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De barman a abogado: el hombre que planea el operativo retorno del ladrón del siglo

Preso sin condena condenados sin juicio

El niño Gastón tenía tres años y recorría las calles de San Cristóbal. Su abuela Belkis lo
llevaba hacia el parque en una pequeña bicicleta con rueditas. Era una zona de trabajadores,
comerciantes y ladrones de la vieja escuela. En una esquina apareció uno de los hampones
más respetados de ese barrio arrabalero y compadrito. Como diría Jorge Luis Borges en sus
charlas orales sobre los guapos porteños: esos barrios orilleros con calles de adoquines y
guapos admirados. Ese barrio “donde El Espíritu Santo” sopla dondequiera, pero se queda
en esos arrabales.

La cuestión es que ese pesado de los bajos fondos se le abalanzó a la señora y cuando miró
al niño, le dijo:

-Gastoncito, devolveme la bici que es mía. Dale.

El rufián no quiso asustarlo. Era su manera de jugar, su ternura bruta.

El niño no podía saberlo. Ningún niño podía interpretar ese gesto malevo y a la vez
travieso. Y lloró sin consuelo. Su abuela le dijo que no pasaba nada, que era un juego. Los
gestos rudos del ladrón se deshicieron en tristeza. Sabía que había lastimado -con más
torpeza que intención- a ese niño que veía siempre en la zona.

-No, Gastoncito. Es tuya. Es tuya...era un chiste

El niño respondió, agitado por el llanto:

-No es tuya, la bici es mima.

El ladrón le pidió perdón a la abuela, abrazó al niño, que sonrió y siguió su paso. Era un
hábil escruchante: esa especie en extinción delictiva que consiste en desvalijar casas o
departamentos en ausencia de sus ocupantes.

La escena, un recuerdo que Otero guarda en los rincones de su memoria nostálgica, termina
con final feliz. El niño sonríe. El ladrón le acaricia la cabeza y cada uno sigue su rumbo.

Ese niño creció y se hizo hombre.

Ese canalla, como se les decía a los ladrones por aquel entonces, siguió su vida criminal
hasta que un día, cuando se encontró con ese niño ya convertido en adulto, le dijo:

-Estoy haciendo una vida decente.


-¿No roba más? -quiso saber Otero.

El rufián retirado lo miró con picardía, le dio una pitada profunda a su cigarrillo Parliament,
y respondió mientras el humo le cubría la cara:

-Los ladrones tenemos fecha de vencimiento. Pero un ladrón unca se retira. Un ladrón
descansa,

Ese hecho, ocurrido hace 42 años, marcó mucho más que un apodo que con el tiempo fue
deformándose de mima a “Mino”. Fue el primer contacto, casi de iniciación, de Gastón
Otero con los delincuentes que se cruzaba casi a diario en ese barrio y de los que aprendió
muchas cosas.

Hoy, “Mino”, recuerda esa anécdota con melancolía. Como un acto que terminó por
predecir su destino. Después de una carrera notable de barman, donde la noche lo llevó a
conocer el mundo del hampa y hasta ser confesor con tragos que les daba a esos hombres
solitarios y después o antes de un golpe necesitaban hablar, es uno de los abogados que más
conoce la delincuencia.

Nieto del mítico Manolete, el bartender más importante de la historia nocturna argentina,
ahora afronta un desafío que le quita el sueño: lograr el regreso al país del ladrón del siglo,
Luis Mario Vitette Sellanes, El Hombre del Traje Gris. Líder, cara visible y voz cantante de
la banda que el 13 de enero de 2006 se llevó más de 15 millones del banco Río de Acassuso
en dos gomones a través de un túnel, Vitette es acaso uno de los ladrones más importantes
de la historia delincuencial argentina.

El 31 de agosto de 2013, hace poco más de diez años, Vitette se esfumó. Llegó al
aeropuerto de Montevideo y fue recibido por la prensa como si fuese una celebridad. Pagó
un precio: después de leer los 35 cuerpos de la causa, encontró una figura legal de
“extrañamiento” de la Ley de Migraciones, que establece la expulsión del país de los presos
extranjeros que hayan cumplido la mitad de sus condenas. Es una forma de destierro. No
puede volver nunca más a Buenos Aires, a su segunda patria, donde vivió momentos felices
y desdichas.
En San José, a una hora de Montevideo, vive una vida feliz: casi retirado de su joyería,
disfruta sus días de paz con su esposa y su pequeño hijo.
Más allá de eso, le gustaría volver al menos por un par de días a la Argentina con su
familia. Reencontrarse con personas queridas, recorrer las calles donde fue feliz, y volver a
su país para cerrar una etapa con la Argentina.

