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Capítulo 1

14 de febrero, Día de San


Valentín.
Luna García, de 31 años,
falleció a causa de un
cáncer terminal.
En el Hospital Serenidad de
la ciudad Astraluna, el
penetrante olor a
desinfectante llenaba el
aire.
—Andrés, hoy el médico
me hizo una diálisis, me
duele mucho.
—De veras que me estoy
muriendo, ¿puedes venir a
verme, aunque sea por esta
única vez?
—Te lo ruego, Andrés…
Luna giró débilmente su
cabeza y miró la pantalla de
su teléfono. Había enviado
varios mensajes que
quedaron sin respuesta. Su
esposo, Andrés Martínez,
no había respondido…
Mientras recibía suero, ella
estaba extremadamente
delgada, su piel era pálida y
sus ojos estaban
profundamente hundidos.
El cáncer estaba ya en su
estado avanzado E impedía
que ella se moviera en lo
absoluto, ese día ni siquiera
la enfermera había venido
para cuidarla, ya que la
habían dado por caso
perdido.
La razón era que el
tratamiento ya era inútil.
Ella era, en realidad muy
delicada y tenía miedo al
dolor, pero en la etapa
avanzada del cáncer,
soportaba el calvario de un
extenuante dolor cada día.
La única razón que la
mantenía aferrada a su vida
era en efecto su amor por
Andrés.
Pero cuando ese amor se
desvaneció por completo,
solo le quedó un cuerpo
consumido.
Luna apagó su teléfono, y
esperó en silencio la llegada
de la muerte.
El dolor la sumió en un
estado de confusión. Ella
reflexionó sobre los ocho
años que había estado
casada con Andrés, tratando
de ser una buena esposa, de
estar a su lado de todo
corazón, ¿qué había logrado
con todo esto?
Todas las personas a su
alrededor una por una la
habían abandonado con el
transcurrir del tiempo,
recibiendo solo traición,
abandono, pobreza y la
desolación.
Quizás el momento más
feliz para todos y en
especial para Andrés sería
el día de su muerte. El sería
libre de una vez por todas
del yugo de tener que
cargar consigo una esposa
enferma y no tener que ver
su rostro ni escuchar sus
quejambres nunca más.
Finalmente podría casarse
con María Rodríguez, esos
eran sus deseos.
Ocho meses atrás.
En el cumpleaños de
Andrés, Luna se sentó en el
sofá, esperándolo hasta las
dos de la mañana.
En la mesa, la comida que
había preparado con
esmero ya se había
enfriado.
Andrés no llegó, y Luna
recibió en cambio un
acuerdo de divorcio que le
trajo el asistente de él. El
cual solo se atrevió a
exclamar:
—Señora, el caballero
Andrés no tiene ninguna
otra opción. El grupo
Martínez es una empresa
muy grande, y necesita
pronto de alguien que
pueda proporcionarle un
heredero varón.
Luna sonrió pálidamente.
Hacía unos años, había
quedado embarazada, pero
muy a pesar de su suerte
tuvo complicaciones que
evitaron que él bebe
naciera con vida, dañando
su útero y dejándola
incapaz de tener hijos.
Andrés tenía más de treinta
años ahora y necesitaba un
hijo que fuera su heredero
para el grupo Martínez.
Por eso ahora le era
imperativo el divorciarse
de ella y buscar una mujer
que pudiera darle ese
heredero que el tanto
anhelaba.
Luna despidió al asistente y,
con manos temblorosas,
llamó a Andrés por
teléfono. Quería que él
tuviera al menos una pizca
de valentía y se lo dijera en
la cara.
Alguien en efecto contesto
su llamada, pero en lugar
de la voz de Andrés,
escuchó la de María. Oír esa
voz hizo que su corazón
latiera con dolor.
Colgó el teléfono y sonrió,
con sus ojos llenos de
lágrimas y dolor.
Después de que su padre le
entregara la empresa a
Andrés, en menos de cinco
años, el a puro pulso y
esfuerzo de había
convertido en su gerente y
en un empresario
influyente y capaz en el
mundo de los negocios.
Con plena capacidad para
moverse a cabalidad en el
lado legal como en el ilegal.
Un hombre tan talentoso
siempre estaría rodeado de
mujeres de todas clases.
Muchas eran hermosas y
elegantes.
Pero entre todas ellas, solo
María había permanecido
junto a él durante tanto
tiempo.
María, provenía de una
familia muy humilde.
Quien luego de graduarse
de la universidad, se había
convertido en la asistente
de Andrés.
Era una muchacha muy
inteligente con una gran
habilidad y mucha
ambición.
Los dos eran la pareja más
compatible, destinados
desde el nacimiento.
Si no hubiera sido por
Luna, en un principio y tal
vez, Andrés y María ya
estarían juntos desde hace
tiempo, en lugar de ser
amantes fugaces durante
tantos años.
Dejando a Luna con un
matrimonio sin amor, algo
verdaderamente
desconsolador.
Luna firmó el acuerdo de
divorcio, recibió una buena
suma de dinero y fue
expulsada para siempre de
Astraluna.
No podía regresar sin el
permiso de Andrés.
Una semana después, le
diagnosticaron cáncer en
estado avanzado.
¡El último golpe de vida!
Pero hoy precisamente en
San Valentín, los fuegos
artificiales y las sonrisas
resplandecían por doquier.
Luna salió de sus recuerdos,
abrió sus ojos agotados y
miró por la ventana. Su
pálido rostro se congeló al
instante.
En la enorme pantalla LED,
Andrés vestía un traje
elegante negro, su figura
alta y esbelta emanaba un
fuerte impacto, generando
una atmósfera fría y
distinguida. Su rostro, al
observarlo de cerca, era
tanto deslumbrante como
intimidante, con un toque
de serenidad y dominio
característico de alguien en
posición de talento y
dinero.
Sostenía en brazos a un
niño pequeño de unos
cinco o seis años, con un
parecido sorprendente a
Andrés.
—Señor Martínez, ¿es este
acaso su hijo con la señorita
Rodríguez?
—La señorita Rodríguez es
tan hermosa. Después de
esperar tantos años a
escondidas, ¿cuándo
planean casarse y hacerlo
público?
Andrés abrazó a María, y
ella levantando su cabeza,
sonrió dulcemente,
mostrando el anillo de
compromiso en su delicado
dedo.
—De ahora en adelante, soy
la esposa de Andrés. Hoy,
ya estamos oficialmente
casados.
Luna cerró los ojos,
finalmente las lágrimas
brotaron sin darle respiro
alguno.
Andrés, ¡me arrepiento
tanto!
Ojalá nunca te hubiera
conocido ni menos amado.
Si por azar del destino la
vida me diera otra
oportunidad y todo pudiera
empezar de nuevo… yo… de
veras nunca más te amaría
o seria la misma estúpida
que fui a tu lado…
Afuera, comenzó a nevar
copiosamente, mientras ella
miraba los brillantes fuegos
artificiales a través de la
ventana.
Finalmente, la hora en que
la santa muerte visito a
Luna fue por coincidencia
divina el mismo día en que
Andrés y María se casaron.
Capítulo 2
Era medianoche.
Luna fue despertada por
una horrible pesadilla, se
sentó en la cama, con sudor
en la frente.
Al instante, sintió el
familiar, y penetrante olor a
desinfectante, olor que
odiaba profundamente.
Se quedó atónita por medio
segundo, ¿Dónde se
encontraba acaso?
¿Cómo era que aún estaba
en el mismo hospital?
Entonces, “plap”, la
habitación oscura, se
iluminó de repente, una luz
deslumbrante que la hacía
incapaz de abrir los ojos.
Una voz fría dijo:
—¿Teniendo pesadillas de
nuevo?
Luego, pasos largos se
acercaron a la cama, su
figura alta bloqueó la luz,
envolviendo
completamente su pequeño
cuerpo.
—An…Andrés? —Luna
levantó la vista, al ver
claramente el rostro del
hombre a su lado, un rostro
que solo le causaba
repulsión y hastió, sus ojos
se abrieron ampliamente,
llenos de asombro:
—¡No te acerques ni un solo
centímetro más!
¿Pero que rayos es esto?
¿Por qué este infeliz está
aquí?
Ella instintivamente
retrocedió.
La mente de Luna estaba
confusa. Al ver a Andrés, un
gran terror, se apoderó de
su cuerpo, y una gran
desesperación le asfixiaba
lo más profundo de su ser.
Los movimientos de
Andrés se detuvieron por
un instante, su mirada se
volvió fría e indiferente
mientras la observaba con
disgusto. Su hermoso rostro
oscurecido.
—Voy a buscar al médico
de inmediato.
La voz fría y ronca del
hombre notaba también
determinación.
La puerta se cerró con un
fuerte sonido, y los nervios
tensos de Luna finalmente
se relajaron.
Una vez que el infeliz se
fue, desapareció su
abrumadora presión, y
Luna nerviosamente apartó
las sábanas. De repente,
sintió un dolor punzante en
su muñeca.
Miró hacia abajo, su
muñeca estaba totalmente
vendada, ¿en un arrebato de
dolor e impotencia acaso se
había cortado las venas?
Luna aguantó el dolor y usó
su otra mano para tomar el
pequeño teléfono en la
mesa, presionó el botón y
miró el calendario.
Cuando vio la fecha, Luna
quedó más que atónita, en
shock.
Era precisamente el año
2000, comienzo del
milenio y año también en
cual su vida recién florecía
a sus dieciocho años.
Luna hizo un esfuerzo por
recordar: En efecto, ella
está en el hospital. Al
parecer se cortó las
muñecas, y probablemente
esto sucedió para obligar a
Andrés a aceptar su amor.
Andrés fue adoptado por el
padre de Luna, Miguel,
cuando Luna tenía diez
años.
Luna realmente se dio
cuenta de que estaba
enamorada de él, cuando
tenía quince años. Esto
sucedió después de un
incidente en el que un gran
perro de la familia
enloqueció y la atacó de
repente.
Fue Andrés quien la salvó
esa vez, protegiéndola
debajo de él. Su brazo
estaba atrapado en la
mandíbula del perro. La
sangre fluía sin parar.
Su voz resonó en sus oídos:
—No tengas miedo, cierra
los ojos.
Luna sintió el calor de
Andrés, mientras temblaba,
era confortable…
No podía olvidar lo segura
que se sintió cuando estaba
con Andrés.
A sus veinte años, Andrés
ya era un hombre maduro,
con un rostro
excepcionalmente guapo,
cejas finas y ojos
penetrantes, hombros
anchos y cintura estrecha,
pero su mirada siempre
parecía fría, y mantenía una
distancia con todos. Su
rostro rara vez expresaba
una sonrisa.
Días antes de su
cumpleaños, quería
sorprenderlo regalándose a
sí misma, como un bello e
inolvidable regalo. Se
desnudó y se acostó en su
cama.
Ella ya era una adulta,
podía hacer lo que
quisiera.
Cuando Andrés regresó a
altas horas de la
madrugada, la encontró en
su cama. La empujó fuera
de la cama con disgusto.
La regañó por ser tan
desvergonzada.
Fue la primera vez que
Andrés se enfadó tanto con
ella.
Esa noche, Andrés se fue
enojado. Para evitarla,
desapareció durante varios
días.
Luna no podía obtener
información sobre él, así
que usó este método tonto:
Cortarse la muñeca para
obligarlo a aparecer.
Mas recordando su trágico
destino después de estar
con él, Luna estaba
asustada…
Pasaron varios minutos
antes de que varios médicos
entraran apresuradamente.
Andrés se mantuvo
silencioso junto a la puerta,
sus ojos oscuros y sombríos
recorrieron el pálido rostro
de Luna.
Cuando Luna despertó,
¿por qué su mirada estaba
llena de miedo y
desesperación?
Los médicos revisaron la
condición de Luna y
discutieron con sus colegas
antes de decir:
—La fiebre de la paciente
ha disminuido. El día de
mañana ya ella podrá
regresar a casa. La herida
en la muñeca no debe
mojarse. Venga a quitarse
los puntos en una semana.
El rostro originalmente
sombrío del hombre se
suavizó ligeramente:
—Gracias.
Los médicos se retiraron de
la habitación, solo dejando
una formula médica.
Luego de salir los médicos,
solo quedaron Luna y
Andrés en la pequeña
habitación.
Luna se encontraba
incómoda en la cama,
cerrando los ojos, no quería
verlo.
Andrés miró su muñeca y
comprobó la hora en su
reloj de pulsera. Luego
habló en voz cálida:
—Dentro de media hora
tengo una reunión, necesito
volver a la empresa.
Mañana a las ocho vendré a
recogerte para completar el
resto de los
procedimientos.
Luna torció sus labios.
Andrés siempre era así,
rechazándola, pero al
mismo tiempo siendo
amable, hasta el punto en
que le daba la ilusión de
que la amaba mucho.
Ella no quería hablar con
Andrés en absoluto.
El dolor antes de su muerte
todavía no había
desaparecido. No podía
enfrentar a Andrés de
manera tan serena, más
sabiendo ya el futuro que se
avecinaba con él.
Viendo que ella no decía
nada, el ceño fruncido de
Andrés se profundizó un
poco, mirando fijamente a
Luna con descontento.
—Nunca vuelvas a hacer
ese tipo de estupideces. Si
de verdad una relación
amorosa es tu deseo, busca
a otra persona que yo no
soy el adecuado para ti.
El corazón de Luna se
contrajo. Esas palabras eran
exactamente las mismas
que Andrés le había dicho
anteriormente.
Recordaba que, en el
pasado, después de que
Andrés dijera esas palabras,
ella había llorado
desconsoladamente, incluso
había pensado de nuevo en
tratar de suicidarse. Pero
Andrés la había mirado
fríamente y le había dicho:
Si eso es lo que tanto
quieres, hazlo que nadie te
lo impide.
Ya había muerto una vez. El
amor que sentía por Andrés
había sido consumido en
innumerables días de
desesperación.
Luna abrió los ojos, su
rostro aún pálido, mirando
serenamente a Andrés.
Andrés, a partir de ahora,
ya no te amo.
Capítulo 3
Luna respiró suavemente,
dejando ver una leve
sonrisa hacia Andrés y dijo
con calma:
—Andrés, lo siento. Antes
fui demasiado caprichosa.
No debí haberte presionado
tanto. De ahora en adelante,
recordaré que eres mi
hermano.
No discutió, parecía
tranquila como una
muñequita en armario.
Andrés estaba un poco
sorprendido. ¿Era este acaso
su nuevo truco?
Andrés habló con
tranquilidad:
—Está bien que lo
entiendas. Acuéstate
temprano y no trasnoches.
Vendré a buscarte mañana.
Luego extendió la mano y
acarició su cabeza.
Luna reprimió el impulso
de apartarse de su contacto,
y obedeció.
Cuando Andrés se dio la
vuelta, la ternura en sus
ojos desapareció
instantáneamente, siendo
reemplazada por un frío
indiferente.
Saliendo de la habitación
del hospital, Andrés sacó un
pañuelo blanco del bolsillo
y se limpió la mano que
había tocado a Luna. Luego,
arrojó el pañuelo en un
bote de basura cercano,
junto al ascensor.
En el momento que se
abrieron las puertas del
ascensor, Andrés entró y
presionó el botón para ir al
estacionamiento
subterráneo.
Un Audi, con las luces
encendidas estaba
estacionado allí. En el
asiento del copiloto estaba
una mujer de cabellos
largos y ondulados, con un
vestido manera sensual,
sosteniendo un cigarrillo
entre sus dedos. Exhaló una
bocanada de humo, desde
sus sensuales labios rojos.
Cuando el hombre se sentó,
ella preguntó:
—¿Ya la convenciste?
Andrés abrochó su cinturón
de seguridad, ocultando
ligeramente su disgusto. Le
arrebató el cigarrillo a la
mujer y lo arrojó por la
ventana, diciendo con
frialdad:
—En mi coche, no se fuma
carajo.
La mujer sonrió
coquetamente y cruzó las
piernas:
—Si no fumo. ¿Cómo
ocultaremos el olor a
perfume de esa muchacha?
Al ver el frasco de perfume
rosa en el auto, y con una
etiqueta que decía: “Asiento
exclusivo de Luna”, ella
sonrió suavemente.
—No lo hubiera imaginado,
que una joven de dieciocho
años tenga un sentido tan
fuerte de posesión. ¿Qué
tal? ¿Nunca consideraste
casarte con la hija de la
familia García?
Utilizándola, podrías
duplicar tus esfuerzos y
ahorrar tiempo en lo que
quieras hacer, sin tener que
esforzarte demasiado.
Andrés giró el volante y
salió del estacionamiento.
—Temporalmente la dejare
en paz. Todavía me es útil.
—Hmm, pensé que podrías
tranquilizarte y tomarlo en
consideración. No esperaba
que fueras tan implacable.
Parece que ella tampoco es
gran cosa. Después de
tantos años, ni siquiera has
cedido.
Andrés frunció el ceño con
irritación y dijo fríamente:
—Dices una palabra más, y
te me bajas del coche.
Luna, aparte de una boba
ingenua, ¿qué más es?
No le interesaba
involucrarse con una joven
adolescente.
El coche se desvaneció en la
oscuridad de la noche, hasta
que desapareció por
completo.
Luna se encontraba
acostada en la cama del
hospital, con los ojos bien
abiertos, sintiendo el dolor
ocasional en su muñeca.
Observaba con gran calma,
la oscuridad que la
rodeaba.
Permaneció despierta, hasta
que empezó a amanecer.
No quería esperar a que
Andrés viniera a buscarla. A
las 6:30 de la mañana, ella
misma completó el papeleo
de salida del hospital y se
marchó.
En su vida pasada, le había
dado todo a Andrés.
En esta nueva vida, lo haría
por ella por sí misma…
Sabía cuál era el propósito
de Andrés, al quedarse en la
familia García: vengarse. Y
sabía que no podía
detenerlo. Y su intención
no era detenerlo de modo
alguno
Ella ya no deseaba ser
partícipe de los problemas
entre Andrés y su padre.
Que se agarraran a
trompadas entre ellos, si
eso era lo que ellos
querían.
En esta oportunidad, no
quería ser tan ingenua
como lo había sido antes,
pensando que podría
reconciliarlos y que
podrían vivir juntos en paz
después de dejar atrás su
odio.
Ahora, solo quería
sobrevivir los tres años y
graduarse de la universidad.
Después de eso,
abandonaría la familia
García y Astraluna para
vivir su propia vida…
Capítulo 4
Después de una hora de
viaje en taxi, este se detuvo
frente a la hacienda de los
García.
Luna ingresó a la casa, en la
entrada se cambió de
zapatos, doña Liora la vio, y
se acercó rápidamente a
ella.
—Señorita, ¿cómo es que
vienes sola? ¿El Señor
García no regreso contigo?
Liora aún reflejaba la
lozanía de la juventud.
Luna abrazó a Liora,
después de la muerte de su
padre, solo Liora la había
tratado como a su propia
hija, ella era la única
persona que se había
esforzado por ella y su
bienestar.
Luego, fue obligada por
Andrés a quedarse en la
mansión García para cuidar
de él y de María.
—Doña Liora, la neta que te
extrañé mucho.
—Ah…cuéntame… señorita,
¿qué te pasa? ¿Todavía no te
has recuperado de la
enfermedad? —Doña Liora
apartó a Luna y tocó su
frente con preocupación.
No te preocupes, ¿está todo
bien aquí?
Liora tenía la sensación, de
que Luna estaba actuando
de manera extraña hoy.
—No es nada, solo quería
darte un buen abrazo.
—¿Tienes hambre? Acabo
de terminar de cocinar una
sopita que me quedo
estupenda, voy a servírtela
ya mismo.
—No tengo mucho apetito,
quiero descansar un rato,
llámame mejor luego para
el almuerzo.
Después de una noche sin
dormir y un largo viaje en
coche de regreso, Luna
estaba agotada.
—Ah, por cierto, el señor
acaba de llamarte. Cuando
llegues a casa, devuélvele la
llamada, parece que tiene
algo que decirte. También,
esto es lo que el señor te dio
antes de su viaje de
negocios —Doña Liora
entregó una tarjeta de
compras a Luna.
—Ok.
¿Era esta la compensación
de su padre en nombre de
Andrés?
Luna sabía lo que Miguel
iba a decir, así que lo llamó
tranquilamente por
teléfono.
Miguel, en lo que respecta a
Luna, tenía sentimientos
difíciles de describir.
Ciertamente, había también
desempeñado el papel de
un padre, pero eso era todo,
solo un papel…
No había sido realmente
uno bueno.
Ella sabía que Miguel
siempre había querido un
hijo, para heredar el
negocio familiar. Había
tenido muchas amantes por
doquier, pero ninguna le
había dado un
primogénito.
Por eso finalmente había
decidido adoptar a Andrés.
Y ella, su hija creciendo, era
solo una herramienta para
consolidar alianzas en sus
manos.
Incluso en el egoísmo de
querer obtener mayores
ganancias, este vil hombre
puede utilizar a su hija,
dejando que cualquier otro
hombre la lleve a la cama,
permitiendo así que abusen
de ella.
Al crecer, solo Liora era la
única que estaba siempre a
su lado…
Si no fuera porque todavía
no tenía la capacidad de
escapar de esta casa, Luna
nunca se habría quedado
aquí.
Después de que se conectó
la llamada.
—¿Hola, papá?
—¿Te sientes mejor? ¿Qué
dijo el médico? —El sonido
del teléfono era como el
saludo común de un
superior a su subordinado.
—Estoy bien ahora, mucho
mejor.
—Luna, eres mi hija, y
Andrés es mi hijo. ¿Sabes
que en esta vida solo
puedes ser su hermana?
Luna sonrió
silenciosamente. Ella sabía
que era una advertencia de
Miguel.
Aunque no estaba frente a
ella, Luna podía imaginar la
frialdad extraña y distante
en sus ojos.
En el corazón de su padre,
su amor por Andrés era una
vergüenza, ¡un escándalo!
Las pestañas de Luna
temblaron, y
obedientemente
respondió:
—Sí, lo entiendo. Lo siento,
papá, nunca volveré a
hacerlo.
—… ¿Tienes la tarjeta? Si
tienes tiempo, ve de
compras al centro
comercial. Compra lo que
te guste, en lugar de
quedarte en casa pintando
todo el día. Ve y has
amigos.
—De acuerdo, papá.
Después de conversar con
Miguel, Luna regresó
directamente a su
habitación.
Era la habitación, que había
tenido desde cuando había
cumplido sus quince
primaveras, todo estaba en
tonos rosados, con un
aroma dulce a caramelo,
una cama de princesa
enorme que era el sueño de
todas las niñas de su edad.
En ese momento, el
teléfono de Luna sonó.
Viendo la llamada, era de
Andrés.
Luna tembló, dejando caer
el teléfono al suelo. No lo
recogió.
Incluso pensó que sería
bueno si el teléfono se
rompiera, y así no recibiría
ninguna llamada de
Andrés.
Cuando la llamada se
desconectó, Luna recogió el
teléfono y le envió un
mensaje.
—Hermano, lo siento,
olvidé avisarte, ya he
llegado a casa y justo estaba
pensando en enviarte un
mensaje.
El mensaje fue leído.
No hubo respuesta, solo
una llamada entrante.
Luna contestó sin
expresión:
—…Hola, hermano…
—Luna, esta es la última
vez. Llámame antes de
hacer cualquier cosa
estúpida la próxima vez.
Su voz estaba llena de
enojo, sin margen para
refutar nada más.
—De acuerdo, lo entiendo
—La voz de Luna era suave,
con una obediencia que no
podía cuestionarse.
Después de ocho años de
matrimonio, Luna sabía
cómo era el trato de Andrés
hacía ella. Era una persona
dominante y egocéntrica,
cualquier cosa debía
hacerse solamente como él
decía. No podía mostrar ni
el menor signo de
desobediencia.
Y la antigua Luna también
estaba acostumbrada a
obedecer. Hiciera lo que él
pidiera.
Capítulo 5
Luego de la cena, Luna se
retiró a descansar
temprano. Antes de
acostarse, solía siempre de
disfrutar de una taza de
leche bien caliente, un
hábito que no había
cambiado en muchos años.
A través de las finas
cortinas, la oscuridad de la
noche era intensa, y un haz
de luz de los faros brillaba
desde afuera de la ventana.
El chirrido de los
neumáticos contra el
pavimento generaba un
sonido estridente.
El Audi A6, en el que
viajaba Andrés era el nuevo
coche que Miguel le había
regalado, como
recompensa por su
desempeño en la
compañía.
Andrés bajó del coche,
entró a la sala y dejó las
llaves en la entrada. Sus
ojos agudos escanearon la
sala, pero no encontraron
ninguna figura familiar.
Solía haber una figura
delgada sentada en el sofá,
viendo aburridas
telenovelas. Ahora, la sala
estaba vacía, la mesa de café
estaba limpia y no había
bocadillos como solía
haber. El brillo en los ojos
de Andrés se atenuó un
poco.
Liora salió de la cocina.
—Señor Martínez, ¿ya
cenó?
—¿Dónde está Luna?
—Luna no se siente bien y
se fue a dormir temprano.
—Iré a verla… —Andrés
metió una mano en su
bolsillo y se dirigió hacia
arriba, con fatiga en su
expresión. Después de subir
unos escalones, se detuvo y
dijo—: Mañana, Isabel
volverá a casa al mediodía.
Prepárale algunos de sus
platos favoritos.
Liora afirmó.
—Como usted mande,
señor.
Andrés subió al tercer piso
y presionó la puerta de la
habitación, pero esta vez no
se abrió como solía hacerlo.
Estaba cerrada desde
adentro. Andrés frunció el
ceño. Su habitación y la de
Luna estaban en el tercer
piso, mientras que la
habitación de Miguel estaba
en el segundo. Por lo
general, no se permitía el
acceso al segundo piso, y el
cuarto piso era el lugar
donde vivía Isabel.
Normalmente, Andrés
podía entrar y salir de la
habitación de Luna a su
antojo; nunca estaba
cerrada con llave. Pero esta
vez, lo que encontró estaba
más allá de sus expectativas.
¿Había Luna decidido
realmente distanciarse de
él?
Andrés tocó la puerta.
—Luna, ¿estás despierta?
Al oír la voz de la persona
que tanto temía, Luna se
envolvió en las sábanas,
tapándose los oídos, sin
querer enfrentarlo. De
hecho, cuando Andrés
regresó a casa en su coche,
Luna ya se había
despertado por el ruido
exterior.
Andrés había comprado
una casa: dos habitaciones,
dos salas de estar, dos baños
y una cocina. Casi nunca
regresaba porque Luna
estaba aquí. Ahora que él
había regresado a casa, era
principalmente por Isabel,
quien regresaría del
extranjero al día siguiente,
luego de buscar tratamiento
médico.
Isabel había tenido asma
desde muy joven, y como el
nivel médico en el país no
era satisfactorio, Andrés la
había llevado al extranjero
para tratamiento.
El motivo de su visita tan
tarde era para advertir a
Luna que no moleste a
Isabel.
Isabel Blanco y Andrés
habían sido buenos amigos
desde la infancia. Crecieron
juntos en un orfanato, y
pasaron por grandes
dificultades, durmiendo en
las calles y sufriendo
mucho para sobrevivir. Casi
dependían completamente
el uno del otro. Andrés trajo
a Isabel de regreso a la
familia García en el
segundo año de vivir allí.
Miguel no se opuso a eso;
simplemente significaba
tener una persona más que
alimentar, y la familia de
Miguel no carecía de dinero
para ello.
Mas ella ya conocía muy
bien a Isabel debido a su
experiencia pasada. Luna
tenía una edad similar a
Isabel. Isabel era poseedora
de una belleza natural. Era
pura y hermosa, y es el tipo
de muchachas que atraía a
todos con sus encantos Le
gustaba siempre llevar
vestidos blancos, su pelo
negro y largo que le llegaba
a la cintura y sus ojos
transparentes y atractivos le
robaban a más de uno
suspiros y anhelos. Incluso
Luna admitía que no podía
competir con ella en
belleza. Era normal que
cualquiera se sintiese
atraídos por ella.
Debido a la relación entre
Isabel y Andrés, la envidia
había convertido a Luna en
una persona
completamente diferente,
molestándola a menudo
cuando ella estaba a su
alrededor.
Sin embargo, Isabel no se
atrevía a quejarse porque
tenía un secreto
inconfesable. Gracias a ese
secreto, Luna se atrevía a
acosarla sin piedad. Pero
luego… Isabel decidió irse
del mundo de una manera
bastante repentina. Tenía
solo veinte años cuando
decidió cortarse las venas
de las muñecas y morir
desangrada.
Luna todavía recordaba ese
día, estaba cayendo una
tormenta afuera y Andrés,
que tenía las manos
cubiertas de sangre, entró a
su habitación como un
demonio vengativo, su
mirada llena de intenciones
maliciosas, como un
asesino infernal. Él agarró
su cuello y dijo:
—¿Por qué? ¿Por qué no
pudieron dejarla en paz?
Luna… ¿Por qué no fuiste tú
quien murió? Los que
deberían morir son todos
los desgraciados García.
En ese momento, Luna se
dio cuenta de que Andrés
realmente quería matarla.
La muerte de Isabel se
convirtió en una pesadilla
para el resto de su vida.
Porque ella fue
indirectamente responsable
de esta. Durante los años
posteriores a este suceso,
Luna nunca pudo conciliar
bien el sueño. Le debía
demasiado a Isabel y estaba
decidida a enmendar.
Capítulo 6
La razón por la que Andrés
eligió a María en cambio,
era porque ella tenía un
gran parecido en los rasgos
de su rostro a Isabel. Andrés
la mantuvo a su lado como
si de su sustituta se tratara.
Sin embargo, desde su
infancia hasta su adultez,
Luna nunca pudo igualar a
Isabel en términos de
logros académicos, ni
apariencia, excepto por su
linaje familiar.
El sentimiento entre Isabel
y Andrés era como un
muro solido e
impenetrable, que nadie
podía derribar. Su amor
por Isabel estaba arraigado
en lo más profundo de su
ser. En cambio, Luna, era
simplemente la hija de un
enemigo para Andrés, sin
ningún rastro de
sentimiento por ella.
Los golpes en la puerta se
hicieron más fuertes. Luna
mordió su labio, sabiendo
que Andrés no tenía mucha
paciencia con ella. Si no le
abría pronto, Andrés podría
incluso derribar la puerta
de un puntapié.
Luna encendió la luz de la
habitación, se puso los
zapatos y salió corriendo,
abrió la puerta y frotándose
los ojos, fingió estar recién
levantada.
—Andrés, ¿has vuelto? Lo
siento, estaba
profundamente dormida y
no te escuché. ¿Necesitas
algo?
Las cejas de Andrés se
fruncieron. Al ver que
realmente había estado
durmiendo, se relajó un
poco, y su mirada se volvió
suave mientras se acercaba
a su frente.
Luna bajó la mirada y se
apartó, luego se dirigió a la
mesa, sirvió un vaso de
agua y ocultó hábilmente la
emoción en su rostro.
La mirada de Andrés se
tornó sombría, retiró su
mano y entró en la
habitación y cerró la
puerta.
Luna empezó a sentirse
inquieta, pero al recordar
que Andrés la despreciaba,
sabía que en ese momento
no haría nada malo. Su
ansiedad se calmó.
Andrés examinó la
habitación, decorada en
tonos rosados. El aire estaba
impregnado de un dulce
aroma, similar al que tenía
su coche. Nada había
cambiado desde la última
vez.
—¿Te sientes mejor? —
preguntó Andrés con un
tono indiferente, sin
mostrar ninguna emoción.
Luna puso el vaso de agua
en la mesa, y se sentó en
una silla junto al escritorio,
manteniendo una distancia
segura.
—Gracias por preocuparte
por mí, ya estoy mucho
mejor.
Andrés se acercó. Su aroma
estaba mezclado con fuerte
olor a tabaco y alcohol. No
era agradable, pero este
olor no la incomodaba. A
diferencia de otros jóvenes
de su edad, Andrés ya era
un exitoso empresario.
Años de lucha en el mundo
empresarial le habían dado
una gran confianza y
serenidad. Y, era realmente
atractivo vistiendo un traje
negro que acentuaba su
figura alta y esbelta.
Un hombre tan
excepcional, sumado a su
apariencia atractiva, era
seguramente la fresa en el
pastel que todas querían.
Sin embargo, Luna sabía
que debajo de esa fachada
encantadora se escondía un
demonio, esperando su
momento para destrozarla
a ella y a toda su familia.
Para evitar que Andrés se
acercara, Luna adoptó
deliberadamente una
expresión de desagrado y
frunció el ceño.
—Andrés, ¿has estado
fumando? Y también hueles
a alcohol. No me agrada ese
olor.
Andrés detuvo sus pasos a
unos metros de distancia.
—Lo siento, últimamente
he tenido muchos
compromisos sociales. Lo
tendré en cuenta la
próxima vez.
Sin esperar a que ella lo
mencionara, Luna cambió
el tema y habló sobre
Isabel.
—Andrés, ¿es cierto que
Isabel regresará mañana?
Hace años que no la veo y
realmente la extraño. He
pedido a Liora que limpie
la habitación de arriba.
Podrá quedarse allí cuando
regrese mañana.
La mirada de Andrés se
volvió más intensa, pero su
expresión fría desapareció
rápidamente.
—No es necesario. Planeo
que Isabel se mude
conmigo.
—¿De verdad? —Luna tocó
el vendaje en su muñeca y
una sensación de dolor
pasó fugazmente—. Eso
también es bueno… Si hay
algo en lo que pueda
ayudar, no dudes en
pedírmelo.
En el pasado, Andrés
también había mencionado
llevarse a Isabel lejos de esa
casa, pero Luna lo rechazó.
Después de todo, si Isabel
se iba, no tendría
oportunidad de hacerle
daño. Además, como Luna
amaba a Andrés, no le
permitiría a él y a Isabel
vivir juntos.
Así que inventó una razón
para que Isabel se quedara
en la mansión de los
García.
—Mañana estaré libre. Iré
al aeropuerto a recibirla, y
luego la llevaré a casa para
cenar con nosotros. Por la
noche, los llevaré a dar un
paseo. —dijo Andrés.
Luna levantó la cabeza y le
sonrió a Andrés,
rechazando gentilmente:
—Andrés, yo no iré.
Mañana deseo descansar en
casa, después de todo,
pronto tendré exámenes y
necesito revisar mis
lecciones.
Observando el rostro serio
y frío de Andrés, Luna se
sintió un poco
desconcertada. No quería
involucrarse en su
conflicto.
Solo deseaba representar el
papel de una hermana
pequeña dócil e inofensiva,
sobrevivir estos años,
ahorrar dinero y escapar
lejos en busca de un nuevo
comienzo.
Pero la naturaleza suspicaz
y enigmática de Andrés la
hacía dudar si podría
engañarlo.
Andrés la miró con calma,
mientras Luna bajaba la
cabeza, parecía dócil y
frágil, un cambio drástico
en comparación con la
actitud audaz y arrogante
de antes. Eran como dos
personas diferentes.
Realmente la han tenido
difícil, actuando durante
tanto tiempo.
El hombre estaba un poco
confundido, pero luego
habló suavemente:
—Tanto tú como Isabel, a
ambas las considero como
mis hermanas. No importa
por quién sea, no mostraré
favoritismo. Esta noche,
vamos a cenar juntos y
también te compraré tu
pastel de nata favorito,
¿Qué te parece?
Luna no se atrevió a bajar la
guardia. Con una sonrisa,
afirmó:
—Está bien, gracias,
hermano.
—Vete a descansar.
—Sí.
Capítulo 7
Después de la fiesta, Luna
se quedó tranquilamente
dormida.
Quizás, al volver de nuevo a
sus años de juventud, ella
sabía que Isabel seguía viva
y ya no cargaba mas con la
carga de tener pesadillas
horribles debido a ella.
Al día siguiente, Luna fue
despertada por pasos en el
piso de arriba. Se dio la
vuelta en la cama, abrió los
ojos y ya no sentía sueño.
Durante los últimos meses
de quimioterapia antes de
su muerte, nunca había
tenido una buena noche de
sueño.
Todas las noches eran
atormentadas por un dolor
penetrante que le impedía
dormir, y también se le caía
mucho el pelo. Nunca supo
que la quimioterapia la
dejara calva.
En su vida anterior, le
encantaba dormir y tenía
mal humor si la
despertaban de su sueño.
Pero ahora, al despertar por
el ruido, Luna
extrañamente no sentía
nada.
Miró su teléfono móvil y
vio que eran poco después
de las ocho.
Liora sabía que Luna tenía
la costumbre de quedarse
dormida tarde, así que
generalmente no subía a
molestarla temprano.
Luna dejó el teléfono, cerró
los ojos forzadamente y
volvió a dormir un rato
más.
Andrés es una persona muy
desconfiada, por lo tanto,
sus cambios no podían ser
demasiado evidentes, o de
lo contrario, levantarían
sospechas.
Cuando se despertó, ya
eran más de las once. Se
levantó de la cama y fue al
baño a cepillarse los
dientes.
Liora golpeó la puerta y
entró con una manta recién
lavada.
—Señorita, el almuerzo ya
está listo. Tal vez tengas
que esperar un poco. El
señor Martínez debe
regresar a casa por un
momento y luego vendrá a
comer contigo.
Luna asintió mientras se
cepillaba los dientes.
Se lavó la cara con agua
clara y se miró en el espejo:
joven y tierna, su piel era
realmente hermosa.
La apariencia demacrada y
marchita antes de morir
parecía un sueño lejano.
Instintivamente, sus manos
acariciaron su rostro.
En realidad, no era fea en
absoluto. Tenía ojos
afilados y brillantes.
Cuando esos ojos no
mostraban expresión,
parecía inocente y mona.
Su carácter en su vida
anterior era bastante
desagradable. Era una rica
señorita caprichosa. Como
hija única de Miguel, podía
obtener lo que quisiera.
Incluyendo… a Andrés.
—Entendido.
No tenía que salir hoy, así
que Luna se puso un
conjunto de pijama casual
de manga y pantalones
largos en tonos rosa claro,
dejando su pelo
ligeramente rizado suelto, y
bajó al piso de abajo.
Frente al refrigerador,
escuchó voces familiares y
risas. ¿Además de Andrés e
Isabel, quienes podrían ser?
Luna levantó la vista para
ver a Andrés seguido de
Isabel. ¿Acaso hoy se habían
vestido a propósito como
pareja?
Andrés, que solía vestirse
de colores oscuros, llevaba
hoy una chaqueta blanca.
Habían pasado muchos
años desde que no la veía
después de su viaje al
extranjero para recibir
tratamiento, y Isabel
realmente se volvía cada
vez más guapa.
Con su vestido blanco
bellido, parecía un hada,
como si hubiera salido de
un cuadro. Durante tantos
años, Andrés siempre la
había guardado en su
corazón, y eso era
comprensible.
Pero… Luna se sentía un
poco incómoda en su
corazón. Quizás aún creía
que Andrés era su esposo.
Luna solo le echó un
vistazo durante un segundo
y luego apartó la mirada.
Andrés susurró suavemente
al oído de Isabel:
—Está bien, vamos a
comer.
Isabel, un poco
avergonzada, asintió con la
cabeza y llevando un regalo
en la mano, se acercó a
Luna, que ya estaba sentada
en la mesa y empezando a
comer, y le entregó el
regalo:
—Este es el regalo que te
traje, espero que te guste.
Luna sonrió y dijo
alegremente:
—Gracias, siéntate y come
con nosotros. La comida
que Liora hizo hoy está
deliciosa.
Isabel probablemente no
esperaba que Luna pudiera
hablar amablemente con
ella.
Si esto hubiera sido antes,
Luna ya habría arrojado el
regalo al suelo, agarrado su
cabello y la habría echado,
y en ese momento Andrés
habría intervenido y se
habría ido con Isabel.
En su vida anterior, eso es
exactamente lo que hizo,
incluso le había aruñado la
cara de Isabel.
¿Cómo había regañado
Andrés a ella en ese
momento?
Ha pasado mucho tiempo y
Luna apenas lo recuerda,
pero definitivamente no
fueron palabras amables.
Isabel miró cautelosamente
a Andrés, quien no mostró
ninguna emoción en su
rostro. Con calma, le pasó
un tazón de comida a Isabel
y dijo en voz baja:
—Come, luego te llevaré a
ver si hay algo que quieras
comprar.
Isabel aceptó
obedientemente, con una
voz suave:
—En realidad, no hay
mucho que quiero. Andrés,
sé que estás bastante
ocupado, no necesitas
preocuparte por mí. Puedes
hacer tus propias cosas. Yo
estaré esperándote en casa.
Andrés le sirvió algunos
guisantes en su plato:
—No pasa nada, me tomé
un día libre. Es precioso
poder pasar un día contigo,
quizás no haya muchas
oportunidades así en el
futuro.
Se sentaron juntos,
mientras Luna se sentaba
sola frente a ellos.
La conversación entre ellos
no le interesaba en absoluto
a Luna.
Luna asintió mientras
comía. En su plato, había
un trozo de carne de pollo
que Andrés había servido.
—¿De verdad no vas a salir
con nosotros hoy?
Nosotros…
Andrés se refería a sí
mismo y a Isabel como
“nosotros”, pero para Luna,
siempre sería una extraña.
¿Por qué salía con ellos?
¿Para ser una molestia
acaso?
En esta vida, el primer
objetivo que se había
propuesto Luna era alejarse
de Andrés.
Así que Luna rechazó la
invitación.
Luna sonrió levemente y
dijo alegremente:
—No, gracias. Tengo que
reposar un poco —Luna
siempre comía poco,
entonces ella tomó una
servilleta para limpiarse la
boca y fue hacia arriba.
En ese momento, su
expresión se volvió
amarga.
Andrés, en mi vida pasada
fui demasiado obsesiva. Te
veía más importante que
mi propia vida.
Intentar atarte a mi lado a
través del matrimonio fue
mi mayor error.
En esta vida, te dejo ir, y
también me dejo ir a mí
misma.
Les deseo a ti y a Isabel una
vida llena de paz, alegría y
felicidad…
Capitulo 8

Luna se encontraba frente


al escritorio sin abrir el
regalo que le había enviado
Isabel.
Ya sable lo que había
dentro. Era un hermoso
Swarovski pasador de
cristal.
En la época de recién
comienzos del milenio,
cuando el salario promedio
era aún muy bajo, esto era
algo bastante inusual.
A ella no le agradaba
utilizar joyas. Cuando se las
colocaba, sentía, que su
cuello oprimía cuando las
utilizaba. Quizás era solo
una percepción, pero le
resultaba muy incómodo.
Luna guardó el regalo en el
cajón del escritorio.
Sacó el libro de
matemáticas. Para ella, esos
problemas no eran difíciles
en absoluto. El libro era
nuevo,
por lo tanto, no había sido
abierto aún.
En la vida anterior, Luna
tenía un bajo rendimiento
académico en su clase.
Luego, con el fin de
ingresar a
la universidad, le pidió a
Andrés que fuera su tutor
privado. Le pedía que la
ayudara, explicándole
temas
confusos para ella.
Aunque Andrés solo tuviera
un diploma de educación
secundaria, era bueno para
las matemáticas y en
especial para los lenguajes,
considerado como un
poliglota, hablaba con
soltura cinco idiomas.
Todo
siendo autodidacta.
La capacidad de
aprendizaje de Andrés era
de verdad insuperable
podría haber sido el primer
lugar en el
examen de ingreso a la
Universidad de Astraluna, si
asi se lo hubiese propuesto.
Personas como Andrés,
inteligentes y trabajadoras,
¡siempre lograban sus
metas, esto no era
sorprendente!
No es de extrañar que
Miguel se sintiera orgulloso
por los méritos de Andrés
Sin embargo, Miguel nunca
se preocuparía por el
rendimiento académico de
Luna. En lugar de centrarse
en sus estudios, Miguel
tenía otros intereses que en
verdad le preocupaban
más.
Miguel educaba a Luna
como una dama adinerada,
haciéndola tomar clases de
danza, piano, golf,
cocina y bordado, y era
muy estricto con todo lo
referente a estos temas.
Después de todo, Miguel ya
había planeado que cuando
tuviera veinte años, la haría
esposa de alguien con su
mismo estatus social y
convertiría a su hija en la
esposa más valiosa, y en un
socio comercial de
alto valor, fusionando así
los negocios de ambas
familias.
Antes sus ojos, las mujeres
no necesitaban tener
habilidades o
conocimiento. Siempre
deberían casarse, solo
necesitaban servir y
complacer a sus maridos.
une miro por la ventana y
vio un coche negro saliendo
de la puerta principal.
Parecía que ellos se habían
ido
Miguel no regresaría hasta
dentro de tres días, así que
estos días serían raros y
confortantes momentos
de libertad para ella
Dejo el libro que tenía en la
mano y fue a hacer lo que
realmente quería. No
quería estar limitada por
las
puestas por su padre.
Se apresuró al jardín, donde
había una frondosa datilera.
Doña Liora le había dicho
que su madre la
planto cuando estaba
embarazada de ella. Ahora,
este hermoso árbol, era más
alto que la cerca y una de
us ramas se extendía bien
larga hacia la casa del lado.
Las villas en esta área
estaban todas conectadas, y
algunos árboles plantados
junto a los muros apenas
logran bloquear la vista
Los détiles estaban
maduros y Luna estaba
ansiosa por agarrar algunas,
y disfrutar del bello y
acogedor paisaje y así
disfrutar de tan exquisito
manjar.
Luna se dio cuenta de que
se había sobreestimado a sí
misma, no pudo trepar al
árbol, así que tuvo que
traer una escalera
Sentada en la cima del
muro, la datilera estaba
exuberante y ocultaba su
figura.
Recogió un détil grande y
rojo y lo limpió antes de
llevarlo a su boca.
Balanceando los pies y
sintiéndose muy cómoda.
Nunca había
experimentado tanta
libertad como hoy. Cerró
los ojos y disfrutó de la
brisa que soplaba
Sintió claramente que
seguía viva.
En ese momento, se
escuchó un sonido de
porcelana rompiéndose
desde la villa de al lado,
seguido de
una voz enfurecida de un
joven diciendo
Salgan todos de aquí,
lárguense ya….
La voz provenía del
segundo piso. Luna miró
hacia arriba y vio cómo
arrojaban un bastón desde
adentro
Gabi, mama solo lo hace
por tu bien. ¿Podrías salir
conmigo? Siempre te
quedas en casa y mama está
realmente preocupada por
ti.
¿Por el bien de ustedes?
Solo me considera una
carga. ¿No seria mejor si
estuviera muerto? Así
no todos lárguense!
-Gabi…
-Te dije que salieras, ¿no lo
oiste? -gritó el joven.
La mujer cedió y dijo:
-Está bien… Mamá se va, no
te hagas daño a ti mismo.
¿Quién vive alli? Es tan
temperamental.
Ella recordó que quince
días después de haberse
cortado las venas, Andrés la
llevó al hospital para una
revisión y cuando
regresaron, había visto una
ambulancia en la casa
vecina.
Recordaba muy bien a
personal médico sacando lo
que parecía ser un cadáver
cubierto por una sábana
blanca. La persona ya
estaba muerta, se había
suicidado, al igual que ella.
Su situación era peor; había
estado muerto dos días y
dos noches antes de que lo
encontraran en el baño.
Según doña Liora, el joven
que se suicidó era el
heredero futuro de la
influyente familia Sánchez
en Astraluna. Se llamaba
Gabriel Sánchez. Había
sufrido discapacidad en las
piernas debido a un
accidente automovilístico
cuando era niño, lo que lo
sumió en una profunda
depresión y lo llevó a
encerrarse en casa,
desarrollando así una
también grave incapacidad
para relacionarse con el
mundo exterior.
Gabriel ya tenía tendencias
suicidas antes, pero había
tenido suerte en los
intentos anteriores y
había podido evitar ese
desenlace.
¡Que pena que muriera a
tan joven edad! ¡Tenía
también solo dieciocho
años!
Luna tomó otro dátil del
árbol y lo arrojó a través de
la ventana rota…
Capitulo 9
En una habitación llena de
desorden, un joven yacia
sentado en su silla de
ruedas. Su cabello
despeinado cubría sus ojos
y su mirada sombría se
posaba sobre el suelo, en
donde una impasible
cuchilla yacia también
junto a varios fragmentos
de vidrio. En su mente, una
voz le repetía
incesantemente.
-¿Por qué rayos estás
dudando? Un solo corte y
todo nuestro dolor
desaparecerá. Tus padres se
divorciaron, volvieron a
casarse y ya no te necesitan
Muérete pronto! ¡La
muerte te liberará de esta
vida de pesares!
Si no se amaban, ¿por qué
se casaron entonces?
¿Por qué me trajeron al
mundo entonces?
Ya tienen sus propias
familias, me han dejado a
mi propia suerte solo para
sufrir.
La mirada de Gabriel se
volvió cada vez más dura y
decidida. Se apoyaba en la
silla de ruedas y se levantó.
Como perdió apoyo para
sus piernas, cayó al suelo,
cortándose las palmas de las
manos con los fragmentos
de vidrio, dejando rastros
de sangre sobre la madera.
Entre los escombros,
extendió la mano y tomo
de nuevo la cuchilla.
Deslizándola lentamente
hacia arriba, revelando su
afilado borde. Con solo
un corte en su muñeca, de
veras podría liberarse de
todo lo que lo aquejaba en
esta vida
Cuando colocaba la cuchilla
sobre su muñeca, en ese
momento, un dátil pasó
volando por la ventana y
cayó cerca de él. Uno tras
otro… Esos dátiles grandes y
rojos, mismos colores de su
propia sangre.
Gabriel miró hacia afuera
con curiosidad, pero la luz
brillante le dificultaba abrir
los ojos. Al siguiente
instante, y de nuevo una
semilla de cereza cayó
sobre su cabeza.
Gabriel no sabía qué decir.
En este momento, una voz
agradable sonó desde
afuera
-Estas ciruelas son de mis
árboles. Por favor, tómalos.
No te quedes encerrándote
en tu habitación todo
el tiempo, te enfermarás. Si
quieres comer dátiles, ven a
buscarme. Si no te atreves,
puedes tirarme algo
delicioso desde la ventana y
hacemos trueque. Mi
nombre es Luna García.
Vendré a jugar contigo
todos
los días, ¿Qué tal te parece?
Quizás su voz era
demasiado fuerte y llamó la
atención de la sirvienta en
la mansión. Saliendo
apresuradamente,
preguntó:
-¿Quién está ahí? ¿Quién
está hablando en el patio? -
Luna se encogió de
hombros y guardó los pies
que había apoyado en la
pared, escondiéndose entre
las ramas del árbol.
Si fuera posible, ella
deseaba poder cambiar su
destino y el de Gabriel….
+15 BONUS.
Quizás porque Luna podía
entender cómo se sentia,
sabía lo que era ser
abandonado por todos. Se
sentía desesperada…
La voz de la chica
desapareció y Gabriel se
sentía sorprendido.
¿Ella… vendría a verme
todos los días?
Por sus palabras, Gabriel
sintió algo extraño en su
corazón, como si el fuego
que una vez estuvo a punto
de extinguirse volviera a
encenderse con una
pequeña chispa…
La sirvienta miró a su
alrededor y no vio a nadie,
por lo que se marchó del
patio.
Había muchos mosquitos
en el árbol, así que Luna
bajó por la escalera para
regresar a casa.
Justo cuando Liora bajaba
del tercer piso buscándola,
vio a Luna cubierta de
trozos de ramitas. Se
acercó y le dijo con
preocupación:
-¿Dónde has estado? Estás
tan sucia. Ve a tu habitación
y cámbiate de ropa, yo la
lavaré.
Luna entrecerró los ojos y
dijo suavemente:
-No te preocupes, doña
Liora. Prueba las ciruelas,
están deliciosas.
Liora vio los dátiles en su
mano y negó con la cabeza:
-Recogiste muchos antes,
pero no te vi comer
ninguna. Ahora las recoges
tú misma… ¿Te trepaste al
árbol?
Luna asintió con la cabeza:
-¡Sí! ¡Usé una escalera para
subir!
Liora le dio un ligero golpe
en la frente a Luna con su
dedo y le reprochó:
-A partir de ahora, no
vuelvas a hacerlo. Si te
lastimas de nuevo, le pediré
al señor Garcia que corte
ese árbol.
Luna sabía que Liora solo
tenia una boca dura pero
un corazón tierno, ella no
lo haría.
-Doña Liora, ya no soy una
niña pequeña. Lo tendré en
cuenta. -respondió Luna
con calma.
Capítulo 10
Luna sacó todas las datiles
de su bolsillo, los lavo y
encendió el televisor,
disponiéndose a darse su
pequeño festín.
Liora estaba arreglando la
cocina, y salió a ver a Luna
y la encontró sucia y tirada
en el sofá, haciendo
nada. Levantó la mano
como si fuera a darle su
reprimenda y dijo:
-Deja de ser tan traviesa
muchachita. Acabo de
cambiar la funda del sofá
hoy y ya la has ensuciado.
Ve a tu habitación y
cámbiate de ropa primero.
Luna estaba descalza y
evitó el golpe. Se escondió
detrás del sofá y dijo
sonriendo:
-¡Doña Liora, me cambiaré
más tarde! Estoy tan
cansada ahora. Solamente
quiero recostarme un rato.
-Estás bromeando. Si el
señor García se entera de
eso, te castigará cuando
regrese. Luna, vete ya a la
habitación y cámbiate la
ropa. -dijo Liora.
-¿Puedo ver el resto del
episodio primero? Sólo
quedan unos minutos. -
Luna le dijo quejándose a
Liora.
-No. Debes tomarte en
serio los exámenes. Apaga
la televisión y sube al
estudio a revisar tus
lecciones.
-dijo Liora.
En ese momento, se oyó la
voz de Andrés detrás de
Luna.
-Luna, Liora tiene
problemas cardíacos. Deja
de molestarla -dijo Andrés.
Luna se sorprendió y
frunció levemente las cejas.
¿Cómo es que Andrés y
Isabel regresaron tan
pronto? ¿
No iba a llevar Andrés a
Isabel a vivir fuera?
Entonces felizmente ella
podría vivir con Liora en
casa.
Liora preguntó:
-¿Has regresado muy
pronto?
Andrés dejó caer las llaves y
afirmó con la cabeza:
-Hubo una reunión de
emergencia en la empresa.
Regresé para buscar los
documentos de la reunión.
Me iré con Isabel más tarde.
Por lo pronto ella se
quedará aquí un buen rato.
Luna fingió que estaba
viendo el programa de
televisión, en serio y no
prestó atención a su
conversación.
Sin embargo, Andrés se
acercó a ella y acarició su
largo cabello, frotándolo
cariñosamente.
-Deja de ver la televisión y
revisa tus lecciones. ¿No
tienes exámenes pronto?
Voy a comprobarlo cuando
regrese esta noche.

Luna sabía que él estaba


muy ocupado. Aparte de
comer y dormir, ¿cómo
podría tener tiempo para
perder el tiempo con ella?
Si tuviera tiempo, sólo
estaría con Isabel.
Luna dijo con indiferencia:
-Ya terminé mis deberes. Si
hay algo que no entiendo,
le preguntaré a mi hermana
Isabel. No te preocupes.
Al escucharla llamando
“hermana Isabel”, Andrés se
sentía sorprendido.
Incluso Isabel se sorprendió
un poco. Liora se sintió que
algo no estaba con Luna.
Luna nunca había sido
amable con Isabel.
Anteriormente, Luna
siempre la intimidaba. ¿Por
qué la llamó
hermana?
Liora no se pudo resistir y
preguntó:
-Lu… Luna… ¿estás bien?
Luna, se encontraba
comiendo sus dátiles,
mientras miraba fijamente
la televisión, como si nada
le importara.
-Estoy bien. Isabel es
mayor que yo por unos
meses. ¿No debería llamarla
hermana? Además, ella
siempre ha sido mejor
estudiante que yo.
Aprenderé de ella.
Tan pronto como terminó
de hablar, el programa de
televisión terminó.
Andrés estaba a su lado, y
su familiar aroma la
inundó. Luna sintió que le
faltaba el aire. Sólo cuando
no se encontraba en el
mismo sitio que él podia
sentirse mejor.
Luna dijo obedientemente:
-Bien, he terminado de ver
la televisión. Hermano, ya
me voy a mi habitación.
Ya que a Andrés no le
gustaba verla, ¿por qué no
salía? Andrés la observó
detenidamente y trató de
detectar alguna señal en su
pálido rostro.
Luna dejó caer su cabello
detrás de sus hombros, y
caminó suavemente por el
pasillo.
Andrés frunció ligeramente
el ceño y miró su espalda.
En el pasado, cuando los
veía juntos a él y a Isabel,
estaba muy furiosa y hacía
todo lo posible por
deshacerse de Isabel…
¿Había olvidado su odio
hacia Isabel? ¿O era que
había escondido todo ese
tiempo sus malas
intenciones?
¿Qué es lo que quería hacer
Luna?
Capítulo 11
Luna regresó a la
habitación, se quitó la ropa
sucia que llevaba puesta, y
se paró frente al armario
para elegir un vestido
nuevo.

Justo en ese momento, se


oyó la voz de Andrés desde
afuera de la pared:

-Tengo algo urgente que


hacer en la empresa. Si
alcanzo a terminar
temprano, regresare lo
antes posible para estar
contigo.

Isabel respondió
consideradamente:

-No pasa nada. Ve y


ocúpate de tus asuntos. Que
yo andaré esperándote
aquí.
-Bien, si te sientes cansada,
puedes dormir en mi
habitación. Las sábanas
están nuevas y limpias.

-Eso es lo que menos debes


que preocuparte..

Luna escuchó los pasos que


se alejaban, y creyó que
Andrés se había ido. Justo
cuando queria respirar de
alivio, la puerta se abrió de
repente.
Al mismo tiempo, Luna se
quedó completamente
rigida con la ropa en su
mano. Su rostro se
enrojeció al instante, al
darse cuenta de lo que
había pasado. Se apresuró
nerviosa y
avergonzadamente a
cubrirse con la ropa.

La mirada de Andrés se
estrelló con la figura
desnuda de la muchacha.
Sin darse cuenta, su cuerpo
se quedó como congelado,
con la mano todavia
agarrando el pomo de la
puerta. Cuando volvió en sí,
apartó la mirada hacia otro
lado rápidamente.

Tenía que admitir que, a su


edad, Luna tenía un cuerpo
esbelto de incomparable
belleza.
Una nerviosidad apareció
en las pupilas brillantes de
Luna. En realidad, ella y
Andrés habían sido pareja
por tantos años, su cuerpo
ya no era nada de secreto
para Andrés.

Sin embargo, sin saber por


qué, era cierto que se
aceleraba el pulso, como si
fuera la primera vez que se
veían. También le
preocupaba, el hecho de
que él, la había visto
desnuda.

De inmediato al darse
cuenta, él dio media vuelta
para observarla, pero ella se
puso el vestido
rápidamente y se forzó a
calmarse, luego preguntó:

-Hermano, ¿tienes algo que


decirme?
Andrés sacó una tarjeta de
su bolsillo y la dejó en la
mesa. Luego dijo con su
voz un poco gruesa:

-Es una tarjeta de compras


de un centro comercial, que
me regaló un socio de
negocios. Si quieres

-Muchas gracias, hermano.

Andrés bajó la mirada y


cerró la puerta.
Pero no se fue de
inmediato. Su corazón se
contraía bruscamente, el
deseo contenido en su
cuerpo se agitaba como una
bestia.

Unos segundos después,


Andrés fue al estudio con
pasos acelerados, para sacar
los documentos para la
reunión y entró en el coche.
Encendió el coche, se sentó
en el asiento agarrando el
volante en su mano.

La curva de la cintura de la
muchacha saltó en su
mente bruscamente, y la
escena desapareció tan

rápidamente como una


estrella fugaz en el
firmamento.
¿Era Luna?

¡Él definitivamente ya
estaba volviéndose loco!

Él reprimió esa inquietud


en su interior, pisó
fuertemente el acelerador y
se fue rápidamente de la
mansión de la familia
Garcia.

Luna terminó sus tareas en


la habitación, y estaba a
punto de ir al jardín para
relajarse un poco. Sin
embargo, al abrir la puerta,
vio a Isabel subiendo las
escaleras.

Las dos se miraron en un


silencio incómodo. Luna no
tenía mucho que decirle.

Aunque se sentía culpable


por su muerte en la vida
pasada, Luna todavía no
podía considerarla como su
amiga. Solo quería pasar
estos años tranquilamente y
despedirse para siempre.

Había un ambiente tenso,


pero Luna tomó la
iniciativa de hablar:

-Isabel, ¿adónde vas?

Isabel sonrió suavemente y


respondió rápido:
-Estoy limpiando la
habitación de Andrés. Hay
algunas cosas inútiles que
voy a tirar.

Luna afirmó con la cabeza


y dijo:

-Así que no te molestaré.


Solo quiero bajar para
beber agua.
Dicho esto, bajó las
escaleras en zapatillas. Casi
llegando, escuchó la voz de
Isabel que era tan ligera
como una hoja moviéndose
en el viento:

-Luna… Sé que te gusta


Andrés. No te preocupes,
no te lo robaré.

Sin embargo, Luna sabia


que, incluso si Isabel
renunciaba a esa idea, ella
aún no sería la elegida en el
De lo contrario, él no
habría irrumpido en su
habitación con impulso de
matarla al saber la muerte
de Isabel, ni se habría
divorciado de ella para
casarse con una mujer que
se parecía a Isabel…

Maria habis podido


quedarse al lado de Andrés
por tantos años,
simplemente por su
parecido rostro con

Isabel…

Pensando en eso, Luna se


dio media vuelta, solo dijo
fingiendo estar relajada y
tranquila:

-Si alguna vez tuve


sentimientos diferentes
hacia él fue en el pasado, el
ya no me gusta. Será solo
mi hermano para siempre.
Pero si tú en cambio logras
ser su esposa, jde veras que
me sentiré muy feliz!

No estaba mintiendo. Eran


palabras sinceras. Si ella
lograba ayudar a arreglar la
relación entre ellos, lo

consideraría como una


forma de compensar a
Isabel por lo que le había
debido en su vida pasada.
Sin detenerse, se dirigió a la
sala directamente. Abrió la
nevera y tomó un vaso de
agua fría. Mientras bebia,
notó las “basuras” que
Isabel había tirado fuera de
la puerta.

Entre ellas, había un regalo


de cumpleaños que ella le
preparó para Andrés, fue
una osita rosa.
Le había dicho a Andrés
que, cuando ella no
estuviera a su lado, esa osita
asumiría la responsabilidad
de acompañarlo para
siempre por su parte.

Luna sintió como si cayera


en un agujero de hielo.

En la vida pasada, esa


misma osita también había
sido abandonada como
basura, por María.
Y ahora, lo mismo estaba
sucediendo, pero la que la
había tirado, era Isabel.

Tal vez, su destino


irreparablemente siempre
había sido ese…
Capítulo 12

Una suave brisa nocturna


entró ligeramente por la
ventana. Los pasos
apresurados en el pasillo
despertaron a Luna.
Luna parpadeó, abrió
lentamente los ojos, y miró
por la ventana. Se dio
cuenta de que ya había
amanecido y no deseaba
dormir más.
Era la voz de Isabel, Luna
no sabía qué había
sucedido, solo escuchó las
constantes disculpas de la
muchacha. Con los ojos
somnolientos, pisó descalza
el suelo y se acercó a abrir
la puerta.
Al abrir la puerta, se
sorprendió al ver la figura
que apareció allí y
preguntó:
-Andrés, ¿has terminado el
trabajo de la empresa?
En realidad, Andrés había
regresado a casa una hora
antes de que Luna se
durmiera, había
acompañado
a Isabel al centro comercial.
Sin embargo, al entrar en
su habitación, Andrés se dio
cuenta de que algo
faltaba. Era la osita de
peluche que Luna le había
regalado en su
cumpleaños.
Al escuchar la voz de Luna,
Andrés se acercó un poco a
Isabel, como si estuviera a
punto de “protegerla”,
luego le explicó a Luna con
un destello frío en sus ojos:
-Lo siento, Luna. Rompi
accidentalmente la osita
que me regalaste. Isabella
no sabía que era un regalo
tuyo, solo pensó que era
algo inútil y la tiró.
En ese momento, Liora
también agregó:
-Lo siento, señorita.
También es culpa mía por
no haberle dicho a la
señorita Isabel.
Todos pensaba que Luna
lloraría, gritaría o mostraría
su ira. Sin embargo, Luna
solo entrecerró muy
sutilmente sus ojos y
respondió con una sonrisa,
como si no le importara:
-Ah eso, vale. No me
interesa, aunque era un
peluche de edición
limitada, no hay por qué
darle mayor
importancia…
En este mundo, las
personas que saben
berrinches suelen conseguir
lo que quieren. No fue
culpa suya.
Si, por el contrario, Isabel
lo hubiera hecho a
propósito, ella no la
perdonaría.
En el pasado, odiaba mucho
a Isabel, porque ella
ocupaba el corazón de
Andrés, también por su
débil
carácter y su constante
lloriqueo.
Para ser honesta, en ese
momento sentía lo mismo,
pero ya no le importaba
tanto.
Andrés fijo su mirada
penetrante en Luna,
emanando un aura distante
y fría.

Antes de que pudiera


hablar, Luna tomó la
iniciativa y dijo:
-Si te encantó tanto la esita,
te regalaré otra, en este
nuevo cumpleaños ¿qué te
parece? Eso también
me ahorra la molestia de
elegir un regalo nuevo.
Isabel salió de detrás de
Andrés y se disculpó con
Luna:
-Realmente lo siento
mucho, Luna. De veras que
no lo hice a propósito.
Luna le echó un vistazo, y
respondió parpadeando:
No es nada grave. Además,
esto es una tontería. No
necesitas pedirme perdón.
Para interrumpir ese tema
tan tonto y aburrido, Luna
le preguntó a Liora:
-Doña Liora, ¿la cena está
lista? Tengo mucha
hambre.
-Sí, señorita. Venía a
informarte.
-Muy bien. Voy a
cambiarme de ropa y luego
regreso.
Cuando llegó a la sala, se
dio cuenta de que no había
nadie en la mesa, por lo que
preguntó:
-Liora, ¿Andrés e Isabel no
vienen a cenar?
Liora le sirvió una sopa y
respondió:
-Se han ido. Me dijeron que
ellos habían cenado y no se
quedarían. Ay, Andrés te
compró un postre y me
pidió que no olvidara
dártelo. En realidad, a él
también le importas…
Luna sabía que Liora la
estaba reconfortando.
Era un pastel de nata con
fresas. Ella no esperaba que
Andrés realmente le
hubiera comprado un
postre,
solo pensaba que era una
mentira piadosa de parte
Liora hacia ella.
Para ser honesta, no sintió
ninguna emoción especial
después de enterarse de la
partida y el “regalito” de
Andrés. Mirando el pastel
de fresas, entendía que ella
se había liberado
completamente de lo que
habia
sufrido en el pasado.
Abrió la caja del pastel y dio
un bocado. Era un dulce
perfecto, de la tienda de
postres que solía
frecuentar en el pasado.
-Liora, siéntate y cena
conmigo -le propuso.
-No, no, gracias, señorita.
Ya he comido. Solo soy una
sirvienta más en esta casa y
no me es apropiado
cenar con los dueños -
rechazó Liora sin dudarlo.

Luna se le acercó y agarró


su muñeca, instándola a
sentarse en la silla a su lado,
luego suplicó fingiendo
estar triste:
Ahora solo las dos vivimos
en esta casa. Quiero mucho
que me acompañes a
cenar… No te preocupes,
solo estamos nosotras dos
aquí, como para ponernos a
cuidar de lo que los demás
plensen.
Después de todo, tal vez
Andrés y Isabel nunca
regresarían a esta casa para
vivir alll nuevamente. Al
escuchar esas palabras,
Liora no insistió más. En su
opinión, Luna era también
una pobre muchacha, sin
amigos sinceros, y llevando
una vida solitaria….
Incluso su hermano, el
único familiar importante
para ella, no le había
reservado ni un lugar en su
corazón.
Luna se quedó en casa tres
días para la recuperación de
la herida en su muñeca. La
herida había
cicatrizado, solo debía
evitar mojarla para que no
se abriera.
Pasaron tres días
completos, y Andrés no
había regresado a la
mansión ni una vez.
El vuelo de Miguel se había
retrasado debido a una
fuerte tormenta eléctrica,
por lo tanto, tampoco
llegaría. Aprovechando la
oportunidad, Luna
reflexionó sobre su “nueva”
vida. En el pasado, había
invertido todo su tiempo y
energía en perseguir a
Andrés, eso hizo que no
lograra una buena
calificación
en el examen del ingreso a
la universidad. Como
resultado, solo pudo
ingresar a una universidad
de bajo
nivel.
Ahora, se encontraba aún
en la preparatoria. Tenía
que esforzarse más para
ingresar en una buena
universidad, y evitar así un
destino parecido al de su
vida pasada.
En realidad, la preparatoria
en la que ella estudiaba era
la prepa privada Aurora
School, la cual contaba
con las mejores
instalaciones y estaba
equipada con los mejores
recursos educativos de la
ciudad.
Con estas excelentes
instalaciones y la
comodidad que brindaba,
las tarifas escolares eran
también
bastante costosas. Casi
todos los estudiantes de esta
preparatoria provenían de
las familiares
adineradas, incluso los
coches para llevarlos a la
escuela eran de las marcas
más costosas en el
mercado,
También había algunos que
realizaban intercambios
aqui, o fueron admitidos
solo por sus excelentes
notas académicas. La
preparatoria les otorgaba
becas completas, los
premios académicos eran
también muy generosos.
Ese día escolar, el chofer la
llevó hasta la puerta de la
escuela y se despidió:
-Señorita, llámame cuando
termine las clases.
Luna afirmó ligeramente y
respondió:
Vale
Capítulo 13

Luna llevaba bien


puestecito el uniforme de la
prepa, traje negro al estilo
británico con zapatos y
mochila
de cuero, definitivamente
era bastante sofisticado.
Al otro lado de la calle,
había otra preparatoria
pública llamada
preparatoria pública Astra
Luna. También
era una preparatoria con
excelentes resultados
educativos. Todos los
estudiantes que ingresaban
a esa preparatoria eran
aquellos con alta capacidad
intelectual y con el sueño
de convertirse en élites
sociales en el futuro.
Los estudiantes de la
preparatoria Aurora tenían
condiciones financieras
incomparables debido a
sus familias, pero los de la
Preparatoria Astra Luna
solían venir de familias
humildes, por lo que solo
podían avanzar con sus
propios esfuerzos.
Debido a las diferentes
clases sociales, había
constantes conflictos de
opiniones entre los dos
grupos de estudiantes.
Justo cuando Luna estaba a
punto de ingresar a la
escuela, entre varios
vehículos negros, divisó un
Audi negro similar al de
Andrés que se detuvo
frente a la puerta de la
Preparatoria Astra Luna.
¿Acaso Andrés
planeaba dejar que Isabel
estudiara en la Preparatoria
Astra Luna?
Instintivamente, Andrés
sintió una mirada cálida
desde atrás. Se dio la vuelta
y miró en esa dirección,
encontrando a una figura
vestida con un traje de
uniforme negro. Era alta,
delgada, pero con una
suavidad y tranquilidad
palpables. Con su cabello
recogido en una pulcra cola
de caballo, destacaba
incluso entre la multitud.
Luna no esperaba que él
mirara atrás, su mirada
cautivadora se encontró
con la de Andrés, por lo
que solo pudo saludarlo
con una afirmación y
haciendo un gesto con la
mano.
-¡Luna!
De repente, una
muchachita gordita, vestida
con medias largas negras
con gafas y unos libros en
mano, se acercaba
corriendo hacia Luna;
respirando agitadamente.
-Luna, finalmente has
regresado. Me dijeron que
estabas enferma estos días.
¿Ya de veras te has
recuperado?
Era Ana Gómez, hija del
jefe de la Oficina de
Administración Educativa,
y compañera de Luna del
mismo grupo
En la Preparatoria Aurora,
la identidad de los
estudiantes y padres no era
secreto alguno.
-Muchas gracias, estoy de
maravilla.

-¿Eh? ¿Hoy no te has


maquillado? ¿Y por qué
pareces estar tan tranquila
hoy? En el pasado, cada vez
que te veía, siempre estabas
muy enfadada. Pero ¡hoy
me das una sensación
completamente diferente!

se sorprendió mucho Ana.
En el pasado, Luna siempre
se maquillaba para llamar la
atención de Andrés, pero
ahora ya no necesitaba
hacerlo. Ahorraba la
molestia y el tiempo, así
podía dormir un poco más.
¿Acaso quieres que te
regañe para que parezca
normal? – preguntó Luna,
quedándose sin palabras
por un momento.
Era cierto que Luna había
tenido un mal
temperamento. No tenía
paciencia, estaba
acostumbrada a estar
sola, no le gustaba hacer
amigos… A los ojos de los
demás, era como una
persona rara que no podía
integrarse en el grupo.
Ana era la única persona
que quería hablar con ella,
pero a Luna no le gustaba
su carácter suave, por lo
que siempre la ignoraba.
Al escuchar sus palabras,
Ana se apresuró a negar
agitando la mano:
-No, no. Es que hoy te ves
muy rozagante. Y… de veras
eres aún más guapa sin
maquillaje…
Luna en realidad no tenía
una relación cercana con
sus compañeros. Después
de todo, la familia García
no tenía una buena
reputación en la ciudad.
Nadie quería involucrarse
con los miembros de esta
familia,
quienes habían obtenido su
riqueza de manera un poco
convencional y
fraudulenta.
Era cierto que la familia
García se había enriquecido
utilizando métodos poco
éticos. Incluso se podría
decir que habían recurrido
a artimañas y trucos sucios.
No abandonaron esa forma
de “ganarse la vida”
hasta que el gobierno
emitió nuevas leyes para
combatir la delincuencia. El
abuelo de Luna era un jefe
mafioso y actualmente se
encontraba en la cárcel.
Sin embargo, aunque la
familia García no era tan
adinerada como los demás,
tampoco poseía influencias
en el gobierno, nadie en la
ciudad se atrevía a ofender
a los miembros de la
familia García, que habían
prosperado en el mundo
del crimen.
Por lo tanto, en la opinión
de los estudiantes, todos los
miembros de la familia
Garcia, incluyendo a Luna,
no era nadie fácil de
ofender.
Viendo que la figura de
Luna se había alejado poco
a poco, Andrés recuperó la
mirada y echó un vistazo
al reloj, luego le dijo a
Isabel:
-Todavía tengo tiempo,
entramos juntos.
-¿Era Luna? ¿Estudia en la
Preparatoria Aurora? -
preguntó Isabel, vestida en
un traje de uniforme de
color blanco y azul, peinada
con una cola de caballo.
En comparación en el de
Luna, su uniforme era
mucho más común. Sin
embargo, Isabel lo llevaba
con gran estilo y elegancia.
Sus hermosos ojos
brillaban, su cuerpo
escultural permitía que
luciera ese uniforme con
gran clase.
-Si. Si tengo tiempo, te
recogeré después de las
clases. Te enviaré mensajes
al rato -dijo Andrés.
-No pasa nada si no tienes
tiempo. Puedo regresar en
autobús. Hay estación de
autobuses aquí cerca,
no será nada difícil para ml
encontrar una. Sé que
siempre estás muy
ocupado, no quiero ser tu
distracción y causarte
problemas.
-Isabel, nunca serás un
problema para mí,
¿entiendes? -interrumpió
Andrés con su voz ronca y
una
actitud seria.
Ellos se deberían tratar
como familiares dispuestos
a ayudarse siempre entre
sí.
Isabel afirmó ligeramente y
mostró una sonrisa leve en
los labios, luego dijo:
-Hermano, ¡ya lo sé!
-Así que vamos primero a
la oficina del director de la
escuela para proceder con
los trámites del
ingreso dijo Andrés.
-¡De acuerdo!
En realidad, Luna no pudo
evitar girar la cabeza y miró
atrás. Andrés con su rostro
encantador, su
temperamento tranquilo y
elegante, su rostro, al
aparecer en la escuela,
atrajo mucha atención de
los
demás. Con la mochila de
Isabel en su mano, Andrés
entró en la escuela junto a
Isabel. Cuando Luna se
dio media vuelta, vio justo
esta escena.
No pudo evitar pensar en
que, Isabel era realmente la
persona más importante
para Andrés… Aunque
estaba tan ocupado, había
reservado el tiempo para
llevarla a la escuela
personalmente….
Después de que las dos
figuras desaparecieron
completamente de su vista,
Luna recuperó su mirada y
se dirigió al aula.
Esta vez, Isabela no ingresó
en la misma prepa de ella.
El cambio había sucedido y
ella podria evitar el mismo
destino como el de la vida
pasada, ¿verdad?
-¿Qué está mirando, Luna?
-preguntó Ana.
Ella también dirigió su
mirada hacia el mismo
sentido, pero solo vio la
multitud de estudiantes,
nada en
especial,
¿Acaso Luna había visto a
algún galán?
Nada, vamos al aula.
Capítulo 14

El salón de la clase número


uno se ubicaba en el sexto
piso. El edificio contaba con
elevadores divididos
para estudiantes y
profesores.
En la preparatoria Aurora,
no se establecían clases
antes de las nueve,
permitiendo así que los
estudiantes llegaran a la
escuela un poco más tarde.
Cuando Luna llegó a su
respectivo salón, dentro de
los compañeros de clase se
encontraban unos
conocidos, al igual que
otros extraños. Solo
conocía los nombres de
unos pocos.
Cuando sono el timbre para
el inicio de las clases, Luna
se apresuró a tomar asiento
de acuerdo con su
memoria. Sin embargo,
antes de que pudiera
acomodar bien su mochila,
percibió varias miradas de
sorpresa y escuchó
murmullos.
-¡Ese el asiento de Sergio!
¿Cómo carajos se atreve a
sentarse ahí?
-¿Acaso perdió la
memoria?
¿Qué? ¿Sergio Sánchez?
Luna examinó un poco el
escritorio, tan impecable
que no había ni un libro
sobre él. Se levantó,
inmediatamente con
sorpresa. ¿Cómo era posible
que este fuera el asiento de
Sergio? ¡Recordaba
claramente que siempre se
sentaba en la penúltima
fila!
¿Acaso ese realmente no era
su asiento?
Justo en ese momento,
Sergio apareció en la puerta
perezosamente, con el
uniforme desaliñado y la
corbata mal anudada.
Se detuvo allí muy
lentamente con su mochila
colgada en su hombro
derecho, mirando a Luna
con una
mezcla de arrogancia y
frialdad. Su mirada era tan
qué producía escalofríos
con solo verlo a los ojos.
Detrás de Sergio, estaban
sus dos “leales
compinches”: Luis Rivas y
Bruno Herrera.
En realidad, Sergio era el
archienemigo de Luna. Al
mismo tiempo, era un
brabucón en la
preparatoria
que sólo hacía lo que le
parecía. Luna no quería
tener ninguna relación con
ese sujeto. Por lo general,
solía ser Sergio quien
siempre le causaba
problemas. Lo hacía
simplemente porque Luna
no le agradaba,
una razón muy sencilla.
Luna vio que Ana le hacía
un gesto, señalándole el
asiento en la última fila
junto a la ventana. Solo
ahora
entendió que habia habido
un cambio de asientos
durante su ausencia.
Luna respiró
profundamente para
calmarse y se trasladó
tranquilamente a su nuevo
asiento.
Sin embargo, ese bastardo
de Sergio no estaba
dispuesto a pasar por alto
ese pequeño asunto. Se
acercó a su asiento y pateó
el escritorio. Todo el
escritorio “voló” hacia la
parte trasera del salón.
Todos los estudiantes que
estaban en el salón se
asustaron muchísimo por el
ruido, especialmente los
que estaban más cerca.
Sergio, apenas llegas al
salón, ¿y ya te vas? -
preguntó Luis.
Bruno le dio palmaditas en
el hombro a Luis y
respondió:
-Aparentemente, solo no
quiere verla.
Al escucharlo, Luis se
acercó al asiento de Luna y
también dio una patada al
escritorio, mientras
insultaba:
-¡Maldita! ¿Por qué no te
quedas en casa y no
regreses a la escuela? Espera
que, después de graduarme
de la universidad,
¡investigaré a toda la familia
García para enviarte a ti y a
tu papá a la cárcel!
¡Prepárate
para pasar el resto de tu
vida en prisión junto a tu
delincuente padre!
Dicho esto, ajustó un poco
su corbata con arrogancia y
desdén.
Luna no le hizo caso, solo
levantó la cabeza y observó
con sus hermosos ojos a las
dos personas que se
encontraban frente a ella.
Luis se atrevió a decir esas
palabras arrogantes, porque
su padre era el jefe de la
oficina de
Investigaciones Penales.
Este hombre tenía una
actitud dura, incluso Miguel
no sabía cómo tratar con
él.
Durante estos años, la
familia Rivas siempre había
estado al pendiente de los
asuntos relacionados con
la familia García. Una vez
que obtuvieran evidencia o
pruebas en contra de
Miguel, destruirán todo el
poder que tiene la familia
García en la ciudad.
Hasta Brunos, criado en
una familia con una larga
historia en el campo de la
abogacía. Su padre era un
juez conocido a nivel
internacional, mientras que
su madre era una abogada
con una excelente
reputación en la industria.
¡Ambas personas parecían
destinadas a enfrentarse a
Luna!
Sin embargo, ante las
amenazantes palabras de
Luis, Luna no mostró
ningún miedo e incluso
afirmó en
señal de acuerdo:
-¡Perfecto! ¡Tienes una gran
meta en mente! También
creo que Miguel es un
completo idiota. Tengo
mis
ojos puestos en ti, jasí que
esfuerzate por alcanzar esa
meta!
Luis se sorprendió por un
momento, pero luego su
rostro se ensombreció por
la ira. Incapaz de encontrar
palabras para contradecirla,
simplemente la señaló con
el dedo…
Bruno notó que Sergio casi
había desaparecido de su
vista y se apresuró a agarrar
la muñeca de Luis:

Estas tres personas siempre


faltaban a clase y los
profesores no tenían una
solución efectiva. Aunque
se
habia informado a sus
padres, la situación seguia
igual, por lo que decidieron
adoptar una actitud sutil de
dejarlos hacer lo que
quisieran.
En realidad, según los
resultados académicos, la
clase seis era la mejor en los
seis grados, mientras que
la clase uno era la peor.
Todas las élites estaban en
la clase seis.
En su vida anterior, Luna
nunca entendió por qué
Sergio siempre la trataba
con tanta hostilidad. Desde
el comienzo del semestre,
ella había evitado causar
problemas a los demás,
pero si alguien la
provocaba sin motivo, ella
no se quedaba callada.
Por lo tanto, en la opinión
de los demás, ella tenía el
mismo mal temperamento
que Sergio.
Sin embargo, luego de ese
terrible incidente, su
drástico cambio de actitud
era muy positivo para
Luna; ya no era la misma
muchacha impulsiva de
antes. Había dejado atrás su
mal genio y sus actitudes
hostiles.
La primera clase era de
matemáticas y Luna sacó su
examen, dándose cuenta de
que solo había obtenido
una “F”
Pero que mal lo he hecho…
-pensó.
Al leer las preguntas con
calma, se dio cuenta de que
no eran tan difíciles y que
podía resolver muchas
de ellas. Sacó su bolígrafo y
comenzó a trabajar en estas.
Al terminar, miró el pobre
escritorio de Sergio
en el suelo y pensó para sí
misma: Tendría una
oportunidad de cambiar de
clase en el fin del semestre.
Tenía que esforzarse por
mejores resultados en los
exámenes finales para
obtenerla.
Mientras tanto, también
tenía en la mente a qué
universidad le gustaría
ingresar.
Capítulo 15

Cuarenta y cinco minutos


después, terminó la clase.
Después de la clase, Luna se
acercó hacia el escritorio y
lo levantó, luego recogió
todos los libros y los colocó
en el cajón.
A! ver la acción de Luna,
muchos compañeros se
sorprendieron y
empezaron a discutir en
voz baja:
-¡No puede ser! ¿Luna está
agachándose para recoger
los libros de Sergio? ¿Está
loca?
-¡Una persona como ella
que ni siquiera sabe cómo
contradecir a las personas
ofreciéndose a hacer
algo así! ¡Pero que locura!
Uno de ellos sacó su móvil,
tomó una foto de la escena
y la publicó de manera
anónima en el foro de la
escuela.
Luna también escuchó los
comentarios, pero
simplemente los ignoro.
Después de ordenarlo
todo,
regresó a su propio asiento.
No pudo evitar pensar: jera
tan amable que incluso
podia soportar a un tipo
como Sergio!
Al mismo tiempo, en un
callejón cerca de la
preparatoria, Luis le
preguntaba a Bruno donde
irían a beber esa noche.
Bruno estaba jugando al
móvil a un lado. De
repente, recibió un nuevo
mensaje con titulo: “i
increible! Luna García
está…”
Sin leer el titulo completo,
Bruno no dudo en hacer el
clic para entrar en la página
web. Al entrar, vio una
foto de Luna, que estaba
agachada y recogiendo
todos los libros de Sergio…
-¡Qué locura! Sergio, ven,
iven a ver! Abre el foro de
la escuela, ¡Luna está
recogiendo tus libros en el
suelo! -exclamó Bruno.
-¿¡Que!?-gritó también Luis
Sergio levantó ligeramente
las cejas y miró el móvil
que Bruno le entregó.
En la foto, la chica estaba
agachada, con el dobladillo
de su falda tendido en el
suelo. La luz que entró
por la ventana iluminó su
perfil hermosa y delicada,
se podía ver claramente sus
pestañas largas incluso
sus sombras… Era cierto que
estaba recogiendo los libros
tirados al suelo.
Pero la foto mostró
perfectamente las
incomparables ventajas de
su apariencia, de pies a
cabeza emanando un
ambiente suave y
tranquilo…
Increíble…
Al mediodia. Luna no fue at
comedor Solia llevar su
propia comida porque no
se acostumbraba a las
comidas del comedor las
cuales no le gustaban.
Ahora, ella era la única en el
aula. Todos los demás
salieron para almorzar.
Mientras escuchaba los
pasos en el pasillo, Luna
disfrutaba de la comida que
Liora le habia preparado,
mientras revisaba una hoja
de examen que no había
terminado aun de leer.
Una hora después, todos los
estudiantes regresaron al
aula, y a ella solo le
quedaba una pregunta
vacia de matemáticas.
Entres los ruidos de los
pasos apresurados, Luna
escuchó algunos gritos
desde el pasillo:
-Dios mio, es Sergiol
Regresa acaso para
molestar y darle más lata a
Luna?
– Es posible Regresemos al
aula rápido a verlos! La he
odiado por mucho tiempo.
¡Realmente quiero saber
por que es digna de
ingresar a nuestra
preparatoria!
-Este tipo de persona es
completamente un desastre
para el mundo. ¡Su padre
casi mato a mi papá solo
por una parcela! Se han
acostumbrado a recurrir a
sus trucos sucios. ¡Desearía
que toda la familia Garcia
desaparezca de la faz de la
tierra!
No digas estas palabras, mi
padre me ha dicho que, la
familia García es el lider de
unos gangsters de la
ciudad, si les ofendes, te
involucrarás en problemas!
No vale la arriesgarte.
En realidad, sus palabras
eran correctas, pero ellos
no se atrevían a decirlas
frente a Luna. Muchas
empresas de las familias de
estos compañeros habian
sufrido grandes pérdidas
debido a los trucos
ocultos de la familia Garcia
Luna acababa de escribir la
formula que iba a usar en el
borrador, de repente, se dio
cuenta de una figura
que le bloqueo la luz. Un
segundo después, todos sus
libros en la mesa fueron
tirados al suelo…
Luna levanto la cabeza y
miro a Sergio, quien estaba
lleno de ira y arrogancia,
luego le preguntó con
indiferencia:
-¿Qué quieres hacer?
-¿Quién te dio el permiso
para tocar mis cosas?
¿Quieres morir? -interrogó
Sergio con una sonrisa
maliciosa, como si
realmente quisiera matarla
con su mirada penetrante.
Luna se quedó sin palabras.
¿Solo porque ella había
recogido los libros del
suelo, él venía a causarle
problemas? Su intención
había sido disculparse con
él por haberse sentado en
su lugar, lo cual le había
molestado. No esperaba
una reacción tan fuerte por
algo tan insignificante.
En ese momento, dentro y
fuera del aula ya había
mucha gente para
contemplar este
“espectáculo”.

Luna recuperó su mirada y


jugó un poco con el
boligrafo en su mano, luego
respondió friamente:
-Ahora tú también has
tocado mis cosas. Estamos a
mano. Además, hoy me
toca encargarme del turno
de limpieza del aula. Si no
te gusta, no volveré a tocar
tus cosas en el futuro.
Sergio dio una patada al
escritorio de Luna con las
manos en sus bolsillos, y
provocó:
-Hija de puta Ya basta y
deja de fingir ser amable.
Luna lo miró con
curiosidad, empezó a
recoger sus libros y
meterlos en su mochila,
luego respondió:
-¿Por qué tendría que fingir
ser amable contigo? Si mis
buenas intenciones te han
ofendido, puedo
desaparecer de tu vista.
Quédate en el aula, y yo iré
a la biblioteca. Dentro de
tres semanas hay un
examen final del semestre.
Aprovecharé esa
oportunidad para cambiar
de clase y así no tener que
volver a aparecer ante tus
ojos.
Al terminar de hablar, Luna
se marchó con la mochila.
Justo en ese momento,
sonó el timbre que
indicaba el inicio de la
clase. Estaba a punto de
salir por la puerta trasera,
pero se encontró con la
profesora que venía a dar
clases.
-Luna, ya es la hora de la
clase. ¿Adónde vas? -
preguntó la profesora.
Luna no sabia cómo
explicarlo..
Dentro del aula, exclamo
Luis:
-Sergio, ¡La neta que si! ¡Esa
piba no tiene ni respeto por
ti!
A Bruno tambien le parecia
gracioso
-Aja. Una estudiante que
siempre ocupa el
penúltimo lugar del grado,
¿y ahora se las da que
quiere
cambiar de clase a través
del examen final del
semestre? ¡Será mejor que
abandone la escuela
directamente!
Sergio golpeó la mesa
fuertemente con su puño,
provocando un gran ruido,
pensando: ¡Ella debería
sentirse afortunada de
haber salido lo
suficientemente rápido! De
lo contrario,
probablemente habría roto
su regla de nunca golpear a
una mujer…
Capitulo 16
Menos mal que con el
tiempo le había cogido
antes el gusto a aprender y
en especial había entendido
la importancia de estudiar.
De lo contrario, ella no
tendría el coraje de salirse
del salón y venir a la
biblioteca a estudiar.
Ya tenía los suficientes
conocimientos, para hacer
frente a los exámenes, y así
obtener una buena
calificación en el examen
de ingreso universitario.
Aunque aún era bastante
difícil, podría ingresar a
una buena universidad con
esfuerzo.
Destacaba en humanidades,
pero no tanto en
matemáticas y ciencias.
Aunque, ella no tenía
mucho tiempo extra para
estudiar. Pues luego de la
escuela, tenía clases de
cocina y piano…
Luna, se sentó frente al
ventana, sentía gran
ansiedad…
Se pasó la mano por su
hermoso cabello, en señal
de preocupación. Al darse
cuenta de que esto era una
pérdida de tiempo; decidió
estudiar y memorizar más
palabras en inglés.
Excepto por las clases 5 y 6,
casi nadie iba a la
biblioteca. Por eso a
excepción de los
estudiantes, a esas
horas de clase, no había
nadie excepto el
bibliotecario. A Luna le
encantaba estar sola, por lo
tanto, ese tipo de ambiente
era exactamente lo que ella
buscaba.
En ese momento, alguien
salió de la oficina del
edificio de profesores, e
inmediatamente, tomo una
foto de Luna sentada junto
a la ventana en el segundo
piso.
Luego, la publica en el foro
de escuela, donde se fija la
publicación de hoy.
¡Miren esto, Luna se ha
escondido en la biblioteca
para evitar a Sergio!
En menos de un minuto,
alguien responde: ¡Guau,
¡Sergio es genial! La echó
tan fácilmente. ¡Ya no
tendremos que verla en
clase!
Apuesto, a que él volverá en
menos de dos días.
Alguien abajo responde:
Eso es imposible.
¿Por qué?
Porque… Sergio acaba de
tirar su escritorio, y las
sillas frente al aula. La
señora de la limpieza ya se
las llevó. Seguro las vendió
como chatarra.
Además, hay algunas fotos
de los libros de texto de
Luna en la papelera, con
una capa de mugre encima.
Luna no tenia idea que ella
habia sido expulsada de
clase.

Al terminar el cuestionario,
Luna se dispuso a Irse, pero
recibió un mensaje de
texto: Luna no regreses
aún.
Luna se encontraba
confundida, caminando
lentamente; Pero ¿qué
sucede?
La otra persona respondió
de inmediato: Mira lee las
publicaciones del foro de la
escuela.
De repente, un mal
presentimiento invadió su
corazón. Rara vez Luna se
preocupaba por los
chismorreos
escolares, esta es la primera
vez que visitaba el foro de
la escuela.
Observo las publicaciones y
fotos, de su escritorio y
otros cuadernos de
ejercicios, que han sido
arrojados a la basura.
Incluso su merienda,
guardada en un cajón había
sido arrojada a un rincón.
Doña Liora la había
comprado especialmente
para ella, y la bolsa también
la cosió ella.
Luna se dirigió furiosa al
aula dando grandes pasos…
Después de un rato, alguien
se levantó y vio una figura
acercándose desde lo lejos,
emocionado y grita:
-¡Ha llegado, ha llegado…
Luna ha regresado!
– Ridícula ¿cómo se atreve
a volver?
-Ahora sí que podremos
disfrutar de un gran
espectáculo, seguramente
será humillada.
-Todo esto debido a que
ella era muy arrogante.
Sergio, que estaba
durmiendo boca abajo,
lanzó directamente un libro
hacia ellos y gritó enojado:
-¡Dejen de hacer ruido! ¡Si
no se callan, sálganse
mejor!
En un instante, nadie se
atrevió a hablar.
También ve a alguien
acercándose a la puerta de
atrás poco a poco.
Todos en el salón de clases,
voltearon sus cabezas como
si estuvieran asistiendo al
mejor espectáculo
circense.
Todos querían ver a Luna
enfadada, dando insultos y
malos tratos, enfrentándose
a Sergio y luego ser
reprendida
miserablemente.
Mas Luna apareció en la
puerta trasera del aula, pero
no tan enojada como
esperaban, ni busca a
Sergio tampoco. En
cambio, tenía una
expresión tranquila y
calmada. Se acerco a la
papelera, recogió esa
ridicula lonchera y le quito
el polvo de encima. Pero al
abrirla, grito y dejo caer la
lonchera al suelo, tenia

Asustada, su rostro se
vuelve pálido y su cuerpo
tiembla.
Los compañeros de la clase
notaron a Luna asustada y
temblorosa, sabiendo que
su broma había sido
un rotundo éxito. El salón
se llenó de risas.
Alguien golpea la mesa
riendo:
-La neta que sí que fue
bastante divertido.
Ana tenia un libro en sus
manos, aunque estaba
preocupada por Luna, no se
atrevía a decir nada y solo
se atrevía a quedarse
callada fingiendo leer sin
voltear la cabeza.
En la escuela, nadie se
atrevía a meterse con
Sergio, incluso el director
de la escuela lo trata con
miedo.
Justo en ese momento, la
profesora entro con un
libro en la mano. Su mirada
se detiene en Luna por un
momento, la observa
detenidamente, abre el
libro y dice:
¿Están de nuevo con sus
chancas de mal gusto?
Estamos cerca de presentar
los exámenes de ingreso a
la universidad. Deberían
concentrarse. Ustedes son
los peores en todas las
clases.
-Luna, ¿qué haces ahí
parada? ¡Vuelve a tu asiento
de inmediato! ¡Es hora de
clase!
Agarrando el teléfono,
fingió mirar la hora y luego
tomó una foto de lo que
sucedió frente a ella, y la
envía
rápidamente a un contacto
con una imagen de perfil
negra.
Luna se volteó
silenciosamente, y miraba a
la mujer vestida con un
traje formal, quien emana
una
madurez y habilidad
profesional.
Después de un largo
tiempo, se encontró con
Carolina Vega. Luna puso
sus ojos sobre ella, de
manera
indiferente.
Esta mujer no solo era su
profesora, sino que también
se convertiría en su futura
madrastra, la única
mujer que entre todas
amantes que había logrado
enganchar a su padre
Miguel.
Además, Carolina tenía una
relación muy confusa con
Andrés.
¿Pero confusa hasta qué
punto?
En la vida anterior de Luna,
poco después de que esta
mujer se casara con Miguel,
Miguel había fallecido, pero
en solo tres años!
Ni siquiera los médicos
habían podido determinar
la causa de su muerte.
La muerte de Miguel fue
muy sospechosa, pero en el
dia del funeral de Miguel,
Luna vio a Carolina salir
Al pensar en eso, Luna
frunció ligeramente el
ceño.
Andrés era bastante astuto,
y sabia muy bien cómo
utilizarla.
Capítulo17
Carolina caminaba muy
elegante con sus tacones
altos, y su hermoso cabello
largo y rizado que llegaba
hasta sus hombros.
-Luna, ¿por qué estás
parada ahí sin hacer nada?
¿Puedes decirme qué ha
pasado? -Extendió la mano
hacia ella, pero Luna
frunció el ceño y retrocedió
un paso, recogió su
lonchera del suelo y salió
del aula
sin decir ni una palabra.
Mientras caminaba por el
pasillo, Luna iba
calmadamente, pero sentía
un sinsabor en su ser. Al
pensar detenidamente, se
dio cuenta de que todos a
su alrededor se acercaban a
ella con un propósito, y
nadie la quería de verdad
sinceramente.
El primero fue Andrés,
quien se aprovechó de ella.
La había engañado con
palabras muy bonitas y
luego rompió con ella,
después de lograr su
objetivo.
La segunda era Carolina,
quien siempre la apoyaba
en la escuela, escuchaba sus
problemas, la reconfortaba
y hacía todo lo posible por
ganarse la atención de su
padre, Miguel. Después,
planeaban
unirse a Andrés para
eliminar a ese hombre sin
que nadie se diera cuenta.
La tercera era María. En
algún momento pensó que
las dos serían las mejores
amigas… ¡pero era falso!
Todo a su alrededor era
falso. Luna fue al otro
edificio, sacó la lonchera y
la limpió con agua. Un olor
a hierro crudo con un
toque de suciedad
impregnaba el ambiente,
un olor que nunca
olvidaría. El agua del
grifo fluía rápidamente y
empapó la herida de su
muñeca, causando un gran
dolor muy agudo. Luna
estaba tan entumecida que
no mostraba ninguna
expresión en su rostro,
como si no pudiera sentir
el dolor. Después de
limpiar la herida, se volvió
pálida y dejó escapar un
leve rastro de sangre, lo que
hacía
que la herida se viera aún
más aterradora.
Cuando estaba lista para
irse, de repente todo se
volvió negro. Alguien le
cubrió la cabeza con una
bolsa de plástico negra.
Luego, una fuerza
abrumadora la empujó y
golpeó su cabeza contra la
pared de azulejos,
provocando un intenso
dolor. Sintió a alguien
pateándola en la espalda y
golpeándola en la
cara, puño tras puño,
patada tras patada. El dolor
se extendía por todo su
cuerpo y no pudo
pronunciar ni una sola
palabra…
No podía ver claramente ni
sabía cuántas personas
estaban atacándola…
Una vez que esas personas
terminaron su descarga de
ira, arrastraron a Luna, que
casi estaba muerta,
hacia el baño. Le quitaron
la bolsa de plástico que
cubría su cabeza, su
conciencia estaba borrosa y
su alma parecía haber sido
arrancada.
Escuchó risas de tres o
cinco personas…
La herida en su muñeca se
abrió de nuevo durante el
proceso de su resistencia, y
la sangre fluyó por todo

Con la última esperanza de


sobrevivir, llamó a Andrés,
-Ring, ring…
El teléfono vibraba y
Andrés se detuvo, sacó el
teléfono y vio que era Luna.
Él frunció ligeramente el
ceño mientras presionó el
botón de encendido.
Silenció el teléfono y lo
metió nuevamente en el
bolsillo.
Isabel lo miró y le preguntó
suavemente:
-Andrés, ¿quién llama? Si
estás ocupado, no tienes
que preocuparte por mi,
estaré bien sola.
Andrés respondió con
calma:
-Es solo una llamada de
ventas, no importa. 1
Probablemente Luna no
pudo contenerse y
comenzó a molestarlo
nuevamente.
-Está bien-Isabel sonrió
dulcemente y luego le
entregó dos helados que
acababa de comprar-.
Andrés, te compré uno para
ti, pruébalo.
A Andrés no le gustaba
comer dulces, pero aun así
lo aceptó.
Isabel dio un mordisco, y el
helado cremoso y frío se
derritió en su boca.
-No tienes una buena salud,
por lo tanto, no debes
andar comiendo cosas frías.
Ten cuidado con el
dolor de estómago -Andrés
frunció ligeramente el ceño
mientras la regañaba
suavemente.
Isabel sacó picaramente la
lengua.
-Andrés, de verdad gracias
por llevarme al cine. Pero
¿no te molesta tu trabajo?
En realidad, no necesitas
acompañarme todos los
días, puedo estar sola, esto
también resulta agradable.
Isabel no esperaba que
Andrés, que estaba tan
ocupado con su trabajo, la
esperara en la puerta de la
escuela y la llevara al cine.
Andrés levantó la muñeca y
miró la hora.
-En mi trabajo no he estado
tan ocupado últimamente,
nada es más importante
que acompañarte.
Vamos, la película está a
punto de comenzar.
Isabel vio las dos entradas
para la pelicula en la mano
de Andrés, frunció los
labios y dijo:
-¿Luna no vendrá con
nosotros?
Andrés respondió:
-Luna tiene otras clases.
Ella no vendrá con
nosotros.

-Está bien, vamos los dos


entonces. -Isabel se aferró
al brazo de Andrés con total
naturalidad. trata de
una pelicula de amor, pero
el final fue triste. El
protagonista murió y la
protagonista vivió sola en
el mundo, eligiendo
quedarse sola hasta el final
de sus días.
Andrés notó que Isabel no
se sentía bien, y aún
pensaba en lo que pasó en
la pelicula. Isabel decidió ir
de compras. Compró
muchas prendas de vestir
para ella, todas son las
últimas tendencias de este
año.
Tenían tantas bolsas que no
podían llevarlo todo, así
que las envió a casa.
Ya eran las ocho de la
noche cuando terminaron
las compras.
La oscuridad de la noche
había caído por completo, y
las luces se encendieron.
Las calles estaban llenas
de ajetreo y bullicio. Todo
era hermoso cuando se veía
desde lejos.
Isabel se sentó felizmente
en el asiento del copiloto.
-¡Andrés, el lugar de juegos
es muy divertido. ¡Vayamos
otra vez!
Andrés no se negó y sonrió
cálidamente.
-Claro, dime cuándo
quieres venir y trataré de
acompañarte.
Se acercó a atar el cinturón
de seguridad para ella, y a
esa distancia tan cercana,
percibió un aroma
distintivo de una joven
diferente al de Luna. El
aroma de Isabel era dulce.
De repente, tuvo una
imagen fugaz de la figura
esbelta y seductora de Luna
ese día.
Isabel había crecido junto a
Andrés desde que era
pequeña. A pesar de tanto
tiempo juntos, al verlo tan
cerca de ella, no pudo evitar
ponerse nerviosa,
conteniendo la respiración
mientras su corazón
comenzaba a latir más
rápido.
Andrés apartó su mirada y
se alejó, sacando el teléfono
para echarle un vistazo.
De repente, se dio cuenta
de que, aparte de la llamada
de Luna, había recibido
docenas de llamadas de la
mansión de la familia
García. Como su teléfono
estaba en silencio, no había
respondido a ninguna de
ellas.
Frunció el ceño y estaba a
punto de devolver la
llamada, pero en ese
momento sonó
nuevamente el
teléfono.
Andrés lo contestó, y la voz
ansiosa de Liora se escuchó
desde el otro lado. -Señor
Martínez, ¿la señorita
García no está con usted?
-¡No, no está conmigo!
¿Qué ha pasado? -Andrés
respondió con calma.
-¿Qué? ¿Entonces si la
señorita García no está con
usted? ¿A dónde iría?
-¿Cómo que adonde iría? La
expresión de Andrés
cambió drásticamente.
Capítulo 18
Doña Liora solamente se
atrevió a decir:
-De hecho, es cierto,
cuando el conductor fue a
recoger a la señorita,
descubrió que ella no salía
aun de la prepa. Ya he
preguntado a todas las
profesoras de las clases a las
que normalmente asiste la
señorita, pero no ha ido a
ninguna. Acabo de llamar a
la policía. ¿Qué vamos a
hacer si algo le ha sucedido
a la señorita?
Andrés estaba hablando por
teléfono mientras sostenía
el volante, dijo: No te
preocupes, no le ha pasado
nada. Luna me llamó hace
un rato, pero mi teléfono
no funciona bien. Así que…
primero iré a los lugares
frecuentados por ella a ver
si la encuentro, y te llamaré
cuando la encuentre.
-Está bien, está bien.
Colgado el teléfono, Andrés
dejó su móvil a un lado.
Isabel, que estaba
escuchando la
conversación telefónica,
también se enteró de todo,
y exclamó: -¿Cómo es
posible que Luna
desaparezca de repente?
¿Habrá sufrido algún
accidente?
-Probablemente se fue a
algún lugar ocultándose. No
te preocupes, te llevaré a
casa primero.
-Andrés, ¡puedo
acompañarte a buscar a
Luna!
Andrés negó agitando la
cabeza y la rechazó
fríamente:
-No hace falta. Creo que ya
sé dónde está.
Luna, arrogante y
caprichosa, siempre había
estado centrada en si
misma y acostumbrada a
ello. Tal vez se enfado
porque no le contestó el
teléfono.
Ella había hecho este tipo
de trucos en más de una
oportunidad. Andrés odiaba
mucho su comportamiento,
pero siempre tuvo que
hacerle caso.
A Andrés no le importaba
en absoluto e incluso
pensaba que su
desaparición podría ser
algo bueno para él.
La noche era larga. El coche
se detuvo lentamente en la
puerta de un lujoso
complejo de condominios
en el centro de la ciudad.
Andrés bajó del coche con
una bolsa de compras y
rodeó el frente del coche
para abrir la puerta del
copiloto.
Isabel, llevaba un traje azul
con flores y el largo cabello
suelto sobre sus hombros,
apoyada bajo la luz de
la calle. Era alta y elegante.
-Andrés, deberías ir a
buscar a Luna. Yo puedo
tomar el ascensor y subir
sola.

Andrés le entregó la bolsa


de compras, no era muy
pesada, contenía ropa de
diseño de última moda de
este año.
–Está bien, acuéstate
temprano, no tienes por
qué esperarme.
-Lo sé.
-Adelante, te puedes
marchar.
Las mejillas de Isabel se
sonrojaron. Se giró ante la
mirada de Andrés, y en ese
momento sintió que un
pequeño escalofrio en su
pecho. La brisa golpeo
suavemente su hermoso
rostro. Por alguna razón,
desde que regresó de un
tratamiento en el extranjero
y pasó tiempo con Andrés,
excepto por no haber
tenido ningún contacto
intimo, su relación parecía
la de una pareja normal.
Comían juntos, se deseaban
buenas noches antes de
dormir, e incluso Andrés la
recogía después del
trabajo….
Ella y Andrés…
Isabel no se atrevía a pensar
en ello porque entre ella y
Andrés estaba Luna. Así que
nunca podrían estar
juntos.
No estaba segura si lo que
sentía por Andrés era
dependencia o amor…
Desde que era niña, Andrés
era la única persona
cercana a ella.
Habían pasado los días más
difíciles juntos, durmiendo
en la calle, peleándose con
mendigos, habían hecho de
todo.
Si… es un supuesto, si sus
sentimientos hacia Andrés
fueran de amor.
¿Y qué hay de Andrés?
¿Podría ser que también le
gustara?
Isabel aceleró su paso,
como si temiera que
alguien la detuviera.
Después de todo, nunca
podría ocultarle sus
pensamientos. Se conocían
demasiado bien.
Andrés se quedó hasta que
las luces de la sala de estar
de arriba se encendieron.
Se sentó en el coche, y
volvió a llamar a Luna.
El teléfono se desconectó
automáticamente una y
otra vez, Andrés perdió
finalmente la paciencia y
con una expresión fría y
sombría, envió un mensaje
a Luna.
Has causado suficiente
alboroto. Respóndeme. No
todo el mundo gira
alrededor de ti, no tengo

¡Luna Garcia, devuélveme


la llamada!
Hablemos en privado sobre
lo que pasa contigo, deja ya
de angustiamos, estamos
muy preocupados por
ti
Luna, ¿por qué estás
enfadada?
Los mensajes se enviaron
uno tras otro, sin recibir
ninguna respuesta por
parte de ella. Andrés
condujo por las concurridas
calles mientras sus ojos se
volvian oscuros y afilados.
Por lo general, Luna
responderia rápidamente,
pero en este momento no
fue así, ella no respondió.
¿Qué truco estará jugando
Luna esta vez?
Capitulo 19
Luna no tenía fuerzas para
leer los mensajes que
Andrés en este momento le
enviaba, sentia dolor muy
intenso en todo su cuerpo.
Era un dolor profundo que
traspasaba sus huesos!
Escuchaba vagamente
voces de personas hablando
a su alrededor.
-…Afortunadamente la
atendieron a tiempo, de lo
contrario las consecuencias
serían inimaginables. Las
costillas rotas ya están
unidas de nuevo. En los
próximos días, seria mejor
que no se levante de la
cama, se debe quedar en el
hospital para observación
durante algunos días. En
cuanto a la alimentación, es
mejor que sea ligera.
-Está bien, muchas gracias
doctor.
Después de que el médico
saliera, el guardaespaldas
tenía justo en ese momento
en su mano su teléfono
sonando, lo contestó con
rapidez y dijo
respetuosamente:
-Señor.
-¿Cómo está ella? -En el
teléfono, la voz del señor
era un poco fría y distante.
El guardaespaldas le contó
en detalle todo lo
relacionado con Luna.
-Así es como están las cosas,
la señorita García ya está
fuera de peligro.
-Ve a averiguar quién fue el
culpable de este lamentable
caso y lo atrapas en menos
de tres días. No le
digas a nadie de este asunto.
No importa quién sea, lo
castigare sin ninguna
piedad.
-¿Cómo planea usted
manejar esto?
-Tengo un plan ya trazado
para ello.
-Si, señor.
Después de colgar el
teléfono, Luna vagamente
escuchó la voz de Gabriel.
Pero luego de un rato, su
voz desapareció de nuevo.
Apenas había despertado
cuando se desmayó de
nuevo.
Cuando Luna se despertó
nuevamente, ya habían
pasado tres días.
Las heridas de Luna eran
graves, algunas costillas
estaban rotas.

Cuando la encontraron, la
herida en su muñeca se
había abierto de nuevo y la
sangre fluía por todo su
cuerpo. Sufrió un fuerte
golpe en la cabeza y por
esta razón casi estaba en
estado de shock. Si no la
hubieran encontrado,
habría muerto desangrada
o de dolor.
Eran las diez de la noche,
Luna sintió que su mente se
desvanecía y vagamente
escuchó el sonido de
alguien llorando.
-Mi pobre niña…
Luna movió ligeramente
los dedos. Su visión era
borrosa y lentamente se
estaba aclarando. Con una
voz
débil, dijo:
-Doña Liora… siento un
dolor muy intenso en mi
cuerpo.
Este dolor era como si
todos sus órganos internos
estuvieran siendo
triturados, como si sus
huesos
fueran golpeados por algo,
era un dolor muy profundo
en todo su cuerpo.
Liora se alegró al ver que
Luna se despertó, agarró
suavemente su mano con
cuidado y con los ojos
húmedos dijo:
-Señorita, aguanta un poco
más. Voy a buscar al
médico.
La anestesia dejó de
funcionar, y Luna se
despertó del dolor. Grandes
lágrimas caían por sus ojos
y se mezclaban con su
cabello.
¿Es ella demasiado
melodramática?
Anteriormente, los médicos
dijeron que no sobreviviría
más de una semana debido
al cáncer en
etapa avanzada, pero ella
resistió durante tres meses
por completo.
El médico llegó
rápidamente y realizó un
examen completo a Luna:
-Las heridas se están
curando bien estos días,
trata de evitar moverse para
que las heridas no se abran
nuevamente
-Si señor… ¿la señorita
puede comer?
-Sí, pero trata de comer
alimentos liquidos y
ligeros.
-Gracias, doctor.
Después de darle algunas
instrucciones a Luna, el
médico salió Liora no se
atrevía a tocarla, solo tocaba
su mano, secándole sus las
lágrimas.
-Señorita, no tengas miedo,
yo estaré contigo.
Las pestañas de Luna se
humedecieron nuevamente
y sus ojos se llenaron de
lágrimas una vez más.
Esta sensación de dolor
familiar le recordó cómo
había sido torturada por el
dolor en su vida anterior.
Ella estaba sola incluso
cuando murió. Ahora que
tenía a Liora a su lado, Luna
se sentía que ya no estaba
sola en este mundo.
Solo al lado de Liora podía
sentir una pizca de amor.
-El señor Garcia supo de tu
accidente y volvió de
inmediato. Llegará mañana.
El señor Martinez aún no
ha terminado su trabajo,
pero vendrá rápidamente
una vez que termine. Ha
estado a tu lado todo este
tiempo, mientras estabas
inconsciente y se iba tarde
en la noche.
Luna aguanto el dolor en su
pecho y de manera
indiferente dijo:
-Dile a mi hermano no
venga, es demasiado tarde.
No quiero retrasar su
trabajo.
-Está bien, le diré al señor
Martínez.
-Si él insiste en venir, dile
que estoy durmiendo.
¿Luna no quiere ver al
señor Martinez?
Cosa extraña. Antes Luna
siempre estaba muy pegada
al señor Martinez, incluso
cuando tenía un
pequeño resfriado o
enfermedad, era el señor
Martinez quien la
alimentaba personalmente.
Recientemente, Luna
parecía estar alejándose del
señor Martínez.
Eran las diez y media de la
noche, la reunión y el
trabajo habían terminado.
Se notaba el cansancio en
los ojos de Andrés.
Tomó el ascensor hasta el
estacionamiento
subterráneo, allí se
encontraba una figura
delgada durmiendo en el
auto, su cabello cubría su
rostro.
Andrés estaba a punto de
abrir la puerta del
automóvil cuando su
teléfono sonó, miró la
pantalla y
respondió:
-Liora, ¿cómo está Luna?
-El médico dijo que Luna se
está recuperando bien,
acaba de despertar hace un
rato y ahora está
durmiendo otra vez. Ahora
es muy tarde, es mejor que
no venga usted aquí, no
interfiera con Luna. Estoy
aquí cuidándola.
Andrés frunció el ceño
profundamente y su voz
sono ronca:
-Vale, lo entiendo.
Capítulo 20
Luna tomó dos analgésicos
y finalmente se durmió.
Pero de pronto, a las tres de
la madrugada, Luna
comenzó a sudar
profusamente, y tenía
dificultad para
respirar.
En la cama, Luna hizo un
gemido de incomodidad.
Andrés dejó su portátil y le
tocó la frente y las mejillas.
-La temperatura le ha
bajado bastante. parece que
ya no tiene fiebre.
En ese momento, doña
Liora llevaba agua y entró
en la habitación.
-Señor Martínez, déjame
cuidarla. Mañana tienes que
ir a trabajar, no te canses
demasiado.
Andrés salió. El sabia que,
aunque no había una
relación romántica entre él
y Luna, ella era como una
hermana para él. La trataba
muy bien.¿Ella ha tomado
los analgésicos?
Doña Liora respondió:
-Sí, los tomó juiciosa a las
diez en punto.
-No puede tomar
demasiados medicamentos
-Andrés exprimió la toalla
en el baño y limpió el
sudor
frío de su rostro- Doña
Liora, ve a descansar.
Mañana tengo medio día
libre.
Doña Liora miró a Luna
dormida en la cama, y
luego a Andrés.
-Bueno… está bien….
-No… -La voz de Luna era
débil, y ronca-. Quiero a
Liora… Liora, por favor no
te vayas….
De hecho, Luna se había
despertado hace un rato,
pero al escuchar la voz de
Andrés, no deseaba
despertarse para
enfrentarlo. Liora se le
acercó rápidamente y
sujetó su mano con cariño.
-Vale… no me iré.
-Señor Martínez, Luna me
necesita. Será mejor que
me quede a cuidarla..
-Está bien, voy a la
habitación de al lado. Si
necesitas algo, avisame.
-De acuerdo, señor
Martínez.
Cuando Andrés se dio la
vuelta, su rostro recuperó
su frialdad habitual y la
puerta de la habitación se
cerró suavemente.
Luna abrió lentamente los
ojos, y vio como su figura
desaparecía por la rendija
de la puerta. Luego, de

-Liora, también deberías


descansar, estoy bien.
-¿Te has despertado debido
al dolor de nuevo? -Doña
Llora se secó las lágrimas
de los ojos, mirándola
con compasión.
-No, estoy mucho mejor.
-Luna, ya no te gusta el
señor Martinez, ¿verdad?
La mirada de Luna se posó
en el techo blanco.
-Sí, ya no me gusta. Basta
con todo eso. Además, el
corazón de Andrés nunca
ha estado conmigo.
Obligarlo solo lo hará
cansarse más de mí.
Durante los años en los que
estuvo casada con Andrés,
todas las veces que él salía y
se emborrachaba,
o incluso cuando hablaba
en sueños por la noche,
todo estaba relacionado con
Isabel.
A pesar de los ocho años de
matrimonio, Andrés nunca
llegó amarla, tratándola
solo como un estorbo.
-Asi que… creo que es mejor
ser su hermana. Además…
papá tampoco quiere que
yo esté con Andrés.
-Por lo tanto, es mejor
dejarlo ir, y permitirle estar
con Isabel. Ahora solo
quiero terminar mis
estudios y entrar en una
buena universidad. Ya no
soy tan joven, no puedo
depender de mi familia
para todo.
Las palabras de Luna
sorprendieron, y
entristecieron a Liora.
Parecía que Luna realmente
había crecido.
-Todavía eres joven y no
necesitas crecer tan rápido.
Para mí, siempre serás una
niña.
Al escuchar las palabras de
doña Liora, Luna cerró los
ojos, se encontraba muy
cansada. Cuando
finalmente me libere de la
familia García, me la llevaré
conmigo señora Liora.
Fuera de la sala, la
cerradura de la puerta fue
liberada lentamente…
Andrés olvidó su portátil en
la habitación y se regresó a
recogerlo. Escuchó
accidentalmente esas
palabras. Bajo su mirada
sombría, destelló una luz
fría y penetrante.
Retiró la mano y se dio la
vuelta, alejándose de la
habitación.
La sombra en la puerta ya
se había marchado, y Luna
retiró su mirada
suavemente.
Andrés… ¿Lo oiste todo?
En realidad, realmente… he
decidido renunciar a ti.
¡Ya no te amo, Andrés!
Aguantando el dolor,
terminó durmiéndose hasta
el amanecer.
Su sueño fue profundo y no
tuvo ninguna pesadilla.

El señor García regresó a la


capital a mediodía,
aterrizando en el
aeropuerto a las doce.
Detrás de él había varios
guardaespaldas vestidos de
negro.
En la Mansión del Sol.
En la biblioteca de la casa
de García, había una
atmósfera opresiva.
El hombre de mediana
edad quemó tres varillas de
incienso y las puso
devotamente en su frente.
Después de haber hecho
esto, los retiró y los colocó
en el incensario.
-Lo siento, padrino. Todo
es mi culpa. No he cuidado
bien a Luna y la he
descuidado sin saber cómo
la tratan en la escuela.
Capitulo 21
Luna siempre había sido
arrogante y presumida,
siempre mirando por
encima del hombro a los
demás. Lo que estaba
ocurriendo entonces,
Andrés lo había previsto
hace mucho tiempo.

Miguel había terminado de


ofrecer una oración y se
giró.
-¿Cómo fue que resultó
herida Luna? ¿Ya se
investigó todo?

Apenas se aterrizó, Miguel


volvió corriendo, sin
siquiera cambiar de ropa.

Era un tipo rellenito, algo


patoso a simple vista, con
un rosario en la muñeca. Su
mirada era intensa y
emanaba una especie de
fuerza.

Miguel en su juventud
había estado involucrado
en muchas travesuras.
Aunque no tenía un aspecto
intimidante, pero aun así
todos temían a su mano
firme.

Quizás debido a
demasiados actos violentos
en el pasado, y para aliviar
un poco la carga de sus
pecados, Miguel había
puesto una estatua de la
Virgen del Rosario en su
estudio y cada año donado
mucho dinero a las
confraternidades de
monjas.

-Está todo claro. Sin


embargo, la familia
Sánchez también está
investigando este asunto.
Además.. justo ayer, cuando
estaba preparando a mi
gente para actuar, alguien
de la familia Sánchez ya
había tomado la delantera y
se había llevado a la
persona que había herido a
Luna.

-¿Familia Sánchez? -Miguel


entrecerró los ojos.

-Sí.
¡Hablaba de los Sánchez de
la capital, los mismos!

La familia más prominente


de las cuatro grandes
familias de la ciudad
controlaba el pulso
económico y comercial de
la ciudad. Eran verdaderos
aristocratas de alta
sociedad. Comparados con
ellos, los García eran
insignificantes.
-¿Luna tuvo algún contacto
con alguien de la familia
Sánchez? ¿Con Sergio?

-No, parecía ser otra


persona. Pensé que Sergio
había mandado a alguien a
herir a Luna. No podía ser
que Sergio la defendiera.

Sergio era un hijo fuera del


matrimonio. Antes de
unirse a ellos, tuvo
problemas con la familia
García.

El problema con Luna no


podía ser otro que Sergio.

Quizás los dejamos


tranquilos durante
demasiado tiempo.
Se olvidaron de quién les
proporcionó esa paz. Al
final del día, Luna era la
hija de Miguel, Quien se
atreviera a lastimarla,
estaba insultándolo
directamente.

-¿Estás seguro de que


alguien de la familla
Sánchez está ayudando a
Luna?

Andrés asintió.

-Si.
Miguel reflexionó por un
momento, frunciendo el
ceño:

-Si alguien ya intervino,


dejémoslo así. Sergio es
simplemente un perro que
solia alimentar. Dile a
alguien que le enseñe una
lección, pero asegúrate de
no ser descubierto.
Andrés, con un destello
oscuro en sus ojos, asintió
levemente:
-Si, padrino.

-¿Cómo está Luna?

-No hay problemas graves


por el momento.

-Traje algunos regalos


desde ciudad Ficticia.
Entrégaselos a ella más
tarde. Tiene un
temperamento
fuerte como yo, así que sé
paciente con ella como su
hermano mayor.

-Por supuesto, siempre la


trataré como a mi propia
hermana. Es normal que las
niñas tengan
temperamento -dijo con
voz suave, pero sus ojos
reflejaban indiferencia.
-Bien, me alegra que lo
entiendas. Vete a casa
ahora.

Andrés inclinó la cabeza:

-Descansa, padrino.

Aquel día el cielo estaba


claro sin una sola nube y la
temperatura era perfecta.
Luna disfrutaba de la sopa
de costillas con patatas que
Liora le había preparado,
deliciosa como

siempre, recordándole
tiempos pasados.

Ya era el quinto día, y las


heridas en su cuerpo
cicatrizaban, aunque la
picazón era insoportable.
¿Quién te envió esas flores,
Luna?

Luna miró las rosas en la


mesita de noche y sonrió
ligeramente:

-Un amigo me las envió. No


puede salir, pero estoy feliz
de que haya enviado flores.

Entre las diecinueve rosas,


había una nota.
-Espero que te den de alta
pronto. Estoy ansioso por
verte de nuevo.

Gabriel.

Diecinueve es su número
de la suerte.

-Cuando salgas, invítalo a


casa. Yo preparará una
comida para ustedes.
-¡Lo haré! En cuanto salga,
definitivamente iré a verlo.

Se suponía que se
encontrarían, pero luego
ella resultó herida,
retrasando su encuentro.

Luna nunca había visto a


Gabriel. Usualmente
chateaban a través de una
ventana o por teléfono.
Ella también estaba ansiosa
por el dia en que se
encontraran.
Capítulo 22

-El coche ya está listo,


joven. ¿De verdad fuiste a la
casucha de los Sánchez?
-¿Por qué me lo preguntas?
¿Acaso no puedo ir?-
Gabriel, sentado en una silla
de ruedas, exudó un aire
noble. Llevaba una camisa
con chaqueta la cual
permitía apreciar su tatuaje
azul en el dorso de su mano
debajo de las mangas.
Irradiando un aura
melancólica, con toque frío
y distante.
-Pero, y la señora…
Gabriel levantó la mirada
con sus ojos oscuros y
-¡No fue asunto de ella
decirme qué hacer!
frios:
-Lo siento, joven, hablé
fuera de lugar. Te llevaré
abajo entonces,
Después de muchos años,
Gabriel salió de su casa por
primera vez, realmente
había pasado mucho
tiempo desde que vio el sol
de afuera.
Al salir, se dio cuenta de
que todo fue como ella
decía, el paisaje era
hermoso.
Echó un vistazo al árbol de
dátiles más allá del muro.
Todavía recordaba la
silueta de la joven sentada
en el muro, balanceando
sus piernas con alegría y
mostrando una bella
sonrisa.
Al mirar atrás, ese atisbo de
calidez en sus ojos
desapareció, reemplazado
por un aire frío.
Una hora más tarde,
llegaron a la mansión más
lujosa. Varios sirvientes
estuvieron alineados fuera
de la entrada. No fue hasta
que un Porsche negro se
detuvo lentamente que los
guardaespaldas
nerviosamente se acercaron
y abrieron la puerta del
pasajero trasero.
Un sirviente trajo una silla
de ruedas y Gabriel se
sentó. Los sirvientes
presentes exclamaron al
unisono:
-Bienvenido de vuelta,
joven maestro.
El rostro de Gabriel carecía
de emoción.
No recordó cuánto tiempo
pasó desde que volvió a la
vieja casa de los Sánchez.
-¡Mi querido Gabriel!
Una voz anciana y
profunda resonó desde no
muy lejos, y poco después,
un anciano apoyado en un
bastón se acercó.
Pedro Sánchez
rápidamente dijo:
-Mamá, despacio.
Al ver al anciano acercarse,
los labios pálidos de Gabriel
se movieran ligeramente
para decir Abuela.
La anciana tenia los ojos
llorosos:
Finalmente decidiste venir
a ver a tu abuela.
Gabriel asintió y luego miró
al hombre de mediana edad
detrás de su abuela, sus ojos
se encontraron
brevemente antes de
apartar la mirada con
indiferencia.
-Abuela, volvi para arreglar
algunas cosas pendientes…
-¿Qué asuntos? Hablemos
después de la cena.
Gabriel fue empujado hacia
una larga mesa de comedor
con espacio para veinte
personas. La mesa
estaba llena de sus comidas
favoritas.
No le resultó dificil sentarse
a la mesa, pero la anciana le
ayudó, dejándolo en el
asiento principal a su
izquierda
La anciana sabia que iba a
llegar, pero temía que no
lograra acostumbrarse.
Sus ojos estuvieron llorosos
mientras miraba a su
delgado y hermoso nieto:
-Mira cuánto adelgazaste,
Gabriel. Come más.
-Gracias, abuela.
Pedro trató de animar a la
anciana:
¿Cómo estuviste todos estos
años? Oi que no fuiste a la
escuela. Deberías haber
estado por hacer tu
examen de admisión a la
universidad, ¿todavía
quieres ir? Si es asi, puedo
hacer los arreglos.
Mientras cogió un trozo de
pescado de su bol, Gabriel
respondió con calma:
-¿No es un poco tarde para
que te preocuparas por
cómo me fue, padre?
Pedro sintió un leve
malestar en su corazón, su
mirada se volvió fría.
-No necesitabas de hecho
preocuparte por mi, padre.
Estuve de maravilla todo
este tiempo.
Pedro sintió culpa hacia
Gabriel.
-Ahora que volviste,
quédate en casa Tu
habitación ya está lista.
apciona añadió:

-Si, siempre guardé tu


habitación en orden para el
día que decidiese volver.
Capítulo 23

-No hacia falta. Yo’nunca


tuve lugar en esta casa.
Temía más bien que al
regresar, molestara a
ciertas personas-Su tono
fue frío.
La abuela Sánchez se volvió
fria inmediatamente:
-¿Quién lo dijo? En la
familia Sánchez, solo te
reconocimos a ti como
nieto. Creciste para heredar
la familia Sánchez. Si tú no
regresabas, ¿quién más
podría hacerlo?
Gabriel no supo que
después de que Pedro se
casara con Marta Ruiz,
estuvo estrictamente
prohibido entrar a la
mansión Sánchez.
Incluso Sergio no fue
reconocido en la familia
Sánchez.
-Gabriel, ¿esa fue la manera
en que te enseñaron a
hablar durante esos años?
Gabriel apretó con fuerza
los palillos, las venas en el
dorso de su mano pálida
sobresalían:
-¡Quien me enseñó no es
asunto tuyo, padre!
-Solo vine esa vez porque
no quería causarte mayor
molestia. Lo siento de
cualquier modo, abuela.
La abuela Sánchez notó que
algo no iba bien y le puso la
mano en la suya:
-Gabriel, ¿qué te pasó?
¿Alguien te lastimó?
¡Dimelo y yo les doy por mí
misma una paliza!
-No es necesario-Gabriel
dejó los palillos, sacó una
servilleta y se limpió la
boca, mirando a alguien a
su lado ¿Trajiste a la
persona?
El mayordomo respondió:
-Ya está fuera.
Gabriel hizo un gesto
casual.
El mayordomo hizo señas a
los guardias de la puerta.
Pronto, dos de ellos
trajeron a un hombre con
una camiseta negra lleno de
heridas y lo tiraron al
suelo.
Al reconocer al hombre en
el suelo, Pedro exclamó:
-i¿Sergio?!
Sergio tenia moretones por
todo el rostro, sus manos
estaban torcidas en una
posición extraña,
claramente rotas. Yacia en
el suelo, medio
inconsciente y con una
mirada de impotencia.

La abuela Sánchez apenas


pudo ocultar su disgusto:
-Esa manzana podrida,
¿para qué lo trajiste,
Gabriel?
Pedro, alterado, exclamó:
-¡Gabriel, él es tu hermano!
-Sabe por qué le hice esto.
Sabia a quién no debía
tocar-dijo Gabriel con
calma-. Padre, si no puedes
enseñarle, yo lo haré por ti.
No pienses que, porque
estuvo en la casa Sánchez
por unos años, olvidó
quién es.
Pedro se puso pálido, sin
palabras ante la abuela.
Por último, Gabriel dijo:
-Déjame recordarte, padre…
No tengo hermanos. Mi
madre solo tuvo un hijo.
El mayordomo ayudó a
Gabriel a su silla de ruedas
y miró al medio muerto
Sergio en el suelo:
-¡Recuerda a quién puedes
tocar y quién no en el
futuro! ¡Esta es la última
vez!
Cuando Gabriel se subió al
auto, el mayordomo miró
por el espejo retrovisor y
vio que el joven señor
cerró los ojos con el ceño
fruncido:
-¿Estás sufriendo de nuevo
por tu pierna? ¡Vamos al
hospital!
-Estoy bien, volvamos-
Gabriel abrió los ojos,
soportando el dolor-
¿Cómo está Luna ahora?
-La señorita García podrá
levantarse en unos días. El
doctor dijo que se está
recuperando bien.
-Me alegra escucharlo.
-Por cierto, la señorita
García envió un mensaje a
través del empleado de la
floristería. Dijo que le
gustaron mucho las flores.
-Me alegra que le gusten. -
Gabriel sonrió ligeramente,
pensando en que eran sus
favoritas.
De repente, sacó una
elegante caja de terciopelo
negro de su bolsillo. Al
abrirla, dentro había un
brillante collar con un
colgante de luna de cristal.
Fue un regalo que planeó
darle cuando se
encontraran. Inspirado por
su nombre, lo diseñó él
mismo.
Ansiaba el momento de
ponérselo en su hermoso
cuello.
El mayordomo miró de
reojo por el espejo
retrovisor, pensando que
hacía mucho tiempo que
no veia al joven señor
sonreír así desde el
accidente.
Capitulo 24
Después de pasar más de
medio mes en el hospital y
recibir el alta, Luna durante
todo ese tiempo no se había
quedado ociosa. Mientras se
recuperaba, completó
varios conjuntos de
ejercicios. Aunque Andrés.
estuvo ocupado, siempre
venia a revisar sus
exámenes. Si encontraba
errores, los señalaba y
luego
pacientemente le explicaba.
En sus momentos de
descanso, Andrés descargó
algunos juegos
recreativos recientemente
desarrollados por su
empresa en su teléfono
para entretenerla. Sin
embargo,
ella apenas jugó, dedicando
la mayoría del tiempo a sus
estudios. El examen que se
acercaba había sido
su mejor oportunidad para
abandonar la familia
García. Así, podria alejarse
del conflicto entre Andrés
y Miguel.
Andrés ayudó a Luna a
realizar los trámites de su
alta hospitalaria. Aún sentía
un ligero dolor en el
pecho, pero había
mejorado mucho. Las
heridas en su cuerpo ya
habían cicatrizado y habían
crecido nuevos
tejidos en la piel, aunque
aún sentía un poco de
picazón.
Esta vez, la disposición de
Andrés para invertir tiempo
en ella no era más que un
acto para que Miguel lo
viera.
Todos decían que Andrés
no era más que un perro
lacayo al servicio de
Miguel. Sin embargo, sólo
Luna
sabía que en realidad era
como una hiena acechando
en la oscuridad. Una bestia
que podía matar en
cualquier momento. Cada
acción, cada palabra había
estado meticulosamente
calculada. Nunca daba
nada sin esperar algo a
cambio.
Al salir del hospital, Luna
siguió a Andrés hasta su
Audi. Notó la tensión en
Isabel, quien ya estaba
sentado en el asiento
trasero. Andrés, al notar su
mirada, explicó:
-Ya que te das de alta hoy,
pensé en llevar a Isabel a
celebrar contigo. Podemos
cenar juntos.
Sin decir una palabra, Luna
se subió al asiento del
copiloto. Se sorprendió al
ver la pegatina:
-Copiloto exclusivo de
Luna -Antes, había creído
que, de esta manera, podía
mostrar a todos que Andrés
le pertenecía. Ahora le
parecía ridículo. En los ojos
de Andrés, probablemente
era una tonta que siempre
giraba a su alrededor.
Mientras se perdía en sus
pensamientos, Andrés se
inclinó hacia ella, e Luna
pudo percibir el aroma de
las camelias y un ligero
toque de tabaco, el perfume
característico de Isabel. Al
verlo acercarse,
instintivamente trató de
evitarlo, pero Andrés, sin
tocarla, le abrochó el
cinturón de seguridad.
Durante el trayecto, un
silencio incómodo se
apoderó del vehículo.
Andrés rompió el silencio
de vez en cuando,
preguntando:
-¿Te sientes bien?
Luna sabia que esa
pregunta no iba dirigida a
ella.
Miró por la ventana,
perdiéndose en el paisaje.
Isabel respondió con voz
suave:
–Estoy bien, solo me mareé
un poco porque hacía
tiempo que no andaba en
coche.
-Conduciré más despacio.
Si te sientes mal, dime.
-Está bien.

Para distraer a Isabel,


Andrés conversó con él
sobre estudios y asuntos
triviales. El sonido de sus
voces
era tan monótono que Luna
se quedo dormida. Fue
despertada por alguien que
la llamaba por su nombre.
Capítulo 25
-Luna
Cuando Luna abrió los ojos
con somnolencia, lo
primero que vio fueron los
ojos afilados y oscuros de
Andrés. Pareciendo todavía
medio dormida, se quedó
mirándolo por unos
segundos antes de
recuperar
la conciencia y retroceder
rápidamente:
-Hermano. ¿Qué… qué
pasa?
Andrés la miró fríamente y
dijo:
-Hemos llegado a casa. Baja
del coche.
-Ah… está bien. -Andrés
salió del coche, y Luna, al
desabrochar su cinturón,
echó un vistazo a la
pegatina del coche y luego
la arrancó. También retiró
otros objetos del coche,
como un perfume.
Al bajar del coche, Andrés
observó los objetos en las
manos de Luna. Ambos
permanecieron en silencio,
sabiendo que ciertas
palabras solo aumentarían
la distancia entre ellos.
Al entrar en la casa, la doña
Liora la recibió:
-Hay un invitado en casa
hoy. Lávate las manos y ven
a comer.
Luna, confundida,
preguntó:
-¿Un invitado? ¿Quién?
-Es tu maestra de clase.
¿Carolina Vega?
¿Por qué Carolina vendría
aquí? ¿Estaba tratando de
acercarse a Miguel? ¿Se
adelantó a su plan con
Andrés?
Luna tenía las manos
temblorosas, y en el fondo
de sus ojos pasó un destello
oscuro, fugaz y tan rápido
que era inaprensible.
-¿Dónde está la profesora
Vega?
Ella estaba discutiendo
asuntos en el estudio con
señor García. Escuché que
tenía que ver contigo y lo
que pasó en la escuela.
En su vida anterior, Luna
nunca había experimentado
algo así. Tal vez fue porque
su regreso y sus cambios en
el rumbo de su destino
afectaron a algunas cosas
ahora.
Andrés pasó por su lado y
se sentó junto a Isabel,
quien estaba viendo la
televisión.
De repente, una voz
proveniente del piso de
arriba dijo:
-Señor Garcia, le aseguro
que lo que le pasó a Luna
no volverá a ocurrir.
Lamento profundamente
no
haber estado a la altura
como su maestra.
-Es solo una pequeña
travesura entre compañeros
de clase, no es gran cosa.
¿Por qué no te quedas a
comer? Luego puedo
enviarle de vuelta con el
chofer.
Carolina sonrió mientras se
pasaba una mano por el
cabello junto a la oreja.
-¿No les causará demasiada
molestia?
-No nos molestará en
absoluto. Doña Liora, pon
un par de platos más.
-Como usted mande señor.
Carolina bajó las escaleras
con Miguel, riendo y
bromeando, con una
familiaridad que hacía que
la atmósfera se cargara de
tensión.
Al acercarse, Carolina
preguntó:
-Luna, ¿te sientes mejor?
Luna observó de cerca a
Carolina y notó detalles que
confirmaban sus sospechas.
De repente, sintió una
sensación de náuseas y
corrió lejos.
Todos observaron su
comportamiento,
suponiendo que no se
sentía bien. Luna se encerró
en el baño del
primer piso, vomitando y
sintiéndose miserable.
Mientras estaba en el baño,
alguien llamó a la puerta:
-Luna, ¿de veras estás bien?
¿Necesitas que llamemos a
un médico?
Luna se secó las lágrimas y
salió rápidamente. Abrió la
puerta y miró a Liora
parada allí. Extendió la
mano y la abrazó
directamente, buscando
consuelo en su presencia.
Liora acarició suavemente
su espalda.
-¿Qué sucede mi niña?
Luna no dijo nada…
Capítulo 26
Después de recomponerse,
se habla regresado y
sentado a la mesa del
comedor.
Miguel, inusualmente
considerado, pregunto:
-La profesora dice que tus
calificaciones han mejorado
mucho recientemente y
que son mucho mejores
que la última vez. ¿Qué
quieres como recompensa?
Normalmente, Miguel era
estricto con ella, incluso
raramente había hablado
durante las comidas.
Con la aparición de
Carolina, se podía ver que
estaba de buen humor.
Luna aprovechó la
oportunidad para pedir:
-Después del examen final,
quisiera ir un rato a la
ciudad de Vallebrisa con
mis amigos. ¿Podría ser,
papá?
-Mmm, cuando vayas,
asegúrate de llevar al
conductor contigo. No es
tan seguro estar sola fuera.
Luna no mostró mucha
emoción en su rostro,
simplemente esbozó una
sonrisa y dijo: -Gracias,
papá.
En ese momento, Carolina
preguntó:
-¿Quieres ir a Vallebrisa
para ver el mar? Escuché
que el paisaje allí es
maravilloso, es una buena
forma de relajarse después
del examen final.
Luna respondió
cortesmente:
-Ha pasado mucho tiempo
desde que sall.
Una sirvienta le sirvió jugo
a Carolina:
-¿Has decidido a qué
universidad quieres ir? Si
eliges la Universidad
Normal de Astraluna, con
tus
calificaciones actuales,
tendrías una buena
oportunidad si te esfuerzas
al final.
La Universidad Normal de
Astraluna es una institución
de nivel medio. El nivel
académico de Luna era
conocido por Andrés, había
revisado sus exámenes. Con
sus habilidades actuales,
fácilmente podría haber
ingresado a la mejor
universidad del país: la
Universidad de Astraluna.
Después de unos bocados
de arroz, Luna dijo con
indiferencia:
-Aún no lo he decidido, ya
veremos despues.
Está bien, cuando lo
decidas, puedo ayudarte a
planificar tus estudios. No
olvides seguir adelante
dijo Carolina, fingiendo
tener sus mejores intereses
en el corazón.
Ella no tenía intenciones de
quedarse en Astraluna.
Estudiar en el extranjero o
en una universidad de
menor rango en otras
ciudades eran opciones
viables.
Durante la cena, Luna
estuvo distraída. Andrés
Intentó entablar una
conversación, pero ella
respondió brevemente.
Miguel estaba absorto en
Carolina, mientras que
Andrés estaba preocupado
por Isabel.
Después de comer un rato,
Luna se levantó
discretamente de la mesa.
Independientemente de si
Carolina se casara con la
familia Morales o no, nada
de eso le importaba.
Se dirigió al pequeño
balcón de su habitación y
vio que las ventanas del
edificio opuesto estaban
cerradas.
Eran las doce del mediodía.
¿Aún no se había
levantado?
Mientras se preguntaba que
estaba haciendo, vío varios
coches negros estacionando
frente a la villa vecina.
Observó con curiosidad
mientras un chófer abría la
puerta de un Porsche
Cayenne alargado y
ayudaba a
un muchacho bien vestido
a sentarse en una silla de
ruedas. ¿Acaso era Gabriel?
Desde ese ángulo, solo
podía ver su silueta.
Acompañado por varios
guardaespaldas, parecía
tener el
porte del típico líder
mafioso de las películas.
¿Qué hacía su familia?
Sin haberlo preguntado
antes, después de escuchar
una discusión entre él y una
mujer, ya lo había
imaginado.
Gabriel rara vez
mencionaba su familia
debido a circunstancias
desafortunadas en su hogar.
Por lo tanto,
generalmente hablaban de
temas cotidianos cuando
estaban juntos.
A pesar de sus esfuerzos, no
pudo ver su rostro. Gabriel
entró en la villa rodeado de
guardaespaldas.
No mucho después, Andrés
llamó a su puerta.
Miguel quería hablar con
ella.
Capítulo 27

Ambos entraron al estudio


uno tras otro. Andrés
Sánchez cerró la puerta y
una opresión abrumadora
Inundó el ambiente al
instante.
Miguel prendiendo sus
veladoras frente al altar de
la Virgen solo atinó a decir:
-¿Hiciste nuevos amigos
recientemente?
Una pregunta inesperada
hizo que Luna se tensara.
Su respiración se detuvo
por un momento y luego
su ritmo cardiaco aceleró.
-Si… ¡Si! Padre, ¿hice algo
incorrecto?
Miguel se sentó
tranquilamente frente al
escritorio, con Andrés a su
lado. Ambos la miraron
fijamente:
-Luna, ¿acaso te asusta tu
padre?
Luna bajó la cabeza,
después de reflexionar un
poco, dijo con timidez:
-No… es solo que padre
siempre has sido muy
estricto. Temía hacer algo
mal y ser castigada.
Esa respuesta pareció
sorprender a Miguel, quien
la examinó de arriba a
abajo. Sentia que algo en su
hija había cambiado. Su
comportamiento travieso
de antes había disminuido
considerablemente.
-¿Cuándo empezaste a
tratar con la familia
Sánchez?
Conociendo solo a un
amigo de apellido Sánchez,
Luna pensó, ¿había
ocurrido algún problema?
Con la naturaleza vengativa
de Miguel, si ella hubiera
tenido algún problema, él
definitivamente
intervendría.
Al hacer estas preguntas, lo
único que podría
explicarlo…
¿Acaso… Gabriel también
está involucrado?
Eso es lo único que Luna
podia imaginar.
De lo contrario, Miguel no
podría haberla buscado
para hablar solo con ella.
Ella sabla que no podría
ocultársela a Miguel,
incluso si no se lo dice
ahora, él lo sabrá en el
futuro.
Luna simplemente dijo la
verdad:
-Lo conoci hace unos días,
vive al lado de nuestra casa.
Hablamos un poco bajo el
árbol de dátiles en el
patio trasero.

-¿Oh?
¿Un miembro de la familia
Sánchez también vivía en la
Mansión del Sol?
Luna continuć.
-Su nombre es Gabriel
Sánchez. Padre, él es
realmente una buena
persona.
Miguel se levantó y se
acercó a Luna, dándole
unas palmaditas en el
hombro:
-Tu padre solo está
preocupado por ti. Después
de todo, hay muchas
personas observando a
nuestra
familia, y temo que puedas
ser engañada.
-Entiendo, padre. Fui
cuidadosa.
-Cuando tuvieses tiempo,
invita a tu amigo a cenar en
casa.
Luna asintió en acuerdo:
-Entendido, padre.
-Vuelve a tu habitación.
-De acuerdo, padre.
Después de que Luna dejó
el estudio y cerró la puerta,
Miguel preguntó:
-¿Qué opinas sobre esto?
Andrés respondió:
-Supongo que Luna aún no
conocía la verdadera
identidad de Gabriel
Sánchez.
Los detalles sobre Gabriel
estaban bien protegidos por
la familia Sánchez. Sin
embargo, se rumoreabal
que Gabriel había tenido un
accidente de coche hace
unos años y quedó
paralizado de ambas
piernas.
Sergio podría haber tenido
una gran oportunidad de
reemplazar a Gabriel como
el heredero de la familia
Sánchez.
-Pero la familia Ríos y la
familia Sánchez tenían una
fuerza comparable y se
enfrentaban en el ámbito
empresarial.
Eventualmente, una de ellas
perdió.
Miguel asintió satisfecho:
-Analizaste bien. La familia
Rios tenía una evidente
línea matriarcal, y eran las
mujeres las que se hacían
cargo de todo en esa
familia. Pero al final, las
mujeres, simplemente, no
encajan en el mundo
empresarial.

– A pesar de tener el
apellido Sánchez, es una
lástima que fuese Inútil. Un
peón sin uso alguno en la
partida de ajedrez.
Miguel preguntó:
-¿Escuchaste que la familia
Rios está entrenando a una
nueva heredera?
Andres asintió:
-Si, en términos de
parentesco, esta persona es
la hermanastra de Gabriel
por parte de madre,
mientras
que el hombre se casó en la
familia Rios. Sin embargo,
la hija que la familia Rios
está criando tiene un
carácter muy caprichoso y
no está a la altura de la
sociedad de la alta sociedad.
Capitulo 28

Después de esperar
pacientemente por un buen
rato, Isabel vio a Andrés
salir de la oficina y se
acercó inmediatamente a
él.
-Hermano Andrés, ¿qué te
pasó? Pareces algo
preocupado, ¿te hizo algo?
Andrés, con su chaqueta de
traje colgada de su brazo y
una expresión sombria,
suavizó su rostro al verla.
-No fue nada, vámonos de
regreso a casa.
Sentado en el coche, con las
manos apretadas
firmemente al volante,
Andrés recordó la
conversación en
la oficina, su mirada estaba
imbuida de cierta agudeza.
-Esa fue la invitación para
la gala benéfica de la
semana anterior. Mandé a
alguien para que te
ayudara. i
Sabías qué hacer!
Andrés tomó la invitación.
-¿Quisiste acercarte a la
familia Ríos?
-No, fue una alianza
matrimonial entre las dos
familias. Ya eras mayor, era
hora de que te casaras. La
familia Rios parecía ser tu
mejor opción.
-Si, no te decepcioné.
Por alguna razón, Andrés
detuvo el coche. Isabel lo
miró confundida.
-Hermano Andrés, ¿dime
qué pasó?
Sin previo aviso, Andrés la
abrazó, inhalando el dulce
aroma de las camelias que
emanaban de ella.
Isabel se quedó inmóvil,
sorprendida. Después de
tantos años juntos, siempre
parecía haber un abismo
entre ellos, a pesar de
conocer sus sentimientos
mutuos.
El ambiente dentro del
automóvil comenzó a
volverse inusual. Isabel
lentamente relajó su
cuerpo, apoyando la cabeza
en su hombro y acariciando
su espalda con las manos.
Con voz suave, preguntó:
-Hermano ¿qué te sucede?
¿Estás triste por algo?
No pasó mucho tiempo
antes de que Andrés la
soltara y dijera:
Isabel, hay algunas cosas
que debo ocuparme
últimamente, y necesito
que vuelvas a vivir en la
escuela por un tiempo.
Isabel se sintió sorprendida,
no esperaba que la solicitud
de Andrés fuera esa, y de
repente se sintió un
-¿Es porque te causo
problemas?
Andrés arregló su cabello,
que él mismo había
desordenado, y respondió:
-No eso es lo que menos
importa y no me causas
ningún problema. Dame
solo un poco más de
tiempo.
Cuando te gradúes, te
revelaré todas las respuestas
que quieres saber.
De hecho, los ojos de
Andrés eran muy
afectuosos, pero estaba
acostumbrado a no mostrar
sus emociones a nadie, por
lo que siempre parecía
distante.
Mirando sus ojos
profundos, el corazón de
Isabel comenzó a latir más
rápido sin control. Bajó la
cabeza
ligeramente, con las
mejillas un poco
sonrojadas, y dijo:
-Hermano… entiendo.
Escucharé obedientemente
tus palabras.
Andrés sonrió levemente y
dijo:
-Te recogeré después de la
escuela el viernes.
Isabel asintió.
-Vale.
Después de dejar a Isabel en
casa, Andrés regresó de
inmediato a la empresa.
Álvaro Gómez, su
asistente, le informó sobre
los planes anteriores y le
dio unos documentos para
que los firme.
Andrés llevaba un chaleco
negro y gafas con montura
dorada, irradiando un aura
de austeridad mientras
revisaba el informe de
resumen de su
departamento y el plan del
próximo proyecto.
En este momento, el cielo
fuera de la ventana ya se
había oscurecido. Su
teléfono, colocado en el
borde
de la mesa, comenzó a
vibrar. Andrés no apartó la
mirada de los documentos
y contestó mientras
presionaba el botón de
respuesta y lo colocaba
junto a su oído:
-Andrés, ¿quién era?
-Mi tesorito, ¡te eche tanto
de menos! -una voz
seductora y coqueta resonó
al otro lado.
Andrés frunció el ceño,
dejó los documentos que
tenía en la mano y se
recostó en el respaldo de la
silla con una expresión
impaciente.
Vagamente, pudo escuchar
el sonido de la lluvia del
otro lado de la llamada.
-Te doy tres minutos, ¡más
vale que tengas una buena
razón! – advirtió.
-¿Desde cuándo te has
vuelto tan cobarde, Andrés?
¿Tienes miedo de que
descubran nuestra
situación?
te venga en gana conmigo.

-No tengo tiempo para


perder contigo, Carolina. Si
no quieres, puedes
rechazarlo. No es necesario
que me pongas a prueba.
Te dije que podías retirarte
en cualquier momento.
Andrés colgó el teléfono y
de repente, en la pantalla
apagada de su teléfono,
apareció un mensaje de
texto de alguien llamado
Gabriel.
-El pastel de castañas que
has hecho es muy delicioso,
gracias, Luna. Me encantó.
Capitulo 29
Luna respondió
rápidamente al mensaje.
[Si alguna vez tienes
hambre en el futuro, no
dudes en buscarme; estaré
encantada de prepararte
algo de comer.]
[Vale]
Andrés leyó el mensaje y su
semblante se ensombreció.
No sabia bien por qué, pero
le incomodaba ver el
mensaje que Luna le
enviaba a otro hombre.
Tenía la extraña sensación
de que algo que
originalmente le pertenecía
había sido arrebatado por
otra persona, y eso le
resultaba
inexplicablemente
incómodo.
Estos mensajes eran el
resultado de espiar el
teléfono móvil de Luna. En
el hospital, aprovechó la
oportunidad para instalar
discretamente un software
de vigilancia que también
remitía los mensajes a él.
Después de eso, Luna
charló con Gabriel durante
casi media hora,
compartiendo detalles de la
vida.
cotidiana y recuerdos de la
infancia. Fue una
conversación aburrida y
monótona, pero Andrés se
tomó el
tiempo para leer todos los
mensajes.
En el proceso, Andrés
descubrió que Luna
realmente había cambiado
desde antes. Sin embargo,
después de terminar la
conversación, perdió
inexplicablemente el
interés. Miró el reloj y se
sorprendió de
haber pasado más de una
hora y media en Luna…
En la hacienda de García.
Miguel había salido y no
tenía idea de cuándo
regresaría, pero Luna sabía
que probablemente no
volvería.
Tenía numerosas amantes
en otros lugares y, para él,
no importaba dónde pasara
la noche.
Después de enviar el último
mensaje, Luna subió las
escaleras y se tomó una
ducha. En realidad, el
pastel de castañas había
sido elaborado por doña
Liora.
Luna solo había estado allí,
amasando la masa y
añadiendo agua; estaba
ayudando, no porque no
supiera hacerlo, sino
porque doña Liora se
preocupaba demasiado por
ella. Tenía miedo de que
sus
heridas le dolieran, por eso
no la dejaba hacer mucho.
En su vida anterior, Luna
había aprendido a cocinar,
desde platos sencillos hasta
postres sofisticados; su
habilidad culinaria no tenía
nada que envidiar a la de
los chefs con todas las
estrellas Michelin.
Total, como dicen por ahí,
el estómago es la puerta al
corazón de un hombre.
Andrés había quedó
anteriormente
completamente prendado
de ella, al punto de volverse
más exigente con la comida
y no poder acostumbrarse a
comer fuera de casa.
Ella decidió aprender a
cocinar porque Andrés
tenia problemas
estomacales. En ese
momento, acababa de
asumir si control de la
empresa familiar Garcia y
llegaba a casa todos los días
completamente ebrio.
Aprovechando su estado de
embriaguez, también la
maltrataba. Aun así ella
cuidaba de él, la peor
ocasión fue cuando Andrés
terminó en el hospital y fue
ella quien lo llevó allí. El
médico diagnosticó una
hemorragia estomacal.
Desde entonces, Luna
nunca dejó de cocinar,
preparando tres comidas al
día sin permitir que Andrés
se quedara sin comer,
incluso si a él no le
agradaba que ella fuera a la
empresa.
Luna aguardaba en la
entrada de la empresa y
entregaba la comida a su
asistente para que se la
llevara.
Después de un tiempo,
Luna supuso que Andrés
nunca se cansaría de su
comida, pero al final, eso
ocurrió.
En el tercer aniversario de
bodas, Luna había
esmeradamente preparado
una mesa llena de comida,
esperando su regreso.
Esperó durante cuatro o
cinco horas, hasta la
madrugada.
Solo recordaba que ese día,
cuando él regresó y estaba
nevando, pronunció
palabras frías:
-Luna, aunque te esmeres
día tras día, y uses variados
ingredientes para preparar
platos distintos, al final, a
pesar de los sabores y
texturas diferentes, seguirá
siendo más de lo mismo.
Nadie puede comer lo
mismo eternamente. Asi
que no pierdas más tu
tiempo en esto de aquí en
adelante. En lugar de
preocuparte por esto, sería
mejor que te concentres en
arreglarte y ponerte guapa.
Fijate cómo luces. ahora
mismo, ya no te arreglas ni
te vistes para mi.
Capítulo 30

La luz fría de la luna se


filtraba por la ventana
cuando Luna, aún en
pijama, bajó al salón.
No solia levantarse durante
la noche, pero había
despertado con sed, solo
para descubrir que la jarra
estaba vacía. Descendió las
escaleras con los ojos
entrecerrados por el sueño,
pero de repente sintió un
escalofrio recorrer su
espalda al ver una figura
oscura sentada en el sofá.
-¡Ah! -Su cerebro se activó
de inmediato.
No fue hasta que la persona
en el sofá se levantó y
encendió la luz en la pared
que Luna pudo ver
claramente quién era.
-Hermano, ¿qué estás
haciendo aquí? ¿No has
salido?
Un tenue aroma a alcohol
impregnaba la sala,
proveniente de Andrés.
¿Habría regresado recién de
una reunión fuera de casa?
Además, ¿por qué no había
ido a acompañar a Isabel y
había venido aquí? Andrés
siempre había sido
meticuloso en sus acciones.
Después de ocho años de
matrimonio, Luna aún no
podía descifrar que pasaba
siempre por su cabeza.
Andrés se aproximó a ella,
reduciendo la distancia
entre ambos. Luna se
encontraba con la pared a
sus
espaldas, sin posibilidad de
escapar.
Él se detuvo frente a ella y
su mirada se posó en la
joven. Incluso con un
vistazo rápido, Luna pudo
captar el extraño destello
en sus ojos. Su respiración
se aceleró ante eso.
Según lo que sabía, Andrés
no solía andar con mujeres
que no fueran de su circulo
cercano. Al menos no
antes de la muerte de
Isabel.
Después de ese trágico
suceso, Andrés estuvo
completamente abatido y
había tenido encuentros
fortuitos con varias
mujeres.
Luna sabía que Miguel
seguía con vida; Andrés no
se atrevería a hacerle daño.
Las pestañas de Luna
temblaron ligeramente
mientras disimulaba no
darse cuenta de los
pensamientos de Andrés y
trató de escapar, pero de
repente él la detuvo,
agarrando la pared y
bloqueando su camino.
El corazón de Luna latia
con fuerza en su pecho.
-Her…hermano, ¿ha pasado
algo?
Su corazón latía con mayor
rapidez, acelerándose a
cada segundo que pasaba.
Su mirada penetrante,
capaz de atravesar incluso
la más densa de las
armaduras que ella pudiera
ponerse, se posó sobre
Luna.
Su presencia era
abrumadora.
Y el penetrante olor a
alcohol que emanaba de él,
junto con su aliento, hacia
que Luna se sintiera
incómoda en todo su ser.
-¿Crees que he hecho algo
mal últimamente? -susurró
Andrés con ternura
mientras apartaba
delicadamente los
mechones de cabello de
Luna detrás de su oreja.
–No… no, nada… -Luna
apretó los puños con fuerza
detrás de su espalda y bajó
la cabeza para evitar su
mirada.
Porque sabía que, en cuanto
sus ojos se encontraran, él
podría leerla como un libro
abierto. No importaba lo
que pensara, él podía
descifrarlo con solo una
mirada.
-¿En serio? Sin embargo,
tengo la impresión de que
me has estado evitando
últimamente… ¿es por
Isabel? -Andrés se inclinó
ligeramente, aprovechando
la cercanía para admirar la
hermosa figura que se
ocultaba bajo la fina bata de
dormir de Luna.
Ese día, había notado
claramente la sensual curva
de su espalda debajo de la
ropa.
Honestamente, para una
chica que ya había
desarrollado tanto a los
dieciocho años, ¿qué
sucedería si
creciera aún más? Seria una
gran tentación.
La voz de Luna era tan
suave que apenas se podía
oir:
-Desde el principio, supe
que tú siempre habías
estado enamorado de
Isabel… antes no lo
entendía.
Ahora sé la verdad y quiero
mantener mi distancia
contigo para no preocupar
a Isabel.
-Levanta la cabeza -Su tono
era imperioso e
intransigente.
Incluso si hubiera vivido
dos vidas, Luna todavía
sentía miedo de él.
Luna levantó la cabeza, con
una mirada clara y
conmovedora. 14
Este tipo de
comportamiento innato en
Luna hacia que la gente
quisiera siempre
aprovecharse de ella.
Capitulo 31
Andrés fijó su mirada en
Luna y la observó
detenidamente.
A ella le pareció que de
pronto sus ojos transmitían
suavidad. Andrés solo se
ponía así cuando miraba a
Isabel. En cambio, cuando
se trataba de Luna, solo
mostraba indiferencia,
disgusto y distancia…
Ella lo miró nerviosamente.
Él nunca se había
comportado así…
¿Qué había pasado?
Ella no había hecho nada
malo.
-Si Isabel supiera que te
preocupas tanto por ella,
estaría muy contenta. ¿Y tú?
¿Te has enamorado de
Gabriel?
-¿Eh?-Luna se sorprendió.
¿Cómo habían llegado a
hablar de Gabriel? ¿Y por
qué Andrés estaba tan
extraño hoy?
Andrés la miró en silencio,
observando su reacción.
Luego rápidamente soltó su
mano, volviendo a su
actitud fría y distante de
siempre, como si la ligera
ternura de antes hubiera
sido una ilusión.
-No es nada -Luna suspiró
de alivio. Quiso huir a toda
prisa, pero cuando estaba a
punto de irse, su
muñeca fue atrapada por
una mano caliente y
áspera-. Hermano… ¿Qué
pasa? ¿Hay algo más?
-Tengo hambre, prepárame
un tazón de fideos.
-¿Qué? -En ese momento,
ella aún no sabía cocinar y
Andrés lo sabía. Ni siquiera
podía freír un huevo
sin hacer explotar la
cocina.
Antes de que pudiera
rechazarlo, Andrés ya se
había dado la vuelta y se
había recostado en el sofá,
cerrando los ojos para
descansar.
Realmente había bebido
mucho alcohol.
Luna, como si hubiera
aceptado su destino, fue a la
cocina, abrió la nevera y
sacó algunas verduras y
dos huevos. Después de
todo, ahora ella era
oficialmente su “hermana”.
Además, Andrés solía beber
sin comer nada, y no
desayunaba al día siguiente,
por lo que su estómago
estaba en mal estado.
Solo esperaba que cuando
él se vengara de la familia
García en el futuro,
recordara que ella le había
cocinado fideos y la
perdonara.
Andrés observó a Luna
mientras preparaba la
comida en la cocina y, por
alguna razón, tuvo la
sensación de estar viviendo
una vida hogareña con su
esposa. Por lo menos, ella
hacía lo que se esperaba de
una a pesar de que era la
primera vez que veía a
Luna cocinar, la escena le
pareció extrañamente
famillar, como si ya la
hubiera presenciado
innumerables veces.
Luna cocinó un tazón de
fideos. Liora los había
preparado ese día y había
dejado algunos sin
preparar,
Sabiendo que Andrés tenia
un gran apetito, le puso un
poco más.
No deseaba complicarse
mucho, solo quería evitar
su mirada.
Hirvió agua y cocinó los
fideos. Cuando estuvieron
listos, añadió las verduras.
Mientras tanto, también
había terminado de freír el
huevo. Por último, además
de la sal, Luna añadió un
poco de salsa de soja
para darle más sabor.
Luna se puso el delantal y
lo subió un poco. Luego
llevó el tazón de fideos a
Andrés.
-Hermano, los fideos están
listos, puedes comerlos. -
Luna colocó el tazón en la
mesa y miró al hombre
que estaba sentado en el
sofá con los ojos cerrados.
¿Se había dormido?
Luna se acercó.
-Hermano, despierta…
Pero no obtuvo respuesta.
Luna extendió la mano
para tocarlo y tratar de
despertarlo, pero en ese
momento, los pies de
Andrés,
que estaban apoyados en el
suelo, se movieron.
Luna tropezó, perdiendo el
equilibrio, y de repente
cayó sobre él.
Se encontró acostada sobre
Andrés.
Sus labios sintieron algo
cálido y suave. Luna abrió
los ojos y se encontró con la
mirada borracha y turbial
de Andrés, lo que la dejó
completamente atónita.
Capítulo 32

Luna entró en pánico y, sin


saber qué hacer, escapó de
vuelta a su habitación.
Cerró la puerta con fuerza
y echo la llave. Luego se
apretó contra la puerta,
temblando, mientras se
frotaba los labios con las
manos, como si hubiera
tocado algo sucio.
Aunque ella ya le había
dado su primer beso a
Andrés, en ese momento
fue voluntariamente y
porque estaba borracha.
Ella lo besó, pero Andrés la
empujó con fuerza. Luna
no podría olvidar nunca la
mirada de disgusto extremo
que él le lanzó.
Pero ella ya no era la
misma Luna de antes.
No quería tener nada que
ver con él en absoluto.
¡Qué asco!
Se sentía como si
innumerables moscas se
hubieran posado sobre ella.
No dejó de frotarse los
labios hasta que los tuvo
rojos e insensibles.
Una y otra vez pensó en lo
ocurrido, sin entender por
qué había caído sobre
Andrés de repente. Ese tipo
de situación era
completamente inusual.
Pero Andrés estaba
borracho, y Luna no podía
encontrar una
razón para sospechar de él.
Trató de consolarse a sí
misma, pensando que había
sido solo un accidente y no
tenía que preocuparse….
Sin embargo, cuando
finalmente se recostó en la
cama, no pudo conciliar el
sueño. La imagen del
rostro de Andrés la
atormentaba.
En la sala de estar de abajo,
Andrés estaba sentado en
silencio, devorando todos
los fideos de su plato.
El sabor era delicioso y
diferente a cualquier cosa
que hubiera probado antes.
¿Es que Luna tenía
habilidades culinarias
ocultas y había estado
fingiendo que no sabia
cocinar?
Probablemente no. Luna
había tomado clases de
cocina, así que saber
cocinar fideos no era algo
excepcional.
La reciente escena, en la
que él la empujó a
propósito, fue para ver
cómo reaccionaba Luna. La
mirada
de ella había cambiado de
forma notable cuando se
cayó sobre él.
Hasta ese momento, cada
vez que se acercaba a
menos de tres pasos de
Luna, ella mostraba una
resistencia evidente. Sin
embargo, este sentimiento
le parecía extraño.
Mantener la distancia no
era por Isabel, sino
simplemente por disgusto y
miedo…
Luna, ¿qué sabes
exactamente?

Andrés, acostumbrado a
controlarlo todo, sentía que
Luna le resultaba
inescrutable.
Ella parecia estar ocultando
algo, algo que él no podía
entender.
Para la familia García, el
obtendría lo que quería y
Miguel tenía que morir. Si
Luna, esta pieza en su
juego, no podia ser
utilizada a su favor, ¡no le
importaria destruirla!
Después de comer los
fideos, la embriaguez de
Andrés disminuyó un poco
y su estómago se sintió
mejor. Encendió un
cigarrillo y exhaló una
bocanada de humo.
Andrés rara vez fumaba, a
menos que fuera una
ocasión social o
simplemente no pudiera
evitarlo…
No sabia cuánto tiempo
había pasado, pero Luna
aún seguía despierta y
alerta.
“Toc, toc, toc…”
De repente, sonó un golpe
en la puerta, lo que la
asustó. Se escondió bajo las
sábanas y permaneció en
silencio. Podía escuchar su
corazón latiendo en sus
oídos.
Se había prometido a sí
misma que no caería en la
trampa de Andrés.
Después de un rato, los
golpes en la puerta
cesaron.
Andrés se fue.
Pasaron muchas horas
antes de que Luna se
atreviera a moverse.
Capitulo 33

Al día siguiente, Luna se


despertó bastante tarde. La
noche anterior había
logrado conciliar el sueño
alrededor de las tres o
cuatro de la madrugada.
Se puso un camisón, y se
dirigió a la planta baja
mientras bostezaba y se
cubría la boca con la mano.
-¿Qué vamos a desayunar
hoy, Liora?
Liora estaba ocupada en la
cocina y respondió:
-Andrés ha cogido un
resfriado, así que hice algo
de arroz congee. Voy a
llevarle un poco y aún hay
más en la olla para que te
sirvas.
Luna se sorprendió un
poco:
-¿Cómo se ha resfriado de
repente? Estaba bien ayer,
¿verdad?
-Es mi culpa. Pensé que
Andrés se había ido, así que
recogí las mantas para
evitar que acumularan
polvo. -Liora estaba a punto
de llevarle el congee a
Andrés, pero de repente se
dio cuenta de algo-.¡Oh
no Casi lo olvido. Nos
hemos quedado sin
medicina para la fiebre en
casa. Tengo que salir a
comprar más. Luna, ¿tienes
tiempo? ¿Puedes llevarle
esto a Andrés?
-Si, Liora. Me ocuparé de
mi hermano. En el fondo,
Luna se sentía un poco
culpable.
La enfermedad de Andrés
estaba relacionada con ella
de alguna manera.
Luna tomó el congee y
subió las escaleras. Cuando
llegó a la puerta de la
habitación de Andrés,
llamó suavemente.
-Hermano, ¿estás
despierto?
Desde dentro de la
habitación le llegó una tos.
-Cof, cof, cof… adelante, la
puerta no está cerrada con
llave.
Luna abrió la puerta y
entró. Se sorprendió al ver
que, además de Andrés,
también estaba Álvaro en
la habitación.
Andrés cerró los
documentos y dijo:
La reunión de hoy se
pospone. Continuaré
trabajando en este
proyecto. Ve a la oficina y si
hay algo, llámame.

