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Desde el origen de la civilización la humanidad ha ambicionado poseer el brillo de ciertos metales.

La práctica ciertamente es de origen antiguo: en Asia, Egipto, Grecia, Roma y durante el


Renacimiento se utilizó el arte de dorar recubriendo con una delgada capa de oro real o artificial
para embellecer superficies de madera, metal, marfil, cuero, papel, porcelana y tejidos además de
elementos decorativos, cúpulas y bóvedas de edificios.

De la misma forma, los romanos ya soldaron superficies de plata a metales más comunes para
disponer de espejos. Arquímedes logró defender Siracusa en el verano del 213 a.C., durante la 2ª
Guerra Púnica entre Roma y Cartago. Aún en el siglo V las armas de hierro se sumergían en una
solución de cobre para recubrirlas y evitar su oxidación.

1812, Michael Faraday asistió a unas conferencias del insigne químico Humphry Davy
convirtiéndose al final en su ayudante. Desde 1807 Davy ensayaba haciendo pasar una corriente
eléctrica a través de una solución de sosa cáustica y potasa con el fin de separar componentes
químicos puros. De esta manera, demostró el principio de la electrólisis. Más tarde, en 1813,
Faraday ya había sustituido a su mentor en el puesto de profesor de química de la Royal Society y
tras numerosos estudios acerca de la electrólisis enunció dos leyes fundamentales: la masa de una
sustancia depositada por una corriente eléctrica es proporcional a la cantidad de electricidad que
pasa por el electrolito; y las cantidades de sustancias electrolíticas depositadas por la acción de
una misma cantidad de electricidad son proporcionales a las masas equivalentes de las sustancias.

En 1835, la plata alemana, una aleación de níquel, zinc y cobre, comenzó a usarse prolíficamente.
A partir de 1840 el sistema de Sheffield fue abandonado y reemplazado por el método de
galvanoplastia más barato, el proceso de níquel, para la fabricación de menaje y cubertería.El
metal más fácil de usar era el cobre debido a su calidad decorativa, disponibilidad, protección y a
que puede pulirse para conseguir un alto brillo. El problema es que se empaña rápidamente con la
atmósfera por lo que requiere ser barnizado o ser objeto de un mantenimiento continuo. Con la
llegada de las máquinas y el uso intensivo del acero hubo que buscar un procedimiento válido para
protegerlos. Por ello, y con el fin de solucionar los anteriores problemas se optó por recubrir el
cobre con una capa de níquel.

En sus primeros tiempos los recubrimientos de níquel eran mates, un metal de color gris que no
reflejaba la luz. Se denominaba "Dull Nickel" y su problema era que las huellas de los dedos
quedaban marcadas por lo que era normal protegerlo con una delgada capa de aceite. Más tarde
surgió "Polished Dull Nickel" que no era otra cosa que el níquel mate pulido, un metal blanco
lustroso con cierto tinte amarillo que puede pulirse hasta conseguir un alto brillo y cuya resistencia
al empañamiento es mayor. Al contrario, el "Bright Nickel" (Níquel brillante) es suave y dúctil
como el cobre y también es mucho más resistente al tiempo. Estos recubrimientos son los
utilizados en las máquinas y vehículos hasta aproximadamente 1930, cuando fueron sustituidos
por el recubrimiento de cromo. Hacia esta fecha, y coincidiendo con el movimiento "Art-Decó"
iniciado en 1925, el uso de superficies cromadas se generalizó y buena muestra de ello son los
diseños del arquitecto Ludwig Mies Van der Rohe, con sus columnas y muebles cromados.
Asimismo, gran cantidad de elementos decorativos incluyendo la joyería de imitación adoptaron el
brillo del cromado. Entonces, y queriendo estar a la vanguardia de la moda y la técnica, la industria
británica adoptó el cromo como revestimiento de protección y embellecimiento. Se le llamó
"Bright Chrome", cromo luminoso, y dado que su mantenimiento era bajo, no se empañaba por
los agentes atmosféricos y su brillo era superior logró desplazar al níquel. Existe también un
acabado denominado "Dull Chrome", óptima si no se desea brillo pero de escasas aplicaciones en
la actualidad. El único problema que puede afectar al cromo es la degradación del níquel
depositado como base, por lo que la calidad del cromado está determinada por el grosor de la
capa de níquel. Curiosamente, el gusto por las superficies metálicas brillantes o mates parece
oscilar como otras modas o gustos de la sociedad. Durante años ha quedado olvidado para
resurgir más tarde y, si cabe, aún con más fuerza. De cualquier manera y refiriéndonos a los
vehículos clásicos, no se puede obviar la extraordinaria importancia que tienen estos
recubrimientos para la consecución de una restauración digna y, por qué no, brillante.