Y es ahí donde aparece Otero con una epopeya que cargó en sus hombros: lograr que el ex
ladrón del siglo vuelva a Buenos Aires. El operativo regreso está en marcha. Más allá de
que el que debe tomar la decisión de autorizar o no es el el juez de Ejecución Marcelo
Peluzzi, al parecer reacio a que el famoso ex ladrón regrese por unas horas a una ciudad que
amó.

Otero es magister en Derecho penal y nieto de Manolete, el legendario barman de la noche


y la gastronomía porteña. Le transmitió el oficio a su nieto, quien llegó a trabajar en un bar
que era una especie de refugio de delincuentes. Algunos escruchantes, piratas del asfalto,
robabancos y pungas que terminaban desahogándose con el barman.

Años antes del robo del siglo, una noche, en uno de esos bares, vio a un escruchante y
Hombre Araña del que se hablaba por lo bajo como un talento del delito. Otero pagó su
mesa sin avisarle. El hombre le agradeció sorprendido y quiso saber la razón del gesto. “Lo
admiro”, le respondió Otero. “No es para tanto”, le dijo el rufián, que resultó ser Vitette. Se
hicieron amigos. De tanto hablar con ladrones decidió estudiar Derecho. Hasta ahora
llevaba un perfil bajo. Pero ya defendido a decenas de ladrones. No defiende violadores,
femicidas ni maltratadores de mujeres.

Entre sus clientes hubo dos misteriosos ladrones de guante blanco que robaban cuadros y
decían haber robado documentos de dos leyendas de la Argentina que trascendieron a nivel
mundial.

“Para un penalista ser el abogado de Mario es como jugar a la pelota con Maradona y René
Houseman en el mismo equipo”, dice Otero, fanático de Huracán. Parece un hombre
transportado del pasado hacia estos tiempos. Es de las tertulias en el bodegón Miramar
(“vengo de mi oficina, le dice a su esposa Manuela y a sus tres hijos”), allí recibe a clientes,
amigos, hasta los mozos le piden favores legales y él se muestra generoso. Es católico,
devoto de San Expedito y del “Dios” de los desahuciados y personas en situación de calle.

A Marito, como lo llama, lo conoce desde antes del robo del siglo. “Es una persona
maravillosa, de bien. Detrás de esto no hay ningún negocio. Es algo sentimental. La vuelta
al barrio. Como decía Troilo: ‘¿qué yo me fui de mi barrio? ¿Cuándo? Si siempre estoy
llegando’”, dice.

En el plano legal, Otero remarca: “Mario ha sentado jurisprudencia. Por ejemplo, con el
pedido de extrañamiento para los extranjeros condenados por delito. O por el uso de armas
de juguete, que no reviste el delito de robo calificado. No hay perpetuidad. Eso es
anticonstitucional. He defendido delincuentes que lo admiran por su trayectoria
delincuencial, pero más por su reinserción en la sociedad. Es un señor y una gran persona y
tuve el privilegio de conocerlo”.

Está claro: Vitette no cambia nada de su destino tras el robo. Pero extraña cosas de Buenos
Aires. Muchos abogados se ofrecieron para “repatriarlo”, aunque han fracasado.

“En Otero, quizá sea una corazonada, veo que puede ser distinto”, dice desde Uruguay a
Infobae.
Otero explica: “Para su regreso pueden alegarse razones humanitarias, laborales, familiares,
el arraigo. No vuelve a robar. Es un ejemplo de reinserción en la sociedad”.

Vitette es una celebridad en la Argentina. Andrés Calamaro -leyenda viviente del rock y de
la música popular tanto argentina como española- posó con su libro, el best-seller El ladrón
del siglo, de pronta adaptación cinematográfica, el actor Mariano Martínez viajó a
conocerlo y con la idea de producir una película del robo, Guillermo Francella no dudó en
ponerse en el rol del uruguayo, charló con él y hasta logró que el personaje tuviera más
protagonismo en la película El robo del siglo, vista por más de tres millones y medio de
personas. Además, el ex ladrón actuó en el videoclip de la canción Cassidy de la banda
Hiroshima Dandys y escribió canciones para el grupo Los trovadores de Venus. Su mito
llevó a que el reconocido Campi lo imitara en Peligro Sin Codificar. Incluso Mirtha
Legrand habló de “Marito”, como le dicen sus ex compañeros del robo y se refirió a la
posibilidad de haber sido víctima de un robo de joyas en su casa, hecho que se le suele
adjudicar al “ladrón del siglo”.