-Si -Álvaro recogió su


maletín y asintió hacia
Luna como un saludo antes
de salir.
-¿Luna, por qué estás aquí?
¿Y dónde está Liora?
-Ha salido a comprar
medicina para la fiebre.
Aivaro se fue y Luna puso
el congee en la mesa.
-Hermano, estás enfermo.
No deberías trabajar. Come
algo primero.
-Sí. -Andrés siguió mirando
la pantalla de la
computadora, concentrado
en su trabajo. Un hombre
concentrado en su trabajo
tenía una atracción
innegable.
Luna sabía que no debía
molestarlo cuando estaba
en plena faena.
-Hermano, asegúrate de
comer más tarde. No lo
olvides. Me voy a estudiar
ahora.
-Bien, si tienes alguna
pregunta sobre tus estudios,
ven y pregúntame.
Luna asintió. Luego se dio
la vuelta y salió de la
habitación, cerrando la
puerta sin hacer ruido para
no molestarlo.
En lugar de ir a estudiar,
Luna fue a la sala de estar
de abajo a ver la televisión.
Miró la hora. Ya era
mediodía.
Si su padre, Miguel, no
había vuelto antes de la 12
en la medianoche,
seguramente no regresaría
hoy.
Sin él en casa, Luna se
sentía más libre.
Las heridas externas habían
sanado, pero las internas
todavía le dolian si hacía
movimientos bruscos. Caer
sobre Andrés ayer, que era
duro como una roca,
parecía haber empeorado
las cosas.
Luna tomó algunos
analgésicos, lo que alivió un
poco su dolor.
En ese momento, su
teléfono sonó, avisándola
de que había recibido un
mensaje.
No necesitó mirar para
saber que era de Gabriel.
Gabriel: ¿Todavía te duele
la herida? ¿Qué estás
haciendo?>>
Luna se puso las pantuflas y
mientras se servia un vaso
de agua, respondió al
mensaje:
<Ya estoy mejor. Estoy
viendo la televisión. ¿Y tú?
¿Estás tomando tus
medicamentos a tiempo? El
clima está agradable hoy. Si
quieres, podemos salir un
rato.>>
Gabriel: «¿Me
acompañarias?>>
Luna: «Claro! ¿Ahora?»
Gabriel: «No hoy, estaré
fuera por un tiempo. Pero
cuando nos veamos de
nuevo, tengo una sorpresa
para ti.»
Luna ¡Estoy deseando
verla!»
Gabriel no respondió más,
y Luna guardó su teléfono.
En la segunda planta, en la
habitación de Andrés, este
estaba sentado en la cama
mirando su teléfono.
Su mirada estaba llena de
oscuridad, y su presencia
fría llenaba la habitación.
Capítulo 34
-¡Pum!
De repente, se escuchó un
fuerte estruendo desde
arriba, y Luna miró hacia el
techo. Sin perder tiempo,
se puso las zapatillas y
subió corriendo las
escaleras, temiendo que
algo le hubiera sucedido a
Andrés.
Preocupada, abrió la puerta
de la habitación y
preguntó:
-Hermano, ¿qué te pasó?
Vio a Andrés tendido en la
cama, inclinándose para
recoger los fragmentos de
un plato roto en el suelo.
-Hermano, yo me encargo
de esto. Tú descansa en la
cama dijo Luna mientras
caminaba hacia él y
arreglaba la almohada
detrás de su espalda.
Luego, sacó una escoba y
barrió el suelo varias veces,
donde había algunas
manchas. Tras haber
recogido el plato roto, se
agachó en el suelo con unas
cuantas servilletas y limpió
meticulosamente.
La mirada de Andrés se
posó en su espalda. Sus ojos
estaban entrecerrados y
llenos de confusión.
Si no lo estuviera viendo
con sus propios ojos,
Andrés no habría creído
que Luna podía hacer este
trabajo de sirvienta. Ella
nunca había hecho estas
cosas antes.
Él no sabía de dónde venía
este cambio radical en
Luna.
O tal vez algo le había
sucedido.
La razón por la que Luna
hacía estas cosas era él.
Se casaron después de que
ella se graduara de la
universidad, y ocho años
después, su empresa se
había consolidado en
Astraluna. Ahora era
temido por todos.
Ella, sin embargo, había
acabado atrapada en casa,
esperándolo. Para llenar su
tiempo, y a pesar de que
ya había sirvientas, se
convirtió en ama de casa.
Hacía tareas domésticas,
cuidaba las plantas y se
ocupaba de otras
actividades para evitar
quedarse ociosa y pensar
demasiado. Había intentado
establecer su propio círculo
social, invitando a su vecina
a tomar té e inscribiéndose
en un salón de belleza y un
gimnasio. Sin embargo,
después de que Andrés se
enteró de esto, la reprendió
y le ordenó que se quedara
en casa. No es que no le
gustara que ella saliera,
sino que no le gustaba que
otros desearan lo que
consideraba su posesión.
Cuando fue al gimnasio,
algunos hombres jóvenes y
guapos la miraron con
interés, pero Andrés no
sabia que ella había visto a
muchos hombres en su
vida, ninguno de los cuales
se comparaba con él.
Después de estos episodios,
Luna se encerró en casa,
como una consorte en el
antiguo palacio, esperando
cada día la atención del
emperador.
Si tuviera que resumir su
vida pasada en una palabra,
sería “lamentable”.
Quizás… Andrés asumió que
ella nunca se iría, por lo que
podía comportarse de esta
manera sin restricciones.
Nunca valoró su amor.
Andrés que sabía que ella
ya había fallecido en otro
mundo seguramente vivía
felizmente con María.
Luna terminó de limpiar y
le trajo un tazón de arroz
congee a la cama. Se sentó
junto a él y dijo:
-Hermano, este tazón no
está muy caliente. Ten
cuidado de no quemarte de
nuevo.
-Luna, gracias-dijo Andrés
con voz ronca antes de
toser de nuevo.
Luna le entregó el tazón,
pero cuando lo tomó, sintió
que la temperatura en la
palma de su mano era
extremadamente alta.
Viendo lo débil que estaba,
temió que no pudiera
sostenerlo y todo terminara
en la cama, lo que
implicaría más trabajo para
Liora.
-Hermano… si no te
importa, ¿quieres que te
alimente?
Capítulo 35
-Por supuesto. Eres muy
considerada, Luna. -Andrés
extendió la mano y acarició
su cabello.
Luna sonrió suavemente:
-Hermano, estás enfermo.
Cuidarte es lo mínimo que
puedo hacer.
Luna le acercó una
cucharada de arroz congee
a la boca. Este lo tomó.
Atender a Andrés se había
convertido en un hábito
para Luna, y su corazón
estaba tranquilo siempre y
cuando la mirada de él no
estuviera fija en ella. Solo
quería terminar rápido y
marcharse.
Sin embargo, cada
cucharada de arroz congee
le llevaba a Andrés casi
veinte minutos. Comía
lentamente, tosiendo
ocasionalmente, y Luna no
podía hacer nada al
respecto.
Finalmente, cuando Liora
regresó, Luna vio una
oportunidad de escapar.
-Es mejor que Andrés se
tome la temperatura
primero -sugirió Liora
mientras le daba a Andrés
un termómetro que él
colocó en su boca. Después
de un rato, lo retiró. La
temperatura ya le había
subido a treinta y nueve
grados.
Liora se preocupó:
-La fiebre es bastante alta,
Andrés. ¿No sería mejor
que fuera al hospital?
Andrés respondió:
-Ir al hospital es demasiado
problemático. Tomaré un
poco de medicina primero
y veré cómo me siento.
-Bien, Andrés, si no se
siente bien, asegúrese de
decirselo a Luna. Si el señor
se entera de que está tan
enfermo, seguramente me
culpará -advirtió Liora.
Luna parpadeó,
sorprendida. En
comparación con su hija, a
Miguel le importaba más
Andrés. Temia que,
si Andrés se enfadaba, a
Liora le afectaría.
Luna rápidamente dijo:
-Liora, no te preocupes. No
tienes la culpa. Estaré aquí
cuidándole. Ve y ocupate
de tus cosas.
-Está bien, Luna, recuerde
que después de media hora
debe darle la medicina y
asegurarse de que beba
mucha agua caliente para
sudar-le recordó Liora
antes de irse.
Después de que Liora se
marchara, Luna comenzó a
ocuparse de Andrés. Él
había sacado
su computadora portátil,
pero ella se lo retiró.
-Luna, ¿qué haces?
-Hermano, estás enfermo,
por lo que deberías dejar tu
trabajo por un tiempo.
Ahora, acuéstate y
descansa. Luna forzó a
Andrés a recostarse en la
cama y lo cubrió con la
manta.
Levantando su cabeza,
deslizó una almohada
debajo de su cuello y retiró
otra. Hizo estas acciones de
manera fluida, como si las
hubiera hecho cientos de
veces antes.
Andrés comentó:
-Luna, cuando te cases en el
futuro, seguro que serás
una buena esposa.
Luna se tomó sus palabras
con sarcasmo e incluso
sintió ganas de reír. Si no
fuera por su experiencia
anterior, ¡casi lo habría
creído!
Luna respondió con calma:
-Hermano, cuando te cases
con la hermana Isabel, ella
te cuidará de la misma
manera o incluso mejor
que yo.
Andrés la miró pensativo y
dijo:
-Mi hermana siempre será
la mejor.
Luna respondió:
-Estoy feliz si piensas así…
Todo esto solo era
actuación para Luna.
Andrés siempre podía
hacerlo mucho mejor.
Treinta minutos después,
Luna le dio a Andrés la
medicina para la fiebre y
otra taza de agua caliente.
Finalmente, cuando Andrés
comenzó a sudar, Luna se
sintió aburrida y decidió
estudiar en la habitación.
de Andrés.
Andrés acabó durmiéndose
y tuvo un largo y extraño
“sueño”.
Soñó que se casaba con
Luna.
Después del matrimonio, la
trataba con frialdad y tenía
aventuras… No tenía en
cuenta sus sentimientos.
y hacía muchas cosas
crueles. Incluso se acabó
divorciando de ella porque
no podía tener hijos, y la
echaba de su casa. Luego,
rápidamente se casaba con
otra mujer. Cuando
finalmente se arrepentía,
descubría que Luna había
muerto hace mucho
tiempo…
Capítulo 36
El sueño era demasiado real
y Andrés se despertó
empapado en sudor. Abrió
los ojos, todavía inmerso
en el dolor de haber
perdido a Luna.
Tristeza, opresión, un dolor
punzante en el corazón…
Esas emociones
melancólicas le dejaron sin
aliento.
Nunca pensó que un simple
sueño pudiera provocar
una reacción tan intensa en
él. Y lo que era aún más
sorprendente es que, en el
sueño, Luna había muerto y
él estaba desconsolado,
desfalleciendo junto a
ella… Eso era simplemente
absurdo.
-¡Andrés, has despertado! -
Una voz suave resonó en su
oido.
Era Isabel.
Andrés miró el reloj en la
pared y se dio cuenta de
que ya estaban a última
hora de la tarde. El cielo.
afuera empezaba a
oscurecer.¿Había dormido
tanto tiempo?
Los ojos de Isabel estaban
un poco rojos, como si
hubiera llorado
recientemente. Con un
ligero
resentimiento, le dijo:
-Andrés, ¿te has olvidado?
Dijiste que vendrías hoy a
recogerme después de la
escuela. Te esperé un rato,
pero como no aparecías,
llamé al hermano Álvaro y
me enteré de que estabas
enfermo. En cuanto
lo supe, vine
inmediatamente.
-Lo siento, me olvidé -dijo
Andrés mientras cerraba los
ojos y se tomaba un
momento. Ese sueño había
sido tan real que todavía no
se había recuperado por
completo.
-Andrés, ¿te sientes mejor?
¿Quieres beber agua?
-No, gracias.
-Está bien. Isabel, viendo lo
mal que se sentía, agarró su
mano y se quedó en
silencio a su lado.
En ese momento, alguien
llamó a la puerta. Andrés
abrió los ojos.
-Entra.
-Andrés, es hora de cenar.
¿Te sientes mejor? -Era
Liora.
El corazón de Andrés se
hundió inexplicablemente.
-¿Dónde está Luna?
Liora respondió:
-Luna está abajo cenando.
¿Deberia llamarla?
¿Luna? ¿Por qué
mencionaba a Luna?
¿Estaba obsesionado?
Andrés se frota los ojos con
cansancio y dijo.
No, Isabel, ve a cenar
-Después de la cena, vendre
a acompañarte.
-Está bien
Luna estaba feliz. Con
Isabel alli, ella ya no tenía
que ser la criada de Andrés
Después de cenar, se
sentaría en el sofá a ver
programas de variedades
Era viernes y tenía todo el
fin de semana para ella.
Isabel seguramente se
quedaria en casa para
cuidar de Andrés y si era
necesario lo llevaría al
hospital.
Estos días, probablemente
no tendría que encontrarse
con él.
Se sentia muy feliz…
Miguel regresó a casa a las
ocho de la noche.
Como se había anticipado,
tan pronto como Miguel
supo que Andrés estaba
enfermo, fue corriendo a
su habitación para verlo.
Liora estuvo a punto de ser
despedida, ya que había
sido su culpa que Andrés no
encontrase las mantas
de la cama y pasase la
noche durmiendo sobre el
colchón.
Isabel tenía tanto miedo de
Miguel que no se atrevía a
decir una palabra. En esta
casa, ella era invisible y
no tenia estatus alguno.
Luna defendió a Liora, que
estaba de rodillas en el
suelo.
-Padre, no es culpa de Liora
que Andrés se haya
enfermado. Todo es culpa
mía. Por favor, no regañes.
más a Liora.
A los ojos de Miguel, nadie
en esta casa se comparaba
con Andrés. Si el estaba
enfermo, Liora tendríal
que soportar las graves
consecuencias.
Capitulo 37
La situación era demasiado
injusta para Liora.
—Si algo así vuelve a
ocurrir, no tendré en
cuenta al anciano García y
te echaré de la mansión
García dijo Miguel
enojado.
-Si, señor -respondió
Liora.
Miguel dejó caer la vara que
sostenia en la mano y subió
enfurecido las escaleras
hacia su habitación.
Por su parte, Luna llevó a
Liora de regreso a la
habitación y le aplicó
medicina. Miguel la había
golpeado
duramente con la vara. A
Liora, que habia servido
fielmente a esta familia
durante tantos años…
¿cómo pudo hacerlo?
Después de que le aplicara
la medicina, Liora consoló a
Luna:
-Niña, ¿por qué lloras?
Estoy bien.
-Pero él te golpeó Ese
Miguel es un bastardo,
¿cómo se atreve?
-¡Callate! Los ojos de Liora
de repente se volvieron
frios-. Luna, él es tu padre,
no debes hablar así.
Luna no dijo nada más.
-Entendido, Liora. No
volveré a hacerlo.
Cuando regresaba a su
habitación, vio un coche
estacionado frente a la
puerta principal. En el
asiento del copiloto, había
una mujer vestida con un
sensual vestido rojo. Solo
podía ver vagamente su
perfil barroso, pero Luna
ya había adivinado que la
persona en el coche era
Carolina.
Ella estaba retocándose
frente al espejo….
No pasó mucho tiempo
antes de que Miguel se
fuera. Estaba realmente
cautivado por Carolina.
Ni siquiera volvió a casa.
Luna vio el coche partir y
rápidamente se retiró
detrás de las cortinas.
Parecia que Carolina habia
estado mirando en su
dirección, pero no sabía si
la había descubierto.
Andrés era un pensador
astuto y paranoico. Si
comenzaba a sospechar de
ella, no la dejaría.
Luna se mordió las uñas
mientras caminaba por la
habitación. Su objetivo era
sobrevivir, así que debia
disipar todas las sospechas
de Andrés y hacer que él
pensara que no
representaba ninguna
amenaza. Sin embargo, al
mismo tiempo, él no debía
enterarse de que ella
conocía sus planes dentro
de la familia García o lo que
planeas hacer con Miguel.
Si quieres la familia García,
simplemente
tomala”, seria una tontería
y probablemente
significaría su muerte.
Debía disipar todas las
sospechas de Andrés y
hacer que él pensara que no
era ninguna amenaza.
Conocía demasiado bien la
crueldad y las tácticas de
Andrés. Después de todo, él
nunca perdonaria a la
familia García.
Por ahora, quizás debería
dejarlos en paz.
Esperaría hasta mañana
para verlo.
Además de Liora, había
otros sirvientes en la casa,
pero no se quedaban a
dormir. Venían a limpiar
las habitaciones a horarios
programados. Por lo tanto,
cuando caía la noche, tenía
que prepararse su propia
cena.
La espalda de Liora estaba
llena de heridas y,
últimamente, Luna había
tenido que cocinar para
ella.
Esa noche, a altas horas de
la madrugada Luna fue a la
habitación de Liora para
comprobar cómo
estaba. Al ver que se
encontraba bien, se retiró.
Se apoyo en la barandilla
de las escaleras y pensó en
tomar un poco de agua.
Cuando bajó al primer piso,
notó que la sala de estar
estaba iluminada.
Pensó que Isabel estaría
preparando una cena
nocturna para Andrés, así
que no le dio importancia.
Sin embargo, cuando se
encontró con ellos, los ojos
somnolientos de Luna se
abrieron de repente.
Isabel y Andrés estaban
sentados juntos en la mesa,
cenando.
Dos pares de ojos la
miraron al mismo tiempo.
Luna sonrió incómoda y
dijo:
-Solo tenia sed y bajé a
tomar agua.
En ese momento, Isabel se
disculpó avergonzada:
-Pensábamos que ya
estabas durmiendo y no te
llamamos. Todavía hay
sopa en la olla, ¿quieres un
poco?
Luna rechazó la oferta.
-No, no estoy
acostumbrada a comer a
estas horas y tengo miedo
de engordar. Solo tomaré
agua y me iré a dormir.
Todavía quería que Andrés
la dejase en paz y no se
atrevía a interrumpirlos.
Capitulo 38

Luna tomó un vaso de agua


del refrigerador y regresó
apresuradamente a su
habitación en el piso de
arriba.
Isabel miró hacia atrás y vio
la figura de Luna
desaparecer por las
escaleras.
-Tal vez debería llevarle un
tazón de sopa. No quiero
que Luna se sienta
incómoda.
Andrés extendió su mano
con un toque de
indulgencia y acarició su
cabello.
-Voy yo.Mientras decía eso,
ya se estaba levantando.
Isabel se mordió su labio,
sin decir una palabra. En
realidad, no quería que su
hermano mayor se
encontrara a solas con
Luna. Pero también temía
enfrentarse a Luna.
Luna estaba a punto de
cerrar la puerta de su
habitación cuando la
cerradura de la puerta se
activo, y Andrés entró sin
previo aviso.
De todos los hábitos que
tenía Andrés, lo único que
realmente la molestaba era
que entrara en su
habitación sin llamar.
-La sopa que hizo Isabel es
deliciosa. ¿Quieres
probarla? -preguntó.
-Yo…
Antes de que Luna pudiera
terminar de hablar, Andrés
ya se había sentado en el
borde de su cama. Su
presencia irradiaba un aire
helado, lo que hacía que el
corazón de Luna latiera con
fuerza y rapidez. Tenía
una cuchara en la mano y
estaba revolviendo la sopa
del tazón.
-¿Debería dártelo yo o
prefieres comerlo por ti
misma?
-Yo… lo haré yo misma. -El
tazón estaba caliente, y los
dedos de Luna estaban a
punto de entumecerse
por el calor, pero no se
atrevió a decir nada.
Andrés la miró con ojos
fríos mientras hablaba..
-Luna, ¿pasó algo
recientemente? ¿Por qué
siempre me evitas? ¿Hay
algún malentendido? ¿Es
eso lo
que te está impidiendo
acercarte a mi?
Su voz era tranquila, pero
tenía un rastro de opresión.
-Si es así, Luna, ¿por qué no
lo dices? No quiero que
haya ningún
malentendido.
El temblor en la mano de
Luna se hizo evidente, pero
mantuvo la calma en su
rostro.
-No… no hay nada.
Por fuera, parecía calmada,
pero en su interior, se
sentia nerviosa.
En ese momento, Andres
sacó su teléfono móvil del
bolsillo, lo desbloqueo y le
mostró a Luna una foto.
-¿Qué estabas mirando en
secreto, Luna?
Esta foto…
Luna abrió los ojos de par
en par. Luego tembló y
dejó caer el tazón de sopa
en la cama. El líquido se
derramo en las sábanas.
Andrés tenía una expresión
fría en su rostro, como si la
estuviera presionando para
que admitiera algo.
En la foto ella estaba parada
junto a la ventana, desde el
ángulo de la toma.
Claramente había sido
Carolina quien la había
tomado.
La sopa derramaba había
empapado también su
muslo. Luna apartó las
sábanas rápidamente y se
levantó de la cama. Solo
evitando su mirada, Luna
pudo recobrar un poco de
calma y preguntó:
-Hermano… hermano…
¿quién tomó esta foto?
Dicho esto, apartó las
sábanas sucias y luego se
acercó a donde estaba el
teléfono de Andrés, como
si
estuviera tratando de
recordar algo, y continuó:
-Hermano… hay algunas
cosas que no sé si debería
decir.
Andrés la hizo sentarse a su
lado y dijo:
-Dime.
-¿Fue la profesora Carolina
quien tomó esta foto,
verdad? Hoy, cuando papá
volvió, mientras yo estaba
junto a la ventana, vi a la
profesora Carolina dentro
del coche de papá. Ella es la
misma profesora que
vino a nuestra casa la
última vez, ¿te acuerdas?
>>Sospecho que papá la
está forzando. Tengo una
vaga idea de lo que papá
está haciendo, pero, ya
sabes, todavía soy joven y
no puedo hacer nada al
respecto… Hermano… si la
profesora Carolina
realmente está
siendo forzada por papá,
¿puedes ayudarla? La
profesora Carolina es muy
amable, no quiero que sufra
a manos de papá.
Al ver que sus ojos se
habían vuelto rojos, Andrés
levantó su mano izquierda
para sostener su rostro, y
con su pulgar enjugó las
lágrimas que se le habían
escapado. Su mirada era
gentil mientras decía:
-Luna, ¿olvidaste que antes
fui a la reunión de padres?
De paso, obtuve el contacto
de tu maestra. Esta
y tu padre. Así que me
pidió que investigara si
estarías dispuesta a
aceptarla. Después de todo,
ella es tu profesora…
Capitulo 39

-Además, estás a punto de


tomar tus exámenes de
ingreso a la universidad y
no quiero que te distraigas.
Temo que afecte a tus
emociones.
-En realidad, me gusta
mucho la profesora
Carolina -contestó Luna
con voz débil-. Si está
dispuesta a quedarse con
mi papá, la aceptaré.
Además… no te preocupes
por mis exámenes de
ingreso a la
universidad, porque ya he
decidido en qué
universidad quiero
ingresar.
-¿En serio? ¿Puedes
decirselo a tu hermano? -
preguntó Andrés.
-Quiero ingresar a la
Universidad Normal de la
Ciudad Boscosa. Quiero ser
una maestra. Después de
graduarme, planeo enseñar
en una zona remota -dijo
Luna.
Andrés parpadeó. Se quedó
mirando fijamente a Luna,
que tenía la cabeza baja..
-Boscosa está a miles de
kilómetros de Astraluna.
Incluso en avión, se tarda
más de diez horas en
llegar allí, Luna… No quiero
que vayas a una ciudad tan
lejana.
-¿Por qué no quieres?
-Porque no quiero…
Andrés no deseaba que ella
se fuera. Solo quería que
permaneciera bajo su
control. Pero Luna siguió
su plan cuidadosamente
preparado y dijo con voz
suave:
-Liora dijo que mi mamá
fue una joven enviada a
trabajar al campo en la
ciudad. Fue allí donde
conoció
a mi papá. Así que quiero
ser como mi mamá y
convertirme en maestra.
Además, creo que enseñar
es una profesión
maravillosa. Si quiero ser
una maestra, entonces debo
asistir a la mejor escuela de
formación de docentes. He
investigado y descubrí que
la Universidad Normal de
Boscosa es mejor que
la de Astraluna.
>>Hermano, ¿me apoyarás
en esto? ¿Puedes ayudarme
a convencer a papá?
Luna agarró la mano de
Andrés e insistió de manera
coqueta:
-Hermano, por favor…
Andrés frunció el ceño y
una ligera impaciencia
cruzó sus ojos. Luna sabía
que a Andrés no le gusta la
intimidad física, por lo que
retiró discretamente su
mano.
–En cuanto a ir a Boscosa,
si realmente lo deseas,
hablaré con padre por ti…
Pero debes estar segura de
tu elección. Una vez que
salgas de la capital, estarás
sin protección. Si algo te
sucede, ni yo ni tu padre
podremos llegar a tiempo
para protegerte.

-No te preocupes, una vez


que entre en la universidad,
seguiré las reglas y no te
daré motivos para que te
preocupes, hermano -
contestó Luna con calma.
-Te apoyaré en lo que sea
que decidas hacer.
-Gracias, hermano. -Luna
sonrió radiante.
Andrés se alejó y cerró la
puerta de la habitación.
Luego eliminó la foto de su
teléfono móvil.
Luna había respondido a
todas las preguntas. Parecía
estar diciéndole algo, pero
Andrés aún tenía dudas. Si
Luna supiera cuál era su
verdadero objetivo en la
familia García, ¿no debería
estar haciendo.
todo lo posible para
echarlo? ¿Por qué eligió
irse?
La noticia de que Luna
planeaba irse a Boscosa le
había tomado por sorpresa.
Eso significaba que una
vez que se fuera, nunca
volvería.
Incluso si la familia García
desapareciera de la capital,
eso no tendría nada que ver
con ella.
Si eso era verdad, Luna
debería ser una actriz.
Andrés no podía imaginar
cómo se las arreglaría Luna
después de perder su
riqueza y estatus.
Capítulo 40
Luna observó cómo Andrés
se alejaba.
Después de cerrar la puerta,
el corazón le latía con
fuerza. ¿Ahora él no tendría
más sospechas, verdad?
También le había dado una
pista. Después de los
exámenes de ingreso a la
universidad, se iría lejos de
la capital, a Boscosa, a miles
de kilómetros de distancia.
Además, después de
graduarse de la
universidad,
planeaba unirse a un
programa de enseñanza en
una zona remota. Esto no
Interferiría en absoluto con
su plan de venganza contra
la familia García.
Andrés podria considerarla
como si estuviera muerta y
desterrarla.
Una vez que saliera de esta
casa, Luna nunca volvería.
Mirando las manchas en las
sábanas, Luna suspiró.
Andrés realmente era
rencoroso. Cambió las
sábanas y las mantas recién
hoy.
¿Andrés quería que sintiera
lo que era quedarse sin
mantas en medio de la
noche? Las mantas en el
armario no habían sido
lavadas durante medio año,
y ella era alérgica al polvo.
Si las usaba, terminaría en
el hospital.
Este hombre era realmente
mezquino.
Echó la manta al suelo y
planeó lavarla mañana.
Luego, tomó una chaqueta
gruesa y se cubrió con ella.
Apagó la luz y se acostó en
la cama.
A la mañana siguiente, el
sol brillaba y no había
nubes en el cielo.
Luna se despertó y se dio
cuenta de que no tenía
dolor de cabeza ni
congestión nasal. Luego vio
que tenía una manta de
rayas de color gris sobre
ella. Solo Andrés tenía la
manta de este color.
¿Dios mio? ¿Andrés había
entrado en su habitación
secretamente anoche?
Luna palideció de repente y
su cabeza comenzó a dar
vueltas.
Recientemente, Andrés
había estado entrando en su
habitación con más
frecuencia. No era una
buena señal.
¿No había cerrado con llave
la puerta?
Luna se pasó la mano por el
pelo en un gesto de
frustración.
En ese momento, Liora
llamó desde fuera de la
habitación:

-Luna, levántate de la cama.


Tu padre está esperando
abajo para el desayuno,
-Sí ¿Papá ha vuelto?
-SI. Además, trajo a una
mujer con él, y…
La mirada de Liora se
volvió turbada, pero
rápidamente la ocultó.
Finalmente, no dijo nada y
simplemente instó a Luna:
-¡Apresúrate!
-S. -Luna se vistió
rápidamente, hizo una
limpieza rápida y luego
bajó las escaleras.
Luna se había
acostumbrado a sentarse al
lado de Andrés, pero
todavía se sentía incómoda.
Entre las cinco personas
presentes, ella era la única
forastera.
La voz insatisfecha de
Miguel se escuchó:
-¿Por qué te levantas tan
tarde? ¿Qué estuviste
haciendo anoche?
Luna aún no había tenido la
oportunidad de responder
cuando Carolina habló en
su nombre:
-Luna está bajo mucha
presión de estudio
últimamente. Seguro que se
quedó despierta hasta
tarde.
estudiando. No pasa nada,
¿verdad, Luna?
Luna forzó una sonrisa y
dijo:
-Lo siento, papá. No
volverá a ocurrir.
Liora sirvió un tazón de
arroz con leche y lo colocó
frente a Luna.
-Come.
Carolina se ocupó de
servirle verduras salteadas
con aceite y le preguntó:
-Luna, ¿necesitas que te dé
clases particulares? Escuché
que quieres estudiar en la
Universidad Normal
de Boscosa, una escuela con
buenos profesores y
enseñanza. ¿Estás segura de
eso? Además, Boscosa
está tan lejos, y estarías sola.
Tu papá y yo estaríamos
preocupados por ti.
Probablemente Carolina se
había enterado de esto por
Andrés.
Capitulo 41
-Miré los requisitos del año
pasado y estoy segura -dijo
Luna.
En ese momento, Miguel
habló con voz fría:
-O te quedas en Astraluna o
no vayas a la universidad.
¿Para qué sirve entrar en la
universidad? Tarde o
temprano te casarás. En
unos días hay una fiesta,
ven con nosotros. Algunos
tíos quieren conocerte,
Luna ya sabía que diría eso.
Miguel siempre
menospreciaba a las
mujeres, ya que a sus ojos
solo eran
herramientas para procrear
y, después del matrimonio,
solo aptas para quedarse en
casa y criar a los hijos.
-Papá, las cosas han
cambiado ahora. Tengo
algunos amigos que ya
están estudiando en el
extranjero.
Además, ¿conoces a Ana?
Miguel levantó la mirada.
-¿La hija de Diego?
-Sí, Ana dijo que está
preparándose para el
examen IELTS y planea
establecerse en el
extranjero
después de estudiar en el
extranjero. También quiere
cambiar de nacionalidad.
Papá… ir a Boscosa es
una buena opción. Al
menos, en las vacaciones
podré volver. Si alguien
pregunta por mi educación
en el futuro y solo tengo un
diploma de secundaria, ¿no
seré motivo de risa? No me
importa si otros se burlan
de mi, pero no puedo
permitir avergonzarte.
Lo que más valoraba
Miguel era su reputación.
Nació en una familia
humilde y no había
recibido una gran
educación, nunca había ido
a la universidad. Incluso la
empresa dependía de
Andrés.
De manera inesperada,
estas palabras coincidieron
con lo que estaba pensando
Miguel, quien frunció el
ceño con descontento.
-¿Tiene que ser Boscosa?
Luna asintió con la cabeza y
habló con una dulzura
excepcional:
-Papá, sé que te preocupas
por mi, pero piénsalo. Si
voy a Boscosa, habrá
alguien para cuidar de la
abuela. Lo prometo, no te
causaré problemas.
Aunque Miguel era un
desgraciado, era un hijo
piadoso. Durante estos
años, siempre había instado
a la
abuela a mudarse a
Astraluna, pero ella se
negaba y prefería quedarse
en el pequeño y remoto
pueblo de Boscosa.
Miguel estaba preocupado
por ella, y volvía a Boscosa
cada año durante las
vacaciones.

Y logro convencer a la
abuela de que vuelva?
Miguel estaba considerando
la posibilidad.
Carolina sonrió y dja
–En realidad. Luna tiene
razón. Ahora, además de la
apariencia, la educación es
importante para las
chicas. Si Luna tiene esta
idea, deberias aceptarla.
Además, yo también me
gradué de la Universidad
Normal de Boscosa. Es fácil
de encontrar trabajo
después de graduarse de
esta universidad.
Luna asintio, mostrándose
de acuerdo.
-St. si.
Finalmente, Miguel cedio:
-Si no te va bien en la
universidad y no te
graduas, volverás
inmediatamente y te
casarás.
-No te preocupes, papa, no
te decepcionare.
Cuando se graduara era
probable que la familia
García ya no existiera.
Miguel la miro con
satisfacción y dijo
felizmente:
-Es raro verte mostrar un
poco de progreso. Después
de ordenar tu habitación,
deja que Carolina se
mude.
-Tos… -Luna se atragantó
con su comida.
Carolina sonrio y le dio
palmaditas en la espalda a
Luna.
-¡Espera un poco más! Luna
probablemente no pueda
aceptarlo de inmediato.
-No, no… -Luna negó
apresuradamente con la
cabeza-. Simplemente estoy
emocionada. Si la profesora
Vega se muda, no me voy a
aburrir en casa. Cuando no
haya nada que hacer, podré
charlar con
ella.
-Si Luna no cumple con sus
deberes, será muy estricta.
-Prometo entregar mis
tareas a tiempo.
Bueno, Luna recordó que,
en su vida anterior,
Carolina y Miguel no
avanzaron tan rápido.
De todos modos, Luna no
quería pensar demasiado
en eso. Después de cinco o
seis meses, podría
escapar.

Luna bajó la cabeza y fingió


no ver lo que pasaba debajo
de la mesa.
Cuando Carolina se mudara
a su habitación, no se
atrevía a imaginarlo…
Luna no pudo comer.
Encontró una excusa y dejó
sus utensillos. Luego, se
sirvió un vaso de agua y
regresó a su habitación en
el segundo piso, donde
debía tomar su medicina.
Lo más difícil no era lidiar
con Carolina, sino tener
que actuar frente a ellos
todos los días.
Capítulo 42

En la casa, no había muchas


habitaciones y Miguel
siempre había preferido
dormir solo. La biblioteca
del
segundo piso y el
dormitorio principal eran
áreas prohibidas,
En un principio, el tercer
piso pertenecía a Luna y
Andrés, y el cuarto piso a
Isabel. Ahora, al ceder su
habitación en el tercer piso,
ella se vio obligada a
mudarse a la habitación del
quinto piso, la más alta.
Lo bueno del quinto piso es
que era muy tranquilo. La
habitación tenía un gran
balcón donde podía
cuidar las plantas, tomar té
y disfrutar de la vista
nocturna. Incluso si pasara
todo el día en la habitación,
no se aburriría.
Luna tomó algunas
pastillas, bebió un poco de
agua y comenzó a organizar
la habitación. En ese
momento, Liora entró con
una expresión preocupada
y dijo:
-Incluso si alguien tiene que
mudarse, no deberías ser
tú.
Luna tomó la mano de
Liora, esbozando una leve
sonrisa para consolarla.
-En realidad, no importa
quién ocupe esta
habitación. Prefiero la
habitación del quinto piso
en lugar de esta. Recuerdo
que arriba hay muchas
pinturas hechas por mamá.
También hay fotos suyas. Si
viviera
aquí, tal vez, mamá podría
venir a mis sueños por la
noche. No he soñado con
mamá en años. -Este
lugar es donde estaba más
cerca de su madre.
Liora estaba conmovida y
sostuvo su mano.
—¿Cómo es que eres tan
sensata, Luna?
-Porque ya soy adulta. En
realidad, sé muchas cosas.
“En el futuro
definitivamente te llevaré
lejos de esta casa.”
Luna comenzó a empacar
su ropa y otras cosas que
necesitaría en la nueva
habitación. En poco
tiempo, los empleados de
una empresa de limpieza
entraron y reemplazaron
todos los muebles viejos de
la habitación, cubriendo las
paredes rosadas con papel
pintado blanco.
En menos de dos horas, la
habitación, que era rosa y
estaba llena de un ambiente
juvenil, había cambiado de
estilo. Además, una
empresa de ropa
personalizada envió un
montón de vestidos y
faldas.
Miguel siempre había sido
generoso con las mujeres.
Según lo que Luna sabía, le
regaló un apartamento a
una estudiante universitaria
que estuvo con él durante
tres años cuando se canso
de ella.
Luna no tenía muchas
posesiones, así que su
habitación, que ya estaba
limpia, se organizó
rápidamente.
Abrió la puerta del balcón
que daba al patio. Las flores
que su madre solía cuidar
todavía estaban en buen
estado y en la esquina de la
pared, había un caballete de
pintor. Probablemente era
el lugar donde su madre
solía pintar.
Se acercó a la barandilla del
balcón y disfrutó de la brisa
que le acariciaba el rostro.
La luz y la vista
desde ahí eran excelentes, y
desde esta posición podía
ver la habitación de
Gabriel.
Comparado con su
habitación anterior, este
lugar era de verdad su
propio espacio privado. A
partir de ahora, podría
encerrarse en su habitación
y hacer lo que quisiera.
Además, no habría ninguna
razón o excusa para que
Andrés viniera a visitarla
ahí.
Luna se tumbó felizmente
en la cama.
Liora entró con una pintura
enmarcada de girasoles.
-Ten cuidado, acabo de
hacer la cama.
-Liora, no tienes que venir
a limpiar mi habitación en
el futuro, puedo hacerlo yo
misma, y también lavaré
mi ropa. Liora, coloca la
pintura aquí, por favor.
-Bien.
Luna escuchó la voz de
Andrés y se sentó
rápidamente, apartando las
mantas que cubrían su
cabeza.
-Hermano, ¿cómo estás?
¿Estás mejor ahora?
Andrés carraspeó.
-Estoy mejorando. Luna, si
no te gusta, puedes
mudarte a mi habitación.
Este cuarto está en un piso
muy alto y es incómodo
subir y bajar.
-No te preocupes,
hermano. La vista desde
aquí es hermosa. Puedo ver
las estrellas en el balcón por
la noche. No tienes que
preocuparte por mí.
Andrés de repente se acercó
a la cama, y su ancha mano
descanso sobre su cabeza.
-Hermanita, solo estoy
preocupado por ti.
“¿Preocupado? ¿Cómo
podía decir que estaba
preocupado por mí? Estoy
agradecida de que no me
hayas matado.”
Capitulo 43
Luna levantó los ojos y
sonrió:
-No me sentiré incómoda
en absoluto.
¿No cedió su habitación
para facilitar la
comunicación entre él y
Carolina?
—Si necesitas algo, puedes
decirmelo.
-De acuerdo.
Después de que Andrés se
fuera, Luna llevó la tetera
de agua de la planta baja a
su habitación para evitar
tener que bajar a buscar
agua. Esto también
reduciría las oportunidades
de encontrarse con Andrés
y Carolina.
El tiempo pasó volando.
Carolina llevaba en la casa
de los García varios días.
Andrés se había recuperado
de su enfermedad y se
había ido con Isabel, sin
volver.
Rara vez Luna se
encontraba con Carolina o
Miguel. Pasaban la mayor
parte del tiempo solos en
casa.
Después de quedarse en
casa durante siete u ocho
días, Luna finalmente
regresó a la escuela. Como
esperaba, las clases de
Carolina se habían reducido
considerablemente.
Carolina enseñaba música,
que
no tenía mucho que ver
con las asignaturas
principales, por lo que ni
siquiera se encontraban en
la escuela.
Luna también regresó a su
clase y comenzaron a
anunciar los resultados de
los exámenes que habian
hecho dos días antes. Estas
pruebas habían sido
preparadas por los propios
profesores.
Luna obtuvo buenas
calificaciones en tres de las
pruebas, suficiente para
ingresar a la Universidad
Normal de Boscosa.
No tenía sentido esforzarse
demasiado.
El subdirector de la clase
anunció la clasificación de
los alumnos. Luna ocupaba
el quinto lugar y todos la
miraron con asombro.
Alguien cuestionó:
-¿Profesor, estás seguro de
que no es el quinto desde
abajo?
El subdirector tosió

→Todos han visto los


esfuerzos recientes de
Luna. Deberían aprender
de ella. Aunque todos en
esta clase vienen de una
familia rica, el
conocimiento que
adquieran será suyo para
siempre. A veces, el dinero
no lo es todo, Bueno, los
resultados se han
anunciado, ahora pueden
estudiar por su cuenta.
Luna fue llamada por el
subdirector después de la
clase.
-¿Profesor, ha pasado algo?
El subdirector, en ausencia
del director, era el
encargado de la gestión de
la clase. Tenía alrededor de
cuarenta años y llevaba
gafas. Le preguntó:
-He oído que quieres
cambiarte de clase, ¿es eso
cierto?
Luna asintió:
-Si, profesor.
-En realidad, Luna, no tiene
mucho sentido cambiarse
de clase ahora. Solo
retrasaría tu aprendizaje,
ya que cada clase lleva un
progreso diferente.
Además, todavía faltan
varios meses antes de
graduarte. Te sugiero que
esperes un poco. Si estás
considerando cambiarte
por Sergio, no te
preocupes, él ha estado
enfermo, está en el hospital
y no podrá venir a la
escuela.
-¿En el hospital? ¿Qué le
pasó? ¿Está grave?
El subdirector frunció el
ceño:
-La situación no parece
buena. Cuando fui a
visitarlo, estaba en coma.
Luna… el profesor sabe más
o menos acerca de tu
familia. Si puedes, habla
con tu familia y diles que
den una lección, pero no
exageren.
-¿Puedo visitarlo ahora?
Luna también quería ver
cómo estaba Sergio. Lo que
le había pasado no tenía
nada que ver con su lesión,
y ella sabía que Sergio no
era el tipo de persona que
intentaría matarla en
secreto.
-Espera hasta la última clase
antes de ir. Por ahora,
concéntrate en tus
estudios.
-Entiendo, profesor.
Gracias.
Luna regresó a su asiento y
continuó estudiando.
Capitulo 44
En su última clase, Luna
tomó un permiso para ir al
Hospital Serenidad.
El taxi se detuvo frente al
hospital y Luna se bajó.
Llevaba un ramo de flores,
un ramo de crisantemos
blancos, aunque no sabía
qué flores le gustaban a
Sergio. Compró estas flores
porque cuando fue a la
floristería era la única
variedad que quedaba.
Gastó 10 dólares en ellas y
las hizo envolver de una
forma especialmente bonita
por la dueña de la tienda.
Luna preguntó a la
enfermera de recepción y
obtuvo la ubicación de la
habitación de Sergio. Luego
subió
al piso doce en el ascensor.
-Querido, ¿en qué estás
pensando?
Carolina llevaba gafas de
sol y tenía un aspecto
sensual mientras caminaba
con Andrés.
Andrés retiró friamente la
mirada. ¿Esa persona era
Luna?
Luna subió en el ascensor.
Observó cómo se cerraban
las puertas y luego se llevó
la mano al corazón
con un sobresalto. ¿Andrés
la había visto?
Estas dos personas eran
demasiado descaradas. El
hospital estaba lleno de
gente, pero no parecían
preocupados por causar
problemas si su relación era
descubierta por Miguel.
Luna solo esperaba que
Andrés no la hubiera visto.
El ascensor llegó al piso
doce rápidamente. Luna
salió del ascensor con las
flores en la mano y se
encontró con un hombre
de mediana edad que
empujaba una silla de
ruedas en la que iba un
joven de unos diecinueve
años.
El joven era
extremadamente guapo,
con un tatuaje extraño y
misterioso en la parte
posterior de la mano, que
se extendía por debajo de la
manga de su camisa. Su
mirada era fría y distante.
Luna no pudo evitar
mirarlo un par de veces
antes de que el hombre que
empujaba la silla de ruedas
se detuviera y se volviera
hacia ella.
-Señor, Luna acaba de
entrar en la habitación de
Sergio, ¿verdad? No parece
que te haya reconocido.
Gabriel, con el cabello
cayendo sobre la frente,
ocultando sus ojos fríos,
exudaba una atmósfera
sombría y desagradable.
-Espera a que Luna se vaya
y luego lleva a Sergio a otro
hospital y cuidalo bien. No
dejes que nadie lo
moleste

-SI, sefior.
Apenas llegó al ascensor,
Gabriel escuchó voces
provenientes de una
habitación cercana.
-Luna García, carajo, aún
no he muerto, ¿me estás
maldiciendo trayéndome
estas flores?
Luna retrocedió
apresuradamente y esquivó
el vaso de vidrio que volaba
hacia ella.
No se enojó, simplemente
se disculpó una y otra vez.
-Sergio, vine a verte de
corazón. Fui a comprar
flores para ti, pero solo
quedaban estas y me
costaron diez dólares, lo
cual es bastante caro.
-¡Lárgate, Luna! ¡Sal ahora!
-Sergio, ¿qué te pasa? ¿Por
qué tienes un
temperamento tan malo?
¿Podemos estar en paz?
Al ver que Sergio tenía la
mano y los pies enyesados,
y que su situación era
grave, Luna sintió lástima
por
él. Andrés le había herido
seriamente. La forma en
que le atacó fue brutal.
Aunque Luna había tenido
un temperamento
arrogante y desenfrenado
en el pasado, su
personalidad
había cambiado
drásticamente después de
su encuentro con Andrés en
su vida anterior. Ahora era
mucho más amable y no
podía evitar sentir
compasión por las personas
heridas.
-¡Vete inmediatamente! -
gritó Sergio.
Bruno y Luis salieron de la
habitación. Luis dijo con
impaciencia:
-¡Ya es suficiente! Su herida
estaba sanando
perfectamente, pero ahora
que has venido, la has
vuelto a abrir.
Bruno vio a la persona
cerca del ascensor y su
expresión cambió de
inmediato. Le advirtió
rápidamente a
Luis.
Luis se dio cuenta de la
situación y cambió su
actitud.
-Puedes quedarte con estas
flores, Luna. En el futuro,
ven menos aquí.
-Realmente no sabes
valorar las flores, ¿verdad?
¿Qué tiene de malo un
crisantemo? Son hermosos
y se pueden usar para hacer
té. -Luna miró las flores
con pesar-. Sergio, te
visitaré de nuevo mañana.
¿Qué tipo de flores te
gustan? Te traeré algunas.
Capítulo 45

En la habitación del
hospital, otro vaso de vidrio
voló con un sonido
violento, acompañado de
una voz
iracunda:
-No tienes suficiente,
Luna?
Justo antes de que otro vaso
la golpeara, alguien agarró a
Luna y la arrastró hacia
abajo. Al ver a Andrés
a su lado, exclamó
sorprendida:
-Hermano, ¿qué estás
haciendo en el hospital?
Andrés la observó de arriba
abajo y preguntó:
-¿Estás bien?
-Estoy bien.
Sergio no era capaz de
hacerle daño.
-¿Hermano, estás enfermo?
-No, no es nada, solo tengo
un poco de malestar
estomacal, así que vine al
hospital para revisarlo –
Andrés frunció el ceño y
preguntó-: ¿Viniste aquí a
propósito para ver a
Sergio?
Luna dudó en responder:
-Hermano… ¿fuiste tú quien
le hizo esto a Sergio?
La expresión de Andrés se
volvió aún más sombría:
-¿Realmente piensas que
soy ese tipo de persona,
Luna?
Si no fue Andrés, ¿entonces
quién había sido? Si lo
había hecho Andrés, no lo
ocultaría. Pero si fue él,
seguramente no lo
admitiría.
-No, no… -Luna vio que la
expresión de Andrés se
volvía oscura y
rápidamente trató de
aplacarlo-: Pensé que eras
tú quien me estaba
protegiendo y por eso lo
hiciste.
-Así que estás culpándome
de no protegerte.
Luna retrocedió,
explicando ansiosamente:
-No es eso, hermano… no es
eso.
Bueno, solo estoy
bromeando contigo, ¿por
qué estás tan nerviosa?
¿Quieres que te acompañe

Luna rechazó la oferta:


-Tomé un permiso con mi
profesor y tengo una clase
de plano más tarde. Puedo
caminar, no está muy
lejos.
Andrés miró su reloj y dijo:
–Está bien, cuídate y
después de la clase de
piano, asegúrate de llamar
al conductor.
-Sí, sí. -Luna asintió.
Sería aún más peligroso
seguirlo. Luna no sabía por
qué siempre se encontraba
con Andrés. Decidió que
sería mejor visitar a Sergio
otro día. Haber ido en ese
momento fue un poco
precipitado.
En un Porsche Cayenne
estacionado frente al
Hospital Serenidad.
Gabriel estaba sentado en el
asiento del copiloto,
mirando su tatuaje en la
mano y preguntando:
-Adolfo, ¿crees que mi
apariencia asusta a la
gente?
Para ocultar su tatuaje,
Gabriel siempre había
llevado camisas de manga
larga y se había esforzado
por no mostrarlo.
-No, para nada. En este
momento, la señorita
García simplemente no te
conoce. Cuando te
encuentres con ella y la
conozcas durante un
tiempo, lo entenderá. Está
acostumbrado a ser serio,
así que las personas
normales naturalmente no
se acercarán. Trátela con
una sonrisa. Después de
todo, ella es una chica.
Gabriel sostenía una tableta
en la mano, y su fondo de
pantalla era una foto de la
espalda de Luna. Había
tomado esa foto en secreto.
-Sin embargo, también
debe seguir las
instrucciones del médico
para poder recuperarse por
completo.
-Está bien.
Gabriel pudo volver al
hospital para recibir
tratamiento gracias a Luna.
La cirugía para tratar su
problema en la pierna
estaba programada para el
día siguiente.
En todos estos años, su
madre había hecho todo lo
posible, pero no pudo hacer
que saliera de su habitación
ni someterlo a una cirugía.
Sin embargo, una persona
que no era más que una
desconocida como Luna
había logrado sacarle de su
melancolía. Eso demostraba
cuán importante era Luna
para él.
Cuando Luna salió del
hospital, recibió una
llamada del conductor. Le
informó que el señor ya
sabía que ella habia dejado
la escuela por su cuenta y
que estaba muy enojado
por ello.
Capitulo 46
Luna vio a Andrés alejarse.
Se dirigió a la parada de
autobús y se detuvo allí.
Llevaba su uniforme
escolar, decorado con un
distintivo emblema dorado
de la preparatoria, un
caballero montado en un
caballo y disparando una
flecha. Muchas personas de
la ciudad estaban
familiarizadas con este
emblema.
Una chica tan hermosa con
el uniforme de esta
prestigiosa escuela era
objeto de deseo para los
delincuentes. En ese
momento, tres matones se
acercaron a ella.
En esta época, alrededor del
año 2000, las cámaras de
vigilancia todavía no eran
muy comunes en las calles,
y el sistema de seguridad
estaba algo atrasado, en
comparación con el año
2012. Por lo tanto, si ocurría
algún incidente, era difícil
conseguir evidencias, por
no mencionar encontrar a
los culpables si escapaban y
se escondían.
Al ver a estos matones,
Luna bajó la cabeza de
inmediato, rezando para
que no se le acercaran. Sin
embargo, las cosas nunca se
desarrollan como uno
espera…
-Hey, iguapa! ¿Adónde vas?
¿Quieres que te
acompañe?!
-¡Una estudiante de la
Preparatoria Privada
Aurora! Me han dicho que
todos los estudiantes de esta
escuela son de familias
adineradas. Supongo que
no te importará darnos un
poco de dinero, ¿verdad?
Los tres matones no
dejaban de acosar a Luna.
Ella quería escapar
desesperadamente, pero no
podía porque la tenían
rodeada. Los demás
pasajeros se alejaron
rápidamente. Aunque
habían presenciado la
escena, no se atrevían a
intervenir.
Luna retrocedió unos
pasos, temerosa, y con la
mano temblorosa sacó una
billetera negra de su
mochila. Antes de poder
abrirla, los matones se la
arrebataron.
Uno de ellos no pudo
esperar y abrió la billetera.
Al ver los billetes, un
destello de deseo brilló en
sus ojos y exclamó:
-¡Vaya! ¡Qué tía más rica!
El otro se fijó en la tarjeta
de estudiante y la sacó,
mientras preguntaba:
-¿Esta es tu tarjeta de
estudiante?
Sin embargo, cuando vió el
nombre en la tarjeta, su
expresión cambió
ligeramente. Los tres se
miraron entre sí, luego
dirigieron sus miradas
malintencionadas hacia
Luna y le dijeron:

-Guapita, ya que saliste


temprano de la escuela,
¿qué te parece disfrutar un
rato fantástico con
nosotros ?
Mientras hablaban, sus
manos sucias se acercaban a
Luna….
Al otro lado de la calle,
Carolina apoyó su mentón
en su mano mientras se
recostaba en la ventana del
coche, “contemplando”
perezosamente la escena.
Le preguntó al hombre a su
lado:
-Querido, ¿no crees que
deberías ayudarla? Sería
una buena decisión, si no
apareces, nuestra relación
nunca será descubierta.
Al terminar sus palabras, se
acercó a Andrés y agarró su
brazo, acurrucándose
íntimamente en su
hombro. En ningún
momento dejó de observar
lo que ocurría al otro lado
de la calle.
Para ser honesta, Luna era
realmente hermosa. Con su
rostro encantador y su
figura esbelta, Carolina no
pudo evitar sentir un poco
de envidia.
-Carolina, ¿quieres morir? -
dijo Andrés con una mirada
sombría. Emanaba un aura
tan fría como el
hielo en el invierno.
Pero Carolina no mostraba
ningún miedo y continuó
acercándose con una risa
provocativa. Sus dedos
largos con las uñas pintadas
de rojo acariciaron el pecho
de Andrés uno tras el otro.
Respondió en un
tono lento:
-Si, seria perfecto si
pudiéramos morir juntos…
De esa manera, podríamos
ir al infierno y
convertirnos en dos
fantasmas juntos, ¿no crees?
Llevaríamos una vida
excelente allí…
también
Andrés perdió la paciencia
y agarró con odio la
muñeca de la mujer,
apartándola de su pecho
con fuerza. Luego dijo con
indiferencia:
-¿Crees que Miguel no sabe
nada sobre tus actos? Ten
cuidado y no te pases. De lo
contrario, un día vas a
hundirte.
-¿Y qué si me hundo? Si
estás a mi lado, Andrés, me
salvarás, ¿verdad? -
preguntó Carolina.
Sin embargo, Andrés le
respondió con una mirada
fría:
-¿Crees que tu muerte me
afectará? Si Miguel se
entera de lo que estamos
haciendo… ¿Quieres apostar
quién será el que muera?
¿Serás tú o seré yo? Soy un
hombre de negocios, lo más
importante para mi es el
interés. Deja de hacer
tonterías para poner a
prueba tu supuesta
“importancia” en mi
corazón. – Mientras
hablaba, “acariciaba” el
cuello de Carolina como si
estuviera a punto de
estrangularla en el próximo
segundo. Añadió-: Tal vez
tú no seas más importante
que Luna.

En su opinión, todas las


personas se dividían en dos
tipos: los que podían ser
utilizados como peones, y
los que podían
proporcionarle beneficios
Cuando se trataba de
mujeres, pertenecían al
primer tipo. Por
eso no le importaba con
quién se casara y con quién
tuviera hijos. Solo
necesitaba cumplir esta
tarea. La
persona con quien lo
hiciera no le importaba.
Después de escuchar esas
palabras, la mirada de
Carolina también se volvió
fría. Aunque las comisuras
de sus labios seguían en la
misma posición, los
músculos de su rostro se
tensaron. No pudo evitar
preguntar:
-Nos conocemos desde
hace diez años, ¿y me dijiste
que no ocupo un lugar más
importante que Luna? ¿
No te remuerde la
conciencia?
Sin embargo, Andrés solo
respondió:
-¿Conciencia? No eres digna
para obtener mi conciencia.

Mientras hablaba, Andrés
prestaba atención a lo que
estaba pasando al otro lado
de la calle, vacilando
sobre si ayudar a Luna.
De repente, un grupo de
guardaespaldas vestidos
con trajes apareció y
sometió a los matones en
cuestión de segundos. En
toda la calle resonaron los
gritos de dolor de esos tres
matones.
Luna se aferraba a un cartel
publicitario. Estaba
asustada y tenía la ropa
desordenada y sucia.
Incluso varios botones
habían sido arrancados. La
cinta azul de encaje que ella
solía usar para atar su largo
cabello también estaba rota,
dejando su cabello todo
despeinado. Su mirada
estaba llena de temor y
miedo, y las lágrimas
llenaron sus ojos
hermosos.
El Porsche negro se detuvo
frente a la parada de
autobús, y la ventana se
deslizó lentamente. El que
estaba dentro del coche era
un joven apuesto. Con un
tono suave, el chico le
preguntó:
-¿Estás bien?
Luna parecía una princesa
desamparada y vulnerable.
Ella no dijo nada, solo
meneaba la cabeza
ligeramente, sollozando, y
las lágrimas resbalaban
como bolitas de cristal por
sus mejillas finas. Era una
belleza a la vez penetrante
y delicada.
El joven era el mismo que
Luna se había encontrado
en el hospital. Al ver el
bonito arco de su sonrisa,
pareció que una fuerza
mágica disipaba el miedo
de Luna.
Capítulo 47

“Resulta que no es una


persona tan horrible. Tiene
una sonrisa bonita”, pensó
Luna.
-No te preocupes, todo ha
terminado. ¿Adónde ibas?
Te puedo acompañar la
reconfortó el chico.
Luna se secó las lágrimas
con la mano y respondió:
-No, gracias. De todos
modos, mi chofer está por
llegar.
El chico le regaló una
sonrisa y dijo:
-No hay de qué. Puedo
esperar un rato contigo.
Eres estudiante de la
Preparatoria Privada
Aurora, ¿
verdad?
Luna asintió levemente y
contestó:
-Si.
Uno de los guardaespaldas
sacó la billetera del bolsillo
del matón y se la entregó a
Luna, diciendo con
respeto:
-Señorita, aquí tiene su
billetera.
Luna estaba tan asustada
que ni siquiera se había
dado cuenta de que se la
habían llevado esos tres
matones.
El chico preguntó:
-¿Falta algo?
Luna abrió la billetera y la
examinó.
Afortunadamente, su DNI y
tarjeta de estudiante
todavía estaban
dentro.
-No, están todas las cosas
importantes. ¿Dónde están
los tres matones?
-Para evitar que algo así
vuelva a ocurrir, he
ordenado a los
guardaespaldas llevarlos a
la comisaría
respondió Gabriel.
Mientras hablaba, se dio
cuenta de la ropa
desgarrada de Luna, lo cual
lo avergonzó un poco.
Rápidamente comentó:
-Tu ropa…
Luna bajó la mirada y
también notó lo sucedido:
su escote estaba abierto y se
veía parte de su piel
blanca y el sujetador.
Rápidamente se cubrió con
las manos.
Se sentía muy avergonzada.
Aunque, considerando su
edad al combinar ambas
vidas, podría ser tres
veces mayor que el chico,
en esa situación todavía se
sonrojó.
El chico le pasó un abrigo
negro por la ventana del
auto y dijo:
-Tengo un abrigo de
repuesto en el coche.
Nunca lo he usado y está
limpio. Si no te importa,
ponte esto
*para evitar que te vean…
Luna vaciló un momento,
apretando los labios, y notó
el tatuaje en la mano del
chico. Después de unos
segundos, finalmente tomó
el abrigo y le agradeció:
-Mu… muchas gracias. Te lo
devolveré en el futuro.
¿Podrías darme tu
dirección? Quizás mañana
pueda
devolvertelo.
-No hace falta. Quédatelo -
respondió el joven.
-Pero…
Antes de que Luna pudiera
insistir más, el chofer del
chico vio por el espejo
retrovisor que un Mercedes
Benz se habia detenido
detrás de ellos. Luego
preguntó:
-Señorita Gar… Señorita,
¿ese auto es de tu casa?
Luna echó un vistazo y
confirmó:
-Sí…
Sin embargo, el valioso
Cayenne ya se había ido sin
esperar a que terminara sus
palabras.
El chofer vio a Luna y se
detuvo frente a ella. Luego
preguntó preocupado:
-Señorita, ¿qué… qué te
pasó? ¿Algo ocurrió?
-No, nada. Solo tropecé y
mi uniforme escolar se
ensució -respondió
brevemente Luna, sin
querer
decirle la verdad.
Después de todo, un
incidente así sería
complicado de manejar.
Era mejor evitar una
situación incontrolable.
-Entonces, señorita, ¿ahora
regresamos a casa o…?
-Llévame a la Torre del
Horizonte. Tengo una clase
de plano.
Luna se secó las lágrimas de
los ojos. Se quitó el
uniforme y guardó los
botones en su bolsillo,
pensando
en llevarlos a casa para que
Liora los cosiera. Después
de todo, esos uniformes no
eran baratos. Dos conjuntos
costaban casi ocho mil
pesos…

Luna se puso el abrigo del


chico y notó un suave
aroma a menta y un ligero
olor a hierbas medicinales.
De alguna manera, le
resultaba muy familiar el
chico. ¿Podría ser Gabriel?
No, no podía ser..
Aunque todavía no lo habia
conocido en persona, según
las conversaciones por
mensajes, Gabriel
parecía ser un hermano
amable y amigable, en vez
de un líder pandillero con
tatuajes…
Además, ya había dos
personas así en su casa…
Pero, si al final resultaba
que Gabriel era también un
“jefe mafioso”, parecla que
no tenía más remedio
que aceptarlo. Con ese
pensamiento, Luna sacó
rápidamente su teléfono
móvil y le envió un
mensaje a
Gabriel.
Capítulo 48

Gabriel se habia marchado


en dirección opuesta a la de
Luna. Cuando el coche giró
en el semáforo,
Gabriel recibió un mensaje
de Luna:
«Gabriel, ¿dónde estás?»
En realidad, Gabriel
siempre llevaba su teléfono
consigo para responder a
los mensajes de Luna lo
más
rápido posible. Sin
embargo, esta vez decidió
apagarlo.
El chofer lo miró a través
del espejo retrovisor y le
preguntó:
-¿Es un mensaje de la
señorita García? Acaso, ¿ella
se dio cuenta de algo?
-Creo que si.. Pero no
quiero mentirle..
Gabriel no pensaba
engañarle. Solo quería
esperar un poco más, hasta
que pudiera levantarse de
nuevo de la silla de ruedas.
No quería que Luna lo viera
incapacitado.
El chofer intentó
consolarlo:
-Quizás a la señorita no le
importaría eso…
-Pero a mi si me importa.
Déjalo. Regresemos ya -
interrumpió Gabriel
cansado. Cerró sus ojos,
apretando el ceño
dolorido.
Al recordar la peligrosa
escena, Gabriel no pudo
evitar sentir miedo.
Afortunadamente, había
salido del hospital rápido;
de lo contrario… No se
atrevía a imaginar lo qué le
habría pasado a la chica.
De repente, abrió los ojos
con determinación,
revelando un brillo frío en
el fondo de sus pupilas
negras. Luego dijo:
-Dile a la policía que no
liberen a los tres matones
sin mi permiso.
-Como usted ordene, señor
-respondió el chofer.
En el otro coche, Luna no
recibió ninguna respuesta
de Gabriel, pero no insistió
más. Parecía que el chico
que había visto no era él. Si
realmente lo fuera, ¿por
qué no lo admitía?
Pronto llegó a la Torre del
Horizonte. Había elegido
clases privadas individuales
y había practicado esta
pieza al menos cien veces
en su vida pasada, por lo
que la aprendió
rápidamente esta vez.
Después de tres horas de
práctica, ya había
oscurecido. Llegó la hora
acordada con el chofer y se
dio cuenta de que, quien
habia venido a recogerla no
era el conductor Paco, sino
Andrés.
Se detuvo allí, sintiendo el
dolor en sus dedos
cansados por la intensa
práctica. Cuando vio que la
ventanilla del auto se
bajaba, dudó un poco, sin
atreverse a acercarse.
¿Por qué era él? ¿Venía a
Interrogarla sobre lo que
había sucedido en el
hospital? Pero ella fingió
no
haberlo visto ni a Carolina.
¿Qué quería hacer ahora?
Después de un rato, no tuvo
otra opción que subir al
auto. Al principio, pensó en
sentarse en el asiento
del copiloto como de
costumbre. Pero no sabía
por qué, le pareció que
debería sentarse en la parte
trasera, así que extendió la
mano para abrir la puerta.
En ese momento, escuchó
la voz fría de Andrés:
-Luna, no soy tu chofer.
Luna se asustó tanto que
retiró rápidamente su
mano. Abrió la puerta del
copiloto y entró en el auto.
Antes de que Andrés
pudiera recordárselo, se
abrochó el cinturón de
seguridad. Al mismo
tiempo, se dio
cuenta de que había un par
de lindos muñecos
cabeceantes en el lugar
donde solía poner sus
cosas.
Eran del estilo de Isabel.
Además, notó que el aroma
también era diferente.
Parecía que Andrés lo había
cambiado después de
enterarse de que Isabel se
mareaba. Había elegido uno
más fresco para evitarlo.
Después de notar estos
cambios, Luna miró
tranquilamente por la
ventana y preguntó:
-Hermano, ¿no necesitas
recoger a Isabel?
-Isabel vive en el
dormitorio de la
preparatoria -respondió
Andrés.
¿Qué? ¿Isabel vivía en el
dormitorio? ¿Cómo podía
Andrés permitir eso?
Sorprendida, Luna
preguntó:
-¿Por qué? Recuerdo que tu
apartamento no está lejos
de la escuela.

Estoy demasiado ocupado
para cuidarla. Si vive en
casa, tendría que ocuparse
de los quehaceres y temo
que eso afecte sus estudios,
por lo que la dejé vivir en el
dormitorio de la escuela.
Volverá los fines
de semana.
En realidad, Luna no estaba
muy interesada en los
detalles de su vida, por lo
que simplemente
respondió:
-Tampoco está mal.
Después de un incómodo
silencio, Andrés decidió
preguntar:
-¿Has tenido clase de piano
hoy? ¿Estás cansada?

-No, la profesora es muy


amable-respondió Luna
tranquilamente.
Andrés girá la cabeza y le
echó un vistazo. La chica
seguía mirando hacia
afuera. Aparentemente,
tampoco terila mucho
interés en hablar con él. No
pudo evitar fruncir el ceño
y preguntar.
-Luna, ¿te molesta que te
haga tantas preguntas?
Luna pudo percibir la
insatisfacción oculta en el
tono de Andrés, pero no
entendía por qué se sentía
así.
Capitulo 49

-Claro que no. Sé que te


preocupas por mi vida.
¿Cómo es posible que me
sienta molesta? -respondió
Luna.
Andrés notó que Luna
llevaba un abrigo grande.
No parecía ser su ropa. Más
blen, parecía ser un abrigo
de hombre.
-¿Hoy no llevas el uniforme
escolar?
Luna bajó la mirada y
también se dio cuenta del
problema. Respondió
ansiosamente:
-Si, pero los botones del
uniforme están rotos. Este
abrigo es de un amigo mío.
Tendré que devolverlo
mañana.
-¿Un… amigo?
-Si-asintió Luna sin
mentirle.
Andrés rio ligeramente,
pero en sus ojos no se
reflejaba alegría, sino
frialdad. Luego dijo:
-Parece que… Luna está en
una relación.
-No, no, hermano, no es así
-Luna se apresuró a negar.
Es un amigo de mi
compañera.
-Me parece normal si una
chamaca tiene un romance
con un chico a su edad. Eso
es parte de la
adolescencia. Si tienes
problemas sentimentales en
el futuro, ven a buscarme y
te ayudaré -dijo Andrés.
-Gracias, hermano.
Durante la conversación
entre el “hermano” y la
“hermanita”, Luna se
mantuvo siempre alerta y
cautelosa
para evitar caer en la
trampa de la “suavidad” de
este hombre…
Pronto, llegaron a la
Mansión del Sol.
Andrés estacionó el auto en
el garaje. Luna estaba
ansiosa por escapar de ese
espacio sofocante, pero se
dio cuenta de que la puerta
todavía estaba cerrada. En
el mismo segundo en que
notó eso, se le aceleró el
pulso.
De repente, Luna notó que
Andrés se le acercaba
rápidamente. La
masculinidad y la fragancia
de su perfume de camelias
la envolvieron al instante.
Se quedó un poco
desconcertada, pero
preguntó:
-Hermano, ¿qué quieres
hacer…?
Andrés extendió la mano y
acarició suavemente el
rostro de Luna. Ella sintió la
suave caricia de su el
asiento, sin atreverse a
moverse, mirando a Andrés
con evidente miedo.
-¿Has usado pintalabios
hoy? -preguntó Andrés.
-No, no. No es pintalabios,
solo es mi lápiz labial, pero
tiene un poco de color -
respondió Luna en voz
muy baja.
Ella no entendía qué quería
hacer Andrés. En esos
largos segundos, repasó
todo lo que había sucedido
en los últimos días, pero no
encontró nada fuera de lo
común. De hecho, había
estado evitándolo.
Realmente no recordaba
haberle ofendido.
-¿Me tienes miedo?
Luna se esforzaba por
mantener la sonrisa y
contestó:
-No, ¿cómo es posible? Me
gustas…
-¿En serio? ¿Te gusto?
¿Cómo? ¿Y cuánto? -
preguntó Andrés alzando
un poco su ceja.
“¿¡Gustar!? Luna García,
i¿qué estás diciendo?!”,
Luna no pudo evitar querer
abofetearse para volver en
si
¡Qué palabras estaba
usando! Realmente estaba
demasiado nerviosa para
mantener la calma…
-Es que… Tú eres mi
hermano… Y me gustas
como un buen hermano…
Tal vez, dependo de ti… –
respondió Luna sin otro
remedio.
Andrés se rio con desdén
fríamente: esta chica sabía
muy bien cómo mentir.
-No vuelvas a pintarte los
labios con ese color, no te
queda bien.
Los rasgos faciales de Luna
eran delicados y hermosos,
con una belleza natural
pero llamativa. A
primera vista, la gente
podía percibir su belleza
impactante. Ese ligero tono
rosado en sus labios
bonitos le daba un toque
seductor y tentador,
haciéndola aún más
atractiva…
Parecía que, la chica había
crecido y madurado..
Al escuchar las palabras de
Andrés, Luna solo asintió
nerviosamente y
respondió:
-Está bien.
Andrés desabrochó su
cinturón de seguridad, pero
esta vez Luna no se atrevió
a salir del auto como antes,
porque sabía que Andrés
aún no había desbloqueado
las puertas. Por eso
preguntó:
-Hermano… ¿hay algo más
que quieras decirme?

Andrés se acercó aún más y


deslizó su mano entre su
cabello. Sin darse cuenta,
Luna se perdió en su
mirada suave. Contuvo la
respiración hasta que se le
olvidó respirar…
Capitulo 50
Cuando Luna se dio cuenta
de la dirección en la que
Andrés estaba mirando,
sintió un miedo
abrumador.
Lo empujó mientras
gritaba:
-¡No!
Su corazón casi se salió por
la garganta.
Al ver su reacción, Andrés
se alejó lentamente y volvió
a sentarse en su asiento.
Luego dijo con cierta
turbación en sus ojos
insondables:
-Incluso Luna me está
rechazando…
Luna no se atrevió a hacer
nada más, simplemente se
quedó allí agarrando
fuertemente el dobladillo
de su falda y respondió:
-Ya dije que entre nosotros
solo hay una relación de
hermanos. Tú… No hagas
cosas extrañas… Si
Isabel se entera, se
molestará.
Este hombre podía jugar
con las emociones tan
naturalmente… Andrés, ¿en
la vida pasada, también
estabas en algún auto
jugando con otras mujeres
mientras te esperaba en
casa?
Ahora, Luna había perdido
completamente su amor
por este hombre.
De todos modos, él no
amaba a nadie más que a
Isabel. Incluso María, que se
parecía un poco a Isabel,
era solo una herramienta
para satisfacer sus deseos.
Había apostado todo su
mundo por amarlo, pero lo
había perdido todo, incluso
su propia vida.
Esta vez, tenía mucho
miedo. No quería perder
más.
Después de escuchar las
palabras de Luna, el rostro
de Andrés se volvió frío y
dijo:
-Ya eres madura. Lo siento,
es mi culpa. Me disculpo
contigo por lo que sucedió
la última vez.
-No te preocupes, ya lo he
olvidado.
-Bien… Olvida todo lo que
ocurrió antes.
Al terminar de hablar,
Andrés desbloqueó la
puerta del coche. Luna
abrió de inmediato su
puerta y bajo del auto lo
más rápido que pudo,
como si estuviera
huyendo…
Al entrar en la casa, vio a
Carolina, quien bajaba las
escaleras con un pijama
morado muy femenino.
Carolina también la vio y le
preguntó:

-Luna, ¿acabas de regresar?


Tu papá tiene un
compromiso social esta
noche, por lo que no
volverá hoy.
Podemos cenar juntas.
En realidad, Luna había
perdido todo el apetito. Al
ver a Carolina, no podía
evitar pensar en las intimas
escenas patre ella y Andrés,
lo que le causaba repulsión
e incluso ganas de
vomitar…
Justo cuando estaba a punto
de responder que no
necesitaba cenar, la voz de
Andrés sonó desde detrás
de ella:
-Tontita, olvidaste tu
mochila.
Carolina también dirigió la
mirada hacia Andrés.
-¿Andrés? ¿No estabas en la
empresa? La cena ya está
preparada. La hice yo
misma, porque estaba
desocupada. Ven, a ver qué
te parecen mis habilidades
culinarias.
Dicho esto, giró la cabeza y
miró hacia atrás. Se dio
cuenta de que Luna todavía
estaba parada allí sin
moverse. Sabía muy bien lo
que Luna estaba pensando
y le mostró una sutil sonrisa
con una mirada
significativa, aunque
aparentando estar
preocupada:
-¿Luna? ¿Por qué sigues ahí?
Ven a cenar.
Viendo que ya no podía
“escapar”, Luna no tuvo
otra opción que obedecer.
Liora preparó tres juegos
de cubiertos. Luna se
acercó y se sentó al lado de
Carolina.
-Sé que te gusta el filete de
pescado. Le pregunté a
Liora cómo hacerlo.
Pruébalo a ver si está bien
dijo Carolina.
Luna echó un vistazo al
plato y dio un bocado.
Luego respondió:
-Muchas gracias, señora.
Me gusta mucho.
-Si te gusta, te lo prepararé
más a menudo en el
futuro.
-Bien.
Luego Carolina propuso:
-Andrés, ¿quieres algo de
vino? Ayer Miguel trajo una
botella de vino tinto de alta
clase. Como tú sabes,
su salud no está muy bien,
por lo que quiero que deje
de beber. Si no la bebes,
sería un desperdicio.
Mientras Carolina hablaba,
Luna continuaba comiendo
sin apartar la vista de su
plato y sin mirar los
demás platos de la mesa. En
pocos minutos, casi habia
terminado toda su comida.
Sin embargo, al haber
comido tan rápido,
comenzó a toser
violentamente.

Liora se le acercó de
inmediato para darle unas
palmaditas en su espalda,
mientras la consolaba:
-No comas tan rápido.
Nadie te lo va a quitar.
Toma un poco de agua.
Luna se cubrió su pecho
con fuerza. Las toses
violentas le hicieron sentir
el dolor de nuevo.
-¿Podrías ayudarme a
buscar los analgésicos?
Olvidé tomarlos… -le pidió
a Liora.
-Claro, claro, aguanta un
poco y voy a buscarlos
ahora mismo.
Solo había pasado un mes
desde su último accidente
en el que se fracturó el
esternón. El fuerte ataque
de tos que acaba de
experimentar la hizo sentir
que sus costillas estaban a
punto de romperse de
nuevo.
No tuvo otra opción que
soportar el intenso dolor
fuerte y dijo:
-Tia Carolina, hermano, ya
estoy llena. Tómense su
tiempo.
Carolina se levantó
“preocupada” y preguntó:
-¿Estás bien? ¿Necesitas que
te llevemos al hospital?
-No, no, gracias. Solo
necesito tomar los
analgésicos -Luna se
apresuró a rechazó.
Temiendo que ella se
cayera al subir las escaleras,
Liora se fue con ella. En ese
momento, solo quedaron
Andrés y Carolina en la sala
de estar.
-¿Estás satisfecha ahora? -
preguntó Andrés
fríamente.
Carolina se acomodó un
poco los rizos largos y
ondulados con la mano y
respondió con pereza:
-No lo hice a propósito.
¿Quién sabía que ella no era
capaz de soportar ni una
broma?
Capítulo 51
-¿No tienes miedo de que
Luna se haya enterado de lo
que estamos haciendo?
Andrés, siempre has
sido una persona prudente.
Tampoco quieres que Luna
se entere, ¿verdad? No
quieres hacerle daño. Así
que… puedo ayudarte -dijo
Carolina.
Levantó sus labios rojos,
entrelazó sus dedos y apoyó
su mentón en su mano,
adoptando una postura
femenina y seductora con
una mirada tentadora.
Luego añadió:
-Querido, sabes que nunca
trato a los rivales de manera
amable. Si ella realmente
tiene una relación, o
si realmente se va a casar
con Gabriel… La familia
García ya era muy
poderosa y si la familia
Sánchez coopera con ellos,
¿crees que aún podrás
manejar la situación?
Andrés dejó el tenedor y
tomó una servilleta para
limpiarse los labios. Luego
respondió:
-No necesito que me digas
cómo manejar mis asuntos.
Ponte tus zapatos.
Carolina no insistió más,
simplemente retiró sus pies
de las piernas de Andrés y
sonrió. Andrés se levantó y
se marchó. Pronto el Audi
salió del garaje de la
mansión.
Esa noche, Luna se durmió
antes de las ocho de la
noche.
Gabriel no había
respondido a su mensaje, y
ella tampoco le prestó
atención. Solo pensó que la
persona que se había
encontrado hoy no era él.
Si realmente fuera Gabriel,
no ignoraría sus mensajes.
En cuanto al abrigo negro,
Liora lo había lavado.
Ahora estaba colgado en el
balcón de su habitación.
Los botones del uniforme
escolar también habían sido
reparados, y su abrigo
estaba doblado junto a su
cama.
Tuvo una noche llena de
pesadillas y se despertó
temprano por la mañana.
Soño que Andrés la
encerraba en una
habitación y descargaba su
ira contra ella. Ella solo
podía quedarse en su cama
con los
pies atados con cadenas de
hierro, soportando el
miedo de ver la mirada
invasiva de Andrés:
-Luna, eres mi esposa.
¿¡Cómo te atreves a gustarle
a otro hombre…!?
Cuando despertó de esas
pesadillas, miró el reloj:
apenas eran las seis de la
mañana. Se ducho y leyó
un poco. A las siete y
media, se fue a la escuela.
Durante los siguientes cinco
días, no ocurrió ningún
percance. Incluso veía a
Andrés con pocal
frecuencia. Sin embargo,
sus compañeros de clase
todavia la trataban con
indiferencia. Por ejemplo,
cuando el encargado
recogía las tareas, a
menudo la saltaba a
propósito, cuando los
compañeros frente
a ella pasaban los papeles
de los exámenes, siempre
dejaban caer su papel al
suelo y luego “se
-¡Ay! Perdón, te pasé, pero
tú misma no lo agarraste…
Estas cosas sucedían de vez
en cuando, pero Luna no le
daba importancia.
En los exámenes semanales,
sus calificaciones se
mantenían constantes en la
parte media-alta de la
clase. Lo hacía a propósito,
para evitar llamar
demasiado la atención en la
escuela.
Ese día, después de la
última clase, vio a Luis y a
Bruno, y se apresuró a
preguntarles:
Emm, solo quiero saber si
Sergio está bien….
Pero su actitud no era
buena. Luis se burló de
ella:
-¡Eso no tiene nada que ver
contigo! ¿Qué quieres
hacer? ¿De verdad te has
enamorado de Sergio? ¡Ni
lo
pienses! A Sergio podría
gustarle un perro, ¡pero no
a ti!
Bruno le dio unas
palmaditas en el hombro a
Luis y lo detuvo:
-Vamos, vamos. No hables
con ella para evitar más
problemas.
Luna los miró mientras
tomaban sus mochilas y se
marchaban. Estaba muy
confundida. Solo estaba un
poco preocupada por
Sergio. ¿Por qué decían que
ella se había enamorado de
él?
Luna colocó los libros y
apuntes que necesitaba para
repasar en su mochila. Hoy
le tocaba limpiar el
aula. Tenía que terminarla
limpieza antes de irse.
Colocó su mochila en el
escritorio y suspiró al ver el
suelo sucio. Pensó que, a
pesar de haber pagado
tanto dinero por estudiar
en esa preparatoria, parecía
que no incluían el costo de
la limpieza….
Ella tenía cierta obsesión
por la limpieza, por lo que
dedicó mucho tiempo a
hacer una limpieza
exhaustiva. Incluso raspó
los chicles del suelo con una
regla. Cuando terminó, se
secó el sudor de la frente. Al
mirar el aula
impecablemente limpia,
sintió una sincera sensación
de felicidad.
Ella fue la última estudiante
en salir de la escuela. El
chofer la había estado
esperando durante mucho
tiempo. Cuando se sentó en
el asiento, de repente vio
una figura delgada y alta al
otro lado de la calle que le
resultaba muy familiar,
acompañada por varias
personas.
¿Era Isabel…?
Capítulo 52
-Si no me equivoco, esas
personas son Bruno, Luis
y… ¡Sergio!
Luna se detuvo frente al
auto, observando a las
personas que se acercaban
desde el otro lado.
Eran exactamente ellos.
Se sorprendió un poco:
¿Desde cuándo Isabel tenía
relación con Sergio?
Además, parecían llevarse
muy bien.
Isabel y Sergio… Luna
nunca había considerado la
posibilidad de que ellos
fueran pareja… A Isabel le
gustaba Andrés, ¿no? ¿Qué
pasaría si Andrés supiera
que ella era tan cercana a
Sergio?
Pero eso no le importaba a
Luna. Había perdido todo
interés en los asuntos
relacionados con Andrés e
Isabel.
Justo cuando apartaba la
mirada, Luna notó un
tatuaje en el brazo de
Sergio que le resultaba
muy familiar. Parecía
haberlo visto en una vida
pasada, pero no podía
recordarlo en ese
momento.
Luis se percató del auto
negro detenido al otro lado
de la calle y de la persona
parada frente a él, y dijo:
-Sergio, mira, esa es Luna,
¿no? ¿Te está mirando?
¿Ves? Te dije que ella se ha
enamorado de ti. Mira su
expresión de celos.
Sergio echó un vistazo en la
dirección señalada y vio
cómo Luna entraba en el
auto. Isabel también
reconoció que el auto negro
pertenecía a la familia
García. Dos preparatorias
en la misma calle, pero con
una gran diferencia.
-¿Luna? ¿Conocen a Luna? -
preguntó Isabel.
Llevaba un vestido blanco y
el cabello largo recogido en
un alto peinado. Estaba
parada junto a Sergio,
luciendo tan elegante como
una ninfa pura y hermosa.
Luis se sorprendió un poco
y preguntó:
-Isabel, ¿tú también la
conoces?!
Isabel asintió y respondió
suavemente:
-Si. Crecí con ella. Pero me
fui al extranjero para
recibir tratamiento médico
cuando aún éramos niñas.
Han pasado varios años
desde que estuve aquí por
última vez. ¿Son
compañeros de clase? Si se
acercaran más a ella, se
darían cuenta de que
también es una chica muy
amable.
Luis tosió un poco pero no
expresó sus dudas.
Después de un incomodo
silencio, todos los presentes
sintieron vergüenza. No
sabían que Isabel
también conocía a Luna, e
incluso hablaba bien de
ella.
No podían creerlo debido a
la gran diferencia entre las
dos chicas. Isabel era como
la chica de ensueño.
de todos los chicos, pero
llevaba una vida triste.
Como huérfana, solo tenía
a su lado a un hermano no
biológico. En comparación,
Luna era esa chica que
había crecido en una
familia adinerada y
disfrutaba de una vida
lujosa.
Sergio arrojó la colilla de su
cigarrillo y se paró frente a
la puerta de la Preparatoria
Pública Astraluna. En
un tono arrogante dijo:
-Hemos llegado.
En ese momento, llegó una
brisa que llevaba el
agradable aroma de la
camelia de la chica. Isabel
arregló un poco su
desordenado cabello y
agradeció con una sonrisa:
-Muchas gracias por
acompañarme. Sergio, aquí
tienes tu abrigo.
Antes de que pudiera
quitarse la chaqueta, Sergio
la detuvo con una mano en
su hombro y dijo:
-Llévatelo, no hay prisa por
devolvérmelo.
Luis los miraba como si
estuviera viendo una
película romántica y les
dijo:
-Isabel, podremos salir
juntos más a menudo en el
futuro.
Isabel se sorprendió un
poco, luego mostró una
leve sonrisa y respondió:
-Está bien.
Era una sonrisa tan pura y
suave como la luna
suspendida en el cielo…
Los tres los vieron entrar a
la escuela y luego se fueron
juntos.
Bruno, que había estado en
silencio durante casi toda la
noche, de repente le
preguntó a Sergio:
-¡Si no me equivoco, una
ninfa tan elegante como
Isabel definitivamente sería
la chica de tus sueños!
Hermano, ¿tienes algún
plan?
Sergio frunció el ceño
ligeramente y respondió:
-Es una chica obediente. No
tengas ningún plan en este
aspecto.
Luis lo bromeó:
Pero, si no te gustan ese
tipo de ninfas con un aura
pura, ¿acaso te gusta Luna?
Ten cuidado de no ser
Sergio lo contradijo de
inmediato.
– Imposible. Preferiría
morir antes que
enamorarme de ella.
En el auto, Luna de repente
recordó.
¡El tatuaje…!
Capitulo 53

El hombre que se vio


obligado a lanzarse desde el
edificio por culpa de
Andrés era Sergio! Ella lo
había reconocido por el
tatuaje
En la vida pasada, cuando
Sergio estaba al mando del
Grupo Sánchez, tuvo un
accidente de tráfico. Su
auto se precipitó por un
acantilado y su cuerpo
nunca fue encontrado. Por
lo tanto, todo el mundo
creyó que Sergio habia
muerto en ese accidente.
Después, una mujer se
encargó de dirigir el grupo,
pero la buena situación no
duro mucho tiempo….
Dos años después del
accidente de Sergio, hubo
una gran explosión en la
mansión de la familia
Sánchez y nadie de la
familia sobrevivio.
Desde entonces, el Grupo
Sánchez fue adquirido por
una persona misteriosa.
Luna no recordaba su
nombre porque nunca
mostraba su verdadero
rostro. Andrés le dijo que su
rostro estaba quemado, por
lo que solía llevar una
máscara para ocultar las
quemaduras.
Lo único que Luna
recordaba de esta persona
era que tenía un tatuaje en
el brazo. Era un hombre de
mal carácter y todas las
mujeres sufrian mucho
después de pasar una noche
con él.
El tatuaje era exactamente
igual al de Sergio. Y ese
cruel hombre en su
memoria era él.
Pero, aunque él no hubiera
muerto en el accidente, ¿de
dónde habría obtenido el
dinero para adquirir el
Grupo Sánchez? Esa era
una duda inexplicable. Y
segundo, la familia Sánchez
controlaba la economía de
la ciudad Astraluna. ¿Cómo
podía Andrés absorber a
toda la familla Sánchez sin
dejar rastro?
Luna repasó
minuciosamente todas las
piezas de memoria en su
cerebro.
Después de que la familia
Sánchez fuera controlada
por Andrés, él estableció
una cooperación entre los
dos grupos con el nuevo
presidente del Grupo
Sánchez, es decir, Sergio,
quien había sobrevivido al
accidente,
aproximadamente seis
meses después.
En ese momento, es cierto
que Andrés retiró una gran
cantidad de dinero de las
cuentas de las empresas de
la familia Garcia, lo que
causó problemas en los
contratos comerciales y
provocó el descontento de
los accionistas. Si no
hubiera prestado más
atención, las empresas de la
familia García
podrían haber colapsado y
quedado en bancarrota
para siempre.
Sin embargo, Andrés
parecía no tener ninguna
preocupación y seguia
tranquilo y relajado en los
banquetes comerciales.
Probablemente fue en ese
momento cuando Andrés le
dio dinero a Sergio para
que adquiriera el Grupo
Sánchez. Después de que
Sergio tomara el control,
Andrés organizó la
cooperación entre los dos
grupos.

Entonces, Andrés y Sergio


ya se conocían desde hacia
mucho tiempo, solo que
Luna no lo sabía. Lo que
Luna no podía entender era
ror qué, si Andrés ya tenía
el dinero, no realizó la
adquisición él mismo.
¡A menos que hubiera algo
más que ella no supiera!
Tal vez Sergio tampoco
esperaba que Andrés fuera
una persona tan ambiciosa.
En menos de medio año,
Andrés tomó el control
total del Grupo Sánchez
recurriendo los mismos
métodos que había
utilizado contra la familia
García.
De la noche a la mañana, el
Grupo Sánchez ya no
pertenecía a la familia
Sánchez. Cuando Sergio se
enteró de eso, ya estaba
endeudado con cientos de
miles de millones de
dólares…
Luna lo vio parado al borde
de la terraza del edificio,
sombrio, desesperado, sin
ninguna esperanza.
Cuando Luna se convirtió
en su rehén para amenazar
a Andrés, él gritó detrás de
ella:
-Andrés, admito que he
perdido el juego… ¡Pero!
¡Tu esposa debe morir
conmigo!
En la terraza había muchos
policías, y todos la estaban
mirando, incluida María.
Luna estaba tan
aterrorizada que no dejaba
de llorar y gritar, rogándole
a Andrés que la salvara. Sin
embargo, incluso ahora
recordaba claramente cada
una de sus palabras… Dijo:
-¡Ella está embarazada! Si
saltas con ella, tendrás dos
personas que te
acompañarán al infierno.
Al escuchar esas palabras,
Luna se sintió desesperada.
Justo cuando creía que
estaba a punto de perder
su vida, Sergio la empujó a
un lado y se lanzó desde el
edificio…
Luna nunca olvidaría la
última mirada de Sergio,
como si ocultara un
profundo anhelo. Hasta
ahora, ella no había logrado
entender el significado de
esa mirada, pero parecía
que en ese momento
escuchó una
frase susurrada muy bajito:
-Lo siento
Desde entonces, el Grupo
Sánchez, que ya estaba
fragmentado por los
problemas, fue adquirido
por Andrés y él se convirtió
en el accionista más
importante del grupo. Toda
la Ciudad Astraluna quedó
bajo el control de Andrés.
De la noche a la mañana,
Andrés se convirtió en el
poderoso gobernante del
imperio comercial.
El gobernante, un puesto
que obtuvo pisoteando los
cuerpos de sus familiares y
amigos.
Capitulo 54

Luna terminó su clase de


baile. Cuando regresó a
casa, ya eran las nueve de la
noche.
Al bajar del auto, sentía que
sus piernas estaban
destrozadas. Solo podía
caminar cojeando. Al verla
así,
Liora se acercó de
inmediato para apoyarla,
mientras decía:
-Ay, Dios mío, ¿qué te pasó?
Ve y siéntate en el sofá, te
daré un masaje.
El chofer Paco y Liora la
ayudaron a sentarse en el
sofá. Liora añadió
preocupada:
-Probablemente tienes una
torcedura muscular… Voy a
buscar el spray…
Liora siempre tenía una
caja de medicamentos en
casa, así que pronto
encontró el spray para la
torcedura y regresó,
mientras se quejaba:
-¿Tu profesora no sabía que
te lastimaste? Qué tontita
pobre… Déjame
examinarlo.
Liora se sentó y colocó la
pierna de Luna sobre las
suyas.
-¿Dónde te duele? -
preguntó preocupada.
En realidad, Luna se sentía
mucho mejor después de
haberse sentado, así que
respondió:
-No es culpa de la
profesora. Yo misma pedí
un extra-entrenamiento,
pero me tropecé y me
lastimé…
Liora meneó la cabeza y
suspiró profundamente por
su descuido. Luego pellizcó
ligeramente la mejilla
de Luna y advirtió:
– Siempre eres una chica
distraída y torpe… Ten más
cuidado para evitar
lastimarte en el futuro.
Luna se quitó las largas
medias negras, y Liora le
puso el spray mientras
masajeaba suavemente su
pierna. Después de
terminar el masaje, le
preguntó:
-¿Te sientes mejor?
-Mucho mejor -asintió
Luna y echó un vistazo a la
sala de estar. Luego
preguntó-. ¿Dónde está tía
Carolina? ¿Papá tampoco
está en casa?
-La señorita Carolina y el
señor Andrés están en casa.
Andrés regresó hace poco.
Probablemente ya esté
descansando en su
habitación -respondió
Liora.
Luna tenía una sensación
extraña en su interior.
Tenía la idea de proponerle
a Miguel que la dejara vivir
también en el dormitorio
de la escuela… Pero, en
realidad, sabia que eso sería
imposible.
En cuanto a Andrés, a
menudo se quedaba en la
mansión y ella sabía el
motivo…

Después de que le aplicara


el medicamento y le diera
un masaje, Luna arregló un
poco su falda y le dijo a
Llora:
-No te preocupes. Ve y
descansa.
-Todavia tengo que esperar
al señor. Hay sopa en la
cocina para él. ¿Puedes
caminar sola? Si no, te
ayudaré a subir las
escaleras.
Luna se puso las medias y
rechazó la oferta:
-Me siento mucho mejor y
puedo caminar sola. Ah,
por cierto, ¿y la herida en tu
espalda?
Liora también respondió
con sonrisa:
-El señor me dio un
medicamento efectivo y me
siento mucho mejor… No te
preocupes por mí, ve a
ducharte y descansa.
Mañana tienes clases.
-Si.
Con la mochila y el spray
en mano, Luna caminó
hacia las escaleras. Sin
embargo, cuando pisó el
primer escalón, sintió un
dolor agudo. Se detuvo y
observó un poco el segundo
piso: las luces del pasillo
estaban apagadas y parecía
que no había nadie en las
habitaciones.
Planeaba subir rápidamente
al cuarto piso. Cuando llegó
al segundo piso, piso fuerte
y provocó ruido a
propósito para alertar a las
dos personas. Después de
todo, preferiría quedarse
ciega a presenciar
escenas vergonzosas…
Incluso si quisieran decirle
algo, preferiría hacerse la
sorda para evitar escuchar
esas palabras…
Sin embargo, cuando paso
por el tercer piso, de
repente se escuchó un
fuerte ruido.
¡Boom!
Se abrió la puerta detrás de
ella…
-No, no me detengas.
Déjame beber, quiero beber
más…
Carolina, vestida con un
camisón de tirantes azul,
salió de la habitación de
Andrés, borracha y
desaliñada, con una cinta
colgando de su brazo. Su
piel era blanca como la
nieve.
Andrés la sujetaba
“cortésmente” del brazo y
se detuvo alli con una
mirada sombría y fría. Miró
primero a Carolina, la
borracha, luego dirigió su
mirada hacia la figura que
ya estaba rigida en el pasillo
y pregunto:
-Luna, ¿por qué regresas
tan tarde hoy?
Luna no se atrevió a darse
la vuelta para evitar ver lo
que no debería ver.
Después de todo, ya había
visto
Por lo tanto, simplemente
respondió sin moverse:
-Tuve una clase extra, y por
eso llegué tarde. Hermano…
me… me voy a descansar.
Capítulo 55
Una vez que terminó de
hablar, Luna se apresuró a
escapar corriendo.
Sin embargo, medio
minuto después, se escuchó
un grito de dolor
proveniente de arriba…
-¡Ahhh!
Andrés levantó la cabeza y
pensó: “Debe haber sido
una fuerte caída…”
Llevaba un pijama a rayas
negras y su aura se había
vuelto más fría. Se acercó a
Carolina y extendió su
mano, agarrando
fuertemente su cabello
mientras decía con
indiferencia:
-Si tanto deseas aparecer en
la cama de otro hombre, no
me importa buscar más
hombres para que
jueguen contigo la próxima
vez.
El dolor de cabeza hizo que
Carolina sintiera un
escalofrío intenso. En ese
momento, estaba
completamente sobria,
como si no hubiera bebido
nada.
-¿Estás loco, Andrés?!
¡Sueltame! ¡Me duele! -gritó
Carolina mientras agarraba
la mano de Andrés.
Al ver su frío rostro,
Carolina supo que este
hombre estaba realmente
enfadado.
Con una expresión
maliciosa, Andrés le susurró
al oído:
-Carolina Vega, mira, si
vuelves a hacer esos trucos
con tu maldito y
desvergonzado cuerpo, no
me importaría que
experimentaras una vez
más el “dulce sabor” de
jugar con varios hombres al
mismo tiempo.
El miedo se reflejó en los
ojos de Carolina y casi
derramó lágrimas. Pero, al
siguiente segundo, mostró
una sonrisa forzada y triste,
diciendo:
-Está bien… Pero, antes de
experimentarlo, te quiero,
incluso solo una vez.
Después de la felicidad, mi
cuerpo te pertenecerá por
completo, incluso mi vida.
¿Podrías hacerme ese
favor…?
-¡Maldita zorra! ¡Lárgate de
aquí!
Andrés la apartó de un
empujón, casi estallando de
impaciencia.
-Parece que realmente
necesitas despejar tu mente
un poco.
El hombre estiró los
músculos de su cuello. Su
mirada era como la de una
bestia horrible. Agarró el
cabello de la mujer, que
había perdido la sobriedad,
y entró rápidamente en la
habitación cerrando la
puerta con el pie.

Se dirigió al baño y abrió el


grifo del lavabo y luego
sumergió violentamente su
cabeza en el agua, una y
otra vez..
Fue un día completamente
desafortunado para Luna.
Cuando iba cojeando al
baño, tropezó
vergonzosamente con la
puerta de su habitación y se
torció el pie.
El dolor agudo empeoró
aún más su lesión en las
piernas.
Entró al baño para aplicarse
una compresa fría y tomó
una ducha. Después de la
ducha, se puso un
camisón estampado de
fresas y se recogió el
cabello con una pinza. Su
cabello aún estaba mojado
y algunas gotas de agua
caían sobre su cuello. La
tenue luz blanca iluminaba
su rostro contorsionado
por
el dolor, así como las
lágrimas que brillaban en
sus ojos como pequeñas
perlas de cristal, mostrando
su encantadora belleza.
Se sentó en la cama y
volvió a aplicarse el spray,
agradecida de haberlo
llevado consigo.
La habitación estaba
impregnada del olor del
medicamento. Después del
masaje, lo dejó en la mesita
de noche y tomó algunas
servilletas para secarse las
manos.
Miró el reloj. Ya eran las
once de la noche. Se acostó
y extendió la mano para
apagar la luz.
Por lo general, se quedaba
dormida antes de las once.
Hoy fue una de las pocas
veces que se acostó
tarde. Después de varias
horas de práctica intensa, se
quedó dormida en cuanto
cerró los ojos.
Fuera de la ventana, la brisa
nocturna soplaba
suavemente, acompañada
por el canto de las cigarras.
En la tranquilidad de la
madrugada, se escuchó un
leve sonido. La puerta del
dormitorio se abrió
ligeramente. Una figura se
acercó a la cama, pero la
chica no se dio cuenta.
En medio del sueño, Luna
sintió que el dolor en su
tobillo se aliviaba. Se sintió
muy cómoda, como si
estuviera acostada sobre
algodón, emitiendo unos
suaves ronroneos como un
gatito.
En la oscuridad, entreabrió
los ojos. Pareció reconocer
un rostro muy familiar.
Murmuró con voz dulce:
-Querido, sigue
masajeando…
Al escuchar esas palabras,
Andrés se detuvo y la
observó fijamente con una
mirada turbada.
La chica solo se estaba
cubriendo la cintura y
trasero con una manta, tal
vez por el calor. El
dobladillo
del camisón se escondía
dentro de la manta,
dejando al descubierto sus
largas, delgadas y blancas
piernas. Su largo cabello
ligeramente ondulado caía
cubriendo parte de su
rostro y el perfil suave de
su cuello.
La escena era tan tranquila,
apacible y hermosa que era
capaz de despertar los
deseos equivocados en
un hombre…
Capitulo 56

Unos diez segundos


después, Luna fue
despertada por una luz
deslumbrante. Se levantó
sin saber lo que ocurría, y al
ver la persona que estaba
frente a ella, se espabiló de
golpe.
Ocultó rápidamente sus
piernas y preguntó:
-An. ¿Andrés? ¿Por qué estás
en mi habitación?
¡Diablos! ¿Qué había dicho
en el sueño?
Se cubrió con la manta,
como si fuera un conejo
asustado, mientras miraba a
Andrés con los ojos llenos
de alerta y miedo Andrés
vio todo el proceso de sus
reacciones.
-Cuan ¿Cuándo entraste?-
preguntó Luna.
En la palma un poco áspera
de Andrés, todavia había un
poco del medicamento. Él
solo dijo:
-Pon tu pie aqui, te haré un
masaje.
Sus pupilas eran como un
agujero negro que era capaz
de absorber todas las ideas
en la mente de Luna,
lo que la hizo sentir
incómoda. Por lo tanto,
solo meneó la cabeza y
rechazó:
-No, no, gracias. Liora me
ha hecho el masaje y me
siento mucho mejor. Me
recuperaré mañana.
-No quiero repetir mis
palabras, Luna.
Al escuchar esas palabras,
Luna sabía que, si ella
insistia en rechazarlo, este
haría algo inesperado e
incluso inapropiado hacia
ella. En la vida pasada, esa
era la forma en que
convivian: Luna tenía que
obedecer todo lo que
Andrés decia, sin importar
su temperamento
caprichoso. La única
reacción
correcta para ella, era la
obediencia.
Luna apretó un poco los
labios y sacó los pies desde
la manta con valentia.
Andrés notó que sus pies
eran blancos y bonitos, con
las uñas redondas y limpias,
pintadas de color rosa
claro. Era realmente una
señorita crecida en una
familia adinerada. Desde el
cabello hasta las uñas de
los pies, todo estaba bien
arreglado.
Él mostró una expresión
“natural” y sujeto su tobillo
hinchado suavemente.
Empezó a masajearlo
suavemente con el
medicamento.
-Ah, ah… Duele mucho…
Hermano, no apliques tanta
fuerza… Ah…
Luna se esforzaba a
controlar los gritos de
dolor, pero Andrés le dijo
con calma:
-¿Te duele? Me dijiste que
ya estabas recuperada.
Luna sintió de inmediato
vergüenza y respondió:
-Me quedé dormida y así lo
creía. También me hice un
masaje antes de dormir…
De todas maneras,
muchas gracias, hermano.
-Está bien.
Su pie todavia estaba
colocado en las piernas de
Andrés. El inclinó la cabeza
y aplicó con cuidado el
medicamento en el tobillo
hinchado.
Nunca había hecho algo
semejante por ella en el
pasado.
Cuando este hombre se
ponía serio, emanaba un
aura fría, pero atractiva. Sus
rasgos faciales llamativos
para todo tipo de personas.
Ella lo habia visto con gafas
de montura metálica
dorada, y cuando trabajaba
con esas gafas, parecía un
leopardo despiadado, pero
atractivamente hermoso;
en los banquetes
comerciales, siempre se
comportaba como un
caballero elegante, con una
elocuencia refinada.
En realidad, Luna había
visto a Andrés en casi todos
los estados, pero nunca
habia percibido su
preocupación, como ahora.
-El masaje no ha durado
suficiente tiempo. Ten más
cuidado en el futuro. Si te
tropiezas una vez más y
te lastimas, y no estoy en
casa, ¿quién te cuidará?
Luna se acostó en la cama,
sintiendo cómo el dolor
disminuía poco a poco. Con
el reconfortante masaje.
ella incluso comenzó a
sentirse somnolienta. Un
rato después, notó que su
tobillo se volvia cada vez
más cálido. El
medicamento estaba
haciendo efecto, por lo que
le dijo a Andrés:
-Hermano, me siento
mucho mejor. Podrías ir a
descansar ya.
estaba
Su tobillo realmente se
había desinflamado.
Cuando Andrés levantó la
mirada, la chica ya
dormida, olvidando toda
precaución. Colocó
ligeramente sus pies en la
manta. Sus manos tenían
un ligero olor al
medicamento. Se levantó
sin hacer ningún ruido y
dejó el medicamento en la
mesilla. Observó
fijamente a la chica,
mientras se decía:
-Te asustaste tanto por algo
tan pequeño. ¿Qué pasaría
si te enfrentaras a desafíos
más grandes?
Antes de irse, apagó la luz
de la habitación.
El día siguiente, el sol
brillaba en el cielo fuera de
la ventana.
Luna se estiró
cómodamente antes de
abrir los ojos. Justo en ese
momento sono la alarma.
Extendió la de despertarse.
Capítulo 57
Cuando se levantó y se
puso las zapatillas, se dio
cuenta de que ya no le dolía
el tobillo.
No tenia ni idea de cuándo
se había ido Andrés porque
se quedó dormida. Cuando
se volvió a despertar,
ya era por la mañana.
Al recordar la escena en la
que Carolina había salido
borracha de la habitación
de Andrés, Luna se volvió
a sentir muy asustada. Al
final bajó las escaleras con
su mochila un poco más
tarde de lo habitual.
Mientras bajaba, se esforzó
por no hacer ruido, aunque
no había nadie en la sala de
estar. Decidió tomar
unas tostadas y escapar de
ese lugar maldito, pero
justo en ese momento,
Liora salió de la cocina y le
preguntó con curiosidad:
-Hija, estás en tu propia
casa. ¿Por qué actúas como
una ladrona? Siéntate y
desayuna. Yo despertaré al
señor Andrés.
Al escuchar el nombre de
Andrés, Luna se apresuró a
rechazar la oferta:
-No, no, Liora. Hoy todavía
tengo un conjunto de
ejercicios que hacer, así que
las tostadas están bien
para el desayuno, Me… ¡Me
voy!
-No, hija, eso no es
suficiente…
Luna ya estaba cerca de la
puerta, pero Liora seguía
insistiendo:
-¡Llévate la leche!
Sin embargo, cuando Liora
sacó la botella de leche del
refrigerador, Luna ya había
desaparecido de su
vista.
-¿Qué pasa? -Se escuchó la
voz de Andrés desde
arriba.
Bajo las escaleras mientras
ajustaba su corbata. Llevaba
la chaqueta en el brazo.
Liora le respondió:
-Luna solo tomó dos piezas
de pan para el desayuno y
se olvidó de la leche. Eso no
es suficiente para
su crecimiento…
Andrés miró por la ventana
y vio a la chica entrando en
el auto. Frunció el ceño
ligeramente.
Él tampoco tenía mucho
apetito, por lo que comió
rápidamente y luego se fue
a la empresa.
A las nueve, Liora se dio
cuenta de que Carolina
todavía no había
desayunado. Se dispuso a
subir a la habitación

Sin embargo, cuando entro


a la habitación de Carolina
con el desayuno, se asustó
por que vio que
Carolina estaba desmayada
en el suelo con todo su
camisón y el pelo mojado.
Se acercó a examinar su
frente y notó que tenia una
fiebre alta. Se apresurò a
llamar al médico de
familia.
Mientras esperaba, Liora la
ayude a cambiarse de ropa
y la acostó en la cama.
Después de examinar su
cuerpo, el médico se quito
el estetoscopio y dijo:
-No es nada grave, solo es
un resfriado con fiebre. Se
recuperará en unos dias
tomando medicamentos.
Un rato después, Carolina
se desperto con un fuerte
dolor en todo el cuerpo.
Anoche…
Las piezas de la memoria se
unieron una tras otra y
finalmente recordó lo que
había sucedido.
¡El loco de Andres
realmente casi la mata!
Habia estado a su lado
durante tantos años. Creia
que, aunque no ocupaba un
lugar más importante que
Isabel, también debería ser
importante para el. Por eso,
anoche se atrevió a hacer
esas cosas para ver los
limites de este hombre
Sin embargo, parecia haber
notado algo… extraño.
Finalmente llegó la última
clase de la mañana. Luna se
agarró el estómago porque
ya estaba gruñendo y
quejándose. No había
comido lo suficiente esta
mañana.
Ana también escucho los
sonidos, asi que sacó una
galleta de su escritorio y se
la pasó a Luna. Luego
susurro cubriendose el
rostro con el libro:
-Come un poco para
aguantar el hambre.
¿Quieres ir al comedor
conmigo despues de la
clase?
“¿Ella está hablando
conmigo?”, pensó Luna. No
estaba segura ya que, en
esta clase, nadie queria
hablar con ella…
En ese momento, sonó el
timbre. En la preparatoria,
había un descanso de dos
horas y media para el
almuerzo. Los estudiantes
podían hacer lo que
quisieran, incluso salir de la
escuela.
Muchos estudiantes se
habian ido. Ana se dio
media vuelta y le preguntó:
-Luna, ¿quieres ir al
comedor conmigo?
Luna sacó su lonchera de la
mochila y se disculpó:
Capítulo 58
-Si no me equivoco, había
una rata muerta en esta
bolsa, ¿no? ¿Y aun así la usas
para llevar comida? ¿
No tienes miedo de
enfermarte? -preguntó una
chica alta y bien vestida con
un estilo dulce. Parecía
odiar la lonchera de Luna.
-Eres la única en toda la
preparatoria que trae su
propia comida de casa,
¿verdad? ¿No tienes dinero?
¡
Podrías pedirnos prestado!
¡Tenemos suficiente!
¡Podemos dejarte
trescientos o quinientos
mil! -dijo otra chica.
Las dos seguían tratando de
sembrar discordia:
-Ana, ¿ves? Ella
simplemente te ignora.
Deja de ser amable con esa
tía sucia para evitar
ensuciarte tú también.
Luna cerró su mochila y se
levantó golpeando la mesa.
No dudó en contradecirla:
-¿¿Qué dices? ¿Quién es la
persona sucia? ¿Te atreves a
repetirlo?
En realidad, Luna rara vez
se enfadaba, pero eso no
significaba que no tuviera
temperamento. Miró a las
tres personas que estaban
delante de ella y les
interrogó:
-Sigan. ¿Por qué no siguen
hablando? ¿Qué significa
‘sucia’? Si no me equivoco,
Nieve Díaz, tus padres
se dedican al negocio de los
materiales de construcción,
¿verdad? Y tú, Nube
Romero, y tú, Perla López,
las empresas de sus familias
tienen cooperación. Hace
dos años, en el Distrito
Oasis de Paz, hubo un
proyecto en el que sus
familias colaboraron.
Debido a la negligencia y al
uso de materiales de baja
calidad, ocurrió un gran
accidente en el que
murieron tres personas.
¿Sabes quién les ayudó a
resolver el problema?
Luna notó que las caras de
las tres personas cambiaban
un poco y continuó:
-¿Cómo? ¿Quieren que les
dé más detalles?
Pero Nieve no le creyó y la
contradijo:
-Deja de decir tonterías. La
verdad es que esas tres
personas cayeron del
edificio debido a su propia
negligencia. ¡Su muerte no
tiene nada que ver con
nosotros! Si sigues diciendo
cosas sin pruebas, ¡se lo
diré a mi padre y él
cancelará la colaboración
con tu familia!
Luna mostró una sonrisa
fria, burlándose de la
estupidez de esa chica.
-Nieve, deberías entender
que la belleza de una mujer
no sirve para todo. Te
aconsejo que estudies más.
En ese momento, Nube se
acercó y detuvo a Nieve.
Sabia que muchas personas
adineradas que llevaban

Y la familia García,
especialmente Miguel
García, era capaz de
solucionar esos problemas.
¿Por qué tantas personas
temian a Miguel? Porque
era una persona cruel, no
solo con los demás, sino
también consigo mismo. Si
decidía hacer públicas las
informaciones que tenía,
casi todas las empresas de la
ciudad se verian afectadas
por los secretos, y
probablemente sus líderes
serían enviados a la cárcel.
En realidad, cuando las
personas de clase alta se
enfrentaban a problemas,
siempre había alguien
encargado de solucionarlos,
de alguna manera. Era un
fenómeno muy común no
solo en los círculos
oficiales, sino también en el
ámbito comercial. Aquellos
que habían alcanzado una
posición en la cima
de la pirámide siempre
tenían secretos
impublicables.
Cuando Luna también era
una chica tan pura como
ellas, tampoco lo creía. Sin
embargo, esas eran
precisamente las lecciones
que había aprendido de
Andrés en su vida anterior.
Luna no quería seguir
discutiendo con ellas, así
que se fue con su mochila.
Ana quiso alcanzarla, pero
Perla la detuvo y le dijo:
-Piensalo bien. Si te
relacionas con ella, te
convertirás en la enemiga
de toda la clase. Sabes muy
bien que eso no sería bueno
para ti.
Pero Ana la apartó de un
empujón:
-¿Y eso qué? No me
importa! Luna no ha hecho
nada, ¿y por qué tiene que
soportar sus insultos? ¡Son
ustedes quienes han
provocado el conflicto!
Sin embargo, cuando Ana
salió del aula, Luna había
desaparecido.
Detrás del edificio, se
encontraba un hermoso
lago artificial habitado por
elegantes cisnes A esa hora
del dia, el lugar estaba
desierto, ya que todavía era
mediodía. Por las noches,
solía ser un punto de
encuentro muy concurrido,
donde la gente paseaba y
disfrutaba de los
espectáculos de las fuentes
que se encendian a las ocho
en punto Era un rincón
tranquilo y hermoso.
Luna nunca había estado
aquí.
En el centro del lago, varios
cisnes negros nadaban
grácilmente, mientras las
ramas suaves de los sauces
se inclinaban sobre la
superficie. Cuando la brisa
soplaba, las ondas en el
agua brillaban bajo el
cálido sol.
-¿La chica es… la señorita
García? -preguntó Adolfo,
el mayordomo de la
mansión en la que vivía
Gabriel.
Ambos estaban visitando
discretamente la escuela,
sin informar oficialmente al
personal
-¿Por qué ella está sola alli?-
preguntó Gabriel.
Adolfo estaba al tanto de la
situación y respondió:
-La señorita no tiene
muchos amigos en la
escuela. Es una chica que
tiende a ser más solitaria. Es
probable que haya venido
aqui para relajarse durante
el receso.
En realidad, Adolfo sabia
que Gabriel había venido a
la Preparatoria Privada
Aurora por la señorita
García. Después del último
examen físico en el
hospital, Gabriel estaba listo
para la cirugía que le
habían planificado. Sin
embargo, debido a la falta
de actividad física, se
habían producido algunos
cambios en los huesos de
sus piernas, lo cual había
requerido que la operación
se retrasara.
Capitulo 59
Gabriel quería venir a verla.
No importaba si la
operación tenía éxito o no,
no se desanimaría, porque
la chica que estaba allí era
su razón para levantarse de
pie de nuevo.
Él fijó la mirada en la
delgada figura. El cabello de
la chica bailaba con la brisa.
Toda la escena era tan
hermosa como una pintura,
por lo que le dijo a Adolfo:
-Quédate aquí.
-Como mande usted, señor
-respondió Adolfo,
Luna se sentó en un banco
cerca del lago,
contemplando el paisaje
mientras comía el
almuerzo preparado por
Liora. Pensaba que nunca
se cansaría de las comidas
cocinadas por ella.
De repente, una figura
negra apareció delante de
ella. Cuando le dirigió la
mirada, se dio cuenta de
que era el chico que había
visto en el hospital.
Pero… sus piernas…
Luego, inevitablemente, vio
el tatuaje misterioso en su
dorso. Parecía que también
tenía otro debajo de
la camisa en la parte de su
cuello….
La silla de ruedas del joven
se detuvo a su lado. La brisa
levantó su cabello en la
frente, cuando se giró
hacia ella. Curvó
ligeramente los labios y le
mostró una sonrisa suave y
bonita. Luego la saludó:
-Qué casualidad. Nos
encontramos de nuevo.
Luna se sorprendió un
poco, con la expresión
atónita, y fijó la mirada en
el chico que estaba frente a
ella.
Cuando volvió en sí, se
apresuró a tragarse la
comida en su boca y dijo:
-¡Ah! ¡Eres tú! Ay, he lavado
tu abrigo, pero lo he dejado
en mi casa. ¿También eres
estudiante de esta
preparatoria? ¿Por qué
nunca te he visto antes?
Gabriel solo la miraba con
una sonrisa y respondió:
-Tienes tantas preguntas…
¿A cual debo responder
primero?
Después de considerarlo
por unos segundos, empezó
a contestar:
-Voy a responder a tu
primera pregunta primero.
En cuanto al abrigo, no
tengas prisa, me lo puedes
devolver la próxima vez
que nos veamos… Segundo,
fui estudiante de esta
preparatoria, pero ahora
no. Y tercero, no nos hemos
visto porque me gradué dos
años antes. Hoy volví solo
para…..
“Para verte”, pensó Gabriel.
Luna asintió ligeramente y
dijo.
-.Resulta que eres un
estudiante que se ha
graduado. Creía que
éramos compañeros.
Ella no estaba
acostumbrada a charlar con
los desconocidos, por lo
que ahora se sentia un
poco nerviosa en el silencio
Incómodo.
Gabriel se dio cuenta de su
incomodidad. Aunque su
mirada se dirigía hacia el
centro del lago, trató de
encontrar un tema nuevo
para que se sintiera más
relajada.
-Este lugar es muy
hermoso, ¿verdad?
Luna respondió de
inmediato:
-Si Cuando me siento aqui,
me calmo enseguida y me
olvido de todas las
molestias.
-¿Sabes por qué el angelito
no tiene el brazo derecho?-
preguntó Gabriel.
-No, ¿por qué?
-Yo se lo corte….
Luna no podía creerlo y se
quedo sin palabras por un
segundo.
¿En serio?
Al ver su expresión, Gabriel
añadió:
-Si no recuerdo mal, en
aquel entonces dejé unas
palabras en la estatua.
-¿Cuáles fueron?-Luna
estaba muy interesada.
-Es un secreto.
Capitulo 60
Desde el otro lado del lago,
se acercaban unos
estudiantes. A lo lejos, Luis
reconoció a Luna. Ella
estaba
charlando con un joven que
estaba en una silla de
ruedas. Sin embargo, no
podía escuchar lo que
estaban hablando debido a
la larga distancia, solo podía
ver la sonrisa brillante que
aparecía de vez en
cuando en el rostro de la
chica.
Isabel estaba junta a ellos, y
la otra chica era su
compañera de habitación,
llamada Elisa Martinez. Las
dos caminaban juntas,
seguidas por Sergio, Luis y
Bruno.
Elisa quedó sorprendida
por el paisaje y no pudo
evitar elogiar:
-Madre mía, está es la
Preparatoria Privada
Aurora! ¡Tiene hasta un
enorme lago con cisnes!
¡Qué hermoso! Es más
grande que el campo de
fútbol de nuestra escuela,
¿verdad, Isabel?
-Sí, si no estuviera
familiarizada con los
caminos, probablemente
me perdería aquí -bromeó
Isabel.
Mientras charlaban, Luis
hizo una señal a Bruno,
indicándole que mirara en
la dirección señalada.
Bruno dirigió su mirada
hacia allí y vio a Luna. Pero
¿quién era el hombre a su
lado? Ellos nunca lo habían
visto. ¿Acaso ella sabía que
Sergio nunca la
correspondería y por eso
había encontrado a otro
hombre como reemplazo?
Pero ¿por qué eligió a un
hombre discapacitado que
solo podía sentarse en una
silla de ruedas?
Qué persona más
graciosa…
-Muchas gracias por una
charla tan larga agradeció
Luna.
En ese momento, Adolfo se
acercó a Gabriel y se inclinó
para decirle algo a su oido.
Gabriel dirigio la
mirada hacia una dirección
y frunció ligeramente el
ceño. Luego dijo:
-Ya lo sé.
Dicho esto, miró a Luna
con una expresión tan
amable como el cálido sol y
como la brisa de la
primavera. Luego se
disculpó:
-Lo siento. Tengo algo
urgente que hacer y no
puedo quedarme aqui para
acompañarte.
Luna se apresuró a agitar
las manos y responder.
-No pasa nada. Debería ser
yo quien te agradezca.
-Me marcho entonces dijo
Gabriel aún con la sonrisa
suave.
-Está bien. Ten cuidado-se
despidió también Luna.
Se levantó y lo vio alejarse.
No habla esperado que
pudieran encontrarse en la
escuela Creía que él era
de su misma edad, pero
resultó que era tres años
mayor que ella.
En realidad, se sentía muy
cómoda charlando con él.
Guando las figuras
desaparecieron, Luna retiró
la mirada. Recogió sus cosas
y estaba a punto de irse. En
ese momento, Ana la
encontró. Llevaba una
botella de leche en su
mano. Parecía que la había
comprado
en la tienda especialmente
para ella.
-Luna, realmente tengo
muchas ganas de ser tu
amiga. No estoy de acuerdo
con lo que ellas suelen
hacer. Luna, ¿puedo ser tu
amiga? ¡Me disculpo por lo
que ha pasado hoy! Lo
siento mucho… -dijo Ana e
hizo una reverencia
profunda para expresar su
sinceridad.
Ana no era una chica con
buena apariencia. Era muy
común, un poco gordita y
tenía pecas en su cara. Pero,
debido a las poderosas
relaciones de su familia, no
era intimidada por otros
compañeros de clase.
Existia como si fuera una
persona transparente que
siempre era ignorada por
los demás.
La situación de Luna era un
poco diferente. Tenia una
apariencia fría como su
madre, y cuando se paró al
lado de Ana, parecía que
estaba intimidándola.
Cuando no sonreía, emitía
un aura que indicaba que
no era alguien fácil de
ofender; pero cuando
sonreía, era completamente
una chica dulce y capaz de
seducir los corazones de los
demás.
La mayor parte del tiempo,
Luna prefería mantener
una expresión fría.
Luna tomó la botella de
leche y apretó un poco los
labios. Después de
considerarlo por un
momento, le
dijo a Ana:
-Ana, es que, me he
acostumbrado a la vida
solitaria. Además, después
de graduarme, no planeo
quedarme en la Ciudad
Astraluna, quiero vivir en la
Ciudad Boscosa. Como
sabes, para mantener una
amistad sincera,
necesitamos dedicar mucho
tiempo. Si no podemos
hacerlo, probablemente
volveremos a ser dos
desconocidas en el futuro.
Capítulo 61

-Pues, mi situación en la
clase no es la mejor, por eso
no quiero que mi situación
te afecte…
Ana: -Boscoso es solo una
pequeña ciudad, ¿por qué
vas allí? Pero eso no es lo
más importante. No
importa si no quieres ser
mi amiga, siempre y
cuando no me ignores
cuando quiera hablar
contigo.
Luna aceptó:
-Si no me distraes de mis
estudios, no te ignoraré.
-¡Perfecto, Luna! -Ana la
abrazó muy feliz.
En realidad, Luna no
entendía de dónde venía el
deseo de Ana de ser amiga
suya. Recordaba que su
interacción no era muy
profunda y que no tenía
gran conexión con las
personas a su alrededor.
Cuando Luna se marchó,
vio a Sergio, que llevaba
una chaqueta de mezclilla
negra y tenía un yeso en la
mano izquierda, no muy
lejos de ellos. Luna se
detuvo de inmediato.
Además de Sergio, Luna se
encontró con una persona
conocida: “Isabel”.
Últimamente, Isabel solía
aparecer frente a ella, de
sorpresa en cualquier lugar
y no podía evitarla.
Ana vio a la chava que se
encontraba adelante y dijo:
-La chica que está adelante
es Isabel, una recién llegada
a la preparatoria pública
Astraluna. Ha estado
aquí menos de una semana
y se rumora que Sergio se
ha fijado en ella. Aún no
está confirmado si ellos
son novios o no.
-Algunos de los amigos
cercanos de Sergio,
organizaron una fiesta hace
poco y también invitaron a
Isabel. Se dice que ella tiene
un hermano mayor con un
alto estatus social, pero no
es su hermano
biológico. Su hermano es
muy estricto y no le
permite tener ningún tipo
de novio. Puede ser que ella
haya
venido de la preparatoria
pública Astraluna a nuestra
escuela sin la permisión de
su hermano.
El hermano al que se
refiere Ana es “Andrés”.
Luna preguntó con mucha
curiosidad:
-¿Cómo sabes todas estas
cosas?
Ana respondió:
-Lo vi en el foro de nuestra
escuela. Esa noche, algunas
personas vieron a Sergio
bebiendo demasiado y
paseando en moto con
Isabel. Ahora todo el
campus conoce a Isabel… y
la persona que está a su
lado, se llama Elisa.

Luna se quedó pensativa.


Realmente no sabla nada de
lo que Ana mencionaba, ya
que no estaba interesada en
las noticias sobre otras
personas y no solla visitar
foros.
Por lo general, Luna estaba
muy ocupada, con
actividades
extracurriculares después
de la escuela, y a menudo
regresaba a casa a las ocho o
nueve de la noche. No tenía
tiempo, ni interés en
conocer los asuntos
relacionados con otras
personas.
Isabel y Sergio… eso es
impensable…
Si Isabel realmente está en
una relación con Sergio, la
situación más probable es
que Andrés ya le haya
sido infiel.
Luna regresó a su aula y se
sentó con gran
tranquilidad. Aún quedaban
unos cuarenta minutos
antes de la próxima clase.
Tenía tiempo suficiente
para hacer un conjunto de
ejercicios.
De repente, alguien pateo
una de las patas de su silla,
la cual se encontraba cerca
de la puerta del fondo.
Luna levantó la cabeza de
inmediato sin mirar y dijo:
-Qué pasa, ¿qué es lo
quieres?
-¡Oye! -El tono denotaba
impaciencia.
¿Sergio?
Luna alzó la vista y, al ver
su expresión amigable,
supo de inmediato de qué
se trataba. Rápidamente
bajó la cabeza y continuó
haciendo sus ejercicios,
dijo:
-¿Tienes algo que decir?
Esta fue la primera vez que
Sergio la veía sin enojarse y
su tono no era tan
desagradable como solia
ser siempre.
Capitulo 62
Sergio dio una patada al
gordo que estaba
durmiendo al lado de Luna,
dejándolo completamente
aturdido, levantando la
cabeza con una expresión
bastante confusa.
Sergio:
-Sal de inmediato.
Aquel chavo gordo
provenia de una familia
adinerada, donde la cría de
ganado los había hecho
bastante ricos.
Normalmente, él no tenía
muchos pasatiempos y la
mayoría del tiempo que
Luna lo veía, estaba
durmiendo.
Cuando él vio a Sergio, se
tambaleó un poco y
reaccionó de inmediato
colocándose en pie para
dejarle su lugar.
Sergio arrastró una silla con
una sola mano y se sentó
junto a Luna. Puso una
mano sobre el respaldo de
la silla y la otra, que tenia
enyesada, la cual era muy
llamativa la dejó suelta.
Llevaba zapatillas de
edición limitada de una
marca famosa y parecía
completamente un
holgazán que no hacía
nada productivo.
-¿Conoces a Isabel?
Luna detuvo su lapicero y
dijo:
-Si, la conozco. Fue
adoptada por mi padre, al
igual que su hermano.
Ninguno de ellos tiene
parentesco alguno de
sangre conmigo.
Luis sonrió y dijo
burlonamente:
-Todo ellos fueron
adoptados, Luna… ¿Tal vez
también tú fuiste
adoptada?
Luna no le presto atención.
Sergio bajo la cabeza, muy
pensativo. Luego, pateó la
pierna de la mesa de Luna y
preguntó
-¿A quién le importa eso?
¿Qué quieres?
Luna frunció el ceño y
respondió:
-No me interesa eso. ¿Qué
quieres de mi? Si quieres
que te ayude a conquistar a
Isabel, lo siento, pero
no puedo hacerlo. Tu
relación con ella no es
ningún asunto mío, y no
tengo la obligación de
ayudarte.
Además, estamos a punto
de los exámenes de ingreso
a la universidad. Deberias
concentrate en estudiar
para los exámenes.

Sergio notó que Luna había


acertado en lo que tenía en
mente. Él realmente quería
conquistar a Isabel, pero
Luna no sabía por qué le
pedía su ayuda. La mirada
de Sergio se tornó un poco
malévola: -¿Quién
te crees para decirme esto?
¿Quién eres tú? ¿Hmmm…?
Dio otra patada a la pata de
la mesa de Luna y dijo:
Solo quiero hacerte una
pregunta, ¿me ayudarás si,
o no?
Luna frunció el ceño al
mirarlo.
-No tengo tiempo para esto.
¡No, no te ayudaré!
Esa fue su respuesta. Si lo
ayudara, significaría
involucrarse en la relación
entre Andrés e Isabel. ¿iba
a ofender nuevamente a
Andres? ¿Acaso no había
sufrido lo suficiente? Tenía
muchísimo miedo de no
saber cómo podría
terminar todo esto.
Luis se acercó
-Luna, esta es una
oportunidad Extraña. No
seas tan insensible. ¿No fue
suficiente lección la última
vez?
Bruno se le unió, apoyando
su hombro.
Luna empezó a recoger
cuidadosamente sus hojas
de ejercicios. ¿Por qué estos
tipos no la dejaban en
paz?
-Prometí a mi padre que
entraría a la universidad. Si
no lo hago, arruinaré mi
vida -dijo mientras se
ponía de pie con su
mochila-. Sergio, aunque
no puedo ayudarte, puedo
decirte, que el objetivo final
de Isabel es la Universidad
de Astraluna. Si logras
entrar allí, podrás seguir
persiguiendo a tu amor sin
que nadie te lo impida.
La escuela tenía una
política en contra de las
relaciones románticas entre
los estudiantes, pero Sergio
la consideraba una tontería.
Justo cuando Luna estaba a
punto de irse, Sergio se
acercó sigilosamente,
apoyando un pie en la
pared detrás de su cintura y
ligeramente inclinando su
cuerpo hacia adelante. Sus
ojos rasgados miraban a
Luna, con una sonrisa
pícara.
-Luna…
Atrapada en un espacio
pequeño, Luna preguntó
con preocupación:
-¿Qué estás haciendo?
-Te gusto, ¿verdad?
Esta frase hizo que todos en
el aula voltearan sus
cabezas asombrados para
mirarlos.
Luna no sabia qué decir,
Finalmente ella salió del
zula, no podía quedarse ni
un instante en un lugar
donde estaba Sergio.
Ella tenia que hacer algunos
ejercicios de práctica
primero para mantener su
tranquilidad.
Capitulo 63

Después de terminar el
último conjunto de
ejercicios de química, el
corazón de Luna aún no se
tranquilizaba ¿Ella no podía
entender qué había hecho,
para Sergio pensara que le
gustaba? ¿Es porque lo
ayudó la última vez a
recoger sus cosas y alguien
sacó una foto, lo que hizo
que pareciera que se estaba
ofreciendo?
Luna rápidamente sacó su
teléfono y abrió el foro de
la escuela. No había
terminado de ver el último
mensaje relacionado a ella
y Sergio. Quería ver qué
decían sobre la foto en ese
foro.
Cuando encontró la
publicación, se dio cuenta
de que alguien la había
borrado o bloqueado, ya
que no podía abrirla. En ese
instante, recibió un mensaje
de Ana.
Ana: Luna, eres muy
valiente. Ese fuerte
puñetazo que le diste a
Sergio lo dejó blanco de
dolor.
Después de que te fuiste, lo
llevaron a la enfermería.
Pero ten muchísimo
cuidado, Sergio es alguien
que busca venganza… De
hecho, creo que fuiste
bastante dura con él. Acabo
de ver que parecía estar
sangrando.
Luna: ¿Quién lo hizo hablar
de más? Si lo que dice llega
a oídos de mi padre, estaré
en serios problemas.
Ana: ¿En serio, Sergio no te
gusta? Luna: -¿Por qué
todos creen que él me
gusta? ¿Qué los lleva a
pensar eso?
Ana: La última vez que
fuiste al hospital a ver a
Sergio con flores, y toda la
escuela se enteró. ¿No lo
sabes?
Luna: ¿Qué tiene que ver
eso con que me guste?
Ana: -La última vez que te
metiste en problemas,
aunque Sergio no estuvo
involucrado directamente,
de alguna manera ese lio
también tuvo que ver con
él. Pensamos que ibas a
mantener tu distancia con
Sergio para siempre,
incluso apostamos que te
retirarías de la escuela o te
cambiarías… Pero
sorprendentemente, le diste
flores a Sergio. Todos
asumimos que te gustaba
porque no dudaste en
correr a verlo en el hospital,
aunque estabas en mala
situación.
Rápidamente envió otro
mensaje:
-¿Realmente no te gusta
Sergio?
Luna miró la pantalla de su
teléfono, respiró
profundamente y escribió:
-Le llevé flores porque
pensé que estaba…
Ella borró el mensaje.
Después de todo, no
confiaba lo suficientemente
en Ana como para
compartir sus sentimientos

No dio ninguna otra


explicación.
No debía decirle que creyó
que Sergio había sido
lastimado por órdenes de
su padre. No solo seria
deshonroso, sino también
ilegal. Es mejor no
decírselo, mantenerlo
callado.
Luna apagó su teléfono y
empezó a estudiar. Pero
pronto, su mente volvió a
“¿Te gustó este tipo si, o
no?”.
Al igual que Andrés, Sergio
también olía a una mezcla
de aromas entre tabaco, que
tenía una fragancia de té de
flor de camelia y otras
marcas de perfume. En ese
momento, no lo pensó
demasiado, solo quería
mantenerlo bastante lejos
Sergio estaba demasiado
cerca, y esto la incomodaba.
Entonces, lo habia
empujado con fuerza y le
habia dicho:
-¿Tienes algún problema? -
Luego se fue.
No esperaba que Sergio se
lastimara debido a su
herida abierta, y que fuera
llevado a la enfermería. Sin
embargo, esta vez no fue a
verlo para evitar
inconvenientes y chismes.
En cambio, se quedó en la
biblioteca hasta muy tarde.
La preparatoria pública
Astraluna
Como de costumbre, el
escritorio de Isabel estaba
lleno de cartas de amor.
También tenía un cajón
lleno de golosinas que no se
podía comer ella sola.
Elisa era una compañera
que sentaba junto a ella, por
lo que tenían una muy
buena relación…
Capitulo 64

Afortunadamente, la
escuela no era muy estricta,
permitía llevar snacks,
aunque no estaba
permitido comer en clase.
Isabel no sabía a quién
pertenecían esos snacks que
tenía en su escritorio.
Entonces siempre los
compartía con sus
compañeros de clase o los
llevaba de vuelta al
dormitorio para
compartirlos con los otros
cinco residentes.
Isabel tenía una
personalidad muy amable,
y sonreía con gran
facilidad, además tenía muy
buenas. calificaciones. A
pesar de ser una recién
llegada, no se quedaba atrás
en conocimientos,
habiendo obtenido el
primer lugar en la última
prueba en la clase y el
segundo en el grado. Si
otros estudiantes tenían
preguntas, ella las
respondía pacientemente y
compartía sus apuntes sin
dudarlo. Isabel era una de
las favoritas de la clase y
una estudiante ejemplar
ante los ojos de los
profesores.
La última clase de la tarde
finalizó a las 9:40 p. m.
Isabel empezó a recoger sus
cosas y dijo a Elisa:
-Elisa, voy al baño, ¿te
gustaría venir?
-Claro, te acompañaré con
gusto. -respondió Elisa
mientras tomaba la mano
de Isabel.
En ese momento, la
mayoría de los estudiantes
ya habían salido. Los
sensores de las luces en el
pasillo se encendían
automáticamente cuando
alguien pasaba por debajo.
Elisa dijo: -Te esperaré
afuera, Isabel.
-Está bien. -afirmó Isabel.
Poco después de que Isabel
entrara al baño, un grupo
de personas se acercó por el
otro extremo del pasillo. La
lider, con una moña alta,
era Victoria, una de las
chicas más poderosas de la
escuela. Era una jugadora
de voleibol de alto nivel, y
la mayoría de su tiempo lo
pasaba entrenando debido
a su ventaja en altura.
Elisa reconoció a Victoria y
sintió una corazonada muy
desagradable al verlas
acercarse.
Victoria se detuvo frente a
Elisa y, la miró bajando su
cabeza debido a su
considerable altura de 1,75
metros.
-Enana. ¿Dónde está Isabel?
-Yo… no lo sé. -respondió
Elisa, sintiéndose
intimidada por su actitud.
Tenía la fuerte impresión
de que
venían a buscar problemas.
-¿No sabes? La vi entrar
contigo. -dijo Victoria con
voz dominante cruzando
los brazos. Justo en ese
momento, se oyó el sonido
del inodoro siendo tirado.
-Elisa, he terminado…
¿Tienes una toalla sanitaria?
Creo que me ha llegado… -
Isabel salió del
ustedes?

-Eres la nueva aquí que está


tratando de seducir a
Sergio, ¿verdad? -preguntó
una de las chicas con
una sonrisa despectiva-
Tienes un buen aspecto.
Escuché que Sergio te llevó
en su motocicleta, ¿es eso
cierto? Realmente sabes
cómo seducir a los
hombres.
Isabel miró a las chicas que
se acercaban, retrocediendo
unos pasos con gran
cautela.
-¿Qué quieren de mi,
díganme?
-¿Lo qué queremos? Pronto
lo sabrás.
Victoria se acercó a Isabel,
en ese momento Elisa se
lanzó hacia adelante, la
abrazó con gran firmeza
por la cintura y dijo:
-Isabel, debes irte rápido… -
Isabel intentó huir, pero el
otro camino también estaba
bloqueado por alguien.
Victoria no empleó mucha
fuerza y apartó a Elisa con
una mano con tan solo
tocara:
-Pensaba que te dejaría ir,
pero ahora… ninguna de
ustedes dos podrá escapar.
Isabel y Elisa fueron
arrastradas hacia los baños
por varias chicas
corpulentas.
Quince minutos después…
Victoria agarró con gran
brusquedad el cabello de
Isabel y la obligó a levantar
la cabeza, mientras le
tomaba fotos de su rostro
lastimado con su teléfono.
Además de las imágenes
humillantes, había
algunas aún más
indignantes que guardó en
su dispositivo.
Después de hacer todo esto,
Isabel se apresuró a
comprobar las heridas de
Elisa. -Elisa… Contesta por
favor… ¿Cómo estás?
¡Despierta! ¿Estás bien?
Capítulo 65
Elisa acababa de ser
fuertemente golpeada en la
cabeza, encontrándose
inconsciente, sin lograr
conseguir aún poder
despertarla. Victoria
compartió las fotos en su
teléfono con un contacto,
satisfecha
con su malvada venganza.
Luego, miró a Elisa con
gran desprecio, e hizo una
señal a su compañera. La
otra chica entendió y
rápidamente trajo un balde
de agua fría, que arrojó
directamente sobre el
cuerpo de Elisa.
El agua helada hizo que
Elisa se despertara de
inmediato, tosiendo y
temblando debido al frío.
Victoria miró con gran
agrado a Isabel y Elisa,
quienes se encontraban en
el suelo con sus ropas
desgarradas y rasguños en
sus rostros. Luego, se
dirigió hacia Isabel y dijo:
-Isabel, no culpes a nadie
más que a ti misma.
Hablaste de más y
cometiste actos indebidos, y
tu mayor error fue intentar
seducir a Sergio. Sergio es
el hombre que mi amiga
considera su gran objetivo…
Si te atreves a involucrarte
con Sergio y sus amigos, no
te sorprendas si
compartimos todas las
cosas humillantes que
hemos registrado sobre ti.
Victoria presumió
mostrando su teléfono. Las
humillantes imágenes de
Isabel, que acababa de ser
insultada y había quedado
expuesta, habían sido
capturadas en su teléfono.
Si estas fotos llegaban a
filtrarse en línea, Isabel
perdería toda su
autoestima.
Victoria estaba a punto de
irse con su grupo cuando,
de repente, se detuvo en la
puerta y se volteó hacial
Isabel.
-Mi amiga tiene un mensaje
para ti: No podemos tocar a
Luna, pero si Luna hace
algo que nos moleste… Te
garantizo que te
vengaremos por cualquier
ofensa que Luna nos haya
infligido. Y recuerda esto
muy bien, no pienses en
llamar a la policía o a los
profesores. No servirá de
nada.
Isabel miró la cara
demoníaca de Victoria con
sus ojos llenos de
emoción….
¿Luna?
¿Estudiantes de la
preparatoria privada
Aurora?
Elisa estaba temblando de
miedo, lloró mientras
abrazaba a Isabel. -¿Qué
hacemos? Si mis padres
ven estas fotos, pensarán
que me he metido en
problemas en la escuela y
me castigarán
severamente.
Isabel acomodó su ropa
mientras consolaba
tiernamente a Elisa.
-Está bien, no te preocupes.
Encontraré una solución.
Lo siento, es mi culpa que
estés en esta situación.
Elisa lloró y sollozó
amargamente.
-Somos buenas amigas!
¡Debla protegerte! Pero
estoy realmente asustada…..
-No te preocupes. Estaré
aqui contigo.
En el corazón de Isabel, no
habia miedo, pero su
mirada permanecía fría y
sin emociones, miraba la
pared de azulejos blancos
cuando trató de consolar a
Elisa con palabras suaves.
Elisa no pudo ver la sombra
de resentimiento en sus
ojos.
-Está bien no llores más.
Voy a ayudarte a levantarte.
Vamos a regresar a la
residencia y descansar.
Mañana, pensaré en una
solución.
Elisa, con grandes lágrimas
en los ojos, dijo:
-Está bien.
Isabel estaba gravemente
herida. Elisa solo tenía dos
marcas de palmas en su
rostro, mientras que
Isabel tenía grandes
arañazos, los cuales eran
graves y muy profundas. Su
rostro estaba sangrando.
Cuando Isabel intentó
ayudar a Elisa a levantarse,
sintió un dolor punzante en
su abdomen. Gimió de
dolor y cayó en el suelo,
sosteniendo su estómago
con las manos.
Elisa notó que algo andaba
mal con Isabel. Sin
importar su dolor de
cabeza, se acercó
apresuradamente
para revisar con
detenimiento a Isabel.
-Isabel… ¿Qué te pasa?
¿Todo bien? ¿Sientes dolor
en alguna parte de tu
cuerpo?
Isabel estaba tan adolorida
que no podía decir una
palabra, hasta que, después
de un rato, una mancha
roja apareció en sus
pantalones.
Elisa abrió los ojos muy
ampliamente en un
instante.
-¿Estás… sangrando? ¡Isabel!
¿Estás sangrando? ¿Qué
vamos a hacer?
-¿Qué hora es? ¿Aún estás
en el baño? ¿De qué clase y
grado son ustedes? El
profesor de guardia,
sosteniendo una linterna,
escuchó ruido y se apresuró
a acercarse.
Al escuchar el sonido y ver
la luz en el pasillo, Elisa
sintió que había encontrado
ayuda.
-Isabel, espera aquí, voy a
buscar al profesor ahora
mismo. Aguanta un poco…
Capitulo 66
Enfermería
-Por suerte, no hay nada
grave, solo le llegó su
periodo, no hay mayor
problema importante, pero
las vendas en sus caras… -El
médico de la enfermería
miró con detenimiento al
profesor de guardia que
estaba a su lado.
El profesor de guardia se
levantó y dijo:
-Profesor Pérez, puedes irte
primero. Me haré cargo de
estas dos estudiantes.
-Está bien, profesor Torres,
me retiro. Las medicinas ya
están preparadas y están en
la mesa, no olvides
llevarlas contigo.
El profesor de guardia de
hoy era Eduardo Torres, el
director de la dirección de
asuntos estudiantiles, un
hombre de mediana edad
de unos cuarenta años más
o menos, con una barriga
prominente, gafas y una
apariencia bastante afable.
Había llevado a Isabel en su
espalda, todo el camino
hasta la enfermería, y su
ropa todavía tenía leves
manchas de sangre en la
parte trasera.
En el primer día de
menstruación de Isabel, ella
siempre sentía una fuerte
reacción. Solía llevar
analgésicos en su mochila,
pero no esta vez no tuvo
oportunidad de sacarlos.
Eduardo no dejaba de
mirar a Isabel, quien tenía
la mirada baja y sostenía
una taza de agua en la
mano, pensando en algo.
El rostro de Elisa, ya se
había mejorado bastante
después de aplicarse la
pomada, miraba a Isabel
con
una expresión llena de
preocupación y nostalgia.
-Isabel, ¿te sientes mejor? Es
culpa mía que te hayan
lastimado.
Isabel habló en voz baja:
-No es tu culpa, fue mi
error. Te he causado
grandes problemas.
Eduardo miró su reloj y
dijo:
-Ya son casi las once.
Deberían irse a descansar.
Mañana informaré a sus
tutores sobre lo sucedido.
Diciendo eso, se acercó
muy suavemente a la cama
donde descansaba Isabel y
se inclinó:
-Isabel, déjame llevarte de
regreso a la residencia.
Isabel sostuvo la taza de
agua con firmeza y dijo:
-No es necesario, profesor.
Estoy mucho mejor ahora y
puedo caminar por mi
cuenta, gracias.
Eduardo le insistió:
-No puedo permitirlo. Me
preocupo por ti
muchísimo. Déjame
llevarte.
Isabel respondió con gran
frialdad:
-Profesor, te lo he dicho,
puedo caminar sola.

Su mirada dejó a Elisa


perpleja, ya que no se
parecía en nada a la Isabel
que solía conocer. Parecía
una persona
completamente diferente.
Pero en un abrir y cerrar de
ojos, el tono de Isabel se
tornó suave, y apareció la
sonrisa en su rostro,
parecía un espejismo.
-Elisa, ¿puedes ayudarme
un poco, por favor?
Elisa se sorprendió por un
momento, pero
rápidamente reaccionó:
-Oh… sí, claro.
Isabel levantó las sábanas y
salió de la cama, se puso los
zapatos y Eduardo tosió
incómodamente…
En cuanto salieron de la
enfermería y pasaron junto
a una de las aulas, Elisa
subió rápidamente a su
habitación para recoger los
analgésicos de Isabel.
Eduardo informó a la
profesora de la residencia, y
la puerta se abrió de
inmediato para dejarlas
entrar.
Cuando volvieron a la
residencia, las luces de la
habitación ya se
encontraban apagadas.
En una habitación
compartida por seis
personas, algunas ya
estaban durmiendo, y en
dos de las camas
todavía se veía una pequeña
luz tenue.
Las dos personas que
estaban estudiando con una
lámpara de escritorio las
iluminaron:
-¿Por qué regresaron tan
tarde?
Juana exclamó:
-Dios mío, Isabel, ¿qué le
pasó a tu cara?
Isabel fue al armario y
buscó su pijama, dándose
cuenta de que le faltaba la
mitad de los productos de
cuidado de la piel que su
hermano con gran esmero
le había traído de su viaje
de negocios a Francia la
última vez. Eran productos
de Lencome, que rara vez
usaba, y eran
particularmente costosos
para ella…

Echó un vistazo, pero no


dijo nada. Luego, al abrir el
armario, descubrió que su
camisón habitual también
habla desaparecido.
-Isabel, olvidé decirte que
cuando volví a la habitación
hoy, estaba a punto de
ducharme y se apagaron las
luces. Luego, en el
momento que estaba
doblando la ropa, era muy
oscuro y no pude ver bien,
así que sin darme cuenta,
me puse tu camisón.
Además, tus productos de
cuidado de la piel, Beatriz y
las demás los han estado
usando, y funcionan de
maravilla. Desde la última
vez que los utilizamos, no
hemos
tenido ni un solo grano.
Espero que no te
incomode.
Elisa dijo molesta:
-Es de muy mal gusto,
Isabel siempre les comparte
sus meriendas, pero ahora,
sin su consentimiento,
están tomando sus cosas.
Capitulo 67
Laura, la compañera de
litera de al lado, habló:
-No son tus cosas.
-¿Por qué discuten tanto?
¡Necesito dormir! -Alguien
se revolvió en la cama,
despertado por el ruido, y
se cubrió nuevamente con
la cobija.
-Está bien, no importa,
úsalo si lo necesitas. Elisa,
no te preocupes, mi
hermano me comprará
más cuando se acaben.
La tenue luz, no permitía
ver la expresión en el rostro
de Isabel en ese momento.
Por su tono de voz, no
parecía estar molesta, así
que no siguieron con la
conversación.
En su opinión, Isabel era de
buen carácter y rara vez se
enfrentaba a la gente por
algo.
Isabel muy cariñosamente
sacó un juego de productos
nuevos de cuidado de la
piel de su cajón y se lo
entregó a Elisa.
-Estos son para ti, no te
enojes.
-No puedo aceptarlos, son
demasiado costosos.
-¡Shh…! no queremos
despertarlas de nuevo.
Isabel tomó su ropa de
cambio, se dirigió al baño,
se duchó rápidamente, y se
colocó su pijama. Estaba a
punto de acostarse cuando
de repente, encontró una
bolsa de agua caliente en su
cama.
Cuando Elisa salió del baño,
Isabel ya se había quedado
dormida.
Al día siguiente, debido a su
período, Isabel no asistió al
entrenamiento a las 5:40 de
la mañana.
Cuando regresaron después
del entrenamiento, Elisa
tocó la frente de Isabel, que
seguía durmiendo, y
notó que se encontraba fría
en todo su cuerpo, algo no
estaba bien.
-Isabel, ¿estás bien? Voy a
buscar a la profesora del
dormitorio.
-No… no hace falta, solo
estoy teniendo muchísimo
dolor, tomaré algunos
analgésicos.
Isabel se sentó en la cama,
notando el camisón que se
lo habían devuelto. Era el
camisón que le habian
quitado y la miró con el
ceño fruncido, sin decir
nada.
Después de tomar los
analgésicos, dijo:
-Por favor, habla con
nuestro tutor hoy en la
primera clase para que yo
pueda faltar.
Esa pregunto:
Y el desayuno? ¿No vas a
comer?
Isabel negó con la cabeza:
-No tengo apetito. Gracias,
Elisa, por estar conmigo.
Elisa respondió:
-No te preocupes, descansa
muy bien.
En el baño, dos compañeras
que habian vuelto del
entrenamiento estaban
lavándose y cepillándose
los
dientes.
-Mira como actúa Elisa, se
convierte en una completa
esclava, todo por un poco
de comida.
-Y mira que estúpida, solo
son productos para el
cuidado de la piel. ¿Quién
sabe si son auténticos?
Podria estar arruinando su
piel.
La puerta del baño estaba
entreabierta, como si lo
hubieran hecho a propósito
para que las escucharan.
Elisa estaba a punto de
enfrentarlas, pero en ese
instante Isabel la detuvo.
-No vayas hay exámenes
importantes
próximamente. No
queremos meternos en
problemas por algo
tan trivial, no te parece.
La preparatoria pública
Astraluna tenía reglas muy
estrictas, y el pelear estaba
estrictamente prohibido.
Podrian ser expulsados si
los descubrían.
En esta etapa tan
importante, no podían
permitirse ningún tipo de
problemas por algo tan
insignificante.
La noticia de la paliza que
Isabel recibió se difundió
rápidamente en toda la
clase en menos de un dia.
Si
hubiera sido cualquier otra
persona, la gente en esta
escuela tal vez no habría
prestado atención, pero la
víctima era Isabel, que era
guapa y tenía buenas
calificaciones.
Isabel habia dar un
excelente discurso como
representante de los
estudiantes poco después
de ingresar
al instituto, lo que la había
hecho inolvidable.
Luna se enteró de que
Isabel había sido
intimidada cuando Sergio
fue a buscarla.
Su almuerzo y sus papeles
de exámenes resultaron
dañados…
Capitulo 68
Luna miró el arroz
esparcido por el suelo y
funció el ceño.
¿Qué estás haciendo aqui de
nuevo?
-Sergio, ¿qué rayos estás
haciendo? -Luna lo miró
con una mirada de
reproche e indignación y
luego se
agachó en silencio para
recoger la comida que
estaba en el suelo.
Antes de que pudiera
sujetarla, Sergio la pateó
bruscamente de nuevo, y la
caja de comida cayó al
suelo otra vez.
Sergio agarró a Luna por el
cuello de su ropa con una
mano y la levantó,
arrojándola contra la
pared.
-¿Qué has hecho?
Luna sintió un terrible
dolor en la espalda. Miró
fijamente a la persona
frente a ella con mirada
dolorosa e inocente y
preguntó:
-¿Qué quieres decir?
Los ojos de Sergio
reflejaban un frío
temeroso.
-Por lo que has hecho,
Isabel fue golpeada y ahora
está en el hospital. Es tu
hermana, ¿cierto? ¿Es asi
como tratas a tu hermana,
Luna? ¿No te atreves a decir
la verdad delante de mi? Si
quieres hacer algo
malo, hazlo en mi cara en
lugar de actuar a mis
espaldas.
-Si algo le sucede a Isabel,
juro que te golpearé de
nuevo
Luna sabia que, si no fuera
por la multitud que los
rodeaba, Sergio realmente
intentaria estrangularla
aqui mismo.
Luna mantuvo la calma,
esta situación no la asustó
Además, ya había estado al
borde de la muerte una
vez, ¿por qué temer a la
muerte por segunda vez?
Sergio la apretó tan fuerte
que le costaba respirar, y
ella agarró su mano en un
intento de liberarse.
-¡Sergio… por favor,
cálmate!
Bruno intervino.
-Sergio, es suficiente. Luna
no es tan tonta como para
lastimar a Isabel. Ellas son
familia. No tiene
ningún motivo para
hacerlo.
Luna sintió la ira en el
cuerpo de Sergio y dijo:

-Sergio… eso me duele,


suéltame, por favor,
Bruno agregó:
-Deja de hacer un
escándalo. ¿Olvidaste cómo
terminaste herida la última
vez?
Era evidente la hostilidad
en los ojos de Sergio
finalmente comenzó a
disiparse, aunque su
frialdad no disminuyó. El
terminó soltándole su
mano.
Luna se tocó la garganta y
tosió un par de veces.
-No pienses que solo
porque Gabriel te protege,
puedes hacer lo que quieras
sin consecuencias. –
Después de pronunciar
estas palabras, Sergio salió
de la habitación.
Gabriel…
Sergio conocía a Gabriel
Luna había considerado
preguntarle sobre este
asunto,, pero decidió
dejarlo. En este momento,
Sergio
había perdido la razón
debido a Isabel, y
confrontarlo sería buscar
más problemas.
Después de tomar unas
profundas respiraciones de
aire fresco, se sintió mejor.
Se levantó y le agradeció
a Bruno.
Bruno solo le dirigió una
mirada y dijo:
-Buena suerte para ti.
Luis añadió:
-¡Te lo mereces!
Isabel fue vilmente acosada,
y el primero en cobrar
venganza sería Sergio.
Pronto, le tocaría también
a Andrés.
¿Qué tipo de represalia
usaría Andrés contra ella?
Luna sintió un escalofrío en
todo su cuerpo.
Capitulo 69

Luna pensó de inmediato,


en Nieve y sus dos amigos.
Aparte de su reciente
disputa con ellas, no podía
pensar en más.
Baños de mujeres
Tres chicas estaban frente
al espejo del baño
retocándose el maquillaje.
Se miraron entre si con
gran satisfacción,
esbozando una sonrisa con
labios rojos. Nieve incluso
tarareaba una alegre
canción.
Nube: -Hoy pareces estar
de buen humor.
Nieve levantó su falda y
sonrió: -Estoy muy bien,
nada mal.
Perla intervino:
-¿Ya vieron las fotos que
publiqué en el grupo?
Nieve dijo:
-Las he visto, estoy muy
satisfecha. Sigue así.
Perla se limpió el exceso de
lápiz labial:
-No me simpatiza Luna
desde hace tiempo. Si no
fuera porque su hermano
es tan guapo, la habría
atacado con rudeza la
última vez.
Nieve se apoyo en el
lavamanos:
-¿Te refieres al frío y
reservado chico de la noche
benéfica? ¿Ese es su
hermano?
Perla le confirmó:
-Mi papá dijo que esa
persona es el perro faldero
de Miguel. La última vez, le
pagaron una cuantiosa de
dinero para reclutarlo, pero
resulta que a él no le
importaba en absoluto. No
aceptó el dinero y ni
siquiera cayó bajo el bello
encanto de una mujer.
Nunca había visto a un
hombre tan correcto. Lo
peor es que la últirna vez lo
invité a beber y ni siquiera
me miró.
-¿Por qué se cree tan
importante? ¡Jajaja…!
Nube agregó:
-He oido, que a él le
interesa más Isabel que
Luna. Crecieron juntos en
un orfanato. Pero este tipo…
mi
padre me advirtió que no
me acercara a él. No dijo
por qué….
Nube se encogió de
hombros:
-La última vez lo vi en un
bar, es guapo, pero algo
mayor, un hombre mayor…
Prefiero a los más jóvenes.
Nieve de repente se
intereso más en este
hombre. Le gustaba el
desafío, cuanto más
inaccesible fuera
un hombre, más queria
tenerlo en sus manos.
-¿Creen que vendrá tras
nosotras, si llega a saber lo
que le pasó a Isabel?
Perla: -Por solo Isabel,
¿crees que Andrés se
atreverá a hacernos algo
malo a nosotras? Si Miguel
viene,
ml padre lo resolverá.
Justo en ese momento, la
puerta del baño fue abierta
de una patada.
-¡Sabia que habían sido
ustedes!
Cuando las tres miraron en
esa dirección y vieron a
Luna, Nieve se rio con gran
desprecio.
-Luna, ya que has
escuchado, si, ¡fuimos
nosotras! Y también fuimos
nosotras quienes hicimos
que
alguien la atacara a Isabel.
¿Y qué nos puedes hacer al
respecto, Luna?
-¿Vas a llamar a la policía o
mejor decirle al profesor?
¿O tal vez planeas decírselo
a tus padres?
-¡Oh, estamos realmente
asustadas, mira como
temblamos!
Las otras dos chicas se
rieron a carcajadas.
¡Jajaja……………….!
Luna se acercó, le dio una
bofetada a Nieve, la agarró
por el cabello y la derribó al
suelo antes de que tuviera
tiempo de reaccionar. Y dar
una bofetada
-¿Si tienes un problema
conmigo? ¿Por qué atacaste
a Isabel?
Nieve fue empujada al
suelo y finalmente
recuperó la compostura.
-¿Te atreves a golpearme,
Luna? ¿Sabes quién soy? ¿O
tal vez no quieres seguir
viviendo? ¡Las dos, ¿qué
nos están esperando?!
¡Sujétenla!
Perla y Nube se preparaban
para intervenir cuando
Luna, como si tuviera ojos
en la parte de atrás de la
cabeza, se adelantó y le dio
una patada a cada una.
Luna se arremangó la
manga y luego se puso
encima de Nieve, y
comenzaron a pelear
terriblemente
como dos hombres.
Eran tres contra uno,
entonces, aunque Luna
tenía experiencia en peleas,
no era rival para ellas.
Sufrió
algunas heridas y, debido a
heridas anteriores que no
habian sanado aún por
completo, fue derrotada.
La única desventaja de
Luna era que no llevaba
uñas largas, ya que las habia
recortado debido a su
estudio de piano…
Capitulo 70
En el hospital Sereridad
Andrés recibió una llamada
de la escuela, informándole
que Isabel había sido
hospitalizada. La reunión re
encontraba en curso, por lo
tanto dejó el resto en
manos de Álvaro y se
dirigió de inmediato al
hospital.
Isabel se encontraba en la
cama del hospital con una
intravenosa en el brazo. Su
rostro estaba pálido y,
al ver a Andrés, parecía una
niña que había hecho algo
malo y no sabía cómo
enfrentarlo.
Solo pudo bajar la cabeza y
murmurar:
-Andrés. Lo siento, te he
causado más problemas.
Al ver las heridas en el
rostro de Isabel, un rastro
de frialdad pasó
rápidamente por los ojos de
Andrés, tan sutil que apenas
se notaba. Preguntó
-¿Qué dice el médico?
-No pasa nada, aparte de
algunos rasguños y
malestar general, el médico
me dijo que beba mucha
agua caliente y estaré bien.
En ese momento, una
mujer de mediana edad, de
unos treinta años
aproximadamente, entró,
sosteniendo una lista de
medicamentos en la mano.
-Tú debes ser el hermano
mayor de Isabel, ¿verdad?
Andrés la reconoció, la
había visto cuando llevó a
Isabel a la escuela Afirmó
con la cabeza y respondió:
-Si.
-Por favor, sigame, señor,
tengo algo que discutir con
usted.
Fuera de la sala, Patricia le
contó todo lo que habia
sucedido la noche anterior
a Andrés. También le
mencionó que estaba en
contacto con los padres de
ambas partes y que este
asunto tenía varias
implicaciones aun más
amplias, ya que involucraba
a estudiantes de la
preparatoria privada
Aurora.
Patricia le informó que,
aunque incidentes similares
habían ocurrido en el
pasado, generalmente todo
se resolvía discretamente
debido a diversas presiones.
La razón detrás de estos
incidentes era muy bien
conocida por todos los
adultos involucrados.
Ella sugirió, que no hicieran
que el asunto se convirtiera
en un gran escándalo
innecesario, ya que podría
complicarse aún más y
volverse incontrolable.
Andrés frunció el ceño, su
voz se tomó fría.
-¿Estás Insinuando que
deberíamos dejarlo pasar?
¿Es esta la actitud que debe
tener un educador?
Patricia respondió sin
enojarse ni ofenderse en
ningún momento:
-Señor, hablé con los
padres de ambas partes, y
están dispuestos a asumir
todos los gastos que se
requieran. Además, la
estudiante Victoria se
disculpó sinceramente con
Isabel. Si no está satisfecho
con esta solución dada,
podemos regresar a la
escuela y discutirlo.
Andrés miró el tiempo, su
voz era firme y decisiva:
-Después de nuestra
conversación, tengo mejor
comprensión, bastante clara
de cómo ocurrieron los
hechos. Investigaré las
razones detrás de esto por
mi cuenta. Isabel no se
siente bien y, terminamos
la conversación por hoy.
Mañana tendré todo el día
libre para discutir y
encontrar la solución más
razonable a este asunto.
Como sabes, soy un
hombre de negocios, me
importa la eficiencia y no
tengo tiempo para procesos
innecesarios. Si la solución
que propone la escuela no
me satisface, utilizaré mis
propios medios para
asegurarme de que esté
satisfecho. -Su tono era
afilado y decidido.
Andrés se despidió
mostrando respeto. Pronto
se dio la vuelta y regresó a
la sala.
Solo quedó Patricia de pie
en su lugar. Mientras
Andrés hablaba, sintió que
no podia moverse y un
escalofrio le recorrió su
cuerpo. Se le erizaron los
vellos.
-Hermano, ¿cómo te fue
hablando con la profesora?
-Isabel preguntó con
preocupación- Hermano,
no fui yo quien causó
problemas. No sé por qué,
pero me atacaron sin
motivo. Por favor, no te
enojes conmigo.
Andrés adoptó dos
actitudes completamente
diferentes dentro y fuera de
la sala de Isabel. Le acarició
con ternura el cabello y le
preguntó:
-¿Ya tomaste la medicina
para el dolor?
-Sí, ya la tomé, me siento
mucho mejor ahora.
Andrés no sabía que ella se
sintió tan mal en su
período, ya que Isabel habia
estado recibiendo
tratamiento en el extranjero
durante estos años y apenas
había regresado a verla.
Realmente la había
descuidado mucho.
-Ya he pedido una licencia
para ti, así que descansa
bien en el hospital y no te
preocupes.
-Hermano, después de que
termine este suero, podré
regresar a la escuela. No
necesitas preocuparte
por mi.
No volverás a la escuela. Le
pediré a Liora que te cuide.
**¿Qué pasa con Luna?
¿Qué hará Luna si la cuida
la doña Liora?
Andrés sonrio ligeramente
y respondió:
-La familia García tiene
muchas personas que
pueden cuidar de ella. Si
Luna no está dispuesta,
encontraré una solución
para ella, Hermana.
Patricia se fue, y Andrés se
durmió en la sala cuando
esperaba a Isabel.
Capitulo 71
En la tranquila habitación
del hospital, el teléfono en
el bolsillo de Andrés vibró.
Silenció el teléfono y vio
que era una llamada de
Miguel. Salió de la
habitación y contestó el
teléfono.
-¡Padrino…!
-¡Luna ha causado bastantes
problemas en la escuela!
¡Ve a ver qué ha sucedido!
-¿Luna? Está bien… Lo
entiendo. -Andrés mantuvo
un tono tranquilo, pero su
rostro se tornó serio.
Miguel colgó el teléfono. En
ese momento, Andrés
estaba en el hospital con
Isabel y no podía irse.
Andrés llamó a Álvaro,
quien respondió
rápidamente:
-Señor.
-¿Cuánto tiempo tomará
resolver los asuntos de la
empresa?
-La reunión acaba de
finalizar.
-Ve inmediatamente a la
preparatoria Aurora.
-¿La señorita volvió a
meterse en problemas?
-Resuelve los asuntos y
tráela de regreso al
apartamento.
-Entiendo, director
general.
La señorita que causara
problemas no era nada
nuevo. Pero esta vez, Luna
había cruzado una línea, y
en un momento tan
importante, en que la
empresa tenía tres
contratos pendientes por
cerrar, parecía que no
habría manera de
concluirlos. La última vez,
una pelea con la hija de la
familia Herrera sobre un
vestido había resultado en
la pérdida de un contrato
de valor de varios millones
de dólares ¿Cuándo
aprendería Luna a no
causarle tantos problemas?
Álvaro llegó a la escuela.
Siguió el camino familiar y
encontró la sala de
reuniones junto al
despacho del director. La
sala de reuniones tenía
puertas de cristal
transparente que
fácilmente permitían ver su
interior, pero con un buen
aislamiento de sonido. No
podía escuchar lo que
sucedía dentro.
Sin embargo, no esperaba
ver una escena de tal
magnitud al entrar.
Luna estaba en la mesa de
la sala de reuniones,
agarrando el cabello de una
de las estudiantes.
Álvaro inhaló
profundamente al ver la
escena, quedó
impresionado por lo que
veía.
El jefe de la empresa
tendría que beber mucho
alcohol para apaciguar al
jefe de la otra parte después
de consecuencias.

En este momento, un joven


en una silla de ruedas salió
empujado por varios
hombres vestidos de negro.
Se dirigieron a la oficina del
director.
Álvaro notó al joven y le
pareció que le resultaba
muy familiar.
Luna tenía la mitad de la
cara hinchada y su mirada
estaba realmente feroz. Aun
así, no parecía tener
ninguna ventaja en esta
situación.
-Si dices una palabra más,
te golpearé de nuevo, ¿me
entiendes?
Nieve lloraba mientras
abrazaba a una mujer a su
lado.
-Mamá, mírala. Mi rostro,
mi cabello… ¡Mirame! Por
favor, mamá, ayúdame.
Álvaro entró rápidamente
en la sala de reuniones.
Muchos estudiantes
sostenían a Luna. En este
momento, ella parecía una
verdadera loca.
-Perdón. -dijo Álvaro.
Capitulo 72
-¿Dónde está Miguel? ¿El
envió a su asistente a
resolver este problema?
Esto muestra el poco
interés.
que les demuestra a todas
nuestras familias.
Señoras, por favor, estoy
aquí para resolver este
penoso problema. En
cuanto a lo que ha sucedido
con la señorita García, me
disculpo sinceramente en
nombre de todos nosotros.
Haremos todo lo que esté a
nuestro alcance, para
compensar cualquier tipo
de daño. Si tienen alguna
solicitud específica, el
señor
Garcia ha prometido que
haremos lo posible para
cumplirla.
Álvaro notó, claramente
que la cara de Luna tenía
una herida sangrante, y su
cabello estaba en completo
desorden, pero la otra chica
tampoco estaba en buenas
condiciones. Normalmente,
cuando Luna tenía
problemas, Andrés se
presentaba. Sin embargo,
esta vez Andrés se
encontraba cuidando a
Isabel en el
hospital, lo cual Luna
comprendió.
La señora Diaz sonrió con
desdén y dijo:
-¿Compensación?
¿Realmente creen que una
pequeña empresa como la
suya puede resolver este
grave problema? Si Miguel,
no viene aquí de inmediato
y se disculpa, informaré a
mi esposo sobre este asunto
y cancelaré todos nuestros
acuerdos de cooperación.
Según mis cálculos, él les
confió un proyecto.
Puedo cambiar fácilmente a
otra empresa para
encargarse de él.
Álvaro respondió con
calma:
-Señora. Díaz, le ruego que
se tranquilice. Lo que
ocurrió entre las señoritas
Díaz y Luna es un conflicto
entre amigas, y es
completamente normal. No
queremos que este
incidente afecte nuestra
relación
comercial.
La mujer golpeó la mesa
con fuerza y exigió:
-Esto ya ha afectado
nuestra relación comercial.
Ahora, llame de inmediato
a Miguel para que venga, o
asuma las consecuencias.
Nieve respondió con una
sonrisa fría:
-No somos amigas en
absoluto. ¿Cómo te atreves
a golpearme? Luna. Incluso
así te arrodilles y me
pides perdón hoy, no te
perdonaré. Y tú, no eres
más que un perro criado
por la familia Garcia. No
tienes derecho de hablar en
esta reunión.
Álvaro levantó sus lentes
que estaban apoyados en su
nariz y dijo:
-Señorita, por favor, con
respeto cuida tus palabras.
Nieve se rio con desdén:

-¿Qué pasa? ¿Acaso dije algo


incorrecto? Eres
simplemente un perro
criado por la familia
Garcia.
Tan pronto como
pronunció esas palabras,
todos vieron un zapato que
voló de no se sabe dónde y
golpeó directo en la cara de
Nieve.
-Ahh…
-¡Nieve!
-¡Luna!
La situación se volvió a salir
de control nuevamente.
Álvaro, sorprendido, sintió
cómo lo agarraban del
hombro. Luna apareció con
un palo de golf en la mano,
y faltaba un zapato en su
pie.
La reacción de Nieve fue
intentar atacar a Luna, pero
cuando vio el palo de golf
en su mano, retrocedió
con miedo.
El palo de golf de Luna
apuntaba directo hacia ella
mientras hablaba con
orgullo:
-¿Este es el
comportamiento de una
chica educada en una
familia rica? Cuida tus
palabras.
Varios profesores que
vinieron a mediar en la
situación estaban
asombrados y tardaron un
tiempo en reaccionar. Uno
de los profesores dijo
inmediatamente:
-Luna, ¿qué estás haciendo?
Estás en la escuela, frente a
los maestros, ¡no debes usar
la violencia! ¿Quieres que te
expulsemos?
Luna no tenía más remedio
que arriesgarse. Ahora que
la situación había llegado a
este punto, tenia que
hacer todo lo posible.
Aunque parecía valiente,
sus piernas bajo la falda
temblaban
descontroladamente.
En ese momento, la señora
Diaz golpeó con
brusquedad el palo de golf
en la mano de Luna y le dio
una fuerte bofetada en la
cara. El sonido fue claro y
resonante.
-Esto es el precio que pagas
por golpear a mi hija,
bastarda. ¿Te atreves a usar
la violencia en ella?
Álvaro intentó avanzar para
detenerla, pero llegó
demasiado tarde.
Luna tocó su mitad de la
cara, que estaba
entumecida y sin sensación
alguna, y con una voz fria y
tranquila, dijo:
Señora Díaz, Permitame
recordarle, si mi memoria
no me falla, usted conducia
bajo los efectos del
alcohol, golpeó a un peatón
y lo dejó paralizado de
cintura para abajo y un
niño de cinco años perdió
la vida… ¿Todavía recuerda
eso?
Con esas palabras, el rostro
de la mujer cambió
drásticamente, su color se
desvaneció, dejándola
Capitulo 73
Las personas. que estaban
escuchando a un lado
parecían haber descubierto
algún secreto muy
Impactante.
El ambiente en la sala de
reuniones se tornó
instantáneamente extraño.
Incluso Nieve no podía
creerlo.
-Luna, no digas tonterías.
Luna la miró con gran
tranquilidad.
Los representantes de las
familias Romero y López…
ninguno se atrevió a
hablar.
-¿Quieren que continúe con
los detalles de este fatídico
accidente? -preguntó Luna.
La mujer de repente gritó:
-¡Cállate! ¡Basta! ¿Cómo te
atreves a amenazarme,
Luna? ¿Qué te ha contado
Miguel?

