miofibrilar), la evidencia científica indica que es
responsable del incremento agudo del ASTf (Haun, Vann, Osburn, et al., 2019) y que es
posible que, de forma crónica y por sus efectos sobre la hidratación celular, medie en la
síntesis de proteínas musculares (SPM) favoreciendo una mayor hipertrofia miofibrilar
(Schoenfeld, 2010).
Figura 1. Composición del tejido músculo esquelético. TGIM: triglicéridos intramusculares; EC:
extracelular; IC: intracelular; MF: miofibrilar; SARCO: sarcoplasmático; MITO: mitocondrial. Adaptado
de (Haun, Vann, Roberts, et al., 2019)
8
2.1.2 Aspectos fisiológicos
Células satélite
El músculo esquelético es un tejido post mitótico, por lo que no existe reemplazo celular.
Sus células necesitan ser reparadas para evitar la apoptosis. Este proceso se regula
mediante un equilibrio dinámico entre la SPM y su degradación, produciéndose la
hipertrofia cuando la síntesis supera la degradación (Toigo y Boutellier, 2006).
Las células satélite son pequeñas células quiescentes entre la lámina basal y el sarcolema
de la fibra muscular multinucleada. Su función celular es regulada a través de señales
mecánicas y eléctricas provenientes del miocito subyacente (Chargé y Rudnicki, 2004).
Pueden facilitar la hipertrofia mediante la expresión de factores reguladores miogénicos
que asisten en la reparación, regeneración y crecimiento muscular (Cornelison y Wold,
1997). Además, donan núcleos extra al miocito, incrementando la capacidad de sintetizar
nuevas proteínas contráctiles (Barton-Davis, Shoturma y Sweeney, 1999). Según la teoría
del dominio mionuclear, cada núcleo del miocito regula una limitada producción de ARN
mensajero (ARNm) para un determinado volumen sarcoplasmático, por lo que el
incremento del ASTf no es posible sin un incremento proporcional de mionúcleos (Toigo
y Boutellier, 2006).
Vías miogénicas
9
Las principales vías de señalización anabólica identificadas son:
Hormonas y citoquinas
10
• Factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1)
• Testosterona
11
contra la membrana y su estiramiento se identifica como un problema de integridad
celular. El entrenamiento de fuerza induce alteraciones en el equilibro de agua intra y
extracelular y se maximiza con ejercicios relacionados con altos niveles de glucólisis,
siendo la acumulación del lactato resultante el principal contribuidor del cambio osmótico
(Sjogaard, Adams y Saltin, 1985). Las fibras rápidas son las más sensibles a cambios
osmóticos y en las que más respuesta de hipertrofia se observa, mientras que el
entrenamiento que más causa un incremento en los depósitos de glucógeno también tiene
mayor potencial para aumentar la hidratación celular, dado que cada gramo de glucógeno
atrae tres gramos de agua (Chan, Johnson, Moore, Kapadia y Dudley, 1982). Por lo tanto,
se observa un incremento en la capacidad de SPM en aquellos miocitos que poseen
mayores almacenes de glucógeno intramuscular (Schoenfeld, 2010).
Hipoxia
• Tensión mecánica
12
eventos que incluyen factores de crecimiento, citoquinas, canales sensibles al
estiramiento y complejos de adhesión focal (integrinas) (T. A. Hornberger et al.,
2006) además de la activación de la vía AKT/mTOR (Toigo y Boutellier, 2006).
• Daño muscular
• Estrés metabólico
13
actividad del sistema nervioso simpático y aumentando las respuestas de hipertrofia
(Buresh et al., 2009).
14
2.2 Objetivos
2.2.1 Objetivo general
Analizar la literatura científica actual (es decir, meta-análisis) sobre las diferentes
variables del entrenamiento de fuerza y su efecto sobre las respuestas de hipertrofia.
3. Métodos
No existe ninguna limitación sobre el idioma. Se han excluido las conferencias científicas.
15
3.3 Fuentes de información
La búsqueda se ha realizado sobre las bases de datos PubMed/MEDLINE, SPORTDiscus
y Web Of Science. ResearchGate ha sido utilizado como fuente de información
complementaria. En este sentido, la última búsqueda fue realizada el 27 de Febrero de
2020.
3.4 Búsqueda
La búsqueda se ha limitado al título de los documentos. Se ha utilizado una consulta con
la siguiente sintaxis: "meta-analysis" AND ("resistance training" OR "resistance
exercise" OR "strength training" OR "strength exercise" OR "strengthening exercise" OR
"weight lifting" OR "weight training" OR "blood flow restriction" OR "blood-flow
restricted" OR "blood flow restricted" OR "blood restriction" OR BFR OR hypoxia OR
"muscle actions") AND (hypertrophy OR muscles OR CSA OR "cross sectional area"
OR "cross-sectional area" OR growth OR "muscle size" OR "muscle thickness" OR "lean
body mass" OR LBM OR "fat free mass" OR "fat-free mass" OR "skeletal muscle" OR
"muscle fibers" OR bodybuilding OR "body building" OR "muscle gain" OR "muscular
volume" OR "body composition" OR "muscular adaptations" OR "hypertrophic effects")
AND (volume OR frequency OR frequencies OR sets OR multiple OR single OR tempo
OR velocity OR speed OR duration OR repetitions OR order OR "split training" OR "total
body training" OR "split routine" OR "split weight training" OR ((training OR light OR
low OR "low-" OR "high-") AND load) OR "low-load" OR "hihg-load" OR intensity OR
eccentric OR concentric OR shortening OR lengthening OR "contraction mode" OR
"time-of-day" OR "time of day" OR "diurnal fluctuations" OR "circadian variation" OR
"circadian rhythms" OR program OR programs). Se realizó una segunda búsqueda basada
en la evaluación de la lista de referencias de todos los meta-análisis incluidos.
16
restricción de flujo sanguíneo (RFS), el efecto del entrenamiento concurrente, la respuesta
de hipertrofia del entrenamiento aeróbico y la hora del día en la que se realiza el
entrenamiento de fuerza.
Quedan excluidos de la revisión aquellos meta-análisis que incluyen (a) estudios con
sujetos que presentan algún tipo de patología, (b) tienen como objeto de estudio un rango
de edades específico (niñez o vejez), (c) hacen uso de sistemas isoinerciales (p. ej.,
volantes de inercia), (d) se presentan como conferencias o (e) que focalizan el análisis de
la respuesta del entrenamiento de fuerza sobre la hipertrofia en la nutrición y/o
suplementación.
De los meta-análisis incluidos se extrajeron los siguientes datos: (1) lista de autores y año
de publicación; (2) número de estudios incluidos en el meta-análisis y, en caso de que el
meta-análisis examinase también efectos sobre la fuerza, número de estudios usados
únicamente en el meta-análisis de hipertrofia; (3) variable del entrenamiento objeto de
estudio del meta-análisis; (4) número de sujetos incluidos en el meta-análisis y, en caso
de que se examinase también efectos sobre la fuerza, número de sujetos involucrados
únicamente en el meta-análisis de hipertrofia; (5) número de tamaños del efecto (TE)
incluidos en el meta-análisis de hipertrofia cuando no se indicaba el número de sujetos;
(6) número de sujetos en base al sexo (masculino, femenino o no especificado); (7)
número de sujetos por rango de edades; (8) número de sujetos en base a la experiencia de
entrenamiento; (9) valor de heterogeneidad (I2); (10) rango de duración de los estudios
incluidos en el meta-análisis; (11) rango de frecuencia de entrenamiento de los estudios
incluidos en el meta-análisis; (12) rango de intensidades de entrenamiento de los estudios
incluidos en el meta-análisis; (13) rango de volumen de entrenamiento de los estudios
incluidos en el meta-análisis; (14) resultados y consideraciones metodológicas
destacables; (15) principales hallazgos; (16) limitaciones; (17) futuras investigaciones.
17
4. Resultados
(n =29)
Número de estudios
incluidos en la síntesis
cualitativa
(n =18)
Figura 2. Diagrama de flujo de la estrategia de búsqueda y selección de los artículos. Elaboración propia a partir del diagrama
de flujo de PRISMA
18
4.2 Tabla de resultados
Tabla 1. Resumen de los meta-análisis incluidos en la revisión
Roig et al., Contracción 20 (n=678) 4 a 25 semanas - El ejercicio EXC es más efectivo que el CON para el incremento
2009 muscular de la masa muscular, posiblemente debido a la capacidad de
(excéntrica vs. ejercer mayores niveles de fuerza durante las acciones
concéntrica) musculares excéntricas. Tendencia positiva a un mayor
incremento del AST con ejercicio EXC vs CON a medida que se
incrementa la intensidad de EXC.
19
Schoenfeld, Contracción 15 (n=356) 6 semanas a 5 - Entrenamiento EXC y CON promueven una hipertrofia muscular
Ogborn, muscular meses significativa, aunque el entrenamiento EXC induce mayores
Vigotsky, (excéntrica vs. incrementos. La ligera ventaja de EXC puede ser debida a que
Franchi y concéntrica) los niveles de fuerza máxima son 20-50% mayores a los de
Krieger, entrenamiento CON, por lo que EXC supone un mayor trabajo.
