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Isabel respondió
consideradamente:
La mirada de Andrés se
estrelló con la figura
desnuda de la muchacha.
Sin darse cuenta, su cuerpo
se quedó como congelado,
con la mano todavia
agarrando el pomo de la
puerta. Cuando volvió en sí,
apartó la mirada hacia otro
lado rápidamente.
De inmediato al darse
cuenta, él dio media vuelta
para observarla, pero ella se
puso el vestido
rápidamente y se forzó a
calmarse, luego preguntó:
La curva de la cintura de la
muchacha saltó en su
mente bruscamente, y la
escena desapareció tan
¡Él definitivamente ya
estaba volviéndose loco!
Isabel…
Al terminar el cuestionario,
Luna se dispuso a Irse, pero
recibió un mensaje de
texto: Luna no regreses
aún.
Luna se encontraba
confundida, caminando
lentamente; Pero ¿qué
sucede?
La otra persona respondió
de inmediato: Mira lee las
publicaciones del foro de la
escuela.
De repente, un mal
presentimiento invadió su
corazón. Rara vez Luna se
preocupaba por los
chismorreos
escolares, esta es la primera
vez que visitaba el foro de
la escuela.
Observo las publicaciones y
fotos, de su escritorio y
otros cuadernos de
ejercicios, que han sido
arrojados a la basura.
Incluso su merienda,
guardada en un cajón había
sido arrojada a un rincón.
Doña Liora la había
comprado especialmente
para ella, y la bolsa también
la cosió ella.
Luna se dirigió furiosa al
aula dando grandes pasos…
Después de un rato, alguien
se levantó y vio una figura
acercándose desde lo lejos,
emocionado y grita:
-¡Ha llegado, ha llegado…
Luna ha regresado!
– Ridícula ¿cómo se atreve
a volver?
-Ahora sí que podremos
disfrutar de un gran
espectáculo, seguramente
será humillada.
-Todo esto debido a que
ella era muy arrogante.
Sergio, que estaba
durmiendo boca abajo,
lanzó directamente un libro
hacia ellos y gritó enojado:
-¡Dejen de hacer ruido! ¡Si
no se callan, sálganse
mejor!
En un instante, nadie se
atrevió a hablar.
También ve a alguien
acercándose a la puerta de
atrás poco a poco.
Todos en el salón de clases,
voltearon sus cabezas como
si estuvieran asistiendo al
mejor espectáculo
circense.
Todos querían ver a Luna
enfadada, dando insultos y
malos tratos, enfrentándose
a Sergio y luego ser
reprendida
miserablemente.
Mas Luna apareció en la
puerta trasera del aula, pero
no tan enojada como
esperaban, ni busca a
Sergio tampoco. En
cambio, tenía una
expresión tranquila y
calmada. Se acerco a la
papelera, recogió esa
ridicula lonchera y le quito
el polvo de encima. Pero al
abrirla, grito y dejo caer la
lonchera al suelo, tenia
Asustada, su rostro se
vuelve pálido y su cuerpo
tiembla.
Los compañeros de la clase
notaron a Luna asustada y
temblorosa, sabiendo que
su broma había sido
un rotundo éxito. El salón
se llenó de risas.
Alguien golpea la mesa
riendo:
-La neta que sí que fue
bastante divertido.
Ana tenia un libro en sus
manos, aunque estaba
preocupada por Luna, no se
atrevía a decir nada y solo
se atrevía a quedarse
callada fingiendo leer sin
voltear la cabeza.
En la escuela, nadie se
atrevía a meterse con
Sergio, incluso el director
de la escuela lo trata con
miedo.
Justo en ese momento, la
profesora entro con un
libro en la mano. Su mirada
se detiene en Luna por un
momento, la observa
detenidamente, abre el
libro y dice:
¿Están de nuevo con sus
chancas de mal gusto?
Estamos cerca de presentar
los exámenes de ingreso a
la universidad. Deberían
concentrarse. Ustedes son
los peores en todas las
clases.
-Luna, ¿qué haces ahí
parada? ¡Vuelve a tu asiento
de inmediato! ¡Es hora de
clase!
Agarrando el teléfono,
fingió mirar la hora y luego
tomó una foto de lo que
sucedió frente a ella, y la
envía
rápidamente a un contacto
con una imagen de perfil
negra.
Luna se volteó
silenciosamente, y miraba a
la mujer vestida con un
traje formal, quien emana
una
madurez y habilidad
profesional.
Después de un largo
tiempo, se encontró con
Carolina Vega. Luna puso
sus ojos sobre ella, de
manera
indiferente.
Esta mujer no solo era su
profesora, sino que también
se convertiría en su futura
madrastra, la única
mujer que entre todas
amantes que había logrado
enganchar a su padre
Miguel.
Además, Carolina tenía una
relación muy confusa con
Andrés.
¿Pero confusa hasta qué
punto?
En la vida anterior de Luna,
poco después de que esta
mujer se casara con Miguel,
Miguel había fallecido, pero
en solo tres años!
Ni siquiera los médicos
habían podido determinar
la causa de su muerte.
La muerte de Miguel fue
muy sospechosa, pero en el
dia del funeral de Miguel,
Luna vio a Carolina salir
Al pensar en eso, Luna
frunció ligeramente el
ceño.
Andrés era bastante astuto,
y sabia muy bien cómo
utilizarla.
Capítulo17
Carolina caminaba muy
elegante con sus tacones
altos, y su hermoso cabello
largo y rizado que llegaba
hasta sus hombros.
-Luna, ¿por qué estás
parada ahí sin hacer nada?
¿Puedes decirme qué ha
pasado? -Extendió la mano
hacia ella, pero Luna
frunció el ceño y retrocedió
un paso, recogió su
lonchera del suelo y salió
del aula
sin decir ni una palabra.
Mientras caminaba por el
pasillo, Luna iba
calmadamente, pero sentía
un sinsabor en su ser. Al
pensar detenidamente, se
dio cuenta de que todos a
su alrededor se acercaban a
ella con un propósito, y
nadie la quería de verdad
sinceramente.
El primero fue Andrés,
quien se aprovechó de ella.
La había engañado con
palabras muy bonitas y
luego rompió con ella,
después de lograr su
objetivo.
La segunda era Carolina,
quien siempre la apoyaba
en la escuela, escuchaba sus
problemas, la reconfortaba
y hacía todo lo posible por
ganarse la atención de su
padre, Miguel. Después,
planeaban
unirse a Andrés para
eliminar a ese hombre sin
que nadie se diera cuenta.
La tercera era María. En
algún momento pensó que
las dos serían las mejores
amigas… ¡pero era falso!
Todo a su alrededor era
falso. Luna fue al otro
edificio, sacó la lonchera y
la limpió con agua. Un olor
a hierro crudo con un
toque de suciedad
impregnaba el ambiente,
un olor que nunca
olvidaría. El agua del
grifo fluía rápidamente y
empapó la herida de su
muñeca, causando un gran
dolor muy agudo. Luna
estaba tan entumecida que
no mostraba ninguna
expresión en su rostro,
como si no pudiera sentir
el dolor. Después de
limpiar la herida, se volvió
pálida y dejó escapar un
leve rastro de sangre, lo que
hacía
que la herida se viera aún
más aterradora.
Cuando estaba lista para
irse, de repente todo se
volvió negro. Alguien le
cubrió la cabeza con una
bolsa de plástico negra.
Luego, una fuerza
abrumadora la empujó y
golpeó su cabeza contra la
pared de azulejos,
provocando un intenso
dolor. Sintió a alguien
pateándola en la espalda y
golpeándola en la
cara, puño tras puño,
patada tras patada. El dolor
se extendía por todo su
cuerpo y no pudo
pronunciar ni una sola
palabra…
No podía ver claramente ni
sabía cuántas personas
estaban atacándola…
Una vez que esas personas
terminaron su descarga de
ira, arrastraron a Luna, que
casi estaba muerta,
hacia el baño. Le quitaron
la bolsa de plástico que
cubría su cabeza, su
conciencia estaba borrosa y
su alma parecía haber sido
arrancada.
Escuchó risas de tres o
cinco personas…
La herida en su muñeca se
abrió de nuevo durante el
proceso de su resistencia, y
la sangre fluyó por todo
Cuando la encontraron, la
herida en su muñeca se
había abierto de nuevo y la
sangre fluía por todo su
cuerpo. Sufrió un fuerte
golpe en la cabeza y por
esta razón casi estaba en
estado de shock. Si no la
hubieran encontrado,
habría muerto desangrada
o de dolor.
Eran las diez de la noche,
Luna sintió que su mente se
desvanecía y vagamente
escuchó el sonido de
alguien llorando.
-Mi pobre niña…
Luna movió ligeramente
los dedos. Su visión era
borrosa y lentamente se
estaba aclarando. Con una
voz
débil, dijo:
-Doña Liora… siento un
dolor muy intenso en mi
cuerpo.
Este dolor era como si
todos sus órganos internos
estuvieran siendo
triturados, como si sus
huesos
fueran golpeados por algo,
era un dolor muy profundo
en todo su cuerpo.
Liora se alegró al ver que
Luna se despertó, agarró
suavemente su mano con
cuidado y con los ojos
húmedos dijo:
-Señorita, aguanta un poco
más. Voy a buscar al
médico.
La anestesia dejó de
funcionar, y Luna se
despertó del dolor. Grandes
lágrimas caían por sus ojos
y se mezclaban con su
cabello.
¿Es ella demasiado
melodramática?
Anteriormente, los médicos
dijeron que no sobreviviría
más de una semana debido
al cáncer en
etapa avanzada, pero ella
resistió durante tres meses
por completo.
El médico llegó
rápidamente y realizó un
examen completo a Luna:
-Las heridas se están
curando bien estos días,
trata de evitar moverse para
que las heridas no se abran
nuevamente
-Si señor… ¿la señorita
puede comer?
-Sí, pero trata de comer
alimentos liquidos y
ligeros.
-Gracias, doctor.
Después de darle algunas
instrucciones a Luna, el
médico salió Liora no se
atrevía a tocarla, solo tocaba
su mano, secándole sus las
lágrimas.
-Señorita, no tengas miedo,
yo estaré contigo.
Las pestañas de Luna se
humedecieron nuevamente
y sus ojos se llenaron de
lágrimas una vez más.
Esta sensación de dolor
familiar le recordó cómo
había sido torturada por el
dolor en su vida anterior.
Ella estaba sola incluso
cuando murió. Ahora que
tenía a Liora a su lado, Luna
se sentía que ya no estaba
sola en este mundo.
Solo al lado de Liora podía
sentir una pizca de amor.
-El señor Garcia supo de tu
accidente y volvió de
inmediato. Llegará mañana.
El señor Martinez aún no
ha terminado su trabajo,
pero vendrá rápidamente
una vez que termine. Ha
estado a tu lado todo este
tiempo, mientras estabas
inconsciente y se iba tarde
en la noche.
Luna aguanto el dolor en su
pecho y de manera
indiferente dijo:
-Dile a mi hermano no
venga, es demasiado tarde.
No quiero retrasar su
trabajo.
-Está bien, le diré al señor
Martínez.
-Si él insiste en venir, dile
que estoy durmiendo.
¿Luna no quiere ver al
señor Martinez?
Cosa extraña. Antes Luna
siempre estaba muy pegada
al señor Martinez, incluso
cuando tenía un
pequeño resfriado o
enfermedad, era el señor
Martinez quien la
alimentaba personalmente.
Recientemente, Luna
parecía estar alejándose del
señor Martínez.
Eran las diez y media de la
noche, la reunión y el
trabajo habían terminado.
Se notaba el cansancio en
los ojos de Andrés.
Tomó el ascensor hasta el
estacionamiento
subterráneo, allí se
encontraba una figura
delgada durmiendo en el
auto, su cabello cubría su
rostro.
Andrés estaba a punto de
abrir la puerta del
automóvil cuando su
teléfono sonó, miró la
pantalla y
respondió:
-Liora, ¿cómo está Luna?
-El médico dijo que Luna se
está recuperando bien,
acaba de despertar hace un
rato y ahora está
durmiendo otra vez. Ahora
es muy tarde, es mejor que
no venga usted aquí, no
interfiera con Luna. Estoy
aquí cuidándola.
Andrés frunció el ceño
profundamente y su voz
sono ronca:
-Vale, lo entiendo.
Capítulo 20
Luna tomó dos analgésicos
y finalmente se durmió.
Pero de pronto, a las tres de
la madrugada, Luna
comenzó a sudar
profusamente, y tenía
dificultad para
respirar.
En la cama, Luna hizo un
gemido de incomodidad.
Andrés dejó su portátil y le
tocó la frente y las mejillas.
-La temperatura le ha
bajado bastante. parece que
ya no tiene fiebre.
En ese momento, doña
Liora llevaba agua y entró
en la habitación.
-Señor Martínez, déjame
cuidarla. Mañana tienes que
ir a trabajar, no te canses
demasiado.
Andrés salió. El sabia que,
aunque no había una
relación romántica entre él
y Luna, ella era como una
hermana para él. La trataba
muy bien.¿Ella ha tomado
los analgésicos?
Doña Liora respondió:
-Sí, los tomó juiciosa a las
diez en punto.
-No puede tomar
demasiados medicamentos
-Andrés exprimió la toalla
en el baño y limpió el
sudor
frío de su rostro- Doña
Liora, ve a descansar.
Mañana tengo medio día
libre.
Doña Liora miró a Luna
dormida en la cama, y
luego a Andrés.
-Bueno… está bien….
-No… -La voz de Luna era
débil, y ronca-. Quiero a
Liora… Liora, por favor no
te vayas….
De hecho, Luna se había
despertado hace un rato,
pero al escuchar la voz de
Andrés, no deseaba
despertarse para
enfrentarlo. Liora se le
acercó rápidamente y
sujetó su mano con cariño.
-Vale… no me iré.
-Señor Martínez, Luna me
necesita. Será mejor que
me quede a cuidarla..
-Está bien, voy a la
habitación de al lado. Si
necesitas algo, avisame.
-De acuerdo, señor
Martínez.
Cuando Andrés se dio la
vuelta, su rostro recuperó
su frialdad habitual y la
puerta de la habitación se
cerró suavemente.
Luna abrió lentamente los
ojos, y vio como su figura
desaparecía por la rendija
de la puerta. Luego, de
Miguel en su juventud
había estado involucrado
en muchas travesuras.
Aunque no tenía un aspecto
intimidante, pero aun así
todos temían a su mano
firme.
Quizás debido a
demasiados actos violentos
en el pasado, y para aliviar
un poco la carga de sus
pecados, Miguel había
puesto una estatua de la
Virgen del Rosario en su
estudio y cada año donado
mucho dinero a las
confraternidades de
monjas.
-Sí.
¡Hablaba de los Sánchez de
la capital, los mismos!
Andrés asintió.
-Si.
Miguel reflexionó por un
momento, frunciendo el
ceño:
-Descansa, padrino.
siempre, recordándole
tiempos pasados.
Gabriel.
Diecinueve es su número
de la suerte.
Se suponía que se
encontrarían, pero luego
ella resultó herida,
retrasando su encuentro.
-¿Oh?
¿Un miembro de la familia
Sánchez también vivía en la
Mansión del Sol?
Luna continuć.
-Su nombre es Gabriel
Sánchez. Padre, él es
realmente una buena
persona.
Miguel se levantó y se
acercó a Luna, dándole
unas palmaditas en el
hombro:
-Tu padre solo está
preocupado por ti. Después
de todo, hay muchas
personas observando a
nuestra
familia, y temo que puedas
ser engañada.
-Entiendo, padre. Fui
cuidadosa.
-Cuando tuvieses tiempo,
invita a tu amigo a cenar en
casa.
Luna asintió en acuerdo:
-Entendido, padre.
-Vuelve a tu habitación.
-De acuerdo, padre.
Después de que Luna dejó
el estudio y cerró la puerta,
Miguel preguntó:
-¿Qué opinas sobre esto?
Andrés respondió:
-Supongo que Luna aún no
conocía la verdadera
identidad de Gabriel
Sánchez.
Los detalles sobre Gabriel
estaban bien protegidos por
la familia Sánchez. Sin
embargo, se rumoreabal
que Gabriel había tenido un
accidente de coche hace
unos años y quedó
paralizado de ambas
piernas.
Sergio podría haber tenido
una gran oportunidad de
reemplazar a Gabriel como
el heredero de la familia
Sánchez.
-Pero la familia Ríos y la
familia Sánchez tenían una
fuerza comparable y se
enfrentaban en el ámbito
empresarial.
Eventualmente, una de ellas
perdió.
Miguel asintió satisfecho:
-Analizaste bien. La familia
Rios tenía una evidente
línea matriarcal, y eran las
mujeres las que se hacían
cargo de todo en esa
familia. Pero al final, las
mujeres, simplemente, no
encajan en el mundo
empresarial.
– A pesar de tener el
apellido Sánchez, es una
lástima que fuese Inútil. Un
peón sin uso alguno en la
partida de ajedrez.
Miguel preguntó:
-¿Escuchaste que la familia
Rios está entrenando a una
nueva heredera?
Andres asintió:
-Si, en términos de
parentesco, esta persona es
la hermanastra de Gabriel
por parte de madre,
mientras
que el hombre se casó en la
familia Rios. Sin embargo,
la hija que la familia Rios
está criando tiene un
carácter muy caprichoso y
no está a la altura de la
sociedad de la alta sociedad.
Capitulo 28
Después de esperar
pacientemente por un buen
rato, Isabel vio a Andrés
salir de la oficina y se
acercó inmediatamente a
él.
-Hermano Andrés, ¿qué te
pasó? Pareces algo
preocupado, ¿te hizo algo?
Andrés, con su chaqueta de
traje colgada de su brazo y
una expresión sombria,
suavizó su rostro al verla.
-No fue nada, vámonos de
regreso a casa.
Sentado en el coche, con las
manos apretadas
firmemente al volante,
Andrés recordó la
conversación en
la oficina, su mirada estaba
imbuida de cierta agudeza.
-Esa fue la invitación para
la gala benéfica de la
semana anterior. Mandé a
alguien para que te
ayudara. i
Sabías qué hacer!
Andrés tomó la invitación.
-¿Quisiste acercarte a la
familia Ríos?
-No, fue una alianza
matrimonial entre las dos
familias. Ya eras mayor, era
hora de que te casaras. La
familia Rios parecía ser tu
mejor opción.
-Si, no te decepcioné.
Por alguna razón, Andrés
detuvo el coche. Isabel lo
miró confundida.
-Hermano Andrés, ¿dime
qué pasó?
Sin previo aviso, Andrés la
abrazó, inhalando el dulce
aroma de las camelias que
emanaban de ella.
Isabel se quedó inmóvil,
sorprendida. Después de
tantos años juntos, siempre
parecía haber un abismo
entre ellos, a pesar de
conocer sus sentimientos
mutuos.
El ambiente dentro del
automóvil comenzó a
volverse inusual. Isabel
lentamente relajó su
cuerpo, apoyando la cabeza
en su hombro y acariciando
su espalda con las manos.
Con voz suave, preguntó:
-Hermano ¿qué te sucede?
¿Estás triste por algo?
No pasó mucho tiempo
antes de que Andrés la
soltara y dijera:
Isabel, hay algunas cosas
que debo ocuparme
últimamente, y necesito
que vuelvas a vivir en la
escuela por un tiempo.
Isabel se sintió sorprendida,
no esperaba que la solicitud
de Andrés fuera esa, y de
repente se sintió un
-¿Es porque te causo
problemas?
Andrés arregló su cabello,
que él mismo había
desordenado, y respondió:
-No eso es lo que menos
importa y no me causas
ningún problema. Dame
solo un poco más de
tiempo.
Cuando te gradúes, te
revelaré todas las respuestas
que quieres saber.
De hecho, los ojos de
Andrés eran muy
afectuosos, pero estaba
acostumbrado a no mostrar
sus emociones a nadie, por
lo que siempre parecía
distante.
Mirando sus ojos
profundos, el corazón de
Isabel comenzó a latir más
rápido sin control. Bajó la
cabeza
ligeramente, con las
mejillas un poco
sonrojadas, y dijo:
-Hermano… entiendo.
Escucharé obedientemente
tus palabras.
Andrés sonrió levemente y
dijo:
-Te recogeré después de la
escuela el viernes.
Isabel asintió.
-Vale.
Después de dejar a Isabel en
casa, Andrés regresó de
inmediato a la empresa.
Álvaro Gómez, su
asistente, le informó sobre
los planes anteriores y le
dio unos documentos para
que los firme.
Andrés llevaba un chaleco
negro y gafas con montura
dorada, irradiando un aura
de austeridad mientras
revisaba el informe de
resumen de su
departamento y el plan del
próximo proyecto.
En este momento, el cielo
fuera de la ventana ya se
había oscurecido. Su
teléfono, colocado en el
borde
de la mesa, comenzó a
vibrar. Andrés no apartó la
mirada de los documentos
y contestó mientras
presionaba el botón de
respuesta y lo colocaba
junto a su oído:
-Andrés, ¿quién era?
-Mi tesorito, ¡te eche tanto
de menos! -una voz
seductora y coqueta resonó
al otro lado.
Andrés frunció el ceño,
dejó los documentos que
tenía en la mano y se
recostó en el respaldo de la
silla con una expresión
impaciente.
Vagamente, pudo escuchar
el sonido de la lluvia del
otro lado de la llamada.
-Te doy tres minutos, ¡más
vale que tengas una buena
razón! – advirtió.
-¿Desde cuándo te has
vuelto tan cobarde, Andrés?
¿Tienes miedo de que
descubran nuestra
situación?
te venga en gana conmigo.
Andrés, acostumbrado a
controlarlo todo, sentía que
Luna le resultaba
inescrutable.
Ella parecia estar ocultando
algo, algo que él no podía
entender.
Para la familia García, el
obtendría lo que quería y
Miguel tenía que morir. Si
Luna, esta pieza en su
juego, no podia ser
utilizada a su favor, ¡no le
importaria destruirla!
Después de comer los
fideos, la embriaguez de
Andrés disminuyó un poco
y su estómago se sintió
mejor. Encendió un
cigarrillo y exhaló una
bocanada de humo.
Andrés rara vez fumaba, a
menos que fuera una
ocasión social o
simplemente no pudiera
evitarlo…
No sabia cuánto tiempo
había pasado, pero Luna
aún seguía despierta y
alerta.
“Toc, toc, toc…”
De repente, sonó un golpe
en la puerta, lo que la
asustó. Se escondió bajo las
sábanas y permaneció en
silencio. Podía escuchar su
corazón latiendo en sus
oídos.
Se había prometido a sí
misma que no caería en la
trampa de Andrés.
Después de un rato, los
golpes en la puerta
cesaron.
Andrés se fue.
Pasaron muchas horas
antes de que Luna se
atreviera a moverse.
Capitulo 33
Y logro convencer a la
abuela de que vuelva?
Miguel estaba considerando
la posibilidad.
Carolina sonrió y dja
–En realidad. Luna tiene
razón. Ahora, además de la
apariencia, la educación es
importante para las
chicas. Si Luna tiene esta
idea, deberias aceptarla.
Además, yo también me
gradué de la Universidad
Normal de Boscosa. Es fácil
de encontrar trabajo
después de graduarse de
esta universidad.
Luna asintio, mostrándose
de acuerdo.
-St. si.
Finalmente, Miguel cedio:
-Si no te va bien en la
universidad y no te
graduas, volverás
inmediatamente y te
casarás.
-No te preocupes, papa, no
te decepcionare.
Cuando se graduara era
probable que la familia
García ya no existiera.
Miguel la miro con
satisfacción y dijo
felizmente:
-Es raro verte mostrar un
poco de progreso. Después
de ordenar tu habitación,
deja que Carolina se
mude.
-Tos… -Luna se atragantó
con su comida.
Carolina sonrio y le dio
palmaditas en la espalda a
Luna.
-¡Espera un poco más! Luna
probablemente no pueda
aceptarlo de inmediato.
-No, no… -Luna negó
apresuradamente con la
cabeza-. Simplemente estoy
emocionada. Si la profesora
Vega se muda, no me voy a
aburrir en casa. Cuando no
haya nada que hacer, podré
charlar con
ella.
-Si Luna no cumple con sus
deberes, será muy estricta.
-Prometo entregar mis
tareas a tiempo.
Bueno, Luna recordó que,
en su vida anterior,
Carolina y Miguel no
avanzaron tan rápido.
De todos modos, Luna no
quería pensar demasiado
en eso. Después de cinco o
seis meses, podría
escapar.
-SI, sefior.
Apenas llegó al ascensor,
Gabriel escuchó voces
provenientes de una
habitación cercana.
-Luna García, carajo, aún
no he muerto, ¿me estás
maldiciendo trayéndome
estas flores?
Luna retrocedió
apresuradamente y esquivó
el vaso de vidrio que volaba
hacia ella.
No se enojó, simplemente
se disculpó una y otra vez.
-Sergio, vine a verte de
corazón. Fui a comprar
flores para ti, pero solo
quedaban estas y me
costaron diez dólares, lo
cual es bastante caro.
-¡Lárgate, Luna! ¡Sal ahora!
-Sergio, ¿qué te pasa? ¿Por
qué tienes un
temperamento tan malo?
¿Podemos estar en paz?
Al ver que Sergio tenía la
mano y los pies enyesados,
y que su situación era
grave, Luna sintió lástima
por
él. Andrés le había herido
seriamente. La forma en
que le atacó fue brutal.
Aunque Luna había tenido
un temperamento
arrogante y desenfrenado
en el pasado, su
personalidad
había cambiado
drásticamente después de
su encuentro con Andrés en
su vida anterior. Ahora era
mucho más amable y no
podía evitar sentir
compasión por las personas
heridas.
-¡Vete inmediatamente! -
gritó Sergio.
Bruno y Luis salieron de la
habitación. Luis dijo con
impaciencia:
-¡Ya es suficiente! Su herida
estaba sanando
perfectamente, pero ahora
que has venido, la has
vuelto a abrir.
Bruno vio a la persona
cerca del ascensor y su
expresión cambió de
inmediato. Le advirtió
rápidamente a
Luis.
Luis se dio cuenta de la
situación y cambió su
actitud.
-Puedes quedarte con estas
flores, Luna. En el futuro,
ven menos aquí.
-Realmente no sabes
valorar las flores, ¿verdad?
¿Qué tiene de malo un
crisantemo? Son hermosos
y se pueden usar para hacer
té. -Luna miró las flores
con pesar-. Sergio, te
visitaré de nuevo mañana.
¿Qué tipo de flores te
gustan? Te traeré algunas.
Capítulo 45
En la habitación del
hospital, otro vaso de vidrio
voló con un sonido
violento, acompañado de
una voz
iracunda:
-No tienes suficiente,
Luna?
Justo antes de que otro vaso
la golpeara, alguien agarró a
Luna y la arrastró hacia
abajo. Al ver a Andrés
a su lado, exclamó
sorprendida:
-Hermano, ¿qué estás
haciendo en el hospital?
Andrés la observó de arriba
abajo y preguntó:
-¿Estás bien?
-Estoy bien.
Sergio no era capaz de
hacerle daño.
-¿Hermano, estás enfermo?
-No, no es nada, solo tengo
un poco de malestar
estomacal, así que vine al
hospital para revisarlo –
Andrés frunció el ceño y
preguntó-: ¿Viniste aquí a
propósito para ver a
Sergio?
Luna dudó en responder:
-Hermano… ¿fuiste tú quien
le hizo esto a Sergio?
La expresión de Andrés se
volvió aún más sombría:
-¿Realmente piensas que
soy ese tipo de persona,
Luna?
Si no fue Andrés, ¿entonces
quién había sido? Si lo
había hecho Andrés, no lo
ocultaría. Pero si fue él,
seguramente no lo
admitiría.
-No, no… -Luna vio que la
expresión de Andrés se
volvía oscura y
rápidamente trató de
aplacarlo-: Pensé que eras
tú quien me estaba
protegiendo y por eso lo
hiciste.
-Así que estás culpándome
de no protegerte.
Luna retrocedió,
explicando ansiosamente:
-No es eso, hermano… no es
eso.
Bueno, solo estoy
bromeando contigo, ¿por
qué estás tan nerviosa?
¿Quieres que te acompañe
Liora se le acercó de
inmediato para darle unas
palmaditas en su espalda,
mientras la consolaba:
-No comas tan rápido.
Nadie te lo va a quitar.
Toma un poco de agua.
Luna se cubrió su pecho
con fuerza. Las toses
violentas le hicieron sentir
el dolor de nuevo.
-¿Podrías ayudarme a
buscar los analgésicos?
Olvidé tomarlos… -le pidió
a Liora.
-Claro, claro, aguanta un
poco y voy a buscarlos
ahora mismo.
Solo había pasado un mes
desde su último accidente
en el que se fracturó el
esternón. El fuerte ataque
de tos que acaba de
experimentar la hizo sentir
que sus costillas estaban a
punto de romperse de
nuevo.
No tuvo otra opción que
soportar el intenso dolor
fuerte y dijo:
-Tia Carolina, hermano, ya
estoy llena. Tómense su
tiempo.
Carolina se levantó
“preocupada” y preguntó:
-¿Estás bien? ¿Necesitas que
te llevemos al hospital?
-No, no, gracias. Solo
necesito tomar los
analgésicos -Luna se
apresuró a rechazó.
Temiendo que ella se
cayera al subir las escaleras,
Liora se fue con ella. En ese
momento, solo quedaron
Andrés y Carolina en la sala
de estar.
-¿Estás satisfecha ahora? -
preguntó Andrés
fríamente.
Carolina se acomodó un
poco los rizos largos y
ondulados con la mano y
respondió con pereza:
-No lo hice a propósito.
¿Quién sabía que ella no era
capaz de soportar ni una
broma?
Capítulo 51
-¿No tienes miedo de que
Luna se haya enterado de lo
que estamos haciendo?
Andrés, siempre has
sido una persona prudente.
Tampoco quieres que Luna
se entere, ¿verdad? No
quieres hacerle daño. Así
que… puedo ayudarte -dijo
Carolina.
Levantó sus labios rojos,
entrelazó sus dedos y apoyó
su mentón en su mano,
adoptando una postura
femenina y seductora con
una mirada tentadora.
Luego añadió:
-Querido, sabes que nunca
trato a los rivales de manera
amable. Si ella realmente
tiene una relación, o
si realmente se va a casar
con Gabriel… La familia
García ya era muy
poderosa y si la familia
Sánchez coopera con ellos,
¿crees que aún podrás
manejar la situación?
Andrés dejó el tenedor y
tomó una servilleta para
limpiarse los labios. Luego
respondió:
-No necesito que me digas
cómo manejar mis asuntos.
Ponte tus zapatos.
Carolina no insistió más,
simplemente retiró sus pies
de las piernas de Andrés y
sonrió. Andrés se levantó y
se marchó. Pronto el Audi
salió del garaje de la
mansión.
Esa noche, Luna se durmió
antes de las ocho de la
noche.
Gabriel no había
respondido a su mensaje, y
ella tampoco le prestó
atención. Solo pensó que la
persona que se había
encontrado hoy no era él.
Si realmente fuera Gabriel,
no ignoraría sus mensajes.
En cuanto al abrigo negro,
Liora lo había lavado.
Ahora estaba colgado en el
balcón de su habitación.
Los botones del uniforme
escolar también habían sido
reparados, y su abrigo
estaba doblado junto a su
cama.
Tuvo una noche llena de
pesadillas y se despertó
temprano por la mañana.
Soño que Andrés la
encerraba en una
habitación y descargaba su
ira contra ella. Ella solo
podía quedarse en su cama
con los
pies atados con cadenas de
hierro, soportando el
miedo de ver la mirada
invasiva de Andrés:
-Luna, eres mi esposa.
¿¡Cómo te atreves a gustarle
a otro hombre…!?
Cuando despertó de esas
pesadillas, miró el reloj:
apenas eran las seis de la
mañana. Se ducho y leyó
un poco. A las siete y
media, se fue a la escuela.
Durante los siguientes cinco
días, no ocurrió ningún
percance. Incluso veía a
Andrés con pocal
frecuencia. Sin embargo,
sus compañeros de clase
todavia la trataban con
indiferencia. Por ejemplo,
cuando el encargado
recogía las tareas, a
menudo la saltaba a
propósito, cuando los
compañeros frente
a ella pasaban los papeles
de los exámenes, siempre
dejaban caer su papel al
suelo y luego “se
-¡Ay! Perdón, te pasé, pero
tú misma no lo agarraste…
Estas cosas sucedían de vez
en cuando, pero Luna no le
daba importancia.
En los exámenes semanales,
sus calificaciones se
mantenían constantes en la
parte media-alta de la
clase. Lo hacía a propósito,
para evitar llamar
demasiado la atención en la
escuela.
Ese día, después de la
última clase, vio a Luis y a
Bruno, y se apresuró a
preguntarles:
Emm, solo quiero saber si
Sergio está bien….