-Dios mío, jes verdad! Perla
se asustó y se cubrió la
boca.
La señora López de
inmediato tapó la boca de
Perla y la miró con enojo.
De las tres familias
presentes, la familia Diaz
tenía más poder.
Nieve miró incrédula a la
persona a su lado.
-Mamá, ¿por qué yo, no
sabía nada de esto? ¿El niño
realmente murió? ¿Cómo se
esto resolvió
después? Mamá… ¿por qué
conducías ebria? No puede
ser…
Luna no dijo nada y volvió
su mirada fría hacia la
mujer al lado de Perla.
-Y usted, señora López…
hace tres años, su esposo…
-Ya basta… Luna, dejemos
todo esto aqui. Fui yo quien
realmente no supo educar a
mi hija
adecuadamente, lo siento
que hayas tenido que
soportar esto… -La señora
López se disculpó muy
temerosa, mientras se
quitaba un brazalete y lo
entregaba a Luna-
Permíteme disculparme
contigo
aquí…
-Y a los profesores, les digo
que hoy mi hija no se siente
bien, así que nos iremos a
casa hora. -Perla
fue arrastrada por su madre
sin entender nada, su
mente estaba totalmente en
blanco. ¿También sus
padres…?
La familia López se retiró, y
la señora Romero,
temiendo que Luna
revelara algún secreto, se
despidió y con voz
temblorosa, interrogó a la
persona a su lado.
-Mamá, ¿lo que dijo Luna es
cierto o no? ¡Háblame!
La mujer miró con frialdad
y miedo en sus ojos. Apenas
dijo entre dientes:
-Luna… Cómo te atreves…
Sosteniendo su bolso, la
mujer salió.
Hasta que en la sala de
reuniones solo quedaron
tres profesores.
Cuando la puerta se cerró,
Luna dejó caer su palo de
golf y se derrumbó
tristemente en el suelo,
llorando mientras secaba
sus lágrimas en voz baja.
Álvaro, con melancolía
miró a la persona, que
temblaba violentamente y
extendió la mano para
consolarla, pero luego la
retiró.
Luna, que nunca había
tenido miedo de nada,
aunque había vivido
momentos difíciles nunca
había sentido miedo
Esta fue la primera vez en
su historia que Álvaro vio a
Luna llorar. Siempre había
creído que esta mujer
no tenía corazón.
Capítulo 74
En la oficina.
El asistente continuó
informando, sobre lo que
acababa de suceder en la
sala de reuniones, sin
omitir ni
una palabra,
proporcionando un
informe muy completo.
Todos los involucrados,
excepto Luna, estaban
presentes.
…Señor, eso es lo que
sucedió en ese momento. -
dijo el asistente.
Gabriel afirmó con su
cabeza:
-Sí.
El asistente se retiró hacia a
un lado.
El ambiente se tornó tenso
de inmediato.
Sentadas en el sofá, las tres
señoras no se atrevieron a
mencionar una sola
palabra.
Gabriel era muy serio, y en
el aire se palpaba una
presión invisible que
afectaba a todos..
-Dentro de media hora,
quiero ver las firmas en los
contratos de arriba.
Rafael dijo:
-Sí, señor.
Rafael Ruiz era el nuevo
asistente de Gabriel.
Sí, desde el momento en
que Gabriel decidió salir de
casa, también decidió
reclamar todo lo que le
pertenecía.
Solo de esta manera podría
él protegerla.
Nadie se atrevió a hablar,
ya que no sabían por qué
Gabriel los había
contactado en relación con
los asuntos de la empresa.
Ellas eran tan solo mujeres
y no tenían nada que ver
con los negocios de la
compañía.
En ese momento, una voz
muy débil habló:
-Señor, no tengo nada que
ver con los asuntos de la
empresa, pero… ¿puedo
saber por qué revocar esta
colaboración?
-Esa no es una pregunta
que debas hacer. -
respondió Gabriel con gran
frialdad antes de salir de la

Esto era una silla de ruedas


de alta tecnología, recién
lanzada al mercado en el
extranjero. Tenía un
botón especial que, al
presionarlo, permitía que la
silla de ruedas se moviera
automáticamente.
Inicialmente, Gabriel
deberia haber estado en el
hospital en este momento
para una cirugía, pero
cuando
se enteró de que le habían
maltratado a Luna, sin
pensarlo dos veces, vino de
inmediato.
Fuera de la oficina, Gabriel
escuchó el llanto de una
chica.
Miró en silencio a la
persona que estaba
llorando.
La puerta de la sala de
reuniones no se cerró, por
lo que Gabriel entró
sigilosamente sin ser visto.
Luna todavía no se había
dado cuenta.
-¿Por qué estás llorando? -
La voz de Gabriel hoy
sonaba excepcionalmente
suave.
Luna, que sollozaba, se
detuvo abruptamente, sus
lágrimas colgaban de sus
pestañas, sus ojos muy
húmedos, estaban mirando
fijamente a la persona que
se acercaba.
-Tu… ¿qué haces aquí? -
Luna se secó los ojos con
fuerza, su nariz enrojecida
y su garganta ronca.
En este momento, solo los
dos estaban en la sala de
reuniones, los profesores se
habian ido y Álvaro
estaba atendiendo una
llamada.

-De paso. Gabriel frunció el
ceño al mirar las grandes
heridas en su rostro- ¿Te
duele?
Luna apretó los labios y
afirmó con la cabeza. Bajo
sus largas pestañas, las
lágrimas seguían cayendo
por su bello rostro.
-Si, me duele.
-¿Te sientes maltratada? -Su
voz llevaba un toque de
sutileza y ternura.
En realidad, ya se sentía
muchísimo mejor, pero
ahora, debido a sus
palabras, Luna se sintió aún
más herida.
Gabriel llevaba una camisa
negra y pantalones de traje.
Había doblado las mangas
de su camisa, revelando un
tatuaje muy misterioso en
su muñeca que nunca ella
había visto. Ese tatuaje se
extendía desde su muñeca
hasta sus dedos. En este
momento, esa mano estaba
descansando sobre su
rostro y limpió con gran
suavidad las lágrimas de su
rostro.
Esta vez, Luna realmente
no pudo contenerse. En
realidad, no era tan fuerte y
valiente como ella lo
imaginaba
Ella realmente envidiaba a
Nieve y los demás, quienes
tenían a sus padres para
mimarlas y protegerlas;

Pero ella no tenía a nadie


en absoluto. Su madre
había muerto hace mucho
tiempo, y su padre… nunca
la habla apreciado, Incluso
si se preocupaba por ella,
era muy falso…
Y su hermano… nunca había
sido un verdadero hermano
para ella….
Ella estaba realmente sola…
Álvaro habia recibido una
llamada de Andrés.
Andrés ya había enviado a
Isabel de regreso a casa y
había resulto todo el
inconveniente en la
escuela.
Isabel acababa de acostarse,
y Andrés comenzó a
ocuparse de los asuntos de
Luna.
-…En cuanto a la señorita
García… -Álvaro dijo con
pesar- Creo que lo mejor es
que hablaras con ella y
consolaras!
Andrés no tenía ganas de
consolarla más. Habló con
gran frialdad:
-No es necesario traerla
aquí. Llévala directamente
a la su casa.
Capitulo 75
-Si, señor…
Alvaro no colgó el teléfono
y simplemente guardó su
teléfono en el bolsillo.
Andrés fue a la cocina, se
sirvió un vaso de agua y
estaba a punto de colgar
cuando de repente….
escuchó el llanto de Luna a
través del teléfono.
Pero no estaba sola; había
otro hombre con ella.
-Te lo prometo, no
volverán a hacerte daño…
no llores más…
Su mano estaba tibia.
Y su corazón también
comenzaba a sentirse
bastante cálido.
Él era la primera persona
que le decía esas
consoladoras palabras.
Andrés, nunca consolaria a
Luna cuando estaba triste.
Siempre decía que sus
lágrimas la volvían
insoportable y la mandaba
a llorar muy lejos de él.
-¿Puedo apoyar la cabeza
en tu hombro? -preguntó
Luna con la voz
temblorosa.
Gabriel sonrió y extendió
las manos cariñosamente
hacia ella.
-En cualquier momento y
en cualquier lugar, estaré
muy encantado de hacerlo.
Entonces, cuando Álvaro
entró, vio a Luna
acurrucada en los brazos de
un hombre, llorando…
Esto puso a Álvaro en una
situación bastante dificil,
sin saber qué hacer.
El llanto que Andrés
escuchó a través del
teléfono lo hizo quedarse y
sentir algo muy
inexplicable.
Luna se habia aplicado una
pomada en la cara y
sostenía una bolsa de
medicamentos que él había
comprado.
Esta era la tercera vez que
se encontraban, y ella había
terminado llorando sobre él
y empapando su elegante
camisa. Para colmo,
también había terminado
ensuciando su ropa…
Además de este asunto,
Luna sabía que estaba a
punto de recibir una fuerte
paliza, así que le pidió a
Álvaro que le diera una
vuelta.
En el coche, Luna
preguntó:

¿Crees que mi padre se


enterara de lo que pasó
hoy?
Alvaro la miró y afirmó:
-Señorita, si te sientes
herida, puedes hablar
directamente con el señor
Martinez. Estoy seguro de
que el
director te ayudará en
privado.
Luna estaba sentada en el
coche, mirando el paisaje
costero. Estaban en la
frontera entre Astraluna y
Perlicia
En su habitación, tenia una
hermosa pintura de este
lugar, una obra de su
madre…
Sería mejor no causarle
problemas. Por lo general…
ya está bastante ocupado -
dijo Luna.
-Álvaro, cuando
regresemos más tarde,
¿puedes… ayudarme un
poco…?-Luna mordió su
labio.
Álvaro se tomó un
momento antes de hablar:
-Haré todo lo que este en
mis manos, señorita.
-Vale. Eso es inevitable.
Después de todo, todo esto
comenzó por mi culpa.
Álvaro… regresemos.
-De acuerdo, señorita.
En el camino de regreso,
Luna vio a un vendedor
ambulante de helados y le
pidió a Álvaro que se
detuviera para comprar
dos.
Le dio uno de sabor a
arándanos a su
acompañante, mientras ella
sostenía el de sabor a fresa.
Después de todo, seguía
siendo realmente una niña,
y ¿qué había de malo en
comer algo delicioso antes
de recibir una fuerte
paliza?
Cuando regresaron a la
mansión del Sol, ya había
oscurecido.
Hoy había pedido un día
libre de la escuela de
entrenamiento.
Al entrara la sala, Luna
percibió un olor a fuego
quemando.
Todos estaban sentados a la
mesa.
Luna se escondió detrás de
Álvaro y Álvaro se sintió
bastante incómodo.
-Señor Garcia, señor
Martínez, el asunto ya se ha
resuelto. La señorita. García
ya se disculpó con todas
las señoras
Gracias y puedes retirarte.

-SI, el señor Garcia, cuando


se volteó para irse, Álvaro le
lanzó una mirada a Luna. Él
no podía en ese
momento ayudarla.
Miguel ni siquiera la miró y
en su lugar, tomó un
bocado de comida:
-Ve a ia sala de estudio y
ponte de inmediato de
rodillas.
Luna bajó la cabeza y dijo:
-De acuerdo, papá
Liora miró a Luna con
preocupación y tristeza,
esta vez ni siquiera ella
podía ayudarla.
Capitulo 76
Luna se arrodilló sobre los
fríos azulejos. A través del
reflejo, miraba fijamente la
herida en su rostro.
Levanto su mano y la tocó
ligeramente, de inmediato
sintió un Intenso dolor.
En la habitación había un
aroma a sándalo que
resultaba bastante molesto
para su nariz.
En ese momento, se
escucharon pasos
acercándose desde afuera y
ella enderezó su frágil
cuerpo Inmediatamente,
mientras sus manos
agarraban fuertemente su
ropa.
Sabía muy bien lo que le
iba a suceder.
Pronto, la puerta del
estudio se abrió y entró
muy imponente Miguel,
seguido por Andrés e
Isabel.
-¿Sabes cuál fue tu error de
hoy? preguntó Miguel,
pasando junto a ella, tomó
una vela y la encendió,
luego comenzó a rezar.
Luna bajó la cabeza,
sintiendo la sombra de
Andrés a su alrededor. La
habitación estaba llena de
una atmósfera intensa y
opresiva que casi le quitaba
el aliento.
Un rato después respondió
en voz baja:
-No debería haber causado
conflicto con mis
compañeras de clase.
Miguel tomó la vara de
castigo, colgada en la pared
y se acercó tranquilamente
a Luna. Ella podía ver
claramente las vetas del
bambú. La inundaba tanto
miedo que un escalofrío
recorría todo su cuerpo.
Desde arriba, se escuchó la
voz fría de Miguel:
-Son tres contratos con un
valor total de más de nueve
millones de pesos.
Incluyendo el dinero que
he invertido, en total son
más de trece millones.
Luna, ¿crees que es justo
que también tengas que
pagar por lo todo que has
hecho?
Isabel también se asustó
mucho, retrocedió varios
pasos y se escondió en la
sombra detrás de la
espalda de Andrés.
-Si, es toda culpa mía, por
no poder controlar mis
emociones y hacer cosas
indebidas. Es justo que sea
castigada.
-Date la vuelta -ordenó
fríamente Miguel.
Luna se dio la vuelta de
rodillas, sabiendo que ahora
nadie podría ayudarla. ¿Ni
tampoco Andrés? Ella
nunca habia contado con
él.
Miguel levantó alto la vara
de bambú y la golpeó en la
espalda con gran fuerza.
Después del prime: golpe,
es como si fuera a desgarrar
su cuerpo. Y el tercero, el
cuarto..
Ella se esforzaba por
soportar el dolor
dignamente, sin gritar ni
llorar. Porque sabia que, las
lágrimas no servían para
nada
Uno tras otro llegó al
vigésimo tercer golpe y
Luna ya no podia sentir el
dolor.
Trece millones.
Para Miguel, el dinero era
lo más importante, incluso
más que la vida de su hija.
Habia visto en la vida
pasada el testamento que
Miguel dejó después de su
muerte, donde estipulaba
claramente que toda la
herencia iría a la cuenta de
Andrés
Ella habia soportado
cuarenta y dos golpes Su
espalda estaba
completamente hinchada y
marcada de
sangre Se quedo en el suelo
desmayada por el dolor,
pero pronto volvio en si
por otra ola de dolor
agudo.
Isabel agarro fuertemente
el brazo de Andres
permaneció con la cabeza
baja, sin atreverse a echar ni
un vistazo a la chica que
vacia en el suelo.
Justo en ese momento,
sono el movil de Miguel, lo
cual detuvo el siguiente
golpe. Andrés sacó el movil
y se lo paso a Miguel Antes
de contestar la llamada.
Miguel miro el número de
telefono, pero era
desconocido. Presiono el
boton de respuesta:
-¿Quien habla?
-Hablan del grupo Sánchez
-Bueno Mañana asistire a la
cita puntualmente -
respondio Miguel.
Despues de colgar la
llamada, dirigió una mirada
significativa a Luna y luego
le dijo:
-Por hoy ya para un poco.
Recuerda controlar tu
lengua en el futuro.
Deberias saber que puedes
decir y qué no. Si vuelvo a
enterarme de tus locuras te
aseguro que no podras
hablar nunca más en tu
miserable vida.
Luna se apoyo en el suelo
con sus brazos y se levanto
con todas sus fuerzas, luego
respondio:
-Si, ya lo entiendo, con
claridad.
Aparentemente. “To que no
podía decir” se refera a los
secretos de las personas que
estaban en las manos de
Miguel. Ella también lo
entendía, pero estaba
demasiado enfadada en ese
momento, para asimilario.
Antes de decir esas
palabras, también habia
considerado las
consecuencias. Cuarenta y
cinco golpes ya estaban en
el limite de lo que podia
soportar.
Capítulo 77
Luna salló de la habitación
y, vio a Liora esperándola
en la puerta. Al verla, Liora
se acercó rápidamente
con gran preocupación:
-¡Cómo estás, Luna!
Luna respondió con el
rostro tembloroso y pálido:
-¡Yo… estoy bien…! No te
preocupes, Liora. Por
cierto, ¿todavía hay
analgésicos en casa?
Sin embargo, su voz se
debilitaba cada vez más y
cuando pronunció la última
palabra, se desmayó por
completo cayéndose al
suelo.
Carolina, que observaba
desde un rincón de las
escaleras, presenció todo el
proceso. Sin embargo,
cuando Luna se desmayó,
ella no se acercó en
absoluto para ayudarla. En
cambio, dio media vuelta y
bajó las escaleras, con gran
desinterés.
En realidad, había visto las
heridas en la espalda de
Luna. Luna era la hija de
Miguel, ¿por qué este
hombre, la golpeó tan
brutalmente?
Al día siguiente, cuando
Luna se despertó, ya era
mediodía.
Estaba acostada boca abajo
en la cama y sentía frío
absurdo en la espalda. Miró
hacia atrás y se dio cuenta
de que su espalda estaba
expuesta al aire. Se
apresuró a jalar la manta
para cubrirse. Sin embargo,
alguien le quitó la manta de
inmediato y se escuchó una
voz gruesa:
-No te muevas, te estoy
cambiando la medicina.
Al escuchar esas palabras,
Luna casi se quedó
estupefacta y bajó la mirada
de inmediato para
confirmar algo. Luego, en
lugar de ser obediente, se
cubrió con la manta
encogiéndose de miedo.
Respondió casi
gritando:
-¡Esta es mi habitación!
¿Por qué estás aquí?
Era la primera vez que
hablaba con él, en un tono
de bastante enojo.
Andrés sostenía una
botellita de gel regenerador
cutáneo, todavía con la
medicina en los dedos
pregunto:
-¿Ya no me llamas
hermano?
-Andrés Martínez, ¡soy tu
hermana! Además, ¡no
tengo ropa encima! ¿Cómo
puedes hacer algo así?
Luna casi se derrumbó. Éi
la había visto totalmente
desnuda, ¡definitivamente
la había visto!
Las agujas del reloj en la
pared señalaban las doce.
Por lo general, Liora solía
salir a hacer compras a
esa hora, Miguel tenia citas
de negocios y se había ido
de la casa. Además, no era
fin de semana…
Entonces no había nadie en
la casa, ¡así que él se atrevió
a hacer lo que quisiera!
-Luna, ¿cómo te atreves a
hablarme en ese tono? -
interrogó Andrés.
Luna lo contradijo sin
dudar en nada:
-¡Si…! me atrevo, ¿y qué? Ya
no soy una pequeña niña,
por favor, no entres en mi
habitación sin mi
permiso, ¿OK?
Andrés frunció el ceño con
descontento, le lanzó a
Luna una fría y
perturbadora mirada y se
dio media
vuelta, luego se fue de la
habitación sin decir nada
más.
Antes de irse, cerró la
puerta.
Luna se apresuró a ponerse
el pijama.
¿Por qué se atrevió a hacer
algo así sin ningún temor
para hacerlo? Como un
hombre tan “leal” a sus
emociones, solo le gustaba
Isabel, ¿verdad? ¿Por qué
vino a quitarle su ropa y
entró en su habitación
aprovechando la excusa de
cambiarle las vendas?
¡Quién sabía si había
logrado hacer algo extraño
cuando ella estaba todavía
dormida!
Andrés bajó las escaleras y
en ese momento Liora llegó
a la casa y lo saludó:
-¿Señor? ¿Acaba de salir de
la habitación de Luna?
Andrés no le respondió,
emanando un aura
amenazante tan fría como
el hielo con el rostro
sombrio y triste, tan solo se
fue caminando en silencio.
Liora percibió algo anormal
y se apresuró a dirigirse a la
habitación de Luna.
Cuando Liora abrió la
puerta, Luna creyó que era
Andrés nuevamente, pero
al ver que era Liora, se
relajó un poco más.
-Luna, Andrés ha estado
aquí, en la habitación. Él…
¿ha visto algo? -preguntó
Liora con gran curiosidad.
Luna no entendió muy bien
sus palabras:
-¿Qué quieres decir?
–Antes de salir a hacer
compras, te quité la ropa
para aplicarte la venda en la
espalda. Pensé que no
habría nadie más en tu
habitación, así que no te la
volví a colocar. ¿Andrés te
vio? Además, cuando él
bajaba las escaleras, noté
que no estaba de muy buen
humor… ¿Le dijiste algo?
Luna se quedo totalmente
estupefacta Parecia que se
habia presentado un
malentendido muy
vergonzoso
Capitulo 78

Después de que Andrés


saliera de la habitación,
Carolina apareció con
algunos postres. Examinó
brevemente las heridas de
Luna y, se fue luego de
expresar algunas palabras
de “preocupación”.
A pesar de haber tomado
analgésicos, Luna todavia
sentia un Intenso dolor en
las heridas y le resultaba
muy difícil conciliar el
sueño de la noche.
Finalmente logró dormirse,
pero fue despertada en
medio de la noche por una
horrible pesadilla,
empapada en sudor frio.
Sin embargo, no pudo
darse la vuelta, aunque
quisiera lo que la dejó
completamente despierta.
Había estado acostada boca
abajo durante un largo
tiempo y el dolor en su
pecho se intensificaba cada
día más. Tomó una
almohada para apoyarse un
poco, mientras tanto, no
pudo evitar quejarse
interiormente: a sus
dieciocho años, no le
parecía bueno tener los
senos tan grandes,
especialmente
dada esta situación…
Echó un vistazo al reloj, y
eran solo las tres y media
de la madrugada.
Se levantó y fue al baño,
parándose frente al espejo
desabrochándose los
botones de su pijama y
quitándosela muy
lentamente para ver las
profundas heridas en su
espalda. Había varias
heridas
abiertas, pero la mayoría de
la espalda estaba un poco
hinchada, aunque la
situación había mejorado
muchisimo en
comparación con los días
anteriores.
Con el sudor causado por la
pesadilla, se sentía pegajosa
en todo su cuerpo en esa
noche tan calurosa
de verano. Decidió darse
una ducha muy rápida,
evitando mojar sus heridas.
Luego se puso otro pijama
y salió al balcón para
disfrutar de la brisa
nocturna fresca.
Era una noche clara en la
que se podían ver el
esplendor de las estrellas
brillando en el firmamento.
Se dio cuenta de que la luz
en el tercer piso de la villa
de enfrente estaba apagada.
Parecía que habia pasado
mucho tiempo desde la
última vez que lo había
visto, aunque solo podía ver
una figura borrosa.
No sabía a dónde había ido,
solo esperaba que este
chico no estuviera
deprimido como lo había
estado antes.
En el Hospital Serenidad.
La operación duró seis
horas. Gabriel todavía
estaba somnoliento debido
a la anestesia general, con
las piernas vendadas con
gasas.
El mayordomo Adolfo
rápidamente le preguntó al
médico:
-Doctor, ¿cómo salió de la
operación?
-Según la situación actual,
la operación fue exitosa,
pero aún debemos prestar
atención para evitar las
posibles complicaciones
que se puedan presentar
después de la cirugía, por lo
que el señor tendrá que
quedarse en el hospital por
un largo tiempo -respondió
el doctor.
-Entonces, ¿cuánto tiempo
necesita para recuperarse?
-Eso dependerá de la
condición de la salud del
paciente. Puede que
necesite tres años, cinco
años, diez
años o incluso más años,
para una recuperación
completa. Además, no
podemos descartar la
posibilidad de posibles
complicaciones en el
futuro. Ya que esta cirugía
se retrasó mucho y es un
milagro que la operación
haya sido todo un éxito.
-Entiendo, muchas gracias,
doctor.
-No hay de qué.
Después de la conversación,
Adolfo hizo una llamada de
inmediato y la llamada fue
respondida al
instante al otro lado del
teléfono.
-Señora, la operación fue
exitosa -le informó Adolfo.
-Muy bien. Cuídalo bien en
el hospital. Mañana lo
visitaré después del
banquete. Dale lo que
quiera y evita que se enfade
a menos que haya
situaciones especiales para
ello.
-Como usted ordene,
señora.
Al terminar la llamada,
Adolfo regresó de
inmediato al pabellón VIP y
vio que la persona en la
cama ya se
encontraba despierta. Con
su uniforme de hospital,
Gabriel se cubrió los ojos
con el brazo. Parecía que
acababa de despertarse.
-Señor, ¿ya estás despierto?
¿Cómo te sientes? -
preguntó preocupado y
muy acongojado Adolfo.
Gabriel respondió con su
voz débil y baja:
-Estoy bien. Muchas gracias
por acompañarme. Ahora
puedes descansar.
-Entonces, descansa bien.
Vendré a verte mañana -
dijo Adolfo con respeto
antes de retirarse.
Después de la partida de
Adolfo, Gabriel tomó su
teléfono móvil que se
encontraba oculto debajo
de la almohada y abrió su
WhatsApp. Leyó
nuevamente las
conversaciones y se dio de
que el último mensaje
de ella había sido enviado la
semana pasada. Gabriel
pensó que a esta hora ella
probablemente ya
estaría durmiendo.
Normalmente, evitaba
molestarla si la extrañaba a
esta hora, pero en ese
momento….
no pudo evitar enviarle un
mensaje:

¿Qué estás haciendo?»


En realidad, Luna ya casi se
había quedado dormida en
la silla, pero el repentino
sonido de la notificación la
despertó rápidamente de su
somnolencia. Con los ojos
entrecerrados, revisó el
nuevo mensaje y se
sorprendió al ver que era
de Gabriel. Echó un vistazo
rápido a la habitación de la
villa y luego respondió:
Estoy soñando, verdad
luego añadió. ¿No estás en
casa hoy?
Un nuevo mensaje llegó al
instante:
-No, estoy en el hospital,
porque tengo algo que
hacer. ¿Por qué aún no te
has dormido?
-No puedo dormir, por lo
que me levanté. ¿Por qué
estás en el hospital? ¿Estás
enfermo? -preguntó
Luna preocupada.
-Nada grave. Es que tengo
un leve resfriado respondió
Gabriel.
Capítulo 79
Luna se encogió, la luz de la
pantalla de su teléfono
móvil se reflejaba en sus
ojos. Miraba los mensajes
de Gabriel sin saber que
responder, asi que solo le
envió unas palabras de
preocupación:
-Si estás resfriado, bebe
mucho líquido y toma la
medicina a tiempo.
Entendido -respondió
Gabriel.
-Que tengas una buena
noche -dijo Luna.
-Igualmente.
En ese momento, Luna
pensó que tal vez no era
necesario encontrarse con
Gabriel. Después de todo,
su intención era salvar
solamente su vida, no hacer
amigos con él. Además,
planeaba dejar esa ciudad
en el futuro para comenzar
una nueva vida, en otro
lugar.
Quizás nunca regresaría.
Alejarse de la Ciudad
Astraluna era la única
forma de liberarse de la
familia García, y de la vida
que existía de la persona
María… Solo así podría
comenzar una nueva vida,
en otro
lugar, su propia vida.
Gabriel no estaba en sus
planes serios. Si la relación
se volvía más sólida, solo
traería problemas.
Mientras pensaba, Luna
bostezó largamente y de
repente sintió sueño.
Regresó a su habitación y
se acostó de nuevo,
pensando en los momentos
maravillosos que le
esperaban en el futuro.
Pronto se quedó dormida.
Después de varios días de
descanso en casa, la herida
de Luna se había
recuperado por completo.
Esa mañana, mientras aún
estaba profundamente
dormida, escuchó que Liora
tocaba la puerta de su
habitación y dijo:
-Luna, levántate. Ven a
desayunar.
Luna respondió un poco
medio adormilada:
-Unos minutos más….
-Rápido, levántate. El señor
te está esperando en la sala.
Date prisa, querida, ¿de
acuerdo? -respondió
Liora.
Al escuchar que Miguel la
esperaba, hizo que Luna se
despertara por completo de
inmediato. Retiro las
sábanas y respondió en voz
alta:
-¡Ya lo sé! ¡Ya me levanto!

Luego se precipitó a
cambiarse de ropa y
cepillarse, tan pronto
terminó todos estos
procesos, solo había pasado
diez minutos. Agarradose
del pasamanos, se bajó las
escaleras lo más rápido que
pudo.
Cuando llegó, todos estaban
sentados a la mesa, incluso
Andrés e Isabel. Era fin de
semana y Isabel
había regresado a casa.
Al sentir la atmósfera algo
incómoda, Luna dudó en
acercarse. Desde el
malentendido ocurrido con
Andrés, él no le había
dirigido la palabra en estos
días. Con pasos vacilantes, e
indecisos Luna
finalmente se acercó y se
sentó en la silla que solía
ocupar Carolina.
En la mesa había gran
cantidad de platos y todos
eran sus favoritos. Le
resultaba algo extraño, ya
que no era un dia especial.
Además, se había levantado
tarde, pero Miguel no le
reprochó. Se sentó ansiosa
y escuchó a Miguel
preguntar:
-¿Cómo están las heridas?
Luna respondió.
-Están sanando. Mañana
puedo ir a la escuela.
Liora le sirvió un tazón de
sopa.
Miguel siguió hablando:
-Después del desayuno, ve
a la habitación de tu tía
Carolina y elige un vestido
adecuado. Esta noche, tú,
Andrés y yo iremos a un
banquete muy especial.
La mente de Luna quedó
en blanco al escucharlo.
Casi al instante, las palabras
salieron de su boca:
-¡Padre…! ¿Puedo quedarme
en casa?
¡No dijiste que ya estabas
mejor!
-No, no puedes. Incluso si
tuvieras una pierna rota,
igualmente, tendrías que
venir con nosotros. Habrá
muchos jóvenes en el
banquete, tal vez
encuentres a alguien que te
guste. Ya eres mayor para
casarte –
rechazó Miguel
directamente.
-Pero, papá, acabo de
cumplir la mayoría de edad
y todavía no me he
graduado de la
Preparatoria. ¿No
crees que este tema es un
poco temprano para mi?-
dijo Luna
apresuradamente.
-Puedes encontrar un novio
primero, y cuando te
gradúes de la universidad,
será el momento perfecto
para casarte. Además, ya
hemos hablado con Andrés
sobre la elección de la
universidad. Será mejor
que te quedes en la Ciudad
Astraluna en lugar de ir a la
Ciudad Boscosa -añadió
Miguel.
-¡Por qué-exclamó Luna,
sintiendo como si le
hubieran dado un fuerte
golpe en el pecho que le
quitaba el aliento.
Conteniéndose, lanzó una
furiosa mirada a Andrés,
quien le estaba sirviendo
comida
-Papá, ¡por qué! Lo hemos
acordado todo…
Capitulo 80

-¿Te atreves a discutir


conmigo? -dijo Miguel
friamente, frunciendo el
ceño con gran fuerza.
Luna lo contradijo
indignada.
-Fuiste tú quien traicionaste
lo dicho. Padre, ya soy
mayor de edad y no quiero
que siempre tomes
decisiones por mí. No soy
tu titere.
-¿Estás desafiando mi
decisión?! -gritó Miguel,
golpeando fuertemente la
mesa-. ¡Te estoy
manteniendo y te atreves a
enfrentarte a mi! ¡No
olvides que toda tu vida
depende de mi dinero! Si
tienes
valor de desafiarme, no
uses ni un peso de mi
dinero!
Las pestañas de Luna
temblaron ligeramente y
preguntó:
-Si no me quedo en esta
casa y no uso tu dinero, no
intervendrás en mis
asuntos, ¿verdad?
-Ahora te crees
completamente madura,
¿eh? Parece que has
olvidado por completo la
lección que te di con la vara
de bambú. Si todavía
quieres desafiar mi
autoridad, pruébame te
complacere!
Miguel se levantó y sacó su
cinturón, dispuesto a
azotarla. Siempre había
sido un hombre de
principios, y
esta era segunda vez que se
enfadaba tanto con Luna.
Carolina se apresuró a
detenerlo diciendo:
-Tranquilo, tranquilo,
Miguel Luna solo está
diciendo esas palabras
porque está enfadada. No
te
preocupes. La hare entrar
en razón, ahora mismo.
Luna Pidele disculpas a tu
padre ahora mismo!
Luna la rechazó de
inmediato.
-¿Por qué debo
disculparme?! Si tú también
tienes agallas, ¡mátame! ¡Es
injusto que me controlen
todo.
el tiempo! -¿Qué dices?
Repitemelo!
Miguel levantó el cinturón
de inmediato. Si no fuera
por Carolina
interponiéndose, el
cinturón ya habría
golpeado el rostro de Luna.
Liora, también se acercó
para proteger a Luna
mientras trataba de
persuadirla:
-Luna, ¿qué estás haciendo?
El señor también piensa en
tu bienestar.
-¿Por mi bienestar? ¡Él
siempre habla que piensa
por mi bienestar, pero solo
quiere controlarme por
completo! Desde que era
pequeña, todas mis
decisiones tenían que
obtener su permiso. ¡Un
padre normal nunca haría
eso que él me está
haciendo! Si mamá
estuviera a mi lado, ella
tampoco lo haría.. –
contradijo Luna con la voz
llorosa.

Miguel se le acercó
rápidamente y le dio una
fuerte bofetada, mientras la
insultaba:
-Tu madre era también una
completa hija de puta! ¡Yo
debería haberte
estrangulado cuando ella te
dio a luz! ¿Ya eres lo
suficientemente madura
para entenderlo? ¡Lárgate
de aquí y nunca vuelvas con
tu maldito coraje’
La cara de Luna se
entumecio por la bofetada
y de inmediato sintió dolor,
notando cómo su mejilla
izquierda se hinchaba, su
cuerpo se inmovilizó por
completo. Se contuvo las
lágrimas y respondió:
Nunca olvidare lo que
dijiste !
Miquel grito
-Vete! ¡Ahora mismo!
-¡Luna! -Liora quiso
deteneria
-Basta! Si descubro que
alguien la ayuda, ¡no
vuelvan a esta casa en el
futuro! -ordeno Miguel
encolerizado en voz alta
Luna se marchó sola, solo
con su pijama y zapatillas,
sin nada más. La sala quedo
sumida en un
ambiente sofocante y
extraño.
Después de un rato, Miquel
dijo con indiferencia:
-¡A comer!
Liora miraba preocupada la
figura triste y desoladora
que se alejaba
Carolina le sirvió comida a
Miguel, mientras decia:
-Miguel, ¿por que estas tan
enojado con la chica? Luna
es todavia una joven, es
comprensible que no
entienda tus buenas
intenciones. Ademas no
lleva nada consigo, no
puede ir a ninguna parte…
Andrés,
ve a buscarla y tráela de
regreso a casa. Si le pasa
algo malo…
Antes de que Andrés
pudiera hablar, Liora
propuso.
-¡Me encargaré yo! Luna
tiene una relación más
cercana conmigo, tal vez
pueda persuadiria y
traeria…
Al mismo tiempo, fuera de
la puerta de la mansión
Luna se tropezó mientras
corria. Su cuerpo estaba
lleno de raspaduras y, en si
toda ella era un desastre.
-¡No puedes irte! Me
interesa mucho saber a
dónde irá sin mi dinero.
¡Más le vale que se muera
de hambre! -rechazó
Miguel directamente.
Liora insistió:

-¡Señor!
-¡Cállate! ¡Vete también si
sigues diciendo estupideces!
-exclamó Miguel,
El desayuno terminó en un
ambiente intenso y bastante
silencioso.
Isabel se sentó en el asiento
del copiloto del coche,
mientras Andrés ajustaba su
cinturón de seguridad. Ella
preguntó:
-Andrés, ¿de verdad no
vamos a buscar a Luna? Se
encontrará algún peligro si
está sola…
Sin embargo, el rostro de
Andrés no mostró ninguna
variación emocional.
Simplemente ajustó el
volante y piso el acelerador
para marcharse.
-Ella es como una princesa
que ha vivido demasiado
tiempo en un ambiente
protegido, como una jaula
de oro, sin conocer los
peligros del mundo. No te
preocupes, la conozco muy
bien… Ella regresará pronto
-dijo Andrés.
Después de todo, había
presenciado muchísimas
veces, cómo Luna intentaba
escapar de casa en el
pasado, pero siempre
terminaba regresando muy
obedientemente. En su
corazón, sin el apellido
Garcia,
Luna era solamente una
persona sin valor alguno
para él. Mientras tanto,
también le interesaba
cuánto
tiempo ella podría vivir sin
el dinero de la familia
García. ¿Tres minutos? ¿O
tres horas? Una sonrisa
burlona y sarcástica
apareció en sus labios.
“Luna García, más te vale
no decepcionarme”, pensó
en el interior.
Sin embargo, cuando
salieron de la mansión, no
vieron la figura de la chica.
Capítulo 81
“Quizás se había escondido
en algún rincón”, pensó
Andrés.
Sin embargo, al instante,
Isabel señaló una figura que
se paró frente a un camión
y dijo:
-Andrés, mira, es Luna.
Andrés redujo la velocidad
y alcanzó a ver cómo ella se
subía a un camión
desconocido.
-Dios mío, ¿cómo se atreve
Luna a irse con alguien que
no conoce? ¿Podría estar en
grave peligro? Andrés, creo
que debemos apresurarnos
y llamar a la policía… -
exclamó Isabel.
No obstante, Andrés solo
apartó su mirada
perturbada y respondió:
-No hace falta.
-¿Realmente la dejaremos
ir? -preguntó Isabel.
Andrés se concentró en
conducir, sin pronunciar
una palabra en absoluto.
El camión se alejó
rápidamente, dejándolos
atrás en poco tiempo. Isabel
notó claramente que el
auto estaba acelerando.
Quería decirle a Andrés que
redujera la velocidad, pero
al pensar que él estaba
persiguiendo al camión, se
contuvo. Cuando llegaron a
un cruce, el semáforo
cambió rápidamente a
rojo.
Cuando terminó la espera,
el camión había
desaparecido por completo
después de la curva…
-Andrés, ¿qué deberíamos
hacer ahora? -preguntó
Isabel ansiosa, pero solo
recibió su frialdad y la
oscuridad en su rostro, lo
que le provocó un
escalofrío intenso.
“Luna García, ¿iqué truco
estás tramando esta vez…!?”
En el camión, Luna miró
por el espejo retrovisor y
vio cómo el auto de Andrés
se alejaba a gran rapidez.
Esperaba que Andrés
pudiera comprender su
decisión: tenía que irse de
allí. Nunca había mentido
sobre este asunto.
En realidad, con respecto a
lo relacionado con Isabel,
había aprendido una fuerte
lección en su vida
anterior. Esta vez, esperaba
que Andrés también
abandonara la idea de
retenerla en esta ciudad por
su relación pasada. Ya no
queria experimentar ese
inmenso dolor una vez
más…
El conductor del camión se
dedicaba al transporte de
carga pesada alarga
distancia. En el vehículo
también viajaba su esposa.
Eran dos personas sencillas
y muy amables.
Cuando Luna les explicó
que había discutido con su
padre y que iba en busca de
su madre.
Después de un viaje de
unos cuarenta minutos,
llegó a un distrito de
edificios antiguos. Se
despidió en gran manera y
les agradeció. Con la ayuda
de su memoria, recorrió las
calles deterioradas y
percibió el olor
nauseabundo del agua
subterránea. Pronto
encontró un símbolo muy
familiar y se detuvo frente
a un edificio sin ascensor.
No le quedó más opción
que subir seis pisos por las
escaleras. Perdió una de sus
sandalias en el camino,
caminando, cojeando y
sintiendo un fuerte dolor
en las rodillas.
Finalmente, encontró la
puerta correcta. Sacó la
llave que estaba escondida
debajo de la maceta frente
a
la puerta del vecino. De
repente, se oyó una voz:
-Hija, ¿quién eres? ¿Por qué
nunca te he visto antes?
Luna le respondió con
respeto:
-¡Mi mamá vive aquí!
Vengo a buscarla.
-¿Eres la hija de Liora?
Madre mia… Nunca me ha
dicho que tiene una hija tan
hermosa. Hija, ¿cómo te
llamas?
-Luna García, señora.
-Qué nombre más bonito…
¿Has almorzado? He
preparado algo de comer,
¿quieres comer conmigo? –
propuso la señora muy
amablemente.
-No, no, muchas gracias,
señora. Estoy un poco
cansada y quiero descansar
un poco mientras espero-
rechazó Luna con gran
amabilidad la oferta.
-Está bien. Cuando tengas
tiempo, ven a visitarme, ¿de
acuerdo? -respondió la
señora con una sonrisa
brillante.
-Claro, gracias.
Después de esta corta
conversación, Luna entró
en la habitación. Era una
habitación muy sencilla,
pero estaba muy bien
ordenada. Solo había una
cama y un baño, sin sala de
estar. El pequeño balcón
sería la mayor ventaja de
este lugar.
Capítulo 82
En realidad, esta era una
habitación que Liora había
alquilado y solo costaba
unos cien pesos. Tenía una
excelente iluminación y
estaba muy bien ventilada.
Si no hubiera conocido esta
modesta habitación, podría
haber terminado
durmiendo en la calle.
Ya era la segunda vez que
venía aqui. La primera vez
fue cuando se enteró de
que Andrés le había
comprado un hermoso
vestido de princesa a Isabel.
Andrés nunca le había
comprado algo así,
por lo que también ella le
pidió uno. En lugar de
aceptar su solicitud, Andrés
la reprendió, lo que la hizo
sentir muy indignada.
Enfadada, decidió irse de
casa. Esta fue la primera vez
que se marchaba de casa.
Pero en esa oportunidad
Andrés no vino a
consolarla, ni a llevarla de
regreso a casa, porque ella
había vuelto añicos el
vestido para Isabel, lo cual
lo enfureció enormemente.
En el camino de regreso a
casa, Liora la trajo a este
lugar mientras ella seguia
enfadada. Al final, no pudo
soportar la suciedad, así que
regresó a casa
obedientemente. Después
de todo, estaba
acostumbrada a su vida de
privilegios. En esta ocasión,
si Liora no hubiera
revelado este secreto, nunca
la habrían encontrado. Para
ser honesta, ahora también
le parecía una selección
aceptable. Aunque no
podría seguir estudiando en
la preparatoria o ingresar a
la universidad en el futuro,
podría encontrar algún
trabajo sencillo para
mantenerse. Estaba muy
segura de que podría
sobrevivir dignamente.
Mientras pensaba, se dio
cuenta de que había un
poco de polvo en la mesa,
así que tomó un cubo de
agua para hacer una rápida
y sencilla limpieza. Luego,
cambió las sábanas y regó
las plantas en el balcón.
Después de terminar todo
eso, sacó un pijama de
Liora en el dormitorio y
fue al baño para darse una
ducha. Cuando el agua caía
sobre las heridas de su
espalda, el dolor casi la dejó
sin aliento. No habial
agua caliente, solo podía
usar agua fría e intentaba
evitar que mojara las
heridas. Después, tomó
una toalla amarillenta pero
limpia para secarse muy
bien el cabello..
Aunque las condiciones no
eran muy buenas, sentía
una libertad innegable, que
nunca había experimentado
en la familia García. Se
acostó en la cama para
descansar un rato. Sin darse
cuenta, se quedó dormida
en la comodidad.
Cuando despertó, ya era de
noche. A medio despertar,
escuchó un gruñido de su
estómago. Se levantó y
se preparó unos fideos
instantáneos como la cena,
sin otros platos adicionales.
A pesar de la difícil
situación, no se sentía
infeliz. Al menos aún tenia
algo de comida.
En la vida anterior, Andrés
la habia expulsado como un
perro de la Ciudad
Astraluna y poco después,
le diagnosticaron cáncer
terminal. Para pagar el
tratamiento, después del
divorcio, vendió todas sus
propiedades. En los últimos
días, solo podía comer las
sobras que otros dejaban, e
incluso pasaba las
noches en blanco… Un
tazón de fideos ya era un
lujo para ella. Por lo tanto,
ahora apreciaba todo lo
que tenia, sabiendo que
nada de eso era fácil de
conseguir.
Encendió el televisor y
empezó a ver una aburrida
telenovela. Este televisor
incluso solo de color
blanco

Medio adormilada, escuchó


sonido de que alguien abría
la puerta con la llave.
“Debe ser Liora”, pensó
Luna y se apresuró a abrir
la puerta.
Efectivamente, era Liora.
Ella sacó la llave desde la
cerradura y le dijo un poco
enfadada:
-¡Qué niña más tontita!
Sabía que estarías aquí. Has
pasado todo el día sin
comer nada, ¿verdad? Te
traje tus platos favoritos,
ven y come.
Capitulo 83

-Sé que tú has sido lo mejor


para mí! -exclamó Luna
emocionada, mientras se
acercó a Liora y la
abrazo fuertemente.
Luego, no se aguantaba por
abrir la cesta que ella
sostenía y se sentó a una
pequeña mesa.
-¿Por qué te fuiste de casa?
El señor, Andrés, y todos
ellos se preocupan mucho
por ti. Deberías
regresar a la casa mañana -
persuadió Liora.
-No volveré, aunque me
convenzas. Soy solo una
persona sin importancia
para ellos. ¿No es posible
que se preocupen por m? -
se burló Luna.
Liora miró hacia la cocina
y, notó las ollas y al igual
que la salsa de soja ya
utilizada. Si no estuviera
cuidando de ella, Luna solo
comería comidas como
fideos instantáneos. Era la
preciosa princesa en su
corazón y ella no debería
tener que lidiar con estas
dificultades de la vida…
Después de todo, había
sido testigo del gran
crecimiento de Luna y la
tomaba como si fuera su
propia hija. Para ser sincera,
se preocupaba mucho por
ella.
-Luna, ¿solo comiste fideos
instantáneos para el
almuerzo? -preguntó Liora.
Luna dio un gran bocado al
filete de pescado. Luego
afirmó y respondió:
-Si. No encontré otra
comida en casa. Pero le
puse demasiada salsa de
soja y quedaron un poco
salados Además, Liora, creo
que esta botella de salsa está
en mal estado… Cuando la
comía, sentí que el sabor
estaba un poco extraño.
Liora se acercó y le dio un
golpecito en la cabeza con
el dedo, diciendo:
-Tontita ¿No sabes
comprobar la fecha de
caducidad? ¿Y si te
enfermas? No vuelvas a
comer este tipo de comida
sin nutrientes. Mañana te
llevaré de regreso a casa y
te disculparás con el señor
con una buena actitud, para
que todo se olvide…
Sin embargo, Luna con el
corazón destrozado guardó
silencio por un momento y
luego respondió:
-Ya dije que no volveré a
esa supuesta familia. Si me
obligas, me iré de aquí
ahora mismo y para
siempre.
Al terminar sus palabras,
Luna se dirigió a la puerta
de inmediato. Liora se
apresuró a detenerla,
diciendo: -Pero, hija, si no
regresas a casa, ¿planeas
quedarte aquí para
siempre?
-¿Por qué no, dimelo?

– Es solo un lugar pequeño


y no tiene ninguna ventaja
para tu futuro. Luna, mi
querida y amada
hija, debemos regresar a
casa. ¿De acuerdo?
-No me importa… Si tú
también quieres echarme
de aquí, no tengo ningún
lugar a donde ir… No quiero
regresar a esa supuesta
“casa”. ¡En mi corazón, ya
no tengo un hogar real
después de la muerte de
mamá…! Liora, ¿puedes
dejarme vivir aquí? -dijo
Luna con la cabeza baja y
los ojos llenos de lágrimas
y tristeza.
-Tontita, no llores… Tienes
que entender que en mi
habitación no hay nada
necesario para tu vida… Las
condiciones de este lugar
son mucho peores en
comparación con tu casa -
Liora la consoló.
Luna se secó las lágrimas
con la mano y respondió:
-No me importa. Puedo
encontrar trabajo. Sé
cocinar, pintar y tocar el
piano… Si nada de eso
funciona,
también puedo trabajar
como camarera para
ganarme la vida, no crees.
-Pero eres una señorita
criada en una familia muy
adinerada, no puedes hacer
ese tipo de cosas -dijo
Liora imponente. No llores
más… Si realmente quieres
vivir aquí, quédate, no te lo
impediré. Mañana iré
a comprar más comida para
ti. Pero, mañana no podré
acompañarte aquí, tengo
que ir al apartamento de
Andrés, para cuidar a Isabel
durante unos días. Quédate
en casa y no salgas de aquí
si no es realmente
necesario. Este distrito no
es tan seguro por la noche.
Luna aceptó y preguntó:
-¿Qué le pasó a Isabel?
-Estaba herida. Andrés no
puede cuidarla
adecuadamente.
-Pero el puede
perfectamente contratar a
una enfermera, ¿por qué te
pidió que lo hicieras? ¿Y si
te convertiras en su criada?
Ahora eres la persona más
importante para mí… -le
dijo Luna mientras la
abrazaba fuertemente y
lloraba con gran
desconsuelo.
Liora acariciaba su cabello
y respondió:
-Solo serán unos días.
Cuando regrese a casa, te
cocinaré todos los platos
que te gustan.
Pero, Luna no quería
regresar.
En la tranquila noche, las
delgadas cortinas no
bloqueaban la luz exterior.
La tenue luz de la luna se
filtraba inquietante por la
ventana. Luna y Liora se
acostaron en la misma
cama. Sabiendo que Luna
siempre se movía durante
el sueño, se pusieron dos
mantas diferentes.
Sin embargo, había
dormido demasiado
durante el día y ahora no
pudo conciliar muy
fácilmente el
sueño. Se cubrió con la
manta y miraba aburrida el
techo, contando ovejas.

En realidad, tenia una duda


¿por qué Andrés, insistió en
que Liora fuera a cuidar a
Isabel? Durante el
desayuno, isabel estaba
muy bien. Aparentemente,
este lo hizo fue a propósito.
De todas maneras, Liora
podría cuidarla durante
unos dias nada más, pero
no podría quedarse allí
para siempre. Liora tenia
que quedarse a su lado.
Fue una noche casi sin
sueño. Cuando escuchó
medio despierta los sonidos
de Liora, saliendo de la
habitación, el sol ya estaba
saliendo en el hermoso
horizonte. Media hora
después, Liora regresó. En
la cama, Luna parecía
percibir un atractivo aroma
a comida deliciosa.
Capitulo 84

Liora estaba cocinando


Luna entreabrió los ojos y
echó un vistazo al reloj.
Eran solo las seis de la
mañana, el amanecer
apenas se asomaba afuera.
-¿Por qué te has levantado
tan temprano? Ve a dormir
un poco más. El desayuno
estará listo en un rato
-dijo Liora.
Luna se acercó y la abrazó
por detrás, apoyando el
mentón en su hombro. Con
los ojos entrecerrados y
un mechón rebelde en su
frente, parecía un adorable
gatito perezoso. Preguntó:
-¿Qué estás cocinando?
Liora respondió:
-La cocina está muy sucia y
desordenada, sal de aquí
rápido. Te compré los
artículos necesarios para
estos dias. No son de
marcas buenas como los de
tu casa, pero por ahora te
servirán. Esta noche te
traere los tuyos.
-No me importan las
marcas. Me gusta todo lo
que me compras.
–Deja de ser traviesa. Ve a
cepillarte. El desayuno está
listo ya.
-Está bien.
Luna llevaba puesta una
pijama de Liora, de estilo
antiguo y aparentemente
diseñado para personas
mayores. Sin embargo,
Luna le daba un toque muy
especial. Arrastrando las
pantuflas tradicionales, fue
al baño a cepillarse. Cuando
salio, se dio cuenta de que
Liora se había ido sin
comer nada en absoluto,
dejándola desayunar sola
en la habitación.
Antes de irse, Liora le
recordó que fuera a la
preparatoria y no llegara
tarde. Sin embargo, Luna
no tenía planeado volver a
hacerlo. Incluso si la
expulsaban de la escuela, ya
no le importaría.
Comió muy poco y guardó
el resto en la nevera. Quería
dar una vuelta por los
alrededores para ver si
encontraba otras cosas
necesarias con los
quinientos pesos que le dio
Liora.
Tenía que hacer algo para
devolverselos.
Un rato después, Luna salió
de casa con una bolsa de
tela. Vestida con un traje
muy sencillo y antiguo de
Liora, su cabello estaba
sujetado con una pinza.
Con ese atuendo, ya no
parecía una joven señorita
de una familia adinerada.
-¡Ay! ¡Luna! ¿Adónde vas? -
preguntó la vecina señora.
una cerró la puerta con
llave y respondió:
-Quiero dar un paseo por
los alrededores. ¿Y usted?
-Ah, voy a lavar la ropa.
Luna tu madre ha vivido
aquí durante más de diez
años, ¿por qué nunca te he
visto antes?
Luna mostró una sonrisa y
dijo.
-En los últimos años estuve
estudiando en otra ciudad y
no tenía mucho tiempo.
Ahora tengo tiempo
libre, así que vine a visitarla
por una larga temporada.
-Entiendo. Ya eres mayor
de edad, ¿verdad? ¿Tienes
novio?
-Señora, tengo dieciocho
años y estoy preparándome
para el examen de ingreso a
la universidad.
Todavía no tengo intención
de tener un novio. Es
demasiado pronto para
hablar de ese tema.
-Eres una chica tan guapa,
seguro que hay muchos
chavos persiguiéndote,
¿verdad? Me parece muy
normal que los jóvenes
tengan una relación
bonita… Además, para las
chicas, estudiar tanto no es
muy
útil en la vida Tarde o
temprano te casarás y te
quedarás en casa criando
hijos. En mi opinión, sería
mejor casarse temprano.
Dicho esto, se acercó muy
tiernamente como si
tuvieran una relación muy
cercana y continuó:
-Tengo un hijo de tu edad.
También es un guapito…
Mientras escuchaba, la
sonrisa de Luna
desapareció poco a poco. La
rechazó cortésmente:
-Señora, muchas gracias.
Pero todavia no tengo
planes en ese aspecto.
Tengo prisa y me tengo que
ir.
-Tienes tan buena
apariencia, seguro que tus
hijos también serán bellos y
muy adorables. Considera
la excelente propuesta,
¡podemos darte cien mil
pesos!
Luna no se detuvo ni volteó
a mirar y pronto
desapareció.
-¡Maldita! ¿me está
ignorando? ¿Acaso cree que
es realmente una ninfa
intocable? Se comporta
como esas mujeres que se
prostituyen, ¡pero
mostrándome su
indignante arrogancia! -
insultó Melisa Moreno,
la vecina de Liora.
En realidad, todo el
maravilloso estado de
ánimo de Luna fue
arruinado por ella. ¡¿Solo
tengo dieciocho años y esa
mujer me aconsejó que me
case temprano?!
Capítulo 85

Para ser honesta, el


ambiente de este distrito no
era tan bueno. Al menos, la
situación sanitaria era
bastante reprobable en
comparación con el área
central de la Ciudad
Astraluna. Además, los
edificios parecían que aún
no hubiesen sido
terminados. Todos eran
vecindarios antiguos, pero
había muchos puestos de
comida callejera con
precios bastante
económicos.
Al cruzar este callejón,
llegaría a la orilla de un
gran mar. Este distrito
estaba en el borde de la
ciudad, a solo una hora en
autobús se encontraba la
Ciudad Marbella.
Luna se sorprendió mucho,
por el paisaje y corría hacia
la playa. Frente al mar,
cerró los ojos con gran
intensidad y respiró
profundamente. Se había
quitado las sandalias y
caminaba descalza por la
cálida arena, sintiendo la
temperatura un poco fría
del agua y disfrutando del
maravilloso sol que la hacía
sentir muy cómoda.
En la playa, mientras
caminaba descalza recogió
gran variedad de conchas
muy hermosas. Sin
embargo, en ese momento,
se oyó una voz feroz desde
arriba:
-Oye, ¿quién diablos eres?
¿No sabes que este distrito
es mi territorio?
Luna se levantó y, vio a una
mujer con muchas trenzas
y maquillaje sobrecargada
que se le acercaba con
un aura amenazante.
Además, con un tatuaje en
el brazo, parecía una mujer
muy difícil de tratar.
Mientras aún se sentía
confundida, la mujer le
arrebató las cosas de sus
manos de un solo tirón y le
pregunto:
-¿De dónde eres,
campesina? ¿Por qué nunca
te he visto? ¿Qué tienes en
la bolsa? ¡Dámelo!
-Yo…
-¡Y qué!
Antes de que Luna pudiera
responder sus preguntas,
esta mujer le arrebató la
bolsa y tiró todo lo que
había dentro.
-Son todas cosas inútiles,
sin ningún valor.
¡Realmente eres una
campesina! -insultó Carlota
Domínguez.
Ella había perdido una
apuesta con unos hombres
y estos hombres le pidieron
que encontrara mariscos en
la playa. Estaba bastante
enojada y ahora ella había
encontrado un objetivo
para desahogarse.
Luna recogió la bolsa sin
mostrar ningún tipo de
emoción, ni intención de
querer pelear con ella,
dispuesta a irse. Pero,
Carlota no quería dejarla
salirse con la suya.

-¿Crees que puedes irte tan


fácilmente, maldita…!?
“¿Por qué esa mujer tiene
un tono tan parecido al de
Sergio. ?”, pensó Luna.
-¿Y qué más quieres? -le
preguntó Luna también.
Carlota le arrojó una pala y
un cubo, mientras decía:
-Hoy no es tu día de suerte,
campesina. Encuéntrame
un cubo de mariscos y
consideraré dejarte salir
de aquí.
-¿Por qué tengo que
hacerlo?
-¡Porque no me caes bien!
¿Está claro y punto?
Luna la ignoró por
completo y la rechazó
directamente:
-No tengo tiempo.
-Campesina, en este
distrito, todo el mundo
tiene que obedecerme,
¿sabes? De lo contrario,
¿entiendes
cuáles serán las
consecuencias, cierto?
¿Acaso esta mujer era
miembro de la pandilla del
distrito? ¿Por qué ella
siempre se encontraba con
este tipo de personas
extrañas? Eso la hizo sentir
muy confundida.
-Vamos, señora, ¿acaso no
has encontrado ni un
cangrejo después de tanto
tiempo?
-Por favor, ¿y qué comemos
esta noche?
A lo lejos, un grupo de
hombres sin camisa se les
acercó. Todos ellos tenían
grandes tatuajes en los
brazos. Cuando se pararon
frente a Luna, ella se sintió
completamente intimidada
y muy indefensa.
-¡Uy! ¡Qué hermanita más
guapa tienes! ¿Cómo te
llamas? ¿Tienes novios o
no? ¿Qué te parece si
tenemos una relación
bonita? -dijo un joven de
menos de veinte años con
el pelo teñido de rubio,
mirando fijamente a Luna.
Los demás rieron a
carcajadas bromeando con
insultos y obscenidades. Si
lo hubiera sabido, ella
realmente no habría venido
hasta aquí…
Capitulo 86
–Carlota, Hugo, ¿volvieron
a causar problemas?
De repente, se acercó un
hombre gordito de
mediana edad con chanclas
en los pies, sosteniendo un
palo en la mano. Se paró
frente a Luna y la examinó,
luego le preguntó
preocupado:
-Hija, ¿ellos te han
intimidado? Luna negó con
la cabeza:
-No.
Carlota respiró con gran
desdén.
El hombre parecía conocer
a Luna y continuó
preguntando:
-¿Eres la señorita que vino
de una gran ciudad a buscar
a Liora, cierto? ¿Cómo te
llamas?
-Luna García-respondió
Luna con amabilidad.
-Ah, sí, sí, Luna García. Esta
mañana Liora me pidió que
te cuidara. He estado
ocupado esta mañana, pero
no te preocupes. Mientras
yo esté aquí, estos malditos
no se atreverán a hacerte
nada en absoluto. Además,
Carlota, recuerda que eres
una chica. ¿Puedes
comportarte como una
joven a tu edad? Y todos
ustedes que siempre se
escapan de la escuela sin
hacer nada útil, lárguense
de aquí, pronto. De lo
contrario, les daré una
lección con este palo.
Carlota lo ignoró y
encendió un cigarrillo. Lo
desafio:
-Maldito gordo, estoy
hablando con ella, ¡no
contigo! ¡No te metas! Eres
solamente un hombre
mayor
que todavía se preocupa
por una mujer vieja.
¡Puff….!
-Oye, mocosa, ¿quieres que
te golpee ahora mismo?
-Qué mala suerte… Hugo,
recojamos las cosas y
vámonos a cambiar de
lugar.
Hugo recogió las cosas que
habían caído al suelo y el
grupo siguió a Carlota.
Luna le agradeció
grandemente a este
hombre:
-Señor, muchas gracias. Sin
tu ayuda, podría haber
tenido grandes problemas.
-De nada, hija. Soy amigo
de Liora desde hace
muchos años. Pero
recuerda que no deberías
venir aqui
en el futuro. Esta pandilla
siempre está aquí y son
muy peligrosos. Si quieres
dar un paseo, hazlo, puedo
llevarte a otros lugares,
-De acuerdo. Lo tendré en
cuenta.

Dicho esto, recogió todas


las conchas y las guardó en
su bolsa, luego salió junta
con el hombre.
Durante la conversación,
Luna se enteró de que la
habitación que Liora había
alquilado pertenecía a este
hombre. Se llamaba Ignacio
Herrero y tenia un
restaurante y un puesto de
comida en este distrito.
En esta zona no había gran
cantidad de gente, por lo
que no se ganaba mucho
dinero con los negocios.
Principalmente se
mantenía a través de los
alquileres. Tuvo una esposa,
pero falleció a los treinta
años.
Ahora se encontraba
soltero.
En cuanto a las personas
que Luna había conocido,
también eran locales.
Debido a la ubicación
remota y a la falta de una
buena administración del
gobierno, los ingresos de
estas personas también eran
muy escasos. Además, la
mayoría eran personas
pobres y analfabetas que
venían de otras ciudades
para trabajar en la bella
ciudad Astraluna. Por lo
tanto, la seguridad en este
distrito no era tan estable.
Pronto, llegaron a un
restaurante que se llama “El
Rincón del Mar”.
Luna no regresó a casa
porque decidió quedarse a
almorzar e Ignacio le
preparó muchos platos de
mariscos. En ese momento,
había gran cantidad de
clientes en la tienda..
-Come y no me esperes.
Tengo que preparar
algunos platos para los
clientes que acaban de
llegar -dijo Ignacio.
Luna se levantó y ofreció:
-Señor Ignacio, puedo
ayudarte a preparar los
alimentos.
Ignacio sonrió con
amabilidad, pero rechazó la
oferta:
-¡No, no! eres mi invitada.
No sería correcto pedirte
que me ayudes. Prueba las
empanadas. Puedo decir
que son las mejores de este
lugar.
Luna se sentó en el
pequeño comedor donde
aún había algunas mesas
vacías. Había una ventana
grande desde donde se
podía divisar el bello y
majestuoso mar. El paisaje
era hermoso.
Se dio cuenta de que entre
los platos había filetes de
pescado, su comida
favorita. No pudo resistirse
y dio un bocado. Quedó
sorprendida al descubrir,
que el sabor era
exactamente igual al que
cocinaba Liora.
Qué rico… Debido al
hambre, ella comió
bastante. Cuando terminó,
sacó una servilleta para
limpiarse la
boca. De repente, al
levantar su mirada, vio
pasar a un grupo de
personas. Eran
precisamente Carlota y
Hugo.
¿Acaso la habrían visto?
Capítulo 87
Sin embargo, su destinario
era también este
restaurante…
Efectivamente, en cuestión
de medio minuto, las
personas llegaron y se abrió
la puerta del restaurante.
-¡Vaya, esto es todo un gran
banquete! ¿Por qué nunca
lo hemos disfrutado antes?
¡Qué extravagante
está el gordo!
– Me estoy muriendo de
hambre. Oye, amigo, dame
un tenedor y un plato.
-¿No tienes tus propias
manos?
-Hermanita, muévete un
poco. Ya no tenemos
espacio.
Sin decir nada, Luna le hizo
espacio arrastrando una
silla.
Carlota se sentó frente a
ella con una postura algo
indecente y vulgar. Puso un
pie en la silla y tomó
bruscamente el plato de
filetes de pescado,
empezando a comer muy
ordinariamente a grandes
bocados.
-Aquí tienen el alcohol -dijo
un hombre delgado con
una caja de cervezas,
cerrando la puerta con el
pie.
Ahora no quedaba ningún
espacio libre en el
restaurante.
-¡Maldito gordo! Siempre le
pido que me cocine muy
bien el filete de pescado,
pero nunca lo hace.
Debes de ser muy
importante para él, ¿cierto?
-dijo Carlota mientras
miraba repentinamente a
Luna-Tú,
campesina, aún no me has
dicho de dónde eres. No
eres de por aquí, ¿verdad?
El joven rubio la
interrumpió:
-Señora, ella es una
jovencita decente. ¡Se
asustará con tu ambiente!
-¿Te preocupas bastante
por ella? Es bonita, pero a
ella no le interesas en
absoluto y no te agradecerá
tus palabras. ¡Mejor callate!
Luna tomó la jarra de agua
y se sirvió un vaso. Tras dar
un sorbo, dejó el vaso
mientras se despedia:
-He terminado. Tómense
su tiempo.
Sin embargo, cuando estaba
a punto de levantarse, una
mano fuerte la detuvo.
-No tengas tanta prisa.
Nosotros aún no hemos
terminado de comer.
Charlemos un poco más.
En realidad, Luna no tenía
miedo de ellos, pero no
sabía en realidad si eran
buenas o malas personas.
Era cierto que sentía una
sensación extraña, algo que
nunca había
experimentado. Era dificil
de describir

-¿Sobre qué quieren


hablar?
A su lado había dos chavós,
uno rubio y otro con el pelo
verde, ambos la observaban
mientras sonreian y
decían:
-Carlota, parece que no le
tiene miedo. ¿Has perdido
tu aura amenazante?
-Cállate! -exclamó Carlota.
Había terminado todo el
plato de filetes de pescado y
se lamió un poco los labios,
luego con gran desdén
agregó:
-Por el bien de las comidas
deliciosas, puedo olvidar lo
sucedido hoy. Solo
necesitas unirte a nuestro
grupo y darme cien pesos,
te protegeré en esta zona
tan peligrosa en el futuro.
Cuando te metas
en problemas, nadie se
atreverá a hacerte daño si
mencionas mi nombre.
Luna dio otro sorbo de
agua y respondió con una
sonrisa muy seria:
-No tengo dinero.
-Puedes deberlo. Si te unes
a nuestro grupo, seremos
tus compañeros a partir de
ahora -dijo el chavó
rubio, mientras ponía su
mano en el hombro de
Luna.
Luna no pudo evitar pensar
que, si Miguel la viera junto
a estos matones,
definitivamente le
rompería una mano y luego
les rompería una pierna
uno por uno.
Miguel había sido un padre
estricto, que nunca
permitió que ella se
mezclara con este tipo de
gente. Hubo una vez que
ella trajo a casa un perro
callejero de origen
desconocido, y Miguel lo
mató personalmente con
un palo de golf. Luego la
obligó a aprender a jugar al
golf con ese mismo palo,
diciendo:
-Puedes tener un perro,
pero tiene que ser un perro
de raza normal.
Después de la muerte de
aquel perrito, ella no tenía
intención de tener ninguna
otra mascota. En el pasado,
sabía que Miguel solía
clasificar a las personas. Sin
embargo, no sabía que la
misma disciplina se
aplicaba a los perros…
Capítulo 88
-Tómense su tiempo.
Todavía tengo algo que
hacer y tengo que irme.
Luna se había
acostumbrado a la vida
solitaria y no confiaba en
esos supuestos amigos. Al
terminar sus palabras, salió
del restaurante. Esta vez,
ellos no la detuvieron.
Ignacio también salió con
un plato y le preguntó:
-Hija, ¿has terminado de
comer? ¿Te molestaron?
-No respondió Luna.
-Aunque es cierto que
pueden ser un poco
molestos, estos chavós, no
son malas personas. Ellos
solo quieren hacerte su
amiga.
-Lo entiendo, señor. Tengo
algo que comprar y me
voy.
-Está bien. Mañana también
ven aquí a comer. No te
cobraré un solo peso.
Puedes comer lo más que
puedas.
Luna afirmó ligeramente y
respondió:
-Muchas gracias.
Después de salir del
restaurante, Luna se fue a
comprar algunas ropas y
varios pares de zapatos.
Eran todos muy baratos.
El tiempo pasó volando.
Luna ya había vivido aquí
casi tres meses. Trabajaba
como camarera en el
restaurante de Ignacio,
ganando ochenta pesos al
día, lo cual era suficiente
para el sostenimiento de
ella. Además, podía comer
en la tienda sin pagar nada.
Por lo general, durante el
día no había mucha gente.
Los clientes solían venir
por la noche. Al principio,
Luna se sentía cansada,
pero pronto se acostumbró
a ese ritmo de trabajo.
Aunque nunca había
trabajado como camarera,
el trabajo era muy sencillo,
ya que solo se encargaba de
la limpieza.
Estos tres meses fueron los
días más tranquilos y libres
que había vivido. Aunque
no tenía un entorno
muy cómodo, ni una cama
suave o ropa bonita, estaba
muy contenta porque se
había liberado de todas
las restricciones y había
empezado a vivir como una
persona común y corriente
gradualmente.
Dia tras día, debido al
trabajo, sus manos suaves y
delicadas se arrugaron y se
llenaron de callos. Liora
no sabia que trabajaba en el
restaurante, probablemente
estaba tan ocupada
cuidando a Isabel y no
habia regresado a casa
durante mucho tiempo. Eso
también parecia bueno
muy bueno para Luna.
Después de todo, si Liora se
enterara de que ella
trabajaba como camarera,
definitivamente no lo
dejara Ese día, a las ocho y
media de la noche.

La primera oleada de
clientes ya se habla ido.
Luna limpió la mesa y llevó
todos los platos sucios a la
puerta. Alli había varios
hombres de unos treinta
años, sin camiseta y
borrachos. Parecía que
habían
bebido tres o cuatro cajas
de cerveza.
De repente, uno de ellos le
dirigió una mirada
malintencionada a Luna y
le dijo con voz borracha:
-Mira, esa chava es mi
vecina. Según mi madre,
solo tiene dieciocho años y
fue expulsada de la
preparatoria por tener
relaciones sexuales
inapropiadas. Cada día
empieza a lavar la ropa a las
siete de
la mañana y ¡me molesta
tanto que ni siquiera puedo
dormir! Pero, uy…. es
realmente una mujer
atractiva
-¿En serio? Parece una chica
decente y ¿se atreve a tener
relaciones sexuales
“inapropiadas”? No me
mientas pregunto otro
hombre preguntando muy
curiosamente.
Ellos charlaban en voz muy
alta, como si quisieran
asegurarse de que Luna los
escuchara. Por supuesto,
Luna escuchó claramente
toda la conversación. Ella se
esforzó por ignorar a esos
hombres borrachos.
-¿Cómo lo sabes?
-No es nada dificil. Mira, si
ella es una estudiante
decente, ¿por qué no va a la
escuela y solo trabaja en
un restaurante?
-Basta, basta. Me interesa
mucho la historia. ¿Por qué
no la dejamos que nos
cuente la verdad?
Capítulo 89
El que habló resultó ser el
hijo de Melisa y se llamaba
Fabio Rojas. Al escuchar la
propuesta de su amigo,
gritó a todo pulmón:
-¡Oye, ¡tú! Te llamas Luna,
¿verdad? Ven aquí. Necesito
pedir comida.
Luna continuaba lavando
los platos y fingió no haber
oído nada. Miró a otra
chava de su misma edad,
Laia, quien también
trabajaba a tiempo parcial
en el restaurante. Sin
embargo, solo percibió su
leve sonrisa maliciosa. Esta
se dio media vuelta y se
marchó muy rápido.
¡Maldita! ¡Te estoy
llamando para
pedir comida! ¿Eres sorda?
Luna dejó los platos sucios
y se limpió las manos, luego
se acercó a ellos con una
libreta y un lápiz en
mano, preguntando:
-¿Qué platos les gustaría
pedir?
Sin embargo, los cinco
hombres la miraban
fijamente de arriba abajo a
Luna, como si fueran cinco
lobos
hambrientos que habían
encontrado a su deliciosa
presa. Las miradas
malintencionadas le daban
asco.
Uno de ellos intentó
coquetear con ella:
-Bonita, ¿te falta dinero? Si
necesitas dinero, puedes
decirmelo. Tengo mucho
dinero….
Mientras hablaba, muy
pretencioso sacó una
billetera de su bolsillo y la
colocó sobre la mesa,
sacando después trescientos
pesos y dijo:
-Si sales conmigo hoy,
ganarás este dinero.
De repente, se escuchó una
risa extraña y aguda. Era la
risa de Laia.
-Lo siento. Solo trabajo
aquí a tiempo parcial y no
ofrezco ese tipo de
servicios. ¿Quieren pedir
más comida o no? Si no,
tengo que trabajar -
respondió Luna.
-¿Trabajar? Somos los
únicos clientes en el
restaurante. Ven y siéntate
para charlar y beber un
poco con
nosotros dijo otro hombre
gordo. Tomó una silla y la
colocó a su lado.
Luna se dio la vuelta y se
marchó en silencio.
En ese momento, se
escuchó un fuerte golpe en
la mesa y un hombre gritó:
-Hija de puta! ¿Qué diablos
te crees? Si realmente eres
una estudiante, ¿por qué
solo trabajas aquí?
Luna se detuvo después de
unos pasos. Sacó su
delicada billetera de color
rosa de su bolsillo y sacó su
tarjeta de estudiante,
colocándola frente a los
hombres, diciendo fria y
seriamente.

Señores, observen con


mucha atención. Esta es mi
tarjeta de estudiante. Yo soy
la misma persona de la foto
y estudio en la Preparatoria
Privada Aurora. Por favor,
dejen de inventar rumores
falsos. La desinformación
es un grave delito.
-¿Tu? ¿Estudias en la
Preparatoria Privada
Aurora? ¿Quién demonios
te crees? ¡¿Cómo es posible
que tengas dinero para
estudiar en esta escuela?!
Cuesta decenas de miles al
año. Si quieres terminar los
curriculos de tres años,
¡tendrás que pagar más de
cien mil pesos!
Luna se quedó sin palabras.
Guardó su billetera en su
bolso, arrepintiéndose de
haber discutido con ellos
por tonterías
-Creerlo o no es asunto
suyo.
-¡Qué puta actitud tienes! Y
si eres una persona tan
educada como dices, ¿tus
profesores te enseñaron
a tratar a los mayores de
esta manera? -dijo uno de
ellos. –
-Si no bebes esa copa de
cerveza y nos pides
disculpas, ¡no pienses en
salir de este restaurante! –
hacían eco sus
compañeros.
Luna guardó su billetera en
el bolsillo de su delantal y
se fue directamente,
planeando ignorarlos. Sin
embargo, una mano fuerte
agarró su brazo y la arrastró
hacia atrás. Desprevenida,
cayó en el regazo de
un hombre y estalló de
inmediato:
-¡Qué haces! ¡Suéltame!
-Chava, no tengas miedo.
Solo queremos charlar
contigo. No tenemos otras
intenciones maliciosas…
En los rostros enrojecidos
por el alcohol, se podían
ver claramente las sonrisas
maliciosas de estos
muchachos.
Sin decir nada, Laia solo
entró en la cocina y fingió
no haber visto nada en
absoluto. Sabía que Ignacio
se había ido a hacer una
entrega y no estaba en el
restaurante.
Luna agarró una jarra de
cerveza y arrojó toda la
cerveza en la cara del
hombre, luego lo apartó de
un empujón.
-Maldita perra!
El hombre rápidamente
agarró el cabello de Luna
con fuerza, lo que la hizo
gritar de dolor, mientras la
amenazaba enojado:
-Y cómo te atreves a
tirarme cerveza!
Capitulo 90
Con la irresistible fuerza
bruta del hombre, los
botones del pecho de la
camisa de Luna se
rompieron de inmediato y
salieron volando, dejando al
descubierto los tirantes
blancos del sostén.
En ese preciso momento,
los ojos de estos hombres
borrachos se iluminaron
con deseo y lujuria.
Luna cubrió su pecho y
mordió con fuerza al que
estaba frente a ella. Y el
hombre la soltó
rápidamente
debido al intenso dolor.
Luna se dio la vuelta y salió
corriendo. En la tenue luz
de las farolas de la calle, se
quedó muy atónita al
ver una figura familiar: era
un joven vestido con una
camiseta negra y un collar
plateado en el cuello. Se
acercaba muy
cautelosamente con un
cigarrillo en la boca y las
manos en los bolsillos de su
chaqueta.
Era Sergio…
Además, Isabel y Carlota
también estaban a su lado…
Luna no entendía por qué
Isabel aparecía en ese lugar.
¡Lo único de lo que estaba
segura era de que no
podía permitir que la viera!
Sergio estaba hablando
cabizbajo con Isabel y,
seguramente no la había
visto. Por lo tanto, ella
corrió en dirección opuesta,
hacia su hogar.
-¡Maldita sea, esa hija de
puta corre tan rápido! -
insultó un hombre
respirando con dificultad.
Luna no se atrevió a
detenerse en todo el
camino. Cuando llegó a
casa, se apoyó en la puerta,
sintiendo que su corazón
iba a salirse de su garganta.
Estaba nerviosa y
completamente empapada
de sudor.
Quizás debido al miedo, sus
piernas e incluso todo su
cuerpo temblaban y se
derrumbó en el suelo.
Cuando finalmente se
calmó, fue al baño a darse
una ducha, sin calcular
cuánto tiempo había
transcurrido.
A medianoche, se acostó en
la cama y fue despertada
por una horrible pesadilla.
Había soñado con los
momentos en que sufría el
terrible acoso de los
matones. Los recuerdos que
tanto había intentado
olvidar volvieron con gran
rapidez a su mente, como
grandes olas del mar,
repitiéndose una y otra vez
con claridad. En la
oscuridad de la habitación,
Luna se acurrucó en la
cama cubierta por la
manta,
experimentando las
emociones sofocantes de la
soledad.
“Parece que las terribles
experiencias del pasado
están ocurriendo de
nuevo…”, pensó con miedo.
Decidió encender el celular
que Liora le había traído.
Era la primera vez que lo
encendía desde que llegó
a este lugar. En el instante
en que la pantalla se
iluminó, más de cien
notificaciones aparecieron
de una vez.

Eran todos mensajes de


Gabriel.
La mayoría de ellos eran
saludos como “¿Qué estás
haciendo?” “¿Dónde estás?”
y “¿Por qué no me
respondes? También
compartia su rutina diaria
con ella. El último mensaje
era:
“Luna, ¿dónde estás? Estoy
muy preocupado por ti…”
Él se preocupaba mucho
por… ¿mi?
Al pensar en eso, las
lágrimas desbordaron sus
ojos de inmediato. Creía
que no habría nadie que se
preocupara por ella…
Efectivamente, Gabriel
seguia siendo un
desconocido familiar para
ella. Sin embargo, era el
único en realidad que se
preocupaba por ella entre
todos los supuestos
familiares y amigos… Eso le
dio un poco
de calidez y cariño en su
corazón herido. Después de
pensarlo, decidió
responderle:
“Estoy cansada. Que tengas
una buena noche.”
Justo cuando estaba a punto
de apagar el celular, recibió
una llamada con un
número muy familiar.
Era la llamada de Andrés,
pero ella no quería
recibirla.
En un apartamento de
trescientos metros
cuadrados, en el lujoso
centro de la ciudad
Astraluna, un
estudio con la puerta
abierta seguía iluminado. El
hombre sentado frente al
escritorio observaba con
gran detalle una pila de
fotos impresas. La figura de
la chica en las fotos se
reflejaba en sus ojos
oscuros y turbados.
Para ser honesto, no pensé
que ella pudiera quedarse
tanto tiempo en un pueblo
de pescadores tan
apartado.
Las fotos mostraban las
actividades diarias de Luna.
Trabajaba en un
restaurante como
camarera,
sirviendo y lavando platos.
¿Era esta la misma Luna
García que él conocía?
Continuó revisando los
videos grabados por las
cámaras de seguridad. Luna
envió el mensaje a las doce
y cuarenta y tres minutos. Y
cuando la llamada se
desconectó, ya eran las
doce y cuarenta y cuatro
minutos. Sonrió fría y
calculadoramente dejando
a un lado el celular.
Parecía que la chica aún no
había sufrido suficientes
dificultades….
“Luna, debes saber que los
niños desobedientes nunca
recibirán caramelos. ¿Por
qué todavía no has
aprendido esa lección?
¿Disfrutas de sufrir todo
esto?”, penso Andrés.

Mientras reflexionaba,
golpeaba la mesa con los
nudillos de los dedos.
Continuó revisando
meticulosamente las fotos
una tras otra, y luego su
atención se centró en una
vil escena en la que la ropa
de Luna fue rasgada
mientras cinco hombres se
relan lascivamente de ella,
fijando su mirada en el
pecho de la chica…
Medio minuto después…
Capítulo 91
Andrés marcó otro número
y dijo:
-Hazme un gran favor…..
Después de explicarle la
situación, Andrés llamó
nuevamente a Luna.
Lo que escuchó en su
teléfono fue un tono
bastante frío:
-El número al que estaba
intentando llamaba está
apagado…
Tres de la madrugada.
La puerta de Luna resonó
con fuertes golpes:
– Ábreme, he regresado.
¡Ábreme rápido!
Luna se tapó muy fuerte
sus oídos y miró el techo
oscuro y sin poder ver
nada.
El acoso constante de
Renato en medio de la
noche ya se había
convertido en una terrible
rutina para
Luna. Además, recordó el
incidente anterior de su
ropa interior desaparecida,
la cual encontró en el
basurero en el piso de abajo
al día siguiente.
Ella había pensado que
podría vivir en paz aquí…
Si esto continuaba, sentía
que algún día la volverían
loca.
Renato era un gran
conocido matón en la zona
y también el hijo de la doña
Moreno.
Luna no abrió la puerta, y
pasó un tiempo antes de
que finalmente se fuera…
Esa noche, Luna no durmió
bien y se sintió muy
aturdida.
Cuando se levantó, ya eran
las doce del mediodía.
Luna había estado durante
largo rato cocinando platos
sabrosos.
Ella fue al balcón, y colgó
su ropa recién lavada.
Mientras sostenía el
tendedero, de repente notó
que, en la casa de enfrente,
la cual llevaba mucho
tiempo deshabitada, se
encendían las luces.
Los edificios aqui estaban
muy cerca unos de otros, y
si no se cerraban las
cortinas, se podia lograr ver
a través de las ventanas.
La ventana de enfrente se
abrió inesperadamente.
Pronto, Luna vio a Sergio,
fumando en el balcón.
Sus miradas se cruzaron
muy sorpresivamente.
Luna se apresuró a colgar la
última prenda, luego entró
en la casa, cerrando la
puerta del balcón y bajando
las cortinas.
Llevaba puesta, solo una
bata de tirantes de color
claro, sin nada debajo.
Luna se cambió de ropa
con gran rapidez, trajo la
comida que había
preparado afuera y empezó
a comer.
Hoy, Luna no tenía planes
de ir a la tienda, ya que no
sabía cuándo se irían Sergio
e Isabel.
No quería que Isabel la
viera aquí, ya que ella,
plane aba mudarse a
Boscosa con su abuela
después de que ellos se
fueran.
Este lugar estaba lleno de
gente muy problemática y
no era adecuado para ella.
De repente, Luna recordó
su billetera, pero no sabía
dónde la había dejado.
Ayer la había guardado en
la ropa que llevaba puesta.
Pero cuando la buscó, no la
encontró.
Tampoco se encontraba en
la lavadora.
Luna recordó que tal vez la
había dejado en la tienda
anoche.
No tenía tiempo para
comer.
Sin sus documentos en la
billetera, no podria
comprar el boleto a
Boscosa.
Pero, lo más importante era
que en su billetera había
una foto de su hermosa
madre.
Luna no podía permitirse
perderla. Sin pensar, salió
corriendo de inmediato.
Cuando regresó a la tienda,
se dirigió directamente a
Laia:
-¿Viste mi billetera en la
tienda ayer?
Laia no la miró y
respondió:
-Perdiste tu billetera, pero
¿eso qué tiene que ver
conmigo?
La razón por la que Luna
eligió llevar su billetera
consigo es porque sabia que
Laia no era de fiar
Ignacio tenia un armario
donde los empleados
guardaban sus respectivas
pertenencias.
Ella le pidió a Liora que le
trajera su crema para las
manos, de la casa de los
Garcia. Era un regalo
de ya era algo caro.
La última vez, la vio fingir
que iba al baño, pero luego
la vio ir a buscar cosas en la
parte de atrás. Ella
habia usado su crema.
No tenía pruebas, por lo
que no podía acusarla.
Capítulo 92

Normalmente, si perdía
algo, podía comprarlo
nuevamente, pero esta vez
era muy diferente. Su
documento de identidad es
muy importante. No quería
volver a la casa de los
García para pedir ayuda.
Luna nunca había tenido
paciencia con ella,
generalmente ignoraba sus
comportamientos. En el
pasado, Luna la habría
dejado ir.
-Laia, en la billetera hay
una foto de mi madre, es
realmente muy importante
para mí, y también se
encuentran mis
documentos… Si quieres
dinero, te lo puedo dar. Lo
demás no es importante
para ti. ¿
Puedes devolvérmelo?
Laia pateó con gran fuerza
el bote de basura que estaba
a su lado, haciendo que la
basura se derramara
por todas partes.
—Luna, ¿qué estás
insinuando? ¡No tengo nada
que ver con tu cartera! No
la he tocado en absoluto.
¿Por
qué me estás difamando? Si
no me crees, ¡denuncia el
robo!
Su voz resonó en toda la
tienda.
Luna se agarró el pelo con
frustración y dijo con
resignación:
-Laia… Por lo general, no te
he causado ningún tipo de
problemas, ¿verdad? Si
quieres esa crema para
las manos, te la daré.
Devuélveme mi billetera, y
consideraré que nada de
esto ha sucedido.
-Luna, de verdad no toqué
tu billetera. ¿Por qué
insistes en acusarme?
Ignacio escuchó el alboroto
en la sala y salió
rápidamente.
-¿Qué está pasando? Luna,
¿no tenías turno por la
noche? ¿Por qué viniste tan
temprano hoy?
Luna no se anduvo con
rodeos y dijo:
-Señor Herrero, perdí mi
billetera. Tenía una foto
muy importante de mi
madre y mis documentos…
Inicialmente, planeaba
renunciar y mudarme con
mi abuela, pero sin los
documentos, no puedo
comprar el boleto.
-¿Por qué te vas de repente?
¿Qué pasó?
No quería hablar de lo que
había sucedido la noche
anterior. De solo pensar en
ello la hacía sentirse
bastante incómoda. No
quería que el asunto se
hiciera público.
Luna respondió
vagamente:
–Solo quiero volver a casa,
señor Herrero. ¿Podrías
ayudarme a denunciar la
pérdida de mi billetera?
-¿Cómo es tu billetera?
Puedo ayudarte a buscarla.

Luna miró a Laia, cuyos


ojos estaban enrojecidos
por el llanto, y luego apartó
su mirada sin ninguna
expresión.
-Es de color rosa con el
logo de Chanel en la parte
superior, y adentro tengo
mi tarjeta de estudiante y
mi documento de
identidad. Lo más
importante es el
documento de identidad.
Ignacio parecia bastante
preocupado.
-No es fácil de encontrarla.
Y esta marca no debe ser
económica, si alguien lo
encuentra, es probable que
no lo devuelva. ¿Cuánto
dinero necesitas, pequeña?
Dimelo y te lo daré.
Luna apretó los labios y
dijo:
-Señor Herrero, ¿puedes
comprarme el boleto de
autobús directo a Boscosa?
Me voy hoy.
-¿Hoy mismo? Pequeña…
hoy probablemente no sea
posible, ¿puedes esperar
hasta mañana por la
tarde? Compraré el boleto
para ti mañana.
-Si. Mil gracias, señor
Herrero. Puedes descontar
el costo del boleto de mi
salario de este mes.
-Deja de preocuparte por
ese dinero. ¿De verdad
tienes que irte, Luna? ¿Ya lo
sabe Liora?
-Le diré a Liora cuando
regrese esta noche.
El señor Herrero insistió.
-Está bien… espera aquí,
voy a calcular de inmediato
tu salario de estos días.
El dinero que Luna
finalmente recibió sumaba
alrededor de 300 dólares,
una suma considerable
para
ella. Comparado con lo que
le había dado Miguel, 300
dólares eran solo el costo de
un vestido.
Capítulo 93
Anteriormente, todas sus
fuentes de ingresos le
parecían demasiado fáciles.
Ahora se daba cuenta de lo
duro que puede ser ganarse
el dinero. Luna sostenia un
grueso sobre lleno de
dinero que le había dado
Ignacio después de calcular
su salario. Él se fue a
entregar productos a los
clientes.
Ahora en la tienda solo se
encontraban ella y Lala.
-Laia, conozco tu verdadera
naturaleza y tus acciones en
la vida. Tú sabes mejor que
yo, lo que eres y lo que has
hecho. Solo espero que las
lágrimas que estás
derramando y las palabras
que has dicho hoy fueran
verdades. Sé que no tengo
pruebas… tal vez te he
acusado injustamente, y si
es así, me disculpo de
antemano contigo. Pero si
realmente tomaste la
cartera y me estás
ocultando algo, entonces
para ti es una ganancia. Esa
billetera es de edición
limitada y me costó más de
300 dólares. Pero a nadie le
gusta porque es robada.
Laia se rió de manera
sarcastica:
-Luna, ¿qué estás tratando
de hacer? Eres tan solo un
poco más atractiva que yo,
¿y crees que eres de una
familia muy adinerada?
¿Dices que tu billetera vale
300 dólares? ¿Por qué no
dices 3000 dólares? Si
realmente fueras de una
familia rica, ¿trabajarías
aquí y lavarías platos? Esa
billetera tuya, incluso si me
lo regalaran, no lo querría.
Y si yo, realmente la
hubiera tomado, ¿qué
podrías hacer al respecto?
No tienes pruebas. ¿Te
atreverías a hacerme algo
malo?
La apariencia de Laia no
era particularmente muy
atractiva. Era delgada y de
pelo quebradizo, con un
rostro que parecía
malicioso y astuto. Ahora,
esa expresión solo la hacía
sentir menospreciada.
Cuando llegó por primera
vez, Luna había sido
amable con ella y
compartió sus productos de
cuidado de la piel. Sin
embargo, Laia resultó ser
bastante codiciosa y
comenzó a tomar cosas sus
sin permiso. La última vez,
Luna le dijo que necesitaba
de su aprobación para usar
sus cosas. A partir de ese
momento; Laia comenzó a
ser bastante sarcástica y a
decir cosas muy
desagradables sobre ella,
como que no era aseada y
que le gustaba coquetear
con hombres.
Luna no se enojó, sino por
el contrario la compadeció.
Las personas odiosas tienen
sus razones para
serlo.
-Espero que siempre
puedas hablarme con esa
actitud y tono. También
espero que hagas todo con
una conciencia clara y
digna….
Después de dejar la tienda,
Luna regresó a empacar sus
cosas.
Cuando subió las escaleras,
se encontró con Renato
bloqueando su camino.
-¿La pequeña belleza ha
regresado? ¿Dónde has
estado? Cuéntame.
-No es necesario. Por favor,
délume pasar.
-No seas tan indiferente
conmigo. No tuve la
oportunidad de
disculparme contigo por lo
de anoche. Así
que hoy he cocinado en
casa, ven a comer conmigo
como compensación.
Luna no tenia la intención
de prestarle mucha
atención, estaba preparada
para irse por el otro lado,
pero
donde ella iba, él siempre la
bloqueaba….
Chica, mira lo cerca que
estamos el uno del otro.
Hoy ven a mi casa a comer.
Luna se dio la vuelta, lista
para bajar las escaleras, sin
querer entrar en un
enfrentamiento con él. En
ese momento, Renato de
repente la agarró por el
brazo.
-¿A dónde crees que vas?
¡Ven a mi casa! Solo hoy….
-¡Sueltame! ¡Tú… suéltame!
-Para Renato, un hombre
acuerpado y muy fuerte,
sus esfuerzos eran
inútiles contra él.
En el espacio de las
escaleras, su delgado
cuerpo era arrastrado hacia
la casa de él.
-Renato, ¿qué estás
haciendo? ¡Te advierto que
voy a gritar!”
-Grita… ¡jajaja…! grita todo
lo que quieras. Nadie
vendrá a salvarte.
Capítulo 94
-¡Suéltame! ¡Si te atreves a
tocarme, mi papá no te lo
perdonară!
Renato se rio con
arrogancia:
-¿Tu papá? Tu papá es un
perfecto inútil.
-¡Auxilio, auxilio!
-Deja de gritar. Llevas ropa
interior muy seductora.
Qué puta.
Renato le dio una bofetada
directo en el rostro. Luna
giró la cabeza y se mordió,
pero Renato agarró su
cabello y lo tiró con fuerza.
Luna gritó de nuevo.
Justo en ese momento, un
hombre bajó
cautelosamente las
escaleras desde arriba.
Luna se aferró a esta gran
oportunidad como si fuera
un salvavidas:
-¡Ayúdame, por favor,
sálvame!
El estrecho pasillo se volvió
abarrotado con tres
personas. Renato miró
ferozmente al recién
llegado:
-No te metas en mis
asuntos.
Este hombre tenía una
actitud bastante fría y
dominante, incluso era
medio más alto que Renato.
Con un
rostro inexpresivo, miró a
Renato:
-¡Suéltala!
-¡Lárgate!
-Te lo diré una última vez,
suéltala ya.
-¿Qué harás si no la suelto?
¿Sabes quién soy? ¡Podría
matarte ahora mismo! -
Renato soltó el cabello
de Luna y señaló
amenazante hacia el
hombre.
Lo que nadie esperaba, era
que el hombre lo pateara
directamente por las
escaleras, y se escuchara un
grito bastante desgarrador.
Luna también se
sorprendió y vio a Renato
tirado en el suelo,
inconsciente y sangrando
de la frente.
Luna se cubrió la boca para
evitar gritar. Pero antes de
que pudiera expresar su
gratitud, el hombre ya se
había marchado.
Luna subió las escaleras con
gran rapidez, sacó sus llaves
del bolsillo, pero debido a
la reciente experiencia tan
aterradora, temblaba tanto
que dejó caer las llaves al
suelo.

Sin tiempo para pensar


demasiado, simplemente
cerró la puerta con llave y
tomó sus ropas del armario
para guardarlas en su
maleta.
Antes, había estado
demasiado protegida por la
familia García y, nunca
había experimentado el
mundo
exterior, especialmente su
lado más oscuro y siniestro.
Si no tuviera su identidad
ni el respaldo de la
familia García, no sabría
qué tipo de vida la
esperaría. Tal vez esta sería,
aún más dolorosa y
angustiante
que la que estaba
experimentando ahora.
¿Definitivamente, estaba
destinada a no escapar de
esta vida? ¿Era su destino?
Luna recogió su ropa del
balcón y, sin darse cuenta,
vio a Sergio e Isabel
abrazados y besándose en
el balcón del enfrente.
Él levantó la cabeza y la
miró justo cuando ella
estaba entrando.
Eran las cuatro de la tarde.
Antes de irse, dejó una carta
en la mesa. Cuando Liora
regresara, y la leyera,
ya habría llegado a
Boscosa.
Sí, Liora lea la carta,
comprenderá todo.
Cuando Luna se fue
arrastrando su equipaje,
Renato aún permanecía en
la escalera. Tan pronto se
levantara Renato no la
dejaría escapar tan
fácilmente…
Escuchando el chirrido de
las ruedas del carro de
equipaje, Renato abrió los
ojos adormilados y vio la
silueta de Luna mientras se
iba, murmurando:
-¡Maldita puta… note dejes
atrapar, maldita…! -Después
de pronunciar estas
palabras tan débiles,
nuevamente se volvió a
desmayarse.
Capítulo 95
En una tienda.

Luna le compró a la dueña


un boleto a Boscosa por 30
dólares, usando su tarjeta
de identificación.
Tomar el autobús le llevaría
dieciséis horas, en un viaje
bastante tortuoso y largo.
Afortunadamente, este
es el último boleto
disponible para esta noche,
aunque el horario de salida
está un poco tarde, a las
ocho y media de la noche.
Luna tiene que esperar una
hora más en la parada de
autobús hacia la estación
oeste.
Inesperadamente, en ese
momento, el cielo retumbó
con un trueno seguido de
relámpagos de color
púrpura.
La dueña se preocupó y le
dijo:
-Chica, parece que pronto
va a llover… ¿Por qué no
esperas hasta mañana? A
esta hora, es muy
probable que el autobús a la
estación oeste se retrase.
Luna se mordió el labio con
ansiedad y dijo:
-Señora, ¿hay alguna forma
en la que me pueda ir de
aquí? Si, es así, estoy
dispuesta a pagar el
excedente. No, chica.
Además, te llevaría al
menos dos horas de ida y
regreso, y con la lluvia, el
viaje no sería tan seguro. -
respondió la dueña.
Luna preguntó:
-¿Te servirian 15 dólares?
Al principio, los ojos de la
dueña brillaron, pero luego
se mostró bastante
indecisa:
-No, no puedo.
-30 dólares. Si no puedes
llevarme, buscaré a alguien
más. ofreció Luna.
La dueña lo aceptó y
rápidamente, los guardó en
su bolsillo.
-Espera un momento, iré a
buscar a mi esposo. Le
pediré que te lleve.
Luna agradeció muy
amablemente:
-Gracias.
Pronto, la dueña consiguió
una furgoneta.
Sosteniendo el bolso de
Luna, la dueña advirtió:
-Chica, ten mucho cuidado
cuando viajes sola a un
lugar tan lejano como ese.
No dejes que los malos
te engañen, y siendo tan
guapa como eres, los
traficantes de personas
podrían estar esperando a
personas como tan lindas
tú.
Luna vio una mirada
enigmática y algo malévola
en los ojos de la dueña que
no entendió.
Cuando estaba a punto de
tomar el equipaje que la
dueña le pasó, vio al dueño
con una sonrisa
maliciosa en la furgoneta.
Luna se dio cuenta de
inmediato que algo no
estaba bien; cuando vio a
otras personas en el interior
del vehiculo.
-¡Vamos, chica! ¿Qué estás
esperando? Súbete rápido al
auto antes de que se vaya. -
dijo la dueña.
Luna se mantuvo tranquila
y respondió:
-Espera, tengo algo en tu
tienda que necesito
recoger.
-Sube al auto primero, yo
con gusto te ayudaré a
buscarlo. -insistió ella,
ansiosa por que Luna
subiera pronto al vehiculo.
Luna dijo:
-Esta justo al lado, en el
suelo cerca del
refrigerador.
Cuando la dueña se volteó
para recoger el objeto, Luna
aprovechó la oportunidad
para correr hacia el
restaurante de Ignacio.
La dueña observó
alrededor, pero no vio nada
en el suelo cerca del
refrigerador. Cuando se
volteó, se dio
cuenta de que Luna ya se
había ido.
Gritó:
-¡Algo va mal, la mocosa se
escapó! ¡Rápido, atrápenla!
-¿Qué? -Renato, en el
asiento trasero, bajó la
ventanilla, miró y dijo:
¡Maldición, hoy tengo que
darle
una gran lección a esta
mujer!
Renato había planeado
esperar a que Luna subiera
al vehículo, pero ella era
muy astuta y lo descubrió.
Renato se desmayó en las
escaleras en ese momento,
y fue Melisa quien notó que
su hijo sangraba en la
frente. Ella gritó y llamó a
alguien para llevar a Renato
al hospital.
Cuando salió del hospital,
Renato buscó a Luna por
todas partes.

La furgoneta dio la vuelta


rápidamente y persiguió a
Luna…
Luna corrió muy asustada
con todas sus fuerzas.
Un rayo iluminó el cielo, y
los relámpagos se reflejaron
en su rostro asustado.
Las grandes gotas de lluvia
comenzaron a caer.
Las frías gotas de lluvia
golpearon su cuerpo,
empapándola por
completo. Las personas
están
persiguiéndola…
El agua se acumuló
rápidamente en el suelo, y
Luna tristemente tropezó
con un charco desigual,
cayendo de bruces.
Capitulo 96
Cinco personas
descendieron del coche, y
Luna, apoyándose en el
suelo, vio sus miradas
asqueadas, retrocediendo
muy temerosa en ese
instante sin cesar.
¿Qué… qué quieren hacer?
No… jno se acerquen! Si
quieren dinero, puedo
dárselos.
Renato se rió lascivamente
mientras se acercaba a Luna
muy cautelosamente paso a
paso.
-Maldita, casi me rompes
un hueso. ¿Todavía piensas
en que puedes escapar?
Ahora, ¿a dónde crees
que puedes ir?
-¿Por qué hablamos tanto
con ella? Llevémosla de
inmediato a nuestro
territorio y divirtámonos a
lo grande con ella.
-Así es. Estoy seguro de que
no tomará más de tres días
para que ella ceda. Luego,
ella podría ser un
objeto sexual para nosotros
y nos dará grandes
rentabilidades.
Luna, con las piernas
temblorosas y debilitadas,
se levantó y tartamudeó:
-¡Esto es ilegal, ¿si, saben?
Al oir estas palabras, rieron
de manera despiadada y
burlona:
-¿llegal? ¿No ves a dónde te
encuentras? Aquí, somos
nosotros la ley.
-Están locos… justedes son
un grupo de lunáticos!
No podía permitir caer en
sus manos, si subía al coche
hoy…
La tragedia de su vida
anterior se repetiría. Sus
gritos…
Sus llantos…
No…
No quería…
En la oscuridad, un coche
negro llegaba al
estacionamiento cercano.
En su interior, un hombre
con un auricular Bluetooth
informaba:
-Señor Martínez, la imagen
ya se ha transmitido.
-Muy bien, ya lo he visto.
-¿Deberíamos intervenir
ahora? Esos tipos ya han
empezado a acosar a la
señorita.
-No actúen todavia, no hay
pris, esperen a que yo
llegue. ¡Síganlos!
Los limpiaparabrisas se
movieron de un lado a otro,
emitiendo un crujido. En la
pantalla del vehículo, la
imagen estaba bastante
oscura, con varios hombres
altos que estaban acosando
a una joven de
dieciocho años.
Andrés miró la pantalla del
monitor con una expresión
bastante pensativa, sus ojos
tan profundos como
la noche.
Luna, ¿siempre quisiste
escapar de la familia
García? ¿Ahora ves las
terribles consecuencias de
tus decisiones tan
erróneas?
Tomaste una decisión
equivocada, y ahora estás
pagando un alto precio.
Mi princesa, el mundo
fuera de casa es muy
peligroso. ¿Por qué no se
queda en casa?
Luna, todo esto… jes solo el
comienzo!
En la imagen, Luna estaba
luchando con todas sus
fuerzas contra esos
malvados hombres, su
abrigo destrozado y
desgarrado, dejando solo
un sujetador casi
transparente, cubierto de
barro por completo. Sus
ojos estaban llenos de
desesperación, y dolor,
pero a pesar de ser
superada en número, ella
seguía resistiéndose.
La trataban como a un
animal, y le aparecieron
moretones en su cuerpo.
Cuando finalmente cayó al
suelo, uno de los hombres
la agarró del rostro y la
arrastró hacia el coche.
Luna encontró una piedra
cercana y la lanzó con
fuerza.
Se oyó un sonido bastante
aterrador.
Aprovechando la sorpresa y
el alboroto de sus agresores,
Luna se levantó
rápidamente y huyó.
-¡Oh no, ella se nos ha
escapado!
-¡Rápido, persiguela!
Un grupo de personas se
refugiaba de la lluvia bajo
un techo. Isabel llevaba una
chaqueta negra, la
misma que Sergio llevaba
anteriormente.
Capitulo 97

Isabel estaba de ple junto a


él, mirándolo con gran
detenimiento, él llevaba
puesta solamente una
camiseta negra.
-¿No tienes frio? ¿Por qué
no te pones esta chaqueta?
Sergio respondió:
-No tengo frío. No te
preocupes.
Elisa estaba junto a Isabel y
rozó su brazo.
-Isabel, ¿ya están juntos?
¡Vaya, han avanzado
bastante rápido!
Isabel se sonrojó y
respondió tímidamente:
-No digas tonterías, solo
somos grandes amigos.
-“Grandes amigos”. ¡No
finjas más!
Carlota, que estaba de pie al
lado, rodó sus ojos sin saber
qué decir.
Hugo, viendo que la
atmósfera se volvía bastante
tensa, intervino
rápidamente:
-Este clima es muy
insoportable. Finalmente,
ya pudimos reunirnos un
rato, ahora está lloviendo.
El cielo no nos está
mostrando respeto.
Carlota respondió:
-¿Respeto? ¿Quién te crees
que eres para que el cielo te
respete? ¿No tienes miedo
de que te caiga un
rayo en este momento?
Con esta respuesta, todos
estallaron en risas.
-No puedo creerlo, ¿nadie
trajo un paraguas? ¿Quién
sabe cuánto tiempo tomará
que pare la lluvia?
-No sé.
-Oye, ¿alguno de ustedes
escuchó eso? Parece que
alguien está gritando,
pidiendo ayuda.
-¿Qué gritos? Deben de
estar muy equivocados.”
-Espera, parece que alguien
realmente está gritando.
Sergio, ¿no lo oyes?
Rápidamente, todos
enmudecieron al fuerte
escuchar el sonido. Parecía
que realmente alguien
estaba Sergio frunció el
ceño. Efectivamente, esa
voz clara sonaba de nuevo
en el callejón trasero. -
¡Ayuda! ¿
Hay alguien…?
-¡Maldita, a dónde crees
que vas!
Hugo rápidamente
identificó la voz.
Oh no, suena como Renato
y su desquiciado grupo. Es
obvio, están forzando a
alguna mujer de
nuevamente.
-Carlota, ¿no te parece que
la voz de esa chica se parece
muchísimo a la que te
desafió cuando recién
llegaste a este lugar?
Carlota comentó:
-Desde un principio, noté
que Renato era un
desgraciado. Esa chica
acaba de cumplir 18 años…
Sergio, ¿
deberíamos ir a ver?
Sergio, muy
despreocupado, sacó un
cigarrillo de su bolsillo y lo
olio.
-¿Cuándo se volvieron tan
entrometidos todos
ustedes?
Isabel habló con titubeo:
-Sergio, me parece que oí la
voz de Luna. ¿Ella…
también está aquí?
Sergio bajó con gran
malicia su mirada y sonrió
levemente.
-No te preocupes, no es
asunto tuyo. Carlota,
quédate aquí con los demás.
Voy a buscar un paraguas.
Esta lluvia continuará
durante mucho tiempo, por
lo tanto, no quiero que
nadie coja un resfriado.
Sergio se alejó con gran
rapidez bajo la lluvia,
seguido por los amigos de
Hugo.
Tres o cuatro de ellos
caminaron un poco y se
dieron cuenta de que
estaban en el camino
equivocado.
-Sergio, la tienda está allá,
nos hemos equivocado de
camino.
Sergio, empapado por la
lluvia, frunció el ceño y
dijo:
-Habla otra vez y te meteré
el paraguas en tu boca.
Los tres afirmaron entre sí
y se callaron de inmediato.
Era evidente cuál era la
situación.
Uno de ellos exclamó:
Sergio, mira, observa bien,
la chica está arriba.

Sergio siguló la mirada y


vio que la lluvia no
mostraba signos de
detenerse. La luz era muy
pobre y solo se podía ver
un mar oscuro y muy
tumultuoso, con Luna
atrapada en lo alto.
Estaba terriblemente
acorralada, con el mar
debajo de ella. Si caía, las
olas la arrastrarían de
inmediato y
no habría posibilidad de
sobrevivir.
-Señor Martínez, estamos
en problemas, la señorita
García se va a tirar al mar.
En el puente que cruzaba el
mar, un hermoso coche
Audi negro tenía las luces
largas encendidas,
observando la situación
desde abajo.
-José, ¿crees que se atreverá
a saltar, o no?
José Rojas, era uno de sus
subordinados y el más leal.
-No lo sé. Pero si no
hacemos nada, la señorita
podría sufrir un fatal
accidente.
La música suave seguía
sonando en el interior del
coche mientras Andrés, con
una sonrisa irónica y
malévola, golpeaba el
volante con sus dedos.
Capitulo 98
-¡Corre, ¿por qué no estás
corriendo?!
-No resistas, mejor ven con
nosotros y regresa, no te
trataremos mal.
Luna miró las olas
rugientes debajo de sus
pies, rocas caían y
desaparecían en el
acantilado.
En este momento, ¿tenía
miedo?
Quizás Luna tenía miedo.
¿Pero acaso de veras tenía
miedo de morir?
Ella no lo sabía.

Luna había experimentado


las enfermedades más
agonizantes y dolorosas,
todas las personas cercanas
a ella habían muerto de
manera trágica, y la
persona a la que más amaba
la había traicionado. Todos
los momentos más felices
de su vida se habían ya
esfumado.
Pensó que podría ser la
persona más feliz del
mundo, pero se dio cuenta
de que todo esto, un
hermoso
sueño tejido por una sola
persona era completamente
falso.
Cuando ese hermoso sueño
se desmoronó, solo quedó
un abismo de oscuridad,
sufrimiento y tortura
interminables.
Creía que, si dejaba atrás
esas cosas y esas personas
en su vida, podría escapar
de las tragedias que
habían ocurrido en su vida
pasada. Pero ahora, se daba
cuenta de que estaba
equivocada.
Desde su nacimiento, su
vida estaba destinada a ser
una tragedia.
El karma que Miguel había
acumulado en su vida
anterior ahora recaía sobre
ella.
Ella también quería vivir
una vida tranquila y
pacifica.
Realmente se esforzó
mucho por cambiar todo lo
que sucedió en su vida
anterior.
Pero al final, se encontraba
en esta situación.
Ella ya había muerto una
vez en esta vida.
La muerte no era tan
aterradora para ella.
Incluso si no estuviera
aqui… Quizás, la única
persona que se sentiria
triste sería Gabriel.
Qué lástima, de no haberlo
podido ver por siquiera una
última vez.
Hugo: -Dios mio, ¿crees que
va a saltar? Si lo hace, no
podríamos ayudarla…
Sergio se apresuro cada vez
más, finalmente corriendo.
Sergio:
¡Deténganse!
Su voz se disipó en el
trueno..
Nadie más lo oyó aparte de
ellos.
-Luna, ¡no tienes permitido
saltar!
-No puedes saltar,
¿escuchaste?
-Por favor, si causa un
accidente, estaremos
acabados cuando llegue la
policía.
-Miserable, ¿Tienes acaso el
valor suficiente de saltar?
Rindete y eso será mejor
para ti. No vale la pena
poner tu vida en peligro
por una tontería.
Luna sonrió tristemente de
repente, abrió los brazos y
miró al cielo, permitiendo
que la lluvia cayera
sobre su rostro.
Si este es mi destino…
No quiero repetir lo
mismo.
Andrés, estoy cansada.
¿Podemos perdonar la
deuda de Miguel y poner
fin a la deuda de estas dos
vidas?
La próxima vida, ¿podrías
entonces tratarme mejor?
Realmente quiero ser tu
hermana.
Envidio a Isabel, por tener
un hermano como tú….
Y también…
Capitulo 99
Gabriel
Adiós…
Inclinó su cuerpo hacia
atrás y sintió el viento
cortante como cuchillos
soplando en su rostro y en
todo
cuerpo, jera muy doloroso!
Sergio: – Luna…
José: -¡Madre mia! Señor
Martínez, la señorita…
Andrés: Luna…
-¡Maldita sea, Renato, esa
chica realmente se lanzó al
mar, ¡la hemos matado!
¿Qué hacemos ahora?
-¡Esto no es culpa mia! Yo
no hice nada.
Renato miró a las personas
que ya habían desaparecido
abajo y, se asustó tanto que
sus piernas se
debilitaron al instante,
cayendo al suelo, mientras
que otros también ya
habían huido en todas
direcciones.
En ese momento muy
apresurado, llegó Sergio y,
sin decir una palabra, se
quitó la única camiseta que
llevaba puesta y se lanzó al
mar…
-¡Maldita sea, Sergio!
Luna chocó con las rocas, y
su sangre roja se extendió
en el agua, el agua fría
parecía congelar sus
extremidades, su
conciencia se volvió
borrosa y sintió que su
cuerpo se estaba cayendo,
como una estrella a punto
de extinguirse, luego caía
trágicamente; cayendo en
el lugar donde debería
haber estado…
Es tan oscuro, mamá, tengo
mucho frío…
Hugo estaba ansioso en la
playa:
-¡Llama a la policía, llámala
de inmediato!
Alguien sacó un teléfono
móvil y marcó:
-No hay señal, está
lloviendo muchísimo
ahora.
Hugo se arrancó el cabello
con gran histeria y
comenzó a dar vueltas
nerviosamente:
-¡Maldición!

El tipo de pelo verde dijo


apresuradamente:
-¿Qué hacemos ahora?!
Hugo gritó furiosamente:
-¿Por qué me preguntas a
mi? Ustedes dos, vayan a
buscar ayuda, busquen a
algunas personas que sepan
nadar. Y también, consigan
señal, vayan a algún lugar
con una muy buena
cobertura y luego llamen
a la policía.
Carlota y las demás
esperaron hasta que la
lluvia se detuvo, pero no
vieron a Sergio y los demás
regresar, lo que les hizo
sentir que algo no anda
bien, así que fueron a la
playa.
Efectivamente, vieron a
Hugo parado allí, dando
vueltas ansiosamente, sin
saber que hacer.
-Hugo, ¿dónde está Sergio?
Hugo titubeó antes de
responder:
-Hace un buen rato, para
salvar a esa chica, Sergio se
lanzó al mar.
Carlota, con los ojos muy
abiertos, se acercó a él, le
agarró el cuello y lo pateó
en el suelo:
-¿Por qué no lo detuviste,
tonto? ¿No sabes que la
marea está subiendo en este
momento? ¡Podría estar
en peligro de muerte!
Isabel se cubrió la boca y las
lágrimas desbordaron sus
ojos.
-Sergio…
-Hace un momento, otra
persona se lanzó al agua
para buscarlo, no sabemos
quién es.
Carlota, con los ojos
enrojecidos de
preocupación, exclamó:
-¡Sergio, eres un maldito
idiota! Si te mueres de esa
forma, incluso si te
conviertes en un fantasma,
¡no te lo perdonaré!
En ese momento, alguien
señaló hacia un lugar y dijo
asombrado, sin poder
encontrar las palabras:
-Carlota… ¡ese es… Sergio!
Todos miraron en esa
dirección, y lo único que
pudieron ver fue a Sergio
sosteniendo a alguien en
sus brazos mientras salía
del mar, con un vasto
océano detrás de él.
Se acercaron, y Sergio puso
a Luna en el suelo, le tapó la
nariz y le dio respiración
boca a boca.
-Sergio…!

Carlota e Isabel corrieron


de inmediato hacia Sergio,
que estaba congelado
después de haber estado en
el agua helada durante un
largo tiempo.
Sergio se levantó y
comenzó a realizar
maniobras de resucitación
cardiopulmonar.
-Todos, manténganse muy
alejados.
Isabel lo miró y se quedó
paralizada en su lugar, sin
esperar que la persona que
tuvo un accidente fuera
precisamente Luna, que
había estado desaparecida
durante casi dos o tres
meses.
Ella estaba en este pueblo
pesquero.
Diez minutos después, no
hubo señales de que Luna
se despertara.
Carlota dijo con pesar:
-¡Sergio, déjalo, ella… ya
está muerta!
-¡Atrás! Cállate. -sus ojos
destellaban con una fría
ferocidad.
Nadie se atrevió a hablar de
nuevo; nunca lo habían
visto tan enojado.
Sergio le dio a Luna varias
respiraciones más.
-Luna, ¡despierta! Luna,
¿puedes escucharme?
En ese momento, la
persona en el suelo
finalmente con gran
esfuerzo reaccionó.
-Tos…
Luna escupió agua, pero
apenas había recuperado la
conciencia y tan solo
alcanzó a ver la silueta de
un hombre, antes de
desmayarse nuevamente.
Sergio suspiró muy aliviado
y finalmente se relajó un
poco. Rápidamente recogió
a Luna.
En ese instante, varios autos
negros llegaron y los
rodearon, y se bajaron más
de una docena de
guardaespaldas vestidos
con trajes negros.
Capitulo 100
Álvaro bajó del automóvil,
sosteniendo un paraguas y
rodeó el frente del
vehículo, caminando hacia
el asiento del copiloto
trasero. Abrió la puerta y
salió un hombre con una
camisa negra, pantalones de
traje negro perfectamente
cortados y ajustados a su
cuerpo, con una presencia
bastante dominante.
El hombre era guapo y
distinguido, con sus ojos
afilados y peligrosos.
Aparentemente, todos
intimidados por la fuerte
presencia que él emanaba,
se
apartaron automáticamente
para dejarle paso; cuando se
acercó en ese momento.
Sergio sostenía a Luna en
sus brazos, justo en ese
instante sus miradas se
cruzaron con el hombre.
Una extraña presión se
propagó entre los dos.
Andrés se acercó, mientras
que Álvaro sostenía un
paraguas.
Andrés: -El favor que me
hiciste, considerémoslo
como una deuda que tengo
contigo. -Extendió la
mano, pero Sergio no
parecía tener ninguna
intención de entregársela.
-Me quedaré con ese favor,
recuérdalo, Andrés.
Andrés tomó a la
inconsciente Luna en sus
brazos.
La clínica del pueblo.
En el camino de regreso a
la capital, se produjo un
deslizamiento de tierra y la
única carretera que
quedaba en
funcionamiento estaba
siendo reparada, lo cual le
tomaría varios días para
para estar nuevamente
transitable.
-Hermano, lo siento por no
decirtelo. Solo estoy bajo
demasiada presión debido a
los exámenes en este
momento, así que sali con
unos amigos para relajarme
un poco. Tenía miedo de
que te enojaras, por eso
no te lo dije.
Isabel parecía una niña que
había hecho algo malo,
parada frente a Andrés con
la cabeza agachada y sin
atreverse a hablar.
Para evitar que su hermano
la regañara, Elisa se
adelantó y dijo:
-Señor, fui yo quien la
llamé para que viniera. No
tiene la culpa, así que, si
quieres culpar a alguien,
culpa a mí.
Andrés no la regañó y dijo:
-¿Dónde has estado
viviendo últimamente?

Elisa respondió
apresuradamente:
-Ella ha estado viviendo en
la casa de un amigo mío.
Andrés dijo.
-Hoy, deja la casa de tu
amigo y quédate en un
hostal. Dentro de unos días,
te llevaré de regreso a la
escuela.
Isabel obedeció con la
cabeza y dijo con voz
suave:
-Entiendo, hermano.
-Vete a casa, está a punto de
amanecer. Descansa antes
de regresar.
Isabel pregunto:
-¿Y tú?
-Esperaré a que Luna se
despierte.
Isabel dijo:
-Entonces volveré mañana
a visitarte. Hermano,
asegúrate de descansar muy
bien y no te agotes.
No pasó mucho tiempo
desde que Isabel se retiró y
la puerta de la sala del
examen se abrió, un
anciano
médico salió a recibirlo.
-¿Eres el familiar de la
paciente?
Andrés afirmó.
-¿¿Cómo está?
El médico, hablando en un
dialecto no muy entendible,
dijo:
-La situación no es muy
buena. Tiene una herida
bastante desgarrada en el
abdomen y la hemorragia
no
se ha detenido aún. Aquí
solo puedo hacerle un
chequeo básico. Una vez
que la carretera esté
abierta,
sería mejor llevarla a un
hospital, de más alto nivel
para un tratamiento más
adecuado, y asi ver si hay
otras lesiones internas.
Andrés agradeció. Álvaro
fue a comprar
medicamentos,
Entraron en una sala de
hospital primitiva, y en una
camilla estaba Luna, pálida
y con los ojos cerrados.
parecía estar en un estado
de trance que se asemejaba
a la muerte.
La luz en la sala de hospital
era tenue y Andrés la
miraba profundamente con
ojos perdidos.
Luna, tienes cientos de
formas de seguir viviendo,
¿por qué eliges la manera
más tonta?
¿Cuándo dejaste de tener
miedo incluso de la
muerte?
De repente, en ese
momento, la persona que
estaba frente a él le pareció
muy extraña.

Luna, por lo general, tenía


un carácter bastante
rebelde, pero también era
muy tímida y asustadiza…
Esta vez, había superado al
máximo sus expectativas.
Cuando la vio saltar, Andrés
realmente sintió una fuerte
compasión.
Él también no sabia de
dónde había surgido esta
compasión.
Andrés metió su mano, bajo
sus mantas las cuales se
encontraban afuera. Afuera,
la lluvia se detuvo por
un momento y luego volvió
a caer de repente.
-No te acerques…
Capítulo 101
De repente, la persona en la
cama emitió un llanto
desgarrador.
Andrés estaba sentado al
lado de la cama y su dedo
rozó su rostro, después de
tres meses sin verse, ella
había adelgazado bastante.
Al día siguiente, una luz
matutina y brillante
apareció en el horizonte
junto al mar.
La garganta de Luna le
ardia y le dolía, lentamente
empezó a recobrar la
conciencia. Un olor
desagradable a
medicamentos llegó a su
nariz mientras miraba
atónita el techo amarillento
sobre su cabeza.
¿Había muerto?
Hubo un breve lapso de
memoria en blanco, pero
pronto recordó lo que
había sucedido la noche
anterior.
Sus dedos se movieron
ligeramente, sintiéndose
escalofríos. Miró hacia la
botella de suero junto a la
cama y finalmente se dio
cuenta de que seguía viva.
-Señor Martinez, la reunión
en la empresa se ha
pospuesto. El señor García
preguntó cuándo podrás
regresar. La carretera ya ha
sido totalmente reparada. -
informó el asistente.
-Esperaremos a que Luna
se despierte y luego
regresaremos. ¿Han
atrapado a esas personas?
-Son solo unos matones
locales, aprovecharon la
falta de autoridad en ese
lugar para actuar sin
restricciones, a su acomodo.
Ya me he puesto en
contacto con algunos
funcionarios
gubernamentales
para fortalecer el control
aquí. Los que escaparon
anoche ya han sido todos
capturados. ¿Cómo
deberíamos tratarlos?
-¿Dónde está Luna ahora?
-Está afuera.
La conversación afuera se
detuvo de repente por un
momento y Luna escuchó
el sonido de la puerta
abriéndose antes de cerrar
sus ojos con gran
rápidamente.
Andrés echó un leve vistazo
a la persona en la
habitación antes de salir.
En la puerta de la clínica,
había estacionados más de
una docena de lujosos
coches que la gente del
lugar nunca había visto
antes. Los lugareños, sin
entender lo que estaba
sucediendo, se agolparon
en gran cantidad para ver el
espectáculo.
-Ay, ¿qué tipo de autos son
estos? Deben costar unos
miles de dólares.
-No solo eso, he visto estos
coches en la televisión.
-¿Qué está sucediendo? Mi
familla está esperando la
medicina.
Cinco hombres con
máscaras negras y la boca
totalmente sellada con cinta
adhesiva fueron sacados de
una furgoneta por un grupo
de guardaespaldas.
Rápidamente, algunos
reconocieron a uno de
ellos.
-Oye, ¿no es el hijo de
Melisa? ¿Por qué lo
atraparon?
Definitivamente se
metieron con la mafia,
estos tipos no son buena
gente, son de mala calaña.
Álvaro siguió a Andrés y
salió de la clinica. Los cinco
hombres fueron
arrodillados en el suelo por
los guardaespaldas detrás
de Andrés
Andrés estaba de pie en la
escalera con una presencia
bastante majestuosa, y
después de un leve gesto,
los hombres de Renato se
quitaron la cinta adhesiva
de la boca.
Con miradas llenas de
temor, comenzaron a
suplicarle a Andrés.
-Señor, no tenemos nada
que ver con esto, todo fue
idea de Renato, él ha estado
obsesionado con esa chica
durante un largo tiempo,
nosotros no la hemos
tocado. Los otros matones,
comenzaron a culpar a
Renato por sus acciones.
-¡Estás hablando tonterías!
Cuando intenté algo con
ella, todos ustedes estaban
muy dispuestos a unirse.
Ahora están tratando de
culparme a mí.
Andrés estaba en la parte
alta de pie, observando a las
personas de abajo con ojos
penetrantes y sin
emoción.
Andrés extendió la mano, y
una persona a su lado le
pasó un palo.
Álvaro se acercó y dijo:
-Señor, con este grupo de
personas no vale la pena
que usted intervenga. Tal
vez deberíamos esperar a
que la policía se encargue
de ello, mejor.
Si este asunto se saliera de
control y tuviera un gran
impacto en la empresa, el
señor Garcia podría
culparte de ello.
-¿Me estás enseñando cómo
hacer las cosas? -Andrés lo
miró fríamente con
desdén.
Capítulo 102
Álvaro inclinó la cabeza y
murmuró:
–No me atrevo.
Los guardaespaldas
mantuvieron firmes a los
hombres bajo control.
En ese momento, Andrés
parecía un gran demonio
que había emergido del
infierno, emanando un
aura
bastante aterradora.
Cuando la madre de
Renato, Melisa, escuchó
que su hijo estaba en graves
problemas, llegó
rápidamente.
Al ver a su hijo siendo
retenido en el suelo, grito:
-¡Hijo mío!
Renato suplicó:
-¡Sálvame, mamá!
¡Sálvame, por favor!
Melisa corrió hacia ellos,
pero fue detenida por las
personas que la rodeaban.
Gritó:
-¡Deténganse! ¡Deténganse!
Andrés nunca fue
considerado una muy
buena persona, y era
excepcionalmente cruel y
maquiavélico.
Estos hombres solo estaban
recibiendo una pequeña
lección. Si fuera en el
pasado, ya habrían
terminado
flotando en el mar hoy.
En la habitación del
hospital, Luna escuchaba
gritos aterradores, lo que le
hizo sentir escalofríos en
todo su cuerpo. Sabía que
era Andrés y él intentaba
llevarla de nuevamente
regreso.
Ella no quería regresar.
Luna retiró la aguja de su
mano, levantó las sábanas y
se puso de pie. Sin
embargo, en el momento
en que pisó el suelo, su
cuerpo se debilitó a tal
punto que cayó al suelo. Se
levantó con gran esfuerzo,
apoyándose en la cama.
Justo en ese momento,
Andrés entró en la
habitación. Luna lo miró a
sus ojos con gran temor,
pero
luego volvió a caer al suelo,
olvidándose
momentáneamente de
reaccionar, quedando
sentada en el suelo sin
moverse.
Cuando sus miradas se
cruzaron, Luna nunca había
visto a un Andrés tan
aterrador y maquiavélico.
Había sangre en su cuello y
en sus dedos, y las gotas de
sangre en sus dedos caían al
suelo. Era feroz,
cruel y despiadado, como si
hubiera regresado del
infierno nuevamente.
Se acercó a Luna, quien
retrocedió muy asustada,
escondiéndose de él.
-Puedo levantarme por mi
misma.
Andrés parecía estar tan
enojado y, sin decir una
palabra, la tomó en sus
brazos y la llevó afuera.
-¡No quiero volver! ¡Suelta!
Andrés parecía estar muy
enojado. Siguló caminando
y la metió en el coche de
Álvaro.
Luna se sentó en el coche,
sintiendo la presión de
innumerables miradas
sobre ella. No le gustaba ser
el centro de atención.
Miró por la ventana y vio
un charco de sangre en el
suelo afuera, lo que le hizo
sentirse bastante
aterrorizada. Su ropa
también se había manchado
con la sangre de Andrés.
Luna no puede aguantar
suciedad e inmundicia, por
lo que Álvaro sacó
silenciosamente una toalla
y se lo entregó.
Luna limpió la sangre de su
ropa con varios pañuelos.
Cuando Andrés entró en el
coche y se sentó, la
atmósfera del coche se
volvió intensa y opresiva.
Luna dijo:
-No quiero volver.
Andrés respondió:
-Después de tres meses
afuera, ¿todavía no has
aprendido la suficiente
lección, Luna? Debes
aprender a controlar tu
temperamento.
Luna le temía más que a su
propio padre. Ella y Miguel
tenían vínculos de sangre,
entonces el no se atrevería a
lastimarla gravemente. Pero
Andrés era muy diferente.
Él podía hacerle cualquier
cosa, sin importarle nada.
Luna bajó los ojos,
rasgando la toalla entre sus
dedos. Ella conocía a
Andrés y sabia que hablar
con él en este momento
solo empeoraría más las
cosas; no tenía paciencia y,
por tanto, esto lo pondría
de mal humor. En cuanto a
Isabel, ella podía tolerarlo
sin límites, pero no para
Luna…
El hecho de que él viniera
personalmente ya era su
máxima tolerancia.
Capítulo 103
Luna no habló, en lugar de
eso cambió de tema y dijo
con una suave voz:
-Perdi mi billetera.
Andrés:
-Vamos en coche.
El corazón de Luna se
apretó demasiado, no
quería molestarlo en lo
absoluto.
-En su interior hay fotos de
mi madre, son muy
importantes para mí.
Andrés:
-Sí, entiendo.
Con esas palabras, Luna
sabía que Andrés
definitivamente la ayudaría
a encontrarla.
Melisa persiguió al coche
llorando, porque
anteriormente, la policía
había arrestado a Renato y
a algunos
otros matones.
La gente aquí también
estaba bastante asustada.
Ese hombre realmente fue
muy cruel. Con un par
palazos, casi le quita la
vida.
Hay mucha sangre
esparcida en el suelo.
Nadie se atrevió a hablar.
No tenía sentido meterse
en problemas, por un
simple grupo de matones,
ya que esa gente parecía
muy difícil de tratar.
Laia se escondió detrás de
un tractor, quizás aún no se
había recuperado
completamente y sus
piernas temblaban
incesantemente. Luego
escuchó una conversación
entre un grupo de personas
que llegó a sus oídos.
El de pelo verde preguntó:
-Sergio, ¿quién es esa chica
y qué hacen estos tipos,
aquí? ¿Son tipos muy
peligrosos?
Carlota dijo:
Esos autos son muy
costosos. Sergio, ¿sabes
algo?
Sergio jugaba con un
encendedor metálico. Lo
encendió y una llama azul y
roja apareció
En el futuro, por el bien de
ustedes, manténganse bjen
alejados de ella.
Especialmente ese tipo.
Andrés no había cambiado
en absoluto desde la última
vez.
-Ese tipo es realmente muy
despladado. Puedo oir
desde aquí como se
rompen los huesos. ¡Me
duele! – se quejó el de pelo
verde.
Sergio cerró el encendedor
y con sus ojos largos y
estrechos observó a la gente
que se encontraba cerca
que estaban temblando.
Caminó hacia ellos.
Laia lo miró con miedo y
quiso huir en ese instante,
pero sus piernas parecían
estar hechas de plomo y
no podía moverse.
Fue entonces cuando
Sergio extendió la mano y
dijo:
-Dame eso.
La familia de Laia no era
rica y ella tampoco era muy
guapa. A veces, la gente los
intimidaba. No se
atrevía a meterse con estos
matones.
Laia no sabía por qué
Sergio la había encontrado
hoy. Tenía tanto miedo que
no podía mirarlo fijamente
a los ojos.
-¿¿Qué… qué… qué…?
-¿Necesito recordarte, lo
que hiciste? ¿No fuiste tú
quien robó la billetera de
Luna? No te hagas el tonto
aquí conmigo. -Sergio
frunció el ceño
nuevamente, con una
sonrisa muy perturbadora
en sus labios y un
toque de gran hostilidad en
su mirada.
-No solo, no eres guapa,
sino tienes feo también tu
corazón.
Laia rápidamente dijo:
-No robé su billetera, la
encontré en un lugar.
-¡Sabías que era de Luna y
porque no la devolviste!
¿Cómo es eso diferente de
robar?
Laia temblorosamente sacó
la billetera de su bolsillo. Su
rostro se tornó rojo de
vergüenza y no sabía qué
decir.
Sergio abrió la billetera,
sacó su tarjeta de
identificación y vio la foto.
Era muy atractiva.
Afortunadamente sus
documentos y tarjetas de la
escuela estaban alli dentro,
-¿Y el dinero?
-Lo.. lo gasté…
Sergio no sabía qué decir,
sacó algo de dinero de su
propio bolsillo y lo metió
muy delicadamente en la
billetera rosa de Luna.
-La próxima vez, si vuelves
a hacer cosas como estas,
no me Importará hacerte lo
mismo que esa persona le
hizo a Renato. ¡Ahora,
lárgate de aquí!
Laia, asustada, huyó
rápidamente.
Carlota dijo molesta:
-No robó este dinero,
¿entonces, por qué lo hizo?
-Tengo demasiado dinero y
no sé en qué gastarlo. -
respondió Sergio con
indiferencia.
Nadie conocía mejor que él
a la familia García. Andrés
hará que el ladrón devuelva
todo el dinero que
Luna ha perdido.
Capitulo 104
El viaje estuvo muy
accidentado, hubo
bastantes sacudidas, y la
herida en el abdomen de
Luna se abrió por
completo.
iLe dolía mucho!
Ella se esforzó por
soportarlo y no
desmayarse.
Luna se sentia aturdida, su
visión se volvía borrosa y, a
pesar del agudo dolor, se
mantenía en silencio.
No quería ser una molestia
para él.
De repente, el cuerpo de
Luna se inclino hacia
adelante y, mientras
cerraba sus ojos para
descansar,
Andrés abrió los suyos con
fuerza de inmediato. Fue
como si tuviera un sexto
sentido y rápidamente la
atrapó con su mano.
Cuando tocó su cuerpo, la
temperatura estaba bastante
alta, tenía una fiebre muy
intensa.
Él la recogió.
Andrés frunció, su ceño con
gran preocupación y
preguntó:
-¿Cuánto falta para llegar al
hospital?
-La carretera que acaban de
arreglar está un poco
congestionada. Al menos
una hora más.
Isabel se volvió hacia ellos y
exclamó con gran
preocupación:
-Dios mío, hermano, Luna
ha perdido mucha sangre.
Andrés se quitó la chaqueta
de traje que cubría a Luna.
La prenda interior de color
claro ya estaba por
completo, teñida de rojo
por la sangre. ¿Y ella no dijo
nada?
-Estaciona en coche a un
lado de la carretera. Álvaro,
trae la caja de primeros
auxilios.
Álvaro estacionó el coche a
un lado de la carretera y
sacó rápidamente la caja de
primeros auxilios del
maletero.
Contenía medicamentos
básicos.
Andrés desabrochó la ropa
de Luna, levantó la camisa
y retiró el apósito de su
abdomen, arrojándolo a
un lado.
Comenzó a tratar con
medicamentos, la herida
para detener la
hemorragia.

Después de tratar la herida,


Luna se desmayó por
completo.
Si esto continuaba, perdería
demasiada sangre y entraría
en estado de shock…
Isabel observó la pantalla
del espejo retrovisor,
agarrando fuertemente el
dobladillo de su falda y
bajando la cabeza con una
emoción indescriptible en
sus ojos.
No pasó mucho tiempo,
más o menos unos treinta
minutos o más, cuando
Álvaro llevó rápidamente a
Luna al hospital.
Luna fue llevada a la sala de
operaciones de inmediato.
Álvaro se quedó en el
hospital para acompañarla.
Andrés llevó a Isabel de
regreso a casa y recogió los
documentos, para una
reunión en la empresa.
Isabel se paró en la puerta y
Andrés acababa de salir del
lavamanos del estudio. Su
cabello estaba mojado y
goteaba agua, y estaba
secándose con una toalla.
Vestía como de costumbre:
camisa negra, pantalón de
traje negro. Era frío y muy
reservado, con una mirada
afilada que inspiraba temor.
La tenue luz en la
habitación no permitía ver
sus emociones faciales.
-¿Necesitas algo?
Isabel nunca lo había visto
con esa mirada tan
aterradora, y se quedó
sentada en el coche.
Por alguna razón, de
repente tuvo un
sentimiento de pérdida en
lo que respecta a Andrés.
Tenía miedo de que Andrés
se fuera así.
Isabel abrazó a Andrés y
dijo:
-Hermano.
Andrés detuvo su mano
mientras se secaba el
cabello y, con una mirada
muy profunda, respondió a
su gesto:
-¿Asustada?
Isabel afirmó con la cabeza
y apretó su mano que lo
rodeaba aún más fuerte;
con launa voz temblorosa:
-Si.
Andrés acarició su espalda
con suavidad y dijo:
-La próxima vez tendré
más cuidado.

Isabel soltó su mano de


inmediato y lo miró:
-Hermano, ¿puedes hacerlo
así en el futuro?
La mano áspera y rugosa de
Andrés acarició su cabello,
y sus ojos no eran tan fríos
como antes:
-Entendido.
Andrés sabía a qué tenía
miedo.
Hace un momento, no
pensó en nada más, sino
vengarse con Renato.
La situación de Luna en
realidad era terrible y esto
lo sacó de quicio. En su
mente, la imagen seguía
apareciendo.
Capitulo 105
El hecho de que Luna se
atreviera a arrojarse al mar
sin dudarlo, estaba más allá
de las expectativas de
Andrés. ¿Qué había llevado
a Luna a este cambio tan
radical, como si fuera una
persona completamente
diferente? ¿O tal vez habría
descubierto algo?
Desde que ella contraatacó
a la familia Díaz, Andrés
sintió de inmediato que
algo no estaba bien. Si esto
fuera así, no podía
permitirse dejarla ir.
Mucho menos darle la
oportunidad de unirse a la
familia Sánchez.
Isabel observó a Andrés,
mientras él sostenía los
documentos y se alejaba.
En estos días, él no había
preguntado nada sobre lo
que había sucedido en el
pueblo a Luna. Cuanto más
la ignoraba, más sentía
que Andrés no le importaba
en lo absoluto.
En el momento, que
encontró un montón de
fotografías en el escritorio
de Andrés, en ese instante
su mente estalló. Resultó
que después de que Luna
dejó la familia García,
Andrés había estado
vigilándola
todo el tiempo.
Si Luna no hubiera tenido
problemas esta vez, era
muy posible que Andrés no
hubiera venido
personalmente al pueblo.
Isabel y Andrés crecieron
muy juntos desde que eran
niños, pasaron por todas las
dificultades juntos y
eran las personas más
cercanas entre sí.
En los últimos años que
vivieron en el extranjero,
Isabel notó que Andrés se
volvía cada vez más
extraño para ella y, que ya
no era como antes.
Realmente tenía miedo de
perderlo.
Andrés regresó a la
empresa después de una
ardua reunión, pero antes
de salir de la sala de
conferencias, recibió una
llamada casualmente de
Álvaro.
Álvaro acababa de pagar la
cuenta y sostenía un
informe en su mano.
-La señorita ha completado
la transfusión de sangre y la
herida en su abdomen ha
sido suturada. Sin
embargo, tiene fiebre, 39,8
grados. Deberá quedarse en
el hospital durante una
semana.
Álvaro rezó en silencio,
para que a él no tuviera que
quedarse a cuidar de Luna.
Si fuera así, era preferible
morir.
Andrés entró en el
ascensor, miró la hora y
eran las cuatro y media de
la tarde.
-Busca a una persona para
que la cuide las 24 horas.
-Entendido.

Después de colgar el
teléfono, Álvaro sintió un
gran alivio y que se le
escapaba algo importante.
No podia recordar qué era.
No le prestó más atención y
encontró a una persona
muy trabajadora para
cuidar a Luna. Una vez que
hizo todo esto, Álvaro
volvió a la empresa.
En el hospital, el olor a
medicamentos impregnaba
el aire.
Luna tuvo un terrible sueño
en el que se veía a sí misma
muerta, su espíritu se
encontraba abandonando
su cuerpo. Caminaba por
los pasillos del hospital,
pero no importaba cuánto
caminara, no podía salir de
la oscuridad. Veía todos
pasando cerca de ella…
Se sentía atrapada en este
momento.
Luna se despertó con un
fuerte dolor de garganta.
Sentía un fuerte dolor de
cabeza. No sabía cuántas
veces había estado enferma,
y siempre se despertaba de
la misma forma.
La sala de hospital estaba
muy oscura y vacía. Tosió
algunas veces, sintiendo la
frialdad de la aguja en su
mano, por lo tanto, la retiró
rápidamente. Si no se
hubiera despertado a
tiempo, al día siguiente
podría haberse despertado
con su propia sangre en la
bolsa de goteo.
Se apoyó en la cama y se
incorporó…
Cuando intentó alcanzar el
interruptor de la lámpara,
esta se encendió con un
leve chasquido.
La luz brillante la hizo
sentirse abrumada.
Miró hacia la puerta y se
quedó atónita al ver a
Andrés en la habitación.
¿En qué momento había
llegado a la habitación del
hospital?
-¿Hermano…?-su voz estaba
un poco ronca.
Andrés miró la aguja en el
suelo, se acercó a Luna y le
tocó la frente.
Estaba bastante caliente.
Debería estar
acompañando a Isabel,
¿verdad?
Luna tosió algunas veces y
no se atrevió a mirar
directamente a los ojos de
Andrés.
-Hermano. ¿por qué has
venido tan tarde?
-Luna, ¿por qué has estado
deseando dejar la familia?
¿O es que sabes algo y no
me lo quieres
decirmelo? -Una presión
invisible la abrumaba, lo
que le dificultaba respirar y
la hacia ponerse cada vez
más pálida
Capítulo 106

Su mirada era tan agresiva


como inocente, al punto
que parecía que quisiera
devorarla.
Luna se sentó al borde de la
cama y desvió la mirada,
sin atreverse a mirarlo.
Respondió en voz baja:
-He crecido demasiado
protegida desde que era
una pequeña, así que mi
mejor deseo es explorar el
mundo por mí misma.
Hermano… Lo siento, no
volveré a hacerlo ni a tomar
decisiones por mi cuenta.
Luna sabía que discutir con
Andrés en este momento
no sería la acción sabia.
Además, él tenía ya
veintiséis años y Miguel
también planeaba anticipar
su retiro. Cuando Miguel
realmente le entregara los
negocios y, él tomara el
control, ella estaría en sus
manos como un cordero
sumiso bajo sus órdenes,
sin ninguna posibilidad de
escapar.
Al fin y al cabo, no era
capaz de enfrentarse a
Andrés. Debía entender
desde el principio, que
escapar de la familia García
sería una misión imposible.
Solo podía resignarse a su
fatal destino. Pero, si al
menos
no se casaba con Andrés, la
tragedia de su vida anterior
no volvería a repetirse…
-Si papá quiere que me case
al graduarme de la
universidad, puedo
aceptarle esta petición.
Pero, hermano… ¿puedes
ayudarme a convencer a
papá de que quiero elegir a
la persona con la que me
case por mí misma? No
quiero el reto de mi vida en
un matrimonio miserable…
Andrés hizo una expresión
de impotencia en su
mirada, pero de repente
sonrió y acarició su cabeza
mientras decía:
-Luna, eres todavía muy
joven. No necesitas pensar
en el matrimonio en este
momento. Lo que debes
hacer ahora es recuperarte
lo antes posible. Dejemos
estos asuntos para más
adelante….
Sin embargo, Luna
realmente quería darle una
bofetada y gritarle:
“Eres tú quien ha causado
todo esto, verdad! ¿Y ahora
actúas como si fueras una
persona amable frente
a mí? ¡Todos mis planes
han sido arruinados por ti!”
Se sentía como un
indefenso polluelo que
acababa de tener sus
propias plumas, pero él la
había desplumado por
completo…
En ese momento, alguien
tocó a la puerta.
-Señor, todos los exámenes
que se han realizado ya
están terminados y la
señorita Blanco está se
encuentra muy bien.
Pueden irse después de
pagar los gastos.
Luna vio a Isabel, quien se
paró al lado de la
enfermera con el rostro
pálido. Se cubrió el vientre
y frunció el ceño, parecía
tener muchísimo dolor. Al
verla, Luna apartó su
mirada de inmediato.
Resultaba que
Andrés había aparecido en
el hospital solo para
acompañar a Isabel a su cita
médica…

Andrés no dijo nada, salió


directamente del pabellón
en completo silencio.
Luma se encontraba en la
puerta cuando escuchó la
conversación entre los dos.
-Tienes intolerancia a la
lactosa. No vuelvas a beber
leche.
-Fue la leche preparada por
Liora. Ella dijo que la leche
ayuda a mejorar el sueño.
No sabía que tengo
intolerancia a la lactosa…
Pero ¡Liora tiene unas
técnicas excelentes en la
cocina! Hermano, ¿puedo
seguir comiendo la comida
cocinada por Liora en el
futuro?
-Claro,
-Pero… ella tiene que cuidar
a Luna en el futuro… Mejor
la dejo que se vaya. Ella me
puede enseñar a
cocinar, así yo misma
puedo hacer las comidas.
-No hace falta. Liora
regresará en poco tiempo.
Puedes pedirle libremente
que te cocine lo que
quieras comer. Yo, me
encargo de convencer a
Luna.
-Esto… no está bien…
-No hay problema. No te
preocupes.
Las voces se alejaban
gradualmente y Luna ya no
podía escuchar bien. Solo
agarró fuertemente la
sábana. La tristeza era tan,
pero tan fuerte que le
dificultaba respirar. Ya no
tenía nada ni a nadie a su
lado aparte de Liora… Sin
embargo, ahora ellos
incluso planeaban quitarle a
Liora…
La tenue luz se filtraba a
través de la ventana,
llenando todo el pabellón
de tranquilidad. Luna
todavía tenía bastante
fiebre. En un trance, la
desolación la atacó. Sentía
como si volviera a su vida
anterior:
estaba en el frío y lúgubre
pabellón del hospital,
esperando la llegada de la
muerte en soledad.
Despertada por las
constantes pesadillas, Luna
agarró con gran fuerza la
sábana y las lágrimas
desbordaron en sus ojos…
Empezó a llorar en voz alta.
La desolación llenaba toda
la habitación. Sin
embargo, nadie la escuchó.
Rodeada por una terrible
soledad, se encogió,
perdiendo el último rayo
de luz en su mundo.
En este mundo, ella era una
persona tan desamparada y
solitaria…
Capítulo 107
Al día siguiente, la fiebre de
Luna no todavía no había
disminuido, sino que
aumentó aún más. Toda su
frente y espalda estaban
empapadas por completo
de sudor. Estaba
inconsciente y hablaba
incoherencias. Si no fuera
por la rápida intervención
de la enfermera,
probablemente habría
caído en coma.
Álvaro, el asistente de
Andrés, había contratado a
una cuidadora especial,
para que se ocupara de
Luna; pero esta no llegó
sino hasta el mediodía.
Liora estaba muy
preocupada y llegó
temprano por la mañana al
hospital con ropa limpia
para Luna. Al verla sufrir,
se sintió muy culpable y las
lágrimas desbordaban sus
ojos. Si hubiera sabido que
esto iba a suceder, nunca la
habría dejado quedarse en
ese lugar… Sabía que Luna
nunca había enfrentado
tales dificultades desde que
era muy niña. Se arrepintió
profundamente de haber
aceptado la solicitud de
Luna…
Después de recibir una
inyección para reducir la
fiebre, la situación mejoró
considerablemente, pero
Luna aún no mostraba
signos de despertar. Liora
tuvo que salir, así que le dio
todas las instrucciones a la
cuidadora sobre el cuidado
que debería tener con ella,
especialmente en lo que
respecta a la alimentación.
Luna durmió durante todo
un día. Después de
despertar, la cuidadora, que
tenía alrededor de treinta
años, le preparó un tazón
de sopa de arroz y se lo
ofreció para que comiera.
Sin embargo, después de
tomar unos bocados, el
estómago de Luna se
revolvió y terminó
vomitando todo lo que
había comido porque el
arroz aún estaba medio
crudo…
La cuidadora rápidamente
le pasó un cubo y le dio
palmaditas en la espalda,
mostrando así disgusto en
su expresión. Cuando Luna
finalmente terminó de
vomitar, le ofreció un vaso
de agua para enjuagarse la
boca. Luego le preguntó:
-¿Quieres más sopa?
Aguantando el intenso
dolor en su estómago, Luna
negó con la cabeza y con su
rostro pálido:
-¡No! Déjalo.
En realidad, todavía no se
había acostumbrado a
comer otras comidas aparte
de las cocidas por Liora, y
ahora su estómago estaba
muy delicado debido a la
enfermedad. Tenía muchas
ganas de comer un
pastel de castañas hecho
por Liora, pero parecía
imposible. No podia evitar
pensar en ella, sintiendo
que
había pasado mucho
tiempo sin verla y se
preguntaba qué estaría
haciendo en ese momento.
La cuidadora no quería
desperdiciar la sopa, solo
pensaba en llevársela a casa
y comersela ella más
tarde. Por la tarde, la
cuidadora tomó tiempo
libre por asuntos personales
y Luna no la detuvo. Ya se
hable acostumbrado a estar
sola en la habitación, aparte
de las visitas ocasionales de
las enfermera
Al sentarse en la cama,
perdida en sus incontables
pensamientos la mayor
parte del tiempo. En su
mente solo resonaban las
conversaciones con el
médico:
-¿Dónde están tus
familiares? ¿Nadie te ha
acompañado? -preguntó el
médico.
-No. Están ocupados.
Doctor, ¿tiene algo que
decirme? Me lo podría
decir directamente.
-A través de los exámenes
médicos, nos hemos dado
cuenta de que tienes una
malformación congénita
del útero. Necesitas una
pequeña cirugía para
curarla. De lo contrario, la
situación se empeorará y
reducirá la posibilidad de
que más adelante puedas
quedar embarazada. E
incluso si quedas
embarazada un día, existe
el riesgo de un aborto
espontáneo. En casos más
graves, la malformación
podria convertirse en un
cáncer uterino. Como
médico, te aconsejo que te
sometas a la cirugía lo antes
posible. Además, contamos
con equipos médicos muy
avanzados en la ciudad
Astraluna, por lo que
realizar la cirugía lo antes
posible reducirá
grandemente los riesgos
quirúrgicos.
-Muchas gracias, doctor.
Me gustaría hablarlo con mi
familia y luego darle una
respuesta, ¿OK?
Capitulo 108

La noticia impactó
grandemente a Luna. Por
fin descubrió la razón por
la que no pudo quedar
embarazada en su vida
anterior…
Durante esos días dificiles,
anhelaba tener un hijo con
Andrés para retener su gran
amor. Sin embargo, cuando
el bebé se alojó en su útero,
el destino le tenía
preparado un aborto…
En su vida anterior, sufrió
un trágico accidente
automovilístico y estuvo en
el hospital durante más de
medio mes. Después de
recuperarse, se sometió a
un examen médico muy
exhaustivo y fue Andrés
quien obtuvo el informe y
le aseguró que todo estaba
muy bien. No entendía por
qué Andrés le mintió. Si él
no le hubiera ocultado la
verdad y ella hubiera
podido someterse a la
cirugía a tiempo, ¡quizás el
bebé no habría muerto en
ese momento!
Al pensar en los planes
posibles de Andrés, Luna
sintió cómo sus
extremidades se enfriaban
y todo su cuerpo temblaba
de terriblemente de frío. La
razón por la que Andrés
decidió casarse con María
no era porque necesitara un
heredero, sino porque ella,
Luna García, nunca fue la
mujer con la que realmente
quería casarse… Y la razón
por la que ella padeció
cáncer de estómago fue
porque las células
cancerosas del útero se
propagaron por todo su
estómago. Cuando se
descubrió, el cáncer de
estómago
ya estaba en una etapa
avanzada…
Finalmente, todo cobró
sentido… ¡Andrés sabía toda
la verdad! Sabía que ella
sufriría cáncer y moriría en
agonía y soledad en el
hospital… Incluso después
de su muerte, no habría
nadie que se encargara de
su triste funeral…
Él solo quería verla sufrir…
Y eso explicaba por qué
Andrés anunció su
repentino compromiso y
reveló que tenía un hijo con
María en su aniversario de
matrimonio… Hizo todo eso
solo para herirla…
Andrés, eres despiadado…
Realmente tienes un
corazón tan frío y duro
como el hierro…
Cada vez que recordaba los
detalles de su vida pasada,
sentía un dolor tan intenso
en su corazón, como si lo
estuvieran cortando en
miles de pedazos. Era una
desesperación peor que la
muerte y un dolor tan
agudo que nunca lo
olvidaría, incluso en esta
“nueva” vida. Renacer con
los recuerdos de la vida
anterior era más doloroso
que la muerte misma…
En ese momento, una
enfermera pasaba por el
pabellón y se percató de la
situación anormal de Luna.
Se apresuró a comprobar su
estado y preguntó:
-Señorita, ¿qué le pasa?
¿Está bien?
En realidad, le enfermera
sabía que no era la primera
vez que Luna se quedaba
sola en el pabellón
Morando. Sin embargo,
cada vez que le
preguntaban la razón, ella
simplemente negaba con la
cabeza y seguía llorando
con más fuerza sumida en
una profunda tristeza. Si
esto continuaba asi, era
muy …

Esta vez, Luna no


pronunció palabra alguna,
como siempre. Solo se secó
las lágrimas, sin poder
podía dejar atrás el
inmenso dolor en su
corazón…
Capitulo 109
Casi que se estaba
ahogando en tan tremenda
tristeza, que mejor
preferiría morir de
Inmediato. Sabía que en su
vida pasada había sido
demasiado tonta para
comprender los
pensamientos de Andrés.
Sin embargo, ahora, cada
vez que reflexionaba sobre
las posibilidades, su
corazón sufría una herida
que nunca sanaría.
Ya sus lágrimas eran
incontrolables, se esforzaba
por no llorar en voz alta
por el dolor. Se secó las
lágrimas una vez más y
respondió sin ninguna
expresión:
-No, nada. Es que se me
metió un bicho en el ojo.
La enfermera la miró con
curiosidad. ¿Cómo era
posible que hubiera bichos
en el pabellón del hospital?
¿La chava estaba loca ya?
Pero no insistió más. Echó
un vistazo al resto del
volumen de medicamento
y ajustó la velocidad de la
infusión. Luego salió y
cerró muy la puerta. Al
abandonar la habitación,
informó al médico sobre el
estado de Luna.
El Club de la Nobleza
Retro.
Este club, era un salón de
baile de los años ochenta
que aún conservaba el estilo
vintage de aquella época.
En el segundo piso, un
hombre delgado y alto
estaba de pie frente a la
ventana, mirando hacia
abajo al primer piso, donde
una cantante interpretaba
una vieja canción de estilo
reggae. Tenía una melena
negra y espesa, recogida
para lucir su elegante y
delicado cuello con
exquisitos rasgos. Sus ojos
brillaban con una intensa
pasión, los llamativos
pendientes colgaban bajo
las luces coloridas del
salón.
La cantante era
exactamente Carolina…
En el sofá, Leonardo
abrazaba a dos hermosas
mujeres vestidas con trajes
atractivos y un maquillaje
muy excesivo. Los botones
de su blusa rosa estaban
desabrochados y había una
marca de labios en su
blanco pecho, como si
alguien la hubiera pintado
con lápiz labial.
-Todavía no he mostrado
todo mi potencial y ya tu
pequeña novia parece estar
volviéndose loca… ¿
Realmente no sientes ni un
poco de dolor en tu
corazón? Mis subordinados
en el hospital han
presenciado, cómo la chica
llora inconsolablemente
sola en la habitación, sin
salir ni una vez. ¡Mi
corazón se rompió al
escuchar esta noticia! Pero
tú no has mostrado
ninguna emoción. Eres
realmente un hombre
apático y muy indiferente…
-dijo Leonardo en tono
burlón mientras comía las
uvas que las chicas le
servían- ¡Ay, caramba!
¡Olvidé que simplemente
no tienes corazón!
-Si no tienes nada útil que
decir, es mejor que te calles
-respondió Andrés
friamente.
Se dio media vuelta y
colocó su copa de vino en la
mesa. Una mujer se acercó
a servirle más alcohol,

-Vaya, has asustado a mi


hermosa darna. ¡Qué
hombre tan inoportuno! -
“exclamó” Leonardo.
Se enderezo y abotonó su
camisa Luego hizo un gesto
con la mano para que las
mujeres que lo rodeaban se
retiraran. Pronto, las chicas
salieron una tras otra, hasta
que solo quedaron los dos
en el palco.
-No necesitas hacer nada
con Luna García. Ya es
prescindible para Miguel -
dijo Leonardo.
-¿Qué quieres decir?
-He obtenido el informe de
los exámenes médicos y has
logrado tu tan anhelado
objetivo. La medicina
funciona y ella nunca podrá
quedar embarazada en toda
su vida. Una mujer que no
puede tener hijos será
simplemente una pieza de
ajedrez prescindible para
Miguel, a pesar de su
hermosa apariencia
hermosa. En tu opinión,
¿cómo cree que Miguel la
tratará? ¿Dejarla acompañar
a sus socios comerciales y
aprovechar del cuerpo de
su propia hija para
consolidar su posición
social en la ciudad? Si mal
no recuerdo, Luna heredó
la belleza de su madre,
quien fue la mujer más
hermosa de la ciudad en
años pasados… Una vez que
Miguel se entere de la
noticia, pronto abandonará
esta pieza “inútil”. Ella solo
tiene dieciocho años, ¡qué
maravillosa edad! ¿Adivina
cuántas personas desean
aprovechar su exquisito
cuerpo? No tienes que
hacer nada para que sea
más popular… -dijo
Leonardo riendo y
aplaudiendo, en sus ojos se
mostraban una emoción y
locura incontenibles. 1
Andrés no respondió, solo
miraba pensativo el vino
tinto en su copa, irradiando
un aura fría y sombría, sin
revelar lo que estaba
pensando.
Leonardo pensó que
Andrés estaba vacilando en
su decisión, por lo que se le
acercó y le insinuó con una
ligera sonrisa en los labios:
-¿Acaso no quieres
presenciar cómo la señorita
privilegiada Luna García
cae en el “abismo de amor”?
Antes de que tú la disfrutes,
también quiero… probar su
delicioso sabor… Como una
flor bien protegida,
definitivamente posee su
elegante fragancia…
Andrés apartó impasible la
mano de Leonardo, se
levantó y le dio una
palmadita en el lugar
donde Leonardo había
colocado su mano para
limpiarlo, luego le lanzó
una mirada afilada como la
de un águila,
diciendo:
-Deja de mostrar esa
repugnante expresión en tu
rostro.
Leonardo se reclinó en el
sofá, con las manos
extendidas sobre el
respaldo, y preguntó:
-¿Y qué? No puedes
soportarlo ¿verdad?
Capitulo 110

-El medicamento tú lo
conseguiste y, me pediste
que se lo aplicara en Luna.
No necesitas fingir ser ”
amable”. Desde el
principio, Luna ha sido
parte esencial en tu plan.
Quieres destruirla y ver
cómo Miguel envía a su
propia hija al infierno poco
a poco. Pero si quieres
probarla primero, puedo
ceder… – dijo Leonardo
frunciendo ligeramente los
labios en tono
despreocupado-. Si no te
importa, podemos hacerlo…
juntos… Después de todo,
hemos sido grandes amigos
durante tantos años. No me
importa si quieres jugar con
la misma mujer, al mismo
tiempo… Lo que me intriga
saber porque, durante
todos estos años, nunca te
he visto jugar con una
mujer en la cama. A veces,
incluso sospecho si eres…
¡un impotente! ¡Jaja!
Andrés lo miró friamente
con sus ojos oscuros y
peligrosos:
-Si dices una tontería más,
no me importará dejarte
mudo.
Leonardo entrecerró un
poco sus ojos alargados y
un poco borrosos, y sus
atractivos labios se
curvaron como si
estuvieran manchados de
sangre. De repente se echó
a reír, temblando de risa:
-Te sientes indignado
¿verdad? Jaja, ¡qué
divertido! Durante estos
años, ¡nunca te he visto así!
Andrés se quedó sin
palabras…
Al pensar en ingenua Luna,
sentía que ella era como la
arena que se le estaba
escapando de las manos.
poco a poco, pero él no era
capaz de retenerla. En
algún lugar en lo más
profundo de su corazón,
parecía empezar a aparecer
un vacío que no sabía cómo
llenar… La sensación era
similar a la de haber
sufrido una pérdida…
-Han sido “familiares”
durante diez años. ¿De
verdad no hay nada entre
ustedes? ¿Quieres hacer una
apuesta? Apostemos si te
enamorarás de Luna o no.
La apuesta será el diez por
ciento de la totalidad de las
acciones de este club. Si
ganas, seré uno de tus
subordinados y estaré a tu
disposición -propuso
Leonardo.
Andrés tomó su chaqueta
de traje y se la puso, sus
largos y delgados dedos
abotonaron rápidamente,
mientras preguntaba:
-¿Estás tan aburrido?
-¿No te atreves?
Andrés lo miró fijamente
con sus ojos arrogantes
como los del lobo y
respondió:
-En tu opinión, Luna y tú.
¿quién será la persona con
más valor para vivir en este
mundo? No me importa
si tienes deseos, pero hazlo
con mucha prudencia. Si
Miguel se entera,
definitivamente serás el
primero

Al terminar de hablar,
André se dirigió
directamente hacia la
puerta. En realidad, en su
plan, cada paso que daba
era arriesgado… Cuando
llegó a la puerta, se detuvo
repentinamente y miró de
reojo a Leonardo, luego
dijo:
-Olvida tus ideas absurdas.
De lo contrario, no me
importaría llevarte a la
playa para despejarte la
cabeza.
Él había estado aquí para
acompañar a Miguel a un
compromiso social con sus
clientes. Miguel decidió
permitir que Luna
regresara a casa después de
lograr la oportunidad de
cooperar con el grupo
Sánchez.
En realidad, Andrés sabía
claramente toda la rutina
que tenía Luna en aquel
momento. Pero tenía que
admitir que Luna siempre
le daba sorpresas
inesperadas.
Al mismo tiempo, Carolina
terminó su canción y subió
las escaleras. Pasó justo por
el lado de Andrés y
notó que él la ignoraba
mientras se alejaba. Se
detuvo por un momento
observando su figura con
el delicado maquillaje en su
rostro.
Habían pasado tres meses
sin verse, pero ese hombre
simplemente la ignoró por
completo.
¡Qué hombre tan
indiferente!
Pronto ella llegó a un palco
y vio la escena lasciva en el
interior: varios hombres de
mediana edad se besaban y
abrazaban las chicas. Un
olor nauseabundo escapaba
por la puerta, haciéndola
querer vomitar.
Al notar los sonidos, las
miradas de estos hombres
se clavaron en esta figura
atractiva y encantadora de
la mujer madura y caliente.
Carolina se esforzaba por
aguantar las náuseas y entró
al palco, luego se sentó al
lado de Miguel, el cual
la agarró inmediatamente
muy fuerte de la cintura.
Ella apartó la mano
fingiendo ser tímida con el
rostro sonrojado y dijo:
-Qué travieso… Hay mucha
gente aquí….
En ese momento, un
hombre bromeó:
-Miguel, tienes un gusto
muy exquisito, ¿eh? ¿Dicen
que ella fue una excelente
profesora? ¡
Definitivamente has
invertido mucho dinero y
tiempo para conseguirla!
Aunque Miguel había
entrado en la alta sociedad,
todavía conservaba el aire
de matón de barrio,
especialmente frente a sus
amigos como hoy.
-La buena apariencia no
sirve para nada.
Carolina sabía, que solo era
una “broma” de Miguel. Así
que contuvo sus emociones
y reprimió su ira
de Miguel y le susurró algo.
-¿Andrés? -preguntó Miguel
sorprendido.
Capitulo 111.
Carolina afirmó y le
respondió:
-¡Si!
Miguel acarició sutilmente
la suave y tersa pierna de la
mujer, mientras se perdía
en sus pensamientos.
Luego dijo:
-Déjalo. Se encarga de la
mayoria de los asuntos de
la empresa, también es
bastante normal si quiere
relajarse un poco de vez en
cuando. Pero ¿por qué eso
te interesa? ¿Qué idea tiene
en tu cabecita?
Miguel era un hombre
desconfiado, y Carolina
replicó haciendo pucheritos
para evitar levantar
sospechas:
-¡Solo quería informarte de
que Andrés también se
encuentra en el club! Así,
cuando él mencione que
nos encontramos hoy, no
podrás culparme por no
habértelo dicho. Siempre
tienes sospechas…
Miguel relajó un poco su
ceño fruncido y la besó en
el cuello, luego le dijo para
hacerla feliz:
-Sí, sí, entiendo. No te
enfades… ¿Qué te parece si
salimos de compras juntos
mañana? Puedes comprar
todo lo que quieras…
Mientras los dos hablaban,
los demás hombres
bromeaban:
-Ay… ¿De qué están
susurrando los dos
tortolitos? ¿Algún secreto
que no podemos saber?
-Vaya, ¡definitivamente
están hablando de cositas
en la cama!
-Hermanita, ¡no olvides
encontrar algo muy
especial para ponerlo
vigoroso!
Miguel conocía muy bien a
sus amigos, siempre decían
sus verdaderas ideas
mientras bromeaban.
La herida en el abdomen de
Luna ya se había formado
costra, por lo que a veces le
picaba. No podía
rascarse, eso era lo que más
le indignaba. El médico le
había dicho ayer, que en la
herida le quedaría una
cicatriz, pero a ella eso no le
importaba. Ya no
necesitaba de mucha ayuda,
así que después de poder
levantarse por sí misma,
dejó que la cuidadora se
fuera.
En realidad, durante todos
estos días, aparte de la visita
de Andrés, nadie más había
venido a visitarla.
Solo Liora quien venía
todas las noches para
traerle comida casera,
sabiendo que no se
acostumbraba a
la comida del hospital.
Aunque pasaba los días
enteros en el pabellón sin
hacer ejercicio, no solo no
había engordado, sino que
además había perdido unos
kilos.
Ese día, estaba leyendo un
libro en el balcón, cuando
de repente escuchó que
alguien tocaba a la puerta.
Apartó su mirada del libro
y dirigió hacia la puerta,
pero no se levantó y
respondió:
-Adelante.
La puerta se abrió. Era un
guardaespaldas vestido con
un traje negro y llevaba
consigo una lonchera
rosa. Dijo:
-Señorita García, aquí tiene
su comida.
Luna mostró una leve
sonrisa y se levantó de la
silla, diciendo:
-Déjala allí. La comeré más
tarde.
-El señor predijo su
respuesta y, me pidió que
me asegurara de que te la
termines de comer antes
de irme.
Luna reveló una sonrisa
muy amarga…
-Es que todavía no tengo
hambre… Puedes dejarla
allí, por favor.
La verdad era que ya
realmente, había perdido el
control de su propia vida, y
no quería que le quitaran
también el derecho de
decidir cuándo comer.
Había una pequeña rebeldía
en su carácter y no quería
ser en realidad
extremadamente
obediente.
Pero el guardaespaldas
insistió:
-En la lonchera hay un
pastel de castañas y
también filetes de pescado.
Fueron cocinados por el
señor. Si los dejas por
mucho tiempo, estos
alimentos perderán su
auténtico sabor.
Él… ¿los cocinó en persona?
Nunca había habido alguien
más que le cocinara
personalmente, excepto
Liora. Incluso Andrés, él
nunca había sabido
cocinar…
Capitulo 112

Luna dejó el libro v se


acercó. El guardaespaldas
abrió la lonchera y en su
interior se encontraban
tres cajitas.
En la primera había pastel
de castañas, en la segunda
varias piezas de filete de
pescado y en la tercera,
sopa de arroz con
verduras.
Aquel día después de
enterarse de su terrible
enfermedad, Luna pasó una
noche entera llorando en
un banco debajo del
edificio del hospital.
De repente, escuchó una
voz divertida y un poco
imponente:
-¿Por qué siempre te veo
llorar cuando nos
encontramos?
Luna levantó la cabeza con
lágrimas en forma de
pequeñas bolitas de cristal
en sus pestañas. Cuando lo
miró, se dio cuenta de la
angustia en sus ojos.
Gabriel se acercó a ella y
con gran delicadeza secó
ligeramente las lágrimas en
sus mejillas. Él era la
persona más amable y
suave que ella había
conocido, aunque en
realidad no supiera quién
era en verdad. Nunca había
imaginado, que la persona
que le brindaba esa cálida
sensación fuera un ”
desconocido” en cierta
medida….
Después de aquella terrible
noche, él la visitaba de vez
en cuando e incluso se
encargaba de prepararle
sus comidas diarias y
enviarlas a su pabellón a
tiempo. Lo que la intrigaba
era que él conocía todas sus
comidas favoritas… ¿y por
qué era tan amable y
especial con ella?
El guardaespaldas le
explicó:
-El señor aprendió de Liora
cómo hacer el pastel de
castañas y también los
filetes de pescado. Esta es la
primera vez que el señor
cocina personalmente, él
espera que no lo rechaces..
Si realmente sabe algo
mal, simplemente puede
desecharlo..
-¿Por qué solo hay tres
piezas de filete de pescado?
-preguntó Luna.
-Porque todavía se está
recuperando de una lesión
grave, por tanto, no debe
consumir demasiado
pescado. El señor promete
compensarla cuando se
recupere.
Luna obedeció y tomó el
tenedor que le ofreció el
guardaespaldas. Dio un
bocado al filete de pescado
y se detuvo…
Se esforzaba por no
mostrar expresiones de
desagrado y siguió
comiendo lentamente para
no decepcionar su buena
intención. Después de todo,
aparte de Liora, nadie más
le habia cocinado para
hacerla feliz…

Nos fetes de pescado,


igualmente la sopa de
arroz, dejando a un lado el
pastel de postre para la
tarde. Al mismo tiempo,
también le dio al
guardaespaldas algunas
que ella misma habia
preparado cuando estaba
aburrida como regalo en
agradecimiento,
que te gustaria
el guardaespaldas se
marcho, Luna se cubrió el
pecho y corrió rápidamente
al baño
Afortunadamente, solo
habia tres piezas de filete de
pescado. De lo contrario, tal
vez
quedarse en el hospital
varios días más debido a
una terrible intoxicación
alimentaria….
cuando salió del baño, se
dio cuenta de que el
guardaespaldas habia
regresado al pabellón y se
encontraba hablando por
telefono
señorita había terminado
todas las comidas.
Luego le paso el móvil a
Luna y le dijo
Señorita, el señor quiere
hablar contigo
Luna tomo el movil y
respondio
Hola?
¿Estás bien…?-dijo una voz
muy varonil y suave como
la brisa de primavera.
ro un poco el dobladillo del
uniforme del hospital de los
nervios, y le respondió
aguantando el
fuerte dolor en el
estomago.
Estoy bien No hace falta
disculparse. Después de
todo, me siento muy feliz
de que puedas cocinar
peras, porque nadie más lo
ha hecho antes. Es cierto, y
muchas gracias…
Con el movil en la mano,
Luna se dirigió al balcón
del pabellón y, vio a dos
personas que se acercaban
Con postura de una
relacion muy cercana
Caminaban mientras
charlaban, y con su buena
apariencia,
hacían una escena hermosa
en el hospital.
tal vez luna ya ha comido
dijo Isabel con Andrés del
brazo y con un ramo de
flores en su brazo
respondió con la lonchera
en la suya
Capítulo 113

Después de que Isabel se


lastimo; se mudó del
dormitorio de la
preparatoria a la casa en
donde descanso durante un
largo tiempo.
Hoy era un día libre para
Andrés, así que Isabel le
pidió que salleran juntos y
visitaran a Luna en el
hospital. Estaba
volviéndose loca de estar
tanto tiempo encerrada en
casa.
En realidad, rara vez
visitaban a Luna. La
mayoría del tiempo era
Liora quien iba al hospital
para cuidarla.
Hoy le pidieron a Liora que
cocinara gran variedad
platos y los trajera al
hospital. Con el cuidado de
Liora, la cara delgada de
Isabel se había llenado un
poco más.
Antes de salir, Isabel se
arregló un poco. Con su
apariencia natural y sin
nada de maquillaje, llevaba
una falda corta hasta las
rodillas de color claro. Su
largo cabello estaba
trenzado hasta los
hombros. Cuando
caminaba al lado de Andrés,
no parecían una pareja, sino
más bien como un tío y su
sobrina….
Pronto llegaron los dos a la
puerta y vieron a una figura
desconocida en el pabellón.
Si Isabel no
hubiera reconocido la
figura familiar en el balcón,
habrían pensado que se
habían equivocado de
habitación.
Al mismo tiempo, Luna
también se dio cuenta de la
situación y su corazón se
aceleró un poco.
Rápidamente le dijo por
teléfono:
-Bueno, si te gustan
bastante las galletas, puedo
hacer más y llevártelas. Si
tienes alguna restricción
alimentaria, simplemente
avisame por mensaje.
-Me gusta todo lo que tú
haces.
-Así que, me tengo que ir.
Mi hermano viene a
visitarme..
-Está bien.
Luna colgó el teléfono, salió
del balcón y le devolvió el
móvil al guardaespaldas. Le
agradeció:
-Muchas gracias.
-Ya sé lo que debo hacer.
Después de que se fue,
Luna dirigió la mirada
hacia Andrés e Isabel sin
mostrar ningún tipo de
emoción, incluso su sonrisa
parecía forzada y poco
sincera. Dijo:
-Andrés, Isabel, ¿por qué
han venido, ¡hoy tienen
tiempo libre para
visitarme!?
Al ver que Andrés no decía
nada, Isabel se acercó un
poco inquieta y le entregó
el ramo de flores que
llevaba en la mano, luego
explicó:

-Lamento mucho no
haberte visitado en estos
días. Tengo una gran
cantidad de exámenes por
preparar y Andrés siempre
trabaja horas extras en la
empresa… Espero que no te
importe.
Luna tomó la flor y mostró
una sonrisa, respondió:
-Claro que no. Puedo salir
del hospital en dos días.
Muchas gracias por su
visita. Voy a buscarles unas
botellas de agua.
Luna los trató como a
invitados poco familiares,
hablando en un tono muy
serio y distante.
-¡No, no, gracias! Nos
iremos en un rato para no
molestarte -rechazó Isabel.
Mientras hablaba, Luna
sintió la mirada intensa e
impenetrable de Andrés.
Hizo todo lo posible por
no observarlo y se
acomodó los mechones de
cabello que le caían sobre la
frente detrás de la oreja de
forma poco natural.
-Así que no los retendré
aquí. Les deseo que se
diviertan.
-Pero, todavía no has
comido, ¿verdad? Andrés te
trajo comida cocida por
Liora…
De repente, una ráfaga de
viento sopló desde afuera y
todas las pinturas en la
mesa cayeron al suelo.
Luna se acercó
rápidamente a recogerlas y
las sostuvo en su mano con
una tabla de dibujo.
Un boceto cayó cerca de
Andrés. Se agachó y lo
recogió. Era un hombre en
el dibujo. Miró los otros
bocetos y vio que el
hombre aparecía varias
veces.
De repente, Andrés habló:
-Durante estos días en el
hospital, ¿solo has hecho
estas cosas?
En su tono se percibía
cierto descontento.
Luna recogió más dibujos y
les dio palmaditas para
quitarles el polvo, mientras
respondía:
-No tengo nada que hacer,
así que hago dibujos. Isabel,
también se dio cuenta del
contenido y preguntó:
-¿Es este hombre la persona
que te gusta?
¿Gustar? ¿Este hombre?
Parecía que la “Luna
García” que se encontraba
en este mundo, ya no
quería experimentar una
vez más el sentimiento de
“gustar”. La lección ya había
sido demasiado dolorosa
para ella. Ella solo explicó
brevemente:
-Es un nuevo amigo que
conozco en el hospital.
Estoy tan aburrida estos
días, por tanto, lo he
invitado a ser mi modelo de
dibujo.
Isabel también notó que en
la mesa había libros sobre
el dibujo y también había
un juego de pinceles
Andrés le pregunto:
Capítulo 114

Si ni siquiera tenía derecho


de leer los libros que
quisiera, ¿entonces, qué
más podía hacer? ¡Ya
habían decidido todo su
futuro!
Un sentimiento indigno se
acumulaba en el pecho de
Luna, pero no sabía cómo
deshacerse de él.
Simplemente apretó el
puño con gran fuerza, a con
la cabeza agachada, sin
decir una palabra.
Isabel percibió la incómoda
atmósfera que Andres
emanaba. Así que trató de
aliviar la tensión y dijo
sonriendo:
-Andrés, compramos
boletos para el cine,
¿vamos? Ya es hora,
tenemos que irnos. De lo
contrario,
llegaremos tarde.
Mientras hablaba, hizo una
señal con la cabeza a
Andrés para que no dijera
nada más. Ella no sabía qué
había ocurrido realmente
entre ellos dos. En el
pasado, Luna siempre había
sido muy amable con
Andrés
porque le gustaba. Sin
embargo, su actitud se
tornó fría y a veces incluso
le hablaba con palabras
muy
hirientes… Pero, bajo estas
circunstancias, incluso ella
también temía el estado
enfadado de Andrés.
Andrés rompió su dibujo
con indignación y la miró
con sus ojos sombríos y
fríos, luego dijo:
-¿No tienes tus propios
sueños? ¿Aún no has
aprendido la lección en
estos tres meses?
Isabel quería impedirlo y
tomó la mano de Andrés
para llevarlo lejos.
Luna recogió
cuidadosamente las piezas
del dibujo que habían caído
al suelo y luego lo llamó:
-Andrés…
Ambos se detuvieron frente
a la puerta.
-Solo quiero que me dejes
hacer lo que quiero.
¿Podrías también… dejar de
meterte en mis asuntos? He
cedido a lo que me piden,
no importa si tengo que ir a
la universidad normal de
Astraluna o casarme tan
pronto como me gradúe de
la universidad… ¿Podrías
devolverme la libertad de
decidir cosas tan
pequeñas en los próximos
tres años?
Ella no entendió, ya que él
la odiába, ¿por qué rompió
su dibujo con la excusa de
que “ella no tenia su
propio sueño”? Aparte de
los supuestos lazos
familiares no biológicos, ya
no había nada más entre
ellos…
Después de que se fueron,
el silencio sofocante llenó la
habitación.
¿Era esto una completa
ruptura de la relación con
Andrés? En realidad, como
una persona que ya había
experimentado una vez la
muerte, ya no sentía
ningún tipo de miedo de
él.
Abrió la lonchera y se
comió toda la comida. Sin
embargo, media hora
después, el guardaespaldas
le trajo más comida porque
Miguel no quería que
pasara hambre, por la que
le ordenó comida de otro
restaurante.
Aunque ya estaba llena, aún
llevaba la comida a la boca
con la cuchara en la mano,
como si fuera un
fantasma que hubiera
perdido su alma. No sabía
cómo describir esta
horrible sensación, que
estaba experimentando, ni
cómo desahogarse. Parecía
que solo comiendo más, se
forzaría a abandonar los
pensamientos negativos.
Por lo general, no comía
mucho, pero hoy había
comido seis veces más de
lo habitual…
Cuando la enfermera entró
para cambiarle el vendaje,
escuchó los ruidos de
vómito proveniente del
baño.
-Señorita, ¿está bien? -
preguntó la enfermera muy
preocupada, mirando a la
chica que casi se había
quedado paralizada por un
momento en el suelo.
Al darse cuenta de la
lonchera y las cajas de
comida desordenadas sobre
la mesa, pareció entender
lo
que había sucedido. Para
ser honesta, se preocupaba
mucho por esta chica.
-¡Salga de aqui!
-Ya es hora de cambiarle el
vendaje….
-¡Sal! -gritó Luna.
La enfermera se asustó y
retrocedió al instante:
-Le dejo las medicinas y no
olvide tomarlas.
Asustada, la enfermera salió
del pabellón para evitar
agitarla más. Una colega
suya pasó por ahí y
también escuchó el ruido.
Echó un vistazo hacia
dentro de la habitación y
preguntó:
-¿Acaso realmente se volvió
loca?
La enfermera la llevó a un
rincón tranquilo y susurró
en su oído:
-Probablemente… Creo que
tengo que informarlo al
médico. Supongo que la
chica tiene depresión.
Temo que pueda querer
suicidarse y que sus
familiares sean los
causantes de problemas en
el hospital…
-De acuerdo. Debes
informarle al médico sobre
esta difícil situación -dijo la
colega.
Al mismo tiempo, el
guardaespaldas que vigilaba
a Luna escuchó la
conversación y corrió a
informarle
de inmediato a Gabriel,
quien se encontraba en el
piso VIP del edificio. Todo
el decimoquinto piso, había
sido reservado por la
familia Sánchez.
Capítulo 115
En estos días, Gabriel estaba
tomando el control del
grupo Sánchez y comenzó
a aparecer en los medios de
comunicación. El regreso
del heredero del grupo
Sánchez después de tantos
años había causado un
gran revuelo en Internet.
Con su primera experiencia
en la cocina, Gabriel se
interesó repentinamente
por esta fascinante
actividad. A su izquierda
estaban las deliciosas
galletas hechas por Luna, y
a su derecha, las recetas
preparadas por Adolfo.
Gabriel estaba concentrado
leyendo mientras comía las
deliciosas galletas. Cuando
extendió la mano
para tomar una más, Adolfo
le recordó amablemente:
-Señor, las galletas ya se
acabaron.
Gabriel echó un vistazo al
plato y se dio cuenta de que
solo quedaban migajas ahí.
-Señor, ¿le gustaría
aprender a cocinar?
-¿0 qué? Estoy leyendo
detenidamente las recetas.
En realidad, Adolfo se
sorprendió un poco por lo
que Gabriel estaba
haciendo.
-¿Para cocinarle a la
señorita García? -preguntó.
Gabriel no le respondió
directamente, pero parecía
que esa era la verdad. Dada
su triste situación, era un
hombre cojo sin ventajas,
nadie lo amaría. Pero si a
Luna le gustaba la comida
que él cocinaba, podría
hacerlo con el mayor de los
gustos, siempre para ella.
Mientras pensaba, una
sonrisa apareció en sus
finos labios.
Mira, mira, ¿qué estaba
haciendo ahora? Parecía un
donjuán esforzándose por
“seducir” a una chica… Sin
embargo, la chica solo tenía
dieciocho años, ¿no sería
demasiado pronto para ella
el amor?
De repente, el
guardaespaldas encargado
de la vigilancia de Luna
entró en el pabellón y lo
saludó:
-Señor.
-Dime-respondió Gabriel
brevemente.
El guardaespaldas le
informó detalladamente,
sobre todo lo que había
visto y oído fuera del
pabellón de
Luna. Al escucharlo,
Gabriel entrecerró los ojos
y emanó un aura de
frialdad. Dijo fríamente:
-¿La familia García la trata
así?
Señor, ¿qué le parece si
dejamos que la señorita se
mude a la habitación
contigua? Así evitariamos
que la molesten personas
indeseables.
-¿Sería muy buero? -dudó
Gabriel.
-La señorita será dada de
alta del hospital ya en dos
días.
Después de pensarlo,
Adolfo propuso:
-Ahora el problema
consiste en que la señorita
no se encuentra
emocionalmente estable.
Creo que
seria mejor pensar en cómo
hacerla feliz.
-¿Tienes alguna idea en
mente? -preguntó Gabriel.
-A la señorita le encanta
pintar, por lo que
probablemente también le
gustaría ir a exposiciones de
arte. Recuerdo que el Sr.
Edward tendrá una
impresionante exposición
de arte en la ciudad.
Edward era el pintor más
influyente a nivel
internacional. Su obra
“Cenizas” se había vendido
por más de cincuenta
millones de dólares. Tenía
una excelente exposición
de arte una vez al año en
diferentes lugares, pero las
entradas eran muy difíciles
de adquirirlas.
Los dedos de Gabriel
golpeaban ligera y
rítmicamente el
reposabrazos de su silla de
ruedas. Ordenó un
rato después:
-Eric, contacta a Edward…
Asegúrate de tener las
entradas preferiblemente
antes de esta noche.
-Como usted ordene.
El grupo Sánchez era
exactamente uno de los
patrocinadores de esta
exposición, por lo que no
sería difícil conseguir con
gran rapidez las entradas.
Gracias a la eficiencia del
equipo de Gabriel, en
menos de tres horas, las
entradas ya habían sido
entregadas en el hospital.
Cuando Luna recibió las
dos entradas, casi no podía
creerlo:
-¿Dices que estas entradas
son para mí?
La persona encargada de
entregar las entradas era
una mujer vestida con traje
ejecutivo. Le respondió
con una sonrisa:
-Si, señorita. Seleccionamos
a cinco seguidores en
Instagram para regalarles
entradas a esta exposición.
Usted ha sido seleccionada,
esto es una gran con suerte.
Además, también tenemos
un álbum de dibujos del
señor Edward con su firma
para usted como un regalo
adicional. Este álbum
recopila todas sus obras
después del año 1984. Es un
premio extra, otorgado
para usted.