Hoy damos por sentado la existencia de materiales como el acero inoxidable o el plástico pero
hace un siglo eran virtualmente desconocidos. Se daba por hecho que todo tipo de acero debía
ser cubierto por otro material que lo protegiera o, si no, estaría expuesto a la inevitable corrosión.
La creación del acero libre de óxido se debe a un ingrediente mágico en su química: el cromo. Este
metal, elemento número 24 en la tabla periódica, fue descubierto a finales de la década de 1790
por el químico francés Louis Nicolas Vauquelin. Pero sus primeros usos tuvieron poco que ver con
la arquitectura Art Déco. De hecho, Vauquelin nombró a este metal como la palabra griega para el
color –cromos- porque está asociado con una extraordinaria variedad de colores. El mineral del
que Vauquelin separó sus primeras pequeñas pepitas de metal puro fue descubierto en Siberia. Se
llama crocoíta y tiene el aspecto de agujas de color naranja. Está hecho de óxido de plomo y
cromato de plomo y el color que produce fue llamado por los artistas "rojo cromo". De hecho
podía generar una variedad de colores. Si uno aumentaba el óxido de plomo, la tonalidad se
tornaba más roja. Si removía el óxido de plomo del todo se obtenía un amarillo brillante que era
puro cromato del plomo. Este "amarillo cromo" le daría su color icónico a los servicios postales de
Suiza y Alemania y a los autobuses escolares en Estados Unidos. También a las líneas amarillas en
las calles. Como los compuestos del plomo no se disuelven en agua, no se borrarían en caso de
lluvia.El óxido de cromo aportó un tercer pigmento que llevó a la creación del "verde cromo".

La primera ciudad del acero La historia de cómo el cromo llegó de la paleta del artista al estudio
del arquitecto es en sí colorida y controvertida. Nos lleva a Sheffield, en Reino Unido, la primera
ciudad acerera del mundo. En la esquina de las calles Princess y Blackmore, en una zona bastante
sombría de la ciudad, hay una placa dedicada a Harry Brearley. Es el hombre con más derecho a
adjudicarse la invención del acero inoxidable, en 1913.Irónicamente su placa está ligeramente
oxidada. "La metalurgia estaba en pañales en ese momento", explica Derek Morton, un experto en
la historia de la industria local de acero. "Aquí estaban los Laboratorios de Investigación Brown
Firth. Brown Firth fue uno de los mayores productores de acero de Sheffield y Harry Brearley fue el
primer director de los laboratorios". Otros químicos en EE.UU., Alemania, Francia y Reino Unido ya
habían experimentado con aceros de cromo en décadas anteriores. Los alemanes incluso
produjeron un yate de acero inoxidable para el Káiser en 1908. Pero Brearley fue el primero en
comprender su potencial comercial. "No solo era un genio en asuntos metalúrgicos sino también
un empresario muy astuto", cuenta Derek. En 1915, Brearley sacó una patente en EE.UU. y Canadá
para cubiertos de acero inoxidable. Para ese momento, Brearley había roto su relación con Brown
Firth, frustrado porque la empresa no estaba dispuesta a sacar una patente en Reino Unido a
nombre suyo.La iniciativa llevaría a una serie de disputas con Brown Firth y con dos rivales
estadounidenses, pero eventualmente lo convertiría en un hombre rico.