Pero su actitud no era
buena. Luis se burló de
ella:
-¡Eso no tiene nada que ver
contigo! ¿Qué quieres
hacer? ¿De verdad te has
enamorado de Sergio? ¡Ni
lo
pienses! A Sergio podría
gustarle un perro, ¡pero no
a ti!
Bruno le dio unas
palmaditas en el hombro a
Luis y lo detuvo:
-Vamos, vamos. No hables
con ella para evitar más
problemas.
Luna los miró mientras
tomaban sus mochilas y se
marchaban. Estaba muy
confundida. Solo estaba un
poco preocupada por
Sergio. ¿Por qué decían que
ella se había enamorado de
él?
Luna colocó los libros y
apuntes que necesitaba para
repasar en su mochila. Hoy
le tocaba limpiar el
aula. Tenía que terminarla
limpieza antes de irse.
Colocó su mochila en el
escritorio y suspiró al ver el
suelo sucio. Pensó que, a
pesar de haber pagado
tanto dinero por estudiar
en esa preparatoria, parecía
que no incluían el costo de
la limpieza….
Ella tenía cierta obsesión
por la limpieza, por lo que
dedicó mucho tiempo a
hacer una limpieza
exhaustiva. Incluso raspó
los chicles del suelo con una
regla. Cuando terminó, se
secó el sudor de la frente. Al
mirar el aula
impecablemente limpia,
sintió una sincera sensación
de felicidad.
Ella fue la última estudiante
en salir de la escuela. El
chofer la había estado
esperando durante mucho
tiempo. Cuando se sentó en
el asiento, de repente vio
una figura delgada y alta al
otro lado de la calle que le
resultaba muy familiar,
acompañada por varias
personas.
¿Era Isabel…?
Capítulo 52
-Si no me equivoco, esas
personas son Bruno, Luis
y… ¡Sergio!
Luna se detuvo frente al
auto, observando a las
personas que se acercaban
desde el otro lado.
Eran exactamente ellos.
Se sorprendió un poco:
¿Desde cuándo Isabel tenía
relación con Sergio?
Además, parecían llevarse
muy bien.
Isabel y Sergio… Luna
nunca había considerado la
posibilidad de que ellos
fueran pareja… A Isabel le
gustaba Andrés, ¿no? ¿Qué
pasaría si Andrés supiera
que ella era tan cercana a
Sergio?
Pero eso no le importaba a
Luna. Había perdido todo
interés en los asuntos
relacionados con Andrés e
Isabel.
Justo cuando apartaba la
mirada, Luna notó un
tatuaje en el brazo de
Sergio que le resultaba
muy familiar. Parecía
haberlo visto en una vida
pasada, pero no podía
recordarlo en ese
momento.
Luis se percató del auto
negro detenido al otro lado
de la calle y de la persona
parada frente a él, y dijo:
-Sergio, mira, esa es Luna,
¿no? ¿Te está mirando?
¿Ves? Te dije que ella se ha
enamorado de ti. Mira su
expresión de celos.
Sergio echó un vistazo en la
dirección señalada y vio
cómo Luna entraba en el
auto. Isabel también
reconoció que el auto negro
pertenecía a la familia
García. Dos preparatorias
en la misma calle, pero con
una gran diferencia.
-¿Luna? ¿Conocen a Luna? -
preguntó Isabel.
Llevaba un vestido blanco y
el cabello largo recogido en
un alto peinado. Estaba
parada junto a Sergio,
luciendo tan elegante como
una ninfa pura y hermosa.
Luis se sorprendió un poco
y preguntó:
-Isabel, ¿tú también la
conoces?!
Isabel asintió y respondió
suavemente:
-Si. Crecí con ella. Pero me
fui al extranjero para
recibir tratamiento médico
cuando aún éramos niñas.
Han pasado varios años
desde que estuve aquí por
última vez. ¿Son
compañeros de clase? Si se
acercaran más a ella, se
darían cuenta de que
también es una chica muy
amable.
Luis tosió un poco pero no
expresó sus dudas.
Después de un incomodo
silencio, todos los presentes
sintieron vergüenza. No
sabían que Isabel
también conocía a Luna, e
incluso hablaba bien de
ella.
No podían creerlo debido a
la gran diferencia entre las
dos chicas. Isabel era como
la chica de ensueño.
de todos los chicos, pero
llevaba una vida triste.
Como huérfana, solo tenía
a su lado a un hermano no
biológico. En comparación,
Luna era esa chica que
había crecido en una
familia adinerada y
disfrutaba de una vida
lujosa.
Sergio arrojó la colilla de su
cigarrillo y se paró frente a
la puerta de la Preparatoria
Pública Astraluna. En
un tono arrogante dijo:
-Hemos llegado.
En ese momento, llegó una
brisa que llevaba el
agradable aroma de la
camelia de la chica. Isabel
arregló un poco su
desordenado cabello y
agradeció con una sonrisa:
-Muchas gracias por
acompañarme. Sergio, aquí
tienes tu abrigo.
Antes de que pudiera
quitarse la chaqueta, Sergio
la detuvo con una mano en
su hombro y dijo:
-Llévatelo, no hay prisa por
devolvérmelo.
Luis los miraba como si
estuviera viendo una
película romántica y les
dijo:
-Isabel, podremos salir
juntos más a menudo en el
futuro.
Isabel se sorprendió un
poco, luego mostró una
leve sonrisa y respondió:
-Está bien.
Era una sonrisa tan pura y
suave como la luna
suspendida en el cielo…
Los tres los vieron entrar a
la escuela y luego se fueron
juntos.
Bruno, que había estado en
silencio durante casi toda la
noche, de repente le
preguntó a Sergio:
-¡Si no me equivoco, una
ninfa tan elegante como
Isabel definitivamente sería
la chica de tus sueños!
Hermano, ¿tienes algún
plan?
Sergio frunció el ceño
ligeramente y respondió:
-Es una chica obediente. No
tengas ningún plan en este
aspecto.
Luis lo bromeó:
Pero, si no te gustan ese
tipo de ninfas con un aura
pura, ¿acaso te gusta Luna?
Ten cuidado de no ser
Sergio lo contradijo de
inmediato.
– Imposible. Preferiría
morir antes que
enamorarme de ella.
En el auto, Luna de repente
recordó.
¡El tatuaje…!
Capitulo 53
Y la familia García,
especialmente Miguel
García, era capaz de
solucionar esos problemas.
¿Por qué tantas personas
temian a Miguel? Porque
era una persona cruel, no
solo con los demás, sino
también consigo mismo. Si
decidía hacer públicas las
informaciones que tenía,
casi todas las empresas de la
ciudad se verian afectadas
por los secretos, y
probablemente sus líderes
serían enviados a la cárcel.
En realidad, cuando las
personas de clase alta se
enfrentaban a problemas,
siempre había alguien
encargado de solucionarlos,
de alguna manera. Era un
fenómeno muy común no
solo en los círculos
oficiales, sino también en el
ámbito comercial. Aquellos
que habían alcanzado una
posición en la cima
de la pirámide siempre
tenían secretos
impublicables.
Cuando Luna también era
una chica tan pura como
ellas, tampoco lo creía. Sin
embargo, esas eran
precisamente las lecciones
que había aprendido de
Andrés en su vida anterior.
Luna no quería seguir
discutiendo con ellas, así
que se fue con su mochila.
Ana quiso alcanzarla, pero
Perla la detuvo y le dijo:
-Piensalo bien. Si te
relacionas con ella, te
convertirás en la enemiga
de toda la clase. Sabes muy
bien que eso no sería bueno
para ti.
Pero Ana la apartó de un
empujón:
-¿Y eso qué? No me
importa! Luna no ha hecho
nada, ¿y por qué tiene que
soportar sus insultos? ¡Son
ustedes quienes han
provocado el conflicto!
Sin embargo, cuando Ana
salió del aula, Luna había
desaparecido.
Detrás del edificio, se
encontraba un hermoso
lago artificial habitado por
elegantes cisnes A esa hora
del dia, el lugar estaba
desierto, ya que todavía era
mediodía. Por las noches,
solía ser un punto de
encuentro muy concurrido,
donde la gente paseaba y
disfrutaba de los
espectáculos de las fuentes
que se encendian a las ocho
en punto Era un rincón
tranquilo y hermoso.
Luna nunca había estado
aquí.
En el centro del lago, varios
cisnes negros nadaban
grácilmente, mientras las
ramas suaves de los sauces
se inclinaban sobre la
superficie. Cuando la brisa
soplaba, las ondas en el
agua brillaban bajo el
cálido sol.
-¿La chica es… la señorita
García? -preguntó Adolfo,
el mayordomo de la
mansión en la que vivía
Gabriel.
Ambos estaban visitando
discretamente la escuela,
sin informar oficialmente al
personal
-¿Por qué ella está sola alli?-
preguntó Gabriel.
Adolfo estaba al tanto de la
situación y respondió:
-La señorita no tiene
muchos amigos en la
escuela. Es una chica que
tiende a ser más solitaria. Es
probable que haya venido
aqui para relajarse durante
el receso.
En realidad, Adolfo sabia
que Gabriel había venido a
la Preparatoria Privada
Aurora por la señorita
García. Después del último
examen físico en el
hospital, Gabriel estaba listo
para la cirugía que le
habían planificado. Sin
embargo, debido a la falta
de actividad física, se
habían producido algunos
cambios en los huesos de
sus piernas, lo cual había
requerido que la operación
se retrasara.
Capitulo 59
Gabriel quería venir a verla.
No importaba si la
operación tenía éxito o no,
no se desanimaría, porque
la chica que estaba allí era
su razón para levantarse de
pie de nuevo.
Él fijó la mirada en la
delgada figura. El cabello de
la chica bailaba con la brisa.
Toda la escena era tan
hermosa como una pintura,
por lo que le dijo a Adolfo:
-Quédate aquí.
-Como mande usted, señor
-respondió Adolfo,
Luna se sentó en un banco
cerca del lago,
contemplando el paisaje
mientras comía el
almuerzo preparado por
Liora. Pensaba que nunca
se cansaría de las comidas
cocinadas por ella.
De repente, una figura
negra apareció delante de
ella. Cuando le dirigió la
mirada, se dio cuenta de
que era el chico que había
visto en el hospital.
Pero… sus piernas…
Luego, inevitablemente, vio
el tatuaje misterioso en su
dorso. Parecía que también
tenía otro debajo de
la camisa en la parte de su
cuello….
La silla de ruedas del joven
se detuvo a su lado. La brisa
levantó su cabello en la
frente, cuando se giró
hacia ella. Curvó
ligeramente los labios y le
mostró una sonrisa suave y
bonita. Luego la saludó:
-Qué casualidad. Nos
encontramos de nuevo.
Luna se sorprendió un
poco, con la expresión
atónita, y fijó la mirada en
el chico que estaba frente a
ella.
Cuando volvió en sí, se
apresuró a tragarse la
comida en su boca y dijo:
-¡Ah! ¡Eres tú! Ay, he lavado
tu abrigo, pero lo he dejado
en mi casa. ¿También eres
estudiante de esta
preparatoria? ¿Por qué
nunca te he visto antes?
Gabriel solo la miraba con
una sonrisa y respondió:
-Tienes tantas preguntas…
¿A cual debo responder
primero?
Después de considerarlo
por unos segundos, empezó
a contestar:
-Voy a responder a tu
primera pregunta primero.
En cuanto al abrigo, no
tengas prisa, me lo puedes
devolver la próxima vez
que nos veamos… Segundo,
fui estudiante de esta
preparatoria, pero ahora
no. Y tercero, no nos hemos
visto porque me gradué dos
años antes. Hoy volví solo
para…..
“Para verte”, pensó Gabriel.
Luna asintió ligeramente y
dijo.
-.Resulta que eres un
estudiante que se ha
graduado. Creía que
éramos compañeros.
Ella no estaba
acostumbrada a charlar con
los desconocidos, por lo
que ahora se sentia un
poco nerviosa en el silencio
Incómodo.
Gabriel se dio cuenta de su
incomodidad. Aunque su
mirada se dirigía hacia el
centro del lago, trató de
encontrar un tema nuevo
para que se sintiera más
relajada.
-Este lugar es muy
hermoso, ¿verdad?
Luna respondió de
inmediato:
-Si Cuando me siento aqui,
me calmo enseguida y me
olvido de todas las
molestias.
-¿Sabes por qué el angelito
no tiene el brazo derecho?-
preguntó Gabriel.
-No, ¿por qué?
-Yo se lo corte….
Luna no podía creerlo y se
quedo sin palabras por un
segundo.
¿En serio?
Al ver su expresión, Gabriel
añadió:
-Si no recuerdo mal, en
aquel entonces dejé unas
palabras en la estatua.
-¿Cuáles fueron?-Luna
estaba muy interesada.
-Es un secreto.
Capitulo 60
Desde el otro lado del lago,
se acercaban unos
estudiantes. A lo lejos, Luis
reconoció a Luna. Ella
estaba
charlando con un joven que
estaba en una silla de
ruedas. Sin embargo, no
podía escuchar lo que
estaban hablando debido a
la larga distancia, solo podía
ver la sonrisa brillante que
aparecía de vez en
cuando en el rostro de la
chica.
Isabel estaba junta a ellos, y
la otra chica era su
compañera de habitación,
llamada Elisa Martinez. Las
dos caminaban juntas,
seguidas por Sergio, Luis y
Bruno.
Elisa quedó sorprendida
por el paisaje y no pudo
evitar elogiar:
-Madre mía, está es la
Preparatoria Privada
Aurora! ¡Tiene hasta un
enorme lago con cisnes!
¡Qué hermoso! Es más
grande que el campo de
fútbol de nuestra escuela,
¿verdad, Isabel?
-Sí, si no estuviera
familiarizada con los
caminos, probablemente
me perdería aquí -bromeó
Isabel.
Mientras charlaban, Luis
hizo una señal a Bruno,
indicándole que mirara en
la dirección señalada.
Bruno dirigió su mirada
hacia allí y vio a Luna. Pero
¿quién era el hombre a su
lado? Ellos nunca lo habían
visto. ¿Acaso ella sabía que
Sergio nunca la
correspondería y por eso
había encontrado a otro
hombre como reemplazo?
Pero ¿por qué eligió a un
hombre discapacitado que
solo podía sentarse en una
silla de ruedas?
Qué persona más
graciosa…
-Muchas gracias por una
charla tan larga agradeció
Luna.
En ese momento, Adolfo se
acercó a Gabriel y se inclinó
para decirle algo a su oido.
Gabriel dirigio la
mirada hacia una dirección
y frunció ligeramente el
ceño. Luego dijo:
-Ya lo sé.
Dicho esto, miró a Luna
con una expresión tan
amable como el cálido sol y
como la brisa de la
primavera. Luego se
disculpó:
-Lo siento. Tengo algo
urgente que hacer y no
puedo quedarme aqui para
acompañarte.
Luna se apresuró a agitar
las manos y responder.
-No pasa nada. Debería ser
yo quien te agradezca.
-Me marcho entonces dijo
Gabriel aún con la sonrisa
suave.
-Está bien. Ten cuidado-se
despidió también Luna.
Se levantó y lo vio alejarse.
No habla esperado que
pudieran encontrarse en la
escuela Creía que él era
de su misma edad, pero
resultó que era tres años
mayor que ella.
En realidad, se sentía muy
cómoda charlando con él.
Guando las figuras
desaparecieron, Luna retiró
la mirada. Recogió sus cosas
y estaba a punto de irse. En
ese momento, Ana la
encontró. Llevaba una
botella de leche en su
mano. Parecía que la había
comprado
en la tienda especialmente
para ella.
-Luna, realmente tengo
muchas ganas de ser tu
amiga. No estoy de acuerdo
con lo que ellas suelen
hacer. Luna, ¿puedo ser tu
amiga? ¡Me disculpo por lo
que ha pasado hoy! Lo
siento mucho… -dijo Ana e
hizo una reverencia
profunda para expresar su
sinceridad.
Ana no era una chica con
buena apariencia. Era muy
común, un poco gordita y
tenía pecas en su cara. Pero,
debido a las poderosas
relaciones de su familia, no
era intimidada por otros
compañeros de clase.
Existia como si fuera una
persona transparente que
siempre era ignorada por
los demás.
La situación de Luna era un
poco diferente. Tenia una
apariencia fría como su
madre, y cuando se paró al
lado de Ana, parecía que
estaba intimidándola.
Cuando no sonreía, emitía
un aura que indicaba que
no era alguien fácil de
ofender; pero cuando
sonreía, era completamente
una chica dulce y capaz de
seducir los corazones de los
demás.
La mayor parte del tiempo,
Luna prefería mantener
una expresión fría.
Luna tomó la botella de
leche y apretó un poco los
labios. Después de
considerarlo por un
momento, le
dijo a Ana:
-Ana, es que, me he
acostumbrado a la vida
solitaria. Además, después
de graduarme, no planeo
quedarme en la Ciudad
Astraluna, quiero vivir en la
Ciudad Boscosa. Como
sabes, para mantener una
amistad sincera,
necesitamos dedicar mucho
tiempo. Si no podemos
hacerlo, probablemente
volveremos a ser dos
desconocidas en el futuro.
Capítulo 61
-Pues, mi situación en la
clase no es la mejor, por eso
no quiero que mi situación
te afecte…
Ana: -Boscoso es solo una
pequeña ciudad, ¿por qué
vas allí? Pero eso no es lo
más importante. No
importa si no quieres ser
mi amiga, siempre y
cuando no me ignores
cuando quiera hablar
contigo.
Luna aceptó:
-Si no me distraes de mis
estudios, no te ignoraré.
-¡Perfecto, Luna! -Ana la
abrazó muy feliz.
En realidad, Luna no
entendía de dónde venía el
deseo de Ana de ser amiga
suya. Recordaba que su
interacción no era muy
profunda y que no tenía
gran conexión con las
personas a su alrededor.
Cuando Luna se marchó,
vio a Sergio, que llevaba
una chaqueta de mezclilla
negra y tenía un yeso en la
mano izquierda, no muy
lejos de ellos. Luna se
detuvo de inmediato.
Además de Sergio, Luna se
encontró con una persona
conocida: “Isabel”.
Últimamente, Isabel solía
aparecer frente a ella, de
sorpresa en cualquier lugar
y no podía evitarla.
Ana vio a la chava que se
encontraba adelante y dijo:
-La chica que está adelante
es Isabel, una recién llegada
a la preparatoria pública
Astraluna. Ha estado
aquí menos de una semana
y se rumora que Sergio se
ha fijado en ella. Aún no
está confirmado si ellos
son novios o no.
-Algunos de los amigos
cercanos de Sergio,
organizaron una fiesta hace
poco y también invitaron a
Isabel. Se dice que ella tiene
un hermano mayor con un
alto estatus social, pero no
es su hermano
biológico. Su hermano es
muy estricto y no le
permite tener ningún tipo
de novio. Puede ser que ella
haya
venido de la preparatoria
pública Astraluna a nuestra
escuela sin la permisión de
su hermano.
El hermano al que se
refiere Ana es “Andrés”.
Luna preguntó con mucha
curiosidad:
-¿Cómo sabes todas estas
cosas?
Ana respondió:
-Lo vi en el foro de nuestra
escuela. Esa noche, algunas
personas vieron a Sergio
bebiendo demasiado y
paseando en moto con
Isabel. Ahora todo el
campus conoce a Isabel… y
la persona que está a su
lado, se llama Elisa.
Después de terminar el
último conjunto de
ejercicios de química, el
corazón de Luna aún no se
tranquilizaba ¿Ella no podía
entender qué había hecho,
para Sergio pensara que le
gustaba? ¿Es porque lo
ayudó la última vez a
recoger sus cosas y alguien
sacó una foto, lo que hizo
que pareciera que se estaba
ofreciendo?
Luna rápidamente sacó su
teléfono y abrió el foro de
la escuela. No había
terminado de ver el último
mensaje relacionado a ella
y Sergio. Quería ver qué
decían sobre la foto en ese
foro.
Cuando encontró la
publicación, se dio cuenta
de que alguien la había
borrado o bloqueado, ya
que no podía abrirla. En ese
instante, recibió un mensaje
de Ana.
Ana: Luna, eres muy
valiente. Ese fuerte
puñetazo que le diste a
Sergio lo dejó blanco de
dolor.
Después de que te fuiste, lo
llevaron a la enfermería.
Pero ten muchísimo
cuidado, Sergio es alguien
que busca venganza… De
hecho, creo que fuiste
bastante dura con él. Acabo
de ver que parecía estar
sangrando.
Luna: ¿Quién lo hizo hablar
de más? Si lo que dice llega
a oídos de mi padre, estaré
en serios problemas.
Ana: ¿En serio, Sergio no te
gusta? Luna: -¿Por qué
todos creen que él me
gusta? ¿Qué los lleva a
pensar eso?
Ana: La última vez que
fuiste al hospital a ver a
Sergio con flores, y toda la
escuela se enteró. ¿No lo
sabes?
Luna: ¿Qué tiene que ver
eso con que me guste?
Ana: -La última vez que te
metiste en problemas,
aunque Sergio no estuvo
involucrado directamente,
de alguna manera ese lio
también tuvo que ver con
él. Pensamos que ibas a
mantener tu distancia con
Sergio para siempre,
incluso apostamos que te
retirarías de la escuela o te
cambiarías… Pero
sorprendentemente, le diste
flores a Sergio. Todos
asumimos que te gustaba
porque no dudaste en
correr a verlo en el hospital,
aunque estabas en mala
situación.
Rápidamente envió otro
mensaje:
-¿Realmente no te gusta
Sergio?
Luna miró la pantalla de su
teléfono, respiró
profundamente y escribió:
-Le llevé flores porque
pensé que estaba…
Ella borró el mensaje.
Después de todo, no
confiaba lo suficientemente
en Ana como para
compartir sus sentimientos
Afortunadamente, la
escuela no era muy estricta,
permitía llevar snacks,
aunque no estaba
permitido comer en clase.
Isabel no sabía a quién
pertenecían esos snacks que
tenía en su escritorio.
Entonces siempre los
compartía con sus
compañeros de clase o los
llevaba de vuelta al
dormitorio para
compartirlos con los otros
cinco residentes.
Isabel tenía una
personalidad muy amable,
y sonreía con gran
facilidad, además tenía muy
buenas. calificaciones. A
pesar de ser una recién
llegada, no se quedaba atrás
en conocimientos,
habiendo obtenido el
primer lugar en la última
prueba en la clase y el
segundo en el grado. Si
otros estudiantes tenían
preguntas, ella las
respondía pacientemente y
compartía sus apuntes sin
dudarlo. Isabel era una de
las favoritas de la clase y
una estudiante ejemplar
ante los ojos de los
profesores.
La última clase de la tarde
finalizó a las 9:40 p. m.
Isabel empezó a recoger sus
cosas y dijo a Elisa:
-Elisa, voy al baño, ¿te
gustaría venir?
-Claro, te acompañaré con
gusto. -respondió Elisa
mientras tomaba la mano
de Isabel.
En ese momento, la
mayoría de los estudiantes
ya habían salido. Los
sensores de las luces en el
pasillo se encendían
automáticamente cuando
alguien pasaba por debajo.
Elisa dijo: -Te esperaré
afuera, Isabel.
-Está bien. -afirmó Isabel.
Poco después de que Isabel
entrara al baño, un grupo
de personas se acercó por el
otro extremo del pasillo. La
lider, con una moña alta,
era Victoria, una de las
chicas más poderosas de la
escuela. Era una jugadora
de voleibol de alto nivel, y
la mayoría de su tiempo lo
pasaba entrenando debido
a su ventaja en altura.
Elisa reconoció a Victoria y
sintió una corazonada muy
desagradable al verlas
acercarse.
Victoria se detuvo frente a
Elisa y, la miró bajando su
cabeza debido a su
considerable altura de 1,75
metros.
-Enana. ¿Dónde está Isabel?
-Yo… no lo sé. -respondió
Elisa, sintiéndose
intimidada por su actitud.
Tenía la fuerte impresión
de que
venían a buscar problemas.
-¿No sabes? La vi entrar
contigo. -dijo Victoria con
voz dominante cruzando
los brazos. Justo en ese
momento, se oyó el sonido
del inodoro siendo tirado.
-Elisa, he terminado…
¿Tienes una toalla sanitaria?
Creo que me ha llegado… -
Isabel salió del
ustedes?
Luego se precipitó a
cambiarse de ropa y
cepillarse, tan pronto
terminó todos estos
procesos, solo había pasado
diez minutos. Agarradose
del pasamanos, se bajó las
escaleras lo más rápido que
pudo.
Cuando llegó, todos estaban
sentados a la mesa, incluso
Andrés e Isabel. Era fin de
semana y Isabel
había regresado a casa.
Al sentir la atmósfera algo
incómoda, Luna dudó en
acercarse. Desde el
malentendido ocurrido con
Andrés, él no le había
dirigido la palabra en estos
días. Con pasos vacilantes, e
indecisos Luna
finalmente se acercó y se
sentó en la silla que solía
ocupar Carolina.
En la mesa había gran
cantidad de platos y todos
eran sus favoritos. Le
resultaba algo extraño, ya
que no era un dia especial.
Además, se había levantado
tarde, pero Miguel no le
reprochó. Se sentó ansiosa
y escuchó a Miguel
preguntar:
-¿Cómo están las heridas?
Luna respondió.
-Están sanando. Mañana
puedo ir a la escuela.
Liora le sirvió un tazón de
sopa.
Miguel siguió hablando:
-Después del desayuno, ve
a la habitación de tu tía
Carolina y elige un vestido
adecuado. Esta noche, tú,
Andrés y yo iremos a un
banquete muy especial.
La mente de Luna quedó
en blanco al escucharlo.
Casi al instante, las palabras
salieron de su boca:
-¡Padre…! ¿Puedo quedarme
en casa?
¡No dijiste que ya estabas
mejor!
-No, no puedes. Incluso si
tuvieras una pierna rota,
igualmente, tendrías que
venir con nosotros. Habrá
muchos jóvenes en el
banquete, tal vez
encuentres a alguien que te
guste. Ya eres mayor para
casarte –
rechazó Miguel
directamente.
-Pero, papá, acabo de
cumplir la mayoría de edad
y todavía no me he
graduado de la
Preparatoria. ¿No
crees que este tema es un
poco temprano para mi?-
dijo Luna
apresuradamente.
-Puedes encontrar un novio
primero, y cuando te
gradúes de la universidad,
será el momento perfecto
para casarte. Además, ya
hemos hablado con Andrés
sobre la elección de la
universidad. Será mejor
que te quedes en la Ciudad
Astraluna en lugar de ir a la
Ciudad Boscosa -añadió
Miguel.
-¡Por qué-exclamó Luna,
sintiendo como si le
hubieran dado un fuerte
golpe en el pecho que le
quitaba el aliento.
Conteniéndose, lanzó una
furiosa mirada a Andrés,
quien le estaba sirviendo
comida
-Papá, ¡por qué! Lo hemos
acordado todo…
Capitulo 80
Miguel se le acercó
rápidamente y le dio una
fuerte bofetada, mientras la
insultaba:
-Tu madre era también una
completa hija de puta! ¡Yo
debería haberte
estrangulado cuando ella te
dio a luz! ¿Ya eres lo
suficientemente madura
para entenderlo? ¡Lárgate
de aquí y nunca vuelvas con
tu maldito coraje’
La cara de Luna se
entumecio por la bofetada
y de inmediato sintió dolor,
notando cómo su mejilla
izquierda se hinchaba, su
cuerpo se inmovilizó por
completo. Se contuvo las
lágrimas y respondió:
Nunca olvidare lo que
dijiste !
Miquel grito
-Vete! ¡Ahora mismo!
-¡Luna! -Liora quiso
deteneria
-Basta! Si descubro que
alguien la ayuda, ¡no
vuelvan a esta casa en el
futuro! -ordeno Miguel
encolerizado en voz alta
Luna se marchó sola, solo
con su pijama y zapatillas,
sin nada más. La sala quedo
sumida en un
ambiente sofocante y
extraño.
Después de un rato, Miquel
dijo con indiferencia:
-¡A comer!
Liora miraba preocupada la
figura triste y desoladora
que se alejaba
Carolina le sirvió comida a
Miguel, mientras decia:
-Miguel, ¿por que estas tan
enojado con la chica? Luna
es todavia una joven, es
comprensible que no
entienda tus buenas
intenciones. Ademas no
lleva nada consigo, no
puede ir a ninguna parte…
Andrés,
ve a buscarla y tráela de
regreso a casa. Si le pasa
algo malo…
Antes de que Andrés
pudiera hablar, Liora
propuso.
-¡Me encargaré yo! Luna
tiene una relación más
cercana conmigo, tal vez
pueda persuadiria y
traeria…
Al mismo tiempo, fuera de
la puerta de la mansión
Luna se tropezó mientras
corria. Su cuerpo estaba
lleno de raspaduras y, en si
toda ella era un desastre.
-¡No puedes irte! Me
interesa mucho saber a
dónde irá sin mi dinero.
¡Más le vale que se muera
de hambre! -rechazó
Miguel directamente.
Liora insistió:
-¡Señor!
-¡Cállate! ¡Vete también si
sigues diciendo estupideces!
-exclamó Miguel,
El desayuno terminó en un
ambiente intenso y bastante
silencioso.
Isabel se sentó en el asiento
del copiloto del coche,
mientras Andrés ajustaba su
cinturón de seguridad. Ella
preguntó:
-Andrés, ¿de verdad no
vamos a buscar a Luna? Se
encontrará algún peligro si
está sola…
Sin embargo, el rostro de
Andrés no mostró ninguna
variación emocional.
Simplemente ajustó el
volante y piso el acelerador
para marcharse.
-Ella es como una princesa
que ha vivido demasiado
tiempo en un ambiente
protegido, como una jaula
de oro, sin conocer los
peligros del mundo. No te
preocupes, la conozco muy
bien… Ella regresará pronto
-dijo Andrés.
Después de todo, había
presenciado muchísimas
veces, cómo Luna intentaba
escapar de casa en el
pasado, pero siempre
terminaba regresando muy
obedientemente. En su
corazón, sin el apellido
Garcia,
Luna era solamente una
persona sin valor alguno
para él. Mientras tanto,
también le interesaba
cuánto
tiempo ella podría vivir sin
el dinero de la familia
García. ¿Tres minutos? ¿O
tres horas? Una sonrisa
burlona y sarcástica
apareció en sus labios.
“Luna García, más te vale
no decepcionarme”, pensó
en el interior.
Sin embargo, cuando
salieron de la mansión, no
vieron la figura de la chica.
Capítulo 81
“Quizás se había escondido
en algún rincón”, pensó
Andrés.
Sin embargo, al instante,
Isabel señaló una figura que
se paró frente a un camión
y dijo:
-Andrés, mira, es Luna.
Andrés redujo la velocidad
y alcanzó a ver cómo ella se
subía a un camión
desconocido.
-Dios mío, ¿cómo se atreve
Luna a irse con alguien que
no conoce? ¿Podría estar en
grave peligro? Andrés, creo
que debemos apresurarnos
y llamar a la policía… -
exclamó Isabel.
No obstante, Andrés solo
apartó su mirada
perturbada y respondió:
-No hace falta.
-¿Realmente la dejaremos
ir? -preguntó Isabel.
Andrés se concentró en
conducir, sin pronunciar
una palabra en absoluto.
El camión se alejó
rápidamente, dejándolos
atrás en poco tiempo. Isabel
notó claramente que el
auto estaba acelerando.
Quería decirle a Andrés que
redujera la velocidad, pero
al pensar que él estaba
persiguiendo al camión, se
contuvo. Cuando llegaron a
un cruce, el semáforo
cambió rápidamente a
rojo.
Cuando terminó la espera,
el camión había
desaparecido por completo
después de la curva…
-Andrés, ¿qué deberíamos
hacer ahora? -preguntó
Isabel ansiosa, pero solo
recibió su frialdad y la
oscuridad en su rostro, lo
que le provocó un
escalofrío intenso.
“Luna García, ¿iqué truco
estás tramando esta vez…!?”
En el camión, Luna miró
por el espejo retrovisor y
vio cómo el auto de Andrés
se alejaba a gran rapidez.
Esperaba que Andrés
pudiera comprender su
decisión: tenía que irse de
allí. Nunca había mentido
sobre este asunto.
En realidad, con respecto a
lo relacionado con Isabel,
había aprendido una fuerte
lección en su vida
anterior. Esta vez, esperaba
que Andrés también
abandonara la idea de
retenerla en esta ciudad por
su relación pasada. Ya no
queria experimentar ese
inmenso dolor una vez
más…
El conductor del camión se
dedicaba al transporte de
carga pesada alarga
distancia. En el vehículo
también viajaba su esposa.
Eran dos personas sencillas
y muy amables.
Cuando Luna les explicó
que había discutido con su
padre y que iba en busca de
su madre.