Luna sentía como si un


sueño fuera hecho realidad.
Edwar Woz, fue el pintor
favorito de su madre, pero
ella nunca había tenido la
oportunidad de asistir a
ninguna de sus
exposiciones.
Pero al recibir esta
inesperada sorpresa, ella
mostró una sonrisa
brillante en su rostro.
-Señorita, asegúrese de
asistir a la exposición.
¡Tiene la gran oportunidad
de obtener una sorpresa
extra!
Capitulo 116
Un destello de esperanza
brilló en lo más profundo
de los ojos de Luna.
Preguntó:
-¿Puedo saber cuál será la
sorpresa?
La persona respondió:
-Señorita, lo descubrirá en
su debido momento. Puede
invitar a uno de sus amigos
para que asistan juntos a la
exhibición.
Luna sostenía las dos
entradas regaladas y un
valioso álbum con la firma
de Edward, sin embargo,
no tenía amigos muy
cercanos, ni sabía a quién
podría regalarle esta
fabulosa entrada.
De repente, se le ocurrió
una excelente idea. Pero, no
estaba segura sí le gustaría
acompañarla…
En el quinceavo piso del
edificio del hospital,
Gabriel se encontraba en
una reunión de video con
la puerta abierta. Por
casualidad escuchó la
conversación afuera de la
puerta:
-Señorita Garcia, por favor,
espere un momento. El
señor está en una reunión y
pronto terminará, y la
podrá atender -dijo Adolfo.
-Si está ocupado, señor,
¿podría entregarle esta
entrada? -preguntó Luna.
Al ver la entrada, Adolfo se
sorprendió un poco y
sonrió amablemente.
En realidad, Luna tampoco
sabía cómo abordar el
tema, e invitar a ese amigo
poco familiar en persona.
Ahora sería perfecto si
Adolfo pudiera hacerle ese
favor.
Sin embargo, en ese
momento, Eric salió de la
habitación llevando un
portátil en su mano y le
dijo:
-Señorita García, la reunión
del señor Sánchez ha
terminado. Puede seguir.
Luna no esperaba que
hubiera otras personas allí,
apretó muy nerviosa la
entrada en su mano.
¿Señor Sánchez? ¿Su
apellido era Sánchez?
Luna se sorprendió un
poco y se distrajo.
Eric la llamó:
-¿Señorita García?
Luna rápidamente volvió
en sí y después de vacilar
un poco, finalmente entró.
Él acababa de terminar la
reunión y estaba
ordenando los documentos.
Después de colocarlos a un
lado y con el cansancio
después del trabajo
se arremangó la manga
para cubrir el tatuaje
¿Por qué te quedas alli? Ven
y sientate
Luna se acerco y se sento
muy obediente en la silla a
su lado Dyn
-Es que quiero saber si
tendras tiempo libre en la
próxima semana Quiere
invitarle a esta sala de
exhibición, me gustaria que
fueramos juntos.
Mientras hablaba, sacó la
entrada y se la entrego
-Si no tienes tiempo, no
hay problema
–Claro que si! Nunca te
rechazare-respondio
Gabriel con una sonrisa
muy suave
Luna no esperaba que él
llegara a aceptar.
—¿En donde vives? Enviaré
un auto para recogerte
-No, no, gracias. No hace
falta. Nos vemos
directamente en el museo
de arte Gabriel aceptó y
dijo
-Está bien Pero
-Pero ¿que? -pregunta Luna
con gran curiosidad
-Es que Temo que necesite
tu ayuda -dijo Gabriel,
mirando hacia sus piernas.
Luna se apresuró a
responder.
-No te preocupes. No hay
ningún problema. Además,
durante estos dias en el
hospital, me has ayudado
mucho. Esta vez será mi
turno de cuidarte
Gabriel afirmó nuevamente
con la cabeza
-Entonces nos vemos a la
hora acordada.
-Está bien
Después de entregarle la
entrada, Luna se marchó de
inmediato. Adolfo la
acompañó hasta el
ascensor. Cuando regresó al
pabellón, se dio cuenta de
que Gabriel todavía estaba
mirando la entrada, por lo
que
preguntó curiosamente
-Es obvio que ella está de
buer, humor. Además,
parece que no le importa la
lesión que tienes en sus
piernas. ¿Por qué no le
cuenta directamente la
verdad?
La suavidad de la sonrisa
llenó los ojos de Gabriel,
solo respondió:
-Ella es una chica astuta. Tal
vez ha sabido la verdad.
Eric, aplaza las reuniones
del día veinticinco.
-Como ordene usted, señor
-dijo Eric de inmediato.
Capítulo 117

Dos días después, Luna


completo los trámites de
salida del hospital. El chofer
la llevó de regreso a la
mansión de la familia
García.
Cuando ingresó, como lo
había pensado
anteriormente, Liora aún
no había regresado, pero
había una cara desconocida
en la casa. Era una mujer de
unos cincuenta años
llamada Emma Alonso,
quien sería
su nueva empleada.
-Señorita -saludó la mujer.
Luna solo respondió al
saludo muy brevemente y,
escuchó algunos sonidos
provenientes del piso de
arriba.
-¡Qué malo eres…!
-Por lo que estoy dispuesto
a acompañarte a hacer
compras, para
recompensarte, mi cariño…
Era Carolina, quien bajaba
las escaleras del brazo de
Miguel con una bolsa de
edición limitada en su
mano. Al ver a Luna, frenó
su expresión exagerada y
apartó de inmediato la
mano inquieta de su
pecho, luego saludó muy
avergonzada:
-Lu… Luna, ¿ya saliste del
hospital? Voy a salir de
compras con tu papá.
¿Necesitas alguna cosa?
-No respondió Luna con
gran indiferencia, luego
saludó a Miguel-: Padre.
Miguel solo saludó
fríamente con la cabeza.
Cuando los dos estaban
dispuestos a salir, Miguel se
detuvo frente a Luna y fijó
su mirada en ella,
preguntando:
-¿Tuviste algún tipo de
conflicto con Andrés?
Luna se sorprendió, ¿por
qué él lo sabía?
Tartamudeó:
-No…
-Espero que así sea. Ahora
que has regresado a casa,
concéntrate en tus estudios
muy obediente y no
vuelvas a causarme
problemas. Además,
recupera las clases que has
perdido en los cursos
extracurriculares. Si no
obtienes excelentes
calificaciones, ni sabes
cómo aprender bien esos
temas, los
demás solo se burlarán de
mi y, dirán que he criado a
una inútil-dijo seriamente
Miguel.
-Entendido, padre -
respondió Luna con la
cabeza baja.
Después de que ambos
salieran, Emma dijo:
-Señorita, ya es hora de
cenar.
Luna no le respondió y
subió las escaleras de
inmediato. Al ver su
actitud, Emma murmuró
despectivamente:
-Es realmente una sorda. Ya
que no comes, yo cenaré
sola.
Tan pronto como regresó a
su habitación, Luna se
apresuró a cerrar la puerta.
Al ver la billetera rosa de
edición limitada de la
familia en la mesa, Luna se
acercó muy sorprendida y
la abrió. Sin embargo,
aunque estaban la
identificación, las tarjetas
bancarias e incluso la tarjeta
de estudiante, algo muy
extraño había sucedido; la
foto había desaparecido.
Luego observó
detenidamente y notó que
esas cosas no eran suyas: la
identificación era nueva y
las tarjetas bancarias tenían
números diferentes.
-¡Son todas basuras para
mí! ¡No son cosas mías! -
exclamó Luna con gran
tristeza y arrojó lo todo al
suelo.
Desesperada, no sabia qué
más debería hacer en esta
“familia”. La única persona
a la que le importaba era
Liora, quien también habia
sido arrebatada por
Andrés… Aparte de esta
habitación vacía, ¿qué más
le pertenecial? ¡Nada!
La luz en la habitación
estuvo encendida durante
toda la noche. Ella por fin,
se quedó dormida
acurrucada en un rincón de
la pared durante toda la
noche, sin sentir ningún
tipo de hambre, ni frío.
Si Liora estuviera allí,
definitivamente le
prepararía algo de comida
para hacerla feliz, también
se preocuparía por ella al
verla tan triste. Sin
embargo, ella no se
encontraba a su lado. Había
perdido a la única persona
que se preocupaba por
ella…
A la mañana siguiente,
Luna fue despertada por el
fuerte sonido del viento
que soplaba afuera. Abrió
los ojos con gran dificultad
y vio la brillante luz del sol.
Quiso levantarse
apoyándose en la mesa,
pero sus piernas
entumecidas casi la
hicieron caer al suelo de
nuevo. Con las piernas
temblorosas, se dirigió
hacia el baño. En el espejo
vio sus notables ojeras y el
rostro débil y pálido, como
si alguien la hubiera
golpeado.
Se levantó la ropa para
revisar la herida en su
abdomen. Ya se había
formado costras y había
crecido nuevo tejido en su
piel. Decidió maquillarse
un poco para ocultar el
cansancio y, luego se
recogió su largo cabello.
Después de recoger todas
sus cosas, las guardó en su
mochila y bajó las escaleras.
Eran hasta ahora las siete y
media de la mañana.
Cuando llegó a la sala, se
dio cuenta de que había una
figura sentada en el sofá,
que también llevaba el
mismo uniforme que ella..
Era Isabel. Emma le sirvió
un té y ella le agradeció:
-Muchas gracias.
Capitulo 118
Era efectivamente la
inconfundible voz de
Isabel.
Era comprensible. Isabel
había sido acosada en la
Preparatoria Pública
Astraluna, Andrés no podia
permitir que siguiera
sufriendo en un lugar así.
Emma se dio media vuelta
y al ver a Luna. La saludó:
-Señorita,
Al escuchar la voz, Isabel
también se levantó y la
saludó:
-¡Luna!
Mientras hablaba, mostró
una sonrisa dulce y
continuó:
-¿Por qué no llevas el
uniforme escolar? Supe que
te dieron de alta del
hospital y vine a buscarte
para irnos juntas a la
escuela. A partir de ahora,
estudiaremos en la misma
preparatoria. Tú ayuda será
muy valiosa para mí en el
futuro…
¿Acaso era su destino? En la
vida pasada, Isabel también
estudió en la Preparatoria
Privada Aurora. Ella
creyó que esta diferencia,
significaría un cambio en su
destino y esto afectaría en
gran manera el
desarrollo de su vida. Sin
embargo, parecía que todo
seguía igual que en su vida
anterior…
Entonces, ¿Isabel también
moriria? ¿Así como ella lo
haría? O sea, ¿el destino de
todas las personas no
podía ser cambiado y ellos
estaban dirigiéndose
rápidamente hacia ese final
predeterminado?
Al verla callada, Isabel le
preguntó preocupada:
-Lu… Luna, ¿qué te pasa?
¿Estás bien?
Luna volvió en sí y
respondió:
-No, nada.
En ese momento, Emma les
dijo:
-Señoritas, podemos
empezar a desayunar
cuando el señor venga.
Luna no dijo nada más, solo
se acercó a la nevera y se
sirvió un vaso de leche,
pero estaba bastante fría.
En ese preciso instante,
pareció escuchar la voz de
Liora:
“¡Qué descuidada eres! ¿Por
qué bebes leche fría en la
mañana? Aquí tienes otro
vasito caliente.”
Al mismo tiempo, Miguel y
Andrés, vestidos de trajes
negros, bajaron las escaleras
uno tras otro,

–Ten mucho cuidado en


este proyecto para evitar
errores.
-Si, padre.
-Señorita, Liora me dijo
que, si bebes leche fria por
la mañana, te dolerá el
estómago. Aquí tiene un
vaso de leche caliente -dijo
Emma.
Andrés se dio cuenta de la
escena. Le dirigió una
mirada fría y despótica con
sus ojos negros y sombríos,
pero la apartó
rápidamente.
Luna había cerrado la
puerta de la nevera y se
sentó a la mesa. Respondió:
-No pasa nada.
Miguel también se sentó,
continuando su
conversación con Andrés
sobre los asuntos de la
empresa. Un
rato después, como si
acabara de notar a Luna, le
preguntó con tono muy
frio:
-¿Por qué no llevas el
uniforme escolar?
Luna tomó la cuchara y dio
un leve sorbo a la sopa,
luego replicó:
-No asisto a las clases de la
escuela en estos días.
Planeo dedicar más tiempo
a los cursos
extracurriculares.
Miguel afirmó y aceptó:
-Está bien.
De repente, Emma se
acercó y rompió el
silencio:
-Por cierto, señores y
señoritas. Hace unos días,
recibí una llamada de la
preparatoria diciendo que
invitaron a Luna a
participar en una
competencia.
-¿Competencia? ¿Qué
competencia? -preguntó
Miguel.
-Ah, ah, no puedo
recordarlo bien… Debe ser
una competencia
matemática tal vez…
Además, recibí un
paquete con el expediente
académico y los premios de
Luna. La persona encargada
de la entrega me
dijo que, como Luna no
asistió a la reunión escolar,
su profesora los envió a
casa -respondió Emma.
-Son todas basuras inútiles -
despreció Miguel.
En realidad, Luna se había
acostumbrado ya, a esas
palabras siempre hirientes
de Miguel, por lo que
simplemente siguió
comiendo sin prestar
atención con la cabeza
baja.
Pero Emma agregó:

No, no, señor. Esta es una


pequeña estatuilla dorada,
parece estar hecha de oro.
Es muy bonita. Voy a
sacarla.
Pronto, Emma lor objetos
en un sobre todavia sellado
y se las entregó a Miquel. Él
vaciló un poco, pero
finalmente dejó el tenedor
en su mano y lo abrió.
Era un papel blanco con las
calificaciones académicas
de Luna. Al ver las notas,
entrecerró los ojos y
mostró una mirada
perturbada..
Capítulo 119
Su ‘mirada también éra
muy expresiva.
El premio, era una hermosa
estatuilla dorada de un
caballero en su caballo con
su respectiva lanza y
escudo. Era bastante
pesada. Emma la colocó en
la mesa.
-Quién sabe si es auténtico.
Con su gran inteligencia, sé
muy bien que solo le
interesan los hombres –
dijo Miguel y dejó su boleta
de calificaciones muy
descuidadamente.
Luna apretó fuertemente el
tenedor en su mano.
La boleta cayó justo a los
pies de Andrés. En ese
momento, él la recogió y le
echó un vistazo, se dio
cuenta de que Luna tenía
calificaciones perfectas en
casi todas las asignaturas. Si
mal no recordaba, en
el pasado, ella solo pudo
obtener la mitad de las
notas. Si las calificaciones
eran verdaderas, podría
seleccionar con gran
libertad cualquier
universidad en el país. Pero
¿las obtuvo por sí misma o
utilizó algunos trucos
ocultos? Solo ella lo sabía
con claridad.
Isabel también le echó un
vistazo y se sorprendió,
porque las calificaciones de
Luna eran mucho más
altas que las suyas, en casi
todas las asignaturas. Con
esas notas, Luna estaría
entre las tres mejores;
incluso en la Preparatoria
Pública Astraluna. Al
mismo tiempo, se sentía un
poco inquieta en su
interior.
Nunca se pudo imaginar
que Luna podría obtener
notas tan buenas…
-Excelente trabajo.
Obtuviste unas
calificaciones mucho más
altas que Isabel -dijo
Andrés.
Luna no pudo distinguir la
emoción contenida en su
tono, si era un sincero
elogio o un comentario
sarcástico y dudoso. Pero,
ya no le importaba.
Después de todo, en su
opinión, ella era solo una
inútil, una basura que
nunca sobresalia en nada.
Ella todavía no sabía cómo
se llamaba la nueva
empleada, simplemente la
miró y dijo:
-Si de la escuela me llaman
de nuevo, diles que no
asistiré a las clases en la
escuela estos días.
Además, dedicaré más
tiempo a los cursos
extracurriculares en el
futuro. En cuanto a la
competencia,
esta no me interesa y no
participaré.
Dicho esto, Luna dejó el
tenedor y se levantó, luego
se despidió:
-Ya termino el desayuno.
Padre, tómese su tiempo.
La sopa de arroz estaba algo
medio cruda, por lo que no
había comido mucho, pero
sí había terminado la
leche
Emma afirmó atónita:
-O OK
Sin embargo, no pudo
evitar quejarse en su
interior
“Qué familia tan
extraña.”¿Como puede un
padre menospreciar a su
hija de esta manera Y este
hermano.. Sus palabras con
también bestente extrañas 6
mi hyo legara a obtener en
salfiexiones
lo consideraria como un
tesoro muy valioso. La
señorita es realmente una
chica que no solo sere
excelentes notas, sino que
también tiene excelente
apariencia, pero es un
parte
Si supiera lo difícil que es
lidiar con estas personas,
juro que nunca habria
aceptado la oferta de Liora
Aunque el salario es
atractivo, habría sido
mucho mejor si hubiera
seguido siendo una simple
empleada en una familia
común y comente…
Luna se sentó en el asiento
y cerró sus ojos muy
exhausta. El sueño de la
noche anterior en un
desastre
Entre tantos cursos
extracurriculares, solo le
interesaba el dibujo. Sin
embargo, Miquel ya no le
permitía más aprender este
hermoso arte
-Señorita, adonde vamos
hoy?-preguntó el chofer
-Al campo de golf
Excelencia Lider
El campo de golf Excelenc a
Lider se ubicada en el
trángulo de Marbella y la
Ciudad Bahia, con una
superficie total de 1,900
acres. Es un apacible lugar,
el cual era frecuentado por
personas muy acaudaladas
y de alto estatus . Algunos
negocios se realizaban
mientras juegas en el
campo de golf
Capítulo 120

Luna vistió un conjunto


deportivo blanco y, recogió
su cabello con una moña.
Con un sombrero, su
figura delgada y llamativa
se destacaba en el césped,
atrayendo la atención de
gran cantidad de personas.
Su profesor, Noah Pascual,
era un ex campeón
nacional retirado, quien
irradiaba elegancia y tenía
un lenguaje muy cortés y
decente. Se decía que en el
pasado su familia atravesó
grandes dificultades
financieras, lo que llevó a
que sus padres, tomaran la
decisión de enviarlo a
trabajar en este campo de
golf para pagar una deuda.
Fue gracias a esta
experiencia que comenzó a
recibir entrenamiento
profesional. Después de
convertirse en un
deportista profesional,
muchos empresarios
influyentes
viajaban desde lejos para
presenciar sus partidos.
Además, Miguel también
utilizó muchos recursos
para reservar una clase con
él.
Noah abrazó a Luna por
detrás para corregir su
postura al sostener el palo
de golf, mientras decía:
-¡Ten cuidado de no aplicar
demasiada fuerza en la
muñeca y no te pongas tan
nerviosa! Relájate un
poco.
Luna apretó un poco y trató
de relajar su cuerpo por
completo. Ambos
mantuvieron una distancia
adecuada y cortés. Con la
ayuda de Noah, Luna
golpeó la bola y esta entró
en el hoyo con precisión.
-Muy bien. Has mejorado
técnicamente.
Sin embargo, Luna
respondió:
-No, no, profesor, me estás
sobrevalorando. Sin tu
ayuda, creo que nunca
podré meter la bola en
ningún hoyo en mi vida.
Noah le pasó una botella de
agua y charlaron:
-Recuerdo que tienes tres
clases por semana, pero has
faltado ya a doce. ¿Fue por
problemas de salud?
Luna desenroscó la tapa de
la botella y abriéndola le
dio un sorbo. Negó con la
cabeza:
-No, es por asuntos de la
escuela.
Noah afirmó ligeramente:
-Entendido. El estudio debe
ser la tarea principal de
toda estudiante. Si no tienes
tiempo, para esto,
podemos reprogramar las
clases perdidas en el
futuro.
-¿Pero esto no afectará a tus
otras clases? Si no mal
recuerdo, ya tienes tu
agenda programada para
los próximos años. No me
atrevo a ocupar tanto de tu
tiempo, siendo tú un
entrenador tan prestigioso -
dijo Luna sonriendo.

Noah ya había cumplido


más de treinta años, pero
no aparentaba ser tan
mayor. Parecía tener solo
veinte
y tantos años. Su forma de
actuar y comportarse era
del tipo que a las mujeres
les gustaba, ya que las
conversaciones siempre
eran relajadas y agradables.
Noah levantó la mano y
miró su reloj, luego dijo:
-Todavía nos queda una
hora. ¿Quieres descansar
más o seguir practicando?
Luna colocó su botella de
agua en la mesa y dijo:
-Mejor sigamos. Para ser
honesta, tus clases son
realmente muy costosas.
Noah respondió con una
sonrisa suave:
-Está bien, entonces
continuemos.
Por lo general, Luna rara
vez sonreía, pero Noah le
daba la confianza de un
hermano muy amable y
considerado. Sin embargo,
su clase tenía un costo de
cincuenta mil pesos por
hora. Si Miguel se llegara
a enterar de que ella pasaba
el tiempo bebiendo agua,
seguramente la castigaría
con la vara de bambú.
En realidad, Luna no tenía
gran talento para los
deportes, incluso correr
una distancia de menos de
dos.
kilómetros, la dejaba sin
aliento.
Mientras tanto, en el campo
de tiro ubicado en el tercer
piso, había una persona en
el balcón observando
a las dos figuras en el
campo de golf.
Leonardo rodeó a una
camarera vestida con una
falda corta y se acercó a ella
mientras le decía:
-Resulta que es tu
hermana… A decir verdad,
es realmente una chica
bastante guapa,
especialmente
cuando sonrie. Cuando
estaba en el hospital,
siempre tenía cara de mal
humor. Pero ¿ahora a Noah
le gusta ella? Según lo que
sé, muchas mujeres
adineradas lo desean. Es un
hombre orgulloso y no ha
aceptado ninguna oferta.
Tal vez tengamos el mismo
gusto… Después de todo, a
los mayores les gustan
las jóvenes…
Leonardo echó un vistazo a
Andrés que se quedaba
callado, parecía tener
algunas malas intenciones
en su malvado corazón. A
su joven edad, Luna no era
tan madura. Pero con más
tiempo, ella se convertiría
en una gran belleza
incomparable en el futuro.
En su opinión, no entendió
por qué Andrés no
aprovechaba esta perfecta
oportunidad para
seducirla.
Una hora pasó muy rápido.
La fuerza de Luna ya estaba
agotada, ni siquiera podía
levantar una botella de
agua. Luna se dio unos
golpecitos en el brazo para
relajarse un poco. Además,
Leonardo también se dio
cuenta de eso y se acercó
para darle un masaje.
-Es normal sentirse cansada
después de tanto tiempo sin
hacer ejercicios. Se
mejorará cuando te
Luna no dijo nada, solo
retiré su brazo. No sabía si
era por razones psicológicas
causadas por el intenso
control de Andrés en la vida
pasada, pero cada vez que
tenía contacto físico con un
hombre, sentía un gran
miedo incontenible.
-Me siento mejor, gracias.
Noah percibió de
inmediato, el cambio que
apareció en sus ojos, por lo
que se disculpó:
-Lo siento si te ofendi. Solo
quería ayudarte un poco
porque parecías muy
cansada. Espero que no te
importe.
Capitulo 121
Luna sacudió la cabeza en
silencio.
Noah fue el primero en
hablar:
-Faltan diez minutos para la
hora de comer. Puedo
invitarte a almorzar,
señorita Garcia
Luna no había comido nada
desde que salió de casa, y ya
tenia bastante hambre
cuando llegó.
-No tengo mucha hambre. -
dijo Luna, pero justo
cuando terminó de hablar,
su estómago gruño.
Luna se sonrojo
Noah sonrio y dijo
-Vamos, pequeña, hoy hay
nuevos postres, creo que te
gustarán:
El caddie de golf ya habia
recogido los palos de golf.
-Entonces vamos Muchas
gracias. -dijo Luna mientras
sequía a Noah
El Campo de Golf
Excelencia Lider, además
del golf, ofrecia
instalaciones de
entretenimiento que
incluian restaurante y
alojamiento en un solo
lugar.
Si tenias dinero, casi
cualquier tipo de servicio se
encontraba disponible aqui
-¿Te gustaria comida local o
comida extranjera?
-Comida local respondió
Luna, ya que nunca había
comido aqui antes
-Muy bien -Noah saco una
tarjeta y reservó una mesa
en el restaurante del
segundo piso.
Los dos entraron en el
ascensor, y Noah presionó
el botón para el decimo
piso
El ascensor subió muy
rápidamente
Cuando llegaron al décimo
piso, Noah
caballerosamente sostuvo la
puerta del ascensor y dijo
Por favor.
Luna respondió:
-Gracias
Caminaron por un pasillo
tranquilo con una alfombra
de estilo persa que era muy
suave.
Cuando entraron en el
restaurante, un camarero se
acercó con gran cortesia y
dijo:
-Señor Pascual, ya hemos
preparado su mesa, la de
siempre.
-Bien.
Se sentaron en una mesa
junto a la ventana, desde
donde se podía ver un
exuberante césped que
parecia interminable, con
un ambiente muy
agradable.
También había música
suave y hermosa, creando
un ambiente muy
tranquilo… el cual a ella le
gustó mucho.
El camarero les entregó dos
menús sin precios, con
imágenes que parecían
deliciosas.
-Echa un vistazo a ver si
hay algo que te guste.
Luna señalaba una imagen
y dijo:
-¿Qué es “El vuelo de la
grulla dorada”?
El camarero respondió:
Es sopa de pollo con jamón
y lirio. Todos los
ingredientes son
importados, bastantes
frescos y acaban de ser
recibidos en el día de hoy.
Además, utilizamos hierbas
chinas que son muy
beneficiosas para la
piel. Seria perfecto para ti.
Noah aceptó:
-Suena bien. Vamos a
probar eso.
Luna también estuvo de
acuerdo.
-Está bien.
-Si, señorita.
Noah también ordenó sus
platos favoritos.
Capitulo 122
-¿Qué te gustaria para
beber?
Luna respondió:
-No es necesario, solo
tráeme agua.
-Oh, es Luna, ¿verdad?
¡Hace mucho tiempo que
no te velal
Una voz inesperada y, poco
seria resonó en el tranquilo
ambiente. Al mirar hacia la
fuente de la voz, Luna se
puso bastante nerviosa al
ver a la persona que se
acercaba y balbucea: -
Hermano…, tú….
Andrés, con su mirada
penetrante y su dominante
presencia, se acercó y
preguntó -¿Terminaste tus
clases?
Luna tenia una fuerte
sombra del pasado
relacionada con Andrés. Al
verlo, se tornó muy
nerviosa. Tenía miedo de
decir algo inapropiado.
En su vida pasada, aunque
Andrés no la amaba, su
posesividad hacia ella era
insoportable. Luna se
recriminó a si misma en
silencio.
-Luna, ¿por qué eres tan
débil? Ahora solo son
hermanos normales,
¡deberías tener más
autocontrol, en ti misma!
Luna afirmó:
-Si, acabo de terminar las
clases, y el profesor me
invitó a comer.
Noah se levantó y extendió
la mano hacia Andrés
-Hola, soy Noah Pascual, el
instructor de golf de Luna.
Andrés le estrecho la mano
brevemente:
Andrés Martinez, el
hermano de Luna
Uno de apellidos Martinez,
el otro de apellidos Garcia…
Noah no hizo más
preguntas y sugirió
amablemente:
-Ya que estamos aquí, ¿por
qué no comemos juntos?
Nosotros también
acabamos de llegar. Andrés
miró a Luna y dijo de
repente:
-No, tengo una cita
Leonardo, que disfrutaba
viendo el drama, comentó:
-Andrés, no te vayas. Es
raro que pueda almorzar
con mi hermana Luna.
Además, Isabel llegará en
un rato ¿Por qué tanta
prisa?
-¿Qué te parece, hermana
Luna?
La Preparatoria Privada
Aurora tenía un descanso
para almorzar de dos horas,
y no les llevaría más de
media hora llegar hasta
aquí.
De repente, Luna recordó
algo. Hoy era el
cumpleaños de Isabel; su
cumpleaños era la próxima
semana,
el día doce de diciembre,
justo una semana después
Su festejo de cumpleaños
era bastante sencillo, todos
los años, la doña Liora le
hacía un pastel y le
servia un tazon de fideos.
La doña Liora ahora
cuidaba a Isabel, por lo que
este ano no habría nada de
eso.
Su padre, Miguel, solo le
daría dinero. La tarjeta que
le dio la última vez
tampoco la habia gastado
aún.
La razón por la que Andrés
apareció en este momento
era, al parecer, para
organizar una fiesta de
cumpleaños para Isabel.
En este momento, un
camarero se acercó y dijo:
-Señor Martinez, el pastel
de cumpleaños que reservó
ya está listo. ¿Debería
llevarlo a la sala ahora?
Este camarero llegó en el
momento perfecto, y
Leonardo observó
detenidamente la reacción
de Luna.
Al ver que ella parecia
indiferente y
despreocupada, lo
decepcionó un poco.
Parecia que no tendría la
oportunidad de ver hoy un
buen espectáculo.
Leonardo dijo con
sarcasmo:
-Andrés, es el cumpleaños
de Isabel. Realmente no
piensas invitar a tu propia
hermana?
La atmósfera se volvió
bastante incómoda. Luna se
apresuró a explicar
-Mi hermano me invito, y
yo no quise ir.. Tenemos
malentendidos entre Isabel
y yo. Si aparezco, solo.
causaré problemas.
Hermano, no te preocupes
por mi. Después de comer,
tengo otras clases a las que
debo asistir.
-Después de comer, ven a la
sala. Te llevarė.
Luna se apresuro a
rechazar.

-No es necesario Paco me


llevará
-Paco ya fue a recoger a
Isabel y la llevará de
regreso. Él no tiene
tiempo.
En ese momento, Noah
intervino:
-En ese caso, yo la llevare.
Además, no es fácil
conseguir un taxi por aqui.
¿A dónde necesitas ir
después?
Luna apretó los puños y
respondió: -A la Torre del
Horizonte.
Noah sonrio ligeramente:
-OK
-Gracias, profesor.
-De nada.
Capitulo 123
-Hermano… -Luna intentó
decir algo, pero Andrés
simplemente escupió dos
palabras bastante frias y
calculadoras:
-Como quieras.
Después de decir eso, se dio
la vuelta y se fue.
Noah notó la tensión en ella
y le dijo:
-Siéntate, aún tienes
tiempo, no estamos lejos,
Luna se sintió incómoda al
sentarse y el camarero les
sirvió los postres.
Noah notó, que algo no iba
bien desde la atmósfera
anterior.
Por eso habló de otros
temas para alegrarla,
describiendo todas las
actividades del Campo de
Golf
Excelencia Lider y
compartiendo historias
muy interesantes para
lograrla animar.
Algunas personas muestran
sus emociones en su rostro,
y Luna era una de esas
personas. Lo que estaba
pensando se podia adivinar
muy fácilmente.
Era el cumpleaños de
Isabel, y varios de sus
compañeros de clase
habían venido a celebrarlo.
Además
de asistir a la misma escuela
que ella, había otro detalle
que Isabel no le habia
contado a Luna: se habia
trasladado a la misma clase
que ella.
Entre los que llegaron a la
reunión se encontraban
Sergio y su grupo.
Isabel entro al salón riendo
y bromeando, rodeada por
un grupo de chicas, sin
darse cuenta de que Luna,
que estaba sentada junto a
la ventana, estaba
conversando muy
alegremente y riendo con
un hombre mayor,
Sergio, que venía detrás, lo
notó de inmediato.
Bruno y Luis también se
sorprendieron al verla aquí
después de tanto tiempo.
-¿Es Luna?-comentó Luis-.
Isabel es su hermana, y aun
así no la invitó a su fiesta de
cumpleaños? Pero, en fin
con su personalidad tan
antipática, es normal que a
la gente no le guste.
-De todos modos -continuo
Luis con indiferencia-,
parece que Luna logró ser
la primera en la clase esta
vez, y en la clasificación de
la primera clase también
está en el top cinco. ¿Qué le
pasó a ella?
Luis habló con tono
bastante ligero:
-No olvides la mal que le
fue a Luna en sexta clase, la
acosaron muchísimo.
Quiere obtener excelentes
calificaciones para
cambiarse de clase.
Los dos observaron a
Sergio, que estaba jugando
con un encendedor, sin
saber en qué estaba
pensando.
Al notar sus miradas, Sergio
sonrió maliciosamente y
dijo:
-¿Por qué les importa tanto
lo que hago?
En este momento, Luna y
Noah casi habian
terminado su comida.
-¿Ya está llena?
Luna afirmó con la cabeza
Bruno preguntó:
-Parece que ese hombre
mayor tiene más de treinta
años. ¿Miguel, ese viejo
incorregible, ya casó a
Luna tan rápido? A esta
edad, podría ser su padre.
Con las manos en los
bolsillos, Luis sonrió
ligeramente y dijo:
-En realidad, me parece
que a Luna le gusta. Hay
una atmósfera muy buena
entre los dos. Si les gusta, ¿
qué importa si están juntos
o no? ¿No es asi, Sergio?
Sergio sonrió
maliciosamente
-Están metiendo la nariz
donde no les llaman
Noah se puso el abrigo y
agarró las llaves del coche
-Vamos, ire a pagar la
cuenta
Luna aceptó.
Ambos se levantaron al
mismo tiempo y se
dirigieron al mostrador de
la recepción.
Luna vio a alguien parado
junto a la puerta principal,
pero solo lo miró de
manera muy indiferente
antes de aparar su mirada.
Cuando estaban pagando la
cuenta, el cajero sacó la
factura y Noah le pasó su
abrigo a Luna.
-Por favor, encargate de
esto.
Luna tomó su abrigo y
observó sorprendida el
monto en la factura. A
pesar de haber ordenado
solo algunos platos, la
cuenta superaba 150
dólares, especialmente el
postre que costaba más de
30
Le pareció la cuenta un
poco exagerada.
Luna se disculpó muy
avergonzada:
-Lo siento, te hice gastar
tanto dinero.
Noah sonrid y bromeó:
-Bueno, si te sientes mal
por ello, podrías tomar
unas cuantas lecciones
adicionales conmigo, y te
daré lugar y un descuento.
-Por supuesto.
Ambos se levantaron y
salieron del restaurante,
cruzándose con Sergio y su
grupo.
Capitulo 124
-¡Tanto tiempo sin verte!
Parece que sigues viviendo
bastante bien. -dijo Sergio
mientras miraba su
mechero de metal. La llama
roja y azul se reflejaba en
sus ojos negros, y su estado
emocional era muy
incomprensible.
El ascensor ya estaba en el
piso doce y pronto
llegarian. Noah presionó el
botón para bajar y
preguntó:
-¿Lo conoces?
-Lo conozco, pero no
somos cercanos respondió
Luna mientras bajaba la
mirada y seguía a Noah.
hacia el ascensor.
Luis se rio a carcajadas y le
dijo:
-Sergio, Luna simplemente
te está ignorando.
Bruno golpeó el hombro de
Sergio y se dirigió
directamente a la sala sin
decir nada en absoluto.
Sergio sonrio
maliciosamente y cerró la
tapa del encendedor.
-Una desagradecida.
La sala del piso diez estaba
llena de gente. Habia fuegos
artificiales, globos, pastel,
velas y todo lo
necesario para una hermosa
fiesta de cumpleaños.
Originalmente, la fiesta de
cumpleaños estaba
programada para la noche,
pero debido a que Andrés,
tenia que viajar al
extranjero para expandir su
negocio, tenía que partir
antes de la medianoche. Por
lo tanto, la fiesta se celebró
al mediodía.
Después de cantar el feliz
cumpleaños, Isabel cortó el
primer trozo de pastel y,
ante la mirada de todos,
se lo llevó a Andrés, que
estaba junto a la ventana.
-Hermano, este primer
trozo de pastel es para ti.
Gracias, por tomarte un
tiempo de tu apretada
agenda para celebrar mi
cumpleaños hoy
A Andrés no le gustaba
particularmente la comida
dulce, pero aceptó de buena
manera el pastel. Desvió la
mirada y vio cómo Luna
subia al auto. Andrés se dio
la vuelta sin expresión en su
rostro, sus ojos
mostraban un ligero
descontento.
-Por la noche, Paco te
llevará de regreso. Tengo
que pasar por la oficina, -
dijo Andrés mientras
agarraba las llaves y se
preparaba para salir. Dejó el
pastel sobre la mesa.
-Hermano…

Isabel lo llamó, miró el


pastel en la mesa y pareció
sentirse un poco
desilusionada por la actitud
de Andrés
Pronto, una chica se acercó
a consolaria, e Isabel corto
el segundo trozo de pastel
para dárselo a Sergio.
Sergio estaba sentado en el
sofa, con una actitud
arrogante, las piernas
apoyadas en la mesa de
café. Cuando la gente se
acercó, bajó los pies y
probó el pastel con un
tenedor. Casi lo escupe en
ese momento.
-¿Por qué a las chicas les
gusta esta cosa extraña? Es
demasiado dulce, No lo
quiero. Llévatelo.
Isabel se sintió incómoda
parada en su lugar, sin
entender por qué Sergio
estaba actuando así de
formal
tan grosera.
Luis suavizó la situación al
tomar el pastel de las
manos de Isabel y
sentándose junto a Sergio,
-Sergio, es el cumpleaños
de Isabel, ¿cómo puedes
rechazar el pastel?
Luis hizo una mueca
desagradable y dijo:
-Vamos, pruebalo…
-¡No!-Sergio apartó a Luis
con total impaciencia, casi
dejando caer el pastel que
sostenia en la mano.
Al instante, un monedero
rosa con incrustaciones de
diamantes fue arrojado
sobre la mesa frente a ellos
Tú! Devuélveselo a ella! –
Sergio le dijo a Isabel.
Sergio dejó caer sus cosas y
se fue.
Isabel estaba aturdida.
Sergio también se fue,
seguido por Luis y Bruno.
Algunas chicas que
originalmente estaban
interesadas
en Sergio también se
marcharon al instante
Lo que una vez fue una sala
de banquetes, llena de
gente ahora estaba vacía y
desierta.
Ana se acercó a Isabel y le
preguntó
-Isabel, ¿cuándo volverá a la
escuela Luna?
Isabel apretó su mano con
fuerza, temblando de rabia.
Cuando escuchó el nombre
de Luna, como si hubiera
activado un interruptor, su
expresión pura y amable
desapareció, y sus ojos se
volvieron frios, mientras
observaba muy
detenidamente a Ana, como
si fuera una persona
completamente diferente
-Si quieres saberlo, ve a
preguntarle a ella. ¡No me
preguntes a mi! ¡Fuera!
Capitulo 125
-Lo siento. No sé muy bien
como controlar mis
emociones -dijo Isabel, con
los ojos llenos de disculpas,
mientras miraba a Ana-. De
verdad… lamento mucho
haber dicho esas palabras
tan crueles. Ahora que ya
no vivimos juntas, le
transmitiré tus palabras a
Luna. Espero que no te
sientas mal por ello.
Ana miró a Isabel con
asombro, pero todo el
afecto que había sentido
hacia ella desde el principio
se había desvanecido. Todo
eso, de no saber cómo
controlar sus emociones
sonaba muy bonito, pero
en realidad, lo que queria
decir era que ya no podia
seguir fingiendo más.
Cuando se unió a la clase al
principio, parecia buena
con todos, era vulnerable,
lo que a menudo.
provocaba el instinto
protector de los demás.
Pero ahora que Ana se
había ido, no quedaba ni
una sola persona en la
sala…
El ambiente animado de
antes habia desaparecido
por completo.
Al principio, todo estaba
muy bien. Isabel no sabia
cómo había llegado a esta
situación.
Después de salir del Campo
de Golf Excelencia Lider,
Luna se dedicó a aprender
música, la caligrafia y
finalmente a practicar
danza…
Para Luna, que carecía de
coordinación en sus
extremidades, la práctica
era una terrible tortura.
Llevaba tres meses sin
entrenar y, no salió del
estudio de danza hasta
alrededor de las ocho y
media de la noche.
Estaba tan exhausta, y casi
llamó una ambulancia,
incluso queria quedarse a
pasar la noche alli
Paco fue a recoger a Isabel,
y Luna tuvo que tomar un
taxi de regreso a casa.
Envuelta en un grueso
abrigo negro, con las manos
en los bolsillos, los ojos bien
cerrados, se apoyo en la
ventana del coche y se
quedo dormida de
inmediato.
El conductor se volteo y
preguntó
-Señorita, aún no has dicho
a dónde quieres ir.
Señorita…..
-A la Mansión del Sol. -
Luna se recostó
directamente en la ventana
del automóvil, bastante
somnolienta
En la oficina la compañía:
-Señor Martinez, el billete
de negocios para
Manchester en una hora y
media está reservado y
listo. Podemos partir en
media hora. -informo
Álvaro al tener los
documentos preparados.
Andrés siempre
era el último en la oficina.
Andrés completó su trabajo
con el ordenador y lo
introdujo en su bolso,
-Vámonos.

-De acuerdo, señor


Andrés agarró su chaqueta
de traje y estaba a punto de
irse, cuando su teléfono
sonó repentinamente.
Vio el identificador de
llamadas y respondió con
gran rapidez
-¿Isobel? -Hola, ¿es el señor
Martinez?
En lugar de escuchar la voz
de Isabel, la persona al otro
lado del teléfono era la voz
de un hombre.
Después de explicar la
situación, Andrés frunció el
ceño y dejó su bolso en el
suelo.
-Mantenia bajo control.
Estoy en camino
Andrés colgo rápidamente
y dejó la oficina Alvaro
todavía no sabía lo que
estaba sucediendo.
En un bar llamado el
Rincón Azul:
Isabel estaba
completamente ebria y el
camarero dijo:
-Por favor, señorita, espere,
el señor Martinez que
vendrá pronto.
La camarera trató de
calmar a Isabel, pero ella la
apartó con fuerza y casi se
cayó
De repente, Isabel via una
luz deslumbrante de los
faros de un coche.
Era un número de
matricula familiar
Echo un vistazo y vio que el
coche se detenía justo
frente a ella.
Andrés salió del coche, e
Isabel al verio, cornó hacia
él con una sonrisa radiante
y efusiva. -Hermano, ¿
por qué llegaste tan tarde?
Te he estado esperando
durante mucho tiempo.
Andrés la atrapo y cuando
la miró, sintió una extraña
sensación. De repente, via
el rostro de Luna y
escuchó sus absurdas
demandas
-Por qué has llegado tan
tarde! Te he estado
esperando durante mucho
tiempo… asi que te voy a
castigar, y me llevarás de
vuelta en tu espalda desde
aqui a casa
Capitulo 126

Andrés levantó a Isabel y la


colocó en el asiento del
copiloto, abrochándole con
gran delicadeza, el
cinturón de seguridad. El
camarero le entregó su
bolso
-Señor, ¿es esta señorita su
novia? La he visto beblendo
sola y estuvo a punto de ser
molestada por
alguien. Su novia es tan
hermosa, por favor, no la
deje salir sola en el futuro.
Andrés sacó algunos billetes
de su billetera como
propina, sin decir nada,
rodeo el frente del
automóvil y se sentó en el
asiento del conductor,
alejándose rápidamente.
Cuando llegaron a su
apartamento, Andrés se
bajó del coche, miró la hora
en su reloj, todavía tenía
más de una hora, lo cual era
suficiente.
Ayudó a Isabel a salir del
coche y ella se desplomó
suavemente en sus brazos.
-No quiero volver, quiero
seguir bebiendo…
-Pequeña Isabel, no me
hagas berrinches, Mañana
tienes que ir a la escuela.
pasos, casi
De repente, Isabel encontró
la fuerza en alguna parte, lo
empujó con fuerza,
retrocedió unos pasos
Tropezando y Andres la
miró profundamente.
-Isabel, algo sucedió hoy?
Isabel negó con la cabeza,
su mirada se torno fria y
vacia, lágrimas brotaron de
sus ojos.
-Hermano, tal vez no
debería haber regresado…
no, desde el principio, no
debería haber sido
rescatada, de lo contrario…
no me sentiria tan
miserable. ¿Por qué nadie
me quiere a donde sea que
vaya?
Hermano, ¿es que no soy lo
suficientemente buena en
ningún aspecto? Hermano
siento que soy una carga
para ti, no puedo ayudarte
con nada.
Isabel se quejo, cubriendo
su rostro con las manos, sus
lágrimas fluyeron sin cesar.
-No necesitas hacer nada, ni
preocuparte por lo que
piensen los demás, solo
necesitas hacer lo que creas
que está bien. Isabel, eres
aún muy joven, lo que ella
tiene, yo te lo dare, y lo que
ella no tenga,
también te lo daré. No te
dejaré sola de nuevo.
-Hermano-Isabel se acercó
y se arrojó en los brazos de
Andrés. -Me doy cuenta de
que solo te
tengo a ti ahora. No me
abandonarás, hermano. Si
me abandonarás,
definitivamente no tendré a
nadie a mi lado
Andrés la abrazo y
respondió:

-¿Cómo podria
abandonarte? Pequeña,
estoy esperando a que
crezcas.
Isabel alzó sus ojos
inocentes y languidos,
mirándolo.
–Hermano, ¿te casarás
conmigo en el futuro?
Pequeña, todavia eres muy
joven.
-Estás desviando el tema de
nuevo, tú también me
amas, ¿cierto? ¿Por qué no
lo admites? Cuando
apruebe la universidad el
próximo año, estaremos
juntos, ¿de acuerdo,
hermano? Por favor,
hermano,
Desde que yo era muy
joven, decidi casarme
contigo,
De repente, una voz
abrupta resono en la
oscuridad
-Oye, jovencita, apresurate,
ya casi termino el trabajo.
La bocina del coche
también sono
Luna acababa de bajar del
apartamento de Andrés y
llevaba las manos en los
bolsillos de su abrigo
negro. Llevaba un paquete
de pequeños aperitivos
secos y pasteles de castañas
en la muñeca. Bajo la
cabeza, como si estuviera
medio dormida Escuchó
dos bocinazos y alzó la vista
con sorpresa y sueño
en sus ojos..
Vio a dos personas
abrazándose junto al taxi.
Una brisa fresca soplo y las
hojas caidas crujieron en el
suelo.
Luna parpadeo y miró a
Andrés, luego a Isabel. Sus
ojos, que antes estaban
confusos, parecían
aclararse
un poco, esta vez y luego
sonrió con cansancio
-Hermano, hermana Isabel,
qué casualidad! doña Liora
me pidió que bajara a
recoger algo.
Luna estaba a punto de
regresar cuando recibió una
llamada de doña Liora
Inicialmente, la doña Liora
iba a llevarlo, pero el
apartamento de Andrés
estaba bastante lejos y, no
quería que doña Liora
saliera
tarde en la noche, asi que
decidió venir por su cuenta
Al principio no queria
venir, tenía miedo de
encontrarse con ellos.
Doña Liora le había dicho
que Andrés aún no habla
regresado, por eso fue
Cuando llegó alli y vio
todas las huellas de su vida
en el apartamento, como
los pares iguales de
zapatillas, los vasos de
cepillo de dientes, platos y
palillos, se sintió cada vez
más incómoda. Tomo lo
que necesitaba y se fue
rápidamente.
Es dificil dejar de repente a
un hombre a quien ha
amado durante décadas.

A esta hora, seguro estaria


celebrando el cumpleaños
de Isabel…
Nunca penso que los
encontraria justo abajo de
su apartamento.
Luna bajo la cabeza,
encogio el cuello y se
acerco al taxi Abrio la
puerta del coche, pero
luego pensó, en
algo y se volvió hacia Isabel
con una sonrisa somnolenta
-Hermana Isabel, se me
olvido decirte, feliz
cumpleaños!
Isabel asintió.
-Gracias
Luna se sento en el coche y
cerro los ojos, exhausta.
-Deberás va comenzar a
conducir
Mientras se alejaba del
apartamento las imagenes
de ellos abrazándose
seguían apareciendo en su
mente Se dieron cuenta de
que eran realmente estaban
hechos el uno para el otro.
No es que Andres no
quisiera estar con Isabel,
sino que siempre habia
estado esperando a que
Isabel
creciera
Resulta que estaba
equivocada desde el
principio desde el
momento en que se
enamoro de Andres
Capitulo 127
Ellos se aman.
Fue ella quien hizo que
Isabel muriera en su vida
anterior.
Por tanto, Andrés la odiaba
grandemente.
Ella siempre se culpó a si
misma…
Ella estaba equivocada…
Luna no podia dormir y
miró por la ventana del
coche, sintiendo frio con el
viento que soplaba y se
ajustó
suavemente su abrigo….
¡El tiempo pasa tan rápido!
Sin darse cuenta, ha pasado
más de medio año, y en
poco más de un mes
será año nuevo.
El conductor miró al
pasajero a través del espejo
retrovisor y, cerró la
ventana del coche con un
botón.
Media hora después,
llegaron a la Mansión del
Sol. Parada abajo, la villa
entera estaba en total
oscuridad, sin ninguna luz a
la vista. Bajo las tenues
luces de la calle, algunas
luciérnagas revoloteaban.
Antes, sin importar lo tarde
que regresara a casa,
alguien le dejaba una
lámpara encendida para
ella, esperándola. Incluso le
preparaban un tazón de
fideos calientes, su comida
favorita. Ahora, la personal
que solia esperarla en casa
ya no estaba.
A veces, Luna se siente tan
sola como si fuera la única
persona que existiera en el
mundo.
Afortunadamente, ya se ha
acostumbrado a todo esto.
Luna se abrazo a si misma,
suspiró y sacó las llaves de
su bolso. Abrio la puerta y
entro en su fría casa.
Estos días, Luna ha estado
siguiendo una rutina
constante de estudio,
comer, dormir y clases de
interés. Ella llega a casa
muy tarde y rara vez se
encuentra con Miguel,
quien se fue de vacaciones a
Tailandia con Carolina.
Andrés también se
encuentra de viaje de
negocios en el extranjero.
Cada vez que regresa a casa,
generalmente es alrededor
de las 10 de la noche.
Sin darse cuenta, Luna se
ha acostumbrado a la
intensidad de sus estudios,
e incluso ha mejorado en su
balle, una actividad en la
que no era particularmente
hábil antes. Ahora puede
realizar fácilmente
movimientos como
flexiones y estiramientos de
piemas, todo gracias al
entrenamiento.
Es verdad que los hombres
sirven para nada y solo
afectan el desarrollo de una
mujer
Después de recibir
entrenamiento, lo siguiente
son las competencias y
exámenes…

Tiene un montón de cosas


por hacer, e incluso ha
dejado de lado los
exámenes simulados de
mitad de
semestre en la Preparatoria
Privada Aurora.
La escuela llamó. En este
momento Emma estaba
haciendo las tareas
domésticas, entonces ella
contestó:
-Hola.
-Hola, me puede pasar a
Luna, ¿por favor?
-Es para mi.
Luna bajó las escaleras en
ese momento.
No sé lo que le dijeron por
teléfono, pero Luna
respondió.
-Estoy tan ocupada
últimamente, pero asistiré a
los exámenes finales.
Aparte de eso, realmente
no tengo tiempo, lo siento,
profesor.
Colgó el teléfono, antes de
que le dijeran algo más. La
llamaron para pedirle que
regresara a la escuela a
hacer los exámenes.
Luna se apoyo en la pared
en la sala, se puso unas
botas de cuero, pero luego
pensó en algo y se cambió
a unas zapatillas deportivas
blancas.
-Señorita, a dónde va?
-Voy a dar un paseo. No me
esperes para la cena.
-Hoy en la noche, el señor y
la señora Vega regresan. Si
el señor pregunta, ¿qué
debo decir….
-Solo dile que estoy
tomando clases.
Emma estaba a punto de
decir algo más, pero Luna
ya se habia puesto los
zapatos y salio. Reviso su
bolso y aseguró que tuviera
protector solar, su billetera,
guantes, llaves… tenia todo
lo que necesitaba.
Hoy, Paco no estaba
disponible, por lo que Luna
tuvo que tomar un taxi por
si misma. Se dirigió al
Centro Internacional de
Exposiciones
Capitulo 128
Hoy es el dia de la
exposición de arte. Luna no
la olvidó y se levantó muy
temprano, se arregió,
llevaba un abrigo de
cachemira blanco, una larga
falda de punto negra y
medias de lana debajo
debido al clima frio,
que rondaba los cero
grados,
El clima ha estado muy
cambiante últimamente. El
jardin de su villa ya estaba
cubierto de escarcha, y las
hojas de los árboles, que
eran verdes ayer, se
volvieron rojas en una sola
noche
Luna sintió frio al ver la
escarcha blanca. Bajo la
cabeza y se envolvió en su
bufanda,
ligeramente enrojecidas.
Ella no sabia si hoy iba a
nevar o no.
Cuando llegó el taxi, Luna
subió rápidamente
A Luna no le gusta que la
esperaran asi que salió con
media hora de antelación.
Cuando llegó al lugar, ya
había una larga fila de
personas en la entrada del
centro de exposiciones,
cada una sosteniendo un
boleto en sus manos
Un costoso auto se acercó
en los primeros diez
minutos después de que
Luna llegara.
Gabriel, en el coche, vio a
Luna saltando de un lado a
otro en las escaleras con su
ropa blanca y sonrió.
-Detente aquí.
Eric respondió:
-Si, señor,
Luna se quedó esperando,
ignorando el frio en sus
pies.
-Señorita Garcia… una voz
familiar sono detrás de ella.
Luna se volteo y vio al
señor Mendoza y a la
persona en silla de ruedas.
Gabriel sono levemente
-Lamento haberte hecho
esperar
-No, acabo de llegar hace
un rato. Entremos
entonces.
-Señorita Garcia… -el señor
Mendoza la detuvo – No
entraremos ¿Puedes cuidar
al señor?
Eric simuló recibir una
llamada telefónica, y se
alejó
El señor Mendoza también
se fue, dejando solo a
Gabriel.
-Muchas gracias

-No te preocupes. ¿No


tienes frlo con esa ropa tan
liviana? Podria empezar a
nevar hoy ¿Tienes frio en
las manos?-Luna actuaba
como si fuera una madre,
tocó su mano, que estaba
tan fria como el hielo-
Sabla que no usarlas
quentes, así que traje un par
extra para il.
Luna sacó un par de
guantes de cuero negro de
su bolso, que originalmente
planeaba dar a Andrés, pero
Isabel se los regaló antes.
Luna los tiró al armario
enojada, sin embargo, hoy
encontró un uso especial
para ellos.
Luna estiró el guante sobre
sus dedos uno por uno,
ajustándolo perfectamente.
-Y también esto.
-¿Qué es esto?-Gabriel
nunca había sido cuidado
de esta manera
-Es un calentador de
manos. Si tus manos están
frias, simplemente
declizalas adentro y se
calentarán.
Gabriel aceptó
-Nunca he visto esto antes.
-Me diste esto, ¿y tú?
Luna le mostró los
adorables guantes peludos
que tenía en sus manos
-Yo también tengo unos.
Sientate bien, vamos a
hacer fila para entrar.
-Está bien.
Luna lo empujó desde atrás
y luego se detuvo
-Casi se me olvida algo.
Luego sacó una bufanda y
la puso alrededor del cuello
de Gabriel
-Te invité a venir, y ahora
está haciendo mucho frío.
No quiero que te enfermes.
En su vida pasada, Luna se
centró en cuidar a Andrés y
asegurarse de que no se
cansara ni se enfriara.
Siempre revisaba sus
prendas de vestir y le
preparaba la ropa
adecuada, que necesitaba
usar al dia siguiente,
colgándola en el armario
para que no tuviera que
buscarla apresuradamente.
Siempre podia encontrar
las cosas necesarias para
vestirse.
¿Cómo iba a encontrarlas?
Su casa estaba en completa
desorganización. Para todo
lo que se relacionaba con el,
Luna lo hacia ella misma,
como una madre
preocupada por todos los
detalles.
Ahora, parece que sus
hábitos de desvivirse por
cuidar tanto a los demás, no
han cambiado en absoluto
Capitulo 129
A veces, ella también temia
hablar demasiado y aburrir
a la gente.
En la exposición de arte,
habia aire acondicionado,
por lo que alli no hacía
mucho frio. Mientras
observaba detalladamente
las pinturas, Luna no quería
perderse ningún detalle.
El señor Edward, además
de sorprenderla, la dejo
asombrada. Estas pinturas
no eran estáticas, tenian
una especie de calidez,
estaban vivas, ya sea sus
paisajes o retratos, eran
muy realistas. Cada cuadro
Luna estaba enmarcado y
vigilado para evitar que
nadie se acercara, ya que
cada uno de ellos podría ser
una
pieza única de arte, con un
precio incalculable en una
subasta
-Cada una de sus pinturas
es increible, ¿verdad?
-¿Te gustan?
-Cuando tenia ocho años,
me subi a un estante de
libros de mi madre para
jugar, el estante se cayó y
me enterro bajo una pila de
libros. Fue entonces cuando
vi una imagen que se
desprendió de uno de los
libros, era una fotografia de
las pinturas del señor
Edward. Recuerdo
claramente que se llamaba
“Mundo
de Ensueño”. Fue la aurora
boreal más hermosa que he
visto hasta el momento, las
luces brillaban a
través del cielo nocturna en
el mundo helado, creando
un sueño deslumbrante. Es
dificil capturar la
imagen de un ambiente tan
frio y helado en el Ártico,
pero él lo logró. ¡Es
realmente bastante
asombroso!
-Lamentablemente, solo lo
vi en una fotografia, no
pude verlo en persona.
Estoy seguro de que habria
sido aún más impactante.
Gabriel respondió:
-Lo verás. Si deseas algo
con suficiente intensidad,
se hará realidad.
Luna regresó rápidamente
a la realidad y dijo:
-No importa. Ha pasado
tanto tiempo, y estoy tan
feliz de poder ver sus
pinturas en esta
exposición.
Recorrieron un piso, y
todavia quedaban dos más
por explorar. Se sentaron
en la sala de descanso paral
descansar un poco.
-¿Necesitas ir al baño? -dijo
Luna
-¿Tú… ¿Tu Quieres
ayudarme? No me
importa…
El rostro de Luna se
enrojeció
-Puedo puedo pedirle al
personal de servicio aqui
que te te ayude…

¡Qué vergüenzal¿Qué está


diciendo realmente?
-Estoy bromeando, no
necesito ir al baño. Tú
puedes ir si quieres.
-Oh! -Luna se sintió
aliviada, pero aún sintió un
poco de vergüenza por su
anterior respuesta –
Volveré
pronto. No te alejes de aquí,
¿de acuerdo?
Gabriel le sonrió con
ternura.
-Está bien.
El lugar era bastante
grande, y Luna caminó
durante un tiempo antes de
encontrar el baño. La fila
para el
baño de mujeres era
bastante larga, y de repente
sintió un golpe en el
hombro
Luna se volvió para ver qué
había pasado y notó algo
extra en su hombro. La
asustó y se apartó
rápidamente.
-¡Haha…! ¡Me hiciste reir!
Te velas asustada como una
tonta. -bromeó Luis
mientras sostenia una
cabeza de rana en su mano,
que no sabia de dónde
había aparecido.
Al ver a tres de ellos, Luna
se sorprendió. No era fin de
semana, ¿por qué estaban
aquí hoy?
Luna no tenia la intención
de hablar con ellos y
simplemente dijo:
-¡Inmaduros!
Luis respondio:
-Oye, Sergio, ella te llamó
inmadura!
Sergio, que llevaba a una
hermosa mujer, respondió
con gran indiferencia:
-No hagan nada, o el loco
Andrés los arrojará al mar.
Luis bromeó mientras se
golpeaba el pecho:
¡Dios mío, casi me muero
de miedo!
Luna no entendía por qué
los tres ahora estaban
interesados en el arte. Era
mala suerte encontrarse
sobre todo con ellos aqui.
Capitulo 130

Luna salió del baño y abrió


el grifo para lavarse las
manos. Al ver a la nueva
chica junto a Sergio, le
pareció bastante familiar.
¿Se hablan separado Isabel
y Sergio? ¿Cómo es que
Sergio tiene otra nueva
novia? Pero, recordando la
escena en la que Isabel y
Andrés se abrazaban la
noche anterior, parece que
estan juntos, lo que
implicaria que Sergio ha
sido rechazado.
Recordó cuando vivian en
el pueblo de Atenguillo,
Serglo solia vivir frente a su
casa y recuerda haberlos
visto besandose. No estaba
segura si además habla
pasado algo más o no, ya
que, desde su perspectiva
en ese momento, parecia
que ellos estaban
besandose.
Aunque no está segura de lo
que ocurrió entre ellos, ya
no le preocupa ese asunto y
decidió no
Involucrarse en eso.
Luna se lavo rápidamente
las manos, tomó un par de
toallas de papel, las usó
para secarse las manos y
las tiró al bote de basura.
Luego se dirigió a la sala de
descanso.
Al llegar a la puerta, vio a
Gabriel rodeado de un
grupo de personas en la sala
de descanso ¿Qué hacían
ellos con él? Eran los
estudiantes de la Clase 6 de
la Preparatoria Privada
Aurora. Un grupo de
chicas.
hermosas rodeaban a
Gabriel, conversando con
él.
Ana rápidamente vio a
Luna y exclamó
emocionada:
-Luna! ¡Qué coincidencia!
Tú… ¿cómo es que estás
aquí? Escuché al profesor
decir que este semestre.
no ibas a venir a la escuela,
¿verdad?
Luna noto la mirada de
Gabriel y lo observo
muy detenidamente.
Incómodamente, se acercó
y dijo:
-Si, ¿qué casualidad, no
esperaba encontrarme con
ustedes aquil
Aparte de Ana, quien
interactuaba con Luna,
muchas personas
rápidamente apartaron la
mirada y nadie
la miró directamente a los
ojos
Luna saludó a la tranquila y
apacible Isabel que estaba al
lado:
-Hermana Isabel.
Isabel, recordando la
incómoda situación de
ayer, se sintió algo perdida
sobre cómo enfrentarla.
¡Ayer, Luna debió de haber
escuchado todas las
palabras que le dije a
Andrés! Isabel sonrió
encantadoramente y
preguntó:
-Luna, ¿viniste sola hoy?

Luna negó con la cabeza


-Vine con un amigo.
Isabel preguntó:
-¿Quién es tu amigo?
Antes de que Luna pudiera
responderle, un grupo de
chicos entró riendo y
bromeando. Uno de ellos,
al ver a Gabriel, menciono:
-Sergio, fuiste demasiado
cruel, ella falta a clases para
acompañarte a la
exposición de arte, pero tú
fuiste tan cruel. Realmente
la lastimaste a ella
Bruno agrego
-A Sergio le gustan las
chicas tranquilas y amables.
Esa de la clase de actuación
parece no serio. El no
se interesaria en alguien asi
-¿Vas a dejar de hablar o
quieres morir?-Los ojos de
Sergio eran terriblemente
feroces, Cuando vio a la
persona en la sala,
instantáneamente ocultó el
encendedor y sus pupilas se
contrajeron de manera
anormal. Luis y Bruno
también notaron algo, y se
volvieron más cautelosos.
Los dos sintieron una
presión invisible sobre
ellos. Gabriel reveló un tipo
de intimidación
indescriptible,
con una mirada fría y
calculadora.
La atmósfera se tomó de
repente tranquila. Luna no
sabia que sucedía. Miro a
Sergio y luego a Gabriel, ¿
Qué relacion tenian estos
dos? ¿Se conocen?
Gabriel fue el primero en
hablar
-Luna, hay mucha gente
aqui. Vamos al segundo
piso.
Luna aceptó
-De acuerdo.
Luna empujó la silla de
Gabriel, alejandose de esa
atmósfera inusual en el
lugar.
Capitulo 131

En este momento, Sergio


parece un león que
originalmente mostraba sus
colmillos y garras, pero al
ver al domador, se
convierte en un pequeño
gatito acariciado por las
personas.
Gabriel rara vez se muestra
ante la mirada del público,
Incluso ahora que está
empezando a tomar el
control del grupo Sánchez,
sigue siendo una presencia
misteriosa a los ojos de los
desconocidos.
Puede que los demás no
sepan quién es el hombre
que acaba de salir en una
silla de ruedas.
Pero Luis y Bruno lo
saben.
Es el heredero de la familia
Sánchez en Astraluna,
Gabriel.
Hace algunos años, un
accidente automovilistico le
arrebató las piernas y lo
mantuvo en el total
anonimato
El Gabriel de entonces
superaba al Sergio actual en
todos los aspectos de la
vida.
Ambos eran igualmente
desobedientes, arrogantes y
despreciativos, sin respeto
por nadie.
Pero ahora Gabriel es
diferente, y su presencia les
aterroriza mas que antes.
Una mirada suya es
suficiente para someter a
Sergio por completo
Sergio es el medio
hermano de Gabriel, pero
en la familia Astraluna,
nadie más que su padre
reconoce su
identidad.
Después de todo, la madre
de Sergio tenía un origen
común, una exactriz, y la
familia Astraluna
despreciaba a las mujeres
como ella.
Ellos saben lo despiadado
que él es
La última vez que Luna se
metió en problemas, esta
persona pensó que Sergio
estaba detras de todo ello.
Asi que hicieron que le
rompieran la mano en un
reservado de un bar y lo
subieron a un coche….
Cuando ocurrió todo esto,
solo estaban los tres en la
sala privada.
Ahora Luis y Bruno todavia
recuerdan claramente..
Después de que se alejaron,
Luis finalmente se atrevió a
hablar de ello:
-¿Cómo se conocieron
Luna y él?
-Sergio, vas a dejar pasar lo
que paso la última vez?
Su voz era suave, pero los
demás en la sala notaron
algo misterioso en el
ambiente y no entendieron
de que estaban hablando.
Sergio tenia las manos en
los bolsillos y encendia un
mechero mientras sonreía
-Es interesante.
Después de visitar la
exposición de arte, ya era la
una de la tarde.
Luna se dio cuenta de que
ni siquiera habian
almorzado
Se disculpó:
-Lo siento, olvidé llevarte a
almorzar. Deberias
habérmelo recordado.
Gabriel sonno ligeramente
-No importa, te vi tan
concentrada tomando notas
que no quise molestarte.
¿Qué has estado
escribiendo?
-Te lo mostrare -Luna se
sentó en el asiento de al
lado y saco emocionada su
cuaderno de notas de su
bolso para enseñarle-Aqui
he anotado los lugares y las
horas en las que el señor
Edward pintó He
registrado todos los lugares
más hermosos que ha
pintado Algún dia,
definitivamente iné a verlos
en persona
Habla estado atrapada en
una jaula durante
demasiado tiempo, y
cuando finalmente tuviera
la capacidad
de salir de su hogar actual;
Luna queria recorrer los
lugares más hermosos del
mundo Auroras, praderas,
cañones, montañas, rios….
Ella soñaba con los
hermosos paisajes
exteriores.
-En ese momento, seguirás
invitándome?
Luna se quedó en silencio,
sin decir una palabra, y
guardo su cuaderno de
notas en su bolso.
-No lo sé… Mi futuro está
lleno de grandes
incertidumbres, tal vez
cuando emprenda el viaje,
pase muchos años, o tal vez
sea mañana
Luna no quería decirle que,
en sus planes futuros, solo
ella estaba incluida y que
no tenia intención de
unirse a nadie más.
El era su primer amigo de
sexo opuesto, pero Luna no
sabia cuánto tiempo duraria
esa hermosa amistad.
Ahora, era más discreta,
debido a su ingenuidad y
creencia en los demás, en
su vida anterior.

Paso a paso, cayó en la vil


trampa, siendo tratada
como un don nadie y
siendo manipulada por
otros.
Además de ella misma
Luna no confiaba en nadie
La única persona que
podria brindarle seguridad
era ella misma…
-Es demasiado temprano
hablar de esto ahora.
¿verdad? No te preocupes
¡Vamos a comer!
Capitulo 132
La exposición de arte
terminó a las tres de la
tarde.
Isabel observó un coche
familiar estacionado afuera
del centro de exposiciones
internacional.
Rápidamente abrió la
puerta del copiloto y se
sentó en el coche.
-Hermano, ¿cuándo
llegaste? ¿Por qué no me
llamaste? Si me hubieras
dicho que también
vendrías,
habría salido antes y no
habrias tenido que esperar
tanto tiempo solo aquí.
Él tenía su horario, por lo
que sabla que hoy ella tenia
una actividad
extracurricular para a
visitar la
exposición de arte.
Andrés acababa de bajar del
avión y pasó por allí para
recogerla.
Andrés respondió:
-No pasa nada
Isabel preguntó
-Hermano, ¿cómo van las
negociaciones de tu
proyecto?
Andrés respondió:
-El contrato se ha firmado
Felicitaciones! hermano.
Has estado trabajando duro
en este proyecto durante
más de una semana.
Ahora finalmente ya
puedes descansar un poco
El auto arranco, y desde el
coche se escucho:
Isabel, abrochate el
cinturón
Isabel se quedó atónita por
un momento y luego dijo
obedientemente:
-Ah, se me olvido.
Ella rápidamente se
abrochó el cinturón de
seguridad, y antes solia ser
él quien se lo abrochaba.
Viendo lo cansado que se
encontraba, Isabel se quedó
callada y no dijo nada.
El coche girò justo a tiempo
para ver a alguien cruzando
la calle, una figura familiar
que no podia ser otra
que Luna.

Ella se inclino para arreglar


la ropa y la bufanda de un
hombre en una silla de
ruedas. Su largo cabello
cayó sobre sus hombros, y
ella abrió la tapa de una
botella de agua mineral
para darle un trago.
Andrés miraba atentamente
cada uno de sus
movimientos con una
mirada fria.
El interior del coche estaba
lleno de una atmósfera
inusual que se estaba
volviendo cada vez más
incómoda
Isabel también lo notó y
dijo:
-Hoy, la escuela organizó
una actividad para ver la
exposición de arte. Luna y
sus amigos también
vinieron. Pero sus piernas…
parece que está
discapacitado.
Andrés miró a Luna, quien
estaba de pie no muy lejos,
y tuvo una extraña
sensación
En algún momento, Luna
también lo trató de la
misma manera, con
cuidado y ternura, como
una esposa.
Pensando en ese sueño,
Andrés sintió una fuerte
punzada en el pecho
El semáforo se puso verde
y Luna lo ayudó a cruzar la
calle en su silla de ruedas.
-Solo puedo acompañarte a
almorzar. Esta noche, tengo
una clase de baile…
-Está bien. Luego, haré que
Álvaro te lleve.
-De acuerdo, está bien.
Como sus piernas todavia
se estaban recuperando, no
podía comer nada
demasiado picante Luna
encontró un restaurante
que servia sopa de
verduras.
A Luna también le gustaba
la comida ligera, por lo que
compartian gustos
culinarios.
Después de la comida, Luna
se dirigió a la Torre del
Horizonte.
No fue sino hasta las ocho y
media de la noche que
salio.
Cuando Luna salió del
edificio, a esa hora era
dificil encontrar un taxi, asi
que tendria que caminar un
poco más para encontrar
uno
Las luces de la calle
iluminaban su camino. Una
persona estaba detrás de
ella, y su sombra se
alargaba por la luz.
Los pasos se acercaban cada
vez más y más hacia ella.
Luna tenia un mal
presentimiento.
La estaban siguiendo.
Luna se atrevió a mirar
atrás, y no había nadie más
en la calle. El viento frío y
húmedo se colaba por
cuello, y ella aceleró el
paso.
La persona que la seguía
también se acercaba cada
vez más, corriendo para
alcanzarla
Luna se escondió en un
callejón.
Un hombre que llevaba
puesta una mascarilla y las
manos en los bolsillos, con
una mirada asesina en
sus ojos, se acercó a ella.
Luna miró asustada hacia
atrás.
¡Corre! Quiero ver hasta
donde puedes llegar ahora
Luna temblaba mientras se
apretaba contra la pared
-¡No… por favor, no se
acerquen!
En la oscuridad, un fuerte
haz de luz entró en el
callejón, deslumbrando a
Lune, quien entrecere los
ojos
No podia ver quién estaba
dentro del coche
-Pequeña señorita, si tienes
que culpar a alguien,
culpate a ti misma por
haberme metido con la
gente equivocada. No nos
culpes por lo que suceda
hoy
-Tio, no hables más con
ella.
No te resistas, pequeña.
Las uñas de Luna se
clavaron en la pared, su
mirada sin miedo se
encontro con la luz
deslumbrante
Quizás se había
acostumbrado, o tal vez
Porque una voz en su
corazón le decia
La persona dentro del
coche podría ser Andrés
Capitulo 133
¿Esos hombres los trajo él?
¿Por qué?
¿Fue su plan de venganza…
y por eso decidieron actuar
en su contra antes de
tiempo?
En su vida anterior, al
menos habian llegado al
punto de casarse
Pero ahora….Andrés nunca
ha tenido la intención de
darle una salida.
¿Fue él quien… la lastimo en
Atenguillo?
Si fue él, ¿por qué la
ayudo?
¿Hoy quiere verla
humillada hasta la muerte?
Entonces, ¿por qué no la
dejo morir en el mar la
última vez en lugar de
salvarla?
Andres, ¿qué le hizo Miguel
a ti?
¿Por qué el tiene que
descargar todo su odio
contra ml?
Cuando sus manos
comenzaron a rasgar su
ropa, la blanca chaqueta de
plumas ya había sido
retirada.
La resistencia de Luna
contra ellos era totalmente
inútil.
-Dos hombres adultos la
iban a abusar. Andrés… ¿no
tienes ninguna reacción en
absoluto?
La mirada de Leonardo se
posó en su entrepierna, y
una sonrisa lasciva apareció
en su rostro.
-Qué desperdicio… después
de esta noche, esta niña se
convertirà en una
verdadera mujer.
-Pero lo hiciste muy bien,
Luna. Si te unes a la familia
Sánchez, nuestro plan será
mucho más dificil de
llevar a cabo. Hay muchas
mujeres como Luna, y
realmente no vale la pena
Pero las cosas no salieron
como esperaban.
Luna los empujó con todas
sus fuerzas, y uno de los
hombres sacó un cuchillo,
aparentemente dispuesto
a amenazarla, pero ella lo
apartó con la mano,
haciendo que el cuchillo
cayera al suelo y cortándose
e! brazo en el proceso
La sangre comenzó a fluir,
y Luna escapo corriendo,
desapareciendo por
completo en la oscuridad.
Los dos hombres la
persiguieron, pero poco
después, recibieron una
llamada telefónica

-No es necesario
perseguirla.
Luna no sabla cuánto
tiempo había estado
corriendo, pero cuando
finalmente miró hacia atrás
con pánico, se dio cuenta
de que nadie la estaba
siguiendo.
Por accidente, tropezó y
cayó al suelo en medio de la
carretera.
Un profundo corte se abría
en su brazo, y la sangre le
fluia sin cesar.
Le dolia tanto que su brazo
se entumeció por
completo.
Luna se sentia bastante
nerviosa en todo momento,
temblando por todo su
cuerpo mientras intentaba
levantarse del suelo.
Pero… sus piernas se sentian
tan débiles que no tenía
fuerza para hacerlo.
Justo en ese momento, su
teléfono en el bolsillo
comenzó a sonar.
Luna saco el teléfono y
miro la pantalla con el
nombre del contacto
parpadeando
Su mano temblorosa dejó
caer el teléfono al suelo.
A regañadientes, respondió
a la llamada.
No dijo una sola palabra.
Quizás el estaba en algún
lugar viéndola.
Burlandose de su
lamentable estado.
La voz apagada y sin
emociones de Andrés llegó
desde el otro lado:
-¿Te duele?
Al escuchar su voz, el
corazón de Luna se rompió
de verdad.
Realmente era él.
Luna miró la calle vacia, sus
pestañas temblaron y las
lágrimas comenzaron a
caer…
-¿Por qué?
Andrés. ¿por qué?
Capitulo 134.
La noche cayó, y la luz de la
luna se altemaba entre
brillante y tenue bajo las
densas nubes. El cielo
nublado reflejaba el estado
de ánimo de Luna:
opresivo, asfixiante, y sin
aliento. Se sentia como un
gato abandonado y vil
maltratado, perdido en las
calles sin saber a donde ir
en un lugar tan grande y
tenebroso, Luna nunca
habia sabido cuál era su
casa en este mundo.
El apareció de entre las
sombras, pero Luna no
esperó a su respuesta. Solo
escuchó el sonido del
viento
en su teléfono.
Cuando escucho los pasos
firmes y seguros acercarse,
miró en la dirección del
sonido con profundas
lágrimas en los ojos. A
traves de las lágrimas, su
figura oscura parecía algo
irreal.
El teléfono estaba pegado a
su oido, y cuando él se
acercó, Luna cayó sin
fuerzas al suelo. La sangre
de su brazo ya casi se habia
secado por completo, y la
pérdida de sangre la había
dejado con una sensación
de desesperacion total
Luna agarró el pantalón de
su traje y respiro con gran
dificultad.
-¿Por qué? Andrés, que hice
mal, dime? ¿Por qué me
haces esto? Te amo tanto,
¿no entiendo, por que
me lastimas una y otra vez?
Andrés, te amo mucho,
¿pero, dime por qué me
haces esto?
Andres se inclino y le
agarro la cara con una
mano.
-A veces, no puedes ser
demasiado astuta, Luna.
¿Pensaste que podrías
utilizar a la familia Sanchez
para escapar de la familia?
¿Por qué eres siempre tan
ingenua?
-Andrés, sé que no te gusto.
He dejado ir lo que sentía
por ti. ¿Qué más quieres de
mi? Si desde el
principio querias que
muriera, ¿por qué me
salvaste esa vez? Ya estoy
sufriendo… te lo ruego, te
lo suplico por favor ya no
me hagas más daño. ¿lo
podrias considerar?
Andrés endureció su
mirada y su tono se volvió
frio.
-Llámame hermano
-¡Tú no eres mi hermano!
Todo lo que hiciste por mi
en el pasado fue falso. No
mereces ser llamado mi
hermano.
-En el futuro, no te
acerques a nadie de la
familia Sánchez. No lo
olvides…. sabes cuáles serán
las fatales consecuencias…
Luna se sujeto el brazo
herido y se apoyó en la
barandilla, Con temblores,
logró ponerse de pie. No se
atrevia a mirar a los ojos de
Andrés y miró al suelo
mientras usaba su mano
izquierda, la que no estaba
herida, para enjuagar sus
lágrimas

to entiendo. El evento de
hov fue solo una visita a la
exposición de arte con
Gabriel No tengo nada que
ver con él. No le diré nada a
papá sobre lo que pasó esta
noche. Después de hoy,
fingiré que nunca
acumo nada Andrés, ¿estás
satisfecho ahora?
Llámame, hermano! -Su
voz era inquebrantable, y
su mirada fria- Luna, no
permitas que te lo repita.
Luna se no con frialdad.
-¿Hermano? ¿Crees que
todo lo que has hecho se
parece a lo que haría un
hermano? Te llamné
hermano, y una y otra vez
intentaste matarme. Te lo
dije, ya no me gustas, y eso
es verdad. Y lo que dijiste
sobre la familia Sánchez
nunca lo pensé desde el
principio. Desde hace
mucho tiempo decidi irme
a Boscosa y nunca volver,
Andrés… desde hace mucho
tiempo no te quiero, ni a
papá, ni a esta familia… No
me hagas.
más daño
El tono de Luna sonaba
como las palabras
impulsivas de una niña
rebelde. Su voz era suave y
no tenia
poder de intimidacion
Andres la miró en silencio
mientras ella se daba la
vuelta, y se alejó en la
dirección opuesta a la
Mansión
del Sol Caminaba con gran
dificultad. sin rumbo fijo.
En el oscuro camino solo
estaban ellos dos, y nadie
más
Luna llevaba una fina
sudadera negra y tenía
sangre en la mano. Su
teléfono y bateria estaban
esparcidos por el suelo
Andres se quedó parado en
su lugar, observándola
detenidamente mientras se
alejaba
En menos de media
minuto, observó cómo la
figura frente a él caia al
suelo. Como si lo esperara,
no se apresuro en
levantarla. Se movia como
una bestia en la oscuridad
de la noche, avanzando
hacia su presa
Idiotal¿Qué importa si
Miguel se entera? Ya es
demasiado tarde.
Andrés levantó a Luna, que
había perdido mucha
sangre, y ella casi no tenia
paso.
Capitulo 135

En el momento en que la
sostuvo en sus brazos, algo
blanco cayó sobre la nariz
de Andrés, que se
derritió inmediatamente en
su tibia piel. Al mirar hacia
arriba, se dio cuenta de que,
en algún momento
empezó a nevar
intensamente, con copos de
nieve cayendo.
Cuando Luna tenia ocho
años, era su primer afio en
la familia Garcia. Luna
dijo:
-Hermano, mira, esta
nevandol
A los once años, Luna
exclamó
-Hermano, ¿vamos afuera a
hacer un muñeco de nieve?
Luna te ama demasiado
hermano.
A los dieciocho años. Luna
dijo
-Hermano, este año, si
todavia nieva en la capital,
te confesaré mi profundo y
total amor. ¿Quieres estar
conmigo?
Luna, no hiciste nada malo.
Lo que está mal es haber
nacido en la familia Garcia.
Y lo que estás sufriendo
ahora es solo el comienzo..
Luna camino sin rumbo en
la oscuridad durante
mucho tiempo. Se sentía
como una marioneta sin
alma,
sin pensamiento propio,
controlada tan solo por la
came, hasta que vio una luz
al frente y se dirigio hacia
ella
Poco a poco, su conciencia
se aclaró por completo.
-Ah-Luna finalmente
recobró el conocimiento.
Al mismo
Mirando el techo gris frente
a ella, sintió un olor
familiar y extraño al mismo
tiempo, un tenue aroma a
flores de camelia
Luna vio a Andrés, que
llevaba un suéter de lana
negro, parado junto a su
cama. Tenia una presencia
madura, rasgos faciales
guapos y líneas muy
delicadas y suaves. Sin
embargo, tambien emanaba
un aura fría y sombría. Al
verlo, Luna experimentó
una extraña sensación de
irrealidad. Era esto solo una
ilusion?
¿Cómo había llegado hasta
alli?
-Señor, ¿qué le pasó a Luna?
Estaba bien ayer.
Era la voz de Liora.
-Está despierta

Liora llevó un tazón de


agua con azúcar y se acercó
a Luna, preocupada.
-Mi niña, ¿estás bien?
-Por favor, no te muevas. El
señor está limpiando tus
heridas. –le advirtió
Andrés estaba cosiendo sus
heridas sin anestesia. E
Isabel le apretó la mano
Izquierda de Luna, que no
estaba herida Temia que se
moviera
-Hermano, ¿por qué no
llevamos a Luna al
hospital?-sugirió Isabel.
Luna apreto los dientes con
fuerza, sintiendo un dolor
agudo e intenso en su
brazo. Parecia que alguien
le estaba arrancando un
pedazo de carne.
Andrés respondio:
-Estara bien muy pronto
Luna no dijo nada
Podria haberla llevado al
hospital, pero la trajo aqui…
¿Qué tenia en mente
Andrés?
Isabel sostenia la mano fria
de Luna y decía con
preocupación:
-Hermano, Luna esta
bastante fría. Tal vez
deberiamos traer una
manta de mi habitación
para ella
Luna, con los ojos cerrados,
sintió nauseas debido a la
pérdida excesiva de sangre,
y tenia la sensación
de querer vomitar.
Liora, llena de
preocupación, le dijo:
¿Todavia te sientes mal, mi
niña? Toma un poco de
agua con azúcar, te ayudará
a sentirte mejor.
Le ofreció una cucharadita
de agua con azúcar a los
labios de Luna, y ella la
tomo. Luego miró a Liora
y dijo:
-Lo siento, Liora, por
preocuparte. No te
preocupes tanto, estaré
bien. Descansaré un poco y
me sentiré mucho mejor.
-¿Qué te ha pasado, mi
niña?
Capitulo 136

-¡Pero la herida es tan


grande..! Si no fuera porque
Andrés se dio cuenta de que
no habias regresado n casa
temprano y fue a recogerte
preocupado, ¿qué habría
pasado si te hubieras
metido en problemas?-
exclamó Liora.
Luna solo sonrió y
respondió:
-Es que me cai sin querer.
-¿Qué? ¿Te caiste? ¡Esta
herida es tan grande que no
parece ser causada por una
caida!
-Me cai mientras practicaba
baile, sin darme cuenta y
con algo me corte.
Liora funció fuertemente el
ceño y dijo de inmediato
-No, no Tengo que
decirselo al señor para que
te cambie a otro lugar. ¡La
profesora es
definitivamente
una irresponsable! ¡Te
lastimaste y ni siquiera se
preocupó por ti!
Las palabras de Libra le
dieron a Luna una
sensación cálida en su
corazón. Ella siempre era la
primera en
preocuparse por ella
cuando estaba lastimada
-Liora, de verdad estoy
bien y no te preocupes.
Llama a Paco para que me
recoja aqui -pidio Luna.
En ese momento, Isabel
propuso
-Luna, ya es muy tarde
Quédate aquí a descansar
una noche y puedes ir
mañana Ambos Andres y
yo nos preocupamos
bastante por ti
Despues de tomar la sopa
preparada por Liora, Luna
ya había recuperado un
poco la fuerza, pero Lioral
también insistía
-Si, la señorita tiene razón:
Siempre estudias hasta
tarde y nunca cenas.
Seguramente tienes
hambre
ahora. Iré a prepararte un
tazón de fideos
Luna se levantó y se sentó
en la cama. Hasta en ese
momento, se dio cuenta de
que estaba en la
habitación de Andrés
Respondió
No, no, gracias En realidad,
no tengo mucha hambre.
Isabel le mostró una sonrisa
y le dijo con preocupación
-Luna, no tienes que
sentirte incómoda aqui
Considera este lugar como
tu hogar. Cuidarte es lo
que Andrés y yo debemos
hacer por ti. Si no quieres
comer fideos, ¿qué te
parece si vamos a
comprarte algo
A Luna le dolía la cabeza.
De todas formas, este lugar
era la casa de Andrés e
Isabel, y nunca se
convertiría en su hogar.
Quedarse aqui solo la hacia
sentir aún más oprimida.
Bajo la cabeza con el
cabello suelto, se dio cuenta
de que llevaba puesto el
pijama de Isabel, sin saber
en qué momento, le
habian cambiado la ropa.
Su billetera y su movil
también estaban en la
mesita de noche.
-Solo necesito descansar un
poco. No se preocupen por
mi -dijo Luna
Andrés dijo con voz
indiferente:
-Isabel, Liora, déjenla
descansar un poco. Traele
un vaso de agua para que se
tome el analgésico.
-Está bien-respondió Liora
aún muy preocupada-.
Luna, si todavía te sientes
incómoda, dinos de
inmediato. No aguantes el
dolor sola.
Luna aceptó:
-Está bien
Después de que todos
salieron de la habitación,
Andrés cerró la puerta. En
la puerta medio abierta, vio
a la chica sentada en la
cama mirando hacia afuera
por la ventana. Era tan
tranquila y dócil como una
bella muñeca de trapo
Cuando la puerta se cerró
por completo, Luna todavia
podía escuchar los sonidos
en la sala: las risas
mientras Liora le enseñaba
a Isabel a cocinar, el sonido
del televisor… Observó la
meticulosa decoración
de la habitación. Con tonos
grisáceos, la disposición, le
daba una sensacion de
calidez En la mesita de
noche había una foto de
Andrés e Isabel. Parecia que
en cada rincón de esa
habitación había rastros de
la estancia de Isabel, no solo
las pinzas de cabello, sino
también el despertador en
forma de muñeca en
la mesita…
-Liora, jeres realmente
increíble y sabes preparar
casi todos los platos! Yo, en
cambio, soy una completa
incompetente… -exclamó
Isabel.
-Cuando Luna todavía era
niña, su comida favorita
eran los filetes de pescado
que yo solia cocinaba. Ella
también mostró el interés
en aprender a hacerlo, pero
al final terminó sucia por
todas partes…-
compartió Liora con una
sonrisa amable.
Luna también escuchó la
historia y las escenas
aparecieron en su mente.
Se quedó muy pensativa. Si
Liora estaba feliz
quedándose al lado de
Andrés e Isabel, ella no
tendría razón para
llevarsela consigo cuando
realmente dejara la
mansión de la familia
Garcia. Liora ya era mayor,
tal vez sería mejor para ella
que se quedara aqui. Por
respeto a Isabel y también
los años que Liora había
pasado en la familia,
Andrés no le causaría
ningún tipo de problemas.
Sin embargo, una vez que
tomara esta decisión, ella
perderia a la unica persona
por la que se preocupaba

Atraida por el hermoso


paisaje nevado, se acercó a
la ventana descalza. Abrió el
cristal y extendió la
mano, pero los copos de
nieve se derritieron tan
pronto como cayeron en su
palma.
Recordó un momento de su
vida pasada, cuando ella y
Andrés muy emocionados,
fueron al registro civil para
obtener su certificado de
matrimonio, también
estaba nevando
Intensamente, como ahora.
En ese momento, ella tomó
el brazo de Andrés y le dijo
bajo los copos de nieves:
-Espero que envejezcamos
juntos, hasta que nuestro
cabello sea tan blanco como
la nieve que está
cayendo. Andrés, estoy
segura de que llevaremos
una vida feliz hasta el final.
“No obstante, no cumpli mi
promesa y no dejaste rastro
alguno de haberme amado.
El único hábito que logré
conservar fue pensar en ti
cuando nieva”, penso
Luna.
Ella era también solamente
una chica común y
corriente. Lo que anhelaba
era muy simple: casarse con
él y convertirse en su
amada esposa.
Sin embargo, el unico y
fatal error que había
cometido antes de casarse
con él fue llevar a Isabel a
la muerte
Capitulo 137
En su vida pasada solia ser
una persona bastante
arrogante y caprichosa,
pero ahora habia cambiado
por completo Incluso las
personalidades más fuertes
podrian cambiar con el
tiempo. En comparación,
con las intimidaciones
excesivas que ella habia
aplicado a Isabel en su vida
anterior, lo que estaba
experimentando ahora era
muchisimo mejor. Por lo
tanto, tenia que soportarlo
todo. El destino era como
un ciclo de causa y efecto,
era un total y verdadero
karma…
Luna cerró la ventana. A
partir de ahora, no volvería
a contemplar ni disfrutar de
la nieve…
Se acurrucó en el pequeño
sofá, mirando fijamente la
esquina del armanio hasta
que el reloj marcó las
doce en punto. De repente,
sono su movil y recibió un
mensaje
-Feliz cumpleaños,
pequeña princesa mia.
Era un mensaje de Gabriel,
también la primera vez en
recibir un mensaje de
felicitación en su
cumpleaños
Se sorprendió mucho
¿Cómo sabia Gabriel cuál
era su verdadero dia de
cumpleaños? Muy pocas
personas lo conocian, ni
siquiera se lo habia
revelado a Andrés. En
realidad, la fecha de
nacimiento en su
documento de identidad
era incorrecta y su
verdadero dia de
cumpleaños era el 26 de
diciembre
En ese momento. Luna
tuvo una sensación muy
especial, como si las nubes
negras que oprimian su
corazón se hubieran
disipado repentinamente y
un rayo de sol hubiera
penetrado, dispersando esa
absurda oscuridad
respondiendo
inmediatamente:
-¿Cómo sabes que hoy es
mi cumpleaños?
-Es un secreto. ¿Qué regalo
de cumpleaños te gustaría?-
replicò Gabriel.
“Quiero una gran osita de
peluche gigante, color rosa,
Sin embargo, no envió el
mensaje, preocupada por
las amenazas de Andrés
-A partir de ahora, no te
acerques a ningún
miembro de la familia
Sánchez De lo contrario
sabrás
cuáles serán las
consecuencias.
Luna borró rápidamente
todas las palabras que había
escrito
Ya no había ruido en la
habitación. Seguramente
todos estaban durmiendo.
Decidió llamar a Paco para
que la recogiera y la llevara
de regreso a casa. Cuando
quiso cambiarse de ropa, se
dio cuenta de que
Liora se habia levado todas
sus prendas para lavarlas
Por lo tanto, solo tomó una
manta del armario de
Andrés. Estaba muy
familiarizada con los
hábitos de organización de
Liora, asi que sable dónde
encontrar lo que en ese
momento necesitaba

En realidad, en su vida
anterior, Liota le habla
enseñado muchas cosas,
incluyendo cómo ser una
buena esposa. Dia tras dia,
compartian los mismos
hábitos de limpieza.
Antes de salir de la
habitación, Luna se
envolvió en la manta y dejó
una nota junto con el
dinero para pagar la manta,
las zapatillas y la bata,
sabiendo que a Andrés no le
gustaba que nadie usara sus
cosas y si lo hacian, las
tiraria a la basura Ella
tampoco queria deberle
nada, ni siquiera esas cosas
tan insignificantes
Después de arreglarlo todo,
Luna cerró la puerta. Sin
embargo, notó que la luz de
la pantalla del portátil de
Andrés aún estaba
encendida: Andrés aún
estaba trabajando, aunque
creyó que ya se había
quedado dormido
Luna se esforzo por no
hacer ruido y evitar
molestarlo. Cuando llegó a
la puerta y puso la mano en
el pomo, escuché la voz
varonily, algo desagradable
de Andrés
-¿Adónde vas?
Lune se sintio un poco
inquieta, pero respondió
-Lo siento no puedo seguir
aqui contigo. Si quieres que
Liora se quede, déjala estar
Andrés, trata mejor a Liora
porque ella no ha hecho
nada en tu contra. Adiós.
Hasta ella se acostumbraria
a estar sola…
Dijo con una voz baja y una
actitud bastante distante.
Andrés percibia claramente
que ella se estaba
alejando de el
Al abrir la puerta, el aire
frio la golpeó fuertemente,
pero ella no se dio la
vuelta.
La casa quedó sumida en
un silencio opresivo
durante más de medio
minuto. Una mirada de
melancolia se vislumbro en
el fondo de los ojos
profundos de Andrés.
Moviendo ligeramente los
dedos, en la pantalla
apareció la historia de chat
vigilada. El mensaje que
había llegado hacia cinco
minutos decia:
-Feliz cumpleaños,
pequeña princesa mia
Capitulo 138
La persona que acaba de
salir era Luna?
Luna cerró la puerta y
escucho la voz de Liora. A
esta hora en el edificio ya
no habla absolutamente
nadie, aprovechando de la
oportunidad, tomó el
ascensor y bajó
rápidamente, temiendo que
Liora la siguiera y tratara de
convencerla para que
regresara.
El carácter de Luna era
muy suave y dócil, asi que
no podia resistirse por
mucho tiempo a las
súplicas de Liora. Con solo
unas frases, perderia la
capacidad de negarse y
regresaria al apartamento
donde estaba Andrés
Esa noche, Andrés casi
habia revelado todas sus
verdaderas intenciones
frente a ella: buscaría
venganza.
contra la familia Garcia,
hasta que estuviera
completamente destruida, y
asi el estaria satisfecho… Su
objetivo nunca había sido
solo arrebatarle todo a la
familia Garcia…
Luna repasó todo el
proceso detenidamente,
parecia que nunca había
llegado a conocer”
realmente at
Andrés Este hombre era
como un agujero negro,
capaz de absorber y
destruir todo lo que
estuviera
cerca de él. Y ella era solo
una enredadera que se
aferraba a él para tener la
oportunidad de sobrevivir
en este mundo.
El viento nocturno era frío.
Ella se paró frente al
edificio y se envolvió
fuertemente con la pobre
manta que llevaba. Paco
tomaria al menos media
hora para llegar hasta aquí
desde la mansión. Si no
habia tráfico, quizás unos
quince o veinte minutos.
Envuelta por el violento
viento, sus tobillos se
enrojecieron por completo
de frio y su brazo herido le
dolia intensamente.
Levantó la manga de la bata
y vio que las vendas ya
estaban ensangrentadas de
nuevo. Parecia que ya no
podria ir a los cursos
extracurriculares
mañana. Tendria que ir al
hospital. Después de todo,
no podia confiar en nada de
lo que Andrés le habia
hecho. Todas sus acciones
de preocupación frente a
los demás eran totalmente
falsas En el pasado,
Andrés al menos fingia
preocuparse por ella
cuando estaban solos. Sin
embargo, a partir de hoy,
probablemente nunca más
lo haría
Los copos de nieve bailaban
incansablemente en el aire,
cubriendo de blanco la
estatua en la fuente y
también las hojas de los
árboles que calan en el
jardín.
En la silenciosa noche, de
repente, escuchó el sonido
de las puertas del ascensor
abriendose. Se dio la
vuelta y vio a Andrés salir
del ascensor, quien le
dirigió una mirada afilada y
aterradora. Luna retiró su
mirada, ocultando la
inquietud en el fondo de
sus ojos.
¿Por qué é! habia bajado?
Andrés solo pasó por ella y
piso en la nieve. Sacó la
llave de su coche de su
bolsillo y abrió la puerta del
conductor Poco después, el
auto se detuvo frente a ella
y la ventanilla
automáticamente se bajó

Sube al coche dijo Andrés.


Pero el carácter rebelde de
Luna la llevó a responder
friamente:
No, gracias No quiero
molestarte y, aún puedo
tomar un taxi.
Sus zapatillas ya estaban
mojadas por la nieve y
sentia muchisimo frio en
los pies
Luna Garcia, solo lo dire
dos veces Sube al cochel
ordenó el hombre con un
tono severa e impaciente,
sin darte ninguna
oportunidad de rechazar su
oferta.
Los copos cayeron sobre
sus hombros y su cuello,
pero la parte que se sintió
más fria en ese momento
era el corazón. Andres
habia perdido la paciencia,
ni siquiera se molestaba en
fingirlo un poco más
Luna bajo la mirada,
ocultando las agitaciones en
su corazon con sus pupilas
silenciosas Despues de
vacılar un buen rato, se
acerca lentamente al coche.
Intento abrir la puerta de la
fila trasera, pero no pudo
Estaba cerrada
-Ven aqui, al asiento del
copiloto dijo Andres.
Sin otra opción que ser
obediente, Luna no lo
rechazo. Rodeó la parte
delantera del coche y se
sento en el asiento del
copiloto, abrochandose con
suavidad el cinturón de
seguridad
Capitulo 139
El coche arrancó y salió del
distrito,
Luna miraba por la ventana
sin hablar con Andrés. Tal
vez a propósito, él abrió la
ventana y el viento frío
entraba constantemente,
casi congelando a Luna en
esta noche de invierno. A
pesar de ello, ella se
negaba firmemente a decir
una sola palabra a la
persona a su lado.
Esa era la rebeldia que Luna
tenia en su carácter. En su
vida anterior, aunque sabia
que Andrés se había
casado con ella por sus
propias intenciones, ella
continuaba haciéndolo sin
dudarlo. En esta vida era lo
mismo aunque sabia que
oponerse a este hombre no
era la opción más sabia, se
negaba a dar marcha
atrás. Andrés tampoco
estaba de buen genio, la
mitad de su abrigo ya
estaba mojado por la nieve.
Durante los veinte minutos
del viaje, ambos
permanecieron en un
sofocante silencio, sin
mencionar una
sola palabra. Luna casi
perdia el control debido al
tremendo frio.
Finalmente llegaron a la
mansion y Luna salió
rápidamente del auto. Sin
embargo, se percato de una
luz
brillante que se filtraba por
las rendijas de las cortinas
de la sala de estar. Vio una
mano blanca y muy
delgada presionando la
ventana, y el aliento se
reflejaba en el cristal.
Luna se acercó a la puerta y
escuchó los ruidos
embarazosos e indecibles
en la sala. Se dio la vuelta
de
inmediato, en busca de
hallar un lugar, donde
pudiera resguardarse de la
nieve, se agachó alli
esperando
Lo más importante era que
fuera un lugar bastante
tranquilo donde pudiera
evitar los sonidos
indescriptibles.
De repente, escucho el
sonido de pasos sobre la
nieve mientras Andrés se
acercaba
-¿Planeas pasar la noche
agachada aqui? -preguntó
Durante los primeros
segundos, Luna no supo
cómo responder, ya que no
tenia ningún otro lugar
adonde
Además, estaba enfadada
con el hombre que estaba
frente a ella. Cuando el vio
que ella se sentia tan
intimidada por él, no hizo
nada para ayudarla. Sin
embargo, cuando supo que
ella esperaba sola en el frio
de la noche, él la llevó de
regreso personalmente. Era
un hombre completamente
impredecible. Sus acciones
solo dependian de su
propio estado de ánimo, y
sus totales cambios de
humor siempre le causaban
grandes vergüenzas
Ademas, cada vez que
estaba junto a él, ella
siempre resultaba herida.
Con una voz apagada,
respondió:
Esta es mi casa, ya no me
queda ninguna otra opción
adonde ir… Andrés, ¿podrias
dejar de compadecerme
mientras me lastimas?
Preferiria que no hubieras
aparecido desde el
principio… De Indas
formas, muchas gracias por
traerme de regreso. Ahora
puedes inte, no te
preocupes mas por mi.
En esta vida, todo lo que
había vivido, lo había
pagado con un alto precio:
por todas sus acciones
excesivas hacia Isabel en la
vida pasada. Si necesitaba
hacer mas, podria incluso
devolverla a su vida

Andrés miró fijamente a la


pobrecita agachada a su
lado y murmuró:
-idiota!
Subió al coche y estaba
dispuesto de irse. Pero,
antes de arrancar el coche,
sacó su móvil e hizo una
llamada
Emma fue despertada por
el sonido del timbre del
teléfono. Cuando reconoció
la voz, salió rápidamente
por la puerta trasera de la
casa de los criados con su
pijama roja y un abrigo. En
el helado clima invernal,
vio a la pobre chica
acurrucada en un rincon
temblando.
Enfrentando la nieve, se
apresuro a levantar a Luna
y llevarla a su habitación.
Su habitación estaba en la
parte trasera de la mansión,
era pequeña y muy
estrecha. Para que se
calentara un poco, Emma
la acercó al fuego y
rápidamente sacó una
manta más gruesa para
envolverla fuertemente:
Dijo:
-Señorita, ya es muy tarde.
¿Que le parece descansar
aqui esta noche? Después
de todo, el señor y la
señora aun están bastante
ocupados y no sabemos
cuando terminarán.
Luna estaba bebiendo el té
caliente y casi se ahogó al
escuchar esas palabras.
Nunca imaginó que
alguien pudiera mencionar
tan facilmente cosas tan
vergonzosas para ella.
Emma sonrió ante su
reacción y dijo:
-Señorita, es que soy una
campesina completa y
solemos hablar de una
forma muy directa. En
comparación, Liora es
mucho más recatada y
atenta. Si mis palabras
directas te ofenden, jespero
que no te importe!
Perdida en sus
pensamientos mientras
miraba el humo que salía
del té caliente, Luna aceptó
y respondio:
-No, no, no te preocupes
Capitulo 140

-Ahora que estoy despierta


y no tengo sueño, ¿qué te
parece si paliqueamos un
poco?-propuso Emma.
-Pero que significa
“paliquear”?-preguntó Luna
con gran curiosidad.
-Ay, ¿no sabes ni paliquear?
Te explico, paliquear”
significa simplemente
charlar o hablar.
Luna afirmó muy pensativa
y respondió.
-Entonces, ¿qué quieres
charlar?
Emma se acercó y susurró
al oído de Luna:

-Cuando sali de la sala,


escuché algunas frases de
los dos. Te aseguro que tu
papá definitivamente no
solo tiene una amante, sino
que pronto tendrás un
hermanito.
Emma tenia un acento de
algún dialecto desconocido,
pero a Luna le parecia muy
interesante. Lo dijo
directa y sinceramente,
como si las cosas
vergonzosas no le
importaran en absoluto
En realidad, Luna sabia que
Miguel habla vanas tenido
relaciones con cantidad de
mujeres, pero nunca
permitiría que quedaran
embarazadas. Incluso si eso
llegara a suceder, siempre
lo resolveria de manera
práctica y directa”.
Una vez, una mujer de unos
veinte y tantos años vino a
la mansión con un niño con
la única intención de
convertirse en miembros
formales de esta familia.
Sin embargo, a partir de
aquel dia, Luna no volvió a
escuchar nada sobre ellos…
Semejante situación
también solo había
sucedido una vez…
En la habitación, todavia
había una lámpara
encendida en la mesa, y
además olía a carbon
quemado.
Con el fuerte ronquido de
Emma y las escenas
ocurridas la noche anterior
repitiendose en su mente,
Luna no podía conciliar el
sueño sintiendo un dolor
muy en su brazo. En la
estrecha cama, solo logro
quedarse dormida por un
rato y pronto se despertó El
cielo afuera ya estaba
tenido de un azul brillante.
Se levantó con cuidado
para no molestar a Emma,
luego salió envuelta en una
manta y cerró la puerta.
con gran suavidad.
Habia nevado durante toda
la noche y ya había una
gruesa capa de nieve en el
suelo Sus zapatillas se
habian secado junto al
fuego, y cuando se las puso,
se sintió un poco más cálida
y reconfortada Evito la
puerta trasera para que los
criados no se enteraran de
que había pasado la noche
en la habitación de Emma.
Cuando entró por la puerta
principal, varios sirvientes
ya estaban limpiando el
desorden por todas partes.
Los sirvientes también la
saludaran:
Señorita
Luna solo les respondió
saludando y entró de
inmediato a la sala. De
inmediato, un olor
desagradable la obligo
limpiarse, evitando tacar la
herida y frotando
constantemente las marcas
en el cuello. La escena se
repetía en su mente una vez
más: dos hombres la
humillaban mientras
Andrés solo observaba
desde la lejos, sin ofrecer
ninguna ayuda. Todo eso
sucedió porque habla
asistido a una exhibición
con Gabriel, pero este
penso que ella queria
aprovecharse de la familia
Sánchez para resolver su
problema. No se
atrevia a imaginar qué
pasaría si realmente tuviera
una relación romántica con
Gabriel. ¿La drogaria una
vez más para destruirla? De
todos modos, Andrés no le
daria la oportunidad de
escapar, incluso si ella
tuviera la capacidad de
sobrevivir por sí misma.
Solo la destruiría una y otra
vez….
Luna se acurrucó en la
bañera, apoyando el brazo
herido en el borde. Se
sumergió en el agua. Hasta
que estuvo a punto de
ahogarse, se emergió
lentamente a la superficie.
Solo tenia una idea firme,
habia logrado escapar una
vez, ¿podria hacerlo, ya una
segunda vez? No podía
seguir esperando la llegada
de
la muerte…
Con un chapoteo. Luna
salió de la bañera y se puso
la bata que estaba al lado.
Ya tenía todas sus ideas
claras. Para alejarse de la
familia Garcia, primero
necesitaba dinero.
Asi que cuando salió del
baño, ya eran las seis de la
mañana. No fue a
desayunar, sino se cambió
de ropa del uniforme
escolar, luego se puso un
abrigo largo y una bufanda
de cachemira. Debido a la
herida
en su brazo, no podría
asistir a los cursos
extracurriculares en estos
días, por lo que decidió
regresar a la escuela
Capitulo 141
Además, necesitaba
ingresar a la universidad.
Debia ser aceptada en la
Universidad de Astraluna
por su proplo mérito.
Aunque no podría ir a la
Ciudad Boscosa, ni cambiar
el resultado de su destino,
esta vez ya no queria dejar
pasar más las
oportunidades que le
pertenecian en su propia
vida, como lo había
hecho antes,
Cuando subió al coche, le
dijo a Paco que necesitaba
ir al hospital, pero no
esperaba que este la llevara
al Hospital Serenidad.
-Hemos llegado, señorita -
dijo Paco
-Está bien
Luna salió del coche Tomo
un numero de cita y se
dirigió directamente a la
sala de emergencias. La
enfermera quito
cuidadosamente los
vendajes aplicados y le
preguntó con total
curiosidad:
Sientes algo anormal en la
herida? Si abrimos las
suturas aplicadas, podria
haber riesgo de causar
algún tipo de infección
-Me pica la herida Quiero
confirmar si está infectada -
respondió Luna.
-Probablemente, la gasa ya
esté adherida a la herida.
En ese momento, una voz
surgio desde atrás
¿Hermanita Luna? ¿Qué te
ha sucedido? ¿Estás herida?
Luna le dirigió la mirada y
se dio cuenta de que era
Leonardo. Llevaba puesta
su bata blanca y se paro
frente a ella con las manos
en los bolsillos. Con su
apariencia de joven
adinerado, Luna se sentia
bastante incómoda. El era
“amigo” cercano de Andrés.
En su opinión, ese no era
un buen tipo.
Leonardo sacó las manos de
los bolsillos y tomó las
tijeras de la mano de la
enfermera. Le mostró una
sonrisa más encantadora
que tenía, y dijo:
-Yo, me lo encargo yo. Ve a
ocuparte de tus asuntos.
La enfermera estaba casi
cautivada por su encanto y
lo miraba fijamente. Con el
rostro sonrojado,
obedeció y luego se marchó
directamente.
La mano calida de
Leonardo agarró
ligeramente los dedos
largos y blancos de Luna,
mientras decia:
-Hermanita, ¿por qué no
tienes más cuidado? La
herida ya está infectada. Si
tu hermano también está
aquí, estaría muy
preocupado!
Desde su vida pasada, Luna
no tenia ninguna buena
impresión de ese hombre.
Le gustaba tener sus
manos malintencionadas
sobre ella, como ahora. Su
pulgar acariciaba
suavemente el dorso de su
mano, como una bestia en
celo.
Luna queria retirar su
mano, pero debido a la
herida, no se atrevió a
aplicar demasiada fuerza en
ella. Él
estaba cuidando de su
herida, pero con mucho
esmero y cuidado. Cuando
terminó todos los procesos,
él le dijo con una sonrisa
bastante expres en las
comisuras de sus labios:
-Tienes unas manos tan
bonitas, ¿verdad? Debes
cuidarlas bien Las cicatrices
arruinarian su belleza…
Hermanita, recuerda no
mojarla, ¿de acuerdo?
Tan pronto como los
vendajes estuvieron
aplicados, Luna retiró su
mano de inmediato, sin
querer decir una palabra
más con el. Solo lo
agradeció con gran
cortesia.
-Gracias.
Leonardo seguia sonnendo
y se limpió las manos con
un poco de desinfectante de
alcohol mientras decía:
-Debes haber sabido acerca
de tu enfermedad.
Hermanita, ¿lo has hablado
con tus familiares? Si
necesitas una cirugía,
tendrás que asumir los
riesgos por completo.
Asegúrate de que tus
familiares estén al tanto.
No era sorprendente que
Leonardo también supiera
acerca de su enfermedad.
Luna simplemente salió sin
responderle
Realmente necesitaba
someterse a la cirugia, ya
que en esta cirugía ella
perderia su útero. Otra
opción era aceptar
tratamientos largos y
costosos, pero los
medicamentos podrían
resultar ineficaces… Y no
podría quedarse
embarazada en esta vida.
Luna sabia muy bien que
Miguel era un hombre
conservador. En su opinión,
las mujeres eran como
herramientas de
reproducción. Si Miguel se
enterara de que la hija en la
que habia invertido tanto
dinero. y esfuerzo tenía
problemas en este aspecto,
¿cómo reaccionaria?
Miguel solo seria aún más
cruel y despladado que
Andrés…
Después de salir del
hospital, Luna se sentó en el
coche temblando de miedo
e imponencia.
Capitulo 142
Luna fue la primera en
llegar al salón de clases,
pero al entrar, ya no sabia
dónde sentarse. Antes,
todos los escritorios estaban
ordenados en filas
individuales. Sin embargo,
ahora cada dos escritorios
se colocaban juntos y tenía
que buscar uno tras otro,
sin tener ni idea de quién
sería su compañero de
mesa.
Por lo general, Luna se
sentaba en la última fila. Un
rato después se dio cuenta
de que su escritorio
todavia estaba en su lugar
original. Todas sus cosas
estaban en su escritorio
junto con algo nuevo; un
sobre rosa con un corazón
dibujado y su nombre muy
estilizada mente escrito.
Luna dejó su mochila y se
sintió un poco curiosa. Era
cierto que tenía una buena
apariencia y también
habia recibido varias
confesiones de chicos, pero
cada vez que eso pasaba,
esos chicos siempre
terminaban siendo
intimidados y acosados por
otros. Por lo tanto, día tras
dia, nadie se atrevía a hacer
algo similar.
En realidad, Luna nunca
había tenido una relación
formal. En su vida pasada,
se casó con Andrés tan
pronto como se graduó de
la universidad. Después del
matrimonio, Andrés
siempre estaba muy
ocupado y llegaba a casa a
altas horas de la noche. Ella
se había acostumbrado a
esperarlo todas las noches.
Las actividades entre ellos
también eran muy básicas y
simples, por lo que Luna
nunca había sabido como
seria una relación cercana
entre una pareja. No habían
hecho las cosas normales,
que hace una pareja
común, como tomarse de la
mano, salir a comer, ver
una pelicula o incluso dar
un paseo juntos…
Luna decidió no leer la
carta y la guardó dentro de
su libro. El asiento junto a
ella estaba vacio Tampoco
sabía quién se sentaria alli
Tal vez solo era
simplemente una mesa
libre.
Eran las ocho y media de la
mañana. Luna se quedó
dormida apoyando su
brazo en el escritorio.
Escuchó los sonidos
causados por los
compañeros que entraban
al aula uno tras otro y
pronto se desperto con sus
pestañas temblando.
-¿Quién es ella?
-¡Maldición ¿Podria ser
Luna? Dicen que ya no
volvería a la escuela, ¿no?
¿Entonces, por qué está
aqui de nuevo?
-Seguramente sus
familiares la obligaron a
hacerlo.
-Maldita sea!
Vanos estudiantes no
paraban de hablar mal de
Luna. Pero Luna levantó la
cabeza y le reveló una
sonrisa con frialdad, luego
dijo
-Si no tienen nada bueno
que decir, será mejor que se
callen. Nadie los necesita,
asi que permanezoan
callados! Ademas, no
hablen mal de los demás,
especialmente cuando su
objetivo esta frente siempre
a ella simplemente no le
gustaba discutir con esas
personas, pero eso no
significaba que no tuviera
carácter.
Los alumnos de la clase
fueron llegando
gradualmente a las nueve
en punto, excepto algunos
que rara Vez asistian.
Isabel también entro al aula
rodeada por un grupo de
compañeras mientras les
comunicaba.
-Lamento mucho lo
ocurrido en la fiesta. En mi
cumpleaños recibia muchos
regalos y todos me
encantaron. ¡Muchas
gracias!
-De hecho, también
tuvimos comportamientos
bastante inapropiados.
Esperamos que no lo tomes
a mal-explicó una
compañera.
Isabel también respondió
con una sonrisa muy dulce.
-Claro que no.
-Por cierto, compre una
botella de perfume el fin de
semana pasado, ¿puedes
decirme qué te parece? Y.
¿me puedes ayudar a elegir
un tono de lápiz labial? He
estado bastante indecisa
durante mucho tiempo
-propuso la chica.
-¡Por supuesto! -aceptó
Isabel mientras veía a Luna
sentada en un rincón del
aula y se sorprendia-
Luna?!
Luego se acercó
rápidamente. Cuando sus
compañeras se dieron
cuenta de que la persona
fue Luna,
rodaron los ojos con total
desprecio.
En realidad, en ese
momento Luna tenia fuerte
dolor de cabeza. Tal vez
habia agarrado un resfriado
por
haberse mojado la noche
anterior. Cuando escucho la
voz familiar, levantó su
pesada cabeza y vio al
Isabel acercándose.
-Luna, pense que estarías
descansando en casa pasó
entre Andrés y tu anoche?
¿Por qué saliste
a medianoche de casa?
¡Liora se preocupó mucho
por til-dijo Isabel
-Entonces, ¿podrías hacer el
favor de dejar a Liora que
vuelva a mi lado?-preguntó
Luna con una
mirada sincera y amorosa
con sus bellos ojos claros.
Sin embargo, notó la fugaz
inquietud en el rostro de
Isabel.
Capitulo 143
En realidad, si ella estaba
vacilando, la respuesta ya
era bastante obvia. Después
de todo, Liora podía
hacer muchas cosas si vivia
con ella: lavar la ropa,
cocinar, limpiar la casa, etc.
Cada vez que regresaba
de la escuela, podria
disfrutar de la deliciosa
comida preparada por
Liora de inmediato. Era
evidente que
no se permitiria el lujo de
dejar que Liora se fuera.
Luna tosić ligeramente y su
voz sonaba ronca debido al
resfriado. Aprovechando la
oportunidad, Isabel
cambió de tema y dijo:
-Luna, no hables más. Mira
lo ronca que tienes la
garganta. Voy a comprarte
algo de medicina. Espera
un momento aqui y te
traere un vaso de agua
Isabel dejo rapidamente su
mochila y le trajo un vaso
de agua.
-Luna, bebe un poco de
agua -propuso.
-Déjalo. No quiero beber
agua ahora -respondió
Luna apoyándose en el
escritorio.
– Entonces iré a la
droguería a comprarte
medicina.
-No, no te preocupes. Solo
necesito un poco de
descanso. Tal vez sea
porque no dormi bien
anoche.
Isabel se agachó frente a
Luna y le preguntó
suavemente:
-Luna ¿Puedes contarme
qué pasó anoche, después
de que Andrés y tú salieron
de casa? ¿Te hizo algo malo?
¿Por qué estás afónica?
Luna sabia que a ella le
preocupaba si tenia alguna
relación con Andrés. Isabel
sabia muy bien cuanto le
gustaba Andrés, Era natural
que no pudiera quedarse
tranquila al saber que ellos
se habian quedado
solos.
Sin embargo, las palabras
de Isabel también le
recordaron las pesadillas
que había tenido, lo que
hizo que su tono se volviera
un poco más amable
-Si realmente quieres saber
qué pasó, puedes
preguntarle a Andrés.
Ahora no me siento muy
bien y no quiero mencionar
lo ocurrido anoche.
Isabel también se sintió
incómoda por sus palabras.
Su mirada reveló un
destello de molestia porque
le importaba lo que habla
sucedido la noche anterior.
Después de todo, cuando
Andrés regresó a casa, tenia
una expresión sombría en
su rostro. Ella le pregunto,
pero él no le dijo nada. Esa
sensación de incertidumbre
la hacia sentirse inquieta
todo el tiempo, temiendo
que Andrés traicionara las
promesas que le había
hecho. Aunque sabia que a
Luna le gustaba mucho
Andrés y queria pasar todo
el tiempo.con él. Sin
embargo, lo mismo le
estaba pasando a ella! Con
preocupación, Isabel
regreso a su asiento,
-¿Isabel? ¿Estás bien? -
pregunto preocupada su
compañero de escritorio..
-Estoy bien-respondió
Isabel con una sonrisa
bastante forzada.
La primera clase fue un
examen de matemáticas
Aguantando el dolor de
cabeza, Luna completó
todos los ejercicios en el
papel. Era un examen
corto, bien organizado por
el profesor que consistia en
preguntas de opción
multiple, cinco preguntas
de completar espacios en
blanco y varios problemas
aplicación. La última
pregunta era la mas dificil y
le llevo más de diez
minutos resolverla Cuando
termine, solo habia pasado
media hora Luna se dispuso
a descansar apoyándose en
el escritorio
El profesor se dio cuenta de
las acciones de Luna Negó
con la cabeza y suspiró
-Tenemos a una estudiante,
quien obtuvo buenas notas
en el último examen
mediante algunos trucos
ocultos, y ahora muestra
falta de respeto hacia la
clase y el profesort Espero
que entiendan que, aunque
todos ustedes vienen de
familias adineradas, sin los
conocimientos necesarios,
solo se avergonzará cuando
salgan de la escuela Isabel,
tu también obtuviste
buenos resultados en el
último examen A partir de
ahora, seras mi asistente de
clase. Después de la clase,
ven a mi oficina a recoger
los conjuntos de ejercicios
de las últimas dos
competencias matematicas
Si encuentras algo que no
entiendes, puedes pedirme
ayuda en cualquier
momento que lo necesite
Isabel echó un vistazo a
Luna que todavia estaba
descansando y obedeció
-De acuerdo, profesor.
Luna no se siente bien, asi
que llevare su papel de
examen a su oficina
despues de la clase
El profesor solo admitió
friamente y continuó con la
clase:
-Muy bien, sigamos con la
clase. Saquen el papel del
último examen y revisemos
los problemas que
aparecieron
Capitulo 144
Tenian dos clases seguidas
de matemáticas por la
mañana
Luna se sentia resfriada y
tenia un poco de fiebre. Por
lo tanto, Isabel queria
buscarla para ayudarle con
su examen, pero Luna se
habia levantado de su
asiento y se dirigió a la
enfermería Isabel notó que
Luna no habia bebido el
vaso de agua que le habia
traido, asi que decidió
vaciarlo y servirle uno
nuevo y caliente
Mientras sacaba el vaso,
también sacó el examen
que todavía estaba en el
escritorio y echó un vistazo
a las respuestas de Luna. Se
dio cuenta, de que había
dos respuestas diferentes en
las cinco preguntas de
opción y comenzo a dudar
Quizas sus respuestas eran
incorrectas?
Confundida, Isabel pidio
ayuda a Olga Valbuena,
quien ocupaba el segundo
lugar en la clase y quien
además era la monitora
Antes de que Luna se
convirtiera en la primera de
la clase, Olga ocupaba ese
lugar. Sin embargo, habla
una gran diferencia entre
ellas dos. Además, Olga
habia deseado estar en la
clase uno, pero con sus
calificaciones, parecía poco
probable que lo lograra a
menos que mejorara
rapidamente en el examen
final. Además, provenia de
una familia adinerada que
dirigia una gran
empresa en la ciudad. Sin
embargo, fue superada por
una “campesina” en los
estudios, lo que la hacia
sentirse muy indigna.
Isabel se acerco a ella y le
pregunto:
-Olga, tengo una pregunta
que hacerle. ¿Qué
respuestas elegiste, en las
últimas preguntas de
opción en el examen?
Olga ajustó un poco los
gafas pesadas y respondió:
-Ya terminamos el examen,
¿por qué me preguntas eso?
Eres la asistente del
profesor y se supone que
debes ser la mejor de la
clase.
Isabel percibió su tono de
odio y molestia, pero aún
respondió con una sonrisa
suave:
-Es que no estoy segura.
Obtuviste, mejores
calificaciones que yo en el
último examen, asi que
queria pedirte ayuda. Si no
tienes tiempo, está bien
Olga guardó su boligrafo en
el estuche y le respondió:
-Revisé la cuarta pregunta
varias veces y creo que la
respuesta es la opción A. En
cuanto a la quinta pregunta,
no estoy segura, pero elegi
la opción B
En serio? Parece que
tenemos respuestas
diferentes. Pero no
importa. Primero tengo que
llevar los papeles a la
oficina dijo Isabel

En ese momento Olga noto


que el examen en las manos
de Isabel era el de Luna, y
comentó:
Estas son las respuestas de
Luna? No creo que alguien
que obtuvo el primer lugar
haciendo trampa
tenga un futuro
prometedor
isabel Jelendio a Lunar
Luna sempre ha trabajado
duro en casa. Monitora,
espero que no hables sin
pruebas.
Olga la contradijo con
desprecio no me crees,
podemos revisar su examen
juntas Te garantizo que
ninguna de sus respuestas
está correcta
Muchas personas tambien
escucharon la conversación
y se interesaron. Por lo
tanto, todos se acercaron
para presenciar este
alboroto y comentaron
De acuerdo Tambien
quiero ver que mas pudo
escribir Luna en el
examen.
-Tal vez todas sus
respuestas sean incorrectas.
Si ella puede obtener los
cinco mejores lugares sin
hacer trampa
-Si pudiera obtener las
respuestas correctas antes
de los exámenes,
seguramente obtendría
calificaciones aun mejores
Mi padre estaria loco de
alegría y organizaria una
gran fiesta en el Excelencia
Lider
Sin embargo, Isabel no
acepto la propuesta de
inmediato, sino que la
rechazó
-Pero este es el papel de
examen de Luna, no
podemos hacerlo sin su
permiso….
Al terminar sus palabras,
alguien se le arrebató y lo
puso frente a Olga,
diciendo.
-Tan solo queremos
estudiar, los buenos
ejemplos dados por uno de
los cinco mejores
estudiantes de todo el año
Eso no tiene nada que ver
contigo.
-Exacto! Olga, revisalo para
ver si Luna realmente sabe
como hacerlo.
-¡Vamos, vamos!
-No, no, eso es incorrecto
insistió isabel, pero alguien
le impidió.
Capitulo 145
Olga saco su boligrafo y un
papel en blanco, luego dijo:
-Asi que vamos a revisarlo
juntos.

Era un dia nublado, con la


nieve empezando a
derretirse. El viento soplaba
suavemente su aire frio y
humedo, haciendo caer las
gotas de agua que colgaban
de las hojas de los árboles.
Una gota cayó justo
en in nariz de Luna y la
hizo temblar un poco por el
frío Luna se envolvio en
una gruesa bufanda,
mientras se dirigia a la
enfermería de la escuela.
Cuando llegó,
el doctor le tomo la
temperatura. Era cierto que
tenia un poco de fiebre.
El doctor le pregunto
-Tienes fiebre Sientes algun
otro malestar en tu cuerpo?
¿Tienes mucosidad en la
nariz?
Luna afirmo y respondio.
-Si
-Me esperas un momento.
Voy a darte una receta y
toma las medicinas durante
dos días. Si la fiebre no
disminuye, tendras que ir al
hospital.
-Muchas gracias
Luna salio de la enfermeria
con una bolsa de medicinas
en la mano. Caminaba con
la cabeza agachada y
las manos en los bolsillos de
su abrigo del uniforme. De
repente, una figura vestida
con un traje negro y
zapatillas deportivas
blancas bloqueo por
completo su camino.

-Ho hola
Luna levantó la mirada y
vio a un chico corpulento
que la miraba El chico
media alrededor de un
metro
ochenta. Su cabello estaba
grasiento y bastante
desordenado, parecia que
llevaba varios dias sin
lavarlo o estaba mojado por
la lluvia
Luna le preguntó
confundida
-¿En qué te puedo ayudar?
El chico tartamuded, pero
siguió mirándola con una
sonrisa estúpida, luego le
dijo.
Jeje. ¡Eres muy guapa!
¿Puedes ser mi novia?

-Ja, ja, ja, ja..!


Luna escuchó risas
provenientes de la cancha
de baloncesto que se
encontraba muy cerca Miró
en esa dirección y se dio
cuenta de un grupo de
chicos desconocidos
alborotando. Apartó la
mirada y respondió al
chico
-Compañero, los exámenes
están cerca. No necesitas
prepararte un poco?
-No. Mi familia gestiona
una empresa petrolera y mi
padre tiene mucho dinero.
Si no puedo entrar a la
universidad, mis padres
tendrán sus propias formas
de resolverlo Jeje ¿Puedes
ser mi novia? Puedo
darte mucho dinero y todos
los bocadillos quete gusten,
también puedo comprarte
las faldas muy bonitas
-Lo siento, pero no quiero
tener una relación ahora -
Luna lo interrumpio.
Luna lo rechazo, no por su
apariencia o aspecto, sino
porque en este momento
no le convenía pensar en
ese tipo de cosas.
-También hay muchas
otras chicas bonitas en la
escuela, pero no soy la
adecuada parati Podries
preguntarles a otras chicas.
Sin embargo, el corpulento
respondió de inmediato:
-Pero solo tú me gustas
Ellas no son lo
suficientemente guapas en
comparación contigo Serás
la única chica elegida en mi
vida
Luna respiro
profundamente y se rio a
regañadientes. Siguio
explicando.
-Mira, no se quién te
convenció para que me
dijeras, esas palabras tan
aburridas, pero estoy
segura de que yo, no te
gusto en realidad. Todo lo
que sientes ahora es solo
por la novedad ¿Sabes qué
es el amor real?¿Me conoces
lo suficiente? Esta es la
primera vez que nos vemos
y ya me dices estas cosas
Sabes qué? ¡Una persona
debe asumir la
responsabilidad de sus
palabras!
El chico quedo confundido
y se rasco la nuca mientras
decia más tiempo continua
-No entiendo lo que dices.
Si puedo pasar a
conocerte mejor, ¿podrías
convertirte en mi novia? No
te preocupes. ¡Aseguro que
mi padre estará de acuerdo
con nuestro matrimonio!
Además, ¡mi familia tiene
mucho dinero!
Este lio, empeoró el dolor
de cabeza de Luna Sabia
que todos los estudiantes en
esta preparatoria
provenian de familias
adineradas o con alto
estatus. En comparación
con ellos la situación
financiera de la familia
Garcia definitivamente no
podia competir ni siquiera
en la clase media entre
ellos. Además,
considerando la supuesto
carrera de Miguel, sus
acciones ocultas ya valian
una condena a muerte.
Eran todos trucos bastante
sucios que las personas de
estas familias adineradas
menospreciaban
estrechamente relacionadas
con el destino de muchas
familias. Una vez que se
metiera en problemas,
definitivamente habría
muchos que querrian verlo
muerto
Capitulo 146

La “conversación” entre los


dos, no terminó sino hasta
que llegó el tiempo para la
próxima clase. Si Luna
hubiera sabido lo que
ocurriría hoy en la escuela,
preferiria mejor haberse
quedado en casa. Sin
embargo, justo cuando
estaba a punto de sentarse
en su propia asiento, la
directora la llamó para
fuera a la oficina.
Al entrar a la oficina. Luna
vio que la directora estaba
buscando algo en el cajón y
mientras le decía:
-Puedes tomar asiento
Luna tomó una silla y se
sentó para esperarla.
Pronto, la directora sacó
una hoja de papel y le dijo:
-Has faltado muchos dias a
clases. Te llamé varias
veces, pero nadie
respondió. Luna, has
tenido algún problema en
casa?
que Su directora era la
maestra de español de la
clase seis llamada Inés
Fernando Después de que
Carolina dejara la escuela,
Inés se convirtió en la
directora de su clase. De
hecho, incluso cuando
Carolina todavia estaba en
la escuela, Inés se encargaba
de la mayoría de los
trabajos administrativos de
la clase
Luna también tenía una
buena impresión de ella,
porque Inés era una
persona bastante amable y
amigable con todos. Al
menos, no era tan falsa
como Carolina, quien
siempre se acercaba con
malas intenciones. Por lo
tanto, Luna respondió
cortésmente:
-No, nada, maestra, ¿por
qué me llamaste?
Ines le entrego la hoja de
papel y le dijo:
-Este es un cuestionario,
sobre la elección de
universidad que todos tus
compañeros ya han
completado. Visitamos tu
casa, pero no había nadie.
Ahora que estás en la
escuela, debes completarlo
primero. El director
también está
presionándome para
resolver esto rápidamente.
Además, tu padre
tampoco asistió a la última
reunión de padres…
Luna bajó la cabeza y
agarró el dobladillo de su
camisa, sin saber cómo
responderle a todas sus
preguntas. Miguel nunca se
preocupaba por ella. A
veces, incluso dudaba si
realmente era su hija
biológica. Parecia que
Andrés era mucho más
importante que ella. Incluso
sospechaba que Andres
fuera su verdadero hijo
biológico.
-Sé algo sobre tu situación
familiar. Pero debes
entender que tu destino
está en tus propias manos.
Si aceptas el arreglo que tu
familia te ha dado, me
pareceria una gran lastima.
Eres una chica muy
hermosa me agrada
bastante, pero si solo usas
tu apariencia para obtener
el reconocimiento de los
demás,
ese tipo de aprecio no
durará por mucho tiempo.
Lo que más aprecio es una
estudiante con que
conocimientos y cultura
propios. Hoy te he dicho
muchas cosas y espero que
no te molesten. Eres mi
académico y creo que ese es
tu verdadero nivel. Aunque
hay rumores falsos en la
clase, espero que no te
afecten. Porque todos los
hijos de las familias
adineradas, sin importar
que tan buenas sean sus
calificaciones académicas,
estudiarán en el extranjero
y luego regresarán para
heredar los negocios
familiares y llevar una vida
lujosa. Son pocas las
personas que tienen la
capacidad de sobrevivir en
esta sociedad de manera
independiente. La última
vez mencionaste que
querías ingresar a la
Universidad Normal de
Boscosa en la Ciudad
Boscosa… Para ser honesta,
preferiría que vayas a la
Universidad de Astraluna.
Si es posible, espero que te
esfuerces un poco más por
obtener el primer lugar en
la ciudad.
En realidad, Luna ni
siquiera se atrevía a pensar
en tener su propia vida en
el pasado, así que levantó
la cabeza y preguntó
incrédula:
-¿Estos son los verdaderos
pensamientos suyos?
Inés se quedó muy
confundida por su pregunta
y dijo:
-La universidad ha sido el
objetivo de muchos
estudiantes. Ya que tienes la
capacidad para lograrlo,
por que no hacerlo? Luna,
el estudio es la forma más
sencilla de cambiar el
destino de una persona,
algo que otras personas no
pueden decidir por ti. Por
eso espero que lo
reflexiones seriamente y
tomes la decisión de seguir
estudiando en la escuela o
continuar con tus
actividades
extracurriculares. No
quiero perder a una alumna
tan talentosa. Si no dejas de
esforzarte y sigues
trabajando duro, estoy
segura de que podrás
alcanzar grandes logros en
el futuro.
Despues de escuchar esas
palabras, Luna se quedó
muy pensativa. Porque en
el pasado, casi todas las
cosas en su vida fueron
decididas por Miguel. Rara
vez tuvo la oportunidad de
tomar una decisión. No
importaba si en esta vida o
en la anterior, parecía que
había estado llevando una
vida que podria ver el final:
después de obtener el titulo
universitario, tendria que
llevar a cabo el matrimonio
por conveniencia
en los negocios de Miguel,
luego se convertiría en una
“ama de casa” sin su propia
carrera. Eso era todo lo que
ella valia en las opiniones
de Miguel.
Tambien habia pensado en
que, si se alejaba de la
familia García y no
dependia del dinero de
esta, podria ser la única
forma de liberarse por
completo de su destino
preestablecido
-Si puedes ingresar a la
Universidad Astraluna,
tendria oportunidad de
realizar intercambios en el
extranjero. Cuando seas lo
suficientemente destacada,
podrás liberarse de los
limites de la familia -dijo
Inės.
-¿Estudiar en el extranjero?
Luna reflexionó sobre eso.
Quizás, estando en el
extranjero sería la mejor
manera para romper los
lazos con la familia Garcia.
Capitulo 147
De esta manera, Andrés no
podria hacerle nada más
mientras se vengaba de
Miguel. En ese momento,
Luna parecía haber
comprendido algo muy
trascendental para ella. En
el pasado, nunca habia
salido de la Ciudad
Astraluna y llevaba una vida
como un pajaro enjaulado.
Se dio cuenta, de que había
estado
atrapada en un matrimonio
vacio con una mente
estrecha sin ningún tipo de
visión profunda de este
mundo.
La universidad podria ser
su única oportunidad.
Luna completo el
cuestionario y decidio
considerar la Universidad
Astraluna como su primera
opción.
Después de ingresar a la
universidad, participaria en
proyectos de intercambio
en el extranjero, dejando
asi atrás a la familia Garcia
y regresando después de
tres o cinco años. En ese
momento, incluso si
Miguel dejara de apoyarla
economicamente, ya sería
capaz de mantenerse por si
misma. Tal vez, después de
vanos años de desapanción,
Miguel habría olvidado por
completo a su infeliz e
insignificante
Y a Miguel habria fallecido
y toda la familia Garcia
quedaria en manos de
Andres debido a su
exitosa venganza exitosa
Pero todo eso le daria igual
si pudiera liberarse del
control y disfrutar de la
hermosa vida que solo le
perteneceria a ella
Sin embargo, en su vida
anterior, Ines nunca le
habla dicho esas palabras.
Probablemente las cosas
que sucedieron en la vida
pasada, no seguirian
ocurriendo de la misma
manera ahora. Otra
posibilidad era
que su destino, ya habia
cambiado por completo
desde el principio. Sin su
intervencion, Isabel podria
llevar una buena vida y
finalmente casarse con
Andres, evitando los
remordimientos y el dolor
que habia sufrido en la vida
pasada
Todo lo que necesitaba
hacer era esperar tres años
mas. Despues de haber
pasado una decada en un
matrimonio doloroso, no
permitiría que estos tres
años la afectaran
Cuando Luna regreso al
aula, la clase ya casi habia
terminado. La última fila
solia estar vacia, pero
ahora Sergio y sus amigos
tambien estaban alli, por lo
que ahora estaba bastante
llena
Al sentarse, se dio cuenta de
que alguien habia movido
sus cosas, del sitio, ya que
todas las hojas de
borrador utilizadas para el
examen estaban esparcidas
por todo el escritorio. No
sabia que había pasado
mientras no estaba, pero ya
no le importaba Pronto se
cambiaría a otra clase.
Este era un requisito que le
había propuesto a Inés. Ella,
podria elegir la Universidad
Astraluna como su
primera opción y también
podria esforzarse por
obtener el primer lugar en
el examen de ingreso de
universidad de la ciudad,
pero su única solicitud era
cambiar de clase. Ya habia
sufrido mucho en casa
debido a la opresión de
Andrés, si aun tenia que
soportar las intimidaciones
de Sergio en la escuela,
definitivamente se
terminaria volviendo loca.
Se dio cuenta de que Sergio
y Bruno se sentaron detrás
de Isabel, entre ellos había
un pasillo.

Antes de que pudiera abrir


el libro, sonó la campana
que anunciaba el final de la
clase. El profesor de
matemáticas no solia
ocupar el tiempo de
descanso, así que Ana
corrió hacia ella tan pronto
como el
profesor se fue y le
preguntó con gran
curiosidad:
-Luna, ¿por qué te tardaste
tanto tiempo en la oficina?
¿Qué te dijo Inés?
Luna sacó la bolsita con
medicinas y se tomó una
pastilla de Ibuprofeno.
Luego le respondió:
-Nada en especial.
Hablamos sobre la elección
de la universidad.
-Pero hablaron de solo un
tema durante todos los
cuarenta minutos?
Definitivamente tienen
secretos –
exclamó Ana y su voz atrajo
la atención de muchas
personas.
Capítulo 148
-Voy a cambiarme de clase
a Clase Uno -dijo Luna en
un tono bastante relajado.
Se levantó y se acercó al
dispensador de agua para
servirse un vaso de agua y
tomar la medicina. Sin
embargo, al terminar de
hablar, el aula se llenó
rápidamente de ruido y
grandes murmullos.
Algunas personas la
cuestionaron y se burlaron:
-¿En serio? Si ella logra
cambiarse de clase
haciendo trampa, aseguro
que no durará mucho
tiempo allí.
En Clase Uno la carga
académica es mucho más
pesada. Apuesto a que no
aguanta alli más de tres
días.
-De acuerdo Para lograr
eso, incluso hizo trampa en
los exámenes!
-Yo preferiria morir antes
que hacer todo eso.
Cuando Ana escucho esas
terribles palabras, se
enfurecio y los contradijo
de inmediato
-Luna no hizo trampa en
los exámenes! ¿Lo han visto
acaso? No olviden que
acaban de revisar su
examen de matemáticas y
todos estaban correctos! Si
no tienen la capacidad de
obtener buenas notas
y culpan a los demás,
deberian sentirse bastante
avergonzados! En mi
opinión, ¡dijeron esas
palabras
solamente por envidia!
¿Ellos habian revisado su
examen de matemáticas?
Luna observó a Isabel con
gran curiosidad, pero esta
le dirigió una mirada
inocente y de
remordimiento. Luna
entendió todo a través de su
mirada, y sin decir
da más, volvió a su asiento
y se sento. Aunque Ana
estaba hablando por ella, no
necesitaba que la
defendieran de nada
Solo recogió todas sus cosas
en silencio y estaba a punto
de irse del aula
-Lunal llamó Isabel
Se levantó del asiento
queriendo alcanzaria, pero
fue detenida por su
compañera de escritorio,
quien le
dijo.
-Déjala ir. La próxima clase
va a empezar
Apoyándose en su
escritorio, Luis se inclino
hacia atrás y miró a Brunos,
luego le hizo una señal
silbando.
Al escucharla, Brunos le
devolvió la mirada.
Luis alzó un poco las cejas y
preguntó
-¿De verdad se ha cambiado
de clase?
Brunos encogió los
hombros y respondió
¿Quién sabe?
¡Basta y dejen de hablar!
Sergio fue pesadamente
despertado por los ruidos y
grito Después de calmarse,
en un vistazo al asiento
vacio de Luna Molesto, di
unas patada fuerte a la silla
y golpee la puerta antes de
irse directamente
-Sergiol ¿Adónde vas? La
clase está empezando gritó
Luis.
Cuando Lans intentó
alcanzarlo, Brunos lo
detuvo Luis no entendió
¿Por qué me detienes?
Brunos solo respondió
brevemente
no te metas en cosas que no
te incumben
¿Que quieres decir Eso
definitivamente me
concierne Somos amigos de
Sergio Ya que se ha ido,
por que nos quedaremos
aquí?
-Si te involucras ahora, solo
te buscarás problemas.
Puedes ahora y no te
defendere mas
Bruno perezosamente
Bruno se sento en el asiento
de Sergio y murmuro con
rabia.
¿Qué diablos estás
diciendo? Explicame
Pero Brunos ya no estaba
dispuesto a responderle,
solo dijo
Que idiota!
Cuando sono el timbre para
el mica de la clase, Luna ya
habia llegado al primer pis
Sin embargo, de
repente una figura apareció
frente a ella y le bloquen el
camino. Luna se detuvo en
las escaleras del
pasillo Era Sergio
En el aula habia calefacción,
así que se habia quitado la
chaqueta del uniforme
Ahora salio llevando
solamente un suéter negro
con el cuello expuesto al
aire, como si no sintiera el
frio invernal
Luna cambió ligeramente
de dirección, quería pasar
junto a el Antes de que
pudiera dar unos pasos
más
Sergio dijo
Luna, eres realmente una
persona capaz, eh?
Mientras hablaba, sacó un
cigarrillo del bolso y lo
encendio con total
indiferencia Después de
exhalar
una-bocanada de humo,
continuó

-¿Crees que todo terminará


de esta manera?
Luna detuvo sus pasos
lentamente y respondió sin
darse la vuelta:
-Si desparezco de la Clase
Seis, nadie te molestara, no
es asi? Sergio, tengo debo
decirte que no te
debo nada.
Sergio se rio por sus
palabras:
-Si, no me debes nada,
¡pero Andrés sil Eres su
hermana, ¿cómo es posible
que te deje en paz? Ya que
se te ocurrió la idea de
cambiarte de clase, ite
aconsejo que te cambies de
la preparatoria también!
“¿Está loco?”, penso Luna,
pero solo respondió
tranquilamente:
no
-Pronto lo haré. Sergio, en
poco tiempo no44 volverás
a verme nunca más. Los
exámenes ya están cerca,
ve a prepararte un poco
Adiós
Capitulo 149
Luna caminaba por la acera
y la nieve ya se estaba
derritiéndose. Un viento
frío soplaba, lo que la hizo
toser de nuevo.
Rápidamente entró en la
biblioteca y se sentó en su
lugar habitual. Su única
oportunidad de liberarse
era ingresar a la
Universidad Astraluna y
conseguir una beca de
intercambio en el
extranjero. Si Miguel se
diera cuenta de sus grandes
esfuerzos, tal vez cambiaría
de opinión. Quizás un día
pensaría que su hija no
seria solamente una
herramienta de
intercambio de interés
financiero, sino que ella
también podría ser el
sustento de la familia
Garcia.
Afuera de la gran ventana,
comenzó a nevar
nuevamente. El rostro
tranquilo y hermoso de la
chica que
estaba estudiando
detenidamente se reflejaba
en el cristal, emanando un
aura elegante y pacifica
Después de estudiar varias
horas. Luna sintió un poco
de hambre. Miró su móvil y
se dio cuenta de que
ya era hora de cenar. De
repente, un mensaje saltó
en su pantalla
-Luna, espero que te guste
el regalo que he preparado
para ti.
Luna no se atrevió a olvidar
los “consejos de Andrés, por
lo que no respondió ese
mensaje de Gabriel,
incluso eliminó toda la
historia de chat que tenia
con él. Si no hubiera
experimentado las cosas
malas, tal vez se habrían
convertido en grandes
amigos. Lamentaba por no
haberlo reconocido en su
primer
encuentro, a este chico tan
bueno. Pero ella no se
arrepintió, porque la habia
salvado. Por lo menos, su
vida todavia no habia
terminado en ese fatal
momento como en la vida
pasada. En su corazón,
Gabriel era el mejor regalo
del Dios en esta vida. Por lo
menos, él era la única
persona capaz de hacerla
feliz
Cada vez que se encontraba
en problemas, él siempre
apareceria alli frente a ella
para consolara,
charlando con ella,
acompañándola a la
exhibición de arte… Y el
secretito que solo les
pertenecia..
Andres era una persona
oscura, cruel, despiadada y
de mente bastante estrecha.
Cuando todavia era un
subordinado común de
Miguel, habia realizado
muchas cosas ilegales. En
total, era una persona que
podia hacer cualquier cosa
para lograr su objetivo.
Aunque Gabriel se habia
recuperado por completo
de
su henda en las piernas, si
Andrés realmente tomara la
decisión, con su mente
astuta, podria hacer que
volviera a su anterior
estado de discapacidad, sin
que nadie se diera cuenta.
Ella ya no quería lastimar a
ninguna persona inocente
“Gabriel, tal vez nunca nos
volvamos a ver en el futuro.
Adios..”, penso Luna
Se levantó de la silla para
relajarse un poco el cuerpo.
Después de que Liora se
fue, aunque Emma habia
aprendido a cocinar por
Liora, la comida preparada
por ella no era tan buena
como la preparada por
Liora. Por lo tanto, habla
comido muy poco en casa,
a veces preferia quedarse
con hambre. En su
mochila habia algunas
galletas y pan, planeaba
considerarlos como su cena
de hoy. Mientras comia el
pan, de repente escuchó un
gran ruido y un libro nuevo
cayó frente a ella en la
mesa. Luna se quedó
totalmente estupefacta,
dejó de comer y dirigió una
mirada asustada a la
persona que estaba parade
frente a ella, preguntando:
-¿Por qué estás aquí?
Sergio se sentó
perezosamente en la silla y
señaló con la cabeza hacia
el libro en la mesa. Dijo:
-Los exámenes están cerca
Ayúdame a repasar el libro.
Luna se quedó sin palabras
por completo, como si
hubiera escuchado una
broma. Como una personal
que la adiaba demasiado,
¿Sergio le estaba
acercándose para pedirle
ayuda?
-Lo siento, no tengo
tiempo. Puedes pedirle
ayuda a Isabel.
Luna bajó la cabeza y siguió
con el estudio. Sergio
permaneció alli de brazos
cruzados, mirándola con su
rostro totalmente sombrío.
Luna apretó ligeramente
los labios y explicó:
-Sergio, he estado haciendo
todo lo posible por evitar
aparecer en tu vista.
Entiendo que me odias, por
eso cambié de clase y, en el
futuro no estaremos en la
misma clase. En el próximo
medio año, tengo muchas
cosas que hacer. Si
realmente necesitas ayuda
en los estudios, podrías
pedirselo a Isabel. Siempre
hay problemas bastante
desagradables cuando
estamos juntos en el mismo
lugar. No te estoy
mintiendo, simplemente no
tengo tiempo para hacerlo.
Sergio levantó ligeramente
las cejas y reveló una
sonrisa fría, diciendo:
-Qué persona
desagradecida… Luna
Garcia, ¿has perdido por
completo la razón? Eres
realmente igual que tu
maldito padre.
Al terminar de hablar, se
levantó y se fue
directamente con su libro.
Luna se quedó confundida
en lo absoluto. Fijó la
mirada en la figura que se
alejaba, sin saber qué le
habia pasado
Capitulo 150
Eran las cinco y media de la
tarde y, finalmente, Luna
podía regresar a casa. Se
sentia mucho mejor,
aunque todavia tenia un
poco de mareo y
congestión nasal.
Gracias a la indiferencia de
Miguel hacia ella, él no
sabria su decisión tomada
en la escuela. No salió de la
escuela sino hasta las seis en
punto y se encontró con
Isabel y Alvaro en la
entrada. Parecía que Álvaro
estaba hablando de algo
con Isabel, quien ya estaba
en el coche. Sentado en el
asiento del conductor,
Álvaro miraba
impacientemente su reloj
de vez en cuando, hasta que
vio su esbelta figura.
Se acercó a ella
rápidamente y Luna
también se dirigio hacia él,
mientras preguntaba:
-Alvaro, ¿qué pasa?
Álvaro era un leal
subordinado de Andrés. En
su vida pasada, incluso fue
él quien le entregó el
acuerdo de divorcio
-Paco pidió un dia libre, asi
que vine a recogerla a
usted, al igual que a la
señorita Isabel. Si mal no
recuerdo, ustedes dos están
en la misma clase, ¿pero
por qué sales tan tarde? -
pregunto,
Después de tantos años
trabajando junto a Andrés,
Álvaro se había vuelto muy
bueno ocultando sus
propios sentimientos. Tenia
la habilidad de controlar
sus acciones y expresiones,
incluso si en fondo su
corazón odiaba a Luna,
En su vida pasada, Luna
siempre hacía todo lo
posible para complacer a
sus asistentes, para asi
acercarse más a Andrés y
conocer su agenda. Ahora,
pensándolo bien, se dio
cuenta de lo tonta que
habia sido.
En realidad, Luna pensaba
que Paco no había pedido
un dia libre. Debia haber
sido seleccionado por
Andrés, pero ella no sabia
cuál era su verdadera
intención. De todos modos,
no estaba dispuesta a subir
al coche de Alvaro, por lo
que dijo tranquilamente
apretando los labios.
-Andrés solo te pidió que
vinieras a recoger a Isabel.
Entiendo que yo nunca
estaria en esa lista, asi que
no necesitas hacerlo. No te
preocupes, puedo volver a
casa en autobús Lamento
mucho haberte hecho
esperar durante tanto
tiempo.
Álvaro frunció el ceño y la
detuvo con la mano,
mientras decía con un tono
duro e innegable:
-Señorita, estos dias la
ciudad no es tan segura. Si
te encuentras en peligro
sola, sera mi negligencia
Por eso, por favor, le
agradezco y suba al coche.
Para él, Isabel tenia un
carácter mucho mejor que
ella. Luna siempre hacia las
cosas a su manera, lo que
realmente le disgustaba Si
no fuera por la orden de
Andres, ya habria partido
hace mucho tiempo, sin
-Señorita Luna, por favor
insistió
En ese momento, se oyó
otra voz gentil y muy cortès
desde no muy lejos. Luna
siguió la voz y vio a un
hombre acercandose con
una sonrisa amable. Era
Adolfo.
Adolfo afirmó ligeramente
con la cabeza mientras les
saludaba
-Cuánto tiempo, señorita
Garcia
-Buenas noches, señor, ¿Por
qué estás aqui? -saludo
Luna.
Adolfo miro a Alvaro que
estaba al lado de Luna y le
dijo.
-Este debe ser el asistente
del señor Andres, ¿verdad?
Alvaro se sorprendió al ver
que este hombre lo conocía.
De hecho, el también
conocía a Adolfo y sabia
que era una persona que
estaba junto al presidente
ejecutivo del grupo
Sanchez. Se habian visto
mutuamente una vez en el
ascensor. Para mostrar su
respeto, Álvaro extendió la
mano y se presentó
-Encantado, soy Alvaro
Gomez
Ado fo estrecho su mano y
devolvió el saludo de
manera muy sencilla:
-Mucho gusto.
Despues solto su mano y
miro a Luna y le dijo:
-Señorita, tal vez necesite
ocupar un poco de su
tiempo. Mi jefe tiene algo
muy importante que
informarle
Alvaro queria detenerla
-Pero..
Antes de que pudiera
terminar sus palabras,
Adolfo lo interrumpid:
-Señor, estoy hablando con
la señorita
Adolfo tenia un ambiente
bastante persuasivo.
Aunque todavia mostraba
su sonrisa amable, su
mirada era tan afilada
como un cuchillo. Todo el
mundo sabia el alto estatus
social de la familia Sánchez
y, la Ciudad Astraluna
ahora estaba bajo el control
de ellos. Sin embargo, Luna
no sabia si podrían evitar el
destino de ser devorada por
Andrés…
Luna se adelanto y dijo:
-Alvaro, puedes irte
primero. Adolfo me llevará
a casa.
Álvaro aceptó, pero con una
expresión bastante
desagradable:
-Está bien. Scñorita,
recuerde regresar a casa
temprano,
Adolfo era subordinado de
Gabriel, desde el punto de
vista de Álvaro, cada
palabra y acción de este
hombre podria representar
a el grupo Sánchez, por lo
que no quería causar
ningún tipo de problemas
en este momento.
Mientras Álvaro hablaba,
Adolfo también fijó su sutil
mirada y profunda en este
joven. Después de que se
fue Alvaro, Adolfo le dijo a
Luna:
-Señorita, sigame por
favor.
-De acuerdo, gracias -
respondió Luna.
Capitulo 151
Adolfo caminaba
discretamente detrás de
Luna y le dijo:
-Señorita García, siendo la
señorita de la familia
García, es mejor que
mantenga su carácter fuerte
para evitar que algunas
personas se lleguen a
aprovechar de usted y salga
perjudicada.
Adolfo siempre hablaba
directamente y nada
escapaba a su mirada. Luna
le sonrió ligeramente y
afirmó
con la cabeza, diciendo:
-Tiene toda la razón.
-Tanto el señor como yo
esperamos que usted se
cuide bien y no sufra más
daño. -continuó Adolfo.
En ese momento, el
corazón de Luna se
encogió, ¿qué quería decir
con eso? ¿Acaso él lo sabía
todo?
Isabel miró por el espejo
retrovisor y vio que Luna se
subía a un lujoso coche. En
Astraluna, poca gente
podía tener un coche asi.
Álvaro se sento en el
asiento del conductor y
Isabel preguntó:
-¿Luna no va a regresar con
nosotros?
Álvaro abrochó su cinturón
de seguridad y respondió:
-La señorita tiene algunos
asuntos que atender, así que
primero te llevaré de
regreso.
-Gracias
Si Luna hubiera sido tan
obediente como Isabel,
habría evitado causarles
tantos disgustos a las
personas y, habría sido una
preocupación menos para
Andrés.
El coche avanzó durante
unos veinte minutos y ya
eran casi las seis y media. El
cielo se había oscurecido
y las luces de la calle
iluminaban muy bien el
camino. Luna tenía la
extraña sensación de que
algo no estaba bien.
-Adolfo, ¿a dónde nos
dirigimos?
-Llegaremos pronto,
señorita.
Poco después, el coche se
detuvo en un lugar.
El chofer de seguridad
rodeó el coche y abrió la
puerta para Luna.
Adolfo dijo:
-Señorita, camine recto
desde aquí y llegará.
Estaban en una plaza
peatonal, que era uno de los
lugares más concurridos de
la capital y estaba lleno de
puestos de comida.
Luna no sabia qué hacer.
Siguió las indicaciones de
Adolfo y caminó paso a
paso hacia adelante.
Después de caminar unos
dieciocho pasos, una niña
pequeña sostenía una rosa
en una mano y tomaba
la mano de su madre con la
otra. Corrió alegremente
hacia Luna y dijo:
Hermana bonita, ¡feliz
cumpleaños!
La madre de la niña
también se acercó y dijo:
-Señorita García, ¡feliz
cumpleaños!
Luna se sorprendió y sintió
una extraña y
conmovedora sensación en
su corazón. Esta emoción
era realmente inexplicable,
ya sea en su vida pasada o
en la presente, nunca había
sentido algo así antes.
Su corazón parecía estar
lleno de un sentimiento
muy curioso.
-Gracias… gracias…
La niña señaló hacia
adelante y dijo.
-Hermana bonita, ¡debes
seguir adelante! Ten
cuidado de no perderte.
-Está bien.
Miró a la niña, que tenía
unos cinco o seis años, con
dos trenzas adorables y un
vestido muy bonito. Le
encantaba mucho esa niña.
Luna siguió caminando en
esa dirección.
Cada dieciocho pasos, una
madre e hija le entregaban
una rosa.
Lo que le preocupaba no
eran las flores ni lo que
estaba por delante, sino si
su hijo de la vida pasada, si
no hubiera muerto, sería
tan animado y adorable
como estos niños.
Pero ¿qué podía hacer?
En esta vida, nunca podría
tener a su propio hijo.
Finalmente, llegó al final de
la calle y recibió
exactamente dieciocho
rosas.
A medida que avanzaba, el
ambiente se tornaba aún
más tranquilo y la gente
aún más.
Capítulo 152
Luna finalmente se dio
cuenta de que, en el
restaurante al aire libre de
la plaza, había una persona
muy familiar. Bajo la luz de
las lámparas, alguien estaba
sentado frente al piano,
tocando una hermosa
melodia muy suave y
relajante.
Desde lejos, podía ver
claramente el tatuaje en su
mano y oculto bajo el
cuello de su camisa. Tenía
rasgos bastante suaves, un
cuerpo esbelto y erguido,
una apariencia noble y muy
atractiva, y una
elegancia innata en cada
uno de sus gestos.
Su aura era diferente a la de
las personas comunes,
incluso en medio de la gran
multitud, todos los ojos
se dirigían hacia él en
primer lugar.
En ese momento, un
camarero se acercó y dijo:
-¿Usted es la señorita
García? Ya hemos
reservado su mesa, por
favor, sígame.
Luna sostenía un ramo de
rosas vibrantes y vio una
pequeña área acristalada,
como un pequeño
compartimento, que
permitía ver el entorno a
través del cristal. Si nevaba,
podría disfrutar de la
preciosa
vista de la nieve desde allí.
-Por favor, espere un
momento, el señor Sánchez
vendrá pronto..
-Luna. Una voz resonó
desde atrás. Luna se volteó
con el corazón latiendo
fuerte y vio a Gabriel
parado bajo la luz de la
luna. Se acercaba paso a
paso.
En ese momento el
camarero se retiró.
El corazón de Luna se
sintió inexplicablemente
nervioso en este momento.
De repente, encontró que
Gabriel lucía realmente
bastante guapo. Su corazón
se movió sin su
consentimiento. Ella notó
que sus piernas podían
caminar y moverse ahora…
De hecho, ella había
adivinado hace mucho
tiempo que él se
recuperaría, desde el
momento en que se
encontraba en el hospital.
Luna estaba tan nerviosa
que no sabía qué decir. Su
corazón latia
rápidamente. Es una
sensación que rara vez
había experimentado antes.
¿Por qué se sentia asi?
¿Podría ser por estar hoy
estaba enferma? -Muchas
gracias… -Luna se tomó un
tiempo para decir esto
finalmente.
Gabriel extendió su dedo y
tocó su frente suavemente,
con una mirada llena de
inmensa ternura
Vamos adentro, no quiero
que te resfries.
Sabía que él era el Gabriel
al que habia salvado. Antes
de eso, había sentido
vergüenza frente a él
muchas veces.
Luna se sentó frente a él,
bajando la cabeza y jugando
con las rosas en sus manos.
-¿Me buscaste por alguna
razón en particular?
Gabriel preguntó:
-Luna, ¿me tienes miedo?
Luna negó con la cabeza y
dijo:
-No… No sé qué decirte.
En realidad, ella había
venido preparada para
decirle: Tal vez no
deberíamos volvernos a
ver, Gabriel.
Pero ahora, ¿cómo podría
decirle eso?
Gabriel sonrió y dijo:
-Está bien, Luna, no te
preocupes. Trátame como a
un amigo, como lo hicimos
antes. Hemos tenido
muchas conversaciones,
¿verdad? O tal vez no te
guste este tipo de
encuentro. -agregó.
-Si esto te hace sentir
incómoda, lo siento mucho,
Luna.
Luna arrancó un pétalo de
rosa con demasiada fuerza,
lamentando luego su
pérdida.
-No es eso dijo
apresuradamente,
colocando la rosa a un lado.
Luego miró los hermosos
ojos de Gabriel. En
realidad, estoy tan feliz
porque nadie ha hecho esto
por mí antes, y nadie sabía
que hoy es mi cumpleaños.
Realmente estoy feliz de
recibir tus hermosas
felicitaciones de
cumpleaños. Has hecho.
mucho por mí, no sé cómo
devolvértelo.
-No necesitas hacer nada. -
respondió Gabriel.
Pero en realidad, ya has
hecho mucho. Fuiste tú
quien me sacó del infierno
en que vivía…
Ahora no es el momento
adecuado para apresurarse,
ella es aún muy joven y el
intenta no molestarla
demasiado. En unos años
tal vez…
Quería verla crecer con sus
propios ojos…
Los platos en la mesa eran
todos los que Luna
disfrutaba comer. Aunque
estaban exquisitos, no eran
tan buenos como los que
ella misma cocinaba. Luna
era bastante exigente
cuando se trataba de
comida. Aparte de Liora,
solo le gustaba su propia
comida.
Ambos cornieron en
silencio. Luna estaba
lidiando internamente con
su propio conflicto, y
Gabriel lo notó, pero no
quiso preguntar mucho al
respecto.
Capitulo 153
Después de cenar, los dos
comenzaron a pasear.
Mientras observaban a las
parejas jugando y riendo a
su alrededor, se dieron
cuenta de lo silenciosa y
extraña que era la
atmósfera que existia entre
ellos.
Finalmente, ella pregunto
de repente:
-¿Qué le paso a tu pierna?
Gabriel bajó la mirada, con
una emoción indescifrable
en sus ojos, y respondió de
una manera concisa,
-Fue un accidente
automovilístico.
Ella afirmó con la cabeza y
le aconsejó sinceramente:
-Entonces, ten cuidado al
conducir en el futuro.
-De acuerdo.
La madre preocupada de
Luna volvió a salir:
-Has estado caminando
conmigo durante tanto
tiempo, ¿no estás cansado?
¿Por qué no encontramos
un lugar para sentarnos? Si
no te sientes bien, asegúrate
de decirmelo en cualquier
momento.
Gabriel curvo ligeramente
los labios y respondió:
-De acuerdo.
Luna se mordió el labio,
pensando: ¡Gabriel,
siempre dices que sí a
todo!
Ella no se atrevía a mirar su
rostro de nuevo y se volvió
rígidamente para señalar
un lugar, diciendo con
firmeza:
-Quiero ese.
Dado que la Navidad estaba
cerca, en un puesto
cercano, un vendedor de
manzanas acarameladas se
vestía como Santa Claus.
Luna rara vez comía este
tipo de cosas.
-Vamos, te llevaré a
comerlo. -dijo Gabriel de
manera natural y graciosa
tomó su mano, con un
toque cálido y muy suave.
No se dio cuenta de la
expresión aturdida de Luna
detrás de él. Ella miró su
mano siendo tomada y su
corazón latio
irregularmente, sintiendo
su rostro arder….
Vivió dos vidas enteras.
Luna sabía muy bien que
Gabriel tenía sentimientos
profundos por ella. No lo
mencionó ni lo rechazó,
simplemente mantuvieron
una relación indecisa, lo
cual era inapropiado.

