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sallar a sus iguales y hasta a sus superiores, preten-

Cuando le moleste alguna tentación se santiguará


diendo como Lucifer colocar su trono sobre los as-
ó rezará mía Ave María, y dirá: Señor, dadme gra-
tros y hacerse semejante al Altísimo.
cia para no ofenderos jamás.
Si cayere en pecado, ó dudase si ha consentido,
arrepiéntase al instante y diga de corazón Miseri- De aquí ¡qué daños! ¡Qué trastornos no vienen a la
cordia, Dios mío ; pésame de todo corazón de ha- sociedad! Un hombre sin méritos, sin talento, sin
beros ofendido, por ser Vos quien sois, y porque ciencia para el desempeño de un empleo honorífico,
os amo sobre todas las cosas: pésame, mi buen Je- se le ha puesto en la cabeza que aquel destino le es
sús, de haber pecado : y con vuestra gracia pro- debido de justicia, y que ninguno mejor que él sabrá
pongo morir mil veces antes que ofenderos. desempeñarlo* No deja piedra por mover, para con-
seguirlo: sacrificará, si es preciso, no solo el interés
En los trabajos dirá: Dadme paciencia, Dios mío,
y el honor, sino también la vida de sus hermanos: y
y aceptad este trabajo que me aflige, en satisfac-
después que traspasando escalones salpicados de
ción de mis pecados. Bendito sea Dios. Sea todo
sangre, habrá subido a la cumbre de la dignidad,
por Dios.
¿qué hará el miserable sin pericia, sin talentos? No
Estas ú otras palabras buenas dirá guardándose de mas que disparates, no mas que desatinos. Y ¿qué
malas, pues que tan pronto se dice una buena co- ha de suceder? La doctrina, la prudencia son los
mo otra mala. ojos del físico, del letrado, del magistrado, del ecle-
Al lo que de oraciones dirá: Ángelus Domini nun- siástico, y a la mañera que un ciego no puede con-
tiavit Mariae, et concepit de Spirilu Sancto: Ave ducir a otro ciego sin peligro de caer ambos en la
María. hoya; así el necio presumido dará en tierra con la
carga de todos aquellos que indiscretamente haya
Ecce ancilla Domini, fiat mihi secundum verbum tomado a su cuidado. Porque como la ambición cre-
tuum: Ave Maña. ce a par de la soberbia, no suplirá el Señor con su
Et Verbum caro factum est, et habitavit in nobis: gracia la falta de ciencia; pues esta escrito: Dios re-
Ave María. siste a los soberbios, y comunica su gracia a los hu-
mildes.
A la noche, al hacer señal para la oración de las
ánimas, dirá el De profundis si lo sabe; y si no un 5. Se humilde, hijo mío, a imitación de Jesús y de la
Padre nuestro y Ave María. Virgen santísima; así libre de ambición, serás col-
Cuando se lleve el santísimo Viático a los enfer- mado de gracias, para cumplir los deberes del des-
tino, donde no por tu capricho, sino por divino lla-
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mamiento fueres colocado. Mira que si no quieres
ser humilde de corazón, Dios te humillará a pesar Ahora invocará al santo Ángel custodio, diciendo:
tuyo, como confundió la soberbia de Lucifer, de Ángel santo, bajo cuya tutela y custodia Dios me
Saúl, de Nabucodonosor, de Aman, de Antíoco, de ha colocado por su infinita bondad, iluminadme,
Nicanor, y de otros con tan terribles escarmientos defendedme, regidme y gobernadme. Amen.
que causa espanto el oírlo. Sé humilde, afable, be-
nigno y apacible para con todos sin despreciar a Al dar principio al trabajo dirá: Ofrezco, Dios
nadie, y aunque te veas dotado de alguna gracia mío, esta obra: echad benigno sobre ella vuestra
especial, v. g., de hermosura, robustez, riqueza, santa bendición.
talento, demás que los otros, no por eso los tengas Entre día levantará con frecuencia el corazón a
en menos: si todo lo has recibido de Dios, ¿por Dios con alguna de estas ó semejantes aspiracio-
qué has de ensoberbecerte y gloriarte de lo que no nes: En Vos creo, Dios mío, en Vos espero; os ado-
es tuyo? ¿no puede el Señor privarle de ello y con- ro, os amo sobre todas las cosas. Jesús mío, ten
cederlo a otro? ¿Quién sabe si aquel a quien tú misericordia de mí.