Después de un viaje de
unos cuarenta minutos,
llegó a un distrito de
edificios antiguos. Se
despidió en gran manera y
les agradeció. Con la ayuda
de su memoria, recorrió las
calles deterioradas y
percibió el olor
nauseabundo del agua
subterránea. Pronto
encontró un símbolo muy
familiar y se detuvo frente
a un edificio sin ascensor.
No le quedó más opción
que subir seis pisos por las
escaleras. Perdió una de sus
sandalias en el camino,
caminando, cojeando y
sintiendo un fuerte dolor
en las rodillas.
Finalmente, encontró la
puerta correcta. Sacó la
llave que estaba escondida
debajo de la maceta frente
a
la puerta del vecino. De
repente, se oyó una voz:
-Hija, ¿quién eres? ¿Por qué
nunca te he visto antes?
Luna le respondió con
respeto:
-¡Mi mamá vive aquí!
Vengo a buscarla.
-¿Eres la hija de Liora?
Madre mia… Nunca me ha
dicho que tiene una hija tan
hermosa. Hija, ¿cómo te
llamas?
-Luna García, señora.
-Qué nombre más bonito…
¿Has almorzado? He
preparado algo de comer,
¿quieres comer conmigo? –
propuso la señora muy
amablemente.
-No, no, muchas gracias,
señora. Estoy un poco
cansada y quiero descansar
un poco mientras espero-
rechazó Luna con gran
amabilidad la oferta.
-Está bien. Cuando tengas
tiempo, ven a visitarme, ¿de
acuerdo? -respondió la
señora con una sonrisa
brillante.
-Claro, gracias.
Después de esta corta
conversación, Luna entró
en la habitación. Era una
habitación muy sencilla,
pero estaba muy bien
ordenada. Solo había una
cama y un baño, sin sala de
estar. El pequeño balcón
sería la mayor ventaja de
este lugar.
Capítulo 82
En realidad, esta era una
habitación que Liora había
alquilado y solo costaba
unos cien pesos. Tenía una
excelente iluminación y
estaba muy bien ventilada.
Si no hubiera conocido esta
modesta habitación, podría
haber terminado
durmiendo en la calle.
Ya era la segunda vez que
venía aqui. La primera vez
fue cuando se enteró de
que Andrés le había
comprado un hermoso
vestido de princesa a Isabel.
Andrés nunca le había
comprado algo así,
por lo que también ella le
pidió uno. En lugar de
aceptar su solicitud, Andrés
la reprendió, lo que la hizo
sentir muy indignada.
Enfadada, decidió irse de
casa. Esta fue la primera vez
que se marchaba de casa.
Pero en esa oportunidad
Andrés no vino a
consolarla, ni a llevarla de
regreso a casa, porque ella
había vuelto añicos el
vestido para Isabel, lo cual
lo enfureció enormemente.
En el camino de regreso a
casa, Liora la trajo a este
lugar mientras ella seguia
enfadada. Al final, no pudo
soportar la suciedad, así que
regresó a casa
obedientemente. Después
de todo, estaba
acostumbrada a su vida de
privilegios. En esta ocasión,
si Liora no hubiera
revelado este secreto, nunca
la habrían encontrado. Para
ser honesta, ahora también
le parecía una selección
aceptable. Aunque no
podría seguir estudiando en
la preparatoria o ingresar a
la universidad en el futuro,
podría encontrar algún
trabajo sencillo para
mantenerse. Estaba muy
segura de que podría
sobrevivir dignamente.
Mientras pensaba, se dio
cuenta de que había un
poco de polvo en la mesa,
así que tomó un cubo de
agua para hacer una rápida
y sencilla limpieza. Luego,
cambió las sábanas y regó
las plantas en el balcón.
Después de terminar todo
eso, sacó un pijama de
Liora en el dormitorio y
fue al baño para darse una
ducha. Cuando el agua caía
sobre las heridas de su
espalda, el dolor casi la dejó
sin aliento. No habial
agua caliente, solo podía
usar agua fría e intentaba
evitar que mojara las
heridas. Después, tomó
una toalla amarillenta pero
limpia para secarse muy
bien el cabello..
Aunque las condiciones no
eran muy buenas, sentía
una libertad innegable, que
nunca había experimentado
en la familia García. Se
acostó en la cama para
descansar un rato. Sin darse
cuenta, se quedó dormida
en la comodidad.
Cuando despertó, ya era de
noche. A medio despertar,
escuchó un gruñido de su
estómago. Se levantó y
se preparó unos fideos
instantáneos como la cena,
sin otros platos adicionales.
A pesar de la difícil
situación, no se sentía
infeliz. Al menos aún tenia
algo de comida.
En la vida anterior, Andrés
la habia expulsado como un
perro de la Ciudad
Astraluna y poco después,
le diagnosticaron cáncer
terminal. Para pagar el
tratamiento, después del
divorcio, vendió todas sus
propiedades. En los últimos
días, solo podía comer las
sobras que otros dejaban, e
incluso pasaba las
noches en blanco… Un
tazón de fideos ya era un
lujo para ella. Por lo tanto,
ahora apreciaba todo lo
que tenia, sabiendo que
nada de eso era fácil de
conseguir.
Encendió el televisor y
empezó a ver una aburrida
telenovela. Este televisor
incluso solo de color
blanco
La primera oleada de
clientes ya se habla ido.
Luna limpió la mesa y llevó
todos los platos sucios a la
puerta. Alli había varios
hombres de unos treinta
años, sin camiseta y
borrachos. Parecía que
habían
bebido tres o cuatro cajas
de cerveza.
De repente, uno de ellos le
dirigió una mirada
malintencionada a Luna y
le dijo con voz borracha:
-Mira, esa chava es mi
vecina. Según mi madre,
solo tiene dieciocho años y
fue expulsada de la
preparatoria por tener
relaciones sexuales
inapropiadas. Cada día
empieza a lavar la ropa a las
siete de
la mañana y ¡me molesta
tanto que ni siquiera puedo
dormir! Pero, uy…. es
realmente una mujer
atractiva
-¿En serio? Parece una chica
decente y ¿se atreve a tener
relaciones sexuales
“inapropiadas”? No me
mientas pregunto otro
hombre preguntando muy
curiosamente.
Ellos charlaban en voz muy
alta, como si quisieran
asegurarse de que Luna los
escuchara. Por supuesto,
Luna escuchó claramente
toda la conversación. Ella se
esforzó por ignorar a esos
hombres borrachos.
-¿Cómo lo sabes?
-No es nada dificil. Mira, si
ella es una estudiante
decente, ¿por qué no va a la
escuela y solo trabaja en
un restaurante?
-Basta, basta. Me interesa
mucho la historia. ¿Por qué
no la dejamos que nos
cuente la verdad?
Capítulo 89
El que habló resultó ser el
hijo de Melisa y se llamaba
Fabio Rojas. Al escuchar la
propuesta de su amigo,
gritó a todo pulmón:
-¡Oye, ¡tú! Te llamas Luna,
¿verdad? Ven aquí. Necesito
pedir comida.
Luna continuaba lavando
los platos y fingió no haber
oído nada. Miró a otra
chava de su misma edad,
Laia, quien también
trabajaba a tiempo parcial
en el restaurante. Sin
embargo, solo percibió su
leve sonrisa maliciosa. Esta
se dio media vuelta y se
marchó muy rápido.
¡Maldita! ¡Te estoy
llamando para
pedir comida! ¿Eres sorda?
Luna dejó los platos sucios
y se limpió las manos, luego
se acercó a ellos con una
libreta y un lápiz en
mano, preguntando:
-¿Qué platos les gustaría
pedir?
Sin embargo, los cinco
hombres la miraban
fijamente de arriba abajo a
Luna, como si fueran cinco
lobos
hambrientos que habían
encontrado a su deliciosa
presa. Las miradas
malintencionadas le daban
asco.
Uno de ellos intentó
coquetear con ella:
-Bonita, ¿te falta dinero? Si
necesitas dinero, puedes
decirmelo. Tengo mucho
dinero….
Mientras hablaba, muy
pretencioso sacó una
billetera de su bolsillo y la
colocó sobre la mesa,
sacando después trescientos
pesos y dijo:
-Si sales conmigo hoy,
ganarás este dinero.
De repente, se escuchó una
risa extraña y aguda. Era la
risa de Laia.
-Lo siento. Solo trabajo
aquí a tiempo parcial y no
ofrezco ese tipo de
servicios. ¿Quieren pedir
más comida o no? Si no,
tengo que trabajar -
respondió Luna.
-¿Trabajar? Somos los
únicos clientes en el
restaurante. Ven y siéntate
para charlar y beber un
poco con
nosotros dijo otro hombre
gordo. Tomó una silla y la
colocó a su lado.
Luna se dio la vuelta y se
marchó en silencio.
En ese momento, se
escuchó un fuerte golpe en
la mesa y un hombre gritó:
-Hija de puta! ¿Qué diablos
te crees? Si realmente eres
una estudiante, ¿por qué
solo trabajas aquí?
Luna se detuvo después de
unos pasos. Sacó su
delicada billetera de color
rosa de su bolsillo y sacó su
tarjeta de estudiante,
colocándola frente a los
hombres, diciendo fria y
seriamente.
Mientras reflexionaba,
golpeaba la mesa con los
nudillos de los dedos.
Continuó revisando
meticulosamente las fotos
una tras otra, y luego su
atención se centró en una
vil escena en la que la ropa
de Luna fue rasgada
mientras cinco hombres se
relan lascivamente de ella,
fijando su mirada en el
pecho de la chica…
Medio minuto después…
Capítulo 91
Andrés marcó otro número
y dijo:
-Hazme un gran favor…..
Después de explicarle la
situación, Andrés llamó
nuevamente a Luna.
Lo que escuchó en su
teléfono fue un tono
bastante frío:
-El número al que estaba
intentando llamaba está
apagado…
Tres de la madrugada.
La puerta de Luna resonó
con fuertes golpes:
– Ábreme, he regresado.
¡Ábreme rápido!
Luna se tapó muy fuerte
sus oídos y miró el techo
oscuro y sin poder ver
nada.
El acoso constante de
Renato en medio de la
noche ya se había
convertido en una terrible
rutina para
Luna. Además, recordó el
incidente anterior de su
ropa interior desaparecida,
la cual encontró en el
basurero en el piso de abajo
al día siguiente.
Ella había pensado que
podría vivir en paz aquí…
Si esto continuaba, sentía
que algún día la volverían
loca.
Renato era un gran
conocido matón en la zona
y también el hijo de la doña
Moreno.
Luna no abrió la puerta, y
pasó un tiempo antes de
que finalmente se fuera…
Esa noche, Luna no durmió
bien y se sintió muy
aturdida.
Cuando se levantó, ya eran
las doce del mediodía.
Luna había estado durante
largo rato cocinando platos
sabrosos.
Ella fue al balcón, y colgó
su ropa recién lavada.
Mientras sostenía el
tendedero, de repente notó
que, en la casa de enfrente,
la cual llevaba mucho
tiempo deshabitada, se
encendían las luces.
Los edificios aqui estaban
muy cerca unos de otros, y
si no se cerraban las
cortinas, se podia lograr ver
a través de las ventanas.
La ventana de enfrente se
abrió inesperadamente.
Pronto, Luna vio a Sergio,
fumando en el balcón.
Sus miradas se cruzaron
muy sorpresivamente.
Luna se apresuró a colgar la
última prenda, luego entró
en la casa, cerrando la
puerta del balcón y bajando
las cortinas.
Llevaba puesta, solo una
bata de tirantes de color
claro, sin nada debajo.
Luna se cambió de ropa
con gran rapidez, trajo la
comida que había
preparado afuera y empezó
a comer.
Hoy, Luna no tenía planes
de ir a la tienda, ya que no
sabía cuándo se irían Sergio
e Isabel.
No quería que Isabel la
viera aquí, ya que ella,
plane aba mudarse a
Boscosa con su abuela
después de que ellos se
fueran.
Este lugar estaba lleno de
gente muy problemática y
no era adecuado para ella.
De repente, Luna recordó
su billetera, pero no sabía
dónde la había dejado.
Ayer la había guardado en
la ropa que llevaba puesta.
Pero cuando la buscó, no la
encontró.
Tampoco se encontraba en
la lavadora.
Luna recordó que tal vez la
había dejado en la tienda
anoche.
No tenía tiempo para
comer.
Sin sus documentos en la
billetera, no podria
comprar el boleto a
Boscosa.
Pero, lo más importante era
que en su billetera había
una foto de su hermosa
madre.
Luna no podía permitirse
perderla. Sin pensar, salió
corriendo de inmediato.
Cuando regresó a la tienda,
se dirigió directamente a
Laia:
-¿Viste mi billetera en la
tienda ayer?
Laia no la miró y
respondió:
-Perdiste tu billetera, pero
¿eso qué tiene que ver
conmigo?
La razón por la que Luna
eligió llevar su billetera
consigo es porque sabia que
Laia no era de fiar
Ignacio tenia un armario
donde los empleados
guardaban sus respectivas
pertenencias.
Ella le pidió a Liora que le
trajera su crema para las
manos, de la casa de los
Garcia. Era un regalo
de ya era algo caro.
La última vez, la vio fingir
que iba al baño, pero luego
la vio ir a buscar cosas en la
parte de atrás. Ella
habia usado su crema.
No tenía pruebas, por lo
que no podía acusarla.
Capítulo 92
Normalmente, si perdía
algo, podía comprarlo
nuevamente, pero esta vez
era muy diferente. Su
documento de identidad es
muy importante. No quería
volver a la casa de los
García para pedir ayuda.
Luna nunca había tenido
paciencia con ella,
generalmente ignoraba sus
comportamientos. En el
pasado, Luna la habría
dejado ir.
-Laia, en la billetera hay
una foto de mi madre, es
realmente muy importante
para mí, y también se
encuentran mis
documentos… Si quieres
dinero, te lo puedo dar. Lo
demás no es importante
para ti. ¿
Puedes devolvérmelo?
Laia pateó con gran fuerza
el bote de basura que estaba
a su lado, haciendo que la
basura se derramara
por todas partes.
—Luna, ¿qué estás
insinuando? ¡No tengo nada
que ver con tu cartera! No
la he tocado en absoluto.
¿Por
qué me estás difamando? Si
no me crees, ¡denuncia el
robo!
Su voz resonó en toda la
tienda.
Luna se agarró el pelo con
frustración y dijo con
resignación:
-Laia… Por lo general, no te
he causado ningún tipo de
problemas, ¿verdad? Si
quieres esa crema para
las manos, te la daré.
Devuélveme mi billetera, y
consideraré que nada de
esto ha sucedido.
-Luna, de verdad no toqué
tu billetera. ¿Por qué
insistes en acusarme?
Ignacio escuchó el alboroto
en la sala y salió
rápidamente.
-¿Qué está pasando? Luna,
¿no tenías turno por la
noche? ¿Por qué viniste tan
temprano hoy?
Luna no se anduvo con
rodeos y dijo:
-Señor Herrero, perdí mi
billetera. Tenía una foto
muy importante de mi
madre y mis documentos…
Inicialmente, planeaba
renunciar y mudarme con
mi abuela, pero sin los
documentos, no puedo
comprar el boleto.
-¿Por qué te vas de repente?
¿Qué pasó?
No quería hablar de lo que
había sucedido la noche
anterior. De solo pensar en
ello la hacía sentirse
bastante incómoda. No
quería que el asunto se
hiciera público.
Luna respondió
vagamente:
–Solo quiero volver a casa,
señor Herrero. ¿Podrías
ayudarme a denunciar la
pérdida de mi billetera?
-¿Cómo es tu billetera?
Puedo ayudarte a buscarla.
Elisa respondió
apresuradamente:
-Ella ha estado viviendo en
la casa de un amigo mío.
Andrés dijo.
-Hoy, deja la casa de tu
amigo y quédate en un
hostal. Dentro de unos días,
te llevaré de regreso a la
escuela.
Isabel obedeció con la
cabeza y dijo con voz
suave:
-Entiendo, hermano.
-Vete a casa, está a punto de
amanecer. Descansa antes
de regresar.
Isabel pregunto:
-¿Y tú?
-Esperaré a que Luna se
despierte.
Isabel dijo:
-Entonces volveré mañana
a visitarte. Hermano,
asegúrate de descansar muy
bien y no te agotes.
No pasó mucho tiempo
desde que Isabel se retiró y
la puerta de la sala del
examen se abrió, un
anciano
médico salió a recibirlo.
-¿Eres el familiar de la
paciente?
Andrés afirmó.
-¿¿Cómo está?
El médico, hablando en un
dialecto no muy entendible,
dijo:
-La situación no es muy
buena. Tiene una herida
bastante desgarrada en el
abdomen y la hemorragia
no
se ha detenido aún. Aquí
solo puedo hacerle un
chequeo básico. Una vez
que la carretera esté
abierta,
sería mejor llevarla a un
hospital, de más alto nivel
para un tratamiento más
adecuado, y asi ver si hay
otras lesiones internas.
Andrés agradeció. Álvaro
fue a comprar
medicamentos,
Entraron en una sala de
hospital primitiva, y en una
camilla estaba Luna, pálida
y con los ojos cerrados.
parecía estar en un estado
de trance que se asemejaba
a la muerte.
La luz en la sala de hospital
era tenue y Andrés la
miraba profundamente con
ojos perdidos.
Luna, tienes cientos de
formas de seguir viviendo,
¿por qué eliges la manera
más tonta?
¿Cuándo dejaste de tener
miedo incluso de la
muerte?
De repente, en ese
momento, la persona que
estaba frente a él le pareció
muy extraña.
Después de colgar el
teléfono, Álvaro sintió un
gran alivio y que se le
escapaba algo importante.
No podia recordar qué era.
No le prestó más atención y
encontró a una persona
muy trabajadora para
cuidar a Luna. Una vez que
hizo todo esto, Álvaro
volvió a la empresa.
En el hospital, el olor a
medicamentos impregnaba
el aire.
Luna tuvo un terrible sueño
en el que se veía a sí misma
muerta, su espíritu se
encontraba abandonando
su cuerpo. Caminaba por
los pasillos del hospital,
pero no importaba cuánto
caminara, no podía salir de
la oscuridad. Veía todos
pasando cerca de ella…
Se sentía atrapada en este
momento.
Luna se despertó con un
fuerte dolor de garganta.
Sentía un fuerte dolor de
cabeza. No sabía cuántas
veces había estado enferma,
y siempre se despertaba de
la misma forma.
La sala de hospital estaba
muy oscura y vacía. Tosió
algunas veces, sintiendo la
frialdad de la aguja en su
mano, por lo tanto, la retiró
rápidamente. Si no se
hubiera despertado a
tiempo, al día siguiente
podría haberse despertado
con su propia sangre en la
bolsa de goteo.
Se apoyó en la cama y se
incorporó…
Cuando intentó alcanzar el
interruptor de la lámpara,
esta se encendió con un
leve chasquido.
La luz brillante la hizo
sentirse abrumada.
Miró hacia la puerta y se
quedó atónita al ver a
Andrés en la habitación.
¿En qué momento había
llegado a la habitación del
hospital?
-¿Hermano…?-su voz estaba
un poco ronca.
Andrés miró la aguja en el
suelo, se acercó a Luna y le
tocó la frente.
Estaba bastante caliente.
Debería estar
acompañando a Isabel,
¿verdad?
Luna tosió algunas veces y
no se atrevió a mirar
directamente a los ojos de
Andrés.
-Hermano. ¿por qué has
venido tan tarde?
-Luna, ¿por qué has estado
deseando dejar la familia?
¿O es que sabes algo y no
me lo quieres
decirmelo? -Una presión
invisible la abrumaba, lo
que le dificultaba respirar y
la hacia ponerse cada vez
más pálida
Capítulo 106
La noticia impactó
grandemente a Luna. Por
fin descubrió la razón por
la que no pudo quedar
embarazada en su vida
anterior…
Durante esos días dificiles,
anhelaba tener un hijo con
Andrés para retener su gran
amor. Sin embargo, cuando
el bebé se alojó en su útero,
el destino le tenía
preparado un aborto…
En su vida anterior, sufrió
un trágico accidente
automovilístico y estuvo en
el hospital durante más de
medio mes. Después de
recuperarse, se sometió a
un examen médico muy
exhaustivo y fue Andrés
quien obtuvo el informe y
le aseguró que todo estaba
muy bien. No entendía por
qué Andrés le mintió. Si él
no le hubiera ocultado la
verdad y ella hubiera
podido someterse a la
cirugía a tiempo, ¡quizás el
bebé no habría muerto en
ese momento!
Al pensar en los planes
posibles de Andrés, Luna
sintió cómo sus
extremidades se enfriaban
y todo su cuerpo temblaba
de terriblemente de frío. La
razón por la que Andrés
decidió casarse con María
no era porque necesitara un
heredero, sino porque ella,
Luna García, nunca fue la
mujer con la que realmente
quería casarse… Y la razón
por la que ella padeció
cáncer de estómago fue
porque las células
cancerosas del útero se
propagaron por todo su
estómago. Cuando se
descubrió, el cáncer de
estómago
ya estaba en una etapa
avanzada…
Finalmente, todo cobró
sentido… ¡Andrés sabía toda
la verdad! Sabía que ella
sufriría cáncer y moriría en
agonía y soledad en el
hospital… Incluso después
de su muerte, no habría
nadie que se encargara de
su triste funeral…
Él solo quería verla sufrir…
Y eso explicaba por qué
Andrés anunció su
repentino compromiso y
reveló que tenía un hijo con
María en su aniversario de
matrimonio… Hizo todo eso
solo para herirla…
Andrés, eres despiadado…
Realmente tienes un
corazón tan frío y duro
como el hierro…
Cada vez que recordaba los
detalles de su vida pasada,
sentía un dolor tan intenso
en su corazón, como si lo
estuvieran cortando en
miles de pedazos. Era una
desesperación peor que la
muerte y un dolor tan
agudo que nunca lo
olvidaría, incluso en esta
“nueva” vida. Renacer con
los recuerdos de la vida
anterior era más doloroso
que la muerte misma…
En ese momento, una
enfermera pasaba por el
pabellón y se percató de la
situación anormal de Luna.
Se apresuró a comprobar su
estado y preguntó:
-Señorita, ¿qué le pasa?
¿Está bien?
En realidad, le enfermera
sabía que no era la primera
vez que Luna se quedaba
sola en el pabellón
Morando. Sin embargo,
cada vez que le
preguntaban la razón, ella
simplemente negaba con la
cabeza y seguía llorando
con más fuerza sumida en
una profunda tristeza. Si
esto continuaba asi, era
muy …
-El medicamento tú lo
conseguiste y, me pediste
que se lo aplicara en Luna.
No necesitas fingir ser ”
amable”. Desde el
principio, Luna ha sido
parte esencial en tu plan.
Quieres destruirla y ver
cómo Miguel envía a su
propia hija al infierno poco
a poco. Pero si quieres
probarla primero, puedo
ceder… – dijo Leonardo
frunciendo ligeramente los
labios en tono
despreocupado-. Si no te
importa, podemos hacerlo…
juntos… Después de todo,
hemos sido grandes amigos
durante tantos años. No me
importa si quieres jugar con
la misma mujer, al mismo
tiempo… Lo que me intriga
saber porque, durante
todos estos años, nunca te
he visto jugar con una
mujer en la cama. A veces,
incluso sospecho si eres…
¡un impotente! ¡Jaja!
Andrés lo miró friamente
con sus ojos oscuros y
peligrosos:
-Si dices una tontería más,
no me importará dejarte
mudo.
Leonardo entrecerró un
poco sus ojos alargados y
un poco borrosos, y sus
atractivos labios se
curvaron como si
estuvieran manchados de
sangre. De repente se echó
a reír, temblando de risa:
-Te sientes indignado
¿verdad? Jaja, ¡qué
divertido! Durante estos
años, ¡nunca te he visto así!
Andrés se quedó sin
palabras…
Al pensar en ingenua Luna,
sentía que ella era como la
arena que se le estaba
escapando de las manos.
poco a poco, pero él no era
capaz de retenerla. En
algún lugar en lo más
profundo de su corazón,
parecía empezar a aparecer
un vacío que no sabía cómo
llenar… La sensación era
similar a la de haber
sufrido una pérdida…
-Han sido “familiares”
durante diez años. ¿De
verdad no hay nada entre
ustedes? ¿Quieres hacer una
apuesta? Apostemos si te
enamorarás de Luna o no.
La apuesta será el diez por
ciento de la totalidad de las
acciones de este club. Si
ganas, seré uno de tus
subordinados y estaré a tu
disposición -propuso
Leonardo.
Andrés tomó su chaqueta
de traje y se la puso, sus
largos y delgados dedos
abotonaron rápidamente,
mientras preguntaba:
-¿Estás tan aburrido?
-¿No te atreves?
Andrés lo miró fijamente
con sus ojos arrogantes
como los del lobo y
respondió:
-En tu opinión, Luna y tú.
¿quién será la persona con
más valor para vivir en este
mundo? No me importa
si tienes deseos, pero hazlo
con mucha prudencia. Si
Miguel se entera,
definitivamente serás el
primero
Al terminar de hablar,
André se dirigió
directamente hacia la
puerta. En realidad, en su
plan, cada paso que daba
era arriesgado… Cuando
llegó a la puerta, se detuvo
repentinamente y miró de
reojo a Leonardo, luego
dijo:
-Olvida tus ideas absurdas.
De lo contrario, no me
importaría llevarte a la
playa para despejarte la
cabeza.
Él había estado aquí para
acompañar a Miguel a un
compromiso social con sus
clientes. Miguel decidió
permitir que Luna
regresara a casa después de
lograr la oportunidad de
cooperar con el grupo
Sánchez.
En realidad, Andrés sabía
claramente toda la rutina
que tenía Luna en aquel
momento. Pero tenía que
admitir que Luna siempre
le daba sorpresas
inesperadas.
Al mismo tiempo, Carolina
terminó su canción y subió
las escaleras. Pasó justo por
el lado de Andrés y
notó que él la ignoraba
mientras se alejaba. Se
detuvo por un momento
observando su figura con
el delicado maquillaje en su
rostro.
Habían pasado tres meses
sin verse, pero ese hombre
simplemente la ignoró por
completo.
¡Qué hombre tan
indiferente!
Pronto ella llegó a un palco
y vio la escena lasciva en el
interior: varios hombres de
mediana edad se besaban y
abrazaban las chicas. Un
olor nauseabundo escapaba
por la puerta, haciéndola
querer vomitar.
Al notar los sonidos, las
miradas de estos hombres
se clavaron en esta figura
atractiva y encantadora de
la mujer madura y caliente.
Carolina se esforzaba por
aguantar las náuseas y entró
al palco, luego se sentó al
lado de Miguel, el cual
la agarró inmediatamente
muy fuerte de la cintura.
Ella apartó la mano
fingiendo ser tímida con el
rostro sonrojado y dijo:
-Qué travieso… Hay mucha
gente aquí….
En ese momento, un
hombre bromeó:
-Miguel, tienes un gusto
muy exquisito, ¿eh? ¿Dicen
que ella fue una excelente
profesora? ¡
Definitivamente has
invertido mucho dinero y
tiempo para conseguirla!
Aunque Miguel había
entrado en la alta sociedad,
todavía conservaba el aire
de matón de barrio,
especialmente frente a sus
amigos como hoy.
-La buena apariencia no
sirve para nada.
Carolina sabía, que solo era
una “broma” de Miguel. Así
que contuvo sus emociones
y reprimió su ira
de Miguel y le susurró algo.
-¿Andrés? -preguntó Miguel
sorprendido.
Capitulo 111.
Carolina afirmó y le
respondió:
-¡Si!
Miguel acarició sutilmente
la suave y tersa pierna de la
mujer, mientras se perdía
en sus pensamientos.
Luego dijo:
-Déjalo. Se encarga de la
mayoria de los asuntos de
la empresa, también es
bastante normal si quiere
relajarse un poco de vez en
cuando. Pero ¿por qué eso
te interesa? ¿Qué idea tiene
en tu cabecita?
Miguel era un hombre
desconfiado, y Carolina
replicó haciendo pucheritos
para evitar levantar
sospechas:
-¡Solo quería informarte de
que Andrés también se
encuentra en el club! Así,
cuando él mencione que
nos encontramos hoy, no
podrás culparme por no
habértelo dicho. Siempre
tienes sospechas…
Miguel relajó un poco su
ceño fruncido y la besó en
el cuello, luego le dijo para
hacerla feliz:
-Sí, sí, entiendo. No te
enfades… ¿Qué te parece si
salimos de compras juntos
mañana? Puedes comprar
todo lo que quieras…
Mientras los dos hablaban,
los demás hombres
bromeaban:
-Ay… ¿De qué están
susurrando los dos
tortolitos? ¿Algún secreto
que no podemos saber?
-Vaya, ¡definitivamente
están hablando de cositas
en la cama!
-Hermanita, ¡no olvides
encontrar algo muy
especial para ponerlo
vigoroso!
Miguel conocía muy bien a
sus amigos, siempre decían
sus verdaderas ideas
mientras bromeaban.
La herida en el abdomen de
Luna ya se había formado
costra, por lo que a veces le
picaba. No podía
rascarse, eso era lo que más
le indignaba. El médico le
había dicho ayer, que en la
herida le quedaría una
cicatriz, pero a ella eso no le
importaba. Ya no
necesitaba de mucha ayuda,
así que después de poder
levantarse por sí misma,
dejó que la cuidadora se
fuera.
En realidad, durante todos
estos días, aparte de la visita
de Andrés, nadie más había
venido a visitarla.
Solo Liora quien venía
todas las noches para
traerle comida casera,
sabiendo que no se
acostumbraba a
la comida del hospital.
Aunque pasaba los días
enteros en el pabellón sin
hacer ejercicio, no solo no
había engordado, sino que
además había perdido unos
kilos.
Ese día, estaba leyendo un
libro en el balcón, cuando
de repente escuchó que
alguien tocaba a la puerta.
Apartó su mirada del libro
y dirigió hacia la puerta,
pero no se levantó y
respondió:
-Adelante.
La puerta se abrió. Era un
guardaespaldas vestido con
un traje negro y llevaba
consigo una lonchera
rosa. Dijo:
-Señorita García, aquí tiene
su comida.
Luna mostró una leve
sonrisa y se levantó de la
silla, diciendo:
-Déjala allí. La comeré más
tarde.
-El señor predijo su
respuesta y, me pidió que
me asegurara de que te la
termines de comer antes
de irme.
Luna reveló una sonrisa
muy amarga…
-Es que todavía no tengo
hambre… Puedes dejarla
allí, por favor.
La verdad era que ya
realmente, había perdido el
control de su propia vida, y
no quería que le quitaran
también el derecho de
decidir cuándo comer.
Había una pequeña rebeldía
en su carácter y no quería
ser en realidad
extremadamente
obediente.
Pero el guardaespaldas
insistió:
-En la lonchera hay un
pastel de castañas y
también filetes de pescado.
Fueron cocinados por el
señor. Si los dejas por
mucho tiempo, estos
alimentos perderán su
auténtico sabor.
Él… ¿los cocinó en persona?
Nunca había habido alguien
más que le cocinara
personalmente, excepto
Liora. Incluso Andrés, él
nunca había sabido
cocinar…
Capitulo 112
-Lamento mucho no
haberte visitado en estos
días. Tengo una gran
cantidad de exámenes por
preparar y Andrés siempre
trabaja horas extras en la
empresa… Espero que no te
importe.
Luna tomó la flor y mostró
una sonrisa, respondió:
-Claro que no. Puedo salir
del hospital en dos días.
Muchas gracias por su
visita. Voy a buscarles unas
botellas de agua.
Luna los trató como a
invitados poco familiares,
hablando en un tono muy
serio y distante.
-¡No, no, gracias! Nos
iremos en un rato para no
molestarte -rechazó Isabel.
Mientras hablaba, Luna
sintió la mirada intensa e
impenetrable de Andrés.
Hizo todo lo posible por
no observarlo y se
acomodó los mechones de
cabello que le caían sobre la
frente detrás de la oreja de
forma poco natural.
-Así que no los retendré
aquí. Les deseo que se
diviertan.
-Pero, todavía no has
comido, ¿verdad? Andrés te
trajo comida cocida por
Liora…
De repente, una ráfaga de
viento sopló desde afuera y
todas las pinturas en la
mesa cayeron al suelo.
Luna se acercó
rápidamente a recogerlas y
las sostuvo en su mano con
una tabla de dibujo.
Un boceto cayó cerca de
Andrés. Se agachó y lo
recogió. Era un hombre en
el dibujo. Miró los otros
bocetos y vio que el
hombre aparecía varias
veces.
De repente, Andrés habló:
-Durante estos días en el
hospital, ¿solo has hecho
estas cosas?
En su tono se percibía
cierto descontento.
Luna recogió más dibujos y
les dio palmaditas para
quitarles el polvo, mientras
respondía:
-No tengo nada que hacer,
así que hago dibujos. Isabel,
también se dio cuenta del
contenido y preguntó:
-¿Es este hombre la persona
que te gusta?