Habla demasiados
obstaculos entre ellos, ya
sea Andrés o su propio
padre, pero el mayor
obstáculo era ella misma.
Había sido herida
profundamente en su vida
anterior, por lo que no se
atrevía a tocar esta
sincera y bonita relación.
Tampoco se atrevía a dar su
corazón de la misma
manera…
Quizás, los sentimientos de
Gabriel por ella eran solo
una novedad temporal, y
con el transcurrir del
tiempo, a medida que
pasaran más tiempo, estos
sentimientos se
desvanecerían
gradualmente, como lo
hablan hecho en su vida
anterior.
Ademas, Gabriel era un
joven bastante talentoso,
inalcanzable en términos de
estatus social. Tenía un
futuro muy brillante por
delante y seguramente
conocería a chicas más
hermosas que ella. En
cuanto a ella,
inevitablemente
envejeceria algún dia. En el
futuro, habría muchas
chicas jóvenes que se
sentirían muy halagadas al
ser conquistadas por él.
Luna no tenia confianza en
esta relación.
Incluso si Gabriel no
mencionara estas palabras,
Luna se alejaría de él
debido a su propia
inseguridad, timidez y falta
de confianza.
Cuando supo que no podía
tener hijos, Luna entendió
que una relación entre ellos
era casi imposible…
En esta época, la gente era
muy conservadora.
Para sobrevivir, Luna había
tomado una decisión,
estaba planeando someterse
a una histerectomía.
Una mujer que no podía
tener hijos no era aceptable
en la sociedad. No tenía el
coraje de cruzar esa linea y
estar con él….
Y en su plan, solo había
espacio para ella misma, no
para haberlo para nadie
más.
A pesar de todo, dejó que
Gabriel tomara su mano.
Este hermoso recuerdo
quedará grabado en la
memoria de Luna para
siempre.
Puede que nunca vuelvan a
verse en el futuro.
A las nueve y media, la
noche se tornó más oscura
y sombría. En el borde de la
fuente en la plaza, Luna
detuvo sus pasos y dijo:
-Ya es muy tarde, debo
regresar. Tengo clases
mañana.
Volver a su casa tomaría al
menos cuarenta minutos. Si
había tráfico, podría llevar
más de una hora…
Gabriel dijo:
-Espera un momento….
Capitulo 154

-¿Qué?-Cuando esas
palabras salieron de su
boca, Luna vio a Gabriel
sacar un pequeño estuche
de terciopelo negro de su
bolsillo. De adentro, sacó
un colgante en forma de
una hermosa luna blanca,
suspendido en una fina
cadena de plata que parecía
brillar como estrellas.
Él se acercó gradualmente a
ella, pero Luna lo detuvo,
empujándolo suavemente
hacia atrás.
-No puedes, es demasiado
valioso, no puedo
aceptarlo.
Gabriel bajó la mirada con
un tono de voz ligeramente
decepcionado.
-Luna, este collar lo diseñé
personalmente como un
regalo para ti. Hoy no solo
es tu cumpleaños, sino
también el aniversario de
nuestro primer encuentro
oficial. Si todavía en verdad
somos amigos, ¿puedes por
favor no rechazarme?
El collar era realmente
precioso, impecable en su
diseño y exquisito en cada
detalle. Era tan delicado
que nadie podría evitar
amarlo.
La mirada ardiente de
Gabriel hizo que Luna no
pudiera resistirse a
rechazarlo. Su voz era muy
suave y delicada cuando
dijo:
-Pero no tengo nada que
ofrecerte a cambio.
-No importa, el simple
hecho de que hayas venido
hoy me hace sentir muy
feliz. -respondió Gabriel.
Las largas pestañas de Luna
temblaron. Agarró los
bordes de su vestido con
fuerza y afirmó con la
cabeza. Aceptó el regalo.
Gabriel se había estado
diciendo a sí mismo que no
debía apresurarse, que
debía tomar las cosas con
calma, pero no podía
controlar sus ardientes
deseos.
Gabriel quería que Luna
fuera su novia ahora…
Inclinándose, le colocó el
collar con sus propias
manos. Apartó con gran
delicadeza su largo cabello
hacia un lado, lo que le
permitió ver su cuello
blanco y delicado. Además,
había un ligero aroma a
fresas en ella que lo
hipnotizaba.
Luna era muy sensible,
quizás debido a su instinto
de autoconservación o tal
vez debido a las sombras de
su vida pasada, no le
gustaba que la gente
estuviera tan cerca de ella.
La cálida respiración de él
rozó su delicado cuello y
Luna se sintió incómoda.
Encogio su cuello y
murmuró.
-Está bien. ¿Has terminado?
Está un poco frio.

-Listo respondió Gabriel


mientras abrochaba el
broche de plata. El colgante
de luna descansaba sobre su
esbelto pecho, tan brillante
y pura como ella. Era como
la luz que iluminaba la
oscuridad en su corazón
No era tan brillante y
deslumbrante como el sol,
pero era elegante y suave,
lo suficiente para calmar su
mente atribulada y disipar
la oscuridad en su interior.
En el camino de regreso a
casa, ya había muy poca
gente y el reloj se acercaba
a las nueve de la noche. Por
lo general, alrededor de las
ocho y media o a más
tardar a las nueve, tenia que
regresar a casa, según las
restricciones impuestas por
Miguel.
Después de todo, como
habia dicho Alvaro, habia
demasiados enemigos
vigilando a la familia
García. Es muy peligrosa si
ella esta sola en la noche…
Gabriel noto que Luna
estaba algo distraida y
pregunto:
-¿En que estás pensando? Si
tienes miedo de ser
reprendida al volver,
hablaré con tu padre. ¿O
estás cansada? Puedes
dormir un poco si deseas, te
despertaré cuando
lleguemos.
Luna volvió en si y negó
con la cabeza.
-No pasa nada.
Gabriel notó que algo no
estaba bien con Luna en ese
momento. Parecía algo
preocupada y pensativa. ¿
Algo le estaba pasando?
Si tienes algún problema,
puedes venir a mi en
cualquier momento que me
necesites. Lo que sea, no
interesa, haré todo lo
posible para ayudarte…
Luna miró a Gabriel con
ojos claros y una expresión
inexpresiva en su mirada.
¿Debería decirle?
¿Debería pedirle a Gabriel
que la ayudara a escapar de
la familia García, a alejarse
para siempre de esa
horrible pesadilla?
La familia García en la
actualidad no era más que
una insignificancia frente a
la familia Sanchez. Si la
familia García fuera
derrotada, seria una
cuestión de una palabra de
Gabriel.
¿Y si él no estuviera de
acuerdo?
Si Miguel se entera de que
ella envio a Gabriel para
lidiar con la familia García,
no solo Miguel, sino
también Andrés tampoco la
perdonará
Entonces, ¿con qué motivo
podría abordar este asunto?

Cuanto más hable, más


desconfiará Gabriel. Si llega
a investigar las actividades
de la familia Garcia,
seguramente la familia
García quedarà destruida
por completo.
Y ella está destinada a
depender de Gabriel.
Luna considera que no vale
la pena arriesgarlo todo con
la familia García.
Con las habilidades de
Andrés, incluso sin la
familia Garcia, aún puede
triunfar…
Estar viva para ella, podría
ser más doloroso que estar
muerta…
Capítulo 155

Nunca sabes hasta dónde


llegaría Andrés para lograr
sus objetivos. ¿Y si alla usara
las conexiones de Gabriel
para allanar y hacerse por
ella misma camino,
permitiendo así graduarse e
irse a estudiar al extranjero
directamente sin tener que
esperar al intercambió
anual de estudiantes en
Astraluna?
-Gabriel… -Luna no sabía
cómo plantearle esto. Su
tiempo juntos no habla sido
lo suficientemente largo,
como para que él le hiciera
favores sin pensarlo
mucho.
Gabriel arqueó una ceja,
preguntando:
-¿Si?
-Yo…- Justo cuando Luna
estaba a punto de expresar
lo que estaba en su mente,
una luz deslumbrante
los alcanzó de repente
-¡Oh no, señor, cuidado! -
Eric manejó rápidamente el
volante, mientras que
Adolfo agarró el asa sobre
el asiento del pasajero con
gran fuerza.
Luna vio una camioneta de
varias toneladas
acercándose a ellos. En el
momento en que parecía
que chocarian, creyó que su
vida estaba a punto de
terminar en ese momento.
Asustada, cerro los ojos,
pero sintió una mano fuerte
y muy decidida que la tiró
hacia un lado. Gabriel la
protegió bajo su cuerpo.
La voz grave de Gabriel
llegó desde arriba.
-Está bien, no tengas
miedo, yo te protegeré.
Su voz era como un
calmante para Luna, quien
se aferraba a su pecho. Ella
podia escuchar en ese
instante los latidos intensos
y regulares de su corazón,
como siempre.
De hecho, él también estaba
muy asustado.
A pesar de enfrentar
situaciones peligrosas, él, al
igual que Andrés, la
protegio en los momentos
más peligrosos de su vida.
Luna recordaba claramente
cuando era joven y un
mastin se abalanzó sobre
ella, Andres la defendió y
resultó muy mal herido,
aún llevaba profundas
marcas de mordedura en su
brazo ahora.
Mientras estaba en los
brazos de Andrés, Luna
escuchaba los latidos de su
corazón, eran latidos
excepcionalmente
tranquilos, regulares y
bastante rítmicos, como de
costumbre.
Andrés parece no tener
miedo en absoluto, no
importa lo que haga, nunca
muestra ninguna
vulnerabilidad que pueda
amenazarlo….
En su vida anterior, toda la
gente de la capital sabía que
Andrés manejaba el poder a
su antojo. Pero cuando se
trataba de su esposa, no le
importaba en absoluto.
Algunos incluso bromeaban
diciendo que Luna vivia
peor que el perro que tenía
en la casa.
Pero con Gabriel, era muy
diferente. Su corazón latía
mucho más rápido,
indicando que él también
tenía miedo.
-Luna…
Luna escucho la voz a su
lado y volvió a la realidad.
Eric había chocado con la
barrera de seguridad para
evitar la camioneta El coche
valia millones y ahora
estaba inservible.
Luna estaba en un estado
de shock y lágrimas
brotaban de sus ojos sin
previo aviso.
-Lo siento
dijo conmocionada. Se dio
cuenta de que, si la
camioneta los hubiera
chocado, todos habrian
muerto en ese instante Las
lágrimas seguían cayendo
sin cesar.
La sonrisa de Gabriel
parecia totalmente pålida, y
tenía gotas de sudor en la
frente mientras reprimía el
dolor.
-No es tu culpa. ¿De qué te
disculpas?
Luna bajo la cabeza,
mirando cómo las lágrimas
caían sin cesar….
La razon es que esto
realmente no era un
accidente.
Ella sabia quién estaba
detrás de esto.
Pero no podía decirlo….
Corporación Celeste
también era el fruto del
arduo trabajo de su madre.
Si la familia García
colapsara en algún
momento, también lo haría
el fruto del arduo trabajo de
su madre.
El impacto había sido
demasiado fuerte, pero las
heridas de Eric no eran tan
graves. Adolfo tenía una
herida en la frente que
sangraba
En un Audi, Isabel tenía un
enorme osito de peluche
rosa en brazos y dijo:
-Hermano Andrés, ¿ves algo
extraño allí adelante? Creo
que he visto este coche
antes….
Capitulo 156

A medida que el coche se


acercaba lentamente, Isabel
quedó sorprendida al ver a
Luna en él, junto a un
hombre desconocido para
ella, aunque parecía haberlo
visto en algún lugar antes.
-Andrés, deberíamos
detener el coche. Es Luna
Luna vio el coche y notó la
placa de matrícula familiar,
su rostro palideció al
instante. Justo cuando el
humo salia del capó del
coche, Luna bajó
rápidamente, pero cuando
sus pies tocaron el suelo,
sus piernas se debilitaron y
cayó estrepitosamente.
Eric sacó rápidamente un
extintor y apagó el humo.
Gabriel se acercó
preocupado y le preguntó:
-¿Estás herida? ¿Puedes
levantarte?
Ella no se encontraba
herida. Cuando ocurrió el
accidente, Gabriel la
protegió muy bien, pero
ella no quería decir que se
había caído debido al
miedo. Al pensar en la
persona detrás de ese
accidente, su corazón no
podía calmarse..
Adolfo se ocupó de la
sangre en su frente y le
dijo:
-Señorita García, parece
que se asustó
terriblemente.
Gabriel, con una sonrisa
pálida en su rostro y gotas
de sudor en la frente
debido al dolor, trató de
tranquilizarla en voz muy
baja:
-No debes tener miedo.
Resolveré este asunto.
Déjame ayudarte a
levantarte Luna dijo con
voz suave:
-No estás herido, ¿verdad?
Gabriel sonrió levemente:
-Estoy bien.
Eso es bueno entonces.
Si él está bien, está bien.
Luna se levantó con su
ayuda, sus piernas aún un
poco débiles. Al ponerse de
pie, notó que el rostro de
Gabriel parecía un poco
pálido y preguntó:
¿Por qué estás tan pálido?
¿Tienes herida las piernas?
levanta los pantalones para
que pueda verte…
Gabriel tomó su mano y
dijo:

-Estoy bien, no te
preocupes.
Eric agregó:
-Ya he contactado con la
gente en la villa, enviarán
un coche aqui pronto.
Señor, solo aguanta un
poco más
Tanto Eric como Adolfo
conocían la verdadera
situación. Las piernas de
Gabriel no se habían curado
por completo. Si no fuera
por su insistencia, Eric
nunca lo habría dejado
bajar de la cama.
Hoy era el cumpleaños de
Luna, por lo que era muy
especial para Gabriel. Nadie
esperaba que ocurriera
esto. Cuando el coche giró
bruscamente a alta
velocidad y chocó con la
barrera, Gabriel en ese
instante golpeó sus piernas.
Isabel llegó corriendo
apresuradamente, con una
expresión de preocupación
en su rostro. Dijo:
-Luna, ¿qué ha pasado?
¿Estás herida?
Luna notó que Isabel tenía
en sus brazos un osito de
peluche rosa, el regalo de
cumpleaños que Gabriel
le había preguntado si ella
quería. Era el mismo osito
que Luna había deseado
tener. Parecía que a Isabel
también le gustaba.
-Hermano Andrés, ven
rápido -dijo Isabel.
Al ver al hombre que se
acercaba, la mirada de Luna
se llenó por completo de
ira. Luego,
deliberadamente, desvió la
mirada y no lo miró más.
¿Llegó para ver si estaban
muertos?
Lo siento mucho, Andrés.
Te he decepcionado
grandemente.
Andrés se acercó, sus ojos
brillaban intensamente:
-¿Todo está bien? Señor
Sánchez.
Cuando se encontró con la
mirada de Gabriel, parecía
que había una presión
invisible que los rodeaba a
todos. Gabriel no le dio
ninguna importancia a
Andrés, ya que había
investigado
minuciosamente el
trasfondo de la familia
García y sabia que ninguno
de ellos era realmente
bueno. Excepto Luna, que
era una persona buena y
amable, pero
desafortunadamente nació
en una familia totalmente
corrupta.
Gabriel preguntó a Eric:
-¿Cuánto tiempo falta para
que llegue la gente?
Eric respondió:
Capitulo 157
¿Viste claramente el coche?-
preguntó Gabriel.
Eric bajó la cabeza y
respondió:
-Lo siento, señor, no lo vi
claramente.
La voz de Gabriel se tornó
fría de inmediato:

-Entonces, ve y averigua
quién es el conductor.
Tienes tres días para
encontrar al culpable de
este accidente.
Eric afirmó y dijo:
-Si, señor.
Isabel se acercó y tomó la
mano de Luna, expresando
su gran preocupación:
-Luna, ¿estás bien? Andrés y
yo planeamos celebrar tu
cumpleaños en casa. Si no
fuera por Liora, ni Andrés
ni yo no lo habríamos
sabido. La última vez no
pude asistir a tu
cumpleaños, pero esta vez…
te preparé un regalo para ti.
Pero como no pudimos
esperarte, la próxima vez
quiero organizarte una
fabulosa fiesta. Luna miró
fríamente a Isabel y retiró
su mano:
-No es necesario. Tú y An…
hermano deberían regresar
por ahora. Nosotros
manejaremos esto, no se
preocupe Pudo sentir que
Andrés la estaba mirando
sin apartar la vista de ella, y
no queria mirarlo.
-En asuntos familiares, no
deberíamos molestar a los
demás. Luna, ¿has olvidado
lo que dijo tu padre? Si
tienes algún tipo de
problema o te metes en lios
fuera de casa, avisame a mi.
Ustedes dos, suban al
auto. Espera un momento
mientras hablo con el señor
Sánchez y luego te llevaré a
casa. -dijo Andrés con
calma, como la calma
después de la tormenta..
Ya lo había advertido una
vez. Si se encontraba con
Gabriel sin su permiso, no
la dejaria escapar.
Gabriel la llevó detrás de él
y le dijo:
-Yo llevaré a Luna de
regreso, no te preocupes.
Andrés, con una ligera
sonrisa en los labios, no
hizo caso y dirigió su
mirada hacia Luna,
diciendo:
-Luna, vamos. ¿De
acuerdo?!
Luna dio un paso adelante
desde detrás de Gabriel y
dijo:

-Gabriel… Quiero ir a casa


con mi hermano primero.
No podría escapar de la
influencia de Andrés, si ella
aún estaba en la familia.
En los ojos de Gabriel, pasó
un fuerte destello de
tristeza. Acercó su mano a
su cabeza y con un tono
bastante cariñoso en su voz,
dijo:
-Una vez que llegues a casa,
no olvides llamarme.
Luna afirmó rápidamente y
se alejó, subiendo al coche
de Andrés.
Isabel le dijo:
-Hermano Andrés, te
espero en el coche…
Mientras Luna estaba
sentada en el coche,
mirando por la ventana sin
escuchar lo que estaban
diciendo.
Isabel se volvió hacia ella y
preguntó.
-Luna, parece que ese
hombre te trata muy bien.
¿Estás en una relación con
él ahora?
-Esto es asunto mío… -Luna
cerró los ojos y pensó en lo
que le esperaba cuando
regresara a casa.
Cómo la iba a tratar
Andrés?
Isabel sonrió incómoda,
diciendo:
-Lo siento, solo quería
preocuparme por
Luna no respondió.
Escuchó la puerta del
conductor abrirse y
cerrarse, e Isabel y Andrés
discutian algo en voz muy
baja.
Ella no presto atención.
El coche comenzó a
moverse y llegaron
rápidamente a la villa del
sur.
Andrés dijo:
-Bájate del auto.
Luna abrió los ojos.
Durante el viaje de regreso,
no había dicho una palabra
en lo absoluto. Andres le
preguntó algo, pero ella no
había escuchado
claramente.
Cuando entraron en la villa,
la sala de estar estaba
iluminada. Emma estaba
apoyada en la mesa, con
sueño, y la mesa estaba
llena de comida y un pastel
casi consumido por
completo.
Emma se despertó
rápidamente al escuchar el
ruido y se secó la saliva de
la barbilla, diciendo:
Dios mio, señorita, ya es tan
tarde! ¿Por qué regresaste
tan tarde? Preparé toda esta
comida para ti, deja que la
caliente para que puedas
comer algo!
La expresión de Luna era
totalmente inexpresiva
mientras respondía:
–No es necesario, ya he
comido. Iré a descansar
primero.
Detente! -Andrés, como el
dueño de la casa, arrojó las
llaves del coche a la sala y
entró, emitiendo
una peligrosa presión en el
aire.
Capitulo 158
Isabel, sube a descansar
primero.
Isabel miró a Andrés y
luego a Luna:
-Hermano, Luna acaba de
tener un terrible susto, no
la molestes.
A Isabel no le gustaba que
Andrés y Luna estuvieran a
solas. A veces, se
preguntaba, ¿realmente si
Andrés la quería?
Si no fuera así, ¿qué
significarían entonces las
palabras que él le había
dicho?
Nunca había oido
realmente a Andrés decir
que ella le gustaba.
Esto no le daba ninguna
sensación de seguridad.
Isabel subió las escaleras. Al
ver la atmósfera que se
había creado, Emma dijo:
-¿Entonces también me
retiro?
Andrés le lanzó una mirada
aguda y fría, y Emma,
asustada, se dio la vuelta y
salió corriendo.
Hasta que en el salón solo
quedaron dos personas.
Una atmósfera fría y
opresiva hacía que Luna
sintiera que no podía ni
siquiera respirar.
-¿Así que no te importan
mis palabras? – Andrés se
acercó a ella paso a paso,
emanando un frío glacial,
incluso sin mirarlo, Luna
conocía muy bien esa
malévola expresión.
Era completamente
diferente al que tenía antes,
cambiando sus emociones
con facilidad, el era como
un demonio.
-No me he olvidado de
ello-dijo Luna, muy
nerviosa, secándose el
sudor frio de las palmas de
sus manos, evitando
mirarlo a los ojos y
explicando-: Hoy vino
Adolfo a buscarme, no
podía rechazarlo, y
aproveché la oportunidad
para aclarar las cosas con él.
Andrés, hice todo lo que
me pediste, ¿qué más
quieres de mí?
¡Levanta la cabeza! -Su voz
era autoritaria y mandona.
Luna levantó la cabeza y se
encontró con sus ojos muy
oscuros y agudos.
Andrés se sonrió
ligeramente:
¿Sabes cual es tu mayor
defecto, Luna…? ¡No me
gusta que me mientas!

Después de tantos años de


trato, más de una década, él
sabía claramente lo que le
gustaba comer, lo que le
gustaba hacer, incluso
podía entender lo que ella
pensaba a cada momento,
con solo una mirada.
Las palabras que Luna
queria decir estaban en la
punta de su lengua, pero al
final se convirtieron en tres
palabras:
Ya lo sél
-Si no hay nada más que
decir, me gustaria irme a
descansar.
Luna se giro para subir las
escaleras cuando la voz de
Andrés la detuvo de nuevo:
-Aún no son las doce. Ven
aquí.
Andrés aparto dos sillas,
una de ellas la tomó para
sentarse con una pierna
cruzada, mirándola
tranquilamente
Luna no entendia qué
quería hacer.
Ella no se movio.
-¿Quieres que te lo pida?
Justo después de decir eso,
Luna se acercó muy
lentamente y se sentó al
lado de él.
-¿No te gusta la comida que
han preparado para ti? Si
no comes los platos de hoy,
será un gran desperdicio.
Luna lo miró bastante
incrédula; la comida sobre
la mesa ya estaba fría, y ella,
que sufria de un estómago
frágil, no podía comer cosas
frías.
-¿Quieres matarme?
Andrés sabía su condición
claramente.
-Luna… si no me obedeces,
debes ser castigada, esa es la
regla.
-Es tu regla, ¡no la mia! -
Luna se levantó pateando
muy fuerte la silla- Eres
solo un joven adoptado por
mi padre, no tienes derecho
a decirme qué hacer. No
importa si me crees o no,
no hay posibilidad alguna
entre él y yo. Ya sea tú o
Gabriel, desde ahora en
adelante, no volveré a
enamorarme de
absolutamente.
nadie. Si quieres comer,
hazlo tú mismo.
Luna se giró y justo cuando
pisó la escalera, sintió un
dolor agudo en el cuero
cabelludo, Andrés la habia
arrastrado hasta la mesa,
con un tirón de mano, Luna
se encontró contra el frío
suelo de mármol. Intentó
levantarse, pero una mano
se cerró firmemente
alrededor de su delicado
cuello
¿Por qué no me obedeces?
Su mirada era aterradora, y
por un momento, Luna casi
creyó que él realmente
podría matarla. Su mano-
apretaba con gran fuerza, el
dolor y la sensación de
asfixia le cortaban la
respiración, y el frío del
suelo se filtrabas través de
todo su cuerpo.
Luna frunció el ceño, sin
decir una palabra.
Capitulo 159
Andrés no estaba utilizando
toda su fuerza, su mirada
aguda y depredadora fija en
ella, disfrutando del placer
de verla sufriendo.
El nabía esperado oírla
llorar y suplicar con todas
sus fuerzas por pledad,
pero no vino ni una sola
súplica.
Verla asi solo aumentaba su
irritación.
-¿Qué pasa, ya ni siquiera
sabes suplicar?
Luna lo conocia muy bien,
si Andrés realmente
hubiera querido matarla,
no habría sido tan estúpido
de hacerlo aquí.
Quizás por los eventos de la
noche, él quería que ella le
suplicara, que se sometiera,
pero ella se negaba
por completo.
Las lágrimas nacidas de la
presión de solo pensar en
aquello comenzaron a
formarse en los ojos
brillantes y a punto de
derramarse de Luna, las
cuales caían muy
rápidamente por su rostro,
mostrando una imagen de
extrema vulnerabilidad,
como las pequeñas flores
devastadas por la lluvia, una
vista que invocaria piedad
en cualquier persona.
Luna lo empujó con gran
fuerza:
-Incluso si muero, nunca te
suplicaré. Andrés, después
de tu muerte,
definitivamente irás al
infierno.
Él había asesinado a
demasiadas personas…
El cielo era realmente
injusto por permitirle
seguir viviendo.
¿Infierno?
Él ya era un demonio del
infierno.
-Entonces… te llevaré al
infierno conmigo.
Si Luna realmente quería
aferrarse a la familia
Sánchez, ¡solo podía
destruirla!
Andrés agarró a la chica
que intentaba escapar.
De repente, al instante, la
levantó, sujetándola por el
cuello y presionando su
cuerpo contra la pared. Sus
ojos estaban enrojecidos y
muy desorbitados mientras
la miraba, y le plantó un
beso muy violento.
Mientras besaba, su mario
apretaba fuerte, Luna se
asfixiaba por la falta de
oxigeno, y en un trance,
sintió cómo sus labios eran
mordidos con fuerza, un
sabor metálico y dulce se
esparcía entre ellos,

Luna en ese momento no


tenia oportunidad de
respirar… solo podia dejarse
mancillar por él.
Andres habia perdido
completamente la razón…
En el corredor, Isabel, muy
preocupada, bajó
silenciosamente las
escaleras, hasta que vio esa
terrible la La mente de
Isabel exploto, quedando
en blanco de repente,
mirando fijamente lo que
sucedia frente a ella
Andres sintio algo, levanto
su mirada fria, echando un
vistazo a la persona que
estaba en las escaleras.
Isabel lo miro directamente
a los ojos, su corazón
destrozado… no podia
soportar esa triste realidad,
y rapidamente corrio de
regreso arriba.
Luna escucho los pasos, y
aprovechando que Andrés
se distrajo, encontró la
oportunidad de empujarlo
con todas sus fuerzas
Su mano no dudo y
aterrizo directamente en su
rostro…
El sonido nitido de la
boletada resono en la sala
de estar.
Solo se oia su respiracion
jadeante en el gran salón.
“Tic tac, tic tac”
En la habitación sin luz, el
reloj seguia moviéndose sin
parar.
Eran las doce y treinta de la
madrugada.
En el baño, Luna se
agarraba la garganta,
vomitando todo lo que
había comido.
Al final, solo quedaba el
acido del estómago, y
además podía oír el
zumbido en sus oidos…
Media hora antes.
Su resistencia solo habia
provocado más la
naturaleza violenta de
Andrés, quien la habia
estado detenidamente
observando comer.
No fue hasta después de las
doce que finalmente la dejó
en paz.
Capítulo 160
La luz de la noche se
filtraba a través de la
ventana, iluminando frente
a la puerta del baño. Luna
tenía el
cabello totalmente
desordenado y una mirada
de total resentimiento en
sus ojos, pareciendo una
mujer
fantasma, con una mirada
vacía y entumecida.
Observaba cómo la pantalla
del teléfono móvil en la
cama se iluminaba
continuamente, con una luz
muy blanca y el tono
agradable de la llamada
sonaba por toda la
habitación.
El contacto de la llamada
era Gabriel.
Luna observaba cómo se
cortaba automáticamente
una y otra vez y cómo
volvía a sonar nuevamente,
sin hacer ningún
movimiento para
responder.
Después de un rato,
finalmente se acercó, retiró
la batería del teléfono y la
tiró a un lado.
El colgante de cristal
todavía estaba abandonado
en la esquina…
Las heridas en sus manos
aún no habían sanado del
todo, y después de unos
días, ya habían comenzado
a formar costras. Siempre
que no tocara agua, no se
abrirían.
Por la mañana, Luna bajó
muy tranquila las escaleras,
Miguel y Carolina ya
estaban desayunando abajo,
y tanto Andrés al igual que
Isabel también se
encontraban allí.
En la mesa del desayuno,
Miguel no se daba cuenta
de nada inusual y hablaba
con Andrés sobre los
asuntos de la empresa
como de costumbre.
Miguel ahora estaba
transfiriendo gradualmente
todos los asuntos
importantes de la empresa
a Andres, quien estaba a
cargo de la mayoría de los
proyectos importantes.
Miguel, ahora seducido por
Carolina, ya no prestó
ningún tipo de atención a la
empresa.
-Esta noche, vendrás
conmigo a una fiesta. La
joven señorita de la familia
Rios quiere agradecerte
personalmente por el
incidente anterior. Escoge
el regalo con mucho
cuidado, algo que a las
chicas jóvenes les guste.
-Si, padre adoptivo.
¿La familia Ríos? Luna
encontró el nombre algo
familiar, pero no podía
recordarlo por completo.
Luna bebió medio tazón de
arroz, dejó los cubiertos y
se levantó silenciosamente:
-Padre, me voy a la escuela.
Cuando ella habló, Miguel
finalmente dirigió su
mirada hacia ella:
-Has terminado todos los
cursos del programa de
entrenamiento?
–He recuperado los tres
meses de clases que perdi,
padre, no te preocupes, no
me retrasaré,
Miguel relajo su expresión,
satisfecho y afirma con la
cabeza:
-Ten cuidado en el camino.
Justo cuando Luna se
encontró a punto de tomar
su mochila de Emma,
Miguel la llamó
rápidamente.
-Espera
Luna detuvo sus pasos y se
devolvió sin expresión.
Miguel pregunto:
-¿Cómo está la herida en tu
brazo?
-No es muy grave, sanará
en unos días.
Despues de todo, ella era su
hija biológica y, en estos
días habia estado tan
ocupado con los negocios,
que la habia descuidado un
poco.
-No te esfuerces
demasiado, si realmente no
puedes, descansa unos dias
antes de volver a la escuela.
-Miguel notó la herida en la
esquina de la boca de Luna,
su mirada se profundizó,
pero no le indago más.
Por la mañana, Luna
todavía no pudo evitar ir
con Isabel en el coche de
Andrés a la escuela.
Los tres en un espacio
cerrado, nadie mencionó lo
que había pasado la noche
anterior.
El aire en el coche era tan
sofocante que ella, con los
ojos cerrados, realmente no
logró entender por qué
Andrés la besó locamente.
Isabel también lo vio…
¿A él no le importa Isabel?
Él la ama tanto, que se
había mantenido casto por
ella, no ha tocado a ninguna
otra mujer durante tantos
años, ¿no es solo acaso
esperando a que Isabel
crezca y casarse con ella?
Son muchas cosas, Luna de
repente sintió que no podía
entender en absoluto.
Al llegar a la puerta, no dijo
una palabra, simplemente
bajó del coche y entró en la
escuela.
Si fuera como siempre,
Isabel hablaría felizmente
con Andrés, pidiéndole que
condujera más despacio
en el carill.
Hermano, me voy a la
escuela.
-Si Su tono fue indiferente.
Capitulo 161
Isabel lentamente
desabrochó su cinturón de
seguridad, y en el instante
antes de abrir la puerta del
coche, no pudo evitar
decir:
Hermano, ¿no tienes algo
que quieras decirme?
Andrés, a través del vidrio
de la ventana del coche,
miró fijamente hasta que su
figura desapareció por
completo:
-Isabel, tienes exámenes
muy pronto, no pienses en
estas cosas.
Si el hombre hace un
momento se hubiera
girado, habría visto sus ojos
llenos de lágrimas,
mordiéndose el labio con
tristeza.
Las palabras que quería
decir, aún no las había
expresado, pero, tampoco
había recibido ninguna
explicación de Andrés.
Aunque solo necesitaba que
él le dijera algo, cualquier
tipo de explicación, ella
podría aceptarlo.
Pero él simplemente no
habló.
Isabel bajó del coche
terriblemente
decepcionada.
¿Qué significa ella para él,
después de todo?
Luna no regresó al aula, fue
directamente a la oficina
para encontrar al jefe de
clase.
Después de completar la
respectiva transición con el
otro grupo, Luna regresó al
aula, recogió su
escritorio; de hecho, no
había mucho por recoger,
solo algunos libros de texto
y ejercicios.
Ya casi era hora de la clase.
Cuando Luna entró, el aula,
que estaba en silencio, de
repente se llenó de grandes
murmullos.
-No me digas que Luna está
seria.
-Mira, el monitor de la clase
uno aún la espera afuera…
¡Luna realmente se ha ido!
Algunas voces despectivas
dijeron:
-¿Qué tal si hacemos una
apuesta para ver cuántos
días puede aguantar en la
clase uno?
–Apuesto 100 dólares, no
aguanta más de tres días.
-Yo apuesto a un día…
Luna ignoro los susurros de
estas personas, cogió su
mochila y abandonó muy
tranquila el aula.
Profesora Villanueva, estoy
lista, vámonos.

Julieta Villanueva es una de


las mejores maestras de
Astraluna; todos los
estudiantes que ha
enseñado son hijos de la
élite.
Aunque Luna no estaba
tampoco segura, si podría
alcanzar el ritmo de la clase
uno.
Julieta, caminando
adelante, cargando libros
didácticos, le explicó las
reglas de la clase uno:
-Una vez que estés en la
clase uno, debes seguir las
correspondientes reglas
dadas allí. No tengo que
decirte nada sobre el amor.
Además, no espero ver que
traigas cosas, que no estén
relacionadas con el
estudio a la escuela, en el
último semestre antes del
examen de ingreso a la
universidad.
-También hay dos sesiones
de estudio nocturno de
cuarenta y cinco minutos
cada una, y debes ir al
restaurante media hora
después para cenar.
-La intensidad de los
estudios en la clase uno,
será mayor de lo que
imaginas. Si no puedes
aceptarlo, todavía tienes la
gran oportunidad de
arrepentirte en este
momento. Por supuesto, si
tu rendimiento
académico se retrasa con
respecto al último examen,
o si no alcanzas los treinta
primeros de tu grado,
también serás expulsada.
¿Entendido?
-Entiendo.
Casi treinta estudiantes
estaban en una clase, y la
clase uno acaparaba los
treinta primeros puestos
del grado.
La última vez que se infiltró
en los primeros treinta del
grado, la única de otra clase
fue Luna.
Después de que Julieta llevó
a Luna al aula y realizó una
breve introducción, Luna
fue asignada al tercer
asiento del frente.
Los asientos aquí se
asignaban según las
calificaciones.
Luna se dio cuenta de que
el ambiente de estas clases
estaba cargado de total
tensión académica; todos
tenían la cabeza baja y
estaban escribiendo,
diferente de la clase seis,
donde las chicas hablaban
de cosméticos y bolsos, y
los chicos de presumir sus
zapatillas.
Después de que se fue la
maestra, la primera clase es
de literatura…
Luna escuchó atentamente
cada clase, tomando notas
Para ella, este tipo de
intensidad académica era
bastante manejable, y la
mayoría de las cosas podía
entenderlas.
Lo único malo era que
después de la escuela,
todavía tenia dos sesiones
más de estudio nocturno
La cantidad de tareas
también se habla
duplicado.
Después de las clases de la
mañana, tenía acumuladas
ocho papeles de ejercicios
en sus manos.
No habia ni tiempo para ir
al baño entre clases; todos
estaban extremadamente
ocupados escribiendo. Solo
cuando estaba escribiendo
frenéticamente podía evitar
divagar en pensamientos
desordenados.
Capítulo 162
Los mejores estudiantes de
la clase estaban ocupados
estudiando y repasando por
su cuenta, el curso diario
era tan completo que
realmente no tenia tiempo
para preocuparse por nada
más.
A ella realmente le gustaba
este ambiente de estudio,
donde cada uno luchaba
por lo que queria, incluso
si los estudiantes de la
Preparatoria Privada
Aurora eran hijos de
destacados magnates
empresariales, asi venia de
buenas familias, no se
relajaban.
En ese momento, su mesa
se sacudio ligeramente y
Luna levantó la vista para
ver a la persona que
estaba medio sentada en su
mesa. Ella tenia una larga
cola de caballo, su cabello
fue de un bello color
castaño rizado, y su figura
era muy esbelta, casi de la
misma altura que Luna, sus
ojos cayeron.
directamente en el pecho
de Luna:
-Chica, ¿que has comido
para crecer tanto? Recuerdo
que eres la estudiante que
se acaba de transferir
hoy, te llamas Luna Garcia,
¿verdad?
Luna, durante su
presentación, había notado
que todas las personas
estaban ocupadas con sus
tareas y
nadie levantó la cabeza para
mirarla, no esperaba que
alguien en ese momento
recordara su nombre.
-Me llamo Frida Ríos,
podemos ser amigas!
Luna no sabia que decir.
-¡Vamos a comer juntas al
mediodia’ ¿Te gustaría
acompañarme a comer?
¿Frida Rios?
Luna repitió mentalmente
su nombre.
Es un nombre tan familiar,
¿donde lo ha escuchado
antes?
¿Rios?
Hoy Miguel mencionó a la
familia Rios en la mesa,
¿podría ser Frida?
¿Ella es la hija mayor de la
familia Rios?
Miguel raramente le presta
tanta atención a la familia
Rios, pero de igual manera
le pidió a Andrés que
fuera muy cauteloso.
Luna no sabía qué travesura
estaba planeando Miguel.
Hasta su muerte en su vida
pasada, Miguel nunca
aprobó su matrimonio con
Andrés, algo que
habia logrado entender.
¿Por qué?
ella no
Su matrimonio fue algo
manejado discretamente
después de la muerte de
Miguel, sin sala de
ceremonias, sin maestro de
ceremonias, sin flores… solo
un certificado de
matrimonio.
Luna rápidamente volvió
de sus recuerdos y sonrió a
Frida:
-¡Claro que si!
¿Por qué Luna aceptó?

En realidad, justo en ese


momento Luna también
recordó algo, Frida era la
heredera que la
Corporación
Ríos, la hermanastra de
Gabriel.
Porque ella, ya entendió lo
que Miguel tenía en mente.
Él quería juntar a Andrés
con Frida, usando la familia
Rios para ascender
rápidamente, esperando
que Andrés podría tomar
medidas y usurpar a toda la
familia Rios.
De esta manera, Andrés no
solo se quedaría con la
herencia de la familia Ríos,
sino que también se
vengaría de la familia
García, tomando el control
de ambas familias al final.
Solo de esta manera sería lo
mejor para Andrés.
Él es una persona que no se
detiene hasta alcanzar sus
objetivos…
Si Andrés realmente se casa
con Frida, tal vez esto sea
algo bueno…
La familia Ríos y la familia
García tienen fuerzas
bastante comparables, tal
vez ella no necesite
acercarse a Gabriel para
lograr sus objetivos.
Por un lado, Andrés estaría
muy preocupado por la
familia Ríos, y no haría
locuras hacia ella.
Por otro lado, unir a Andrés
con ella, de esa manera
podría cambiar por
completo su destino de
casarse con Andrés.
Tercero… quizás a través de
su relación con Frida,
Andrés no la trataría tan
mal.
En su vida pasada, su mejor
amiga y confidente terminó
en la cama de su esposo y
tuvo un hijo con él; la
traición más dolorosa la
hizo incapaz de volver a
creer por completo en lo
que llaman amistad.
Capitulo 163

En este momento Luna


prácticamente no tenia su
propio circulo de amigos.
También se había
acostumbrado a estar sola.
Cuando estaba bastante
aburrida, leia libros o ve
series, hacia las cosas que le
gustan no tenía de veras
ninguna interacción con el
mundo exterior. No había
sospechas entre
amigos ni sucesos
desagradables.
Ella no sabia con qué
proposito Frida se estaba
acercando. Pero Luna
pensaba que muy pronto
obtendría esa respuesta
Restaurante del Edificio 5.
El lugar habitual de Frida
resultó ser un restaurante
de comida picante.
Luna no podia comer
picante, asi que pidió
algunos platos más ligeros.
Frida comio y dijo:
-Luna, hoy mi familia va a
organizar una maravillosa
fiesta de cumpleaños para
mí, ¿sabes? Me gustaría
invitarte a ti y a tu
hermano.
El vapor caliente se elevaba,
ocultando sus ojos.
Ella es muy hermosa y ha
heredado la belleza de su
madre, conocida como la
belleza número uno de la
capital, bastante
deslumbrante a primera
vista y capaz de atraer
inmediatamente la atención
de los demas
Efectivamente, su objetivo
era Andrés.
Aunque Luna no sabía lo
qué había pasado entre
Frida y Andrés, habiendo
vivido dos vidas, ya podia
entender a las mujeres y era
capaz de percibir que Frida
se encontraba interesada
por completo en Andres
-Te he traido una
invitación, recuerda que
tienes que venir a las siete y
media de la noche. Habrá
muchas cosas deliciosas esta
noche, mi padre también
ha invitado a estrellas muy
reconocidas, i recuerda que
tienes que venir!
Luna observó la invitación
roja con estampado
dorado:
-Tengo dos clases más esta
noche, me temo que no
podré ir.
Frida habla comido
bastante y sus labios
estaban realmente
inflamados por el picante:
-No te preocupes por eso,
cuando terminen las clases,
simplemente ven conmigo
-Después de hablar,

Luna bajo la mirada,


pensando en algo, y
afirmando:
–Está bien.
-Luns, ¿puedes hablarme de
tu hermano? La última vez
que fui a un bar con unas
amigas, nos encontramos
con un grupo de matones y
casi nos metemos en
tremendos problemas, pero
tu hermano apareció de
repente y derribo a más de
una docena de personas por
su cuenta. Es realmente
increible.
En los ojos de Luna, llenos
de admiración, se podía ver
el resplandor de un amor
juvenil.
Pero solo durò un pequeño
instante, y pronto dijo con
desdén
-Si no fuera porque él me
salvó una vez, no lo
perdonaria por su actitud
grosera la última vez. A
menos
que… el regalo que me de
esta noche me satisfaga
Frida, al ver que la persona
a su lado seguía sin hablar,
siendo solo ella la que
hablaba, insistió:
-Estoy tan ocupada
hablando y no has dicho
nada, ¡cuéntame de él!
Los ojos de Luna eran
demasiado candidos y
hermosos, imposibles de
leer.
Efectivamente, ella lo hizo
todo por Andrés.
Pero si no fuera por la
persona que le gusta en su
corazón, probablemente
Frida solo viera a Luna
como una figura
transparente
-¿Qué quieres escuchar? -
preguntó Luna con un tono
muy calmado, sin ninguna
emoción.
-Hablame de lo que le gusta
comer, lo que le gusta
hacer. Cosas asi.
Mientras comia, Luna
recordaba las cosas que a él
le gustaban y todos sus
pequeños habitos.
-El se levanta para correr al
amanecer a las seis y media,
después del desayuno, se va
al trabajo en coche a las
siete y media No le gusta la
cebolla, también tiene el
estómago muy débil, no
puede comer alimentos
frios. Todos los dias está tan
ocupado con el trabajo que
muy a menudo olvida
comer, lo que resulta en
dolor de estómago por
beber con el estómago
vacío durante compromisos
sociales, la vez
más grave fue cuando tuvo
una hemorragia estomacal
y tuvo que ir de inmediato
al hospital…
Esos hábitos, que ella
queria olvidar, pero al
hablar de él, Luna poco a
poco descubría que todo lo
que tenia que ver con él ya
estaba totalmente grabado
en sus huesos
ncluso at sabia que no lo
podía olvidar? Entonces
utilizaría tres años, cinco
años, diez años para
olvidario
Algún dia, no recordaría
nada acerca de él.
-Y…. el también tiene una
hermana a la que quiere
mucho….
Capítulo 164
Frida apoyaba su cabeza en
su mano, tomando atenta
nota mentalmente.
Sé que la persona que le
importa es Isabel. Escuché
que fue transferido a esta
escuela después de ser
golpeado en la Preparatoria
Pública Astraluna.
Luna tomó algunas
cucharadas de su sopa y
sintió que era bastante
insipida, sin mucho sabor.
El entorno
era super agradable y la
comida fresca, lo único
malo era que el caldo de
hueso no había sido bien
cocido, al final no tenia
sabor.
-Andrés ya se mudó de la
casa y vive ahora con Isabel.
Si quieres saber sobre él,
Isabel lo conoce mejor
que yo.
Las palabras de Luna
llevaban un tono de prueba,
queriendo ver la reacción
de Frida. Frida se enrollaba
el cabello largo y sacudía la
cabeza con gran desden:
-Siento que ella es muy
falsa. No será que a ti
también… ¿te gusta Andrés?
Luna negó directamente:
-El siempre será mi
hermano, nunca me
gustaría mi propio
hermano.
La mirada vigilante de
Frida se relajó al instante.
Se golpeó el pecho:
-Por un momento me has
asustado. Pensé que eras
como Isabel. Entonces, de
esta manera, ¡tú seras
mi mejor amiga en el
futuro! Quién sabe, tal vez
nos convertiremos en
familia y tendre que
llamarte hermana.
Luna apenas sonrió, sin
decir una sola palabra.
¿Debería decirle a Frida la
verdadera cara de Andrés?
Si ella sigue cayendo más
profundo, solo dará a
Andrés más oportunidades
de aprovecharse de ella
Frida definitivamente se
lastimará.
Enamorarse de él hará que,
con el tiempo, te vuelvas
menos tú misma, encerrada
en una jaula tejida de hilos
de oro, nunca pudiendo
tocar tu propia libertad.
Al final, te ves a ti misma
viviendo en un abismo.
Olvidemosio, ella misma
tiene suficientes problemas,
¿por qué debería
involucrarme?
Con quién se case Andrés,
no tiene nada que ver con
ella.

Después de comer, Frida le


compró una bebida.
Solo escuché a alguien
llamar el nombre de Frida
desde atrás.
Frida les hizo señas con la
mano: -Ya voy en un
segundo -Pronto se giró
hacia Luna y dijo: Luna,
tengo que prepararme para
la competencia de
matemáticas avanzadas. Si
consigo el primer lugar,
puedo ser admitida a la
Universidad de Astraluna
sin ningún tipo de
exámenes. Luna, recuerda
nuestro acuerdo,
nos vemos en la
Universidad de Astraluna.
Cuanto Luna tomo el te con
leche, Frida ya se habia ido,
siguiendo a los demás.
Ella es realmente excelente
persona.
Alegre y vivaz, amable con
todos, probablemente no
haya nadie que no le guste.
Luna se dio la vuelta y de
repente un balón voló hacia
ella, se asustó y dejó caer la
bebida, mirando hacia
el campo de baloncesto,
una persona levantó su
camisa, secándose el sudor
de la cara:
-Oye, Luna, lanzame el
balón.
Luna lamento la pérdida de
su té con leche, no lo había
probado.
No le presto atención y se
alejó sin mirar atrás.
Si no fuera por él, ella
probablemente habría
ayudado.
Pero ya no tenia ganas
El chico se giro hacia
Sergio:
-Vaya, Sergio, en solo
medio dia ella ya no te
tiene en cuenta.
-¿Quieres que lleve a los
chicos a darle una lección?
Sergio. -¿Estás aburrido y
sin nada que hacer?
Desalmado, habría sido
mejor ahogarte desde el
principio.
Anteriormente, fue bajo el
liderazgo de Sergio que se
atrevieron a rechazar y
excluir a Luna…
Ellos no son como Sergio,
todos saben que él es un
hijo ilegitimo, pero nadie se
atreve a desestimario.
El ultimo que se atrevió a
hacerlo….
Ya ha desaparecido en
Astraluna.
La familia Sánchez es
bastante poderosa en la
capital, nadie los desafia ni
los ofende, incluso el perro
gran emperador.
Estos son los estratos del
mundo, no hay tal cosa
como la igualdad para
todos.
Bajo el dinero y el poder…
todos son seres
insignificantes.
Capítulo 165
Ahora Sergio de repente
cambió la actitud hacia
Luna!
Es realmente bastante
curioso….
Sergio finalmente perdió el
interés en jugar baloncesto,
recogió una botella de agua
que estaba al lado y
se marchó directamente del
campo de juego.
Resolver un examen de
matemáticas en media hora
ciertamente era muy difícil,
además de que incluía
varios conocimientos que
van más allá del libro de
texto, algunos de los cuales
solo se enseñan en la
universidad. Para Luna no
era tan dificil, simplemente
necesitaba algo de tiempo y
de concentración
para calcular las respuestas.
La campana de la última
clase sonó, y Julieta recogió
su libro de texto:
-Tengo una excelente
noticia que contarles, hoy
es el cumpleaños de nuestra
compañera Frida,
mientras le deseamos un
feliz cumpleaños, hoy no
retendremos a nadie para el
estudio nocturno. Sé que
la mayoría de ustedes han
recibido la invitación a la
fiesta de cumpleaños de la
señorita Frida, ¿verdad?
Espero que todos se
diviertan y la pasen muy
bien.
Frida es la más activa de la
clase, ella gritó con alegría:
-Gracias, profesora, te
quiero, profesora.
Sus ojos miraron
inconscientemente hacia
Luna, quien todavía estaba
escribiendo.
-De nada.
Es raro que no haya que
asistir al estudio nocturno
en esta clase.
Justo después de que Julieta
se fue, Frida corrió directo
hacia Luna:
-Luna… deja de escribir,
¡vámonos juntas!
Luna terminó el último
ejercicio y cerró
rápidamente el libro:
-Ya estoy lista, vámonos.
Frida la elogió diciendo:
Déjame ver, casi todos los
ejercicios están correctos, es
una lástima que no te unas
a nuestro grupo de
matemáticas avanzadas.
Quién sabe, tal vez
podríamos obtener la
admisión directa a la
Universidad de

Luna se detuvo en sus


rápidos movimientos:
-¿Yo también… puedo
hacerlo?
-¡Claro que si! ¿Por qué no?
La competencia de
matemáticas olimpicas de
este año se clasifica por el
total de puntos… no solo
participará los estudiantes
de la Preparatoria Privada
Aurora sino también la de
la Preparatoria Pública
Astraluna. Si puedes entrar
en el top diez nacional de
matemáticas olímpicas,
Luna… esto sería un gran
honor para tu familia.
-¡Está bien! Si entro,
¿necesito hacer algún
tramite para ello?
El chico de detrás de Luna,
quien llevaba gruesas gafas,
tenía una expresión
indescriptiblemente
extraña y sorprendida.
Él agarraba la correa de su
mochila, queriendo decirle
algo a Frida.
Pero fue demasiado tarde.
Él las observó irse juntas.
Luna sólo supo por él que,
si ahora entraba en el grupo
de matemáticas olímpicas,
significaria que
alguien tendría que ser
expulsado del grupo, y
también significaría perder
la gran oportunidad de la
admisión directa.
Frida, al ver su indecisión,
la persuadió diciendo:
-No te preocupes, no
vamos a expulsar a alguien
así… haré que el tutor
prepare un examen y el
que tenga más puntos, se
queda. ¿Qué te parece? Esa
idea ¿No es justo?
Si tuviera que sacrificar a
una persona para obtener
un lugar y entrar en el
grupo, Luna no lo haria.
Si pudiera hacerlo con su
propia esfuerzo, estaria
feliz de intentarlo.
Se separaron en la entrada
de la escuela.
Luna subió al coche y Paco
dijo:
-Señorita, ¿deberíamos
esperar un poco más? El
señor Martinez quiere que
también lleve a la señorita
Blanco.
-Si claro entendido!
Entonces esperamos
Luha se sentó en el coche,
mirando como Isabel se
despedia sondendo con Ana
y se dirigia hacia el

-Paco, vámonos primero o


tenemos que esperar a
Luna. Es posible que ella no
vuelva a casa hasta muy
tarde. -Isabel tenia una
forma de hablar con Paco
como si lo conociera muy
bien, se abrochó muy el
cinturón de seguridad, sin
darse cuenta en absoluto de
la persona sentada detrás de
ella.
Paco se sintió incómodo y
dijo:
-Señorita Blanco, la
señorita García ya está en el
coche. Por favor, sea
consciente de su posición.
Estoy aquí precisamente
para llevar a la señorita
García.
Si no fuera por las órdenes
de Andrés, ella no tendría
ningún derecho a estar en
este coche.
Capítulo 166
Mordiéndose los labios,
Isabel se voltio
repentinamente y vio a la
persona que estaba sentada
en la parte trasera del
coche, luego dijo en voz
baja y bastante arrepentida.
-Perdón, Luna Hoy vi tu
horario y pensé que
tendrías que asistir a clases
extras por la noche. Por eso
Luna no tenia interés en
discutir sobre esos detalles
tan insignificantes,
tampoco le importaba la
cara de vergüenza de Isabel
Aun se sentia muy mareada
debido a su resfriado, por lo
que solo le respondin
sus ojos cerrados.
-No pasa nada, es mi culpa
Paco, regresemos y
llevemos a Isabel a casa
primero
-De acuerdo, señorita -
respondió Paco,
Paco habia trabajado para la
familia Garcia durante
muchos años y tenía la
plena confianza para decis
verdad. En realidad, era una
persona muy buena,
honesta y sincera, al mismo
tiempo que era muy
diligente y dedicado en su
trabajo. Esa era la razón por
la que podía trabajar
durante tanto tiempo junto
a Miguel.
Con una expresión
avergonzada, Isabel le dijo a
Paco:
-Paco, por favor, llévame a
la empresa de Andrés y
esperaré allí. Tenemos algo
que hacer más tarde
Paco no respondio
inmediatamente, en
cambio, miró a Luna a
través del espejo retrovisor
y le pregunto
-Señorita, ¿cambiamos el
destino?
Estaba pidiendo la opinión
de Luna, y esta confirmó
murmurando sin decir
nada mas
Isabel se sintió totalmente
humillada, asi que
simplemente bajó la cabeza
y se mantuvo en silencio
En el pasado, cuando a
Luna todavia le gustaba
Andrés, solía ir a la empresa
de Andrés para esperario
después de la escuela y
regresar a casa juntos. En
aquel entonces, ella
siempre se sferraba a
Andrés sin
vergüenza… Ella e Isabel
serían personas totalmente
diferentes para siempre
Sin embargo, para ser
honesta, estaba muy
intrigada por saber a quién
elegiría Andrés entre Frida
e Isabel. Una provenía de la
familia Rios, que tenía un
gran poder e influencia
para brindare beneficios
con su trasfondo profundo,
y la otra era su querida
chica que había estado con
él todos los dias,
buenas y en las malas…
¿Cuál sería su elección
final?
En su vida pasada, ella
misma también fue una de
las opciones, pero ahora se
había atrevido y compensar
lo que le había hecho en el
pasado. Sin embargo,
cuando tuvo el valor de
saltar al mar, todo
lo que le debía a Isabel ya
había sido compensado por
completo.
A esta hora de la noche, el
viaje que solia tomar solo
media hora les llevaba toda
una hora.
En la sala de la empresa,
seguido por Álvaro, Andrés
estaba hablando en un
inglés bastante fluido con
un grupo de extranjeros
sobre la investigación y
desarrollo, los presentes se
encontraban vestidos de
traje, hombres de cabello
rubio y ojos azules.
-Señor Martinez, estamos
muy satisfechos con la
propuesta que nos
presentó. Esperamos tener
una cooperación perfecta
en el futuro dijo el jefe del
equipo en un español muy
enredado.

-Por supuesto -respondió
Andrés.
Después de despedirse y
ver alejarse el coche de los
socios, vio otro coche muy
familiar detenerse
frente a él. Su mirada
profunda y penetrante se
fijó en la puerta cerrada
del coche. A través del
cristal oscuro de la ventana,
no pudo ver el rostro de la
persona que estaba
sentada adentro.
Pronto, la puerta del
asiento del copiloto se abrió
y salió Isabel, quien le
saludó:
-Andrés.
Debido al mareo, se le
acercó a Andrés con pasos
inestables. Andrés le
preguntó muy preocupado
-¿Qué te pasa? ¿No te
sientes bien?
Isabel negó con la cabeza y
dijo:
– Estoy bien. Me siento un
poco delicada del
estómago. Descansaré un
poco y me recuperaré.
Lamento
mucho llegar tarde. ¿Eso
afectará la cena?
Andrés levantó la muñeca y
echó un vistazo al reloj, la
reconfortó:
-Todavía tenemos tiempo,
no te preocupes.
-Espero que sea asi… -dijo
Isabel tristemente.
Al mismo tiempo, dijo
Luna en el coche:
Paco, por favor, pasemos
por el centro comercial.
-Como ordene usted,
señorita
Junto con Andréen, Isabel
subió el ascensor especial
para la gerencia y llegó a la
oficina de Andres.
alli. Una mujer vestida con
un traje de chaqueta y una
falda lápiz negra salió.
Preguntó:
–Señor, ya está todo listo.
¿Esta es la señorita que va a
acompañarte al banquete
de esta noche?
Isabel se quedó un poco
confundida y preguntó:
-Andrés, ¿qué vamos a
hacer?
Pero Andrés no le
respondió, solo ordenó
-Terminen los preparativos
en treinta minutos.
-No hay problema y te
garantizo que quedará
satisfecho con todo -
respondió la mujer con
total confianza.
Isabel estaba desconcertada
por lo que iba a hacer, pero
fue llevada rápidamente
hacia adentro. Un
grupo especial la rodeó de
inmediato y empezaron los
trabajos de prepararle los
detalles para el
banquete. En el espejo,
Isabel podia ver un vestido
de noche blanco radiante y
elegante, colgado en una
percha, lo que le atrajo su
atención de inmediato. A
primera vista, podía saber
que era muy costoso y
magnifico. Era el tipo de
vestido de princesa que
todas las chicas desearían
tener.
Capítulo 167
¿Andrés la llevaría al
banquete como su
acompañante?, pensó
Isabel.
Se sintió un poco nerviosa
al pensar en eso, por lo que
apretó con fuerza las
manos, mientras en
corazón
se llenaba de múltiples
expectativas.
Luna fue a un centro
comercial para comprar un
regalo para Frida. Ya que
iba a asistir al banquete, el
regalo seria un requisito
básico de cortesia.
Siendo tan solo amigas,
Luna no tardó mucho en
elegir el regalo: una
bufanda al azar. Sin
embargo, no esperaba que
esta bufanda le costara más
de tres mil pesos, lo que la
hizo querer devolverla al
instante…
Desafortunadamente, la
vendedora había quitado la
etiqueta, por lo que ya no
pudo hacerlo.
Afortunadamente, Miguel
le habia dado una tarjeta de
compras y ella consiguió un
fabuloso descuento
del cincuenta por ciento. Al
final, la bufanda le costaba
mil quinientos pesos. Sintió
un “dolor en su
corazón que incluso se
extendía por todo su
cuerpo…
Cuando llegó a su
habitación en la mansión,
Luna encontró grandes
dificultades para decidir
qué vestido
de fiesta usaría para
participar en ese evento.
Finalmente, encontró una
caja blanca debajo del cajón
de su armario. Al abrirlo, se
dio cuenta de que era el
vestido que buscaba: un
maravilloso y elegante
vestido de fiesta negro con
la espalda descubierta.
Ese debería ser apropiado,
pensó.
Era la primera vez que
asistiría a un banquete, por
lo que no había preparado
un vestido de fiesta
especial. Todos los vestidos
que tenía eran modelos
pasados de moda, que ni
siquiera le gustaban a
ella, y mucho menos a los
demás. Pero este vestido
que encontró tenia un estilo
y un color simple, que
nunca pasarían de moda.
Luna apretó ligeramente
los labios, sin confianza de
manejar bien el estilo. Así
que decidio probarlo
primero.
Se levantó y fue al baño
para cambiarse de vestido.
Se miró en el espejo y se
dio media vuelta para
observarse bien. Se dio
cuenta de que su apariencia
era perfecta. Si fuera un
poco más delgada, no
podría llenar el escote; y si
ganaba unos kilos más, el
vestido no le quedaría,
como le quedaba en ese
momento. Con su perfecta
figura, ¡incluso nadie
creeria que era todavia una
estudiante de preparatorial
A las ocho y media,
comenzó el banquete. Frida
llevaba un vestido hecho a
medida que costaba un
millón de pesos y bailó la
primera canción con una
estrella de cine muy
popular Era
completamente
impresionante y elegante,
irradiando el aura de una
dama de la alta sociedad.

Todos los invitados eran


figuras muy destacadas no
solo en el campo político,
sino también en los
negocios. Brindaban y
charlaban animadamente.
Durante los minutos de
baile, Frida no estaba
completamente
concentrada y no dejaba de
mirar hacia la puerta, con
una mirada llena de
expectativas, como si
estuviera esperando a
alguien, hasta que un
sirviente entró guiando a
dos personas….
Frida vio a Isabel, quien
estaba junto al hombre y la
sonrisa en sus labios
desapareció por completo.
Podia percibir que la
mirada del hombre se
dirigía hacia ella. En los
giros del baile, le lanzó una
mirada a Andrés, quien se
encontraba entre la
multitud… Pronto, el baile
terminó en una postura
muy elegante.
Isabel estaba desconcertada
e inquieta, sin atreverse a
mirar a su alrededor
porque había muchas
personas que no conocía.
¿La persona que estaba
tocando el piano, llevaba un
fino esmoquin blanco y era
el famoso pianista mundial,
Mike? Se quedó totalmente
estupefacta. ¿Eso
representaba el poder y el
estatus social? Alcanzar la
cima de la pirámide de esta
forma y, disfrutar de los
privilegios que el dinero
brinda, eso debería ser una
tentación que nadie sería
capaz de rechazar… De esta
manera, la gente
podría obtener todo lo que
quisiera con más facilidad
que los demás, sin
necesidad de preocuparse,
por la forma cómo eran
percibidos por los demás…
Capitulo 168

Después del baile, Frida


tomó el abrigo que un
sirviente le entregó y se
acercó a Abigail Rios. Dijo:
-Mamá
Abigail notó la expresión
un poco triste de su hija y
preguntó bastante
preocupada:
-Cariño, ¿qué te pasa? Hoy
es tu cumpleaños, ¿por qué
no estás contenta? He
invitado a tus cantantes
favoritos. No te pongas
triste, te presentaré a
algunos chicos, ¿de
acuerdo?
Frida frunció de nuevo el
ceño y rechazo:
-¿Puedo rechazar esa
oferta? Quiero jugar con
mis amigos en la fiesta…
Esos chicos siempre me
hacen preguntas extrañas,
que me incomodan
mucho.
La suave música sonaba en
el salón y con su voz baja,
solo Abigail podía
escucharla. La reconfortó:
-Te entiendo, pero como
heredera de la familia,
tendrás que acostumbrarte
a esto.
Como anfitrionas de este
banquete, Frida no tuvo
más remedio, que atender a
algunos socios.
comerciales de la familia
junto con Abigail. Excepto
por la familia Sánchez, que
no había sido invitada.
-Mamá, ¿Gabriel aún no
quiere venir a visitarnos?
A Abigail le dolía un poco el
corazón, pero todavía
respondió con una suave
sonrisa:
-Gabriel está muy ocupado
asumiendo el nuevo control
del grupo Sánchez en estos
días. Debemos evitar
molestarlo. Le envié una
carta de invitación y vendrá
cuando esté libre.
Cuando estaba en la familia
Sánchez, todavía podía
verlo en casa. Sin embargo,
ahora ni siquiera tenia el
derecho de verlo.
Él todavía se negaba a
reconocer su relación …
Finalmente, Abigail se
acercó a Andrés y lo
examinó de arriba abajo
mientras le preguntaba:
-¿Fuiste tú quien salvó a
Frida?
Andrés vestía un elegante
traje negro, era apuesto y
gallardo. En comparación
con su habitual actitud fria
y déspota, este controló un
poco su aura y suavizó su
tono:
-Fue solo un favor.
Abigail miró a Frida, quien
estaba a su lado y le dijo
cortesmente en un tono
bastante tranquilo, pero
con cierto distanciamiento:
-Frida, ¿le agradeciste?
En realidad, no habia
muchas personas con
habilidades tan destacadas
en la ciudad. Si pudiera ser
utilizado solo por ella,
Abigail confiaría en él para
asegurar la seguridad de
Frida. Sin embargo, Andrés
ya se encontraba bajo el
dominio de Miguel….
Por lo general, este tipo de
persona solia recurrir a
trucos muy sucios y era
bastante astuto y
despreciable. Aunque
tuviera habilidades
excepcionales, no se atrevía
a dejarlo acercarse. Andrés
era como un lobo criado
por Miguel, incluso si
aceptara trabajar para ella,
se convertiría en un perro
que mordería a su dueño.
Abigail conocía claramente
las “obras” de Miguel en el
pasado, había hecho cosas
similares muchas veces. Por
eso despreciaba demasiado
a Miguel y, por ende, a
Andrés.
Frida le lanzó una mirada
muy despectiva y
respondió:
-Ya le agradeci, mamá. De
lo contrario, no lo habría
invitado al banquete. Oye,
tío, ¿por qué trajiste a esa
mujer aquí? También invité
a Luna, ¿por qué ella no
vino contigo?
Era cierto que, si no fuera
por la invitación de Frida,
los miembros de la familia
García no habrían tenido
la oportunidad de asistir a
este banquete. Invitar a
Andrés ya era darle
suficiente importancia.
Andrés respondió sin
cambiar su expresión:
-Luna tiene algo que hacer
y vendrá un poco más
tarde.
-Está bien. Llámala para
recordárselo. Tengo algo
muy bueno para ella -dijo
Frida.
Andrés aceptó diciendo:
-De acuerdo.
Después, Frida llevó a
Abigail deliberadamente a
otro lugar, dejandolo solo a
un lado. Se enojó un poco
porque él había traído a
otra mujer.
Isabel fue completamente
ignorada al quedarse al lado
de Andrés, ella ni siquiera
recibió una simple
mirada. Pero se sorprendió
al descubrir que Luna había
aceptado la invitación de
Frida…
Cuando Luna llegó a la
mansión, ya era muy tarde.
Capítulo 169
Alrededor de las nueve en
punto, Luna finalmente
llegó al banquete, sin saber
si la fiesta ya se había
terminado
La fiesta se celebró en la
mansión de la familia Ríos.
Después de mostrar su
carta de invitación al
anfitrión en la puerta, él la
condujo rápidamente
apresuradamente hacia
adentro mientras le decía:
-Si usted es amiga de la
señorita, sigue este camino
por favor. Ve recto hasta el
final y allí la encontrarás
Luna asintió saludó
ligeramente y respondió:
-De acuerdo. Muchas
gracias.
El anfitrión no podia
apartar los ojos la mirada
de Luna, ya que nunca
había visto a una chica tan
hermosa como esta. Estaba
curioso: ¿De dónde era esta
señorita? ¿Por qué nunca
había asistido a
ninguna fiesta en el
pasado?
Luna llevaba una chaqueta
para protegerse del frío y
sostenía el dobladillo de su
vestido, mientras se
dirigía en la dirección
indicada.
Frida ya habia saludado a
todos los invitados que
habían llegado. Al terminar,
abandonó el banquete y, se
dirigió a la fiesta que se
celebraba en la piscina
detrás de la villa. Los
invitados que estaban se
encontraban alli eran todos
sus compañeros de clase y
también sus mejores
amigos
Cuando llego alli, se dejó
caer muy exhausta en una
silla sin ganas de moverse
en absoluto. Exclamó
-Estoy tan agotada… No
entiendo por qué tengo que
saludar a todos esos viejos
pervertidos. Si no fuera
por mi madre, ni siquiera
me molestaría hacerlo
-¿Por qué? ¡Porque
heredarás la fortuna
familiar en el futuro, mi
bella genio adolescente
bello genio adolescente! -
dijo un chico vestido con
una camisa estampada. Era
exactamente Luis.
Frida respondió con dolor
de cabeza:
-Ya se lo dije antes, y lo
repito ahora, sería mejor si
le entregan toda la empresa
y la supuesta fortuna a
mi hermano mayor… De
esta manera, él me
mantendría. Y yo, la
hermosa belleza de casa
evitaria el cansancio de
trabajar toda la vida como
lo ha hecho mi madre, ¿no
es asi?
Luis se quedó sin palabras.
-Es la primera vez que
escucho a alguien quejarse
de tener demasiado dinero.
*15 BONUS
Frida tomo una copa de
champán y dio un pequeño
sorbo. Miró a su alrededor
y preguntó:
Oye, has visto a ella?
-¿Qué?-respondio Luis
confundido
Luna! ¿Acaso no ha venido
llegado?
Luis abrió los ojos de par en
par y se
sorprendiósorprendido:
-¿La invitaste? Madre mia,
de veras estás loca? ¿De
verdad veras la invitaste?
Frida fruncio el ceño y dio
un golpe a Luis, mientras
decia:
-Puedo dejar pasar lo que le
has hecho hacia a ella en el
pasado. Sin embargo, si
vuelves a hablar mal
de ella, consideraré que
pierdo a un amigo como
tú.
Luis exclamo
-Señorita Rios, realmente
sabes qué clase de persona
es ella y quieres hacerte su
amiga? ¿Te faltan
amigos?¿De veras te faltan
amigos?
-Eso no tiene nada que ver
contigo. Esa es mi libertad
opinión y punto.
En ese momento, un
sirviente se acercó
apresuradamente y susurró
algo al oido de Frida. Al
instante, la expresión de
Frida cambió drásticamente
y se puso extremadamente
nerviosa. Preguntó
-¿En serio? ¡Voy allá ahora
mismo!
-El joven señor y la señora
han entrado en el ingresado
al estudio. Parecen estar
hablando de asuntos
de negocios.
Probablemente que tengas
que esperar un buen rato
-No hay problema y
esperaré allí.
Al terminar de hablar, Frida
se fue corriendo. Luis le
gritó confundido:
-¿Qué vas a hacer? ¿Hay un
incendio?
Bruno, vestido
elegantemente con un traje
blanco, se acercó con una
sonrisa suave y dijo:
-No la mires más, ella ya se
ha ido.
Luis no quería admitirlo y
lo contradijo:
-¿Qué demonios estás
diciendo? Ella parece
completamente un mono y
¿por qué la miro? -dicho
esto, se acomodo
perezosamente en su
posición y continuó-. Por
cierto, ¿dónde está se
encuentra Sergio?
Bruno encogió ligeramente
los hombros y respondió.
Llegó hace mucho tiempo.
Tal vez está en algún lugar
citándose con una alguna
de sus chicas.
Luna todavia estaba
buscando el lugar, pero se
perdió en un bosque. A su
alrededor, la oscuridad se
volvía cada vez más intensa
y ya no podía lograba
encontrarver el camino.
De repente, alguien le
arrojó una pequeña piedra
Con sus zapatos de tacón
alto, Luna pisó la piedra en
la
oscuridad Cayó de
inmediato en un arbusto y
emitió un grito fuerte grito
de dolor.
Una figura apareció detrás
de ella. Se inclino hacia ella
y comenzó a reírse a
carcajadas con una voz
muy
varonil y hermosa,
burlándose:
-ildiota…!
Capitulo 170

Los ojos brillantes y


cautivadores de Luna, se
llenaron por completo de
lágrimas de dolor,
mientras
miraba a la persona que se
había parado frente a ella
con una sonrisa totalmente
arrogante y maliciosa.
Grito:
-Te diviertes haciendo
trampas, ¿verdad? Maldito
tramposo!
Luna se sostenia el tobillo
torcido y las lágrimas de
dolor amenazaban con
desbordarse. Sergio se
inclino ligeramente hacia
adelante y la observo con
una sonrisa radiante en sus
hermosos ojos, mientras
se burlaba
-¿Por qué no? Luna Garcia,
te mereces todo esto y más.
Luna no esperaba
encontrarse con Sergio alli.
En su opinión, él nunca
sería invitado a un
banquete de ese
nivel dada su situación
especial. Además, cada vez
que se encontraban, ella
nunca terminaba bien.
Un intenso dolor recorrió
todo su cuerpo. Se esforzó
por levantarse del suelo y se
sacudió la suciedad de
su vestido.
Afortunadamente, era de
color negro y la suciedad
no era muy evidente, así
que solo se quejo:
-Consideraré esto, como
mala suerte por
encontrarte.
Sin intención era no
discutir más con él, Luna
estaba a punto de irse. Sin
embargo, escuchó su VOZ
impaciente desde atrás:
-¡Oye!
Sergio se dio cuenta del
tobillo torcido de Luna y de
que cojeaba mientras
caminaba de manera
extraña
Pero ella no planeaba
voltearse para mirarlo..
-Ya no hay camino
adelante. ¿A dónde vas?
Luna se detuvo lenta y
finalmente entendió lo que
había sucedido: había
tomado el camino
equivocado.
No era sorprendente que
no hubiera visto a nadie
durante todo el trayecto, e
incluso el camino estaba
muy oscuro. Con su
empecinada terquedad, si
no fuera por la aparición de
Sergio, probablemente no
habría dado la vuelta a
pesar de saber que se había
equivocado de camino…
Luna se volteó de
inmediato, pero le dirigió
una mirada fría. Siguió
cojeando por el sendero de
piedras.
Cuando estuvo a punto de
pasar junto a él,
repentinamente se dio
cuenta de que la figura se
movió
rápidamente y al instante,
su cuerpo fue levantado en
el aire. Sergio la levantó
fácilmente con una sola
mano y en un abrir y cerrar
de ojos, ya estaba tumbada
sobre su hombro…
¡Qué estás
haciendo!,Bajame! ¡Sergio
Sánchez!-gritó Luna,
sintiéndose mareada, no
paraba de golpear su
espalda.

En el tercer piso de la villa,


la luz estaba encendida. Un
hombre se paró frente a la
gran ventana con una
postura elegante y hablaba
con gran refinamiento. Sin
embargo, en su mirada se
percibia frialdad. Dijo:
-Si aceptas cooperar
conmigo, seria la mejor
opción. ¿Cual seria tu
requisito? Dime.
Abigail respondió.
-Gabriel, si quieres ese
proyecto, puedo dártelo sin
cobrarte ni un solo
centavo.
Sin embargo, Gabriel no le
prestó atención, solo
continuó sus propias
palabras:
-Señora, parece que has
olvidado que este proyecto,
fue acordado por la familia
Sánchez hace ya tres
años. Si no fuera por las
artimañas ocultas de su
esposo, yo no estaría aquí
hoy. Por respeto a los días.
que hemos pasado,
podemos dividir las
ganancias a la mitad. Esa
sería la mayor concesión
que puedo
hacerle.
Abigail miró tristemente a
su hijo biológico. Nunca
esperaba que Gabriel
mostrara una actitud tan
indiferente. Cada una de
sus palabras le causaba un
dolor muy profundo en el
corazón. No pudo evitar
preguntarle.
-Gabriel, ¿realmente tienes
que hablarme con esa
actitud tan prepotente?
Bueno… ¡Incluso si no
reconoces que soy tu
madre! Entonces ¿tampoco
reconoces a Frida? Ella es tu
hermanita, quien siempre
te ha adorado desde que era
pequeña….
En la sombra no iluminada
por la luz, Gabriel frunció
ligeramente el ceño y
respondió:
-He dicho todo lo que tenía
que decir. Espero que lo
consideres bien, señora.
Ahora, tengo que irme.
Abigail intentó detenerlo:
-¡Gabriel!
No obstante, Gabriel no le
hizo caso. Hoy había
venido en representación
de la familia Sánchez, para
los asuntos comerciales, no
para mejorar la relación
entre ellos, por lo que tenía
que mantener en alto la
dignidad de la familia. Si la
tierra no fuera valiosa,
nunca habría puesto un pie
en esa mansión. Era un
empresario, el que solo le
importaba el bien familiar,
sin mencionar que estaba
allí para reclamar lo que
le pertenecía.
Gabriel salió del estudio. La
chica que lo esperaba en
cuclillas se levantó de
inmediato y fijó la mirada
en el hombre apuesto
frente a ella, luego lo saludó
dulcemente:
-Hermano.
Se sentia tan nerviosa que
estaba rígida. Su pulso se
aceleró aún más, que
cuando vela al chico que le
gustaba. Sin embargo,
Gabriel no le echó ni un
vistazo, solo tomó el abrigo
entregado por Rafael y se
marcho
La chica se sintió muy
decepcionada, porque no
recibió ni una felicitación
de cumpleaños, ni siquiera
una mirada de él. Era
verdad que tenían la misma
madre, pero ¿por qué a
Gabriel ella no le
simpatizaba?
En el pasillo, Rafael le
preguntó a Gabriel:
-presidente, ¿cómo le fue
en la negociación?
Dile al departamento
juridico para que elabore
un contrato. Daremos al
grupo Celestial un
cincuenta
por ciento de las ganancias,
pero el grupo Sánchez será
el único que se encargue de
la gestión este.
proyecto. Nadie del grupo
Celestial tendrá el derecho
de interferir en la
operación -ordenó Gabriel
Rafael afirmó y respondió:
-Como usted ordene,
señor.
Después de bajar las
escaleras, algunos invitados
querían brindar por él, pero
Gabriel los ignoro por
completo y siguió su
camino sin prestarles
atención.
Capitulo 171
Cuando llegaron a la
puerta, a Gabriel se le
ocurrió algo y le dijo a
Eric:
-Dile a alguien de la familia
Rios, que prepare
medicamentos para
torceduras y lo lleve al
patio trasero.
De acuerdo -respondió
Eric.
Aunque no sabia que había
pasado, antes de irse, le
pidió a un sirviente que
llevara el medicamento al
patio trasero.
En la piscina la música se
encontraba a todo
volumen.
De repente, Luis vio a una
figura acercandose desde
lejos. Cuando fijó la mirada
y observó el rostro más
de cerca, era Sergio. ¿Pero
llevaba a una mujer en sus
hombros?
Madre mia, ¿recientemente
había llegado a la mayoria
de edad y ya se atrevía a
hacer cosas tan fuertes
como esas? ¿Acaso habia
perdido la virginidad tan
rápido? Cuando escuchó la
voz de la chica, se quedó
boquiabierto y exclamó:
-¡Maldición!
¡Era la voz de Luna! Incluso
a si ella hubiera cambiado
de género, él todavía podría
llegar a reconocerla.
Sergio la dejó en una silla y
se quejó:
-Eres realmente, igual de
pesada que un cerdo. Come
menos, ¿vale?
-¡No he recibido de comer
nada de ti! – respondió
Luna.
Al terminar de hablar,
sintió un remolino en el
estómago y rápidamente se
inclino para luego vomitar
todo lo que habia comido
hoy. Antes de venir aquí, no
tenía mucha hambre por lo
que no habia cenado. Ahora
el vómito le provocó un
intenso dolor en el
estómago.
Aaah…! ¡Luna García! Me
has ensuciado con tu
vómito, ¡te voy a matar! -
gritó Luis.
No se atrevió a abrir los
ojos, temiendo que también
vomitara al ver la escena.
¡Qué asco!
Después de que Luis se
calmara un poco, Sergio lo
agarró del cuello y le dio un
empujón, luego le dijo con
total desprecio en sus ojos:
Por qué sigues aquí?
¡Lárgate! ¡Me das asco!
-No es mi culpa, porque me
culpas a mil-exclamó Luis
enfadado;

Luis no tuvo otra opción


más que irse para
limpiarse.

Justo en ese momento, un


sirviente se acercó
sosteniendo el
medicamento para
torceduras y preguntó:
-Señorita, ¿es usted quien
necesita el medicamento?
Luna todavía se sentia
bastante mareada después
de vomitar. Se sentía
mucho mejor, pero no
había
pedido ningún
medicamento, por lo que
negó:
-No, no lo he pedido.
El sirviente agregó:
-Fue un caballero quien me
ordenó que se lo entregara.
Me dijo que se torció el pie.
Pero Luna insistió negando
nuevamente con la cabeza:
-Muchas gracias, aunque es
verdad que me he torcido
el pie, no he pedido ningún
medicamento.
Pregúntale a otra persona.
Al escuchar sus palabras,
Sergio, quien estaba a su
lado, sacó el medicamento
directamente y dijo:
-Eres completamente una
completa retrasada. Ya que
tienes el medicamento,
¿por qué no lo usas?
Cuando él estaba en el
patio, había notado la
presencia de Gabriel. Si no
fuera por él, nadie se
preocuparía por Luna.
¡Qué tipa tan
manipuladora! ¡Era capaz
de hacerse amiga de
alguien tan dificil de tratar
como Gabriel!
Luna se sorprendió al
instante, al ver que Sergio
se inclinaba, dejando de
lado su arrogancia.
Exclamó
con cautela:
-¿Qué carajos pretendes
hacer?
Capítulo 172
Antes de que pudiera
retirar su pie, Sergio la
agarró del tobillo.
-¿Estás ciega? Voy a
aplicarte el medicamento -
dijo Sergio con un tono
cargado de total
arrogancia.
Luna dudo si habia algo
mal con su oido. ¿Este
hombre iba a aplicarle el
medicamento? No podía
creerlo siquiera. ¿Cómo era
posible que alguien que casi
la había matado en la
preparatoria ahora
pretendiera cuidar de ella?
¿Habia algo sospechoso con
el medicamento? No debía
caer nuevamente en la
misma
trampa. ¡Seria realmente
una idiota si aceptara
fácilmente la supuesta
amabilidad de ese tipo!
Sergio tenia el
medicamento en la mano y
se preparaba para aplicarlo
en su tobillo hinchado. Sin
embargo, Luna retiró
rápidamente su pie y lo
rechazó:
-Estoy estoy bien. No
necesito el medicamento.
Luna no sabia qué truco se
escondia detrás de esa
aparente amabilidad, asi
que decidió levantarse
apoyándose en la silla.
Sergio levantó ligeramente
las cejas y también se puso
de pie. Sacó una servilleta
para limpiarse la mano y la
observó detenidamente.
Justo cuando Luna intentó
dar un paso adelante, sintió
un agudo dolor en el
tobillo y volvió a caer en la
silla.
-He conocido a muchas
personas tercas, pero
ninguna tan terca como tú.
Si no planeas aceptar mi
ayuda, me voy-dijo Sergio
con total frialdad, arrojando
la bolita de servilleta que
tenía en la mano.
En ese momento, se
escuchó una voz muy clara
desde no muy lejos.
-¿Sergio? ¿Por qué está
aquí?
Luna dirigió la mirada
hacia la dirección de la voz
y se dio cuenta de que era
Frida, que se acercaba
rápidamente, luciendo un
hermoso y elegante y
vestido de princesa. Al
mismo tiempo, notó que
Frida la
miraba con gran disgusto y
desprecio, como si
estuviera viendo a un
enemigo. Era exactamente
la
misma mirada que Luna
había recibido cuando
estaba en la Clase Seis.
Esperaba que un día Sergio
también el llegara a recibir
esa mirada de los demás.
Después de todo, él era una
persona muy arrogante
y desafiante.
Frida le preguntó a Luna
preocupada:
¿Estás bien? ¿Te has
lastimado en algún lugar?
Luna negó con la cabeza:
No, no. Nada grave.
Al terminar la
conversación, Frida se
volvió hacia la persona
frente a ella, con los brazos
cruzados y
hablando con fuerte tono
de dueña del lugar.
-Sergio Sánchez, te lo dije
que no eres bienvenido en
nuestra casa Largate de
aquí, ahora mismo!
Bruno se dio cuenta de la
tensión que había en el
ambiente. Así que, terminó
rápidamente su
conversación con sus
amigos, dejo la copa de
vino en su mano y se
acerco para intentar
persuadir a Frida, diciendo:
-Sergio fue invitado por mi
tia Abigail.
-¿Como es posible que mi
mamá haya invitado a esta
persona a mi fiesta de
cumpleaños? -exclamó
Frida.
Sergio mostró una sonrisa
burlona en sus labios.
Aunque sonreía, su mirada
se enfrid como un cuchillo
en sus hermosos ojos. Y
muy lentamente dijo:
-¿Cómo? ¿Me odias? Sin
embargo, me gusta esta
sensación, me gusta que me
odies, pero no tienes
más opción que
soportarme.
-¡Si! ¡Te odio! Al verte, ime
das ascos! No entiendo
cómo tienes el descaro de
quedarte aquí Largare
Ahora! ¡Ya!
Dentro de la mansión,
Abigail acababa de bajar del
estudio. El mayordomo se
percato de lo que suceda
en el jardín y estaba a punto
de intervenir. Después de
todo, habia gran cantidad
de invitados
mansión y si veian esa
escena, la reputación de la
familia Ríos se vería
afectada.
Sin embargo, Abigail lo
detuvo y dijo:
-Son problemas de los
jóvenes. Deja que ellos los
resuelvan. Ocupa tu tiempo
en tus propias tareas
-Como usted mande,
señora -respondió el
mayordomo.
Abigail no se movió. Se
detuvo frente a la ventana,
observando la situación.
Cuando su mirada
indiferente se posó
especialmente en Sergio, no
pudo evitar suspirar en su
interior, ya que este chico
tenía los ojos casi idénticos
a los suyos….
Bruno frunció el ceño y
dijo:
-¡Frida! ¡Basta!
-Suéltame! -exclamó Frida
mientras se liberaba del
agarre y continuaba
hablando- ¿Como Meh
equivocado? Si no lo
escuchaste bien, lo repetiré
una vez más y escucha con
atencioni Tu siendo el jo
de una destructora de
hogares y amante del padre
de los demás, nunca serás
bienvenido en nuestro casal
Eres tan despreciable como
tu loca madre!
¡Sinvergüenzas Largate
Frida pronunció la última
palabra a gritos.

Frida pronunció la última


palabra a gritos. Después de
un incomodo silencio, Luna
se dio cuenta de que
Sergio estaba emanando
una atmósfera aterradora y
maquiavélica
Capítulo 173
En medio del sofocante
silencio, todos contuvieron
la respiración por un
momento
El tiempo pasaba, un
segundo, dos, tres…
En realidad, solo Frida se
atrevió a decirle semejantes
palabras a Sergio Todos
pensaron que Sergio se
enfadaria o incluso llegaría
a golpearla. Sin embargo,
no lo hizo. En cambio, solto
una risa contenida, con
los ojos enrojecidos de ira.
Al ver su rostro aterrador,
Frida se sintió un poco
asustada.
Sergio sonrió y dijo.
-Eres más sobresaliente que
tu madre, maldita seal ¿De
verdad crees que tu madre
es una santa?
Frida lo interrogo:
-¿Que quieres decir con
eso?
Después de dejar esa frase
como un enigma, Sergio se
marchó directamente. Luna
se sentia como una
persona totalmente
invisible. No dijo nada, solo
bajo la mirada pensando en
algo
-¡Detentel ¡Maldito
desgraciado! – grito Frida
Bruno miro a Sergio muy
preocupado mientras la
figura se alejaba
Abigail, que se encontraba
no muy lejos, se quedó
quieta un momento en
medio del viento. Poco
después, se le pasó la
embriaguez y recuperó la
sobriedad. Había escuchado
todas las palabras de
Sergio. No pudo evitar
dudar si ese chico se habia
enterado de algo… Fruncio
fuertemente el ceño y bajo
las escaleras del jardin, tan
agilmente con sus zapatos
de tacon alto, luego dijo
-¡Frida! ¿Por que estas
discutiendo frente a tantos
compañeros?
Al escuchar la voz familiar,
Frida se calmó de
inmediato, con la cabeza
agachada, temiendo ser
regañada. Abigail le habia
pagado gran cantidad de
cursos de protocolo. Sin
embargo, despues de
medio
año, no había mejorado en
absoluto, a pesar de gastar
casi cien mil pesos.
Como una niña que acaba
de cometer un error, Frida
respondio en voz baja:
-No pasa nada, mamá.
Describió brevemente todo
lo sucedido.
quién es esta serionita? -
pregunto Abigail mirando a
Luna, que estaba sentada en
la silla
Luna percibió la mirada y
estaba a punto de
responder, pero Frida la
interrumpio y dijo
-Se llama…

Antes de que pudiera


terminar sus palabras, Frida
terminó diciendo: -Mamá,
regreso a mi habitación a
abrir los regalos.
Estaba ansiosa por ver qué
regalo le había dado
Andrés.
Sin más opción, Abigail
movió la cabeza y se quejó
ligeramente:
-¿Cuándo podrá cambiar
ese carácter tan
imprudente? Ni siquiera
atiende a sus compañeros
adecuadamente….
En ese momento, el
mayordomo se acercó y
susurró algo al oído de
Abigail, luego ella también
se fue. Los espectadores
que se habían acumulado
para presenciar la discusión
también se dispersaron
uno tras otro, como si nada
hubiera ocurrido.
La suave voz de Bruno
resonó, y le preguntó a
Luna desde arriba:
-¿Te encuentras bien?
Luna afirmó con la cabeza:
-Estoy bien.
-¿Sigues enfadada con
Sergio?
Era algo obvio, ¿vale…?
Luna no le respondió.
-Cada vez que algo está
relacionado con tu familia
García, siempre hay un
inconveniente. Luna
Garcia, no creas que eres
inocente. Reflexiona sobre
las cosas que tu padre ha
hecho. Sergio solo está
haciendo justicia en
nombre de todas las
víctimas -dijo Bruno
fríamente, mientras tocaba
el medicamento en su
bolsillo y seguía hablando.
Si te lastimas nuevamente
el pie, pidele al sirviente
que te ponga la
medicina. Cuidate.
Capítulo 174
Luna solía ser una persona
arrogante y caprichosa,
quien había acosado a
muchas personas para
salirse
con la suya. Pero después
de la aparición de Sergio,
todo cambió poco a poco. Y
ella se convirtió en una
persona aislada y acosada.
Ella también era
plenamente consciente de
su culpa y no podía
justificarse por las cosas que
había
hecho en el pasado….
Y esta fiesta en la que
participó no habia sido tan
buena como lo esperaba.
Aunque solo tenia una
relación superficial con
Frida, tendría que
mantenerla a largo plazo.
No le
importaba, si Frida la
utilizaba para acercarse a
Andrés o, si ella contribuía
a un posible matrimonio
entre los dos. Esa seria una
excelente relación que la
ayudaría a alejarse por
completo de Andrés y de la
familia Garcia
Ya era muy tarde y estaba
empezando a hacer frío. La
bufanda que llevaba ya no
era suficiente para
protegerla del viento frio.
Luna le pidió al sirviente
una nueva botella de
medicamento y se lo aplico
en el
tobillo hinchado. Después
de media hora, la
hinchazón disminuyo
bastante.
En ese momento, una
persona se le acercó y le
preguntó:
-Señorita, ¿es este su
móvil?
Luna respondió:
-¡Si! Por favor, déjelo en la
mesa. Es que no puedo
tomarlo ahora. Muchas
gracias.
El sirviente le informó:
-Su móvil ha estado
sonando repetidamente.
-¡Ya lo sé! Muchas gracias.
Su vestido de noche no
tenía bolsillos para guardar
el teléfono, asi que lo dejó
en la mesa junto a la
puerta cuando entró.
En realidad, también tenia
curiosidad, por saber quién
la estaba llamando a estas
horas. Después de limpiarse
las manos, tomó el móvil y
justo en ese momento
volvió a sonar.
Al ver la notificación, no
contestó la llamada y lo
dejó a un lado para que se
colgara automáticamente.
Sin embargo, luego de la
llamada, varios mensajes
saltaron en la pantalla:
¿Por qué todavía no has
regresado a casa?>

¿Como siques de tu ple?»


¿Necesitas que Eric te
recoja?>
Luna. por favor. responde…
Los mensajes entraron uno
tras otro, pero Luna no
sintió ninguna emoción en
su corazón. Si fuera otra
chica sencilla, podría
haberse sentido totalmente
reconfortada por el interés
de la otra persona. Sin
embargo, para ella, eso la
hizo sentirse
constantemente vigilada.
En su mente, podia
imaginar la
expresión y el tono de voz
de Gabriel mientras le
escribía esos mensajes.
En su opinión, la relación
entre ellos no había llegado
al punto en el que ella
necesitara informarle
sobre todo lo que hacia. No
le gustaba de ninguna
manera, hacer todas las
cosas según sus deseos.
Mirò a su alrededor, los
invitados también se
dispersaban uno tras otro, y
apenas había visto a Frida.
Después de que subió las
escaleras, no la había visto
más. Puso su pie en el suelo
con mucho cuidado y
se esforzaba grandemente
por ponerse los zapados. Ya
era muy tarde. Estaba
dispuesta a salir.
En la puerta, Abigail estaba
despidiendo a los
invitados.
-Me gusta mucho tu regalo.
Por respeto al regalo, te
perdono lo que sucedió la
última vez. Si tienes
tiempo mañana, ¿qué te
parece si cenamos juntos? -
le dijo Frida a Andrés? –
La chica llevaba el perfume
del nuevo aroma y de la
más alta calidad de este
año. Sin embargo, el olor
era demasiado fuerte y un
poco incómodo.
Ese perfume era el regalo
de cumpleaños preparado
por Álvaro. Era una edición
limitada del año que en la
tienda costaba más de
cuatro mil pesos. Ya era
bastante costoso. Andrés
levantó la muñeca y echó
un vistazo a su reloj,
mostrando una
impenetrable mirada en sus
profundos ojos. Respondió
fríamente:
-Si te gusta, eso sería
perfecto.
Al terminar de hablar, se
dio cuenta de que Isabel
bostezaba cubriéndose la
boca, por lo que le
pregunto:
-¿Estás cansada?
-Estoy bien respondió
Isabel.
-Si quieres cenar conmigo,
llámame cuando tengas
tiempo. Ya es muy tarde,
tengo que primero llevar a
Isabel a casa. Muchas
gracias por la invitación.
Frida apretó un poco los
labios y miró hacia Isabel
sin decir nada desagradable,
solo respondió:
-Está bien. Entonces,
mañana después de las
clases iré a buscarte. No
olvides tu promesa, Si no
cumples tus palabras, te
considerare un traidor!

Andrés afirmó con la


cabeza:
-Por supuesto.
Caminando del brazo de
Andrés, Isabel salió de la
mansión. La brisa levanto
ligeramente el dobladillo
de su vestido, lo que la hizo
sentir bastante frio. Andrés
apretó un poco más la
chaqueta de su traje y
preguntó:
-Andrés. Tengo una
sensación de que, a Frida le
gustas.
Isabel fijó la mirada en el
rostro de Andrés, sin querer
perder ninguna reacción de
él.
Capitulo 175
Sin embargo, Andrés era
tan bueno ocultando sus
emociones, que nunca
dejaba que sus verdaderos
pensamientos se reflejaran
en su rostro. A veces,
incluso Isabel no podia
adivinar qué era lo que
realmente pensaba.
Andrés le respondió
friamente y abrió la puerta
del asiento del copiloto.
-No pienses demasiado. Y
Sube al coche.
Mientras lo observaba,
Isabel vio también a Luna,
quien salió de la mansión.
Realmente había venido
Sin embargo, esta caminaba
cojeando con una sirvienta
a su lado. Andrés rodeó el
frente del coche y se
sentó al volante. Después de
que Andrés encendió el
coche, Isabel apretó el
botón para subir la
ventana.
Al otro lado, Luna le
agradeció a la sirvienta que
la ayudaba diciendo:
Señora, puedes inte. Mi
chofer está cerca de aquí y
pronto vendrá a
recogerme.
Así que tenga mucho
cuidado en el camino de
regreso -Dijo la sirvienta al
despedirse.
-Vale, muchas gracias-
respondió Luna sonriendo.
Su abrigo estaba en el coche
de Paco, por lo que se
quedó de pie en el viento
frio temblando y
abrazándose a sí misma..
De repente, une figura
apareció delante de ella y la
cubrió con un abrigo.
El abrigo negro de hombre
la envolvia por completo.
Luna levantó la mirada
muy sorprendida y vio al
hombre. Sus pestañes
temblaron ligeramente,
quedándose atónita por
unos segundos Luego
preguntó tartamudeando
-¿Tú… por qué estás aquí?
-Porque vi a una tontita que
se torció el pie mientras
caminaba. Se enfadó tanto
y discutió con la otra
persona. Me preocupé
muchísimo, asi que volví
para confirmar la situación.
Sin embargo, al llegar aqui,
vi una gatita que casi se
congela acurrucada al lado
del camino.
Mientras hablaba, los ojos
ambarinos como el cristal
del hombre la miraban
suavemente, como si
encontrara muy graciosa su
situacion él presenció todo
En realidad, Luna no lo
había visto en aquel
entonces.

-Entonces, ¿fuiste tú quien


envió al sirviente para
traerme el medicamento
para las torceduras? –
preguntó Luna muy
curiosamente.
¿Y te sientes mejor? -
respondió Gabriel,
mientras tomaba
naturalmente sus manos
entumecidas y las
metia en las suyas
Luna se sintió un poco
inquieta por un momento,
asi que retiró las manos y
las puso detrás de la
espalda, luego respondió
-Estoy mucho mejor. En
realidad, no tienes que
venir aquí. Paco está
llegando.
Al mismo tiempo, el coche
de Paco apareció en su
vista. Luna se sintió aliviada
de inmediato, como si
hubiera visto en ese
momento a su salvador.
-Tengo que irme. Regresa
temprano a descansar tú
también.
Justo cuando estaba a punto
de marcharse, sintió que
Gabriel agarró fuertemente
su muñeca. Ella giró la
cabeza asustada, pero solo
vio la expresión triste del
chico.
-Luna, ¿por qué no has
respondido a mis llamadas,
ni mis mensajes estos días?
¿Me estas evitando? ¿
Puedo saber la razón? -
preguntó Gabriel.
El coche de Paco se habia
detenido frente a ella. Sin
embargo, parecía que
Gabriel no planeaba
soltarla
hasta que recibiera una
explicación muy razonable
al respecto. Sin más
remedio, Luna respondió
sin expresar ninguna
emocion
-No te estoy evitando. Es
solo que estoy muy
ocupada con mis estudios,
asi que no he mirado mi
móvil estos dias
Aparentemente estaba
mintiendo, pero Gabriel no
la confrontó directamente
porque se dio cuenta de
que ella estaba bastante
preocupada por algo. El
soltó un poco sus manos y
preguntó:
-¿Alguien te amenazó? ¿Te
lastimo? ¿O te dijo algo
malo de mi?
Luna se sintió inquieta y
evito la mirada de Gabriel.
Respondió:
-No.
No sabía si era su
imaginación, pero siempre
sentía como si hubiera una
mirada ardiente y
peligrosa
observándola en la
oscuridad. La mirada era
como la de una serpiente
muy venenosa acechando
en la oscuridad. Aunque no
la habia visto, podía
percibir su opresiva
presencia.
-Gabriel, no deberíamos
perder más tiempo aqui,
¿de acuerdo? Hace mucho
frio. Si tienes algo que
más mi energía en este
lugar -dijo Luna friamente.
No entendia las acciones de
Gabriel. ¿Habla hecho todo
eso por su supuesto amor?
¿Acaso en su
opinión, el amor era igual a
controlar? Esto le parecía
completamente un deseo
posesivo casi totalmente
enfermizo, porque el
hombre simplemente
queria tener a una persona
a su lado, saber dónde
estaba y
que estaba haciendo todo el
tiempo. Pero ¿qué pasaría
con la otra parte de esa
relación? ¿Tendría que
renunciar a todas sus
libertades, incluso al
derecho de no volver
contestar llamadas y
mensajes? Lo más
importante era que, por el
momento, solo eran
solamente amigos…
Pensando en eso, Luna
decidio aclarar sus
opiniones con Gabriel vista
a vista. Dijo
-Gabriel…
Capítulo 176
Antes de que pudiera
terminar sus palabras,
Gabriel la interrumpió.
-Luna, solo me preocupo
por ti. ¿Hay algo de lo que
hago que no te guste?
Puedes decirmelo
directamente y ¡hare todo
lo posible por cambiarlo!
La mano tatuada acarició
suavemente su hermoso
cabello, mientras fijaba la
mirada en ella. No sabía si
era su imaginación, pero
Luna notó cierta inquietud
en el fondo de sus
hermosos ojos. Al percibir
su gran
emoción, Luna no pudo
evitar ablandar su corazón.
Sentía bastante
remordimiento, por
haberle dicho
esas palabras tan crueles
que lo habían hecho
sentirse tan triste.
Se quedó completamente
desconcertada, sin saber a
dónde dirigir su mirada.
Sabía que era demasiado
sensible a las cosas que
sucedían a su alrededor y
mantenía una vigilancia
excesiva para protegerse.
-Lo lo siento…

se disculpo Luna
balbuceando y
acomodándose el cabello,
luego continuó-. Tengo
que irme. Tú también
regresa a descansar
temprano. Ten buenas
noches.
Luna no sabía explicarse
que todo eso no era culpa
suya, porque él era muy
bueno…
Era todo un problema de
ella misma…
Gabriel no tuvo la
oportunidad de decirle
“buenas noches”, solo vio
cómo la chica escapaba
atemorizada, como si
estuviera evitando a una
bestia feroz, dejándole la
espalda con su falda negra
ondeando en un hermoso
arco.
Luna respiró
profundamente para
calmarse un poco. Cuando
reaccionó, se dio cuenta de
que todavía
llevaba el abrigo de Gabriel
con el aroma a menta que
le pertenecía.
Al pensar en él, la inquietud
volvió a atacarla
nuevamente. Con su celular
en la mano, se quedó
desconcertada sin saber,
cómo reparar el daño de
sus palabras tan crueles
hacia Gabriel.
Unos minutos después, su
celular vibró y apareció un
mensaje de él. Eran dos
palabras muy simples.
«Buenas noches.>>
Al leerlo, de repente sintió
un dolor agudo en el
corazón. Cuanto más
amable era él con ella, más
se culpaba a sí misma.
El coche de Gabriel siguió
lentamente al suyo
manteniendo una distancia
prudente. Gabriel esperó
unos minutos, pero no
recibió respuesta alguna.
Sus labios se apretaron
fuertemente, sintiendo una
sensación de pérdida
sofocante. Parecía que la
sensación de inquietud
incontrolable volvía a
invadir su cuerpo.
Temía no poder
controlarse como antes….

En el otro coche, Isabel


recordó suavemente a
Andrés:
-Andrés ¿cuándo nos
vamos?
Andrés bajo la ventana que
Isabel habia subido,
permitiendo que el viento
frío entrara y dispersara el
calor acumulado, lo que la
hizo sentir algo de frio.
Andrés no mostro ninguna
emoción especial en sus
profundos ojos. Pronto pisó
el acelerador y adelantó
rápidamente al coche que
tenia delante, alejándose.
-Dame la medicina dijo
Gabriel como si estuviera
reprimiendo un gran
dolor.
Adolfo saco rápidamente
un frasco de pastillas del
compartimento del coche,
así como una botella de
agua, y se los entregó
mientras decía:
-Señor, ¿necesitas una cita
con el doctor Jiménez para
mañana? No has ido a
visitarlo durante mucho
tiempo
Marco Jiménez era el
médico psiquiatra de
Gabriel. Gabriel padecía un
trastorno bipolar muy
severo, y
cuando su condición
empeoraba, podía perder
por completo el control e
incluso hacer cosas
Inesperadas.
-No es necesario -
respondió fríamente.
Vertio dos pastillas y las
tomó, luego cerró los ojos
sintiendo el dolor en sus
piernas. Trataba de
adormecer su corazón de
esa manera.
En realidad, podia sentir
que Luna lo estaba
evitando, pero no conocía
la verdadera razón. Aunque
solo
se habían visto varias veces,
no podía encontrar el factor
que había causado esta
penosa situación Se
esforzaba por controlarse y
no pensar demasiado…
Luna llegó a la mansión casi
a medianoche. Fue
despertada por Paco y bajó
muy somnolienta del
coche, con un abrigo de
hombre en el brazo.
Cuando entró, percibió el
aroma de comida desde la
sala.
-Andrés, la sopa ya está
preparada.
Era la voz de Isabel, quien
la estaba preparando en la
cocina.
Luna bajó la cabeza y luchó
por mantener los párpados
abiertos. Por lo general, se
quedaba dormida
antes de las once de la
noche. No esperaba que
asistir a un banquete fuera
algo tan agotador y
extenuante.
Isabel se dio la vuelta con
un tazón de sopa, pero notó
que Andrés ya no estaba en
la sala de estar.
Capitulo 177
Andrés fue a contestar à
una llamada y Isabel
coincidió con Luna, quien
justo acababa de entrar, a lo
que preguntó:
Luna Acabo de cocinar una
sopita, ¿quieres tomarte un
tazón también?
Luna negó con la cabeza y
respondió con voz débil.
-No, muchas gracias
Disfruten su tiempo, paso
por esta vez, quiero irme a
dormir.
Subió las escaleras
apoyándose en la barandilla
y finalmente llegó a su
habitación Cerró la puerta
y lo confirmó una vez más.
Luego se quitó la correa del
hombro y el vestido se
deslizó por su cuerpo.
Camino descalza sobre la
suave alfombra hacia el
baño
Media hora después, salió
del baño con el cabello
todavía húmedo. Se puso el
pijama y pronto se quedó
dormida, dejando su ropa
desordenada en el suelo.
Sin embargo, el abrigo de
hombre aún permanecía
estaba colgado
correctamente en el
perchero…
En medio de la noche, su
celular, que estaba en la
mesita de noche, brilló
débilmente en la
oscuridad.
Entre sueños, parecía ver
una figura borrosa y unos
ojos profundos….
A la mañana siguiente,
Luna se despertó
automáticamente a las siete
y treinta debido a su reloj
biológico. Fue al baño a
cepillarse y reflexionó
sobre las escenas de la
noche anterior. Estaba tan
cansada que había dejado
su vestido en el suelo sin
preocuparse en lo más
minimo por el orden de la
habitación
Sin embargo, cuando se
despertó esa mañana, no
solo el vestido había
desaparecido, sino también
su
ropa interior…
¿Acaso lo que había visto
anoche no fue un sueño?
De repente, algo le vino a la
mente y sintió intensas
ganas de vomitar. Corrió
hacia el inodoro y empezó
a trasbocar.
Emma pasó por su
habitación con la ropa sucia
y escuchó unos sonidos
extraños. Pego su oreja a la
puerta y confirmó que eran
los sonidos de vómitos, por
lo que tocó la puerta y
preguntó preocupada:
-Señorita, ¿estás bien?
Unos diez minutos después,
la puerta se abrió.
-¿Qué pasa? -dijo Luna con
una voz fría pero grave.
Al ver sus ojos rojos, Emma
se asustó mucho y preguntó
preocupada
-Por la virgen santísima,
¿qué te sucede? ¿No
dormiste bien anoche? El
desayuno ya está listo. No
olvides de comerlo antes de
que se enfrié.
A partir de hoy, no
necesitas recordármelo-
respondió Luna y cerró la
puerta de golpe.
Emma se quedó atónita y
desconcertada sin saber
cómo reaccionar. Un rato
después sacudió la cabeza
y murmuró
-¿Qué les pasa a todos en
esta casa? ¿Por qué todos
tienen temperamentos tan
extraños?
Luna se paró frente a la
ventana mirando hacia
afuera. No bajó las escaleras
hasta que Isabel y Andrés,
se fueron
En la sala, le pidió a Emma
que llamara a un cerrajero
para que instalara una
cerradura adicional en su
habitación. Había
soportado una y otra vez a
Andrés, pero él siempre
cruzaba sus límites y
entraba en su
habitación una y otra vez…
¿Qué diablos pretendía
hacer?
Luna llegó al aula justo
cuando empezó la clase.
Aunque todos sus
compañeros habian
regresado tarde. a casa
después de la fiesta, ahora
cada uno de ellos estaba
estudiando juiciosamente,
más ella era la
única que lucía como un
panda, con sus dos grandes
ojeras.
Influenciada por la intensa
atmósfera de estudio, Luna
se sentó rápidamente y
comenzó a resolver los
problemas restantes del día
anterior.
En ese momento, Frida se
le acercó y le dijo:
-Lo siento, Luna. Ayer
estaba demasiado ocupada
y no pude atenderte
adecuadamente. Te lo
pasaste bien?
Luna sonrió suavemente y
respondió:
-Si, me lo pasé bastante
bien. Los postres estuvieron
de maravilla.
-Si te gustaron, te traeré
más mañana. ¿Cuál te gustó
más? ¡Vaya! Te traeré
entonces de todos los tipos
-dijo Frida.
-Muchas gracias, pero no es
para que te molestes tanto.
Puedo comerlos la próxima
vez -rechazó Luna y
cambió de tema-: Me
buscas tan temprano por la
mañana, ¿en qué puedo
ayudarte?
Luna entendió lo que Frida
estaba pensando. No era
para nada normal que Frida
fuera tan amable con
ella, en especial sin esperar
algo a cambio.
Para poder hablar más
cómodamente. Frida se
agacho y le dijo:

-Tengo dos cosas que


decirte. La primera es que
nuestro profesor de la
competencia de
matemáticas
revisó tus resultados de
exámenes y decidió darte
una oportunidad de
participar en el
campamento si
puedes aprobar el examen
de admisión. Y la segunda…
¡Ven conmigo a cenar esta
noche con tu hermano
Andrés!
Luna se quedó literal sin
saber qué responder…
Capitulo 178
Luna frotaba ligeramente el
lapicero, mientras pensaba
en cómo sería la cena entre
Frida y Andrés…
Frida le suplicaba
nuevamente al oído:
–Luna, por favor, no seas
mala y ven conmigo. De lo
contrario, no sé de qué
hablar con tu hermano y
eso me dejaria mal parada.
Eres su hermanita y con tu
valiosa presencia, el
ambiente será mucho más
relajado para ambos. Si
aceptas, de veras me
aseguraré de convencer al
profesor para que te
permita
entrar al campamento.
En ese momento, sono el
timbre que anunciaba el
comienzo de la clase.
Luna respondió
brevemente:
-Déjame pensarlo un poco.
Por lo general, mi hermano
siempre está muy ocupado.
No sé si este libre
esta noche.
Sin embargo, Frida le dijo
rápidamente con alegría:
-No te preocupes. Dado que
es mi petición, sé que tu
hermano no me rechazará.
Así que acordamos
salir a cenar juntas esta
noche. ¡Me voy!
Luna percibió la mirada
llena de adoración de Frida.
Miró distraídamente los
ejercicios que se
encontraban sobre la mesa,
sumida en sus
pensamientos. De repente,
sintió algo caer sobre su
espalda y
volvió en si rápidamente.
Se dio media vuelta y vio
que era el libro de su
compañero, así que se
agachó a
recogerlo y se lo devolvió.
Sin embargo, solo recibió
una respuesta un poco fría
de Manuel González:
-¿Quién te dio el derecho
de tocar mis cosas?
Luna frunció ligeramente el
ceño, pero no le dijo nada.
Después de las cuatro clases
de la mañana, Frida invitó a
Luna a almorzar juntas en
el comedor. Luna
comió lentamente. En el
pasado, solía llevar su
propia comida preparada
por Liora y rara vez comía
en el comedor. Aunque esta
vez había tomado los platos
que le gustaban, todavia se
le dificultaba comerlos.
Estaba obligándose a comer
un poco para evitar morir
de hambre.
Frida estaba
profundamente atraída por
Andrés y, le enviaba
cantidad de mensajes. No
dejaba de
preguntarle a Luna.
-¿Por qué no me responde?
Luna, por lo general, ¿qué
está haciendo a esta hora?
Es hora de almuerzo,
no?

Luna dio un pequeño


mordisco al filete, pero dejó
el tenedor de inmediato.
Todavía no se habla
acostumbrado a la comida
del comedor escolar. Dejó
de comer y sacó una
servilleta para limpiarse la
boca, mientras respondia:
-No sé mucho sobre su
trabajo. Pero supongo que
se encontrara en alguna
reunión a esta hora. Come
rápido, no estará bueno si
se enfria.
Al mismo tiempo, en la
empresa Riviera, Andrés
estaba sentado en la silla
principal escuchando los
informes de los diferentes
departamentos Se remangó
la camisa y reveló su brazo
delgado y largo. Sus
dedos blancos y bien
definidos giraban ágilmente
el boligrafo. Con su mirada
penetrante, emanaba un
ambiente frío y bastante
serio. Cuando escuchaba el
informe del gerente del
departamento de
marketing.
levanto repentinamente
una mirada peligrosa y
aterradora a la otra
persona, quien se calló de
inmediato por temor.
-Lo que quiero escuchar
son los puntos claves -dijo
Andrés fríamente mientras
le arrojaba el
documento que tenía en la
mano, luego agregó: Si el
próximo informe sigue
siendo una mierda, será
mejor que renuncies
automáticamente al cargo.
El gerente sintió un intenso
escalofrío al escuchar sus
palabras y respondió
temblando:
-Si, si… Lo corregiré de
inmediato después de la
reunión…
-Continúa -ordenó Andrés
Después de que Andrés
tomó el control de la
empresa, todos los
empleados se vieron
obligados por
completo a seguir el ritmo
de trabajo de Andrés. Cada
vez que tenían la reunión
semanal de media hora
como hoy, los altos
directivos necesitaban toda
la semana para resolver los
problemas mencionados en
la reunión. En realidad,
pocas personas podían
acostumbrarse a este
intenso ritmo de trabajo
El aire en la sala de
reuniones estaba caliente
debido al aire
acondicionado. Andrés
desabotono dos
botones de su camisa.
Cuando llegaron a la mitad
del informe del gerente del
departamento de
proyectos, el celular de
Andrés de inmediato vibro.
Andrés sacó el móvil y vio
un número desconocido,
luego colgó rápidamente la
llamada. También vio más
de diez mensajes de ese
número, pero puso el móvil
en silencio y lo dejó a un
lado
Después de salir del
comedor, Frida todavía no
había recibido ni un
mensaje de Andrés, lo que
la enfado muchisimo. Dio
una patada con fuerza a una
piedra que estaba cerca de
su pie y exclamó:
-¿Qué diablos está
haciendo? ¿Por qué no
responde mis mensajes
durante tanto tiempo?!
Incluso las reuniones
grandes deberían haber
terminado hace tiempo,
¿no? Luna, dame tu móvil.
Luna respondió
tranquilamente:
Tampoco responderá mis
llamadas.
Tenemos que intentarlo
Rápido, dame tu teléfono
móvil!
Capitulo 179

Sin ninguna otra opción,


Luna le entregó su celular.
Para ser honesta, no quería
involucrarse en esa cena.
Sin embargo, si queria unir
a los dos, tendría que
hacerlo.
Frida hizo la llamada.
Mientras esperaba muy
ansiosamente, jugueteaba
con su hermoso cabello.
Unos
segundos después, se
escuchó una voz profunda
al otro lado del teléfono:
¿Luna? ¿Qué pasa?
Al escuchar la voz, Frida se
sintió un poco enfadada y
respondió con enojo en su
tono de voz:
-No soy tu hermana! ¡Soy
Frida!
-¿Señorita Rios? ¿En qué
puedo ayudarle?
La voz de Andrés se volvió
fría de inmediato. Frida
notó de inmediato la obvia
diferencia.
-¿Acaso no has visto los
mensajes que te envié?
¡Quedamos en cenar esta
noche!
Mientras hablaba, Frida
escuchó la voz de una
mujer por el altavoz del
teléfono:
-Señor, ¿ha terminado la
reunión? Su almuerzo ya ha
sido enviado a la oficina.
Andrés afirmó ligeramente.
Álvaro estaba a su lado,
seguía informándole sobre
los próximos planes de
trabajo. Ambos entraron al
ascensor.
-Si, lo sé. ¿A qué hora? -dijo
Andrés.
Frida mordió un poco sus
labios, pensando en si lo
había malinterpretado que
él la ignorò a propósito.
Con un tono de
remordimiento, respondió:
-¿Todavía no has
almorzado? Así que ve a
comer primero. ¿A qué
hora terminarás tu trabajo?
Luna y yo iremos a
buscarte después de las
clases y decidiremos dónde
comer juntos.
Andrés aceptó la oferta:
-Claro, está bien.
-Entonces, me despido. Nos
vemos esta noche.
Después de que Frida colgó
la llamada, le preguntó a
Álvaro sobre los planes para
esta noche y él
respondió:
-Tendrá una cena con el
jefe de la empresa de
materiales de construcción
a las siete de la noche
Cancelala
De acuerdo, señor.
La última clase de la tarde
era el tiempo de estudios
libres. Luna fue al aula del
campamento de
matemáticas para la
competencia. El entrenador
del campamento era un
hombre de unos treinta
años llamado Rodrigo
Pérez. Al llegar, Luna fue
llevada a un aula separada.
Unos minutos después,
Rodrigo llevo a otro chico
alli, era Manuel, el
compañero de clase de
Luna que
sentaba detras de ella.
Manuel se sentó en la
primera fila, mientras que
Rodrigo se dirigió al
escritorio de los profesores
y sacó dos hojas de examen
de su maletín. Dijo:
-Chicos, repito que las
reglas son muy simples: el
que obtenga la calificación
más alta se quedara. Las
preguntas del examen se
formaron basándose en las
últimas competencias, solo
hay algunos cambios
menores. Espero que
tengan excelentes notas.
Luna respondió
atentamente:
-Entiendo, profesor.
Rodrigo les entregó los
papeles del examen, así
como unas hojas de
borrador. Luego se sentó en
la parte
delantera del aula para
supervisar a los chicos.
Inicialmente, el tiempo
asignado para el examen
era una hora y media. Pero,
para ahorrar más tiempo,
Rodrigo solo les dio la
mitad del examen, que
consistía principalmente en
problemas integrados
Luna tenia la costumbre de
empezar por los problemas
integrados porque le
resultaban bastante faciles
En realidad, unirse al
campamento no era una
opción imprescindible para
ella. Pero, considerando la
situación actual, sería mejor
si podía tener una opción
adicional en su mano, asi
tendría el derecho de
hacer sus propias
elecciones.
Después de una hora, Luna
terminó el examen y lo
reviso durante cinco
minutos. Después de
confirmar sus respuestas, se
lo entregó al profesor. Frida
la había estado esperando
en la puerta y su presencia
distraía su atención de vez
en cuando. Sin embargo, si
no fuera por su valiosa
aparición, Luna habria
olvidado que tendrían una
cena esta noche…

Capítulo 180
Luna llamó a Paco para que
llevara de regreso a Isabel, y
ella se subió al coche de
Frida, dirigiéndose a la
empresa de Andrés,
En comparación con el
Grupo Celestial de la
familia Rios, la familia
Garcia era como una parte
muy insignificante en la
ciudad. La sede del Grupo
Celestial se encontraba en
el centro de la ciudad y el
edificio valia miles de
millones. Su valor seguia en
aumento. Por lo tanto, si
Andrés realmente lograra
casarse con Frida, siempre
saldría ganando.
En el coche, el chofer subió
la división entre la parte
delantera y trasera. Frida se
había cambiado de
uniforme escolar y se
estaba maquillando frente
al espejo. Dejó su cabello
suelto y le preguntó a
Luna.
-¿Me veo bien?
Luna no pudo evitar
dirigirle una mirada algo
inquieta, ya que sentía una
extraña sensación que
oprimía
su pecho y le dificultaba
respirar. Con voz muy
vacilante, pregunto:
-¿Realmente te gusta mi
hermano?
Frida también respondió
sinceramente afirmando,
con destellos radiantes en
sus ojos claros:
-¡Por supuesto! De lo
contrario, ¿por qué me
molestaría tanto para ir a
cenar con él?
-El es ocho años mayor que
tú, ¿eso no te importa?
Cuando te gradues de la
universidad, el tendrá casi
treinta años, pero tú estarás
en los mejores años de tu
vida. Y…. tal vez encuentres
a alguien mucho mejor que
él en estos años… Creo que
deberías considerarlo bien
y no entregar tu corazon
tan rápido…
Frida mostró una sonrisa
un poco burlona, como si lo
despreciara y dijo:
-Un hombre mayor,
¿verdad? Pero una
diferencia de ocho años me
parece bastante aceptable.
Después de todo, mis
padres tienen una
diferencia de edad de doce
años y aun así se llevan
muy bien. Mi padre
siempre hace lo que mi
madre dice y la respeta y
ama mucho. En realidad,
no he pensado en
problemas tan lejanos en el
futuro. Ahora me gusta él,
tal vez en el futuro ya no
me guste, no se. Lo más
importante
es que inunca he conocido
a un hombre que me
menosprecie tanto como
él!
De repente, Frida agarró
muy emocionada el brazo
de Luna y continuó:
-¿Sabes qué? ¡Él fue la
primera persona que se
atrevió a regañarme! A
pesar de saber que soy de la
familia Rios, nunca intenta
hacer el esfuerzo de
halagarme como los demás.
Desde que era pequeña,
todas las personas que he
conocido han sido falsas.
Todos se acercaban a mi
por mi posicion familiar
el dinero de mi familia.
Estoy cansada de personas
así.
Luna se quedó sin
palabras…

Frida volvió al tema


anterior:
-¿Qué opinas de este
vestido? ¿Será que tendré
frio en la noche si me
pongo eso?
Luna se quedó muy
pensativa al ver a la chica
sencilla y vivaz en
cuestiones emocionales. No
pudo evitar suspirar
internamente, ya que
aparentemente Frida no
conocia bien a Andrés. ¿Y si
todo esto era
parte de su plan? Incluso el
encuentro entre ellos
podría haber sido planeado
por Andrés….
El juego del gato y el ratón
en las emociones no solo
pertenecía a las mujeres,
Andrés también era un
experto en estas intrigas del
amor. Todas las mujeres
caían rendidas a sus pies y
le entregaban por
completo todo su corazón.
Sin embargo, el solo las
pisoteaba a su antojo, ya
que nunca amaría
sinceramente a nadie. O tal
vez, su corazón ya
pertenecía a otra persona….
En total, el enamorarse de
él sería, tarde o temprano,
un abismo infernal….
Sin embargo, no podia
interferir en la elección
personal de Frida. Incluso si
le contara todo lo que
había
experimentado en su vida
pasada, Frida no le creería,
solo pensaría que estaba
tratando de separarlos.
El surgimiento del amor no
tenia ninguna razón. Era
algo que sucedía y llevaba a
las personas a dar
grandes pasos hacia
adelante en lugar de
retroceder.
Pensando en eso, Luna
respondió:
-No le gusta….
¿Qué? ¿Qué no le gusta? -
preguntó Frida mientras se
acomodaba el cabello
frente al espejo.
No le gusta tu maquillaje
demasiado cargado -dijo
Luna.
Ya que había decidido
aprovechar esa valiosa
oportunidad, y Frida
tambien quería su ayuda,
Luna podria
contribuir con su fuerza.
-¿Ah si? ¿Entonces que debo
hacer? -exclamó Frida.
Rápidamente sacó una
servilleta para quitarse el
color en los labios y
también la sombra de ojos.
-Ven, te ayudo-se ofreció
Luna.
Luna le quitó todo el
maquillaje y le hizo uno
nuevo más suave y bien
delicado. En realidad, Frida
era una
chica con una apariencia
muy atractiva, lo que
resultaba muy elegante a la
vista. No le quedaba bien el
maquillaje fuerte, sino que
le caería mejor uno más
suave.
-¿Realmente le gustaré así?
Luna cerró el lápiz de cejas
y se lo devolvió. Dijo:

-Andrés tiene un carácter


lento para mostrar sus
emociones. Es como un
bloque de hielo y no sabe
como hacer feliz a una
chica. Necesitas derretirlo
por completo. Si él hace
algo incorrecto, no te
enfades con él.
-No te preocupes. Puedo
obtener todo lo que quiero,
incluso a tu hermano -
respondió Frida con total
confianza
En realidad, Luna también
esperaba sinceramente que
obtuviera lo que deseaba…
La oficina para los
empleados de la empresa
Riviera se encontraba en los
pisos 32 y 33 del Torre del
Horizonte. Y la de Andrés
estaba en el piso 34. Habían
establecido salas de
descanso y de reuniones.
para más de cien
empleados en total.
Capitulo 181

Anteriormente, Luna soiia


venir a molestar a Andrés
con gran frecuencia y ya
conocía muy bien la
empresa. La recepcionista
se asustaba cada vez que
veía a Luna, ya que era muy
conocida por ser de un
caracter muy dificil.
Recepcionista: ¿Señorita,
viene a buscar al señor
Martinez? El señor
Martinez está en una
reunión en la
sala de conferencias, por
favor espera un momento.
-Trȧeme un vaso de agua,
por favor. -dijo Luna,
quien, ya había enviado a
Frida al piso treinta y
cuatro.
Decidió no subir y fue a la
sala de descanso.
-Esta… está bien -La
recepcionista estaba muy
sorprendida. ¿Ella dijo “por
favor”? Esas palabras rara
vez salían de la boca de
Luna, esto era tan
sorprendente que la
recepcionista incluso dudó
de sus oídos.
Luna se sentó en el sofá y
empezó a hojear una revista
de belleza solo por
aburrimiento.
Álvaro, que justo estaba en
el piso treinta y dos por un
asunto, fue detenido por la
recepcionista.
-Señor Gómez, justo tengo
unos documentos que
deben ser entregados al
señor Martinez.
Álvaro tomó el sobre de
documentos y, de reojo, vio
una figura muy particular
en la sala de visitas ¿
Quién más podría ser sino
Luna?
Si Luna estaba aqui, ¿quién
era la figura que acababa de
subir?
Los ojos de Álvaro se
oscurecieron por un
momento:
-¿Qué hace ella aquí?
La recepcionista miró
discretamente y habló en
voz baja:
-No lo sé, llegó y se sentó
allí. Señor Gómez, ¿será que
ha sucedido algo?
-Menos chismes, más
trabajo.
-Entendido. -Con esa
respuesta, la recepcionista
no se atrevió a preguntar
más y se quedó mirando
muy embelesada la espalda
de Álvaro entrando al
ascensor.
Después de un largo rato,
Luna ya no sabia cuántas
tazas de agua caliente habia
bebido, y ya había
terminado todos los
ejercicios en su cuaderno.
Guardo muy
cuidadosamente su estuche
de lápices y miró hacia
afuera, donde ya había
anochecido:
Andrés debena ya haber
terminado su jornada
laboral.
Miró la hora, ¡ya eran las
siete y media!

No solo Luna estaba


adormilada, sino también
Frida, sentada en la silla
exclusiva del presidente….
Luna esperó otros veinte
minutos, y ya eran casi las
ocho.
Decidio no esperar mas, se
levanto, recogió su mochila
y le dijo a la recepcionista
que todavia estaba de
turno.
-Si alguien pregunta por
mi, dile que ya me fui.
La recepcionista afirmó
-Esta bien, señorita.
Piso treinta y cuatro
Oficina del presidente
Andres acababa de finalizar
un proyecto de
colaboración y salió,
apresuradamente mirando
la hora en su reloj
-¿Dónde está ella?
Álvaro: -En la oficina.
Al abrir la puerta de la
oficina, vio a Frida
durmiendo muy
profundamente en su silla.
Con una mirada bastante
severa, revisó los
alrededores, solo para
encontrarla a ella.
Andres se detuvo un
momento y luego se giró,
poniendo una mano en el
bolsillo y saliendo.
-Despiertala y dile que me
espere en el primer piso.
Álvaro. -Como mande.
-De ahora en adelante, sin
mi permiso, nadie puede
entrar a la oficina. -Dijo con
un tono de desagrado.
-Si señor.
Capítulo 182
Luna ya habia salido de la
Torre del Horizonte. A esta
hora, había muy pocos
autobuses circulando, y ella
se encontraba parada frente
al letrero de la parada de
autobús, tiritando de frio.
El autobús que estaba a
punto de llegar se detuvo
frente al semáforo.
En ese momento, era la
hora pico de salida en la
capital imperial, y las calles
estaban bastante
congestionadas. Justo en ese
momento, cuando Luna se
disponía a levantarse para
buscar cambio en su
bolso, vio de reojo que un
auto negro se detuvo frente
a ella. Luna levantó la
cabeza y vio el apuesto y
profundo rostro de ese
hombre a través de la
ventanilla que se abría. El
hombre dijo friarmente:
-¡Subete!
¿Por qué Frida no estaba en
el coche? ¿Dónde estaba
ella? Luna pensó por unos
segundos y decidió
sentarse en el asiento del
copiloto trasero. Cerró la
puerta y se quedó a solas
con él dentro del coche,
creandose una atmósfera
muy tensa.
-¿Como conoces a Frida? -
El la miró a través del
espejo retrovisor.
-Cambio de clase, ahora ella
está en mí misma clase.
El no dijo nada más. El
coche dio la vuelta y volvió
a la entrada de la Torre del
Horizonte. La figura de
Frida apareció
rápidamente. Vestia una
falda delgada y llevaba
medias negras. En este
clima frío, Luna
no podría resistirlo, pero
Frida podía soportarlo
sorprendentemente bien.
Elia corrió rápidamente,
abrió la puerta del copiloto
y se sentó con gran
agilidad.
-Te estaba esperando en la
oficina. ¿Cómo bajaste tan
rápido?
-¿Qué deseas comer? -
Andrés giró el volante,
conduciendo seriamente
sin responder a su
pregunta.
Frida, que había probado
todo tipo de manjares, ya se
había aburrido de sus
restaurantes favoritos. De
repente, no sabía qué
comer. Pero después de
todo, estaba saliendo con la
persona que le gustaba, así
que cualquier lugar estaba
bien para ella.
-Luna, ¿qué te gustaría
comer? ¿Tienes alguna
recomendación en especial?
–Le lanzó la pregunta a
Luna.
Luna, que estaba distraída,
reaccionó al escuchar la
voz:
-Vamos a “SaborMex”.
—SaborMex? ¿A dónde está
ubicado ese restaurante?
¿Cómo es que no he oido
hablar de él? ¿0 mejor
vamos a comer cangrejo?
Alli tambien podríamos
calentarnos con un poco de
vino caliente. Estoy
Frida mencionó un nombre
de lugar.
Oye. Andrés, ¿qué tal si te
pones un poco más galante
y me prestas tu abrigo?
Tengo frio.
Andres no acepto, en
cambio, dijo:
-Luna, en la caja de
repuestos hay una manta,
dásela.
Frida estaba sin palabras.
¿No había sido
suficientemente clara? ¿No
entendía el idioma
humano?
Quince minutos despues,
llegaron rapidamente al
restaurante de cangrejos
que Frida habia
mencionado.
La decoración era de estilo
japonés, y además de
cangrejos, también ofrecían
otros exquisitos platos de
mariscos. Al entrar,
sintieron una cálida
corriente de aire.
Frida habia oido hablar de
este lugar, que la comida
era muy deliciosa, pero
bastante costosa.
Normalmente, se
necesitaba una reserva con
una semana de
anticipación. Dada la
posición especial de
Frida como heredera de la
familia Ríos y las
numerosas inversiones de
la familia en la industria de
la gastronomia, este lugar
era uno de ellos, y todos
aqui la conocían.
Pronto, un camarero se
acercó.
-Señorita Ríos, bienvenida.
¿Esta vez viene a cenar con
sus amigos?
-Somos tres, por favor,
organice una sala privada
para nosotros.
Capítulo 183
Bien, síganme por aqui. -
dijo la camarera.
Luna caminaba al final,
dejando espacio para los
dos La camarera abrió la
puerta, revelando una
hermosa decoración en el
interior con calefacción en
el suelo para que no
sintieran frio.
Luna se quitó la bufanda
del cuello y la colgó en el
perchero junto a la puerta.
¡Pidan algo para comer
primero! Voy al baño.
Bien-dijo Frida, que ya se
encontraba junto a Andrés
con el menú- Vamos a
pedir juntos, ¿qué te
gustaria? Pero esta vez voy
a hacer muchos pedidos.
Andrés respondió:
-Lo que sea.
Mientras charlaban, Frida,
sin que nadie se diera
cuenta, se sentó al lado de
Andrés. Hizo algunos
pedidos habituales.
-Así está bien. Añadiremos
algo más cuando Luna
regrese.
Cuando Luna regresó del
baño, notó que cada
habitación tenía su propio
camarero. Como no habia
pedido, le dio un menú a la
camarera que se encontraba
en la puerta. Luna no sabia
qué elegir, no le
gustaba mucho el marisco,
así que pidió arroz
vegetariano. No comió
mucho, ya que
últimamente habia
perdido gradualmente el
apetito, pero su peso no
disminuía.
Al entrar, se sentaron justo
enfrente. La mesa no era
muy grande; podían estirar
las piernas y tocarse
mutuamente Luna sostenía
una taza de té de rosa
humeante en las manos
para calentarse, sus manos
recién lavadas estaban
bastante frías.
Frida charlaba
animadamente con Andrés,
estaba claro que estaba
disfrutando. La mayoría del
sonido en la sala provenía
de ella. Luna
ocasionalmente se unía a la
conversación, su
personalidad era asi,
tranquila y algo aburrida.
La mayoria del tiempo
prefería estar sola, mirando
la noche fuera de la
ventana, con varias nubes
densas que ocultaban el
cielo, pareciendo que
podría nevar en cualquier
momento.
-Mañana es Navidad,
Luna… ¿Tienes algún plan?
Luna giró la cabeza, se
encontró con la mirada de
Andrés y rápidamente
apartó la vista.
-Nada en especial. Si no
tengo clases por la tarde,
asistiré a otras clases de
interés.
-As ¿eh? ¿A qué hora sueles
terminar las clases?

-Alrededor de las nueve, y


llego a casa cerca de las
diez
Tan tarde? ¿No tienes
tiempo para hacer tus
propias cosas? –
-Más o menos -Luna sonnó
ligeramente. Aunque
tuviera tiempo para hacer
otras cosas, no le
Importaba Solo cuando
estaba ocupada, podía dejar
de pensar en otras cosas.
-Mañana es Navidad, y cada
año en nuestra clase
organizamos una fabulosa
fiesta Tambien
intercambiamos tarjetas de
felicitación Únete a
nosotros
-Luna bajó la cabeza y miró
el te de rosa en su taza
-No es necesario. No puedo
perder ninguna clase en
mis cursos de interés, o mi
padre se molestará
temiblemente. No he ido en
varios dias, y él ya me ha
reprendido
-Tu familia es bastante
estricta contigo -
Originalmente, Frida
quería invitarla, pero
después de
escuchar esto, no dijo nada
más.
En realidad, Luna la
envidiaba. Aparte de las
responsabilidades
ineludibles, como heredar
el negocio
familiar, no parecía haber
nada más que la atara. Una
familia armoniosa, con
padres que la amaban, le
daba la libertad de hacer lo
que quisiera Vivir como
una princesa de cuento de
hadas en la televisión.
Luna la verdad, no comió
mucho durante la cena, y
además tampoco le gustaba
el cangrejo, ya que era
muy complicado de
manejar.
Frida bebió un vaso de
vino, con flores de
osmanthus y jengibre, con
un aroma bastante fragante
y con
sabor dulce y moderado,
muy fácil de embriagar.
Ella estaba claramente
borracha, apoyandose en
Andrés. Luna también
bebió un poco, sintiéndose
un poco mareada, pero
afortunadamente, su
mente estaba clara
Después de salir, Luna, sin
saber cómo, terminó justo
en el asiento del copiloto.
Cuando se dio cuenta, la
puerta del coche ya estaba
cerrada.
-¿Hmm..? ¿Donde está
Frida? -preguntó ella.
Capitulo 184
Frida estaría realmente
borracha, y Andrés la dejó
sola en la sala privada. Los
meseros del lugar se
encargarian de llevarla de
regreso a casa Dada su
posición, incluso si pasaba
la noche alil, no sería un
gran problema.
Luna se recostó en el
asiento del copiloto,
mareada y sin fuerzas en
todo su cuerpo Solo habla
tomado tres copas, pero
estaba tan ebria
Onginalmente no tenía
intenciones de beber, pero
el licor amarillo
decorado con flores era
demasiado fragante, y no
pudo resistirse a tomar
algunas copas más. Si no
fuera por su absoluta
desconfianza hacia él,
probablemente habría
terminado tan ebria como
Frida
Abrio un poco la ventana
del coche para intentar
despejar el olor a alcohol de
su cuerpo, pero no pasó
mucho tiempo antes de que
la cerraran
-¿Qué estás haciendo? Abre
la ventana, ábrela rápido.
ábrela! -Golpeó la ventana
con las manos. Su voz
sonaba como si estuviera
mezclada con algodón, era
dulce y suave.
-No te pongas nerviosa,
sientate bien y quédate
quieta.
-Eres tan fastidioso! Ni
siquiera abres la ventana
del coche, eres realmente
tan tacaño. Si no la abres, la
próxima vez no me subiré a
tu coche
Luna abrazó sus piernas,
encogiéndose en el asiento,
con la cara escondida en el
hueco de sus brazos
Instantáneamente se calmó
Andrés apartó la mirada
hacia la persona a su lado.
¿Estaba haciendo toto un
berrinche?
¿Desde cuándo los
berrinches se volvieron tan
dóciles? ¿Qué pasó con la
actitud audaz y arrogante
que tenía anteriormente?
-Hace frío afuera, te
resfriarás si tomas corriente
de aire -Sus palabras fueron
raramente suaves y muy
preocupadas.
Esa voz apagada sonó de
nuevo:
-No voy a creer esas
tonterías de tu cuidado.
Solo sabes lastimarme.
-La persona que más odio…
eres tú.
-Además de Gabriel, nadie
más me tratará bien…
Con eso, el cuerpo de Luna
se inclinó hacia adelante
bruscamente, frunciendo el
ceño mientras miraba
con ojos borrosos.
-¿Por qué paramos?
-¿Qué dijiste? –Su voz
sonaba fría y calculadora,
de repente un escalofrio
rodeaba todo su cuerpo.
Luna, enfrentándose a esos
ojos peligrosamente
afilados como un halcón,
instantáneamente despertó
de su embriaguez.
Luna apenas se dio cuenta
de lo peligrosas que fueron
sus palabras. El coche
estaba estacionado en el
costado de la carretera, y
ella estaba rodeada por un
inminente peligro.
-Lo siento… estoy borracha
-No sabia por que se estaba
disculpando, tal vez estaba
demasiado asustada. Antes
de que él pudiera tomar
otra medida, Luna con gran
sagacidad dijo: Es muy
tarde, no necesitas llevarme
de regreso. Tomaré un
taxi.
Intento abrir la puerta del
coche, pero no importa
cuántas veces lo intentara,
la puerta sequía sin abrirse.
-¿Te enamoraste tan
rápido? ¿Cuándo cambiaras
esa costumbre de
enamorarte a la primera
vista?
Las palabras de Andrés
fueron directas y cortantes,
sin darle ningun margen
para refrendar el error
Luna abandonó la idea de
salir del coche, sus ojos
bajaron y temblaron, sin
saber cómo responder a
sus afiladas palabras.
En su mirada, ella siempre
fue asi. A quien le mostrara
bondad, a ella le gustaba.
Pero Gabriel era bastante
diferente, su amabilidad
hacia ella no llevaba ningún
tipo interés, era puramente
afecto.
El afecto de Luna por él era
simplemente de amigos, sin
ningún tipo de matiz
romántico.
De repente, una mano se
extendió, y con una fuerza
poderosa, su espalda de
inmediato se sintió como si
estuviera pegada a una
pared. El cuerpo de Andrés
estaba ardiente, y Luna se
asusto por completo, su
cuerpo se quedó rígido y no
se atrevió a moverse.
-¿Qué estás haciendo?
¡Suéltame! -Su voz no
podía ocultar su completo
nerviosismo.
-Contesta mi pregunta. -El
aliento cálido se derramó
en su cuello.
Luna, totalmente nerviosa,
dijo:
-¡Te estás equivocando! Mi
relación con Gabriel es solo
la de buenos amigos, no
como piensas.
Resistiendo el impulso por
apartarlo, la mano a su lado
se apretó con fuerza.
Después de todos los
eventos que sucedieron, la
resistencia y la aversión de
Luna hacia Andrés se
volvieron cada vez más
intensas día a día.
-¿En serio? ¿Hermanita ya
me has olvidado tan rápido
y se ha enamorado de otro?
No te gusto mas eh? –La
mano de Andrés se movió
con gran agilidad hacia su
cintura, y sus cuerpos
estaban aun más cerca.
Capítulo 185
Luna agarró con gran
fuerza la muñeca de
Andrés, su voz sonando
algo frias
Mejor regresemos pronto.
Isabel todavía aún está en
casa esperandote… También
estoy cansada y quiero
regresar a descansar.
En un instante, Andrés de
repente sostuvo ambos
lados de su rostro,
inclinándose para susurrar
en su oido como un
verdadero demonio.
-Todavia eres muy joven,
no sabes lo que es el amor.
Si quieres enamorarte, no
te lo impediré puedo
ayudarte a encontrar a
alguien mejor.
Luna cerro con fuerza sus
ojos. Ahora no era el
momento de enfrentarse a
él. Reprimio la rabia que
sentia en lo mas profundo
de su corazon.
-Entiendo….
Parece que en el futuro no
debería tocar ni una sola
gota de alcohol. Después de
tres copas, no sabe que
palabras desagradables
podría decirle
En ese momento Luna
estaba completamente
sobria.
Durante el camino de
regreso, estuvo muy callada
y no dijo una palabra más
Ya eran casi las once
cuando llegaron a casa.
La sala estaba
completamente oscura.
Luna siguió a Andrés
lentamente hacia la sala,
palpando la pared
para encender la luz. De
repente, la habitación se
iluminó por completo.
Luna quería subir
rápidamente las escaleras,
pero en ese instante, el
hombre detrás de ella
hablo
-Ve y prepara fideos.
Luna, que se encontraba a
punto de subir las escaleras,
escuchó esta solicitud
descortés.
-Iré a llamar a la señora
Alonso. -dijo ella muy
despreocupada
-¿No entiendes lo que estoy
diciendo? -Andrés estaba
sentado en el sofá,
apoyándose hacia atrás,
pareciendo incómodo.
Luna se voltea lentamente
y, al ver su expresión, supo
que su problema estomacal
había vuelto a aparecer. Él
temía por completo al frio
y beber con el estómago
vacio, todo eran viejos
hábitos. Después
de comer tanto marisco
esta noche, especialmente
cangrejo, sería muy raro
que no le doliera.

A regañadientes, Luna se
dirigió a la cocina, abrió la
nevera y revisó los
ingredientes. A esta hora,
no quería perder más
tiempo alli; estaba
realmente agotada.
Claro, él podría haberse ido
a su casa con Isabel, pero
eligió volver aqui.
Últimamente, su presencia
en casa era cada vez más
frecuente, y Luna no
entendía cuál era el
verdadero propósito de
mudarse.
Luna deseaba no volverlo a
para siempre.
Lavó las ollas, calentó el
agua, cortó verduras y solo
preparó la comida para una
persona. Cuando los
fideos estuvieron listos, los
llevó a la mesa.
-La sopa está lista. Voy a
descansar.
Luna llevaba una taza de
leche caliente, dirigiéndose
a su habitación, muy
cansada.
Antes de irse, hizo que
Emma instalara una nueva
cerradura en la puerta.
Ahora que estaba instalada,
cerró fuertemente la puerta
desde adentro para que
nadie pudiera abrirla desde
afuera.
Al llegar al vestidor, abrió el
armario y vio su vestido
negro, que apareció
misteriosamente en su
armario. Luna lo sacó y lo
examinó con gran
delicadeza. La tela estaba
ordenada, y tenía un
agradable olor familiar a
perfume, estaba limpio.
Recordó la ropa sucia que la
señora Alonso llevaba en las
manos esta
mañana. ¿Había
malinterpretado algo?
Pero ella recordaba
claramente, que la puerta
estaba bien cerrada desde
adentro. Si Andrés hubiera
entrado a su habitación, tal
vez la señora Alonso había
tomado la ropa para
lavarla.
Realmente no era culpa
suya malinterpretarlo. El
problema era que
realmente Andrés no tenia
ningún sentido de limite
entre hombres y mujeres.
Entraba furtivamente en su
habitación y le decía que
cambiara sus hábitos de
enamorarse de cualquiera
que le gustara.
¡Por favor, que cambiara
sus malos hábitos!
Realmente este tipo daba
asco.
Capítulo 186
A la mañana siguiente, sin
sueños durante la noche,
Luna durmió
profundamente. Al salir,
cerró cuidadosamente con
llave su habitación para
evitar que alguien entrara.
Después de desayunar,
alrededor de las ocho, Luna
llegó muy temprano al
salón de clases.
Tan pronto como Frida
entró al aula, encontró a
Luna.
-Luna… ¿por qué te fuiste
tan pronto con Andrés
ayer? Cuando llegué a casa,
mi mamá estaba
totalmente furiosa, me
regano fuertemente y hasta
me impuso un toque de
queda.
Quizás debido a beber
demasiado la noche
anterior, Frida se despertó
bastante temprano hoy con
un
fuerte dolor de cabeza. No
descanso bien y sus ojos
estaban sombreados de
morado, parecía que no se
habia despertado por
completo, se encontraba
mareada y con la cabeza
pesada.
Luna respondió con gran
indiferencia:
-Ayer… yo también bebi
demasiado… no sé qué
sucedió, pero antes de irme,
mi hermano me pidió
especificamente que te
llevaran de regreso a casa
de manera segura. Nada
pasó en el camino de
regreso, ¿verdad?
Frida sacudió la cabeza
aturdida:
-No, no pasó nada, pero
¿cómo pudo Andrés
dejarme sola en el
restaurante? ¡Sabes, se pasó
de la raya!
Solo se preocupa por ti, ni
siquiera se preocupa por
mi. ¿Y si realmente me pasa
algo, qué hago? Maldito
viejo. No tiene ni un ápice
de caballerosidad.
Luna tampoco esperaba
que Andrés la dejara sola.
Sin embargo, intentó
defenderlo:
-Mi hermano siempre ha
sido así… Solo piensa en el
trabajo. Además, era ya
muy tarde, si él te
acompañaba a casa, la gente
empezaría a hablaría. Una
mujer sola, si los medios lo
notan, podría dañar
tu reputación.
Frida pensó que tenía
sentido y afirmó:
-Bueno, si es así, entonces
está bien… pero la próxima
vez que lo vea, no lo
perdonaré.
Sonó la campana para
iniciar la clase.
Frida regresó rápidamente
a su asiento.
La mañana pasó con gran
rapidez y la última clase se
extendió 45 minutos más
para un examen. Después
de terminar, les quedaron
solo 15 minutos para comer
y una hora para la práctica
en el edificio de
entrenamiento Luna
también iría allí con ellos.
Los resultados de la
competencia matemática
de ayer
Se sentó en la primera fila
junto a Frida.
Frida la reconfortó:
Relájate, confia en ti
misma, seguro que lo harás
muy bien.
Rodrigo, con un abrigo
rojo, una taza térmica en
una mano y un libro en la
otra entró.
-Oh, llegaron bastante
temprano -Se acercó al
escritorio y le entregó un
libro a Luna-. En este libro,
hay
muchos ejercicios. Hazlos
cuando regreses a casa. Si
no entiendes algo, ven a
preguntarme. Ya se los
expliqué a todos antes, así
quete los puedo explicar de
nuevo.
-Bien. hoy aprenderemos
un nuevo tema…
Luna aún no se daba cuenta
completamente y miró a
Frida à su lado.
-¿Que es esto?
Frida le dijo:
-Rodrigo te permitió unirte
al grupo de matemáticas.
¡Te lo dije, que conmigo
aqui lo lograrias! ¡
Felicidades! Ahora
podemos tener las clases
juntas.
¿Con ella aquí?
¿Qué significa eso?
¿No entro por sus propios
méritos?
Luna, distraida, sin gran
emoción en su rostro,
incluso un poco incapaz de
alegrarse, miro la silla
vacial
junto a ella. Originalmente,
era el lugar de Manuel,
pero él no vino, lo que
significa que lo
expulsaron….
Sintió una extraña
sensación de culpa.
Una hora, ni rápida ni lenta,
los primeros 45 minutos
fueron para la lección de
Rodrigo, y los últimos 15
minutos, Rodrigo asignó
nuevas tareas.
Estas tareas eran realmente
bastante dificiles.
Capitulo 187

En el último minuto,
Rodrigo ya habia empacado
sus cosas y salió. Luna con
gran rapidez agarró sus
libros y le dijo
apresuradamente a Frida:
-Ve primero, tengo algo
que hacer.
Frida estaba a punto de
decir algo, pero al notar que
Luna ya se había ido
corriendo, simplemente
encogió los hombros Luna
pronto alcanzó a Rodrigo.
-Profesor, espere un
momento por favor.
Rodrigo se detuvo.
-Luna?
-Si, profesor queria
preguntar sobre las
calificaciones del último
examen.
Rodrigo sonrio muy
amablemente.
-Has estado muy atenta en
clase, ¿por qué te preocupas
por las calificaciones?
Claramente ya estás
seleccionada
-¿Puedo ver mis
calificaciones?
-¿Para que? Tu examen ya
no está en mis manos, pero
lo hiciste bastante bien.
Especialmente en las
última pregunta, utilizaste
tres métodos, el segundo es
conocimiento de calculo
universitario, pudiste
escribir la fórmula. Para ser
honesto, me sorprendió
muchísimo -dijo Rodrigo,
con una expresión llena
de satisfaccion.
-Pero…
-¡Rodrigo!
Luna fue interrumpida por
otro profesor que se
acercaba desde el otro lado.
Rodrigo dijo vagamente.
-Hablaremos de esto la
próxima vez. -Cuanto más
actuaba Rodrigo de esa
manera, más incierta se
sentia Luna. Temia que su
oportunidad de ingresar al
grupo olímpico fuera
realmente gracias a las
conexiones que Frida le
había proporcionado.
Si eso fuera cierto, ¿no seria
injusto para Manuel?
Esa Frida…
No necesariamente tiene
que ingresar.
Mientras ella se lavaba las
manos, vio su reflejo en el
espejo y luego dijo a la
persona a su lado.
Que sucede? ha estado muy
inquieta todo el dia
Por que el profesor no
publica mis calificaciones?
¿Puedo entrar al grupo
gracias a ti? ¿Le dijiste algo
Frida seco el agua de las
manos
No se acerca de eso pero si
le recomende que te
aceptara Despues de revisar
tus calificaciones. quedo
realmente satisfecho. Pero
no se por que no
anunciaron tus
calificaciones y las de
Manuel
Chica por que te preocupas
tanto? Ya paso, no te
atormentes Lo importante
es alcanzar el objetivo
Relájate!
Luna, siendo sensible a las
emociones, se preguntaba si
su actitud era debido a que
le habia quitado la
oportunidad a Manuel lo
cual explicaria su
comportamiento hostil en
estos dias
No es de extrañar, ella sabia
que la situación economica
de el no era muy buena y
que tenia una madre
enferma Manuel habia
ingresado a la Preparatoria
Privada Aurora por sus
propios méritos. Se
esforzaba muchisimo en
sus estudios. El quedo sexto
en el examen para el grupo
olímpico, por lo que
Rodrigo lo permitió en el
grupo
Hasta que viera las
calificaciones, Luna
siempre sentiría una total
incomodidad en su
corazón
De regreso en el aula, Luna
vie su telefono en el cajón.
Desbloqueo el teléfono y
vio decenas de mensajes de
Gabriel
Estos dias, Luna apenas
habia revisado su teléfono y
no esperaba que los
mensajes de Gabriel se
volvieran cada vez más
frecuentes. No se atrevio a
leer sus mensajes.
Capitulo 188
En la mañana, el tiempo
transcurrió rápidamente
con el ajetreo de los
estudios.
En la última clase, mientras
otras clases tenian
reuniones, los estudiantes
tenian tiempo libre para
actividades ver peliculas,
divertirse con juegos, y
demás.
Despues de esta clase, a los
estudiantes en la clase 1 aún
les quedaban dos sesiones
de estudio nocturno, que se
extenderian hasta las nueve
y media de la noche.
Siendo parte de la clase con
los mejores resultados de la
preparatoria, casi no había
actividades de
entretenimiento; la
mayoría se dedicaba a sus
propios planes de estudio.
Sin embargo, también
habia sorpresas, como una
pequeña fruta de Navidad
para cada uno.
Luna no pudo asistir a la
sesión nocturna. Tenía que
llevarse dos papeles de
exámenes para realizarlos
en casa, preparar sus cosas
y luego apresurarse a clases
de piano y danza.
La clase 1 estaba en el sexto
piso. Luna tomó el ascensor
y justo cuando pasaba por
la clase 6, que
acababa de terminar la
clase, vio a Isabel
recogiendo sus cosas.
-Luna…
Luna se detuvo.
-Hermana Isabel.
Los dos conversaban a
través de una ventana.
Isabel sonrio ligeramente.
-Hoy es Navidad. Justo
estaba a punto de buscarte,
pero ya que estás aqui. Esta
es la tarjeta que hice
para ti. ¡Feliz Navidad!
Luna miró a la clase; había
un enorme árbol de
Navidad, cintas, globos… un
ambiente bastante festivo.
Todos tenían regalos en sus
manos, probablemente
intercambiándolos entre
ellos.
-También tengo algo para
ti. Ana sacó una tarjeta de
su cajón y le la entregó a
Luna de regalo.
Luna aceptó el regalo con
gran agrado, aunque algo
avergonzada, ya que no les
había traido nada.
Pensando con gran rapidez,
abrió su mochila y sacó dos
frutas de Navidad envueltas
en cajas de pape!
con dos campanillas
doradas colgadas. Eran
campanillas de oro puro,
bastante valiosas.
-No tenía nada especial
para regalarles, así que
consideren esto como un
gesto de agradecimiento.
Eran precisamente dos, uno
de ellos era el regalo que
Frida le había dado, junto
con una hermosa tarjeta.
Isabel y Ana recibieron uno
cada una Esta era la
primera vez que Ana
recibía un regalo de Luna.
Wow, esto es tan hermoso!
Gracias, me encanta
muchisimo.
Isabel notó el libro de
ejercicios de matematicas
en la mochila de Luna.
-Hoy es un dia especial
Andrés también irá a casa a
cenar. Vamos juntas
después.
Luna mire la horade
inmediato. Estaba bastante
tarde.

– No, no puedo regresar


ahora. Tengo otras clases.
Me voy..
–Asi que es asi… Bueno, le
dire Andres más tarde. -
Isabel dijo con un toque de
decepción.
Luna afirmo con la cabeza
y se fue.
Ana miró las frutas de
Navidad en sus manos.
-Recuerdo que estas frutas
de Navidad se entregan
cada año en la clase 1.
Deben costar bastante
dinero.
Luis escuchó su
conversación.
-Madre mia. Ella obtuvo sus
calificaciones mediante
trampas. ¿Cómo pudo
permanecer tanto tiempo
en la clase 1? Perdi muchos
dolares en la última apuesta
que hicimos.
Bruno pregunto:
-¿Trampas? ¿Viste algo o la
atrapaste?
Luis respiró con gran
dificultad.
-Solo estoy sorprendido.
Siendo consientes., ¿cómo
pudo entrar en la clase 1?
No creo que sea sin hacer
trampas. ¿Quién sabe que
métodos uso?
Ana respondió:
-¡No es asi! Ustedes
simplemente no saben
cuánto se esfuerza Luna.
Solia ser la última en irse,
siempre trabajando en los
ejercicios. Justo ahora, en su
mochila, vi el libro de
ejercicios de matemáticas
avanzadas. Estoy segura de
que está en la clase de
matemáticas avanzadas.
Con las calificaciones de
Luna, claramente podría
convertirse en la mejor
estudiante en el examen de
ingreso a la universidad de
la ciudad este año.
Luis sonrid:
-Si Luna se convierte en la
mejor estudiante en el
examen de ingreso a la
universidad este año.
-Isabel, mira lo que el dice.

Isabel sonno
-Si tienen prejuicios contra
Luna, es porque aún no la
conocen bien. Algún día, se
verá su esfuerzo.

Capitulo 189
Ana. -Es obvio ustedes
estan realmente celosos.
Luis se sontió framente

Yo celoso de Luna? Madre


mia que estas diciendo?
Bruno quien normalmente
era bastante reservado y no
hablaba mucho, de repente
dijo:
-Deja de alabar a los demas
Luna ha cambiado, al
menos ya no es tan
desagradable como antes.
¿Tú
que dices, Sergio?
Sergio lanzo la manzana
que tenia en la mano, aún
llevaba una camiseta negra
de manga corta, con
tatuajes en el brazo que lo
hacían ver misterioso y
salvaje
-Deja de mencionarla
frente a mi, ime da asco!
Nadie se atrevió a hablar
mas, hasta que una
atmosfera extraña comenzo
a extenderse gradualmente
por el salón
Luna salio de la escuela
justo cuando Paco llegaba.
El tráfico no estaba tan mal
en el camino.
Al llegar al aula, Luna llego
unos minutos tarde.
Despues de dos horas de
clase de piano.
Las siguientes dos horas
fueron las más dificiles para
ella
Se habia descuidado estos
dias, Luna se estiró y
calento, sintiendo que todo
volvia a la normalidad.
A medio camino del baile,
sintió un dolor repentino
en el bajo vientre, solo
percibió un flujo cálido
entre sus piernas, familiar
sensación con un ligero
olor a sangre.
Ella se apresuro al baño, se
quito los pantalones y al ver
las manchas de sangre,
Luna volvió a ponerse los
pantalones. Luego, fue con
gran rapidez al vestuario,
tomó un conjunto de ropa
limpia y toallas
sanitarias, y regresó muy
apresurada al baño.
Después de limpiarse, Luna
se sentó aturdida en el
inodoro. Las chicas suelen
experimentar la
menarquía entre los trece y
quince años. En su vida
pasada, tuvo su primera
menstruación cuando
estaba en primer año de
universidad. Penso que algo
andaba mal con su cuerpo,
así que se sometió a un
exhaustivo chequeo médico
en el hospital. El resultado
fue normal, y el médico le
dijo que cada persona tiene
una constitución muy
diferente, y es normal que
llegue tarde. Ella continuó
tomando medicina para
Más tarde, se desarrolló una
displasia uterina que se
transformé repentinamente
en cancer, migrande al
estomago. Contrajo un
cancer gástrico en etapa
avanzada y dejo este
mundo hace poco lempe
Ahora supo la verdad. El
informe de salud era
totalmente falso, la
medicina también era falsa.
Haberla tomado solo la
enfermo mas y mas Andres
queria matarla.
La menstruación tardia era
una reacción adversa
causada por la displasia
uterina.
Cada vez que tenia su
periodo, Luna necesitaba
analgesicos para aliviar el
fuerte dolor. La última vez
estuvo bastante grave, se
desmayo en casa. Si Liora
no la hubiera descubierto
ese dia probablemente
habría muerto sin que
nadie se diera cuenta
No fue a las siguientes
clases se sento en el coche
encogiéndose, sintiendo un
fuerte dolor que la dejó
pálida El aire
acondicionado estaba al
maximo, pero aún sentia las
manos y los pies helados,
temblando por completo
Paco no pudo soportarlo
mas y busco a una
enfermera. La llevo al
hospital en una camilla
médica movil.
Luna estaba empapada por
completo en sudor,
acostada en la cama con
una bolsa de suero en la
parte
posterior de la mano. Paco,
según las instrucciones de
la enfermera, rápidamente
compro dos bolsas de
agua caliente.
Con las bolsas de agua
caliente y los analgésicos
recién tomados, la situación
mejoro un poco en
comparación con la vez
anterior…
Cada vez que le llegaba el
periodo menstrual esto era
lo que mas temia
Tomar analgésicos ya era
algo muy cotidiano para
ella. Con el tiempo, su
cuerpo se tomo resistente a
ellos. Sin efecto, cada vez
solo podia tomar el doble o
el triple de la dosis a pesar
de los efectos secundarios
de la medicación.
Paco llamó a casa y le
informó a Miguel sobre la
situación de Luna
La respuesta fue una
respuesta fria y muy breve
Emma llegó al hospital esa
noche, trayendo consigo té
de jengibre con azúcar
moreno. A Luna no le
gustaba el sabor fuerte del
jengibre, incluso si lo bebia
a regañadientes, todo lo
vomitaba.
Capítulo 190

La fuerte reacción provocó


que Luna vomitara todo lo
que habia cenado esa
noche, sintiendo un dolor
muy insoportable en el
abdomen Agarraba las
sabanas con las manos,
la piel donde habia la aguja
de jeringa comenzaba a
brotar sangre. Emma,
bastante asustada, llamó
rápidamente a la
enfermera, quien, al ver la
situación, no tuvo más
opción que cambiar de
mano para administrarle el
suero a Luna
Preocupada, Emma
pregunto
-Enfermera, esto será
grave? Mira lo mal que lo
está pasando, no hay otra
forma más efectiva de
aliviar su dolor?
La enfermera ajusto la
velocidad del suero y dijo
muy resignada
-Reacciones tan fuertes
durante la menstruación
son algo que vemos a diario
en el hospital. Hemos
hecho todo lo que podemos
Solo puede beber un poco
de agua con azúcar morena
o, tal vez masajearle el
vientre para aliviar los
sintomas.
Despues de que la
enfermera se fue, Emma,
con una expresion de
tristeza comento:
-¿Que tal si voy a comprar
un poco de azúcar morena?
Luna intento tomar agua, y
Emma rapidamente se lo
entrego. Luna se enjuago la
boca, se recosto en la
cama bastante exhausta y
dijo debilmente:
-No es necesario, Emma
Anda a descansar un rato a
la habitacion de al lado Ya
esta por amanecer, y
tienes mucho que hacer
mañana. No quiero que te
canses
-Ya que estas asi, ¿cómo voy
a poder dormir? Permiteme
masajearte un poco-Emma
metio la mano
en las sabanas y, a traves de
la ropa, masajeo
suavemente el vientre de
Luna- (Asi esta mejor?
Luna cerró los ojos y
afirmo
-Si, un poco mejor.
-Entonces, duérmete.
Cuando despiertes, ya no
sentirás ese dolor.
-Esta bien Luna obedeció y
se durmio rápidamente.
Ya eran las cinco de la
mañana, y el amanecer
estaba cerca. Emma
observaba a Luna que
dormia profundamente.
Emma retiro su mano
adormecida, se levantó
muy sigilosamente, pero ai
detenerse vio que in
persona
estar aqui por mucho
tiempo
Justo en ese momento,
Emma vio a alguien entrar
y sintió como si hubiera
llegado su salvación. Un
hombre llevaba un termo
en la mano, entro y coloco
algo en la mesa
-Señor Martinez ¿por que
has venido?
Andres, con su mirada
bastante aguda, se posó en
la figura inestable en la
cama
-¿Qué dijo el médico?
Emma se acerco y le dijo en
voz baja
-Ay, la señorita está
sufriendo. Esta tan
adolorida que se desmayo.
Los analgésicos no sirven
de nada.
asi que tomó algunos más,
aunque tienen efectos
secundarios. Acabo de
masajearla un poco, y
finalmente se quedó
dormida.
La mirada del hombre se
volvió aún más sombria.
Miró las bolsas de suero
colgando en la percha, tres
que aún estaban llenas
Tomaria al menos una o
dos horas para que se
terminaran.
-Vete a descansar. Yo me
quedaré aquí con ella.
Emma casi salto de alegria:
-Esta bien, señor. Pero
asegúrate de vigilarla muy
bien. La bolsa de suero casi
se ha agotado.
Andrés afirma:
Emma salio
apresuradamente, pero
antes de irse, echo un leve
vistazo y notó que la
mirada del hombre
almirar a la señorita no era
normal.
Luna se desperto
somnolienta a medianoche,
entre el sueño y la vigilia. A
veces sentia leves punzadas
de dolor, pero al fin, el
dolor desapareció por
completo. Se sentia como si
estuviera acostada en una
gigantesca nube suave,
cálida y cómoda.
Hasta que escuchó el
sonido de teléfono.
Sono durante dos segundos
y luego se apagó.
Luna estaba más despierta
ahora, sintió el movimiento
en su abdomen. El dolor
anterior ya se había co y el
olor a medicamentos
mezclado con desinfectante
llenó sus sentidos. Abrió
lentamente los ojos y vio la
persona sentada a su lado.
Cuando sus ojos se
encontraron con los suyos,
el corazón de Luna dio un
vuelco total

-¿Despierta? -El hombre


retiró la mano de la manta
y la movió suavemente.
Cada vez que se detenía,
ella se encontraba
extremadamente inquieta.
El habia estado
masajeándola toda la
noche.
Capítulo 191

Luna se apoyó en la cama y


se levantó un poco con gran
agilidad. -¿Cómo… cómo es
que llegaste? ¿Y la
señora?
El captó completamente la
repulsión, resistencia y el
miedo en sus ojos.
-Luna, ¿no quieres verme?
Luna, nerviosa, agarró la
manta y no lo miró,
simplemente dijo con total
indiferencia: -No necesitas
actuar asi. Aunque no
vinieras al hospital, Miguel
no te culparía. La señora
Alonso está aquí y eso es
suficiente.
Pero Andrés no se tomó en
serio sus palabras. Se puso
de pie, abrió el refrigerio
que trajo de casa.
-Liora te preparó té de
azúcar moreno con huevos.
Todavía está caliente.
-No quiero beberlo, ¡vete! -
Su tono era frío.
Andrés, sin prestar
atención, le sirvió un tazón
y, con una cuchara, lo
acercó a sus labios, con una
mirada que no admitía
ningún tipo de negativas.
¡Pum!
¡Clang!
El tazón cayó directamente
al suelo, rodando unas
cuantas veces antes de
detenerse.
Luna lo miró con una
sonrisa bastante burlona.
-No hay nadie más aquí, no
necesitas actuar asi frente a
mi.
Andrés,
sorprendentemente, no se
enfadó. En lugar de eso,
sacó un pañuelo blanco de
su bolsillo y se limpió la
sopa derramada en su traje.
-¿Te pusiste de mal
humor?
No sabía si era por la
menstruación, pero ahora
Luna se enfadaba al verlo.
Cerró los ojos y reprimio
por completo sus
emociones.
-Entonces, ¿cómo quieres
que reaccione? ¿Quieres
que siga soportando el
tormento de alguien que
intentó envenenarme, que
intentó quitarme la vida, y
que aún espera que sonría
muy amablemente y te
llame hermano como
antes? Solo de ver tu cara
me hace sentir más
repulsión y asco.
Andrés tiro el pañuelo,
inclino ligeramente el
cuerpo y, con esos ojos frios
y calculadores pronunció

Aprovecha mientras aún


tengo paciencia contigo. Es
mejor que guardes tu mal
genio, ya sea que te
guste o no, aguantalo
Extendió la mano,
apartando su cabello suelto
con gran ternura
-Luna, después de tanto
tiempo, aún no has
aprendido, cierto? Los
niños que les gusta
lloriquear no
merecen dulces. Si eres
obediente, tal vez yo pueda
hacerte la vida un poco más
cómoda.
Luna aparto su mano, con
ojos totalmente enrojecidos
y una belleza desgarradora
-¿Deberia arrodillarme y
agradecerte por tu perdón?
No lo necesito… Andrés, sé
que fue mi gran error
haberte provocarte
anteriormente. Ahora te lo
ruego… alejate de mi, y no
vuelvas a hacer estas cosas.
Andres, notando el odio y
disgusto en sus ojos, sintió
una opresión terrible en el
pecho.
-Te di una oportunidad
Retira tus palabras de
inmediato.
Al notar el destello de
intencion asesina que cruzó
fugazmente por su rostro,
Luna retiró la aguja
intravenosa de su mano y
levanto la manta con gran
rapidez.
El hombre funció el ceño y
agarro su mano
-¿A dónde vas?
Luna se quedo quieta de
inmediato, sus ojos
esquivos temblaron.
-Lo siento -su voz temblo
ligeramente- retiro lo dicho
antes… Lo siento. No
debería haber dicho
estas palabras. No debería
haber hecho que
malgastaras tu tiempo
viniendo a verme tan tarde.
Todo es mi culpa Ahora
estas satisfecho?
Luna aparto con gran
agilidad la mano de el
camino hacia la puerta, con
pasos muy lentos que luego
se detuvieron
-Andres, deja de actuar. Si
quieres ser malo, se
completamente malo
conmigo. No actúes bien
conmigo y luego hagas
cosas que me lastimen ¿Que
estas logrando hacer con
esto?
Capitulo 192
Andrés deberia ya haber
comprendido claramente
que, al elegir quitarse la
máscara y sincerarse
totalmente con ella, era
bien sabido que entre ellos
estaba destinado a surgir la
situación actual.
Él hace lo suyo, ella vive su
vida, sin conexión entre sí.
Tal vez, cuando él tenga el
control total de la
familia Garcia, ella ya no
esté en la capital…
-¿Qué beneficio obtendrás
al enfrentarte a mi carácter?
-Andrés miró fijamente el
tazón que rodaba por
el suelo, sin romperse- No
quiero repetirlo, ¡recuéstate
de nuevo!
El cuerpo delgado de Luna
permaneció inmóvil en la
puerta, el viento frio
entraba por la amplia falda,
haciéndola sentir un poco
fria y mareada. Además,
empezó a sentir dolores en
el bajo vientre.
Justo en ese momento, la
voz de la enfermera
rompió la tensa y extraña
atmósfera que existía entre
ellos.
-¿Cómo es que te has
levantado? ¿Ya no te duele?
Te escuché discutiendo en
el pasillo. Siendo el
hermano mayor, ¿no
puedes ser más
comprensivo con tu
hermana? Las chicas tienen
mal genio durante
su periodo, y rápidamente
limpia el suelo. El médico
vendrá a revisarte más
tarde. Si está todo bien,
podrás ser dada de alta.
Luna dijo con total
indiferencia:
-Gracias. Entiendo.
La enfermera insistió:
-Vuelve a acostarte, no
vayas a enfermarte de
nuevo.
Luna trajo un trapero y
limpió el suelo, no esperaba
que él lo hiciera.
En realidad, ya no le dolia
tanto, solo el primer dia era
dificil de soportar.
Después de examinarla
nuevamente, el médico
llamó hacia un lado a
Andrés.
En la oficina, el médico
señaló con gravedad la
radiografía de Luna.
-Ya que eres el familiar del
paciente, seré indirecto
contigo. Ayer, durante el
examen, descubrimos una
terrible anomalía en el
útero de la paciente. Si se
realiza una cirugía para
restaurar la normalidad, es
poco probable que tenga
éxito, porque hemos
descubierto que el útero de
la paciente probablemente
esté enfermo y pueda
convertirse en cáncer.
Ahora que lo hemos
descubierto a tiempo, aún
podemos realizarle una
cirugía para extirparlo. Si se
retrasa, las células
cancerosas pueden
propagarse por cuerpo En
ese momento, el problema
de la paciente no será tan
sencillo como la
extirpación del útero Por el
significa que no podrá
concebir en el futuro
Necesitas entender todo
esto. *
Andrés no mostró ninguna
emoción significativa en su
rostro.