desprecias, tiene otras gracias mayores que las tu-
yas, aunque ocultas? ¿Quién sabe si gozará mayor
gloria que tú en el cielo? Si algo de bueno tienes, Asistidme, Salvador mío, con vuestra gracia, para
si algún bien haces mas que los otros, piensa que que nunca os ofenda.
si el Señor les concediese la gracia que a tí te con- Antes de comer dirá: Echad, Dios mío, vuestra
cede, harían cosas mayores y mejores que tú; y santa bendición sobre nosotros y sobre estos ali-
aun cuando cometan grandes maldades, imagina mentos que vamos a tomar para conservarnos en
que si por un momento te dejase Dios de su mano, vuestro santo servicio. Padre nuestro y Ave María.
obrarías peor que ellos,
Después de comer dará gracias, diciendo: Os da-
mos gracias, Señor, por el alimento con que nos
6. Apoyado en estas solidísimas reflexiones jamás habéis favorecido; concedednos que usemos de él
miraras a nadie con desprecio , ni menos te prefe- santamente. Padre nuestro y Ave María.
rirás a otro , sino que a todos amarás como amigos
y hermanos, y cuanto mas los respetares, tanto
Al dar el reloj la hora rezar el Ave María, y dirá:
mas serás de ellos amado y respetado. En una pa-
Librería
labra, Católica:
los verdaderos y justospara sersonsantos
honores como la
Ofrezco, Dios mío, todos los instantes de esta ho-
ra, y concededme que los emplee en cumplir vues-
sombra, que huye de quien la busca y sigue a
tra santa voluntad.
TelEl044
quien la huye. que 722 39los
pretende 24honores,
552 se ha-
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EJERCICIO DEL CRISTIANO ce indigno de ellos, y por lo misino huyen del am-
bicioso, del cual si alguna vez se dejan alcanzar,
POR LA MAÑANA.
no están en él sino con violencia, por fuerza. Así
Al despertarte hará la señal de la cruz, diciendo: un hombre pagado de sí mismo será tal vez honra-
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemi- do y respetado mientras se hallare presente; pero
gos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre al volver las espaldas, será la risa de aquellos que
del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen Je- le prestaban fingidos homenajes. Y ¡ay del ambi-
sús. cioso, si le deja la fortuna! ¡Cuán honrado no ha-
Después dirá: Jesús y María, yo os doy el corazón bía sido Aman en el palacio de Asuero! él era el
y el alma mía. mas exaltado de todos los príncipes que tenia el
rey; todos debían doblar la rodilla en su presen-
cia , y adorarle y acatarle; pero al fin, ¿en qué pa-
Levantado y vestido, se arrodillará y dirá: Dios y raron éstos obsequios? el infeliz que colgado en el
Señor mío, en quien creo y espero, os adoro y amo mismo patíbulo que había preparado para Mardo-
con todo mi corazón. Os doy gracias por haberme queo.
criado, por haberme redimido, hecho cristiano y
conservado en esta noche. Ofrezco y consagro a
vuestra honra y gloria todos mis pensamientos pa- 7, No vayas, pues, hijo mío, tras los honores, por-
labras, obras y trabajos. Humildemente os pido que dice un refrán latín: Honores mutant mores,
perdón de mis pecados, y me pesa de lo íntimo de sed raro in meliores: los honores mudan las cos-
mi corazón de haberos ofendido, y por los méritos tumbres, pero rara vez en mejores. Toda nuestra
de Jesucristo y de la Virgen María santísima os su- gloria ha de ser el testimonio de nuestra concien-
plico me deis gracia para no ofenderos de nuevo. cia, como decía san Pablo. Si te ves honrado, no te
ensoberbezcas, porque todo pasa en este mundo.