¿Gustar? ¿Este hombre?
Parecía que la “Luna
García” que se encontraba
en este mundo, ya no
quería experimentar una
vez más el sentimiento de
“gustar”. La lección ya había
sido demasiado dolorosa
para ella. Ella solo explicó
brevemente:
-Es un nuevo amigo que
conozco en el hospital.
Estoy tan aburrida estos
días, por tanto, lo he
invitado a ser mi modelo de
dibujo.
Isabel también notó que en
la mesa había libros sobre
el dibujo y también había
un juego de pinceles
Andrés le pregunto:
Capítulo 114
-¿Cómo podria
abandonarte? Pequeña,
estoy esperando a que
crezcas.
Isabel alzó sus ojos
inocentes y languidos,
mirándolo.
–Hermano, ¿te casarás
conmigo en el futuro?
Pequeña, todavia eres muy
joven.
-Estás desviando el tema de
nuevo, tú también me
amas, ¿cierto? ¿Por qué no
lo admites? Cuando
apruebe la universidad el
próximo año, estaremos
juntos, ¿de acuerdo,
hermano? Por favor,
hermano,
Desde que yo era muy
joven, decidi casarme
contigo,
De repente, una voz
abrupta resono en la
oscuridad
-Oye, jovencita, apresurate,
ya casi termino el trabajo.
La bocina del coche
también sono
Luna acababa de bajar del
apartamento de Andrés y
llevaba las manos en los
bolsillos de su abrigo
negro. Llevaba un paquete
de pequeños aperitivos
secos y pasteles de castañas
en la muñeca. Bajo la
cabeza, como si estuviera
medio dormida Escuchó
dos bocinazos y alzó la vista
con sorpresa y sueño
en sus ojos..
Vio a dos personas
abrazándose junto al taxi.
Una brisa fresca soplo y las
hojas caidas crujieron en el
suelo.
Luna parpadeo y miró a
Andrés, luego a Isabel. Sus
ojos, que antes estaban
confusos, parecían
aclararse
un poco, esta vez y luego
sonrió con cansancio
-Hermano, hermana Isabel,
qué casualidad! doña Liora
me pidió que bajara a
recoger algo.
Luna estaba a punto de
regresar cuando recibió una
llamada de doña Liora
Inicialmente, la doña Liora
iba a llevarlo, pero el
apartamento de Andrés
estaba bastante lejos y, no
quería que doña Liora
saliera
tarde en la noche, asi que
decidió venir por su cuenta
Al principio no queria
venir, tenía miedo de
encontrarse con ellos.
Doña Liora le había dicho
que Andrés aún no habla
regresado, por eso fue
Cuando llegó alli y vio
todas las huellas de su vida
en el apartamento, como
los pares iguales de
zapatillas, los vasos de
cepillo de dientes, platos y
palillos, se sintió cada vez
más incómoda. Tomo lo
que necesitaba y se fue
rápidamente.
Es dificil dejar de repente a
un hombre a quien ha
amado durante décadas.
-No es necesario
perseguirla.
Luna no sabla cuánto
tiempo había estado
corriendo, pero cuando
finalmente miró hacia atrás
con pánico, se dio cuenta
de que nadie la estaba
siguiendo.
Por accidente, tropezó y
cayó al suelo en medio de la
carretera.
Un profundo corte se abría
en su brazo, y la sangre le
fluia sin cesar.
Le dolia tanto que su brazo
se entumeció por
completo.
Luna se sentia bastante
nerviosa en todo momento,
temblando por todo su
cuerpo mientras intentaba
levantarse del suelo.
Pero… sus piernas se sentian
tan débiles que no tenía
fuerza para hacerlo.
Justo en ese momento, su
teléfono en el bolsillo
comenzó a sonar.
Luna saco el teléfono y
miro la pantalla con el
nombre del contacto
parpadeando
Su mano temblorosa dejó
caer el teléfono al suelo.
A regañadientes, respondió
a la llamada.
No dijo una sola palabra.
Quizás el estaba en algún
lugar viéndola.
Burlandose de su
lamentable estado.
La voz apagada y sin
emociones de Andrés llegó
desde el otro lado:
-¿Te duele?
Al escuchar su voz, el
corazón de Luna se rompió
de verdad.
Realmente era él.
Luna miró la calle vacia, sus
pestañas temblaron y las
lágrimas comenzaron a
caer…
-¿Por qué?
Andrés. ¿por qué?
Capitulo 134.
La noche cayó, y la luz de la
luna se altemaba entre
brillante y tenue bajo las
densas nubes. El cielo
nublado reflejaba el estado
de ánimo de Luna:
opresivo, asfixiante, y sin
aliento. Se sentia como un
gato abandonado y vil
maltratado, perdido en las
calles sin saber a donde ir
en un lugar tan grande y
tenebroso, Luna nunca
habia sabido cuál era su
casa en este mundo.
El apareció de entre las
sombras, pero Luna no
esperó a su respuesta. Solo
escuchó el sonido del
viento
en su teléfono.
Cuando escucho los pasos
firmes y seguros acercarse,
miró en la dirección del
sonido con profundas
lágrimas en los ojos. A
traves de las lágrimas, su
figura oscura parecía algo
irreal.
El teléfono estaba pegado a
su oido, y cuando él se
acercó, Luna cayó sin
fuerzas al suelo. La sangre
de su brazo ya casi se habia
secado por completo, y la
pérdida de sangre la había
dejado con una sensación
de desesperacion total
Luna agarró el pantalón de
su traje y respiro con gran
dificultad.
-¿Por qué? Andrés, que hice
mal, dime? ¿Por qué me
haces esto? Te amo tanto,
¿no entiendo, por que
me lastimas una y otra vez?
Andrés, te amo mucho,
¿pero, dime por qué me
haces esto?
Andres se inclino y le
agarro la cara con una
mano.
-A veces, no puedes ser
demasiado astuta, Luna.
¿Pensaste que podrías
utilizar a la familia Sanchez
para escapar de la familia?
¿Por qué eres siempre tan
ingenua?
-Andrés, sé que no te gusto.
He dejado ir lo que sentía
por ti. ¿Qué más quieres de
mi? Si desde el
principio querias que
muriera, ¿por qué me
salvaste esa vez? Ya estoy
sufriendo… te lo ruego, te
lo suplico por favor ya no
me hagas más daño. ¿lo
podrias considerar?
Andrés endureció su
mirada y su tono se volvió
frio.
-Llámame hermano
-¡Tú no eres mi hermano!
Todo lo que hiciste por mi
en el pasado fue falso. No
mereces ser llamado mi
hermano.
-En el futuro, no te
acerques a nadie de la
familia Sánchez. No lo
olvides…. sabes cuáles serán
las fatales consecuencias…
Luna se sujeto el brazo
herido y se apoyó en la
barandilla, Con temblores,
logró ponerse de pie. No se
atrevia a mirar a los ojos de
Andrés y miró al suelo
mientras usaba su mano
izquierda, la que no estaba
herida, para enjuagar sus
lágrimas
to entiendo. El evento de
hov fue solo una visita a la
exposición de arte con
Gabriel No tengo nada que
ver con él. No le diré nada a
papá sobre lo que pasó esta
noche. Después de hoy,
fingiré que nunca
acumo nada Andrés, ¿estás
satisfecho ahora?
Llámame, hermano! -Su
voz era inquebrantable, y
su mirada fria- Luna, no
permitas que te lo repita.
Luna se no con frialdad.
-¿Hermano? ¿Crees que
todo lo que has hecho se
parece a lo que haría un
hermano? Te llamné
hermano, y una y otra vez
intentaste matarme. Te lo
dije, ya no me gustas, y eso
es verdad. Y lo que dijiste
sobre la familia Sánchez
nunca lo pensé desde el
principio. Desde hace
mucho tiempo decidi irme
a Boscosa y nunca volver,
Andrés… desde hace mucho
tiempo no te quiero, ni a
papá, ni a esta familia… No
me hagas.
más daño
El tono de Luna sonaba
como las palabras
impulsivas de una niña
rebelde. Su voz era suave y
no tenia
poder de intimidacion
Andres la miró en silencio
mientras ella se daba la
vuelta, y se alejó en la
dirección opuesta a la
Mansión
del Sol Caminaba con gran
dificultad. sin rumbo fijo.
En el oscuro camino solo
estaban ellos dos, y nadie
más
Luna llevaba una fina
sudadera negra y tenía
sangre en la mano. Su
teléfono y bateria estaban
esparcidos por el suelo
Andres se quedó parado en
su lugar, observándola
detenidamente mientras se
alejaba
En menos de media
minuto, observó cómo la
figura frente a él caia al
suelo. Como si lo esperara,
no se apresuro en
levantarla. Se movia como
una bestia en la oscuridad
de la noche, avanzando
hacia su presa
Idiotal¿Qué importa si
Miguel se entera? Ya es
demasiado tarde.
Andrés levantó a Luna, que
había perdido mucha
sangre, y ella casi no tenia
paso.
Capitulo 135
En el momento en que la
sostuvo en sus brazos, algo
blanco cayó sobre la nariz
de Andrés, que se
derritió inmediatamente en
su tibia piel. Al mirar hacia
arriba, se dio cuenta de que,
en algún momento
empezó a nevar
intensamente, con copos de
nieve cayendo.
Cuando Luna tenia ocho
años, era su primer afio en
la familia Garcia. Luna
dijo:
-Hermano, mira, esta
nevandol
A los once años, Luna
exclamó
-Hermano, ¿vamos afuera a
hacer un muñeco de nieve?
Luna te ama demasiado
hermano.
A los dieciocho años. Luna
dijo
-Hermano, este año, si
todavia nieva en la capital,
te confesaré mi profundo y
total amor. ¿Quieres estar
conmigo?
Luna, no hiciste nada malo.
Lo que está mal es haber
nacido en la familia Garcia.
Y lo que estás sufriendo
ahora es solo el comienzo..
Luna camino sin rumbo en
la oscuridad durante
mucho tiempo. Se sentía
como una marioneta sin
alma,
sin pensamiento propio,
controlada tan solo por la
came, hasta que vio una luz
al frente y se dirigio hacia
ella
Poco a poco, su conciencia
se aclaró por completo.
-Ah-Luna finalmente
recobró el conocimiento.
Al mismo
Mirando el techo gris frente
a ella, sintió un olor
familiar y extraño al mismo
tiempo, un tenue aroma a
flores de camelia
Luna vio a Andrés, que
llevaba un suéter de lana
negro, parado junto a su
cama. Tenia una presencia
madura, rasgos faciales
guapos y líneas muy
delicadas y suaves. Sin
embargo, tambien emanaba
un aura fría y sombría. Al
verlo, Luna experimentó
una extraña sensación de
irrealidad. Era esto solo una
ilusion?
¿Cómo había llegado hasta
alli?
-Señor, ¿qué le pasó a Luna?
Estaba bien ayer.
Era la voz de Liora.
-Está despierta
En realidad, en su vida
anterior, Liota le habla
enseñado muchas cosas,
incluyendo cómo ser una
buena esposa. Dia tras dia,
compartian los mismos
hábitos de limpieza.
Antes de salir de la
habitación, Luna se
envolvió en la manta y dejó
una nota junto con el
dinero para pagar la manta,
las zapatillas y la bata,
sabiendo que a Andrés no le
gustaba que nadie usara sus
cosas y si lo hacian, las
tiraria a la basura Ella
tampoco queria deberle
nada, ni siquiera esas cosas
tan insignificantes
Después de arreglarlo todo,
Luna cerró la puerta. Sin
embargo, notó que la luz de
la pantalla del portátil de
Andrés aún estaba
encendida: Andrés aún
estaba trabajando, aunque
creyó que ya se había
quedado dormido
Luna se esforzo por no
hacer ruido y evitar
molestarlo. Cuando llegó a
la puerta y puso la mano en
el pomo, escuché la voz
varonily, algo desagradable
de Andrés
-¿Adónde vas?
Lune se sintio un poco
inquieta, pero respondió
-Lo siento no puedo seguir
aqui contigo. Si quieres que
Liora se quede, déjala estar
Andrés, trata mejor a Liora
porque ella no ha hecho
nada en tu contra. Adiós.
Hasta ella se acostumbraria
a estar sola…
Dijo con una voz baja y una
actitud bastante distante.
Andrés percibia claramente
que ella se estaba
alejando de el
Al abrir la puerta, el aire
frio la golpeó fuertemente,
pero ella no se dio la
vuelta.
La casa quedó sumida en
un silencio opresivo
durante más de medio
minuto. Una mirada de
melancolia se vislumbro en
el fondo de los ojos
profundos de Andrés.
Moviendo ligeramente los
dedos, en la pantalla
apareció la historia de chat
vigilada. El mensaje que
había llegado hacia cinco
minutos decia:
-Feliz cumpleaños,
pequeña princesa mia
Capitulo 138
La persona que acaba de
salir era Luna?
Luna cerró la puerta y
escucho la voz de Liora. A
esta hora en el edificio ya
no habla absolutamente
nadie, aprovechando de la
oportunidad, tomó el
ascensor y bajó
rápidamente, temiendo que
Liora la siguiera y tratara de
convencerla para que
regresara.
El carácter de Luna era
muy suave y dócil, asi que
no podia resistirse por
mucho tiempo a las
súplicas de Liora. Con solo
unas frases, perderia la
capacidad de negarse y
regresaria al apartamento
donde estaba Andrés
Esa noche, Andrés casi
habia revelado todas sus
verdaderas intenciones
frente a ella: buscaría
venganza.
contra la familia Garcia,
hasta que estuviera
completamente destruida, y
asi el estaria satisfecho… Su
objetivo nunca había sido
solo arrebatarle todo a la
familia Garcia…
Luna repasó todo el
proceso detenidamente,
parecia que nunca había
llegado a conocer”
realmente at
Andrés Este hombre era
como un agujero negro,
capaz de absorber y
destruir todo lo que
estuviera
cerca de él. Y ella era solo
una enredadera que se
aferraba a él para tener la
oportunidad de sobrevivir
en este mundo.
El viento nocturno era frío.
Ella se paró frente al
edificio y se envolvió
fuertemente con la pobre
manta que llevaba. Paco
tomaria al menos media
hora para llegar hasta aquí
desde la mansión. Si no
habia tráfico, quizás unos
quince o veinte minutos.
Envuelta por el violento
viento, sus tobillos se
enrojecieron por completo
de frio y su brazo herido le
dolia intensamente.
Levantó la manga de la bata
y vio que las vendas ya
estaban ensangrentadas de
nuevo. Parecia que ya no
podria ir a los cursos
extracurriculares
mañana. Tendria que ir al
hospital. Después de todo,
no podia confiar en nada de
lo que Andrés le habia
hecho. Todas sus acciones
de preocupación frente a
los demás eran totalmente
falsas En el pasado,
Andrés al menos fingia
preocuparse por ella
cuando estaban solos. Sin
embargo, a partir de hoy,
probablemente nunca más
lo haría
Los copos de nieve bailaban
incansablemente en el aire,
cubriendo de blanco la
estatua en la fuente y
también las hojas de los
árboles que calan en el
jardín.
En la silenciosa noche, de
repente, escuchó el sonido
de las puertas del ascensor
abriendose. Se dio la
vuelta y vio a Andrés salir
del ascensor, quien le
dirigió una mirada afilada y
aterradora. Luna retiró su
mirada, ocultando la
inquietud en el fondo de
sus ojos.
¿Por qué é! habia bajado?
Andrés solo pasó por ella y
piso en la nieve. Sacó la
llave de su coche de su
bolsillo y abrió la puerta del
conductor Poco después, el
auto se detuvo frente a ella
y la ventanilla
automáticamente se bajó
Habla demasiados
obstaculos entre ellos, ya
sea Andrés o su propio
padre, pero el mayor
obstáculo era ella misma.
Había sido herida
profundamente en su vida
anterior, por lo que no se
atrevía a tocar esta
sincera y bonita relación.
Tampoco se atrevía a dar su
corazón de la misma
manera…
Quizás, los sentimientos de
Gabriel por ella eran solo
una novedad temporal, y
con el transcurrir del
tiempo, a medida que
pasaran más tiempo, estos
sentimientos se
desvanecerían
gradualmente, como lo
hablan hecho en su vida
anterior.
Ademas, Gabriel era un
joven bastante talentoso,
inalcanzable en términos de
estatus social. Tenía un
futuro muy brillante por
delante y seguramente
conocería a chicas más
hermosas que ella. En
cuanto a ella,
inevitablemente
envejeceria algún dia. En el
futuro, habría muchas
chicas jóvenes que se
sentirían muy halagadas al
ser conquistadas por él.
Luna no tenia confianza en
esta relación.
Incluso si Gabriel no
mencionara estas palabras,
Luna se alejaría de él
debido a su propia
inseguridad, timidez y falta
de confianza.
Cuando supo que no podía
tener hijos, Luna entendió
que una relación entre ellos
era casi imposible…
En esta época, la gente era
muy conservadora.
Para sobrevivir, Luna había
tomado una decisión,
estaba planeando someterse
a una histerectomía.
Una mujer que no podía
tener hijos no era aceptable
en la sociedad. No tenía el
coraje de cruzar esa linea y
estar con él….
Y en su plan, solo había
espacio para ella misma, no
para haberlo para nadie
más.
A pesar de todo, dejó que
Gabriel tomara su mano.
Este hermoso recuerdo
quedará grabado en la
memoria de Luna para
siempre.
Puede que nunca vuelvan a
verse en el futuro.
A las nueve y media, la
noche se tornó más oscura
y sombría. En el borde de la
fuente en la plaza, Luna
detuvo sus pasos y dijo:
-Ya es muy tarde, debo
regresar. Tengo clases
mañana.
Volver a su casa tomaría al
menos cuarenta minutos. Si
había tráfico, podría llevar
más de una hora…
Gabriel dijo:
-Espera un momento….
Capitulo 154
-¿Qué?-Cuando esas
palabras salieron de su
boca, Luna vio a Gabriel
sacar un pequeño estuche
de terciopelo negro de su
bolsillo. De adentro, sacó
un colgante en forma de
una hermosa luna blanca,
suspendido en una fina
cadena de plata que parecía
brillar como estrellas.
Él se acercó gradualmente a
ella, pero Luna lo detuvo,
empujándolo suavemente
hacia atrás.
-No puedes, es demasiado
valioso, no puedo
aceptarlo.
Gabriel bajó la mirada con
un tono de voz ligeramente
decepcionado.
-Luna, este collar lo diseñé
personalmente como un
regalo para ti. Hoy no solo
es tu cumpleaños, sino
también el aniversario de
nuestro primer encuentro
oficial. Si todavía en verdad
somos amigos, ¿puedes por
favor no rechazarme?
El collar era realmente
precioso, impecable en su
diseño y exquisito en cada
detalle. Era tan delicado
que nadie podría evitar
amarlo.
La mirada ardiente de
Gabriel hizo que Luna no
pudiera resistirse a
rechazarlo. Su voz era muy
suave y delicada cuando
dijo:
-Pero no tengo nada que
ofrecerte a cambio.
-No importa, el simple
hecho de que hayas venido
hoy me hace sentir muy
feliz. -respondió Gabriel.
Las largas pestañas de Luna
temblaron. Agarró los
bordes de su vestido con
fuerza y afirmó con la
cabeza. Aceptó el regalo.
Gabriel se había estado
diciendo a sí mismo que no
debía apresurarse, que
debía tomar las cosas con
calma, pero no podía
controlar sus ardientes
deseos.
Gabriel quería que Luna
fuera su novia ahora…
Inclinándose, le colocó el
collar con sus propias
manos. Apartó con gran
delicadeza su largo cabello
hacia un lado, lo que le
permitió ver su cuello
blanco y delicado. Además,
había un ligero aroma a
fresas en ella que lo
hipnotizaba.
Luna era muy sensible,
quizás debido a su instinto
de autoconservación o tal
vez debido a las sombras de
su vida pasada, no le
gustaba que la gente
estuviera tan cerca de ella.
La cálida respiración de él
rozó su delicado cuello y
Luna se sintió incómoda.
Encogio su cuello y
murmuró.
-Está bien. ¿Has terminado?
Está un poco frio.
-Estoy bien, no te
preocupes.
Eric agregó:
-Ya he contactado con la
gente en la villa, enviarán
un coche aqui pronto.
Señor, solo aguanta un
poco más
Tanto Eric como Adolfo
conocían la verdadera
situación. Las piernas de
Gabriel no se habían curado
por completo. Si no fuera
por su insistencia, Eric
nunca lo habría dejado
bajar de la cama.
Hoy era el cumpleaños de
Luna, por lo que era muy
especial para Gabriel. Nadie
esperaba que ocurriera
esto. Cuando el coche giró
bruscamente a alta
velocidad y chocó con la
barrera, Gabriel en ese
instante golpeó sus piernas.
Isabel llegó corriendo
apresuradamente, con una
expresión de preocupación
en su rostro. Dijo:
-Luna, ¿qué ha pasado?
¿Estás herida?
Luna notó que Isabel tenía
en sus brazos un osito de
peluche rosa, el regalo de
cumpleaños que Gabriel
le había preguntado si ella
quería. Era el mismo osito
que Luna había deseado
tener. Parecía que a Isabel
también le gustaba.
-Hermano Andrés, ven
rápido -dijo Isabel.
Al ver al hombre que se
acercaba, la mirada de Luna
se llenó por completo de
ira. Luego,
deliberadamente, desvió la
mirada y no lo miró más.
¿Llegó para ver si estaban
muertos?
Lo siento mucho, Andrés.
Te he decepcionado
grandemente.
Andrés se acercó, sus ojos
brillaban intensamente:
-¿Todo está bien? Señor
Sánchez.
Cuando se encontró con la
mirada de Gabriel, parecía
que había una presión
invisible que los rodeaba a
todos. Gabriel no le dio
ninguna importancia a
Andrés, ya que había
investigado
minuciosamente el
trasfondo de la familia
García y sabia que ninguno
de ellos era realmente
bueno. Excepto Luna, que
era una persona buena y
amable, pero
desafortunadamente nació
en una familia totalmente
corrupta.
Gabriel preguntó a Eric:
-¿Cuánto tiempo falta para
que llegue la gente?
Eric respondió:
Capitulo 157
¿Viste claramente el coche?-
preguntó Gabriel.
Eric bajó la cabeza y
respondió:
-Lo siento, señor, no lo vi
claramente.
La voz de Gabriel se tornó
fría de inmediato:
-Entonces, ve y averigua
quién es el conductor.
Tienes tres días para
encontrar al culpable de
este accidente.
Eric afirmó y dijo:
-Si, señor.
Isabel se acercó y tomó la
mano de Luna, expresando
su gran preocupación:
-Luna, ¿estás bien? Andrés y
yo planeamos celebrar tu
cumpleaños en casa. Si no
fuera por Liora, ni Andrés
ni yo no lo habríamos
sabido. La última vez no
pude asistir a tu
cumpleaños, pero esta vez…
te preparé un regalo para ti.
Pero como no pudimos
esperarte, la próxima vez
quiero organizarte una
fabulosa fiesta. Luna miró
fríamente a Isabel y retiró
su mano:
-No es necesario. Tú y An…
hermano deberían regresar
por ahora. Nosotros
manejaremos esto, no se
preocupe Pudo sentir que
Andrés la estaba mirando
sin apartar la vista de ella, y
no queria mirarlo.
-En asuntos familiares, no
deberíamos molestar a los
demás. Luna, ¿has olvidado
lo que dijo tu padre? Si
tienes algún tipo de
problema o te metes en lios
fuera de casa, avisame a mi.
Ustedes dos, suban al
auto. Espera un momento
mientras hablo con el señor
Sánchez y luego te llevaré a
casa. -dijo Andrés con
calma, como la calma
después de la tormenta..
Ya lo había advertido una
vez. Si se encontraba con
Gabriel sin su permiso, no
la dejaria escapar.
Gabriel la llevó detrás de él
y le dijo:
-Yo llevaré a Luna de
regreso, no te preocupes.
Andrés, con una ligera
sonrisa en los labios, no
hizo caso y dirigió su
mirada hacia Luna,
diciendo:
-Luna, vamos. ¿De
acuerdo?!
Luna dio un paso adelante
desde detrás de Gabriel y
dijo:
Capítulo 180
Luna llamó a Paco para que
llevara de regreso a Isabel, y
ella se subió al coche de
Frida, dirigiéndose a la
empresa de Andrés,
En comparación con el
Grupo Celestial de la
familia Rios, la familia
Garcia era como una parte
muy insignificante en la
ciudad. La sede del Grupo
Celestial se encontraba en
el centro de la ciudad y el
edificio valia miles de
millones. Su valor seguia en
aumento. Por lo tanto, si
Andrés realmente lograra
casarse con Frida, siempre
saldría ganando.
En el coche, el chofer subió
la división entre la parte
delantera y trasera. Frida se
había cambiado de
uniforme escolar y se
estaba maquillando frente
al espejo. Dejó su cabello
suelto y le preguntó a
Luna.
-¿Me veo bien?
Luna no pudo evitar
dirigirle una mirada algo
inquieta, ya que sentía una
extraña sensación que
oprimía
su pecho y le dificultaba
respirar. Con voz muy
vacilante, pregunto:
-¿Realmente te gusta mi
hermano?
Frida también respondió
sinceramente afirmando,
con destellos radiantes en
sus ojos claros:
-¡Por supuesto! De lo
contrario, ¿por qué me
molestaría tanto para ir a
cenar con él?
-El es ocho años mayor que
tú, ¿eso no te importa?
Cuando te gradues de la
universidad, el tendrá casi
treinta años, pero tú estarás
en los mejores años de tu
vida. Y…. tal vez encuentres
a alguien mucho mejor que
él en estos años… Creo que
deberías considerarlo bien
y no entregar tu corazon
tan rápido…
Frida mostró una sonrisa
un poco burlona, como si lo
despreciara y dijo:
-Un hombre mayor,
¿verdad? Pero una
diferencia de ocho años me
parece bastante aceptable.
Después de todo, mis
padres tienen una
diferencia de edad de doce
años y aun así se llevan
muy bien. Mi padre
siempre hace lo que mi
madre dice y la respeta y
ama mucho. En realidad,
no he pensado en
problemas tan lejanos en el
futuro. Ahora me gusta él,
tal vez en el futuro ya no
me guste, no se. Lo más
importante
es que inunca he conocido
a un hombre que me
menosprecie tanto como
él!
De repente, Frida agarró
muy emocionada el brazo
de Luna y continuó:
-¿Sabes qué? ¡Él fue la
primera persona que se
atrevió a regañarme! A
pesar de saber que soy de la
familia Rios, nunca intenta
hacer el esfuerzo de
halagarme como los demás.
Desde que era pequeña,
todas las personas que he
conocido han sido falsas.
Todos se acercaban a mi
por mi posicion familiar
el dinero de mi familia.
Estoy cansada de personas
así.
Luna se quedó sin
palabras…
A regañadientes, Luna se
dirigió a la cocina, abrió la
nevera y revisó los
ingredientes. A esta hora,
no quería perder más
tiempo alli; estaba
realmente agotada.
Claro, él podría haberse ido
a su casa con Isabel, pero
eligió volver aqui.
Últimamente, su presencia
en casa era cada vez más
frecuente, y Luna no
entendía cuál era el
verdadero propósito de
mudarse.
Luna deseaba no volverlo a
para siempre.
Lavó las ollas, calentó el
agua, cortó verduras y solo
preparó la comida para una
persona. Cuando los
fideos estuvieron listos, los
llevó a la mesa.
-La sopa está lista. Voy a
descansar.
Luna llevaba una taza de
leche caliente, dirigiéndose
a su habitación, muy
cansada.
Antes de irse, hizo que
Emma instalara una nueva
cerradura en la puerta.
Ahora que estaba instalada,
cerró fuertemente la puerta
desde adentro para que
nadie pudiera abrirla desde
afuera.
Al llegar al vestidor, abrió el
armario y vio su vestido
negro, que apareció
misteriosamente en su
armario. Luna lo sacó y lo
examinó con gran
delicadeza. La tela estaba
ordenada, y tenía un
agradable olor familiar a
perfume, estaba limpio.
Recordó la ropa sucia que la
señora Alonso llevaba en las
manos esta
mañana. ¿Había
malinterpretado algo?
Pero ella recordaba
claramente, que la puerta
estaba bien cerrada desde
adentro. Si Andrés hubiera
entrado a su habitación, tal
vez la señora Alonso había
tomado la ropa para
lavarla.
Realmente no era culpa
suya malinterpretarlo. El
problema era que
realmente Andrés no tenia
ningún sentido de limite
entre hombres y mujeres.
Entraba furtivamente en su
habitación y le decía que
cambiara sus hábitos de
enamorarse de cualquiera
que le gustara.
¡Por favor, que cambiara
sus malos hábitos!
Realmente este tipo daba
asco.
Capítulo 186
A la mañana siguiente, sin
sueños durante la noche,
Luna durmió
profundamente. Al salir,
cerró cuidadosamente con
llave su habitación para
evitar que alguien entrara.
Después de desayunar,
alrededor de las ocho, Luna
llegó muy temprano al
salón de clases.
Tan pronto como Frida
entró al aula, encontró a
Luna.
-Luna… ¿por qué te fuiste
tan pronto con Andrés
ayer? Cuando llegué a casa,
mi mamá estaba
totalmente furiosa, me
regano fuertemente y hasta
me impuso un toque de
queda.
Quizás debido a beber
demasiado la noche
anterior, Frida se despertó
bastante temprano hoy con
un
fuerte dolor de cabeza. No
descanso bien y sus ojos
estaban sombreados de
morado, parecía que no se
habia despertado por
completo, se encontraba
mareada y con la cabeza
pesada.
Luna respondió con gran
indiferencia:
-Ayer… yo también bebi
demasiado… no sé qué
sucedió, pero antes de irme,
mi hermano me pidió
especificamente que te
llevaran de regreso a casa
de manera segura. Nada
pasó en el camino de
regreso, ¿verdad?
Frida sacudió la cabeza
aturdida:
-No, no pasó nada, pero
¿cómo pudo Andrés
dejarme sola en el
restaurante? ¡Sabes, se pasó
de la raya!
Solo se preocupa por ti, ni
siquiera se preocupa por
mi. ¿Y si realmente me pasa
algo, qué hago? Maldito
viejo. No tiene ni un ápice
de caballerosidad.
Luna tampoco esperaba
que Andrés la dejara sola.
Sin embargo, intentó
defenderlo:
-Mi hermano siempre ha
sido así… Solo piensa en el
trabajo. Además, era ya
muy tarde, si él te
acompañaba a casa, la gente
empezaría a hablaría. Una
mujer sola, si los medios lo
notan, podría dañar
tu reputación.
Frida pensó que tenía
sentido y afirmó:
-Bueno, si es así, entonces
está bien… pero la próxima
vez que lo vea, no lo
perdonaré.
Sonó la campana para
iniciar la clase.
Frida regresó rápidamente
a su asiento.
La mañana pasó con gran
rapidez y la última clase se
extendió 45 minutos más
para un examen. Después
de terminar, les quedaron
solo 15 minutos para comer
y una hora para la práctica
en el edificio de
entrenamiento Luna
también iría allí con ellos.
Los resultados de la
competencia matemática
de ayer
Se sentó en la primera fila
junto a Frida.
Frida la reconfortó:
Relájate, confia en ti
misma, seguro que lo harás
muy bien.
Rodrigo, con un abrigo
rojo, una taza térmica en
una mano y un libro en la
otra entró.
-Oh, llegaron bastante
temprano -Se acercó al
escritorio y le entregó un
libro a Luna-. En este libro,
hay
muchos ejercicios. Hazlos
cuando regreses a casa. Si
no entiendes algo, ven a
preguntarme. Ya se los
expliqué a todos antes, así
quete los puedo explicar de
nuevo.
-Bien. hoy aprenderemos
un nuevo tema…
Luna aún no se daba cuenta
completamente y miró a
Frida à su lado.
-¿Que es esto?
Frida le dijo:
-Rodrigo te permitió unirte
al grupo de matemáticas.
¡Te lo dije, que conmigo
aqui lo lograrias! ¡
Felicidades! Ahora
podemos tener las clases
juntas.
¿Con ella aquí?
¿Qué significa eso?
¿No entro por sus propios
méritos?
Luna, distraida, sin gran
emoción en su rostro,
incluso un poco incapaz de
alegrarse, miro la silla
vacial
junto a ella. Originalmente,
era el lugar de Manuel,
pero él no vino, lo que
significa que lo
expulsaron….
Sintió una extraña
sensación de culpa.
Una hora, ni rápida ni lenta,
los primeros 45 minutos
fueron para la lección de
Rodrigo, y los últimos 15
minutos, Rodrigo asignó
nuevas tareas.
Estas tareas eran realmente
bastante dificiles.
Capitulo 187
En el último minuto,
Rodrigo ya habia empacado
sus cosas y salió. Luna con
gran rapidez agarró sus
libros y le dijo
apresuradamente a Frida:
-Ve primero, tengo algo
que hacer.