-Entiendo.
-Entonces, discutelo con la
paciente y decidan cuándo
quieren hacer la cirugia.
Andrés no dio ninguna
respuesta al médico y salió
directamente.
Su rostro estaba lleno de
asombro.
Cuando entró en la
habitación, se escucho la
alegre voz de una joven:
-… La sopa que hizo Liora
es la más deliciosa del
mundo.
-No he regresado en unos
días, estoy segura de que no
has comido bien. Te ves
más delgada desde
que me fui.
-No es cierto, me
malinterpretas. Siempre he
sido asi. Ahora está de
moda tener una apariencia
bastante esquelética.
Liora la reprendió.
-¡Eres una niña extraña! A
los ojos míos, Luna es
hermosa de cualquier
manera. No vuelvas a ser
quisquillosa en cuanto la
comida.
Luna se apoyo en el
hombro de Liora,
comiendo la sopa que Liora
le estaba dando -No soy
quisquillosa, la comida que
hace Emma es tan deliciosa
como la tuya. Puedo comer
dos tazones de
sopa todos los días.
-Come más.
Liora sabía muy bien sobre
su situación en casa. Fue
ella quien presentó a Emma
a la familia Garcia.
Ambas eran del mismo
lugar. Emma le contaba
absolutamente todo lo que
sucedía en casa. Al
principio,
Luna no comía mucho, y
ahora que ha dejado la
familia García, come aún
menos. A veces, ni siquiera
cena.
Después de todo, la vio
crecer, y si ella se
enfermaba o se lastimaba,
¿cómo no iba a
preocuparse?
Ella nunca tuvo hijos
propios, pero en su
humilde corazón, desde
hace mucho tiempo,
consideraba a
Luna como su propia hija.
Oye, ¿por qué no le digo al
señor Martinez que regrese
y cuide de ti?
Capitulo 193
-No es necesario. Hay
muchas reglas en casa, sin
An… el hermano en la casa
estoy más relajada. Emma
está en casa y eso es
suficiente. Siempre como
en el restaurante de la
escuela, rara vez lo hago en
casa.
-dijo Luna
Liora suspiró.
-Cada vez que regreses de
la escuela, comes un tazón
de pasta que hice… ya le di
la receta a Emma,
incluso si no estoy aqui,
podrás comerla en el
futuro, no tendrás que
pasar hambre incluso a
altas horas
de la noche.
Luna afirmó
-La comida hecha por Liora
siempre es la mejor, incluso
sí como pasta toda mi vida,
nunca me cansaré.
Liora bromeó:
-¡Eres muy halagadora,
niña!
Liora no se quedó mucho
tiempo y pronto se fue.
Andrés la ayudó con los
trámites de salida del
hospital.
Sentada en el coche, Luna
sostenía una bolsa de agua
caliente sobre su abdomen,
mirando por la
ventana.
-Por favor, solo llévame a la
escuela, gracias. -dijo con
gran frialdad y distancia.
Después de un rato, Luna se
dio cuenta de que este no
era el camino de regreso a
la escuela, sino de
regreso a la Mansión del
Sol.
Luna frunció el ceño por
completo:
-Incluso si me llevas de
regreso, más tarde volveré a
la escuela por mi cuenta. Es
innecesario perder
tiempo contigo así.
-Cuando hay un problema,
¿quién crees que se ve
afectado? Si quieres romper
relaciones conmigo, no es
decisión tuya -dijo Andrés
con una mirada muy
afilada-. Si no quieres
sufrir, es mejor que seas
bastante obediente. No
tengo tanta paciencia
contigo.
El coche giró en un
semáforo.
Luna apretó la bolsa de
agua caliente, bajó la
mirada y permaneció en
completo silencio.
-Sobre mi salud, por favor,
no le digas a papá nada por
ahora. Cuando ingrese a la
Universidad de Astraluna,
me someteré a la cirugía
por mi cuenta y le diré a
papa en su respective
momento
Andrés no dijo nada. Luna
agregó:

Considera esto como una


deuda que tengo contigo,
¿de acuerdo? -con una
actitud bastante sumisa.
Miquel se enterara de que
ella no podia tener hijos, tal
vez no tendría la
oportunidad de ir a la
universidad, y la trataria
aún peor. Con Miguel
enterado, la encadenaria y
su vida seria un completo
callejon sin salida.
-¡Suplicame!
Luna afirmó
Si
-Cuando suplicas a otros,
debes tener una actitud
muy humilde… ¿Qué
obtengo a cambio de
ayudarte?
-Lo que sea que pueda
hacer. -dijo Luna.
Incluyendo tu cuerpo? -
bromeó él.
Luna abrio ampliamente
sus ojos, con un rostro de
horror, temblando por
completo.
-Andrés sabes lo que estas
diciendo? Acabo de cumplir
18 años… Y soy tu hermana.
Andres dijo con total
ironia:
-Anteriormente, cuando
me seducías, Luna, no
decías eso. ¿Cómo… ahora
tienes tanto miedo de mi?
Luna temblaba de enojo,
apretando los dientes sin
decir una sola palabra.
El coche llego a la puerta de
la Mansión del Sol.
Andres detuvo el coche, se
inclino sobre ella,
desabrocho su cinturón de
seguridad Luna se encogió
por
completo, incapaz de
esquivarlo
La voz profunda y
magnetica resono en sus
oidos:
Recuerda quitar el candado,
no me gusta….
Capítulo 194

-Andrés-Luna levantó la
mano con total indignación
y la arrojó hacia su rostro,
pero él ya esperaba y
agarró firmemente su
muñeca. El hombre se
burló suavemente: Me estás
atacando de nuevo, qué
diablos te crees!
Luna forcejeó para zafarse
de su agarre y con gran
determinación en la mirada
dijo:
-No me rendiré ante ti. Haz
lo que quieras. En el futuro
no te buscaré más.
Andrés pensó en lo ingenua
que era, el único propósito
de Andrés era verla sufrir,
por completo siendo
impotente en la familia
¡Ella incluso pensó en
rogarle!
¡Eso es una locura!
Al entrar en el salón,
Miguel y Carolina estaban
cenando.
-Padre, señora Vega!
Miguel respondió sin
levantar su mirada:
-¿Y Andrés?
Andrés: -Padrino.
Miguel -Estoy cenando con
tu tía, únete a nosotros.
Andrés: -No es necesario,
lleva a Luna de regreso.
Tengo que ir a la empresa y
luego tengo una reunión
más tarde.
Miguel dejó los cubiertos
en la mesa. Al ver eso,
Carolina le entregó un
pañuelo. Miguel se limpió
la boca
y lo tiró a un lado:
-Gracias por tu esfuerzo.
¿Qué enfermedad es esta
vez?
Luna bajó la cabeza, su
respiración se tornó muy
lenta, la sensación de asfixia
la envolvía. -Padre… yo….
-Esto no es asunto tuyo, si
no te sientes bien, ve a
descansar arriba.
-Bien… está bien, padre.
Miguel siempre fue asi con
ella, ya se había
acostumbrado a su forma
de ser. En esta casa, no
tenia mucho poder de
palabra.

Luna llegó al pie de la


escalera cuando la voz de
Miquel sonó nuevamente
desde atrás: -Escuché que
cambiaste de clase.
Ya que has cambiado de
clase, estudia muy bien los
últimos seis meses de la
escuela.
-Entendido.
Luna regreso a su
habitación, se acostó
ansiosa en el sofá del
balcón, sus emociones
fluctuaron de
repente, su vientre bajo le
dolía más y el agua caliente
en sus manos ya no estaba
tan caliente Luna
pensó por un momento en
las palabras de él, se enfadó
de inmediato y arrojó la
bolsa de agua caliente,
que golpeó una maceta de
lirios, derramando la tierra
por todas partes.
¿Qué le dijo Andrés a
Miquel?
¿Cómo lidiará ella, si él lo
sabe todo?
Hoy debería haber sido un
dia tan hermoso, cielo
despejado, sol brillante,
cálido. Pero ante los ojos
de Luna, esto era presagio
de una terrible tormenta.
Los pasos fuertes resonaron
en el suelo de mármol con
una hermosa decoración de
madera –
Realmente pensé que
habías cambiado de
temperamento. -Andrés
admiró la habitación,
totalmente destrozada
mientras evitaba los
fragmentos de jarrones y,
se dirigia al balcón con
amplia vista, desde
aquí se podía ver el paisaje
montañoso de la Mansión
del Sol.
¿Ella vive aquí?
Esta habitación no es tan
elegante como la anterior,
con paredes blancas sin
decoración y algunas
pinturas colgadas en la
pared.
El piso tampoco es muy
suave…
A ella le gusta andar
descalza, sobre alfombras,
pero ahora solo hay frías
baldosas…
Pero no puede cambiar sus
hábitos.
La verdad, no parece
importarle mucho donde
vive.
Luna se levantó con un
fuerte dolor, incapaz de
soportarlo, no por el frio,
sino por la indignación. Se
acercó a la mesa, abrió la
medicina que trajo del
hospital y vertió varias
pastillas de analgésicos. La
prescripción médica
indicaba una pastilla, pero
Luna, por costumbre, vertió
una extra.
Andrés trajo la medicina, y
sabía cuánto debía tomar,
pero al verlo, no hizo
ningún intento de
detenerla.
Capítulo 195

Luna tomó la medicina,


bebiendo la mitad de un
vaso de agua fria que quedó
de la noche anterior. Hizo
un gran intento por pasarse
la medicina:
-Ya me he alejado lo
suficiente de ti. Si, aun así,
no estás satisfecho, puedo
solicitar la residencia en la
escuela el próximo
semestre. Mira lo que
quieras, pero cuando te
vayas, asegúrate de cerrar
muy la
puerta. Necesito descansar
Su voz era débil, sin
energia, y subirse a la cama
le pareció bastante dificil
Andrés aún no le había
contado a Miguel sobre su
condición médica, de lo
contrario, ya habría
enviado a alguien a llevarla
abajo.
Él, por alguna extraña
razón, estaba actuando
como una persona muy
decente, y Luna no sabía
qué malévolos planes
guardaba en su corazón.
No había descansado bien
la noche anterior, solo
durmió unas cuantas horas.
Ahora, con la cabeza
apoyada sobre la almohada,
se arropó con las mantas,
sintiéndose mareada y
somnolienta.
Si quiere mirar, entonces
que mire todo lo que
quiera.
Andrés miró de reojo y
notó dos abrigos colgados
en la percha de madera,
que parecían totalmente
diferentes de otra ropa
femenina. No le gustó para
nada lo que vio.
Cuando Andrés bajó, Luna
no sabía. Y tampoco
escuchó lo que dijo.
Emma salió de la cocina tan
pronto como Andrés bajó.
-Señor Martinez, ¿la
señorita tomó la medicina?
Es especialmente efectiva
para el periodo menstrual.
Mi nuera la toma cuando
está en ese momento. ¡Oh,
no sabes lo doloroso que es
para las chicas en esos días!
Acabo de comprarla esta
mañana, no tiene ningún
efecto secundario, seguro.
Andrés no dijo nada en
absoluto.
Viendo a la persona que se
fue sin decir una palabra,
Emma rodó los ojos hacia
atrás de él, con un poco de
desdén en su afligido
rostro.
-Ay, no me presta atención,
¿quién es él? -Luego miró
hacia arriba, negando con la
cabeza- Esto… sẽ que no va
a funcionar…
Cada vez parece menos una
buena persona. Aunque su
apariencia es bastante
guapa.
Andrés presionó el botón
del control remoto, abrió la
puerta del coche, se sentó
en el asiento del medio.
Luna…!

En su mente, apareció al
instante su expresión de
agonia mientras sufría de
dolor.
En ese momento, su
teléfono, que estaba a un
lado, sonó. Andrés contestó
con una mano:
-¿Quién es?
Una risa muy suave llegó
desde el teléfono:
-¿Te estás haciendo mayor?
Siempre preguntas eso.
-¿Hay algo?
Leonardo: Lei el informe
de la tomografía que
enviaste. Tengo una buena
noticia y una mala. ¿Cuál
prefieres escuchar
primero?
Andrés… ¿Crees que tengo
mucho tiempo libre?
-Sí, sí, sí, ni siquiera tienes
tiempo libre. Estás lleno de
asuntos por atender No te
molestaré más. Pero,
para ser claro contigo, eres
tú quien dio la medicina a
Luna. Lo que está
sucediendo ahora era algo
que
esperábamos, Andrés… no
me digas que te has
ablandado tan rápido. Tal
vez… Luna realmente es
una
chica inocente… Arruinarle
la vida a Luna, eso no es un
problema.
Andrés dijo friamente:
-Quiero escuchar el
resultado.
Leonardo:
Está bien, te diré. Buena
noticia, no es necesario
extirparle el útero a Luna.
Mala noticia….
incluso si no le extirpas el
útero, no puede quedar
embarazada. Solo podemos
recuperar lentamente su
cuerpo a base de
medicamentos. La
malformación del útero ya
es irreversible. Ahora es
demasiado
tarde para lamentarse… Te
lo dije anteriormente,
cuando haces estas cosas,
no hay vuelta atrás. No me
digas que realmente te has
enamorado de Luna.
Leonardo no recibió
respuesta, la llamada ya
estaba cortada..
Andrés… ¡nunca imaginé
que también llegarías a
lamentarlo!
Cuando Luna regresó del
hospital, apenas comió algo.
Al día siguiente, se sintió lo
suficientemente bien
como para regresar a la
escuela.

Ayer tomó el día libre, por


lo que ahora tenia que
estudiar todo el contenido
de las clases que dejó
pendientes.
Luna le pidio las notas a
Frida. Afortunadamente, a
pesar de su relación tan
superficial, ella no lo
rechazó
Pasó la mañana muy
ocupada con sus estudios
como de costumbre.
Después del examen de la
última clase al mediodía,
mientras Luna y Frida
pasaban por un salón,
Isabel se detuvo:
-Luna….
Capítulo 196
Isabel la detuvo con la
intención de darle una caja
de medicamentos que Liora
le había pedido traer. En
realidad, si no fuera por el
hecho de que los
medicamentos provenían
de Liora, Luna tampoco se
atrevia a recibirlos…
Después de todo, Isabel
estaba del lado de Andrés
¿Quién sabe si él tendría
otro plan para drogarla
Luna le agradeció y se fue
al comedor con Frida. Ana
quería hablar con ella, pero
cuando la vio y salió del
salón. Luna ya se habia
alejado. No pudo evitar
suspirar:
-Ana realmente se esta
volviendo cada vez más
fuerte… Si pudiera obtener
la mitad de las
calificaciones que ella ha
obtenido, mis padres no se
sentirian tan desesperados.
Ahora mi padre me regaña
todos los días, diciendo que
tener una hija como yo lo
hace sentirse avergonzado.
Isabel bajo la mirada,
sumida en sus
pensamientos, luego
mostró una sonrisa y la
reconfortó:
-No te preocupes, si te
esfuerzas bastante,
seguramente obtendrás
mejores calificaciones. Tal
vez
también puedas entrar en la
Clase 6 como Luna.
Por la tarde, Luna fue a
asistir a la clase de Rodrigo.
Habia que admitir que
Rodrigo tenía unas técnicas
únicas de enseñanza Solía
establecer un plan de
estudio muy personalizado
para cada estudiante,
teniendo en cuenta sus
debilidades y fortalezas. Sin
embargo, según lo que
Luna sabia, los ejercicios
que Rodrigo le había dado
eran mucho más difíciles
en comparación con los de
los demás, algunos de ellos
incluso estaban más allá de
lo que había estudiado
hasta ahora. Por ejemplo, la
última vez le habia
entregado un cuaderno
nuevo, pero Luna solo
podía resolver casi la mitad
de los problemas en el. Para
la otra mitad, tuvo que
recurrir a materiales
extracurriculares.
Cuando llegó al edificio,
Luna preguntó:
-¿Por qué no he visto a
Manuel en estos días? ¿Ha
pasado algo en su familia?
Frida respondió sin prestar
mucha atención al
problema:
-No sé. Tal vez tiene algo
que atender en casa. Pero,
supongo que está cuidando
a su madre.
-¿Su madre está enferma? -
preguntó Luna.
-No tengo mucha
información al respecto.
¿Por qué te preocupas tanto
por estos asuntos? -
respondió
Frida sintiéndose algo
extraña.
Luna mostró una sonrisa y
dijo.
-Nada, es solo una pregunta
inocente.
Sin decir nada más, las dos
entraron en el aula.

La noche habia caído y ya


eran las nueve y media. La
sala de estar del
apartamento aún estaba
iluminada. Con el refrigerio
que había preparado, entró
en la habitación de Isabel.
Vio que estaba
estudiando, asi que decidió
no molestarla Salió de la
habitación y cerró la puerta
muy suavemente.
En ese momento, se abrió
la puerta y vio a Andrés,
quien acababa de llegar a
casa. Saludó con gran
amabilidad
-Andres, chas tenido una
cena de negocios?
¿Necesitas medicina para el
guayabo?
Andres llevaba un fuerte
olor a alcohol. Apretó
ligeramente el ceño
adolorido por el cansancio
y respondió:
-No, gracias
Cuando levantó la mirada,
vio que la luz escapaba por
la pequeña rendija de la
puerta de la habitación de
Isabel. Miró el reloj y se dio
cuenta de que ya casi eran
las diez de la noche. Le
preguntó a Liora:
-¿sabel todavia no se ha
acostado?
Liora dijo:
-Ella todavia esta
estudiando. Le he
preparado un refrigerio.
Por cierto, señor, ¿cómo ha
estado Lunal
estos dias? Ya es muy tarde,
no sé si ha regresado a
casa…
-Voy a verla -respondió
Andrés, pero se dirigió a la
habitación de Isabel.
El tocó varias veces la
puerta y la abrió. Isabel se
volteó y lo vio, luego
mostró una sonrisa
brillante y saludo
-Andrés! ¡Has regresado a
casa!
Andrés se acercó y se sentó
en una silla a su lado.
Pregunto:
-Estos días siempre estudias
hasta muy tarde. ¿Tienes
muchas tareas de casa?
Isabel negó con la cabeza y
respondió:
-No, no es por las tareas.
Estoy tratando de obtener
excelentes calificaciones en
los exámenes finales.
Si logro obtener una beca
en mi clase, quiero
comprarte un regalo de
cumpleaños.
Andres dijo suavemente
-No necesito regalos de
cumpleaños. Y no te
estreses tanto Debes
descansar un poco más.

No te preocupes En la Clase
1, no tengo mucho estrés
académico. Solo estoy
pasando el tiempo con
mis compañeros y siento
que me he vuelto aún más
perezosa. Pero Luna está
mucho más ocupada que
Ella ingresó al campamento
de matemáticas y tal vez
tenga la gran oportunidad
de ingresar a la
Universidad de Astraluna
Como su hermana, debo
ser un buen ejemplo en los
estudios y no puedo
quedarme atrás -dijo Isabel
mientras sacaba un
cuaderno de matemáticas,
añadió – Y tengo algunas.
preguntas que hacerte,
Andrés, ¿podrías
ayudarme?
-Claro-acepto Andres con
amabilidad.
Ajustaron un poco sus
posturas y comenzaron a
estudiar juntos. Bajo la
tenue luz de la luna, solo se
escuchaba la agradable y
dulce voz masculina en la
habitación Sus delgados
dedos sostenían el lápiz y
escribían con gran agilidad
en el papel. Era una
formula fácil pero muy
práctica. La chica a su lado
afirmaba con la cabeza de
vez en cuando. Juntos
creaban una escena pacífica
y hermosa en la
tranquilidad de la noche.
Ya eran las once de la
noche…
Capitulo 197

De repente, el telefono de
Andrés sono
inexplicablemente. Pero
cuando sacó su celular del
bolsillo, la llamada fue
cortada abruptamente
Fruncio los ojos y lo abrio
para revisar la llamada
perdida Pero, cuando vio el
nombre, su mirada
profunda se oscurecio aún
más.
En la comisaria
Luna colgo la llamada que
hizo la policia, sin saber que
Andrés había recibido ya la
notificación.
Señor, esto debe ser solo
una broma de mi
compañero de clase. Mire,
estoy perfectamente bien, ¿
verdad? Es tarde y no
quiero molestar a mi
familia con este asunto-dijo
Luna.
-¿Una broma? Nadie
bromea lastimando a otros
con un cuchillo! reprochó
el policía al ver la herida
en su brazo Si no fuera por
un transeunte que pasaba
por alli, ahora estarías en el
hospital! Esto no es
algo insignificante, tengo
que informar de inmediato
a tus familiares. ¡Y ustedes!
No crean que están a
salvo Apenas salieron de
aqui hace unos dias y ya
están de regreso en la
comisaría!
Varios adolescentes se
pararon en un rincón de la
oficina. Los más llamativos
eran el que tenía el
cabello rojo y el que tenia el
cabello verde. Además,
habia una chica muy
llamativa, con una chaqueta
y pantalon de cuero, y gran
cantidad de tatuajes en los
brazos, que no parecia muy
decente a primera
vista. Estos chicos eran
precisamente los que Luna
habia conocido en el
Distrito del Oasis de Paz La
chica entre ellos era Carlota
Dominguez, quien solía
estar con Sergio
-Considerando que se han
comportado bien esta vez,
pueden irse -dijo la policia.
El de pelo rojo y el de pelo
verde aceptaron y
agradecieron:
-Si, si, muchas gracias. A
partir de ahora, nos
comportaremos bien y
seremos amables con los
demás…
-Si realmente quieren ser
buenos ciudadanos, les
aconsejo que se deshagan
de ese pelo extraño y
bastante llamativo. -
advirtió el policia, luego se
volvió hacia Luna y
Manuel: Pero ustedes, no
pueden
irse. Tienen que esperar a
que lleguen sus familiares.
Después de todo, Manuel
habia lastimado demasiado
a Luna. Si ella lo
denunciaba, probablemente
seria enviado a la cárcel.
Al principio, después de su
clase de piano por la noche,
Luna sintió de repente
ganas de comer pastel de
castañas. Sin embargo,
cuando lo compró y salió
de la tienda, en ese
momento alguien salio
corriendo
rápidamente de un callejón
y la agarró del cuello,
intentando quitarle la vida.
En ese momento, los
adolescentes pasaron por
allí y salvaron a Luna. Pero
no esperaban que Manuel
Nevara un cuchillo consigo
Cuando se dio cuenta de
que no podia enfrentarse a
tantas personas, saco el
cuchillo
Aprovechando una
distracción de Manuel,
Luna lo empujó. Sin darse
cuenta, en ese instante el
cuchillo le corto el brazo
Y había otro chico que
tambien resulto herido, con
una cortada en el abdomen,
y fue llevado al hospital.
Luna miro al chico
encerrado en la sala de
interrogatorios. Para ser
honesta, no esperaba que
fuera
Manuel quien no habia
asistido a la escuela en
muchisimo tiempo.
No podia entender por que
habia decidido hacerlo. Si
solo era porque ella había
ocupado su lugar en el
campamento de
matematicas, esto no
tendria sentido hacer algo
tan extremo…
En realidad Carlota casi
salio de la oficina, pero se
volteo y se acercó a Luna,
hablando con odio en su
Realmente atraes la mala
suerte ¿Por qué siempre
hay cosas malas en los
lugares donde apareces?
última vez, cuando saltaste
al mar, Sergio casi perdió la
vida para rescatarte. Y
ahora, debido a ti, uno
de mis compañeros resulto
herido… Realmente, eres
una persona que solo atrae
desgracias!
El compañero de Carlota,
quien resulto herido en la
parte posterior de la mano,
intento interrumpirla:
-Carl, estoy bien
Carlota lo miro
amenazadoramente:
-No hables!
Sin embargo, al escuchar
las palabras de Carlota,
Luna se quedó totalmente
atónita…
Capitulo 198

Carlota le conto
detenidamente todo el
proceso de aquella noche y,
Luna por fin entendió que,
esa persona que la rescato
del rio no fue Andrés, sino
que fue Sergio
Luna sabía muy bien que
Sergio la odiaba demasiado
Habia recibido tantas
intimidaciones en la
preparatoria, además
debido a que Sergio fue la
persona que había dado un
mal ejemplo a sus
compañeros Si no fuera por
esas intimidaciones, no se le
hubiera ocurrido la idea de
cambiar de clase
Pero, si todo lo que Carlota
había dicho fue la verdad,
podia entender por qué
Sergio le había dicho esas
palabras extrañas
Después de terminar sus
palabras, Carlota se fue con
su compañero. En la
comisaría solo se quedaron
Luna y Manuel.
En ese momento, una
policía salió de la sala de
interrogatorios y le pidió a
Luna que ingresara.
Esposado, Manuel se sento
frente a ella. La policía le
preguntó muy seriamente:
Explicanos, ¿por qué
lastimaste a los demás con
un cuchillo?
-Es… es toda su culpa-
exclamó Manuel
emocionadamente
trastornado.
Su expresión era tan feroz
que como si fuera una
bestia que quisiera
desgarrar a Lunal
La policía ordenó:
-Cálmate y siéntate!
Luna se esforzaba
demasiado por mantener la
calma y, devolvió una
mirada afilada a Manuel,
mientras decia:
-Nunca hemos tenido una
amplia comunicación antes.
Si lo hiciste, porque crees
que yo soy quien te
arrebató la oportunidad de
participar en el
campamento de
matemáticas, podrias
habérmelo dicho con
anterioridad. La
oportunidad no es tan
necesaria para mi y puedo
cedértela. Sin embargo, has
destruido todo tu futuro
brillante con tus propias
manos.
-¡Cállate! ¡No sabes nada
sobre mi verdadera
situación! Si no hubieras
cambiado de clase, ¡yo no
habría
sido expulsado de la Clase
6! Y si hubiera obtenido la
beca de la clase, tendría la
gran oportunidad de
salvar a mi mamá… Ahora,
he perdido la oportunidad
de obtener la beca, también
la de ser admitido en la
Universidad de Astraluna…
Cuando mi madre se enteró
de eso, se puso tan
emocionada que sufrió un
fuerte ataque cardiaco y
murió… Ni siquiera pude
verla en su último
momento… -acusó Manuel
totalmente emocionado,
casi gritando.
Luna se quedó estupefacta
por todo lo que había
escuchado.

-Luna Garcia, jes toda tu


culpal ¿Por qué cambiaste
de clase y me robaste todo
lo que tenía?? Ahora
todo mi futuro ya está
completamente arruinado
Tú eres la más culpable! Lo
que dijo la chica es
correcto, eres una desgracia
total!
Las palabras pronunciadas
por Manuel le quitaron a
Luna casi toda su fuerza No
sabia ni siquiers como
habia salido de la comisaría,
cuando Emma vino para
recogerla.
Cuando llegó a casa, Miguel
la reprochó seriamente,
pero ninguna palabra de
todos los insultos recibidos
logró entrar en su cerebro
Tambaleándose, finalmente
llegó a su habitación en
oscuridad Se lanzo
sobre la cama sin siquiera
quitarse la ropa
La ventana en la habitación
todavia estaba abierta y el
frío viento invernal entró
con gran violencia.
Durante toda la noche, las
palabras de Manuel
repetían en su mente una y
otra vez
Realmente fue toda su
culpa? Pero ella no había
hecho nada más que lo
correcto y lo que debla
hacer Nunca se le ocurrió la
idea de arrebatar algo
ajeno. ¿Acaso estaba
haciendo algo mal incluso
si solo queria obtener lo
que deseaba con sus
propias fuerzas ?
Sintió como si un muro se
le viniera abajo y la
enterrara en el barro
Dado que Luna habia sido
bastante lastimada, seria
imposible ocultarle ese
asunto, y Miguel no podra
quedarse de brazos
cruzados por completo
porque la policia lo visitó al
día siguiente
Según los métodos
utilizados por Miguel,
probablemente Manuel
tendria que pasar el resto
de su vida en la cárcel si no
tenia relaciones útiles. Y
sufriria torturas crueles en
la prisión.
Curiosamente, Carolina
vino a su habitación y tocó
su frente con la mano
Pregunto
-¿Anoche no cerro la
ventana?
-Cuando entre esta
mañana, vi que la ventana
estaba abierta Intenté
llamaria, pero no
respondió, por eso
que suponia que estaba
enferma, y estoy en lo
correcto-respondió Emma
mientras sacaba el
termometro del bolsillo de
su ropa añadió- La
temperatura es más baja
que lo normal Deberamos
llamar al medico?
Carolina propuso:
-No tengas prisa. Podemos
observar un poco más para
ver cómo evoluciona la
situación trae algunas
bolsas de agua caliente y
cúbrele con otra manta
bien gruesa. Y, abre al aire
acondicionado a 28 grados
no lo pongas demasiado
alto.
Capítulo 199
De acuerdo, voy enseguida
-dijo Emma.
Mientras caminaba,
murmuraba muy
preocupada:
-¿Qué le sucede a ella de
nuevo? Ha estado bastante
extraña desde anoche y hoy
está enferma. Por
Dios, espero que no le haya
ocurrido nada grave…
Cuando levantó la cabeza,
la figura que apareció
frente a ella la sobresaltó
por completo. Exclamó:
-Dios mio, señor Andrés,
¿ha venido a visitar a Luna?
Está bastante enferma y
voy a buscarle algunas
bolsas de agua caliente.
-¿Anoche fuiste a la
comisaría? -preguntó
Andrés en un tono frío y
serio.
Emma afirmó. Andrés le
había parecido muy
aterrador, así que no se
atrevía a ocultarle nada y le
contó todo lo ocurrido la
noche anterior.
-A las once de la noche,
Luna me llamó para que
fuera a recogerla en la
comisaría, pero no me dijo
que
había sucedido. Cuando
llegué, ella tenía una herida
en el brazo. Al llegar a casa,
el señor la reprendio
seriamente. Después de eso,
subió las escaleras y regresó
a su habitación. Hoy por la
mañana, me preocupe
demasiado por ella, así que
entré en la habitación para
verla y me di cuenta de que
está enferma. Supongo que
debe haberse asustado
demasiado.
-¿Por qué no me llamaste? -
interrogó Andrés.
-Porque… Luna no me
permitió hacerlo… -
tartamudeó Emma en ese
momento. – Ella me dijo
que no quería causarte
molestias porque… no
tienen una relación muy
cercana….
¿Molestias? En el pasado,
sus caprichos le habian
causado tantas molestias,
pero nunca habia dicho
tales palabras. ¿Acaso estaba
tan decidida a romper por
completo la relación entre
ellos?
Sin embargo, seria
imposible que lograra lo
que deseaba tan
fácilmente.
Andrés entró en la
habitación y echó un leve
vistazo a la herida en su
brazo. Era una herida larga
en la parte del antebrazo.
La piel cerca de la herida
todavía se encontraba roja e
hinchada.
-¿Cómo? ¿Te duele el
corazón? -se escuchó la voz
de Carolita fuera de la
puerta.
Llevaba un qipao de estilo
tradicional chino que
resaltaba perfectamente su
cintura delgada y esbelta.
Se acercó y se sentó en la
cama con una cajita blanca
de medicamentos. La abrió
y tomó un poco con su
delicado dedo, luego lo
aplicó en la herida del
brazo de Luna, mientras
decía:
-Ella es muy valiosa ahora.
Miquel no permitirá que
tenga ni una sola cicatriz en
su hermoso cuerpo. Él ha
apostado todo el futuro de
la familia Garcia en ella,
con un montón de planes
alegres en su corazón.
¿Qué pretendes decir? –
preguntó Andrés
friamente.
Carolina le mostró una
sonrisa con sus labios rojos
y hermosos. Respondió
Creo que lo sabes mejor
que yo, no? Miquel se ha
enterado de su relación con
el heredero de la familia
Sanchez. Cuando ella peleo
con los demás en el
campus, la empresa perdió
millones de pesos, el
presidente del Grupo
Sanchez le envió de
inmediato un contrato por
un valor de mil millones.
Eso es muy claro, ¿verdad?
Ahora Miquel tambien
quiere arreglar este
matrimonio. Tal vez, en el
futuro, Luna podría hacer
parte de la familia Sanchez
Andrés. Tus planes ya no
funcionarán
La intervención de la
familia Sanchez le
dificultará por completo el
avance de sus planes.
Mientras hablaban, Luna
emitia unos fuertes
gemidos de dolor y los dos
se callaron de inmediato.
La herida le picaba, estaba
luchando por no rascársela.
Retiró su brazo con gran
dificultad
Emma regreso a la
habitación con las bolsas de
agua caliente. Justo cuando
estaba a punto de abrir la
puerta, pareció haber
escuchado unas palabras
como “planes” Una serie de
preguntas surgieron de
inmediato en su mente:
¿Que planes tenian? ¿Habla
escuchado cosas que no
debía otra vez? ¿Que
debería hacer ahora ?
Después de pensarlo un
poco, decidio bajar
sigilosamente las escaleras y
subirlas de nuevo,
fingiendo
que acababa de llegar con
las bolsas de agua caliente.
-Señora, aquí tienes las
bolsas de agua caliente-dijo
Emma.
-Damelas-respondió
Carolina, mientras las
tomaba y las colocaba sobre
la manta de Luna.
Capítulo 200
Cuando Luna despertó, ya
había llegado el fin de
semana. Se sentía como si
hubiera experimentado
una total catástrofe, con su
pijama empapada de sudor
y su cuerpo ardiendo como
una hoguera.
Emma entró a su
habitación para servirle un
tazón de sopa. Aun
respirando con dificultad,
porque a su
edad, subir al quinto piso
no era una tarea nada fácil.
Vio que Luna había
despertado y estaba sentada
en la cama, sumida en sus
pensamientos con la
mirada perdida. Ni siquiera
se dio cuenta de la
presencia
de Emma. Solo se volteo
cuando escucho su amable
voz
-Luna, has dormido
durante un día y una noche.
Ven a comer algo -dijo
Emma.
Luna la miró con los ojos
húmedos y preguntó:
-¿Qué le dijeron a mi padre
cuando los policías vinieron
ayer?
-La verdad tampoco no lo
entendi muy bien… Pero
dijeron que ellos le darían
una respuesta
satisfactoria en este asunto.
El señor no dejaría al
asesino que se saliera con la
suya.
Luna apartó la mirada y
observó las vendas en su
espalda. Ya podía imaginar
fácilmente lo que Manuel
enfrentaria: Miguel
definitivamente se lo
devolvería multiplicado por
todo lo que había hecho.
Incluso si
fuera enviado a la cárcel, su
vida también sería bastante
dificil.
Parecía que, aunque sabía
lo que iba a suceder, no
tenia la capacidad de
cambiarlo…
Luna sostenía con
dificultad el tazón,
bebiendo la sopa. No podia
aplicar mucha fuerza con la
mano, porque podria
afectar la herida cosida.
Cuando Emma estaba a
punto de salir de la
habitación, Luna notó que
algunos muebles de su
habitacion y los cuadros en
la pared habían
desaparecido. Preguntó con
gran curiosidad
-Emma, ¿dónde se
encuentran mis cuadros?
Emma se dio cuenta de que
se le habia olvidado
informarle a Luna y le
explicó:
-Desde que te mudaste a
esta habitación, has tenido
infinidad de accidentes que
te han lastimado. El
señor pensó que esta
habitación te traia muy
mala suerte, por lo que
planea renovarla para
cambiar un
poco el ambiente y que esto
te traiga buen ánimo.
La mano de Luna que
sostenia el tazón tembló un
poco al escucharlo.
Preguntó
-Si tenian que renovar la
habitación, ¿dónde voy a
vivir?
Emma respondió:

Tal vez tengas que vivir en


el apartamento de Andrés
durante unos días.
El tazon cayo al suelo y se
rompio por completo,
causando un fuerte sonido
ensordecedor.
Emma no esperaba que
Luna tuviera una reacción
tan exagerada. Ella aún no
habia dado el segundo
la sopa cuando el tazón ya
estaba roto
Luna creia que era solo una
broma de Miquel, no
esperaba que esto fuera
verdad.
Cuando llegó la hora del
almuerzo, Emma ya habia
preparado su equipaje.
En la mesa, habia una gran
cantidad de platos
deliciosos, pero Luna solo
podía comer un poco de
arroz. Con la cabeza
agachada, revolvia el arroz
con la cuchara, pero no
tenía apetito. Intentó
preguntarle a Miquel
Padre, tengo que ir a vivir
en el apartamento de
Andrés? Puedo vivir en la
habitación de Isabel en la
mansion, o vivir con Emma
por unos días. No habrá
problemas.
Sin embargo, Miquel
frunció ligeramente el ceño
y respondió con el rostro
bastante sombrío:
Estos dias, Carolina y yo
tenemos un viaje a otras
ciudades. Si no estamos en
casa, nadie te cuidará. Si te
quedas en el apartamento
de Andrés, él cuidará bien
de ti y me ahorrará muchas
preocupaciones.
Puedo vivir sola dijo Luna
en voz baja.
-Realmente tú puedes
quedarte en casa sola? Estos
días nadie te disciplinó y ¡te
atreviste a cambiar de clase
sin mi permisol En cuanto a
este asunto, ¡todavía no te
he castigado! Será mejor
que te portes bien durante
este tiempo y no le causes
problemas a Andrés. La
decisión ya está tomada.
Andres vendrá a
recogerte y llevarte a su
apartamento.
Parecía que ya no tenía
oportunidad de intentar
más.
Carolina, con una actitud
conciliadora, persuadió a
Miguel:
-Basta, basta, no te enfades
tanto. Luna solo no quiere
dejar su hogar. Tampoco
quiere que estas cosas malas
sucedan Luna, después de
que regresemos, la
renovación de tu habitación
también estará terminada.
Tú papá y yo iremos a
recogerte.
Molesta, Luna aceptó sin
decir nada más.
A la una y media de la
tarde, la persona que vino a
recogerla fue Álvaro.
Emma habla empacado
todas sus cosas, llenando
varios portaequipajes
grandes. De hecho, casi
había vaciado por completo
su habitación.

Luna solo llevaba algunos


productos para el cuidado
de la piel, así como ropa
para cambiarse. No
esperaba tener en total
cinco portaequipajes
bastante grandes, lo que
hacía difícil llevarlo todo en
un solo viaje….
Capítulo 201
En realidad, Luna preferiria
vivir en el dormitorio de la
preparatoria. Sin embargo,
esta cerraria la próxima
semana debido a las
vacaciones de navidad, y
pronto llegaria el año
nuevo.
Al llegar al Distrito de
Huatecan, Luna vio a Liora
e Isabel esperándola alli.
Cuando el coche se detuvo,
Liora se acercó
rápidamente y abrió la
puerta de la parte trasera.
Al verla, Liora sostuvo
suavemente su brazo
herido preocupada y dijo
con gran tristeza: -Déjame
ver, pobrecita, ¿por qué te
lastimaste otra
vez?
-Estoy muy bien, Liora. No
te preocupes. Es solo un
rasquño y me recuperaré
en unos cuantos dias –
reconforto Luna,
Isabel también se acerco y
dijo:
-Luna, hemos limpiado
muy bien la habitación,
pero probablemente
tendrás que compartirla
conmigo… No se si te
gustaran las decoraciones
que hemos preparado
Ella tomo cariñosamente la
muñeca de Luna.
-Está bien-respondió Luna
tranquilamente.
Desde muy pequeña,
siempre había vivido sola
en su propia habitación y
en realidad, no se
acostumbrada a compartir
una habitación con alguien.
Cuando iba a subir al
apartamento, Isabel le dio
el código de la cerradura y
entraron a la habitación
juntas. Luna vio que había
dos camas en la habitación
de Isabel.
Las sábanas, las mantas
tenían colores rosas muy
suaves, elegidas por Liora
según las preferencias de
Luna Además, había un
osito de peluche rosa en la
cabecera de la cama. Fue un
hermoso regalo de
cumpleaños que ella
queria.
Pero, Isabel también tenia
uno idéntico en su cama…
Al estar en casa de los
demás, Luna no tenía el
derecho de expresar su
insatisfacción, por lo que
simplemente respondió:
-Gracias, me encanta
muchísimo.
Isabel sonrió con alegria y
exclamó:
-Tanto Liora como yo nos
preocupamos de que no te
gusten. Todavía estás
herida, asi que descansa un
poco más. Nosotras nos
encargamos del equipaje.
Luna le devolvió una
sonrisa suave y la rechazó:
-Muchas gracias, pero estoy
perfectamente bien, puedo
hacerlo yo misma sin
molestarlas
Así que te ayudaré! Insistió
Isabel.
Luna no rechazó, solo
aceptó, porque si la
rechazaba de nuevo, podría
parecer bastante descontés
Despues de sacar todas sus
cosas, solo la ropa de Luna
ocupaba casi la mitad del
armario, sin dejar
espacio para sus libros. Ella
se disculpó muy
amablemente:
-He traído demasiadas
cosas. Dejaré el resto en el
suelo.
-De acuerdo. No te
preocupes, le dire a Andrés
para que compre una
estantería grande-propuso
Isabel.
-No, no, no quiero
molestarlo -rechazo Luna la
idea con gran cortesia.
-Es necesario. ¿Sabes qué?
Siempre he deseado tener
una hermana pequeña para
compartir las cosas
buenas. Podríamos ver
películas juntas y compartir
los libros divertidos… -
exclamó Isabel.
Dos horas después,
finalmente pusieron todas
las cosas en orden. Luna no
se retrasó mas, de
inmediato abrió sus libros y
empezó a estudiar. Aún no
había tenido tiempo de
realizar los ejercicios que
Rodrigo le habia preparado.
Isabel se sentó junto a ella y
también comenzó a
estudiar. Cuando
encontraban algo
que no entendian, se
ayudaban mutuamente.
Liora se encontraba
preparando la comida en la
cocina. Cuando entró en la
habitación y vio que ambas
estaban estudiando
detenidamente, sintió una
gran satisfacción como si
tuviera dos hijas al mismo
tiempo
-Luna, es hora de cenar -
dijo Liora.
Luna levantó la cabeza muy
suavemente y miró el reloj.
Eran las seis de la tarde,
pero ya estaba oscuro
afuera. Respondió
suavemente:
-Ustedes coman primero.
Comeré cuando termine
esta pregunta.
Isabel miró a Luna y
también le dijo a Liora con
una sonrisa:
-Comeremos más tarde.
Capítulo 202

Al ver que ambas estaban


estudiando con tanta
dedicación y esfuerzo,
Liora decidió salir para no
molestarlas.
A las seis y media, Isabel
dejó su lápiz y cerró su
libro. Preguntó:
-Luna ¿sientes mucha
presión por parte de tu tío
Miguel? Dadas las
circunstancias de tu familia,
no necesitas estudiar tan
intensamente
Luna fue interrumpida y
también dejó de escribir.
Respondió:
-No es el problema de mi
padre. Es solo que… quiero
esforzarme un poco más.
En realidad, no se atrevia a
detenerse. No quería ser
como en su vida anterior,
obteniendo un título
gracias al dinero de su
familia, sin tener los
suficientes conocimientos
por si misma. Quería
convertirse en alguien muy
importante como María,
alguien que no dependiera
de nadie. Incluso si dejara la
familia García, podría
valerse por sí misma con
sus propias habilidades.
-Ya veo. Tienes razón, pero
en tu clase hay mucha
presión académica. No te
agotes demasiado. Yo
saldré a comer primero, no
sigas estudiando hasta tarde
-dijo Isabel.
Luna aceptó con la cabeza.
Poco después de que Isabel
se fuera, Luna también
terminó sus tareas y salió
de la habitación.
La mayoría de los platos
que Liora había preparado
eran los favoritos de Luna.
A ella le encantaban los
platos con sabores muy
suaves, pero a Isabel y
Andrés les gustaban los
picantes, por lo que
también había algunos
platos picantes.
Luna ni siquiera tocó esos
platos picantes. Se sirvió un
filete de pescado. El sabor
seguia siendo tan
delicioso como siempre.
Mientras comía, Luna rara
vez hablaba. Era una regla
impuesta por Miguel. Pero
Isabel vivia aquí, y no
tenía que obedecer esa
regla, podía hacer lo que
quisiera. Le dijo a Liora:
-Liora, ven a comer con
nosotras.
Liora rechazó de
inmediato:
-No, no, ustedes coman
primero.
Luna también dijo:
-Ven. No estamos en casa,
no tienes que prestar
atención a esas reglas.
Liora reveló una sonrisa
muy delicada, pero con
gran preocupación.
Respondió:
-Estoy preparando la sopa,
espera un momento…
Se dio cuenta de que,
durante los días en que no
había estado cerca de Luna,
la joven parecía estar cada
vez más deprimida, no
sonreía como antes… Al ver
su estado, sentía una
profunda tristeza.
Luna aceptó.
Esa noche, Luna comió
mucho más de lo habitual.
Cuando todos terminaron
la cena, Isabel ayudó a
Liora a lavar los platos y a
limpiar la mesa.
Pero, Luna se detuvo en su
lugar, sintiéndose como
una extraña en esa casa, sin
saber qué debía hacer.
Asi que decidió barrer el
piso y luego limpió toda la
sala porque sentia que no
estaba lo suficientemente
limpia. Siendo un poco
maniática de la limpieza, no
podía soportar ver las cosas
sucias, así que ordenó
por completo todos los
zapatos en la entrada.
Después de terminar todo
eso, ya eran casi las ocho.
No pudo evitar reírse un
poco. Parecía que
simplemente no podía
cambiar su costumbre de
ser la ama
de casa de Andrés…
Se reconfortó pensando
que, al depender de los
demás, también debía
contribuir con su gran
esfuerzo.
Incluso estando en casa de
sus parientes más cercanos,
no podía comportarse
como si estuviera en su
propia casa. Si hubiera
alguien que solo supiera
comer y no hiciera nada en
casa, de todos modos, el
dueño se sentiria bastante
incómodo.
Liora entró al baño y tomó
el trapero que Luna estaba
lavando. Dijo:
-¿Cómo puedes hacer esto?
A partir de ahora, me
encargo de todo eso.
Luna respondió con una
agradable sonrisa:
-No te preocupes. Después
de todo, no puedo
quedarme aquí solo para
comer y beber gratis.
-No digas tantas tonterías.
Andrés te trata como a una
hermana. Solo estás
hospedándote aqui
temporalmente, no
necesitas realizar labores
domésticas.
Luna guardó silencio por
completo, porque en
realidad, nunca había
considerado a Andrés como
un hermano.
Sabía muy bien que todo lo
que los demás le daban,
tenía que devolverlo de
alguna manera…
Luego fue al baño y se
ducho. Con todo su cuerpo
húmedo y gotas en el
cabello, salió muy fresca del
baño Escuchó ruidos en la
sala de estar, alguien estaba
hablando con una voz
bastante familiar Andrés
había regresado.
Lama se acercó a la puerta
y la corro de inmediato.
Sacó su secador de pelo y
volvió a entrar al baño para
secarse el cabello.
Alvero ayudó a Andrés,
quien se encontraba
bastante borracho, a
sentarse en el sofá. Isabel se
acercó rapidamente para
ayudarlo. Liora fue a buscar
medicina parala resaca.
–Asi que lo que dejo aqui-
dijo Alvaro.
-De acuerdo, lo cuidaré.
Ten cuidado en el camino
de regreso-respondió
Isabel.
Alvaro afirmo ligeramente
y se fue muy rápido.
Andres estaba recostado en
el sofá, con un fuerte olor a
alcohol. La borrachera ya
era algo común para
Andres, e Isabel también se
habia acostumbrado a
cuidarlo.
-Andrés te duele la cabeza?-
pregunto Isabel, mientras le
masajeaba las sienes.
Capítulo 203
Andrés respondió:
Estoy bien.
Isabel se quejó un poco:
-No bebas tanto la proxima
vez, sabes que te cae muy
mal para el estómago
Liora le trajo la medicina y
le sirvió una sopa de fideos
a Andrés, mientras le decía
a Isabel:
-Isabel, ayúdalo a tomar la
medicina.
Luna podia escuchar la
conversación desde afuera
de la habitación, pero no
queria prestarle mucha
atención. Se puso los
auriculares y comenzó a
escuchar música muy
relajante, mientras
repasaba tranquilamente el
vocabulario en inglés.
Asi, continuó hasta las
nueve y media de la noche.
Isabel regresó muy
exhausta a su habitación y
vio que
el celular estaba vibrando
en la mesita de noche. Le
recordó a Luna:
-Luna, tu móvil está
vibrando.
Luna no le respondio.
Isabel se acercó y miró el
número de teléfono. Era
una serie de números con
varios “8”. Entrecerró
rápidamente los ojos y
desenchufó el cargador y
colocó el celular frente a
Luna
Luna se dio cuenta de que
se había quitado los
auriculares. Isabel le
recordó nuevamente:
-Tienes una llamada.
-Gracias le respondió Luna
tranquilamente y colgó la
llamada directamente.
-¿No vas a contestar? -
preguntó Isabel con gran
curiosidad.
-Debe haber sido una
llamada equivocada.
Isabel afirmó muy
pensativa y no dijo nada
más. Tomó ropa limpia y se
dirigió al baño. Después de
escuchar el sonido de la
puerta cerrándose, Luna
volvió a tomar su celular
para ver las notificaciones.
Había decenas de mensajes
sin leer.
Controlándose, Luna se
acostó muy puntualmente a
las once de la noche.
Preocupada, Isabel fue a la
habitación de Andrés para
cuidarlo. Sin saber cuánto
tiempo habia pasado, Luna
escuchó voces hablando, se
despertó levemente entre
sueños y pronto volvió a
dormirse. Tenia un
sueño bastante ligero y
siempre se despertaba
cuando habia ruidos.

No fue sino hasta que Isabel


regresó a la habitación que
finalmente se durmió por
completo.
A la mañana siguiente, el
despertador sonó a las seis
como siempre. Tratando de
no hacer ruido, Luna se
cepilló el cabello y se hizo
una moña con una cinta.
Luego, con su mochila,
salió de la habitación sin
molestar a Isabel, quien
todavía se encontraba
durmiendo.
La escuela habia establecido
un tiempo de estudio libre
para los estudiantes de su
clase, comenzaria a las siete.
Planeaba tomar el autobús,
ya que el apartamento se
encontraba bastante cerca
de la preparatoria
Liora aún estaba
preparando el desayuno.
Sorprendida al ver a Luna,
exclamó:
-¿Por qué te levantaste tan
temprano? Tus clases
comienzan a las nueve, ¿no
es así?
-He cambiado de clase, y
ahora las clases empiezan a
las siete – respondió Luna
mientras se poníal
muy juiciosa los zapatos
junto a la puerta.
-Pero, también tienes que
desayunar antes de irte,
¿no? -dijo Liora con gran
preocupación.
-No, no, no alcanzaré el
autobús si me retraso.
Liora tomó rápidamente la
merienda de la nevera y se
la entregó, diciendo:
-Aquí tienes el almuerzo.
Pero debes comer a tiempo
sin importar en qué clase
estés, ¿sabes?¿
Realmente tienes tanta
prisa? ¿No esperas a Isabel?
Andrés podría llevarlas a la
escuela.
-Me levanté bien temprano
y no quiero molestarla.
Mientras hablaba, Luna
tomó la merienda y la
metió apresuradamente en
su mochila, luego salió de
casa.
Un rato después de que
Luna se fuera, Liora se dio
cuenta de que no había
chofer que pudiera llevarla.
Se apresuró a alcanzarla,
pero ya no vio ni siquiera la
figura de la chica.
Afortunadamente, Luna
logró tomar el primer
autobús. A esa hora tan
temprano, ella era la única
persona en el autobús.
Sin embargo, justo cuando
la puerta del autobús estaba
a punto de cerrarse, se
abrió nuevamente. Vio a
una figura con una mochila
colgada en un hombro y un
par de auriculares en sus
orejas. Transmitía un
aire bastante arrogante y
desafiante. Después de
introducir monedas en la
máquina, se volteó y Luna
pudo ver claramente su
apariencia.
Capítulo 204

Sin embargo, se sentó


directamente junto a la
puerta con ios auriculares
puestos, como si no la
hubiera visto. Con las
piernas cruzadas, estaba
chateando en el celular con
alguien.
Luna recordo en ese
instante, las palabras que
Carlota le había dicho aquel
dia. Todavía no podía creer
que la persona dispuesta a
arriesgar su vida para
salvarla fuera Sergio…
Aquel dia, estaba lloviendo
torrencialmente y el mar
estaba bastante agitando.
Ella había saltado al agua
y ya habia perdido el
conocimiento Solo pudo
ver un rostro algo borroso y
pensó que esa persona era
Andrés, porque su vida aun
era útil para el. Por lo tanto,
entre tantas personas que
conocía, él era la
única persona que podria
salvarla Después de todo,
nadie estaria dispuesto a
arriesgar su vida por
alguien que no fuera
importante…..
Pero, si ella realmente
muriera, Andrés no podria
darle una explicación a
Miguel.
Entre el distrito y la
preparatoria solo había una
distancia pequeña de cuatro
paradas. En este proceso, el
autobús se fue llenando de
gente poco a poco. La
mayoría de los pasajeros
eran personas que iban a
trabajar.
Lo que la sorprendió
muchísimo, fue que Sergio
incluso se levantó y le cedió
su asiento a una anciana…
Luna no podía creer que
fuera una persona tan…
¿amable? Con una sonrisa
tan radiante, si no lo
hubiera conocido desde
hace mucho tiempo, creeria
que era un estudiante
ejemplar en la escuela.
De repente, los ojos de
Sergio se encontraron
rápidamente con los de
Luna a través de la
multitud. El
levantó con ligereza las
cejas, como si la hubiera
presenciado haciendo algo
malo, lo que la hizo
sentirse un poco
avergonzada.
Finalmente llegaron a la
parada de la preparatoria,
Luna bajó con gran
tranquilidad del autobús.
No tenia mucha prisa,
porque a esa hora no había
muchos estudiantes en la
Preparatoria Privada
Aurora. Sin embargo, al
otro lado de la calle, ya se
podía escuchar los sonidos
de la recitación
provenientes de la
Preparatoria Pública
Astraluna.
De repente, Luna recordó
las palabras que Sergio le
habia dicho cuando se iba a
cambiar de clase, en el
momento en que él fue a
buscarla a la biblioteca para
que le diera clases
particulares, ella en ese
instante lo rechazó sin
piedad.
Parecía que lo que Sergio
había dicho era
exactamente la verdad…
Ella realmente era una
persona sin
corazón ni conciencia…
En el pasado, solo podía
percibir la indiferencia en
la mirada de Sergio, sin
embargo, ahora también
podia notar el desprecio,
como si estuviera
reprochándole que ella era
una persona sin
sentimientos.
Luna lo vio entrar a la
escuela e intentó alcanzarlo,
pero parecia que tenía ojos
en la espalda y
deliberadamente evitaba
que lo siguiera. Cuando
Luna intentó llamarlo, ya
había entrado a su salón de
clases y habia otras
personas que se le
acercaron. Por lo tanto, no
insistió más y esperó a que
hubiera otra oportunidad.
La última clase de la
mañana era educación
fisica. Si no recordaba mal,
esta clase coincidiría con la
Clase 1, lo que seria una
buena oportunidad para
disculparse en ese
momento con Sergio.
En realidad, eso debería ser
un asunto bastante simple
que podría solucionarse
con solo una llamada.
Sin embargo, ella no tenia
ni el número de teléfono de
Sergio… Además, Incluso
habia eliminado el grupo
de chat de la Clase 1..
En el vestuario de mujeres,
Frida la llamó:
-¿En qué estás pensando?
¿Por qué no te cambias de
ropa?
Luna reaccionó
rápidamente y sacó su
uniforme deportivo del
armario, luego entró con
gran rapidez al
vestuario para cambiarse de
ropa.
En la clase, el profesor solo
los dejó correr cuatro
vueltas para calentarse y
luego les dio tiempo para
actividades libres. Los
estudiantes de la Clase 6
tenian mucho estrés
académico y solo tenian
una clase de educación
física al mes, así que solo
quería que se relajaran un
poco nada más.
Al mismo tiempo, un grupo
de chicos de la Clase 1 y la
Clase 3 se encontraban
jugando baloncesto, y
entre ellos estaba Sergio,
quien lanzó un excelente
triple.
Luna creía que las chicas de
la Clase 6 solo se
preocupaban por los
estudios, pero resultaba que
a varias de ellas también les
encantaban ver a los chicos
guapos jugando baloncesto
En realidad, la mayoría de
las chicas se acercaron a la
cancha de baloncesto solo
para ver a Sergio. En la
escuela, Sergio era bastante
popular, por lo que
también tenía una
velocidad muy
sorprendente para
cambiar de novia…
Isabel y Frida salieron del
almacén de material
deportivo y saludaron a
muy amablemente a Luna
Frida no estaba a punto de
responder a Isabel, ni
siquiera a Ana, por lo que
Luna tambien les devolvió
el saludo.
y se fue con Frida.
Sin embargo, de repente,
Frida le dijo:
A partir de ahora,
¡mantente alejada de él!
Luna se quedó por
completo confundida y
preguntó:
A quién te refieres?
Capítulo 205
Luna miró muy confundida
a Frida y le pregunto
-¿Por qué? ¿A ti también te
ha ofendido?
Frida respondió:
-Ha ofendido a toda mi
familia. Con esto, no
necesitas saber los detalles,
solo recuerda lo que te he
dicho Luna le respondió
con claridad.
-Lo dejaremos para mas
tarde.
Luego, Frida cambió de
tema:
-Por cierto ¿como conociste
a Gabriel? El nunca habla
conmigo, ¡pero ese dia fue
la primera vez que me
dirigió la palabra! Aunque…
fue una breve frase que
tenía algo que ver
contigo….
Luna se quedó sin
palabras…
Frida se acercó con cierta
picardía y chocó
ligeramente su cuerpo con
el de Luna, sonriendo
mientras decía
entrometida:
-También me dijo que,
cuando tuviéramos tiempo,
nos invitaria a cenar
Rápido, dime ¿Que historia
tienen ustedes dos, ah…?
Luna se puso un poco
nerviosa y respondió:
-No, no malinterpretes las
cosas. Solo somos muy
buenos amigos, no hay
nada de lo que estas
pensando. Además, mi
familia no me permite que
tenga romances a mi edad.
Solo esperan que me
concentre en mis estudios..
Frida sonrio, apoyo su
hombro en Luna y
continuó sin intención de
dejar el tema
-¡Vaya! No sabes que hay
cantidad de mujeres que
quieren subir a la cama de
mi hermano. Y muchas de
las que me rodean solo
quieren aprovecharse de
mi, para lograr su
propósito. ¡Pero tú eres la
primera que quiere
mantener distancia Para ser
honesta, tú también ya eres
mayor de edad. Recuerdo
muy bien que mi madre se
comprometió con su
exmarido, quien es el padre
biológico de Gabriel, a los
dieciséis
años Gabriel es mi medio
hermano, ya lo sabes,
¿verdad? Mi madre y su
padre se casaron a los
dieciocho años porque en
aquel entonces no había
restricciones de edad.
Aunque las cosas han
cambiado ahora, a tu edad,
ya puedes tener un bello
romance. Además, eres tan
hermosa, seguramente
tienes muchos
pretendientes. ¿Por qué no
me hablas de eso? ¿Te gusta
alguien? ¿Que tipo de
persona te gusta?
Mientras hablaba, incluso
hizo un gesto de juramento
con su mano.
Luna comprendió desde la
primera frase cuál era la
intención de Frida. Quería
saber su actitud. ¿Habla sido
Gabrici quien le habia
pedido que lo hiciera? ¿Por
qué él haría algo tan
humilde?
Aunque Frida mostraba una
actitud bastante cariñosa,
Luna podía percibir su
sincero desprecio hacia la
familia García. Solo por el
respeto que le tenia a
Andrés, no lo mostraba
abiertamente. De hecho, si
no fuera por ese
antecedente, tampoco
tendría la oportunidad de
ser amiga de Frida, una
señorita proveniente de
una de las familias más
poderosas de la ciudad.
Luna respondió con total
tranquilidad:
-No hay alguien que me
guste. En esta etapa de mi
vida, solo quiero
concentrarme en mis
estudios.
Frida vio su expresión
bastante seria y le creyó.
Después de la clase, Frida
desapareció por completo.
Aparentemente, era como
una “espia” que Gabriel
había colocado a su lado.
Parecia que su existencia se
había vuelto, en una valiosa
herramienta para
aliviar la relación entre
Frida y Gabriel…
Se dirigió al comedor sola.
En el camino, se encontró
con Sergio y sus
compañeros. Él todavía
llevaba el
balón en la mano.
Reuniendo todo su coraje,
Luna se acercó con gran
rapidez.
Luis se sorprendió por su
aparición repentina y dijo:
-¿Qué haces? Los perros
obedientes no bloquean el
camino de su dueño.
Bruno bajo la cabeza, sin
poder contener su sonrisa
burlona.
Sergio giraba el balón en su
mano, y una sonrisa
bastante maliciosa se formó
en la comisura de sus
labios. “Elogió” a Luis:
-Me encanta tu arte de
hablar. Sigue.
Luna no se molestó mucho
por sus ofensivas palabras,
simplemente miró a Sergio
con gran seriedad y le
dijo:
-Acepto tu petición en la
biblioteca…
Tanto Luis como Bruno se
quedaron atónitos.
Quedando sorprendido, a
Sergio se le escapó el balón
de las manos y rodó hacia
un arbusto cercano…
Luna añadió:
-Aparte del horario de
clases, solo tengo tiempo
por la noche. Te esperaré
en la biblioteca a las siete y
rechazo de tu parte y me
iré.
Al terminar sus palabras,
Luna se volteó y se fue
directamente, dirigiéndose
hacia el comedor.
Luis no podía creerlo y
exclamó:
-¡Maldición! ¡Eso no puede
ser! ¿Le has confesado tus
sentimientos a esa chica?
Capítulo 206
La biblioteca solía cerrar a
las diez de la noche. Luna
llegó allí a las siete y aún
había algunas personas
estudiando.
Se sentó, en su asiento
habitual junto a la ventana
y abrió con gran rapidez su
cuaderno de ejercicios. Sin
saber cuánto tiempo había
transcurrido, las luces de la
biblioteca comenzaron a
apagarse una tras otra, y
el bibliotecario se acercó a
ella muy amablemente para
recordarle:
–Disculpa, pero la
biblioteca está a punto de
cerrar.
No le sorprendió que
Sergio no hubiera venido.
En el camino de regreso,
Luna olvidó que todos los
choferes y sirvientes habían
regresado a casa porque
la villa estaba siendo
renovada estos días. Y a esta
hora, ya no había autobuses
circulando. Sin otras
opciones, Luna solo pudo
tomar un taxi y cuando
llegó al apartamento, ya
eran las once de la noche
en punto
Levantó la cabeza y observó
hacia el piso donde se
encontraba el apartamento
de Andrés, la luz ya
estaba apagada. A esta hora,
deberían estar durmiendo.
Entró al ascensor y llegó a
la puerta, luego
ingresó el código
correspondiente. Sin
embargo, apareció un
error. Intentó tres veces,
pero aún no pudo
abrir la puerta. Era
imposible que se hubiera
equivocado con el código
porque era muy sencillo.
¿Acaso lo habrían
cambiado?
Luna sacó rápidamente el
móvil de su bolsillo, y de
repente recordó que Liora
no tenía un móvil y ella no
sabía el número de teléfono
fijo del apartamento de
Andrés. Hasta Isabel….
Finalmente, su mirada cayó
paulatinamente en la
última entre las pocas filas
de los contactos y se quedó
en completo silencio…
Las luces del pasillo
activadas por voz se
apagaron al instante. La
oscuridad la envolvió por
completo Solo su móvil
seguia emitiendo luz. Vaciló
en hacer la llamada y al
final decidió no molestar.
Planeo buscar un hotel para
pasar la noche.
Se dio media vuelta y
estaba a punto de irse.
Presionó el botón de bajar y
cuando el ascensor estaba a
punto de llegar, su móvil en
ese instante vibró en el
bolsillo.
Lo sacó y vio quién estaba
llamando. No contestó de
inmediato, esperó
alrededor de diez
segundos.
Vacilando, finalmente
contestó. Se oyó una voz
masculina y fría.
-¿Dónde estás?
Luna estaba tan nerviosa
que no pudo evitar
contener la respiración.
Respondió:

-En la puerta…
Poco después, la puerta se
abrió.
Luna vacilo, pero entró.
Cuando llegó a la sala de
estar, el hombre, vestido
con una pijama a rayas, se
dirigió a la cocina y se
sirvió un vaso de agua.
Pero justo cuando iba a
entrar en la habitación,
escuchó una voz bastante
desagradable:
-¿A dónde fuiste, que
regresaste a estas horas?
Luna percibió una mirada
acusadora fijada en su
espalda, pero respondió:
-No es mi deber explicarte
sobre todos mis asuntos.
Dicho esto, Luna entró en
la habitación y encendió
una pequeña lámpara con
movimientos ligeros. Isabel
escuchó los sonidos y se
despertó de inmediato.
Preguntó:
-¿Por qué has regresado tan
tarde?
-Tenía algunos asuntos que
atender en la escuela.
-Vale… -respondió Isabel
con amabilidad.
Se dio la vuelta y volvió a
quedarse dormida con su
osito en los brazos.
Luna dejó su mochila y vio
que había dos vasos de
leche en la mesa, uno de los
cuales estaba frío y el
otro solo se encontraba
bebido hasta la mitad.
Luna fue al baño y se dio
una ducha rápida, luego se
acostó apresuradamente.
Al día siguiente, Luna se
abrió sus ojos cuando sonó
su despertador. Se sentía
algo mareada y tenía
congestión nasal. Además,
tenia unas ojeras muy
pronunciadas como las
pandas porque no habia.
descansado lo suficiente la
noche anterior.
Liora sabia que Luna tenía
que levantarse temprano
para ir a la escuela, así que
se levantó aún más
temprano para prepararle
el desayuno. Cuando vio el
rostro de Luna, se
sorprendió y exclamó:
-Hija, ¿fuiste a sustituir a los
ladrones nocturnos anoche?
¿A qué hora regresaste
anoche?
Luna abrió la puerta de la
nevera con dificultad de
abrir los ojos. Respondió:
A las once. ¿Ya no queda
leche en casa?
-El desayuno casi está listo.
Siéntate un rato. Andrés fue
a hacer ejercicio temprano
en la mañana y
volverá pronto -dijo Liora,
Capítulo 207

Luna dio un pequeño sorbo


de agua fría para aliviar la
hinchazón de su rostro y
dijo:
-No, Liora, ya no tengo
tiempo para desayunar.
-No te vayas! Me levanté
muy temprano a las cuatro
y media para prepararte el
desayuno. Hija, estás
en crecimiento y no debes
saltarte el desayuno, sabes?
-exclamó Liora.
Pero Luna respondio.
-No quiero causarte tantas
molestias. Con algo ligero
es más que suficiente.
-No digas tonterías. Te he
visto crecer desde que eras
pequeña y te conozco
mejor que nadie -dijo
Liora
Luna se acercó por detrás y
abrazó a Liora con ternura,
apoyando su barbilla en su
hombro. Dijo
dulcemente:
-Lo sé, siempre has sido
muy especial conmigo…
En ese momento, se abrió
la puerta. Andrés terminó
sus ejercicios y regresó. Al
escuchar el sonido, Luna
soltó a Liora.
Liora les sirvió dos tazones
de arroz y dijo a Luna:
Todo está listo. Vamos,
desayuna rápido.
-De acuerdo lo haré.
Aunque Luna no quería ver
a Andrés, tampoco quería
despreciar las buenas
intenciones de Liora, asi
que se sentó muy juiciosa a
la mesa.
Andrés fue a tomar una
ducha bastante rápida y se
cambió de ropa, luego salió
de su habitación.
Liora le preguntó:
-¿Debemos llamar a Isabel?
Andrés se sentó en el
asiento principal y
respondió:
-No, no hace falta. Déjala
dormir un poco más.
Poco después, Luna se
levantó y se despidió con
amabilidad:
-Ya he terminado. Me voy.

Liora miró su tazón y


pregunto:
-Sabes, has comido muy
poco, ¿verdad? Aun tienes
mucho tiempo, no tengas
tanta prisa en irte.
-No, Liora, voy a perder el
autobús.
Sin embargo, Andrés le
ordenó friamente:
-¡Siéntate y termina toda la
comida en tu tazón! Anoche
le pregunté a tu profesor y
me dijo que no estuviste en
clase ¿A dónde estuviste?
Luna le contesto en un tono
de total frialdad:
-Esc no tiene nada que ver
contigo.
Incluso a Miguel no le
importaba eso, Andrés no
tenía derecho a
disciplinarla.
Si él entendiera todo lo que
le había hecho, deberia
saber que ella lo estaba
evitando. En cada uno de
estos asuntos, sus acciones
la habian lastimado por
completo e incluso había
intentado matarla.
¿Y ahora estaba actuando
como si él se preocupara
por ella? No era digno.
-Las clases del campamento
de matemáticas terminan a
las ocho. Deberias haber
llegado a casa a las nueve
incluyendo el tiempo de
regreso -dijo Andrés
lentamente, sin levantar su
cabeza, luego añadio
Si no me das una respuesta
razonable, no es necesario
que sigas estudiando!
Luna se enfureció:
-No eres tú quien decide si
sigo estudiando o no. No
eres digno de decirmelo.
Liora intervino
apresuradamente:
-Luna, Andrés es tu
hermano, no debes hablarle
asi…
-¿Hermano? -interrogó
Luna con una sonrisa
bastante fria ¿Qué diablos?!
¿Qué tipo de hermano es
él? Incluso Sergio era mil
veces mejor que él, por lo
menos, él había arriesgado
su vida por salvarla.
¿Y él? Solo sabía usar trucos
sucios para drogarla y
permitir que los matones la
intimidaran
Al pensar en todo eso, Luna
se llenó de una ira
incontenible, agravada por
las hormonas inestables
durante sus días
menstruales. Exclamó
impaciente casi gritando:
–Ahora podemos tener
todo muy claro.
Andrés le dirigió una
mirada sombría y fría, pero
no pudo evitar que Luna
hablara. Ella continuó:

-Tú tampoco tienes que


seguir fingiendo. Si has
hecho las cosas,
simplemente admitelo. Ya
no puedes
obugarme a adorarte como
a un perro, como lo hacía
antes. Desde el principio, ya
empezaste a odiarme. Y
ahora que vivo aquí, solo
nos causaremos
repugnancia mutua. Te
aconsejo que dejes de fingir
tu amable expresión,
porque me resulta aún más
repugnante. Si, es cierto
que te tengo miedo, pero
eso no significa que deba
considerar todo lo que ha
sucedido como si nunca
hubiera ocurrido, ni que
deba comer alegremente
contigo en la misma mesa.
Después de las clases, me
mudaré de aquí. ¡Y te ruego
que dejes de interferir en
mis asuntos!
O, mejor aún dame una
puñalada en el corazón y
dame por fin la liberación
que merezco!
Capitulo 208

De repente, una fuerza


agarró firmemente su
muñeca y la hizo perder
por completo el equilibrio,
casi
cayendo al suelo. Andrés la
arrastró con gran agilidad
hacia el estudio sin lugar a
duda y la encerró allí
sin decir una palabra más.
Liora se apresuro a
persuadirlo:
-Andres, ¿por que lo
haces!?
Desde afuera del estudio, se
escucharon golpes y gritos
en la puerta:
-¿Que estás haciendo!?
Déjame salir! Andrés
Martinez, tú eres un
sinvergüenza despreciable!
¡No tienes el derecho a
hacer esto!
Andrés cerro la puerta con
llave y guardó la llave con
una expresión totalmente
sombría en su rostro. Le
dijo a Liora:
-Sin mi permiso, no
recibirás comida. Me
intriga saber, si realmente
no soy digno de
disciplinarte.
Isabel se despertó por el
ruido ensordecedor y se
acercó a la puerta de la
habitación, escuchando el
bullicio. ¿Andres y Luna
estaban discutiendo?
A las siete y media, Isabel
salió de la habitación y
empezó a desayunar.
Percibió la atmósfera
sofocante en la sala de estar.
Mientras desayunaba, asi
que levantó la cabeza y
pregunto:
-Andrés, ¿no tienes que
trabajar hoy?
Andres todavia llevaba ropa
de casa y estaba leyendo
tranquilamente el periódico
financiero más
reciente. Isabel confirmó
que el aura fría provenía de
él.
-Hoy trabajo desde casa.
Álvaro vendrá a llevarte a la
escuela más tarde -
respondió Andres
friamente.
-E… está bien.
Cuando Isabel salió de la
sala de estar, no pudo evitar
echar un vistazo de reojo al
estudio con la puerta
cerrada. En su opinión,
Andrés había sido una
persona bastante amable y
gentil. ¿Que habia sucedido
entre él y Luna?
Liora terminó de limpiar la
mesa y queria decirle algo a
Andrés. Sin embargo,
Andrés se anticipó:
-Estaré en casa. Liora, hoy
tienes el día libre.
Parecía que estaba decidido
a mantener a Luna
encerrada en el estudio
durante todo el día, lo que
la entristeció muchisimo,
porque sabía que Luna
habia sufrido grandemente
en esta casa desde que era
-Andres… Luna todavia no
es muy madura…
-¡Ya tiene dieciocho años!
Debe tener suficiente
madurez como una adulta -
respondió Andrés
friamente. luego dejó el
periódico y se dirigió a su
habitación.
Liora solo podia dirigir una
mirada preocupada al
estudio, sin entender por
qué Luna estaba tan
enfurecida con Andrés
Luna se obligó a quedarse
en el estudio durante toda
la mañana y no fue sino
hasta las tres de la tarde
que abrió la puerta.
El estudio estaba
completamente oscuro, con
la luz apagada y las cortinas
completamente cerradas
Andrés buscó el interruptor
en la pared y encendió la
luz. La habitación estaba
ordenada y no había
señales de desorden alguno,
lo cual la sorprendió un
poco.
Luego su mirada se posó en
la figura encogida en el
sofá, con las vendas de su
brazo sueltas y
empapadas en sangre. La
herida aún sangraba y las
gotas rojas caían al suelo
una tras otra.
Ella parecia una muñeca sin
vida, incapaz de moverse.
Él se acercó y la miró desde
arriba con una mirada
profunda. Preguntó:
-¿Ya te has calmado?
Luna volvió en sí y se
levantó del sofá, tratando
de apartarse de su vista
porque al verlo, se sentia
tan oprimida que casi se
quedaba completamente
sin aliento.
Andrés la agarró de la
muñeca y, ella se sobresaltó
rápidamente como si
hubiera recibido un gran
estrés,
intentando apartar su mano
y gritando:
-¡Lárgate y no me toques!
Sus ojos estaban
completamente enrojecidos
como si hubiera llorado
durante mucho tiempo.
Con el rostro pálido, salió
del estudio y entró en su
habitación. Sacó unos libros
en su mochila y estaba a
punto de salir del
apartamento.
Sin embargo, Andrés le
bloqueó el camino. Se paró
frente a él, sin intención de
moverse, pensando si le
había tolerado demasiado y
la habia hecho olvidar
quién tenia la fuerza
dominante.
Dijo en un tono de
ordenar:
– Ahora te doy dos
opciones: Primero, regresa
a la habitación y calmate,
luego hablaremos;
segundo,
anora te ilevo a la escuela,
pero a partir de hoy, tienes
que llegar a casa antes de las
nueve de la noche.
Si hay algunas excepciones,
tienes que informarme con
bastante anticipación.
Luna no le hizo caso y
respondió fríamente:

-Ocupate de cuidar a tu
querida Isabel. No tengo
nada que hablar con
alguien que contrata
asesinos
para matarme.
Luna queria pasar por él.
Sin embargo, al abrir la
puerta, una mano apareció
de repente y la cerró con
fuerza. El gran golpe asustó
al vecino que iba a salir.
Andrés agarró con fuerza
sus hombros y la presionó
contra la pared. Con su
mirada afilada casi destroza
a Luna. Ella podia percibir
claramente la furia
reprimida de Andrés en su
mirada malévola y
profunda.
Capítulo 209
De repente, Luna soltó una
risa sarcastica y se burlo:
Vayal Por qué te enfadas
tanto? ¿Acaso dije algo
incorrecto? Después de
drogarme durante tantos
años y emplear a alguien
para violarme, zahora me
dices que eres mi hermano?
¿Qué es eso por favor? ¿
Tu supuesta preocupación
por mi? O sea, ¿tu
compasión poco vallosa? Te
digo la última vez, lárgate
de mi lado
En ese instante, el hombre
que estaba frente a ella se
inclino. Sintió algo suave
encontrarse con sus
delicados labios. Pero
luego, ella mordio sus
labios con gran fuerza, lo
que lo hizo fruncir el ceño
de
dolor, y ambos saborearon
la mezcla metalica y dulce.
Andres se detuvo por un
momento, pero la sangre
avivó su obsesión,
soportando el dolor
mientras sus
dientes tambien mordieron
con fuerza. Luna luchaba
intensamente debido al
dolor….
Para Andrés, el enigmático
sabor de los labios de la
chica era como un cuchillo
envenenado, ya estabal
adicto a su sabor, pero tenia
que pagarlo con su sangre.
Si el primer beso que habia
conseguido era parte de su
plan, ¿y esta vez? ¿Por qué
se enfureció tanto?
Sabía que todo lo que en
realidad Luna había dicho
era verdad, correcto y
sincero. También entendia
que ella queria mantener
distancia con él, intentaba
luchar contra él, incluso lo
estaba evitando a
proposito…
Tenía todo esto muy claro
en su corazón.
Pero también era cierto que
algo había superado el
límite de su control. Es
decir, sabia que estaba
haciendo algo incorrecto,
pero no era capaz de
contenerse y así cruzó por
completo la linea….
Sin saber cuánto tiempo
había pasado, Luna sintió
un fuerte mareo,
apoyándose en la pared con
todas
sus fuerzas para no caer.
Sus largas pestañas se
temblaron como plumas de
cuervo, llenas de inocencia
y tristeza.
¡Pa…!
Andrés recibió una fuerte
bofetada en la cara.
-Andrés Martinez, te
advierto que… si te atreves a
tocarme una vez más,
definitivamente le diré a
Miguel
para que te corte las manos
amenazó Luna con una voz
bastante temblorosa.
Sus palabras sorprendieron
un poco a Andrés. Bueno,
bueno, ¿ya había aprendido
a amenazarlo?
El hombre alto que tenía
frente a ella bajó la mirada,
mostró una leve sonrisa
muy sorprendido, luego
sus
Opor se encontraron con
los de la chica.
Cuando se enfadaba, ella
parecia una rosa salvaje con
espinas capaz de herir a los
demás. Pero cuando
Llamame hermano” -
ordenó Andres.
Luna lo resistio con
silencio.
Andrés le dio otra
mordedura en los labios y
aplicó aún más fuerza en
ella. El dolor la hizo
encogerse un
poco el cuerpo.
-¡Llamame “hermano”-
repitio él.
-¡Not-lo rechazo ella
nuevamente.
-Te lo digo una vez más,
llámame “hermano”! De lo
contrario, no sé qué podría
suceder amenazó.
Su voz resono claramente
en la sala de estar como la
de un demonio
maquiavélico y cruel, sus
ojos se ensombrecieron aún
más que la oscuridad
eterna.
Luna sintio como una
rafaga de frio la invadia
lentamente, tan helada que
le erizó por completo la
piel
Tenía mucho miedo de que
realmente le hiciera algo
horrible. Después de todo,
en este apartamento
solo quedaban los dos, no
tenia ninguna posibilidad
de escapar.
El era una persona, que
nunca se preocupaba por
las consecuencias cuando
estaba decidido a hacer lo
que quisiera
Capitulo 210
– Her… hermano.

Luna cedió y se rindió una


vez más….
Pero ¿y qué? ¿Acaso con
pronunciar esa palabra se
podría borrar todo el daño
que él le habia causado? ¿i
Que diablos pretendia
hacer Andrés en realidad!?
Por fin escuchó lo que
queria, él soltó una risa de
total satisfacción.
Finalmente escucho lo que
quería, el soltó una risa de
gran satisfacción. Luna
sabía cuál sería el
resultado de desafiarlo,
pero ¿por qué seguia
luchando por ello? Cada vez
tenía que recurrir a la
violencia
para resolver el problema.
El la advirtió con una
sonrisa bastante maliciosa:
-De ahora en adelante, no
quiero volver a escuchar
esas cosas nunca más,
¿entiendes? Aunque no
puedo negar que son
verdades, ¡no me gusta
simplemente escucharlo!
Luna se quedó sin
palabras…
Luna se quedó en ese
instante inmóvil, sin
palabras. Al ver que no le
respondia, Andrés agarró su
mentón y la obligó a
levantar la cabeza mientras
le ordenaba:
-¡Habla!
En realidad, Luna no tenía
la intención de ceder ante
él sinceramente, porque si
no resolvia el problema
desde la raiz, algo similar
definitivamente volvería a
suceder.
-“Hermano”, solo quiero
recordarte que la verdad es
innegable en tus
intenciones de arruinarme
e incluso matarme. Un
verdadero hermano nunca
haría cosas como tú a su
hermana, que solo tiene
dieciocho años. Por
ejemplo, realizar acciones
ofensivas o incluso ejercer
violencia contra ella-
respondió Luna soltando
una risa fría con gran
desdén, luego lo miró con
profundo odio y continuo
sus palabras -: “Hermano”,
no sé si todavía recuerdas
que en el pasado no querias
ni que te tocara. Pero,
según lo que estás haciendo
ahora… ¿acaso te has
enamorado de mi…?
Andrés entrecerró
ligeramente los ojos…
Finalmente, Luna no pudo
ir a la escuela. Andrés llamó
a su profesora y le pidió un
día libre.
Alrededor de las cuatro de
la tarde, Andrés la metió en
el coche y la llevó al
hospital.
Luna se sentó en el asiento
del copiloto con su ropa
normal, ya que tristemente,
su uniforme escolar

Mirando hacia afuera por la


ventana, dijo fríamente
No quiero ir al Hospital
Serenidad.
Ya sabia que Leonardo
Montenegro era uno de sus
complices, no confiaba en
él y no planeaba pisar
nuevamente el hospital
donde el trabajaba Ella no
tenia varias vidas para
soportar sus malévolos
trucos.
Andres no dijo nada, pero
cambio de rumbo en el
semáforo.
Llegaron al Hospital
Principal de la ciudad.
Andrés fue rápidamente a
hacer fila para reservar la
cita,
mientras Luna entraba en la
sala de emergencias para
que le curaran la herida. La
sangre en su herida se
habia coagulado y se
pegaba. Cuando el médico
le quitó las suturas, le dolió
muchísimo y fruncio
fuertemente el ceno
-No te muevas. La sangre se
ha coagulado. Primero
tengo que limpiar la herida
con alcohol. Puede
dolerte un poco -dijo el
médico mientras le pedía a
Andrés Sujeta a tu novia
para evitar que ella se
mueva.
Luna explicó con
indiferencia:
-El no es mi novio. Es mi
hermano.
El medico sonrio y dijo:
-No digas bromas. Ningún
hermano puede morder los
labios de su hermana de esa
forma. Pero tú, le
has aplicado demasiada
fuerza a la chica.
Andrés le mostró una
sonrisa inocente y amable,
como si fuera un caballero
gentil, respondió:
-Ella está bastante enfadada
conmigo. Espero que no le
importe.
Parecia que esa era la
respuesta más convincente
para el médico. Pero Luna
no podía entender por qué
la gente no quería creer en
la verdad y solo quería
creer en lo que pensaban.
Cuando salieron por fin del
hospital, ya era de noche.
Andrés arrancó el coche, y
recibió una llamada en el
camino. Mientras conducía,
dijo:
–Dime.
-Andrés, parece que se han
terminado las fresas en la
nevera. ¿Podría comprar
algunas más? Quiero
comerlas -se escuchó la
dulce voz de Isabel.
-Entendido. ¿Algo más? -
preguntó Andrés.

-Nada más, muchas gracias!


Ah, viene el profesor, así
que cuelgo –dijo la chica
Luna habla escuchado
claramente toda la
conversación.
Aparentemente, él tenía
una actitud totalmente
diferente hacia Isabel.
Andrés se dirigió a un
supermercado Cuando
llegaron, Luna no quiso
bajarse, aunque él se lo
pidió
Simplemente guardo
silencio sin mirario
Sentada en el coche, abno
el espejo del asiento del
copiloto y sacó un corrector
de su mochila, que era
un regalo de Frida. No
había podido encontrarlo
en todas las tiendas de la
ciudad, pero era una marca
de lujo con un precio
bastante alto y el que tenía
en su mano costaba más de
mil pesos. Probablemente
era una edición exclusiva
Capítulo 211
Se aplicó un poco alrededor
de los labios, algo
Inflamados, cubriendo las
marcas rojas. Evitando la
herida, se puso un poco de
lapiz labial; de lo contrario,
seria bastante dificil
explicar cuando regresara.
Después de media hora,
Luna ya estaba impaciente.
Finalmente, el hombre con
dos bolsas llenas en sus
manos salió del
supermercado y colocó
absolutamente todo en el
maletero del coche.
Él se sentó rápidamente en
el asiento del copiloto.
Cuando regresaron a casa,
Isabel también llegó. Tal
vez escuchó los pasos, y se
apresuró rápidamente a
abrir la puerta.
-Hermano, déjame
hacerlo.
-No es necesario, es un
poco pesado..
-Está bien.
A Luna no le interesaba el
afecto entre hermanos. Si
hubiera otras personas
presentes, se vería de
inmediato que ella era una
persona superficial.
Andrés colocó las cosas en
el refrigerador, Isabel siguió
detrás:
-Hermano, ¿Liora se tomó
el día libre hoy? ¿Qué
vamos a comer esta noche?
¿O deberias cocinar algo?
-Ya hemos pedido comida,
llegará muy pronto. Ve a
hacer tu tarea, te llamaré
cuando todo esté listo
Luna salió con una mochila
y cambiada de ropa cuando
se preparaba para irse.
Isabel la detuvo de
inmediato:
-Luna, ¿te vas? Parece que
va a llover afuera, lleva un
paraguas.
-Llevé uno.
Andrés sacó
cuidadosamente, una caja
de leche fresca y la puso en
el refrigerador, su voz un
poco grave:
-¿A dónde vas?
-A clase, no esperes por mi,
regreso después de las diez
de la noche.
Con esas palabras, Luna
cerró la puerta y se fue.
Ahora solo quedaban los
dos.
La atmósfera se volvió a
poner tensa.

Solo habian pasade unos


dos minutos desde que se
fue, y la comida pedida ya
estaba lista.
Una mesa llena de platos
para tres personas.
Isabel estaba a dieta
recientemente y los dos no
podían comerse todo.
Originalmente planeaban
comer
mañana, pero la nevera
estaba llena de cosas
compradas en el
supermercado.
Por lo tanto, todo debió ser
tirado a la basura.
Campo de Golf Excelencia
Lider
Campo de golf
Después de practicar
durante una hora
Noah le entrego a Luna una
botella de agua mientras
descansaban en la zona de
descanso con aire
acondicionado. Luna,
sintiéndose un poco
caliente, se quitó la
chaqueta. Debajo llevaba un
suéter negro
de cuello muy alto, que
delineaba perfectamente
sus curvas y tenia un
encanto juvenil y hermoso
de una
joven, así como la elegancia
de una mujer adulta. En
resumen, ella era una
belleza excepcional.
-A tu edad, es raro tener
una figura asi de hermosa.
Luna se quedó boquiabierta
y se dio cuenta más tarde:
-¿Que dijiste?
Noah sonrio ligeramente:
-Nada, últimamente has
estado muy distraida,
¿peleaste con tu novio?
Luna frunció el ceño:
-¿Tambien piensas eso?
Noah señaló con la mano
sus propios labios, en el
mismo lugar donde ella
estaba herida, y dijo:
-Aquí, es dificil no pensar
asi Cuando hablaba con él,
Luna se sentía bastante
cómoda y tranquila, como
si fuera un amigo con el
que pudiera hablar largo y
tendido.
-¿No es asi?
Luna bajó la mirada.
-Está bastante inflamada,
hinchada, no es como
piensas.

-Lo siento
Luna no sabía por que él se
disculpaba, pero respondio
con un “Está bien”.
Esta clase fue una adición
para ella. Por lo general,
Noah no daría clases tan
tarde. Ella lo hizo, tan solo
para evitar a Andrés
Hoy la había dejado muy
inquieta, haciendo todo sin
concentración.
A las nueve, Noah la llevó
en coche al distrito de
Huatecán.
Luna miró detenidamente
el reloj, en realidad no tenía
prisa por volver, así que se
sentó frente al edificio
de apartamentos
No queria regresar.
Adolla respondió:
-A esta hora, la señorita
Luna acaba de regresar de
su clase. Hoy, la señorita
Garcia fue al campo de golf
Excelencia Lider a practicar
algo de golf, y el señor
Pascual la llevó de regreso.
-¿Quién es él?-Gabriel
frunció ligeramente el
ceño- De todos modos,
mañana, enviame toda la
información detallada
sobre el.
-Si, señor.
-Sal, quiero descansar.
Capítulo 212
Detentel
Faltaban quince minutos
cuando Luna se disponia a
subir las escaleras y escuchó
un rugido muy fuerte,
desde algún lugar.
Luego, dos personas se
acercaron desde la entrada
del complejo. Sergio
sostenía un cigarrillo,
seguido
por una hermosa chica con
un vestido de punto y
largos rizos ondulados.
La chica alcanzó a Sergio y
le dio una fuerte bofetada
en la cara.
-¡Sergio, eres un
desgraciado!
-¿Por qué tienes el derecho
de terminar conmigo con
un simple mensaje? ¿Qué
crees que soy? ¿Un
juguete que tú puedes
llamar y desechar a tu
antojo?
Sergio, en lugar de
enojarse, al contrario,
sonrió y arrojó su cigarrillo,
metiendo las manos en sus
bolsillos.
-Solo estoy jugando, si me
canso, lo dejo y ya.
Bajo la luz de la farola, la
luz blanca brillaba sobre la
cabeza de Sergio. La brisa
movía su cabello,
cubriendo esos atractivos
ojos hermosos, que
rápidamente se hincharon
con cinco marcas de dedos.
-No estoy interesado en
mujeres que se entregan tan
fácilmente. ¡Encuentra a
alguien más!
La joven madura sacó una
botella de agua de su bolso
y la arrojó sobre la cabeza
de Sergio bastante
enojada.
-Espera a que mi papá se
entere, no te escaparás de
esto.
Lanzando la botella de agua
a un lado, la joven se fue
rápidamente.
Quedó solo Sergio,
desaliñado, sacudiéndose el
agua de su cabeza y
pasándose la mano por el
cabello..
Luna recordaba que la
última vez que vio a la
novia de él, era una chica
muy diferente. Mientras
disfrutaba del espectáculo,
sus ojos se encontraron con
los suyos…
Su mirada parecía decirle:
¿Te gusta verlo?
Luna lo miró con calma,
tan solo unos segundos,
luego, fingiendo
indiferencia, se volvió y
entró al ascensor,
presionando rápidamente
el botón para subir.
ingresó 810214, la
contraseña de la cerradura,
la cual era la fecha de
nacimiento de Isabel.
Hoy vio a Andrés ingresarla
una vez, y Luna la recordó
rápidamente.

Abrió la puerta, la luz de la


sala estaba encendida, pero
no había nadie.
Debería haber sido
preparado para ella.
Luna cerró con gran
cuidado la puerta, su
espíritu excitado se
desvaneció al ver el sofá,
pensó en la suave cama y la
fatiga la golpeó de
inmediato. Fue a la cocina,
abrió las neveras, pensó en
tomar un delicioso vaso de
leche, pero recordó que aún
estaba en su periodo y
cambió de opinión.
El teléfono en su bolsillo
hizo un sonido “ziz” de
repente. Lo levantó y vio
un mensaje de un contacto
conocido.
Gabriel: ¿Te mudaste?
Luna vio mensajes de
diferentes fechas, tomó un
pepino lavado del
refrigerador y comenzó a
comer
suavemente, mientras
editaba el mensaje: Casa en
remodelación.
En ese momento, la
mansión estaba iluminada.
Cuatro palabras en el
cuadro de diálogo, listas
para enviar, Luna aún no
las había enviado. Eliminó
el texto original y escribió
una sola palabra: Sí.
El mensaje se envió con
éxito total.
Un hombre con pijama a
rayas grises estaba
tranquilamente sentado al
borde de la cama, con la
cama deshecha y un libro
sobre cómo controlar las
emociones y tratar las
enfermedades mentales.
Gabriel, sosteniendo su
teléfono, recibió la
respuesta con una leve
sonrisa. Finalmente, ella le
presto
total atención.
Adolfo sostenía
medicamentos y un vaso de
agua, mirando a la persona
en la cama, toco
sigilosamente la puerta.
Gabriel: Entra.
Adolfo habló con
preocupación:
Joven, deberías descansar,
aquí está tu medicina.
-Si. – Gabriel dejó el telé
on, y esperó recibir otro
mensaje de ella cuando lo
recogiera.
Tomó con delicadeza la
pastilla para dormir, la pasó
con agua, Adolfo le entregó
el vaso.
¿Señor, está esperando un
mensaje de la señorita
García?
-¿Qué crees que está
haciendo ella en este
momento?
Adolfo respondió:

-A esta hora, la señorita


Luna acaba de regresar de
su clase. Hoy, la señorita
Garcia fue al campo de
golf Excelencia Lider a
practicar algo de golf, y el
señor Pascual la llevó de
regreso.
-¿Quién es él?-Gabriel
frunció ligeramente el
ceño- De todos modos,
mañana, enviame toda la
información detallada
sobre él.
-Sí, señor.
-Sal, quiero descansar.
-SI
Capítulo 213

Después de la partida de
Adolfo.
Gabriel tomó rápidamente
su teléfono, con todas sus
expectativas desvanecidas.
La ansiedad lo llevó a
arrojar bruscamente el
libro, impactándolo contra
el cuadro en la pared, un
marco invaluable que
contenía una auténtica obra
maestra de un famoso
artista, quedando
instantáneamente hecho
añicos.
Adolfo, al escuchar el
estruendo desde la
habitacion, suspiro con
resignación.
Si esto continúa asi, el señor
eventualmente se
convertirá en la persona
que era antes. Después de
tanto
esfuerzo para tomar el
control de la empresa y de
todas las cosas, en este
momento, no sería una
buena idea que le ocurriera
algo al señor.
El señor no solo cuenta con
el apoyo de los abuelos de
la familia Sánchez, sino
también con el respaldo. de
la ex de la familia Rios.
Ahora, en este momento
tan crucial, no puede
permitirse ningún
contratiempo.
Adolfo miró el agua en su
mano. Aunque los mejores
medicamentos no son tan
efectivos como la
compañía de la señorita
García, parece que es hora
de hacer algo al respecto.
La enfermedad del señor ha
vuelto a brotar de nuevo.
No debería repetir los
mismos errores del pasado
y lastimarse a sí mismo.
Por otro lado, Luna,
siempre con la excusa de
estar ocupada con los
estudios, evadió a Gabriel
Despues de dejar el
teléfono, ya eran casi las
doce, apagó rápidamente la
lámpara de la mesa y se
acosto
A las seis de la mañana,
doña Liora ya había
preparado el desayuno.
Luna se sentó a la mesa.
Andrés se levantó un poco
antes de lo habitual.
Después de salir de su
habitación, ambos
comieron en silencio.
Sin decir una sola palabra,
se creía una rara armonia.
Doña Liora vertió la leche
caliente, cuidadosamente
en una botella de vidrio y la
colocó frente a Luna,
junto con el almuerzo de
ese día.
-La leche está caliente,
recuerda beberla.
-SI
¿Llevas contigo las pastillas
para el dolor? ¿Todavia te
duele?
Doña Liora se refería a su
periodo menstrual.
Luna le respondió.
-Estoy, mucho mejor que
antes.

Si te sientes incómoda,
asegúrate de llamarme.
-Hay una enfermeria en la
preparatoria, estaré bien.
Miró el reloj, el autobús
estaba a punto de llegar.
Luna dejó rápidamente la
mitad de la sopa:
-Voy a alcanzar el autobús,
no comeré más
-Oye, lleva tus cosas.
Luna giro la cabeza, tomó la
bolsa térmica y salió
corriendo muy a prisa,
justo a tiempo para llegar
abajo.
Esta niña sigue siendo tan
despreocupada.
Ya habia alguien en el
autobus.
Aparte de Sergio, no habia
nadie más.
Hablando de ello, es
bastante extraño.
Este joven arrogante, que
solía ir a la preparatoria
cuando quería, ahora se
levanta tan temprano para
ir a clase. ¿Ha cambiado
muchísimo?
No hubo comunicación en
todo el viaje en autobús, ni
siquiera la miró una vez,
parecía que nada habia
ocurrió anoche.
Pensando en lo que le dijo
la última vez, y que él ni
siquiera apareció en la
biblioteca. Si no quiere,
está bien, al menos
ahorrará algo de
preocupación.
Sentada muy bien junto a la
ventana, después de unos
quince minutos, llegaron a
la preparatoria.
Luna camino a una
distancia no muy lejana de
Sergio.
En la puerta de la
preparatoria, varias
personas estaban llorando,
vestidas con ropas de luto,
sosteniendo
coronas de flores.
-Mi pobre sobrino, tan
joven y ya en la cárcel. Mi
hermana también fue
asesinada. Vengan a ver,
ayúdenme a hacer justicia.
¿No hay justicia en el
mundo?
Esta calle está dominada
por estudiantes, y en este
momento, muchos padres
vienen a traer a sus hijos a
la Preparatoria. Hay
muchas personas, pero la
mayoría son de familias
adineradas, y nadie se
detiene a mirar o consolar.
Simplemente rodean con
escepticismo la escena.
Los guardias de seguridad
no pueden dispersar a la
multitud. Sin opciones, solo
pueden informar a la
administración y abrir las
puertas para dejar entrar a
los coches, evitando que
estos jóvenes señores y
señoritas se asusten.
Al ver esta situación, Luna
siente una mala
premonición en su pecho.
Ellos…
¿Qué ha sucedido
exactamente?
Capítulo 214

Ante los acontecimientos, y


para evitar un fuerte
impacto negativo en la
reputación de la
preparatoria, los
monitores de la secundaria
pronto tomaron medidas
radicales.
Eric se enteró
involuntariamente de lo
que estaba sucediendo en la
preparatoria, y resulta que
el
Incidente estaba
relacionado con la señorita
García.
Eric golpeó fuertemente la
puerta de la oficina de
Gabriel y de inmediato
informó sobre la situación
al presidente
El hombre sentado en su
escritorio estaba tan
ocupado con una gran
cantidad documentos Al
escuchar
la noticia, su expresión no
fue la mejor.
-Estás herida? ¿Por qué no
me informaron de
inmediato? ¿Cómo está la
situación en la preparatoria
ahora?
Eric respondió:
-La administración escolar
está interviniendo y
ocupándose en este
momento del asunto.
Gabriel dejó a un lado su
valioso boligrafo de firma
de decenas de miles y cerró
rápidamente los
documentos.
-Pospongamos la próxima
reunión, contactemos con
la administración escolar.
Esperen a que llegue
para resolver este asunto.
Eric afirmó:
-Entendido, señor.
Aunque la preparatoria
privada Aurora era la
mayor inversión del Grupo
Sánchez y el presidente no
tenia ninguna necesidad de
intervenir en este asunto,
en comparación con los
asuntos de la empresa, lo
que ocurría en la
preparatoria parecía
bastante insignificante. Sin
embargo, el presidente
estaba demasiado
preocupado por la joven de
dieciocho años, la señorita
Luna. Cuando se trataba de
ella, parecía que el
presidente siempre
olvidaba por completo
todos los limites que
existian…
Pero en comparación con
esa mujer y la señorita
Luna….
Quizás solo la señorita
Luna podría sacar al
presidente, sumido de la
profunda oscuridad.
Olvidando por completo el
dolor del pasado…
La Preparatoria Privada
Aurora
Durante la mitad de la
primera clase del día, Luna
fue llamada a la oficina del
director. Originalmente,
también debería haber
estado Frida, pero debido a
la posición tan elevada de la
familia de Frida, el
director no se atrevió a
llamarla para este asunto.
Luna ya tenía más o menos
una idea aproximada de
por qué la llamaban.
Asi que ella no preguntó
nada.
Julieta caminó hacia ella y,
con seriedad, ajustó
rápidamente sus anteojos.
-Este asunto ya ha llegado a
los accionistas. No te
preocupes, la preparatoria
te respaldará. Después de
entrar, no necesitas hablar
para nada. Habrá alguien
que resolverá esto por ti.
Con la cabeza baja, Luna
camino detrás de ella, sin
decir una sola palabra.
Aunque ella era en realidad
la victima, ¿por qué sentia
una gran inquietud en su
corazón?
Siguiendo a Julieta, entró
pesadamente en la sala de
reuniones.
Los tios de Manuel, al verla,
casi explotaron eufóricos de
emoción, insultándola con
palabras desagradables.
-Eres una malvada. Fuiste la
causa de la muerte de mi
hermana y pusiste a mi
sobrino en una situación
sin salida. Está en la cárcel…
-¿Puedes dormir por la
noche? ¿Sabes que
arruinaste a dos personas?
-¿Crees que ser rica te da
algún tipo de derecho para
hacer daño?
-¿El dinero te permite herir
a otros a tu antojo?
Julieta, al menos, logró
ponerse delante de Luna y
dijo imperturbable:
-Por favor, no se alteren de
esta manera. Así no
resolverá ningún
problema.
Finalmente, se calmaron un
poco por las palabras dichas
por Julieta.
Julieta continuó:
-Investigaremos la
situación antes de discutir
con ustedes.
-Yo no lastimé a nadie. -De
repente, Luna, que no había
dicho nada hasta ese
momento, por fin habló
Recuperó el coraje y se
adelantó valientemente
desde detrás de Julieta,
mirándolos sin miedo.
Hubo unos intensos
segundos de silencio en la
sala de reuniones.
Luna repitió.

-Lo diré de nuevo una vez


más, yo no lastimé a nadie.
También fui una víctima.
Se quitó las vendas de las
manos, revelando las
cicatrices febriles que aún
no se habían curado por
completo, desde la muñeca
hasta el pulgar, cosidas con
siete u ocho puntos.
-Ese dia, en mi camino de
regreso, Manuel me
amenazó con un filoso
cuchillo en el cuello… y uno
de mis amigos heridos
también fue apuñalado. Si
no me creen, puedo hacer
que venga relatar todo lo
sucedido y a enfrentarlos.
Luna no sabia cómo su
padre y Andrés habían
resuelto este problema.
No tenía forma de
intervenir en estos asuntos.
-Lo siento, no sabía lo de la
madre de Manuel. No
esperaba que mi cambio de
clase causara daño a su
familia. Pero… solo estoy
haciendo lo que quiero
hacer. No puedes cargarme
la culpa de tus asuntos.
Capítulo 215

Un hombre de más de
cincuenta años se puso de
pie, golpeando
furiosamente la mesa:
-¿Qué quieres decir? ¿Estas
diciendo que la muerte que
tuvo mi hermana es
merecida?
-¿Y yo qué? ¿Mis heridas
son tan bien merecidas? ¿Yo
no debería haber buscado
justicia? ¿Y la persona
apuñalada por Manuel que
aún se encuentra en el
hospital también merece
esto? -Luna tampoco
carecia de temperamento, y
no era cierto que la muerte
de alguien justificara todo.
No es que ella no respetara
a los difuntos; simplemente
estaba exponiendo todos
los hechos sucedidos.
Nacieron en las décadas de
los sesenta y setenta, con
escasez de recursos
educativos y viviendo en el
campo, su conciencia legal
era muy superficial, y las
cosas simplemente tenían
sentido.
Luna no pensaba en
generalizar a todos con un
solo standard. Su abuela
también vivió en el campo;
en su época, incluso vivir
era un grave problema, y
ella no sabía leer. Su abuelo
se casó con ella a cambio
de solo un saco de arroz.
A los dieciséis años, se casó
con su abuelo, quien en su
juventud era un verdadero
alborotador en el
pueblo, sin dedicarse a
actividades legítimas.
Debido a problemas con
algunas personas, fue
golpeado hasta la muerte
cuando tenía treinta o
cuarenta años.
A pesar de sus desgracias en
su juventud, nunca culpó a
nadie, e incluso con su
modesto poder, ayudo
merecidamente a otros.
-Si esa noche no hubieran
venido a salvarme, podría
ser yo quien estuviera
muerta ahora. No es que
quién muere, es quién tiene
razón.
Julieta afirmó:
-Creo que mi estudiante
tiene toda razón. Hemos
contactado a la policía con
respecto a los padres de
Manuel. Más tarde, lo
traerán aquí. Los afectados
en el hospital no pueden
presentarse en este
momento, pero sus amigos
estarán dentro de pocos
minutos aquí. Ellos también
son testigos de lo que
sucedió esa noche.
La mujer llevó al hombre
que acababa de enojarse a
un lado, no se sabía qué
estaban discutiendo.
Unos minutos después, el
hombre habló
repentinamente:
-En realidad, tampoco
queremos que esto se haga
público. Por 10 mil dólares,
dejaremos de investigar
este asunto.
-St se investiga o no, no es
decisión suya.
Una voz helada resono.

La espalda de Luna se
volvió mas rigida. Andrés se
acercó con las manos en los
bolsillos, irradiando una
fuerte presión, con Alvaro
siguiéndolo.
Los panentes de Manuel, al
ver al hombre que venía,
quedaron completamente
atónitos.
Andrés examinó a todas las
personas alrededor.
Alejandro Señor Martinez.
Andrés afirmó levemente.
-Alvaro, lleva a Luna
afuera.
Álvaro afirmó:
-De acuerdo.
Luna apretó los labios, no
había pensado que vendría.
¿Quién le informó a
Andrés?
Después de que Luna salió,
Álvaro cerró con
brusquedad la puerta de la
sala de reuniones. Luna se
volvió para mirar a Andrés,
sentado en la silla.
Originalmente, este asunto
podria haberse resuelto
muy fácilmente.
Si Andrés no hubiera
venido.
Las cosas ahora serían muy
diferentes.
Luna tenía miedo, no solo
de lo que Andrés podría
hacerle a Manuel, sino
también a toda su familia.
El hombre cruzó las
piernas, apoyando las
manos en las rodillas, sin
poder ocultar la feroz
atmósfera que
emanaba.
-¿Hay algo de lo que
quieras hablar conmigo…?
Andrés no había estado allí
desde hace mucho tiempo,
cuando Alejandro recibió
otra noticia.
El presidente del Grupo
Sánchez también está aquí.
Ahora, todos realmente no
pueden quedarse quietos….
Con un demonio no fue
suficiente, y ahora viene
otro.
La intervención del grupo
Sánchez hizo las cosas
mucho más complicadas en
este caso.
Capítulo 216

Luna estaba sentada en la


sala de descanso,
sosteniendo una taza de
agua caliente en sus manos.
Le preguntó a Álvaro:
–Sabes, ¿cómo manejó
Andrés la situación de
Manuel?
Álvaro se acercó a la puerta
y escuchó la voz que venía
detrás de él, deteniéndose
en completamente en
seco
-Señorita, es mejor que no
lo sepa. El señor Martinez
tiene su propia forma de
manejar las cosas, y se
resolverá de manera muy
limpia y rápida.
No pasó mucho tiempo
antes de que se produjera
un alboroto en la puerta.
Alguien habia llegado en
ese momento.
Luna pensó en salir y echar
un vistazo, pero decidió
mejor no hacerlo. ¡No
quería causarle más
problemas!
De repente, la puerta de la
sala de descanso se abrió
abruptamente.
Al ver a la persona que
estaba frente a ella, Luna se
quedó atónita. Gabriel, con
un elegante traje gris,
estaba parado frente a ella
en este momento.
-¿Cómo… cómo llegaste
aquí?
Adolfo, que lo seguía, le
explicó:
-El señor Sánchez es el
mayor inversionista de la
escuela y vino en cuanto se
entero de lo sucedido.
pero también hay otra
razón muy importante: la
señorita García.
Gabriel intervino:
-Adolfo, ya es suficiente.
-Lo siento, señor.
Luna apartó la vista, con la
mirada bastante incómoda
puesta en él, y apretó
nerviosa los lados de su
falda.
Lo siento por causarte
problemas. Andrés… mi
hermano manejará esto
correctamente y no
causarà.
problemas a la
preparatoria.
Luna, no necesitamos tanta
formalidad entre nosotros.
Tus asuntos ya son mis
asuntos. Te lastimante
Gabriel extendio la mano
hacia ella, pero Luna retiró
rápidamente la suya:
Estoy bien, ya estoy mucho
mejor.
Adolfo intervino
enérgicamente:
—Deberías dejar que el
señor la vea, señorita
García. Él ha estado
preocupado por ti estos
días.
Estas palabras con un
significado profundo
sonarían como si hubiera
una relación indescriptible
entre ellos para los demás.
Por suerte, no habia otras
personas en el salón.
Luna extendió lentamente
su mano.
Al instante, Gabriel la llevó
a un lado. Adolfo, al ver la
crítica situación, salió
discretamente y cerró la
puerta.
Luna, siempre sensible a
estar sola con un hombre,
se puso un poco rígida,
incómoda en su totalidad.
-¿Luna? ¿Tienes miedo de
mí?-Gabriel notó una
expresión tensa en sus ojos.
Cada vez que estaban
solos, ella estaba tan alerta,
como si temiera que le
hiciera algo malo.
-No… -Era su problema.
En su vida anterior, después
de ser expulsada, intentó
encontrar trabajo para
mantenerse a si misma,
pero alguien la engañó y la
llevó a una cabaña, donde
fue cruelmente violada.
Afortunadamente, logró
escapar al final.
Eso dejó una sombra
indeleble en su golpeado
corazón.
No importa con quién…
Luna cambió rápidamente
de tema.
-¿Por qué tu rostro está tan
pálido? ¿Estás enfermo?
Gabriel sonrió ligeramente.
-Tengo un resfriado, no es
nada.
-Entonces recuerda beber
mucha agua caliente… oh,
justo hay aquí, voy a
servirte una taza -Diciendo
esto, Luna retiró sutilmente
la mano, se levantó y fue a
la máquina de agua para
llenar una taza de agua
caliente- Puede estar muy
caliente, ten cuidado.
La mirada de Gabriel
siempre estuvo en ella,
nunca se aparto. Su mirada
ardiente, llena de anhelo y
codicia, pero él también
tenia que ser muy cauteloso
y controlar la distancia
entre ellos.
–De acuerdo.
Gabriel puso el agua en la
mesa y sacó una botella
muy delicada de su
bolsillo.
-Ven aquí.
Luna preguntó:
-¿Qué es esto?
-Medicina.
Gabriel se acercó con gran
cuidado a ella. Sabía que la
joven estaba muy alerta y
precavida, pero no le
importaba. Así estaba bien.
En el futuro… solo el sería
suficiente para ella.
-Esta medicina, te puede
ayudar con tu herida –
Gabriel abrió
cuidadosamente la venda,
vio la herida y mostró una
expresión de dolor-
¿Todavía te duele? 1
Ella respondió
sinceramente:
-Está bien, tan solo un
poco…
-Al principio puede picar
un poco, aguanta.
Capitulo 217

Luna afirmó con la cabeza.


En realidad, él era
verdaderamente amable,
dejando de lado los asuntos
de la empresa para resolver
sus problemas. Luna era
muy consciente de su
posición en la capital, y este
tipo de asuntos no
requerían de su
intervención, pero aún así
él vino a ayudarla….
Cuanto más él actuaba de
esta manera y era amable
con ella, más carga
psicológica sentía Luna que
llevaba en su corazón, ya
que no podía corresponder
a este sentimiento.
Ella aún era muy joven, y él
también lo era. El futuro
aún guardaba muchas
posibilidades de un bello
romance.
Nadie sabía qué sucedería
en el futuro…
Había muchas mujeres que
se acercaban a él, y Gabriel
sencillamente no la
necesitaba.
Si solo fuera por el hecho
de que su acción lo sacó del
infierno, salvándole la vida,
esa deuda ya se había
saldado hace muchísimo.
El regalo de cumpleaños y
todo lo que él le preparó,
fue la sorpresa más grande
y hermosa que había
recibido en sus dos vidas…
Desde el principio, Luna no
tenía la intención de
obtener algo de él.
Gabriel… también era
alguien fuera de sus planes,
en realidad no podían estar
juntos.
Pero Gabriel sentía una
profunda y delirante
obsesión por ella.
Aunque tuviera mucho
poder y pudiera sacarla de
las garras de la familia, ella
seguiria siendo prisionera,
pero en otro lugar.
Ella no se atrevía a apostar
su vida en otra persona.
Quizás, hubo un destello de
atracción y gusto en algún
momento.
-¿Te sientes mejor? – El
hombre sujetó su dedo
suavemente, acercándose a
sus labios y sopló un viento
fresco sobre su leve herida,
sintiéndose fresco y
reconfortante.
Al apartarse, vio claramente
por primera vez el tatuaje
en la parte posterior de su
mano, algo muy similar al
de Sergio, pero
aparentemente no es el
mismo diseño.
Luna preguntó
-¿Este diseño tiene algún
significado para tí?
Gabriel simplemente soltó.
-No tiene significado, fue
un impulso en ese
momento.
Luna no lo creía; tal vez
había una historia detrás de
esto.
Ella no preguntó más.
En menos de una hora, Eric
salió de la sala de
reuniones, esta vez él había
hablado con las personas,
pero siguiendo toda la
voluntad del presidente.
Sin embargo, su papel no
fue tan significativo en el
asunto. Él sabía cómo eran
las personas de la familia
García.
Andrés era muy astuto, sin
dejar ninguna salida para
otros, prácticamente
forzando a las personas a la
muerte.
Los familiares que vinieron
a causar serios problemas
se arrodillaron ante él, pero
él no mostró ni una
pizca de emoción.
Un joven de dieciocho
años, asustado hasta
desmayarse por las palabras
de Andrés
Realmente era el hijo
adoptivo de Miguel.
Adolfo rara vez veía a Eric
con esa expresión tan
sombría.
-¿La negociación no la
mejor?
Eric negó con la cabeza.
-Todo fue bien. ¿El
presidente aún no ha
salido?
-Esperemos un poco más.
El presidente rara vez tiene
la oportunidad de ver a la
señorita Garcia.
Álvaro no sabia qué le
pasaba al señor Martínez
hoy.
Estaba siendo muy cruel
con las personas…
Además, la otra parte ella
aún era una pequeña
muchacha.
Si el señor Martinez se veia
obstaculizado por las
personas de la familia
Sánchez, Manuel nunca
tendria un lugar en esta
ciudad.
Capitulo 218
Recibiendo una llamada de
la escuela, el señor
Martinez canceló
inmediatamente la reunión
y se dirigió
de inmediato a la
preparatoria. En realidad,
este tipo de asuntos debería
ser manejado por Álvaro,
no es
necesario que él se
involucre.
Álvaro dijo pausadamente:
-¿Realmente quieren
revocar la matrícula de
Manuel? ¿Sentenciarlo a
diez años de prisión? Según
lo que sé, todo esto fue
causado por la señorita.
Los ojos profundos de
Andrés lo miraron, sentado
en su lugar mirando
vagamente por la ventana,
emanando un aire frio.
-¿También crees que es
culpa de ella?
Álvaro de repente se dio
cuenta de que había dicho
algo que no debería haber
dicho, bajó la cabeza y
dijo:
-No me atrevo.
-Después de tantos años, no
olvides a quién estás
sirviendo -dijo Andrés,
dejando caer los pies y
levantándose
perezosamente de la silla.
Su mirada fría y afilada la
escaneó, luego se dio la
vuelta y se alejó hacia la
puerta.
Álvaro habló de repente:
-Solo estoy a su servicio.
Cuando decidió llevarlo
consigo, su vida
estaba
destrozada.
Fue él quien le dio una
nueva vida.
Andrés se detuvo:
-¡No soy yo quien te paga el
salario!
Ahora ella está cada vez
más inquieta. Él no se
preocupa por los asuntos de
la preparatoria; mejorar a si
misma está bien, pero si
quiere desarrollarse de esta
manera y escapar de la
mansión..
llusiones!

Ahora ella es más


inteligente, pero… ha
colocado su inteligencia en
el lugar equivocado y lo
único que ha
obtenido es un castigo más
severo,
Sala de descanso.
Luna se pone de pie,
evitando la mirada
acusadora de Andrés.
–Hermano, probablemente
ya hayan discutido. Saldré a
echar un vistazo.
Abre la puerta, sus pasos
apenas se detienen, y en la
otra mano lleva la medicina
que le dio Gabriel
Andrés estaba fumando en
el balcon, esperando a
Luna. Luna rara vez lo veia
fumar.
Álvaro le recuerda a Andres
y este apaga el cigarro a
medio fumar en el
pasamanos.
Luna lo ve acercarse. Su
mirada se desliza hacia
Gabriel, que también sale
de la sala de descanso. De
alguna manera, siente una
sensación de culpabilidad al
ser atrapada.
Andrés llega frente a ella.
Luna esta atrapada entre los
dos, y entre ellos hay una
extraña tensión que
también la hace sentir
bastante oprimida. Una
guerra silenciosa se desata.
Andrés habla primero:
-¿Cómo está el señor
Sánchez?
Gabriel afirma en señal de
respuesta.
Gabriel es algunos años
menor que Andrés, pero no
parecia débil antes de
Andres. Sin embargo, no es
coma Andrés, que ha
maniobrado en el mundo
empresarial durante
muchos años,
enfrentándose a balas y
explosiones, ascendiendo
paso a paso sobre cadáveres
para consolidar su posición
y lograr sus
objetivos con intriga y
astucia.
Gabriel se ha apoyado en
una familia extensa,
llevando una vida bien
protegida y disfrutando de
lujos desde joven. Ya sea la
familia Sánchez o la familia
Rios, ambas son su fuerte
respaldo.
Si alguna vez estos dos se
vuelven enemigos, Luna no
se atreve a imaginar la
sangrienta confrontación
que podria surgir.
En intriga y astucia, Gabriel
no puede competir con
Andrés.
La vez pasada, el accidente
del camión, fue obra de
Andrés
Gabriel le dice a Luna.
-En la noche vendré a
recogerte.
Luna no se atreve a mirar a
Andrés, afirma con la
cabeza:
-Está bien.
-¿Hay algo?-le pregunta a
Luna.
Luna siente la mirada
sombría y explica:
-Hoy el señor Sánchez me
ayudó, asi que lo invite a
cenar
Andres afirma:
-Naturalmente, deberia
invitarlo, pero tanto por
deber como por cortesia,
debería ser yo, el hermano
mayor, quien lo haga. Esta
noche, Me encargaré de
todo. ¿Al señor Sánchez le
importa que lo lleve con
mi hermana?
Adolfo interrumpe:
-¡Señor Sánchez!
Gabriel hace un gesto con la
mano y Adolfo se calla. Él
sonríe ligeramente y dice: -
Por supuesto, está
bien.
-Nos vemos esta noche. -
Dirige una mirada tierna a
Luna.
Luna acepta:
-Está bien.
Gabriel se va, se sienta en el
asiento del copiloto, con un
estado de ánimo sombrio:
-¿Cómo va la investigación
del accidente de tráfico de
la última vez?
Capítulo 219
Eric: -Lo siento, señor. Esa
noche revisamos todos los
coches, y cuando
encontramos el coche,
estaba
en un depósito de chatarra.
La persona… está
desaparecida, y no
podemos encontrar
ninguna
información sobre ella.
Parece que alguien está
ocultando
intencionalmente algo.
Pero creo que esto
claramente no fue un
accidente.
Gabriel cerró los ojos:
-No es necesario seguir
investigando, no vale la
pena perder más tiempo en
una persona así.
Hay un significado
profundo en sus palabras, y
después de oírlas, Eric
siente como si ya hubiera
encontrado una respuesta.
Luna baja las escaleras
rápidamente con Andrés,
ambos en silencio durante
el trayecto.
En la puerta, Luna ve a
Isabel y Frida bajando.
Frida se acerca
amablemente a Luna:
-¿Estás bien? Lo siento
mucho. No debería haberle
dicho a Rodrigo; todo fue
un malentendido causado
por Manuel, él es un idiota.
No tiene nada que ver
contigo. Además, recuperé
el examen de Rodrigo.
Luna, jeres muy increíble!
Excitada, saca el examen
doblado de su bolsillo:
-¿Sabes que quedaste en
segundo lugar en el
examen? Luna, eres
realmente increible.
Luna mira atónita el
examen, sin palabras.
Entonces… ella entró por
sus propios méritos.
No por la relación con
Frida.
Después de conocer esta
noticia, siente como si de
inmediato se hubiera
quitado una pesada carga
de encima.
-Gr…. gracias…
Y además… Frida le da un
codazo a Luna- Mi
hermano dijo que no
deberías sentirte culpable.
Manuel tiene serios
problemas mentales, y la
madre de él tiene
insuficiencia renal en etapa
avanzada. Incluso si tuviera
dinero para el tratamiento,
aún así no sobreviviria a la
cirugía.
Luna, no es tu culpa. Esta
vez, incluso yo fui castigada
por mi hermano.

En serio? ¿Por qué ella se


siente tan feliz por ser
castigada?
-Si, mi hermano había
hablado conmigo. Entonces
incluso si me castigan,
estaré muy feliz.
Isabel: -Lo importante es
que estás bien. ¿Manuel está
en la cárcel?
Andrés responde:
-Más o menos, tenemos
que esperar la sentencia del
tribunal.
¿Seis o diez años?
Probablemente más, si
intervienen.
Manuel podría enfrentar
cadena perpetua gracias a
su desmesurada demanda
inicial de 10 mil dólares,
pero no recibió ni un
centavo y lo perdió todo.
La gente involucrada en
este asunto se dio cuenta de
que se habían metido con
alguien con quien no
debian, y todos huyeron.
Su objetivo era en realidad
el dinero, pero se
equivocaron de persona.
De repente, Luna nota a lo
lejos a un grupo de
personas familiares, con un
pelirrojo y un verde
especialmente notorio, y
Sergio también está allí.
Una persona está sentada
en una silla de ruedas,
siendo empujada. Debe ser
el Coco al que se referia
Carlota, tiene dieciséis años
y es un chico huérfano,
criado desde pequeño en el
pueblo de Atenguillo,
viviendo de la triste caridad
de los demás para llegar
hasta aquí.
No parece tan caótico como
ella imaginaba…
Cuando estaba a punto de
ser apuñalada, él corrió
rápidamente y agarró la
mano de Manuel, dándole
la oportunidad de escapar.
Carlota le da una bofetada
en la cabeza:
-He dicho que no
necesitabas venir, ¡pero
insististe en hacerlo! Mira
cuánto sufriste sin
recompensa. No solo no
obtuviste el dinero, sino
que ni siquiera te prestó
atención.
-No es nada. Estas heridas
no son graves.
Coco vivió en su casa desde
que era muy pequeño,, es
como su hermano menor.
Entonces al pensar en la
indiferencia de Luna,
Carlota se sentía
enfurecida.
Desde que ingresó al
hospital, ella ni siquiera ha
venido a verlo.
Ni siquiera una simple y
triste palabra de
agradecimiento.
Seria mejor que ella
estuviera muerta.
Capítulo 221

Luna se fue de la última


clase a la sala de visitas de
comisaría a las cuatro y
media de la tarde.
Manuel, con la cabeza muy
bien afeitada y vistiendo el
uniforme de prisión, estaba
sentado en la sala de
detención. Solo los
separaba un delgado cristal,
sus ojos hablan perdido por
completo su brillo,
sumidos en la total
oscuridad.
Ella llego clandestinamente,
evitando cualquier mirada.
Tomó el teléfono colgado
en la pared y lo pegó a su
oido.
Manuel hizo lo mismo,
pero sus ojos nunca se
dirigieron hacia ella.
Después de que el policia se
fue, Luna habló:
Tranquilo, nadie sabia que
vine.
Manuel había pasado por
una tragedia, ahora
escuchaba su voz.
Sus ojos se volvieron
feroces, como si quisiera
devorarla viva.
-¿Viniste a burlarte de mi?
¿Estás satisfecha de ver
cómo terminé? ¡Luna, eres
solo una chica mimada
con dinero y poder, en
realidad no eres nada!
-Arruinaste mi vida por
completo, ¡todo es tu culpa!
Si no fuera por ti, no habría
llegado a estos
extremos.
-Solo quería conseguir
dinero para el tratamiento
de mi madre, ¡todo es tu
culpa! ¡Mi madre ya está
muerta! Mi vida entera está
totalmente arruinada,
lamento no haberte
matado.
Luna lo miró fijamente.
-Manuel, nunca he pensado
que haya hecho algo malo.
¿Dices que te arruiné? ¿En
qué te basas para
pensar así? Sé que en el
fondo sabes que incluso si
tuvieras dinero, tu madre
no habria sobrevivido a esa
operación tan dificil.
Simplemente no puedes
aceptarlo, perdiste ante
mi…
Luna notó las pupilas
dilatadas y la sorpresa en
sus ojos.
Quizás ella había revelado
la incomodidad en su
corazón.
Continuó: -Porque fui la
última en la peor clase,
elegi venir la clase 1 debido
al acoso. Debido a los
rumores en clase 6 de que
me beneficié haciendo
trampa, tuve la
oportunidad de cambiar de
clase
Incluso cuando entré a la
clase de talentos, pensaste
que fue gracias a la relación
con Frida. Así que, en
tu corazón, no estabas
satisfecho, tenías envidia e
incluso sentías que no era
justo. Yo tambien dude

finalmente, entendi que yo


no hice nada malo, solo
estaba cambiando mi vida,
superando todas las
desgracias que había
enfrentado. Cuando hice
estos cambios, nunca
lastimé a nadie en absoluto.
No soy la equivocada, eres
tú. Te quejas de todo, solo
quieres encontrar una
excusa para liberar tu
propio resentimiento.
Durante estos tres años en
la preparatoria privada
Aurora, no lo tuviste fácil.
Las altas tarifas escolares,
los préstamos, te estaban
aplastando… Dejaste de
pagar las tarifas escolares
durante dos años, por tanto,
te viste obligado a buscar
un préstamo con
prestamistas a altos
intereses. El día que me
hirió, era la fecha límite
que te dieron los
prestamistas. Si no pudieras
pagar, te perseguirían hasta
la escuela, y todos en la
escuela sabrian que ni
siquiera tenias dinero para
estudiar. Después de causar
problemas en la
preparatoria, solo podrías
ser expulsado.
Ese día fue el que
finalmente quebró la razon
de Manuel.
Luna percibió que su
cuerpo temblaba
incesantemente y sus labios
palidecían.
-Originalmente, La
Preparatoria Pública
Astraluna era una mejor
opción para ti, pero…
debido a tu vanidad,
elegiste la Preparatoria
Privada Aurora. Sabías que
no podrías costear las altas
tarifas escolares aquí, pero
aún asi viniste. Tuviste
muchas oportunidades de
cambiar tu vida, pero
tristemente elegiste el
camino equivocado. Tu
madre trabajó duro para
ganar suficiente dinero
para tu matricula,
trabajando en varios
empleos al día. Podría
haber guardado ese dinero
para su tratamiento, pero
en lugar de eso, decidió
tomar cada centavo y
gastarlo en ti, lo que la llevó
al deterioro de su salud…
Naciste de maneral común,
pero nunca aceptaste tu
propia simplicidad. Cada
paso que diste fue un error.
Aunque sabía que estabas
equivocado, aun así seguiste
adelante con valentia.
Como en su vida anterior,
sabia que Andrés la usaba a
ella y a la familia Garcia
para sus propios fines.
Pero ella decidió casarse
con él.
Solo en el momento de su
muerte se dio cuenta de su
error.
Manuel no era diferente.
Solo que lo que querían era
diferente.
Los ojos de Manuel se
enrojecieron por completo,
su aliento era dificil de
contener, su voz sofocada
preguntó
Cómo sabes todo esto?
Capítulo 220
Carlota: -Ayudaste a
bloquear el cuchillo por
ella, y ni siquiera aprecia
eso.
Apenas terminó de hablar,
una figura apareció frente a
ellos.
Al ver a la persona que
llegaba, Carlota dijo con
tono muy irónico
-Aqui está.
Los tres que aún estaban
parados en la puerta, al ver
a Luna salir de repente, no
sabian qué iba a hacer.
Solo la vieron inclinarse a
90 grados en una posición
estándar, demasiado lejos
para escuchar lo que
decían de ella.
La expresión de Andrés se
torno de repente más
profunda.
Todos quedaron
sorprendidos por la acción
de Luna.
-¡Gracias! -Con sinceridad
en su voz, Luna se enderezó
por completo- Realmente
lo siento, no he ido
al hospital para ver cómo
estás. ¿Estás bien?
Carlos, un poco
avergonzado, se rascó con
gran ligereza la cabeza.
-Está bien, el médico dijo
que la herida no es muy
profunda, con unos días de
descanso estaré bien.
Carlota, indignada, soltó un
taco directamente:
-¡Tonterías! Sus intestinos
estaban afuera, ¿y aún así
dices, que la herida no es
profunda? ¿Por qué
vienes ahora de manera
hipócrita? ¡Lárgate!
Carlos tiró ligeramente del
dobladillo de la ropa de
Carlota:
-Carlota, no digas eso.
-¿Dije algo malo? Ella es
realmente muy arrogante.
-Sergio, ¿ella era así en la
preparatoria?
Ella miró a Sergio.
Sergio sonrió:
-Ha mejorado muchísimo
ahora. Antes su
temperamento era peor.
Si, admito que tenia
prejuicios hacia ustedes por
lo que sucedió
anteriormente -Luna
titubeo sin saber cómo
expresarse. Estoy
acostumbrada a estar sola lo
siento, no sé cómo llevarme
bien con ustedes
-Permitanme presentarme
de nuevo, soy Luna
Garcia…
Extendió con suavidad su
mano.
Carlos, de manera discreta
y tímida, extendió
lentamente la suya:
Me llamo Carlos Soto.

-Gracias.
Ambas manos se
estrecharon suavemente,
esta fue la primera vez que
Luna interactuó
activamente con
alguien.
Luna también los invitó a
cenar juntos esta noche.
Claramente con algunas
intenciones ocultas.
Si esta noche fuera solo una
cena para los tres,
probablemente sería un
accidente terrible….
La presencia de más
personas en la escena haría
que la atmósfera fuera
incómoda.
Se fueron, y en el camino
de regreso con Frida, Frida
dijo:
-¿De qué has hablado con
ellos?
-Solo les agradeci
amablemente y los invité a
cenar.
-¿Sergio también irá?
Luna afirmó:
-Quizás.
La expresión de Frida
cambió instantáneamente:
-Luna, te lo dije con
anterioridad, Sergio… él…
simplemente no merece
estar en la misma mesa que
nosotros, ¡Mucho menos
estar frente a Andrés!
Su tono sonaba enojado y
muy radical.
Y sus amigos de todo tipo,
también son unos gusanos
sucios en la sociedad.
Luna… con ellos,
simplemente dales dinero y
sal, no hay necesidad de
hacerlo tan complicado y
amigable.
–Asi, es cómo hace las cosas
tu familia -Luna contradice
sus palabras, mirándola con
calma-Frida, no
entiendo tu situación, al
igual que tú no entiendes la
mia. No puedo ponerme en
tu lugar para mi es tan
solo una cena y nada más.
Su estatus, su situación, su
nacimiento no es algo que
puedan elegir. Ante
Nunca se ha sentido
elevada por estar rica.

–Lo siento, Frida. Sé que al


decir estas cosas quizás te
molestaré. No es temprano,
vayamos a clase.
Después de obtener su
examen y hablar con
detenidamente con
Rodrigo, Luna descubrió
que él tomó el
examen y se fue con otros
profesores a investigar las
preguntas.
Capítulo 222
Cuando Luna se fue,
Manuel recibió un papel de
examen casi perfecto.
Miró de reojo la
puntuación.
Se sentía como si hubiera
caido en un pozo helado y
temblaba sin parar.
¡El realmente estaba
equivocado!
¡Si, fue su error!
Debería haber escuchado a
Luna; no debería haberse
dejado llevar por su tonta
vanidad, haberse esforzado
tanto por ingresar a la
Preparatoria Privada
Aurora, pedir préstamos a
tasas altas. Fue él quien
mató a su madre y arruinó
todo lo que tenía ahora.
En la celda, un joven de
dieciocho años agarraba
fuertemente la hoja de la
prueba, llorando
desconsoladamente,
lamentándose en absoluto…
Todo lo que hagas, paga el
precio de tus propios
errores.
Siempre ha sido así.
Cuando Luna salió de la
comisaría, al final de una
antigua callejuela, el sol se
ponía.
En este momento, también
caia nieve del cielo.
Con el rabillo del ojo, vio a
un joven apuesto, apoyado
en la pared, de figura
esbelta, vestido con el
mismo uniforme negro que
ella, con una pierna del
pantalón enrollada,
revelando un trozo de
pierna blanca. Llevaba una
mochila sobre un hombro,
mirando tiernamente hacia
arriba, mientras la lluvia
caía. Su perfil era apuesto,
esculpido como una obra
maestra. Una de las gotas
aterrizó en su nariz y se
desvaneció al instante.
Esa gran arrogancia y aire
desafiante eran
considerablemente más
moderados que de
costumbre.
A veces, cuando no hablaba,
era bastante agradable.
Luna habló primero:
¿Qué haces aquí?
Sergio se enderezó con
rapidez y se acercó a ella,
inclinando la cabeza:
No era una invitación a
cenar?
¿Entonces the estuviste
esperando aqui todo el
tiempo?

¿Y a ti que te importa?
¿Quién cres?
Esa era su forma de ser:
pocas palabras y siempre
un tono brusco, nunca tenía
una buena actitud para
eliz.
Luna se volteó y se fue sin
mirarlo.
Sergio la siguió.
Caminaron un largo rato en
silencio, hasta que Sergio
habló primero:
-¿Lo que ha dicho la última
vez todavía es válido?
Luna sabia a que se refería.
-Ya ha pasado el tiempo
limite, ya no.
-Vale. Eres una sin
corazón.
Luna caminaba lentamente,
y él parecía haber ajustado
conscientemente su paso
para ir más despacio
con ella.
-La última oportunidad.
Sergio: …
-Sergio, es la última vez. Si
no vienes mañana, no te
esperaré más, entendido.
Sergio se frotó la nuca con
la mano:
-Si.
La reunión por la noche fue
en el restaurante Sabor
Mex.
La decoración era bastante
elegante, con un estilo
arquitectónico antiguo, y el
ambiente no era ruidoso,
sino más bien tranquilo.
Hay puertas de madera
tallada y una docena de
habitaciones privadas.
Luna ilegó bien temprano y
ordenó variedad de platos,
desde suaves hasta picantes.
Había preguntado a
Carlota sobre sus
preferencias; todos eran
amantes del picante,
aunque muy pocos que no
lo toleraban.
Sergio originalmente la
acompañó hasta la puerta,
pero de repente
desapareció.
Le envió un mensaje, pero
no recibió respuesta
alguna.
La asistencia no estaba
completa.

Cabello verde:
-Carlota, han pedido
muchos platos, todos son
cosas que nunca hemos
probado antes. Esta noche,
aprovecha debes comer
más.
Carlota le lanzó una mirada
de reojo y le susurro:
-No te comportes como si
nunca hubieras salido de
casa, no hagas el ridículo.
Gabriel estaba sentado
junto a Luna y dijo:
-No importa, también es mi
primera vez aqui. No he
probado la comida de este
lugar antes, pero la
apariencia es bastante
apetitosa.
Luna pensó que Gabriel los
despreciaría, después de
todo, sus clases sociales
eran muy diferentes, pero
resultó que estaba
totalmente equivocada.
La gente aún no había
llegado por completo y
nadie había comenzado a
comer.
El pelirrojo se levantó de
repente y les sirvió a sus
compañeros algunas
bebidas con limón.
-Por cierto, ¿dónde está
Sergio? ¿Cómo no ha
venido? Él dijo que vendría
a acompañarnos
Carlota: -¿Quién sabe?
Probablemente se haya ido
a hacer sus cosas. Déjalo
morirse afuera, no hay
ninguna necesidad de
preocuparse por él.
Capítulo 223

Cuando se mencionó a
Sergio, Luna miró muy
cuidadosamente a Gabriel.
Él mantenía una expresión
impasible, sin mostrar
alegria ni enojo, con sus
ojos entrecerrados, como si
estuviera pensando en algo
que nadie podia descifrar.
Quizás no quería escuchar
el nombre de Sergio.
Un instante de silencio
llenó el aire. Luna percibió
que, en ese momento, algo
no estaba bien. No
esperaba convertirse en la
persona más incómoda en
medio de todo esto.
Luna se levantó y le sirvió
un vaso de agua.
-El té de flores aquí es
bastante bueno, pruébalo.
-Bien. -El sonrió
ligeramente, sin mostrar
ninguna molestia aparente.
Luna no sabia si en realidad
le gustaría o no. El té de
flores aqui era bastante
común, quizás no tan
bueno como el que solía
beber.
El teléfono en el bolsillo
vibró. Sacó con ligereza el
teléfono y, vio que Sergio le
había respondido con
unas pocas palabras:
-Tengo cosas que hacer, no
iré.
Luna, sosteniendo con
firmeza el teléfono, se
levantó.
-Voy a hacer una llamada.
La mano de Gabriel,
adornada con tatuajes,
acarició la taza de te
-Si.
Quizás intuyó algo en su
corazón, pero no dijo nada
al respecto.
Luna camino hacia un
rincón tranquilo del pasillo
y llamó a Sergio.
Un bar azul con la música
ensordecedora y bastante
estridente. Sergio se
mezclaba en la neblina de
humo, rodeado por
atractivas chicas a ambos
lados. Algunos cantaban,
otros jugaban cartas.
En la mesa frente a Sergio,
un paquete de cigarrillos y
un encendedor presionaban
un montón de dinero a
su alrededor. El lanzó una
carta.
De repente, sono su
teléfono. Con una mirada
bastante significativa a las
personas a su alrededor, las
chicas entendieron
rápidamente y sacaron el
teléfono de su bolsillo.
Una de las chicas respondió
y lo acercó a la oreja de
Sergio. -¿Quién es?

Escuchando el estruendoso
ruido a través del telefono,
Luna sabia exactamente en
qué tipo de lugar é
estaba metido.
Luna parecia haber
anticipado que él no iria.
Temiendo que no pudiera
escuchar, colgó y le envió
un rápido mensaje-
¿Ocupado? Te debo una
comida, te la compensare
más tarde.
Sergio echó un leve vistazo
al mensaje que apareció en
la mesa y, con un cigarrillo
en la boca, volted con
agilidad su telefono.
Continuó jugando las cartas
en su mano.
Andrés e Isabel fueron los
últimos en llegar, casi a las
siete y media, lo cual era
temprano para Andrés.
Pero lo que deberia haber
sido una cena para dos se
vio complicado por la
presencia de..
¡Frida…!
Ella entró con gracia,
tomada del brazo de
Andrés, mientras Isabel
seguía detrás de ellos como
una fiel seguidora
En el momento en que
entraron, Luna notó la
expresión momentánea en
el rostro de Isabel, una
mirada
de celos y gran
resentimiento.
Isabel probablemente habia
encontrado a una rival.
Con o sin su intervención,
definitivamente siempre
habría alguien
interfiriendo.
En el amor, a veces es tan
simple como ver si la otra
parte está dispuesta a
renunciar a algo
La cena transcurrió
armoniosamente, sin
contratiempos. Pidieron un
poco de vino de ciruela, no
demasiado fuerte para
embriagarse.
No sabía si era por la
comida o si Gabriel
simplemente no estaba
interesado, pero él insistía
cada vez en poner más
comida en el plato de Luna,
mientras él apenas comía.
Frida y Andrés parecían la
pareja perfecta, dejando a
Isabel en un segundo
plano.
Luna realmente, ya no
podía comer más.
Aprovechando la excusa de
ir al baño, se retiró con
cautela para
darie tiempo a su
estómago.
Entro en el baño, lavó sus
manos y se miró en el
espejo, cuando el grifo
seguia goteando.
En su mente, apareció la
imagen bella y armoniosa
de Friday Andrés. Se cubrió
suavemente el peche con
las manos,
sorprendentemente serens
Capítulo 224
Justo cuando Luna estaba a
punto de salir del baño,
apareció alguien frente a
ella. ¡Señora García!
-¿Señor Mendoza?
Luna sabía que él se le
acercaba, porque tenía
realmente algo que decirle.
-¿Podemos hablar?
¡Exactamente como lo
sospechaba!
En el pasillo del corredor
seguro, las luces se
encendieron con el sonido,
dejando el piso de abajo en
completa oscuridad. Luna
de repente tragó saliva.
-Señor Mendoza, ¿hay algo
que necesite de mi?
-Espero que eche un vistazo
detallado a esto. -Adolfo
sacó precisamente un papel
y Luna lo abrió para
encontrar un informe de
evaluación psicológica, que
mostraba un trastorno
depresivo grave. La fecha
del informe era hace más
de una semana. En la casilla
del nombre, Luna revisó
varias veces para confirmar
que era Gabriel.
El corazón de Luna dio un
vuelco total.
-¿Esto qué es?
Pero en la cena, en la
preparatoria, él parecía
completamente normal,
como si nada estuviera mal
-Como lo ha visto señora
García, el joven no se ha
recuperado aún de su
enfermedad. Aunque le
recomendamos tomar
medicamentos, él siempre
se excusa por estar
demasiado ocupado con el
trabajo. El temperamento
del joven no es bueno. Hace
unos días, en una reunión
de accionistas, se enfrentó
físicamente a un accionista
debido a problemas del
proyecto. Esto ya ha
sucedido en varias
ocasiones. Si continúa así,
algunos accionistas podrían
proponer la destitución del
joven.
Luna preguntó.
-Entonces… ¿qué quiere que
yo haga al respecto, señor
Mendoza?
Adolfo respondió:
-Le pido que, teniendo en
cuenta todo lo que el joven
ha hecho por usted, lo
convenza de recibir muy
obediente el tratamiento.
En este momento, nadie
más puede persuadirlo
excepto usted.
Luna frunció el ceño,
dudando.

-Señor Mendoza, ha estado


con él durante muchos
años y no ha logrado
convencerlo. Solo he
tenido algunas cuantas
interacciones con él…
Usted es una persona
inteligente. El joven ha
hecho mucho por usted. No
puede ser que no
comprenda sus nobles
sentimientos. La última vez,
el joven tenía programada
una cirugía,
inmediatamente la
cancelo y vino a la
preparatoria cuando se
enteró de que usted estaba
en problemas….
-El señor prohibió
expresamente que nadie le
dijera a usted estas cosas,
pero ahora no tengo más
opción que decirselo.
¡Entonces hizo todas esas
cosas por mi!
¿Qué más hizo Gabriel por
ella?
Después de un buen rato,
Luna regresó al palco y se
sento pesadamente a su
lado. Levantó la mirada y
se encontro con su vaga
mirada.
-¿Qué sucede? ¿No te
sientes bien? -Su voz era
suave.
Volvió a tomar su mano,
que estaba cálida.
-¿Por qué tus manos están
tan frias?
Andrés vio esa muestra de
intimidad y una sombra
indescifrable cruzó por sus
bellos ojos
-Acabo de lavarme las
manos. -Luna se levantó
con gran amabilidad, tomó
el tazón frente a él y le
sirvió un poco de sopa de
carne y verduras, que
originalmente era para él,
pero no habia comido nada
desde que entró
Las miradas de todos en el
palco se volvieron hacia
ellos. Frida, con una
expresión de total
espectadora, bromeó:
-Luna, ¿por qué eres tan
amable con mi hermano?
Le sirves sopa, ¿por qué no
me sirves a mi? ¿Estas
siendo muy parcial?
Luna, con la cabeza baja,
sintió una mirada intensa
sobre ella. Haciendo como
si no lo notara, dijo con
desden
Si quieres, también te
sirvo.
Frida sonrió y miró a
Gabriel.
Olvida no me atrevena a
competir con mi hermano
mayor. Hermano mayor
sabes hoy come mas
Rida no seas descarada
-Entendido.
Luna se sentó y puso el
tazón frente a él, diciendo
muy suavemente:
Prueba a ver si se ha
enfriado. Si está frío, haré
que los cocineros hagan
otro tazón.
Gabriel sonrió

-Está bien.
Frida, que presenció esta
escena íntima, miró a la
persona a su lado.
-Andrés, te voy a servir
algunos vegetales. Come
más de la sopa de dátiles.
Te hará ver más joven,
definitivamente.
-Jaja…!-Carlota, que estaba
comiendo, soltó una risa
bastante burlona.
Capítulo 225
Frida: ¿Por qué te ries?
Carlota se apresuró a
negarlo rápidamente: -No,
no me estoy riendo, solo
me atraganté un poco.
Frida no le presto más
atención, coloco la sopa de
dátiles rojos frente a Andrés
sin mirar a nadie más:
prueba a ver si esta frio… Si
lo está, le diré al chef que te
prepare otro tazón. -
imitando las palabras de
Luna
Luna bajo la cabeza, sus
orejas se pusieron
ligeramente rojas,
sintiéndose un poco
avergonzada por la
situacion Hizo esto solo por
las palabras del señor
Mendoza. Su condición
empeoró, dejó de tomar
sus medicamentos para la
depresión y apenas comía
algo cada día. Gabriel
realmente la ayudó
muchísimo, y
Luna le estaba muy
agradecida. Sin embargo,
no podía rechazar estas
pequeñas tareas, ni siquiera
frente a Andrés. Cada
persona tiene su propia
personalidad, en realidad,
no podía ser manipulada
como una muñeca todo el
tiempo, obedeciendo todas
las palabras.
A las nueve y media, Isabel
le dijo a Andrés:
-Hermano, estoy un poco
cansada y quiero regresar a
casa.
Andrés miró la hora
levantando la muñeca:
-En efecto, no es temprano,
ve y descansa. -Su tono no
mostraba alegria ni enojo,
pero estaba más frio
de lo habitual.
Isabel apenas comió, su
mente estaba en otras cosas
y no sabía en qué estaba
pensando. Gabriel
igualmente le dijo a Luna:
-También deberías
regresar, tienes clases
mañana, te llevare.
Frida respondió
rápidamente:
-Hermano, tú lleva a Luna.
Vine en el coche de Andrés,
y ahora quiero que él me
lleve de regreso.
Ella rapidamente se aferró
al brazo de Andrés. Gabriel
miró a Luna, como
esperando su respuesta.
Luna
recibió la mirada cariñosa y
balbuceo: Si, está bien.
Frida: -Entonces, así es
como decidimos
felizmente.
Luego, Luna dijo:
-Corlota, ya he llamado a
un chofer para que los lleve
de regreso.
Ten cuidado en el camino
de regreso
Carlota, se encontraba
demasiado llena, se recostó
en la silla para descansar:
-Lo tengo, no hables tanto.
Luna siguió a Gabriel para
salir, se pararon en la
puerta y esperaron a que
Eric trajera el coche desde
el estacionamiento
subterraneo. El viento que
soplaba ahora hacia que
tuviera un poco de frío.
Pronto, puso una chaqueta
sobre los hombros de Luna.
Ella miró hacia atrás y vio
el traje gris ceniza:
-Ya tienes varias prendas,
no tengo mucho frio, mejor
ponte esto.
La comisura de la boca de
Gabriel se curvo
ligeramente, su sonrisa se
volvió mucho más cálida:
-No hay problema. La ropa
puede devolverse en el
futuro.
Luna no dijo nada más,
sintió algo en el bolsillo y lo
sacó de repente:
-¿Qué es esto?
Sacó un paquete de
cigarrillos y un encendedor
de metal. Este encendedor
parecía ser del mismo.
modelo que el de Sergio,
solo que de diferente color.
-Ahora… ¿tu cuerpo aún no
se ha recuperado? Sería
mejor que fumaras menos
en el futuro. Lo guardaré
por ti y te lo devolveré
cuando estés bien.
-Está bien, como prefieras.
Gabriel notó que las
mismas palabras, cuando
las decía alguien diferente,
le producían diferentes
sensaciones. Y la persona
frente a ella siempre sería
especial en su corazón.
¡Finalmente pudo mirarla a
los ojos!
¡Ella ya no lo estaba
evitando!
Luna… Sería genial si
siempre pudieras ser así.
Este tipo de bienestar es
solo para mi.
Sigues tomando la
medicina? ¿Por qué no la
llevas contigo?
Capítulo 226
Lo olvidé hoy, sin embargo,
te aseguro que no lo
olvidaré la próxima vez -
respondió Gabriel.
-De acuerdo.

Luna se subió al coche de


Gabriel. El aire
acondicionado estaba
encendido, por lo que la
temperatura en
el pequeño espacio no era
muy fría, pero Luna
todavía llevaba puesta la
chaqueta de Gabriel. Ya era
bastante tarde y en el
camino, Luna se recostó en
el asiento y se quedó
profundamente dormida
Sus largas pestañas
temblaban ligeramente.
Gabriel sacó una manta y la
cubrió suavemente. Al
mismo tiempo, Luna se
acomodó en esta, pero se
percató de los movimientos
y se despertó. Al abrir los
ojos, su visión se volvió algo
borrosa y poco
después pudo ver el rostro
familiar.
-Lo siento por despertarte-
se disculpó Gabriel con voz
suave.
Luna bajo la mirada y vio la
manta que la envolvia.
Entre sueños, negó con la
cabeza:
-No te preocupes ¿Ya
llegamos?
-Todavia no. Puedes
dormir un poco más si
deseas. Te despertaré
cuando lleguemos.
-De acuerdo -respondió
Luna y estaba a punto de
dormir un poco más.
Sin embargo, de repente,
sintió un brazo que la
abrazaba y tranquilamente
se apoyo en el hombro de
Gabriel. Cuando se dio
cuenta de eso, su corazón se
aceleró un poco y el sueño
se disipo
inmediatamente.
Era una postura tan intima
que, si alguien no conociera
su relación, podría creer
que eran una pareja
profundamente
enamorada…
Pero ella no podía
apartarse, no tenía otra
opción más que aceptar el
abrazo obedientemente,
aunque en realidad no le
gustaba. Sin ningún tipo de
razón aparente,
simplemente no le gustaba.
Quizas era porque, para
ella, ese abrazo ya era un
gesto que había avanzado
demasiado…
Siendo una persona lenta
en asuntos emocionales, el
ritmo demasiado rápido le
resultaba muy
incómodo.
Andrés probablemente
había llegado a casa
primero, porque cuando
Luna llegó al vecindario, ya
era muy tarde. Durante
todo el viaje, el coche
avanzaba tan lentamente
que incluso alguien podria
alcanzarlo corriendo.

Después de que el coche se


detuvo, Luna dijo:
-Puedo subir sola. Ya es
muy tarde, ve rápido a casa.
Llámame cuando lleques.
Gabriel respondió
mostrando una suave
sonrisa:
– De acuerdo.
En realidad, con la
inteligencia de Luna, ella
habia percibido la intención
oculta detrás de las acciones
de Gabriel. Por lo tanto,
Gabriel tampoco insistió
más, simplemente agito
ligeramente la mano y se
despidió con gran
amabilidad. Después de que
la figura desapareció de su
vista, finalmente se fuel
Luna entro en el ascensor.
Cuando abrio la puerta del
apartamento, Liora estaba
limpiando la cocina. Al
escuchar los ruidos, se
detuvo y le pregunto:
-¿Por qué has regresado tan
tarde?
Con sueño, Luna se quitó
los zapatos en la puerta y
respondió:
-Me quedé dormida, así
que el coche se detuvo
debajo del edificio por un
rato.
Liora le sirvió una copa de
leche caliente y le dio un
calentador portátil,
diciendo
-Hoy, Te lo compré. Puedes
llevarlo a la preparatoria y
te ayudará a mantenerte
caliente. Aún estás en
tu periodo, así que debes
cuidarte bien para evitar
resfriarte.
-Gracias, ya lo sé -
respondió Luna mientras
tomaba la copa de leche y
le daba un pequeño sorbo
Un rato después, Liora
preguntó:
-¿Por qué Andrés e Isabel
no regresaron contigo?
Luna respondió
tranquilamente:
-Tienen cosas que atender,
por eso no vinieron
conmigo. Liora, no
necesitas esperarlos y ya
puedes irte
a descansar.
-Bueno, entonces descansa
temprano también.
Luna afirmó con la cabeza
y se quitó rápidamente la
chaqueta de Gabriel,
colocándola a un lado.
Después de terminar toda
la leche, regresó a su
habitación para buscar su
pijama y tomar una ducha.
Media hora después, salio
del baño secándose el
cabello con una toalla. De
repente, su telefono móvil
vibro. Era una armada de
Gabriel.
Ela se detuvo y vacilo por
un momento. Decidió no
contestar, simplemente lo
miro de reojo hasta que
triste y pensativa, como si
tuviera una piedra en la
garganta que le dificultara
respirar.
En realidad, tuvo muchas
oportunidades para
rechazar directamente a
Gabriel, pero nunca lo hizo.
Al comienzo de esta noche,
planeaba aclarar todas las
cosas con él, pero no
esperaba que Adolfo le
contara sobre la terrible
enfermedad de Gabriel.
Sin embargo, también
comprendía que, si su
relación continuaba de esta
manera, solo le causaría
más daño al final….
Después de reflexionar un
poco, Luna le envió un
sencillo mensaje:
[Lo siento, estaba en la
ducha y no escuche nada.]
En solo unos segundos,
recibió una respuesta:
[Quiero escuchar tu voz,
¿puedo? Solo necesito de ti
un “buenas noches”.]
Capítulo 227

Pasaron aproximadamente
treinta segundos y Gabriel
recibió la llamada en su
habitación, que no estaba
iluminada.
La voz nitida y clara de la
muchacha resono por el
teléfono
-¿Ya llegaste a casa?
-¡Si
Hubo un breve silencio en
la linea, sin saber qué decir.
Luna preguntó:
-Pregunté a Adolfo, y me
dijo que recientemente has
estado tomando las
medicinas según las
indicaciones. ¿Te sientes
mejor?
-Si.
-Si te sientes mal, recuerda
ir al hospital.
-De acuerdo.
Adolfo se acercó con los
medicamentos y un vaso de
agua. Al escuchar la llamada
desde la habitacion,
se detuvo un momento en
la puerta para no molestar.
Pasaron unos cinco
minutos hasta que se cortó
la llamada. Luego, Adolfo
encendió una lámpara con
una luz tenue y se acercó:
-¿Era la llamada de la
señorita Luna?
Gabriel se volteó y dijo
suavemente:
-Si. Le contaste todo acerca
de mi enfermedad,
¿verdad?
Adolfo negó.
-Fue ella quien preguntó,
solo le transmiti algunos
detalles sin importancia,
porque vi que ella se
preocupa mucho por ti.
Además, ella no ha tenido
una vida fácil en su familia,
asi que espero que, incluso
por ella, cuides bien de tu
salud, y convencer a los
accionistas. De esta manera,
podras mantener tu
posición y serás capaz de
sacaria de sufrimientos.
con luces
Tienes razón… dijo Gabriel,
mientras giraba la cabeza y
vislumbraba las calles o
parpadeantes a lo lejos,
continuó – Solo cuando
tenga el control total del
Grupo Sánchez, tendre el
verdadero poder para
traerta de regreso a mi
lado.

Ni siquiera sabía que ella


estaba sufriendo y no tenía
el poder para hacer nada al
respecto.
Debido a lo sucedido en la
junta de accionistas, la
mayoría de ellos habla
mostrado insatisfacción a
so liderazgo, incluso podría
poner en riesgo su posición
actual. Si el problema no se
resolvia de forma
definitiva, los accionistas no
se someterían por
completo.
-Señor, ¿qué te parece
seguir los consejos de la
señorita Luna y tomar las
medicinas según las
indicaciones para curarte
rápidamente de la
enfermedad?
Gabriel tomó las medicinas
y pronto se quedó
dormido.
También porque había
escuchado la “buenas
noches”.
En medio de la noche, Luna
sintió sed y fue a la cocina a
tomar agua. Calentó un
poco de agua y se sirvió
un vaso de agua tibia.
Mientras se preparaba para
regresar a su habitación, de
repente se abrió la puerta
y entró Isabel. Tenía los
ojos enrojecidos, como si
hubiera llorado
muchísimo.
-Isabel, podemos hablar de
esto mañana, ¿de acuerdo?
No importaba lo que Isabel
hubiera hecho, Andrés
siempre tenía una paciencia
infinita para calmarla.
Andrés entró y cerró
rápidamente la puerta.
Luna se escondió con gran
ligereza detrás de la
nevera.
-Andrés, ¿realmente quieres
estar con Frida? ¡Pero me
prometiste que nunca me
abandonarías! No necesito
verte con otra persona, en
realidad, no deberías
haberme traído aquí.
Andrés dijo.
-Isabel, sabes que no me
gusta que te comportes así.
-¡Pero tú tampoco te
comportabas así! ¡Nunca lo
hacías! -exclamó Isabel.
Una simple frase de “no me
gusta” hirió profundamente
a Isabel. Las lágrimas
siempre fueron la mejor
arma de una mujer.
Al escuchar a Isabel llorar,
Luna ya sabía qué lo que
haría Andrés a
continuación.
Como esperaba, Andrés se
acercó y abrazó
tiernamente a Isabel… Al
mismo tiempo, su mirada
penetrante se dirigió a otro
rincón de la habitación….
Capítulo 228
-Ya no eres una niña, no
debes depender de mi
consolación ni cuidado
todo el tiempo. Esta es la
última
vez, Isabel –dijo Andrés.
isabel enterró su rostro en
su pecho, y las lágrimas
mojaban su camisa. Su voz
entrecortada revelaba su
profunda tristeza,
diciendo:
-Hemos pasado tantos años
juntos, y nunca nos hemos
separado desde que era
pequeña. Me dijiste
que nunca me
abandonarias, Andres por
favor. No te enamores de
otra persona. ¿Qué haré si
me dejas?
Andres e Isabel crecieron
juntos en el orfanato y
habian vivido muchas
experiencias juntos, por lo
que
Isabel sentia una emocion
incomparable y total
dependencia hacia él
Sin embargo, Andres era
tan ambicioso que no se
conformaba con lo que
había tenido. Al principio,
lo que queria era solamente
la familia Garcia, pero
ahora apareció Frida Rios
en su vida… Era imposible
para Andrés, renunciar al
poder y la posición que
podría tener en la familia
Rios por Isabel. En
comparación con la familia
Rios, la familia Garcia era
totalmente insignificante.
Tal vez algunas personas no
se sentirian tentadas por el
dinero, pero nadie podria
rechazar el poder. Con
el poder, Andrés podría
controlar todo en la ciudad
y ser como era antes en la
vida de Luna, utilizando
todos los medios para
obtener todos los beneficios
de la familia Sánchez
-Isabel, nunca he pensado
en romper mi promesa. No
te abandonaré.
Con unas pocas palabras,
Andrés logró calmar a
Isabel Secó sus lágrimas y la
llevo de regreso a su
habitación.
Cuando escuchó el sonido
de la puerta cerrándose,
Luna planeó esperar un
poco más antes de regresar
a la habitación. Sin
embargo, justo cuando
estaba a punto de dar un
paso adelante, el hombre
apareció frente a ella
silenciosamente. Sus ojos
chocaron con los frios y
penetrantes ojos de Andrés,
lo que aceleró el pulso de
Luna.
-¿Fue una historia muy
interesante?-preguntó
Andrés con tono opresivo.
Luna no pudo evitar
apretar el vaso de agua que
se habia enfriado. Desvió la
mirada y explico
tranquilamente:
-Solo sali para tomar un
poco de agua. No estaba
intentando escucharlo Tus
asuntos personales ne
sene nada que ver conmigo,
tampoco lo hablare con
nadie más sobre esto
Dicho esto, Luna se dio un
paso adelante, pero Andres
agarró su mano
-¡Qué estás haciendo! -
exclamó Luna con gran
descontento.
Tanto Isabel como Liora
estaban en casa, Luna no
creia que Andrés le haria
daño Andrés arrebató el
vaso y lo dejo con fuerza en
la mesa cercana. Su mirada
estaba tan fria y
penetrante.
A lo que dijo con gran
desden:
-Te gustan mucho los
pequeños trucos, ¿verdad?
-No entiendo lo que estás
diciendo. ¡Déjame pasar!
¡Quiero ir a descansar!
De repente, Andrés agarro
fuertemente su muñeca y la
arrastró con gran
brusquedad fuera del
apartamento Caminaron
por el pasillo y llegaron a la
salida de emergencia. Luna
finalmente logró
liberarse con fuerza de su
agarre
¡Qué diablos! ¿Qué locuras
estaba haciendo?!
Ahora era casi medianoche,
ella solo llevaba puesto un
pijama bastante delgada, y
el frio de menos cero
la hacia temblar.
Ni siquiera Miguel habia
hecho algo tan increible!
-¡Qué demonios estás
haciendo! -gritó Luna,
sintiendo cómo el viento
frio se colaba por su
vestido
mientras cruzaba por
completo los brazos.
Andrés agarro su mejilla de
manera brusca con una
mano y la presiono contra
la pared, diciendo
friamente:
-Te he tratado con
demasiada amabilidad estos
días, ¿verdad?
—¿Amabilidad? Andrés
Martinez, ¿tienes una
comprensión equivocada
del significado de la palabra
” amabilidad ? Nunca te he
invitado a la cena de hoy,
fuiste tú quien se me acercó
sin permiso. Si
realmente te gusta Isabel,
no deberías haberle dado la
oportunidad a Frida de
acercarse a tí. ¡Eres
demasiado ambicioso! -
respondió Luna mientras
Andrés aplicaba más fuerza
en su mano!
-¿Si?-respondió Andrés
mientras aplicaba más
fuerza en la mano.
Luna sintió un intenso
dolor en su rostro.
-Organizaste esta cena
porque tenías muchas
ganas de tener una cita con
él, ¿no es asi? -dijo Andrés
Luna franció fuertemente
el ceño por el dolor:
Tampoco sabia por qué
vino él.. Si crees que lo que
ha sucedido hoy te ha
cassado grunden
de buscarme problemas,
debido a tus asuntos
personales y descargar tu
ira hacia mí.
Luna realmente no sabía si
describirlo como una
persona en realidad cruel o
celosa. Era solo una cena, i
el también sabia cuál era su
intención al organizarla!
-Aunque ahora vivo en tu
casa, eso no significa que no
tenga otros lugares a los
que no pueda ir. Si mi
presencia te molesta,
¡puedo irme de aquí ahora
mismo! Debes saber que,
sin el respaldo de la familia
García, también puedo
sobrevivir -dijo Luna con
total frialdad.
Ya no era la niña que no
podía hacer nada sin
protección. Debería estar
agradecida. Si no fuera por
su opresión, Luna nunca
hubiera descubierto que
podía superar tantas
dificultades: no necesitaba
vivir en una casa con
grandes lujos, no necesitaba
usar ropa de alta costura,
incluso podría vivir en la
calle para sobrevivir.
Capítulo 229
La gente cambia.
Andrés sabía que Luna no
estaba bromeando, porque
realmente había cambiado.
Paso de ser una
princesita bastante
caprichosa, a convertirse en
una chica valiente que se
atrevía a contradecirlo.
Andrés la soltó y
respondió:
-Es bueno tener confianza
en ti misma. Sin embargo,
Luna, no olvides que tu
apellido es García. ¿Sabes
cuántas cosas sucias ha
hecho la familia García y
cuántos enemigos tiene?
Sin el respaldo de la
familia García, ¡no
sobrevivirias a sus
venganzas, aunque tuvieras
varias vidas como un gato!
Te venderían como
una vulgar y miserable
prostituta en algún oscuro
rincón, o simplemente te
venderían tu cuerpo para
sacar tus órganos. ¿Qué
resultado prefieres?
Al escuchar estas palabras,
el rostro de Luna cambió
bruscamente. Frente a estas
amenazas, nadie
podía negar el miedo
instintivo. Además, sabía
que Andrés nunca sería
compasivo con ella.
Para Miguel, incluso si
realmente muriera, no le
causaría gran pérdida en
absoluto. Ella era
simplemente
una herramienta para la
familia García.
-¿Crees que todavia tienes a
Gabriel y que estarás a salvo
con su ayuda? No eres más
que un juguete para él, algo
con lo que él se entretiene.
¿Realmente crees que
podrás convertirte en un
miembro formal de la
familia Sánchez? No te
tomes esto en serio, ¿de
acuerdo? Quédate aquí y
reflexiona al respecto.
Cuando logres entenderlo,
entra.
Sin embargo, ¡Luna ni
siquiera había pensado en
tener ningún tipo de
relación con Gabriel!
La espalda de Andrés
desapareció al final del
pasillo. Las luces
controladas por voz sobre
su cabeza se
apagaron de inmediato y
Luna quedó envuelta en
una oscuridad eterna…
¡Andrés tampoco sabía qué
estaba haciendo, porque ya
estaba totalmente loco de
ira! Al verla teniendo gestos
íntimos con otro hombre,
sentía como si alguien le
estuviera arrebatando lo
que a él le pertenecia.
Luna García… Aunque él la
había abandonado, ¡no
permitiría que alguien más
se la arrebatara! Incluso si
su corazón ya no le
pertenecía, ¡no permitiría
que ella lo entregara a otro
hombre!
De lo contrario, ¡no le
importaría arruinarla por
completo!
Eran las doce y media de la
madrugada.
Luna estaba sentada sola en
un banco del patio en el
distrito residencial. Con la
mente totalmente en
bianco, ya no era
consciente de lo que estaba
pensando. Sintió como si
un nervio en su cerebro se
rompiera por completo y
desordenara todos sus
recuerdos.