Mira que el sol muchas veces se esconde a nues-
En seguida rezará la oración del Padre nuestro, tros ojos detrás de espesas nubes. Nuestro divino
Ave María y Credo; y dirigiéndose a la santísima Salvador, que nunca buscó honras ni obsequios, en
Virgen, la dirá: Ó Virgen y Madre de Dios, yo me su entrada triunfante en Jerusalén fue recibido con
entrego por hijo vuestro: y en honor y gloria de festivo gozo: las turbas que iban delante y las que
vuestra pureza os ofrezco mi alma, cuerpo, poten- iban detrás decían a voz en grito : Hosanna al hijo
cias y sentidos y os suplico me alcancéis la gracia de David : bendito el que viene en el nombre del
de no cometer jamás pecado alguno. Amen Jesús. Señor; Hosanna en las alturas; y no obstante, al
Tres Ave Marías. anochecer de aquel mismo día, no hubo quien en

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aquella vastísima ciudad le acogiese en su casa, para preservarte de los pestíferos aires de ese Nilo
por lo que fue a pasar la noche en Melania, distan- del mundo, que son los embustes y errores de los
te de Jerusalén como una hora de camino. herejes Montanistas, Novacianos, Luteranos y
Calvinistas, los cuales pretenden que este precepto
es de pocos días, como invención de frailes y clé-
Además aquel mismo pueblo que le había honrado rigos, ¡Insensatos! ¿Quién ha visto jamás que el
con aquellas palabras ; Bendito el que viene en el legislador se obligase a sí mismo a la ley? Y
nombre del Señor a pocos días gritó: Quita, quita: ¿habrán puesto los eclesiásticos la ley de la confe-
crucifícale. Los que se habían despojado de sus sión, cuando vemos que todos, sin exceptuar ni el
vestidos Y los habían tendido por el camino, des- Sumo Pontífice, se deben sujetar al tribunal de la
pués le despojaron de los suyos; y los que habían Penitencia, si quieren alcanzar el perdón de sus
cortado ramos de los árboles y los habían esparci- pecados? ¡Ó condenación ó confesión! Esta es la
do por la tierra, le prepararon y presentaron des- segunda tabla que nos queda después de perdida la
pués una cruz. ¡Oh, qué cosa tan desemejante, ex- primera que es la gracia bautismal; y el que no se
clama san Bernardo, Quita, quita, crucifícale, de abrazare con ella en el naufragio de la culpa, irre-
aquel Bendito el que viene en el nombre del Se- misiblemente se perderá para siempre. Por eso
ñor! ¡qué cosa tan desemejante, Rey de Israel, del mismo te la pongo aquí, hermano mío, para que si
No tenemos rey, sino a César! ¡qué cosa tan dife- a la violencia de los vientos de fuertes tentaciones
rente, ramos verdes y cruz, flores y espinas! A tuvieses la desgracia de perder la cesta espiritual
quien primero tendían los vestidos ajenos, hé aquí que te he labrado, extiendas tu mano inmediata-
que es despojado de los propios, continúa el mis- mente a la tabla de la confesión, con la misma
mo san Bernardo : Cui prius sternebant vestimenta presteza con que los náufragos se agarran de un
aliena, ecce suis exuirtur. Si a un Dios rey inmor- trozo de la deshecha nave; si así lo haces, le ase-
tal de los siglos, a quien se debe todo honor y loda guro que no perecerás, sino que llegarás finalmen-
gíoria, que estuvo tan lejos de buscar honores, que te al puerto de la gloria en donde nos veamos to-
se anonadó a sí mismo , tomando forma de siervo, dos. Amen.
así se le trata, ¿qué debemos nosotros esperar de
todo este fausto y oropel humano? Consideremos
que todo lo del mundo no es mas que vanidad y
adicción de espíritu ; y de hoy en adelante nobles
y plebeyos, ricos y pobres, grandes y pequeños, no
nos gloriemos sino en la cruz de Nuestro Señor Je-
sucristo, por el cual el mundo debe estar crucifica-

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mundo por jueces en el tribunal de la Penitencia, do a nosotros, y nosotros al mundo, porque en Je-
para condenar ó absolver, no de cualquier modo, sucristo nada vale sino la rectitud de corazón. Así
sino según leyes de buena moral, oída la causa, es como has de librarte, hijo mío, de las siete bo-
mediante la confesión del reo, y acordándose dé la cas del Nilo del mundo, y para mejor preservarte
cuenta que tendrán que dar a Dios del uso que hi- de los pestíferos aires que le rodean, lee en con-
cieren de su jurisdicción. Por el mismo hecho y clusión de esta obrita el apéndice siguiente.
con las mismas palabras manda Jesucristo a todos
los pecadores que se sujeten a la potestad de juz-
gar que ha comunicado a los sacerdotes, si quieren AIRE HÚMEDO DEL RIO NILO
lograr el perdón; de otra suerte habría sido aquella O
una facultad fantástica y puramente de nombre.