2017 El entrenamiento EXC supone una mayor sobrecarga e induce
mayor DOMS. Independientemente de los mecanismos, las
diversas respuestas de señalización intracelular entre el
entrenamiento CON y EXC sugieren que el máximo desarrollo
muscular se alcanza óptimamente con una combinación de
ambos.
Krieger, Volumen 8 (n=322) 6 a 24 semanas - Más de 1 serie por ejercicio supone un TE un 40% mayor que
2010 (número de una única serie independientemente de la experiencia y la
series/grupo duración del programa de entrenamiento. Existe una tendencia
muscular/sesión) positiva de una mayor hipertrofia a medida que se aumenta el
número de series. Maximizar hipertrofia requiere al menos 2-3
series por ejercicio. Más series (4-6) podrían incrementar la
respuesta. Aunque no es óptimo, ante una limitación de tiempo,
1 serie por ejercicio es suficiente.
20
Schoenfeld, Volumen 15 (n=390) 6 semanas a 6 - Mayor volumen de entrenamiento semanal implica mayor
Ogborn y (número de meses hipertrofia muscular. Bajos volúmenes (<=4 series
Krieger, series/grupo semanales/grupo muscular) son suficiente para obtener
2017 muscular/semana) ganancias substanciales de hipertrofia, siendo útiles en sujetos
con tiempo limitado para entrenar o baja disposición energética
(ancianos frágiles). Maximizar la respuesta de hipertrofia
requiere de al menos 10 series semanales por grupo muscular.
Cada serie incrementada a un volumen semanal dado implica un
aumento del 0,36% de la respuesta de hipertrofia. Existe un
umbral a partir del cual más volumen no implica más hipertrofia
e incluso puede ser contraproducente, pero se desconoce. La
dosis óptima varía entre individuos pudiendo tener un
componente genético y debe ser ajustada en base a la respuesta
del individuo.
21
Sabag et al., Concurrencia 14 en 6 a 22 semanas I2 = 0%, p = 0,996. El efecto interferencia se manifiesta principalmente en
2018 (efecto revisión; Heterogeneidad baja (I2 <= individuos moderada o altamente entrenados y depende de la
interferencia con 13 en 25%), no significativa entre duración del programa de entrenamiento. Los entrenadores
HIIT) meta- entrenamiento concurrente deben considerar el nivel de entrenamiento del atleta cuando se
análisis (HIIT + fuerza) comparado con interpreten los resultados de esta revisión. El entrenamiento
(n=263) entrenamiento de fuerza concurrente de HIIT y de fuerza no tiene impacto negativo en los
aislado niveles de hipertrofia y cualquier atenuación de la fuerza
muscular en el tren inferior puede ser mitigada prescribiendo
HIIT basado en carrera y asegurando una adecuada recuperación
entren las sesiones HIIT y las de entrenamiento de fuerza.
22
Grgic, Diferencias en las 21 (n=509) 8 a 36 semanas I2 = 0%, 95% IC 0,41-0,9. El entrenamiento de fuerza es más efectivo que el entrenamiento
Mcllvenna, respuestas de Heterogeneidad baja (I2 <= aeróbico en el incremento de la hipertrofia del músculo
et al., 2019 hipertrofia entre 50%), no significativa entre esquelético, contrarrestando recientes sugerencias de que ambas
el entrenamiento entrenamiento de fuerza y modalidades de entrenamiento son igualmente efectivas. Los
aeróbico y el de aeróbico. resultados son consistentes con mediciones de la hipertrofia
fuerza muscular en la totalidad del músculo y a nivel miofibrilar.
I2 = 24%, 95% IC 0,44-1,54.
Aunque las conclusiones son específicas para la musculatura
Heterogeneidad baja (I2 <=
extensora de la rodilla, se puede hipotetizar que el resultado es
50%), no significativa entre
similar en otros grupos musculares.
entrenamiento de fuerza y
aeróbico sobre AST de fibras
musculares tipo I.
23
Schoenfeld, Duración de la 8 (n=239) 6 a 14 semanas NR En entrenamientos de fuerza que impliquen acciones dinámicas
Ogborn y repetición concéntricas llevadas al fallo la respuesta de hipertrofia es
Krieger, similar cuando la duración por repetición se sitúa entre 0,5 y 8 s.
2015 Un amplo rango de duración por repetición puede ser utilizado
para maximizar la hipertrofia. Realizar intencionadamente una
repetición de una forma muy lenta (10+ s) no es óptimo desde el
punto de vista de la hipertrofia. Es posible que la variación en el
tempo para una misma duración de la repetición produzca
diferentes respuestas sobre la hipertrofia, pero se necesita más
investigación.
24
Schoenfeld, Frecuencia de 10 (n=200) 4 a 20 semanas - En la comparativa de estudios que investigan los efectos sobre la
Ogborn y entrenamiento hipertrofia muscular a través de entrenamientos de fuerza con
Krieger, (grupo frecuencias de 1 a 3 días por semana en igualdad de volumen de
2016 muscular/semana) entrenamiento, la evidencia científica demuestra que una
frecuencia de 2 veces por semana es superior a 1 vez por semana.
Los grupos musculares principales deberían ser entrenados al
menos 2 veces por semana para maximizar la respuesta de
hipertrofia. Entrenar un grupo muscular una vez por semana
(frecuencia 1) ha demostrado proveer ganancias significativas y
ser una estrategia viable para el diseño de programas de
entrenamiento. La superioridad de una frecuencia de 3 días por
semana frente a 2 aún está por determinar. No está claro si una
frecuencia mayor de 3 días por semana podría incrementar la
respuesta de hipertrofia. La limitada evidencia disponible no
apoya el beneficio sobre la respuesta de hipertrofia ante la
manipulación de la frecuencia de las sesiones de entrenamiento
cuando el volumen y frecuencia de entrenamiento por grupo
muscular es el mismo. Existe posibilidad de sobre entrenamiento
cuando se emplean constantemente altas frecuencias e
intensidades de entrenamiento. Periodizar la frecuencia
reduciendo el volumen (descarga) a lo largo del ciclo de
entrenamiento podría reducir el riesgo de sobre entrenamiento y
facilitar las adaptaciones de hipertrofia.
25
Schoenfeld, Frecuencia de 25 (n=836) 6 a 30 semanas I2 = 0%, 95% IC. El presente meta-análisis provee de fuerte evidencia sobre que la
Grgic y entrenamiento Heterogeneidad baja (I2 <= frecuencia semanal del entrenamiento de fuerza no impacta de
Krieger, (grupo 50%), no significativa entre manera significativa a la respuesta de hipertrofia cuando el
2019 muscular/semana) entrenamiento de fuerza de alta volumen es igualado. Estas conclusiones no se ven afectadas ni
y baja frecuencia con volumen por el nivel de entrenamiento ni por el hemisferio corporal. Para
de entrenamiento equiparado. un mismo volumen de entrenamiento, un individuo puede elegir
la frecuencia de entrenamiento semanal por grupo muscular
I2 = 0%, 95% IC.
conforme sus preferencias personales. Mayores frecuencias de
Heterogeneidad baja (I2 <=
entrenamiento permiten acumular un mayor volumen de
50%), no significativa entre
entrenamiento, lo cual puede incrementar la respuesta de
entrenamiento de fuerza de alta
hipertrofia (relación dosis-respuesta del volumen de
y baja frecuencia con volumen
entrenamiento con la respuesta de hipertrofia). Sin embargo, la
de entrenamiento equiparado
magnitud de dicha variación tiene un efecto modesto, haciendo
con medidas directas de
cuestionable la utilidad práctica de esta estrategia.
hipertrofia.
26
I2 = 0%, 95% IC.
Heterogeneidad baja (I2 <=
50%), no significativa entre
entrenamiento de fuerza de alta
y baja frecuencia con volumen
de entrenamiento equiparado
con medidas directas de
hipertrofia sobre tren inferior.
27
de entrenamiento equiparado
con sujetos entrenados.
Schoenfeld, Carga externa 9 (8 en 6 a 13 semanas - El entrenamiento de fuerza con cargas <= 60% 1RM puede
Wilson, (altas vs. baja) meta- promover sustancialmente el incremento de la fuerza y la
Lowery y análisis de hipertrofia muscular en individuos no entrenados. Existe una
Krieger, hipertrofia) fuerte tendencia que indica una superioridad de las cargas
2016 (n=251; pesadas sobre las ligeras. Es posible que una combinación de
191 en cargas pesadas y ligeras maximice las adaptaciones del
meta- entrenamiento de fuerza promoviendo una óptima hipertrofia de
análisis de fibras musculares tipo I y II. Estos resultados tienen importantes
hipertrofia) implicaciones para sujetos ancianos y aquellos que sufren de
enfermedades del sistema músculo esquelético, permitiéndoles
obtener adaptaciones de hipertrofia con cargas bajas que son más
fácilmente tolerables.