De repente, en su vista
bastante limitada por tener
la cabeza agachada,
apareció un par de zapatos.
deportivos negros, luego se
escuchó una voz arrogante
desde arriba de su cabeza.
-Uy… ¿te han echado?
Luna ya sabía quién era sin
necesidad de levantar la
cabeza.
Sergio la veia medio
muerta por el frío, vestida
con un pijama muy
delgada, y con las manos
azules del frío. Tiró el
cigarrillo de su boca y se
quitó la chaqueta negra,
luego la arrojó hacia ella,
cubriendo por completo la
cabeza de la chica.
-¿¡Qué estás haciendo aqui!?
-exclamó Luna.
-Esa debería ser mi
pregunta. Yo caminaba solo
y te vi, casi creía que me
había encontrado con un
fantasma. Si no fuera
porque aceptaste darme
clases particulares, ni
siquiera me molestaría en
prestarte atención.
Luna se movió un poco y se
quitó la chaqueta,
colocándola a un lado.
Dijo:
-No te preocupes por mi.
Puedes irte ahora.
-Olvida eso. Si algo malo te
sucede, yo sería el principal
sospechoso.
Al terminar de hablar,
Sergio se sentó a su lado
con las piernas cruzadas.
Tenía un fuerte olor a
tabaco y alcohol,
estimulando su sentido del
olfato. La mezcla de estos
dos olores tan fuertes era
realmente muy
desagradable. No sabía
adónde había ido, pero
regresó tarde, lo que hizo
que Luna dudara de haber
aceptado su petición de
darle clases particulares.
-Eres la hija de la familia
García, y fuiste intimidada
por alguien de otro
apellido. Pero, tú, eres
bastante arrogante, ¿no es
así? ¿Y tú si puedes aguantar
todo esto? Si me lo pides,
puedo considerar dejarte
pasar una noche en mi
casa.
Luna respondió fríamente:
– Sergio, esto es asunto mío
y no tiene nada que ver
contigo. Puedo quedarme
aquí todo el tiempo que
quiera. Déjame en paz,
¿vale?
¿Por qué todo el mundo
tenía tantas ganas de
controlarla? Parecía como si
nunca hubiera tenido el
derecho de tomar sus
propias decisiones. ¿Acaso
estaba destinada a aceptar
todo lo que el destino le
daba?
Capítulo 230
Sergio se sentó a su lado
durante un rato y se fumó
casi medio paquete de
cigarrillos. Finalmente,
Luna ya no podia soportar
el fuerte olor a tabaco y se
levantó.
Entró en el ascensor y
subió. La luz de la sala
estaba apagada. Ya eran
altas horas de la
madrugada.
Al entrar a la habitación,
Isabel se volteó ligeramente
en la cama. Luna no sabía si
estaba dormida o si la
había despertado.
Se acostó rápidamente en la
cama y apagó la lámpara de
noche. Las palabras de
Andrés no dejaban de
rondar en su mente,
manteniéndola despierta en
pensamientos durante toda
la noche.
Eran alrededor de las seis y
media de la mañana. Isabel
salió de la habitación sin
saber cómo enfrentarse a la
persona que se sentaba en
el sofá leyendo él periódico
financiero.
En el pasado, solía saludarlo
con un “buenos días”. Pero
hoy no lo hizo. Se dirigió a
la mesa y se sentó.
Liora salió de la cocina con
un tazón de gachas, y al ver
a Isabel sentada sola,
preguntó bastante
preocupada:
-Isabel, ¿dónde está Luna?
¿Todavía está en la
habitación?
Isabel respondió:
-No he visto a Luna, desde
que me desperté.
Liora frunció el ceño aún y
preguntó:
-¿Acaso no regresó en toda
la noche? Andrés, ¿viste a
Luna?
-Déjala -respondió Andrés
fríamente.
Sin embargo, mirando las
palabras en el periódico,
aunque las reconocía, ya no
podía entenderlas en
absoluto.
Después del desayuno,
Liora entró la habitación
para ordenar el escritorio
de Luna como de
costumbre. Sin embargo, al
entrar en la habitación, solo
vio un escritorio vacío.
Tenía una sensación de
malestar. Rápidamente
abrió el armario y se dio
cuenta de que la ropa que
solía estar junto a la de
Isabel también había
desaparecido, dejando un
gran espacio vacío.
¡Todo habla desaparecido!
Liora corrió
apresuradamente a la sala
de estar, con mucha
preocupación, exclamó a
Andrés:
-Andrés, todas las cosas de
Luna han desaparecido…
¿Tal vez se haya ido?
Andrés frunció el ceño y su
rostro se ensombreció.
Miró a Isabel.
Isabel explicó:
-Anoche me quedé
profundamente dormida y
no escuché ningún ruido en
absoluto. Pero recuerdo
vagamente que Luna se
levantó una vez y no le
presté mucha atención…
Con incredulidad, se
levantó y corrió a la
habitación. Luego salió un
rato después, diciendo:
-Es verdad que se ha
llevado todas sus cosas,
excepto a la osita… Andrés,
¿Luna se ha regresado a
casa?
Andrés se levantó y la silla
produjo gran sonido
chirriante. Se dirigió al
balcón y sacó su teléfono.
Cuando marcó el número
de Luna, vio el mensaje no
leído en la bandeja de
entrada. Hizo clic en ese
mensaje.
«Andrés Martínez, no
puedo negar todo lo que
has dicho, que tengo el
apellido “García”. Pero
¿acaso todas las personas
que tienen ese apellido
merecen una muerte
miserable!?
Es posible que lo que
mencionaste se haga
realidad algún día. Si ese
día llega, tal vez… no tenga
el coraje de seguir viviendo.
Pero, ya he muerto una vez,
¡no temo morir por
segunda vez!
Sé que lo que quieres
obtener es los beneficios de
la familia García, por lo que
no planeo intervenir en tus
acciones, ni siquiera
impedirte.
Sin embargo, no tienes el
derecho de interferir en mi
vida, incluyendo mi
derecho de sobrevivir en
este
mundo. Además, tengo
muy claro lo que quiero
hacer!
Ahora que tengo dieciocho
años, sé que me queda
mucho camino por
recorrer en mi vida. No
quiero depender de nadie,
ya sea de Miguel o de ti.
¡Puedo conseguir todo lo
que quiero en el futuro por
mis propios méritos!
Pero también quiero
agradecerte por tus valiosas
palabras, porque me han
hecho entender algunas
cosas. Fuera de la familia
Sánchez, soy solamente una
persona insignificante. Sin
embargo, mi futuro debe
pertenecerme solo a mi
misma y no tiene nada que
ver con los demás. No soy
Isabel, tampoco soy Frida
porque ellas tienen sus
propios derechos para
hacer todo lo que quieran,
pero yo no. Andrés,
entienda tanto tú como
Gabriel, tan solo los
considero como a mis
hermanos, nada más,>>
Capítulo 231
La verdad es que no
represento ninguna
amenaza para ti. Después
de pensarlo toda la noche,
creo que sería mejor irme,
si ya nos hemos cansado el
uno del otro. En cuanto a
Liora, por favor dile que no
se preocupe por mí, que me
cuidaré muy bien.>>
¡Idiota!
La expresión de Andrés se
tornó cada vez más sombria
mientras leia las palabras.
Cuando intentó
llamarla, se dio cuenta de
que Luna había
configurado su número
para que la llamada se
colgara
automáticamente…
“¿Me bloqueaste? Luna
García, ahora parece que te
has vuelto completamente
madura, ¿eh?», pensó
Andrés con total frialdad.
-Andrés, ¿cómo va la
situación? -preguntó Isabel
bastante preocupada
acercándose a Andrés.
Un destello sombrío
apareció en los siniestros
ojos de Andrés.
Simplemente guardó su
teléfono móvil, se
dio la vuelta y se fue en
silencio sin decir nada más.
-Te llevaré primero a la
preparatoria-ordenó
Andrés.
-Pero todavía es muy
temprano… -murmuró
Isabel en voz baja.
Además, ella ni siquiera
había terminado de
desayunar… Sin embargo, al
ver la expresión de furia en
el rostro de Andrés, Isabel
ya no se atrevió a decir
nada más. Tomó su
mochila y salió
rápidamente del
apartamento siguiéndolo.
En el camino, a esa hora
muy temprano el tráfico se
encontraba circulando
normalmente, por lo que
llegaron en poco más de
diez minutos. Isabel se
sentó en el asiento y
tartamudeó dijo:
-Andrés, ¿discutiste con
Luna anoche?
Durante esos diez minutos,
Andrés emitía un aura fría
y sombría, apenas hablaba
con ella. Nunca le había
mostrado mal humor, por
lo que Isabel nunca lo había
visto tan enojado como lo
estaba ahora.
¿Sería porque Luna se había
ido?
Tenía que admitir que
sentía un poco de celos por
eso, porque no esperaba
que la persona de la que
estaba enamorada mostrara
tanto interés en otras
personas.
Isabel intentó
tranquilizarse. Después de
todo, Luna tenía una
identidad elegante y
diferente a la de ellos,
ya que era hija de la familia
García. Desde muy
pequeña, había vivido una
vida bastante lujosa que
todos envidiaban.

Podia notar que Luna


realmente había
renunciado a la lucha por el
amor de Andrés. Sin
embargo, al irse
sin decir nada, si le sucedía
algo malo, Andrés no
podría asumir la
responsabilidad de
negligencia ante
Miguel. Por eso le dijo:
-Andrés, no te preocupes,
hablaré con Luna para que
regrese a casa. Si no se
siente cómoda viviendo
conmigo, puedo mudarme
al estudio u otro lugar
durante unos días.
Con sus ojos fríos y
peligrosos, Andrés
respondió:
– Me encargaré de resolver
este problema. Ve a
estudiar y no te preocupes
por estas cosas.
Isabel mordió ligeramente
su labio y dijo con gran
tristeza:
-De acuerdo, Andrés…
Entendía….
¡Todas sus buenas
intenciones resultaron ser
puro tonterías!
Después de bajar del coche,
Isabel se dirigió al aula
sintiéndose muy
desanimada.
En la madrugada,
arrastrando su maleta, Luna
salió del apartamento y
encontró una habitación
económica cerca de la
preparatoria. Aunque era
vieja y no tenía ascensor,
podía llegar a la
preparatoria
fácilmente. Además, debajo
del edificio había muchos
puestos de comida callejera,
pero si se cerraban
las ventanas, no se oían los
ruidos de la calle.
La habitación estaba bien
muy bien equipada con una
cocina, un baño y una sala
de estar, y el alquiler
mensual era de solo 300
pesos. Era un precio muy
económico y bastante
cómodo, ya que muchos
estudiantes alquilaban
habitaciones en esa zona.
Incluso había un balcón. Si
tenía tiempo libre, podría
colocar algunas plantas allí.
En general, las
condiciones eran mucho
mejores de lo que había
esperado.
Después de ordenar todas
sus cosas, Luna llegó a la
preparatoria poco antes de
que comenzaran las
clases.
Pronto, las clases de la
mañana terminaron. El
tiempo de descanso del
mediodía no era suficiente
para ir a estudiar a la
biblioteca, así que Luna
tomó su mochila y sus
notas y se dirigió a la Clase
1. En la última fila, junto a
la ventana, Sergio seguía
cómodamente durmiendo
en su escritorio. Se acercó y
lo despertó:
-¡Sergio!
Capítulo 232
-Madre mía! ¿Está loca? ¡Se
atreve a molestar a Sergio!
-Vamos a disfrutar mejor
de este fabuloso
espectáculo. Despertar a
Sergio definitivamente no
sería bueno.
Por lo general, cuando los
estudiantes veían que
Sergio estaba durmiendo
en clase, nadie se atrevía a
molestarlo. Incluso la gente
hablaba en voz más baja de
lo normal.
Pero hoy sucedió algo
sorprendente.
Normalmente, Sergio solía
faltar a clases o solo asistir
por la tarde.
Sin embargo, hoy fue el
primero en llegar muy
temprano en la mañana.
-Sergio, ¡Sergio! -llamó
Luna mientras le daba
palmaditas suavemente en
el hombro.
En ese momento, Isabel y
Ana regresaron después de
almorzar. Al ver a Luna,
Isabel le preguntó:
-¿Luna? ¿Qué haces aquí?
Mientras hablaba, echó un
leve vistazo a la persona
dormida en el escritorio y
añadió:
-¿Has venido a buscar a
Sergio? Parece que está
enfermo. ¿Tienes algún
asunto con él?
¿Estaba enfermo?
Luna apretó un poco los
labios y respondió:
-No, no es nada. Lo buscaré
más tarde.
Y ahora necesitaba
descansar un poco más.
Después de todo, anoche
hizo mucho frío y Sergio le
dio su abrigo. Se sentó en el
banco fumando durante
más de una hora con solo
una camiseta de manga
corta. Era muy probable
que hoy hubiera cogido un
resfriado.
En realidad, en su opinión
Luna creía que Sergio no
necesitaba hacer todo eso.
Sus acciones la confundían,
porque él la odiaba tanto…
De repente, la persona en el
escritorio se movió un
poco. Entrecerrando los
ojos, Sergio se enderezó
con su pelo totalmente
desordenado. Se acostó a la
espalda de la silla y la miró
con una mirada muy
perezosa. Preguntó:
-¿Qué sucede?
Su voz sonaba ronca y
débil. Realmente, parecía
que estaba enfermo.
Luna le dejó las notas en el
escritorio y le dijo:

-Estos son mis apuntes de


geografía e historia.
Tendrás un examen al final
de la próxima semana, si
los memorizas todos,
podrías obtener al menos
un B en el examen.
Sergio tomó los cuadernos
y los vio llenos de apuntes,
con una caligrafía muy
bonita.
-¿Todos? -se sorprendió
Sergio al verlos.
Cuando los demás
escucharon la conversación,
se quedaron
completamente
estupefactos.
¿En serio? Luna y Sergio
eran realmente
archienemigos, ¿no era asi?
Habían tenido tantos
conflictos en el pasado, ¿y
ahora Sergio estaba
hablando tranquilamente
con Luna sobre los apuntes
y el estudio?
Eso era tan extraño, como
ver un fantasma en plena
luz del día….
Si, todos. No te hagas el
vago, te los revisaré-
respondió Luna.
Sergio frunció un poco el
ceño, respondió algo
molesto. Después de todo,
la palabra “estudio” no
tenia mucha que ver con él
en el pasado. Ahora tenía
que aprenderse de
memoria tantos apuntes…
Empezó a dudar si estaba
buscándose problemas…
Caramba!
Luna todavia tenia que ir a
las clases del campamento
de matemáticas, así que sin
pronunciar una palabra
más se fue rápidamente.
Luis miró a Sergio con
incredulidad y preguntó:
-¿Te has vuelto loco? ¿Por
qué ahora hablas con Luna
tan tranquilamente?
¿Incluso le pediste los
apuntes?
-¡Largate de aqui…! -
exclamó Sergio.
Isabel le dijo:
-Sergio, si necesitas
apuntes, puedo darte los
míos. Luna está muy
ocupada estudiando y tiene
muchos
cursos extracurriculares por
cumplir.
Sergio continuó durmiendo
en el escritorio sin prestarle
gran atención. Para aliviar
la tensión de ese
momento, Luis reconfortó
a Isabel diciéndole:
-No va a estudiar
detenidamente, por lo que
no le hagas caso. O, ¿puedes
prestarme tus apuntes?
Capítulo 233
Isabel respondió con una
leve sonrisa:
-¡Está bien!
En realidad, Luis solo
estaba bromeando. Con sus
malas calificaciones, su
familia ya no se
preocupaba
por su rendimiento
académico y tampoco
tenían muchas expectativas
de que tuviera éxito en el
futuro.
De hecho, su familia ya
había planeado con
anterioridad enviarlo al
ejército una vez que se
graduara.
Incluso su padre le había
obligado a raparse ese
cabello teñido de rojo.
Después de recibir los
apuntes de Isabel, Luis solo
leyó una página y se dio
cuenta de que estaban tan
detallados como la Biblia…
Para ser bastante honesto,
solo quería aliviar un poco
la tensión en el
ambiente y no tenía la
intención de leerlos
atentamente. Pero ahora
que Isabel se los había dado
de verdad, no quería
desperdiciar su buen gesto.
Durante las dos horas de
estudio libre por la noche,
no había supervisión de
profesores y por lo tanto
los estudiantes podían
organizar su propio plan de
estudio según su
autodisciplina.
Luna había faltado a
muchas clases debido a una
enfermedad, que se le había
presentado en los últimos
dias, por lo que tenía que
ponerse al día con todo lo
que había perdido. Sin
embargo, aunque solo
habían pasado unos pocos
días, ya había más de diez
conjuntos de ejercicios por
realizar. La mitad de ellos
eran conocimientos del
libro y los demás iban más
allá del material estudiado,
lo que los hacía aún más
difíciles.
Mientras hacía las tareas,
Luna de repente sintió que
le faltaba algo en ese día. En
ese momento,
escuchó unas voces muy
familiares, eran Frida y otra
chica que acababan de
regresar del baño mientras
charlaban animadamente.
Resultó que Frida ya no
había venido a buscarla en
todo el día. No era de
extrañar que se sintiera tan
tranquila…
Tal vez las palabras que le
había dirigido la habían
hecho sentirse algo
incómoda, por eso hoy no
habia venido a buscarla en
la preparatoria.
En realidad, a Luna le
parecía bien. Al principio,
tenía la intención de
reunirlos, pero después de
esa cena, Luna pensó que
Frida no necesitaba de su
ayuda. Con su personalidad
tan abierta y alegre, además
de su poderoso trasfondo
familiar, Luna no
necesitaba hacer esfuerzos
poco sinceros.
-Frida, ja quién le estás
enviando mensajes? -
preguntó la chica.
-Con un hombre mayor e
indiferente -respondió
Frida perezosamente.
Ella se sentó en la
penúltima fila y todo el
salón de clases pudo
escuchar claramente sus
palabras con el
volumen adecuado,
incluyendo a Luna.
Andrés Martinez?
-Si
-¿Por qué siempre lo
buscas? Es cierto que es un
hombre guapo y educado,
pero mira su edad… En la
última fiesta que
organizamos hubo gran
cantidad de chicos guapos y
jóvenes, ¿no te gustó
ninguno de
ellos? Te vi guardar los
contactos de varios chicos,
¿no es asi…?
Frida se quejó con gran
desprecio
-¿Ellos? No, no, no. Son
demasiado jóvenes, e
inmaduros y … muy
pegajosos en las relaciones.
Prefiero a un hombre
maduro, alguien que no sea
fácil de conseguir. Eso sería
aún más desafiante e
interesante.
Una chica le dio una
sugerencia:
-Recuerdo que me dijiste
que tu familia y la familia
García tienen
cooperaciones de negocios
¿verdad?
Puedes pedirle que venga a
buscarte después de clase.
Eres la hija de la familia
Rios, nadie se atreve a
desobedecer a tus palabras.
Luna también escuchó la
conversación y miró de
reojo su reloj. Si Andrés iba
a venir, faltaba tan solo
media hora para que
terminara el estudio
nocturno libre. Y el
apartamento de Andrés no
estaba lejos de
la preparatoria, solo
tomaría tan solo unos
quince minutos encoche.
Decidió salir rápidamente y
en silencio, porque con el
temperamento
impredecible de ese
hombre, seguramente haría
algo loco al no verla…
Una vez que tomó la
decisión, no dudó mucho
tiempo en hacerlo. Después
de terminar el último
problema, le quedaban tan
solo quince minutos.
Recogió rápidamente todas
sus cosas y salió
apresuradamente del aula
con su mochila.
Eran las nueve de la noche,
excepto en el salón de la
Clase 6, todas las luces de
las otras clases ya se
encontraban apagadas.
Después de pasar por el
largo pasillo, entró en el
ascensor y llegó al primer
piso.
Se dio cuenta de que las
luces del aula de la Clase 1
todavía se encontraban
encendidas.
Así que se acercó y miró
desde afuera hacia el rincón
más alejado del salón. La
ventana estaba abierta
solo una pequeña rendija,
por donde entraba una
suave y agradable brisa que
movía el cabello del chico.
Estaba totalmente dormido,
recostado en el escritorio,
con una mano extendida y
la otra doblada.
Luna se acercó
sigilosamente y notó que
aún sostenía el cuaderno
con sus apuntes….
Capítulo 234
Además de su cuaderno,
había otro que era una
copia escrita por Sergio.
Luna se Incliné lentamente
y vio que lo escrito en el
cuaderno.
Sorprendentemente, tenía
una muy buena letra. Ella
no había
imaginado que tuviera la
uniformidad de su letra,
incluso se veía mejor que la
suya…
En realidad, el cuaderno ya
era una copia
especialmente preparada
para Sergio, porque Luna
no esperaba
que tuviera la paciencia
para copiarlo, por lo que
decidió hacerlo ella misma.
Pero ahora seria mejor si él
los copiaba en persona, así
podría aprenderlos de
memoria durante el
tedioso proceso.
Luna quería despertarlo,
porque si seguía
durmiendo aquí, la
preparatoria cerraría. De
repente, recordó
que él estaba enfermo. Se
dio cuenta de que en su
escritorio había un termo
de color rosa y también
una
pastilla. Aparentemente, él
no la había tomado.
Ella intentó llamarlo varias
veces, pero él no
reaccionaba. Extendió la
mano para probar la
temperatura de su frente.
¡Estaba realmente alta,
estaba literal ardiendo!
Al instante, el durmiente de
repente abrió los ojos y su
mirada se encontró con la
de Luna. Ambos se
quedaron inmóviles en su
lugar mirándose
mutuamente durante unos
segundos, causando un
silencio muy incómodo.
Luna tomó la iniciativa.
Retiró su mano y habló
primero:
-Es que pasaba por aquí.
¿Necesitas que te lleve al
hospital?
– Verdad, que eres
realmente una persona a la
que le encanta meterse en
los asuntos ajenos, ¿no es
así? -se burló Sergio con su
voz ronca e indiferente.
En realidad, Luna también
así lo creía, por lo que no se
enfadó. Solo afirmó y
respondió:
-La preparatoria cerrará
muy pronto. Regresa a casa
temprano.
Al terminar las palabras,
Luna se volteó y estaba a
punto de salir.
-¡Caramba, vaya drama! -
insultó Sergio, sin saber a
quién se lo dirigía,
probablemente a sí mismo,
o tal vez a Luna.
Unos minutos después,
Sergio agarró con rapidez
su mochila y la lanzó sobre
su espalda. Desabrochó
tres botones de la camisa
del uniforme escolar,
revelando una camiseta
negra debajo. Ahora se
encontraba tan débil y
frágil como si fuera un
perro que había perdido
una batalla,
completamente
obedientemente a Luna.
A esta hora, todas las luces
de los edificios escolares
cerca de la calle ya estaban
apagadas y solo quedaban
las farolas. En la calle ya no
había mucha gente y todas
las tiendas estaban
cerradas.
-No necesitas seguirme. Si
deseas, puedes tomar un
taxi y regresar a casa -dijo
Luna.
-Llévame al hospital…
Luna se quedó sin
palabras…
-¿Cómo? ¿No puedes
entender el español? -dijo
Sergio, apartando la mirada
deliberadamente.
Pero, este dijo que ella se
metía demasiado en los
asuntos ajenos, ¿no? Ahora
él era la persona que
necesitaba su valiosa ayuda,
¿por qué todavía actuaba
con tanta arrogancia?
Luna suspiro
profundamente, y no
respondió nada más. Para
ser honesta, realmente no
entendió la actitud de
Sergio. Era una persona que
la odiaba tanto, ¿por qué
había tomado la decisión de
salvarla arriesgando su
propia vida?
-Anda, abrochate la ropa.
Hace frío por la noche. No
empeores la situación -dijo
Luna con gran
preocupación.
-No quiero ni moverme.
Menos charla, vámonos
mejor rápido de aquí -
respondió Sergio
pronunciando
estas palabras desafiantes
con una voz muy débil.
Luna se rindió. Ajustó un
poco la mochila y extendió
las manos para abrochar los
botones de su camisa.
Bajo la luz tenue de la
farola, el joven bajó
ligeramente la cabeza. En
su mirada arrogante, un
destello
expresivo apareció
fugazmente en sus ojos.
Luna se quitó con gran
rapidez su bufanda y la
envolvió
alrededor de su cuello. La
bufanda todavía llevaba el
calor y el agradable aroma
de la chica.
Después de terminar todo
eso, Luna le dijo:
-Ahora si vamos al hospital,
será muy complicado. Te
llevaré a un lugar muy
conveniente.
Desde su punto de vista, a
Luna no le parecía una
acción extraña porque se
habia acostumbrado a
hacer todo eso para cuidar
de una persona, de una
manera muy meticulosa y
considerada…
Sin embargo, ante los ojos
del joven, las acciones
parecían una señal implícita
de la muchacha y le
aceleraron rápidamente…
-Bueno -respondió.
Luna Garcia! Te atreves a
tener relación con ese
desgraciado, y sin mostrar
ningún respeto por mi
Capitulo 235
Al otro lado de la calle, se
detuvo un lujoso coche
negro. Frida se sentó en el
asiento del copiloto. Al ver
la escena, casi se estalló de
la ira. Le ordenó al chofer:
-¡Sígalos! ¡Necesito ver
adónde van los dos juntos!
Andrés cedió ante la
irracionalidad de Frida,
pero, en realidad, también
tenía la misma intención,
por lo que pisó el
acelerador y los siguió
lentamente.
Frida sacó su celular y tomó
una foto de la escena en la
que ambos caminaban
juntos, luego la guardó
muy delicadamente como
evidencia.
Sin embargo, ellos entraron
en un callejón muy oscuro
y estrecho, al cual el coche
no podía acceder.
Frida exclamó muy
enfurecida:
-Mi hermano ha sido tan
bueno con ella, ¡pero ella se
atrevió a tener una relación
con ese desgraciado! ¡
No es de extrañar que
hubiera hablado por él la
última vez que charlamos
sobre este tema! ¡Estas dos
personas definitivamente
tienen una relación oculta!
Pero, mi distinguido señor
Martínez, ella es tu
hermana, ¿verdad? ¿Y no la
reprendes por salir con ese
maldito?
Sin embargo, cuando
terminó de hablar lo miró,
y percibió un aura bastante
sombría y aterradora que
emanaba este hombre. Sus
ojos eran tan profundos
como un agujero muy
negro, emitiendo una
presencia fría y peligrosa,
como si fuera una bestia
depredadora que iba a
devorar a su presa
moribunda.
Frida nunca había visto a
Andrés con esa expresión
tan horrible. El incómodo
silencio en el estrecho
espacio del coche incluso le
provocó un escalofrío muy
fuerte en su espalda. El
hombre que estaba a su
lado era completamente
diferente al que había
conocido.
Andrés apartó la mirada
fríamente y le respondió:
-Este es un asunto interno
de la familia García,
señorita Ríos. Preocupate
un poco más por ti misma.
Frida percibió el
descontento reprimido en
el tono frío de Andrés, así
que también contuvo un
poco su temperamento y
no le dijo nada más.
Andrés presionó el
acelerador y pronto dejaron
esa calle.
Luna y Sergio atravesaron
un pasillo oscuro. En este
callejón, solo había una
tenue luz proveniente del
encendedor de Sergio.
-Solia haber farolas aquí.
Pero parece que ya no
funcionaban -explicó
Luna.
Sergio apagó la llama del
encendedor y al instante
todo quedó sumido en la
completa oscuridad.
Estamos en la penumbra y
solos. Si tienes algún interés
en mi cuerpo, simplemente
dimelo. No
necesitas hacer esos trucos
ocultos para traerme hasta
aquí -dijo Sergio.
-Veo que estás empezando
a delirar debido a la fiebre -
respondió Luna, señalando
hacia un lugar. Por alli. La
clinica todavía estaba
abierta. Vámonos rápido.
Entraron en una clínica.
Luna le dijo a Sergio:
-Espero que no te importe.
Si vamos al hospital,
tendríamos que esperar
mucho más tiempo en la
fila.
Luna creía que él se
quejaria, pero para su
sorpresa, él no dijo nada.
Simplemente se sentó
cómodamente en un banco,
con las piernas cruzadas, y
colocó su mochila a un
lado.
En la clínica había un fuerte
olor a medicamentos, pero
no había nadie más a su
alrededor. Luna miró a
su alrededor y pregunto:
-¿Hay alguien aquí?
Al ver la escena, Sergio
soltó una risa y apartó la
mirada hacia un lado,
revelando una sonrisa
suave en
las comisuras de los labios.
Pero Luna no entendía por
qué se reia asi. Sergio le
explicó:
-Pareces un patito. ¡Idiota!
Pronto se escuchó una
respuesta desde la parte
trasera del lugar y salió un
anciano de unos sesenta
años con gafas y barba.
El médico examinó
minuciosamente a Sergio y
diagnosticó que era un
simple resfriado con fiebre.
Pero, el médico dijo algo
más sobre la situación de
Sergio en cierto aspecto…
Luna se esforzaba por
contener la risa. Y el rostro
de Sergio se había tornado
bastante sombrio por
completo, también estaba
conteniéndose el impulso
de arruinar esta clínica… Si
fuera en el pasado,
realmente existiría la
posibilidad de que
encendería toda la tienda…
Luna le dijo fingiendo
seriamente:
-No te preocupes. No lo
diré a nadie…
-¡Vete al diablo! -exclamó
Sergio con una cara
sombría.
-A esta joven edad, no te
masturbes tanto. De lo
contrario, tendrás
problemas para concebir en
el futuro. Voy a recetarte las
medicinas y tómalas
cuando regreses a casa.
¿Acaso estás esperando que
te dé las gracias…?», pensó
Sergio mientras apretaba
fuertemente los
Luna se quedo para
acompañarlo a recibir una
infusión. Al ver que había
cuatro botellas de medicina,
Luna ya no pudo resistir el
sueño y se quedó
profundamente dormida.
Incluso ajustó un poco su
postura para estar más
cómoda, sintiendo como si
estuviera durmiendo en
una almohada muy suave…
Capítulo 236
Una hora y media después,
Sergio movió ligeramente
el pie y dijo:
-Oye, despierta. Vámonos,
Ella había tenido un sueño
muy profundo y reparador.
Al abrir los ojos, Sergio ya
se había terminado de
colocar el suero y estaba
presionando levemente la
herida del pinchazo.
Miró su teléfono y vio que
ya era la una de la
madrugada. Estornudó y
preguntó:
-¿Has aprendido de
memoria todos los
apuntes?
Sergio se quedó sin
palabras y le respondió:
-¿A estas alturas, piensas
repasar los estudios
conmigo? Discutiremos
esto mañana.
Tomó su mochila y pagó
por los medicamentos. El
anciano médico ajustó sus
gafas y advirtió:
-Joven, no estoy
bromeando. Deja de hacer
esas cosas con tanta
frecuencia, de lo contrario,
realmente podrías tener
graves problemas si deseas
tener hijos en el futuro.
-¡Vaya charlatán! -
respondió Sergio muy
enojado.
Luna intervino
rápidamente:
-No seas tan irrespetuoso
con los mayores. Señor, ya
lo entiendo. No te
preocupes, me aseguraré
de que tome muy
puntualmente los
medicamentos.
-Ves, las chicas siempre son
más consideradas -dijo el
médico.
En realidad, al ver la
expresión tan seria del
médico, Luna creía que él
no se encontraba
mintiendo o
bromeando. Con una bolsa
llena de medicamentos, los
dos salieron rápidamente
de la clínica.
-¿Recuerdas lo que dijo el
médico? No fumes ni bebas
tanto en tu vida diaria.
Sergio… -dijo Luna
indecisa.
-¿Tienes alguna duda al
respecto? ¡Dimelo de una
vez! -respondió Sergio muy
impaciente.
-He visto las grandes
cicatrices en tu abdomen y
en la parte baja de tu
espalda… ¿De dónde
vienen?
-¿Te preocupas demasiado
por mi?
Sergio le devolvió la
pregunta, con una voz muy
suave y profunda, como si
fuera una melodía
encantadora. Arqueó una
ceja hacia Luna, su mirada
parecía estar coqueteando.
Pero Luna ya era lo
suficientemente madura
como para resistir ese tipo
de tácticas inmaduras de los
chicos. Después de todo,
había vivido dos vidas. Si
pudiera sumar los años,
sería mucho mayor que la
madre de Sergio. Por lo
tanto, aunque se
preocupara por él, esto
parecería más como un
amor maternal…
-¿Cómo regresas a casa? -
preguntó Luna.
-A estas horas ya no hay
taxis. Tendré que encontrar
un hotel cerca para pasar la
noche.
-He alquilado una
habitación cerca de aquí.
Sergio buscó en sus
bolsillos y sacó su
cuidadosamente billetera,
luego frunció el ceño,
diciendo:
-No llevo mi cartera
conmigo. Si no te importa,
¿puedo pasar una noche en
tu casa?
Luna entrecerró los ojos
mientras lo miraba. Tenía
la sensación de que él ya
había planeado todo esto…
Bueno… Lo consideraría
como un gesto muy
amable.
Rápidamente llegaron a la
habitación que Luna había
alquilado. Al entrar, Sergio
actuó como si estuviera en
su propia casa y se tumbó
directamente en el sofá. El
sofá era bastante viejo, así
que Luna había puesto una
simple manta encima para
cubrir su aspecto
desgastado. Sergio medía
más de 1,80 metros, por lo
que sus largas piernas
sobresalían por los bordes
del sofá.
Luna hirvió agua y sacó dos
mantas gruesas de la
habitación. Dijo:
-Levántate y acuéstate con
esas mantas gruesas.
Sergio se levantó y se
quedó de pie a un lado.
Luna entendió, que él no
iba a extender las mantas,
por lo que lo hizo ella
misma.
Este se paró detrás de ella y
dijo con gran curiosidad:
-¿Desde cuándo te volviste
tan considerada?
Luna no le prestó
demasiada atención a sus
palabras y simplemente
respondió:
-Siempre lo he sido.
Ambos sabían por qué, pero
ninguno de los dos
mencionó ese asunto.
Luna volvió nuevamente a
la habitación y sacó algunos
artículos de aseo nuevos.
Los había preparado
con anterioridad para usar
en el futuro, pero no
esperaba necesitarlos tan
pronto. Luego le sirvió un
vaso de agua tibia a Sergio
para que tomara sus
medicamentos para el
resfriado. Los tés de hierbas
tendrían
que esperar hasta mañana…
Sergio salió tranquilamente
del baño. Luna colocó el
vaso de agua en la mesa y le
dijo:
-No te olvides de tomar
medicinas antes de dormir.

Después de hacer todo eso,


Luna ya no podía resistir el
sueño. Fue directamente al
baño a bañarse y cepillarse
los dientes, luego regresó a
la habitación. Se acostó en
la cama y se quedó
profundamente
dormida de inmediato.
Fue una noche muy
tranquila, sin pesadillas.
Capitulo 237

Luna despertó
naturalmente a las siete de
la mañana. Aún le quedaba
media hora antes de que
comenzaran Iss clases, lo
cual era suficiente tiempo
para ella.
Recogió delicadamente su
cabello y lo sujeto con una
cinta. Abrió la puerta de la
habitación y echó un
leve vistazo al sofá, dándose
cuenta de que las mantas ya
estaban dobladas y
colocadas muy
ordenadamente.
Parecía que Sergio se había
ido.
De repente, en ese
momento, la puerta se
abrió. Era Sergio, llevando
puesta una chaqueta negra
y un sombrero en la cabeza.
Tenía copos de nieve en los
hombros, los sacudió
rápidamente antes de
entrar.
-Uy, por fin te has
despertado, señorita -dijo
Sergio..
Luna pregunto
-¿Adónde has ido?
Sergio le mostró dos bolsas
de desayuno y dijo:
—Fui a comprar el
desayuno. Lo compré en la
panadería de abajo, con
leche bien caliente
Luna miró el reloj y
respondió:
-Pero ya no tengo tiempo.
—¿En serio? Entonces, voy
a tirarlo todo -dijo el chico
con total indiferencia.
-No, no, no desperdicies la
comida -contestó Luna y lo
impidió – Voy a cepillarme
rápidamente los
dientes y luego ya comere.
-Está bien.
Sergio colocó las bolsas en
la mesa. Había comprado
panes, unos churros y
también dos botellas de
leche. No sabía qué le
gustaba a Luna, por lo que
compró todos los tipos de
pasteles que había visto.
Después del desayuno,
todavía quedaba la mitad
de la comida. Luna la
colocó cuidadosamente en
la nevera. Cuando
regresara, podría seguir
comiéndola.
Los dos no fueron juntos a
la preparatoria. Luna salió
primero, porque Sergio
necesitaba quedarse un
poco para tomar sus tés de
hierbas, así que ella le
permitió usar la estufa de
gas.
No le preocupaba si él hacía
algo malo en su habitación,
ya que en ese momento no
tenia dinero

Mientras caminaba, Luna


sacó de su mochila su
corrector para disimular un
poco las ojeras. No habla
dormido lo suficiente en
casi tres días y las ojeras se
estaban volviendo aún más
pronunciadas. Si
continuaba así, no solo su
menstruación no
terminaría, sino que
también dañaria su salud.
El supervisor no estaría en
el aula tan temprano.
Aunque ya era un poco
tarde, no tenía prisa.
-Señor, es la señorita Luna -
dijo Rafael.
Vio a Luna acercándose.
Caminaba lentamente
mirándose en el espejo,
parecía que se estaba
maquillando. Se dio cuenta
de que estaba un poco
cansada.
Gabriel miró en la
dirección señalada con sus
ojos ámbar. Sostenía su
teléfono con gran fuerza,
sin mostrar ninguna
expresión especial en su
rostro.
-¿Si necesito llamarla? -
preguntó Rafael.
Pero Gabriel no le
respondió nada en
absoluto. De hecho, Rafael
ya había adivinado lo que
estaba
pensando. Gabriel había
tenido problemas con la
señorita Frida, pero hoy se
ofreció a llevarla a la
preparatoria. Y ahora Frida
había llegado, pero Gabriel
aún no le había ordenado
que se fuera,
aparentemente quería ver a
Luna.
Gabriel preguntó en un
tono muy bajo, que no se
podía distinguir su
emoción:
-¿Anoche dónde estaba
Sergio?
Rafael respondió:
-No regresó al
apartamento. Debe haber
estado en un bar o en un
club nocturno, pero no
estoy seguro
de ello.
En realidad, Gabriel sabía
que había estado con Luna
toda la noche. Sintió una
fuerte irritación y
frustración que le recorría
el pecho… Bajó la cabeza y
frotó ligeramente la
pantalla del móvil,
ordenando
con una mirada muy
penetrante llena de ira
reprimida:
-¿Se atreve a ignorar lo que
le dije? A partir de ahora,
corta todas sus fuentes de
dinero. Sin mi permiso,
no le des ni un solo
centavo.
Podía involucrarse con
cualquier persona que
quisiera, eso no le
importaba. Pero si se
acercaba a Luna
con malas intenciones, él
nunca podría quedarse a un
lado con brazos cruzados.
Porque Sergio en realidad,
era una persona con el
mismo carácter que su
sucia madre, ¡que solo sabía
utilizar los trucos
bastante sucios!
Instantáneamente, una
llama de ira se encendió en
lo más profundo de sus ojos
y un destello muy frio y

Rafael dudó un poco:


-Pero ¿qué haremos si el
señor Sánchez nos
pregunta al respecto?
-Simplemente dile que esta
es mi decisión. No tendrá
nada más que decir al
respecto.
-Como usted ordene,
señor.
Justo cuando Luna estaba a
punto de entrar a la
preparatoria, escuchó una
voz familiar que la llamaba:
-¡Señorita Luna!
Capítulo 238
Quien había llamado a
Luna era Adolfo. Luna
estaba bastante confundida.
¿Por qué Gabriel estaba
cerca de la preparatoria a
esta hora? Sin remedio,
aceptó y se sentó junto a
Gabriel en el asiento del
copiloto en el coche.
Sentado en la parte trasera
del auto, el rostro de
Gabriel estaba pálido.
Parecía bastante débil y
tosió cubriéndose
levemente la boca con el
puño. Luna se dio cuenta
de que estaba respirando
muy agitado, como si
estuviera enfermo. Después
de un incómodo silencio,
Luna fue la primera en
romper el ambiente tenso y
avergonzado. Preguntó
preocupada:
-¿Por qué estás aqui hoy?
¿No te sientes bien? ¿Por
qué no vas al hospital?
-Es solamente un leve
resfriado. Estoy bien
respondió Gabriel con una
voz muy suave y continuó
– Anoche Frida me dijo que
Andrés no logró recogerte
para llevarte a casa. Tú…
¿dónde estuviste?
-¿Andrés vino a recogerme?
-preguntó Luna muy
confundida.
¿Cómo era posible que
Andrés hubiera venido a
recogerla? Solo vino a
recoger a Frida, ¿verdad?
Gabriel afirmó y explicó:
-Cuando terminaron las
clases ya era muy tarde,
Frida se preocupó
muchísimo por ti, por lo
que llamó a Andrés para
que te recogiera. ¿No te
encontraste con ellos?
Gabriel fijó su mirada en su
delicado rostro, como si
quisiera obtener alguna
respuesta desde sus
expresiones.
Ahora Luna entendió muy
bien. Resultó que Frida la
había utilizado como
excusa. Ella nunca habia
llamado a Andrés para que
la recogiera, ya que él
debería haberse dado
cuenta de que ella había
salido del apartamento.
En realidad, las acciones de
Frida no le importaban en
lo más mínimo a Luna, ya
que no deberían haberle
causado ninguna molestia,
y ella entendía muy bien la
verdadera intención de
Frida. Luna sabía muy bien
que Frida la consideraba
como su puente de
comunicación con Gabriel
y Andrés.
Por lo tanto, decidió no
revelar la mentira,
simplemente le respondió:
-Mi celular se quedó sin
batería y por tanto no recibi
la llamada. Después de salir
de la preparatoria, fui a
una clínica con un amigo
enfermo, por eso no me
encontré con ellos.
Pero lo que no entendia era
por qué había venido hoy
solo para preguntar sobre
esas pequeñeces. Eso
no tenía ningún sentido.
Tal vez Frida se había
enterado de algo o había
presenciado algo…

¿Acaso Frida vio que salió


de la preparatoria Junto con
Sergio y se lo contó a
Gabriel? Esa debla ser tal
vez la razón.
-¿Tu amigo está mejor
ahora? -preguntó Gabriel.
-Si-respondió Luna con
una suave sonrisa.
Aunque aún mantenia la
sonrisa, en realidad se
sentía muy incómoda por
dentro. Sentía como si
Gabriel la tratara como a
una prisionera en la cárcel,
viniendo a interrogarla e
incluso vigilando su
paradero…
Pero ella no había hecho
absolutamente nada malo,
¿verdad?
El ambiente tenso le
dificultaba respirar y la
hacía sentirse algo
frustrada. Dijo:
-Muchas gracias por tu
valiosa preocupación. Mis
clases empezarán pronto,
así que debo irme ahora. Tú
también regresa temprano.
Por cierto, no olvides tomar
muy juicioso tus
medicinas.
Gabriel afirmó ligeramente
con la cabeza y respondió
suavemente:
-Bueno.
Él la observaba alejarse
tranquilamente. No pudo
evitar pensar:
“¿Ella me dijo “muchas
gracias”? En tan solo unos
días, ¿nos hemos vuelto tan
distantes? Luna, ¿por qué
me ocultaste tus cosas?
¿Tienes tanto miedo de que
sepa sobre tu relación con
Sergio? En realidad, solo
quiero escuchar algunas
explicaciones tuyas… ¿Es
que realmente te has
enamorado de Sergio?»
Después de que Luna salió
del coche, la sonrisa
desapareció de inmediato
de su rostro. Mientras
caminaba hacia la puerta de
la preparatoria y se dirigia
al aula, sentía una leve
sensación de malestar e
inquietud.
Cuando entró al salón de la
Clase 6, se encontró con la
mirada fría de Frida. Pero
pronto, Frida apartó su
mirada y continuó
charlando con una
compañera cercana.
Luna sabía que esto
pasaría…..
Ese día, como de
costumbre, estudiaba sola e
incluso terminó las tareas
más eficientemente que en
dias anteriores.
En cuanto a Sergio, decidió
no molestarlo y dejarlo
descansar un día. Después
de todo, todavía se
encontraba enfermo.
Se anunciaron los
anhelados resultados del
último examen organizado
por Rodrigo y, una vez más,
Luna obtuvo el segundo
lugar entre los seis mejores
estudiantes del
campamento. El que
obtuvo el primer
lugar era un chico bastante
delgado con gafas gruesas
que siempre llevaba
consigo sus cuadernos de
ejercicios. Por lo general,
no hablaba mucho. Y el
tercer lugar fue para Frida.
Capítulo 239

Pero en realidad, Frida era


una muchacha muy
inteligente. A menudo no
hacía sus tareas e incluso
faltaba a clases de vez en
cuando. Parecía que no
tenía que hacer muchos
esfuerzos y, aun así, podía
obtener excelentes notas.
Tal vez ese era
precisamente su gran
talento.
Ese día, una vez más, no
había venido a la clase de
matemáticas del
campamento. Rodrigo ya se
había acostumbrado a esto,
así que empezó
directamente a dar la
lección en el pizarrón.
En la última clase del dia,
Julieta organizó una
rápidamente una reunión
de clase y anunció que el
próximo sábado se
celebraría una reunión de
padres de familia y que
todos los padres debían
asistir.
Además, habría un fabuloso
campamento de invierno
durante las vacaciones de
invierno. Aquellos
interesados necesitaban
completar un formulario
para asistir.
Este campamento sería una
actividad organizada por
toda la Preparatoria Privada
Aurora. Luna guardó
cuidadosamente el
formulario en el cajón de su
escritorio. Miguel nunca
había asistido a una reunión
de padres de familia. En el
pasado, solía suplicarle a
Andrés que asistiera como
su familiar.
Sin embargo, esta vez,
probablemente nadie
vendría…
En cuanto al campamento
de invierno, estaba bastante
interesada en eso. Si
participaba en esta
actividad, podría tener una
excusa formal para no
volver a casa. Después de
todo, parecía que ahora la
casa ofrecida tampoco la
necesitaba…
Después de la última clase,
a diferencia de las otras, la
Clase 6 no podía salir de la
preparatoria
directamente, porque
todavía tenían estudio libre
por la noche.
Luna se encontraba a punto
de cenar en el comedor.
Llevaba un largo abrigo
blanco, y su delicado rostro
se enrojeció por el
inclemente frio. Caminaba
en el camino mientras
enterraba su rostro entre su
bufanda y la capucha
De repente, alguien le
levantó bruscamente la
capucha. Se volteo, pero no
vio a nadie. Cuando volvió
en sí, se dio cuenta de que
una persona había
aparecido a su lado. Al ver
quién era, Luna no se
sorprendió
mucho al verlo.
-Señorita García, ¿adónde
vas? -preguntó
graciosamente Sergio.
-A comer-respondió Luna
con la cabeza agachada,
preguntó-. Las clases ya han
terminado, ¿por qué
no regresas a casa?
Sergio caminaba con las
manos en los bolsillos y no
llevaba en ese momento su
mochila. ¿También iba
al comedor? De repente,
Luna perdió las ganas de
comer…

-Vas a ir al campamento de
invierno? -preguntó Sergio
con desdén.
¿El te estaba preguntando?
¿Y vino a buscarla solo por
eso? Luna respondió
vagamente:
-Todavía no he decidido.
-Entonces, ¿quieres ir o no?
O sea, cuando sabes que
también participaré, ¿y
pierdes también el interés?
-bromeó Sergio.
¿Qué tonterías estaba
diciendo…? Luna de repente
se detuvo y le dijo:
-¡Sergio…!
-¡Aqui estoy! -respondió
Sergio muy
emocionadamente.
Luna apretó un poco los
labios. Levantó la cabeza
desinteresadamente para
mirarlo, pero no mostraba
ninguna emoción en sus
ojos. Continuó hablando:
-Además de las clases
particulares, sería mejor
que te mantuvieras alejado
de mi, al igual que
anteriormente, ¿de
acuerdo?
Sergio no entendió porque
lo decía, pero preguntó
sonriendo:
-¿Estás enferma? ¿Por qué
me dijiste esto?
-Sabes, estoy pensando en
tu bien..
En realidad, ella tampoco se
acostumbraba a esta
relación íntima con él.
-¿Por mi bien? Señorita
García, si recibes alguna
amenaza, tan solo parpadea
para informarme -dijo
Sergio arqueando una ceja,
mientras le volvía a poner
suavemente la capucha.
Pero en realidad, Luna no
estaba bromeando. Pasó
todo el día en completa
ansiedad.
Llegaron al comedor, el
hambre la hizo olvidar
temporalmente esas
pequeñas inquietudes y
pidió una paella y una sopa
de mariscos.
Sergio, que estaba detrás de
ella, también pidió lo
mismo.
En este gran comedor, solo
había unas pocas personas.
Mientras comía, Luna no
pudo evitar quejarse de
la gran “injusticia”, porque
en la paella de Sergio, había
muchos más camarones…
En su plato, solo había
alrededor de cinco, pero en
el suyo, jhabía más de diez
…! ¡diez!

Sergio se dio cuenta de su


desagradable expresión y le
pareció muy divertida. La
expresión de la chica era
como si le hubiera debido
un millón de dólares… Dijo
graciosamente riendo:
-No muestres esa
expresión, ¿de acuerdo? Te
daré los camarones…
Mientras hablaba, puso
todos los camarones de su
plato en el suyo.
Capítulo 240
-¿Ya estás satisfecha?

-No me refiero a eso


-respondió Luna mientras
observaba la pequeña
“montaña” de camarones….
-Ya tienes todo, ¿pero no
estás contenta aún? Qué
mujer más quisquillosa… -
bromeó Sergio.
En realidad, Luna solo
quería quejarse un poco
nada más.
Después de comer, en el
camino de regreso al aula,
de repente, Sergio le pidió
que le diera clases
particulares. Luna ni
siquiera entendió por qué
ahora tenía tanto
entusiasmo por estudiar…
Por lo general,
a esta hora, ya estaría en
algún bar bebiendo y
divirtiéndose con las chicas.
Sin embargo, ¿estaba
pidiendo a estudiar
voluntariamente?
A las seis de la tarde, el cielo
ya se había oscurecido. Los
dos llegaron al edificio
donde estaban las
aulas.
-Creo que será mejor que
estudiemos mañana.
Después de todo, todavía
estás enfermo. Debes
descansar un día -intentó
Luna.
– Solo te esperaré diez
minutos. Si no vienes,
subiré directamente al
salón de la Clase 6 para
buscarte.
Luna creía en sus palabras…
Sin otras opciones, cedió.
Regresó al aula y recogió
rápidamente todas sus
cosas. Cuando estaba ya a
punto de salir del aula con
su mochila, de repente,
Frida apareció frente a ella
y le dijo:
-¿Vas a regresar a casa?
Justo llamé a Andrés,
podemos salir juntos.
-No, voy a la biblioteca a
buscar unos materiales. No
regresaré a casa tan
temprano -respondió Luna
con desdén.
Sin embargo, Frida tomó su
brazo y la persuadió:
-Vamos… Acabo de cuadrar
una salida con tu hermano
para cenar juntos. Seré la
intermediaria para
resolver el problema entre
tú y él. No te preocupes por
eso, hoy estaré contigo y
me aseguraré de que no
te intimide más a partir de
ahora. Creo que debes
regresar a casa. Es peligroso
que vivas sola afuera.
Además, si mi hermano se
entera de eso, también se
preocupará muchisimo por
ti.
Luna se sorprendió un
poco, ¿la relación entre
Andrés y Frida ya había
llegado a un nivel tan
intimo? ¿
Incluso había hablado con
Frida sobre sus conflictos
familiares?
Sin embargo, el problema
entre ella y Andrés, no era
simplemente un conflicto
cotidiano. Por lo tanto,
Luna apartó la mano de
Frida y le explicó:

Te has malinterpretado. No
tengo problemas con mi
hermano. He alquilado una
habitación, porque ml
casa está en proceso de
remodelación. Y si vivo en
el apartamento de mi
hermano, tengo muchos
inconvenientes. Además,
ahora tengo muchas tareas
de estudio, si vivo cerca de
la escuela, puedo
ahorrar más tiempo para
dormir. Eso no es algo tan
importante, por lo cual
Gabriel no necesita
preocuparse por mi. Lo
siento mucho por haberle
causado tantas molestias.
Pronto llegará el tiempo
libre de estudio, ahora me
tengo que ir.
Al escuchar esas palabras,
Frida mostró un poco de
impaciencia en su bello
rostro, pero se contuvo e
insistió:
-¡Luna! -la llamó Frida
mientras la persuadía. -
Andrés está llegando.
¿Puedes considerarlo como
una cena simple conmigo?
No me rechazarás, ¿verdad?
Ya que dijiste que no hay
conflictos entre Andrés y
tú, ¿por qué no cenamos
juntos?
-Pero, perdón. Ya he
cenado. Te acompañaré la
próxima vez, ¿de acuerdo? -
rechazó Luna firmemente.
En realidad, si no fuera por
Andrés, Frida no le
prestaría ninguna atención.
Pero si Frida quería
aprovecharse de ella para
acercarse realmente a
Andrés al principio, había
logrado su objetivo. Ahora
ya
no la necesitaría más,
porque Frida tenía el
privilegio de mantener
estable la relación.
Frida perdió en ese instante
toda su paciencia. Mirando
como se alejaba, dijo con
descontento en sus Ojos
-¿Y valoras tanto tu relación
con el maldito despreciable
de Sergio? Ahora que
Gabriel ha retomado
nuevamente el control de la
familia, él no permanecerá
en la familia por mucho
tiempo y, tarde o
temprano, será echado de
patas para la calle ese
despreciable. Luna García,
te aconsejo que entiendas
claramente la situación. No
importa si quieres el dinero
o el poder, ¡Gabriel debería
ser tu mejor opción
para depender!
Luna se detuvo por un
momento y se volteó.
Mirando a Frida a distancia,
le dijo:
-Creo que tienes un
malentendido sobre mi.
Nunca he pensado
realmente en depender de
alguien más,
incluyendo a tu hermano,
Gabriel. Y no tienen ningún
derecho a interferir en lo
que Sergio y yo vamos a
hacer. Eso no tiene nada
que ver con ustedes.
Frida la interrogó:
-Tienes que tomar una
decisión definitiva entre
Gabriel y Sergio. De lo
contrario, si tienes
relaciones con
ambos al mismo tiempo,
serás no más que una
seductora despreciable.
Las dos se pararon afuera
del salón y toda la clase
podía escuchar la
conversación claramente.
-¿Por qué no me resporides,
dime? -continuó Frida
mientras se le acercaba
paso a paso, con una
presencia imponente.
Frida era una chica que
solía actuar de forma muy
directa. Siempre decía todo
lo que quería y hacía
todas las cosas a su antojo,
porque, incluso si
cometiera errores, habría
alguien más para ayudarla a
resolver el problema:
Sin embargo, Luna no tenía
esa misma suerte. Ella solo
podía depender de sí
misma para liberarse de la
familia García, y también
para lograr cambiar su
miserable destino de la vida
pasada… Por lo tanto, cada
paso que diera sería de
suma importancia para su
futuro….
Capítulo 241
-No estarás pensando, en
jugar con mi hermano
mayor mientras te enredas
con Sergio, ¿verdad? Luna…
¿Qué es lo que realmente
estás tramando hacer? Sería
mejor que lo dijeras
directamente y sin rodeos.
¿Era eso lo que ella pensaba
en realidad? ¿Gabriel
también pensaba de esa
manera, al saber que ella
estaba con Sergio anoche?
Luna lo miró con calma:
-No te preocupes, lo que
has dicho, lo explicaré hoy.
-Con quién salgo y qué
hago, son asuntos
personales mios. No tienen
nada que ver con otras
personas.
-Lo sé, tu hermano mayor
me ayudó muchísimo en el
pasado, estoy realmente
agradecida. Pero no tengo
que hacer cosas según lo
que ustedes quieran. Es
asunto suyo, no tengo nada
que ver realmente con eso.
Si insistes en que elija,
tomaré la misma decisión
que tomé hoy.
¡Era lo que le debía a
Sergio! Incluso si no le
debía nada, y si no había
contactado a Sergio, ellos
no tenían derecho a
interferir en lo absoluto.
Si dejamos de lado lo
pasado, Sergio realmente
era una buena persona.
No era tan malo como ella
se lo imaginaba.
-No tengo miedo, dile todo
esto a él. Frida, tengo mi
propia planificación de
vida, nadie puede ser un
obstáculo para mí. Entrar a
la universidad de la capital
es lo que debo hacer. No
me enamoraré de nadie,
y no malgastaré mi tiempo
en relaciones. En cuanto a
tu hermano, encontraré
tiempo para hablar con él.
Frida… ve a comer con
Andrés. No vendre.
Luna se fue y esta vez sin
obstaculizarse. Cuando bajó
con sutileza las escaleras,
Sergio se inclino,
apoyándose cómodamente
en la puerta, mirando hacia
abajo, con la cabeza baja
observando sus
zapatos.
Luna: -Vamos.
Sergio la siguió en silencio.
A las siete y media de la
noche, Frida se sentó
cómodamente en el asiento
del copiloto del coche de
Andrés
Estaba tan molesta. Se
quejó con Andrés sobre las
palabras de Luna.

Realmente no vas a
intervenir? Si Luna sigue
acercándose de esa manera
a Sergio, mi hermano lo
sabrá. Ten cuidado de
cancelar toda la
cooperación comercial con
su empresa antes de que mi
hermano lo descubra.
Andrés habló fríamente:
-No vine aquí para escuchar
estas tonterías. ¿Dónde está
ella?
-¡Cómo sé yo! De todos
modos, vayamos a comer
primero. ¡Me estoy
muriendo de hambre! -
Frida se abrochó
firmemente el cinturón de
seguridad.
En los ojos de Andrés
apareció una sombra
totalmente oscura,
emanando un frío muy
intenso.
Desabrochó rápidamente el
cinturón de seguridad,
abrió la puerta del coche y
bajó.
Realmente tenía que hacer
algo.
Frida: ¿A dónde vas?
Capítulo 242
La Biblioteca
Luna sacó un papel de
examen de matemáticas
que ella había preparado
con anterioridad, y le pidió
a Sergio que lo hiciera sin
consultar los libros. El
examen consistía en
problemas básicos y solo
ocupaba la mitad de la
hoja.
Normalmente, se podía
completar este trabajo en
media hora. Luna justo
había terminado de
memorizar las palabras de
inglés y también había
hecho muy juiciosa la
comprensión de lectura en
inglés. Sin presionarlo,
Luna no lo observó
mientras trabajaba.
Pasada la media hora, sin
importar si Sergio había
terminado o no, ella le
quitó el papel. Luna revisó
detenidamente la hoja y
notó con claridad que
Sergio no había
memorizado ni siquiera las
fórmulas
matemáticas más básicas.
Al final, obtuvo solo veinte
puntos..
Luna suspiró
consecutivamente, cada vez
más perpleja por el
resultado.
-No entiendo, Sergio… ¿Qué
has estado haciendo estos
dos años?
Sergio lanzó su pluma, se
recostó en la silla con las
piernas cruzadas y sonrió
cínicamente:
-¡Divirtiéndome y tú!
Luna replicó:
-Pero no tanto como tú. Al
menos deberías prestarle
atención en clase. ¿No te
has dado cuenta? Las
preguntas que te hice son
de la primera lección del
libro de matemáticas. No
me digas que ni siquiera lo
has abierto para
estudiarlos.
-Después de dos años
siendo compañeros,
¿todavía no me conoces? -
Sergio extendió la mano
para intentar tocar
suavemente su cabeza. Al
encontrarse con su mirada,
Luna guardó silencio y
mostró una
expresión muy peculiar.
Sergio suavizó su expresión
y extendió el dedo indice
izquierdo, tocando
ligeramente el dedo de
Luna.
-No te preocupes, todavía
queda medio año, puedes
enseñarme y trataré de
recordarlo todo.
Para ella, esos dos años,
aparte de los momentos
desagradables, los
recuerdos felices parecían
desvanecerse por completo.
Luna bajó la cabeza,
ocultando sus emociones
en los ojos. No era el
momento de rescatar viejas
rencillas.
Cuando llegase el día del
examen, probablemente no
tendrían mucho contacto
entre ellos.
Luna habló con
indiferencia:
-No será tan fácil. ¿Quién te
crees que eres? Ni siquiera
puedes resolver esto tan
sencillo, no espere a que
ingreses a la Universidad de
Astraluna. Ya sería bastante
bueno si pudieras entrar a
una universidad normal.
No tuvo tiempo de asistir a
clases de interés debido a él,
y si Miguel se enterara de
esto, la regañaría. Este año,
no sabía si volvería para el
Año Nuevo; llevaba mucho
tiempo sin estar en casa.
Solo la había llevado a casa
para el Año Nuevo y el
segundo y tercer día de ese
año.
-Realmente no confías en
mí, ¿verdad?
-¿Tú qué crees?
Luna tomó un boligrafo
azul cristal y dijo:
-Te guiaré mientras
trabajas. Presta muchísima
atención y recuerda muy
bien todo. Después de
regresar, haz todos los
ejercicios y no dejes
ninguno en blanco.
Recuerda tomar fotos
después de hacerlos y
envíamelos para revisarlos.
A Sergio no le gustaban las
cosas tan complicadas, y
tener que informar todos
los días le resultaba
bastante molesto. Hizo un
sonido de desdén y se sintió
molesto.
Luna insistió:
Sergio, ¿me estás
escuchando, lo que te dije?
Estoy asumiendo la
responsabilidad contigo.
-Responsabilidad ¿Qué
responsabilidad tienes con
él? -Una voz fría y
penetrante resonó en la
biblioteca. Aunque el tono
era bastante calmado, cada
palabra parecía sentenciarla
a muerte.
La llegada repentina de
Andrés, seguido de Frida,
tomó a Luna por sorpresa.
Se puso de pie, quedando a
la mitad de la altura de este
hombre.
Luna lo conocía mejor que
nadie. La calma en el rostro
de Andrés era una
advertencia de su
inminente enojo.
Capítulo 243
Ese aire frio que se
desprendía de él, como un
ligero susurro.
Frida miró con gran
desprecio a Sergio:
-¿No dijiste que le darías
clases particulares? Ahora
parece más como si
estuvieran realmente
enamorados. Luna, no me
digas que realmente te
gusta este salvaje. ¿Por qué
no escuchas lo que yo te
digo?
Vio de nuevo el papel de
examen en la mesa y sonrió
con algo de sarcasmo:
-¿Veinte puntos? La
incompetencia es
simplemente
incompetencia, ya sea en la
familia Sánchez o en la
escuela, Sergio. Estás
realmente destinado a ser
pisoteado por mi hermano
toda tu vida.
Sergio, con las manos en los
bolsillos, tocando el
encendedor en su bolsillo,
sonrió maliciosamente y
dijo:
-Al menos no mendigo
afecto de otros
humildemente.
-¡Eres un desvergonzado! -
Frida apareció de repente
frente a él, y su mano se
levantó y cayó en él.
Un sonido nítido resonó en
la biblioteca.
¡Pah…!
Eco en la biblioteca.
Aún quedaban algunas
personas en la biblioteca, y
al escuchar el sonido, todos
dirigieron su mirada
hacia ellos
-¿Cómo te atreves a
hablarme asi? Eres solo un
bastardo nacido de una
prostituta. La mirada de
Frida era feroz, mostrando
una actitud de ego y
superioridad.
-Basta -En este momento,
casi sin pensarlo,
instintivamente Luna
frunció el ceño y arrastró a
Sergio detrás de ella-. Esto
es una biblioteca, ya no solo
están afectándome a mi,
sino también a otras
personas. Les pido por
favor que salgan de
inmediato.
Frida: ¿Realmente lo
defiendes asi? Sergio… ¿Qué
clase de cosa rara le has
dado a esta muchacha?
-Si ¡Claro, lo defenderé! -La
mano de Luna aún sostenía
la manga de Sergio, y su
mano temblaba
nerviosamente. Esta era la
primera vez que mostraba
semejante valentia para
proteger a alguien.
Frida: -¿Sabes que al hacer
esto no solo me ofendes a
mi, sino a toda la familia
Sánchez? Sin Andrés, su
casa ya habría caído por
completo. ¿Crees que tu
posición se mantendria sin
él? Realmente no entiendo,

El tono de Luna era


calmade.
-…Cuando estaba a punto
de morir, él fue quien me
salvo. ¿Esa razón es más que
suficiente?
Frida claramente quedó
atonita…
Luna continuó,
describiendo esas
memorias aterradoras
palabra por palabra ante
tantas personas
Estaba lloviendo
fuertemente en ese
momento, mas de una
docena de personas en la
orilla del mar, y
solamente él arriesgó su
vida para sacarme, porque
sabian que, si bajaban,
quizás no podrian volver a
subir. ¡Frida! Odias a
Sergio, eso es asunto tuyo,
¿por que insistes en
arrastrarme y hacer las
cosas a tu manera tan
dificil?
-No tienes derecho a
controlar el pensamiento
de una persona, incluso si
eres rica y poderosa.
-Y tambien… hermano. -
Luna le sonrio
cariñosamente a Andres-:
Tú sabes mejor que nadie
por que
escape de casa en ese
entonces. Sé que estabas
alli, ¿y no hiciste… nada en
absoluto? Mi muerte no
significaba nada para ti
verdad. En el último
momento, esperaba que
vinieras a salvarme. En ese
momento… hermano, ¿qué
estabas haciendo…ah?
Mirandome tranquilamente
mientras casi me violan, ¿
o esperando verme morir?
– Ahora que estoy viva, ¿te
decepcione? -Lo siento,
Incluso mi propio
hermano no se preocupaba
por mi, pero un extraño
estaba dispuesto a
sacrificarse su vida por mi.
¿Por qué ahora, no deberia
protegerlo?
Andrés no dijo ni una sola
palabra.
¡Si! Realmente no podia
decir ni una palabra de
todo esto.
¿En qué tenia derecho a
defenderse? Todo estaba
muy claro
Ella no lo malinterpreto.
Capítulo 244
Luna no sabía cuántas
personas lo escucharon en
ese instante, pero aún así
habló sin reservas.
No tenía ni idea por lo que
Sergio había pasado
realmente….
Pero ahora sí,
En este momento…

Ella realmente estaba del


lado de Sergio.
Sergio había arriesgado su
vida por ella, ¿por qué no
podia ella tener el coraje de
levantarse y protegerlo
una vez?
Además, el fue golpeado
injustamente por Frida.
Sergio siempre había sido
una persona bastante
orgullosa.
Luna recogió de inmediato
sus libros y se fue de la
biblioteca con Sergio.
Frida:
-¡Deténganse!
No se voltearon en
absoluto
-¿Ya basta? La voz de
Andrés de repente se torno
fria.
Frida lo miro, en sus ojos
profundos, había un frio
absoluto que hizo que la
cálida biblioteca pareciera
enfriarse por completo.
Era un miedo que Frida
nunca habia experimentado
en su vida.
-¿Qué… qué quieres decir?
Andrés no dijo una palabra
y se fue.
Se fue muy rápido.
Frida tuvo que correr para
lograr alcanzarlo.
Mirándolo subir al coche,
temiendo que el hombre no
la esperara, Frida subió
rápidamente al asiento del
copiloto.
Se abrochó el cinturón,
pero Andrés no arrancó el
coche, con sus ojos
profundos y muy
pensativos, no

-Vine a ayudarte, no trajiste


a Luna de regreso, ¿por qué
estás enojado conmigo? -
Frida se quejó, era la
primera vez que hablaba
con alguien en ese tono y
manera tan déspota.
Esas emociones suaves eran
incontrolables ante él-
Andrés… ¿todo lo que dijo
Luna es verdad? –
preguntó en voz muy baja,
su mirada no pudo evitar
dirigirse hacia su apuesto
perfil del hombre.
-¿Quieres en verdad saber
la respuesta? -él la miró de
reojo.
Frida sintió un latido
extraño y preocupante en
su corazón.
Su voz profunda y
magnética hizo que Frida se
perdiera en sus hermosos
ojos, ¡su corazón latía con
fuerza!
Ella sacudió la cabeza…
-No, mejor no quiero saber,
esto es asunto tuyo, no
tiene nada que ver
conmigo. Andrés… ya es
bastante tarde, llévame a
casa rápido, me estoy
quedando dormida.
Frida bostezó, tapándose la
boca, con una expresión
extraña parpadeando en sus
ojos.
De regreso en casa, el
bofetón que Frida le dio no
fue suave.
Luna sacó un huevo del
refrigerador y lo cocinó
para que Sergio lo pusiera
delicadamente en su
rostro, no tenía medicinas,
así que era lo mejor que
podía hacer.
-Ven cuando hayas
terminado.
Después de ordenar la
mesa, sacó sus libros y los
abrió cuidadosamente.
Aún era temprano, todavía
podía memorizar algunas
palabras de inglés.
Sergio se levantó y caminó
hacia sutilmente hacia ella:
-Realmente te gusta
estudiar.
-¿Qué estás haciendo?
-¿Qué hago? ¡Comer
huevos! -Mordió la mitad,
la otra mitad ya estaba en
su estómago.
-Te dije que lo usaras, pero
en tu cara.
Sergio tiró de una silla
junto a ella y se sentó
graciosamente.
–No soy tan delicado.

Luna lo miró con


incredulidad. No le gustó
cómo seguía riéndose
después de todo lo que
había sucedió,
Viendolo asi, Luna no dijo
nada más.
–¿En qué estábamos?
-El examen. -le recordo.
Luna sacó el papel y,
mientras daba la respuesta
al problema, escribió
detalladamente todo el
proceso.
Explicó lo más detallado
posible; en realidad, Sergio
era muy inteligente,
simplemente, él no quería
estudiar.
Cuando le dio una otra
pregunta, Sergio ya podia
resolverla por completo.
Mostrando asi algún
progreso, al menos no fue
en vano.
Poco a poco, olvidaron lo
que sucedió antes y se
sumergieron por completo
en el estudio.
Hasta que miraron el reloj y
ya eran casi las doce.
-Por hoy es suficiente. -
Cerró la tapa del bolígrafo.
Cuando ella levantó la
cabeza de nuevo, Sergio ya
se había movido
naturalmente hacia el sofá,
extendió suavemente la
manta. Luna lo miró,
moviendo ligeramente los
labios para decir algo, pero
las palabras se quedaron sin
pronunciar en su garganta.
Bueno, déjalo quedarse otra
noche hoy.
Capítulo 245
Luna preguntó:
-¿Quieres bañarte?
Sergio se enderezó
rápidamente y levantó las
cejas:
-¿Qué estás pensando?
-Guarda tus pensamientos
sucios, tengo miedo de que
te vuelvas sucio.
¿En qué estaba pensando
todos los dias?
Fue a la habitación y sacó
un jabón para él:
-Nuevo, aún no lo he
usado.
Sergio amablemente lo
aceptó:
-Oh, sigue siendo de color
rosa.
Luna fue a bañarse
primero; ya se había
bañado en la escuela hoy.
Ayer, no se bañó debido a
su presencia.
Volviendo a la habitación,
ella estaba a punto de cerrar
la puerta.
-También quiero estudiar
en la Universidad de
Astraluna.
Una voz vino desde afuera.
Luna sonrió ligeramente
con alegría:
-Entendido.

-Ve a dormir temprano,


buenas noches.
Sergio: -Buenas noches.
Al día siguiente, temprano
en la mañana.
Luna salió después de
arreglarse y vio una figura
esbelta parada frente a la
cocina, con una mano en el
bolsillo y la otra recogiendo
fideos.
Pensó realmente que
alguien como él, un joven
que no se ensuciaba sus
manos con el trabajo
cotidiano, no sabría
cocinar
Fue la primera vez que
Luna vio a un hombre
cocinando.
Para algunos hombres,
cocinar debería ser algo que
las mujeres deberían
Realizar. Incluso esa
persona,
nunca le había cocinado.
Ven y lleva los fideos. -dijo
sin mirarla.
Luna dejó su mochila y se
acercó a él. Observó que la
marca de la bofetada en su
rostro se desvanecía,
aunque aún había algunas
marcas rojas en otras partes
del rostro.
-¿Qué cocino?

Sergio: No hay nada mas
aqui, ¿qué más puedo
cocinar?
Ayer solo quedaba un
huevo, y él se lo comió. Tan
solo quedaban pimientos
verdes y tomates en la
mesa.
Luna probo un bocado. El
caldo rojo de tomate
mezclado con los fideos
tenia un sabor ligeramente
ácido, pero era fragante y
muy delicioso.
Nunca anteriormente,
había comido fideos con
pimientos verdes y tomate.
-Está bien, muy sabroso.
-Tu tazón cuesta 5 dólares.
Luna se atragantó de
inmediato:
-¿Por qué no vas a robarlo?
Mejor te lo devuelvo, no lo
quiero más.
Sergio se quitó el delantal y
se acercó hacia ella.
-Estaba bromeando,
cómelo.
Antes de que pudiera
sentarse, el teléfono de
Sergio sono.
Lo recogió y Luna notó su
expresión bastante seria.
Sin decir una palabra, fue al
balcón con el teléfono.
Luna escuchó sus diferentes
acciones mientras comía. A
través de su expresión,
pudo adivinar quién era la
persona que llamaba.
Sin embargo, la llamada no
duró mucho tiempo. En
solo unos diez segundos,
Sergio entró rápidamente y
se sentó frente a ella.
Ninguno de los dos dijo una
palabra.
Después de comer, Luna lo
esperó para salir juntos a la
preparatoria.

En el camino a la
preparatoria, Luna ya había
imaginado qué tipo de
situación enfrentaría hoy.
La gente que pasaba los
miraba extrañamente,
evaluando detenidamente a
las personas que
caminaban
juntas.
-¿Escuchaste que Luna fue
abusada por varias
personas?
-¿Es verdad? Escuché a
otros decir que no es asi,
¿verdad?
-¡Es cierto! En ese
momento, su hermano
estaba alli mirando todo, y
ni siquiera hizo nada por
ayudarla.
Si no me crees, mira los
mensajes en el foro, las
fotos ya se han vuelto
virales.
¡Fotos..!
Luna escuchó claramente,
pero en realidad no sabía
nada sobre las fotos.
De vuelta en el aula
Luna abrio su teléfono,
entró al foro de la escuela y
encontró esa foto.
Capitulo 246
Estaba lloviendo en ese
momento. Ella estaba
rodeada por cuatro o cinco
hombres, con la ropa casi
hecha totalmente jirones,
dejando al descubierto gran
parte de su bella piel.
El rostro se podia ver
vagamente y era el suyo.
Pero ella no lo negó; la
persona en la foto era
realmente
ella. No sabía de dónde
venia esa foto.
La situación se volvió
explosiva rápidamente.
Ahora prácticamente toda
la preparatoria lo sabía.
Todos pensaban que ya la
habían abusado.
Cuando regresó del baño, la
gente que pasaba, incluso si
no decía nada, se alejaba de
ella, temiendo contagiarse.
-No es de extrañar que
haya dejado la preparatoria
durante tres meses… Mira
cómo está, ¡tan sucia!
Luna guardó esos rumores
en su corazón y regresó al
aula. No pasó mucho
tiempo antes de que Julieta
la llamara a la oficina.
Cuando entró en la oficina,
incluso los profesores la
miraban con ojos bastante
inusuales.
En la sala de descanso
aparte, Julieta no se anduvo
con rodeos y le dijo:
-Ya escuchaste los rumores
en la preparatoria, ¿verdad?
¿Tienes algo que
explicarme?
Luna no dijo nada en
absoluto.
-Así que, ¿todas esas cosas
son ciertas?
-Incluso si explico ahora
que no son verdad, ¿serviría
de algo?
Solo creían en lo que
creian, asi que cualquier
explicación era inútil
decirla para ellos.
Julieta guardó silencio por
un momento. Después de
un largo rato, dijo:
-Dado que te has metido en
problemas una y otra vez y
antes de que la dirección
escolar decida cómo
manejar esta situación,
hemos decidido que tomes
un tiempo sabático. El
profesor Pérez se encargará
de encontrar a alguien para
que te reemplace en la clase
de matemáticas avanzadas.
¿Tienes alguna
objeción a esta decisión?
Luna respondió con
desgano:
-No tengo objeciones.
-Bien, entonces ahora
contactaré a tus padres para
que vengan a recogerte.
-No es necesario, me puedo
regresar por mi cuenta.

Cuando Luna regresó


nuevamente al aula y
comenzó a empacar sus
cosas, sus acciones no
llamaron mucha atención
en la clase. Todos estaban
muy ocupados con sus
propios exámenes y hoy,
Frida no asistió a clases.
Cuando se fue, todas las
aulas estaban en clase.
Hasta que pasó por clase 1,
todos los alumnos vinieron
corriendo hacia ella, sin
importarles que el profesor
todavía estaba dando
clases.
-¿Qué están haciendo?
Regresen y presten
atención a la clase.
Las palabras salieron, pero
nadie las escuchó. Varios
chicos bloquearon a Luna y
la ridiculizaron frente a
ella:
-¿No es esta la talentosa
Luna? ¿Escuchamos que has
estado con varios
hombres?
Isabel frunció el ceño y se
acercó:
-¿Qué están haciendo? No
digan tonterías aquí. Luna
no es como ustedes dicen.
-Isabel, no te entrometas en
esto. Te adoptó la familia
García, Luna nunca te ha
considerado su propia
familia, así que no te
involucres en este asunto.
Ana rápidamente llevó a
Isabel a un lado.
Otro chico sonrió y dijo de
inmediato:
-Si, cuéntanos como
sucedió.
Luna dijo: -Déjenme pasar.
-avanzó un paso, pero los
alumnos la detuvieron.
-¿A dónde vas tan rápido?
Todavía no hemos
terminado de hablar.
Isabel, enojada, salió y dijo:
-¡Basta…!
Originalmente, Luna
debería haber estado
enojada, pero al ver las
caras repugnantes de todos,
sintió ganas de reír.
Con una sonrisa en sus
bellos ojos, Luna parecía
totalmente encantadora.
Realmente era bastante
guapa, incluso en
comparación con todas las
chicas de la escuela, no
perdía en absoluto.
Alguien sacó una tarjeta
bancaria y la entregó frente
a Luna:
-Hay 30 mil dólares ahi.
Este año, estás conmigo.
La persona que le dio la
tarjeta a Luna tenía una
vaga impresión de él. Su
familia estaba en el negocio
de los minerales y tenía
bastante dinero, pero no
recordaba en realidad su
nombre en ese momento.
Luna aceptó la tarjeta con
una sonrisa:
-Incluso si acepto, ¿te
atreverías a tocarme un
solo dedo?
Capítulo 247

-No olvides, mi apellido es
Garcia, la familia García
que ustedes llaman sucia.
Se acercó y golpeó su
rostro con la tarjeta
bancaria, hablando con un
tono bastante frío-: Ve y
pregúntale a tu papá si se
atreve
a ofender a alguien llamado
García. No lo olvides,
aquellos tres que me
ofendieron… ¿Cuál es su
destino áhora?
Ella lo dijo detenidamente
palabra por palabra.
Casi todos se olvidarán de
ellos verdad.
La familia Diaz está al
borde de la quiebra, y los
asuntos pasados de la
señora Díaz han salido a la
luz.
Poco después, fue
condenada a cinco años…
No se escuchó ninguna
noticia de Nieve.
En cuanto a las otras dos
familias, se dice que deben
millones y todos han
huido….
Cuando se dijo todo esto,
muchas caras cambiaron de
color. Todos pertenecen al
mismo círculo social,
y todos realmente lo saben.
Quizás, la mayoría ha
tenido negocios con ellos y
se han visto afectados de
alguna manera. No es
posible que en realidad no
lo sepan.
La persona que bromeaba
con Luna anteriormente
inmediatamente dijo en
broma: -…Solo estamos
bromeando contigo nada
más. Luna, todos éramos
compañeros de clase
después de todo. No seas.
ahora tan quisquillosa.
Algunas personas son asi, se
creen superiores solo
porque tienen dinero.
-Así que, te sientes
orgullosa solo porque tu
apellido es García, ¿verdad?
-Una voz fría sonó desde la
multitud. Luna miró a Luis
mientras caminaba hacia
ella, y todos le dieron paso
Tarde o temprano, voy a
tomar las riendas de tu
familia con mis propias
manos.
¿Cuántas personas
murieron por las acciones
de Miguel detrás de él?
La pena de muerte legal no
es suficiente, ¡incluso diez
fusilamientos no son
suficientes!
-Estoy esperando ese día.
Ella anhela ese día.
Si Miguel es el tumor de
Astraluna, entonces la
familia Rivases la célula que
se opone a la familia
García.
Luna se alejó rápidamente
de él, y la tarjeta bancaria
en su mano fue arrojada a
la papelera frente a

Luna se alegró de que


Miguel se hubiera ido de
vacaciones y no regresara
pronto.
Pasó dos o tres días en casa.
También fue su período
más relajado.
Sin restricciones de nadie
en absoluto.
En estos dias, no fue a
ninguna parte.
Básicamente, estuvo
holgazaneando en casa, en
realidad desperdiciando el
tiempo.
De repente, la tranquila
casa sonó con golpes en la
puerta.
No sabía quién era.
Pero realmente no quería
importarle.
El golpeteo persistió, cada
vez más fuerte.
A regañadientes, fue a abrir
la puerta.
Al abrir la puerta, no
esperaba que fuera él.
Hubo un breve momento
de sorpresa.
Luna bajo la mirada, se dio
la vuelta y regresó a la
habitación, sentándose en
el suelo y continuó
pintando.
En el suelo, habia cojines y
mantas, y no sentía frío en
absoluto.
Andrés entró en la
habitación, observando con
detalle a su alrededor.
Aunque la sala de estar y la
cocina
parecían antiguas, estaban
muy limpias. Había algunos
platos sin lavar en el
fregadero.
La luz del sol entraba por la
ventana y caía sobre ella.
Luna llevaba una pijama
blanca con forro, con un
gorro que tenía dos orejas
levantadas.
Con las mangas
arremangadas y un pincel
en la mano, había pintura
en sus manos y ropa, y
tirada en el suelo.
-¿Te echaron de la
preparatoria y ahora haces
esto? -Preguntó él con una
voz que no revelaba
emociones.
Capitulo 248
-Si solo me estás pidiendo
que regrese, no es
necesario. Estoy bien aqui
sola.
Luna había acabado de
pintar un hermoso campo
de girasoles, un cielo azul
profundo, interminables
girasoles bañados por el
dorado sol. Estas flores
crecían hacia la luz, llenas
de esperanza y luz.
La pintura revelaba el
estado de ánimo de una
persona. Mientras algunas
personas expresan nubes
oscuras y tormentas en su
lienzo cuando están de muy
mal humor, Luna solo
pintaba la luz que esperaba
tener en su corazón.
Realmente era muy
talentosa. Con este nivel,
seguro podría ingresar a la
academia de arte que
deseara.
Miguel le prohibió por
completo a Luna pintar, y
Andrés no sabía cómo, a
pesar de esas
prohibiciones,
ella lograba pintar con tal
habilidad.
Casi olvidó que Luna nunca
obedecía las reglas.
-¿Vas a regresar conmigo
ahora, o debo enviar a
alguien a buscarte? -Andrés
se sentó cómodamente
en el sofá y vio la hoja de
papel en la mesa: una
notificación de la junta de
padres y la solicitud para
un campamento de
invierno, con toda la
información requerida ya
completada, excepto la
firma de un padre.
Al ver eso, Andrés frunció
levemente el ceño.
-Si regreso, ¿no temes que
me aproveche de Isabel? -
Luna miró la pintura en el
caballete, sintiendo que
algo le faltaba.
También esperaba la
respuesta de Andrés, pero
en ese instante él guardó
silencio.
No necesitaba mirar para
saber qué expresión tendría
en el rostro.
-Sin ti, estoy mejor que
nunca. -dijo ella con total
sinceridad.
En este momento, Luna no
entendía lo que Andrés
estaba pensando. La odiaba
y deseaba su muerte…
Pero, precisamente cuando
ella quería mantenerse
alejada de él, él seguía
apareciendo
insistentemente una y otra
vez.
Escándalos en la
preparatoria, el incidente
de las fotos; aparte de
Andrés, nadie haría tales
cosas.
Ahora, ante los ojos de
todos los profesores y
estudiantes, se había
convertido en una persona
sucia que había sido
abusada.
Suspensión de clases,
expulsión de la clase
avanzada. Incluso llegó a
pensar que, si no hubiera
hecho, nada desde el
principio, si no hubiera ido
a la clase avanzada,
realmente tal vez nada de
esto habría
Al regresar de la
preparatoria, se sintió
perdida por un tiempo.
¿Qué más podía hacer?
Seguir descuidando sus
estudios?
Hasta que se dio cuenta de
lo que quería hacer, Luna
dejó de preocuparse por
todo.
Porque había prometido
ayudar a alguien a ingresar
a la universidad…
En ese momento, la
cerradura de la puerta giró
y la puerta se abrió.
Sergio entró con dos bolsas
grandes, ignorando a la
persona recostada en el
sofá. Metió la comida.
recién comprada en la
nevera y se llevó con
agrado un pepino a la boca.
Andrés, con una oscura
mirada, dijo:
-¿Vivir bien para ti significa
mezclarte con él?
-No pensé que mi hermano
pensaría así. Bueno, de
todos modos, para ti
cualquier cosa que haga
está mal. Esta vez, mi
hermano realmente me
malentendió. Mi relación
con Sergio es simplemente
por gratitud. Él arriesgó su
vida por mi, y todo lo que
hago en realidad, es darle
clases para que pueda
ingresar a la universidad.
Finalmente, terminó la
pintura, la primera pintura
completa. Se quedó
despierta durante toda la
noche, retiró la cinta
adhesiva y enmarcó la
pintura.
Sergio ya llevaba un
delantal, listo para cocinar.
Abrió la nevera y vio
curiosamente un plato de
pollo sobrante de anoche.
-¿Quieres esto o lo tiro? -
preguntó.
Luna respondió
amablemente:
-Calienta un poco, lo
comeré más tarde.
Sergio obedeció:
-De acuerdo.
Luna vivía en la total
abundancia; nunca
aparecían sobras en su
mesa. Era extremadamente
exigente con
la comida. Su cambio
realmente sorprendió a
Andrés.
Pensó que, aunque ella
intentara ocultarlo, habría
algún día en que se
revelaria.
Pero eso nunca sucedió.
Aceptó… aceptó una vida
sin lujos, sin servicio
doméstico, sin nada.

-¿Por esta razón, olvidaste


que alguien fue
estrangulado y llevado
directo al hospital? -Andrés
habló sin
rodeos, con un tono
bastante frío.
Si, en ese momento, lo hizo
por Isabel.
Capitulo 249
Esta frase, hizo que la mano
de Sergio temblara
mientras vertia el aceite.
El dedo de Luna fue
accidentalmente cortado
por el vidrio, la sangre
brotó, pero ella lo limpió
con calma, diciendo:
-Pero él ya ha pagado,
¿verdad? En comparación
con lo que hizo usted, mi
hermano, Sergio en
realidad,
solo tiene mal genio, peleas
y bromas entre
compañeros.
Fue interrumpido con
golpes en las manos y
piernas, y estuvo acostado
en el hospital durante
varios meses.
Pero hay personas que
hacen cosas malas y nunca
son castigadas.
Ella no queria seguir con el
tema, así que le sonrió
amablemente a Andrés:
-¿Hermano, te quedas a
cenar? Lo que él hizo está
bastante bueno.
Andrés la miró a los ojos,
con cejas levantadas, pura e
inocente, pero en esos ojos,
él vio un toque de distancia
y extrañeza.
Aunque su tono era
bastante tranquilo, Andrés
preferiría que ella estallara
frente a él en lugar de
actuar así en este
momento… aqui, frente a
él.
-Pero en casa puede que no
haya tazón extra, así que es
posible que tengas que usar
un plato. El otro tazón es el
que compró Sergio.
Andrés se levantó y se puso
su traje negro, con un
rostro bastante frío y
distante.
-Te doy tres días para
empacar tus cosas. Vendré
por ti entonces.
Luna lo rechazó de
inmediato:
-¡No voy a volver!
-No tienes otra opción. Tu
padre no es tan fácil de
convencer como yo.
Andrés se fue.
Sergio se volteó y miró:
-¿Qué estás haciendo
parada ahi? Ven y ayuda.
Estaba lavando la verdura,
preparándose para hacer
carne de cerdo agridulce.
Recuperando sus
pensamientos, fue directo a
la cocina.
Si, tarde o temprano
tendría que regresar…
Todo lo que hacía se
sabría.
Luna sabía cuál sería su
próximo paso.
Cuando la comida estuvo
lista, servida en la mesa.
Luna dijo:
-Mañana…

-Hoy no has terminado de


comer, ¿y ya estás pensando
en qué comer mañana?
¡Realmente piensas
demasiado en comida!
Él desvió intencionalmente
el tema, Sergio sabía lo que
ella diría.
-Sergio, me aseguraré de
ayudarte para el examen
para la universidad.
-¿Y tú?
-Yo también lo haré.
-Si el objetivo está claro y el
proceso nunca será tan fácil
y agradable, ignora por
completo el proceso y
solo alcanza el objetivo, no
importa cómo. Luna,
créeme, todo mejorará.
Luna lo miró con una
seriedad nunca vista.
Y él era un hombre llamado
Sergio que ella nunca había
visto.
Ella sonrió y aceptó:
-Bien.
Es raro escuchar esas
palabras de su boca.
Luna no sabía qué haría si
en realidad, perdía ese
objetivo.
Después de lo que sucedió,
Luna estaba un poco
perdida.
Si al final, todo lo que hizo
no pudo cambiar su destino
futuro, entonces… ¿para qué
sirvieron todos sus
esfuerzos que había
realizado?
Esperaba que Sergio no
terminara como ella.
Él aún tenia grandes
oportunidades.
Para tener su propia vida.
En la familia Sánchez… en
realidad, tampoco era fácil
para él.
Eran bastante similares.
Ambos eran prescindibles,
personas no valoradas por
la familia.
“Basura” a los ojos de
todos.
Dado que estaban atrapados
en el mismo pantano, al
menos uno de ellos tenía
que salir….
Capitulo 250

Después de la comida, Luna


lo ayudó a repasar inglés.
Ella había notado todos sus
grandes avances en estos
días.
La última vez, Sergio
adelantó su examen de
geografia, siguiendo
juiciosamente sus apuntes
obtuvo una puntuación
bastante buena de ochenta
y nueve puntos. Sin
embargo, le restaron
algunos puntos en las dos
últimas preguntas durante
el análisis.
Las materias de
humanidades eran temas
para memorizar, bastante
simples y no representaban
un gran desafio para él. Su
bajo rendimiento anterior
se debía simplemente a su
falta de interés en aprender.
Si Sergio decidia estudiar,
podría superar a
cualquiera.
A las tres de la tarde, Luna
se dirigió a su clase de
interés.
Sergio también recogió sus
cosas y se fue a la
preparatoria.
Sergio habia buscado a
Luna durante el almuerzo
y, al regresar al aula,
cambió completamente.
Arrastró una silla, arrojó su
mochila directamente
sobre el escritorio, dejó caer
sus largas piernas sobre él, y
con su relajado uniforme
escolar, reveló una
presencia fría y bastante
dominante.
-¿Dónde está él? -preguntó.
Luis se acercó:
-¡Otra vez! Si lo sigues
torturando de esta manera,
¡se volverá realmente loco!
Además, ¿no es cierto que
Luna no tiene problemas?
Además, el suceso de que
Luna no puede venir a la
preparatoria no tiene nada
que ver con él.
Sergio sacudió la mano de
Luis que estaba sobre su
hombro. La expresión de
Luis cambió, se mordió los
labios. Bruno lo llevó a un
lado, negando con la
cabeza.
Sergio, de pie con gran
impaciencia. Golpeó la
mesa con furia, su mirada
recorrió la habitación llena
de personas que bajaban
automáticamente la
cabeza:
-Recuérdenlo, solo yo
puedo intimidar a Luna. Si
alguien se atreve a
difamarla a sus espaldas y
lo descubro, lo llevaré al
lago artificial de la escuela
para que aclare de
inmediato su mente.
Sergio estaba hablando de
Ricardo, el chico que estaba
financiando a Luna con su
billetera.
Aunque Sergio no estaba en
la preparatoria en ese
momento, parecía que
sabía todo sobre Luna. La
situación de Ricardo
empeoró bajo la presión de
Sergio. Cuando Sergio llegó
a la preparatoria, lo sacó de
clase con una mano y lo
pateó a cinco metros de
distancia. Incluso si Luis y
Bruno no lo detuvieran,
Ricardo probablemente ya
habría perdido la vida. Fue
llevado a la enfermería y,
afortunadamente, solo se
El médico de la escuela lo
dijo así, pero desde ese día,
Ricardo, que solía ser
arrogante durante el recreo,
ahora siempre bajaba la
cabeza incluso hasta para ir
al baño.
De repente, ocurrió un
incidente inesperado.
Ricardo se desmayó en el
baño, y alguien lo vio que
tenía sangre en la orina y lo
llevaron a la enfermería.
Cada vez que Sergio se
enfadaba, le resultaba muy
dificil controlar su
temperamento. Cuando iba
a irse, Luis lo detuvo:
-También la intimide a
Luna ese día. Si quieres,
ven a verla por mi.
Los ojos estrechos de
Sergio se oscurecieron
ligeramente. Con la mirada
baja, solo dijo dos palabras:
-¡Vete!
Sergio chocó directamente
con el hombro de Luis y se
fue.
Viéndolo asi, Luis se
enfureció:
-Hace tiempo que noté que
en verdad te gusta Luna. No
olvides lo que dijiste antes.
Bruno intervino:
-¡Ya es suficiente! Deja de
hablar.
Sergio se fue sin mirar
atrás.
Cuando escucharon eso,
todos en la clase miraron
directo a Isabel.
Sin embargo, Isabel no
mostró ninguna reacción y
continuó concentrada en su
examen.
En el aula, no era el lugar
para hablar.
Bruno llevó a la fuerza a
Luis al lado del lago para
que se calmara.
Bruno habló en tono muy
serio:
-¿Estás más tranquilo
ahora?
Luis tenía las manos en la
cintura y todavía estaba
furioso, sin saber cómo
expresar su enojo.
-No entiendo. Antes, estaba
mal con Luna. ¿Cómo
cambió de repente y ahora
es tan bueno con ella? Salir
en su defensa, Ricardo solo
hizo una simple broma. Si
no lo hubiéramos ayudado
detrás de escena, él y Luna
ya se habrian expulsado
juntos. Además, cada vez
que ve a Luna, él es como
un perro tratando de
acercarse a ella.
Capítulo 251

Bruno bajó la cabeza y


sonnó: -Luis… Si los daños
que Luna ha sufrido
hubieran ocurrido contigo,
¿te parecería divertido que
todos se rieran y se
burlaran de ella? -Bruno
intentó dejar claro porque
Luis realmente era terco y
no cambiaria de opinión.
Luis no dijo una sola
palabra.
-Además… la vieja regla de
que los hijos pagan las
deudas de los padres ya está
mandada a recoger. Ahora
vivimos en una sociedad
muy legal, y los crímenes
que Miguel cometió
eventualmente serán.
expuestos y castigados por
la ley. Luna no hizo nada
malo en absoluto, pero tú
estás cargando los errores
de Miguel sobre ella.
¿Dime, qué tipo de lógica es
esa?
Luis no sabia qué decir.
-Sergio puede parecer
imprudente, pero siempre
tiene sus propias razones y
lógica. No es tan
deshonesto como en
verdad parece. Aunque se
ve como un holgazán que
solo sale con algunas chicas
guapas, ya sea en fiestas o
jugando cartas, vive una
vida de lujo. Pero ¿alguna
vez lo has visto pasar toda
la noche con otra mujer, en
privado?
Al decir esto, Luis casi no
podía creerlo en realidad.
-¿Este tipo aún es virgen?
Entonces, él y la chica
anterior, ¡es solo una
fachada! ¿Y qué hay de
Isabel? ¿A
él no le gusta Isabel?
Aquella noche,
desaparecieron juntos en
moto. ¿Eso fue real?
Luis levantó ligeramente la
comisura de los labios,
admirando el hermoso
paisaje del lago frente a él,
con el viento agitando su
cabello suelto.
-Si adivino correctamente,
lo hizo para que Luna lo
viera.
Quizás, ya había puesto sus
ojos en Luna mucho antes.
Luis no podía entenderlo.
-¿Por qué? ¿Cómo lo sabes?
No lo creo.
-De hecho, en el hospital,
Sergio ya empezó a sentir
cierta lástima por Luna.
-¿Qué?
-¿Recuerdas cuando
estábamos en el hospital, y
le hicieron un exhaustivo
chequeo a Sergio? ¿
Recuerdas el tatuaje de la
luna en su abdomen?
Luis todavia recordaba un
poco. En ese momento,
incluso bromeo.
En ese momento, Sergio no
dio ninguna explicación.
Así que, ¿Sergio estaba muy
interesado en Luna desde el
principio?
-Entonces, ¿por qué no la
persiguió? ¿Por qué le dio la
espalda a Luna y le mostró
total indiferencia? Cuando
Isabel fue intimidada y
penso que Luna estaba
detrás de todo, Sergio casi
realmente la éstrangula. Si
realmente le gusta, ¿no
alejaría a Luna más y más
con su comportamiento?
No entiendo… ¿ por qué
siento que esto es todo tan
contradictorio?
-La respuesta a eso solo la
sabe Sergio. El ahora ha
logrado lo que queria…
Y lo hizo pagando un
precio muy alto.
Bruno le dio una palmada
en el hombro.
-Después de hablarte tanto,
ahora deberías entenderlo,
¿verdad?
Nunca les importó la
identidad de Sergio.
Sergio realmente era un
amigo digno de tener toda
la vida, después de tantos
años…
Después de dispersarse,
habría arrepentimientos.
Capítulo 252

Después de la lección
aprendida la última vez,
Luna regresó a casa a las
ocho en punto. De paso, fue
al hospital, se le quitaron
los puntos, la herida sanaba,
y ya tenía una cicatriz
evidente que ya se habia
sanado, no se abriria con
facilidad si no se aplicaba
demasiada presión.
Casa de los Sánchez.
En la biblioteca, se sentía
una presión invisible.
Gabriel estaba sentado
frente al escritorio,
esperando a que terminara
la videoconferencia antes
de levantar la mirada hacia
la persona que se
encontraba parada frente a
él. Llevaba puesto el
uniforme escolar de
manera descuidada.
-¿Qué has estado haciendo
afuera todos estos días? -
preguntó.
-¿Qué más puedo hacer?
¿No lo sabes? -respondió
Sergio desinteresadamente
con las manos en los
bolsillos, acariciando el
encendedor en su bolsillo
mientras torcía la cabeza.
El cuerpo de Gabriel se
recostó perezosamente
hacia atrás.
-Tienes razón. De hecho, sé
todo acerca de tus
movimientos. envié
personal a vigilarte no
porque
puedas representar una
amenaza para mi, solo
quiero que no me causes
problemas afuera. ¿Crees
que por llevar el apellido
Sánchez, puedes hacer todo
lo que quieras?
-Hoy, en la empresa, recibí
una demanda del
departamento legal que te
acusa de intimidación y
pelea en el campus…
Gabriel sacó un documento
de la mesa y lo arrojó con
fuerza directamente frente
a él.
-He estado ocupado con los
asuntos de la empresa
últimamente y no te he
prestado mucha atención,
pensé que te comportarías.
¿Y ahora me das esta gran
sorpresa, ¿eh?
Sergio recogió la carpeta
del suelo con una sonrisa.
-Solo fue una broma entre
compañeros, hermano
mayor. No hay necesidad
de prestar demasiada
atención a sus palabras.
Ese “hermano mayor” le
salió bastante natural.
Justo en ese momento,
alguien golpeó la puerta de
la biblioteca, y luego una
mujer hermosa de unos
cuarenta años ingresó.
Llevaba en las manos dos
tazas de leche y algunos
bocadillos.
Veo que aún estás ocupado
trabajando, así que hice
algunos bocadillos. No sé si
serán de tu agrado.
Marta solo tiene cuarenta
años este año, su piel la
cuida muy bien parece
tener poco más de treinta
La llegada de Marta cambió
sutilmente la atmósfera
originalmente tensa y fría.
Gabriel nunca ocultó su
aversión hacia esta mujer.
-¿Quién te dejó entrar? ¡Sal
de inmediato!
Marta no se enfado en
absoluto y dijo
suavemente:
-¿Sergio volvió a hacer algo
mal? Sergio, deberías
disculparte de inmediato
con tu hermano.
Sergio frunció el ceño de
inmediato, bajó la cabeza y
no dijo nada, solo miró en
silencio a Marta, viendo la
suave súplica en los ojos de
su madre.
Sergio lamió sus dientes
posteriores, se sonrió
sarcásticamente y se puso
de rodillas frente a Gabriel.
Marta se dio la vuelta.
-Gabriel, mira, ves Sergio se
arrodilló. El sabe que
cometió un grave error.
Dado que es joven y no
entiende, dejalo pasar esta
vez.
Gabriel dijo:
-No es de extrañar que sean
madre e hijo, las piernas
son naturalmente débiles.
Acostúmbrate a
permanecer de rodillas, no
te levantes hasta que se
resuelva este asunto.
Después de cerrar la puerta
de la biblioteca, Marta, con
sus ojos suaves como el
agua, miró con gran
preocupación a su hijo.
Mamá no sirve para nada,
te hice pasar por algo
doloroso. -Ella acarició el
rostro de Sergio.
Sergio no dijo una palabra
desde que Marta entró.
-No importa, ve. Me las
arreglaré.
-No te preocupes, el señor
Sánchez no está aquí hoy.
Mamá estará aquí contigo.
-¿Qué puedes hacer aquí?
Marta se tapó la boca y la
nariz, se volvió hacia un
lado y tosió.
Sergio preguntó con gran
preocupación:
Te tomaste ya la medicina?
Marta tenia asma, una
secuela dejada por ese
incidente de hace años.
Aunque no se ha curado en
todos
estos años, rara vez tiene
graves ataques si tiene
cuidado.
-No te preocupes, ya la
tome.
Capítulo 253

-¿Qué has hecho esta vez?


¿No te dije que controles tu
temperamento y no le
causes más problemas a tu
tío? Él también está
teniendo una serie de
dificultades en la casa
debido a ti. -Marta lo miró,
diciendo estas palabras,
pero sin tener el corazón
para culparlo.
Sergio entendió
comprensivamente:
-Lo sé, ve a dormir.
Después de que Sergio la
calmó, se arrodillo afuera
de la puerta del estudio.
Hasta las 11:30 de la noche.
La persona del estudio no
habia salido ni un solo
paso.
Sergio ignoró por completo
su teléfono móvil que había
dejado en el bolsillo cuando
sonó la llamada entrante y
cortó la llamada sin siquiera
mirarla.
Luna acababa de salir del
baño con una toalla seca en
la mano, con una neblina
flotando sobre su cuerpo. A
estas horas, era el comienzo
de la vida nocturna de
Sergio. Luna decidió hacer
una inspección sorpresa
para ver qué estaba
haciendo Sergio.
La llamada fue cortada
rápidamente, ¿estaba
nervioso o hacía algo malo?
Ella nuevamente volvió a
llamar.
La otra persona tardó
mucho en contestar.
Cuando hizo la cuarta
llamada, finalmente
respondió.
Luna habló con una voz
muy profunda:
-¿Por qué tardaste tanto en
responder? Sergio, ¿qué
estás haciendo en este
momento?
Sergio respondió con una
sonrisa algo divertida:
-¿Por qué suena como si mi
novia estuviera
interrogándome? ¿Tienes
miedo de que te engañe?
Luna dijo con gran enojo:
¿Estás engañándome de
nuevo? ¿Has hecho ya el
examen que te hice llevar a
casa hoy? Si es asi, i incluso
si paso todo mi tiempo en
ti, no podré salvarte!
Maldita sea, nadie se
atreverá a casarse contigo
en el futuro. Hablaremos
después de esto, chao
Despues de colgar el
teléfono, Luna sintió una
opresión en el pecho, pero
luego se calmó. No escuchó
ningún ruido durante tanto
tiempo. Probablemente
solo estaba evitándola y se
había escondido en algún
lugar tranquilo para
responder al teléfono.
Luna dejó su teléfono
móvil en la cama con
frustración. Era difícil
ayudar a Sergio a mejorar
sus notas, ya que se volvía
muy perezoso después de
un corto período de
tiempo.
Pero poco después, su
teléfono móvil vibró dos
veces más en la cama. Era
un mensaje de Sergio.
-Terminé ya el examen, la
última pregunta de
matemáticas es similar a la
del examen de ingreso a la
universidad del año pasado.
Usé dos métodos para
resolverla ¿Puedo tomar
una foto y mostrársela al
profesor después de
ducharme?
Luna miró el mensaje,
sacudió la cabeza
impotente y respondió con
agrado:
-Recuerda aprender cinco
palabras de inglés antes de
dormir todas las noches.
Mañana habrá una
prueba, listo.
Sergio sonrió al ver el
mensaje en su teléfono
móvil, pero su sonrisa era
muy ligera:
-De acuerdo.
Un rato después, la puerta
del estudio se abrió de
repente y salió una
persona.
Gabriel miró fríamente a
Sergio:
-Si quieres seguir viviendo
con tu madre en esta casa,
mantente alejado de ella.
Sergio respondió con
sorpresa:
-Esto probablemente te
decepcionará. Ella se aferra
a mí y no puede soltarse.
Gabriel se paró con furia
frente a él y lo miró desde
arriba:
-¿Qué más puedes hacer ah,
además de usar los mismos
métodos deshonestos que
tu madre?
Sergio levantó la cabeza y
lo miró sin miedo:
-Al menos logré mi
objetivo, pero…ella no
quiere acercarse a ti ni un
poco.
Gabriel levantó
repentinamente su pie y lo
pisó con fuerza en el
hombro, inclinándose
ligeramente hacia
el:
-¿Te atreves a competir
conmigo? Maldito, inútil!
Capítulo 254
Dos de la madrugada.
Sergio regresó a la
habitación, mirando la
tenue luz que se filtraba por
la rendija de la puerta
entreabierta. Adentro, se
oyeron sollozos, muy bajos,
como si alguien estuviera
conteniendo algo con gran
esfuerzo.
La mano que inicialmente
iba a empujar la puerta
finalmente no pudo
hacerlo, la retiró
instintivamente y sacó un
paquete de cigarrillos del
bolsillo. Se dirigió al balcón
al final del pasillo, lo
encendió y empezó a
fumar.
Mirando la oscuridad
interminable e
impenetrable, sus ojos eran
tan oscuros como la noche,
ocultos en la oscuridad,
sintiendo el viento frío que
soplaba incesante.
Al día siguiente, un destello
de luz matutina iluminó el
horizonte.
A través de la ventana,
irradiaba…
Luna se levantó muy
temprano hoy, regando las
plantas fuera del balcón.
Abajo, varios vendedores
en triciclos pasaban por la
calle. No se sabia quién
estaba cocinando, pero el
olor de la comida llegó
flotando por el aire
matutino.
Aunque la gente aquí
llevaba una vida ordinaria y
muy difícil, ella los
envidiaba por vivir una
vida tranquila, llena de
vitalidad…
Hoy ella limpió la casa y el
suelo estaba recién
trapeado. Cuando se sentía
inquieta y aburrida,
realizaba
estas tareas domésticas para
tranquilizar su mente.
Ella confiaba ciegamente en
Andrés, en sus palabras y
acciones. Estaba segura de
que vendría a
recogerla en tres días.
Aunque no quisiera irse.
Asi fuera por un tiempo
corto, ya se había
acostumbrado a la vida
aqui.
Planeaba continuar
alquilando esta casa, incluso
si no vivía aquí. En caso de
que la expulsaran, al menos
tendría un lugar donde
quedarse sin
inconvenientes.
Al mediodía, Sergio no
apareció.
Normalmente, ya estaría
aquí a las once y media.
Pasado el tiempo, Luna ya
no esperó más.
En cambio, impulsada por
el momento, se dirigió a la
pista de esquí en la Gran
Montaña.
Justo un dia y una noche,
en la cima de la montaña,
aún podría ver el hermoso
amanecer a las cinco o
seis de la mañana.
Cosas que nunca había visto
antes.
Subió al autobús, un viaje
de más de una hora
compró un boleto en la
base de la montaña y se
unió a un pequeño grupo
de personas en el teleférico,
dirigiéndose a la cima de la
montaña.
Veinte minutos después,
llegó a la cima, donde la
temperatura hizo temblar
por completo a Luna.
En lugares expuestos al
viento, el aire frío no dejaba
de entrar. Luna llevaba una
mochila y rápidamente
fue a hacer el registro en el
hotel, sosteniendo la tarjeta
de la habitación. Luna
deseaba poder
envolverse por completo en
la bufanda.
En otro pasillo, una mujer
vestida con una capa blanca
y gafas de sol, con largas
ondas en el pelo,
llevaba el brazo de un
hombre. Cuando él se
detuvo, la mujer dirigió su
mirada en su dirección y le
pregunto:
-Cariño, ¿qué estás
mirando?
Andrés retiró fríamente la
mirada, sin decir una sola
palabra.
Luna también sintió como
si alguien familiar la
estuviera mirando, pero
cuando se volvió para
mirar, solo.
había un pasillo vacío, sin
nada en absoluto.
Quizás fue una ilusión.
Luna regresó rápido a la
habitación, encendió el aire
acondicionado y sacó su
abrigo de algodón negro
más grueso que le llegaba
hasta la pantorrilla. Se ató el
cabello de manera
informal, dejándolo caer
sobre sus hombros.
Después de un largo rato,
golpearon la puerta y una
voz masculina dijo:
-Hola, señorita Garcia, soy
tu instructor privado de
esquí, me llamo Antonio.
¿Estas lista?
Luna subió con rapidez la
cremallera y gritó hacia
afuera:
-Espera un momento,
estaré lista enseguida.
Había pagado 10 dólares
por la lección privada, y no
esperaba que el instructor
llegara tan rápido.
Era parte del servicio del
hotel, y Luna no tenía
ninguna experiencia en
esquí. Con alguien que la
guiara, no sufriría
demasiado.
Después de arreglarse,
Luna recogió sus
pertenecías y se dirigió
rápidamente hacia alii. No
esperaba que
el hombre fuera tan grande;
debía medir al menos un
metro noventa. Sus
músculos eran evidentes.
incluso debajo de la
chaqueta de esqui, parecía
tener una gran fuerza
explosiva.
Capitulo 255

Después de caminar unos


minutos detrás del hotel,
llegaron a una amplia pista
de esquí. Luna se cambió a
su equipo de esquí y se
deslizó torpemente con los
bastones, tratando de
mantener el equilibrio.
…Tranquila, no te
preocupes muévete con
valentía, controla el ritmo y
si te caes, estaré aquí para
atraparte.
Luna apenas había
experimentado deportes
extremos como este antes.
A pesar de todas las
protecciones puestas, Ella
tenía muchisimo miedo.
Sin embargo, también
estaba emocionada. Quería
ser como esas personas
abajo, deslizándose directo
hacia abajo como el viento.
Pero aún dudaba en dar el
paso…
El instructor caminaba a su
lado, enseñándole cómo
controlar la tabla de nieve. -
No pienses siempre en
lo doloroso que será caer, o
sino nunca aprenderás.
-Está bien.
Luna apretó los dientes,
pero después de más de
media hora, aún no lo había
logrado. Incluso el niño de
ocho años a un lado ya lo
había dominado a la
perfección.
Había también una chica
delicada que se había caído
innumerables veces y
estaba muy enojada con el
instructor. Originalmente,
había venido con su novio,
pero él ya se había ido para
divertirse solo.
-Papá, ¡mira qué torpe es
esta chica! Yo ya lo hice,
pero ella todavía no.
El niño no tenía reparos en
señalar a Luna, riéndose a
grandes carcajadas.
El padre del niño
inmediatamente tapó la
boca del niño, regañándolo
de inmediato:
-¡No digas tonterías, pídele
disculpas a la señorita!
Luna mostró la mitad de su
rostro hermoso y delicado,
sonriendo:
-Niño, ¿tu papá te ha dicho
que decir cosas groseras te
llevará a tener una boca
sucia y a ser llevado por
los lobos de nieve de la
montaña?
El niño pareció creerlo de
verdad y comenzó a llorar
de inmediato, mientras su
padre intentaba calmarlo
sin éxito…
-Profesor, vayamos a
aprender en otro lugar.
Antonio: -De acuerdo.

No podía creer que no


podia ni siquiera vencer a
un niño.
Arriba se encontraba la
pista plana para
principiantes, pero la
mayoría de la gente estaba
en la pendiente.
Por lo general, los hombres
tenían mucha paciencia con
las mujeres hermosas, y
más aún con alguien
tan preciosa como Luna.
La mujer delicada, al ver a
alguien regresar, apartó
hacia un lado al instructor
que no le estaba
enseñando bien y se acercó
a Andrés
-Andrés… ¿me enseñarias?
Este tipo ni siquiera me
puede enseñar, ¿qué tipo de
instructor es… estarías
conmigo, ¿verdad? Tengo
mucho miedo, contigo a mi
lado no tengo miedo.
Una frase muy ligera y un
nombre familiar.
La espalda de Luna se
volvio rigida de inmediato,
ni siquiera pudo dar un solo
paso.
Andres?
¿Cómo es que él también
está aquí?
Luna no pensó en la
relación entre él y esa
mujer. Tan pronto como
escuchó su nombre, perdió
instantaneamente el gran
interés en esquiar.
El instructor la apoyo.
-¿Qué sucede?
-Nada, no puedo aprender.
Mejor lo dejamos para
mañana.
-Entonces, ¿mañana a qué
hora? ¿Te doy mi número?
Si alguna vez quieres
esquiar, ven a buscarme y
te enseñaré.
Luna afirmó con la cabeza:
-Está bien entonces.
Capítulo 256
En realidad, Luna no sintió
una gran sorpresa al ver a la
nueva compañía de Andrés.
Después de todo, aunque ya
tenia a alguien especifico en
su corazón, no cambiaría su
hábito de tener aventuras
fuera de su relación.
Luna obtuvo el contacto del
instructor de esquí, pero
más que nada fue un gesto
muy cortés.
Probablemente nunca
volvería a este lugar, ya que
tal vez en realidad no tenía
mucho talento para el
esquí.
En la cima de esta montaña
nevada, a pesar de llevar
ropa gruesa, Luna todavía
sentía bastante frío
debido a las bajas
temperaturas.
Andrés se estaba dirigiendo
con amabilidad hacia su
nueva compañera, mientras
Luna se preparaba para
marcharse. Llevaba gafas de
protección y una mascarilla
que cubría completamente
su rostro. Si ella no
hablara, Andrés no la
reconocería.
Ella fingió no haber visto
nada. Esa opción sería
buena para todos.
De repente, en ese instante,
se escuchó un grito:
-¡Apártense, apártense!
¡Rápidamente!
Luna levantó la cabeza con
rapidez y vio a alguien
deslizándose desde otra
ladera de la montaña. Ya
había perdido el control y
casi iba a chocar con ella.
Luna se quedó estupefacta
porque la persona que se
deslizaba de pie jahora ya
se encontraba rodando!
Cuando volvió en sí, se dio
cuenta de que había alguien
que la habia salvado, y le
agradeció con calma:
-Gracias.
-¡Andrés! -gritó Lucía
López.
Se acercó rápidamente,
apartando a Andrés y
exclamó con
preocupación:
-Querido, ¿por qué
arriesgas tu vida para salvar
a esta persona!? ¿Déjame
ver si estás herido?
Andrés ni siquiera le prestó
mucha atención. Fijó su
mirada sombría en la
persona que tenía frente a
él y le preguntó:
-Luna, ¿ahora ni siquiera
planeas saludar a tu
hermano?
Un destello peligroso
apareció en sus bellos ojos.
Luna sabía que ya no tenia
oportunidad de evitarlo.
Respondió con una leve
sonrisa:
Es que no quiero
molestarte.

La hostilidad de Lucía hacia


Luna desapareció por
completo y mostró una
sonrisa genuina y
amigable, diciendo:
-Resuita que eres la bella
hermana de Andrés, Luna.
Ya había oído hablar de ti
en la preparatoria. Soy
Lucia López, un año mayor
que tú y actualmente
estudio actuación en la
universidad.
Extendió la mano y Luna la
estrechó con amabilidad,
luego la saludó:
-Encantada.
Lucia propuso:
-Ahora que nos hemos
encontrado, ¿por qué no
esquiamos juntos?
-Está bien.
Hoy no era fin de semana,
¡qué coincidencia tan
extraña…! Si hubiera sabido
de antemano que Andrés
estaría aquí,
definitivamente no habría
venido. ¡Ahora ella estaba
como una tercera rueda
entre ellos!
Ya no querían esquiar más.
Los tres se dirigieron a la
cafetería en el piso de
arriba.
Luna se sentó sola mientras
Lucía pedía algunos platos.
Y preguntó:
-No sé qué te gusta comer,
así que pedí algunos platos
al azar. Andrés y yo
venimos aquí con gran
frecuencia, entonces pide lo
que te gusta.
Dicho esto, le pasó con
amabilidad el menú. En
realidad, Luna tampoco
sabía qué comer. Después
de ver a Andrés, había
perdido por completo
incluso el interés de
quedarse aquí por más
tiempo. Por lo tanto,
respondió:
-Me da igual.
-Vale, entonces estos ya son
todos -dijo Lucía mientras
entregaba el menú al
camarero. Los postres
aquí son realmente buenos.
Los he probado varias veces
y son todos deliciosos. Por
cierto, ¿por qué has
venido aquí tan sola? ¿Tu
novio no te acompaña?
Luna respondió:
-Todavía no tengo un
novio.
Lucía apretó ligeramente
los labios y se sorprendió:
–Eres tan hermosa, pero
aún no tienes novio? ¡Qué
pena!
En ese momento, Andrés
interrumpió fríamente la
amena charla:
-Ella todavía está
estudiando en la
preparatoria.
Capitulo 257

Lucía se dio cuenta de que


habia dicho algo
inapropiado en ese
momento y trató de
romper el incómodo
silencio con una sonrisa:
-Si, deberias centrarte
mejor en los estudios, en
lugar de dedicar demasiado
tiempo a esas cosas del
corazón.
Su voz reflejaba claramente
cautela. Parecía tener
miedo también de Andrés.
Luna miró su vaso de jugo
mientras lo revolvía con un
pitillo, y respondió:
-Me suspendieron de clases,
asi que aproveché esta
oportunidad para relajarme
un poco. No esperaba
encontrarnos aquí…
Hermana, ¿hace cuánto
estás saliendo con mi
hermano?
Lucia se acercó
alegremente y tomó el
brazo de Andrés,
apoyándose íntimamente
en él, y dijo:
-Creo que ya casi ha pasado
un año desde que
comenzamos, ¿verdad,
Andrés?
Lucía se volvió hacia él.
Andrés levantó seriamente
su vaso y dio un sorbo de
agua, ocultando sus
emociones. Cuando volvió
a levantar la mirada, ya no
se podía percibir ninguna
emoción en su rígido
rostro. Dejó su vaso, pero
no le respondió a Lucía.
Nadie sabía en qué estaba
pensando.
Luna observó tímidamente
su rostro y sintió una ligera
incomodidad. No sabía por
qué, pero el rostro de
Lucia le parecía bastante
familiar. Incluso tuvo la
sensación de que se
parecían…
Miró hacia la nieve fuera de
la ventana para calmarse un
poco. Eso no debería ser
posible, pensó:
-Acabo de enterarme de
que Andrés tiene una novia
desde hace más de un año.
Si no nos hubiéramos
encontrado aquí, hermano,
¿Por cuánto tiempo
planeabas ocultarlo?
Lucia se sintió un poco
avergonzada. Andrés miró a
Luna con los ojos
ligeramente sombríos y
respondió
con una enfática sonrisa:
-¿Me estás culpando por no
habértelo dicho?
-¡Claro que no! También
eres lo suficientemente
mayor para tener a alguien
que te gusta. Eso, me alegra
por ti -dijo Luna.
-¿De verdad?
-Por supuesto.
Luna se sintió muy
incómoda debido a la
extraña mirada de Andrés.
Tomó su teléfono
rápidamente y
fingió responder a un
mensaje. Justo cuando
llegaron los postres, habló;

-Lo siento, pero tengo otros


asuntos que atender, así que
me tengo que ir. Cuanto
tengas tiempo, cuñada
Lúcia puedes visitar a mi
hermano en casa.
La palabra “cuñada”
emocionó enormemente a
Lucía. Se levantó y
respondió con una sonrisa:
-¿Te vas tan pronto? Te
acompaño a despedirte.
Luna la rechazó:
-No es necesario, gracias.
Mi amigo vendrá a
recogerme. Hermano… que
se diviertan.
-Entonces te acompaño
hasta el ascensor -insistió
Lucia.
Luna no la rechazó más.
Cuando llegaron al
ascensor, Luna se despidió
con cortesía.
En el momento en que las
puertas del ascensor se
cerraron; la sonrisa de Luna
desapareció rápidamente.
Se cubrió el pecho que latía
rápidamente y se apoyó
con fuerza en la pared del
ascensor.
Estar cerca de Andrés era
como estar en el
mismísimo infierno, sin
mencionar tener que comer
con él.
No podía soportarlo.
Lucia regresó a su asiento y
probó el postre. De repente,
recordó algo y dejó el
postre, le preguntó a
Andrés:
-Andrés, antes tenía mucho
miedo de que tu familia no
me aceptara… Hemos
estado juntos durante tanto
tiempo, ¿cuándo me
presentarás a tu familia?
-¡¿Tú?! No eres digna -
respondió Andrés con un
tono frío, mientras un
destello peligroso aparecia
fugazmente en sus ojos.
Lucia se asustó de
inmediato. En las ocasiones
en las que estaban solos,
Andrés ocasionalmente le
pedía que hiciera algunas
expresiones extrañas
imitando a alguien, porque
siempre decía que sus ojos
eran muy hermosos.
La mayoría del tiempo, él
no mostraba muchas
expresiones hacia ella. Y a
veces, también mostraba
suavidad. Sin embargo, ella
nunca había visto esa
mirada aterradora. No se
atrevió a decir nada más, e
incluso su rostro se tornó
pálido.
En realidad, también sabía
que no era digna de ser su
novia. Pero las suaves y
sinceras palabras de Luna le
hicieron tener
pensamientos equivocados.
Creía que Andrés realmente
la amaba…
Capítulo 258

Lucia había tenido un


pasado tan dificil. Hace
solamente un año, debido a
las cuantiosas deudas de su
padre, habia tomado un
préstamo con altos
intereses en el casino.
Su padre no pudo pagarlo,
asi que la utilizaron como
forma de pago y la
vendieron a un club que
pertenecía al Campo de
Golf Excelencia Lider.
Trabajaba como dama de
compañía para los clientes,
pero no queria convertirse
en una trabajadora sexual.
Un día, un cliente borracho
se volvió agresivo y la
arrastró a una habitación
privada para violarla. En su
intento de escapar, se
encontro con Andrés y el la
rescató de ese borracho.
Después de enterarse de su
situación, Andrés no la
juzgó ni la menospreció,
sino que la apoyó para que
pudiera retomar sus
estudios. En ese momento,
ella ya había abandonado la
escuela para ganar dinero, y
si no fuera por Andrés, no
tendria la posibilidad de
estudiar en la universidad.
Luna estaba haciendo las
maletas en la habitación,
preparándose para dejar el
hotel. Cuando fue a hacer el
registro en la recepción, el
personal le informó que,
debido a circunstancias
imprevistas, una avalancha
habia bloqueado la única
carretera después de la
nevada de anoche. Además,
debido a los deslizamientos
de tierra, se habia cortado
la electricidad en varios
lugares, incluido el
teleférico.
El hotel había activado el
suministro de energía de
emergencia, pero solo
podía mantenerse durante
ocho horas. Los servicios de
emergencia ya estaban
trabajando arduamente
para rescatar y evacuar a las
personas atrapadas en el
teleférico.
Luna no esperaba que hoy
fuera un día de tan mala
suerte. Después de
encontrarse con alguien
desagradable, habían
ocurrido tantos eventos
desafortunados… No se
sabía cuando se despejaría
el camino y hoy además de
ello, no había llevado
suficiente ropa consigo.
Cuando regresó a su
habitación en el hotel y
abrió la puerta, de repente
una mano la agarró y la
empujó contra la puerta.
Cuando logró por fin
reaccionar, vio claramente
el rostro de la persona
frente a ella y su cuerpo se
tensó bruscamente.
Se esforzó por mantener la
calma’y miró al hombre
frente a ella con una
expresión muy tranquila.
Ahora no había nadie aquí,
así que no tenía que actuar
como si fueran intimos
hermanos. Pregunto:
¿Por qué no estás con tu
novia? ¿No tienes miedo de
que se enoje contigo?
Cuando Andrés se acercó
para salvarla, Lucia tenía
una expresión tan celosa
como si quisiera devoraria
en el instante. No quería ser
rival en el amor de nadie.
Pero ¿por qué Andrés sabia
que ella estaba alojada
aquí?

Andrés vio la maleta que


llevaba en la mano y
frunció ligeramente el
ceño. Luego, la miró con
una mirada muy
penetrante. De repente,
levantó la mano y quiso
tocar su rostro. Y le dijo:
-¿Estás celosa?
Luna no le respondió.
Simplemente apartó la cara,
escuchando sus palabras
ridículas con una risa
bastante burlona.
¿Ella estaba celosa por él?
¿Qué demonios estaba
pensando?
Arrastrando con agilidad su
maleta, Luna pasó junto a
él, sin prestarle atención.
Sacó su teléfono móvil y
lo revisó nuevamente, pero
no había señal y no podía
hacer llamadas. Ahora solo
podía esperar a que se
despejara el camino.
Sin embargo, la mirada
ardiente de Andrés tenía
una fuerte presencia que
ella no podía ignorarla. Lo
miró de reojo y preguntó:
-¿Por qué todavía estás
aquí? Ya quiero descansar.
-¿No tienes preguntas para
mí? -dijo Andrés
acercándose cada vez más.
-Esos son tus asuntos y no
tengo derecho a intervenir
en ellos.
Luna no podía soportar
estar en el mismo espacio
que él, porque
probablemente acababa de
salir de la cama de otra
mujer hace unas cuantas
horas… Y ahora estaba aquí
haciendo locuras, lo cual le
resultaba en realidad muy
repugnante.
«Vale, olvídalo. Si quiere
quedarse aquí, déjalo.»
-Cuando salgas, cierra la
puerta -dijo Luna
fríamente.
Sacó un libro sobre la
curación psicológica de la
maleta. El médico le había
dicho que tenía depresión
moderada y, si el
medicamento no
funcionaba, podía leer más
libros para aliviar su
tensión y estado de
ánimo,
Se sentó perezosamente en
el sofá y se quitó los
zapatos. Colocó el libro en
su regazo y buscó la página
que aún no había
terminado. Hasta que
Andrés se fuera, finalmente
podría relajarse por
completo. Con
su presencia, nunca podía
estar tranquila.
Media hora después,
alguien llamó a la puerta.
Cuando Luna abrió, de
repente se encontró con un
camarero que le traía una
entrega de varios tipos de
postres.
– Es un pedido de un
caballero. Me pidió que se
los trajera -dijo el camarero
amablemente.
Capítulo 259
Luna respondió con
frialdad:
-Lo siento, creo que te has
equivocado. No conozco a
ningún señor aquí.
El camarero insistió:
Recuerde, el señor se sentó
en la misma mesa con
usted, señorita.
Luna rechazó firmemente:
-De verdad, no lo conozco.
Lo lamento, pero por favor,
llévatelos.
Al ver su actitud tan firme y
sólida, el camarero no
insistió más.
Luna cerró la puerta y
activó el letrero de “No
molestar” junto al
interruptor.
En el piso doce, Leonardo y
su compañera estaban en
un bar con una terraza
panorámica.
-Te traje aquí para que
pudieras relajarte un poco y
disfrutar de la nieve. ¿Por
qué sigues con esa
expresión de desprecio,
como si alguien te debiera
millones de dólares? -dijo
Leonardo mientras
abrazaba amorosamente a
la mujer a su lado y se
servía una taza de té negro
de Assam. La otra taza se le
entregó al hombre que
estaba sentado en frente.
Luego, levantó la taza y la
acercó a su nariz, inhalando
el suave y delicado aroma
que desprendía. Tomó un
pequeño sorbo y luego la
dejó, y preguntó:
-¿Dónde está tu
acompañante? ¿Han tenido
alguna discusión?
Justo en ese momento, un
camarero se acercó y lo
saludó:
-Señor Martínez.
Andrés respondió
fríamente:
-Dime.
El camarero, impresionado
por la elegancia y altivez de
Andrés, se sintió falto de
confianza al hablar.
Respondió con un
escalofrio recorriendo su
espalda:
-La señorita a la que me
pidió que le entregara los
postres no los aceptó y dijo
que no lo conoce.
El rostro de Andrés, que ya
estaba sombrío, emanaba
ahora un aura aún más
helada.
Sin embargo, Leonardo
mostró una sonrisa muy
brillante y dijo como si
hubiera entendido algo:
Tras los postres aquí Más
tarde los entregaremos en
persona.

El camarero aceptó y
respondió con respeto:
-De acuerdo. Espere un
momento.
Poco después, el camarero
volvió empujando un
carrito. Los postres
ocupaban toda la mesa, y lo
que no cabía, se colocó a un
lado.
A Leonardo le encantaba
ver cómo Andrés era
humillado de esa manera
tan cruel. Aparte de ella,
nadie más se atrevía a
tratarlo asi. Se burló de él y
dijo:
Parece que has aprendido
por fin la lección y ya no
comes nada que te den
personas desconocidas.
Antes estabas indeciso,
pensé que podrías insistir
hasta que Miguel muriera.
Sin embargo, parece que te
has ablandado un poco.
Ahórrate las fuerzas. Has
hecho tantas cosas sucias,
ya no puedes dar marcha
atrás Luna García no vale la
pena.
Una sombra de oscuridad
se reflejó en los bellos ojos
de Andrés y dijo fríamente:
Ocúpate de tus propios
asuntos.
Al terminar de hablar, se
levantó muy irritado y se
marchó.
Era cierto que Luna ya no
se atrevía a comer nada que
no conociera. No quería
pagar un alto precio para
aprender esa lección de
nuevo. Después de una
siesta, ya eran las seis de la
tarde. Se levantó y fue
directo a la cafetería a
comer algo. Luego, fue a
disfrutar de un baño
termal.
Cuando regresó a la
habitación, se sobresaltó al
ver a un hombre sentado
cómodamente en el sofá.
Pero, recordó haber
cerrado la puerta antes de
salir… ¿¡Cómo podía este
entrar en su habitación!?
Dijo enfadada:
-¡Esta es mi habitación!
Andrés Martínez, ¿cómo
puedes entrar sin mi
permiso!? ¡Lárgate de aquí!
Además del hombre, había
todos los postres en la mesa
de café. Luna rápidamente
los reconoció.
-¡Ven aquí! ordenó Andrés
con una voz bastante fría.
Aparentemente, no prestó
atención a las palabras de
Luna. Al escuchar su orden,
Luna retrocedió un
poco por el miedo que le
causaba.
Ella estaba tan familiarizada
con él que sabía que estaba
enfadado. Si realmente se
acercaba, temía que
hiciera algo realmente
excesivo. Por lo tanto, salió
corriendo de la habitación
y presionó el botón del
ascensor en pânico.
Sin embargo, al instante,
sintió un fuerte dolor en la
cabeza.
Andrés agarró su cabello
con fuerza. Luna luchaba
mientras gritaba, pero no
logró escapar. Fue
arrastrada de regreso a la
habitación…
Capítulo 260
Luna se dejó caer
pesadamente en el sofá,
sintiendo un fuerte dolor
muy punzante en la cabeza.
Intentó levantarse, pero
Andrés la empujó de nuevo
contra el sofá.
-Has visto a tu hermano,
¿pero por qué té escapaste?
¿Ahora todavía intentas
escapar? -dijo Andrés
con una sonrisa malévola
como un monstruo del
infierno.
-¿Qué pretendes hacer? -
exclamó Luna
acurrucándose en el rincón
del sofá, con un miedo
evidente en su rostro.
Andrés tomó una caja de
pastelitos blancos y bonitos,
se sentó a su lado y la abrió,
mientras le decía:
-Te gustan los dulces,
¿verdad? ¿Qué te parece si
te alimento?
Le ofreció una cucharada
de pastel cerca de la boca.
Luna le preguntó:
-¿Qué veneno has puesto
esta vez?
Clavó la mirada aterradora
en su rostro y esperaba su
reacción y respuesta.
Luego, apartó la mano de
Andrés con fuerza, y se
burló:
-No los comeré. ¡Lárgate de
aquí!
Luna intentó apartarlo con
un empujón, pero no lo
logró y de repente las
lágrimas cayeron de sus
ojos. Justo cuando estaba a
punto de levantarse, Andrés
agarró con fuerza su cuello.
Su espalda fue
presionada contra el pecho
firme del hombre. Luna
incluso podía sentir el
fuerte ardor de su piel
transmitido a través de la
ropa.
Andrés se acercó a su oído y
le susurró en voz muy baja
pero peligrosa:
-Andrés, ¡suéltame! -
exclamó Luna mientras
luchaba por liberarse.
-¿Tienes miedo de morir?
Pero, recuerdo que antes no
lo tenías, ¿verdad? No
quiero hacerte daño
ahora. Si me obedeces, tal
vez puedas evitar sufrir
tanto.
Extendió la mano hacia ella,
mientras Luna, llena
completamente de miedo,
se apartaba de él.
Andrés le arregló
suavemente el cabello
desordenado. Apartando
ligeramente el cabello, vio
la piel enrojecida por el
tirón.
Luna no entendía qué
demonios pretendia hacer
este tipo, así que su cuerpo
permanecía tenso. De
repente, sintió que la gran
mano del hombre
acariciaba su hermoso
cabello, pero no sintió
ningún
sentimiento calido
transmitido por ese gesto.

Amenazas seguidas de
consuelo, ese era el gran
truco típico de Andrés. Sin
embargo, ella ya no era la
niña pequeña de antes.
Una hora después, al mirar
nuevamente el pastel que le
ofrecía, Luna frunció el
ceño con odio y total
rechazó:
-No lo comerė.
Además, a partir de ahora,
no comería más pasteles.
Debido a su obediencia,
Andrés no llevó a cabo
más sus acciones violentas.
Sin embargo, Luna fue
obligada a comer cinco
pasteles… Ya sentía náuseas
por el intenso dolor de
estómago.
Afortunadamente, Andrés
por fin la decidió soltar.
-¿Vas a ducharte primero, o
yo?
Andrés preguntó con gran
calma, como si estuviera
discutiendo quién debería
comer primero.
Luna, todavía temblando,
respondió con voz muy
exaltada:
-¡Esta es mi habitación, no
quiero compartir el espacio
contigo! ¡Te pido que te
vayas, ahora mismo!
Andrés no le respondió,
pero terminó el pastel que
había dejado a medias.
Luego, se levantó,
desabrochó
lentamente la chaqueta del
traje y estaba a punto de
soltar el cinturón de los
pantalones.
Luna apartó rápidamente la
mirada y se volteó. Cedía:
-Si quieres quedarte en esa
habitación, entonces
quédate.
-Ya pregunté y no hay
habitaciones disponibles. Si
quieres irte, hazlo -dijo
Andrés con una sonrisa
fria.
Al terminar de hablar, se
dirigió al baño. Luna no
pudo evitar insultarlo:
-¡Descarado!
Mientras Andrés se iba a
duchar, Luna bajó
rápidamente a la recepción
y se enteró de que
realmente no
quedaban habitaciones
disponibles… Además,
debido a la fuerte nevada,
las carreteras estaban
bloqueadas y muchos
visitantes incluso tuvieron
que alojarse en la sala del
hotel, temblando de frio.
Desanimada, Luna regresó
a su habitación. El hombre
aún no salía del baño y,
considerando la situación,
probablemente no se iría
hoy.
Sacó otra manta dei
armario y la extendió en el
sofá. Era imposible
convencer a Andrés de que
durmiera en el sofa, asi que
ella misma tendria que
hacerlo.
Luna no lo miró,
simplemente le dijo:
-Mañana se despejará el
camino. Hoy tú duermes en
la cama, yo dormiré en el
sofá.
Capítulo 261
Andrés parecia no haber
escuchado nada. Se puso las
pantuflas y se sentó frente
al tocador, cerrando los ojos
perezosamente y dando
simplemente órdenes:
Ven y sécame el pelo.
Luna se detuvo al instante
sin responder.
Después de un rato, Andrés
se impaciento y abrió
ampliamente los ojos.
Mirando su reflejo en el
espejo, repitio:
-¿Acaso estás sorda, no
escuchaste mis palabras?
Su tono era familiar para
Luna Siempre había sido
una persona dominante. En
su vida anterior, Andrés
solia comprarle ropa y
obligarla a ponersela. Si ella
se resistia a hacerlo, él
perdia la paciencia y le
hablaba de la misma
manera.
Luna ya tenía mucha
experiencia en distinguir
los diferentes pensamientos
de este hombre. Si ella
simplemente seguia su
voluntad, él no le haria
daño en absoluto. Estaban
solos en una habitación y
Luna no pudo evitar sentir
miedo de quedarse con él.
Además, ahora no tenía
señal y si realmente pasaba
algo, ni siquiera tendria la
oportunidad de hacer una
llamada.
Luna se acerco lentamente
y buscó un secador de
cabello, lo enchufó en el
enchufe del tocador y
probó el aire caliente.
Su cabello no era largo, así
que pronto ya estaba seco.
– Ya… ya está seco -
tartamudeó Luna.
Ella recogió el secador.
Andrés se levantó
bruscamente y se lanzó
sobre la cama de forma
natural.
-Apaga la luz -ordenó.
Luna no le respondió. Se
acostó en el sofá, agarrando
nerviosamente la manta.
Tartamudeo:
Yo… yo… yo estoy
acostumbrada a dormir con
la luz encendida…
Andrés tampoco dijo nada
más.
Finalmente, Luna no pudo
resistir la presencia
dominante de Andres y fue
a apagar la luz, dejando solo
una tenue fuz nocturna.
Luego, volvió a acostarse en
el sofá y cerró muy fuerte
los ojos Pronto, Eran las
cuatro y media de la
madrugada. Andrés
escuchó ei leve sonido del
agua en el baño
Luna estaba bajo el agua,
rascándose cada vez más
fuerte. Tenía fuertes
arañazos y marcas de
sangre en el cuello y en
varias partes de su cuerpo,
incluso su rostro estaba
seriamente hinchado.
En ese momento, él llamó a
la puerta:
-¿Hasta cuándo vas a seguir
bañándote? ¡¿Qué estás
haciendo?!
Luna se apoyó contra la
puerta y respondió
llorando y sollozando:
-¡Todo realmente es por tu
culpa! Debería saber que
tenías malas intenciones.
¡De verdad que querías
matarme! ¡Lárgate de aqui!
Andrés se enfureció de
repente. Frunció el ceño y
siguió golpeando con
fuerza la puerta:
-¡Te doy cinco minutos
para salir del baño!
Le picaba tanto, le picaba
tanto todo su cuerpo. Luna
ya no podía aguantar más y
se frotó los arañazos.
Al escuchar los sollozos,
Andrés se volvió aún más
irritado. Dio un fuerte
golpe y abrió la puerta. El
fuerte golpe asustó por
completo a Luna.
Ella estaba desnuda. Al ver
al hombre, se abrazó para
cubrirse y gritó
desesperada:
-¡Sal de aquí! ¡Por qué
entraste sin mi permiso!
¡Sal ahora mismo!
En pánico, agarró una taza
de cristal y la arrojó hacia
Andrés, pero él ágilmente
esquivo fácilmente.
Él dio un paso adelante y
agarró su mano. Se percató
de los arañazos que cubrían
su piel blanca y suave.
¿Se los había hecho ella
misma con sus propias
uñas?
-¡Suéltame, no me mires,
vete ahora de aqui! -
exclamó Luna.
¡La había visto
completamente desnuda!
-¿Qué te sucedió con eso? -
preguntó su voz fría, con
un leve rastro de pánico y
preocupación.
-¿Me lo estás preguntando?
Fuiste tú quien puso algo
venenoso en el postre, ¿no
es asi? Gracias a tus
malas intenciones, ¿estarás
satisfecho ahora ya?
Mientras exclamaba triste y
desesperada, las lágrimas
caían incontrolablemente.
Andrés frunció fuertemente
el ceño. Agarró con agilidad
una toalla y la envolvió,
luego la llevó fuera de la
habitación rápidamente.
Capítulo 262

En otra habitación, de
repente, se escuchó un
fuerte estruendo, lo que
hizo que ambos en la cama
se sobresaltaran de
inmediato.
La mujer se escondió bajo
las sábanas, sin atreverse a
asomar la cabeza.
Leonardo, con los brazos al
descubierto y una mirada
fría, giró la cabeza y
preguntó irritado:
-¿Quién diablos está
molestando?!
Andrés entró con rapidez y
colocó a Luna en el sofá.
Ordenó:
-Rápido, vistete y ven a
ver.
-¡Me pica mucho!
¡Suéltame! -gritó Luna
sufriendo.
Las manos de Luna estaban
fuertemente atadas con una
corbata, y cuando intentó
rasgarla de su cuello,
él la detuvo de inmediato.
Dijo en un tono muy serio:
-¡Aguanta!
A pesar de estar atada, Luna
no podía controlarse, por lo
que Andrés volvió
nuevamente a sujetarla.
Leonardo se puso pálido de
enojo, de inmediato
recogió impacientemente
sus pantalones del suelo,
maldiciendo entre dientes,
y luego cogió una camiseta
para vestirse.
Con el cabello
desordenado, labios finos y
rojos, Leonardo mostraba
una apariencia malévola y
salvaje.
Se acercó lentamente al
sofá y extendió la mano
hacia el pecho de Luna.
Al ver su acción, Andrés
entrecerró los ojos y agarró
su muñeca, mientras le
preguntaba:
-¿Qué pretendes hacer?
Desde la habitación, ella
percibió el delicado aroma
del aceite esencial de rosas.
Ese olor… debia ser
posiblemente un
afrodisíaco…
Leonardo dijo con
impaciencia:
-Solo estoy revisando su
situación.
Andrés soltó su mano con
fuerza y subió las mangas
de la camisa de Luna,
revelando las marcas rojas
causadas por los arañazos y
también varias manchas
rojas muy pequeñas.
¿Por estas cosas me
interrumpiste? ¡Maldición,
Andrés! -insultó Leonardo
con una mirada penetrante
que casí queria matar a
Andrés y añadió -: ¡¿Es solo
una simple alergia, pero
ninguno de ustedes tiene el
conocimiento básico?!
¡Lárguense de aquí! ¡Ahora
mismo!
Andrés frunció el ceño y
miró sorprendido a Luna
Preguntó
-¿Qué has comido? ¿No
sabes a qué eres alérgica?
¿Estaba enfadado con ella?
¿La había obligado a comer
tantas cosas y ahora estaba
enojado con ella?!
Luna inhalo
profundamente y, enojada,
le gritó muy fuerte:
Me obligaste a comer de
todo, ¿cómo voy a saber a
qué soy alérgica? Eres tú
quien quiere matarme y
no necesitas ahora fingir ser
amable conmigo!
Andrés no respondió,
frunció el ceño y preguntó:
-¿Si tienes medicamentos?
Leonardo respondió
impaciente:
-Ahora son las cinco de la
madrugada y aún no
amanece. ¿Dónde diablos
voy a encontrar
medicamentos para ti?
¡Lárguense de la habitación
ahora mismo!
Además, la carretera estaba
totalmente bloqueada por
la nieve, y la única opción
era esperar a que se
despejara un poco y hasta
entonces podrían ir al
hospital.
De regreso en la habitación,
Luna estaba atada en la
cama, pateando las mantas
desesperadamente. Con
una toalla enrollada en la
boca, gritaba muy fuerte, lo
que le provocaba un fuerte
dolor de cabeza a Andres
Él se paró en el balcón con
el ceño fruncido y una
expresión sombría. Sabía
que se había buscado
problemas…
Ahora ya amaneció afuera,
y ambos habian pasado la
noche sin descansar, pero
ella parecía estar enérgica”
debido al fuerte dolor
Además, la señal del hotel
había sido restaurada. Hizo
una llamada y del
otro lado respondieron
rápidamente.
Andrés preguntó con su voz
fria:
-¿Está todo listo ya?
Álvaro respondió:
-Si. Pueden salir en diez
minutos. Sin embargo, la
altitud en la cima de esta
montaña es demasiado alte
por lo que es
Andrés entrecerró los ojos y
ordenó:
Y qué?

Álvaro expresó su gran


preocupación:
-Aún está nevando, lo cual
podría ser un riesgo.
Andrés posó su mirada
hacia la persona en la
habitación, y respondió:
-Te doy media hora.
-¡Entendido!
Andrés se acercó y observó
el rostro de Luna, que
estaba hinchado y
desfigurado por completo,
perdiendo la belleza que
tenía antes. Su mirada de
resentimiento se clavó en
Andrés y sus lágrimas se
derramaban por sus
mejillas. Su situación estaba
empeorando aún más.
Andrés extendió
suavemente la mano y tocó
su frente, que ya estaba casi
caliente al tacto. Debería ser
una fiebre causada por la
reacción alérgica grave.
Con el ceño muy fruncido,
le dijo:
-Ya he contactado a Álvaro
y pronto vendrá. Si quieres
que te suelte, compórtate y
mantente tranquila, ¿ vale?
Capitulo 263
Luna obedeció entre
sollozos y lágrimas.
Cuando Andrés se acercó
para desatarla, alguien
llamó rápidamente a la
puerta.
-Adelante -dijo Andrés.
La gerente del hotel entró
con un recipiente de agua
con hielo. Y dijo:
-Señor Martinez, el agua
fría puede aliviar los
síntomas de esta señorita.
-Gracias, déjamelo alli.
Tomó el recipiente y desató
con delicadeza a Luna. Ella
ya no se atrevía a mirarse
en el espejo ni a
mostrarse ante los demás.
¡Era tan fea, se había
convertido por completo
en un monstruo!
Al ver que la gerente aún
estaba presente, Andrés la
miró y preguntó:
-¿Qué más?
La gerente respondió con
una sonrisa profesional y
una voz muy amable:
-Sobre la puerta de la
habitación 1606… El señor
Montenegro me pidió que
la buscara para negociar la
compensación…
Al ver el aura elegante de
Andrés, la gerente supuso
de inmediato que debía ser
un señor de alguna familia
adinerada, por lo que
mantuvo una actitud muy
amable y cordial.
Andrés dejó lo que tenía en
las manos, sacó una
billetera negra de su abrigo
y una tarjeta bancaria, y se
la entregó a la gerente.
La gerente recibió la tarjeta
de inmediato y le
respondió:
-Aqui tiene el recibo. Puede
ver el precio de la puerta.
-No hace falta.
-Entendido, señor.
Entonces, iré a cobrar el
respectivo valor con la
tarjeta.
Dicho esto, la gerente salió
rápidamente de la
habitación.
Las puertas del hotel eran
todas puertas de seguridad,
pero esta fue derribada de
una sola patada… No
sabía cuánta fuerza había
usado este señor en ese
momento…
La mirada de Andrés se
tornó fría mientras
observaba a la chica que se
cubría con la manta. Dijo:
-¿Estás sofocada? Saca las
manos de la manta.
-Puedes salir ya. Me lo
coloco yo misma. No
necesito tu ayuda -dijo
Luna.
La mirada de Andrés se
volvió fría y ordenó:
-¿Quieres que te saque
ahora de la manta? No te
quejes si te lastimo.
Luna titubeo antes de
finalmente sacar sus manos
de debajo de las mantas. De
inmediato, sintió un frío
muy penetrante, y, los
movimientos suaves…
En su vida anterior, nunca
había recibido esa ternura
por parte de él. Aunque él
la odiaba tanto, Luna no
entendía por qué de
repente había cambiado a
esa actitud tan tierna con
ella. Tal vez, su existencia
aún
era útil para él. Si
realmente muriera, él no
podria explicarlo ante
Miguel.
El agua fria funcionó.
Media hora después, el
helicóptero organizado por
Álvaro llegó al hotel. Luna
se cambió pronto de ropa,
se puso una mascarilla y se
cubrió la cabeza con una
bufanda, siguiendo detrás
de Andrés. Salieron del
hotel y subieron
rápidamente al
helicóptero.
El helicóptero se elevó
lentamente y Luna observó
hacia abajo, donde aún
quedaban casi cientos de
personas en el hotel. De
repente, escuchó la voz
enérgica de Andrés:
-En este momento, no
puedes cuidar bien de ti
misma, ¿y todavía te
preocupas por los demás?
¡Siéntate
bien!
Si no fuera por su culpa,
jella no habría sufrido
tanto!
Mientras volaban por el
aire, Luna miraba las
montañas cubiertas de
nieve. El blanco inmenso
unía el cielo y la tierra,
formando un paisaje
hermoso e impactante.
Y aquel lugar, que siempre
habia anhelado, debía ser
aún más hermoso e
impresionante que el
paisaje
que tenía frente a sus ojos.
Algún día, definitivamente
tendría que visitarlo.
Capitulo 264
En menos de una hora, el
helicóptero aterrizó
directamente en el Hospital
Serenidad, el último lugar
donde ella queria estar.
Exclamó:
-¡Ya sabes que no quiero
estar aquí!
-Con tu grave enfermedad,
¿todavia quieres elegir el
hospital?
Luna lo contradijo bastante
enfadada:
-Todo el mundo en este
hospital está de tu parte y
quiere matarme. ¡No quiero
estar aqui!
Andrés ya estaba a punto de
subir las escaleras, pero al
escuchar sus despectivas
palabras, se detuvo de
inmediato. Álvaro también
estaba alli, pero a Luna no
le importaba si la
escuchaba. Sabia que
Álvaro era
un subordinado leal a
Andrés. En su vida anterior,
él también traicionó
decididamente a la familia
García
para ayudar
desinteresadamente a
Andrés.
En aquel entonces, Álvaro y
Maria eran las personas de
confianza de Andrés. Él
había recibido mucho
apoyo de ellos en su alto
cargo,
Andrés se volteo y la miró,
sin decir nada en absoluto.
Pero, Álvaro dijo
descontento:
-Señorita, ahora hemos
llegado al hospital. Espero
que no actúes de manera
caprichosa y empeores así
tu herida.
-No te metas en mis
asuntos. Puedo tomar un
taxi por mi cuenta.
Dicho esto, Luna se volteo
y salió directamente del
hospital. Después de todo,
no moriria en poco
tiempo.
Andrés observó a Álvaro y
le ordenó:
-Trae el coche, vamos al
Hospital Principal.
-Pero ¡jefe! -vaciló Álvaro
por un momento.
¡Rápido! -repitió Andrés.
Luna fingió no escuchar la
conversación y se alejó
rápidamente. Llegó a la
calle y detuvo un taxi. Abrió
la puerta del asiento del
copiloto y estaba a punto de
subir. Sin embargo, en ese
momento, una mano
apareció de repente y cerró
con brusquedad la puerta.
Luego, fue levantada
directamente en el
hombro.
Golpeaba fuertemente la
espalda de Andrés mientras
gritaba:
-Despreciable! ¡Déjame
bajar!
Sin prestarle ninguna
atención, Andrés la arrojó al
asiento trasero del coche:
-Álvaro, ¡cierra la puerta!
La puerta fue cerrada. Luna
intentó abrir la ventana,
pero Andrés le sujetó el
cuello. Pellizcó su mejilla
con fuerza y la amenazó
con una expresión bastante
sombría:
-Si sigues haciendo tanto
ruido, te arrojaré del
coche.
Luna se estremeció de
inmediato y finalmente se
tranquilizó. Andrés la soltó
y se dio cuenta de que
tenía
un poco de ungüento en los
dedos. Lo limpió con la
ropa de Luna y mostró una
expresión totalmente de
disgusto.
Enfadada, Luna sacudió la
zona que él había tocado y
se movió hacia un rincón.
Finalmente, llegaron al
Hospital Principal.
Después de los exámenes,
descubrieron que sus
alergias eran causadas por
el taro y el mango….
Había comido postres que
contenían ambos alérgenos
al mismo tiempo, así que
no era de extrañar que
se hinchara tanto su
rostro….
Con un suero, Luna se
acostó tranquila en la cama
del pabellón. La hinchazón
en su rostro tardaría al
menos varios días en
disminuir, y durante ese
tiempo, solo podría
consumir comidas ligeras.
-¿Ya te sientes más
tranquila? -preguntó
Andrés, pero Luna no le
respondió nada en
absoluto, por lo
que siguió hablando -Le
pediré a Liora que te traiga
ropa limpia. Cuando te
recuperes, regresa a casa
conmigo
Luna se acostó y se cubrió
con la manta porque
definitivamente no quería
ver esa cara molesta.
En ese momento, sonó el
teléfono de Andrés. Salió
con rapidez de la
habitación para contestar.
Era una llamada
relacionada con el trabajo.
Cuando terminó y regresó
al pabellón, Luna ya se
había quedado
profundamente dormida.
Le ordenó a Álvaro:
-Liora no llegará tan
pronto, así que quédate
aquí y asegúrate de que no
se escape.
De lo contrario,
definitivamente se
escaparía en secreto. Ahora,
ni siquiera Liora era capaz
de evitar que
ella saliera de la familia.
-Pero hay asuntos
pendientes en la empresa….
-Yo me encargaré de eso.
Tú asegúrate de que ella se
quede aqui. Si se escapa,
perderás tus magnificas
bonificaciones de este
trimestre.
-Como usted ordene señor
-obedeció Álvaro.
Capítulo 265

Cuando Liora llegó, ya era


mediodía. Preparó
especialmente algo de
comida para Luna y luego
se dirigió
rápidamente al hospital.
Al entrar en el pabellón, vio
que Luna todavía se
encontraba durmiendo y
decidió no molestarla.
Después de la llegada de
Liora, Alvaro no quiso
quedarse ni un minuto más
y se marchó
inmediatamente. Entró en
el ascensor y se encontró
con algunas personas del
Grupo Sánchez. Les
resultaban extraños, ¿por
qué Gabriel estaba en el
hospital? ¿Había venido a
visitar a Luna?
Sin prestar mucha atención,
Álvaro presionó el botón
para ir directo al
estacionamiento.
En el pasillo del hospital,
Rafael seguia a Gabriel con
su maletín y le informó.
-Señor, la señorita Luna
estuvo atrapada debido a la
fuerte nevada durante dos
días, ahora ya está a
salvo.
Gabriel le respondió:
–De ahora en adelante,
infórmame todas las cosas
relacionadas con ella lo
antes posible.
-Entendido, señor.
Cuando llegaron al
pabellón de Luna, Gabriel
entró tranquilamente
mientras que Rafael
esperaba afuera.
Liora vio a Gabriel y le
preguntó:
-¿Quién es usted?
Lo examinó de arriba abajo
y vio que, bajo su traje gris,
tenía varios tatuajes visibles
en su brazo y su
cuello. Al percatarse de esos
detalles, Liora se volvió más
cautelosa, temiendo que
fuera un miembro de
alguna organización
mafiosa.
Luna nunca se relacionaria
con una persona así.
Gabriel bajó la voz y le
dijo:
-Soy amigo de Luna. ¿Ella
está bien?
Liora contestó:
-Está bien. Está dormida,
¿En qué puedo ayudarle?
Nada, solamente es que la
echo de menos, por la que
vengo a visitarla.

«¿Será él el amigo del que


Luna me habló?», pensó
Liora
-Luna le preparó algunos
postres, ¿verdad?
Gabriel afirmó con una
sonrisa y preguntó:
-Ella ¿ha mencionado algo
sobre mi?
Liora también sonrio con
amabilidad:
-He cuidado de Luna desde
que era pequeña, nunca ha
tenido amigos a su
alrededor, usted es su
primer amigo, verdad! Rara
vez la vi cocinar, ¡y resulta
que queria cocinar para
usted!
¡El primer amigo!
Mirando a la muchacha
dormida, Gabriel no pudo
evitar sonreír.
Liora le dijo con alegria:
-Luna todavía no se ha
despertado. Si tiene algo
que decirle, puedo
transmitirselo cuando
despierte.
Gabriel rechazo con
cortesia:
-No hay problema.
Esperaré tranquilamente
aquí.
-Esta bien
Liora dejo las cosas y salió
del pabellón para que los
dos pudieran estar solos.
Sin embargo, Luna durmió
durante toda la tarde. De
repente, sintió una
sensación muy fresca en
sus labios. Sus pestañas
temblaron ligeramente y
luego, de repente se
despertó
Al ver el rostro familiar
frente a ella, creyó que
estaba soñando. Al
reaccionar, se cubrió de
inmediato la
cara de inmediato, ya que
ahora se veia tan mal que
no quería que nadie la viera
asi
Bajo las mantas, con voz
ronca, dijo:
-¿Por qué estás aquí?
Gabriel notó que sus labios
estaban un poco secos, asi
que los humedeció con un
hisopo. Pero no
esperaba que ella
despertara tan pronto. Y
respondió:
-Me dijeron que algo malo
te habia ocurrido y me
preocupé mucho. Por eso
vine a verte. No me has
respondido en muchisimo
tiempo, Luna, y estoy muy
preocupado por ti.
Durante estos dias, estuve
ocupado lidiando con los
asuntos de la reunión de
accionistas. Hasta hoy
volviera a la preparatoria,
no escucharía ni una sola
palabra relacionada con el
asunto. Si la administración
de la preparatoria no podia
ni manejar algo tan
pequeño, ya no tenía
ningún sentido para.
existir.
-Estoy bien. Regresa a casa
rápido.
En ese momento, Liora
entró y dijo:
-Luna, este señor te ha
estado esperando desde la
tarde. No seas tan
descortés.
-No pasa nada -se defendió
Gabriel de ella. Acabas de
despertar, ¿quieres comer
algo? Liora te ha
preparado deliciosa
comida, ¿necesitas que te
alimente?
Su tono era como si
estuviera consolando a una
hermosa niña, con un leve
toque de cariño.
Capitulo 266

Nadie quería mostrar su


peor lado a los demás. Luna
realmente no esperaba que
Gabriel apareciera así
de repente. Lo rechazó:
-No tengo mucha hambre y
no quiero comer ahora.
Sin embargo, su estómago
gruñó en ese momento al
percibir el aroma de la
comida. Liora sonrió y
dijo:
-Ella teme verse mal y
avergonzada frente a los
demás.
-¿Qué le pasó acaso en el
rostro? ¿Por qué no veo
nada malo?-Gabriel mintió
para consolarla.
Liora entendió su intención
y también hizo un gran
eco:
-Si, Luna, tu rostro ya está
mucho mejor. No te
preocupes.
Luna tocó su rostro y el
dolor parecía aliviarse
mucho. Finalmente asomó
la cabeza por debajo de la
manta. Aunque todavía
estaba un poco hinchada,
era muy cierto que su
rostro ya estaba mucho
mejor.
Las manchas rojas en su
cuello también habían
disminuido bastante.
En realidad, Luna tenía
muchísima hambre, pero
insistió:
-Puedo comer yo misma.
-Todavía tienes el suero en
la mano. Déjame, te
alimentaré.
Mientras hablaba, la
cuchara ya estaba cerca de
los labios de Luna. Parecía
que no era apropiado
seguir
rechazándolo.
-Gracias agradeció Luna.
Gabriel respondió con una
leve sonrisa:
-No te preocupes, no pasa
nada.
En realidad, si fuera
posible, quería alimentarla
todos los días. Después de
todo, podría tener la
oportunidad de pedirle que
le devolviera esos favores.
Luna sopló la sopa antes de
cornerla. Para no quemarse,
solo dio un pequeño
mordisco y luego dijo:
Liora, ¿por qué el sabor es
un poco diferente al de
antes?
Liora le respondió:
-Isabel me dijo que agregar
un poco de pimienta haría
que el sabor fuera más
delicioso. No sé si te

Luna respondió un poco


desanimada:
-Vale.
Preferia el sabor original.
Al ver que estaba
deprimida, Gabriel la
entendió y le dijo:
-¿Te gusta esta sopa? La
próxima vez te la traeré y,
si no te gusta la pimienta,
no lo añadiré.
Luna preguntó con gran
sorpresa:
-¿Se puede?
En realidad, a Luna le
gustaba la sopa porque
también le gustaba a su
mamá. Liora le dijo que a
su mamá le encantaba la
sopa que vendían en el
puesto al lado de la
estación, por lo que Liora
fue especialmente a
aprender a cocinarla. Sin
embargo, aunque la carne y
los ingredientes que Liora
utilizaba eran los
mismos, el sabor aún era
muy diferente al del puesto
de comida.
-Claro -dijo Gabriel
mientras miraba a su
cuello, preguntó: ¿Por qué
no llevas el collar que te
regalé la
última vez? ¿No te gusta?
Luna no esperaba que le
preguntara eso, y le
respondió:
-No, ese collar es
demasiado valioso, tengo
miedo de perderlo, así que
lo guardé muy bien. La
próxima
vez, definitivamente lo
llevaré.
-De acuerdo.
Luna tomó toda la sopa que
Gabriel le dio y le entregó
el tazón totalmente vacío a
Liora. Gabriel tomo una
servilleta y quería limpiar
delicadamente las
comisuras de la boca de
Luna. Sin embargo, cuando
la tocó, Luna se apartó
ligeramente debido a la
incomodidad.
-No te muevas -ordenó
Gabriel con suavidad.
Después de limpiarla, tiró la
servilleta de inmediato en
el bote de basura, luego dijo
a Liora:
-Por favor, quiero hablar a
solas con Luna.
Liora entendió y salió. Los
ojos bonitos de Gabriel la
miraban fijamente,
diciendo:
Los rumores en la
preparatoria ya están
resueltos por completo.
Podrás regresar la proxima
semana y
nadie alll te molestará.
Luna agarró la sábana
inquieta ¿Acaso Gabriel se
habia enterado de esto? Eso
tambien era muy
Pero no tuvo otra opción
bajo aquellas
circunstancias.
Capítulo 267

En realidad, después de
aquel día, la relación entre
ella y Frida también se
había vuelto tensa.
De hecho, sería más preciso
decir que desde el
principio, Frida se acercó a
ella debido a Andrés.
Ahora, que ya habia
logrado su objetivo, ya no
necesitaba fingir ser su
buena amiga. Ambas solo
actuaban por
sus propios intereses.
-En cuanto a las palabras de
Frida, la pediré que se
disculpe contigo.
Con la cabeza agachada,
Luna miraba la mano que
descansaba sobre su dorso.
Sentía el suave calor de
su palma y su propia mano
parecía no estar tan fría en
esos momentos.
-Frida hizo todo por mi.
Ella sabe cómo me siento
hacia ti, pero estaba
demasiado impaciente. En
cuanto a lo que Sergio te
debe, yo te lo pagaré en su
lugar. En realidad, entre él
y yo, existe una relación
mucho más complicada de
lo que en verdad te
imaginas. Aún eres muy
joven y te lo explicaré poco
a poco con el tiempo.
Ahora, mi único deseo es
que me des un pequeño
lugar en tu hermoso
corazón, aunque sea solo
un poco. Solo quiero ser un
poco diferente para ti en
comparación con los
demás.
En su opinión, Luna era
como una botella y él era
como gotas de agua. Día
tras día, la botella se
llenaría
hasta el día en que estuviera
completamente llena.
Luna lo miró
profundamente. Vio los
deseos de posesión de
Gabriel, pero también
percibió que él en ese
momento se encontraba
conteniendo. Esa era la
diferencia entre él y
Andrés. En su vida pasada,
Andrés le mostró una
posesión excesiva y casi
enfermiza, porque era una
persona oscura y terca.
Sin embargo, no entendía
por qué los sentimientos de
Gabriel ejercían tanta
presión sobre ella. Se sentia
muy reprimida, pero
comprendía que esa no era
la intención de Gabriel.
Además, en su plan, no
necesitaba a nadie más. Lo
único que quería ella era
obtener la completa
libertad. Por lo tanto, la
emoción de Gabriel era un
factor inesperado para ella.
No sabía como responder y
nadie podía ayudarla en
este momento, pero él
estaba esperando su rápida
respuesta…
-Yo… -dijo luna mientras
bajaba la cabeza. En
realidad, todas las personas
son iguales para mí, porque
no quiero ser propiedad de
nadie. Solo quiero ser yo
misma. Tengo mis propias
metas y sueños que aún no
he logrado alcanzar.
Actualmente, lo único que
quiero hacer es no
depender de nadie, ingresar
a la Universidad de
Astraluna y completar mis
estudios. Es cierto que no
puedo entender lo que me
has dicho. Incluso en el
caso de Sergio, tan solo
quiero devolverle los
favores y nada más.
-Entiendo. Me alegra que
puedas compartir tus
pensamientos conmigo. Sea
cual sea tu decisión, la
comprenderé y te apoyaré
siempre -dijo Gabriel
mientras acariciaba el
cabello de la chica, incluso
propuso. Si no quieres
quedarte en la familia
García, puedo ayudarte a
salir de allí. Puedes venir a
la familia Sánchez, a mi
lado, yo te protegeré

Para ser honesta, cuando


escuchó la propuesta de
Gabriel, Luna vaciló un
momento. Era cierto que
queria salir de la familia
Garcia, pero ¿Miguel lo
permitiría? ¿Y cómo Andrés
reaccionaría? Si ella
escapara de su control,
Andrés qué le haría?
Pero luego recordó que, el
objetivo de Andrés siempre
había sido la familia García,
y eso no tenía nada
que ver con ella.
Gabriel… ¿Podría ser él justo
la solución para salir de la
familia García?
-Si algún día quiero salir de
allí, ¿me dejarás ir?
La sonrisa cálida en los ojos
de Gabriel se volvió aún
más brillante. Y dijo:
-Luna, eres una persona
independiente. Si
realmente quieres irte y
hacer tus propias cosas,
respetaré tu decisión.
Gabriel entendió
rápidamente que, si Andrés
quería obtener la familia
García, Luna sería la mayor
dificultad en ese proceso.
Sin embargo, la familia
García no significaba nada
para Gabriel, y mucho
menos Andrés, una persona
como un ratón que solo
merecía vivir en la absoluta
oscuridad. Por lo tanto,
a cambio de Luna, podría
darle toda la familia García,
incluso un precio diez veces
más que eso.
Luna también sabía muy
bien que una vez que
tomara esa radical decisión,
tendría una relación
mucho
más estrecha con Gabriel.
Sin embargo, esa
consecuencia parecía
mucho mejor en
comparación con
quedarse en la familia
García, frente a Andrés…
Capitulo 268
Alrededor de las siete y
media de la noche, Gabriel
salió del hospital. Rafael
notó la sonrisa en el bello
rostro de su jefe y
comprendió que debía
tratarse de una visita
bastante alegre. Una sola
frase de Luna
tenia un efecto casi que
milagroso, mejor que todos
los medicamentos que
Gabriel había tomado.
Pero
eso también era un buen
resultado.
Gabriel sacó unas pastillas
para el dolor de su bolsillo
y se las tomó. El clima
estaba bastante frío y sus
piernas todavia le dolían de
vez en cuando.
Dile a Adolfo que prepare
una habitación en la
mansión y la decore según
los gustos de ella ordenó
Gabriel.
Rafael se sorprendió y le
preguntó de inmediato:
-¿La señorita Luna se
mudará a la mansión?
¿Cómo se lo explicaremos a
la señora?
Gabriel respondió:
-Me encargaré de
informarle. Vamos,
¡Regresemos a la empresa!
-Sí, señor.
En realidad, si Luna
realmente pudiera salir de
la familia García, sería algo
muy bueno para Gabriel.
Después de todo, ella tenía
un hermano tan cruel como
Andrés, quien podía
quedarse de brazos
cruzados ante este hecho,
cuando su hermana era
intimidada e incluso la
humillaba frente a la
gente.
Miguel García habia criado
realmente a un lobo feroz!
Si se enterara de todo eso,
¿cómo trataría a ese
hijo que había criado con
tanto esfuerzo durante
tantos años??
En el hospital, Luna se
sentó tranquilamente en la
cama. Miró la vista
tranquila nocturna a través
de la ventana, las luces se
reflejaban en sus ojos.
Parecía estar pensando en
algo.
En realidad, no sabía si lo
que había hecho era
correcto o incorrecto. Cada
decisión que tomaba ponía
realmente en riesgo toda su
vida. Con un paso en falso,
la perdería…
*Andrés, si salgo de la
familia García, obtendrás
todo lo que tú quieras.»>,
pensó.
Alrededor de las diez de la
noche, Luna se durmió.
En la habitación oscura,
apareció una figura negra.
El hombre dirigió su
mirada profunda a la chica
dormida y le preguntó a
Liora:
Aparte de Alvaro, ¿quién
más ha venido hoy?

Liora le respondió:
-Un señor de apellido
Sánchez. Él vino a visitar a
Luna. Los dos charlaron
animadamente un poco en
el pabellón, pero no sé de
qué hablaron. Después de
que ese señor se fue, Luna
se ha quedado en la cama
muy pensativa. Además, le
dijo a Luna que los rumores
en la preparatoria ya están
resueltos, y Luna podrà
regresar a la preparatoria
tranquilamente la próxima
semana.
En ese momento, parecia
como si hubiera una
tormenta en los ojos
profundos de Andrés.
Después de un
silencio sofocante, volvió a
preguntar:
-¿Y cómo está de su
enfermedad?
-Mañana podrá salir del
hospital. Los sintomas en su
cuerpo necesitarán otros
dos o tres días para
desaparecer por completo -
respondió Liora.
Andrés agitó ligeramente la
mano y Liora se retiró en
silencio.
Mientras Luna dormia,
sintió que su rostro le
picaba nuevamente. Aun
profundamente dormida
debido a la falta de sueño
de la noche anterior a causa
de la terrible alergia, sin
darse cuenta, se rasgó el
rostro y volvió a dormirse
de inmediato.
A su lado, había un gran
espacio vacío. El hombre se
quitó los zapatos, levantó
las sábanas y se acostó
junto a su cuerpo. En la
manta, además del olor del
ungüento, había también el
aroma dulce y delicado
de la muchacha
Andrés cerró los ojos y
descanso tan solo un poco.
Creía que se quedaría
dormido rápidamente, sin
embargo, se mantenia
sorprendentemente
despierto. En su cuerpo,
siempre había una bestia
aterradora
en la profunda oscuridad.
Era un monstruo
encadenado que no podía
mostrarse bajo la luz. Una
vez que
se liberara de su cuerpo,
superaría su límite de
control. Pero no tenía otra
opción más que contenerlo
el mayor tiempo posible..
Al día siguiente, Luna
despertó naturalmente más
relajada. Lo primero que
hizo fue revisar las
manchas
rojas en sus brazos y se dio
cuenta de que habían
disminuido
considerablemente.
De repente, una idea muy
aterradora cruzó por su
mente, lo que le hizo sentir
un leve escalofrío. En ese
momento, Liora entró en la
habitación con un bello
ramo de flores en la mano.
El aroma fresco llenó el
aire. Luna le preguntó con
gran cautela:
-Liora, anoche mi hermano
vino?
Libra respondió
S pero solo se quedó unos
minutos y se fue.