Vitette confía ciegamente en Otero. “Es un gran muchacho, de buenas intenciones,


talentoso, sensible, he hablado mucho con él y tiene perfil bajo. Tiene corazón y un don. Lo
sigo. Porque es un amigo. No abundan seres como él”, dice.

El suyo es un fenómeno que debería ser analizado por sociólogos. Pero no hubo, ni habrá,
un ladrón que haya generado tanto en la sociedad, más allá de sus detractores porque, como
él dice, no es un héroe, sino un villano.

En Twitter tiene 37 mil seguidores y en Instagram 22 mil. Se define como “Bad


Influencer”. Una vez fue entrevistado en un zoom por Peter Lanzani y Lorenzo Toto Ferro,
ambos notables actores de El Ángel, inspirada en el asesino serial Carlos Eduardo Robledo
Puch, y en esa charla logró que los dos artistas no sólo se rieran, sino que empatizaran con
las ocurrencias e historias del hampón retirado.

El tenista, campéon mundial de Roland Garros, Gastón Gaudio, también lo conoció por
zoom. Una gloria del TC 2000 y del Turismo Carretera, Juan María Traverso, le manda
mensajes por un amigo en común. Con el Negro Rubén Rada se cruzó en un escenario
uruguayo y Víctor Hugo Morales lo elogió en el prólogo de su libro. Fernando Samalea,
histórico baterista de Chaly García y músico en los últimos recitales de Gustavo Cerati,
también viajó a conocerlo. “Hay más celebridades que me vinieron a conocer, pero no
puedo nombrar”, juega al misterio Vitette.

El ex escruchante, ladrón de joyerías y de bancos, ahora se define como padre de familia,


joyero, relojero y experto en redes sociales y escritor.

Aunque admite que antes tenía más ego, siente que ya no necesita tanto protagonismo.
Logró ser el ladrón de la Argentina más famoso de la historia. Asegura haber dado más de
150 entrevistas. Enumera a la CNN en español, a la revista Society de París, a El País de
España, a la cadena rusa Sputnik, a una revista de los Estados Unidos en la que aparecemos
todos, entre otros medios. “Hasta de China me llamaron”, dice.

Otras anécdotas: hay fotos de admiradores que se tatuaron la cara de Vitette o una foto en la
que aparece vestido con el traje gris, que nunca fue subastado aunque recibió propuestas
para que eso ocurra.

Su historia también ocupó diez páginas en la revista española Fiat Lux de España, la de
mayor tirada, y seis de la revista estadounidense G.Q.

“Quiero aclarar algo, no me quiero hacer el solidario. A los que me vienen a ver descalzos
o con la ropa rota, sin un mango, no les cobro. Pero el que viene carteludo y con cadenas de
oro, le cobro en dólares siempre y cuando corresponda”, dice Otero con sinceridad.

Otero es un rara avis del ambiente. Tiene alma de bon vivant, le gusta beber y comer rico,
aunque nunca se pasa. Lo justo y necesario. Es divertido. Fue empresario gastronómico,
produjo teatro, música y siempre aconsejó a sus clientes de la noche. No es mediático. No
fue sencillo que contara detalles para este perfil. Lo convenció Marito Vitette Sellanes.

Podría ser el Abogado del Hampa, de La Noche, el confidente, aunque no le gustan las
etiquetas. Y sólo se deja llevar por las conexiones. “Así como el barman debe guardar
secreto de lo que le cuenta un cliente en confianza, lo mismo un abogado. Tengo secreto
profesional de la noche y del Derecho”, dice.

Pasó de barman a abogado. Dice que su esencia no cambió, aunque en vez de que los
separe del cliente un escritorio con despacho y biblioteca solemnes, y ya no una barra de
madera, un hombre apoyado y él preparando un trago en la coctelera. “No tomes con el
corazón triste”, les decía.