28
Schoenfeld, Carga externa 21 (10 en 6 semanas a 1 - El incremento de la hipertrofia es similar con bajas y altas cargas
Grgic, (altas vs. baja) meta- año externas permitiendo flexibilidad a la hora de prescribir el
Ogborn y análisis de entrenamiento en busca de dichas adaptaciones. Existe una
Krieger, hipertrofia) investigación emergente sobre la posible hipertrofia específica al
2017 (n=630) tipo de fibra muscular (tipo I y II) en base a las cargas utilizadas
(bajas o altas, respectivamente). Esto implica que existe un
beneficio potencial en entrenar variando las repeticiones a lo
largo de un espectro para maximizar las adaptaciones de
hipertrofia. Es necesaria más investigación ya que no todos los
estudios hallaron dicho efecto. Hay que tener en cuenta que todos
los estudios incluidos en el presente meta-análisis usaron
protocolos de fuerza con series llevadas al fallo. Esta forma de
entrenar no es óptima con respecto a no llegar al fallo pese a
incrementar el volumen total del entrenamiento.
Loenneke, Carga externa 11 6 días a 10 - El entrenamiento de fuerza isotónico con RFS + bajas cargas
Wilson, baja + RFS semanas implica mayores respuestas de hipertrofia que RFS + caminar.
Marín, Una frecuencia de entrenamiento de 2-3 días por semana
Zourdos y maximizan las adaptaciones de hipertrofia.
Bemben,
2012
29
Slysz, Stultz, Carga externa 47 (19 en - - Mayores incrementos de hipertrofia de entrenamiento de fuerza
y Burr, baja + RFS meta- con bajas cargas + RFS que de entrenamiento de fuerza con bajas
2016 análisis de cargas de forma aislada. RFS con intensidades bajas de 20-50%
hipertrofia) del 1RM para generar adaptaciones de hipertrofia y fuerza. Este
(n=377 en tipo de entrenamiento supone beneficios a nivel clínico y de
meta- rendimiento.
análisis de
hipertrofia)
Lixandrão Carga externa alta 13 (10 en 4 a 12 semanas I2 = 0%, 95% IC; p = 0,84. Se obtienen los mismos incrementos en la masa muscular con el
et al., 2018 vs. carga externa meta- Heterogeneidad baja (I2 <= entrenamiento de fuerza con altas cargas externas que con el
baja + RFS análisis de 25%), no significativa entre entrenamiento de fuerza con bajas cargas externas y RFS,
hipertrofia) entrenamiento de fuerza con independientemente de la presión de oclusión absoluta, la
(n=460; altas cargas externas y bajas anchura del manguito o el método de presión de oclusión
222 en cargas externas con RFS. prescrito. Ambos métodos parecen ser igualmente efectivos. El
meta- entrenamiento de fuerza con cargas bajas y RFS puede ser
análisis de especialmente beneficioso para individuos con limitaciones
hipertrofia) físicas para llevar a cabo entrenamientos de fuerza con altas
cargas externas.
30
Grgic, Periodización 13 (n=303) 6 a 26 semanas - Los efectos de los modelos LP y DUP en la hipertrofia muscular
Mikulic, lineal (LP) vs. son similares. La optimización del entrenamiento de fuerza para
Podnar y ondulante (DUP) alcanzar la máxima hipertrofia muscular debe centrarse en el
Pedisic, volumen de entrenamiento y la sobrecarga progresiva. El tipo de
2017 modelo de periodización aplicado se debe basar en preferencias
individuales con el fin de asegurar la adherencia del
entrenamiento.
Grgic, Momento del día 11 (6 en 6 a 24 semanas I2 = 0%, 95% IC. Las mejoras en hipertrofia son similares independientemente a la
Lazinica, et de la realización meta- Heterogeneidad baja (I2 <= hora del día a la que se realice el entrenamiento de fuerza. El
al., 2019 del entrenamiento análisis de 50%), no significativa entre momento del día al que realizar el entrenamiento de fuerza
de fuerza hipertrofia) entrenamiento de fuerza a la debería basarse en preferencias individuales con el fin de
(mañana vs. (n=221) mañana o a la tarde. asegurar su adherencia a largo plazo.
Tarde)
31
Nunes et al., Orden de los 11 (n=268) 6 a 12 semanas I2 = 0%, 95% IC: -0,45, 0,41; p Se obtienen los mismos resultados de hipertrofia muscular
2020 ejercicios = 0,937. Heterogeneidad baja independientemente del orden de los ejercicios.
(I2 <= 50%), no significativa
entre DO analizando medidas
en regiones musculares
específicas.
32
de medición indirecta
excluyendo pliegues cutáneos.
AST: área de sección transversal; CON: concéntrico; EXC: excéntrico; I2: heterogeneidad; DOMS: dolor muscular de aparición tardía; HIIT: entrenamiento
interválico de alta intensidad; IC: intervalo de confianza; TE: tamaño del efecto; RFS: restricción de flujo sanguíneo; LP: periodización lineal; DUP: periodización
ondulante diaria; DO: distribución organizativa; NR: no reportado.
33
De los 18 meta-análisis, 15 pertenecen a revistas cuyo índice de impacto se sitúa en el
primer cuartil (Q1) del Journal Citation Report (JCR), el resto (tres) en revistas se sitúan
en el segundo cuartil (Q2) JCR. Los meta-análisis incluidos fueron publicados entre los
años 2009 y 2020. En total se incluyeron 223 estudios primarios, con una mediana del
número de estudios incluidos por meta-análisis de 12 (rango: 6 a 25). El total de sujetos
involucrados en los meta-análisis de hipertrofia fue de 5628, aproximadamente el 55% de
sexo masculino, el 34% de sexo femenino y el 11% restante no especificado. El rango de
edades de los sujetos comprende desde los 10 hasta más de 79 años distribuyéndose en:
103 juveniles (10 a 17 años), 3223 jóvenes (18 a 39 años), 390 adultos (40 a 64 años),
690 de más de 65 años, 14 mujeres postmenopáusicas y el resto de los sujetos de edades
comprendidas entre 17 y 79 años. La distribución de los sujetos según su experiencia de
entrenamiento es: 72% no entrenados, 17% desconocida, 7% con experiencia en el
entrenamiento de fuerza de al menos 1 año, 2% recreacionales, 1% con experiencia en el
entrenamiento de fuerza de al menos 6 meses y 1% de atletas profesionales.
5. Discusión
34
limitaciones de este trabajo fueron el escaso número de estudios en el meta-análisis
incluyen 4-6 series por ejercicio (2 estudios), una potencia estadística limitada y que la
meta-regresión sólo puede identificar relación, no demostrar causalidad. Este autor
aconseja que a futuro se debe analizar la existencia del posible techo fisiológico dosis-
respuesta a partir de 4-6 series por ejercicio, comparar efectos entre 2-3 y >=4 series por
ejercicio y centrarse en los efectos del volumen de entrenamiento sobre la síntesis proteica
y otros factores celulares y moleculares que pueden influir en la hipertrofia. Incide en la
necesidad de asegurar el suficiente número de sujetos en los estudios e incluir análisis de
potencia estadística.
35
repeticiones al fallo o cerca del fallo (3 o menos repeticiones en reserva) como método
fiable y práctico de cuantificación del volumen.
Como una actualización del anterior, Schoenfeld et al. (2019) realizan un segundo meta-
análisis sobre la frecuencia de entrenamiento. Los resultados obtenidos mostraron que,
para un volumen de entrenamiento determinado, el número de veces que es entrenado un
grupo muscular semanalmente tiene un impacto despreciable sobre la respuesta de
hipertrofia; y cuando el volumen no permanece constante, la frecuencia tiene un impacto
moderado. La superioridad de la alta frecuencia vista en el meta-análisis de Schoenfeld
et al. (2016) se puede atribuir a un bajo número de estudios involucrados y a una baja
potencia estadística. En este nuevo meta-análisis, los estudios usaron métodos de
medición directa de la hipertrofia (IRM, TC y ultrasonidos), mejorando la validez interna.
36
Estos resultados refutan la idea de que, con la experiencia del entrenamiento, la SPM post
ejercicio se ve atenuada en duración y magnitud, y que altas frecuencias de entrenamiento
optimizarían la SPM bajo la curva, siendo beneficiosas para individuos entrenados
(Dankel et al., 2017). La frecuencia de entrenamiento puede suponer una herramienta útil
para incrementar el volumen de entrenamiento, variable que sí ha demostrado una
relación dosis-respuesta con la hipertrofia (Schoenfeld et al., 2017). Cabe destacar la
amplia respuesta interindividual a la frecuencia de entrenamiento, por lo que la
individualización del programa de entrenamiento es esencial desde el punto de vista de la
prescripción del ejercicio. Las principales limitaciones observadas en este trabajo fueron
que las mediciones directas sólo se realizaron sobre muslos y brazos, con lo que los
resultados no pueden ser extrapolados a otros grupos musculares; la imposibilidad de
comparar los efectos de la frecuencia entre ejercicios multiarticulares y monoarticulares;
el efecto de la edad sobre la capacidad de recuperación y asimilación de mayores
frecuencias; y la posible influencia de diferencias cualitativas en los protocolos.