FALSAS MÁXIMAS DEL MUNDO.

8. Observa Peraldo, obispo de Londres, que este


1. ¿Has observado, hijo mío, como aquella nie-
precepto divino de confesar los pecados lo pro-
bla que suele extenderse sobre los ríos y sus cer-
mulgó el apóstol Santiago cuando dijo: Confesad
canías impide la vista del sol, y cómo la humedad
vuestros pecados el uno al otro, y encomendaos a
de los aires que allí se respiran causa calentura
Dios mutuamente, a fin de que, con la confesión y
que quita al hombre las fuerzas y el apetito? Así
oración os salvéis. (Jacob, V, 16). Las cuales pala-
también de ese gran Nilo del mundo se levanta
bras exponiendo Hugo de San Víctor en el libro
una densísima niebla de errores, que no deja ver a
segundo De Sacram, dice: El apóstol Santiago, co-
Jesucristo, sol de justicia, y los aires húmedos que
mo pregonero de Dios, anuncia a los hombres este
le rodean están impregnados de máximas tan per-
precepto de confesar los pecados, con la precisa
niciosas que, causando una maligna fiebre espiri-
condición de que si no se confiesan no se salda-
tual al cristiano, le hacen perder el apetito de la
rán. La misma doctrina ensenaron los demás
santa devoción, y hasta las fuerzas que necesita
Apóstoles, de suerte que predicando san Pablo en
para el cumplimiento de sus mas indispensables
el Asia, venían muchos de los creyentes confesan-
obligaciones. Tales aires respira entre las tinieblas
do y denunciando sus hechos. (Act. XIX, 18).
de sus desatinos una chusma compuesta de lo mas
vil y perverso de todos estados, sexos y condicio-
9. Te doy estas noticias, hijo mío, sobre el derecho nes, una gente enemiga de Dios y de sus prójimos,
divino de la confesión sacramental, sobre su ori- que solo se ocupa de "engañar, estafar, censurar,
gen y práctica, ya desde el principio de la Iglesia, vituperar y perseguir de muerte a los verdaderos

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cristianos. Para preservarte de las venenosas sae- 6. Para que nos causase menos empacho el confe-
tas que contra tí dispare la malicia de esta gente, sarnos, quiso Jesucristo que fuese ministro de la
no menos que de los contagiosos miasmas que so- Penitencia un hombre como los demás que, cono-
lo su presencia lleva consigo, bastará que te acuer- ciendo por experiencia propia cuán grandes son
des de aquella importante reflexión que a sus dis- las miserias humanas* supiese condolerse de ellas;
cípulos hacia Jesucristo: Si os aborrece el mundo, y no un Ángel, que no habiendo experimentado en
sabed que primero me aborreció a mi: si fuerais sí mismo la rebeldía de la carne, se horrorizaría de
del mundo, el mundo os amaría como cosa suya; la fealdad de ciertas culpas, y seria mas duro en
pero como no sois del mundo, sino que yo os elegí perdonarlas. Mira con cuánta benignidad y sabidu-
del mundo, por eso el mundo os aborrece... No de- ría se acomoda la divina Providencia a la debili-
be el criado ser mayor que su amo: si a mí me per- dad de nuestra naturaleza en la promulgación de
siguieron, también os perseguirán a vosotros. Ale- un precepto que había de obligar a todos los hom-
grémonos, pues, cuando así nos veamos persegui- bres hasta el Sumo Pontifico. Aquel buen Pastor
dos: llamados por la gracia de Dios a la participa- que vino a dar la vida por sus ovejas , suspirando
ción de los trabajos y de la herencia de Jesucristo, por la institución de un Sacramento que diese vida
vivamos como cristianos, sin avergonzarnos del a las que no la tenían, y la aumentase a las que lo
santo Evangelio; porque escrito está: Que si al- tenían, había dicho a san Pedro: Yo te daré las lla-
guno se avergonzare de acreditar con sus obras la ves del reino de los cielos; y no solo a él, sino
doctrina evangélica en presencia de las gentes, también a los demás Apóstoles había prometido
también Jesucristo se avergonzará de reconocerle que lo que desataran sobre la tierra, seria también
por suyo en la presencia de su Padre celestial. desatado en el cielo : como se lee en san Mateo
XVI y XVIII.