De las armas a tu mesa El logro de Brearley fue un tanto accidental. Originalmente estaba tratando
de desarrollar un acero que resistiera la erosión, no la corrosión, para usar en los cañones de
pistolas. Y el primer uso de su acero nuevo también fue militar: se utilizó en los caños de escape de
biplanos durante la Primera Guerra Mundial. Pero el empresario luego identificó un mercado que
Brown Firth había ignorado. Se unió con el cuchillero de Sheffield R. F. Mosley y tras la guerra
comenzaron a producir en masa los primeros cuchillos, tenedores y cucharas de acero
inoxidable.Fue recién a mediados de los años 20 que se llegó a la receta clásica del acero
inoxidable: 18% cromo, más un 8% de níquel, haciendo que el material fuese más fácil de cortar.
De ahí había sólo un paso hasta las líneas prolijas y las superficies lustradas de la arquitectura Art
Déco de los años de entre guerras. Hoy los aceros inoxidables se usan no solo por su buena
apariencia sino también para construir estructuras que puedan resistir ambientes
extremadamente corrosivos. Desde tanques para jugo de naranja hasta tuberías submarinas,
tubos de escape para autos y contenedores de basura.

"El acero está protegido por una capa superficial de óxido de cromo, uno de los materiales más
duros que existen", explica el profesor de química Andrea Sella de la Universidad del Colegio de
Londres. "Eso significa que el metal está completamente encapsulado. Por eso el acero resiste la
corrosión y mantiene su brillo". El cromo se puede utilizar ya sea para laminar el acero o para
mezclarlo todo junto. Si uno toma un poco de acero, lo coloca en un baño de ácido que contiene
cromo disuelto y luego pasa una corriente eléctrica, el cromo se adherirá naturalmente al metal.
Fue así que nació otro gran ícono: el motor de la motocicleta Harley Davidson.

Pero el cromo tiene Un peligroso lado oscuro, que fue revelado en la película de Hollywood "Erin
Brockovich", por la que la actriz Julia Roberts ganó un Oscar.Mientras que el cromo metálico es
perfectamente seguro, en ciertos compuestos químicos el cromo forma iones y adquiere una
forma peligrosa. Si el cromo en este formato es llamado hexavalente, entra en el cuerpo, ya sea
comido, bebido o aspirado- puede causar cáncer.Esto representa una amenaza para quienes
trabajan con cromo, como fabricantes de pintura, chapistas, soldadores e incluso curtidores, que
usan una solución del metal para hacer el cuero más elástico y resistente al agua.

"El cromo hexavalente es un muy buen inhibidor de óxido", explica la verdadera Brockovich, una
activista cuya batalla legal contra la empresa de servicio público Pacific Gas & Electric (PG&E) en
California fue la base para el filme. "PG&E usaba un compresor de gas muy antiguo y los motores
se sobre calentaban. Para enfriarlos corrían agua y como no querían que causara corrosión le
agregaban cromo hexavalente", relató. Esto ocurrió en el pueblo de Hinkley durante los años 50 y
60. El agua residual se filtró a la capa de agua potable, que usaban los residentes.Las
consecuencias para la salud se tornaron horriblemente evidentes décadas más tarde."Cada
persona con la que hablaba tenía una roncha rara, sangrado crónico de nariz y enfermedades
respiratorias", dijo Brockovich, quien asumió la misión de ayudar a los residentes a hacer justicia.
En 1996, PG&E acordó pagarles US$333 millones, en lo que fue el mayor acuerdo en una demanda
de acción directa en la historia legal de Estados Unidos."Fue agridulce", dice Brockovich, "porque
de todos modos esta gente murió. Muchos han muerto desde que terminó el caso"."Pero se
convirtieron en una inspiración porque se pararon y lucharon".

Aproximadamente en el año 2000 se produjeron quince millones de toneladas de cromita, de la


cual la mayor parte se emplea para aleaciones (cerca de un 70%), por ejemplo para obtener
ferrocromo (una aleación de cromo y hierro, con algo de carbono). Otra parte (un 15%
aproximadamente) se emplea directamente como material refractario y, el resto, en la industria
química para obtener diferentes compuestos de cromo. Se han descubierto depósitos de cromo
metal, aunque son poco abundantes; en una mina rusa (Udachnaya) se producen muestras del
metal, en donde el ambiente reductor ha facilitado la producción de diamantes y cromo
elemental.