5.3 Intensidad
La intensidad es una de las variables del entrenamiento con mayor efecto sobre las
respuestas de hipertrofia (Fry, 2004). Cada porcentaje del 1RM (intensidad) se relaciona
con un determinado número de repeticiones categorizándose tradicionalmente en rangos
bajos (1-5), moderados (6-12) y altos (15+), y cada uno un sistema energético y un nivel
de fatiga del sistema neuromuscular diferente. La superioridad del rango moderado de
repeticiones se debe a que existe un umbral de intensidad a partir del cual el incremento
del estrés metabólico mejora la respuesta de hipertrofia, pero permite el completo
reclutamiento de UMs de alto umbral que no es posible con el rango alto de repeticiones
(Schoenfeld, 2010). El problema, es la falta de evidencia sobre dónde se encuentra este
equilibrio entre carga externa, estrés metabólico y respuestas de hipertrofia (Campos et
al., 2002).
Schoenfeld et al. (2016) llevan a cabo el primer meta-análisis para esclarecer esta duda.
Los resultados demuestran que el entrenamiento de fuerza con cargas inferiores al 60%
del 1RM permite alcanzar unos niveles de hipertrofia similares a los conseguidos con
altas cargas, aunque se observa una tendencia hacia una mayor hipertrofia con estas
últimas. Este meta-análisis no obtiene conclusiones acerca de la hipertrofia selectiva del
tipo de fibra en base a las cargas empleadas. Aunque se observa una mayor actividad
37
muscular con altas cargas (favoreciendo la hipertrofia de las fibras tipo II), el empleo de
bajas cargas incrementa el “tiempo bajo carga”, alcanzando el alto umbral de fatigabilidad
que presentan las fibras tipo I y pudiendo promover una mayor respuesta hipertrófica en
éstas. Cabe destacar que en sujetos no entrenados, incluso el ejercicio aeróbico puede
generar una respuesta hipertrófica (Grgic et al., 2019). Pero a medida que se incrementa
la experiencia y el nivel de entrenamiento, se hace más difícil incrementar la masa
muscular posiblemente debido a la alteración de las vías de señalización anabólica
intracelular (Ogasawara et al., 2013). En estos individuos, las cargas más pesadas
permiten incrementar las demandas del entrenamiento permitiéndoles progresar (Kraemer
y Ratamess, 2004). Las limitaciones encontradas fueron la escasa experiencia de
entrenamiento de los sujetos y la corta duración de los estudios.
Schoenfeld et al. (2017) llevan a cabo un segundo meta-análisis sobre el efecto de esta
variable. Los resultados indican cambios de hipertrofia similares tras el uso de altas o
bajas cargas, pero en esta ocasión no se observa una tendencia de superioridad hacia el
uso de altas cargas. Ambas son igual de efectivas siempre y cuando se alcance el fallo
muscular, con el alto grado de esfuerzo que ello implica. La hipertrofia selectiva al tipo
de fibra en base a la carga utilizada sigue requiriendo más investigación. Se sugiere que
el entrenamiento con bajas cargas implica un mayor nivel de incomodidad, pero aun así
ambos tipos de entrenamiento muestran la misma adherencia. En los estudios incluidos
en el meta-análisis existen otras variables que pudieron afectar a los resultados como son
el tiempo de descanso entre series (30 s en ligero vs. 3 min en pesado), el tempo de la
repetición (3-0-3 en ligero vs. 1-1-1 en pesado) o la pausa entre repeticiones en porciones
isométricas del levantamiento (pesado) vs. realización de toda la serie de forma
ininterrumpida (ligero). Los autores de este trabajo reportaron la necesidad de
incrementar la investigación sobre el rol del esfuerzo, la fatiga y las relaciones entre las
cargas utilizadas y los cambios en fuerza e hipertrofia muscular.
38
Otra limitación es el uso de indicadores como amplitudes EMG de superficie o los niveles
de SPM, ya que no se relaciona necesariamente con mejoras de fuerza ni hipertrofia a
largo plazo (Schoenfeld et al., 2017; Schoenfeld et al., 2016).
Schoenfeld et al. (2015) no observaron diferencias significativas entre los tempos de los
entrenamientos analizados. Una ejecución intencionalmente demasiado lenta es
contraproducente de cara a la mejora de la hipertrofia por no ser un estímulo adecuado
para reclutar la totalidad de UMs de un músculo (principalmente UMs de alto umbral)
(Keogh, Wilson y Weatherby, 1999). Los autores especulan sobre la existencia de una
posible “velocidad umbral” por debajo de la cual se perjudica la respuesta de hipertrofia.
Observaron que, a mayor velocidad de la contracción excéntrica, mayor estímulo de
hipertrofia. Sin embargo, implicaría llevar a cabo un entrenamiento excéntrico distinto al
entrenamiento de fuerza tradicional. Cabe destacar que todos los entrenamientos
analizados tuvieron una intensidad hasta el fallo concéntrico. Esto implica un incremento
progresivo de la fatiga en la serie, reduciendo los umbrales de reclutamiento de las UMs,
alcanzando así un reclutamiento máximo (Mitchell et al., 2012). Es posible que los efectos
de la variación de la duración de las repeticiones se difuminen en este contexto.
39
diferentes al entrenamiento tradicional; falta de especificación del tempo de la repetición
de algunos estudios; y la falta de sujetos con experiencia en entrenamiento de fuerza.
A futuro se propone la investigación sobre los efectos de la modificación del tempo para
una misma duración de la repetición y la combinación de distintas duraciones por
repetición sobre las respuestas de hipertrofia.
Nunes et al. (2020) llevaron a cabo un meta-análisis para analizar el efecto del orden de
los ejercicios (OE) sobre la hipertrofia. Los resultados indican similares respuestas de
hipertrofia independientemente del OE aunque estos resultados deben tomarse con
cautela. En los estudios analizados en los que utilizaron ultrasonidos modelo B, las
mediciones fueron tomadas en músculos no objeto de la investigación. Esto es, las
mediciones de hipertrofia se realizaron sobre músculos que eran agonistas en el SJ pero
sinergistas en el MJ (p. ej., bíceps braquial en un curl de bíceps y en un jalón vertical).
En los estudios que usaron métodos de medición indirecta tampoco se hallaron diferencias
significativas pero estos métodos presentan baja sensibilidad para identificar cambios
sutiles de hipertrofia (Haun et al., 2019). Insisten en que es necesaria más investigación
que incluya el análisis de diferentes OE con ejercicios sobre el mismo músculo objetivo
en los que además actúe como principal agonista (y no sólo como sinergista) y con
métodos de medición directa sobre regiones musculares específicas.
40
mayor reclutamiento UMs) (Schoenfeld, Grgic, Haun, Itagaki y Helms, 2019). Por lo
tanto, el uso el número de series para cuantificar el volumen tal y como aconsejan Baz-
Valle et al. (2018) debería ser específico al músculo. Debido a la dificultad que entraña
conocer el grado de participación de un músculo en un movimiento MJ con la evidencia
científica actual, Schoenfeld, Grgic, Haun, Itagaki y Helms (2019) aconsejan tener en
cuenta la amplitud de movimiento como factor diferenciador de la articulación principal
en un movimiento MJ y a partir de ésta, identificar el grupo muscular que principalmente
está siendo estimulado y para el cual se va a contabilizar el volumen realizado.
5.7 Periodización
Triplett y Haff (2017) definen la periodización como “el proceso lógico y sistemático de
secuenciar e integrar las intervenciones del entrenamiento con el fin de alcanzar picos de
rendimiento en momentos apropiados”. Dos de los modelos de periodización más usados
son el modelo de periodización lineal y el no lineal u ondulante.
41
Grgic et al. (2017) llevaron a cabo un meta-análisis sobre los efectos de los modelos de
periodización lineal y ondulante diaria sobre la hipertrofia muscular. Encontraron que a
igualdad de volumen de entrenamiento no se observan diferencias significativas, aunque
no se puede asegurar que ocurra lo mismo con otras formas de periodización. Se constató
de nuevo la importancia del volumen de entrenamiento en la modulación de la respuesta
de hipertrofia (Schoenfeld et al., 2017). Por ello, la periodización lineal parece no ser la
más adecuada ya que finaliza con el mínimo volumen y se sugiere que el modelo de
periodización lineal inverso (en el que se disminuye la intensidad y aumenta el volumen)
parece ser una mejor alternativa ya que el máximo volumen se situaría al final del
macrociclo (Prestes, Lima, Frollini, Donatto y Conte, 2009). Incluso en sujetos
entrenados (con una respuesta atenuada al entrenamiento) se han observado mejoras
significativas de hipertrofia sin haber aplicado ningún modelo de periodización,
simplemente con una adecuada sobrecarga progresiva. Esto lleva a cuestionarse la
necesidad de implementar modelos de periodización en programas de entrenamiento de
fuerza (Morton et al., 2016). Una posible consideración a la hora de establecer un modelo
de periodización puede ser el factor motivacional con el fin de asegurar la adherencia al
entrenamiento. La periodización lineal puede ser más adecuada para individuos que
quieren registral el progreso semanal o mensual; la ondulante, en aquellos que disfrutan
más de la variedad (Grgic et al., 2017). La investigación científica futura se debería
centrar en (1) los efectos de la periodización lineal y ondulante sobre individuos
entrenados e (2) incrementar la comparación incluyendo el modelo de periodización
lineal inversa a los dos anteriores y evaluar la hipertrofia muscular usando métodos
directos de medición (ultrasonido, IRM y TC) (Grgic et al., 2017).