2. ¿Por ventura se avergüenza alguno de gozar
salud entre los enfermos ó de tener juicio entre los 7. Dice el concilio Tridentino en la sesión XIV,
dementes? Pues mucho menos debemos sonrojar- que estas promesas del Salvador se cumplieron,
nos nosotros de conservar entero y maduro el jui- cuando después de su resurrección se apareció a
cio cristiano entre los contaminados y locos mun- sus Apóstoles, sopló sobre ellos, y les dijo : Reci-
danos. Ellos, como desatinados, chillarán, murmu- bid el Espíritu Santo; a los que perdonareis los pe-
rarán, harán mofa de la virtud; pero más necio se- cados, perdonados les son, y a los que se los retu-
rias tú, hijo mío, si por no ser censurado de los lo- viereis les son retenidos. (Joan, XX, 22, 23). Con
cos, hicieses el loco como ellos, mas culpable se- estas palabras constituyó a los Apóstoles y a sus
rias que ellos, que no saben lo que se hacen. Déja- sucesores que son los sacerdotes hasta el fin del

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requisito indispensable para recibir la absolución les seguir las insensatas leyes del mundo; leyes
y la gracia ó el aumento de gracia que ella causa. tanto mas severas cuanto mas injustas, tanto mas
Pero si por tu desdicha cayeses en algún pecado bárbaras cuanto mas irrazonables: porque ¿como
mortal ¡ojalá Dios nos mate primero!, haz luego ha de ser escuchada la razón entre aquellos que se
un acto de contrición, con propósito de confesarte glorían de vivir como brutos? Déjales cantar, déja-
lo mas presto que puedas, guardándole del funesto les gritar, déjales reír; tiempo vendrá en que llora-
error de aquellos herejes soberbios que, por no su- rán. Ya en tiempo de Noé habitaban la tierra hom-
jetarse al sacramento de la Penitencia, se engañan bres bebedores y glotones que pensando solo en
a sí mismos, diciendo que basta hacer un acto de satisfacer los apetitos de la carne, cuando velan la
contrición a los pies de un Crucifijo. ¡Ay misera- condenación de sus vicios en la irreprensible con-
bles, que no conseguirán el perdón! Te lo haré ver ducta del santo Patriarca; cuando le miraban ocu-
con un ejemplo muy palpable. Cuando un monarca pado en la construcción del arca que Dios le había
ha establecido en cada provincia tribunales subal- mandado fabricar, ¿á qué viene, decían, el singula-
ternos que juzguen las causas de su distrito si al- rizarse este iluso, apocado ? ¿será tal vez el único
gún delincuente dijese, yo no quiero que un súbdi- que se ha de salvar? ¿á qué viene ese fanático a
to como yo me juzgue, sino que me juzgue el mis- reprender nuestras diversiones, saraos, bailes,
mo monarca, dime, ¿qué se le responderla a este convites, vestidos y juegos? pero ¡ay!.., viene el
insolente, cuando presentase sus memoriales ó pe- diluvio,., y todos quedan sumergidos menos Noé y
dimentos? No hay lugar para el suplicante; acuda los que con él tuvieron la suerte de entrar en el ar-
donde corresponde. Semejante respuesta dará Je- ca. ¡Oh, cómo se lamentarían al verse con las
sucristo a los soberbios que rehúsen sujetarse al aguas a la garganta! ¡oh, cómo exclamarían: Noé
tribunal de la Penitencia que él mismo ha estable- ha sido el sabio, y nosotros los necios é insensa-
cido, prometiendo aprobar en el cielo la sentencia tos! ¡Noé se salva, nosotros por momentos vamos
pronunciada por su ministro en la tierra, Haz peni- a ser ahogados! …
tencia como se hace en la Iglesia católica, que es
confesando tus pecados al ministro del Señor; no
digas, yo lo hago ocultamente delante de Dios, a 3. Podrá ser muy bien, hermano mío, que pase