¿De verdad? De repente,


Luna comenzó a dudar.
¿Había pensado demasiado?
Tal vez era solo un
problema con la manta… a
Sacudió la cabeza y decidió
de repente dejar de darle
vueltas al asunto.
Liora le dijo:
-El médico vendrá a
revisarte más tarde. Si todo
está muy bien, te darán de
alta hoy del hospital.
Andrés
también vendrá más tarde.
Luna frunció el ceño y
pregunto:
-¿Por qué viene él?
-Hoy es fin de semana y
por lo tanto Andrés tiene
tiempo libre. Vendrá a
recogerte y llevarte a casa.
Después de colocar las
flores en la mesa, Liora le
dijo:
—Esta mañana me levanté
temprano y te preparé sopa
de nuevo. Como no te gusta
la pimienta, no la
agregué.
Luna se quejó fingiendo
estar muy enfadada:
-Pronto estaré de alta y ¿por
qué te molestas con todas
estas cosas? Podemos
hacerlo en casa.
Liora sonrió amablemente:
-El señor me emplea para
cuidarte, así que es mi
deber ponerte como
prioridad. Aunque a Isabel
le gusta la pimienta, sé que
a mi princesita no le gusta,
así que no la agregué.
En realidad, en este asunto,
Luna se sintió un poco
triste. Liora había estado a
su lado desde que era muy
pequeña, en su corazón, no
quería que fuera más
amable con otras personas
que con ella. También
sentía ciertos celos.
Luna abrazó a Liora y dijo
actuando como una niña:
-No permitiré que seas más
amable con los demás que
conmigo. Solo puedes ser
un poquito amable
con los demás, nada más…
Liora sonrió y le dio
palmaditas en la espalda,
diciendo:
-Qué tontita, nunca te
comparo con los demás.
Eres mi princesita hermosa,
y siempre tú tienes la
prioridad en mi corazón.
Luna

De repente, escuchó la voz


de Isabel, Luna miró hacia
la puerta, sin saber cuándo
habían llegado.
Isabel estaba junto a
Andrés, luciendo un
delicado abrigo blanco y
una bufanda gris, que
parecía ser de la misma
serle de la bufanda negra
que llevaba Andrés.
Mientras, sostenía un bello
ramo de girasoles en
sus manos.
Isabel se acercó y preguntó
muy preocupada:
¿Te sientes mejor ahora?
Luna afirmó y mostró una
sonrisa:
-Estoy mucho mejor.
Gracias por tu
preocupación.
-Ah, por cierto, ¡tengo una
excelente noticia para ti!
En realidad, Luna no sintió
mucha sorpresa, pero aun
así le respondió:
-¿Qué buena noticia?
Isabel dijo muy
emocionada:
-¡Qué bueno, volveremos a
ser compañeras de clase!
Los resultados de los
exámenes finales salieron y
me asignaron a tu clase. Mi
hermana menor es tan
sobresaliente como la
mayor, asi que debo
esforzarme muchisimo
más.
Luna la felicitó
sinceramente:
-¡Felicidades!
-En realidad, también tengo
que agradecerle a Andrés, si
no fuera por sus clases
particulares, tal vez
habría perdido esta valiosa
oportunidad.
Mientras hablaba, Isabel
miró a Andrés con gran
gratitud.
En ese momento, se
escuchó a lo lejos la voz de
Adolfo:
-Señorita García.
Aparte de él, también había
un grupo de
guardaespaldas. Se acercó a
Luna cautelosamente y le
dijo con
una actitud muy
respetuosa:
-Los trámites ya están
listos, ya puedes irte
cuando quieras.
Capitulo 269
-Salir del hospital?
Tanto Liora como Isabel
miraron a Adolfo algo
confundidas y
desconcertadas, excepto
Andrés…
Luna sintió una ráfaga de
frio que la envolvía de
inmediato. Hizo todo lo
posible por ignorar la
mirada sombría de Andrés
mientras permanecía en
completo silencio.
Isabel rompió el incómodo
silencio y pregunto:
-Luna, ¿qué está
sucediendo? Adolfo le
explicó.
-Gabriel disfruta de la
comida que la señorita
Garcia prepara, así que la
invitó a la mansión de la
familia Sánchez para que
viva alli por un tiempo.
Discutimos esto con el
señor Miguel García con
anticipación y él estuvo de
acuerdo con esto.
Liora se preocupó y dijo:
-Pero Luna todavia está
enferma… ¿Cómo es posible
que el señor esté de
acuerdo?
Sin embargo, ¿como podria
Miguel no estar de acuerdo?
Si no dejara a Luna en la
familia Sánchez, la enviaría
a otra familia muy
adinerada y poderosa.
Desde que Luna era
pequeña, Miguel había
invertido muchísimo
dinero en su educación
para convertirla en una
herramienta útil según su
deseo. Su única
intención era utilizarla
como una ficha de
intercambio de intereses.
Y la familia Sánchez era
precisamente, la familia
más rica y poderosa en la
ciudad de Astraluna. La
familia García ni siquiera
era digna de ser su rival.
Ahora, Gabriel le hacía una
solicitud sobre Luna, y él la
aceptaría muy complacido
sin ninguna duda. De
hecho, si Gabriel expresara
su voluntad, Miguel sin
ningún problema enviaría a
Luna a su familia
voluntariamente lo más
rápido posible.
-Es la decisión del jefe de la
familia García. Tú eres solo
una criada y no tienes
derecho a intervenir
dijo Adolfo fríamente.
Luna tranquilizó a Liora:
-Liora, no te preocupes.
Volveré en unos días.
Liora dirigió la mirada a
Andrés y no dijo nada más.
-Señorita, ¿si necesita una
silla de ruedas me
informas?
Luna se negó con la
cabeza:
No, gracias. Después de
cambiarme de ropa, puedo
irme.
-De acuerdo. El señor
Gabriel está afuera de la
habitación hablando por
teléfono. Le esperaremos
en la puerta.
Luna obedeció.
Después de que Adolfo se
marchó, Isabel se sintió
algo aliviada. Tenía que
admitir que, aunque fuera
solo un mayordomo, el
ambiente en las familias
poderosas era mucho más
opresivo que en las familias
más pequeñas como la de
los García.
Durante todo el proceso,
Andrés no pronunció ni
una sola palabra. Pero,
aunque Luna no lo miraba,
podía percibir que su rostro
debía estar
extremadamente sombrio y
profundo.
Antes de irse, Liora le
entregó a Luna una
lonchera con la sopa
preparada.
Luna se subió al lujoso
coche de Gabriel, seguido
por un convoy de coches de
lujo.
En el coche, Gabriel tomó
muy suavemente la mano
de Luna. Su gran mano con
un tatuaje en el dorso
podia envolver por
completo la delicada y bella
mano de Luna mientras
preguntaba:
-¿Vamos?
Luna aceptó y el coche salió
del hospital. Luna retiró su
mano ligeramente y dijo:
-Voy a dormir un poco.
Despiertame por favor
cuando lleguemos.
La mansión de la familia
Sánchez se encontraba en la
zona más lujosa de la
ciudad, con un valor
incalculable. Las personas
comunes no tenían ni
siquiera la minima
oportunidad de imaginar
una vida en esta zona,
porque incluso ni las
familias adineradas podían
obtener un terreno en esta
zona solo con dinero.
Sin embargo, la familia
Sánchez no solo tenía una
bella mansión alli, sino
también muchas villas para
sus miembros.
Capítulo 270
Los abuelos Sánchez solía
pasar su tiempo libre
cuidando de las flores y
plantas en un amplio jardín
que
habían creado. El amplio
jardín estaba lleno de
diversas flores y plantas
muy exuberantes. En el
patio,
había un gran árbol de
ginkgo, con una gran
historia de más de
quinientos años de
antigüedad.
Desde hace cien años, la
familia Sánchez se había
dedicado por completo a
los negocios. Incluso en los
tiempos turbulentos, los
dos ancianos lograron
controlar fácilmente todos
los comercios de la ciudad
y mantener una fuerza muy
poderosa sin disminuirla
hasta hoy.
La familia siempre había
valorado mucho sus
tradiciones y, a menos que
fueran permitidos, todos
los miembros de la familia
tenían que vivir juntos.
Pero, Gabriel tenía el
privilegio de ignorar la
mayoría de estas
tradiciones, porque los
ancianos le habían
dado mucho cariño a ese
nieto mayor de la familia.
Además, ahora había
heredado los negocios de la
familia; la pareja lo
apreciaba aún más porque
Gabriel era un heredero
legítimo y muy capaz.
La villa de Gabriel en la que
él vivía era la más cercana a
la casa principal de la
mansión. Y los ancianos
vivían en otra parte más
tranquila y elegante.
Luna creía que Gabriel le
llevaría a la villa que estaba
cerca de la familia García.
No esperaba que
ellos hubieran llegado
directamente a la mansión
de la familia Sánchez.
Al ver el magnífico paisaje,
Luna quedó impresionada
por el paisaje. La mansión
estaba ubicada justo en
un lugar tan hermoso,
rodeado de montañas con
un entorno elegante.
Además, había muchos
guardias de seguridad que
protegian la mansión todo
el tiempo..
Estaba muy impresionada
por todo esto, pero también
se lamentaba mucho en su
interior. Porque, en la
vida pasada, después de que
Andrés obtuviera la familia
Sánchez, había destruido
toda la familia, incluso
este lugar…
Ella había presenciado
tristemente, cómo la
antigua y próspera familia
Sánchez fue devastada por
completo en un gran
incendio en aquella
noche…
Con solo tres años, Andrés
había derrotado a toda esa
familia con cien años de
historia. En esta vida,
Luna esperaba que por
nada del mundo eso no
volviera a suceder… 1
Sin embargo, no pudo
evitar recordar la crueldad
de Andrés. Ahora, había
escapado de la familia
García, pero ¿qué tipo de
represalias tomaría Andrés
contra ella…?
Te gusta este lugar,
¿verdad? -preguntó
Gabriel.
Luna observó a su
alrededor. Este lugar
parecía al menos diez veces
más grande que el Campo
de Golf para Gabriel…
Luna afirmó:
-Muy bonito.
En realidad, en su vida
pasada, también había
vivido en un lugar aún más
lujoso en comparación con
esta mansión. Sin embargo,
en aquel entonces, era la
famosa esposa de Andrés y
aquel lugar era
precisamente una jaula de
oro que Andrés le había
preparado. Después de
casarse con Andrés, en los
ocho años siguientes, no
había podido dar ni un solo
paso fuera de aquella
jaula…
La única vez que pudo
tener la valiosa
oportunidad, fue expulsada
de la familia debido al
nuevo
matrimonio de Andrés y
María, y la aparición de su
hijo. Al pensar en estas
cosas, Luna sintió un
intenso dolor muy fuerte
en el corazón que casi le
quitó por completo la
respiración.
-Si te gusta, le puedo decir a
Adolfo para que te
acompañe a dar un paseo
por aquí. Tengo algo muy
importante que atender en
la empresa y no puedo
acompañarte -dijo Gabriel.
En realidad, se dio cuenta
de que Luna no mostró
ninguna felicidad al
respecto, lo cual era
diferente a lo que había
imaginado..
Luna movió ligeramente la
cabeza y respondió
sonriendo:
-No, gracias. Mi rostro
hinchado es demasiado feo
ahora.
Gabriel también dijo con
una sonrisa muy suave:
-Lo siento, te mentí porque
quería que comieras algo.
-No te preocupes, lo sé.
Cuando llegaron a la villa
de Gabriel, se detuvieron.
Gabriel dijo:
-He dado las órdenes a
todas las personas para que
no te molesten en lo
absoluto. Si necesitas algo,,
dile a Adolfo.
Mientras hablaba, Gabriel
sacó una cajita delicada
desde el bolsillo y la abrió
con sutileza. Era el collar.
-Cuando Adolfo fue a tu
casa para recoger las cosas,
encontró este collar
guardado en el cajón. Te lo
pongo ahora, ¿de acuerdo?
Sin saber por qué, Luna
tenía una fuerte sensación
reprimida en su interior.
Creía que se aliviaria
después de salir de la
familia García, sin
embargo, parecía que la
realidad esto no era asi…
Tal vez porque, todavía
vivia en la casa ajena….
-Está bien.

Gabriel se detuvo frente a


ella, con una distancia muy
corta, Luna podría percibir
el aroma fresco del
hombre: Gabriel arregló su
cabello y acarició su mejilla,
luego le colocó muy
cariñosamente el collar
frente a todos, como si
estuviera anunciando su
posesión.
Capítulo 271
En este momento, Eric se
acercó:
-El tiempo apremia, señor.
Después de ponerse el
collar y mirar la luna en su
pecho, levantó los labios
muy satisfecho.
-Entendido. Me voy
primero a la empresa,
descanso en casa y
espérame esta noche.
Luna aceptó:
-Está bien.
Miró a Gabriel mientras se
alejaba. Adolfo realmente
esperaba que Luna se
quedara con él. La
enfermedad del señor, que
rara vez se curaba, todos en
la familia pensaban que no
viviría más que unos
meses… La enfermedad en
realidad podría curarse,
pero las heridas
psicológicas no se curarían
de la noche a la mañana.
Solo la señora García
podría hacer que el señor
viva como una persona
normal.
Comparado con esa mujer,
preferiría en realidad que la
persona que se quedara con
el señor en el futuro
fuera la señora García.
Adolfo dijo:
-Señorita, el señor te ha
preparado una habitación.
Sígueme.
Luna siguió
obedientemente a Adolfo y
subió al ascensor del hogar,
llegando al quinto piso. Se
detuvieron frente a una
puerta abierta.
-Esta es su habitación, y la
habitación del señor está
aquí al lado.
-Preocupado de que no te
acostumbres a vivir en la
familia Sánchez, todo en la
habitación está
cuidadosamente dispuesto
según la disposición de su
habitación en la mansión
García.
Luna miró y confirmó que
incluso la ubicación de las
pinturas era la misma… ¿Así
que trajeron todo lo
que tenía en la mansión
Garcia? ¿Incluso esa cama?
-En el vestidor, si a la
señorita Luna no le gusta
este estilo, puede cambiarlo
en cualquier momento que
desee.
Luna afirmó.
-Gracias.
-De nada. Señorita García,
descansa bien. Si hay algo,
no dudes en pedirlo.
-SI.

Después de que Adolfo se


fue, Luna entró en la
habitación y miró a su
alrededor. Era más grande
que lat habitación en la
finca. Pero ella no estaba
interesada en apreciar el
paisaje en este momento.
Desde que se fue, ha
sentido una triste ansiedad,
no sabe si está pensando
demasiado.
-¿Viste claramente a esa
persona hace un momento?
¿Es la que el joven
mencionó antes?
No parece. Su rostro estaba
cubierto de erupciones, no
sé qué enfermedad tiene.
La mujer que dejó tan
miserablemente al señor y
luego lo abandonó para irse
al extranjero, no puede ser
ella.
-Pero es la primera vez que
veo al señor traer a una
mujer a casa. Antes, el joven
nunca traía a ninguna
mujer a la familia.
-Sí, no sé qué señorita es…
¿Esa persona?
¿Es la que Adolfo
mencionó?
En aquel entonces, Gabriel
perdió la mitad de su vida
por ella, y ella, en el
momento oportuno, lo
salvó.
Parece que esto es el
destino.
Luna no sintió ni un ápice
de celos en su noble
corazón. Por el contrario, se
sintió emocionalmente
estable. Salvó la vida de
Gabriel, y Gabriel la sacó de
la finca. En el futuro… no se
debían nada el uno al
otro.
A medida que caia la noche,
toda la casa se iluminó.
Desde la posición del
quinto piso, se podía ver el
paisaje fuera del balcón…
Al quedarse en casa de otra
persona, lo correcto sería
saludar al dueño. Después
de medio día, Luna no fue
molestada absolutamente
por nadie. Parece que los
dos ancianos de la familia
Sánchez tampoco
saben que Luna ha venido a
la familia Sánchez.
Está bien de esta manera, a
ella siempre le ha
inquietado causar
problemas.
Bajó al comedor para
cenar.
El sirviente trajo la última
sopa.
-Señorita, todo esto fue
elaborado según las
preferencias suyas, es de
sabor muy suave, y además
hay
pastel de dátiles para usted.
Luna miró la mesa llena de
comida, era demasiado, ella
no podía comerlo todo.

-En el futuro, hagan menos,


no puedo comer todo esto.
Señorita, no se preocupe. Si
teme desperdiciar
alimentos, los restos no
consumidos se procesarán
y se enviarán luego a la
granja para alimentar a los
animales. No habrá
desperdicio en absoluto.
-¿También hay una granja
aquí?
-Si, hay muchos cerdos,
vacas y ovejas. Además, la
carne de los animales que
se utiliza en la cocina
también es criada y
sacrificada por nosotros.
-La señora mayor en el
patio trasero también
cultiva algunas verduras,
frutas y trigo. La comida
que la señorita está
comiendo ahora fue
cultivada personalmente
por la señora mayor.
-¿Es asi?
-Sí.
Al escuchar esto, Luna
estaba un poco curiosa por
ello. Después de todo, los
dos ancianos de la familia
Sánchez fueron personas
muy influyentes en
Astraluna en ese entonces.
Después de retirarse,
¿todavía
tienen tal tranquilidad y
ocio?
Capítulo 272
Si tuviera la valiosa
oportunidad ella quería
visitarlos.
Después de cenar, Luna
regresó a su habitación.
Tomó su teléfono y vio que
el mensaje de Sergio aún
estaba de la semana pasada.
No sabía si él estaba
estudiando bien.
Isabel había ingresado a la
clase 1, a través de los
exámenes finales.
¿Cómo le habría ido en sus
calificaciones?
Luna le envió un mensaje a
Sergio: ¿Cómo le fue en el
examen?
Después de esperar unos
minutos, no hubo
respuesta.
Luna decidió no esperar
más.
Cuando dejó el teléfono, la
pantalla apagada se iluminó
repentinamente, pensando
que era su respuesta.
Pero al mirar de nuevo, era
una noticia sobre la trágica
muerte de una joven.
Avalancha en la Gran
Montaña hoy, quedaron
atrapados a varios
esquiadores.
Causó muchas lesiones y
pérdidas de vidas, con
treinta y dos heridos y ocho
muertos, y una persona
aún
desaparecida, siendo
buscada desesperadamente
por la policía.
La persona era Lucía
López, una estudiante de
veinte años de la escuela de
arte, si alguien tiene pistas,
comuníquese de inmediato
con la policía.
¿Lucia López?
Luna continuó leyendo y
encontró una foto debajo.
Sus pupilas se dilataron al
instante; ¡Oh…! jera la
misma persona que había
conocido en la pista de
esquí
la última vez!
La novia de Andrés durante
un año.
¿No estaba bien la última
vez que la vio?
¿Cómo murió de repente?
Al pensar en esto, Luna
sintió un total escalofrío en
su cuerpo y se le erizó por
completo la piel.

Temblorosa, Luna bajó el


teléfono.
No se atrevía a pensar
demasiado.
A las diez de la noche.
Gabriel entró cansado en la
sala, la empleada doméstica
se acercó de inmediato. -
Señor.
-¿Dónde está Luna?
-La señorita tomó medicina
y ya se durmió.
Gabriel hizo un gesto con la
mano y la empleada se
retiró.
No la molestaría a esta
hora.
Se dirigió al mostrador.
Sacó una botella de whisky,
se sirvió medio vaso, ya que
ahora no podia dormir con
medicamentos, solo
podía usar alcohol como
ayuda para lograr dormir.
A las once y media, Gabriel
finalmente regresó a su
habitación.
Se detuvo frente a la
puerta.
Miró fijamente esa puerta
cerrada
Así está muy bien,
permanecer junto a él todo
el tiempo.
Esa noche, Luna no durmió
bien, tuvo una terrible
pesadilla.
Soñó que estaba
encarcelada, cadenas de
hierro gigantes la atraparon
en una habitación sin luz…
Cuando finalmente logró
escapar, un feroz
depredador invisible la
perseguía incesantemente.
Despertó sudando frio.
Cuando se desperto, ya era
de día afuera.
Su pijama estaba
totalmente empapada, se
levantó y fue al baño a
ducharse.
Salió del baño, se vistió de
inmediato.
Alguien llamó a la puerta.
Luna se secó el cabello y
salió.
Abrió la puerta y encontró
a Gabriel, vestido con una
pijama informal.

El vapor del baño hizo que


los ojos de Luna brillaran,
agregando un toque muy
seductor a su mirada,
-¿Olvidaste? Hoy tienes
clases – Gabriel sonrió
mientras pasaba la mano
por su cabello-. Este es el
uniforme escolar que la
preparatoria te envió. Ponte
esto. Después de desayunar,
te llevaré a la
preparatoria.
-Luna: —¿No te molestaré?
-No, es de camino a la
empresa.
-Gracias.
En realidad, estar con él no
era tan fácil.
Capitulo 273
El lider de la familia
Sánchez rara vez se dejaba
ver fácilmente. En la
entrada de la escuela, casi
siempre era llevado por un
conductor exclusivo en un
coche privado con una
marca única en la placa.
Cuando velan el coche de la
familia Sánchez, incluso en
medio del tráfico, todos se
apresuraban a ceder el
paso.
Luna bajó del coche, y la
gente a su alrededor no
mostró sorpresa alguna al
verla. En la Preparatoria
Privada Aurora, todo el
mundo sabia que Luna era
amiga del hijo ilegítimo de
la familia Sánchez, pero
nadie sabía que también
tenia una excelente
conexión con el heredero
de la familia Sánchez.
Ahora, con el presidente de
la familia Sánchez llevando
a Luna personalmente a la
preparatoria,
significaba que Luna ya era
parte de la familia Sánchez.
Solo con esto, nadie se
atrevería a ofenderla
más.
Luna se sintió incómoda
bajo las miradas de todos.
-Voy a clases -dijo.
Gabriel afirmó
-Bien, te recogeré después
de la escuela.
-Si.
Luna también tenía clases
por la tarde, y como
Gabriel solía terminar su
trabajo al mismo tiempo
que ella terminaba la
escuela, no podía rechazar
su especial oferta de
recogerla.
Frida, que también
presenció la escena por
completo, no se sorprendió,
solo se sintió incómoda.
Después del incidente
anterior, su hermano
mayor temía que Luna se
distanciara de él debido a
su relación con ella, así que
le dio una advertencia.
Frida solo le había
enseñado a Sergio, quien
no sabia apreciar las cosas,
una lección por su
hermano mayor. Su madre
le había pedido de forma
muy especial, que arreglara
la relación con su hermano
mayor, y la última vez que
pudieron hablar con el fue
gracias a Luna. Por culpa de
Sergio, su relación con
Luna también se tornó muy
tensa.
Ahora, Frida no sabía cómo
abordar el tema con Luna.
-Andrés, ¿Luna va a
regresar después de ir a la
familia Sánchez?
Los bellos y profundos ojos
de Andrés no revelaron
nada.
-Eso no es asunto tuyo. Ve a
clases y no llegues tarde..
-Lo entiendo, Andrés.
Luna pasó por el pasillo de
la Clase 6, donde Sergio
llevaba su camiseta de
manga corta, con las manos
en los bolsillos, mostrando
una actitud muy arrogante
y algo desenfrenada. Nada
había cambiado en él
desde la última vez que se
vieron, y parecía muy
despreocupado como
siempre.
Se acercó a ella, y Sergio,
sin mirarla, pasó de largo
sin prestarle ninguna
atención.
-Sergio. -Luna detuvo sus
pasos y se volvió hacia él.
Sergio también se detuvo.
-¿Dónde está tu boletín de
calificaciones?
Luna preguntó Isabel y
Frida pasaron justo en ese
momento.
Con total impaciencia,
Sergio sacó un papel de su
mochila y lo metió con
agilidad en el bolsillo del
compañero que tenía al
lado. Su secuaz sonrió y le
entregó el boletín de
calificaciones a Luna.
Luna miró detenidamente a
Sergio con sospecha y
luego se centró en el
boletín. Frunció el ceño al
ver que, aunque obtuvo la
puntuación más alta en
matemáticas, que era un
examen de 150 puntos, solo
alcanzó 92 puntos, y las
demás asignaturas tenían
calificaciones por debajo de
67.
Había estado tutorizando a
Sergio durante casi un mes,
y durante ese tiempo, no
aprobó ni una sola
materia.
-¿Qué has estado haciendo
entonces todos estos días?
Luna se sintió tan molesta
que no sabía qué decir.
El secuaz a su lado sonrió y
le dijo:
-Señorita, Sergio ha
mejorado bastante. ¡Ha
avanzado siete u ocho
lugares en la clase, es un
excelente progreso!
Sergio tenía la intención de
ingresar a la Universidad de
Astraluna, ¿verdad? Pero
con estas
calificaciones, sería difícil
incluso para una
universidad de segundo
nivel.
Luna sintió como si
estuviera criando a un hijo
propio, invirtiendo tiempo
y esfuerzo, pero no veía
ningún
progreso.
Devolvió el boletín y dijo
con voz grave:
Sergio, no olvides lo que
me dijiste.
Si las cosas seguían así, seria
inútil gastar más tiempo y
esfuerzo en él.
Luna se fue y regresó a su
clase
-Sergio, parece que ella está
enojada, su rostro no se ve
muy bien. Pero obtuvo
puntuaciones más altas
que yo. ¿No es eso bueno?
Capitulo 274

Luna llegó a la clase, como


de costumbre, sin ninguna
diferencia notable. Excepto
en la clase de matemáticas
avanzadas, donde Isabel la
sustituía en su lugar.
Esto también le molestaba,
porque después de tanto
esfuerzo, al final todo fue
en vano, absolutamente
nada cambió.
El progreso de la clase 1 fue
rápido; ya se habían
cubierto todos los temas del
libro. En este momento,
todos estaban en la etapa de
revisión final. Luna tuvo
varios días libres sin asistir
a la escuela, y ahora
tenia que ponerse al día con
lo que se había perdido.
Lo que más le preocupaba
era Sergio. A pesar de que
Isabel había estado en la
clase durante varios días, no
había tiempo suficiente
para relajarse en el
progreso académico.
La última clase del
mediodía finalmente
terminó. Isabel aprovechó
justo el tiempo del
almuerzo para
buscar a Luna.
-Luna, ¡vamos a comer
juntas!
Luna levantó la vista y la
miró.
-Todavía tengo algo que
hacer, ve tú primero.
Isabel inclinó la cabeza
muy curiosa al ver lo que
Luna sostenía en sus
manos.
-¿Un plan de estudio? ¿Para
qué es esto?
Luna le explicó:
-Es para Sergio. Sus
calificaciones no son las
ideales, y ya que dijo que
quiere ayudarlo con las
clases,
no puedo abandonarlo a
mitad del camino.
-Oh, entiendo. Bueno,
entonces me iré primero.
Todavia hay clases más
tarde.
Luna afirmó con la cabeza.
Hizo esto para darle un
objetivo a Sergio, para que
él supiera lo que debía
hacer. Después de
terminar, Luna se dirigió a
la clase 6.
El clima hoy estaba algo
sombrío, con una leve
llovizna muy constante.
Tan pronto como entró, vio
a Sergio con la cabeza
apoyada en el escritorio. El
aula ya estaba vacía.
Luna se acercó y le dio un
pequeño golpecito en el
hombro.

Sergio, ven conmigo a la


biblioteca.
Sergio se despertó y aparto
su mano.
-Déjame en paz.
Notando su mal humor,
Luna tomó una silla y se
sentó tranquilamente a su
lado, extendiendo la mano
para tocar su frente.
-No tienes fiebre.
-Sergio, ha pasado algo
recientemente? Dijiste que
querías ingresar a la
Universidad de Astraluna,
pero si continúas así, no
podrás hacerlo.
Las quejas de Luna
molestaron a Sergio, quien
se apoyó de inmediato en la
mesa, se pasó ligerarnente
la mano por el cabello y la
miró.
Luna notó los ojos
enrojecidos de Sergio. Él
frunció el ceño, se levantó,
pateó la mesa con
frustración y dijo:
-Si no puedo entrar,
entonces pues no iré. No
vengas a molestarme,
¡maldición!
Sergio se fue con las manos
en los bolsillos.
-Sergio llamó Luna.
Él ni siquiera miró hacia
atrás.
¿Qué le pasaba a él?
Realmente, preocupada,
Luna lo siguió, sin saber a
dónde iba.
Finalmente, llegaron a la
azotea del piso doce.
Sergio se apoyó en el borde
de la puerta, sosteniendo
un cigarrillo.
-Déjame quiero estar solo.
Luna subió los últimos
escalones, sacó de su
bolsillo del uniforme una
pastilla de caramelo azul
transparente.
-Aprendiste a fumar a tan
temprana edad. ¿Olvidaste
lo que dijo el médico? Sin
tabaco ní alcohol para
prevenir problemas renales.
No sé qué te ha pasado,
pero todos tenemos
secretos. Come este
caramelo, tal vez te haga
sentir un poco menos
infeliz. Dejemos lo que
dijiste hace un momento
como si solamente fuera
solo enojo. Tendremos tres
horas de clases después de
la escuela en la biblioteca,
en et lugar de siempre.

Luna no quería molestarlo


más y se dio la vuelta para
bajar rápidamente las
escaleras.
De repente, escuchó una
voz desde atrás.
-¿Te divertiste en la
mansión Sánchez?
¿Quieres saberlo? Entonces
recuerda venir. Te daré allí
la respuesta. -Luna se
volvió ligeramente,
mirando su figura.
Después de la escuela, Luna
fue a la biblioteca.
Capitulo 275
Él también llegó.
Realmente esto pudo
atraerlo.
Sergio dejó caer
bruscamente su mochila,
casi resbalándose de la
mesa, Luna la atrapó y la
colocó en la
silla a su lado.
-Ya que estás aquí,
empecemos.
Sergio se sentó cruzando las
piernas, de manera
despreocupada.
—¿Primero repasamos o
charlamos?
-Tú decides.
Luna sonrió, ya sabía que, si
no le decía probablemente
él no prestaría atención.
Ahora la biblioteca estaba
vacía, Luna sacó un álbum
de dibujos de su mochila y
lo empujó directo hacia
él.
-Aparte de mí, eres la
primera persona en ver este
álbum.
Sergio pasó detenidamente
las páginas una a una, eran
paisajes dibujados con
líneas de lápiz, cada lugar
estaba delicadamente
marcado.
-¿Te gusta?
-No está mal.
-¿Qué crees que le falta?
-¿Qué estás tratando de
decir?
-Estos lugares son reales y
son los lugares a los que
quiero ir. Estas son las
razones por las que quiero
entrar a la Universidad de
Astraluna. No he coloreado
ninguna de las imágenes
porque quiero ver estos
lugares con mis propios
ojos y restaurarlos
detenidamente poco a poco
con mis propias manos
algún dia. Quiero ir a
verlos. Sergio, en este
mundo, hay muchas cosas
que no he visto. La
compañía emocional no es
una necesidad para mí, ni
siquiera siento la soledad
estando realmente sola. En
realidad, disfruto de la
libertad de no tener amigos
alrededor. Ya sea amistad,
familia, o…. amor. Sergio, ¿
entiendes lo que estoy
diciendo? Lo que estoy
pensando está más allá de
todo lo actual, Lo que
mencionas acerca de la
familia Sánchez,
realmente… es un lugar que
la gente común no puede
alcanzar, incluyendo a tu
hermano, él es un gran
orgullo celestial. También
es muy bueno. Pero para
mi, hay algo tratando de
liberarte de todo… No
deberiamos ser así…
Todos deberían vivir por sí
mismos, no lo crees.
En lugar de convertirse en
un muerto viviente.
-La forma más fácil y
conveniente ahora es… -
Luna le empujó un libro de
ejercicios de matemáticas
hacia él- estudiar bien y
formar el camino para tu
futuro.
-Pero, todas las cosas se
basan en la salud, el médico
dice que tienes deficiencia
renal, así que mejor
cuida primero tu salud.
Sergio: -No vas a dejar
pasar esto, ¿verdad? Es un
mal médico, tarde o
temprano
cerrará su consultorio.
Luna extendió la mano.
-¿Qué estás haciendo?
-Incautándole los
cigarrillos.
-¿Qué?-Sergio sonrió
suavemente, pero sus ojos
mostraban una tristeza
persistente.
-Te he dicho todo lo que
necesitas saber. Ahora es el
momento de que cumplas
tu promesa.
Sergio sacó los cigarrillos
de su bolsillo con gran
entusiasmo:
-Madre mía.
Estos dos hermanos son
realmente parecidos, les
gusta fumar la misma
marca de cigarrillos,
incluso.
tienen tatuajes similares.
La tutoría duró hasta las
ocho y media, ya es en
realidad muy tarde.
Luna cerró el libro:
-Ya es muy tarde, así que
quédate en esa casa
temporalmente, la he
alquilado por un año y rara
vez voy
allí.
-Está bien.
Salieron en la biblioteca y la
lluvia afuera no cesaba.
En el frío invierno, la lluvia
siempre es helada.
Sergio sostenia un
paraguas.
Bajo la luz de la farola, dos
figuras caminaban una
detrás de la otra.
En la oscuridad no muy
lejana, otra figura esbelta
sostenía un delicado
paraguas negro, con una
figura elegante y llevaba un
traje gris que se acercaba
hacia ellos.
Ambos se detuvieron
cuando vieron a la persona
que se acercaba, Luna se
sorprendió ligeramente.
Le dijo a Sergio
-Me voy… ahora.
-Está bien.
Luna se fue y se refugió
bajo el paraguas de Gabriel.
Las dos figuras se alejaron
lentamente.
-¿Por qué no me llamaste?
¿Todavía te duele la pierna
en días lluviosos?
-No me duele.
-Fue acordado desde el
principio que le daría clases
a Sergio, las promesas
deben cumplirse.
– Sí, lo sé.
-¿No estás enojado?
Capítulo 276
Gabriel habló con voz
suave:
-Te lo dije, respeto tu
decisión, esto es entre él y
yo, no tiene nada que ver
contigo.
Luna, como intermediana,
no tomaría partido por
ninguno de los dos. Y
mucho menos se
enamoraría de
cualquiera de ellos dos.
Ya sea por Sergio o
Gabriel.
¡Ella solo pertenece a sí
misma!
-Gracias.
Gabriel bajó la mirada y le
dijo:
-¿Gracias por qué?
Luna se encontró con su
mirada:
-Sabes por qué.
Gabriel sonrió ligeramente:
-Vete.
-Bien.
Subió al coche, con el aire
acondicionado encendido
que rápidamente disipó el
frío en su cuerpo.
-Hice que Adolfo preparara
una cena, ¿qué te gustaría
comer?
-Solo como esos dumplings
que Liora prepara.
-Está bien. ¿Y qué más?
Luna: -Es suficiente, comer
demasiado en la noche
engorda.
Gabriel afirmó con una
sonrisa tierna en sus ojos.
En un abrir y cerrar de ojos,
Luna se dio cuenta de que
ya llevaba viviendo en la
casa de los Sánchez
durante más de medio
mes.
Todo estaba tranquilo sin
ningún tipo de incidente.
Solo una cosa la tenía algo
inquieta.
¡Lucia!.
La encontró
Solo se encontró un brazo
roto.

Después de las pruebas de


ADN, se confirmó su
identidad.
Muerta.
Exactamente como Luna lo
había pensado.
Una persona sana, ¿cómo
podría morir así?
Aparte de Andrés, Luna no
podía pensar en nadie más.
Él siempre fue muy
despiadado.
-¿Luna?
Mientras Luna leía la
noticia, escuchó una voz y
su teléfono cayó al suelo
asustándola al instante.
Isabel recogió el teléfono de
inmediato del suelo y se lo
devolvió:
-¿Qué estás mirando tan
concentrada, Luna? Las
vacaciones están a punto de
empezar, ¿vas a ir al
campamento de invierno?
El profesor ya nos está
presionando para la lista.
-Estoy… estoy pensando en
ello -Ella aún no lo había
decidido ir-. Voy al baño.
Luna salió y chocó de
repente con alguien.
-Ah-gemía con gran dolor,
mientras se sujetaba la
frente.
-¿Después de tanto tiempo,
todavía no aprendes a ser
cuidadosa?
¡Esta voz!
El corazón de Luna latía
fuerte.
-Lo siento, hermano, ¿te
hice esperar mucho?
En el último día de
vacaciones, la reunión de
padres que se había
pospuesto tuvo lugar ese
día.
La expresión de Andrés era
la misma que siempre, no
mostraba ningún tipo de
anormalidad, ya sea que
estuviera disimulando o
realmente no le importara
su estadía en la familia
Sánchez.
Durante tantos días, Andrés
no había hecho ningún
movimiento sobre su salida
de la casa.

-La casa ya está lista,


podemos mudarnos antes
del Año Nuevo. ¿Cuándo
planeas regresar a casa?
Después de todo, vivir en
casa de otros por mucho
tiempo… -Andrés se inclinó
lentamente hacia ella,
acercándose a su oldo,
hablando pausadamente
palabra por palabra-:
Hermanita, me enojaré.
El corazón de Luna se
apretó, justo cuando no
sabía cómo responderle.
Isabel se acercó en ese
instante:
-Andrés, lo siento, no
puedo irme contigo.
Todavía tengo clases de
matemáticas y una semana
de tutorías.
Andres: -Cuando termine la
clase, enviaré a Álvaro para
que te recoja.
-Está bien.
Luna aprovecho la
oportunidad para ir en ese
instante al baño.
Cuando regresó al aula,
Andrés aún no se había
ido.
Parecía estar esperándola.
-Tienes diez minutos para
empacar.
Luna Puedo regresar sola.
Andrés ¿Liora está muy
enferma? ¿No vas a verla?
Capítulo 277
Luna seguía detrás de él
cuando, apenas salieron de
la escuela, recibió una
llamada de Gabriel.
Luna miró la espalda de
Andrés y, dudosa, contestó
rápidamente el teléfono.
-Hola.

-Hoy debería ser un día


libre en la preparatoria,
¿verdad? Le pedi a Rafael
que fuera a recogerte y que
aprovecharan para
almorzar juntos.
Luna dijo:
-Yo… tengo que ir a la casa
de mi hermano. La doña
Liora está enferma muy,
necesito ir a verla.
-Ah, ¿si? Bueno, ten cuidado
en el camino de regreso.
Puedes quedarte un rato
más, esta noche iré a
recogerte.
-Sí, está bien.
Después de colgar el
teléfono, se acercó al coche.
Luna estaba a punto de
abrir la puerta trasera del
copiloto cuando la voz fría
de Andrés sonó:
-Siéntate adelante.
Luna bajó la mano
tímidamente y se sentó
muy obediente en el
asiento del copiloto.
De repente, la persona que
estaba al volante se acercó y
le ayudó a abrocharse el
cinturón de seguridad.
Luna estaba nerviosa y
apenas escasamente se
atrevía a respirar. El miedo
hacia él estaba arraigado en
lo más profundo de su ser,
especialmente después de
enterarse de la trágica
muerte de Lucia.
El coche se movió
lentamente, y nadie
mencionó la noticia de la
muerte de Lucía durante el
trayecto.
Llegaron al Distrito de
Huatecán. Andrés estacionó
el coche frente a la entrada
del supermercado.
-Baja, vamos al
supermercado.
-No voy a ir, te espero en el
coche.
-¡Baja!
Luna no se atrevió a decir
mucho y finalmente bajó
del coche.
Antes, solía insistir en que
Andrés la acompañara al
supermercado, pero él
nunca iba con ella. El tenia
paciencia para ir de
compras con Isabel, pero
nunca con ella. Ahora, no se
atrevía a pedirle nada en lo
que Andres empujó el
carrito y fue directo a la
sección de mariscos,
comprando una cantidad
considerable de pescado y
otra diversidad de
productos del mar, así
como frutas y verduras.
Luna preguntó al
encargado de la sección de
mariscos y consiguió una
bolsa de vino de cocina,
junto con algunos
ingredientes como cebollas,
jengibre y ajo. Estos
mariscos eran muy
costosos. Al darse cuenta de
que era la primera vez que
iban juntos al
supermercado, Luna se dio
cuenta de que él
realmente no sabía nada de
comestibles.
Después de comprar todo,
Andrés la llevó a la sección
de snacks.
-¿Qué quieres comer?
Luna negó con la cabeza:
-No puedo comer estos
snacks.
Él conocía muy bien su
condición física.
-Entonces, vamos a
comprar algunas frutas.
Finalmente, Andrés
compró muchas fresas y
cerezas. Salieron del
supermercado y colocaron
las bolsas cuidadosamente
en el maletero.
Luna se sentó en el asiento
del copiloto y, para evitar
que él se acercara de nuevo,
se abrochó muy bien
el cinturón.
Después de unos minutos
de conducción, el coche se
detuvo en la entrada del
Distrito de Huatecán.
Andrés llevó dos grandes
bolsas y subió al edificio de
apartamentos.
-Ve a abrir la puerta.
-Ok.
Luna ingresó la contraseña
de la cerradura.
Se oyó un clic y la puerta
de inmediato se abrió.
Sin detenerse, Luna se
dirigió a la habitación
donde vivía Liora.
Vio a Liora muy pálida
acostada en la cama, con un
fuerte olor a ungüento en la
habitación.
Al oír el ruido, Liora abrió
los ojos al instante, y al ver
a Luna, se sentó de
inmediato.
-Luna… ¿por qué viniste?

-Andrés me dijo que


estabas herida, así que vine
a verte. Liora, ¿por qué
estás herida? ¿Por qué no
me lo dijiste?
Liora, débil, dijo:
-Salí a comprar comida, y
como estaba nevando,
resbalé accidentalmente y
me lastimé la cintura. ¿
Cómo has estado estos días?
¿Te han tratado bien?
Luna afirmó con la cabeza:
-Estoy muy bien, nadie me
ha molestado. No te
preocupes.
-Eso es muy bueno. Desde
pequeña, nunca te has ido
de casa, y no tienes muchos
amigos. Temía que
te hicieran algún daño
afuera.
En realidad, habia sufrido
muchas más injusticias en
la casa García. Aunque la
familia Sánchez también
era bastante problemática,
era mejor que la casa de los
García.
Capítulo 278

-No lo hará, Gabriel es muy


amable conmigo. Todos los
días, viene a recogerme
para ir y regresar de la
escuela.
-Así que puedo estar
tranquila. -Liora agarró su
mano con cariño y le dio
unas palmaditas.
-El señor Martínez, ¿volvió
con usted?
-Sí.
-¿Has comido? Iré a
prepararte algo.
Liora se levantó, pero Luna
la detuvo de inmediato:
-Déjame hacerlo. Cuando
no hay nada que hacer en la
mansión Sánchez, además
cocino..
-¿Cómo puedes hacer eso?
Eres una señorita. Las
señoritas no cocinan para
los sirvientes.
-En la mansión García, si
soy la señorita, pero aquí,
Luna es solo Luna.
Luna salió de la habitación
sin olvidar cerrar la puerta.
Fue a la cocina, se colocó el
delantal que colgaba,
lo ató alrededor de su
cintura y sacó algunos
ingredientes del
refrigerador. Era
demasiado tarde para
cocinar algo muy
elaborado, así que decidió
preparar algo bastante
simple como fideos.
Cortó algunas verduras y
carne en tiras. Andrés salió
justo en ese momento, ya
vestido después de
cambiarse en su habitación.
Al ver la figura ocupada en
la cocina, su mirada se
tornó más profunda. Esta
escena la había soñado
varias veces. Cada vez que
se daba la vuelta, siempre
veía su rostro y esa
hermosa sonrisa tan suave.
Desde aquella vez que salió
del hospital después de
cortarse las muñecas, la
joven delante de él parecía
ser una persona totalmente
diferente. Suprimió la
irritación en su corazón. Se
acercó.
-Madre mía. -aspiró Luna
fríamente, su dedo se cortó.
La sangre goteó sobre la
tabla de cortar. Al instante,
la mano herida fue
capturada por el hombre y
enjuagada bajo el grifo.
-¿No puedes cortar ni
siquiera las verduras
correctamente y aún así
cuidas de los demás? -Su
fuerza era tan fuerte, y
Luna intentó liberar su
mano varias veces sin
éxito.
-Él nunca me ha dejado
cocinar. -Luna le informó.
-¿Y qué? ¡Entonces ni
siquiera regresas a casa! -
Los ojos de Andrés la
miraban fríamente.
¿Sabes por qué fui a la casa
de Sánchez?

-El nunca me haria daño.


La persona que me lastima
eres tú.
Al caer las palabras, Andrés,
de repente, perdió la
cabeza, agarró su mano con
fuerza y la arrastró a la
habitación.
La puerta se cerró de golpe
y Andrés se inclinó para
besarla apasionadamente.
Los ojos de Luna se
abrieron de par en par
mientras luchaba con
fuerza, golpeando su pecho
una y otra vez, sin poder
emitir sonido alguno.
Agarró su rostro, dejando
una marca en el cuello de
Andrés. Él frunció el ceño,
sus manos la levantaron y la
presionaron con fuerza
contra la puerta,
sosteniéndola para que no
tuviera oportunidad de
resistir.
¡El estaba loco!
La otra mano la acariciaba
sin ningún tipo de
restricciones.
Luna escuchó su
respiración entrecortada,
un signo de que el hombre
estaba excitado.
Las lágrimas temerosas en
los ojos de Luna cayeron de
repente sin cesar.
Pasó mucho tiempo antes
de que Andrés la soltara.
Sus ojos profundos
parecían haber sido
envenenados.
-¿Él ha tocado los lugares
que he tocado?
Luna sollozó y lloró, su
rostro delicado se
enrojeció, con líquido
íntimo de ambos en sus
labios, su apariencia frágil y
llorosa era aún más
conmovedora.
Los botones de la camisa se
desabrocharon, revelando
la blusa blanca debajo.
Entre las aberturas, se podía
ver vagamente el discreto
sujetador de encaje que la
chica llevaba, sin cubrir los
senos blancos y redondos.
Su apariencia fácilmente
provocaba la lujuria interna
de un hombre.
-Yo… soy tu hermana, ¡no
puedes tratarme así! -Luna
temblaba por todo su
cuerpo.
-Te estoy preguntando
algo, respóndeme. -Su
mirada estaba tan fría,
como si realmente quisiera
comérsela enojado.
-No, él nunca me ha
tocado. ¡Andrés, te lo ruego,
no hagas esto, somos
hermanos!
-Es mejor así.
Con una sola frase,
comenzó un nuevo asalto.
La zona sensible fue
apretada por él otra vez.
Capítulo 279
Le tomó una hora llevar la
comida frente a Liora.
Andrés entró y vio a la
persona temblando en la
cama, su uniforme escolar
arrugado y desordenado
con los botones que había
arrancado, sin saber donde
habían caído.
Con lágrimas en el rostro,
estaba muy desvalida
Al verio, ágilmente Luna
agarró una almohada al
azar y se la lanzó:
-Andrés, eres un maldito!
Andrés lo atrapó de
inmediato por el cuello:
-Aunque soy un maldito, te
gusto ¿verdad?
-Ya no me gustas, Andrés.
¡No me gustas! -Luna lloró
con un grito incesante.
-Te guste o no, no es asunto
tuyo. No creas que por ir a
la mansión Sánchez, no
puedo hacer nada
contigo -Andrés
cínicamente se acercó a ella
y apartó los mechones de
cabello pegados por las
lágrimas ¿Mansión
Sánchez? ¿De verdad crees
que puedes quedarte allí
para siempre? Luna,
¿olvidas
tu apellido?
Luna aparto bruscamente
su mano, mostrando una
muy visible marca roja en
su cuello que él había
dejado.
-Andrés, recibirás tu
castigo.
Un destello de peligro
apareció en los ojos del
hombre, su corazón se
hundió de repente. Los
ojos obstinados de Luna le
causaban aún más
confusión
Con sus palabras, ¿estaba
tratando de recordarle
algo?
¿Ella lo sabía todo?
No podía ser.
Si realmente lo supiera, se
alejaría aún más de él.
Deja que esas cosas se
entierren en el abismo para
siempre.
Ella es solo ella, y él es tan
solo un hijo adoptivo de la
familia García.
Si desde el principio no
hubiera querido hacerle
daño, podría haberla
mantenido a su lado para
siempre.

-Si voy al infierno, allí te


llevaré conmigo. Luna…
¿No darías acaso tu vida por
amarme? -Sus palabras
eran como un
encantamiento que la
hipnotizaba por completo.
– Si obedeces, hermanita…
también te
gustaré.
Luna se resistió: ¡No quiero
para nada tu afecto!
Ella luchó por levantarse y
alejarse de allí.
Antes de que pudiera tocar
el suelo, Andrés agarró su
cuello y la atrajo hacia él.
-Andrés, ¡ya suéltame! ¡No
me toques!

El hombre habló en un
susurro ronco y coqueto
junto a su oido: Grita! Grita
fuerte para que ella pueda
escucharte… Luego sujetó
su mentón con fuerza,
obligándola a mirar las
cámaras en el techo que
apuntaban hacia la cama-
No olvides en cuya
habitación estás. ¿Y qué
acabamos de hacer hace un
momento? No quieres que
alguien creerá que una
joven seduce a su hermano
sin ningún tipo de
escrúpulos.
Luna negó con la cabeza,
temblando
involuntariamente:
-No… no es así. Me
arrastraste hasta la
habitación, no fue de mi
propia voluntad, sabes que
me coaccionaste.
-¿Quién crees que te creerá?
Luna, todos en la familia
García, incluido tu padre…
han hecho todo para
forzarme a casarme
contigo.
Andrés olfateó su deliciosa
aroma y besó su cuello.
Luna apretó los dientes de
rabia:
-¡Eres un maldito!
-Luna… ¿no sería mejor
quedarte en la mansión
García?
-Recuerdas, fui expulsada
por tu culpa. ¡Fuiste tú
quien intentó matarme!
-Así que esta vez te doy una
oportunidad… regresarás el
día que regrese Miguel, de
lo contrario,
conoces las fatales
consecuencias.
Luna dejó de luchar, sin
atreverse a gritar más
fuerte, las lágrimas
volvieron a caer en
silencio.
Si me odias, entonces, por
qué me tratas asi? Voy a
odiarte para siempre.
¿De qué sirve el odio?
Andrés no le prestó
atención a su insignificante
odio, la soltó y se levantó de
nuevo.
Capítulo 280
Luna estaba impaciente
sentada en la cama como
una muñeca rota, con la
mirada perdida y sin
conciencia.
El hombre sacó una camisa
negra del armario y la
arrojó hacia la cama.
-Lava la ropa. Cambia las
sábanas y la funda.
Andrés se acercó a la
puerta, recogió unos
calcetines blancos que
habían caldo al suelo y los
colgó en el respaldo de una
silla antes de salir y cerrar
bruscamente la puerta.
Luna no se quedó mucho
tiempo en su habitación.
Corrió rápidamente hacia
la habitación donde solía
vivir con Isabel, se quitó el
uniforme escolar y lo arrojó
todo al basurero, con restos
oscuros y sucios en
el dobladillo de su falda. Se
paró bajo la ducha y se
frotó continuamente una y
otra vez los lados de las
piernas…
En su mente surgian
constantemente escenas de
cuando el hombre la
utilizaba como un objeto
para satisfacer sus bajos
deseos.
Aunque no cruzó esa línea,
lo que Andrés le hizo era
suficiente para que ella lo
recordara toda la vida,
convirtiéndose en una
pesadilla imborrable en su
mente.
Si realmente… lo hizo hoy.
No lo soportaría.
Luna terminó de ducharse,
se puso la ropa que ella dejó
aquí antes. Cualquier
contacto con sus
pertenencias la hacía sentir
absoluta repulsión.
Al verla salir, Andrés estaba
bastante tranquilo, como si
nada hubiera pasado, llevó
un tazón de fideos y
lo puso en la mesa.
-Ven, come.
-No quiero comer, me voy.
-dijo Luna sin mirarlo.
Andrés nunca repetía las
mismas palabras, incluso si
ella se resistia, ¿qué podía
cambiar?
-¿No me escuchaste? -su
tono se volvió grave.
Lunia ya tenía sombras por
él, con una fuerte aversión
a su proximidad.
Lentamente, Luna se acercó
y se sentó obediente.
Andrés le entregó el
cubierto y Luna los recibió
sin levantar la cabeza. En el
plato había un hueyo frito,
pero a ella no le gustaba la
yema.

Andrés sacó todos los fideos


del tazón, por primera vez
compartían una comida en
la mesa.
Luna comía lenta y
pausadamente, soportando
sus manos vagas
ocasionalmente, todo lo
cual tenía que tolerar.
-Te llevaré de regreso más
tarde e, iremos de compras
para comprarte algo de
ropa. Con esta ropa
delgada, fácilmente puedes
resfriarte.
Luna tembló, el cubierto se
le cayó al suelo en ese
momento. Los recogió
rápidamente.
-No… no es necesario, ya
tengo muchas prendas. Me
iré sola más tarde.
-¿Y Liora? Recuerdo que esa
chaqueta no la has
cambiado en tres o cuatro
años -Andrés tomó el
cubierto ya sucio y sacó un
nuevo de la cocina. Si te
importa tanto ella y la
consideras como de la
familia, ¿no deberías
cuidarla después de tantos
años de servicio?
Entonces… bajo el pretexto
de comprar ropa para
Liora, ¿qué más pretendía
hacer?
Luna no sabía qué más
había que Andrés no
pudiera hacer.
¡Una taza de fideos! Luna
tardó media hora en
comerla.
Esta fue la única vez que él
no la regañó por retrasarse.
-No… no puedo comer
más.
-Solo unos bocados más,
cómelos y esperaré por ti.
Luna bajó la cabeza.
-Realmente no quiero
comer más. -su voz era
bastante suave y dócil.
Andrés miró su reloj.
-Ve al sofá, trae mi abrigo.
Su indicación casual la hizo
sentir como si volviera a su
vida anterior, la forma en
que solian interactuar.
Lo que él decía, ella hacía.
Una vez dicho, nunca
repetiría sus palabras.
Ser su esposa, según él,
debería ser asi….
¿Pero por qué?
No están casados ahora!
¿Por qué debería
escucharlo?
El corazón de Luna
tristemente se endureció.
-No soy tu empleada, lo
haces tú mismo.
Capitulo 281
Sentada en el coche,
llegaron con rapidez al
centro comercial. Luna
segula a Andrés, pensando
que iban directamente al
piso de arriba. La planta
baja era la zona de joyería.
Andrés se acercó a un
mostrador, donde la
señorita parecía conocerlo.
-Señor Martinez, la semana
pasada llegaron los Cartier
que encargó. ¿Podría
revisar si está satisfecho?
-Mientras hablaba, su
mirada se posó en Luna con
una coqueta sonrisa: -Esta
señorita debe ser su
novia. Seguro que lucirá
deslumbrante con esto
puesto.
Luna negó rápidamente:
-Te estás equivocando, soy
su hermana.
¿Novia? ¡Eso le disgustaba a
ella profundamente!
-Hermano, voy a subir -dijo
Luna dando un paso, pero
Andrés agarró muy suave
su muñeca. Sacó un
elegante collar de
diamantes y le dijo:
Pruébatelo.
-No quiero Luna luchó para
liberarse de él.
La mirada de Andrés se
tornó seria.
-Lo siento, ella está de mal
humor últimamente.
En público, era así, una cara
amable en la superficie,
pero otra muy diferente en
privado. Nadie sabía que
era autoritario y no le
permitía que a nadie lo
rechazara. Se quitó el collar
y, apartando el largo
cabello de Luna, lo colocó
alrededor de su cuello.
El collar era sencillo y
hermoso, puro y
translúcido. Luna lo
reconoció de una de las
diez principales
compañías de joyería
internacional. Este collar
era muy costoso. No
entendía de dónde sacaba
tanto dinero Andrés, pero
incluso si fuera rico, ella
aún así no lo quería. Se
sentía como si la estuviera
manteniendo.
Después de hacerle eso,
ahora compra bajo costosas
para ella. ¿Qué pensaba
hacer con ella?
Andrés notó otro hermoso
collar, su mirada se
oscureció por un momento,
pero en unos segundos
volvió a la normalidad. La
señorita del mostrador lo
elogió de inmediato:
El señor Martínez tiene un
excelente gusto por las
joyas. Este collar le queda
muy bien a la señorita.
Andrés giró a Luna hacia él
y acarició el brillante
diamante, diciendo:
S., te queda muy bien.

Podrias pensar que me


queda bien, pero ni siquiera
me preguntas si me gusta o
no -Luna desabrochó el
collar y se lo entregó a
Andrés-. Puedes regalárselo
a Isabel o a Frida si lo
deseas. No quiero esta joya.
Tengo que comprar ropa
para Liora. Subire primero.
La señorita del mostrador
actuó como si estuviera
viendo una gran obra
teatral, manteniendo una
sonrisa mientras echaba un
leve vistazo muy furtivo a
Andrés. No se atrevía a
hablar al ver su cara tan
oscura y sombría.
-Señor, ¿quiere que
empaquemos esto?
-¡Sí, envuelvalo!
-De acuerdo…
Luna llegó al quinto piso,
donde vendían ropa para
mujeres de mediana edad.
Cada prenda costaba entre
400 y 600 mil dólares, no
era económico. Sin
embargo, cuando gastaba
dinero en Liora, no sentía
remordimientos. Aunque
sus elecciones de hombres
eran cuestionables, tenía un
muy buen ojo para la ropa .
Luna eligió unos hermosos
abrigos de plumas en
diferentes estilos. Mientras
pagaba con su tarjeta,
alguien a su lado sacó otra
tarjeta.
-Esto es para Liora, no
necesitas pagar. -Luna
rechazó una vez más la
valiosa amabilidad de
Andrés.
-Cuando salimos de
compras, no permito que
las mujeres paguen. Pasa la
tarjeta. La fría actitud de
Andrés asustó de inmediato
al empleado, quien
rápidamente tomó la tarjeta
de Andrés y la deslizó por
la terminal, imprimiendo
así el recibo para que
Andrés lo firmara. Luego se
fue.
Su actitud siempre fue
firme. Luna no pudo
resistirse y, al final, Andrés
pagó todo.
Capítulo 282
Este dinero… lo recordaría,
se lo devolvería muy
pronto.
Ella no quería deberle
absolutamente nada.
Andrés llevaba la bolsa,
nadie mencionó lo que
acababa de pasar.
A un lado, Luna se fijó en
una bufanda, hecha a mano
con seda, miró la etiqueta,
costaba 400 dólares.
Andrés:
-Si quieres, cómprala.
-Olvidé, si Liora se entera,
seguro no querrá
ponérsela.
Luna no era materialista, las
cosas estaban bien, pero si
no eran necesarias,
realmente no las
compraría.
Después de pensarlo un
poco, Luna compró dos
pares de guantes.
Un par era rojo, el otro
negro, no eran muy
costosos, alrededor de 50
dólares.
No estuvieron mucho
tiempo de compras, apenas
media hora, Luna se
preparó para irse con dos
grandes
bolsas de compras.
Ella no compró nada para
ella, en realidad no le
faltaba nada.
-Hermano Andrés. Luna.
Una voz familiar sonó,
Frida se acercaba hacia
ellos, seguida por cuatro
guardaespaldas vestidos de
negro.
Frida se vestía con gran
elegancia, con tacones altos,
llevaba el último modelo de
abrigo largo de Chanal
y labios rojos muy
intensos.
Caminaba con gracia, con
una gran presencia.
-¡Qué casualidad! ¿Ustedes
también están de compras?
Andrés afirmó, saludando:
-Hola.
Frida se acercó y tomó
naturalmente el brazo de
Andrés.
-Andrés, anteriormente te
invité que me acompañaras
y no aceptaste. ¡Ahora ya te
tengo atrapado1
después, ¿qué dices? Luna.
Luna, sin ninguna
expresión facial, en su
corazón deseaba que Frida
se lo llevara.
-Tengo otros asuntos
pendientes, ustedes sigan
de compras. Andrés, dame
esos guantes negros.
Frida no le dio la
oportunidad a Luna de
rechazarla:
-¡No! Sé que quieres ver a
mi hermano mayor, él no
saldrá del trabajo por un
tiempo, si te vas ahora, no
podrás verlo. Cuando
vayamos a cenar más tarde,
lo llamaremos juntas. ¡De
todos modos, los guantes
que compraste son para mi
hermano mayor, ¿verdad?
-No, son para Sergio, como
regalo por su progreso
académico.
No tenía ninguna intención
de ocultárselo a nadie.

Más tarde tengo clases de
repaso, no los molesto más.
Tomando sus cosas, Andrés
no soltó su mano,
solamente con un rostro
sombrío dijo:
-Vamos juntos. Señorita,
disculpe la falta de cortesía.
Frida miró la figura que se
alejaba, su expresión se
volvió ligera.
No sabe apreciar las cosas
buenas, pero… cuanto más
así sea, más determinada
estará de tenerlo.
Un hombre muy
ambicioso.
Ella no creía que la familia
Ríos no fuera suficiente
para tentarlo.
En el estacionamiento
debajo del centro
comercial, Andrés arrojó las
cosas directamente sin
cuidado al asiento trasero,
Luna abrió la puerta del
lado del pasajero.
De repente, al instante, su
cuerpo fue tirado con
violencia hacia adelante,
Andrés agarró su cuello con
una mano y se inclinó para
besarla.
Luna luchaba, apoyándose
en su pecho, en este día, no
sabía cuántas veces la había
besado.
Con un toque de castigo, él
mordió su labio inferior
con gran enojo.
-¡Ah…!-Luna gimió del
fuerte dolor.
Capitulo 283

Este beso, para Andrés fue


como tomar veneno, una
vez adicto, no puede
controlarse.
Después de ocho años de
matrimonio, Luna ya
estaba totalmente
acostumbrada a su rudeza,
aunque hicieran las cosas
más Intimas, nunca había
preámbulos, de nada él solo
disfrutaba del momento
más vehemente.
Cuanto más ella gritaba de
dolor, él más disfrutaba.
Una vez que no pudo
controlarse, Andrés abrió la
puerta del copiloto y la
empujó con brusquedad
hacia el asiento.
-¡No puedes hacerlo aquí!
Pronto habrá alguien que
vendrá.
-¡Entonces venga,
hagámoslo rápido!
-¡Estás loco, seguro que
estás loco! -Ella no quería
pasar por esto otra vez,
tenía miedo y quería
escapar por otra puerta.
El hombre se sentó en el
asiento del copiloto, cerró
la puerta del auto y
extendió sus largos y
amplios.
brazos, rápidamente la
atrajo hacia él.
El garaje estaba lleno de
coches, si alguien viniera,
los verían.
Luna estaba tan
desesperada que estaba a
punto de sollozar.
-¡Volvamos, volvamos, por
favor, no hagamos esto
aquí!
Andrés estaba realmente
impaciente que se bajó muy
rápido la cremallera del
pantalón y sacó esa cosa
horrible. También le
arrancó brutalmente los
leggins negros.
Ajustó su posición y se
sentó.
El hombre cerró los ojos y
levantó la cabeza
disfrutando
impulsivamente de la
sensación.
-Así es, siempre y cuando
seas obediente, no entraré…
-Esa voz profunda y
sofocada hizo sentir a Luna
bastante humillada,
mordiéndose los labios y
reteniendo las lágrimas al
instante.
Hasta que media hora
pasó.
Andrés tomó una servilleta
y limpió todo lo que quedó
en la ropa de Luna.
Después del placer, miró a
la pequeña y débil chica
acostada sobre él, con los
ojos borrosos, suave y
totalmente sin fuerza…
Después de eso, Andrés
sabía cuál era la parte más
sensible de su cuerpo.
Esta vez, Andrés le enseñó,
que incluso sin realmente
hacerlo, podía hacer que
ella se sintiera como en el
cielo y en el infierno.
-¿Te sientes bien?
Luna estaba tan
adormecida y suave por
todo su cuerpo. Le dio una
palmada en la cara. -
Andrés, no soy un juguete
sexual para ti. -Las lágrimas
cayeron desbordadas por
sus ojos.
Andrés también le devolvió
su ropa y la dejó.
-… Te llevaré a la casa de
Sánchez más tarde. Si yo
descubro que estás
teniendo relaciones
sexuales con otros
hombres, no te dejaré ir,
¿me oyes?
Viendo esas grandes
lágrimas, llorando y
gimiendo, Andrés se sintió
molesto sin razón alguna.
Él la obligó a mirarlo a los
ojos. Con una mirada
profunda y peligrosa, le
advirtió.
-¿Lo entendiste? ¡Habla!
Las lágrimas de Luna
cayeron por su barbilla y
gotearon sutilmente sobre
su camisa negra. Con una
sonrisa triste, dijo:
-Además de amenazarme
con esas cosas, ¿qué más
puedes hacer?
-¿Por qué tienes que
elegirme a mí,
precisamente para hacer
esto? Puedes buscar a Isabel
o Frida. ¿Por qué yo?
Ella se recostó en su pecho
y lloró amargamente, con
lágrimas cayendo. Andrés
acarició su cabello y la besó
tiernamente en la frente,
con una mirada fría de
posesión total.
-No estás acostumbrada
ahora, pero te haré amar
esto en el futuro… -Él tomó
amorosamente su mano
y la besó, demostrando una
rara ternura mientras ella
no lo veía.
Antes de que él tuviera
relaciones sexuales con ella,
Luna no podía seguir así
con él, jeste hombre, era
demasiado sucio!
No deberían continuar así.
-Luna, aún eres joven y
entenderás estas cosas más
adelante. ¿Quieres comer
algo?
¡Quiero volver!
¿Así que solo quería volver
a la casa de Sánchez?
Ya no era posible estar con
Gabriel.
Lo que era suyo, incluso si
lo destruyó, no permitiría
que nadie lo tuviera
fácilmente.

Andrés siempre había


tenido una cámara en su
coche, así que todo lo que
hicieron en el coche quedó
registrado.
-¿Por qué no pruebas el
restaurante que
mencionaste la última vez?
SaborMex, ¿de acuerdo?
-Andrés, lo estoy diciendo
de nuevo, ¡quiero regresar a
la casa de Sánchez!
-Luna, no quiero enojarme
contigo ahora, así que sé
obediente. -Sentado en el
asiento del conductor,
Andrés la acarició como a
una niña, con su mano
pesada y ruda acariciando
su cabeza y su largo
cabello. SaborMex estaba
cerca de donde ellos se
encontraban, el restaurante
que mencionó en su
última cena con Frida.
¿Él todavía lo recordaba…?
Capitulo 284
Pero ¿qué importa eso?
Ella no era más que un
capricho suyo,
simplemente porque su
repentina falta de interés le
molestaba demasiado y,
hacia estas cosas para que
no se sintiera incómodo en
su corazón. Esto no era en
realidad amor, era solo su
posesividad.
Incluso si no está con Isabel
en el futuro, todavía está
Frida, tal vez… en esta vida,
aún podría
enamorarse de María.
Cuando la novedad
desaparezca, tal vez ella
será abandonada.
En esta vida, Luna nunca lo
amará.
Incluso si pasa toda su vida
en soledad y muere al
final…
Ella nunca más volverá
atrás.
SaborMex.
Andrés reservó un salón
privado para los dos, pero
Luna temía que en un
ambiente tan íntimo le
hiciera
algo inapropiado, así que le
dijo al camarero:
-No necesitamos un salón
privado, estaremos bien en
el salón principal.
Andrés sonrió cínicamente:
-Entonces, en el salón
principal.
-Por favor, síganme.
Finalmente, los dos se
sentaron en una mesa muy
discreta junto a la ventana
en el salón principal, Lunal
se sentó frente a él.
Camarero: Este es té de
cebada, por favor
disfruten.
Luna: -Gracias.
Andrés hojeó el menú, eran
platos caseros.
-Ya que es el lugar que
recomendaste, mira qué
deseas comer.
Luna no le prestó atención,
simplemente tomó el menú
y eligió algunos platos que
le gustaban.
El camarero tomó atenta
nota:

–Señorita, tres platos… ¿No


es muy poco para dos
personas?
Luna respondió
indiferente
-No sé qué quiere el comer,
déjalo que elija por si
mismo.
Entendido, señorita
Tenian gustos muy
diferentes, asi que Andres
pidió algunos platos
picantes.
Después de que el
camarero se fue.
-Asi que, ¿todavia se
encuentra enojada?
Luna no le dio ni una
mirada
-Andres, fui al centro
comercial, vine a comer,
¿que mas quieres de mi?
Desde el principio te dije
que no represento ninguna
amenaza para ti, si quieres
seguir, adelante, no me
importa en absoluto.
Cuando termine la
preparatoria, me ire a
Francia a estudiar arte, yo
podría no volver nunca
más. Hazme el gran.
favor y déjame en paz, ¿de
acuerdo?
Andres tomo su mano y
acarició su dorso
suavemente, su piel era
suave y tersa, como la de un
bebe.
El dulce y embriagador
sabor, no permitiria que
ella se marchara tan
facilmente antes de
probarlo lo suficiente.
-Fue Luna quien me
provoco a mi primero,
¿solias amar muchisimo?
Ahora a mi también me
gustas, ¿
Luna no está contenta?
-Pero ya no quiero tu
amor.
¡Ese tipo de amor es
demasiado barato!
¡Tambien es demasiado
doloroso!
Ese tipo de amor la
mantendria equivocada
realmente hasta la muerte,
solo entonces despertaria
por completo.
Lo que él amaba no era a
ella en absoluto.
Era el poder, era el estatus.
Solo tenia ambiciones muy
desmedidas.
incluso su único
sentimiento genuino,
siempre pertenecería a
Isabel, nunca seria
realmente suyo
Incluso el poco bien que le
quedaba, era fingido.
Capitulo 285

-¿Crees que ahora hay


vuelta atrás? Regresa a
descansar, ya cancelé lo del
campamento de invierno
por Si quieres salir, puedo
acompañarte.
-Vas a tomar decisiones por
mí de nuevo, ¿verdad? -
Luna apartó bruscamente la
mano de Andrés- ¿
Cuántas veces debo decirte,
Andrés? ¡Ya no me gustas
en absoluto! ¿No lo
entiendes?
Había hecho tanto por él en
el pasado, pero nunca la
había mirado de esta
manera tan seria.
Después de renacer, ella
renunció y trató de alejarse,
pero él seguía
persiguiéndola sin darle
tregua alguna.
En la vida pasada, la utilizó
como un medio para
ascender y obtener grandes
beneficios de la familia.
¿En esta vida, qué pretendía
hacer con ella? ¿Un juguete
para sus deseos sexuales?
Andrés no dijo una sola
palabra, pero Luna podía
sentir la atmósfera sombría
a su alrededor.
Después de un rato, el
hombre detuvo el coche
frente a un semáforo rojo y
esperó tranquilamente a
que cambiara a verde.
-La próxima vez que nos
veamos, espero que lleves
ese collar.
-¿La próxima vez? -
¿Realmente pensaba en el
futuro?
Luna respondió fríamente:
-No voy a volver a verte. Lo
de hoy, prefiero
considerarlo
definitivamente como si
nunca hubiera pasado
-Luego, con una sonrisa
irónica, añadió: Si Isabel se
entera de lo que hicimos,
¿qué crees que haría? ¿
No te parece algo
repugnante?
Andrés frunció el ceño con
una mirada helada.
Después de cruzar la calle,
frenó bruscamente y
detuvo el coche en el
andén. Sin decir una sola
palabra, desabrochó
rápidamente el cinturón de
seguridad, y lo cruzó por el
medio…
Agarró su ropa y la rasgó de
repente.
-Ya que es asi, ¿por qué no
aprovechar la oportunidad
y tomar lo que quiero
ahora?
-¡Estás realmente loco!
Andrés, solo tengo
dieciocho años. Si me tocas
y mi padre se entera, te
aseguro que te matará. -
Luna apretó fuertemente
sus manos y apretó sus
piernas.
-Entonces es perfecto. ¿Por
qué me casaré contigo de
manera legitima? Después…
no necesitarás ir a la
escuela, solo quedarte en
casa, lavar la ropa, cocinar y
ser una buena esposa y
madre.

-¡Me equivoqué en
realidad! ¡No lo quiero!
De repente, agarró el cuello
de Luna, casi levantándola.
Con una mirada malévola,
le dijo:
-Será mejor en realidad que
sepas que estás equivocada.
Pasa tres días a la semana
conmigo, ¿entendido?
Luna parecía una presa
intimidada y dócil, con ojos
llenos de pánico y lágrimas
que se deslizaban por su
bello rostro tembloroso.
Ella afirmó.
Andrés finalmente la soltó
satisfecho, se quitó el traje y
se lo puso a ella.
Ir en contra de él nunca le
traería beneficios. Sería
mejor aceptar la triste
realidad.
La mansión de la familia
Sánchez estaba en una zona
bastante tranquila, cerca de
la periferia.
La calle, ahora desierta,
apenas tenía algo de
tráfico.
Envuelta en el traje, Luna se
encogió en el asiento del
coche, con la cabeza baja,
sin atreverse a decir
una sola palabra.
Cuando llegaron a la
mansión Sánchez, Andrés
detuvo lentamente el
coche. Luna estaba tan
ansiosa por bajarse, pero la
puerta estaba cerrada con
llave.
…Dėjame bajar. -Su voz era
algo débil, sin el ímpetu
anterior.
De repente, Andrés se
inclinó, desabrochó el
cinturón de seguridad y
Luna tembló al instante.
El miedo era algo bueno.
Quizás sería más obediente
en el futuro.
Andrés sujetaba su barbilla
y la obligaba a mirarlo. La
besó en los labios durante
un rato. Luna mantuvo los
ojos cerrados, resistiéndose
por completo a empujarlo
hasta que él se apartó.
Solo cuando Andrés vio a
alguien salir de la casa, se
alejó de ella.
-Antes de ir a dormir,
recuerda enviarme un
mensaje. También, deja de
tener esas ideas tan malas, ¿
entendido?
La boca de Luna estaba
impregnada con su aliento.
-Entendido.
-Ahora, vete.
Capitulo 286
Luna abrió la puerta
cuidadosamente y bajó del
coche.
El guardia estaba
patrullando cerca de la
puerta. Saludó a Luna:
-Señorita.

Luna le respondió sin


levantar la cabeza. Solo
quería alejarse lo más antes
posible. Tenía que dar al
menos otros diez pasos,
para llegar a la villa donde
vivía Gabriel.
El guardia de seguridad
habló por el auricular
bluetooth en su oído
mientras observaba a Luna
alejarse:
-Sí, la señorita García ya ha
regresado. La trajeron de
regreso en un lujoso coche
negro.
Gabriel preguntó:
-¿Viste quién estaba en el
coche?
-No, la persona al parecer
no salió del coche -
respondió el guardia.
-Ya lo sé.
Después de hablar
brevemente, la llamada
finalizó.
Luna tardó casi media hora
en llegar a su destino. Al
verla aparecer en la
entrada, una criada se
acercó
rápidamente con gran
preocupación:
-Señorita, finalmente ha
regresado. El joven nos ha
llamado varias veces,
preocupado por usted.
Tenía
miedo de que algo malo le
hubiera pasado y la estuvo
buscando. ¿Podría llamarlo
ahora para quitarle esa
preocupación?
La criada notó que los ojos
de Luna estaban bastante
enrojecidos, como si
hubiera llorado demasiado.
Además, la chaqueta que
llevaba no era de Gabriel…
Al verla, ella ya podía
percibir que Luna habia se
encontrado con algún
problema. Sin embargo,
ella era solamente una
criada y no tenía el derecho
de hacer demasiadas
preguntas.
Luna se dirigió pronto a la
habitación y se encerró allí.
Cuando encendió su móvil,
descubrió que se había
quedado sin batería y se
había apagado. Lo enchufó
rápidamente para cargarlo
y luego se dirigió al baño
para limpiarse de toda la
suciedad.
Pasaron dos horas
completas antes de que
saliera por fin del baño. Las
gotas de agua caían por su
cuerpo con curvas
exquisitas y hermosas.
Caminaba descalza sobre la
alfombra, su largo cabello
todavia estaba empapado.
Mirando a la figura
reflejada en el ventanal,
podía ver las marcas de
besos que fuerza. Todas
esas huellas le parecían
muy feas y asquerosas…
De repente, alguien llamó a
la puerta:
-Señorita, la sopa que el
joven pidió para usted ya
está preparada. La he traído
a la habitación. ¿Quiere
tomarla ahora? No será
muy buena si se enfria.
Luna tomó la bata y se lo
puso, mientras respondía:
-Bueno.
Después de ponerse la ropa,
todas las marcas quedaron
perfectamente ocultas.
Abrió la puerta y la criada
ya estaba esperando en la
puerta. Recibió el tazón de
sopa y le respondió:
-Gracias.
-Es lo que debo hacer por
usted, señorita. Que
descanse bien.
Luna dejó pronto la sopa y
luego recordó que tenía que
llamar a Gabriel. Pronto, la
llamada ya estaba en
conexión.
Luna habló primero:
-Lo siento mucho por
haberte preocupado
demasiado. Mi móvil se
quedó sin batería y acabo
de cargarlo después de
regresar a casa.
Gabriel respondió:
– No importa, lo
importante es que estés
bien. Le pedí a Rafael que
te recogiera en la
preparatoria, pero
no te encontró alli. Pensé
que… algo malo te había
sucedido. ¿Cómo está
Liora?
-Solo se cayó y necesita
descansar en la cama
durante unos días. No es
muy grave -explicó Luna.
Gabriel se alivió con alegría
y dijo suavemente:
-Está bien. Ahora que has
regresado a casa, descansa
muy bien.
Luna respondió:
-De acuerdo.
Capítulo 287

En el grupo Sánchez, en el
escritorio de Gabriel, habia
muchas fotos de Luna y
aquel hombre. Los dos
salieron del restaurante,
caminaron en el centro
comercial, y el hombre le
puso el collar….
Las fotos ya eran suficientes
para cubrir todo el
escritorio. Además, ellos se
quedaron en el coche
durante una hora entera,
con las ventanas tintadas,
no lograron capturar fotos
en este proceso.
Sin embargo, en cuanto a
que habían hecho durante
esa hora, ya era más que
obvio…
-¿Cuántos proyectos ha
obtenido recientemente la
empresa Riviera? -preguntó
Gabriel a Rafael.
-No muchos, pero estos son
proyectos muy importantes
para ellos. Andrés ha sido el
responsable de los
principales. Y Álvaro se
encarga de supervisar los
otros-respondió Rafael.
-Con la ausencia de Miguel,
parece que él tiene mucho
más tiempo libre… Ve y
busca más empresas
para colaborar con él -
ordenó Gabriel.
-Pero, si lo hacemos,
estaremos formando el
camino para Andrés, ¿no es
así?
-Dale las colaboraciones
insignificantes. Ese dinero
será mucho para ellos, pero
no para nosotros. No vale la
pena preocuparse por eso
tan insignificante.
-Como usted ordene.
Rafael se quedó un poco
confundido. ¿El presidente
estaba entregando dinero a
la familia García por la
señorita Luna?
Cuatro días después, llegó
el fin de semana. Por lo
general, aunque Gabriel
estaba muy ocupado en las
jornadas laborales, tendría
tiempo para descansar un
poco. Se levantó a las seis
de la mañana. A esta hora,
Luna todavía estaba
durmiendo, porque solía
despertarse a las ocho.
Luna se había acostado
temprano anoche. Hoy
tendría que ir al Campo de
Golf Excelencia Lider, para
tomar muy juiciosa las
clases de golf.
Se arregló un poco el largo
cabello ligeramente
ondulado con la mano y lo
ató con una goma elástica.
Bajó muy apresurada las
escaleras y, vio a Gabriel
que llevaba un traje
deportivo blanco. Estaba
bebiendo agua mientras
recibía la toalla que la
criada le entregó y se
secaba el sudor de la
frente.
Al ver a la persona que
bajaba las escaleras, hizo
una señal con la mirada a la
criada a su lado. Y la criada
ya lo entendió de
inmediato y se dirigió a la
cocina para traer todo el
desayuno a la mesa.
Luna había recogido su
cabello en un moño en la
parte posterior de su
cabeza. Saludó
amablemente a Gabriel:

-Buenos días.
Gabriel respondió con una
sonrisa:
-Buenos días. ¿Dormiste
bien anoche?
Luna afirmó y preguntó:
-¿Hoy no vas a trabajar?
Normalmente, rara vez lo
veía a esta hora, ni
mencionar que llevaba una
ropa deportiva. Parecía que
acababa de regresar de
correr afuera.
-He estado tan ocupado y
no he tenido tiempo
suficiente tiempo para
pasar contigo. Por lo tanto,
he reservado tiempo para
acompañarte -dijo Gabriel.
Sin embargo, Luna no
mostró mucha emoción
especial y se disculpó:
-Hoy tengo clases de golf.
Hice una reserva y no
puedo cancelarla. Lo
siento.
En realidad, también era
porque el tiempo de Noah
Pascual era muy costoso. Si
lo desperdiciaba, sería
una pena para ella.
Gabriel sintió una ligera
decepción y le dijo
amargamente:
-Pensé que finalmente
tendríamos tiempo para
estar juntos…
Luna se sirvió un churro y
respondió:
-Podemos esperar la
próxima vez. He faltado a
muchas clases
extracurriculares. Todos
mis
compañeros son muy
sobresalientes y también
tengo que esforzarme
mucho por aprender más
temas.
De lo contrario, me
quedaré atrás.
-¿Tienen tanta presión de
estudiar incluso en la
Preparatoria Privada
Aurora? -preguntó Gabriel
mientras le servía un café.
Luna suspiró con una
hermosa sonrisa:
-No tengo mucho talento
en los estudios, por eso
tengo que hacer más
esfuerzos. También espero
poder aprender todas las
cosas de una sola vez, así no
necesitaré practicar tanto…
¿Y tú? También
estuviste en la misma
preparatoria, seguro
obtuviste muy buenas
calificaciones, ¿verdad?
-Si, claro fue en el pasado.
Olvidalo.
En ese momento, Adolfo se
acercó y la saludó:
-¡Señorita!
Luna también le respondió
el saludo.
Capitulo 288
Gabriel tomó un pequeño
sorbo de su café. La manga
arremangada reveló su
tatuaje. Cuando movía el
brazo, las venas
prominentes y enroscadas
le daban un ambiente
misterioso y algo atractivo.
Preguntó a
Adolfo:
-Adolfo, ¿tienes algo que
decirme?
-Sí, se trata de la abuela… -
respondió Adolfo muy
respetuosamente, mientras
desviaba la mirada hacia
Luna, titubeante.
Gabriel ordenó:
-Adelante.
Estos días, Adolfo estaba
muy ocupado con los
asuntos en la mansión
principal debido a que el
mayordomo se tomó un
permiso por enfermedad.
Adolfo continuó hablando:
-La señora ha estado algo
resfriada. Quiere verte, y
también… a Luna.
Luna estaba tomando
tranquilamente su café. Al
escuchar esto, se detuvo un
poco y de repente se sintió
un poco nerviosa.
¿La abuela quería verla?
¿Sería una visita normal o
habrá otra intención detrás
de esto?
Gabriel golpeaba la mesa
con su dedo esbelto, con
una expresión muy
pensativa, le preguntó
suavemente un buen rato
después:
-Luna, ¿quieres visitar a la
abuela?
Luna dejó la taza y
rápidamente agarró su
vestido. Después de un
momento, levantó
tímidamente la
cabeza, tartamudeando:
-Lo siento…
Se levantó y el cucharón en
su mano cayó al suelo de
inmediato. Lo recogió
rápidamente y respondió:
Me tengo que ir. De lo
contrario, llegaré tarde a la
clase.
Mientras hablaba, se puso la
mochila. Gabriel también
se levantó para despedirse:
-Te llevaré alli en coche.
No, rio es necesario,
gracias. El chofer ya está en
la puerta. ¡Gracias! -rechazó
Luna de inmediato.
-¡Luna!

Gabriel queria detenerla en


ese momento. Sin embargo,
antes de que pudiera
terminar las palabras, Luna
se había escapado.
Era una rara oportunidad
de desayunar juntos, pero
ahora se convirtió en una
situación incómoda y llena
de presión para Luna, hasta
que la hizo sentir incómoda
y escapar… Gabriel sintió un
poco de frustración y total
decepción por eso.
Apoyando la frente con la
mano, ya no sabía en
realidad cómo llevarse con
ella.
La chica era como un erizo
que siempre estaba en
guardia contra las personas.
Aunque él debía salvarla de
la familia García, viviendo
en su villa, ella se mantenía
normalmente encerrada en
su habitación,
haciendo sus propias cosas,
sin ninguna comunicación
con otras personas…
En realidad, Gabriel solo
quería sacarla de la
habitación y llevarla a
pasear otros lugares. Sin
embargo,
sus acciones la hicieron
volverse más cautelosa y
evasiva…
Gabriel respiró
profundamente y dijo:
-Ve tú primero. Iré pronto.
Adolfo sugirió
-¿Por qué no llevas a Luna a
ver a un psicólogo? Si
continúa encerrándose así,
tarde o temprano ella se
hará daño a si misma.
De repente, Gabriel perdió
el control y lanzó el tazón
que tenía en la mano al
suelo, mientras gritaba:
-¿Aún crees que ella está
evitándome lo suficiente?
¡Vete de aquí!
Adolfo solo respondió en
calma:
-Como usted mande.
Después de que Adolfo se
retiró, la criada asustada se
acercó para limpiar los
pedazos.
En realidad, ya no era la
primera vez en que Gabriel
perdía el control por
completo. En el pasado,
cuando
la enfermedad no se había
mejorado, llegó a herir a
varios criados, incluso
algunos casi murieron.
Ahora
Gabriel vivía en la villa, los
criados también habían
estado asustados. Cuando
estaba Luna, Gabriel podía
actuar normalmente. Sin
embargo, ahora Luna se
había ido, todos los criados
no pudieron evitar ser más
cautelosos y asi para evitar
enfadarlo.
Un silencio sofocante se
apoderó en la sala y todo el
mundo trabajaba en
completo silencio con
mucho cuidado…
Capítulo 289
Luna era una muchacha
muy esquiva. Cuando se
sentía abrumada
emocionalmente, solía
alejarse por
completo de todos, para
aliviar de esa manera su
ansiedad y sufrimiento. En
momentos de dolor,
prefería estar sola en busca
de paz en lo más profundo
de su corazón e intentar
olvidar, ya que solo eso
la hacía sentir un poco
mejor.
También quería enfrentar
sus problemas, pero le daba
algo de miedo. El entorno y
la situación que la
rodeaban le generaban
muchísima inquietud
emocional.
Por eso, le gustaba estar
sola, incluso cuando Gabriel
intentaba acercarse y
ayudarla a salir de su
propio mundo, ella… en
realidad no podía
aceptarlo.
En la villa de Gabriel,
aparte de comer, Luna
pasaba la mayor parte del
tiempo encerrada en su
habitación
haciendo cosas que le
gustaban: pintar, estudiar,
escuchar música… No solía
encontrarse con nadie.
En el Campo de Golf
Excelencia Líder, Noah le
trajo un delicado pastelito y
la reconfortó un poco:
-Descansa un poco y come
algo.
Luna se sorprendió un
poco, y respondió con una
amable sonrisa:
-¿Cómo te diste cuenta?
Noah sacó su vaso y tomó
un sorbo de agua. Explicó:
-No es difícil. Cuando
algunas personas se
enfrentan a dificultades,
suele notársele en sus
rostros. Y necesitan en
verdad desahogar su
insatisfacción, a través de
hacer ejercicio.
-Quizás sea por la gran
presión de los estudios
últimamente. Además de
los cursos de golf, todavía
tengo gran cantidad de
clases extracurriculares y
pierdo mi libertad de hacer
las cosas que me gustan
respondió Luna un poco
desanimada.
Noah cruzó una pierna
sobre la otra y entrelazó las
manos sobre las rodillas
mientras decía:
-Suena cierto que tienes
mucha presión y nadie se
siente bien en este estado.
Pero, entre todas las clases
extracurriculares, ¿no hay
ninguna que te guste?
Luna pensó por un
momento:
-Parece que no. En cuanto a
la cantidad de cosas que me
agradan, mi padre nunca
me dejó hacerlas.
-¿Te gusta pintar? Tengo
aquí un cuadro. ¿Quieres
verlo? -preguntó Noah
tentativamente.
-¿Cuéntame, qué tipo de
cuadro es?

Noah miró la hora en su


reloj, y confirmó que el
tiempo de prácticas había
terminado, luego le dijo:
-Ven conmigo.
Noah la llevó a su oficina en
el piso de arriba y luego a
una sala de descanso donde
un cuadro de tres
metros de largo estaba
cubierto con una tela negra.
Noah se acercó lentamente
y abrió las cortinas
mientras explicaba:
-La habitación está un poco
desordenada, espero que no
te importe.
En realidad, su habitación
estaba muy ordenada,
como si no la hubieran
ocupado en mucho
tiempo.
Noah levantó
cuidadosamente la tela y
reveló el enorme cuadro. Al
verlo, Luna quedó
asombrada y
exclamó:
-¡Esto…! Esto es el
Deslumbrante Cielo
Estrellado de Alyssia,
¿verdad? ¿No se supone que
ella ha
desaparecido?
Alyssia era una de las diez
pintoras más influyentes de
todo el mundo. Solo había
creado cinco pinturas
en toda su vida, cada una de
las cuales era asombrosa y
podía conmover al mundo
entero, pero nunca
se mostró en público. La
gente solo sabía que tenía
veintiséis años. Sin
embargo, después de
terminar su
última obra, el
Deslumbrante Cielo
Estrellado, no había
revelado más obras al
mundo durante los últimos
diez años. Varias personas
rumoreaban que ya había
fallecido, pero nadie sabía
con certeza lo que en
realidad le había ocurrido.
-Un viejo amigo me lo
regaló, no sé si es auténtico
o no, ¿puedes ayudarme a
distinguirlo? -propuso
Noah suavemente.
En realidad, Luna solo
había visto una vez las
obras de Alyssia, y esta era
la segunda vez. Después de
media hora, Luna exclamó
con gran alegría:
-¡Es auténtico!
-¿Estás tan segura? -dijo
Noah sonriendo.
Capítulo 290
Luna afirmó con firmeza:
-Estoy segura.
Noah cruzó los brazos y
sonrió suavemente.
Finalmente, pudo verla
sonreír.

-Parece que no me engaño.


Pero en realidad ¿cómo
sabes que es auténtico?
Luna meneo la cabeza:
-No lo sé exactamente, me
resulta familiar. Pero, estoy
segura de que este cuadro
es auténtico.
-Ah, entiendo -dijo Noah
riendo suavemente. Te
creo.
-Parece que la persona que
te regalo el cuadro debe ser
alguien que te debe la vida.
De lo contrario, no
te habría regalado algo asi
tan valioso.
-Me siento en deuda. Es
algo no me pertenece, pero
lo acepté. Tarde o
temprano, tendré que pagar
por este favor.
-Es verdad. Entonces,
¿realmente salvaste su
vida?
Noah sonrió un poco
imponente, negando con la
cabeza:
-Olvidalo. Vamos a comer.
Hace mucho que no vengo
aquí y he oído decir que
hay nuevos platos en el
restaurante.
Luna aceptó.
Ella no sentia mucha
distancia con Noah, tal vez
porque se habían conocido
desde hace muchos años.
Lo había conocido cuando
tenia trece años y llevaba
cinco años estudiando el
golf. Durante esos años,
Noah siempre había
mantenido una distancia
cómoda con ella, sin cruzar
nunca los limites. A veces,
cuando ella estaba de muy
mal humor, él tenía un
comportamiento natural
que la hacía bastante feliz.
Como hoy, la llevó a ver
este cuadro. ¡El ya sabia
desde hace mucho tiempo
que a ella le gustaba pintar!
Los dos entraron en el
ascensor y llegaron
rápidamente al restaurante,
luego se sentaron el lugar
habitual. A esta hora, había
bastantes personas que
venían a comer y la
mayoría de ellas eran
acaudaladas y poderosas.
Después de todo, si no
fuera asi, no eran capaces
de divertirse en el Campo
de Golf Excelencia Lider.
Luego de hacer el pedido,
Luna fue al baño. En el
oscuro y silencioso pasillo,
cerca de un salón privado,
ella vio a Álvaro Cuando
sus miradas se encontraron,
al mismo instante, Luna
aportó rápidamente la

Cuando reacciono, Luna


salió del baño de inmediato
incluso olvidó porqué había
venido aquí. Se
disculpe tímidamente con
Noah:
-Noah, lo siento. Tengo
algo muy urgente que
atender y tengo que irme
ahora. No puedo quedarme
a comer contigo esta vez.
Noah afirmó:
-¿Necesitas que te lleve al
lugar?
-No, no, gracias. Mi chofer
esta esperándome De
verdad, que pena lo siento.
-No hay problema y no
tienes que disculparte. Ten
cuidado en el camino.
-Gracias
Si supiera que Andrés
estaba aquí, ni siquiera
habría venido aqui. Incluso
se alegró de que Andrés
estuviera ocupado con los
asuntos de la empresa y, no
tuviera tiempo para
molestarla. Justo en ese
preciso momento, cuando
estaba a punto de entrar al
ascensor, de repente, una
mano la agarró con
fuerza, acompañada de un
fuerte olor a alcohol.
En el tranquilo pasillo de
seguridad, Luna fue
presionada bruscamente
contra la pared. El hombre
se quedo detrás de ella, con
su pecho pegado a la
espalda de Luna. Las manos
grandes del hombre se
colocaron en la cintura
delgada la chica, luego se
metieron en la delicada
camiseta bruscamente,
agarrando los lugares
suaves.
Luna resistió su mano
inquieta y dijo con
dificultad en voz bajar
-¿Que pretendes hacer
ahora? ¡Es un lugar
público!
La respiración calida a olor
alcohólico se esparció por
todo su cuello, rozando sus
nervios
intensificados Andrés era
muy alto y su cuerpo podia
envolver completamente a
la delicada joven. Sus
gruesas manos se
deslizaban lentamente por
la delgada figura, mientras
decia en un tono seductor
y peligroso:
-Si Álvaro no me hubiera
informado, habrias
escapado de mi mano,
¿verdad?
Como si quisiera castigarla,
sus manos apretaron
ligeramente la suavidad, lo
que desordenó la
respiración de Luna de
inmediato
-De detente! ¡Basta!
Capítulo 291

Luna sabía que enfrentarlo


directamente no resolvería
para nada el problema y,
además, en cualquier
momento podría llegar otra
persona. Soportando la
incómoda sensación, Luna
le respondió:
-Estás tan ocupado con tu
trabajo, ¿por qué debería
molestarte?
-Sabes, puedes enviarme un
mensaje -Andrés frunció el
ceño.
Luna no sabía cómo
responderle. Después de un
momento, dijo:
-Siempre haces estas cosas
que me avergüenzan. Sabes
que no me gustan.
Mientras hablaba, Andres se
acercó rápidamente a su
oído como un animal en
celo. En su traje había un
fuerte aroma de otra mujer
que la hacía sentir algo
incómoda.
Con una voz profunda,
Andrés dijo:
-Entonces, ¿qué te gusta?
¿Que te bese?
Dicho esto, sujetó la
barbilla de Luna y la besó
muy apasionadamente.
Luna podía percibir el
sabor amargo de ese
horrible vino que aún
permanecía en su boca.
Sin embargo, los gemidos
de resistencia de la chica
solo aumentaban su deseo.
Luna sintió que su mano
se movía hacia abajo y se
asustó tanto que gritó
entrecortada:
-No… ¡No aqui! Por favor,
estás… ¿estás loco!?
-Si aprovechamos bien el
tiempo, diez minutos serán
suficientes.
-No!
-¡Obedece! ¡No seas
traviesa!
Mientras hablaba, él la besó
de nuevo y comenzó a bajar
la cremallera metálica de
sus pantalones.
-¡Andrés! ¡Eres un
desgraciado!
Al encontrarse, la obligó a
hacer esas cosas. ¿La veía
realmente como una
prostituta?
Media hora después, Luna
se sintió completamente
exhausta y si Andrés no la
estuviera sosteniendo, se
habría derrumbado en el
suelo en cualquier
momento.
Andrés la limpió
rápidamente y, después de
satisfacer su lujurioso
deseo, se calmo mucho de
su embriaguez.

De repente, Andrés levantó


bruscamente a Luna. Aún
tenia las piernas
temblorosas y las mejillas
algo
sonrojadas. Se agarró
fuertemente al cuello de
Andrés mientras
preguntaba con voz suave y
débil:
-¿A dónde me llevarás?
¿Quieres en verdad, que
alguien te descubra en el
pasillo?-dijo Andrés
mientras la miraba.
y Luego, la llevo a otra sala
privada, mientras él se
quedaba en la sala contigua
para atender a sus
invitados. Luna se quedó
completamente sola en la
sala privada y, poco
después, la puerta se abrió
y trajeron varios platos de
comida
-Señorita, estos son los
platos que el señor
Martinez ha pedido.
Luna respondió:
-Gracias Déjalos ahi.
-De acuerdo, ¿necesita que
limpiemos su ropa? La
limpieza llevará
aproximadamente una
hora. El vestuario está allí -
preguntó respetuosamente
el camarero.
En realidad, al ver el estado
de Luna, lo sucedido ya era
bastante obvio para el
camarero. El Campo de
Golf Excelencia Lider no
solo era famoso por sus
variedades de
entretenimiento, sino
también el completo
servicio que se ofrecía.
Todo el personal que
trabajaba allí tenia contacto
con personas de
muy alto nivel, poderosas y
adineradas. Por lo tanto,
además de brindar servicios
básicos, era también
muy importante saber
cómo guardar los secretos
que habían visto o
escuchado en el lugar.
Frente a situaciones como
esta, el camarero se había
acostumbrado.
Con la ropa, Luna se dirigió
al baño y se limpió
brevemente. Después de
cambiarse de ropa, le
entregó su traje sucio
Media hora después, la
puerta se abrió de nuevo.
Luna levantó pronto la
cabeza, y pronto la bajo y
siguió comiendo.
Andrés se acercó
cuidadosamente y se sentó
a su lado, la levantó en
brazos y preguntó:
-¿Está delicioso?
Mientras decía esto, tomó la
cuchara que ella habia
usado y comenzó a comer
sin ningún tipo de
disgusto.
-Alli hay cucharas nuevas-
dijo Luna intentando a
soltarse, pero en realidad
no logró
-¿A dónde irás después? -
preguntó.
A la Torre del Horizonte.
«El lugar donde habías
enviado a los hombres a
violarme.>>
-¿Te llevo alli?
Luna rechazó:
-No, el chofer de la familia
Sánchez ya está esperando,
él me llevará.
¡Toc, toc, toc!
Alguien estaba llamando a
la puerta.
Capítulo 292
Andrés respondió:
-Adelante.
Luna no queria que nadie
los viera en esa situación
tan intima, así que intentó
apartarse bruscamente de
él, pero Andrés no la dejaba
ir.
El que entró era Álvaro, les
informó:
-La ropa de la señorita ya se
encuentra lavada.
Andrés respondió
simplemente:
-Déjala
Después de dejar la ropa,
Álvaro se marchó de
inmediato.
Luna se resistió:
-Suéltame, quiero
cambiarme de ropa.
Andrés la agarro
cuidadosamente de su
esbelta cintura y dio un
ligero pellizco:
-Come algo conmigo.
Luna apartó la mirada hacia
otro lado.
-¿Tomamos sopa? -dijo
Andrés mientras queria
alimentarla.
-Estoy llena Come tú.
-Obedece, ¿entendido? -dijo
Andrés tranquilamente,
pero en tono muy
amenazante
Entrecerró los ojos y
finalmente soltó a Luna. Su
mirada se posó en su
espalda delgada y sus
hombros huesudos. Se dio
cuenta de unas marcas
rosadas de besos en ellos,
también en la parte del
cuello, que estaba cubierta
por la ropa. En realidad,
Andrés estaba satisfecho
con su obra de arte.
Y si estás llena…
Luna sintió su mirada algo
maliciosa. Antes de que
pudiera continuar,
aprovechando de una la
oportunidad, Luna se
escapó de su regazo.
Respondió fríamente:
-Que disfrutes. No tengo
tiempo.
Sacó la ropa lavada y fue
rápidamente al baño,
cerrando la puerta. Diez
minutos después, salió
disgustada con la prenda
rota y se la arrojó
directamente a la cara de
Andrés
El no se enfadó, tan solo se
quitó la ropa de la cara.
-¿Y le atreves?

Se olió la prenda, aún


quedaba el cálido aroma de
la chica y una dulce
fragancia, que era
completamente
seductora y atractiva para
él. Se sintió aún más
impulsivo
Luna se sintió
extremadamente
avergonzada con sus
mejillas totalmente
enrojecidas. Insultó:
-¡Maldito despreciable!
Luna abandonó el lugar sin
detenerse ni un solo
momento, corriendo a toda
velocidad. Antes de irse,
Luna confirmó que ya no
había ningún rastro visible
en su apariencia, y luego se
sentó en el coche, muy
tranquilamente.
El coche, llegó a la Torre
del Horizonte. Después de
una práctica de tres horas,
fue a la biblioteca. Sergio
ya había llegado desde hace
muchisimo tiempo, incluso
había completado varias
tareas de estudio
mientras la esperaba.
Aunque estaba de
vacaciones, Luna no tenía
tiempo libre para hacer
otras cosas, porque se
había quedado atrás en los
estudios.
Al verla, Sergio dejó su
lápiz y se quejó de
inmediato:
-Estás muy ocupada,
¿verdad? ¡Te he esperado
por mucho tiempo!
-Había mucho tráfico en el
camino-respondió Luna.
Sacó con rapidez los
materiales de estudio,
arregló los mechones de
cabello que caian sobre su
frente y los colocó detrás de
la oreja. Luego sacó una
bolsa de regalo y le dijo:
-Este es el premio que te
prometi. Siempre he
cumplido mis promesas.
Sergio lo abrió y se dio
cuenta de que era un par de
guantes negros. Mostró una
sonrisa de satisfacción.
-Me has estado siguiendo,
¿verdad?
Mientras hablaba, Sergio
también puso el bolso rosa
sobre la mesa y le dijo.
–No quiero deberte un
favor. Esto es para ti.
-¿También son guantes?

Luna abrió curiasa la bolsa


y, efectivamente, eran
guantes de color rosa claro
y peludos. Respondió:
-Gracias. Los acepto con
cariño. Sigamos
estudiando.
Sergio preguntó con
curiosidad:
-Fuiste expulsada del
campamento de
matemáticas, ¿no es asi?
¿Por qué todavia estás
haciendo estos
ejercicios?
Luna respondió
instintivamente sin levantar
la cabeza:
-Terminé todas las tareas
en el tercer día de las
vacaciones. No quiero
aburrirme.
-Qué wey, Luna Garcia… -
exclamó Sergio.
Colocó su chaqueta en el
respaldo de la silla y ahora
solo llevaba un simple
suéter negro. La miraba
fijamente con el mentón
apoyado en la mano,
diciendo:
-Isabel te reemplazó. ¿No
estás enfadada?
Capítulo 293
-¿Me reemplazó? -preguntó
Luna un poco confundida.
Sergio señaló rápidamente
su libro de matemáticas y
finalmente Luna entendió a
qué se refería. Estaba
bastante tranquila al
respecto y le respondió:
-Ella ha logrado ingresar al
campamento debido a su
gran esfuerzo y dedicación
en los estudios.
Además, solo aquellos con
buenos resultados pueden
acceder al campamento.
-Pero, no serás peor que
Isabel, ¿verdad?
En realidad, Luna no quería
hablar de ese tema. Para
ella, el ser admitido en la
Universidad de Astraluna
con premios matemáticos
solo seria un logro muy
destacado en su currículum
académico. Aunque la
situación había ya
cambiado, su objetivo final
no cambiaría.
-A ti te gusta Isabel, ¿no?
¿No te alegras de que sea
tan sobresaliente? -
preguntó Luna.
-¿Quién te ha dicho eso?
-¿Acaso no es cierto? -Luna
entrecerró los ojos.
Cuando Isabel regresó del
extranjero e ingresó a la
preparatoria pública
Astraluna, los rumores
sobre la relación romántica
entre ellos se extendieron
por toda la escuela. Incluso
cuando Sergio faltaba a
clases,
siempre pasaba todo el
tiempo con Isabel. En las
calles, en los bares e incluso
en su habitación en el
distrito del Oasis de Paz…
¿No se estuvieron
besándose en el balcón?
Cuando Luna pensó que
Sergio había intimidado a
Isabel, él incluso la agarró
bruscamente del cuello y la
presionó contra la pared,
casi intentando matarla…
¿Acaso estas no eran
pruebas suficientes de su
relación?
Luna no sabia qué decir al
respecto. Sergio era muy
joven y sencillo en asuntos
emocionales…
-¡Claro que no! -exclamó
Sergio.
Luna no quiso responderle,
simplemente bajó la cabeza
y siguió haciendo sus
respectivos ejercicios.
-¿No quieres saber algo
más? ¿Ni quieres
preguntarme por qué?
Luna levantó la cabeza de
repente y respondió con
una expresión serena:
A quién te guste es asunto
tuyo que no tiene nada que
ver conmigo. No me
entrometo en los asuntos
privados de los demás. Mi
promesa hacia ti es en
realidad ayudarte a mejorar
tus calificaciones para
ingresar a la Universidad de
Astraluna. Los demás no
me importan. Realmente,
los sentimientos son
tanto, en lugar de
enamorarnos, debemos
enfocarnos en los estudios.
¿Entendido?
La mirada de Sergio se
volvió más profunda y dijo
entre dientes:
-¡Qué estudiante tan
ejemplar!
Luna soltó una risa
amarga:
-Porque esta es, en realidad
la única manera de cambiar
mi destino.
Sergio se quedó
confundido, mientras Luna
agregó:
-Sergio, tú también.
Sergio tan solo se quejó:
-Siempre repites las
mismas palabras. ¿Solo
sabes pedirme que estudie
duro? ¡Casi estoy harto de
eso!
La biblioteca cerró a las
ocho y media. Cuando los
dos salieron, gran cantidad
de gente también estaba
saliendo al mismo tiempo.
Eran todos aquellos que
estudiaban arduamente
para obtener un buen
trabajo. Quizás algunos
fracasarían en su intento,
aunque otros tendrían
éxito. Pero esas son sus
propias elecciones.
Y ella también tenía su
propia decisión, que era
cambiar por completo su
destino miserable con sus
propias manos. Tal vez
estudiar no fuera la única
manera de hacerlo, pero
sería una de la más fácil.
En su vida anterior, Luna
no sabia nada y no tenía
grandes habilidades.
Simplemente llevaba una
vida sin un propósito claro.
Pero esta vez, tenía que
vivir por si misma. No le
tenía miedo a la muerte,
pero ya no quería volver a
pasar una vida tan
miserable e incontrolable
como antes…
En el camino de regreso a
la mansión de la familia
Sánchez, comenzó a llover
intensamente. Mirando la
terrible lluvia torrencial
golpear el cristal de la
ventana del coche y
escuchando los goterones
ritmicos, recordó que
estaba a punto de regresar
junto a Gabriel.
Miró detenidamente su
teléfono, se dio cuenta de
que no había recibido
ningún mensaje de él.
¿Acaso estaría enojado? Por
lo general, le enviaba tres
mensajes al dia…
Capítulo 294
Luna, con la cabeza
agachada, no logra saber si
lo que sentía era porque
estaba demasiado sumida
en sus pensamientos o tal
vez debido a la opresión
constante que había tenido
desde que había salido de
la villa de Gabriel esta
mañana.
No se entristeció por no
haber recibido los mensajes
de Gabriel, sino por la
presión de depender de
alguien más. Aunque la
familia García era tan
amable con ella, era su
hogar. Pero, la villa de
Gabriel no era su hogar.
Esa mañana, Gabriel solo
había querido que ella
visitara a su abuela, pero
ella huyó tan
despavoridamente
Definitivamente estaría
molesto.
Había vivido allí durante
tantos días, era
comprensible que tuviera
que visitar a la abuela, pero
ella simplemente no podía
aún aceptarlo. Y cuando se
enfrentaba a estos
problemas, solía esconderse
e intentar evitar las
dificultades…
+
Adolfo le informó:
-Joven, Luna ha regresado.
Gabriel afirmó con la
cabeza.
El lujoso coche se detuvo
frente a la puerta. Gabriel
se paró en su lugar, con
suéter de cuadros oscuros,
que resaltaba sus hombros
anchos y cintura estrecha.
Se acercó, abrió la puerta
del copiloto sosteniendo
con fuerza un paraguas. La
lluvia había disminuido un
poco, Luna caminaba bajo
su paraguas y entró con
rapidez en la casa.
-¿Has regreso?
Luna afirmó con la cabeza
y respondió:
-Si.
Gabriel la rodeó con su
brazo y juntos entraron a la
sala, entregando el paraguas
a Adolfo.
-¿Por qué tienes el pelo
mojado? Adolfo, ve y
búscame una toalla -dijo
Gabriel con el ceño
fruncido.
-Estoy bien. Se secará en un
momento.
Sin embargo, al terminar
sus palabras, ella
estornudó.
-Rosa, prepara un poco de
té caliente.
Rosa recibió la orden y se
fue.

Luna se sorprendió por


toda la atención que le
estaban dando, porque
nunca había recibido un
trato tanto especial, incluso
en su propia casa. Además,
ella era alguien que no le
gustaba causar grandes
molestias a los demás.
-No es necesario,
simplemente tomaré
medicina para el resfriado -
rechazó, Adolfo
rápidamente le trajo una
toalla seca y Gabriel ayudó
a secar su cabello. Cuando
los demás presentes se
dieron cuenta de la escena,
se retiraron discretamente
para dejar a los dos a solos.
Luna nerviosamente agarró
el borde de su ropa, sin
atreverse siquiera a
moverse. Mientras Gabriel
bajó la cabeza y la miró
suavemente. Se disculpó:
-Lamento muchísimo lo
que sucedió hoy, no lo
consideré apropiado.
-No es tu culpa, es mía. No
estoy acostumbrada a
comunicarme con la gente.
Tenía miedo de molestar a
la abuela y hacerla enojar.
En realidad, la última frase
fue solo una simple excusa,
pero alivió a Gabriel
enormemente.
Él respiró profundamente y
sonrió aliviado. Pensó que
ella lo odiaba.
-No pasa nada. Todavía
tenemos muchísimo
tiempo. Mi abuela es muy
amable. Seguro que le
caerás muy bien una vez
que la conozcas.
Luna solo sonrió
levemente.
Cuando su cabello ya estaba
casi seco, Gabriel le
propuso:
-Acabo de aprender a hacer
sopa de mariscos, ¿quieres
probarla?
-¿La hiciste tú mismo? -
Luna estaba un poco
sorprendida por lo
sucedido.
-Después de ver tantas
recetas, tengo que ponerlas
en práctica, ¿verdad?
¿Acaso todos los hombres
de la familia Sánchez tenían
la costumbre de cocinar
ellos mismos? En la familia
García, la cocina siempre
era una tarea exclusiva de
las mujeres.
Luna se sentó y pronto
Rosa le trajo una taza de té
caliente. Gabriel la tomó y
se la entregó, diciendo:
-Bebe algo primero para
evitar resfriarte.
Luna lo olió y notó que no
estaba nada mal, por lo que
tomó un pequeño sorbo.
-Está bien-dijo.
Después de terminar la taza
de té, sintió que su cuerpo
se volvió más cálido. Luego,
empezó a probar
-El sabor es extraño.
-¿En serio?-se sorprendió
Gabriel y tomó un sorbo,
pero no se dio cuenta de
nada extraña y adivino. –
Tal vez porque has bebido
el té.
-Está muy rica. Te menti,
jaja -explicó Luna con una
sonrisa muy dulce.
Al ver la expresión traviesa
de la muchacha, Gabriel
también mostró una suave
y dulce sonrisa;
extendiendo la mano para
acariciar su cabello.
Luna propuso
tentativamente:
-Mañana te acompañaré a
visitar a la abuela, ¿qué te
parece?
Gabriel solo respondió:
-No hace falta. Ya está todo
bien.
Luna se sintió algo aliviada
y afirmó con la cabeza.
Capítulo 295

Ya eran las nueve de la


noche cuando Luna regresó
a su habitación. Tomó una
rápida ducha y se preparó
para dormir. De repente, su
teléfono móvil empezó a
sonar.
Secando el cabello y
vistiendo un pijama blanco
de felpa, Luna se acercó y
recogió el móvil. Lo miró
muy despreocupadamente.
Frunció el ceño y dejó el
teléfono en la mesa,
fingiendo no haberlo visto.
Sin embargo, la persona al
otro lado de la llamada
seguía llamando una y otra
vez. Ya era la quintal
llamada.
“Ding”
El teléfono recibió un breve
mensaje. Luna lo abrió y se
estremeció al ver las fotos
de escenas tan intolerables,
incluso sus manos
temblaron de ira. Apretó
fuertemente los dientes.
Cuando la llamada
volvió a entrar, dudó un
poco, pero contestó:
-¿Qué demonios quieres?
Escuchó la voz profunda y
seductora que salía del
teléfono:
-¿Qué estás haciendo?
-¿Me enviaste esas fotos
todas sucias y pervertidas
solo para hacerme esa tonta
pregunta? Andrés
Martínez, eres bastante
aburrido -dijo Luna
fríamente.
De su lado solo había
silencio, y a esta hora,
Andrés probablemente
estaba en su estudio.
-Te extraño…
Su voz un poco ronca cayó
en los oidos de Luna, en un
tono ligeramente seductor,
lo que asustó muchísimo a
Luna porque este nunca le
había hablado de esta
manera…
-Te extraño… tu aroma, y
también, tu debajo…
Exactamente como era de
esperar… Los perros nunca
cambian su forma de ser.
-¡Basta! -exclamó Luna.
Ahora estoy con Gabriel. Si
no quieres que él escuche
esas cosas, ¡Cierra
entonces la boca!
-¿Estás con él? ¿Por qué?
Luna habló
deliberadamente:
-Es muy amable, y me
ayuda con los estudios, ¿qué
más quieres? Él no es como
tú, no haría cosas tan…

Después de decir eso, colgó


directamente el teléfono. Al
mismo tiempo, eliminó
todas las fotos que le
envió y apagó el teléfono.
En el apartamento de
Andrés, alguien llamaba a la
puerta. Andrés apagó la
pantalla y dijo:
-Adelante.
-Andrés, Liora todavía no
se ha recuperado, así que te
preparé algo de comida
para la noche -dijo
Isabel mientras se acercaba
con un cuaderno de
ejercicios. Por cierto, tengo
algunos problemas que
no puedo resolver. ¿Puedes
ayudarme a hacerlos?
-¿Cuáles son?
-Esto. Lo he calculado
varias veces, pero no puedo
obtener el valor correcto.
Isabel tomó rápidamente
una silla y se sentó a la
izquierda de Andrés,
inclinándose hacia él.
Andrés miró el problema.
De repente, sintió algo
suave en su brazo. Miró de
reojo y vio que Isabel solo
llevaba un pijama amarillo
claro de cuello bajo sin
sujetador, revelando su
hermosa piel blanca como
la nieve en el pecho. Pero,
su mirada no se detuvo por
mucho tiempo.
Solia escribir con la mano
izquierda, pero cambió a la
derecha y movió el
cuaderno hacia ella,
mientras
retrocedía la silla un poco.
Mientras le explicaba el
problema, Andrés lo
resolvió:
Así que el rango de valores
es -1.
Isabel sintio como si
entendiera, pero no del
todo. Elogió:
-Andrés, eres realmente
muy inteligente. No olvides
de terminarte de tomar la
sopita. Si se enfría, no
tendrá el mismo sabor.
Dicho esto, volvió a hacer el
problema y pasó a la
siguiente página. Parecía
que quería en realidad
quedarse en el estudio.
Capítulo 296
En lugar de tomar la sopa,
Andrés abrió
cuidadosamente un
documento sobre la mesa
mientras decía:
-Son todos sencillos
conocimientos del primer
semestre, no deberías tener
problemas así. Además, te
han aceptado en el
campamento de
matemáticas, y si no puedes
resolver este tipo de
problemas, creo
que no durarás mucho
tiempo alli. Si realmente
tienes dificultades en tus
estudios, ¿quieres que te
consiga un tutor?
Al escuchar esas palabras,
Isabel se sintió enfadada y
triste:
-Andrés, ¿también crees
que no puedo compararme
con Luna? No soy tan
destacada como ella en
todos los aspectos, ni en la
apariencia, ni en mis
antecedentes, ni las notas…
La voz de Andrés sonó
bastante seria:
-Nunca he pensado eso.
Isabel, ¿por qué empiezas a
menospreciarte a ti misma?
Isabel respondió muy
emocionada:
-Pero esa es la verdad.
Siempre me siento inferior
frente a ella. No importa
dónde vaya, todos saben en
realidad que fui adoptada
por la familia García.
¡Incluso mis amigos más
cercanos solo están cerca
de mí por Luna!
Andrés acarició su cabello
largo y la reconfortó
graciosamente:
-Tú eres tú, y Luna es Luna.
No necesitas compararte en
nada con ella. Ante mis
ojos, tú siempre eres
la mejor. Ya es tarde, deja
de pensar en cosas sin
sentido y ve a descansar,
¿de acuerdo?
Isabel le pregunto:
-¿Y tú?
-Ve a dormir primero,
todavía tengo que revisar
algunos documentos -
respondió Andrés.
-Pero, has estado sin
descansar durante varios
días seguidos. ¿Por qué te
preocupas tanto por los
asuntos de la familia
García? En el futuro, ¡la
familia Garcia tan solo
pertenecerá a Luna!
Al escucharlo, el rostro de
Andrés se ensombreció de
inmediato y advirtió
seriamente:
-¿Quién te enseñó ese tipo
de cosas?
Su tono amenazante asustó
a Isabel y ella se apresuró a
disculparse:
–Lo siento, Andrés, solo me
preocupo por ti y no quiero
verte tan agotado.
Andrés la interrumpió:
–¡Basta! No menciones esas
palabras en el futuro. ¡Ve a
descansar y punto!
-Entendido -respondió
Isabel.
Salio rápidamente del
estudio y cerró la puerta,
todavía sintiendo miedo en
su agitado corazón.
¿La familia García? Para él,
era solo una familia
insignificante…
Miguel regresó el día antes
de Año Nuevo junto con
Carolina. Fue Adolfo quien
le contó la noticia.
Como mañana sería la
víspera de Año Nuevo,
naturalmente, tenía que
regresar ya a casa.
-Adolfo, ya tengo
suficientes cosas. No puedo
traer más rechazó Luna.
Pero, Adolfo insistió:
-Es orden de Gabriel. Estos
son los regalos de Año
Nuevo, él irá a un viaje de
negocios a Vallebrisa, por
lo que no puede
acompañarte. Estos regalos
representan los buenos
deseos de la familia
Sánchez tómalos.
Luna ni siquiera sabía que
Gabriel había preparado
todo esto. Los regalos
llenaron tres coches… Era
en verdad, un poco
exagerado…
Luna pensó en su interior,
que le debía otro favor
grande a Gabriel…
Adolfo la llevó a la mansión
de la familia García.
En la entrada, Miguel la
esperaba con una sonrisa
brillante pero falsa, se
acercó mientras los
saludaba:
-Señor Adolfo, Andrés me
lo ha contado todo. Muchas
gracias por cuidar de Luna
durante estos días.
Cuando tengan tiempo, me
encantaría agradecerle
personalmente al señor
Sánchez.
Adolfo no sentía ningún
afecto por esas personas
como Miguel, ya que había
escuchado sobre su forma
de actuar. Solo le daba pena
ver que Luna creció en ese
terrible entorno.
-No hace falta. Mi tarea es
traer a Luna de regreso y la
he cumplido. Me retiro
entonces -respondió
Adolfo.
Luna despidió:
-Adiós, Adolfo.
Adolfo se despidió y subió
al coche, luego se marchó
directamente.

Luna saludó a Miguel:


–Padre.
Miguel le echó un vistazo,
sin mostrar ninguna sonrisa
en su rostro. En cambio, su
tono se volvió severo
mientras le preguntaba:
-¿Conoces al heredero de la
familia Sánchez? ¿Por qué
nunca me lo has
mencionado antes?
-Lo siento, padre. Al
principio, yo tampoco lo
sabía -mintió en ese
momento Luna.
-Entonces, cuéntame, ¿qué
está pasando realmente?
Capitulo 297

Sentada a la mesa Luna


jugueteaba graciosamente
con los granos de arroz en
su plato mientras, con la
cabeza agachada le contaba
toda la historia a Miquel
Ya es todo Miguel se entere
de todo el proceso. Pero,
realmente no esperaba que
el heredero de la familia
Sanchez viviera justo al
lado de ellos. Nunca habia
prestado gran atención a
ese detalle.
Olvidaste todo lo que
aprendiste en las clases de
etiqueta? ¿Cuando estes
comiendo, no debes bajar
la cabezal Si no te
comportas bien, nuestra
familia perdera la etiqueta
frente a la familia Sanchez!
-Entendido, padre.
Al ser reprendida, Luna se
enderezo la espalda de
inmediato. Aunque Miguel
estaba enfadado, realmente
no era tan severo como
antes.
-Ella esta en casa, padrino,
no sea tan estricto con ella
– dijo Andrés, seguido por
Isabel.
Isabel echo una mirada a
Luna. Hacia mucho tiempo
que no se veían y Luna
parecia estar aún más
hermosa. Sus mejillas
delgadas se habían llenado
un poco, y sus rasgos
faciales se veían en
realidad mas refinados
Andres llevaba dos cajas de
té en sus manos, le dijo a
Miguel:
-Son las mejores hojas de té
para usted.
-Eres muy considerado,
muchisimas gracias
-Es lo que debo hacer.
Después de que el sirviente
retirara el regalo, Andrés se
quito el abrigo y lo colocó
en el respaldo de la
silla. Luego, se sento justo
frente a Luna.
-Has llegado en el
momento adecuado. ¿Ya
has comido? -pregunto
Miguel.
-No, realmente acabo de
recoger a Isabel y planeé
comer aqui.
El sirviente les llevó
rápidamente dos juegos de
cubiertos.
-Entonces, comamos
juntos. No sean tan
formales en casa.
-Si padrastro.
Luna comía muy
lentamente mientras
escuchaba detenidamente a
Andrés y Miguel hablar
sobre los proyectos de
ingenieria del Grupo
Sánchez para desarrollar un
nuevo centro comercial en
un antiguo vecindario.
Al escuchar la ubicación,
Luna pudo deducir
aproximadamente dónde
estaba Ese lugar se
convertiría en el distrito
comercial más próspero de
la ciudad en el futuro. En
los próximos diez años,
toda la calle
tendría un valor veinte
veces mayor.
Había que admitir que
Gabriel realmente tenía una
visión excelente de futuro.
Al menos, antes de que
Andrés decidiera, había
elegido ese terreno con
anticipación. En la vida
pasada, Andrés también
había elegido ese terreno, lo
cual fue su punto de partida
inicial de construir su
imperio comercial.
Sin embargo, esta vez fue la
familia Sánchez quien lo
adquirió primero.
-Tengo la intención de
negociar con ellos para
adquirirlo a un precio
adecuado.
Al escucharlo, Luna se
asustó un poco y la comida
en su mano cayó al suelo de
inmediato.
El sirviente que estaba al
lado se apresuró a recoger
la comida con una servilleta
y la tiró en el basurero.
El único que notó su gran
sorpresa fue Andrés, quien
la miró fríamente antes de
apartar la mirada.
Miguel, preocupado, dijo:
-Recuerdo que esa
ubicación está en las
afueras y hay muchas casas
viejas cerca que nadie
quiere. Si
la familia Sánchez pudo
comprar ese terreno,
significa que el gobierno
local tendrá fabulosos
planes de replanificación y
construcción para esa área.
Por lo tanto, aunque
quieres conseguirlo, no te
lo darán tan fácilmente.
Andrés le respondió:
-No se preocupe. Tengo
mis propios métodos.
Miguel sabia exactamente a
qué se refería, pero no dijo
nada más.
Luna no entendió, ¿por qué
Andrés insistía tanto en
obtener ese terreno? ¿Acaso
él también había vuelto
de la vida pasada? ¿No solo
ella había renacido?
Luna en realidad ya no
podía centrarse en la cena.
Unos diez minutos después,
terminó la cena y subió
directo a su habitación.
Mañana sería Año Nuevo,
Andrés e Isabel se
quedarían aquí esta noche.
Al subir al segundo piso, se
encontró con una sirvienta
que salía apresuradamente
de la habitación en la que
había vivido antes. Se
dio cuenta de que sostenía
una taza llena de sangre, lo
que asustó muchísimo a
Luna. Se apresuró a
preguntar:
Qué le pasó a Carolina?
La sirvienta respondió con
la cabeza agachada:
-Se lastimó por accidente.
No se preocupe. El médico
ya la está atendiendo.
Capítulo 298

Luna notó de inmediato


por su expresión que las
cosas no eran tan simples
como parecian. No hizo
más preguntas, ya que
saber demasiado no sería
ventajoso para ella.
Subió las escaleras y
recordó que, en su vida
anterior, era cierto que
Carolina habla estado en el
hospital durante más de
quince días debido a una
enfermedad en esta época.
Pero ella no conocía los
detalles.
Pero esta vez… ¿por qué
estaba en casa?
Comenzó a darse cuenta de
que después de renacer,
algunas cosas parecian
haber cambiado por
completo, pero de forma
incompleta… Al final, los
eventos seguían
desarrollándose en la
dirección que ya estaba
previamente establecida.
Luna también estaba
preocupada por esa
situación. No sabía si
Andrés le habia dado
alguna droga
durante estos días.
Tampoco sabía en qué
estado se encontraba su
cuerpo ahora. Aparte de la
malformación uterina,
¿habría alguna otra
complicación? ¿0 algún
cancer quizás?
Para prevenir cualquier
eventualidad, Luna se
sometia a exámenes
medicos cada quince dias.
Cuando llegó al quinto piso,
se dio cuenta de que su
puerta había sido
reemplazada por una nueva
y corriente. Al abrirla, vio
que su armario no había
cambiado mucho, excepto
por la posición de la cama.
Y otros cambios que
tampoco le afectarían
mucho.
Pero, su vieja cama había
sido llevada a la villa de
Gabriel, por eso, esta cama
deberia ser una nueva
Lo más importante para
ella eran sus hermosos
cuadros. Los sirvientes
estaban subiendo sus cosas
Luna les preguntó con
prisa:
-¿Dónde están mis
cuadros?
-Señorita, no lo sabemos.
¡El álbum de pinturas que
Gabriel le había regalado!
Luna corrió rápidamente
hacia el vestidor y
encontro que estaba más
abajo y oculto en el
armario. Al ver esas cosas
importantes, Luna respiro
aliviada
-Menos mal…
Cuando escuchó pasos en la
habitación, rápidamente
guardo las cosas y las cubrió
con ropa doblada,
luego cerró nuevamente el
cajón antes de salir.
Andrés estaba observando
en la habitación, mientras
decía:
-La decoración está bien,
pero hace bastante frio por
la noche aqui Asegúrate de
abrigarte bien al

Luna no le presto gran


atención porque estas cosas
no tenían nada que ver con
él.
Tomó su cuaderno de
ejercicios de la mochila y lo
puso sobre la mesa. De
repente, recordó algo muy
importante y preguntó
tentativamente:
-Andrés, ¿tú también has
regresado?
Sus ojos se encontraron con
su mirada penetrante y
profunda del hombre.
Andrés entrecerró los ojos y
preguntó:
-¿Qué significa?
“¿Acaso él no había
renacido?»
Andrés se acercó y tocó su
frente:
-No tienes una fiebre,
verdad.
Luna retrocedió
rápidamente y mantuvo
una distancia adecuada con
él:
-Lo siento, me distraje y
dije tonterías. Voy a
estudiar ahora, hermano.
¿¡Cuando, este cambiaría su
costumbre de entrar sin
llamar a la puerta!? Se sentó
tranquilamente frente
al escritorio y disfrutó del
cálido sol que se filtraba
con suavidad.
Andrés tomó una silla, se
sentó despreocupado a su
lado y preguntó:
-¿Si tienes preguntas?
Puedo ayudarte.
Luna apretó con fuerza el
lápiz en su mano, dijo
fríamente:
-Hermano, ¿sabes cómo te
ves ahora?
Lo miró con gran calma. Su
mirada se posó en la mano
del hombre que se colocó
en su pierna. Continuó:
-Pareces un verdadero
animal en celo todo el
tiempo.
Dicho esto, mostró una leve
sonrisa irónica.
Sin embargo, Andrés no
tomó en serio lo que ella le
había dicho. Al revés, con
gran interés, la levantó y la
puso en su regazo, Inclinó
la cabeza y le preguntó:
-¿Ah me estás satirizando
con rodeos?
-No necesito andar con
rodeos porque he dicho la
verdad. Realmente tengo
muchas cosas que hacer.
-me lo que no entiendes,
puedo ayudarte.
-No lo tengo y en realidad
no necesito tu ayuda!
Capítulo 299
-¿Lo sabes todo? Entonces,
¿por qué aquella noche
fuiste a preguntarle a
Gabriel? ¿Realmente no
sabías
como hacerlo o
simplemente era porque
fingías no entender? – dijo
Andrés, sosteniendo el
mentón de
Luna y mirándola
fijamente. Entrecerró los
ojos y preguntó en un tono
bastante peligroso: – O sea,
¿simplemente no quieres
que te enseñe?
Él apretó fuertemente la
cintura de Luna, como si
quisiera castigarla por eso,
Luna frunció el ceño por el
dolor, ya que la última vez
también le había apretado
en el mismo lugar y aún no
se había recuperado…
Qué hombre tan
incomprensible era este…
Guardaba rencor por algo
que había sucedido hace
tantos
días…
-Me malinterpretaste, era
un problema demasiado
avanzado para mí, por lo
que le preguntó.
-Ah, ¿de verdad? Entonces
demuéstramelo.
Ella apartó con rapidez la
mirada, y su tono se volvió
impaciente:
-Andrés, me molestas
mucho. ¿Me puedes darme
un poco de espacio
personal? Me haces sentir
como si estuviera
prisionera en casa. ¿No
tienes tus propias cosas que
hacer? O si quieres, puedes
buscar a Isabel.
Andrés respondió con una
sonrisa medio sincera:
-Ella y tú son muy
diferentes. ¿Por qué te
enfadas tanto? Solo quiero
acompañarte.
Andrés se dio cuenta de que
ella estaba mintiendo.
Desde pequeña, cada vez
que mentía, siempre
evitaba mirar a los ojos de
los demás. Esa era su mayor
debilidad en las mentiras.
Luna notó el destello de
frialdad en sus ojos. Cada
vez que estaban solos y ella
mencionaba a Isabel, los
ojos de Andrés se tornaban
sombríos como ahora.
Ella sabía que, aunque
estuvieran en casa, Andrés
no se atrevería a hacerle
algo abiertamente. Sin
embargo, no estaba segura,
si se vengaría de ella en el
futuro. Después de todo, él
era un hombre
vengativo y bastante
mezquino. Si discutía con
él, no obtendría ningún
beneficio. Por lo tanto,
reprimió la incomodidad
que sentía hacia él y dijo:
-Entonces, sueltame.
Andrés realmente la soltó.
Luna se sentó frente a la
mesa y arregló un poco su
ropa algo arrugada. Luego
sacó un cuaderno de
ejercicios que le había dado
Rodrigo y lo abrió en la
página donde encontró el
problema. Señaló con el
dedo y dijo:

-Esto.
Andrés sacó un lápiz de su
estuche y miró con
detenimiento el problema:

-¿Cálculo universitario? -
levantó el libro y miró la
portada. Estos problemas
son demasiados
avanzados, no son
adecuado para tu nivel.
Luna no respondió.
Recordaba que el nivel
educativo de Andrés no era
muy alto. Siempre aprendía
por sí mismo cuando lo
necesitaba. Por lo tanto,
Luna no sabia realmente,
cuál era su nivel real detrás
de su fachada
-Eso no tiene nada que ver
contigo. Solo estoy
haciendo lo que me gusta.
Andrés no dijo nada más al
respecto y, comenzó a
explicarle detalladamente el
problema. Explicó de
manera muy clara y
concisa, sin ser pedante.
Luna también lo entendió
rápidamente, después de
todo, tan solo quería probar
su nivel.
Habla que admitir que,
Andrés realmente tenía
fuertes habilidades. No era
de extrañar que Miguel lo
valorara tanto e Isabel
pudiera ingresar al
campamento de
matemáticas en tan corto
tiempo.
-Ya lo entiendo, gracias.
-¿En serio?
-No soy una tonta -
respondió Luna muy
fríamente.
Andrés pasó las páginas y
encontró un problema
similar, luego le dijo
señalándolo:
-Prueba con la misma
técnica que te he enseñado.
En su vida anterior, después
de casarse con él, Andrés
siempre la menospreciaba.
Por lo tanto, esta vez no se
permitiría que se repitiera
lo mismo. En menos de
cinco minutos, Luna
resolvió el problema.
-No está mal.
Mientras hablaba, Andrés
acarició tiernamente su
cabello, lo que hizo que los
nervios de Luna se
intensificaran. No pudo
evitar decir:
-Ve a ocuparte en realidad
de tus asuntos. Ya no tengo
más problemas.
-Tranquila, te acompaño.
Sigue.
-Pero, prefiero quedarme
sola…
Porque, no podía soportar
su mirada algo extraña y
ardiente. Tenía miedo
incontrolable cuando él
estaba a su lado
vigilándola.
Capítulo 300
-¡Andrés!
Entre los dos reinaba un
silencio incómodo, el cual
fue roto al escuchar la voz
de Isabel desde el pasillo.
Pronto, su delicada figura
apareció en la puerta.
Andrés preguntó
fríamente:
-¿Qué pasa?
Isabel respondió:
-El tío Miguel te está
esperando en el estudio.
-Ya lo sé.
Luna no pudo evitar
decirse para sí misma que
en esa ocasión Isabel era
realmente su salvación.
Después de que Andrés e
Isabel se marcharon, Luna
cerró rápidamente la puerta
de la habitación y la
aseguró con llave.
En el estudio, Andrés
saludó a Miguel:
-Padrino.
Miguel estaba concentrado
rezando con un crucifijo
mientras hablaba:
-Durante mi ausencia, ¿ha
pasado algo en la empresa?
¿Hay algo que quieras
decirme al respecto?
Andrés respondió
respetuosamente:
-En cuanto a lo que le
sucedió a Luna en el pueblo
de Atenguillo, fue toda
culpa mía. No la protegi
adecuadamente. Estoy
dispuesto a aceptar
cualquier castigo que me
imponga por ello.
-¿Descubriste quién está
detrás de todo esto?
-Son los subordinados de
Jacob. Anteriormente
tomamos uno de sus
territorios por la fuerza y lo
enviamos directo a la cárcel
durante dos años.
Recientemente fue liberado
y quiere vengarse de
nosotros dañando a Luna.
Miguel le respondió
tranquilamente, con un
ambiente peligroso:
-Haz que regrese a la
prisión de la misma forma
en que lo hicimos la
primera vez. Si es
necesario, asegúrate de que
la familia Sánchez se entere
de esto. Sería mejor si ellos
se encargan de ello y
podemos evitar
involucrarnos.

-Entendido.
-Tener tus propios
territorios y fuerzas en la
ciudad no es una tarea nada
fácil. Debes ayudar más a
Luna para que se case con
el heredero de la família
Sánchez. De esta manera,
cuando asumas mi
posición, tendrás menos
preocupaciones-le enseñó
Miguel.
-Como usted ordene, señor
-respondió Andrés, con sus
ojos tan oscuros como el
ónix, a lo que
respondió.
-Aparte de los asuntos
acerca de Luna, no olvides
tus propios planes en el
matrimonio con Frida
Ríos.
-No se preocupe, lo tendré
en cuenta. No lo
decepcionaré.
-Muy bien. Ahora vete.
Además, controla a tu
mujer y no permitas que
arruine los planes.
-Entendido.
Después de salir del
estudio, Andrés se percató
de que Isabel había estado
escuchando cuidadosament
e en la puerta y frunció el
ceño. Agarró la muñeca de
Isabel y la arrastró hasta el
balcón del segundo piso.
Allí la reprendió
seriamente:
-¿Cómo te atreves a espiar
nuestra conversación?
¿Crees que Miguel no se
daría cuenta de ti?
Isabel exclamó muy triste:
-Si no lo hubiera
escuchado, Andrés, nunca
me habrías contado sobre
tu plan del matrimonio con
Frida,
¿verdad? Pero, me
prometiste que nunca me
abandonarías… Bien sabes
que me gustas mucho…
Las lágrimas brotaron de
los ojos de Isabel y cayeron
al suelo en un silencio
sofocante.
Andrés dijo:
-Isabel, jestas cosas no
tienen nada que ver
contigo! ¿Has olvidado todo
lo que te dije
anteriormente?
En la familia García, debes
controlar bien tu lengua.
¿Acaso no he sido
demasiado indulgente
contigo últimamente y has
olvidado todas las reglas
establecidas desde el
principio? ¡Será mejor que
olvides todo lo que has
escuchado! ¿¡Entendido!?
Sin embargo, Isabel había
perdido el control en ese
momento y exclamó a
gritos:
-Luna tiene a su padre, a
Gabriel, y también a Sergio
a su lado, ¡Pero yo no tengo
a nadie más que a ti! Y
ahora, incluso tú me vas a
abandonar… ¿Por qué
debería seguir obedeciendo
tus palabras? ¡De veras te
odio!
Dicho esto, Isabel se fue
corriendo con profunda
tristeza.
Luna, con un pedazo de
pan y una taza de leche
caliente en la mano, se
detuvo cautelosamente en
el pasillo de la planta baja.
No quería escuchar esas
cosas, pero la voz de Isabel
era tan alta que no pudo
evitar escucharla.
Afortunadamente, Isabel
subió las escaleras,
Mientras ella también subía
las escaleras tratando de no
hacer tanto ruido, se
encontró con una figura
con un par de zapatos
negros.
Se sobresaltó un poco y
levantó con rapidez la
mirada…
Capítulo 301
Luna pensó, que no
terminarían tan rápido, así
que bajó a buscar algo de
comer, sin esperar
encontrarse con semejante
situación.
Fingiendo no saber nada,
dijo:
-¿Qué le sucede a Isabel? La
vi subir apresuradamente
hace un instante.
Andrés la miró fijamente,
con una expresión sombría
en su rostro:
-Eso no es asunto tuyo, y
no preguntes más. No hace
mucho tiempo que
cenamos, ¿por qué tienes
hambre de nuevo?
Ella dio un leve mordisco al
pan:
-Simplemente tengo
hambre. Voy a subir. -dijo
Luna mientras daba un
paso, pero Andrés se
interpuso en su camino.
Luna se puso alerta y
retrocedió al instante un
paso:
-¿Qué pretendes hacer?
-Acompáñame al hospital.
-No voy a ir. -se negó
rotundamente Luna.
Andrés miró a Luna, que
estaba encogida a un lado,
frunciendo el ceño. Agarró
muy fuerte su mano y la
llevó fuera de la casa.
Hasta llegar a la sala.
Luna casi dejó caer la leche
que tenía en las manos:
-Deja de ser tan brusco.
¡Casi se me cae la leche!
-Bébela entonces en el
coche.
Sin darle tiempo a Luna
para decir algo, Andrés la
metió en el coche
estacionado afuera, se
agachó
rápidamente para
abrocharle el cinturón de
seguridad y rodeó el frente
del automóvil para sentarse
en el asiento del conductor.
Luna sostenía con cuidado
la leche, con la cabeza
agachada:
En realidad no es necesario
ir al hospital. He recorrido
todos los hospitales de la
ciudad y no ha servido
de nada. Cuando me
drogaste, deberías haberlo
pensado. Los defectos
uterinos adquiridos no se
Realmente Luna nunca lo
entendió. A pesar de que él
la habia lastimado
demasiado tantas veces,
¿por qué esta vez se
preocupaba por ella?
¿Quién sabe si esta vez
también tiene algún plan
oculto?
¿Por qué no la llevó al
hospital antes? Justo esta
vez!
Justo cuando Miguel
termino de hablar con él y
estaba tan ansioso por
llevarla al hospital.
Andres no dijo nada, piso el
acelerador y salió
directamente de la Mansión
del Sol.
En la calle, Luna sostuvo
muy fuerte la leche todo el
tiempo. Bajó la cabeza y le
dijo:
-En realidad, tengo una
pregunta que quiero
hacerte.
Cuando llegaron a un
semáforo en rojo, el coche
se detuvo y Andrés apretó
el volante con fuerza:
-¿Quieres saber la
respuesta? -Este
medicamento no causa
ningún tipo de daño al
cuerpo, ¿verdad? Si
no hubiera sido por el
último chequeo que me
realicé en el hospital, tal
vez… nunca hubiera sabido
que me convertiría en lo
que soy ahora. La última
vez que fui al hospital, el
médico me dijo que mi
única opción para seguir
viviendo era extraer por
completo el útero. Porque
según los informes de las
pruebas,
mi útero podría desarrollar
cáncer en cualquier
momento. Si no hubiera
descubierto esto, ¿cuándo
pensabas decírmelo?
Este era el maravilloso
hombre que ha estado
durmiendo a su lado
durante medio año.
Constantemente pensando
en matarla.
¡Era horrible de solo pensar
en ello!
Además de ser horrible,
Luna solo siente una gran
impotencia.
Porque no puede hacer
nada
Incluso si viviera dos vidas,
todavía no podría
enfrentarse a este hombre
despiadado y cruel.
Capitulo 302

Andrés había
experimentado tiempos
turbulentos. Había estado
involucrado en muchistmas
actividades-
ilegales con Miguel.
Ella, por otro lado, habia
crecido en una familia
adinerada, tal como una
princesa, nunca había
experimentado ningún
peligro en su vida.
Con su arrogancia anterior,
ni siquiera podía ganar una
discusión, y siempre
rodeada de guardaespaldas,
nadie se atrevia a acercarse
a ella. Nunca había
experimentado la lucha y
los juegos politicos que se
habian vuelto tan comunes
en la sociedad alrededor de
ella.
En su vida pasada, María
fue a provocarla, diciéndole
que era una completa
inútil.
De hecho, Maria tenia algo
de razón, ella era una
inútil.
Aparte de ser la esposa de
Andrés, no era nada más.
En los informes de noticias,
en la televisión, se veía
cómo ella caminaba junto a
Andrés en todo tipo de
grandes fiestas, brillando
intensamente a su lado.
Daba la sensación de que
mujeres fuertes como
Maria y Andrés estaban
destinados a estar juntos, no
solo en términos de
compatibilidad emocional,
sino tambien como los
mejores socios comerciales
en el mundo empresarial.
Ellos despreciaban a los
demás, como si fueran
hormigas insignificantes.
-Hace cinco años. -Cuando
Andrés le dio la respuesta,
su corazón saltó de golpe.
¿Cinco años atrás? Tenía
solo trece años en ese
momento. Así que todo
esto había comenzado en
ese entonces.
-¿Donde está la medicina?
¿En mi comida habitual o
en el agua?
-Llegamos. Baja del coche. -
El hospital Serenidad estaba
justo en frente de ellos.
Andrés se desabrochó el
cinturón de seguridad
mientras Luna permanecía
sentada en su asiento.
-Todavía no has
respondido mi pregunta -
dijo ella-. Incluso si tuviera
que morir, ¿no debería al
menos saber las cosas con
claridad?
Andrés sacó un paquete de
cigarrillos de su bolsillo y lo
encendió. Apoyo su mano
en la ventana del
coche y dijo:
-Incluso si estuvieras clara
en todo, ¿qué podrías
cambiar? Si quieres saber,
te lo diré. La medicina está
en la leche y és una droga
importada prohibida que
originalmente se usaba
como anticonceptivo. No
hay ningún tipo de efectos
secundarios a corto plazo,
pero puede causar daño al
cuerpo después de un uso
prolongado. ¿Estás
satisfecha con mi
respuesta?

Si fuera una píldora


anticonceptiva con efectos
secundarios, ¿cómo había
quedado embarazada de él
en su vida anterior?
Aunque, al final, nunca
pudo ver al niño esperado
en este mundo.
El médico dijo que ya
estaba formadita… ¡Era una
niña de seis meses! El
hecho de que nunca
pudiera
verla nacer era un inmenso
dolor para Luna por el
resto de su vida.
Pero después de obtener
dicha respuesta, Luna se
sintió liberada. Al menos
Andrés finalmente le había
confesado la verdad.
-Gracias por decirme la
verdad después de
engañarme por tantos años.
Hoy, finalmente, he
perdido todo interés en ti. -
dijo Luna con una amplia
sonrisa, y mirando hacia
afuera por la ventana, su
corazón se enfrió.
-De hecho, escuché todo lo
que le dijiste a Isabel en el
pasillo -continuó-. Frida es
en realidad tu mejor
opción. La intención de tu
conversación con mi padre
no fue difícil de adivinar,
solo era por la empresa.
Después de esta prueba, me
someteré a una
histerectomía. Como pago
por lo que ha hecho mi
familia, no tengo nada que
ver contigo más adelante.
Ni tú ni yo nos debemos
nada en absoluto. Y en
cuanto a su venganza
contra la familia García y
Miguel, no tengo nada que
ver contigo. -Luna se
desabrochó el
cinturón de seguridad y
Andrés se acercó sutilmente
a ella, metiendo sus manos
en su cabello mientras
la besaba. El humo del
cigarrillo la hizo toser
violentamente, dejando un
sabor amargo en su boca.
¿Cómo lograría liberarse de
él?
Capítulo 303
Un sabor amargo llenaba su
boca con un olor
desagradable a humo.
Lo que menos le gustaba
era ese olor.
Luna fue empujada dentro
de la sala de revisión.
Acostada en la camilla
mecánica, el rostro de
Leonardo se acercó:
-¡Cuánto tiempo sin vernos,
pequeña Luna!
-¿Por qué estás aquí? -Luna
se levantó de inmediato,
apoyándose en la cama,
resistiéndose a esta
revisión.
Leonardo sonrió
maliciosamente:
-Pequeña Luna, ¿tienes
miedo de que vea algo?
¿Qué crees?
-No quiero hacerme la
revisión contigo.
Leonardo sonrió, con los
ojos entrecerrados:
-Tranquila, esta vez no soy
yo quien te revisará, lo juro,
prometo no mirar
furtivamente.
-Señorita, jesta vez yo haré
la revisión! Leonardo, no
asustes a la señorita,
¡puedes ya retirarte! –
Hablaba una mujer de
aproximadamente cuarenta
años.
Al ver que era una mujer,
Luna se acostó más
tranquila.
Después de que Leonardo
se fue, en una postura muy
avergonzada, Luna se
sonrojó ligeramente, con
los pies en forma de “m”,
de pie en la cama, con una
tela azul cubriendo su
entrepierna. Sintiéndose
algo incómoda, Luna se
movió muy ligeramente.
Al ver la membrana
delgada y transparente
adentro, la jefa del
departamento de
ginecología se golpeó la
frente:
-Hoy hay tantas pacientes
para revisar que olvidé que
aún eres una jovencita,
espera un momento.
Después de que Luna
completó la ecografía,
esperó paciente a que
saliera la película.
Fuera de la sala, en la zona
de fumadores.
El humo se arremolinaba y
había muchas collllas en el
suelo.
Leonardo con las manos en
los bolsillos de su bata
blanca, con un estetoscopio
alrededor del cuello:
Te lo dije, sin importar
cuántas veces te revisen, los
resultados serán siempre
los mismos.
-La forma más efectiva
ahora es extirpar el útero, te
lo aconsejé desde el
principio. ¿Tan de repente
te volviste compasivo con
ella?
Andrés lo miró fríamente:
-Hablas demasiado.
Leonardo sonrió con
indiferencia:
-No es por criticarte,
siempre pensé que tu
preferencia era por mujeres
maduras, ardientes y
dominantes. No esperaba
que tu gusto fuera tan
único, que te gustaran las
chicas mucho más jóvenes
e inexpertas que tú. ¿Eres
una bestia? Todavía es muy
joven.
-Oye, ¿por qué no me
cuentas cómo es jugar con
una jovencita?
Andrés le lanzó una mirada
de rabia:
-Si no quieres volverte
mudo, cierra la boca.
-Doctor Montenegro, y el
señor, por favor, vengan
aquí un momento.
Ambos tiraron de
inmediato las colillas de
cigarrillo y entraron a la
oficina.
Luna arregló su ropa y salió
detrás de la cortina.
La médica miró las fotos
tomadas:
-… Aparte de la cirugía, no
hay otra opción. El doctor
Jiménez tiene una cirugía
disponible la próxima
semana, pueden reservar
esa cita.
Andrés: -Después de
extirpar el útero, ¿se puede
realizar un trasplante de
útero nuevo?
Leonardo: ¿Hombre, estás
loco? Actualmente, en el
país, la técnica de trasplante
de útero no está
completamente
desarrollada, y aunque se
realice el trasplante, no es
posible quedar embarazada
sin un entorno uterino
normal. Incluso si existiera
la posibilidad de realizar el
trasplante, nadie se quitaría
su propio útero para
donarlo a otra persona.
La médica ginecóloga
afirmó:
-Lo que dijo el doctor
Montenegro es correcto, el
útero es un símbolo único
de una mujer. Incluso sin
útero, señorita, no tienes
que sentirte triste. La
tecnología ya está
avanzando, si decides
casarte en el futuro, puedes
someterte a la fertilización
in vitro después de extraer
tus óvulos, y realizar una
gestación puedes
considerar adoptar un
niño.
Luna ya no sabía cuántas
veces había escuchado estos
consejos, ya estaba
completamente insensible
a esto. Sonrió ligeramente:
-No importa, ya he
aceptado este hecho, así
que, por favor, doctora,
prográmeme la cirugía de
la próxima semana.
Capítulo 304
-¿Qué le parece a usted?
La mirada sombría de
Andrés se dirigió de
inmediato hacia Luna. En
este momento, él preferiría
que ella se enojara y se
descontrolara, en lugar de
estar tan tranquila como si
nada pasara.
-Que siga su camino. -
Andrés se dio la vuelta para
marcharse.
Leonardo sonrió sin decir
una sola palabra, mientras
observaba la figura enojada
alejándose.
Él lo había predicho: él se
arrepentiría. Después de
todo, ella heredó la
apariencia de la mujer más
hermosa de Astraluna. Con
tal belleza a su lado, incluso
un monje podría sentirse
tentado. Y más aún, él.
Imposible, que después de
tantos años, aún no la haya
conquistado.
Después de salir del
hospital, el cielo estaba a
punto de oscurecerse. La
taza de leche que Luna sacó
al mediodía ya estaba en la
basura. La leche fue el
vehículo para administrar
la droga.
Esa será la última vez en su
vida que beba algo
relacionado con leche.
En el camino de regreso,
Andrés no dijo una sola
palabra. El interior del
coche estaba cargado con
una atmósfera bastante
pesada. Luna abrió un poco
la ventana para tomar aire.
No pasó mucho tiempo
antes de que la cerrara de
nuevo.
-Hace frío. Podría
resfriarse.
Luna, mirando hacia abajo
sus uñas brillantes y
jugueteando con ellas, le
dijo:
-Respecto a mi padre, ¿lo
mantendrás en secreto por
mí? En realidad, no es gran
cosa. De todos modos,
no tengo intenciones de
casarme de nuevo. Vivir
solo toda la vida, haciendo
lo que quiero, suena muy
bien. Cuando sea mayor, si
ya no puedo caminar, me
mudaré a un asilo. Habrá
alguien para ocuparse del
funeral…
De repente, Andrés frenó
bruscamente y se detuvo.
-Entonces, ¿me odias?
Luna… ¿tienes el derecho de
odiarme?
La gente en la familia
García, en realidad todos
merecían morir.
La mirada serena y
tranquila de Luna lo
observó en completo
silencio.
-Entonces, ¿qué esperas de
mi?
Ya he muerto una vez. Si…
todavía me odias, Andrés,
realmente no sé qué hacer.

Andrés nunca había estado


tan confundido como
ahora. Ni siquiera sabía por
qué estaba tan perturbado.
Encendió el coche
nuevamente y regresó a la
Villa del Sur.
Cuando llegaron a casa,
justo a tiempo para cenar.
Cuando Miguel le
preguntó, Andrés encubrió
todo, diciéndole que era
debido a una vieja herida
en la mano.
Afortunadamente, Miguel
no tenía el menor
grado de sospecha.
Comieron en paz esa cena.
A las siete de la noche,
después de que Luna se
duchó, revisó si había
algunos nuevos mensajes.
Aparte de los de Gabriel,
también había… de Sergio.
Se había inscrito y fue a un
campamento de invierno.
Esta vez, fue a Rusia.
Envió muchísimas fotos,
pero con la baja resolución
de los teléfonos actuales,
algunas eran algo
borrosas. Sin embargo,
Luna pudo reconocerlo de
inmediato.
Era…
Capítulo 305

Era Murmansk, Rusia.


Además de las auroras
boreales, también había
autofotos suyas con renos.
Vestía un traje negro con
una hermosa capucha,
mechones de cabello que
posaban sobre su frente y
escarcha de nieve.
Luna sonrió levemente y le
respondió al mensaje:
-Muy bonito, gracias.
Gracias por mirar estos
paisajes en lugar de
mirarme a mí.
En Múrmansk, lejos de
casa, él estaba solo.
A quince horas de
diferencia, fue solo, pero
conoció a un grupo de
turistas.
Se escuchó una voz detrás
de él diciendo:
-Sergio, es hora de comer.
(En ruso)
Sergio guardó rápidamente
su teléfono al ver el
mensaje y se dirigió hacia la
tienda extendida.
Nochebuena.
La compañía estaba de
vacaciones. Andrés e Isabel
decoraban animadamente
la casa con faroles rojos,
añadiendo un toque
festivo.
Liora, con una lesión en la
cintura, regresó desde el
hospital justo a tiempo para
la maravillosa
celebración.
Solo el tiempo dirá cuánto
tiempo podrá quedarse esta
vez.
Luna, raramente en casa,
bajó las escaleras con una
mochila.
Liora salió de la cocina:
-Casi es Año Nuevo, ¿a
dónde vas?
Luna: -A la biblioteca, a
buscar algo de
información.
-Es tiempo de descansar en
casa. Cociné la sopa. Estará
listo en un rato.
–Señorita, hay cartas para tí
en el buzón -Un sirviente
sostenía un montón de
sobres. – En estos
tiempos, es extraño recibir
cartas, y son todas de
Rusia,
Al escuchar al sirviente,
Luna pensó de inmediato
en Sergio.
Luna tomó las cartas y, en
ese momento, Andrés e
Isabel regresaron de las
compras con bolsas llenas.
Sirviente: -Señor.
Andrés saludó y miró a la
persona en la sala.
Luna ya sabia lo que había
adentro sin mirar.
¿Era su regalo de Año
Nuevo?
Liora llevó la sopa cocida:
-Señor, señorita Blanco,
justo a tiempo para su
regreso. Coman juntos.
Isabel colocó dos bolsas
grandes de alimentos en la
mesa.
-Liora, ¿por qué cocinaste
tanto? Esto es demasiado,
Álvaro, Liora… vamos a
comer juntos.
Emma llevó cariñosamente
leche caliente y un
sándwich a la persona en el
sofá:
-Señorita, ¿qué estás
mirando? Es realmente
hermosa, ¿dónde es esto?
-Sí, aquí es realmente
hermoso. -Todas las
imágenes eran muy claras.
Luna abrió cuidadosamente
los sobres sin dañar los
sellos. Había casi cien fotos
y, además, encontró
una USB cuidadosamente
guardada en el sobre.
Las miradas de muchos se
dirigieron hacia ella.
Isabel preguntó muy
curiosa:
-¿Qué está mirando Luna?
Liora respondió:
-Es algo que un amigo le
envió. Recuerdo que Luna
tiene un amigo con el
apellido Sánchez.
-¿El del grupo Sánchez? ¿…
Sergio?
-Recuerdo que él participó
en el campamento de
invierno este año, fue a
Rusia.
Isabel miró fijamente a
Andrés.
Los ojos de Andrés se
oscurecieron al instante.
Luna metió rápidamente
las fotos en su mochila y
agarró la USB:

-Dile a papá que hoy tengo


la lección de piano, no
volveré a casa para
almorzar.
-Señorita, ¿no quiere leche?
Luna pasó junto a Andrés
sin detenerse a mirarlo:
-No, no la quiero. No tienes
que prepararla más en el
futuro. -Mordió un bocado
del sandwich mientras
salía apresurada de casa.
Ahora que Luna sabia que
Andrés había estado
poniendo droga en la leche
que ella solía beber desde
hacía cinco años, su sombra
de desconfianza creció.
En el coche, Luna se dirigió
directo a la biblioteca.
Habia computadoras
gratuitas allí. En el séptimo
piso, Luna usó su tarjeta de
ciudadano, encontró una
computadora y conectó la
USB.
Comenzó con un video que
duraba tres o cuatro horas.
Al principio, mostraba su
llegada a la estación.
Además de los ruidos de
fondo, se escuchaba su voz:
-En Astraluna hay trenes
directos a Moscú, más de
siete mil kilómetros en
total. Recuerda comprar un
asiento de cama, no seas
tonto comprando un
asiento duro, sufrirás…
Capítulo 306

Luna sonrió. Una cálida


sensación, nunca
experimentada antes,
comenzó a calentarse en lo
más profundo de su ser,
En el tren cama, junto a la
ventana, el paisaje a lo largo
del camino era
simplemente espectacular.
Sergio rápidamente editó
esas fugaces imágenes en
tomas muy lentas,
permitiéndole verlas….
Después de ver la grabación
de VCR que él hizo, Luna se
quedó con ganas de más.
¿Qué bien sería poder
hacer una videollamada en
este preciso momento?
Entonces podría ver….
Después de ver todo esto,
ya eran las dos o tres de la
tarde.
Al salir de la biblioteca,
Luna marcó muy rápido el
número de teléfono de
Sergio.
En cuestión de segundos, él
respondió rápidamente.
-¿Qué sucede, señorita?
¿Algo en lo que pueda
ayudarte?
Luna: Sergio, lo recibí,
¡gracias! He visto lo que
filmaste, es realmente
espectacular.
La persona al otro lado del
auricular inhaló
perezosamente, sonando
como si acabara de
despertarse.
-Si, lo sé respondió
fríamente- ¿Hay algo más?
Me voy a dormir.
Luna: ¿Puedo ver las tomas
originales, sin editar?
-Con tantas demandas, ¡no
hay posibilidad! Adiós. -
colgó la llamada.
A Luna no le molestó,
mejor esperaría a que él
regresara.
La última lección de piano,
que duró dos horas, ya
había terminado.
De camino a casa, Luna
compró un bonito álbum
de fotos para conservar esas
imágenes.
A mitad de camino, de
repente comenzó a nevar.
Observando cómo la nieve
se derretía en el camino.
En el camino de regreso, la
gente en la casa llamó que
ya habían comenzado a
necesitarla, diciendo que
había visitantes en casa.
Era misterioso, ella incluso
no supo quiénes era.
Luna apresuró el paso hacia
casa.
Miré curiosamente el coche
familiar en el patio.
Este es…
Luna entró al recibidor y
sintió una atmósfera
relajada y rara.
Escucho voces familiares
charlando en la sala de
estar.
En el sofá, habia varias
personas.
-Señorita.

Gabriel caballerosamente se
giró, y las miradas de las
otras personas también se
volvieron hacia ella.
Luna entrego su mochila a
la criada.
-Llevala a mi habitación,
con mucho cuidado.
-Si, señorita.
Gabriel se levanto,
sonriendo.
– Luna.
Miguel la reprendió con
voz muy grave:
-Es año nuevo, ¿por qué
estás tomando clases?
Descansa en casa cuando
estés de vacaciones.
-Liora, prepara algunos
platos deliciosos.
Liora: Claro, señor.
Gabriel: No es necesario.
Solo vine a verla un rato,
me iré muy pronto.
Luna percibió la mirada de
Miguel, como si le estuviera
insinuando algo.
Con intenciones muy
evidentes, Luna se acercó
rápidamente y se sentó a su
lado:
-Ya que estás aquí, quédate
a cenar.
-¿Quieres probar el pastel
de castañas? Han preparado
ya los ingredientes.
Gabriel: -¿No te causará
molestias?
Luna sonrió ligeramente:
– No, para nada de hecho,
estaba planeando hacerlo.
Ya que estás aquí, no
necesitas que te lo lleven, y
además.. caliente es más
sabroso.
Gabriel: -Entonces, te
ayudaré.
-No es necesario, puedo
manejarlo. Quédate un rato
con mi padre, estará listo
enseguida.
Capítulo 307

Hoy Luna estaba de muy


buen humor. Se dirigió con
rapidez a la cocina, se puso
un delantal y sacó
ingredientes del
refrigerador para preparar
el pastel.
Liora se acercó con cariño:
-¿Necesitas ayuda? -
preguntó
Luna la rechazó
amablemente:
-No, gracias He hecho esto
varias veces, ya sé cómo
hacerlo. Liora, ve y ocupate
de otras cosas.
-Bien, si necesitas algo,
avísame. -dijo Liora antes
de retirarse.
-Claro afirmó Luna.
Preparar pastel de castañas
no era complicado. Isabel
entró y, viendo a la persona
ocupada, preguntó
muy curiosa:
-Luna, ¿cuándo aprendiste a
hacer pastel de castañas?
¿Podrías enseñarme?
-Liora me enseñó esto
también. Si quieres
aprender, te daré la receta y
te mostraré como hacerlo.
No es tan dificil. -respondió
Luna mientras trituraba las
castañas ya cocidas.
-¡Perfecto! Mientras tanto,
estare aquí mirándote
detenidamente. Vi a Gabriel
y los demás charlando, y
como no entiendo lo que
dicen, pensé en venir a
verte. ¿Necesitas ayuda con
algo?
Luna dijo:
-Entonces, ayuda a lavar
estos platos. Ya he hecho la
mitad, así que ten cuidado
con el resto.
-De acuerdo afirmo Isabel,
enrollándose las mangas.
Ajustó la temperatura del
grifo y preguntó. –
Luna, ¿cómo conociste al
señor Sánchez? Parece que
le gustas.

Mientras seguía triturando
muy juiciosa las castañas,
Luna bajo la cabeza y
respondió seriamente, sin
abordar la pregunta
directa:
-… ¿Cómo te está yendo en
la clase de matemáticas
avanzadas? Cuando yo
estaba allí, el libro de
ejercicios que el profesor
me dio era bastante dificil.
Solo he hecho la mitad
hasta ahora.
Isabel le respondió.
-Está bien, pero el
ambiente de estudio en la
clase 1 es demasiado
intenso. Aparte de estudiar,
no hay tiempo para hacer
nada más. A veces, las cosas
que no entiendo solo puedo
preguntarle al profesor en
simplemente lo dejo. ¿Y tú…
me culpas por tomar tu
lugar en la clase de
matemáticas avanzadas? —
preguntó Luna.
Isabel negó con la cabeza:
-No. Eso es la ley. Si tengas
buen rendimiento, nadie se
quejará de ti. En cualquier
lugar, siempre hay un
camino si tienes buenas
calificaciones. Eso también
fue lo que el profesor
Villanueva me dijo.
-Es verdad… oh, por cierto,
¿cómo te estás llevándote
con Frida ahora? -preguntó
Isabel.
Luna la miró
detenidamente:
-¿Qué sucede?
Mientras lavaba platos,
Isabel, con la cabeza baja y
un poco melancólica, dijo:
-Hoy escuché una
conversación del tio García
y Gabriel. El tío Garcia
quiere que Gabriel salga
con Frida.
Luna… ¿qué deberíamos
hacer al respecto? a
Luna fingió pensar,
aparentando estar muy
preocupada:
-No lo sé. Como hermana,
naturalmente tengo que
apoyarlo.
Quizás Isabel no esperaba
esa simple respuesta. Dejó
caer los platos al fregadero,
forzó una sonrisa y
dijo:
-Pero… ¿no te gusta Andrés?
¿Vas a dejarlo fácilmente
salir con otra persona?
Luna sonrió, con la
comisura de la boca
levantada:
-Sí, me gusta. Pero… ahora
es solo el tipo de afecto de
hermana hacia su hermano.
Además… Estas
cosas no se pueden forzar.
Voy a ver si hay salsa en el
refrigerador.
Luna no quería hablar
sobre este tipo de cosas con
ella, especialmente sobre
cualquier cosa relacionada
con Andrés.
En la cena, con Gabriel en
el asiento principal, Miguel
a su izquierda, Luna a su
derecha, e Isabel junto a
ella, la comida en la gran
mesa era demasiado
abundante y deliciosa.
Había suficiente pastel de
castañas hecho por Luna
para siete u ocho personas.
Miguel se sentó con una
expresión muy amable y
dijo:
-Son solo platos caseros,
espero que al señor
Sánchez le gusten.
-Por supuesto respondió
mientras la mirada de
Gabriel caía
ocasionalmente sobre la
hermosa Luna.
-Perfecto.
Luna le sirvió un trozo de
carne glaseada y una
porción de pastel de
castañas recién hecho,
-Prueba a ver si es
demasiado dulce. Si es asi,
la próxima vez usaré menos
azúcar.
También hiciste esto? -
preguntó Gabriel mientras
sostenía la carne glaseada.
Luna afirmó:
-Solo sé cocinar estos dos
platos.
-Bien, lo probaré.
-¿Qué tal el sabor?
Capitulo 308
Gabriel probó un pequeño
bocado:
-Muy delicioso.
Todo esto era solo para que
lo viera Miguel; la mayor
parte del tiempo en la casa
de los Sánchez, Gabriel
se comportaba de esa
manera con ella.
-Antes en casa, nunca te vi
tan amable conmigo. ¿Por
qué te comportas tan bien
hoy?-Gabriel hab/6, y
sus ojos que la miraban
eran como rápidos
remolinos en lo profundo
del mar, capaces de atraer a
las personas.
Para los demás, esa mirada
no era inocente.
La casa a la que se refería
Gabriel era naturalmente la
casa de los Sánchez
Luna nunca había
experimentado esto y no
sabía cómo responder, solo
pudo decir con gran
valentía:
-En mi casa, eres un
invitado muy especial, por
supuesto que te trataré
bien. Come rápido, no
sabrá bien cuando se
enfrie.
Esta fue la cena más larga
que Luna había tenido en
toda su vida.
Duró dos horas.
Las personas allí presentes
ya estaban bastante ebrias.
Miguel sacó vinos muy
costosos para beber y los
tres bebieron mucho.
Miguel fue llevado de
regreso a su habitación para
descansar. Gabriel no podía
manejar mucho alcohol;
el médico dijo que la
recuperación de sus piernas
sería un proceso bastante
largo, y en días lluviosos no
debía beber en absoluto.
Hasta las nueve de la
noche.
Luna ayudó muy
amablemente a Gabriel a
sentarse en el sofá y Emma
trajo el caldo que Liora
había preparado.
-Hermano Andrés, también
has bebido bastante.
¿Quieres un poco?
-No, regresaré a mi
habitación primero.
Recuerda descansar
temprano. -La voz de
Andrés sonaba bastante fria,
incluso la mirada que le
dirigia a Isabel no era tan
suave como de costumbre.
¿Es debido a Luna?
Pero al hermano Andrés no
le gustaba. Cuando Luna
estaba tan enamorada de él
y hacia tantas cosas
locas, Andrés no hizo nada
al respecto.
Quizás… estaba pensando
demasiado.
-Lo entiendo, hermano
Andrés.
Acababan de discutir un
gran negocio en la mesa,
¿estaba él contento?
Luna sostenia el caldo:
-Toma un poco, te sentirás
mejor más tarde.
-Aliméntame
-¡Si…!
Se podía ver que él todavía
mantenia la cordura en ese
momento.
Al ver que la sala estaba
vacia y solo los sirvientes
estaban limpiando la mesa,
Luna dijo:
-En realidad no tienes que
aceptar la colaboración con
mi padre solo por mi.
Él estaba dando tanto,
siendo tan amable con ella,
y ella no podía devolverlo.
-Si tu hermano pudo
apreciar ese terreno en
Calle Primavera, significa
que tiene muy buen ojo.
Pero ese terreno no
significa nada para mi -Él la
miraba con gran cariño, y
después de beber, incluso
su voz se volvía aún más
seductora.- El valor más
grande no es el terreno,
sino tú… Luna… ¿sabes lo
que quiero?
La respiración le rozaba la
cara, la mezcla de aroma a
alcohol y el aroma de él
mismo, era agradable y
muy seductora.
El corazón de Luna
tembló:
-Si…
Capítulo 309
-Pero no tienes necesidad
de hacerlo…
-Incluso si no nos das nada,
sigues siendo mi mejor….
¡Amigo!
La última palabra no fue
pronunciada, solo se
escuchó un estruendoso
estallido de fuegos
artificiales, desplegando un
esplendoroso resplandor
dorado en el estrellado
cielo nocturno…
Con cada explosión, uno
tras otro, todos los hogares
lanzaron fuegos artificiales.
La luz de colores brillantes
y destellantes fuegos
artificiales cayeron sobre el
rostro de Gabriel, mientras
ėl miraba fijamente los
fuegos artificiales fuera de
la ventana, perdido en sus
pensamientos.
Luna se volteó, tragándose
la palabra que no había
pronunciado, sosteniendo
una taza de caldo
reconstituyente en la mano,
recordando las palabras de
Adolfo…
Olvidémoslo, mejor espero
a que se recupere.
-Después de terminar el
caldo. Vamos a ver los
fuegos artificiales.
Una sonrisa apareció en los
labios de Gabriel.
-Está bien.
En el jardin trasero de la
Mansión del Sol, debajo de
un árbol, ambos se sentaron
en un columpio,
mirando hacia arriba los
fuegos artificiales que se
desplegaban en el brillante
cielo nocturno.
-Antes, en año nuevo, mi
momento favorito era
sentarme aquí, viendo los
fuegos artificiales. En esos
momentos, pensaba que
sería muy genial si pudiera
ver esto todas las noches.
Solia ser Liora quien
amablemente me
acompañaba…
La mano de Gabriel,
marcada con tatuajes,
inconscientemente apretó
la suya.
-De hecho, te he visto desde
hace mucho tiempo.
-¿Hace mucho? ¿Cuándo? -
Luna lo miró admirada.
En el jardín trasero de la
villa, justo al lado de la casa
de Gabriel, vacía y sin una
sola luz encendida,
parecía un lugar bastante
frío y solitario.
Gabriel la miró en
completo silencio.
-Hace tres años, fue mi
momento más oscuro,
apenas podía soportarlo…
en mi habitación, aparte de
la feliz, estaba curioso de
qué podria hacerte tan feliz,
así que me levanté para ver
que sucedía. Te vi
sosteniendo una muñeca,
hablando con ella todo el
día. Dijiste que esto era un
regalo de tu mamá para.
Además de comer, dormir
y estudiar todos los días,
podía escucharte hablar
contigo misma en el
patio…
Hace tres años, intentó
suicidarse tres veces. Ese
día estaba a punto de
terminar con su vida, con
los vidrios cortando sus
muñecas, viendo su sangre
fluir muy lentamente
mientras yacía en un
charco de sangre,
esperando la llegada de la
muerte.
Pero la risa de una niña
pequeña, como un gran
hechizo curativo, le dio
fuerzas para seguir
viviendo. La depresión, una
sensación de extrema
opresión, un deseo de
liberarse completamente,
solo le traía dolor.
Gabriel sonrió.
-¿Recuerdas la canción que
cantabas?
Luna frunció el ceño.
-¿Qué canción? -En ese
momento, ella no sabía que
Gabriel ya se encontraba en
la villa, ya que siempre
pensaba que la casa de al
lado estaba vacía.
-Pensó en ello.
Luna reflexionó, de
repente, una chispa de
inspiración cruzó por su
mente.
-Ah, lo sé, ¿es esa canción?
“Pequeño bebé, abre la
puerta. No la abriré, eres un
gran monstruo…”
-¿Cómo lo recuerdas
todavía? Casi he olvidado
todo en ese momento.
Era la única cosa que su
madre le dejó, pero cuando
su padre se enteró, le
prendió fuego a su
muñeca.
Luego, Liora le contó que la
muñeca fue cosida a mano
por su madre, única en el
mundo y, ya no se
podía encontrar en ningún
lugar otra igual.!
-No importa, lo recuerdo y
eso es suficiente.
Luna levantó la vista hacia
el brillante cielo nocturno.
-No pienses más en el
pasado. Si fue doloroso,
simplemente olvidalo…
Ahora estás bien, eso es
suficiente. Después de todo,
venimos a este mundo con
un propósito propio. No
podemos vivir siempre
en el pasado, ¿verdad?
Gabrielle comentó.
-Tienes razón, Luna…
Gracias, gracias por
hacerme volver a vivir.
También me hizo entender
el verdadero significado de
estar vivo.
Eres como esa luz,
guiándome afuera de ese
horrible infierno.
Luna le arregló el cuello
con una sonrisa.
-Tranquilo, todo pasará y te
sentirás mejor. No olvides
que eres el Inigualable
Gabriel.

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