En un meta-análisis de 2009, Roig et al. observaron una tendencia positiva hacia mayores
incrementos de AST en las contracciones excéntricas a intensidades más altas en
comparación con las contracciones concéntricas. Posiblemente debido a la mayor
42
intensidad relacionada con el uso de mayores cargas absolutas que implica el
entrenamiento excéntrico. Sin embargo, este meta-análisis mostró ciertas limitaciones
relacionadas con los métodos de medición: sólo tres estudios utilizaban imagen por
resonancia magnética (IRM) o tomografía computarizada (TC) y no evaluaban la
hipertrofia de forma específica al tipo de fibra muscular (tipo I y II).
Schoenfeld et al. (2017) observaron que las contracciones concéntricas inducen ganancias
de hipertrofia en la porción media del músculo mientras que las excéntricas tienen mayor
efecto en las porciones distales, posiblemente por el daño muscular localizado a lo largo
de la fibra producido por la activación muscular no uniforme de las contracciones
excéntricas. Las distintas respuestas de ambas contracciones hacen que la combinación
optimice la respuesta de hipertrofia.
43
Se cree necesaria más investigación sobre la posible relación entre los efectos sobre la
hipertrofia y el tipo de contracción, el efecto sobre los hemisferios corporales, la medición
en distintas regiones musculares, el rol del daño muscular inducido en el incremento de
la hipertrofia, la influencia del ángulo de penneación y la longitud del fascículo y la
comparativa entre tipos de contracciones equiparando el trabajo mecánico (Roig et al.,
2009; Schoenfeld et al., 2017).
Loenneke et al. (2012) llevaron a cabo un meta-análisis con el fin de identificar las
variables clave del entrenamiento CEB-RFS. Los resultados indicaron que el CEB-RFS
en régimen isotónico con intensidades del 15-30% del 1RM promueve más hipertrofia
que caminar con RFS a 50-60 m/min, debido a la mayor cantidad de trabajo, acumulación
de metabolitos e hidratación celular que supone. La frecuencia de entrenamiento CEB-
RFS debería ser de 2-3 días por semana ya que más frecuencia (sobre todo si se realiza
más de una sesión diaria) causa sobrentrenamiento. Estos autores observaron que las
mejoras de hipertrofia se mantuvieron constantes en protocolos que duraron desde menos
de 4 semanas a 10 o más. Presiones absolutas de oclusión de 200 mmHg no eran más
efectivas que presiones moderadas de ~150 mmHg (o 130% de presión sanguínea
sistólica) con manguitos anchos (18,5 cm). No obstante, desconocen el impacto de la
anchura del manguito.
Slysz et al. (2016) continuaron el análisis del efecto de la RFS. Inciden en que la RFS
exagera las respuestas de hipertrofia del entrenamiento de resistencia aeróbico (caminar
a <70 m/min) o de fuerza con bajas carga-s externas (20-30% del 1RM) que de otra forma
no se producirían. Destaca el efecto superior sobre la hipertrofia del CEB-RFS frente al
entrenamiento aeróbico con RFS y apuntan a que se debe al mayor trabajo realizado por
los grupos musculares que son tratados aisladamente en el entrenamiento de fuerza. Sus
44
resultados indican que los programas >= 8 semanas tienen un mayor efecto y que las
presiones del manguito >150 mmHg parecen ser más efectivas.
Grgic et al. (2019) analizaron los efectos del entrenamiento aeróbico sobre la hipertrofia
muscular, concluyendo que el entrenamiento de fuerza es significativamente más
efectivo. Los resultados se limitan a la musculatura extensora de la rodilla, pero
hipotetizan que el resultado es extrapolable, ya que se han observado similares resultados
en otros estudios sobre otros grupos musculares. El entrenamiento de fuerza permite la
inclusión de múltiples ejercicios que implican distintos patrones de movimiento
permitiendo la activación de diferentes grupos musculares (y regiones en la musculatura
45
activa), lo cual no es posible en los ejercicios aeróbicos convencionales (carrera, ciclismo)
(Konopka y Harber, 2014). Aunque el ejercicio aeróbico en cicloergómetro podría llegar
a inducir cierta hipertrofia debido al alto número de contracciones musculares que
implica, necesitaría ser realizado con una frecuencia de al menos 4-5 veces por semana
en sesiones de entre 30-45 min. El entrenamiento de fuerza, que siguiendo un ejemplo de
protocolo tradicional podría estar constituido por 3 series al 80% del 1RM, duraría
aproximadamente entre 5-10 min por sesión, por lo que es más eficiente (Mitchell et al.,
2012).
46
responsables del efecto interferencia. La modalidad de resistencia (carrera, ciclismo) es
un factor determinante, el efecto de interferencia es específico del hemisferio corporal y
el volumen de entrenamiento tiene cierta influencia. Se observó que el entrenamiento
concurrente supone una buena herramienta para la pérdida de grasa corporal, la cual
desciende en mayor medida en intensidades entre moderadamente altas y muy altas, y
que la carrera induce mayores pérdidas de grasa. Sin embargo, también se encontró que
la carrera tiene un mayor efecto interferencia que el ciclismo, posiblemente porque la
carrera implica un mayor daño muscular por el alto componente excéntrico que presenta
(Koller et al., 1998).
Este meta-análisis dio pie a otro llevado a cabo por Sabag et al. (2018), donde se analizaba
el efecto interferencia del entrenamiento concurrente entre fuerza y resistencia, pero esta
vez sobre resistencia tipo HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad). HIIT
implica repeticiones de ejercicio aeróbico de alto esfuerzo (intensidad) y corta duración
con recuperación. Ya que en el meta-análisis de Wilson et al. (2012) se apuntaba al alto
volumen (frecuencia y/o duración) del entrenamiento de resistencia como principal causa
del efecto interferencia, parecía razonable pensar que HIIT no comprometiese las
adaptaciones a largo plazo del entrenamiento de fuerza. No obstante, HIIT puede reclutar
UMs de alto umbral, las cuales también son reclutadas durante el entrenamiento de fuerza
e interferir en las respuestas de fuerza e hipertrofia (Gollnick, Piehl, Karlsson y Saltin,
1975).
47
El efecto interferencia se manifiesta principalmente en individuos moderada o altamente
entrenados y también depende de la longitud del programa de entrenamiento. El
entrenamiento de resistencia convencional puede generar una fatiga residual de al menos
6 horas después de su realización (Leveritt et al., 1999). HIIT convenientemente
organizado podría disminuir dicho efecto e incluso en algunos casos, eliminarlo (Sabag
et al., 2018).
La principal razón por la que Sabag et al. (2018) creen que HIIT aminora el efecto
interferencia es porque las señales anabólicas en el entrenamiento concurrente de fuerza
con esta modalidad de resistencia son superiores a las señales catabólicas (vía AMPK)
asociadas al entrenamiento de resistencia convencional (Chen et al., 2003; Kazior et al.,
2016).
48
6. Conclusiones del trabajo
Parece ser que el volumen es la única variable del entrenamiento de fuerza para la que se
ha observado una relación dosis-respuesta con las adaptaciones de hipertrofia, ya que la
frecuencia de entrenamiento y el modelo de periodización son formas de manipular dicho
volumen.
El uso de altas o bajas cargas, siempre y cuando el entrenamiento sea llevado al fallo o
cercano a, permiten alcanzar similares niveles de hipertrofia.
49
adecuarse a preferencias personales individuales, con el fin de asegurar la adherencia al
entrenamiento, ya que las respuestas a la hipertrofia no se ven afectadas por estos
parámetros.
Parece ser que el entrenamiento excéntrico provee de cierta ventaja sobre las respuestas
de hipertrofia frente el concéntrico. También implica un mayor riesgo por la mayor
sobrecarga que requiere y el nivel de daño muscular que genera.
7. Aplicación práctica
50
• Orden de los ejercicios: irrelevante.
• Momento del día del entrenamiento de fuerza: irrelevante. Se debe basar en
preferencias individuales.
• Periodización: irrelevante. Centrarse en el volumen de entrenamiento y la
sobrecarga progresiva. Se debe basar en preferencias individuales.
• Entrenamiento excéntrico: ligero beneficio sobre entrenamiento de fuerza
tradicional. Evaluar ratio riesgo:beneficio. Se debe tener en cuenta la curva
fuerza-velocidad en acciones excéntricas: a mayor velocidad, mayor demanda de
fuerza. Implica la necesidad de usar asistencia externa o soluciones comerciales
como dispositivos isoinerciales.
• Restricción de flujo sanguíneo: intensidades del 20-50% del 1RM con frecuencia
2-3 días/semana. En individuos no entrenados, incluso con ejercicio aeróbico
(caminar) a un ritmo de <70 m/min, induce el suficiente estímulo de hipertrofia.
Se aconsejan programas de 6+ semanas de duración.
• Entrenamiento de resistencia: aunque puede inducir adaptaciones de hipertrofia
en sujetos no entrenados, es inferior y menos eficiente que el entrenamiento de
fuerza.