Frida estaba a punto de
decir algo, pero al notar que
Luna ya se había ido
corriendo, simplemente
encogió los hombros Luna
pronto alcanzó a Rodrigo.
-Profesor, espere un
momento por favor.
Rodrigo se detuvo.
-Luna?
-Si, profesor queria
preguntar sobre las
calificaciones del último
examen.
Rodrigo sonrio muy
amablemente.
-Has estado muy atenta en
clase, ¿por qué te preocupas
por las calificaciones?
Claramente ya estás
seleccionada
-¿Puedo ver mis
calificaciones?
-¿Para que? Tu examen ya
no está en mis manos, pero
lo hiciste bastante bien.
Especialmente en las
última pregunta, utilizaste
tres métodos, el segundo es
conocimiento de calculo
universitario, pudiste
escribir la fórmula. Para ser
honesto, me sorprendió
muchísimo -dijo Rodrigo,
con una expresión llena
de satisfaccion.
-Pero…
-¡Rodrigo!
Luna fue interrumpida por
otro profesor que se
acercaba desde el otro lado.
Rodrigo dijo vagamente.
-Hablaremos de esto la
próxima vez. -Cuanto más
actuaba Rodrigo de esa
manera, más incierta se
sentia Luna. Temia que su
oportunidad de ingresar al
grupo olímpico fuera
realmente gracias a las
conexiones que Frida le
había proporcionado.
Si eso fuera cierto, ¿no seria
injusto para Manuel?
Esa Frida…
No necesariamente tiene
que ingresar.
Mientras ella se lavaba las
manos, vio su reflejo en el
espejo y luego dijo a la
persona a su lado.
Que sucede? ha estado muy
inquieta todo el dia
Por que el profesor no
publica mis calificaciones?
¿Puedo entrar al grupo
gracias a ti? ¿Le dijiste algo
Frida seco el agua de las
manos
No se acerca de eso pero si
le recomende que te
aceptara Despues de revisar
tus calificaciones. quedo
realmente satisfecho. Pero
no se por que no
anunciaron tus
calificaciones y las de
Manuel
Chica por que te preocupas
tanto? Ya paso, no te
atormentes Lo importante
es alcanzar el objetivo
Relájate!
Luna, siendo sensible a las
emociones, se preguntaba si
su actitud era debido a que
le habia quitado la
oportunidad a Manuel lo
cual explicaria su
comportamiento hostil en
estos dias
No es de extrañar, ella sabia
que la situación economica
de el no era muy buena y
que tenia una madre
enferma Manuel habia
ingresado a la Preparatoria
Privada Aurora por sus
propios méritos. Se
esforzaba muchisimo en
sus estudios. El quedo sexto
en el examen para el grupo
olímpico, por lo que
Rodrigo lo permitió en el
grupo
Hasta que viera las
calificaciones, Luna
siempre sentiría una total
incomodidad en su
corazón
De regreso en el aula, Luna
vie su telefono en el cajón.
Desbloqueo el teléfono y
vio decenas de mensajes de
Gabriel
Estos dias, Luna apenas
habia revisado su teléfono y
no esperaba que los
mensajes de Gabriel se
volvieran cada vez más
frecuentes. No se atrevio a
leer sus mensajes.
Capitulo 188
En la mañana, el tiempo
transcurrió rápidamente
con el ajetreo de los
estudios.
En la última clase, mientras
otras clases tenian
reuniones, los estudiantes
tenian tiempo libre para
actividades ver peliculas,
divertirse con juegos, y
demás.
Despues de esta clase, a los
estudiantes en la clase 1 aún
les quedaban dos sesiones
de estudio nocturno, que se
extenderian hasta las nueve
y media de la noche.
Siendo parte de la clase con
los mejores resultados de la
preparatoria, casi no había
actividades de
entretenimiento; la
mayoría se dedicaba a sus
propios planes de estudio.
Sin embargo, también
habia sorpresas, como una
pequeña fruta de Navidad
para cada uno.
Luna no pudo asistir a la
sesión nocturna. Tenía que
llevarse dos papeles de
exámenes para realizarlos
en casa, preparar sus cosas
y luego apresurarse a clases
de piano y danza.
La clase 1 estaba en el sexto
piso. Luna tomó el ascensor
y justo cuando pasaba por
la clase 6, que
acababa de terminar la
clase, vio a Isabel
recogiendo sus cosas.
-Luna…
Luna se detuvo.
-Hermana Isabel.
Los dos conversaban a
través de una ventana.
Isabel sonrio ligeramente.
-Hoy es Navidad. Justo
estaba a punto de buscarte,
pero ya que estás aqui. Esta
es la tarjeta que hice
para ti. ¡Feliz Navidad!
Luna miró a la clase; había
un enorme árbol de
Navidad, cintas, globos… un
ambiente bastante festivo.
Todos tenían regalos en sus
manos, probablemente
intercambiándolos entre
ellos.
-También tengo algo para
ti. Ana sacó una tarjeta de
su cajón y le la entregó a
Luna de regalo.
Luna aceptó el regalo con
gran agrado, aunque algo
avergonzada, ya que no les
había traido nada.
Pensando con gran rapidez,
abrió su mochila y sacó dos
frutas de Navidad envueltas
en cajas de pape!
con dos campanillas
doradas colgadas. Eran
campanillas de oro puro,
bastante valiosas.
-No tenía nada especial
para regalarles, así que
consideren esto como un
gesto de agradecimiento.
Eran precisamente dos, uno
de ellos era el regalo que
Frida le había dado, junto
con una hermosa tarjeta.
Isabel y Ana recibieron uno
cada una Esta era la
primera vez que Ana
recibía un regalo de Luna.
Wow, esto es tan hermoso!
Gracias, me encanta
muchisimo.
Isabel notó el libro de
ejercicios de matematicas
en la mochila de Luna.
-Hoy es un dia especial
Andrés también irá a casa a
cenar. Vamos juntas
después.
Luna mire la horade
inmediato. Estaba bastante
tarde.
Isabel sonno
-Si tienen prejuicios contra
Luna, es porque aún no la
conocen bien. Algún día, se
verá su esfuerzo.
Capitulo 189
Ana. -Es obvio ustedes
estan realmente celosos.
Luis se sontió framente
-Entiendo.
-Entonces, discutelo con la
paciente y decidan cuándo
quieren hacer la cirugia.
Andrés no dio ninguna
respuesta al médico y salió
directamente.
Su rostro estaba lleno de
asombro.
Cuando entró en la
habitación, se escucho la
alegre voz de una joven:
-… La sopa que hizo Liora
es la más deliciosa del
mundo.
-No he regresado en unos
días, estoy segura de que no
has comido bien. Te ves
más delgada desde
que me fui.
-No es cierto, me
malinterpretas. Siempre he
sido asi. Ahora está de
moda tener una apariencia
bastante esquelética.
Liora la reprendió.
-¡Eres una niña extraña! A
los ojos míos, Luna es
hermosa de cualquier
manera. No vuelvas a ser
quisquillosa en cuanto la
comida.
Luna se apoyo en el
hombro de Liora,
comiendo la sopa que Liora
le estaba dando -No soy
quisquillosa, la comida que
hace Emma es tan deliciosa
como la tuya. Puedo comer
dos tazones de
sopa todos los días.
-Come más.
Liora sabía muy bien sobre
su situación en casa. Fue
ella quien presentó a Emma
a la familia Garcia.
Ambas eran del mismo
lugar. Emma le contaba
absolutamente todo lo que
sucedía en casa. Al
principio,
Luna no comía mucho, y
ahora que ha dejado la
familia García, come aún
menos. A veces, ni siquiera
cena.
Después de todo, la vio
crecer, y si ella se
enfermaba o se lastimaba,
¿cómo no iba a
preocuparse?
Ella nunca tuvo hijos
propios, pero en su
humilde corazón, desde
hace mucho tiempo,
consideraba a
Luna como su propia hija.
Oye, ¿por qué no le digo al
señor Martinez que regrese
y cuide de ti?
Capitulo 193
-No es necesario. Hay
muchas reglas en casa, sin
An… el hermano en la casa
estoy más relajada. Emma
está en casa y eso es
suficiente. Siempre como
en el restaurante de la
escuela, rara vez lo hago en
casa.
-dijo Luna
Liora suspiró.
-Cada vez que regreses de
la escuela, comes un tazón
de pasta que hice… ya le di
la receta a Emma,
incluso si no estoy aqui,
podrás comerla en el
futuro, no tendrás que
pasar hambre incluso a
altas horas
de la noche.
Luna afirmó
-La comida hecha por Liora
siempre es la mejor, incluso
sí como pasta toda mi vida,
nunca me cansaré.
Liora bromeó:
-¡Eres muy halagadora,
niña!
Liora no se quedó mucho
tiempo y pronto se fue.
Andrés la ayudó con los
trámites de salida del
hospital.
Sentada en el coche, Luna
sostenía una bolsa de agua
caliente sobre su abdomen,
mirando por la
ventana.
-Por favor, solo llévame a la
escuela, gracias. -dijo con
gran frialdad y distancia.
Después de un rato, Luna se
dio cuenta de que este no
era el camino de regreso a
la escuela, sino de
regreso a la Mansión del
Sol.
Luna frunció el ceño por
completo:
-Incluso si me llevas de
regreso, más tarde volveré a
la escuela por mi cuenta. Es
innecesario perder
tiempo contigo así.
-Cuando hay un problema,
¿quién crees que se ve
afectado? Si quieres romper
relaciones conmigo, no es
decisión tuya -dijo Andrés
con una mirada muy
afilada-. Si no quieres
sufrir, es mejor que seas
bastante obediente. No
tengo tanta paciencia
contigo.
El coche giró en un
semáforo.
Luna apretó la bolsa de
agua caliente, bajó la
mirada y permaneció en
completo silencio.
-Sobre mi salud, por favor,
no le digas a papá nada por
ahora. Cuando ingrese a la
Universidad de Astraluna,
me someteré a la cirugía
por mi cuenta y le diré a
papa en su respective
momento
Andrés no dijo nada. Luna
agregó:
-Andrés-Luna levantó la
mano con total indignación
y la arrojó hacia su rostro,
pero él ya esperaba y
agarró firmemente su
muñeca. El hombre se
burló suavemente: Me estás
atacando de nuevo, qué
diablos te crees!
Luna forcejeó para zafarse
de su agarre y con gran
determinación en la mirada
dijo:
-No me rendiré ante ti. Haz
lo que quieras. En el futuro
no te buscaré más.
Andrés pensó en lo ingenua
que era, el único propósito
de Andrés era verla sufrir,
por completo siendo
impotente en la familia
¡Ella incluso pensó en
rogarle!
¡Eso es una locura!
Al entrar en el salón,
Miguel y Carolina estaban
cenando.
-Padre, señora Vega!
Miguel respondió sin
levantar su mirada:
-¿Y Andrés?
Andrés: -Padrino.
Miguel -Estoy cenando con
tu tía, únete a nosotros.
Andrés: -No es necesario,
lleva a Luna de regreso.
Tengo que ir a la empresa y
luego tengo una reunión
más tarde.
Miguel dejó los cubiertos
en la mesa. Al ver eso,
Carolina le entregó un
pañuelo. Miguel se limpió
la boca
y lo tiró a un lado:
-Gracias por tu esfuerzo.
¿Qué enfermedad es esta
vez?
Luna bajó la cabeza, su
respiración se tornó muy
lenta, la sensación de asfixia
la envolvía. -Padre… yo….
-Esto no es asunto tuyo, si
no te sientes bien, ve a
descansar arriba.
-Bien… está bien, padre.
Miguel siempre fue asi con
ella, ya se había
acostumbrado a su forma
de ser. En esta casa, no
tenia mucho poder de
palabra.
En su mente, apareció al
instante su expresión de
agonia mientras sufría de
dolor.
En ese momento, su
teléfono, que estaba a un
lado, sonó. Andrés contestó
con una mano:
-¿Quién es?
Una risa muy suave llegó
desde el teléfono:
-¿Te estás haciendo mayor?
Siempre preguntas eso.
-¿Hay algo?
Leonardo: Lei el informe
de la tomografía que
enviaste. Tengo una buena
noticia y una mala. ¿Cuál
prefieres escuchar
primero?
Andrés… ¿Crees que tengo
mucho tiempo libre?
-Sí, sí, sí, ni siquiera tienes
tiempo libre. Estás lleno de
asuntos por atender No te
molestaré más. Pero,
para ser claro contigo, eres
tú quien dio la medicina a
Luna. Lo que está
sucediendo ahora era algo
que
esperábamos, Andrés… no
me digas que te has
ablandado tan rápido. Tal
vez… Luna realmente es
una
chica inocente… Arruinarle
la vida a Luna, eso no es un
problema.
Andrés dijo friamente:
-Quiero escuchar el
resultado.
Leonardo:
Está bien, te diré. Buena
noticia, no es necesario
extirparle el útero a Luna.
Mala noticia….
incluso si no le extirpas el
útero, no puede quedar
embarazada. Solo podemos
recuperar lentamente su
cuerpo a base de
medicamentos. La
malformación del útero ya
es irreversible. Ahora es
demasiado
tarde para lamentarse… Te
lo dije anteriormente,
cuando haces estas cosas,
no hay vuelta atrás. No me
digas que realmente te has
enamorado de Luna.
Leonardo no recibió
respuesta, la llamada ya
estaba cortada..
Andrés… ¡nunca imaginé
que también llegarías a
lamentarlo!
Cuando Luna regresó del
hospital, apenas comió algo.
Al día siguiente, se sintió lo
suficientemente bien
como para regresar a la
escuela.
No te preocupes En la Clase
1, no tengo mucho estrés
académico. Solo estoy
pasando el tiempo con
mis compañeros y siento
que me he vuelto aún más
perezosa. Pero Luna está
mucho más ocupada que
Ella ingresó al campamento
de matemáticas y tal vez
tenga la gran oportunidad
de ingresar a la
Universidad de Astraluna
Como su hermana, debo
ser un buen ejemplo en los
estudios y no puedo
quedarme atrás -dijo Isabel
mientras sacaba un
cuaderno de matemáticas,
añadió – Y tengo algunas.
preguntas que hacerte,
Andrés, ¿podrías
ayudarme?
-Claro-acepto Andres con
amabilidad.
Ajustaron un poco sus
posturas y comenzaron a
estudiar juntos. Bajo la
tenue luz de la luna, solo se
escuchaba la agradable y
dulce voz masculina en la
habitación Sus delgados
dedos sostenían el lápiz y
escribían con gran agilidad
en el papel. Era una
formula fácil pero muy
práctica. La chica a su lado
afirmaba con la cabeza de
vez en cuando. Juntos
creaban una escena pacífica
y hermosa en la
tranquilidad de la noche.
Ya eran las once de la
noche…
Capitulo 197
De repente, el telefono de
Andrés sono
inexplicablemente. Pero
cuando sacó su celular del
bolsillo, la llamada fue
cortada abruptamente
Fruncio los ojos y lo abrio
para revisar la llamada
perdida Pero, cuando vio el
nombre, su mirada
profunda se oscurecio aún
más.
En la comisaria
Luna colgo la llamada que
hizo la policia, sin saber que
Andrés había recibido ya la
notificación.
Señor, esto debe ser solo
una broma de mi
compañero de clase. Mire,
estoy perfectamente bien, ¿
verdad? Es tarde y no
quiero molestar a mi
familia con este asunto-dijo
Luna.
-¿Una broma? Nadie
bromea lastimando a otros
con un cuchillo! reprochó
el policía al ver la herida
en su brazo Si no fuera por
un transeunte que pasaba
por alli, ahora estarías en el
hospital! Esto no es
algo insignificante, tengo
que informar de inmediato
a tus familiares. ¡Y ustedes!
No crean que están a
salvo Apenas salieron de
aqui hace unos dias y ya
están de regreso en la
comisaría!
Varios adolescentes se
pararon en un rincón de la
oficina. Los más llamativos
eran el que tenía el
cabello rojo y el que tenia el
cabello verde. Además,
habia una chica muy
llamativa, con una chaqueta
y pantalon de cuero, y gran
cantidad de tatuajes en los
brazos, que no parecia muy
decente a primera
vista. Estos chicos eran
precisamente los que Luna
habia conocido en el
Distrito del Oasis de Paz La
chica entre ellos era Carlota
Dominguez, quien solía
estar con Sergio
-Considerando que se han
comportado bien esta vez,
pueden irse -dijo la policia.
El de pelo rojo y el de pelo
verde aceptaron y
agradecieron:
-Si, si, muchas gracias. A
partir de ahora, nos
comportaremos bien y
seremos amables con los
demás…
-Si realmente quieren ser
buenos ciudadanos, les
aconsejo que se deshagan
de ese pelo extraño y
bastante llamativo. -
advirtió el policia, luego se
volvió hacia Luna y
Manuel: Pero ustedes, no
pueden
irse. Tienen que esperar a
que lleguen sus familiares.
Después de todo, Manuel
habia lastimado demasiado
a Luna. Si ella lo
denunciaba, probablemente
seria enviado a la cárcel.
Al principio, después de su
clase de piano por la noche,
Luna sintió de repente
ganas de comer pastel de
castañas. Sin embargo,
cuando lo compró y salió
de la tienda, en ese
momento alguien salio
corriendo
rápidamente de un callejón
y la agarró del cuello,
intentando quitarle la vida.
En ese momento, los
adolescentes pasaron por
allí y salvaron a Luna. Pero
no esperaban que Manuel
Nevara un cuchillo consigo
Cuando se dio cuenta de
que no podia enfrentarse a
tantas personas, saco el
cuchillo
Aprovechando una
distracción de Manuel,
Luna lo empujó. Sin darse
cuenta, en ese instante el
cuchillo le corto el brazo
Y había otro chico que
tambien resulto herido, con
una cortada en el abdomen,
y fue llevado al hospital.
Luna miro al chico
encerrado en la sala de
interrogatorios. Para ser
honesta, no esperaba que
fuera
Manuel quien no habia
asistido a la escuela en
muchisimo tiempo.
No podia entender por que
habia decidido hacerlo. Si
solo era porque ella había
ocupado su lugar en el
campamento de
matematicas, esto no
tendria sentido hacer algo
tan extremo…
En realidad Carlota casi
salio de la oficina, pero se
volteo y se acercó a Luna,
hablando con odio en su
Realmente atraes la mala
suerte ¿Por qué siempre
hay cosas malas en los
lugares donde apareces?
última vez, cuando saltaste
al mar, Sergio casi perdió la
vida para rescatarte. Y
ahora, debido a ti, uno
de mis compañeros resulto
herido… Realmente, eres
una persona que solo atrae
desgracias!
El compañero de Carlota,
quien resulto herido en la
parte posterior de la mano,
intento interrumpirla:
-Carl, estoy bien
Carlota lo miro
amenazadoramente:
-No hables!
Sin embargo, al escuchar
las palabras de Carlota,
Luna se quedó totalmente
atónita…
Capitulo 198
Carlota le conto
detenidamente todo el
proceso de aquella noche y,
Luna por fin entendió que,
esa persona que la rescato
del rio no fue Andrés, sino
que fue Sergio
Luna sabía muy bien que
Sergio la odiaba demasiado
Habia recibido tantas
intimidaciones en la
preparatoria, además
debido a que Sergio fue la
persona que había dado un
mal ejemplo a sus
compañeros Si no fuera por
esas intimidaciones, no se le
hubiera ocurrido la idea de
cambiar de clase
Pero, si todo lo que Carlota
había dicho fue la verdad,
podia entender por qué
Sergio le había dicho esas
palabras extrañas
Después de terminar sus
palabras, Carlota se fue con
su compañero. En la
comisaría solo se quedaron
Luna y Manuel.
En ese momento, una
policía salió de la sala de
interrogatorios y le pidió a
Luna que ingresara.
Esposado, Manuel se sento
frente a ella. La policía le
preguntó muy seriamente:
Explicanos, ¿por qué
lastimaste a los demás con
un cuchillo?
-Es… es toda su culpa-
exclamó Manuel
emocionadamente
trastornado.
Su expresión era tan feroz
que como si fuera una
bestia que quisiera
desgarrar a Lunal
La policía ordenó:
-Cálmate y siéntate!
Luna se esforzaba
demasiado por mantener la
calma y, devolvió una
mirada afilada a Manuel,
mientras decia:
-Nunca hemos tenido una
amplia comunicación antes.
Si lo hiciste, porque crees
que yo soy quien te
arrebató la oportunidad de
participar en el
campamento de
matemáticas, podrias
habérmelo dicho con
anterioridad. La
oportunidad no es tan
necesaria para mi y puedo
cedértela. Sin embargo, has
destruido todo tu futuro
brillante con tus propias
manos.
-¡Cállate! ¡No sabes nada
sobre mi verdadera
situación! Si no hubieras
cambiado de clase, ¡yo no
habría
sido expulsado de la Clase
6! Y si hubiera obtenido la
beca de la clase, tendría la
gran oportunidad de
salvar a mi mamá… Ahora,
he perdido la oportunidad
de obtener la beca, también
la de ser admitido en la
Universidad de Astraluna…
Cuando mi madre se enteró
de eso, se puso tan
emocionada que sufrió un
fuerte ataque cardiaco y
murió… Ni siquiera pude
verla en su último
momento… -acusó Manuel
totalmente emocionado,
casi gritando.
Luna se quedó estupefacta
por todo lo que había
escuchado.
-En la puerta…
Poco después, la puerta se
abrió.
Luna vacilo, pero entró.
Cuando llegó a la sala de
estar, el hombre, vestido
con una pijama a rayas, se
dirigió a la cocina y se
sirvió un vaso de agua.
Pero justo cuando iba a
entrar en la habitación,
escuchó una voz bastante
desagradable:
-¿A dónde fuiste, que
regresaste a estas horas?
Luna percibió una mirada
acusadora fijada en su
espalda, pero respondió:
-No es mi deber explicarte
sobre todos mis asuntos.
Dicho esto, Luna entró en
la habitación y encendió
una pequeña lámpara con
movimientos ligeros. Isabel
escuchó los sonidos y se
despertó de inmediato.
Preguntó:
-¿Por qué has regresado tan
tarde?
-Tenía algunos asuntos que
atender en la escuela.
-Vale… -respondió Isabel
con amabilidad.
Se dio la vuelta y volvió a
quedarse dormida con su
osito en los brazos.
Luna dejó su mochila y vio
que había dos vasos de
leche en la mesa, uno de los
cuales estaba frío y el
otro solo se encontraba
bebido hasta la mitad.
Luna fue al baño y se dio
una ducha rápida, luego se
acostó apresuradamente.
Al día siguiente, Luna se
abrió sus ojos cuando sonó
su despertador. Se sentía
algo mareada y tenía
congestión nasal. Además,
tenia unas ojeras muy
pronunciadas como las
pandas porque no habia.
descansado lo suficiente la
noche anterior.
Liora sabia que Luna tenía
que levantarse temprano
para ir a la escuela, así que
se levantó aún más
temprano para prepararle
el desayuno. Cuando vio el
rostro de Luna, se
sorprendió y exclamó:
-Hija, ¿fuiste a sustituir a los
ladrones nocturnos anoche?
¿A qué hora regresaste
anoche?
Luna abrió la puerta de la
nevera con dificultad de
abrir los ojos. Respondió:
A las once. ¿Ya no queda
leche en casa?
-El desayuno casi está listo.
Siéntate un rato. Andrés fue
a hacer ejercicio temprano
en la mañana y
volverá pronto -dijo Liora,
Capítulo 207
-Ocupate de cuidar a tu
querida Isabel. No tengo
nada que hablar con
alguien que contrata
asesinos
para matarme.
Luna queria pasar por él.
Sin embargo, al abrir la
puerta, una mano apareció
de repente y la cerró con
fuerza. El gran golpe asustó
al vecino que iba a salir.
Andrés agarró con fuerza
sus hombros y la presionó
contra la pared. Con su
mirada afilada casi destroza
a Luna. Ella podia percibir
claramente la furia
reprimida de Andrés en su
mirada malévola y
profunda.
Capítulo 209
De repente, Luna soltó una
risa sarcastica y se burlo:
Vayal Por qué te enfadas
tanto? ¿Acaso dije algo
incorrecto? Después de
drogarme durante tantos
años y emplear a alguien
para violarme, zahora me
dices que eres mi hermano?
¿Qué es eso por favor? ¿
Tu supuesta preocupación
por mi? O sea, ¿tu
compasión poco vallosa? Te
digo la última vez, lárgate
de mi lado
En ese instante, el hombre
que estaba frente a ella se
inclino. Sintió algo suave
encontrarse con sus
delicados labios. Pero
luego, ella mordio sus
labios con gran fuerza, lo
que lo hizo fruncir el ceño
de
dolor, y ambos saborearon
la mezcla metalica y dulce.
Andres se detuvo por un
momento, pero la sangre
avivó su obsesión,
soportando el dolor
mientras sus
dientes tambien mordieron
con fuerza. Luna luchaba
intensamente debido al
dolor….
Para Andrés, el enigmático
sabor de los labios de la
chica era como un cuchillo
envenenado, ya estabal
adicto a su sabor, pero tenia
que pagarlo con su sangre.
Si el primer beso que habia
conseguido era parte de su
plan, ¿y esta vez? ¿Por qué
se enfureció tanto?
Sabía que todo lo que en
realidad Luna había dicho
era verdad, correcto y
sincero. También entendia
que ella queria mantener
distancia con él, intentaba
luchar contra él, incluso lo
estaba evitando a
proposito…
Tenía todo esto muy claro
en su corazón.
Pero también era cierto que
algo había superado el
límite de su control. Es
decir, sabia que estaba
haciendo algo incorrecto,
pero no era capaz de
contenerse y así cruzó por
completo la linea….
Sin saber cuánto tiempo
había pasado, Luna sintió
un fuerte mareo,
apoyándose en la pared con
todas
sus fuerzas para no caer.
Sus largas pestañas se
temblaron como plumas de
cuervo, llenas de inocencia
y tristeza.
¡Pa…!
Andrés recibió una fuerte
bofetada en la cara.
-Andrés Martinez, te
advierto que… si te atreves a
tocarme una vez más,
definitivamente le diré a
Miguel
para que te corte las manos
amenazó Luna con una voz
bastante temblorosa.
Sus palabras sorprendieron
un poco a Andrés. Bueno,
bueno, ¿ya había aprendido
a amenazarlo?
El hombre alto que tenía
frente a ella bajó la mirada,
mostró una leve sonrisa
muy sorprendido, luego
sus
Opor se encontraron con
los de la chica.
Cuando se enfadaba, ella
parecia una rosa salvaje con
espinas capaz de herir a los
demás. Pero cuando
Llamame hermano” -
ordenó Andres.
Luna lo resistio con
silencio.
Andrés le dio otra
mordedura en los labios y
aplicó aún más fuerza en
ella. El dolor la hizo
encogerse un
poco el cuerpo.
-¡Llamame “hermano”-
repitio él.
-¡Not-lo rechazo ella
nuevamente.
-Te lo digo una vez más,
llámame “hermano”! De lo
contrario, no sé qué podría
suceder amenazó.
Su voz resono claramente
en la sala de estar como la
de un demonio
maquiavélico y cruel, sus
ojos se ensombrecieron aún
más que la oscuridad
eterna.
Luna sintio como una
rafaga de frio la invadia
lentamente, tan helada que
le erizó por completo la
piel
Tenía mucho miedo de que
realmente le hiciera algo
horrible. Después de todo,
en este apartamento
solo quedaban los dos, no
tenia ninguna posibilidad
de escapar.
El era una persona, que
nunca se preocupaba por
las consecuencias cuando
estaba decidido a hacer lo
que quisiera
Capitulo 210
– Her… hermano.
-Lo siento
Luna no sabía por que él se
disculpaba, pero respondio
con un “Está bien”.
Esta clase fue una adición
para ella. Por lo general,
Noah no daría clases tan
tarde. Ella lo hizo, tan solo
para evitar a Andrés
Hoy la había dejado muy
inquieta, haciendo todo sin
concentración.
A las nueve, Noah la llevó
en coche al distrito de
Huatecán.
Luna miró detenidamente
el reloj, en realidad no tenía
prisa por volver, así que se
sentó frente al edificio
de apartamentos
No queria regresar.
Adolla respondió:
-A esta hora, la señorita
Luna acaba de regresar de
su clase. Hoy, la señorita
Garcia fue al campo de golf
Excelencia Lider a practicar
algo de golf, y el señor
Pascual la llevó de regreso.
-¿Quién es él?-Gabriel
frunció ligeramente el
ceño- De todos modos,
mañana, enviame toda la
información detallada
sobre el.
-Si, señor.
-Sal, quiero descansar.
Capítulo 212
Detentel
Faltaban quince minutos
cuando Luna se disponia a
subir las escaleras y escuchó
un rugido muy fuerte,
desde algún lugar.
Luego, dos personas se
acercaron desde la entrada
del complejo. Sergio
sostenía un cigarrillo,
seguido
por una hermosa chica con
un vestido de punto y
largos rizos ondulados.
La chica alcanzó a Sergio y
le dio una fuerte bofetada
en la cara.
-¡Sergio, eres un
desgraciado!
-¿Por qué tienes el derecho
de terminar conmigo con
un simple mensaje? ¿Qué
crees que soy? ¿Un
juguete que tú puedes
llamar y desechar a tu
antojo?
Sergio, en lugar de
enojarse, al contrario,
sonrió y arrojó su cigarrillo,
metiendo las manos en sus
bolsillos.
-Solo estoy jugando, si me
canso, lo dejo y ya.
Bajo la luz de la farola, la
luz blanca brillaba sobre la
cabeza de Sergio. La brisa
movía su cabello,
cubriendo esos atractivos
ojos hermosos, que
rápidamente se hincharon
con cinco marcas de dedos.
-No estoy interesado en
mujeres que se entregan tan
fácilmente. ¡Encuentra a
alguien más!
La joven madura sacó una
botella de agua de su bolso
y la arrojó sobre la cabeza
de Sergio bastante
enojada.
-Espera a que mi papá se
entere, no te escaparás de
esto.
Lanzando la botella de agua
a un lado, la joven se fue
rápidamente.
Quedó solo Sergio,
desaliñado, sacudiéndose el
agua de su cabeza y
pasándose la mano por el
cabello..
Luna recordaba que la
última vez que vio a la
novia de él, era una chica
muy diferente. Mientras
disfrutaba del espectáculo,
sus ojos se encontraron con
los suyos…
Su mirada parecía decirle:
¿Te gusta verlo?
Luna lo miró con calma,
tan solo unos segundos,
luego, fingiendo
indiferencia, se volvió y
entró al ascensor,
presionando rápidamente
el botón para subir.
ingresó 810214, la
contraseña de la cerradura,
la cual era la fecha de
nacimiento de Isabel.
Hoy vio a Andrés ingresarla
una vez, y Luna la recordó
rápidamente.
Después de la partida de
Adolfo.
Gabriel tomó rápidamente
su teléfono, con todas sus
expectativas desvanecidas.
La ansiedad lo llevó a
arrojar bruscamente el
libro, impactándolo contra
el cuadro en la pared, un
marco invaluable que
contenía una auténtica obra
maestra de un famoso
artista, quedando
instantáneamente hecho
añicos.
Adolfo, al escuchar el
estruendo desde la
habitacion, suspiro con
resignación.
Si esto continúa asi, el señor
eventualmente se
convertirá en la persona
que era antes. Después de
tanto
esfuerzo para tomar el
control de la empresa y de
todas las cosas, en este
momento, no sería una
buena idea que le ocurriera
algo al señor.
El señor no solo cuenta con
el apoyo de los abuelos de
la familia Sánchez, sino
también con el respaldo. de
la ex de la familia Rios.
Ahora, en este momento
tan crucial, no puede
permitirse ningún
contratiempo.
Adolfo miró el agua en su
mano. Aunque los mejores
medicamentos no son tan
efectivos como la
compañía de la señorita
García, parece que es hora
de hacer algo al respecto.
La enfermedad del señor ha
vuelto a brotar de nuevo.
No debería repetir los
mismos errores del pasado
y lastimarse a sí mismo.
Por otro lado, Luna,
siempre con la excusa de
estar ocupada con los
estudios, evadió a Gabriel
Despues de dejar el
teléfono, ya eran casi las
doce, apagó rápidamente la
lámpara de la mesa y se
acosto
A las seis de la mañana,
doña Liora ya había
preparado el desayuno.
Luna se sentó a la mesa.
Andrés se levantó un poco
antes de lo habitual.
Después de salir de su
habitación, ambos
comieron en silencio.
Sin decir una sola palabra,
se creía una rara armonia.
Doña Liora vertió la leche
caliente, cuidadosamente
en una botella de vidrio y la
colocó frente a Luna,
junto con el almuerzo de
ese día.
-La leche está caliente,
recuerda beberla.
-SI
¿Llevas contigo las pastillas
para el dolor? ¿Todavia te
duele?