En la práctica corriente de los acabados metálicos, el cromo se aplica generalmente en forma de


depósito sumamente delgado (aproximadamente de 0,000025 a 0,00005 cm. de espesor) todo el
cromado actual se efectúa, mediante una solución de ácido crómico que contiene una pequeña
pero bien determinada proporción de sulfato, ácido sulfúrico generalmente, al que se añade a
veces cierta cantidad de sulfato sódico. Las concentraciones absolutas de ácido crómico y sulfato
en el baño, son de importancia secundaria con relación al factor principal, que es la relación de
ácido crómico a sulfato. Esta relación es mejor mantenerla alrededor de 100:1, y dentro de los
límites de 200:1 y 50:1, relaciones de concentraciones límites entre las cuales se efectúa el
depósito.

El deposito electrolítico de El cromado o baño de cromo es muy útil por su resistencia a la


corrosión, así como por su belleza con fines decorativos. En un baño electrolítico de cromo se
disuelve ácido crómico en agua en una proporción de 300 gramos por litro y se añade 2 gramos
por litro de ácido sulfúrico. Se emplea como ánodo un electrodo de plomo o grafito. El plomo sirve
como ánodo porque se forma una placa de óxido de plomo que es conductor pero que impide que
se siga corroyendo por oxidación anódica. Al contrario que en otros baños como los del níquel el
cromo que se deposita en el cátodo procede del ácido crómico disuelto y no del ánodo, por lo que
poco a poco se va empobreciendo en cromo la solución. Con el uso el cromo se va agotando y hay
que reponerlo añadiendo más ácido crómico.

El cromo hexavalente (Cr (VI)) es el material más utilizado por la mayoría de empresas dedicadas al
metalizado, concretamente al cromado. Una de las grandes desventajas que presenta este
material es su potencial cancerígeno. Se está desarrollando un nuevo proceso basado en una
tecnología de auto-ensamblaje molecular (SAM – self assembly methodology) mediante el uso de
nano-partículas, lo que permitirá evitar el uso de este material. Esta técnica ya ha sido
desarrollada a escala de laboratorio en España. Los principales objetivos del proyecto son:

Desarrollar un proceso de cromado integrado de superficies plásticas. Dicho proceso será de bajo
coste y medioambientalmente sostenible eliminando el uso de: ácido crómico, catalizadores de
paladio y depósitos electroquímicos de níquel.

Reducir el tiempo y número de tanques (de cromado y enjuague) necesarios en el proceso (esto
implica una reducción en el consumo de agua y residuos).

Ofrecer flexibilidad en el tipo de materiales plásticos a utilizar. El nuevo sistema de cromado se


podrá aplicar a ABS, PP, PET y PVC.

Incrementar la estabilidad del proceso comparado con el clásico proceso de metalización química.

Por lo que se requiere. Estudiar las aguas residuales de la industria de electro galvanica C.A
niquelados y cromados, para determinar que concentración de cromo hexavalente tiene, debido a
que esto puede ser un peligro para las comunidades que rodean a la empresa y para los
trabajadores al mismo tiempo, ya que, la emprea se encuentra en una zona muy poblada y puede
estar expuestos a este elemento y no lo saben y además saber si possen medidas de seguridad en
casos que exista filtración del agua residual y se dirija a la capa de agua potable de la comunidad,
lo que causaria daños a la salud de sus ambitantes. Por ello se desea evaluar todo est en dado caso
de que si exitas cromo hexavalente en sus aguas, se desarrollaría la implementación de la hoja de
níspero como adsorberte a bajo costo. Para asi comprobar si la planta posee la capacidad de
remediar las aguas residuales de ese metal pesado tan peligroso que de hecho ya estudios han
certificado que la utilización como bioadsorverte naturales y si es posible su utilización uno de
ellos es el siguiente documento.

Por tal razón, actualmente se han experimentado nuevas tecnologías de remoción de metales, de
manera que reemplacen de forma más eficiente los métodos convencionales de tratamiento de
efluentes industriales. Entre las alternativas más promisorias se encuentra el uso de residuos
agrícolas tales como: Cascara de maní (Ricordel, Taha, Cisse, & Dorange G, 2001), Madera de
papaya (Basha, Murthy, & Jhaa, 2009), Aserrín, Bagazo de caña, Cascara de arroz, Pajas de trigo
(Osman, Badwy, & Ahmad, 2010), Residuos de manzana (Lee, Jung, Chung, Lee, & Yang, 1998),
entre otros.