• Entrenamiento concurrente: evitar entrenamientos de larga duración (>20-30
min) y frecuencia (>3 días/semana). Optar preferentemente por modalidad HIIT
basada en carrera y asegurar recuperación suficiente entre entrenamiento de fuerza
y resistencia con el fin de mitigar e incluso eliminar el efecto interferencia.
51
8. Referencias bibliográficas
Abe, T., Fujita, S., Nakajima, T., Sakamaki, M., Ozaki, H., Ogasawara, R., … Ishii, N.
(2010). Effects of low-intensity cycle training with restricted leg blood flow on thigh
muscle volume and VO2max in young men. Journal of Sports Science & Medicine,
9(3), 452–458.
Abe, T., Kearns, C. F., y Sato, Y. (2006). Muscle size and strength are increased following
walk training with restricted venous blood flow from the leg muscle, Kaatsu-walk
training. Journal of Applied Physiology, 100(5), 1460–1466.
https://doi.org/10.1152/japplphysiol.01267.2005
Aronson, D., Boppart, M. D., Dufresne, S. D., Fielding, R. A., y Goodyear, L. J. (1998).
Exercise stimulates c-Jun NH2Kinase activity and c-Jun transcriptional activity in
human skeletal muscle. Biochemical and Biophysical Research Communications,
251(1), 106–110. https://doi.org/10.1006/bbrc.1998.9435
Bamman, M. M., Shipp, J. R., Jiang, J., Gower, B. A., Hunter, G. R., Goodman, A., …
Urban, R. J. (2001). Mechanical load increases muscle IGF-I and androgen receptor
mRNA concentrations in humans. American Journal of Physiology-Endocrinology
and Metabolism, 280(3), E383–E390.
https://doi.org/10.1152/ajpendo.2001.280.3.E383
Buresh, R., Berg, K., y French, J. (2009). The effect of resistive exercise rest interval on
hormonal response, strength, and hypertrophy with training. Journal of Strength and
Conditioning Research, 23(1), 62–71.
https://doi.org/10.1519/JSC.0b013e318185f14a
52
Campos, G., Luecke, T., Wendeln, H., Toma, K., Hagerman, F., Murray, T., … Staron,
R. (2002). Muscular adaptations in response to three different resistance-training
regimens: specificity of repetition maximum training zones. European Journal of
Applied Physiology, 88(1–2), 50–60. https://doi.org/10.1007/s00421-002-0681-6
Ceccarelli, G., Benedetti, L., Arcari, M. L., Carubbi, C., y Galli, D. (2017). Muscle stem
cell and physical activity: what point is the debate at? Open Medicine, 12(1), 144–
156. https://doi.org/10.1515/med-2017-0022
Chan, S. T., Johnson, A. W., Moore, M. H., Kapadia, C. R., y Dudley, H. A. (1982). Early
weight gain and glycogen-obligated water during nutritional rehabilitation. Human
Nutrition. Clinical Nutrition., 36(3), 223–232. Retrieved from
https://www.researchgate.net/publication/16386527_Early_weight_gain_and_glyc
ogen-obligated_water_during_nutritional_rehabilitation
Chen, Z.-P., Stephens, T. J., Murthy, S., Canny, B. J., Hargreaves, M., Witters, L. A., …
McConell, G. K. (2003). Effect of exercise intensity on skeletal muscle AMPK
signaling in humans. Diabetes, 52(9), 2205–2212.
https://doi.org/10.2337/diabetes.52.9.2205
Coggan, A. R., Spina, R. J., King, D. S., Rogers, M. A., Brown, M., Nemeth, P. M., y
Holloszy, J. O. (1992). Skeletal muscle adaptations to endurance training in 60- to
70-yr-old men and women. Journal of Applied Physiology, 72(5), 1780–1786.
https://doi.org/10.1152/jappl.1992.72.5.1780
Creer, A., Gallagher, P., Slivka, D., Jemiolo, B., Fink, W., y Trappe, S. (2005). Influence
of muscle glycogen availability on ERK1/2 and Akt signaling after resistance
exercise in human skeletal muscle. Journal of Applied Physiology, 99(3), 950–956.
https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00110.2005
Crewther, B., Keogh, J., Cronin, J., y Cook, C. (2006). Possible stimuli for strength and
53
power adaptation. Sports Medicine, 36(3), 215–238.
https://doi.org/10.2165/00007256-200636030-00004
Damas, F., Phillips, S. M., Libardi, C. A., Vechin, F. C., Lixandrão, M. E., Jannig, P. R.,
… Ugrinowitsch, C. (2016). Resistance training-induced changes in integrated
myofibrillar protein synthesis are related to hypertrophy only after attenuation of
muscle damage. The Journal of Physiology, 594(18), 5209–5222.
https://doi.org/10.1113/JP272472
Dankel, S. J., Mattocks, K. T., Jessee, M. B., Buckner, S. L., Mouser, J. G., Counts, B.
R., … Loenneke, J. P. (2017). Frequency: the overlooked resistance training variable
for inducing muscle hypertrophy? Sports Medicine, 47(5), 799–805.
https://doi.org/10.1007/s40279-016-0640-8
DeVol, D. L., Rotwein, P., Sadow, J. L., Novakofski, J., y Bechtel, P. J. (1990). Activation
of insulin-like growth factor gene expression during work-induced skeletal muscle
growth. American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, 259(1),
E89–E95. https://doi.org/10.1152/ajpendo.1990.259.1.E89
Drust, B., Waterhouse, J., Atkinson, G., Edwards, B., y Reilly, T. (2005). Circadian
rhythms in sports performance—an update. Chronobiology International, 22(1), 21–
44. https://doi.org/10.1081/CBI-200041039
Edström, L., y Grimby, L. (1986). Effect of exercise on the motor unit. Muscle & Nerve,
9(2), 104–126. https://doi.org/10.1002/mus.880090203
Fink, J., Kikuchi, N., Yoshida, S., Terada, K., y Nakazato, K. (2016). Impact of high
versus low fixed loads and non-linear training loads on muscle hypertrophy, strength
and force development. SpringerPlus, 5(1), 698. https://doi.org/10.1186/s40064-
016-2333-z
Fink, J., Schoenfeld, B. J., y Nakazato, K. (2018). The role of hormones in muscle
hypertrophy. The Physician and Sportsmedicine, 46(1), 129–134.
https://doi.org/10.1080/00913847.2018.1406778
Folland, J. P. (2002). Fatigue is not a necessary stimulus for strength gains during
54
resistance training. British Journal of Sports Medicine, 36(5), 370–373.
https://doi.org/10.1136/bjsm.36.5.370
Fry, A. C. (2004). The role of resistance exercise intensity on muscle fibre adaptations.
Sports Medicine, 34(10), 663–679. https://doi.org/10.2165/00007256-200434100-
00004
Fry, A. C., Kraemer, W. J., Borselen, F. Van, Lynch, J. M., Marsit, J. L., Roy, E. P., …
Knuttgen, H. G. (1994). Performance decrements with high-intensity resistance
exercise overtraining. Medicine and Science in Sports and Exercise, 26(9), 1165–
1173. https://doi.org/10.1249/00005768-199409000-00015
Garber, C. E., Blissmer, B., Deschenes, M. R., Franklin, B. A., Lamonte, M. J., Lee, I.-
M., … Swain, D. P. (2011). Quantity and quality of exercise for developing and
maintaining cardiorespiratory, musculoskeletal, and neuromotor fitness in
apparently healthy adults. Medicine & Science in Sports & Exercise, 43(7), 1334–
1359. https://doi.org/10.1249/MSS.0b013e318213fefb
Goldfield, G. S., Kenny, G. P., Alberga, A. S., Tulloch, H. E., Doucette, S., Cameron, J.
D., y Sigal, R. J. (2017). Effects of aerobic or resistance training or both on health-
related quality of life in youth with obesity: the HEARTY Trial. Applied Physiology,
Nutrition, and Metabolism, 42(4), 361–370. https://doi.org/10.1139/apnm-2016-
0386
Gollnick, P. D., Piehl, K., Karlsson, J., y Saltin, B. (1975). Glycogen depletion patterns
in human skeletal muscle fibers after varying types and intensities of exercise. In
Metabolic Adaptation to Prolonged Physical Exercise (pp. 416–421).
https://doi.org/10.1007/978-3-0348-5523-5_49
Goto, K., Ishii, N., Kizuka, T., y Takamatsu, K. (2005). The impact of metabolic stress
55
on hormonal responses and muscular adaptations. Medicine and Science in Sports
and Exercise, 37(6), 955–963.
https://doi.org/10.1249/01.mss.0000170470.98084.39
Grgic, J., Lazinica, B., Garofolini, A., Schoenfeld, B. J., Saner, N. J., y Mikulic, P. (2019).
The effects of time of day-specific resistance training on adaptations in skeletal
muscle hypertrophy and muscle strength: A systematic review and meta-analysis.