quien he ofendido. Con estas palabras reprochaba contigo lo mismo; que digan los mundanos: ¿A
san Agustín la presunción y altanería de los falsos qué viene ese fanático y melancólico a reprender
penitentes; y al pie de las mismas, el Juez de vivos nuestra conducta y la de nuestros compañeros ale-
y muertos escribirá el fallo de eterna reprobación. gres y divertidos? ¿Por qué condena la lectura de
libros curiosos y prohibidos? ¿Por qué nos hemos
de privar de los espectáculos y comedias? ¿Por

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qué de los cortejos y bailes*? ¿Es decir que, según a adorar esos becerros de diversiones y ocupacio-
su dictamen, no podremos jugar ni divertirnos? ¿ni nes nocivas, que el demonio ha inventado para
tener apego a las riquezas y honores ? Pero lo que pervertir y echar a perder la incauta juventud: vete
mas les ha de exasperar y provocar todas sus bur- sólito al templo santo y adora al Dios verdadero,
las, sátiras y sarcasmos, será el verte fuertemente ofrécele las primicias de tu vida, que son los años
agarrado de la cesta espiritual: ánimo, no obstante, de tu juventud. ¡Oh, cuánto le gustará esta ofren-
querido hijo; afírmate mas en ella, día vendrá en da! Ofrécele también las décimas, esto es, la re-
que ellos, arrebatados por la corriente de la iniqui- cepción de la sagrada Eucaristía cada [ día, sema-
dad al abismo de la perdición, viéndote a ti, cual na o cada] diez ó quince días, ó cada mes [según
otro Moisés, librado de las aguas, ó salvado como como haya celebración del Santo Sacrificio de la
Noé del diluvio de los vicios, desesperadamente misa en tu pueblo]; porque ya sabes que el vino de
arrepentidos se lamentarán y gritarán: Nos insen- este Sacramento es vino que hace vírgenes, que su
sati: ¡Nosotros hemos sido los necios! pan es pan de fuertes, comida angelical, que hace
¡Verdaderamente hemos errado!... Nosotros mirá- en el alma lo que el pan material en el cuerpo; de
bamos como una locura la cesta de los celestiales manera que así como desmaya el cuerpo si le falta
avisos... y he aquí que los que se acogieron a ella este cotidiano alimento, también desmayará el al-
"han sido salvos y son contados en el número de ma que se olvidare de comer el divino pan euca-
los Santos y de los hijos de Dios : nosotros ¡ay in- rístico.
sensatos! hechos el juguete de las olas y de los
vientos en el tempestuoso Nilo del mundo, vamos
a ser sepultados para siempre como esclavos del 5. Debe comúnmente preceder a la Eucaristía el
diablo en los abismos del infierno. sacramento de la Penitencia, que borra las man-
chas del alma, como el agua limpia las del cuerpo.
¿Qué dirías de uno que pasase muchos meses sin
i. Acuérdate, hijo mío, de Tobías que, sin embargo lavarse, ni cortarse las uñas, ni mudarse la cami-
de ser de los mas jóvenes de su tribu, nunca jamás sa? ¿No dirían todos que era un asqueroso? Con-
se ocupó en tonterías de joven. Cuando los otros viene, pues, lavarnos a menudo las manos y cara
iban a adorar los becerros de oro que había hecho aunque no estemos sucios; así también te limpia-
Jeroboam, él se apartaba de aquellas reuniones y rás frecuentemente en este santo baño de la Peni-
se iba solo al templo de Jerusalén, en donde ado- tencia, aunque no halles en tu corazón inmundicia
raba al verdadero Dios y le ofrecía sus primicias y de culpa mortal, acusándote de las faltas leyes de
décimas. Haz tu lo mismo; no pierdas el tiempo en la vida presente y de alguna mas notable de la vi-
necedades pueriles; no vayas con los otros jóvenes da pasada, con verdadero dolor y propósito, que es

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