En la presente revisión se realizó una búsqueda de las biomasas lignocelulósicas usadas en los
últimos 5 años para la remoción en aguas de mercurio y cadmio, con el fin de identificar aquellas
con las cuales se obtiene mejores resultados, y que puedan ser utilizadas como potenciales
bioadsorbentes para la remoción de estos metales en efluentes residuales industriales

La bioadsorción es un fenómeno físico mediante el cual, el sólido se adhiere a la superficie de


materiales orgánicos vivos o inertes, este proceso se caracteriza, por la unión rápida y reversible
de ciertos iones a la superficie del bioadsorbente. Es una tecnología alternativa, eficiente y de bajo
costo para la remoción de metales pesados en efluentes acuosos, permitiendo la reutilización de
residuos procedentes de procesos industriales o agrícolas, entre estos, la biomasa lignocelulósica,
la cual es el conjunto de materia vegetal compuesta de lignina en un 25%, hemicelulosa en un
25%, celulosa en un 35% y un 15% de otros compuestos. La lignocelulosa se encuentra en las
paredes celulares de las plantas, su porcentaje y composición varia respecto a la especie de las
mismas (Cuervo, Folch, & Quiroz, 2009).

Revisando los artículos indexados en las bases de datos durante los últimos cinco años se
encontraron diferentes biomasas que han sido utilizadas para la remoción de Cadmio y Mercurio
en aguas contaminadas, y que a continuación se describen.

A. Remoción de mercurio con biomasa residual

1) Adsorción de Mercurio utilizando helechos arborecenses

Ho y Wang (2008), estudiaron el comportamiento de adsorción de mercurio en soluciones


acuosas, utilizando Helechos Arborecenses. Se encontró que la capacidad de adsorción depende
de la temperatura, ya que al aumentarla, también aumenta la capacidad de adsorción. La máxima
adsorción fue de 26.5 mg/g a una temperatura de 25◦ C.

Eliminación de iones de cadmio de soluciones acuosa utilizando el salvado de trigo

Nouri, Ghodbane, Hamdaoui y Chiha (2007), investigaron sobre un proceso de sorción por lotes
usando salvado de trigo como un sorbente de bajo costo para eliminar los iones cadmio de una
solución acuosa. La influencia de las condiciones operativas, tales como el tiempo de contacto, la
concentración inicial de cadmio, la masa de sorbente, temperatura, pH de la solución inicial,
velocidad de agitación y fuerza iónica sobre la cinética de sorción de cadmio fueron estudiadas.

La máxima adsorción obtenida fue de 15.71 mg/g a una temperatura de 20◦C, con un pH de 5, una
concentración inicial de cadmio de 100 mg/L y una velocidad de agitación constante de 400 rpm.
La ecuación cinética que mejor se ajustó fue la ecuación de Ho, en comparación con otras
expresiones lineales porque tenía el mayor coeficiente de determinación y porque los parámetros
del modelo estaban más cerca de los obtenidos utilizando el método no lineal.

Debido a que también se han hecho pruebas con la hoja de níspero para adsorber cadmio y
mercurio se presume que se puede adsorber CROMO VI CON EL MISMO MATERIAL EN LAS AGUAS
RESIDUALES DE LA EMPRESA DE ELECTRO GALVANIZADO NIQUELADOS Y CROMADOS EN CASO DE
QUE EXISTIERA Y ASI DISMINUIR SU CONCENTRACION QUE PUEDE CAUSAR TANTO DAÑO A TODOS
LOS SERES VIVO INVOLUCRADOS.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos33/cromado-electrolitico/cromado-


electrolitico.shtml#ixzz3jbNhI586

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electrolitico.shtml#ixzz3jbL6mVe8

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electrolitico.shtml#ixzz3jbKoIWl3

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electrolitico.shtml#ixzz3jbInX2HB

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