Chronobiology International, 36(4), 449–460.
https://doi.org/10.1080/07420528.2019.1567524
Grgic, J., Mcllvenna, L. C., Fyfe, J. J., Sabol, F., Bishop, D. J., Schoenfeld, B. J., y
Pedisic, Z. (2019). Does aerobic training promote the same skeletal muscle
hypertrophy as resistance training? a systematic review and meta-analysis. Sports
Medicine, 49(2), 233–254. https://doi.org/10.1007/s40279-018-1008-z
Grgic, J., Mikulic, P., Podnar, H., y Pedisic, Z. (2017). Effects of linear and daily
undulating periodized resistance training programs on measures of muscle
hypertrophy: a systematic review and meta-analysis. PeerJ, 5, e3695.
https://doi.org/10.7717/peerj.3695
Grøntved, A., Rimm, E. B., Willett, W. C., Andersen, L. B., y Hu, F. B. (2012). A
prospective study of weight training and risk of type 2 diabetes mellitus in men.
Archives of Internal Medicine, 172(17), 1306.
https://doi.org/10.1001/archinternmed.2012.3138
Guette, M., Gondin, J., y Martin, A. (2005). Time-of-day effect on the torque and
neuromuscular properties of dominant and non-dominant quadriceps femoris.
Chronobiology International, 22(3), 541–558. https://doi.org/10.1081/CBI-
200062407
Hameed, M., Lange, K. H. W., Andersen, J. L., Schjerling, P., Kjaer, M., Harridge, S. D.
R., y Goldspink, G. (2004). The effect of recombinant human growth hormone and
resistance training on IGF-I mRNA expression in the muscles of elderly men. The
Journal of Physiology, 555(1), 231–240.
https://doi.org/10.1113/jphysiol.2003.051722
56
Haun, C. T., Vann, C. G., Osburn, S. C., Mumford, P. W., Roberson, P. A., Romero, M.
A., … Roberts, M. D. (2019). Muscle fiber hypertrophy in response to 6 weeks of
high-volume resistance training in trained young men is largely attributed to
sarcoplasmic hypertrophy. PLOS ONE, 14(6), e0215267.
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0215267
Haun, C. T., Vann, C. G., Roberts, B. M., Vigotsky, A. D., Schoenfeld, B. J., y Roberts,
M. D. (2019). A critical evaluation of the biological construct skeletal muscle
hypertrophy: size matters but so does the measurement. Frontiers in Physiology, 10,
1–23. https://doi.org/10.3389/fphys.2019.00247
Häussinger, D. (1996). The role of cellular hydration in the regulation of cell function.
Biochemical Journal, 313(3), 697–710. https://doi.org/10.1042/bj3130697
Hawley, J. A. (2009). Molecular responses to strength and endurance training: Are they
incompatible? Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 34(3), 355–361.
https://doi.org/10.1139/H09-023
Hornberger, T. A., Chu, W. K., Mak, Y. W., Hsiung, J. W., Huang, S. A., y Chien, S.
(2006). The role of phospholipase D and phosphatidic acid in the mechanical
activation of mTOR signaling in skeletal muscle. Proceedings of the National
Academy of Sciences, 103(12), 4741–4746.
https://doi.org/10.1073/pnas.0600678103
Hornberger, Troy A., y Chien, S. (2006). Mechanical stimuli and nutrients regulate
rapamycin-sensitive signaling through distinct mechanisms in skeletal muscle.
Journal of Cellular Biochemistry, 97(6), 1207–1216.
https://doi.org/10.1002/jcb.20671
Kazior, Z., Willis, S. J., Moberg, M., Apró, W., Calbet, J. A. L., Holmberg, H.-C., y
Blomstrand, E. (2016). Endurance exercise enhances the effect of strength training
on muscle fiber size and protein expression of akt and mTOR. PLOS ONE, 11(2),
57
e0149082. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0149082
Kefaloyianni, E., Gaitanaki, C., y Beis, I. (2006). ERK1/2 and p38-MAPK signalling
pathways, through MSK1, are involved in NF-κB transactivation during oxidative
stress in skeletal myoblasts. Cellular Signalling, 18(12), 2238–2251.
https://doi.org/10.1016/j.cellsig.2006.05.004
Koller, A., Mair, J., Schobersberger, W., Wohlfarter, T., Haid, C., Mayr, M., …
Puschendorf, B. (1998). Effects of prolonged strenuous endurance exercise on
plasma myosin heavy chain fragments and other muscular proteins. Cycling vs
running. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 38(1), 10–17.
Kosek, D. J., Kim, J. S., Petrella, J. K., Cross, J. M., y Bamman, M. M. (2006). Efficacy
of 3 days/wk resistance training on myofiber hypertrophy and myogenic
mechanisms in young vs. older adults. Journal of Applied Physiology, 101(2), 531–
544. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.01474.2005
Kraemer, W. J., Patton, J. F., Gordon, S. E., Harman, E. A., Deschenes, M. R., Reynolds,
K., … Dziados, J. E. (1995). Compatibility of high-intensity strength and endurance
training on hormonal and skeletal muscle adaptations. Journal of Applied
Physiology, 78(3), 976–989. https://doi.org/10.1152/jappl.1995.78.3.976
Kraemer, William J., Ratamess, N. A., y French, D. N. (2002). Resistance training for
health and performance. Current Sports Medicine Reports, 1(3), 165–171.
58
https://doi.org/10.1249/00149619-200206000-00007
Krieger, J. W. (2010). Single vs. multiple sets of resistance exercise for muscle
hypertrophy: a meta-analysis. Journal of Strength and Conditioning Research,
24(4), 1150–1159. https://doi.org/10.1519/JSC.0b013e3181d4d436
Leveritt, M., Abernethy, P. J., Barry, B. K., y Logan, P. A. (1999). Concurrent strength
and endurance training. A review. Sports Medicine, 28(6), 413–427.
https://doi.org/10.2165/00007256-199928060-00004
Lixandrão, M. E., Ugrinowitsch, C., Berton, R., Vechin, F. C., Conceição, M. S., Damas,
F., … Roschel, H. (2018). Magnitude of muscle strength and mass adaptations
between high-load resistance training versus low-load resistance training associated
with blood-flow restriction: a systematic review and meta-analysis. Sports Medicine,
48(2), 361–378. https://doi.org/10.1007/s40279-017-0795-y
Lixandrão, M. E., Ugrinowitsch, C., Laurentino, G., Libardi, C. A., Aihara, A. Y.,
Cardoso, F. N., … Roschel, H. (2015). Effects of exercise intensity and occlusion
pressure after 12 weeks of resistance training with blood-flow restriction. European
Journal of Applied Physiology, 115(12), 2471–2480.
https://doi.org/10.1007/s00421-015-3253-2
Loenneke, J. P., Wilson, J. M., Marín, P. J., Zourdos, M. C., y Bemben, M. G. (2012).
Low intensity blood flow restriction training: a meta-analysis. European Journal of
Applied Physiology, 112(5), 1849–1859. https://doi.org/10.1007/s00421-011-2167-
x
Mccall, G. E., Byrnes, W. C., Fleck, S. J., Dickinson, A., y Kraemer, W. J. (1999). Acute
and chronic hormonal responses to resistance training designed to promote muscle
hypertrophy. Canadian Journal of Applied Physiology, 24(1), 96–107.
https://doi.org/10.1139/h99-009
59
Michel, R. N., Dunn, S. E., y Chin, E. R. (2004). Calcineurin and skeletal muscle growth.
Proceedings of the Nutrition Society, 63(2), 341–349.
https://doi.org/10.1079/PNS2004362
Mikkola, J., Rusko, H., Izquierdo, M., Gorostiaga, E., y Häkkinen, K. (2012).
Neuromuscular and cardiovascular adaptations during concurrent strength and
endurance training in untrained men. International Journal of Sports Medicine,
33(09), 702–710. https://doi.org/10.1055/s-0031-1295475
Mitchell, C. J., Churchward-Venne, T. A., West, D. W. D., Burd, N. A., Breen, L., Baker,
S. K., y Phillips, S. M. (2012). Resistance exercise load does not determine training-
mediated hypertrophic gains in young men. Journal of Applied Physiology, 113(1),
71–77. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00307.2012
Moher, D., Liberati, A., Tetzlaff, J., Altman, D. G., y PRISMA Group, T. (2014). Ítems
de referencia para publicar revisiones sistemáticas y metaanálisis: la declaración
PRISMA. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, 18(3), 172–181.
https://doi.org/10.14306/renhyd.18.3.114
Morton, R. W., Oikawa, S. Y., Wavell, C. G., Mazara, N., McGlory, C., Quadrilatero, J.,
… Phillips, S. M. (2016). Neither load nor systemic hormones determine resistance
training-mediated hypertrophy or strength gains in resistance-trained young men.
Journal of Applied Physiology, 121(1), 129–138.
https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00154.2016
Nelson, A. G., Arnall, D. A., Loy, S. F., Silvester, L. J., y Conlee, R. K. (1990).
Consequences of combining strength and endurance training regimens. Physical
Therapy, 70(5), 287–294. https://doi.org/10.1093/ptj/70.5.287
Nunes, J. P., Grgic, J., Cunha, P. M., Ribeiro, A. S., Schoenfeld, B. J., de Salles, B. F., y
Cyrino, E. S. (2020). What influence does resistance exercise order have on
muscular strength gains and muscle hypertrophy? A systematic review and meta-
analysis. European Journal of Sport Science, 1–9.
https://doi.org/10.1080/17461391.2020.1733672
60
Ogasawara, R., Kobayashi, K., Tsutaki, A., Lee, K., Abe, T., Fujita, S., … Ishii, N.