Doña Liora se refería a su
periodo menstrual.
Luna le respondió.
-Estoy, mucho mejor que
antes.
Si te sientes incómoda,
asegúrate de llamarme.
-Hay una enfermeria en la
preparatoria, estaré bien.
Miró el reloj, el autobús
estaba a punto de llegar.
Luna dejó rápidamente la
mitad de la sopa:
-Voy a alcanzar el autobús,
no comeré más
-Oye, lleva tus cosas.
Luna giro la cabeza, tomó la
bolsa térmica y salió
corriendo muy a prisa,
justo a tiempo para llegar
abajo.
Esta niña sigue siendo tan
despreocupada.
Ya habia alguien en el
autobus.
Aparte de Sergio, no habia
nadie más.
Hablando de ello, es
bastante extraño.
Este joven arrogante, que
solía ir a la preparatoria
cuando quería, ahora se
levanta tan temprano para
ir a clase. ¿Ha cambiado
muchísimo?
No hubo comunicación en
todo el viaje en autobús, ni
siquiera la miró una vez,
parecía que nada habia
ocurrió anoche.
Pensando en lo que le dijo
la última vez, y que él ni
siquiera apareció en la
biblioteca. Si no quiere,
está bien, al menos
ahorrará algo de
preocupación.
Sentada muy bien junto a la
ventana, después de unos
quince minutos, llegaron a
la preparatoria.
Luna camino a una
distancia no muy lejana de
Sergio.
En la puerta de la
preparatoria, varias
personas estaban llorando,
vestidas con ropas de luto,
sosteniendo
coronas de flores.
-Mi pobre sobrino, tan
joven y ya en la cárcel. Mi
hermana también fue
asesinada. Vengan a ver,
ayúdenme a hacer justicia.
¿No hay justicia en el
mundo?
Esta calle está dominada
por estudiantes, y en este
momento, muchos padres
vienen a traer a sus hijos a
la Preparatoria. Hay
muchas personas, pero la
mayoría son de familias
adineradas, y nadie se
detiene a mirar o consolar.
Simplemente rodean con
escepticismo la escena.
Los guardias de seguridad
no pueden dispersar a la
multitud. Sin opciones, solo
pueden informar a la
administración y abrir las
puertas para dejar entrar a
los coches, evitando que
estos jóvenes señores y
señoritas se asusten.
Al ver esta situación, Luna
siente una mala
premonición en su pecho.
Ellos…
¿Qué ha sucedido
exactamente?
Capítulo 214
Un hombre de más de
cincuenta años se puso de
pie, golpeando
furiosamente la mesa:
-¿Qué quieres decir? ¿Estas
diciendo que la muerte que
tuvo mi hermana es
merecida?
-¿Y yo qué? ¿Mis heridas
son tan bien merecidas? ¿Yo
no debería haber buscado
justicia? ¿Y la persona
apuñalada por Manuel que
aún se encuentra en el
hospital también merece
esto? -Luna tampoco
carecia de temperamento, y
no era cierto que la muerte
de alguien justificara todo.
No es que ella no respetara
a los difuntos; simplemente
estaba exponiendo todos
los hechos sucedidos.
Nacieron en las décadas de
los sesenta y setenta, con
escasez de recursos
educativos y viviendo en el
campo, su conciencia legal
era muy superficial, y las
cosas simplemente tenían
sentido.
Luna no pensaba en
generalizar a todos con un
solo standard. Su abuela
también vivió en el campo;
en su época, incluso vivir
era un grave problema, y
ella no sabía leer. Su abuelo
se casó con ella a cambio
de solo un saco de arroz.
A los dieciséis años, se casó
con su abuelo, quien en su
juventud era un verdadero
alborotador en el
pueblo, sin dedicarse a
actividades legítimas.
Debido a problemas con
algunas personas, fue
golpeado hasta la muerte
cuando tenía treinta o
cuarenta años.
A pesar de sus desgracias en
su juventud, nunca culpó a
nadie, e incluso con su
modesto poder, ayudo
merecidamente a otros.
-Si esa noche no hubieran
venido a salvarme, podría
ser yo quien estuviera
muerta ahora. No es que
quién muere, es quién tiene
razón.
Julieta afirmó:
-Creo que mi estudiante
tiene toda razón. Hemos
contactado a la policía con
respecto a los padres de
Manuel. Más tarde, lo
traerán aquí. Los afectados
en el hospital no pueden
presentarse en este
momento, pero sus amigos
estarán dentro de pocos
minutos aquí. Ellos también
son testigos de lo que
sucedió esa noche.
La mujer llevó al hombre
que acababa de enojarse a
un lado, no se sabía qué
estaban discutiendo.
Unos minutos después, el
hombre habló
repentinamente:
-En realidad, tampoco
queremos que esto se haga
público. Por 10 mil dólares,
dejaremos de investigar
este asunto.
-St se investiga o no, no es
decisión suya.
Una voz helada resono.
La espalda de Luna se
volvió mas rigida. Andrés se
acercó con las manos en los
bolsillos, irradiando una
fuerte presión, con Alvaro
siguiéndolo.
Los panentes de Manuel, al
ver al hombre que venía,
quedaron completamente
atónitos.
Andrés examinó a todas las
personas alrededor.
Alejandro Señor Martinez.
Andrés afirmó levemente.
-Alvaro, lleva a Luna
afuera.
Álvaro afirmó:
-De acuerdo.
Luna apretó los labios, no
había pensado que vendría.
¿Quién le informó a
Andrés?
Después de que Luna salió,
Álvaro cerró con
brusquedad la puerta de la
sala de reuniones. Luna se
volvió para mirar a Andrés,
sentado en la silla.
Originalmente, este asunto
podria haberse resuelto
muy fácilmente.
Si Andrés no hubiera
venido.
Las cosas ahora serían muy
diferentes.
Luna tenía miedo, no solo
de lo que Andrés podría
hacerle a Manuel, sino
también a toda su familia.
El hombre cruzó las
piernas, apoyando las
manos en las rodillas, sin
poder ocultar la feroz
atmósfera que
emanaba.
-¿Hay algo de lo que
quieras hablar conmigo…?
Andrés no había estado allí
desde hace mucho tiempo,
cuando Alejandro recibió
otra noticia.
El presidente del Grupo
Sánchez también está aquí.
Ahora, todos realmente no
pueden quedarse quietos….
Con un demonio no fue
suficiente, y ahora viene
otro.
La intervención del grupo
Sánchez hizo las cosas
mucho más complicadas en
este caso.
Capítulo 216
-Gracias.
Ambas manos se
estrecharon suavemente,
esta fue la primera vez que
Luna interactuó
activamente con
alguien.
Luna también los invitó a
cenar juntos esta noche.
Claramente con algunas
intenciones ocultas.
Si esta noche fuera solo una
cena para los tres,
probablemente sería un
accidente terrible….
La presencia de más
personas en la escena haría
que la atmósfera fuera
incómoda.
Se fueron, y en el camino
de regreso con Frida, Frida
dijo:
-¿De qué has hablado con
ellos?
-Solo les agradeci
amablemente y los invité a
cenar.
-¿Sergio también irá?
Luna afirmó:
-Quizás.
La expresión de Frida
cambió instantáneamente:
-Luna, te lo dije con
anterioridad, Sergio… él…
simplemente no merece
estar en la misma mesa que
nosotros, ¡Mucho menos
estar frente a Andrés!
Su tono sonaba enojado y
muy radical.
Y sus amigos de todo tipo,
también son unos gusanos
sucios en la sociedad.
Luna… con ellos,
simplemente dales dinero y
sal, no hay necesidad de
hacerlo tan complicado y
amigable.
–Asi, es cómo hace las cosas
tu familia -Luna contradice
sus palabras, mirándola con
calma-Frida, no
entiendo tu situación, al
igual que tú no entiendes la
mia. No puedo ponerme en
tu lugar para mi es tan
solo una cena y nada más.
Su estatus, su situación, su
nacimiento no es algo que
puedan elegir. Ante
Nunca se ha sentido
elevada por estar rica.
¿Y a ti que te importa?
¿Quién cres?
Esa era su forma de ser:
pocas palabras y siempre
un tono brusco, nunca tenía
una buena actitud para
eliz.
Luna se volteó y se fue sin
mirarlo.
Sergio la siguió.
Caminaron un largo rato en
silencio, hasta que Sergio
habló primero:
-¿Lo que ha dicho la última
vez todavía es válido?
Luna sabia a que se refería.
-Ya ha pasado el tiempo
limite, ya no.
-Vale. Eres una sin
corazón.
Luna caminaba lentamente,
y él parecía haber ajustado
conscientemente su paso
para ir más despacio
con ella.
-La última oportunidad.
Sergio: …
-Sergio, es la última vez. Si
no vienes mañana, no te
esperaré más, entendido.
Sergio se frotó la nuca con
la mano:
-Si.
La reunión por la noche fue
en el restaurante Sabor
Mex.
La decoración era bastante
elegante, con un estilo
arquitectónico antiguo, y el
ambiente no era ruidoso,
sino más bien tranquilo.
Hay puertas de madera
tallada y una docena de
habitaciones privadas.
Luna ilegó bien temprano y
ordenó variedad de platos,
desde suaves hasta picantes.
Había preguntado a
Carlota sobre sus
preferencias; todos eran
amantes del picante,
aunque muy pocos que no
lo toleraban.
Sergio originalmente la
acompañó hasta la puerta,
pero de repente
desapareció.
Le envió un mensaje, pero
no recibió respuesta
alguna.
La asistencia no estaba
completa.
Cabello verde:
-Carlota, han pedido
muchos platos, todos son
cosas que nunca hemos
probado antes. Esta noche,
aprovecha debes comer
más.
Carlota le lanzó una mirada
de reojo y le susurro:
-No te comportes como si
nunca hubieras salido de
casa, no hagas el ridículo.
Gabriel estaba sentado
junto a Luna y dijo:
-No importa, también es mi
primera vez aqui. No he
probado la comida de este
lugar antes, pero la
apariencia es bastante
apetitosa.
Luna pensó que Gabriel los
despreciaría, después de
todo, sus clases sociales
eran muy diferentes, pero
resultó que estaba
totalmente equivocada.
La gente aún no había
llegado por completo y
nadie había comenzado a
comer.
El pelirrojo se levantó de
repente y les sirvió a sus
compañeros algunas
bebidas con limón.
-Por cierto, ¿dónde está
Sergio? ¿Cómo no ha
venido? Él dijo que vendría
a acompañarnos
Carlota: -¿Quién sabe?
Probablemente se haya ido
a hacer sus cosas. Déjalo
morirse afuera, no hay
ninguna necesidad de
preocuparse por él.
Capítulo 223
Cuando se mencionó a
Sergio, Luna miró muy
cuidadosamente a Gabriel.
Él mantenía una expresión
impasible, sin mostrar
alegria ni enojo, con sus
ojos entrecerrados, como si
estuviera pensando en algo
que nadie podia descifrar.
Quizás no quería escuchar
el nombre de Sergio.
Un instante de silencio
llenó el aire. Luna percibió
que, en ese momento, algo
no estaba bien. No
esperaba convertirse en la
persona más incómoda en
medio de todo esto.
Luna se levantó y le sirvió
un vaso de agua.
-El té de flores aquí es
bastante bueno, pruébalo.
-Bien. -El sonrió
ligeramente, sin mostrar
ninguna molestia aparente.
Luna no sabia si en realidad
le gustaría o no. El té de
flores aqui era bastante
común, quizás no tan
bueno como el que solía
beber.
El teléfono en el bolsillo
vibró. Sacó con ligereza el
teléfono y, vio que Sergio le
había respondido con
unas pocas palabras:
-Tengo cosas que hacer, no
iré.
Luna, sosteniendo con
firmeza el teléfono, se
levantó.
-Voy a hacer una llamada.
La mano de Gabriel,
adornada con tatuajes,
acarició la taza de te
-Si.
Quizás intuyó algo en su
corazón, pero no dijo nada
al respecto.
Luna camino hacia un
rincón tranquilo del pasillo
y llamó a Sergio.
Un bar azul con la música
ensordecedora y bastante
estridente. Sergio se
mezclaba en la neblina de
humo, rodeado por
atractivas chicas a ambos
lados. Algunos cantaban,
otros jugaban cartas.
En la mesa frente a Sergio,
un paquete de cigarrillos y
un encendedor presionaban
un montón de dinero a
su alrededor. El lanzó una
carta.
De repente, sono su
teléfono. Con una mirada
bastante significativa a las
personas a su alrededor, las
chicas entendieron
rápidamente y sacaron el
teléfono de su bolsillo.
Una de las chicas respondió
y lo acercó a la oreja de
Sergio. -¿Quién es?
Escuchando el estruendoso
ruido a través del telefono,
Luna sabia exactamente en
qué tipo de lugar é
estaba metido.
Luna parecia haber
anticipado que él no iria.
Temiendo que no pudiera
escuchar, colgó y le envió
un rápido mensaje-
¿Ocupado? Te debo una
comida, te la compensare
más tarde.
Sergio echó un leve vistazo
al mensaje que apareció en
la mesa y, con un cigarrillo
en la boca, volted con
agilidad su telefono.
Continuó jugando las cartas
en su mano.
Andrés e Isabel fueron los
últimos en llegar, casi a las
siete y media, lo cual era
temprano para Andrés.
Pero lo que deberia haber
sido una cena para dos se
vio complicado por la
presencia de..
¡Frida…!
Ella entró con gracia,
tomada del brazo de
Andrés, mientras Isabel
seguía detrás de ellos como
una fiel seguidora
En el momento en que
entraron, Luna notó la
expresión momentánea en
el rostro de Isabel, una
mirada
de celos y gran
resentimiento.
Isabel probablemente habia
encontrado a una rival.
Con o sin su intervención,
definitivamente siempre
habría alguien
interfiriendo.
En el amor, a veces es tan
simple como ver si la otra
parte está dispuesta a
renunciar a algo
La cena transcurrió
armoniosamente, sin
contratiempos. Pidieron un
poco de vino de ciruela, no
demasiado fuerte para
embriagarse.
No sabía si era por la
comida o si Gabriel
simplemente no estaba
interesado, pero él insistía
cada vez en poner más
comida en el plato de Luna,
mientras él apenas comía.
Frida y Andrés parecían la
pareja perfecta, dejando a
Isabel en un segundo
plano.
Luna realmente, ya no
podía comer más.
Aprovechando la excusa de
ir al baño, se retiró con
cautela para
darie tiempo a su
estómago.
Entro en el baño, lavó sus
manos y se miró en el
espejo, cuando el grifo
seguia goteando.
En su mente, apareció la
imagen bella y armoniosa
de Friday Andrés. Se cubrió
suavemente el peche con
las manos,
sorprendentemente serens
Capítulo 224
Justo cuando Luna estaba a
punto de salir del baño,
apareció alguien frente a
ella. ¡Señora García!
-¿Señor Mendoza?
Luna sabía que él se le
acercaba, porque tenía
realmente algo que decirle.
-¿Podemos hablar?
¡Exactamente como lo
sospechaba!
En el pasillo del corredor
seguro, las luces se
encendieron con el sonido,
dejando el piso de abajo en
completa oscuridad. Luna
de repente tragó saliva.
-Señor Mendoza, ¿hay algo
que necesite de mi?
-Espero que eche un vistazo
detallado a esto. -Adolfo
sacó precisamente un papel
y Luna lo abrió para
encontrar un informe de
evaluación psicológica, que
mostraba un trastorno
depresivo grave. La fecha
del informe era hace más
de una semana. En la casilla
del nombre, Luna revisó
varias veces para confirmar
que era Gabriel.
El corazón de Luna dio un
vuelco total.
-¿Esto qué es?
Pero en la cena, en la
preparatoria, él parecía
completamente normal,
como si nada estuviera mal
-Como lo ha visto señora
García, el joven no se ha
recuperado aún de su
enfermedad. Aunque le
recomendamos tomar
medicamentos, él siempre
se excusa por estar
demasiado ocupado con el
trabajo. El temperamento
del joven no es bueno. Hace
unos días, en una reunión
de accionistas, se enfrentó
físicamente a un accionista
debido a problemas del
proyecto. Esto ya ha
sucedido en varias
ocasiones. Si continúa así,
algunos accionistas podrían
proponer la destitución del
joven.
Luna preguntó.
-Entonces… ¿qué quiere que
yo haga al respecto, señor
Mendoza?
Adolfo respondió:
-Le pido que, teniendo en
cuenta todo lo que el joven
ha hecho por usted, lo
convenza de recibir muy
obediente el tratamiento.
En este momento, nadie
más puede persuadirlo
excepto usted.
Luna frunció el ceño,
dudando.
-Está bien.
Frida, que presenció esta
escena íntima, miró a la
persona a su lado.
-Andrés, te voy a servir
algunos vegetales. Come
más de la sopa de dátiles.
Te hará ver más joven,
definitivamente.
-Jaja…!-Carlota, que estaba
comiendo, soltó una risa
bastante burlona.
Capítulo 225
Frida: ¿Por qué te ries?
Carlota se apresuró a
negarlo rápidamente: -No,
no me estoy riendo, solo
me atraganté un poco.
Frida no le presto más
atención, coloco la sopa de
dátiles rojos frente a Andrés
sin mirar a nadie más:
prueba a ver si esta frio… Si
lo está, le diré al chef que te
prepare otro tazón. -
imitando las palabras de
Luna
Luna bajo la cabeza, sus
orejas se pusieron
ligeramente rojas,
sintiéndose un poco
avergonzada por la
situacion Hizo esto solo por
las palabras del señor
Mendoza. Su condición
empeoró, dejó de tomar
sus medicamentos para la
depresión y apenas comía
algo cada día. Gabriel
realmente la ayudó
muchísimo, y
Luna le estaba muy
agradecida. Sin embargo,
no podía rechazar estas
pequeñas tareas, ni siquiera
frente a Andrés. Cada
persona tiene su propia
personalidad, en realidad,
no podía ser manipulada
como una muñeca todo el
tiempo, obedeciendo todas
las palabras.
A las nueve y media, Isabel
le dijo a Andrés:
-Hermano, estoy un poco
cansada y quiero regresar a
casa.
Andrés miró la hora
levantando la muñeca:
-En efecto, no es temprano,
ve y descansa. -Su tono no
mostraba alegria ni enojo,
pero estaba más frio
de lo habitual.
Isabel apenas comió, su
mente estaba en otras cosas
y no sabía en qué estaba
pensando. Gabriel
igualmente le dijo a Luna:
-También deberías
regresar, tienes clases
mañana, te llevare.
Frida respondió
rápidamente:
-Hermano, tú lleva a Luna.
Vine en el coche de Andrés,
y ahora quiero que él me
lleve de regreso.
Ella rapidamente se aferró
al brazo de Andrés. Gabriel
miró a Luna, como
esperando su respuesta.
Luna
recibió la mirada cariñosa y
balbuceo: Si, está bien.
Frida: -Entonces, así es
como decidimos
felizmente.
Luego, Luna dijo:
-Corlota, ya he llamado a
un chofer para que los lleve
de regreso.
Ten cuidado en el camino
de regreso
Carlota, se encontraba
demasiado llena, se recostó
en la silla para descansar:
-Lo tengo, no hables tanto.
Luna siguió a Gabriel para
salir, se pararon en la
puerta y esperaron a que
Eric trajera el coche desde
el estacionamiento
subterraneo. El viento que
soplaba ahora hacia que
tuviera un poco de frío.
Pronto, puso una chaqueta
sobre los hombros de Luna.
Ella miró hacia atrás y vio
el traje gris ceniza:
-Ya tienes varias prendas,
no tengo mucho frio, mejor
ponte esto.
La comisura de la boca de
Gabriel se curvo
ligeramente, su sonrisa se
volvió mucho más cálida:
-No hay problema. La ropa
puede devolverse en el
futuro.
Luna no dijo nada más,
sintió algo en el bolsillo y lo
sacó de repente:
-¿Qué es esto?
Sacó un paquete de
cigarrillos y un encendedor
de metal. Este encendedor
parecía ser del mismo.
modelo que el de Sergio,
solo que de diferente color.
-Ahora… ¿tu cuerpo aún no
se ha recuperado? Sería
mejor que fumaras menos
en el futuro. Lo guardaré
por ti y te lo devolveré
cuando estés bien.
-Está bien, como prefieras.
Gabriel notó que las
mismas palabras, cuando
las decía alguien diferente,
le producían diferentes
sensaciones. Y la persona
frente a ella siempre sería
especial en su corazón.
¡Finalmente pudo mirarla a
los ojos!
¡Ella ya no lo estaba
evitando!
Luna… Sería genial si
siempre pudieras ser así.
Este tipo de bienestar es
solo para mi.
Sigues tomando la
medicina? ¿Por qué no la
llevas contigo?
Capítulo 226
Lo olvidé hoy, sin embargo,
te aseguro que no lo
olvidaré la próxima vez -
respondió Gabriel.
-De acuerdo.
Pasaron aproximadamente
treinta segundos y Gabriel
recibió la llamada en su
habitación, que no estaba
iluminada.
La voz nitida y clara de la
muchacha resono por el
teléfono
-¿Ya llegaste a casa?
-¡Si
Hubo un breve silencio en
la linea, sin saber qué decir.
Luna preguntó:
-Pregunté a Adolfo, y me
dijo que recientemente has
estado tomando las
medicinas según las
indicaciones. ¿Te sientes
mejor?
-Si.
-Si te sientes mal, recuerda
ir al hospital.
-De acuerdo.
Adolfo se acercó con los
medicamentos y un vaso de
agua. Al escuchar la llamada
desde la habitacion,
se detuvo un momento en
la puerta para no molestar.
Pasaron unos cinco
minutos hasta que se cortó
la llamada. Luego, Adolfo
encendió una lámpara con
una luz tenue y se acercó:
-¿Era la llamada de la
señorita Luna?
Gabriel se volteó y dijo
suavemente:
-Si. Le contaste todo acerca
de mi enfermedad,
¿verdad?
Adolfo negó.
-Fue ella quien preguntó,
solo le transmiti algunos
detalles sin importancia,
porque vi que ella se
preocupa mucho por ti.
Además, ella no ha tenido
una vida fácil en su familia,
asi que espero que, incluso
por ella, cuides bien de tu
salud, y convencer a los
accionistas. De esta manera,
podras mantener tu
posición y serás capaz de
sacaria de sufrimientos.
con luces
Tienes razón… dijo Gabriel,
mientras giraba la cabeza y
vislumbraba las calles o
parpadeantes a lo lejos,
continuó – Solo cuando
tenga el control total del
Grupo Sánchez, tendre el
verdadero poder para
traerta de regreso a mi
lado.
De repente, en su vista
bastante limitada por tener
la cabeza agachada,
apareció un par de zapatos.
deportivos negros, luego se
escuchó una voz arrogante
desde arriba de su cabeza.
-Uy… ¿te han echado?
Luna ya sabía quién era sin
necesidad de levantar la
cabeza.
Sergio la veia medio
muerta por el frío, vestida
con un pijama muy
delgada, y con las manos
azules del frío. Tiró el
cigarrillo de su boca y se
quitó la chaqueta negra,
luego la arrojó hacia ella,
cubriendo por completo la
cabeza de la chica.
-¿¡Qué estás haciendo aqui!?
-exclamó Luna.
-Esa debería ser mi
pregunta. Yo caminaba solo
y te vi, casi creía que me
había encontrado con un
fantasma. Si no fuera
porque aceptaste darme
clases particulares, ni
siquiera me molestaría en
prestarte atención.
Luna se movió un poco y se
quitó la chaqueta,
colocándola a un lado.
Dijo:
-No te preocupes por mi.
Puedes irte ahora.
-Olvida eso. Si algo malo te
sucede, yo sería el principal
sospechoso.
Al terminar de hablar,
Sergio se sentó a su lado
con las piernas cruzadas.
Tenía un fuerte olor a
tabaco y alcohol,
estimulando su sentido del
olfato. La mezcla de estos
dos olores tan fuertes era
realmente muy
desagradable. No sabía
adónde había ido, pero
regresó tarde, lo que hizo
que Luna dudara de haber
aceptado su petición de
darle clases particulares.
-Eres la hija de la familia
García, y fuiste intimidada
por alguien de otro
apellido. Pero, tú, eres
bastante arrogante, ¿no es
así? ¿Y tú si puedes aguantar
todo esto? Si me lo pides,
puedo considerar dejarte
pasar una noche en mi
casa.
Luna respondió fríamente:
– Sergio, esto es asunto mío
y no tiene nada que ver
contigo. Puedo quedarme
aquí todo el tiempo que
quiera. Déjame en paz,
¿vale?
¿Por qué todo el mundo
tenía tantas ganas de
controlarla? Parecía como si
nunca hubiera tenido el
derecho de tomar sus
propias decisiones. ¿Acaso
estaba destinada a aceptar
todo lo que el destino le
daba?
Capítulo 230
Sergio se sentó a su lado
durante un rato y se fumó
casi medio paquete de
cigarrillos. Finalmente,
Luna ya no podia soportar
el fuerte olor a tabaco y se
levantó.
Entró en el ascensor y
subió. La luz de la sala
estaba apagada. Ya eran
altas horas de la
madrugada.
Al entrar a la habitación,
Isabel se volteó ligeramente
en la cama. Luna no sabía si
estaba dormida o si la
había despertado.
Se acostó rápidamente en la
cama y apagó la lámpara de
noche. Las palabras de
Andrés no dejaban de
rondar en su mente,
manteniéndola despierta en
pensamientos durante toda
la noche.
Eran alrededor de las seis y
media de la mañana. Isabel
salió de la habitación sin
saber cómo enfrentarse a la
persona que se sentaba en
el sofá leyendo él periódico
financiero.
En el pasado, solía saludarlo
con un “buenos días”. Pero
hoy no lo hizo. Se dirigió a
la mesa y se sentó.
Liora salió de la cocina con
un tazón de gachas, y al ver
a Isabel sentada sola,
preguntó bastante
preocupada:
-Isabel, ¿dónde está Luna?
¿Todavía está en la
habitación?
Isabel respondió:
-No he visto a Luna, desde
que me desperté.
Liora frunció el ceño aún y
preguntó:
-¿Acaso no regresó en toda
la noche? Andrés, ¿viste a
Luna?
-Déjala -respondió Andrés
fríamente.
Sin embargo, mirando las
palabras en el periódico,
aunque las reconocía, ya no
podía entenderlas en
absoluto.
Después del desayuno,
Liora entró la habitación
para ordenar el escritorio
de Luna como de
costumbre. Sin embargo, al
entrar en la habitación, solo
vio un escritorio vacío.
Tenía una sensación de
malestar. Rápidamente
abrió el armario y se dio
cuenta de que la ropa que
solía estar junto a la de
Isabel también había
desaparecido, dejando un
gran espacio vacío.
¡Todo habla desaparecido!
Liora corrió
apresuradamente a la sala
de estar, con mucha
preocupación, exclamó a
Andrés:
-Andrés, todas las cosas de
Luna han desaparecido…
¿Tal vez se haya ido?
Andrés frunció el ceño y su
rostro se ensombreció.
Miró a Isabel.
Isabel explicó:
-Anoche me quedé
profundamente dormida y
no escuché ningún ruido en
absoluto. Pero recuerdo
vagamente que Luna se
levantó una vez y no le
presté mucha atención…
Con incredulidad, se
levantó y corrió a la
habitación. Luego salió un
rato después, diciendo:
-Es verdad que se ha
llevado todas sus cosas,
excepto a la osita… Andrés,
¿Luna se ha regresado a
casa?
Andrés se levantó y la silla
produjo gran sonido
chirriante. Se dirigió al
balcón y sacó su teléfono.
Cuando marcó el número
de Luna, vio el mensaje no
leído en la bandeja de
entrada. Hizo clic en ese
mensaje.
«Andrés Martínez, no
puedo negar todo lo que
has dicho, que tengo el
apellido “García”. Pero
¿acaso todas las personas
que tienen ese apellido
merecen una muerte
miserable!?
Es posible que lo que
mencionaste se haga
realidad algún día. Si ese
día llega, tal vez… no tenga
el coraje de seguir viviendo.
Pero, ya he muerto una vez,
¡no temo morir por
segunda vez!
Sé que lo que quieres
obtener es los beneficios de
la familia García, por lo que
no planeo intervenir en tus
acciones, ni siquiera
impedirte.
Sin embargo, no tienes el
derecho de interferir en mi
vida, incluyendo mi
derecho de sobrevivir en
este
mundo. Además, tengo
muy claro lo que quiero
hacer!
Ahora que tengo dieciocho
años, sé que me queda
mucho camino por
recorrer en mi vida. No
quiero depender de nadie,
ya sea de Miguel o de ti.
¡Puedo conseguir todo lo
que quiero en el futuro por
mis propios méritos!
Pero también quiero
agradecerte por tus valiosas
palabras, porque me han
hecho entender algunas
cosas. Fuera de la familia
Sánchez, soy solamente una
persona insignificante. Sin
embargo, mi futuro debe
pertenecerme solo a mi
misma y no tiene nada que
ver con los demás. No soy
Isabel, tampoco soy Frida
porque ellas tienen sus
propios derechos para
hacer todo lo que quieran,
pero yo no. Andrés,
entienda tanto tú como
Gabriel, tan solo los
considero como a mis
hermanos, nada más,>>
Capítulo 231
La verdad es que no
represento ninguna
amenaza para ti. Después
de pensarlo toda la noche,
creo que sería mejor irme,
si ya nos hemos cansado el
uno del otro. En cuanto a
Liora, por favor dile que no
se preocupe por mí, que me
cuidaré muy bien.>>
¡Idiota!
La expresión de Andrés se
tornó cada vez más sombria
mientras leia las palabras.
Cuando intentó
llamarla, se dio cuenta de
que Luna había
configurado su número
para que la llamada se
colgara
automáticamente…
“¿Me bloqueaste? Luna
García, ahora parece que te
has vuelto completamente
madura, ¿eh?», pensó
Andrés con total frialdad.
-Andrés, ¿cómo va la
situación? -preguntó Isabel
bastante preocupada
acercándose a Andrés.
Un destello sombrío
apareció en los siniestros
ojos de Andrés.
Simplemente guardó su
teléfono móvil, se
dio la vuelta y se fue en
silencio sin decir nada más.
-Te llevaré primero a la
preparatoria-ordenó
Andrés.
-Pero todavía es muy
temprano… -murmuró
Isabel en voz baja.
Además, ella ni siquiera
había terminado de
desayunar… Sin embargo, al
ver la expresión de furia en
el rostro de Andrés, Isabel
ya no se atrevió a decir
nada más. Tomó su
mochila y salió
rápidamente del
apartamento siguiéndolo.
En el camino, a esa hora
muy temprano el tráfico se
encontraba circulando
normalmente, por lo que
llegaron en poco más de
diez minutos. Isabel se
sentó en el asiento y
tartamudeó dijo:
-Andrés, ¿discutiste con
Luna anoche?
Durante esos diez minutos,
Andrés emitía un aura fría
y sombría, apenas hablaba
con ella. Nunca le había
mostrado mal humor, por
lo que Isabel nunca lo había
visto tan enojado como lo
estaba ahora.
¿Sería porque Luna se había
ido?
Tenía que admitir que
sentía un poco de celos por
eso, porque no esperaba
que la persona de la que
estaba enamorada mostrara
tanto interés en otras
personas.
Isabel intentó
tranquilizarse. Después de
todo, Luna tenía una
identidad elegante y
diferente a la de ellos,
ya que era hija de la familia
García. Desde muy
pequeña, había vivido una
vida bastante lujosa que
todos envidiaban.
Luna despertó
naturalmente a las siete de
la mañana. Aún le quedaba
media hora antes de que
comenzaran Iss clases, lo
cual era suficiente tiempo
para ella.
Recogió delicadamente su
cabello y lo sujeto con una
cinta. Abrió la puerta de la
habitación y echó un
leve vistazo al sofá, dándose
cuenta de que las mantas ya
estaban dobladas y
colocadas muy
ordenadamente.
Parecía que Sergio se había
ido.
De repente, en ese
momento, la puerta se
abrió. Era Sergio, llevando
puesta una chaqueta negra
y un sombrero en la cabeza.
Tenía copos de nieve en los
hombros, los sacudió
rápidamente antes de
entrar.
-Uy, por fin te has
despertado, señorita -dijo
Sergio..
Luna pregunto
-¿Adónde has ido?
Sergio le mostró dos bolsas
de desayuno y dijo:
—Fui a comprar el
desayuno. Lo compré en la
panadería de abajo, con
leche bien caliente
Luna miró el reloj y
respondió:
-Pero ya no tengo tiempo.
—¿En serio? Entonces, voy
a tirarlo todo -dijo el chico
con total indiferencia.
-No, no, no desperdicies la
comida -contestó Luna y lo
impidió – Voy a cepillarme
rápidamente los
dientes y luego ya comere.
-Está bien.
