Está en la página 1de 2

Ya era de noche y la luz de las velas era lo único que evitaba que me encontrara en la completa

obscuridad, me atrevería a decir que mi oficina es una especie de Faro de luz en las noches mas
obscuras, esto debido a que por las noches cuando sigo trabajando no cierro la puerta pues el
tener tantas velas encendidas hace que el calor y el olor de la cera se concentren.

Aunque esta noche no parecia ser calurosa mas bien lo contrario, pues sentia el aire frio entrar a
mi oficina y recorrerla intentando apagar mis velas.

Estaba concentrado en terminar algunos reportes y las cartas de condolencias a los familiares de
mi legión caída. Hasta que unos pasos rompieron el silencio, sabia de quien se trataba asi que
comencé a guardar mis papeles en el cajón del escritorio, dejando a la mano una pequeña cajita,
no quería perder ni un instante del poco tiempo que podia pasar con el.

Asi en unos instantes todos los papeles de mi escritorio desaparecieron dejando a la vista la
hermosa madera barnizada, que comencé a limpiar con un trapo dejándola incluso mas limpia que
el dia que llego a mi oficina.

—Levi, sabia que te encontraría aqui—

—Sabes que paso mas tiempo aquí, que en cualquier otro lugar, ademas tengo muchos pendientes
como para perder mi tiempo intentando dormir—

Me habia levantado de mi silla y camine a la puerta, la cerre y eche el seguro pero antes de que
pudiera hacer algo mas sentí los labios de Eren en mi cuello al parecer tenia prisa, aunque después
de no venir a mi oficina en tanto tiempo supongo que es normal que no quiera perder ni un solo
instante, yo estoy igual que el aunque no me atreva a decírselo.

—Eren tenemos tiempo— proteste al sentir como sus manos buscaban desesperadas desabrochar
mi camisa. —Planeo estar contigo hasta el amanecer— dije dándome media vuelta quedando
frente a frene. Lo abrace y aspire su aroma mientras pegaba lo mas posible mi cuerpo al suyo, lo
habia extrañado demasiado pero me faltaba el valor para decírselo, temia verme débil ó
vulnerable.

Pero mietras mi mente se perdia en esos pensamientos Eren ya me habia echo retroceder entre
besos y caricias hasta chocar con el borde de mi escritorio.

—Esta bien, como quieras, pero si no resistes la noche entera te hare pulir por la mañana cada
uno de los cubiertos hasta que pueda ver perfectamente mi reflejo en cada diente de los
tenedores— dije en un intento por hacer una broma, mientras Eren me sentaba sobre el
escritorio, pero habia algo extraño, no era normal que el fuera tan callado, siempre que venia a
verme primero me contaba un poco de los dias en los que no nos habíamos visto e incluso se
ponía un poco cursi, pero hoy todo era silencio.
—¿Pasa algo? — pregunte apartándome un poco de el notando que aun un fino hilo de saliva unia
nuestras bocas, normalmente esto me daría asco pero con el era diferente pues esto me hizo
volver a besarlo. Debia admitirlo estaba perdidamente enamorado de el.

—No hables mas amor, solo quiero estar contigo aquí y ahora— Me dijo en un susurro apenas
separadose un poco de mis labios.

Sentia como la ropa se deslizaba de nuestros cuerpos lentamente e iba a parar a diferentes
rincones de mi oficina. Sonrrei del lado al notar que ya ninguno de los 2 tenia prenda alguna,
estaba temblando no sabia por que el siepre me ponía de esa manera era como si todas las veces
fueran la primera.

De un momento a otro sus fuertes brazos me sentaron sobre el amplio escritorio, estiro su mano y
tomo de mi silla mi saco, sin dejar de mantenerme cautivo entre sus brazos, lo hizo una pelota y
puso debajo de mi cabeza.

—Eren sabes que no me gusta que arrugues mi ropa—

Me queje mientras el terminaba de acomodar mi cuerpo a su antojo, entonces gire mi cabeza y


pase mi mano sobre el borde del cajón comprobando que este estuviera bien cerrado y no se
fuera a abrir en unos instantes por el movimiento.

Enseguida sentí un leve tiron en mi cadera y note como Eren me ponía de nueva cuenta las botas.

—Me gusta como te vez con ellas —

También podría gustarte