(2013). mTOR signaling response to resistance exercise is altered by chronic
resistance training and detraining in skeletal muscle. Journal of Applied Physiology,
114(7), 934–940. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.01161.2012
Petersen, B. A., Hastings, B., y Gottschall, J. S. (2017). Low load, high repetition
resistance training program increases bone mineral density in untrained adults.
Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 57(1–2), 70–76.
https://doi.org/10.23736/S0022-4707.16.05697-8
Prestes, J., Lima, C. De, Frollini, A. B., Donatto, F. F., y Conte, M. (2009). Comparison
of linear and reverse linear periodization effects on maximal strength and body
composition. Journal of Strength and Conditioning Research, 23(1), 266–274.
https://doi.org/10.1519/JSC.0b013e3181874bf3
Raastad, T., Kirketeig, A., Wolf, D., y Paulsen, G. (2012). Powerlifters improved strength
and muscular adaptations to a greater extent when equal total training volume was
divided into 6 compared to 3 training sessions per week. 17th Annual Conference of
the ECSS.
Radaelli, R., Fleck, S. J., Leite, T., Leite, R. D., Pinto, R. S., Fernandes, L., y Simão, R.
(2015). Dose-response of 1, 3, and 5 sets of resistance exercise on strength, local
muscular endurance, and hypertrophy. Journal of Strength and Conditioning
Research, 29(5), 1349–1358. https://doi.org/10.1519/JSC.0000000000000758
Roig, M., O’Brien, K., Kirk, G., Murray, R., McKinnon, P., Shadgan, B., y Reid, W. D.
(2009). The effects of eccentric versus concentric resistance training on muscle
strength and mass in healthy adults: a systematic review with meta-analysis. British
Journal of Sports Medicine, 43(8), 556–568.
https://doi.org/10.1136/bjsm.2008.051417
Rose, A. J., Broholm, C., Kiillerich, K., Finn, S. G., Proud, C. G., Rider, M. H., … Kiens,
B. (2005). Exercise rapidly increases eukaryotic elongation factor 2 phosphorylation
in skeletal muscle of men. The Journal of Physiology, 569(1), 223–228.
61
https://doi.org/10.1113/jphysiol.2005.097154
Sabag, A., Najafi, A., Michael, S., Esgin, T., Halaki, M., y Hackett, D. (2018). The
compatibility of concurrent high intensity interval training and resistance training
for muscular strength and hypertrophy: a systematic review and meta-analysis.
Journal of Sports Sciences, 36(21), 2472–2483.
https://doi.org/10.1080/02640414.2018.1464636
Sale, D. G. (1988). Neural adaptation to resistance training. Medicine & Science in Sports
& Exercise, 20(5), S135–S145. https://doi.org/10.1249/00005768-198810001-
00009
Schoenfeld, B. J., Grgic, J., Haun, C., Itagaki, T., y Helms, E. R. (2019). Calculating set-
volume for the limb muscles with the performance of multi-joint exercises:
implications for resistance training prescription. Sports, 7(7), 177.
https://doi.org/10.3390/sports7070177
Schoenfeld, B. J., Grgic, J., y Krieger, J. (2019). How many times per week should a
muscle be trained to maximize muscle hypertrophy? A systematic review and meta-
analysis of studies examining the effects of resistance training frequency. Journal of
Sports Sciences, 37(11), 1286–1295.
https://doi.org/10.1080/02640414.2018.1555906
Schoenfeld, B. J., Grgic, J., Ogborn, D., y Krieger, J. W. (2017). Strength and hypertrophy
adaptations between low- vs. high-load resistance training: a systematic review and
meta-analysis. Journal of Strength and Conditioning Research, 31(12), 3508–3523.
https://doi.org/10.1519/JSC.0000000000002200
Schoenfeld, B. J., Ogborn, D. I., Vigotsky, A. D., Franchi, M. V., y Krieger, J. W. (2017).
Hypertrophic effects of concentric versus eccentric muscle actions: a systematic
review and meta-analysis. Journal of Strength and Conditioning Research, 31(9),
2599–2608. https://doi.org/10.1519/JSC.0000000000001983
Schoenfeld, B. J., Ogborn, D., y Krieger, J. W. (2015). Effect of repetition duration during
resistance training on muscle hypertrophy: a systematic review and meta-analysis.
62
Sports Medicine, 45(4), 577–585. https://doi.org/10.1007/s40279-015-0304-0
Short, K. R., Vittone, J. L., Bigelow, M. L., Proctor, D. N., y Nair, K. S. (2004). Age and
aerobic exercise training effects on whole body and muscle protein metabolism.
American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, 286(1), E92–
E101. https://doi.org/10.1152/ajpendo.00366.2003
Sinha-Hikim, I., Cornford, M., Gaytan, H., Lee, M. L., y Bhasin, S. (2006). Effects of
testosterone supplementation on skeletal muscle fiber hypertrophy and satellite cells
in community-dwelling older men. The Journal of Clinical Endocrinology &
Metabolism, 91(8), 3024–3033. https://doi.org/10.1210/jc.2006-0357
Sjogaard, G., Adams, R. P., y Saltin, B. (1985). Water and ion shifts in skeletal muscle
of humans with intense dynamic knee extension. American Journal of Physiology-
Regulatory, Integrative and Comparative Physiology, 248(2), R190–R196.
https://doi.org/10.1152/ajpregu.1985.248.2.R190
Slysz, J., Stultz, J., y Burr, J. F. (2016). The efficacy of blood flow restricted exercise: A
systematic review & meta-analysis. Journal of Science and Medicine in Sport, 19(8),
669–675. https://doi.org/10.1016/j.jsams.2015.09.005
Takarada, Y., Takazawa, H., Sato, Y., Takebayashi, S., Tanaka, Y., y Ishii, N. (2000).
Effects of resistance exercise combined with moderate vascular occlusion on
muscular function in humans. Journal of Applied Physiology, 88(6), 2097–2106.
63
https://doi.org/10.1152/jappl.2000.88.6.2097
Tesch, P. A., Colliander, E. B., y Kaiser, P. (1986). Muscle metabolism during intense,
heavy-resistance exercise. European Journal of Applied Physiology and
Occupational Physiology, 55(4), 362–366. https://doi.org/10.1007/BF00422734
Waters, M., Shang, C., Behncken, S., Tam, S.-P., Li, H., Shen, B., y Lobie, P. (1999).
Growth hormone as a cytokine. Clinical and Experimental Pharmacology and
Physiology, 26(10), 760–764. https://doi.org/10.1046/j.1440-1681.1999.03129.x
Westcott, W. L., Winett, R. A., Anderson, E. S., Wojcik, J. R., Loud, R. L. R., Cleggett,
E., y Glover, S. (2001). Effects of regular and slow speed resistance training on
muscle strength. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 41(2), 154–158.
Wilkinson, S. B., Phillips, S. M., Atherton, P. J., Patel, R., Yarasheski, K. E.,
Tarnopolsky, M. A., y Rennie, M. J. (2008). Differential effects of resistance and
endurance exercise in the fed state on signalling molecule phosphorylation and
protein synthesis in human muscle. The Journal of Physiology, 586(15), 3701–3717.
https://doi.org/10.1113/jphysiol.2008.153916
Wilson, J. M. C., Marin, P. J., Rhea, M. R., Wilson, S. M. C., Loenneke, J. P., y Anderson,
J. C. (2012). Concurrent training: a meta-analysis examining interference of aerobic
and resistance exercises. Journal of Strength and Conditioning Research, 26(8),
2293–2307. https://doi.org/10.1519/JSC.0b013e31823a3e2d
Wolfe, R. R. (2006). The underappreciated role of muscle in health and disease. The
64
American Journal of Clinical Nutrition, 84(3), 475–482.
https://doi.org/10.1093/ajcn/84.3.475
Yamamoto, S., Hotta, K., Ota, E., Mori, R., y Matsunaga, A. (2016). Effects of resistance
training on muscle strength, exercise capacity, and mobility in middle-aged and
elderly patients with coronary artery disease: A meta-analysis. Journal of
Cardiology, 68(2), 125–134. https://doi.org/10.1016/j.jjcc.2015.09.005
Yasuda, T., Fujita, S., Ogasawara, R., Sato, Y., y Abe, T. (2010). Effects of low-intensity
bench press training with restricted arm muscle blood flow on chest muscle
hypertrophy: a pilot study. Clinical Physiology and Functional Imaging, 30(5), no-
no. https://doi.org/10.1111/j.1475-097X.2010.00949.x
Zou, K., Meador, B. M., Johnson, B., Huntsman, H. D., Mahmassani, Z., Valero, M. C.,
… Boppart, M. D. (2011). The α 7 β 1 -integrin increases muscle hypertrophy
following multiple bouts of eccentric exercise. Journal of Applied Physiology,
111(4), 1134–1141. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.00081.2011
65