Sergio colocó las bolsas en
la mesa. Había comprado
panes, unos churros y
también dos botellas de
leche. No sabía qué le
gustaba a Luna, por lo que
compró todos los tipos de
pasteles que había visto.
Después del desayuno,
todavía quedaba la mitad
de la comida. Luna la
colocó cuidadosamente en
la nevera. Cuando
regresara, podría seguir
comiéndola.
Los dos no fueron juntos a
la preparatoria. Luna salió
primero, porque Sergio
necesitaba quedarse un
poco para tomar sus tés de
hierbas, así que ella le
permitió usar la estufa de
gas.
No le preocupaba si él hacía
algo malo en su habitación,
ya que en ese momento no
tenia dinero
-Vas a ir al campamento de
invierno? -preguntó Sergio
con desdén.
¿El te estaba preguntando?
¿Y vino a buscarla solo por
eso? Luna respondió
vagamente:
-Todavía no he decidido.
-Entonces, ¿quieres ir o no?
O sea, cuando sabes que
también participaré, ¿y
pierdes también el interés?
-bromeó Sergio.
¿Qué tonterías estaba
diciendo…? Luna de repente
se detuvo y le dijo:
-¡Sergio…!
-¡Aqui estoy! -respondió
Sergio muy
emocionadamente.
Luna apretó un poco los
labios. Levantó la cabeza
desinteresadamente para
mirarlo, pero no mostraba
ninguna emoción en sus
ojos. Continuó hablando:
-Además de las clases
particulares, sería mejor
que te mantuvieras alejado
de mi, al igual que
anteriormente, ¿de
acuerdo?
Sergio no entendió porque
lo decía, pero preguntó
sonriendo:
-¿Estás enferma? ¿Por qué
me dijiste esto?
-Sabes, estoy pensando en
tu bien..
En realidad, ella tampoco se
acostumbraba a esta
relación íntima con él.
-¿Por mi bien? Señorita
García, si recibes alguna
amenaza, tan solo parpadea
para informarme -dijo
Sergio arqueando una ceja,
mientras le volvía a poner
suavemente la capucha.
Pero en realidad, Luna no
estaba bromeando. Pasó
todo el día en completa
ansiedad.
Llegaron al comedor, el
hambre la hizo olvidar
temporalmente esas
pequeñas inquietudes y
pidió una paella y una sopa
de mariscos.
Sergio, que estaba detrás de
ella, también pidió lo
mismo.
En este gran comedor, solo
había unas pocas personas.
Mientras comía, Luna no
pudo evitar quejarse de
la gran “injusticia”, porque
en la paella de Sergio, había
muchos más camarones…
En su plato, solo había
alrededor de cinco, pero en
el suyo, jhabía más de diez
…! ¡diez!
Te has malinterpretado. No
tengo problemas con mi
hermano. He alquilado una
habitación, porque ml
casa está en proceso de
remodelación. Y si vivo en
el apartamento de mi
hermano, tengo muchos
inconvenientes. Además,
ahora tengo muchas tareas
de estudio, si vivo cerca de
la escuela, puedo
ahorrar más tiempo para
dormir. Eso no es algo tan
importante, por lo cual
Gabriel no necesita
preocuparse por mi. Lo
siento mucho por haberle
causado tantas molestias.
Pronto llegará el tiempo
libre de estudio, ahora me
tengo que ir.
Al escuchar esas palabras,
Frida mostró un poco de
impaciencia en su bello
rostro, pero se contuvo e
insistió:
-¡Luna! -la llamó Frida
mientras la persuadía. -
Andrés está llegando.
¿Puedes considerarlo como
una cena simple conmigo?
No me rechazarás, ¿verdad?
Ya que dijiste que no hay
conflictos entre Andrés y
tú, ¿por qué no cenamos
juntos?
-Pero, perdón. Ya he
cenado. Te acompañaré la
próxima vez, ¿de acuerdo? -
rechazó Luna firmemente.
En realidad, si no fuera por
Andrés, Frida no le
prestaría ninguna atención.
Pero si Frida quería
aprovecharse de ella para
acercarse realmente a
Andrés al principio, había
logrado su objetivo. Ahora
ya
no la necesitaría más,
porque Frida tenía el
privilegio de mantener
estable la relación.
Frida perdió en ese instante
toda su paciencia. Mirando
como se alejaba, dijo con
descontento en sus Ojos
-¿Y valoras tanto tu relación
con el maldito despreciable
de Sergio? Ahora que
Gabriel ha retomado
nuevamente el control de la
familia, él no permanecerá
en la familia por mucho
tiempo y, tarde o
temprano, será echado de
patas para la calle ese
despreciable. Luna García,
te aconsejo que entiendas
claramente la situación. No
importa si quieres el dinero
o el poder, ¡Gabriel debería
ser tu mejor opción
para depender!
Luna se detuvo por un
momento y se volteó.
Mirando a Frida a distancia,
le dijo:
-Creo que tienes un
malentendido sobre mi.
Nunca he pensado
realmente en depender de
alguien más,
incluyendo a tu hermano,
Gabriel. Y no tienen ningún
derecho a interferir en lo
que Sergio y yo vamos a
hacer. Eso no tiene nada
que ver con ustedes.
Frida la interrogó:
-Tienes que tomar una
decisión definitiva entre
Gabriel y Sergio. De lo
contrario, si tienes
relaciones con
ambos al mismo tiempo,
serás no más que una
seductora despreciable.
Las dos se pararon afuera
del salón y toda la clase
podía escuchar la
conversación claramente.
-¿Por qué no me resporides,
dime? -continuó Frida
mientras se le acercaba
paso a paso, con una
presencia imponente.
Frida era una chica que
solía actuar de forma muy
directa. Siempre decía todo
lo que quería y hacía
todas las cosas a su antojo,
porque, incluso si
cometiera errores, habría
alguien más para ayudarla a
resolver el problema:
Sin embargo, Luna no tenía
esa misma suerte. Ella solo
podía depender de sí
misma para liberarse de la
familia García, y también
para lograr cambiar su
miserable destino de la vida
pasada… Por lo tanto, cada
paso que diera sería de
suma importancia para su
futuro….
Capítulo 241
-No estarás pensando, en
jugar con mi hermano
mayor mientras te enredas
con Sergio, ¿verdad? Luna…
¿Qué es lo que realmente
estás tramando hacer? Sería
mejor que lo dijeras
directamente y sin rodeos.
¿Era eso lo que ella pensaba
en realidad? ¿Gabriel
también pensaba de esa
manera, al saber que ella
estaba con Sergio anoche?
Luna lo miró con calma:
-No te preocupes, lo que
has dicho, lo explicaré hoy.
-Con quién salgo y qué
hago, son asuntos
personales mios. No tienen
nada que ver con otras
personas.
-Lo sé, tu hermano mayor
me ayudó muchísimo en el
pasado, estoy realmente
agradecida. Pero no tengo
que hacer cosas según lo
que ustedes quieran. Es
asunto suyo, no tengo nada
que ver realmente con eso.
Si insistes en que elija,
tomaré la misma decisión
que tomé hoy.
¡Era lo que le debía a
Sergio! Incluso si no le
debía nada, y si no había
contactado a Sergio, ellos
no tenían derecho a
interferir en lo absoluto.
Si dejamos de lado lo
pasado, Sergio realmente
era una buena persona.
No era tan malo como ella
se lo imaginaba.
-No tengo miedo, dile todo
esto a él. Frida, tengo mi
propia planificación de
vida, nadie puede ser un
obstáculo para mí. Entrar a
la universidad de la capital
es lo que debo hacer. No
me enamoraré de nadie,
y no malgastaré mi tiempo
en relaciones. En cuanto a
tu hermano, encontraré
tiempo para hablar con él.
Frida… ve a comer con
Andrés. No vendre.
Luna se fue y esta vez sin
obstaculizarse. Cuando bajó
con sutileza las escaleras,
Sergio se inclino,
apoyándose cómodamente
en la puerta, mirando hacia
abajo, con la cabeza baja
observando sus
zapatos.
Luna: -Vamos.
Sergio la siguió en silencio.
A las siete y media de la
noche, Frida se sentó
cómodamente en el asiento
del copiloto del coche de
Andrés
Estaba tan molesta. Se
quejó con Andrés sobre las
palabras de Luna.
Realmente no vas a
intervenir? Si Luna sigue
acercándose de esa manera
a Sergio, mi hermano lo
sabrá. Ten cuidado de
cancelar toda la
cooperación comercial con
su empresa antes de que mi
hermano lo descubra.
Andrés habló fríamente:
-No vine aquí para escuchar
estas tonterías. ¿Dónde está
ella?
-¡Cómo sé yo! De todos
modos, vayamos a comer
primero. ¡Me estoy
muriendo de hambre! -
Frida se abrochó
firmemente el cinturón de
seguridad.
En los ojos de Andrés
apareció una sombra
totalmente oscura,
emanando un frío muy
intenso.
Desabrochó rápidamente el
cinturón de seguridad,
abrió la puerta del coche y
bajó.
Realmente tenía que hacer
algo.
Frida: ¿A dónde vas?
Capítulo 242
La Biblioteca
Luna sacó un papel de
examen de matemáticas
que ella había preparado
con anterioridad, y le pidió
a Sergio que lo hiciera sin
consultar los libros. El
examen consistía en
problemas básicos y solo
ocupaba la mitad de la
hoja.
Normalmente, se podía
completar este trabajo en
media hora. Luna justo
había terminado de
memorizar las palabras de
inglés y también había
hecho muy juiciosa la
comprensión de lectura en
inglés. Sin presionarlo,
Luna no lo observó
mientras trabajaba.
Pasada la media hora, sin
importar si Sergio había
terminado o no, ella le
quitó el papel. Luna revisó
detenidamente la hoja y
notó con claridad que
Sergio no había
memorizado ni siquiera las
fórmulas
matemáticas más básicas.
Al final, obtuvo solo veinte
puntos..
Luna suspiró
consecutivamente, cada vez
más perpleja por el
resultado.
-No entiendo, Sergio… ¿Qué
has estado haciendo estos
dos años?
Sergio lanzó su pluma, se
recostó en la silla con las
piernas cruzadas y sonrió
cínicamente:
-¡Divirtiéndome y tú!
Luna replicó:
-Pero no tanto como tú. Al
menos deberías prestarle
atención en clase. ¿No te
has dado cuenta? Las
preguntas que te hice son
de la primera lección del
libro de matemáticas. No
me digas que ni siquiera lo
has abierto para
estudiarlos.
-Después de dos años
siendo compañeros,
¿todavía no me conoces? -
Sergio extendió la mano
para intentar tocar
suavemente su cabeza. Al
encontrarse con su mirada,
Luna guardó silencio y
mostró una
expresión muy peculiar.
Sergio suavizó su expresión
y extendió el dedo indice
izquierdo, tocando
ligeramente el dedo de
Luna.
-No te preocupes, todavía
queda medio año, puedes
enseñarme y trataré de
recordarlo todo.
Para ella, esos dos años,
aparte de los momentos
desagradables, los
recuerdos felices parecían
desvanecerse por completo.
Luna bajó la cabeza,
ocultando sus emociones
en los ojos. No era el
momento de rescatar viejas
rencillas.
Cuando llegase el día del
examen, probablemente no
tendrían mucho contacto
entre ellos.
Luna habló con
indiferencia:
-No será tan fácil. ¿Quién te
crees que eres? Ni siquiera
puedes resolver esto tan
sencillo, no espere a que
ingreses a la Universidad de
Astraluna. Ya sería bastante
bueno si pudieras entrar a
una universidad normal.
No tuvo tiempo de asistir a
clases de interés debido a él,
y si Miguel se enterara de
esto, la regañaría. Este año,
no sabía si volvería para el
Año Nuevo; llevaba mucho
tiempo sin estar en casa.
Solo la había llevado a casa
para el Año Nuevo y el
segundo y tercer día de ese
año.
-Realmente no confías en
mí, ¿verdad?
-¿Tú qué crees?
Luna tomó un boligrafo
azul cristal y dijo:
-Te guiaré mientras
trabajas. Presta muchísima
atención y recuerda muy
bien todo. Después de
regresar, haz todos los
ejercicios y no dejes
ninguno en blanco.
Recuerda tomar fotos
después de hacerlos y
envíamelos para revisarlos.
A Sergio no le gustaban las
cosas tan complicadas, y
tener que informar todos
los días le resultaba
bastante molesto. Hizo un
sonido de desdén y se sintió
molesto.
Luna insistió:
Sergio, ¿me estás
escuchando, lo que te dije?
Estoy asumiendo la
responsabilidad contigo.
-Responsabilidad ¿Qué
responsabilidad tienes con
él? -Una voz fría y
penetrante resonó en la
biblioteca. Aunque el tono
era bastante calmado, cada
palabra parecía sentenciarla
a muerte.
La llegada repentina de
Andrés, seguido de Frida,
tomó a Luna por sorpresa.
Se puso de pie, quedando a
la mitad de la altura de este
hombre.
Luna lo conocía mejor que
nadie. La calma en el rostro
de Andrés era una
advertencia de su
inminente enojo.
Capítulo 243
Ese aire frio que se
desprendía de él, como un
ligero susurro.
Frida miró con gran
desprecio a Sergio:
-¿No dijiste que le darías
clases particulares? Ahora
parece más como si
estuvieran realmente
enamorados. Luna, no me
digas que realmente te
gusta este salvaje. ¿Por qué
no escuchas lo que yo te
digo?
Vio de nuevo el papel de
examen en la mesa y sonrió
con algo de sarcasmo:
-¿Veinte puntos? La
incompetencia es
simplemente
incompetencia, ya sea en la
familia Sánchez o en la
escuela, Sergio. Estás
realmente destinado a ser
pisoteado por mi hermano
toda tu vida.
Sergio, con las manos en los
bolsillos, tocando el
encendedor en su bolsillo,
sonrió maliciosamente y
dijo:
-Al menos no mendigo
afecto de otros
humildemente.
-¡Eres un desvergonzado! -
Frida apareció de repente
frente a él, y su mano se
levantó y cayó en él.
Un sonido nítido resonó en
la biblioteca.
¡Pah…!
Eco en la biblioteca.
Aún quedaban algunas
personas en la biblioteca, y
al escuchar el sonido, todos
dirigieron su mirada
hacia ellos
-¿Cómo te atreves a
hablarme asi? Eres solo un
bastardo nacido de una
prostituta. La mirada de
Frida era feroz, mostrando
una actitud de ego y
superioridad.
-Basta -En este momento,
casi sin pensarlo,
instintivamente Luna
frunció el ceño y arrastró a
Sergio detrás de ella-. Esto
es una biblioteca, ya no solo
están afectándome a mi,
sino también a otras
personas. Les pido por
favor que salgan de
inmediato.
Frida: ¿Realmente lo
defiendes asi? Sergio… ¿Qué
clase de cosa rara le has
dado a esta muchacha?
-Si ¡Claro, lo defenderé! -La
mano de Luna aún sostenía
la manga de Sergio, y su
mano temblaba
nerviosamente. Esta era la
primera vez que mostraba
semejante valentia para
proteger a alguien.
Frida: -¿Sabes que al hacer
esto no solo me ofendes a
mi, sino a toda la familia
Sánchez? Sin Andrés, su
casa ya habría caído por
completo. ¿Crees que tu
posición se mantendria sin
él? Realmente no entiendo,
En el camino a la
preparatoria, Luna ya había
imaginado qué tipo de
situación enfrentaría hoy.
La gente que pasaba los
miraba extrañamente,
evaluando detenidamente a
las personas que
caminaban
juntas.
-¿Escuchaste que Luna fue
abusada por varias
personas?
-¿Es verdad? Escuché a
otros decir que no es asi,
¿verdad?
-¡Es cierto! En ese
momento, su hermano
estaba alli mirando todo, y
ni siquiera hizo nada por
ayudarla.
Si no me crees, mira los
mensajes en el foro, las
fotos ya se han vuelto
virales.
¡Fotos..!
Luna escuchó claramente,
pero en realidad no sabía
nada sobre las fotos.
De vuelta en el aula
Luna abrio su teléfono,
entró al foro de la escuela y
encontró esa foto.
Capitulo 246
Estaba lloviendo en ese
momento. Ella estaba
rodeada por cuatro o cinco
hombres, con la ropa casi
hecha totalmente jirones,
dejando al descubierto gran
parte de su bella piel.
El rostro se podia ver
vagamente y era el suyo.
Pero ella no lo negó; la
persona en la foto era
realmente
ella. No sabía de dónde
venia esa foto.
La situación se volvió
explosiva rápidamente.
Ahora prácticamente toda
la preparatoria lo sabía.
Todos pensaban que ya la
habían abusado.
Cuando regresó del baño, la
gente que pasaba, incluso si
no decía nada, se alejaba de
ella, temiendo contagiarse.
-No es de extrañar que
haya dejado la preparatoria
durante tres meses… Mira
cómo está, ¡tan sucia!
Luna guardó esos rumores
en su corazón y regresó al
aula. No pasó mucho
tiempo antes de que Julieta
la llamara a la oficina.
Cuando entró en la oficina,
incluso los profesores la
miraban con ojos bastante
inusuales.
En la sala de descanso
aparte, Julieta no se anduvo
con rodeos y le dijo:
-Ya escuchaste los rumores
en la preparatoria, ¿verdad?
¿Tienes algo que
explicarme?
Luna no dijo nada en
absoluto.
-Así que, ¿todas esas cosas
son ciertas?
-Incluso si explico ahora
que no son verdad, ¿serviría
de algo?
Solo creían en lo que
creian, asi que cualquier
explicación era inútil
decirla para ellos.
Julieta guardó silencio por
un momento. Después de
un largo rato, dijo:
-Dado que te has metido en
problemas una y otra vez y
antes de que la dirección
escolar decida cómo
manejar esta situación,
hemos decidido que tomes
un tiempo sabático. El
profesor Pérez se encargará
de encontrar a alguien para
que te reemplace en la clase
de matemáticas avanzadas.
¿Tienes alguna
objeción a esta decisión?
Luna respondió con
desgano:
-No tengo objeciones.
-Bien, entonces ahora
contactaré a tus padres para
que vengan a recogerte.
-No es necesario, me puedo
regresar por mi cuenta.
Después de la lección
aprendida la última vez,
Luna regresó a casa a las
ocho en punto. De paso, fue
al hospital, se le quitaron
los puntos, la herida sanaba,
y ya tenía una cicatriz
evidente que ya se habia
sanado, no se abriria con
facilidad si no se aplicaba
demasiada presión.
Casa de los Sánchez.
En la biblioteca, se sentía
una presión invisible.
Gabriel estaba sentado
frente al escritorio,
esperando a que terminara
la videoconferencia antes
de levantar la mirada hacia
la persona que se
encontraba parada frente a
él. Llevaba puesto el
uniforme escolar de
manera descuidada.
-¿Qué has estado haciendo
afuera todos estos días? -
preguntó.
-¿Qué más puedo hacer?
¿No lo sabes? -respondió
Sergio desinteresadamente
con las manos en los
bolsillos, acariciando el
encendedor en su bolsillo
mientras torcía la cabeza.
El cuerpo de Gabriel se
recostó perezosamente
hacia atrás.
-Tienes razón. De hecho, sé
todo acerca de tus
movimientos. envié
personal a vigilarte no
porque
puedas representar una
amenaza para mi, solo
quiero que no me causes
problemas afuera. ¿Crees
que por llevar el apellido
Sánchez, puedes hacer todo
lo que quieras?
-Hoy, en la empresa, recibí
una demanda del
departamento legal que te
acusa de intimidación y
pelea en el campus…
Gabriel sacó un documento
de la mesa y lo arrojó con
fuerza directamente frente
a él.
-He estado ocupado con los
asuntos de la empresa
últimamente y no te he
prestado mucha atención,
pensé que te comportarías.
¿Y ahora me das esta gran
sorpresa, ¿eh?
Sergio recogió la carpeta
del suelo con una sonrisa.
-Solo fue una broma entre
compañeros, hermano
mayor. No hay necesidad
de prestar demasiada
atención a sus palabras.
Ese “hermano mayor” le
salió bastante natural.
Justo en ese momento,
alguien golpeó la puerta de
la biblioteca, y luego una
mujer hermosa de unos
cuarenta años ingresó.
Llevaba en las manos dos
tazas de leche y algunos
bocadillos.
Veo que aún estás ocupado
trabajando, así que hice
algunos bocadillos. No sé si
serán de tu agrado.
Marta solo tiene cuarenta
años este año, su piel la
cuida muy bien parece
tener poco más de treinta
La llegada de Marta cambió
sutilmente la atmósfera
originalmente tensa y fría.
Gabriel nunca ocultó su
aversión hacia esta mujer.
-¿Quién te dejó entrar? ¡Sal
de inmediato!
Marta no se enfado en
absoluto y dijo
suavemente:
-¿Sergio volvió a hacer algo
mal? Sergio, deberías
disculparte de inmediato
con tu hermano.
Sergio frunció el ceño de
inmediato, bajó la cabeza y
no dijo nada, solo miró en
silencio a Marta, viendo la
suave súplica en los ojos de
su madre.
Sergio lamió sus dientes
posteriores, se sonrió
sarcásticamente y se puso
de rodillas frente a Gabriel.
Marta se dio la vuelta.
-Gabriel, mira, ves Sergio se
arrodilló. El sabe que
cometió un grave error.
Dado que es joven y no
entiende, dejalo pasar esta
vez.
Gabriel dijo:
-No es de extrañar que sean
madre e hijo, las piernas
son naturalmente débiles.
Acostúmbrate a
permanecer de rodillas, no
te levantes hasta que se
resuelva este asunto.
Después de cerrar la puerta
de la biblioteca, Marta, con
sus ojos suaves como el
agua, miró con gran
preocupación a su hijo.
Mamá no sirve para nada,
te hice pasar por algo
doloroso. -Ella acarició el
rostro de Sergio.
Sergio no dijo una palabra
desde que Marta entró.
-No importa, ve. Me las
arreglaré.
-No te preocupes, el señor
Sánchez no está aquí hoy.
Mamá estará aquí contigo.
-¿Qué puedes hacer aquí?
Marta se tapó la boca y la
nariz, se volvió hacia un
lado y tosió.
Sergio preguntó con gran
preocupación:
Te tomaste ya la medicina?
Marta tenia asma, una
secuela dejada por ese
incidente de hace años.
Aunque no se ha curado en
todos
estos años, rara vez tiene
graves ataques si tiene
cuidado.
-No te preocupes, ya la
tome.
Capítulo 253
El camarero aceptó y
respondió con respeto:
-De acuerdo. Espere un
momento.
Poco después, el camarero
volvió empujando un
carrito. Los postres
ocupaban toda la mesa, y lo
que no cabía, se colocó a un
lado.
A Leonardo le encantaba
ver cómo Andrés era
humillado de esa manera
tan cruel. Aparte de ella,
nadie más se atrevía a
tratarlo asi. Se burló de él y
dijo:
Parece que has aprendido
por fin la lección y ya no
comes nada que te den
personas desconocidas.
Antes estabas indeciso,
pensé que podrías insistir
hasta que Miguel muriera.
Sin embargo, parece que te
has ablandado un poco.
Ahórrate las fuerzas. Has
hecho tantas cosas sucias,
ya no puedes dar marcha
atrás Luna García no vale la
pena.
Una sombra de oscuridad
se reflejó en los bellos ojos
de Andrés y dijo fríamente:
Ocúpate de tus propios
asuntos.
Al terminar de hablar, se
levantó muy irritado y se
marchó.
Era cierto que Luna ya no
se atrevía a comer nada que
no conociera. No quería
pagar un alto precio para
aprender esa lección de
nuevo. Después de una
siesta, ya eran las seis de la
tarde. Se levantó y fue
directo a la cafetería a
comer algo. Luego, fue a
disfrutar de un baño
termal.
Cuando regresó a la
habitación, se sobresaltó al
ver a un hombre sentado
cómodamente en el sofá.
Pero, recordó haber
cerrado la puerta antes de
salir… ¿¡Cómo podía este
entrar en su habitación!?
Dijo enfadada:
-¡Esta es mi habitación!
Andrés Martínez, ¿cómo
puedes entrar sin mi
permiso!? ¡Lárgate de aquí!
Además del hombre, había
todos los postres en la mesa
de café. Luna rápidamente
los reconoció.
-¡Ven aquí! ordenó Andrés
con una voz bastante fría.
Aparentemente, no prestó
atención a las palabras de
Luna. Al escuchar su orden,
Luna retrocedió un
poco por el miedo que le
causaba.
Ella estaba tan familiarizada
con él que sabía que estaba
enfadado. Si realmente se
acercaba, temía que
hiciera algo realmente
excesivo. Por lo tanto, salió
corriendo de la habitación
y presionó el botón del
ascensor en pânico.
Sin embargo, al instante,
sintió un fuerte dolor en la
cabeza.
Andrés agarró su cabello
con fuerza. Luna luchaba
mientras gritaba, pero no
logró escapar. Fue
arrastrada de regreso a la
habitación…
Capítulo 260
Luna se dejó caer
pesadamente en el sofá,
sintiendo un fuerte dolor
muy punzante en la cabeza.
Intentó levantarse, pero
Andrés la empujó de nuevo
contra el sofá.
-Has visto a tu hermano,
¿pero por qué té escapaste?
¿Ahora todavía intentas
escapar? -dijo Andrés
con una sonrisa malévola
como un monstruo del
infierno.
-¿Qué pretendes hacer? -
exclamó Luna
acurrucándose en el rincón
del sofá, con un miedo
evidente en su rostro.
Andrés tomó una caja de
pastelitos blancos y bonitos,
se sentó a su lado y la abrió,
mientras le decía:
-Te gustan los dulces,
¿verdad? ¿Qué te parece si
te alimento?
Le ofreció una cucharada
de pastel cerca de la boca.
Luna le preguntó:
-¿Qué veneno has puesto
esta vez?
Clavó la mirada aterradora
en su rostro y esperaba su
reacción y respuesta.
Luego, apartó la mano de
Andrés con fuerza, y se
burló:
-No los comeré. ¡Lárgate de
aquí!
Luna intentó apartarlo con
un empujón, pero no lo
logró y de repente las
lágrimas cayeron de sus
ojos. Justo cuando estaba a
punto de levantarse, Andrés
agarró con fuerza su cuello.
Su espalda fue
presionada contra el pecho
firme del hombre. Luna
incluso podía sentir el
fuerte ardor de su piel
transmitido a través de la
ropa.
Andrés se acercó a su oído y
le susurró en voz muy baja
pero peligrosa:
-Andrés, ¡suéltame! -
exclamó Luna mientras
luchaba por liberarse.
-¿Tienes miedo de morir?
Pero, recuerdo que antes no
lo tenías, ¿verdad? No
quiero hacerte daño
ahora. Si me obedeces, tal
vez puedas evitar sufrir
tanto.
Extendió la mano hacia ella,
mientras Luna, llena
completamente de miedo,
se apartaba de él.
Andrés le arregló
suavemente el cabello
desordenado. Apartando
ligeramente el cabello, vio
la piel enrojecida por el
tirón.
Luna no entendía qué
demonios pretendia hacer
este tipo, así que su cuerpo
permanecía tenso. De
repente, sintió que la gran
mano del hombre
acariciaba su hermoso
cabello, pero no sintió
ningún
sentimiento calido
transmitido por ese gesto.
Amenazas seguidas de
consuelo, ese era el gran
truco típico de Andrés. Sin
embargo, ella ya no era la
niña pequeña de antes.
Una hora después, al mirar
nuevamente el pastel que le
ofrecía, Luna frunció el
ceño con odio y total
rechazó:
-No lo comerė.
Además, a partir de ahora,
no comería más pasteles.
Debido a su obediencia,
Andrés no llevó a cabo
más sus acciones violentas.
Sin embargo, Luna fue
obligada a comer cinco
pasteles… Ya sentía náuseas
por el intenso dolor de
estómago.
Afortunadamente, Andrés
por fin la decidió soltar.
-¿Vas a ducharte primero, o
yo?
Andrés preguntó con gran
calma, como si estuviera
discutiendo quién debería
comer primero.
Luna, todavía temblando,
respondió con voz muy
exaltada:
-¡Esta es mi habitación, no
quiero compartir el espacio
contigo! ¡Te pido que te
vayas, ahora mismo!
Andrés no le respondió,
pero terminó el pastel que
había dejado a medias.
Luego, se levantó,
desabrochó
lentamente la chaqueta del
traje y estaba a punto de
soltar el cinturón de los
pantalones.
Luna apartó rápidamente la
mirada y se volteó. Cedía:
-Si quieres quedarte en esa
habitación, entonces
quédate.
-Ya pregunté y no hay
habitaciones disponibles. Si
quieres irte, hazlo -dijo
Andrés con una sonrisa
fria.
Al terminar de hablar, se
dirigió al baño. Luna no
pudo evitar insultarlo:
-¡Descarado!
Mientras Andrés se iba a
duchar, Luna bajó
rápidamente a la recepción
y se enteró de que
realmente no
quedaban habitaciones
disponibles… Además,
debido a la fuerte nevada,
las carreteras estaban
bloqueadas y muchos
visitantes incluso tuvieron
que alojarse en la sala del
hotel, temblando de frio.
Desanimada, Luna regresó
a su habitación. El hombre
aún no salía del baño y,
considerando la situación,
probablemente no se iría
hoy.
Sacó otra manta dei
armario y la extendió en el
sofá. Era imposible
convencer a Andrés de que
durmiera en el sofa, asi que
ella misma tendria que
hacerlo.
Luna no lo miró,
simplemente le dijo:
-Mañana se despejará el
camino. Hoy tú duermes en
la cama, yo dormiré en el
sofá.
Capítulo 261
Andrés parecia no haber
escuchado nada. Se puso las
pantuflas y se sentó frente
al tocador, cerrando los ojos
perezosamente y dando
simplemente órdenes:
Ven y sécame el pelo.
Luna se detuvo al instante
sin responder.
Después de un rato, Andrés
se impaciento y abrió
ampliamente los ojos.
Mirando su reflejo en el
espejo, repitio:
-¿Acaso estás sorda, no
escuchaste mis palabras?
Su tono era familiar para
Luna Siempre había sido
una persona dominante. En
su vida anterior, Andrés
solia comprarle ropa y
obligarla a ponersela. Si ella
se resistia a hacerlo, él
perdia la paciencia y le
hablaba de la misma
manera.
Luna ya tenía mucha
experiencia en distinguir
los diferentes pensamientos
de este hombre. Si ella
simplemente seguia su
voluntad, él no le haria
daño en absoluto. Estaban
solos en una habitación y
Luna no pudo evitar sentir
miedo de quedarse con él.
Además, ahora no tenía
señal y si realmente pasaba
algo, ni siquiera tendria la
oportunidad de hacer una
llamada.
Luna se acerco lentamente
y buscó un secador de
cabello, lo enchufó en el
enchufe del tocador y
probó el aire caliente.
Su cabello no era largo, así
que pronto ya estaba seco.
– Ya… ya está seco -
tartamudeó Luna.
Ella recogió el secador.
Andrés se levantó
bruscamente y se lanzó
sobre la cama de forma
natural.
-Apaga la luz -ordenó.
Luna no le respondió. Se
acostó en el sofá, agarrando
nerviosamente la manta.
Tartamudeo:
Yo… yo… yo estoy
acostumbrada a dormir con
la luz encendida…
Andrés tampoco dijo nada
más.
Finalmente, Luna no pudo
resistir la presencia
dominante de Andres y fue
a apagar la luz, dejando solo
una tenue fuz nocturna.
Luego, volvió a acostarse en
el sofá y cerró muy fuerte
los ojos Pronto, Eran las
cuatro y media de la
madrugada. Andrés
escuchó ei leve sonido del
agua en el baño
Luna estaba bajo el agua,
rascándose cada vez más
fuerte. Tenía fuertes
arañazos y marcas de
sangre en el cuello y en
varias partes de su cuerpo,
incluso su rostro estaba
seriamente hinchado.
En ese momento, él llamó a
la puerta:
-¿Hasta cuándo vas a seguir
bañándote? ¡¿Qué estás
haciendo?!
Luna se apoyó contra la
puerta y respondió
llorando y sollozando:
-¡Todo realmente es por tu
culpa! Debería saber que
tenías malas intenciones.
¡De verdad que querías
matarme! ¡Lárgate de aqui!
Andrés se enfureció de
repente. Frunció el ceño y
siguió golpeando con
fuerza la puerta:
-¡Te doy cinco minutos
para salir del baño!
Le picaba tanto, le picaba
tanto todo su cuerpo. Luna
ya no podía aguantar más y
se frotó los arañazos.
Al escuchar los sollozos,
Andrés se volvió aún más
irritado. Dio un fuerte
golpe y abrió la puerta. El
fuerte golpe asustó por
completo a Luna.
Ella estaba desnuda. Al ver
al hombre, se abrazó para
cubrirse y gritó
desesperada:
-¡Sal de aquí! ¡Por qué
entraste sin mi permiso!
¡Sal ahora mismo!