Su abuelo fue pionero. Le sirvió tragos a presidentes, actores, actrices y cantantes famosos.
Carlos Monzón, Diego Maradona, Susana Giménez, Julio Nazareno (Corte menemista),
Pablo Argibay Molina, abogado -entre otros- de Alfredo Yabrán y el cuestionado juez
federal, fallecido, Norberto Oyarbide.

El célebre bartender estuvo en el programa de tevé de Doña Petrona de Gandulfo. Aparece


mencionado en un sketch de Alberto Olmedo y en una viñeta de Isidorito Cañones.

Otero nieto siente que fue su gemelo cincuenta años mayor. En los gestos, en la mirada, en el
parecido físico, en su forma de ser. Su abuelo llegó de España em barco sin nada. Trabajaba en una
perfumería y era capaz de detectar la diferencia de cada aroma. Ese lo aplicó en sus tragos.
Click

[16/11 4:00 a. m.] Gaston Otero: Sabe cuando me hizo el click para estudiar

Una ve fuinanuna reunión con un importante empresario, hice un negocionq gane mucho dinero.

Al terminar la.reunion el.empresario me dice vos q sos?, como q soy, le respondo?, empresario le
digo.El tipo me mira y ne dice q estudiaste, nada le respondo, me dice "vos tenes la tranquilidad
de los q saben.", salí de ahi y me si cuenta q me faltaba algo.

Defendido gratis el carteluro con la soga de oro le cobramos con gringos al que viene descalzo lo
ayudamos

Gaston Otero.

Abogado uba, especialista en derecho penal, cursando posgrado en la.uba (siempre en la.uba,
estudie sin pagar un peso) , cuando me toco hacer posgrado podría haber estudiado rn una
privada o en el extranjero, pero.preferi devolverle un granito de arena

Soy muy amiguero, los amigos son la flia q elegimos entre extraños.

Hay algo q aprendí en la.noche, los contratos se hacen de noche y se firman de dia

[16/11 12:42 p. m.] Gaston Otero: Abogado , defensor la las garantías constitucionales
del.derecho.penal sustantivo.

El.derecho pebal nace para ponerle límites al poder p unitivo del estado

Yo no duerno cuando cierro los ojos miro para adentro

Algunos están de noche porque se les hizo tarde


Mucbos creen tener noche se acuetsan

La única plata uetenes es la que te gastastae

Aprendió de esos ladrones

Criminología mediática

Armar la toería del caso. Para cada cliente la teoría del caso no es buena sec cae el cimiento.

Si se plantea mal es como un trago que sale mal.

El Derecho Pemal las garantías constitucionales nace al poder punitivo del Estado

Homicidio legistima defensa exceso

Entrar es muy fácil salir es muy difícil

Reinserción aprender a nadar

Muchos chorros de leche arrastra viejas

Las mejores fiestas son las que no se entera nadie

Dos medias zapatillas

Lechería

El gil de lechería

Pelussi
Criarse entre ladrones

Cambio de paradigma ante sel delito secuestros piratadas del asfalta venta de estupefacientes}

Ciudad liquida todo filmado

Murió.

Después de Marito no hay más nada.

Cara de preventiva

Mirar la noche

Llevar nene jugar la pelota

Tres hijos

Pan de lunes

Dentrifico sin tapa

Pan de leche cara de bueno

Un ladrón de camisa y corbata no tiene cara si tiene cara de pan de leche, mejor.

Bares y dedicando distribución champa nimportado asesoro gente montar negocios o poner
baresa asesoramiento ujuridici o y gastronómico

Coctel preferido Manhatan

Aperitivo whisky tipo boiroin vermut italiano angostura y un twis de naranja copa coctel

Pajarito
Defensa técnica y material cpnstruir no lo sabes asesorar. Preso esta en cana mi rancho dice tal
cosa. Es así es así. No tienen idea.

Mirancho dice. Cada caso es personal la cauistica es esa. Elcaso individual .

Rostin jacovs otto

Zaffaroni

En todo el mundo salvo luz apagado

Ciento de todo derecho constitucional aplicado le da un segundo resguardo bien jurídico segundo
resguardo a la constitución.

NO va a poder caminar por la calle. Admirada. Tiene magia. Elegante. Sabe hablar. Michos
temas. Es culto. Religioso. Grey católico. Todos

Cinco minutos antes de morirnos todos creemos en dios.

Nadie e ateo en la trinchera. ´

No creo en la gente que no toma alcohol

Como neustad cuatro horas}

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