En pánico, agarró una taza
de cristal y la arrojó hacia
Andrés, pero él ágilmente
esquivo fácilmente.
Él dio un paso adelante y
agarró su mano. Se percató
de los arañazos que cubrían
su piel blanca y suave.
¿Se los había hecho ella
misma con sus propias
uñas?
-¡Suéltame, no me mires,
vete ahora de aqui! -
exclamó Luna.
¡La había visto
completamente desnuda!
-¿Qué te sucedió con eso? -
preguntó su voz fría, con
un leve rastro de pánico y
preocupación.
-¿Me lo estás preguntando?
Fuiste tú quien puso algo
venenoso en el postre, ¿no
es asi? Gracias a tus
malas intenciones, ¿estarás
satisfecho ahora ya?
Mientras exclamaba triste y
desesperada, las lágrimas
caían incontrolablemente.
Andrés frunció fuertemente
el ceño. Agarró con agilidad
una toalla y la envolvió,
luego la llevó fuera de la
habitación rápidamente.
Capítulo 262
En otra habitación, de
repente, se escuchó un
fuerte estruendo, lo que
hizo que ambos en la cama
se sobresaltaran de
inmediato.
La mujer se escondió bajo
las sábanas, sin atreverse a
asomar la cabeza.
Leonardo, con los brazos al
descubierto y una mirada
fría, giró la cabeza y
preguntó irritado:
-¿Quién diablos está
molestando?!
Andrés entró con rapidez y
colocó a Luna en el sofá.
Ordenó:
-Rápido, vistete y ven a
ver.
-¡Me pica mucho!
¡Suéltame! -gritó Luna
sufriendo.
Las manos de Luna estaban
fuertemente atadas con una
corbata, y cuando intentó
rasgarla de su cuello,
él la detuvo de inmediato.
Dijo en un tono muy serio:
-¡Aguanta!
A pesar de estar atada, Luna
no podía controlarse, por lo
que Andrés volvió
nuevamente a sujetarla.
Leonardo se puso pálido de
enojo, de inmediato
recogió impacientemente
sus pantalones del suelo,
maldiciendo entre dientes,
y luego cogió una camiseta
para vestirse.
Con el cabello
desordenado, labios finos y
rojos, Leonardo mostraba
una apariencia malévola y
salvaje.
Se acercó lentamente al
sofá y extendió la mano
hacia el pecho de Luna.
Al ver su acción, Andrés
entrecerró los ojos y agarró
su muñeca, mientras le
preguntaba:
-¿Qué pretendes hacer?
Desde la habitación, ella
percibió el delicado aroma
del aceite esencial de rosas.
Ese olor… debia ser
posiblemente un
afrodisíaco…
Leonardo dijo con
impaciencia:
-Solo estoy revisando su
situación.
Andrés soltó su mano con
fuerza y subió las mangas
de la camisa de Luna,
revelando las marcas rojas
causadas por los arañazos y
también varias manchas
rojas muy pequeñas.
¿Por estas cosas me
interrumpiste? ¡Maldición,
Andrés! -insultó Leonardo
con una mirada penetrante
que casí queria matar a
Andrés y añadió -: ¡¿Es solo
una simple alergia, pero
ninguno de ustedes tiene el
conocimiento básico?!
¡Lárguense de aquí! ¡Ahora
mismo!
Andrés frunció el ceño y
miró sorprendido a Luna
Preguntó
-¿Qué has comido? ¿No
sabes a qué eres alérgica?
¿Estaba enfadado con ella?
¿La había obligado a comer
tantas cosas y ahora estaba
enojado con ella?!
Luna inhalo
profundamente y, enojada,
le gritó muy fuerte:
Me obligaste a comer de
todo, ¿cómo voy a saber a
qué soy alérgica? Eres tú
quien quiere matarme y
no necesitas ahora fingir ser
amable conmigo!
Andrés no respondió,
frunció el ceño y preguntó:
-¿Si tienes medicamentos?
Leonardo respondió
impaciente:
-Ahora son las cinco de la
madrugada y aún no
amanece. ¿Dónde diablos
voy a encontrar
medicamentos para ti?
¡Lárguense de la habitación
ahora mismo!
Además, la carretera estaba
totalmente bloqueada por
la nieve, y la única opción
era esperar a que se
despejara un poco y hasta
entonces podrían ir al
hospital.
De regreso en la habitación,
Luna estaba atada en la
cama, pateando las mantas
desesperadamente. Con
una toalla enrollada en la
boca, gritaba muy fuerte, lo
que le provocaba un fuerte
dolor de cabeza a Andres
Él se paró en el balcón con
el ceño fruncido y una
expresión sombría. Sabía
que se había buscado
problemas…
Ahora ya amaneció afuera,
y ambos habian pasado la
noche sin descansar, pero
ella parecía estar enérgica”
debido al fuerte dolor
Además, la señal del hotel
había sido restaurada. Hizo
una llamada y del
otro lado respondieron
rápidamente.
Andrés preguntó con su voz
fria:
-¿Está todo listo ya?
Álvaro respondió:
-Si. Pueden salir en diez
minutos. Sin embargo, la
altitud en la cima de esta
montaña es demasiado alte
por lo que es
Andrés entrecerró los ojos y
ordenó:
Y qué?
En realidad, después de
aquel día, la relación entre
ella y Frida también se
había vuelto tensa.
De hecho, sería más preciso
decir que desde el
principio, Frida se acercó a
ella debido a Andrés.
Ahora, que ya habia
logrado su objetivo, ya no
necesitaba fingir ser su
buena amiga. Ambas solo
actuaban por
sus propios intereses.
-En cuanto a las palabras de
Frida, la pediré que se
disculpe contigo.
Con la cabeza agachada,
Luna miraba la mano que
descansaba sobre su dorso.
Sentía el suave calor de
su palma y su propia mano
parecía no estar tan fría en
esos momentos.
-Frida hizo todo por mi.
Ella sabe cómo me siento
hacia ti, pero estaba
demasiado impaciente. En
cuanto a lo que Sergio te
debe, yo te lo pagaré en su
lugar. En realidad, entre él
y yo, existe una relación
mucho más complicada de
lo que en verdad te
imaginas. Aún eres muy
joven y te lo explicaré poco
a poco con el tiempo.
Ahora, mi único deseo es
que me des un pequeño
lugar en tu hermoso
corazón, aunque sea solo
un poco. Solo quiero ser un
poco diferente para ti en
comparación con los
demás.
En su opinión, Luna era
como una botella y él era
como gotas de agua. Día
tras día, la botella se
llenaría
hasta el día en que estuviera
completamente llena.
Luna lo miró
profundamente. Vio los
deseos de posesión de
Gabriel, pero también
percibió que él en ese
momento se encontraba
conteniendo. Esa era la
diferencia entre él y
Andrés. En su vida pasada,
Andrés le mostró una
posesión excesiva y casi
enfermiza, porque era una
persona oscura y terca.
Sin embargo, no entendía
por qué los sentimientos de
Gabriel ejercían tanta
presión sobre ella. Se sentia
muy reprimida, pero
comprendía que esa no era
la intención de Gabriel.
Además, en su plan, no
necesitaba a nadie más. Lo
único que quería ella era
obtener la completa
libertad. Por lo tanto, la
emoción de Gabriel era un
factor inesperado para ella.
No sabía como responder y
nadie podía ayudarla en
este momento, pero él
estaba esperando su rápida
respuesta…
-Yo… -dijo luna mientras
bajaba la cabeza. En
realidad, todas las personas
son iguales para mí, porque
no quiero ser propiedad de
nadie. Solo quiero ser yo
misma. Tengo mis propias
metas y sueños que aún no
he logrado alcanzar.
Actualmente, lo único que
quiero hacer es no
depender de nadie, ingresar
a la Universidad de
Astraluna y completar mis
estudios. Es cierto que no
puedo entender lo que me
has dicho. Incluso en el
caso de Sergio, tan solo
quiero devolverle los
favores y nada más.
-Entiendo. Me alegra que
puedas compartir tus
pensamientos conmigo. Sea
cual sea tu decisión, la
comprenderé y te apoyaré
siempre -dijo Gabriel
mientras acariciaba el
cabello de la chica, incluso
propuso. Si no quieres
quedarte en la familia
García, puedo ayudarte a
salir de allí. Puedes venir a
la familia Sánchez, a mi
lado, yo te protegeré
Liora le respondió:
-Un señor de apellido
Sánchez. Él vino a visitar a
Luna. Los dos charlaron
animadamente un poco en
el pabellón, pero no sé de
qué hablaron. Después de
que ese señor se fue, Luna
se ha quedado en la cama
muy pensativa. Además, le
dijo a Luna que los rumores
en la preparatoria ya están
resueltos, y Luna podrà
regresar a la preparatoria
tranquilamente la próxima
semana.
En ese momento, parecia
como si hubiera una
tormenta en los ojos
profundos de Andrés.
Después de un
silencio sofocante, volvió a
preguntar:
-¿Y cómo está de su
enfermedad?
-Mañana podrá salir del
hospital. Los sintomas en su
cuerpo necesitarán otros
dos o tres días para
desaparecer por completo -
respondió Liora.
Andrés agitó ligeramente la
mano y Liora se retiró en
silencio.
Mientras Luna dormia,
sintió que su rostro le
picaba nuevamente. Aun
profundamente dormida
debido a la falta de sueño
de la noche anterior a causa
de la terrible alergia, sin
darse cuenta, se rasgó el
rostro y volvió a dormirse
de inmediato.
A su lado, había un gran
espacio vacío. El hombre se
quitó los zapatos, levantó
las sábanas y se acostó
junto a su cuerpo. En la
manta, además del olor del
ungüento, había también el
aroma dulce y delicado
de la muchacha
Andrés cerró los ojos y
descanso tan solo un poco.
Creía que se quedaría
dormido rápidamente, sin
embargo, se mantenia
sorprendentemente
despierto. En su cuerpo,
siempre había una bestia
aterradora
en la profunda oscuridad.
Era un monstruo
encadenado que no podía
mostrarse bajo la luz. Una
vez que
se liberara de su cuerpo,
superaría su límite de
control. Pero no tenía otra
opción más que contenerlo
el mayor tiempo posible..
Al día siguiente, Luna
despertó naturalmente más
relajada. Lo primero que
hizo fue revisar las
manchas
rojas en sus brazos y se dio
cuenta de que habían
disminuido
considerablemente.
De repente, una idea muy
aterradora cruzó por su
mente, lo que le hizo sentir
un leve escalofrío. En ese
momento, Liora entró en la
habitación con un bello
ramo de flores en la mano.
El aroma fresco llenó el
aire. Luna le preguntó con
gran cautela:
-Liora, anoche mi hermano
vino?
Libra respondió
S pero solo se quedó unos
minutos y se fue.
-¡Me equivoqué en
realidad! ¡No lo quiero!
De repente, agarró el cuello
de Luna, casi levantándola.
Con una mirada malévola,
le dijo:
-Será mejor en realidad que
sepas que estás equivocada.
Pasa tres días a la semana
conmigo, ¿entendido?
Luna parecía una presa
intimidada y dócil, con ojos
llenos de pánico y lágrimas
que se deslizaban por su
bello rostro tembloroso.
Ella afirmó.
Andrés finalmente la soltó
satisfecho, se quitó el traje y
se lo puso a ella.
Ir en contra de él nunca le
traería beneficios. Sería
mejor aceptar la triste
realidad.
La mansión de la familia
Sánchez estaba en una zona
bastante tranquila, cerca de
la periferia.
La calle, ahora desierta,
apenas tenía algo de
tráfico.
Envuelta en el traje, Luna se
encogió en el asiento del
coche, con la cabeza baja,
sin atreverse a decir
una sola palabra.
Cuando llegaron a la
mansión Sánchez, Andrés
detuvo lentamente el
coche. Luna estaba tan
ansiosa por bajarse, pero la
puerta estaba cerrada con
llave.
…Dėjame bajar. -Su voz era
algo débil, sin el ímpetu
anterior.
De repente, Andrés se
inclinó, desabrochó el
cinturón de seguridad y
Luna tembló al instante.
El miedo era algo bueno.
Quizás sería más obediente
en el futuro.
Andrés sujetaba su barbilla
y la obligaba a mirarlo. La
besó en los labios durante
un rato. Luna mantuvo los
ojos cerrados, resistiéndose
por completo a empujarlo
hasta que él se apartó.
Solo cuando Andrés vio a
alguien salir de la casa, se
alejó de ella.
-Antes de ir a dormir,
recuerda enviarme un
mensaje. También, deja de
tener esas ideas tan malas, ¿
entendido?
La boca de Luna estaba
impregnada con su aliento.
-Entendido.
-Ahora, vete.
Capitulo 286
Luna abrió la puerta
cuidadosamente y bajó del
coche.
El guardia estaba
patrullando cerca de la
puerta. Saludó a Luna:
-Señorita.
En el grupo Sánchez, en el
escritorio de Gabriel, habia
muchas fotos de Luna y
aquel hombre. Los dos
salieron del restaurante,
caminaron en el centro
comercial, y el hombre le
puso el collar….
Las fotos ya eran suficientes
para cubrir todo el
escritorio. Además, ellos se
quedaron en el coche
durante una hora entera,
con las ventanas tintadas,
no lograron capturar fotos
en este proceso.
Sin embargo, en cuanto a
que habían hecho durante
esa hora, ya era más que
obvio…
-¿Cuántos proyectos ha
obtenido recientemente la
empresa Riviera? -preguntó
Gabriel a Rafael.
-No muchos, pero estos son
proyectos muy importantes
para ellos. Andrés ha sido el
responsable de los
principales. Y Álvaro se
encarga de supervisar los
otros-respondió Rafael.
-Con la ausencia de Miguel,
parece que él tiene mucho
más tiempo libre… Ve y
busca más empresas
para colaborar con él -
ordenó Gabriel.
-Pero, si lo hacemos,
estaremos formando el
camino para Andrés, ¿no es
así?
-Dale las colaboraciones
insignificantes. Ese dinero
será mucho para ellos, pero
no para nosotros. No vale la
pena preocuparse por eso
tan insignificante.
-Como usted ordene.
Rafael se quedó un poco
confundido. ¿El presidente
estaba entregando dinero a
la familia García por la
señorita Luna?
Cuatro días después, llegó
el fin de semana. Por lo
general, aunque Gabriel
estaba muy ocupado en las
jornadas laborales, tendría
tiempo para descansar un
poco. Se levantó a las seis
de la mañana. A esta hora,
Luna todavía estaba
durmiendo, porque solía
despertarse a las ocho.
Luna se había acostado
temprano anoche. Hoy
tendría que ir al Campo de
Golf Excelencia Lider, para
tomar muy juiciosa las
clases de golf.
Se arregló un poco el largo
cabello ligeramente
ondulado con la mano y lo
ató con una goma elástica.
Bajó muy apresurada las
escaleras y, vio a Gabriel
que llevaba un traje
deportivo blanco. Estaba
bebiendo agua mientras
recibía la toalla que la
criada le entregó y se
secaba el sudor de la
frente.
Al ver a la persona que
bajaba las escaleras, hizo
una señal con la mirada a la
criada a su lado. Y la criada
ya lo entendió de
inmediato y se dirigió a la
cocina para traer todo el
desayuno a la mesa.
Luna había recogido su
cabello en un moño en la
parte posterior de su
cabeza. Saludó
amablemente a Gabriel:
-Buenos días.
Gabriel respondió con una
sonrisa:
-Buenos días. ¿Dormiste
bien anoche?
Luna afirmó y preguntó:
-¿Hoy no vas a trabajar?
Normalmente, rara vez lo
veía a esta hora, ni
mencionar que llevaba una
ropa deportiva. Parecía que
acababa de regresar de
correr afuera.
-He estado tan ocupado y
no he tenido tiempo
suficiente tiempo para
pasar contigo. Por lo tanto,
he reservado tiempo para
acompañarte -dijo Gabriel.
Sin embargo, Luna no
mostró mucha emoción
especial y se disculpó:
-Hoy tengo clases de golf.
Hice una reserva y no
puedo cancelarla. Lo
siento.
En realidad, también era
porque el tiempo de Noah
Pascual era muy costoso. Si
lo desperdiciaba, sería
una pena para ella.
Gabriel sintió una ligera
decepción y le dijo
amargamente:
-Pensé que finalmente
tendríamos tiempo para
estar juntos…
Luna se sirvió un churro y
respondió:
-Podemos esperar la
próxima vez. He faltado a
muchas clases
extracurriculares. Todos
mis
compañeros son muy
sobresalientes y también
tengo que esforzarme
mucho por aprender más
temas.
De lo contrario, me
quedaré atrás.
-¿Tienen tanta presión de
estudiar incluso en la
Preparatoria Privada
Aurora? -preguntó Gabriel
mientras le servía un café.
Luna suspiró con una
hermosa sonrisa:
-No tengo mucho talento
en los estudios, por eso
tengo que hacer más
esfuerzos. También espero
poder aprender todas las
cosas de una sola vez, así no
necesitaré practicar tanto…
¿Y tú? También
estuviste en la misma
preparatoria, seguro
obtuviste muy buenas
calificaciones, ¿verdad?
-Si, claro fue en el pasado.
Olvidalo.
En ese momento, Adolfo se
acercó y la saludó:
-¡Señorita!
Luna también le respondió
el saludo.
Capitulo 288
Gabriel tomó un pequeño
sorbo de su café. La manga
arremangada reveló su
tatuaje. Cuando movía el
brazo, las venas
prominentes y enroscadas
le daban un ambiente
misterioso y algo atractivo.
Preguntó a
Adolfo:
-Adolfo, ¿tienes algo que
decirme?
-Sí, se trata de la abuela… -
respondió Adolfo muy
respetuosamente, mientras
desviaba la mirada hacia
Luna, titubeante.
Gabriel ordenó:
-Adelante.
Estos días, Adolfo estaba
muy ocupado con los
asuntos en la mansión
principal debido a que el
mayordomo se tomó un
permiso por enfermedad.
Adolfo continuó hablando:
-La señora ha estado algo
resfriada. Quiere verte, y
también… a Luna.
Luna estaba tomando
tranquilamente su café. Al
escuchar esto, se detuvo un
poco y de repente se sintió
un poco nerviosa.
¿La abuela quería verla?
¿Sería una visita normal o
habrá otra intención detrás
de esto?
Gabriel golpeaba la mesa
con su dedo esbelto, con
una expresión muy
pensativa, le preguntó
suavemente un buen rato
después:
-Luna, ¿quieres visitar a la
abuela?
Luna dejó la taza y
rápidamente agarró su
vestido. Después de un
momento, levantó
tímidamente la
cabeza, tartamudeando:
-Lo siento…
Se levantó y el cucharón en
su mano cayó al suelo de
inmediato. Lo recogió
rápidamente y respondió:
Me tengo que ir. De lo
contrario, llegaré tarde a la
clase.
Mientras hablaba, se puso la
mochila. Gabriel también
se levantó para despedirse:
-Te llevaré alli en coche.
No, rio es necesario,
gracias. El chofer ya está en
la puerta. ¡Gracias! -rechazó
Luna de inmediato.
-¡Luna!
-Esto.
Andrés sacó un lápiz de su
estuche y miró con
detenimiento el problema:
–
-¿Cálculo universitario? -
levantó el libro y miró la
portada. Estos problemas
son demasiados
avanzados, no son
adecuado para tu nivel.
Luna no respondió.
Recordaba que el nivel
educativo de Andrés no era
muy alto. Siempre aprendía
por sí mismo cuando lo
necesitaba. Por lo tanto,
Luna no sabia realmente,
cuál era su nivel real detrás
de su fachada
-Eso no tiene nada que ver
contigo. Solo estoy
haciendo lo que me gusta.
Andrés no dijo nada más al
respecto y, comenzó a
explicarle detalladamente el
problema. Explicó de
manera muy clara y
concisa, sin ser pedante.
Luna también lo entendió
rápidamente, después de
todo, tan solo quería probar
su nivel.
Habla que admitir que,
Andrés realmente tenía
fuertes habilidades. No era
de extrañar que Miguel lo
valorara tanto e Isabel
pudiera ingresar al
campamento de
matemáticas en tan corto
tiempo.
-Ya lo entiendo, gracias.
-¿En serio?
-No soy una tonta -
respondió Luna muy
fríamente.
Andrés pasó las páginas y
encontró un problema
similar, luego le dijo
señalándolo:
-Prueba con la misma
técnica que te he enseñado.
En su vida anterior, después
de casarse con él, Andrés
siempre la menospreciaba.
Por lo tanto, esta vez no se
permitiría que se repitiera
lo mismo. En menos de
cinco minutos, Luna
resolvió el problema.
-No está mal.
Mientras hablaba, Andrés
acarició tiernamente su
cabello, lo que hizo que los
nervios de Luna se
intensificaran. No pudo
evitar decir:
-Ve a ocuparte en realidad
de tus asuntos. Ya no tengo
más problemas.
-Tranquila, te acompaño.
Sigue.
-Pero, prefiero quedarme
sola…
Porque, no podía soportar
su mirada algo extraña y
ardiente. Tenía miedo
incontrolable cuando él
estaba a su lado
vigilándola.
Capítulo 300
-¡Andrés!
Entre los dos reinaba un
silencio incómodo, el cual
fue roto al escuchar la voz
de Isabel desde el pasillo.
Pronto, su delicada figura
apareció en la puerta.
Andrés preguntó
fríamente:
-¿Qué pasa?
Isabel respondió:
-El tío Miguel te está
esperando en el estudio.
-Ya lo sé.
Luna no pudo evitar
decirse para sí misma que
en esa ocasión Isabel era
realmente su salvación.
Después de que Andrés e
Isabel se marcharon, Luna
cerró rápidamente la puerta
de la habitación y la
aseguró con llave.
En el estudio, Andrés
saludó a Miguel:
-Padrino.
Miguel estaba concentrado
rezando con un crucifijo
mientras hablaba:
-Durante mi ausencia, ¿ha
pasado algo en la empresa?
¿Hay algo que quieras
decirme al respecto?
Andrés respondió
respetuosamente:
-En cuanto a lo que le
sucedió a Luna en el pueblo
de Atenguillo, fue toda
culpa mía. No la protegi
adecuadamente. Estoy
dispuesto a aceptar
cualquier castigo que me
imponga por ello.
-¿Descubriste quién está
detrás de todo esto?
-Son los subordinados de
Jacob. Anteriormente
tomamos uno de sus
territorios por la fuerza y lo
enviamos directo a la cárcel
durante dos años.
Recientemente fue liberado
y quiere vengarse de
nosotros dañando a Luna.
Miguel le respondió
tranquilamente, con un
ambiente peligroso:
-Haz que regrese a la
prisión de la misma forma
en que lo hicimos la
primera vez. Si es
necesario, asegúrate de que
la familia Sánchez se entere
de esto. Sería mejor si ellos
se encargan de ello y
podemos evitar
involucrarnos.
-Entendido.
-Tener tus propios
territorios y fuerzas en la
ciudad no es una tarea nada
fácil. Debes ayudar más a
Luna para que se case con
el heredero de la família
Sánchez. De esta manera,
cuando asumas mi
posición, tendrás menos
preocupaciones-le enseñó
Miguel.
-Como usted ordene, señor
-respondió Andrés, con sus
ojos tan oscuros como el
ónix, a lo que
respondió.
-Aparte de los asuntos
acerca de Luna, no olvides
tus propios planes en el
matrimonio con Frida
Ríos.
-No se preocupe, lo tendré
en cuenta. No lo
decepcionaré.
-Muy bien. Ahora vete.
Además, controla a tu
mujer y no permitas que
arruine los planes.
-Entendido.
Después de salir del
estudio, Andrés se percató
de que Isabel había estado
escuchando cuidadosament
e en la puerta y frunció el
ceño. Agarró la muñeca de
Isabel y la arrastró hasta el
balcón del segundo piso.
Allí la reprendió
seriamente:
-¿Cómo te atreves a espiar
nuestra conversación?
¿Crees que Miguel no se
daría cuenta de ti?
Isabel exclamó muy triste:
-Si no lo hubiera
escuchado, Andrés, nunca
me habrías contado sobre
tu plan del matrimonio con
Frida,
¿verdad? Pero, me
prometiste que nunca me
abandonarías… Bien sabes
que me gustas mucho…
Las lágrimas brotaron de
los ojos de Isabel y cayeron
al suelo en un silencio
sofocante.
Andrés dijo:
-Isabel, jestas cosas no
tienen nada que ver
contigo! ¿Has olvidado todo
lo que te dije
anteriormente?
En la familia García, debes
controlar bien tu lengua.
¿Acaso no he sido
demasiado indulgente
contigo últimamente y has
olvidado todas las reglas
establecidas desde el
principio? ¡Será mejor que
olvides todo lo que has
escuchado! ¿¡Entendido!?
Sin embargo, Isabel había
perdido el control en ese
momento y exclamó a
gritos:
-Luna tiene a su padre, a
Gabriel, y también a Sergio
a su lado, ¡Pero yo no tengo
a nadie más que a ti! Y
ahora, incluso tú me vas a
abandonar… ¿Por qué
debería seguir obedeciendo
tus palabras? ¡De veras te
odio!
Dicho esto, Isabel se fue
corriendo con profunda
tristeza.
Luna, con un pedazo de
pan y una taza de leche
caliente en la mano, se
detuvo cautelosamente en
el pasillo de la planta baja.
No quería escuchar esas
cosas, pero la voz de Isabel
era tan alta que no pudo
evitar escucharla.
Afortunadamente, Isabel
subió las escaleras,
Mientras ella también subía
las escaleras tratando de no
hacer tanto ruido, se
encontró con una figura
con un par de zapatos
negros.
Se sobresaltó un poco y
levantó con rapidez la
mirada…
Capítulo 301
Luna pensó, que no
terminarían tan rápido, así
que bajó a buscar algo de
comer, sin esperar
encontrarse con semejante
situación.
Fingiendo no saber nada,
dijo:
-¿Qué le sucede a Isabel? La
vi subir apresuradamente
hace un instante.
Andrés la miró fijamente,
con una expresión sombría
en su rostro:
-Eso no es asunto tuyo, y
no preguntes más. No hace
mucho tiempo que
cenamos, ¿por qué tienes
hambre de nuevo?
Ella dio un leve mordisco al
pan:
-Simplemente tengo
hambre. Voy a subir. -dijo
Luna mientras daba un
paso, pero Andrés se
interpuso en su camino.
Luna se puso alerta y
retrocedió al instante un
paso:
-¿Qué pretendes hacer?
-Acompáñame al hospital.
-No voy a ir. -se negó
rotundamente Luna.
Andrés miró a Luna, que
estaba encogida a un lado,
frunciendo el ceño. Agarró
muy fuerte su mano y la
llevó fuera de la casa.
Hasta llegar a la sala.
Luna casi dejó caer la leche
que tenía en las manos:
-Deja de ser tan brusco.
¡Casi se me cae la leche!
-Bébela entonces en el
coche.
Sin darle tiempo a Luna
para decir algo, Andrés la
metió en el coche
estacionado afuera, se
agachó
rápidamente para
abrocharle el cinturón de
seguridad y rodeó el frente
del automóvil para sentarse
en el asiento del conductor.
Luna sostenía con cuidado
la leche, con la cabeza
agachada:
En realidad no es necesario
ir al hospital. He recorrido
todos los hospitales de la
ciudad y no ha servido
de nada. Cuando me
drogaste, deberías haberlo
pensado. Los defectos
uterinos adquiridos no se
Realmente Luna nunca lo
entendió. A pesar de que él
la habia lastimado
demasiado tantas veces,
¿por qué esta vez se
preocupaba por ella?
¿Quién sabe si esta vez
también tiene algún plan
oculto?
¿Por qué no la llevó al
hospital antes? Justo esta
vez!
Justo cuando Miguel
termino de hablar con él y
estaba tan ansioso por
llevarla al hospital.
Andres no dijo nada, piso el
acelerador y salió
directamente de la Mansión
del Sol.
En la calle, Luna sostuvo
muy fuerte la leche todo el
tiempo. Bajó la cabeza y le
dijo:
-En realidad, tengo una
pregunta que quiero
hacerte.
Cuando llegaron a un
semáforo en rojo, el coche
se detuvo y Andrés apretó
el volante con fuerza:
-¿Quieres saber la
respuesta? -Este
medicamento no causa
ningún tipo de daño al
cuerpo, ¿verdad? Si
no hubiera sido por el
último chequeo que me
realicé en el hospital, tal
vez… nunca hubiera sabido
que me convertiría en lo
que soy ahora. La última
vez que fui al hospital, el
médico me dijo que mi
única opción para seguir
viviendo era extraer por
completo el útero. Porque
según los informes de las
pruebas,
mi útero podría desarrollar
cáncer en cualquier
momento. Si no hubiera
descubierto esto, ¿cuándo
pensabas decírmelo?
Este era el maravilloso
hombre que ha estado
durmiendo a su lado
durante medio año.
Constantemente pensando
en matarla.
¡Era horrible de solo pensar
en ello!
Además de ser horrible,
Luna solo siente una gran
impotencia.
Porque no puede hacer
nada
Incluso si viviera dos vidas,
todavía no podría
enfrentarse a este hombre
despiadado y cruel.
Capitulo 302
Andrés había
experimentado tiempos
turbulentos. Había estado
involucrado en muchistmas
actividades-
ilegales con Miguel.
Ella, por otro lado, habia
crecido en una familia
adinerada, tal como una
princesa, nunca había
experimentado ningún
peligro en su vida.
Con su arrogancia anterior,
ni siquiera podía ganar una
discusión, y siempre
rodeada de guardaespaldas,
nadie se atrevia a acercarse
a ella. Nunca había
experimentado la lucha y
los juegos politicos que se
habian vuelto tan comunes
en la sociedad alrededor de
ella.
En su vida pasada, María
fue a provocarla, diciéndole
que era una completa
inútil.
De hecho, Maria tenia algo
de razón, ella era una
inútil.
Aparte de ser la esposa de
Andrés, no era nada más.
En los informes de noticias,
en la televisión, se veía
cómo ella caminaba junto a
Andrés en todo tipo de
grandes fiestas, brillando
intensamente a su lado.
Daba la sensación de que
mujeres fuertes como
Maria y Andrés estaban
destinados a estar juntos, no
solo en términos de
compatibilidad emocional,
sino tambien como los
mejores socios comerciales
en el mundo empresarial.
Ellos despreciaban a los
demás, como si fueran
hormigas insignificantes.
-Hace cinco años. -Cuando
Andrés le dio la respuesta,
su corazón saltó de golpe.
¿Cinco años atrás? Tenía
solo trece años en ese
momento. Así que todo
esto había comenzado en
ese entonces.
-¿Donde está la medicina?
¿En mi comida habitual o
en el agua?
-Llegamos. Baja del coche. -
El hospital Serenidad estaba
justo en frente de ellos.
Andrés se desabrochó el
cinturón de seguridad
mientras Luna permanecía
sentada en su asiento.
-Todavía no has
respondido mi pregunta -
dijo ella-. Incluso si tuviera
que morir, ¿no debería al
menos saber las cosas con
claridad?
Andrés sacó un paquete de
cigarrillos de su bolsillo y lo
encendió. Apoyo su mano
en la ventana del
coche y dijo:
-Incluso si estuvieras clara
en todo, ¿qué podrías
cambiar? Si quieres saber,
te lo diré. La medicina está
en la leche y és una droga
importada prohibida que
originalmente se usaba
como anticonceptivo. No
hay ningún tipo de efectos
secundarios a corto plazo,
pero puede causar daño al
cuerpo después de un uso
prolongado. ¿Estás
satisfecha con mi
respuesta?
Gabriel caballerosamente se
giró, y las miradas de las
otras personas también se
volvieron hacia ella.
Luna entrego su mochila a
la criada.
-Llevala a mi habitación,
con mucho cuidado.
-Si, señorita.
Gabriel se levanto,
sonriendo.
– Luna.
Miguel la reprendió con
voz muy grave:
-Es año nuevo, ¿por qué
estás tomando clases?
Descansa en casa cuando
estés de vacaciones.
-Liora, prepara algunos
platos deliciosos.
Liora: Claro, señor.
Gabriel: No es necesario.
Solo vine a verla un rato,
me iré muy pronto.
Luna percibió la mirada de
Miguel, como si le estuviera
insinuando algo.
Con intenciones muy
evidentes, Luna se acercó
rápidamente y se sentó a su
lado:
-Ya que estás aquí, quédate
a cenar.
-¿Quieres probar el pastel
de castañas? Han preparado
ya los ingredientes.
Gabriel: -¿No te causará
molestias?
Luna sonrió ligeramente:
– No, para nada de hecho,
estaba planeando hacerlo.
Ya que estás aquí, no
necesitas que te lo lleven, y
además.. caliente es más
sabroso.
Gabriel: -Entonces, te
ayudaré.
-No es necesario, puedo
manejarlo. Quédate un rato
con mi padre, estará listo
enseguida.
Capítulo 307